Vuelve a Soñar (Remake)

por **Mar.** Sáb 23 Ene - 2:44

Vuelve a Soñar
(Remake)

“Uno no encuentra el amor, el amor te encuentra, y cuando te encuentra te arrasa, te da vueltas, te vuelve el aire y lo único que te importa es amar. Amar de frente, sin razones, sin especulaciones. Amar y solo amar, porque esa es la verdadera naturaleza del amor”
– Casi Ángeles.

• • •

Hubo un tiempo en el que yo creía en el amor verdadero, en el “felices para siempre”, en el “eternamente enamorados”. Yo creía en la felicidad al lado de una persona. En las promesas, en el “siempre estaré a tu lado”. Creí en las palabras, en el: “Juégate por mí”, creí en todo un mundo de color de rosa y nubes de caramelos. Yo creí que sería feliz al lado del amor de mi vida. Pero me equivoqué. Tomé una decisión incorrecta y perdí la única posibilidad de ser feliz.

• • •

-¡May! ¡May!- los gritos de la mujer llegaban a la habitación desde el pasillo, ahogados únicamente por el golpetear insistente de la puerta de roble que se interponía entre ambos mundos: La vida real, dónde todos parecían estar y su mundo, donde ella quería permanecer.

-¡May Ballance! ¡Maldita sea! ¡Si no sales de allí entraré!- Otra voz más chillona se hizo presente. Sabía que no estaban bromeando, su amenaza era enserio y no pensaba en hacer algo al respecto. Se volvió entre sus sábanas dando la espalda a la entrada.

Uno. Dos. Tres. El golpe seco de la cerradura quebrándose y la puerta golpeando la pared. Sus pasos entrando a la habitación, uno tras otro. Rodearon la cama.

-May… - ¡¿Y ahora venían a ablandar la voz?!
-¡Estoy bien! – gritó con voz enfadada y cansina.
-No lo estás. ¡Llevas más de una semana así! ¡Levántate!-

Sintió como la tomaban del brazo y la obligaban a sentarse. Tenía los ojos hinchados y el cabello completamente desordenado. En sus mejillas se notaban los surcos de las lágrimas derramadas y tenía los labios hinchados por tanto morderlos al intentar reprimir el llanto. Las dos jovencitas ahogaron un grito. Sabían que su amiga se encontraba pasando por un mal momento.

-Bueno, yo me retiro – la voz ronca del morocho la hizo percatarse de su presencia.
Era obvio, alguien había tenido que romper la puerta, SU puerta, la que la encerraba de la realidad.
La pelirroja asintió con la cabeza dándole la aceptación a su pedido y el pelinegro salió de la habitación juntando la puerta y dejando a las tres damas solas.

-May… tienes que levantarte.
-Estoy levantada – respondió tosca.
-¿Levantada dices? Sigues en cama amiga – Misty hacía lo posible para mantenerse serena, la actitud de May era irracional, agresiva y ofensiva, pero era entendible.
-Qué más da – la joven se volvió a recostar tapándose con las sábanas y el edredón.
-¡Ay! ¡Me harté! – la voz chillona de la peli azul la hizo abrir los ojos, los cuales cerró casi al instante al toparse con una nueva luz. Dawn había abierto las cortinas dejando que los rayos matutinos se colasen a la habitación. – ¡Necesitas vivir! ¡Pareces muerta!
-Lo estoy- fue la respuesta.
-No, no lo estás. Quieres estarlo que es otra cosa
-Dawn…- advirtió la tercera.
-¡Es que no! ¡No puedes vivir así! ¡No vale la pena sentirte así por una persona que no sirve! ¿Por qué lo sabes, verdad? ¡NO VALE! ¡Es una basura! ¡Y tú no puedes estancar tu vida por alguien así! ¡No sirve ni que llores por esa bosta! – explotó la joven. La muchacha tenía carácter pero nunca lo había mostrado con ellas.
-¿Bosta?
-Sí, bosta. Excremento, basura, porquería. Aprendan palabras, culturícense muchachas. ¿Ves? Deberías salir a conocer personas y a aprender palabras – la joven se sentó a un lado de la cama sin dejar su actitud retadora e indignada.
-Ustedes no entienden…- empezó a hablar. Su voz era entrecortada, era obvio que las lágrimas la estaban traicionando nuevamente.
-¿Qué no entendemos, May? Nosotras hemos pasado todo contigo, te conocemos, sabemos lo muy enamora…
-¡Eso! ¡Eso es exactamente lo que no entienden! Yo no lloro por él. Lo hago por mí. ¡Me interesa un reverendo pepino lo que le pase a él!
-¿Qué dices? – el asombro se presentó en la mirada de las dos amigas.
-Lo siento amiga, pero creo que nos perdimos un capítulo de la novelita – admitió Dawn.
-Es que sí, chicas. Lloro porque me siento una idiota. Me siento una estúpida por dejarme engañar todo este tiempo, y por dudar. Lloro porque por fui lo suficientemente estúpida como para dejarme llevar y perder lo que más amaba, al no darme cuenta a tiempo… - los ojos de la joven se enfocaron en un punto entre sus sábanas y sus manos, mientras sus ojos empezaban a nublarse por las lágrimas.

-No lo hagas, mi amor – sus palabras resonaron en su mente y no lo pudo evitar, las lágrimas cayeron –Podemos ser felices, pero no lo hagas…yo-

-¡May! ¡May! – las palabras de sus amigas la atrajeron de sus recuerdos.
-Te colgaste amiga ¿Qué pasó?
-Nada. ¿Pueden dejarme sola?
-Pero May…
-¡Por favor! – May volvió a acostarse. La peli azul iba a decir algo pero Misty la detuvo. Era mejor dejarla sola, necesitaba tiempo.
-Vamos.- empezaron a caminar a la salida –Si necesitas algo, estaremos abajo ¿de acuerdo? – no recibió respuesta y salió.

El infierno, eso necesitaba ella. Necesitaba curar ese vació que sentía. Ese dolor que se había auto afligido. ¿Pero cómo había iniciado todo? Hasta hace unos días ella iba a ser la mujer más feliz de la tierra, y ahora se encontraba allí, acurrucada entre sus sábanas y derramando un mar de lágrimas.

Flash Back
-Me caso…- la castaña se encontraba frente al espejo de su habitación, tenía un vestido blanco en sus manos y se lo sobreponía en su esbelto cuerpo. -¡Me caso! – gritó con alegría. Parecía sincera. Estaba emocionada con la idea, pero quién la conocía sabía que esas palabras tenían un significado oculto entre líneas.
Los días habían pasado volando y el día de la boda estaba próximo. Sus mejores amigas habían llegado hacía unos días atrás para ayudarla a terminar los últimos detalles y ella se encontraba muy nerviosa. Ambas se habían quedado hospedadas en su casa para hacerle compañía puesto que su novio y futuro marido había tenido que viajar con urgencia y no volvería hasta un día antes de la boda.
Se recostó en su cama luego de dar varias vueltas por la habitación con el vestido en brazos.

-Me caso…- aún no caía en la idea real. Le emocionaba dar ese paso, le emocionaba la idea de entrar a la recepción con su vestido blanco y encontrarse con su amor a la vista de todos. Cerró los ojos lentamente ilustrando sus deseos en su imaginación. Se veía ella misma, hermosa, recorriendo su mirada por el que sería su esposo, pero al llegar al rostro… la imagen que vio la sorprendió. Se sentó de golpe. Él no podía aparecer en esa ilusión. No. A lo mejor, era porque lo extrañaba. Debía de ser eso.

El sonido de su móvil la hizo reaccionar. Se apresuró a dejar el vestido sobre la cama delicadamente y se aproximó a coger el aparatito que se encontraba sobre el tocador. Contestó.
-¿Hola? Habla May...

La llamada de su madre la había impresionado, ambas se habían visto hacía apenas unos días y habían quedado en verse un día antes de la boda en el hotel en donde sería la recepción para arreglarse y todo, sin embargo, en esa llamada la citaba para ir a almorzar juntas. Ella había aceptado encantada y allí se encontraba, caminando sin rumbo luego de una charla madre e hija.
Su madre la había cuestionado sobre su decisión y no solo eso, había puesto en duda sus sentimientos por él.

FLASH BACK IN
-Hija, ¿estás segura de tu decisión?- preguntó la castaña mayor mientras tomaba un sorbo de café. Se habían reunido en uno de los cafés más lujosos de la ciudad y es que su madre no escatimaba en gastos cuando de ella o de su hermano se trataba.
-Si madre. Yo lo amo.
-¿Segura que eso es amor May? – la voz de su madre era serena pero firme. -Te conozco hija, eso que sientes por él no es amor. Tal vez cariño, comodidad, pero no amor- la mirada fija de su madre la sorprendió - No quiero que cometas un error, mi amor. Piénsalo un poco, ¿segura que lo que sientes por él no es igual a lo que sientes por tu hermano o tus amigos?
-¿De qué hablas mamá?- ¿Cómo podría poner en duda sus sentimientos? Ella estaba segura de lo que sentía era amor… ¿verdad? –Yo amo a Brenan y es por eso que me casaré con él. - dijo firme y con una falsa seguridad. La mujer la observó por unos momentos…
-Está bien May. Miénteme, miénteteles a todos pero no te mientas a ti misma. Tú sabes muy bien que lo que sientes por él es solo cariño. Pero si es tu decisión, tu padre y yo te apoyaremos. ¿Lo sabes verdad?- la joven atinó a asentir con la cabeza. –Bien. Tu hermano llegará el mismo día de la boda junto a tu padre. Yo estaré en el hotel hospedándome desde ahora.
-Está bien.
FLASH BACK OUT

Aquella conversación con su madre le habían dejado con incertidumbre. ¿Era acaso verdad, que solo lo quería de aquella forma? Era verdad que antes de Brenan solo había tenía a alguien al que le había abierto las puertas de su corazón, pero no era parte del plan que ellos estuvieron juntos. El destino era cruel. La vida le tenía altas y bajas, y fue en un bajón cuando él apareció, con esos ojos caramelos que la hacían estremecer. La sacó del hoyo en el que se había hundido y salió adelante, y poco a poco se fue enamorando de aquel joven. Habían pasado por muchas cosas y ahora estaba a nada de pasar el resto de su vida junto a él. ¡Eso era amor! ¿Verdad? Era obvio que su madre se equivocaba, ella lo amaba y en pocos días se casaría con él. Curiosamente, en ese momento, ese pensamiento no le causó la misma alegría que el día anterior.

Había llegado a su casa y se había recostado en su cama a asimilar todas esas ideas, cuando el móvil la sacó nuevamente de sus ensoñaciones. Sus ojos se abrieron de la impresión. Se colocó de pie rápidamente, tomó el abrigo y salió de la casa colocándose los guantes en el camino.
No podía. Simplemente no podía. Él destino no podía ser tan reacio y cruel con ella.

Mensaje:
-May, sé que no hablamos desde hace mucho pero recibí tu mensaje. Estoy en la plaza cerca del centro. La que tiene la fuente. Estaré esperándote.

Corrió rápidamente y se detuvo enfrente de la fuente. Aquella fuente con olor a rosas que le traía tantos recuerdos. Miró hacia ambos lados intentando localizar al emisor del mensaje, pero no encontró lo que se esperaba. Había albergado una esperanza de que fuera él, si tan solo…

-May… -reconocía esa voz a ojos cerrados. Se giró encantándose cara a cara con lo que más había esperado y a lo que más había temido. Sus labios intentaban formular palabra pero su voz amenazaba con no salir. No hallaba sonido.
-D-drew…- ronca. Casi ni reconocía el sonido que había emitido en susurro.
-Hola, May- sonrió él. Esa sonrisa que la desarmaba por completo. Sintió el calor acumulándose en sus mejillas, se estaba ruborizando. Mentalmente se obligó a permanecer calmada.
-¿Sucede algo, May? – Y todavía preguntaba. ¿Con que cara? Él siempre había originado aquellas reacciones en la muchacha desde el momento en que se conocieron, pero esperaba que después de tantos años eso hubiese cambiado, vaya que se equivocó.
-No. No es nada – Soltó con una sonrisa que fingía tranquilidad.
-Tú no cambias más. Tanto tiempo que no nos vemos y saludas de forma tan fría. Pensé que eso había quedado en el pasado… no sé ¿hace como quince años atrás? – dijo con falsa ofensa.
-¡Eres un tonto! – la muchacha se acercó y le dio un abrazo. Respiró su perfume y sintió sus fuertes brazos rodeándola contra sí. Se sentía cálido. Se sentía segura. Se sentía bien. –Pensé que te habías olvidado de mí.
-¿Cómo crees? Si tú eres una persona muy importante para mi May – dijo suavemente sin romper el abrazo. Aquellas palabras habían logrado reavivar el corazón de May y acelerarlo a mil rapidash de fuerza por segundo. Ella se separó de golpe.
-Eres mi amiga y rival número uno, ¿cómo crees que voy a olvidarme de ti? – y diciendo eso, soltó una de esas sonrisas con aires de supremacía y arrogancia, que a su vez irradiaba gracia y felicidad. Solo él podía combinar tales opuestos y hacer estremecer a la joven con solo aquel acto. Sin embargo, aquellas palabras habían arrastrado un poco de melancolía.
-Yo…
-¡Vamos por un café! – interrumpió el peli verde.
-¿Estás seguro? ¿No prefieres ir a caminar?
-No te preocupes May, se cómo comes y he venido preparado, el dinero no es problema- río engreído.
-¿Eh? ¡Qué cruel eres LaRousse! – gritó la muchacha mientras golpeaba uno de los brazos del chico.
-Glotona y tosca. Aun no entiendo como tienes novio…-en cuanto esas palabras salieron de su boca, supo que no debió decirlas. Supieron amargo. Ambos se mantuvieron en silencio. Ninguno quería tocar el tema. Cualquier mención podía malograr aquel encuentro. Segundos que parecían minutos, pasaron antes de que alguno reaccionara.
-Bueno vamos, antes de que tu estómago empiece a sonar -
-¡Oye! – reprochó ella. –Tú no cambias ¿no? Esa actitud arrogante jamás se te quitará.
-Quién fue a hablar. ¿Y de que te ríes?
-No sé. Solo te eché de menos – la joven sonrió y empezó a andar. El chico la siguió de cerca. –Vamos por un chocolate caliente-
-Vas a engordar si sigues comiendo así.
-¡Eso que te importa!
Las discusiones eran lo más normal entre ellos. Caminaron hasta un café cerca de la plaza y entraron. Ella se sacó los guantes, en el lugar había calefacción por lo que podía desabrigarse con comodidad.
-Así que es verdad…- mencionó él sin pretender que ella lo escuchara.
-¿Qué cosa?
-Te casas. – fue más una afirmación para él. Su mirada se había detenido en aquel anillo con de plata con un pequeño diamante.
-Ah…esto…sí – las palabras costaban. Escondió sus manos debajo de la mesa y fijó su mirada a un punto en el suelo. Él no apartaba sus esmeraldas de ella. – Llamé a tu casa para invitarte ya que el móvil no me lo atendías, pero estabas de viaje y…-
-Lo sé. Sí me avisaron. Estaba de viaje- Los ánimos parecían haber sido bajados luego de la afirmación.
-Entonces…
-Rumores.
-¿Rumores? – preguntó sin comprender.
-Sí, resulta que eres una gran coordinadora y estás en las noticias locales e internacionales – la joven bajó la mirada sonrojada. -Escuché los rumores y cuando llamé a casa me dieron el recado.
-Ya veo.
-Por eso vine a verte May. – La tensión en el ambiente era densa. Hubo un silencio incómodo, de aquellos que no aparecían desde que eran chicos y solo se vio interrumpido hasta que llegó la mesera con una tasa de chocolate y otra de café.
El rumbo de la conversación se dirigió a las actividades de ambos, desde que se habían separado hacía cinco años atrás, a pesar de haber estado en contacto por algún tiempo más vía mensajes, no había sido lo mismo.
Al terminar la conversación, él se ofreció a pagar y mientras esperaban a la mesera con el cambio se quedaron en silencio.
-May - sus palabras rompieron el hielo.
-¿Sí?
-¿Estás feliz? Me refiero a… que si estás feliz con la decisión…-
–Lo estoy. – interrumpió ella. Las palabras la habían traicionado, habían salido antes de que su cerebro lo piense y ahora temía verlo a los ojos.
-Ya veo – La mesera llegó con la cuenta y ambos salieron del establecimiento.
-Te acompañaré
-No es necesario Drew.
-Déjame, al menos medio camino. – Ella no puso más resistencia. Ninguno dijo más nada hasta llegar al punto de separación. Se quedaron inmóviles por un instante, hasta que ella empezó a avanzar.
-Hasta luego, Drew…
-¡May, espera! – la chica se giró sobre sus talones y él se acercó.
-Que seas muy feliz May, te deseo lo mejor – sonrió.
No sabía que dolía más, la sonrisa o las palabras. Aquel sentimiento que se había formado en su pecho crecía y amenazaba con estrujarle el corazón. Su garganta se secó.
-Drew…- lo miró a los ojos. Sintió una punzada en el corazón. –Lo que pasó hace tiempo…
-No fue nada May, está en el pasado. – habló firme. Ella dibujó una sutil sonrisa en sus labios, pero no por la respuesta, sino por el recuerdo.
-¿Vendrás a mi boda?
-No creo que sea lo indicado.
-Por favor…
-¿May Ballance pidiéndome algo por favor? Si eso es una invitación, entonces no puedo negarme – respondió con aire egocéntrico. Volvía a su actitud de siempre.
-¡Presumido! ¿Entonces? ¿Vendrás o no? – su tono era casi de fastidio. Ella también volvía a lo de siempre.
-Sí. Estaría encantado de venir – el tono sutil de la respuesta le heló la sangre.
-Bueno, mejor me voy – ella empezó a andar por su camino y cuando estuvo a una distancia prudente...
-¡May! –se giró y solo atinó a alzar las manos, para tomar entre ellas la rosa que el joven acababa de arrojar. El chico se dio media vuelta y se despidió con la mano.
-Drew… -sonrió para sí la joven, mientras lo veía alejar.
Fin del Flash Back
ESTA HISTORIA...CONTINUARÁ...[

-----------------------------------------------------------------------------------
Hola! Estoy de vuelta!!
Sé que muchos no me conocen o no me recuerdan, pero yo solía ser una personita bastante activa por estos lares. Ahora ando por aquí, a mucho menos nivel claro y a veces camuflada, pero sigo al pendiente Very Happy

Hoy les traigo esta historia que, tiene una historia.
Hace mucho, mucho tiempo... yo empecé a escribir un fanfic Contest que tenía el mismo título y el básicamente, la misma trama. Pero por motivos de la vida no lo pude acabar. Ahora, tengo un proyecto en mente... Revivir algunas de mis historias de una forma nova. Así que, haré especies de "remakes".
Por si alguien tiene dudas, esta vez si lo acabaré, doy mi palabra y no es solo el hecho que ya la tengo casi terminada y guardada Smile

Espero que les guste. Acepto comentarios, críticas, quejas, amores y todo eso Smile

Saludos

por Mai-chan Sáb 23 Ene - 8:11

Hola Mar ^-^
Mar Mar Mar... mi querida Mar ♡
Ya te extrañaba Mar xC
La verdad... es precioso me encanto *-*
Ya quiero que lo continues Like a Star @ heaven

[Gracias por enseñarme la mayor parte de las cosillas del foro enserio te aprecio!!]
Esto esra interesante!!
Esperare la intriga hasta la proxima!
Adiosito Vuelve a Soñar (Remake) 252642

por nikimay Sáb 23 Ene - 9:18

es precioso no ni presioso es increíble
no sabes lo genial que escribes
y dejas atrapada en tu hisstoria ahhh
porfa hazme el favor que te envie en verdad lo necesito

por zafiro99 Sáb 23 Ene - 18:04

Mar tu historia es hermosa, no puedo esperar la conti, por que motivo May no se habrá casado con Brendan que intriga!

por **Mar.** Dom 24 Ene - 0:43

...............................................................................................

“Caer. Caer profundamente y no poder salir de un revoltijo de emociones y sentimientos. Llorar. Llorar hasta no poder más. Querer perderte y esconderte, pensar que es el final. Suele pasar, sin embargo, esos son los momentos en los que te das cuenta el verdadero valor de los lazos que formas. Caer y tener a alguien que te sujete la mano, qué te obligue a salir de lo más oscuro, qué te pare de un grito y te insista a cambiar la mala cara y ver la oportunidad más pequeña de ser feliz. En el momento de que esos lazos se vuelven palabras: "Te quiero" "Te amamos" "No estás sola" "La vida no se acaba" "Estamos contigo" o simples acciones: un mensaje, una llamada, una intervención, un abrazo, una lágrima, una carcajada... Es ese el momento en los que te sientes dichoso. Yo estoy agradecida por los lazos que he formado por que son esos mismos lazos que me acompañarán toda la vida.”
-XYZQ

Se había quedado dormida llorando. Se levantó de su cama en dirección al baño. Le explotaba la cabeza por tanto llorar. Lavó su rostro y se vio en el espejo: estaba espantosa. Podía ver los ojos y la nariz hinchados y rojos de tanto llanto. Su cabello todo desprolijo y su tez más pálida que de costumbre. Casi y no podía reconocerse.
Se dirigió nuevamente a su habitación y tomó asiento en la cama. Intentaba repasar todos los eventos ocurridos en últimas semanas para encontrarle sentido a la situación, pero no podía hallar otro que no fuera su propia existencia. Todo era su culpa. Toda su infelicidad se la debía a ella misma.

El golpetear de la puerta la sacó de sus pensamientos.
-¿Diga?
-¿May? ¿Puedo pasar? – esa voz…
-Pasa…
La puerta se abrió y dejó ver a un joven alto, con ojos marrones cubiertos por unos finos cristales de montura blanca, que resaltaban sus cabellos revoloteados peinados para atrás.
-May…
-¿Qué pasa Max?
-¿Se puede saber qué haces, hermana?
-¿No es obvio?
-No, no lo es.
-¿Qué quieres? Dímelo de una vez. Si vienes por uno de los discursos de superación, ahórratelos.
-No, no venía a eso. En realidad, venía a decirte que eres una completa tonta.
-¿Disculpa?
-Sí, eso venía a decirte. Cómo lo oyes. Eres una completa tonta May.
-¿Pero qué te pasa? ¿Esa es tu forma de animarme?
-¿Para qué quieres que te anime, si igual no harás caso? Es mejor decir las cosas de frente. – El joven se sentó en el extremo de la cama -Hermana, antes te habías vuelto mi ídolo. Supiste salir adelante y empezar un viaje tu misma. Lograste enamorarte de los pokemon y encontrar lo que amabas. Te volviste una estrella, con trabajo duro y esfuerzos. Y ahora, te desmoronas por una tontería.
-¿Tontería dices?
-Sí, lo digo. Es una reverenda tontería.
-¿Te parece tonto que tu hermana sea desdichada?
-No, me parece tonto y ridículo que ella se sienta desdichada cuando tiene todo para no serlo. Dime hermana ¿Qué es lo que realmente tienes? Porque yo sé que no estás aquí por ese idiota, al cual no le estoy rompiendo la cara únicamente porque yo siempre preferí el amor y no la guerra, y soy un chico de ciencia…Y papá, bueno, él es otra historia, mamá lo tiene atado– la joven solo observó al muchacho. Dime ¿Qué es lo que realmente te hace sufrir? – la muchacha sostuvo su mirada por unos segundos antes de esquivarlo.
-Mira May, abajo están no solo mamá y papá preocupados, están todos: Ash, Brock, Misty, Dawn y todas las personas que te estiman. Tus pokemon están deprimidos. Saben que no estás bien, ¿y tú solo te dignas a echarte a llorar?
-Yo no les pedí que se preocupen por mí.
-¡Pero lo hacemos! ¿Y sabes por qué lo hacemos? ¡Por qué te queremos! Sí, yo también me incluyo hermana. Te amamos y no podemos verte mal. ¿Por qué eres tan egoísta? ¿Por qué no piensas que cuando estás así los demás también sufren por ti? Yo sé que no estás bien, yo sé que lo que acabas de pasar es algo horrible, pero ¿Dónde quedó la May que arriesga? ¿Qué sobresale a los problemas? La May que lucha por lo que quiere y no se da por vencida hasta lograrlo. ¿Dónde está mi hermana?
-Yo…
-Dime ¿Cuál es el problema?
-¿No te das cuenta que estoy mal? ¡Estoy hecha pedazos!
-¡Pues únete! Tienes que estar entera May. ¿En verdad quieres que crea que estás mal por ese idiota? ¡Todos sabemos que no es así! Esa basura no merece ni una sola lágrima tuya y aunque la tuviera, cosa que no es el caso, las tuyas no son por él. ¿Por qué son? O mejor dicho… ¿Por quién es, May?
-No sé de qué hablas.
-May, aunque yo no estuve presente hasta ese día, yo sé lo que ha sucedido en este tiempo. Sé que él vino. Sé lo que pasó. ¿Por qué lo quieres negar? ¿Por qué lo quieres ocultar? ¿Por qué no quieres admitir lo que pasó y buscar la forma de ser feliz?
-Yo… ¡Yo no puedo ser feliz!- la muchacha rompió en llanto. – ¿Qué no lo entiendes? ¡Yo fui quien lo alejó, Max! ¡Es mi culpa! ¡Yo terminé con lo único que podía ser feliz! ¡Yo soy la causa! Y no es que lo niegue o lo oculte, es que… no puedo aceptar que por mi ceguera esto…
Max se acercó y abrazó a su hermana. Ella se aferró a su pecho.
-Aún puedes ser feliz, hermanita. Solo lucha por ello. Tú puedes hacerlo. Vuelve a soñar, May.
May lloró hasta quedar dormida.

Flash Back.
Cuando Dawn llamó a preguntarle si podía llevar a un amigo a casa, nunca se le pasó por la mente que fuera él. ¿Qué tenía en su contra el destino? ¿Por qué le gustaba complicarle la existencia? Primero, saludó a su buen amigo, que venía del brazo de su novia y su querido amigo pokemon. Pero su atención solo se centraba en el peli verde que intentaba fugarse del agarre de Dawn. Con solo mencionar su nombre él se quedó quieto. Había intentado huir pero el agarre de la peli azul le impedía el movimiento.
-¿Qué haces aquí?
-Lo invité yo – habló Dawn soltando al joven que se fue a bruces contra la nieve.
-¡Drew! ¿Estás bien? – la joven se acercó al muchacho que se levantaba a duras penas.
-Sí, no te preocupes. Estoy bien – sonrió. Se sostuvieron la mirada por un momento introduciéndose a un mundo propio, en donde no había sonidos, ni personas, solo ellos dos…
-¿Entonces? ¿Se puede quedar? En el centro pokémon ya no hay habitaciones- Las palabras de Misty los trajo a la realidad. La joven se colocó de pie y se dirigió a la puerta.
-Claro. Sí, pasen. Va a empezar a nevar – dicho esto entró a la casa, seguida por sus cuatro amigos.

Flash Back IN
Era una bella noche de verano en Jotho, acababan de terminar el concurso en el que él había salido victorioso dejándola a ella en el segundo lugar, pero esta vez no le afectaba, estaba orgullosa de su participación y eso la motivaba a seguir adelante. Había decidido caminar por la playa, lejos del sonido de la música y de la multitud que celebraba el final del concurso. La brisa marina revoloteaba su cabello y sentía paz.
-May – la joven no se inmutó. Seguía mirando el horizonte. -¿Estás bien?
-Sí, ¿por qué no estás celebrando?
-No tenía ganas. – el muchacho se acercó a ella y tomó asiento en la arena, ella lo hizo también.
-Fue una gran batalla. No pude felicitarte como se debía antes.
-Está bien. Gracias. Sí, fue una gran batalla, tuve un gran contrincante. – sonrió contagiándole el gesto.
-¿Esto no cambiará nada entre nosotros, no?
-¿A qué te refieres?
-Digo, hace mucho que no nos enfrentábamos en un concurso y nosotros nos habíamos vuelto más cercanos, digo… amigo más que rivales ¿no? No sé si esto…
-No te preocupes por eso May, llevamos más de siete años así. ¿Crees que un torneo lo va a cambiar?
-No, bueno es que…- el sonrojo de la castaña delataba su nerviosismo. El chico se echó a reír.
-Ay May, eres todo un personaje. – se colocó de pie mientras la chica lo observaba. -¿Quieres ir a la fiesta?
-Pensé que no tenías ganas
-No, mentí en eso. En realidad no había una razón interesante para estar allí.
-¿Y ahora, si la hay?
-Claro, estás tú – el sonrojo de sus mejillas pasó a hacer la de su rostro entero. Él la ayudó a levantarse tomando su mano. Ella lo aceptó, pero él no la soltó y caminaron hacia el salón así. Ella sonrojada, él sin prestar mucha atención.

La velada transcurrió. May se había perdido de la vista del peli verde mientras se entretenía con una bebida de fresas que había encontrado de casualidad, probó y le gustó, pero no supo percibir el ligero aroma y sabor a alcohol. Un joven castaño se había acercado a invitarla a bailar un par de veces, pero ella se había negado hasta que aceptó solo un baile. Luego, volvió a tomar otra copa de ese rico refresco.
Anduvo por la fiesta en busca de su acompañante, después de todo, él la había arrastrado hasta allí y luego se había desaparecido. Fue cuando lo vio, se encontraba junto a una hermosa chica de cabellos negros y ojos azules, la conocía, había estado en el concurso. Ella había perdido contra él en una batalla antes de que ambos se enfrenten. Era una chica bastante bonita. Y él estaba muy contento con ella. Algo empezó a arderle en el pecho, algo que traía un enojo irracional. Celos. La palabra resonó en su cabeza. Se apresuró a retirarse de allí.
Salió al pequeño balcón del local. La noche estaba bastante despejada y la luna brillaba con imponencia. Perdió la mirada en el paisaje estelar. No contó el tiempo, hasta que oyó pasos.
-¿May? Al fin te encuentro. ¿Qué hacías? – el chico se acercó a su lado y observó el leve sonrojo de la muchacha.
-Drew…- sus palabras sonaron quebradas. Por algún motivo no podía controlar las ganas de llorar que sentía. En realidad, no sabía el porqué de su actitud. –Soy un desastre – las lágrimas, como las palabras, empezaron a brotar sin poder contenerlas. –Nunca mejoraré como coordinadora, siempre seré la número dos y de colmo, tú estás allí parado mirándome con esos ojos esmeraldas tan bellos que me dan ganas de golpearte. ¡Te detesto ¿sabes?! Te odio, te odio ¿y sabes por qué te odio? Te odio porque no puedo odiarte. – La incontinencia verbal la había afectado. Aún mantenía una parte de su cerebro consiente, pero no era ninguna de las que podía detener lo que estaba sucediendo.
-May, ¿has tomado alcohol? – el muchacho se veía sereno, pero se podía notar el nerviosismo escondido.
-¡No! ¡Sí! ¡¿Pero qué te importa, a ti?!
-Me importa.
-¡No es verdad! No te importa. No te importa nada de lo que me suceda ¿sabes por qué? ¡Por qué yo no te importo! – la chica explotó. Él se acercó a ella para intentar calmarla. Su mirada se dirigió hasta el interior del salón, por suerte había pocas personas y todas estaban en sus propios asuntos. Gracias a Arceus ya era tarde.
-¿De dónde sacas eso? Claro que me importas, sabes que tú eres… - Había logrado acercarse hasta esta estar delante de ella.
-¡Cállate Larousse! Si vas a decir que soy tu rival o tu amiga, mejor no hables. – ella se apartó y se recostó sobre el barandal, mirando hacia el exterior. Tomó unos momentos en silencio.
-¿Qué te pasa, May? – Él se aproximó hasta su lado. Sabía lo borracha que estaba y tenía que sacarla del lugar, pero no podía si ella no se calmaba.
-Nada. No me pasa nada. Ándate con tu chica esa – murmuró sin girar la mirada.
-¿Chica? ¿Qué chica?
-La chica esa, morocha de ojos bonitos con la que hablabas. ¡¿Por qué no vas a molestarla a ella en vez de a mí?!
-May… ¿Puedes dejar de gritar? Pareces loca. Ven, vamos adentro. – intentó tomarle de la mano pero ella se alejó. Su mirada subió hasta sus ojos, estaban cristalinos y lo miraban con furia.
-No quiero…Suéltame.
-May, esa chica es solo alguien que conocí. ¿Por qué te pones así?
-Por qué sí. Porque tú siempre estás rodeado de chicas bonitas y talentosas.
-¿Estás celosa May?
-¿Celosa? ¿Yo? ¡Por favor Larousse! Por qué yo estaría… -se quedó callada por un momento. - ¡Sí! ¡Estoy celosa! ¿Y qué?
-¿Lo admites?
-Sí, lo admito. Estoy celosa. Estoy celosa de que estés rodeado siempre de fans. Tienes razón. ¿Y sabes qué? No importa. Ya no me importa nada. Así que te diré de una vez… - Adiós a la última gota de cordura que tenía en el cerebro.
-¡Me gustas Drew! ¡Estoy enamorada de ti! –Un segundo tardó en reaccionar el peli verde luego de las palabras de la joven, antes de que esta lo tome de la camisa y le plantara un beso en los labios. May lo estaba besando. Sabía que no estaba bien seguirle el juego en ese estado, pero había deseado tanto aquel beso, desde hacía tanto tiempo que no pudo evitar seguirlo. Poco a poco se dejaron llevar. May sabía a fresas. El sabor era adictivo y lo impulsaban a seguir, la tomó de la cintura acercándola más a él, ella alzó los brazos rodeándole el cuello. Agradeció que la vida le haya dado una oportunidad y la adolescencia haya permitido que se estirara unos centímetros logrando ser más alto que May.
¡Bendito aire! Tenía que faltar en aquel preciso instante. Se separaron del beso sin alejarse, él intentaba recuperar la cordura y la respiración.
-Me gustas tonto…- fueron las palabras de May antes de cerrar los ojos y dejarse caer. Por suerte, Drew la tenía sujeta de la cintura. May se había quedado dormida.
-Si estuvieras sobria… no dirías lo mismo, May.

Al día siguiente, se despertó en una habitación que no reconocía como suya. Le estallaba la cabeza. Buscó con la mirada pero no encontró nada. Se colocó de pie, se dirigió al baño y salió. ¿Dónde estaba? No recordaba mucho de la noche anterior. ¿Qué había pasado? Salió a la pequeña estancia del lugar y se encontró con toda una escena. Drew se encontraba sin polo recostado en el mueble, parecía agotado.
En cuanto ella se acercó él abrió los ojos.
-Ya despertaste.
-Drew…- Él sonrió. -¿Qué pasó ayer? ¿Dónde estamos?
-Estás en mi habitación, no encontrabas tus llaves para dejarte en la tuya, así que te traje aquí. La enfermera Joey ya trajo una copia de la llave de tu cuarto.
-Oh. Gracias. ¡Puaj! Me explota la cabeza. ¿Qué tomé?
-Y al parecer te volviste adicta al coctel de fresas.
-¿Hice algo malo? – él dudó en responder. Pero ¿qué le diría? ¿Qué lo había besado?
-No, nada.
-Bueno. Creo que me iré a mi habitación.
-Sí.

En el momento que llegó a su habitación solo atinó a ducharse, comer un poco y recostarse en su cama. Por suerte su barco no salía hasta el día siguiente, podía dormir todo el día. Sus pokemon estaban bien, antes de salir, Drew dijo que los había dejado en observación y solo tenía que pasar por ellos. Menos mal. Drew siempre era una gran ayuda. Cerró sus ojos y la imagen de Drew vino a su mente. Ella. Él. Su perfume. Sus labios. Ese sabor a café. Sus brazos en su cintura… Se levantó apresuradamente. La noche ya había caído. Se había pasado todo el día durmiendo.
El golpe de la puerta la había despertado, eso y aquel sueño…aquel sueño que pareció real.
-¡Drew! ¿Qué haces aquí? Pensé que te ibas hoy…
-No. No me fui. Tengo que hablar contigo. – Dijo entrando a la habitación de la chica.
-¿Sucedió algo malo? – Parecía nervioso, intranquilo y ansioso. Esos adjetivos jamás habían sido utilizados para describir a Drew Larousse por lo que sorprendió a la joven. Ella cerró la puerta. Él se giró y se quedó observándola. Esa mirada penetrante. Un flashback de esos ojos pasó por su mente. ¿Era su sueño? ¡Oh por Dios! No me digas que…
-May…ayer –
Ella se quedó helada. Esperaba que solamente hubiera sido un sueño, un hermoso y simple sueño.
Él tomó un poco de aire, daba vueltas sobre el mismo sitio lo que la inquietaba más. Si acaso había pasado lo que temía… entonces él…
-May yo…
-¡Olvídalo! ¡Olvida lo que pasó por favor! – saltó ella.
-¿Qué?
-Sí, eso. Por favor. No sé qué te dije o que hice exactamente pero por favor olvídalo. Qué todo vuelva a la normalidad entre nosotros…- pidió ella bajando la mirada. Drew se acercó lentamente.
-No. No May. Después de lo de ayer… - él la tomó del rostro y con su mano suavemente la hizo alzar la mirada. –Yo no puedo dejar de pensar en eso… May, yo te amo. – Esas palabras. La imagen de él con la chica de fiesta. Ella se apartó.
-No…No…Tú no puedes sentir eso por mi Drew.
-¿De qué estás hablando? – hizo el ademán de acercarse pero prefirió mantearse en su sitio.
-Yo soy solo tu rival, tu amiga, tú no me amas. No, no puedes.
-Sí, lo hago May.
-No, no lo haces.
-May, te amo. Me gustas, me vuelves loco. Y sé que tú también sientes lo mismo.
-No… tú no puedes saber eso. Tú no sabes si lo que sientes es amor y mucho si yo siento lo mismo.
-Lo sé, lo sé porque me vuelvo irracional cuando estoy contigo y alguien se te acerca. Muero de celos. Como ayer, cuando ese tipo te sacó a bailar…
-¿Y por eso te pusiste a hablar con esa chica?
-¿Qué? ¡No! Ella se me acercó para pedirme unos consejos de batalla, nada más.
-Bien por ti. – respondió algo osca.
-¿Ves que te importa? Eso quiere decir que sientes lo mismo.
-No. Basta Drew yo… - Ella estaba confundida. En realidad, nunca se había puesto a pensar en lo que sentía por el muchacho. Era cierto que la ponía nerviosa, que le atraía de cierta forma, pero siempre pensó que era porque eran amigos, ella no se había puesto a pensar en la sensación de vacío que sentía cuando él se iba o las ansias que la carcomían cada vez que se iban a encontrar. O lo cómoda que estaba cuando estaban juntos, peleaban, reían… ¿Ella estaba enamorada de Drew? No. –Por favor… - las lágrimas empezaron a brotar de sus ojos. Él retrocedió. –Yo no puedo… No sé…
-Entiendo. – Ella lo observó. Él se había quedado quieto, tenía la mirada gacha. –Entiendo May. De todos modos, quería que lo supieras. Que supieras lo que yo siento por ti antes de irme.
-¿Irte? – esa palabra salió de su voz casi como un grito. Le había dado pavor. Recordó que el partía a su ciudad natal luego de este concurso. Respiró profundo. -¿Irás a La Rousse?
-No. –Ella lo miró expectante. –Iré a Sinnoh por una temporada y luego me aventuraré a Teselia.
-¿Cuánto tiempo te irás?
-No lo sé. – hubo silencio. Él se encaminó hacia la puerta
-Drew… - se detuvo- ¿Volveremos a ser los de antes?
-Espero – el abrió la puerta y salió. –Adiós May.
De eso pasaron varios meses antes de que ella recibiera un mensaje de él. Poco a poco la comunicación se iba haciendo menos incómoda. Él parecía el mismo de siempre. Ella por el contrario, empezaba a sentirse cada vez peor. Tener a Drew lejos la había hecho darse cuenta sus sentimientos por él y había decidido sorprenderlo un día. Estaba lista. Pero el destino no se lo haría nada fácil.
-Hola May – saludó él desde el otro lado de la pantalla. Ella se había arreglado, aunque solo hablarían por videoteléfono. Estaba muy nerviosa. Respiró profundo. Él estaba cada vez más lindo. Sonrío.
-Hola Drew. ¿Cómo has estado?
-Bien. Aquí hace mucho frío pero todo bien. Estoy preparándome para entrar a un nuevo concurso. ¿Tú?
-Me alejé un tiempo de los concursos.
-¿Y eso? ¿Todo está bien?
-Eh, sí. Solo que pensé que sería lo ideal un tiempo para que mis pokémon descansen y poder entrenar con ellos de una forma más atenta.
-Me parece una gran idea, May. ¿Y de que querías hablar? ¿Era eso?
-¿Eh? No. Yo quería… Pues…- respiraba profundo. –Drew, en este tiempo que has estado lejos yo… me he dado cuenta que yo te echo muchos de menos y eso me hizo pensar en que…- Sus manos le sudaban. Estaba ordenando las palabras para poder confesar sus sentimientos cuando unas palabras de mujer se oyeron. Ella observó la pantalla. Drew estaba en lo que parecía una casa. ¿Quién podría ser? Acaso Drew… no… Solo habían pasado seis meses desde lo que pasó…
-Drew, ¿te parece bien sí sirvo la comida de una vez? ¿Me oyes?
-Eh, sí. Ya voy. Estoy hablando por teléfono. – Respondió él mientras miraba hacia una dirección fuera de la cámara.
-Oh, lo siento. Apresúrate o se va a enfriar.
-Sí.- volvió la mirada en May, pero ella ya no se veía tan contenta –Lo siento. Entonces ¿Qué me ibas a decir?
-No nada, decía que te echaba de menos. En las competencias. Ya sabes, no hay buenos rivales, por eso también dejé de entrenar.
-Ya veo… - algo no estaba bien, él sabía que ella mentía –Ya volveré para enfrentarnos. Vuélvete más fuerte hasta entonces.
-Sí. Esto… Me tengo que ir. Mi mamá me llama. Me debo ir. Adiós Drew. Cuídate. –No lo dejó despedirse, ella cortó y salió del lugar. Había perdido a Drew sin siquiera tenerlo. ¿Tan cobarde había sido? ¿Por qué? ¿Por qué tenía que pasarle a ella?
Pasó el tiempo y a pesar de que Drew intentaba contactarla ella se rehusaba a entablar una gran charla con él. Mensajes de “Holas” y “Cómo estás” terminaron siendo nada. Se perdió la comunicación después de un año de no verse. Ella entró en un foso que no pudo escapar hasta que llegó él. Un entrenador encantador y el resto… es historia.
Flash Back OUT.

ESTA HISTORIA CONTINUARÁ...
........................................................................................
Hola! Volví con la segunda parte de esta historia.
Muchas gracias por sus lindos comentarios Vuelve a Soñar (Remake) 939602

Me pone requete feliz que les guste a ustedes. Ahora lo hemos dejado al final de un Flash Back... ¿Qué pasará?
¡Espero que les siga gustando! Esperaré impaciente sus comentarios.
Saludos* Vuelve a Soñar (Remake) 506

por Mai-chan Dom 24 Ene - 7:59

Waaaa que triste T.T
Esto es demasiado bueno
Continualo Mar!! ♡

por **Mar.** Sáb 30 Ene - 1:23

Spoiler:

--------------------------------------------------------------------------------------

Se encontraban todos en la sala. Ella llegó con tasas de chocolate caliente.
-Pues, cómo no esperaba tanta visita… - empezó a decir mientras repartía el chocolate.
-Si soy una molestia yo…- En cuanto el peli verde empezó a hablar ella se giró rápidamente hacia él. No quería que pensara eso. Todo lo contrario, una parte de ella quería que él estuviera… Por suerte, Dawn lo volvió a sentar jalándolo de la camisa sin dejar de sonreír.
-No, no quería decir eso…- se excusó la dueña de casa –Iba a decir que tendrán que compartir habitación. ¿No les molesta chicos? – preguntó viendo a los dos muchachos.
-No, para nada May, gracias por alojarnos – sonrío el morocho. Ella devolvió el gesto.
-¡May, espera! ¿Y…?
-Dawn, cuando llegue tu novio lo solucionamos – cortó la peli naranja, mientras la menor hacía un puchero.
Empezó una velada de charlas y anécdotas que se extendió hasta la media noche. Ella había cerrado los ojos y aunque oía a su alrededor iba entregándose a los brazos de Morfeo. Podía distinguir la conversación que sus amigos habían tomado.
-Deberíamos irnos a dormir.
-Eh… Misty, May ya se durmió.
-¿Es enserio?
-Drew, ¿Podrías llevarla a su habitación?
-¡¿EH?! ¿Yo?
-Sí, tú. Y no grites que la vas a despertar. No te preocupes, su novio no está en la ciudad, volverá hasta antes de la boda.
-Bueno, ¿Ash me…? ¡¿Pero a donde se fue?!
-Es la última puerta del pasillo. ¡Suerte! – El peli verde suspiró. Ella había considerado abrir sus ojos, pero algo dentro se lo impidió. Sintió como él la tomó entre sus brazos.
-Pareces un ángel… - murmuró cerca de ella. –May, sigues igual de liviana que siempre – la oración la acompañó con un tono de gracia. Ella sonrío para sus adentros, mientras se dejaba llevar.

Flash Back IN
-May si sigues comiendo así, vas a engordar- dijo con presunción al ver a la joven, quien se acababa de comprar un cono de helado después de acabar de almorzar.
-¡Cállate Drew! Yo nunca engordo- río con orgullo
-Eso crees tú – Aquel tono de autosuficiencia era lo que a ella le crispaba y lo que iniciaba las discusiones entre ellas.
-Tengo un peso liviano
-¿Enserio? ¿Cuánto pesas?
-No lo sé, pero… ¡¿Y a ti qué te importa?!- le reclamó exaltada.
-¿Crees que te pueda cagar?- preguntó con arrogancia dejando perpleja a la muchacha.
-No lo creo, eres un debilucho- bufó. No es que lo estuviera retando, era lo que ella creía. Si bien es cierto Drew había ganado unos centímetros de alto y unos que otros en cuerpo, aún pensaba que él era algo débil.
-Entonces admites que estas gorda-río victorioso. Ella había caído en su juego.
-¡Que no! ¡Pero un chico tan fuera de forma no podría cargar ni una pluma!- gritó cada vez más exaltada.
-Entonces veamos…
-¿Eh?- Con un rápido movimiento, el joven cargó a la chica con sus dos brazos y sin que ella soltará un poco de su helado. Nadie podía negar que el muchacho tuviera habilidad.
-¿Ni una pluma?- soltó una risa –Pues parece que si te pude cargar en brazos…y estas equivocada, si pesas-se bufó
Un tomate. Eso parecía May en ese instante. Un tomate redondo. -¡Bájame de una vez! – pataleó. -¡Y a ti que te importa si estoy gorda o no! – En el esfuerzo por intentar bajarse, el helado se le chorreó contra el pecho.
-¡Cálmate May!- el joven la bajó y no pudo evitar soltar una carcajada. Ella solo infló los cachetes, se dio media vuelta y empezó la marcha. Nadie se reía de May Ballance. Ella tenía dignidad.
-¡May!- gritó él, pero ella no volteó y siguió caminando.
Pasaron varios minutos, antes de volverlo a encontrar. Ella se había cansado y se sentó en una banca del parque.
-May…-
-¿Qué quieres?- soltó hostil.
-Toma- la joven alzó la mirada y se encontró con un algodón de azúcar rosa –Iba a ser un helado, pero si no te encontraba se derretiría y no me quise arriesgar-
-Gracias- la joven lo aceptó, pero no volteó a ver al peli verde. Él se sentó a su lado.
-¿Sabes May?...No me importa si estas gorda o no… o si comes mucho o no… para mí- la chica se giró y sus miradas se encontraron. – Eres perfecta así – sonrió. Esa sonrisa que le movía el mundo entero. Ella se sonrojó y lo intentó ocultar mientras comía el algodón de azúcar.
-Gracias
Flash Back OUT

A la mañana siguiente, despertó calmada, fue al baño se lavó la cara y bajó hacia lo cocina. Dos notas en la encimera le avisaron que sus amigos habían salidos. Se dispuso a tomar desayuno cuando vio al peli verde intentando escabullirse por la puerta.
-¿Drew? ¿A dónde vas? – Él muchacho traía su mochila al hombro, se veía algo nervioso.
-May… La verdad, es que yo…
-¿Te vas?
-Es que me parece demasiado pedir que me alojes en tu casa...-
-¡Por favor!, no es ninguna molestia. Ya deja eso y ven a tomar desayuno – la joven le quitó la mochila y la dejó a un lado, mientras lo tomaba de la mano y lo conducía hasta la mesa. Él sonrío. Ella siempre tan espontánea, volvía a ser la misma May de siempre.
-¿Los demás?
-Pues… la parejita salió de compras y Dawn salió muy temprano. Estamos los dos solos. ¿Qué quieres hacer? - ¡¿Eh?! De acuerdo, eso no se lo esperaba. La cara del peli verde pasó de ser una sonrisa a una de sorpresa. No esperaba encontrarse en aquella situación, suficiente era compartir el mismo techo que la castaña por un día junto a sus amigos, pero solos. No confiaba en sí mismo y no, porque fuera a hacer algo malo, sino que podría caer en la tentativa de decir algo que afecte su relación con su amiga.
-¿Tú no tienes que ver algo de tu matrimonio? – Ella negó con la cabeza.
-No, está todo hecho. Pero si debo ir a comprar unas cosas al centro. ¿Me quieres acompañar?
-¿Y tu novio?
-Tuvo que viajar, vuelve antes de la boda. ¿Y bien? ¿Me acompañarás o no? – preguntó antes de empezar a hacer gestos que provocaban una risa al muchacho que intentaba no dejarlas salir.
-Pareces un bebé haciendo eso.
-Tú eres un amargado. Y sabes que igual terminarás acompañándome, así que iré a cambiarme.
Y así fue, mientras ella se vestía él se quedó en la planta baja. Se apresuró y luego de oír su segundo llamado por parte de él, bajó de prisa. Salieron al centro y estuvieron toda la mañana y parte de la tarde paseando por las tiendas. May había comprado un par de cosas innecesarias a la vista el muchacho, y finalmente se había detenido en una tienda donde vendían chocolate caliente. Lo dejó esperando mientras fue y compró dos, al salir, le entregó uno al chico.
-¿Está todo bien?
-Sí… Eh, Misty y Ash llamaron para almorzar juntos. ¿Quieres ir?
-Claro. ¿Dónde nos vemos?
-En…
Aquella tarde la había pasado estupendo junto a sus amigos, luego de almorzar, se fueron a un parque de diversiones y se entretuvieron hasta entrada la noche, llegaron a casa y Dawn los esperaba con una cena ordenada por delivery. Ese día, como los siguientes, fueron mágicos para ella. Estar junto a Drew le traía tranquilidad, le traía alegría. Cada pequeño gesto que tenía con ella, cada detalle, cada palabra. La hacía temblar.
Fin del Flash Black

ESTA HISTORIA CONTINUARÁ...

----------------------------------------------------------------------------------

Bueno, espero que este pedacito haya sido de su agrado.
Volveré con otra parte más grande pronto.
Gracias por las vistas.
Saludos. Vuelve a Soñar (Remake) 506

por nikimay Mar 2 Feb - 11:44

ohhhh que lindo eso esperaba de mi querida Mar ahh pero mil disculpas por no haber comentado ase tiempo no estube muy endiente pero leo y leo y me intriga mas lo que escribes ahh adoro estar en e contest leyendo espero la continuación y que sea largo ahhh genial esto me encanta y mas intrigada me volveré loca espero la conti bueno no me quiero ir pero la conti lo mas rápido posible esta muy lindo

por Mai-chan Mar 2 Feb - 13:53

Mar!!! *-*
Me siento feliz xD
Me avergüenzas querida 0//0
Es demasiado lindo y adorable!!

por Sae Lun 21 Mar - 21:43

este fic me gusta pero me hace sentir un poco triste, es la historia pero me gusta mucho. Espero la conti.

por **Shiba** Mar 22 Mar - 2:17

Mi querida Mar...
Te escribo este mensaje para decirte que...
Eres una malvada (? ...

Los halagos aparte.

MUY malvada.

Y te diría cosas peores pero no, no puedo (?
La verdad, creo que nunca leí antes, este fic... ~~El primer capítulo no cuenta~~ Y me ha dejado con mucho vacío.
En primera porque, Mai Gah... ¿Por qué? ¿Por qué les haces esto?
¿Por qué sus momentos son tan bonitos y May es tan tonta?
Hay que decirlo, Max tiene razón. Lo siento May (?
Ah, y eres celosa, pero así te quiere Drew ♥
También te queremos a ti lechuga ♥ (Ah... Cuanto tiempo :'D)
Segundo, vi la fecha de la última vez que publicaste conti... ¿Dónde está el otro cap? ¿Eh? ¿¡Dónde!?
Ha pasado más de un mes,~~que sé que existe la vida social. Pero, que no me importa. Aunquesinelcomentarioanteriornolohabríaencontradorápido,yesoqueyasabíadesuexistencia~~
Y Tercero ¿Sabes lo difícil que es mandar un mensaje al foro por celular? Me tuve que pasar a la compu. Por suerte tenía hambre y aproveché (?
Pero, como sea. Que es una historia muy linda. Que me ha dejado con mucha curiosidad de saber más. Por lo que, esperaré a la continuación :3.

por **Mar.** Miér 23 Mar - 12:32

.................................................................................................

“Nuestro corazón es como un motorcito chiquitito que todo el tiempo busca y busca, busca encontrar a alguien a quien amar. No se cansa nunca, aunque estemos vencidos él siempre busca y busca, porque un corazón necesita amar.
A veces nos pasamos cincuenta cuadras, equivocamos el camino y el corazoncito sigue ahí, incansable, diciéndonos ‘no es por acá’, pero no lo escuchamos. Creemos que lo que el corazón busca es alguien que nos ame, pero no, el corazón no es tan egoísta, él solo busca alguien a quien amar.”
-Casi Ángeles.

• • •
Hasta hace unos días estaba segura de que era lo que yo quería. Estaba segura de lo que sentía, estaba de acuerdo con mi decisión. Ahora… ya no sé. Desde que él apareció mi corazón se dio una vuelta de 180 grados. Pensé que lo que sentía por él se había esfumado, lo había olvidado, que lo había superado pero no. Me equivoqué. Vaya que me equivoqué. Mi corazón exige estar cerca de él. Lo siento. Lo siento muy dentro de mí. Ese sentimiento está presente y dudo que se esfume. Pero ahora él ya no está y yo me siento perdida.
• • •

Se había aventurado a ponerse de pie. Se duchó, se peinó y cambió. Lo había decidido: Lucharía por su felicidad. Lucharía por él.
-¡May Ballance! ¡Me importa cuatro pepinos que no quieras salir, entraré y te sacaré de allí quieras o no! – la voz de Dawn desde el otro lado de la puerta la alertó. La joven entró seguida de la peli naranja, decididas a sacar a su amiga del hoyo en el que se encontraba, pero grande fue su sorpresa en verla ya arreglada.
-¿Qué me perdí? – preguntó la peli azul perpleja
-Tienen razón, chicas. Ayer hablé con Max y me hizo mucho bien.
-¿Y qué harás, ahora?
-Pues, no pasarme llorando todo el rato para iniciar.
-Es un buen inicio. ¿Quieres ir a desayunar? No has comido casi nada desde…- Misty había empezado a hablar, May había bajado la mirada.
-No es que tenga mucho apetito, sabes.
-Vamos May, ibas bien, no te nos bajes. – la castaña sonrío. Sus amigas siempre habían estado para apoyarla.
-De acuerdo. Pero solo un té y tostadas.
-Bien, baja para poder desayunar juntas.
-Sí… Chicas- ambas mujeres se detuvieron en la puerta y voltearon a verla. -Gracias. Sé que este tiempo he sido muy pesada con ustedes… cuando ustedes solo han querido ayudarme. Lo lamento mucho.
-Boba May, nosotras siempre estaremos para ti. Nosotras, todos tus amigos y tu familia. No lo olvides.
-Sí.

Flash Back
-¿May? ¿Estás bien? ¿Por qué no bajaste a desayunar? – la voz de Misty, sutil y maternal. Se acercó a la joven que aún se encontraba arropada en cama. -¿May? ¿Está todo bien? – a ver el rojo de sus mejillas y su respiración agitada tocó su frente. -Oh por dios ¡Estás volando en fiebre! –
-¿Qué pasa Mist? – Ash había entrado en la habitación junto al resto.
-May tiene mucha fiebre.
-¿Se resfrío? Será porque ayer nos agarró la nevada algo lejos y vinimos a pie – excusó la peli azul. –May se quedó con la ropa húmeda un rato por qué quería preparar la cena primero.
-Drew ¿Podrías traer un poco de agua con un paño?
-Sí, claro.
-Ash, ve si puedes ir a encontrar algo en el botiquín, Dawn llama a Caroline, dijo que estaría en el hotel cerca.
-Yo iré a prepararle un té.
Todos se movieron. Drew llegó con el agua y Misty le indicó que hacer.
-May…-soltó un susurro mientras le colocaba un paño húmedo en la frente. -¿Por qué siempre tan problemática? – el peli verde acarició suavemente la mejilla de la castaña. En realidad se veía desmejorada.
-No hay nada en el botiquín. Iremos al centro a conseguir algo y traeremos para la cena también. ¿Puedes quedarte cuidando a May? – preguntó Dawn entrando a la habitación.
-Sí, no hay problema. Vayan –
-Caroline dijo que no podría venir porque se encuentra fuera de la ciudad por un problema, volvería esta tarde.
-No hay problema.
Las horas pasaban y no había señales de los muchachos. La fiebre de May había bajado considerablemente, pero no sería por mucho. Drew se sentó en la sala y prendió el televisor cuando se encontró con las noticias locales. Lo que faltaba. Una tormenta de nieve. Se asomó a la ventana. Era cierto. El teléfono no tardó en sonar.
-Drew, nos quedamos atascados en el centro. No podremos llegar a casa hasta que la tormenta pase. ¿Cómo está May? – La voz de Misty desde el otro extremo se hizo oír.
-Le bajó la fiebre y está descansando ahora.
-Menos mal. La mamá de May tampoco podrá llegar hoy. Al menos estás tú allí para cuidarla.
-Sí.
-Iremos en cuanto la tormenta pase.
-Claro. Por favor no tarden más.
-Es un hecho.
Cortó el teléfono.
Las horas pasaban lentamente. Drew subía cada tiempo a monitorear a May, quién no se había movido en todo el rato. La fiebre estaba volviéndole a subir y eso le preocupaba. Fue a la cocina y logró encontrar algo para preparar una sopa que le había enseñado a cocinar su madre. Salió de la cocina dispuesto a subir, cuando la luz se apagó. Dejó la bandeja en la cocina y buscó entre algún cajón una linterna o una vela. Ahora necesitaba a algunos de sus pokémon, pero por petición de Dawn, todos habían llevado a sus compañeros a un día de “spa” en el centro pokémon y se habían quedado allí por revisiones, pero gracias a la tormenta no podrían ir por ellos hasta el próximo día. Menos mal, la enfermera Joy se encargó de avisarles personalmente que los cuidaría hasta entonces.
Encontró una linterna en el cajón justo a tiempo, cuando oyó un grito desde el cuarto de May. Subió rápidamente las escaleras y entró al cuarto. Alumbró la habitación con la linterna. May no estaba en la cama. Buscó alrededor y la encontró hecha un ovillo cubierta por el edredón, sobre el suelo a un lado de la cama.
-¿Qué haces allí May?
-Drew…- su voz sonaba entrecortada. Él se acercó y se sentó a su lado. –Tuve mucho miedo – dijo ella recostándose en su hombro.
-May, aún tienes fiebre. Vuelve a la cama. – pidió luego de tocarle la frente.
-¡No! – se sujetó más la frazada y se acurrucó contra el pecho del chico. –Quédate aquí, por favor.
Hubo silencio.
-¿Sabes? Soñé que te ibas.
-¿De qué hablas? No me iré a ningún lado May, te prometí estar presente…
-Lo sé. Pero hace años, habías prometido que todo estaría bien y aun así te fuiste, desapareciste.
-No me iré ahora, May.
-Quédate a mi lado Drew – pidió acercándose más al chico. Él era consciente de la situación, May tenía mucha fiebre y podía decir o hacer lo que fuera.
-No me iré pequeña, lo prometo, pero vuelve a la cama – pidió con voz cariñosa. Ella esperó unos momentos pero accedió. Se puso de pie y volvió a su cama. Drew la ayudó a subirse y la arropó, se dispuso a darse vuelta cuando ella lo tomó de la mano.
-No me dejes…
-No lo haré. Iré a traer algo para qué tomes ¿quieres? – ella negó con la cabeza.
-Solo ven…- ella tiró de su mano y él la siguió. Se sentó a un lado y ella se acurrucó junto a él. -Así hay menos frio.
-Drew… - respondió con voz vencida. El sueño estaba ganando la partida.
-Dime May…
-Yo quiero decirte algo desde hace mucho tiempo…
-¿Y qué es?
-Yo te quiero.
May cayó dormida y él se quedó contemplándola.
-Cómo me gustaría que eso fuese realidad…- y contemplándola se quedó dormido a su lado.
-¡Drew! ¡Ya llegamos! – el grito desde la primera planta, anunció la llegada de los demás. Miró su reloj. El amanecer estaba cerca. Acomodó a May y salió del lugar para encontrarse con sus amigos.

Se levantó de muy buen humor. Parecía que ya no tenía fiebre y recordaba el lindo sueño que había tenido el día anterior. Bajó las escaleras y se dirigió hacia la cocina, pero en el camino se topó con el peli verde, quien dormía recostado sobre el sofá.
-Dre…- su llamado fue interrumpido por una mano leve sobre su hombro. La joven se giró encontrándose con el morocho.
-No hagas ruido May, el pobre se desveló cuidando hasta que te bajó la fiebre – dijo casi en susurro.
-¿Enserio?
-Sí, nosotros salimos pero la tormenta nos tomó por sorpresa, nos quedamos en un hotel hasta hoy que llegamos al amanecer- El chico se fue para la cocina.
-Vaya. – La joven se acercó al lado de Drew y lo observó. En verdad se veía cansado pero aun así podía ver tranquilidad en su rostro. Tenía esos rasgos finos y su piel… ¡Parecía brillar! Sin darse cuenta, se fue acercando cada vez más al rostro del joven. Sonrió y depositó un beso en su frente.
Entró a la cocina y Ash le dedicó una mirada pícara.
-No digas nada Ketchum.
-No lo iba a hacer – respondió restándole importancia y tomando su café.
-¿Mist y Dawn?
-Salieron temprano, dijeron que iban a recoger sus vestidos y a probárselos. Pasaremos por ellas a eso de las 10-
-¿Pasaremos?
-Sí, yo y el novio de Dawn.
-Oh. – La joven tomó asiento al lado del chico, quién le tendió una taza de té.
-Tú debes de descansar, aun no te recuperas por completo y la boda está a la vuelta de la esquina. Y pues, Drew ni hablar, está demasiado cansado.
-¿Desde cuándo te volviste tan consciente Ash?
-Yo siempre lo he sido.
-Sí, claro. Hasta sonaste como una persona adulta. – empezó a burlarse la joven mientras ponía una tostada en la boca.
-Silencio aprendiz
-¿Hace cuánto no me llamas así?
-Desde que dejaste de ser mi discípula.
-Ah sí, cierto. “Tú discípula” – río sarcásticamente - Por cierto Ash…
-¿Si?
May tardó en elaborar su pregunta… -¿Tú crees que estoy haciendo lo correcto?
El joven meditó la pregunta. –Mmmm… En realidad no lo sé May, eso solo lo sabes tú. Pero yo creo que si estás dudando, entonces deberías dar un paso pequeño. Yo sé que yo siempre arriesgo sin preocuparme, pero hay situaciones, como es esta, en las que hay que detenernos a pensar un poco más. Después de todo… Se trata de algo que será para el resto de tu vida. Es una decisión importante. Debes de estar segura.
La joven lo observó detenidamente agudizando la vista.
-¿Qué?
-¿Quién eres y que has hecho con Ash?
-No sé ni porqué me molesto.
-Es broma, es broma. No te lo tomes enserio. – río la joven.
-Dime May… ¿Dudas?
-No es que dude…no sé, en realidad. Estos días lejos de Brenan me han hecho pensar un poco más. Después de todo, desde que nos conocimos no hemos estado mucho tiempo separados, ¿será por eso?
-No lo sé, tal vez. Yo por el contrario, no creo que pueda imaginarme ahora, estando lejos de Misty.
-Es porque tú la amas.
-Sí. La amo. ¿Tú lo amas?...
-Sí. Obvio que lo amo, sino no estaría por casarme ¿verdad? – Hubo un ligero titubeo.
-Eso dímelo tú. Y ya que ando inspirado, te diré algo… El corazón sabe elegir, solo hace falta que lo escuchemos. A veces lo ignoramos y ahí es donde nos equivocamos. Pero créeme cuando te digo que cuando lo escuches, las cosas estarán más claras.
-Enserio, ¿dónde está mi amigo?
-Me voy – Ash se colocó de pie.
-Lo lamento Ash, pero compréndeme. No estoy acostumbrada a tus palabras de hombre adulto.
-JAJA Que chistosa. – soltó con ironía.
-Igual gracias por el consejo.
-No es nada. Bueno, es hora de irme.
-¿Pero no ibas con las chicas a las 10?
-Sí, pero antes pasaré por Pikachu y los otros al centro pokémon. ¿Quieres que vaya por los tuyos también?
-Eh… no. Yo iré personalmente por ellos.
-Si aún te sientes mal, será mejor que no salgas.
-No te preocupes, estoy mejor.
-Era de esperarse, Drew cocinó para ti y no descansó hasta que terminarás la sopa junto a las pastillas. Luego que te bajó la fiebre, recién lo convencimos para que baje a descansar. Es obvio lo mucho que le importas May.
-Lo sé… - la chica volvió la mirada hacia la sala, en donde se podía distinguir el cabello revoloteado del muchacho sobre el sillón. Ash le dedicó una mirada.
-Nos vemos pupila – el chico le revolvió sus cabellos castaños y luego salió. –Llama cualquier cosa.
-Sí – Dicho esto, se volteó a recoger lo del desayuno y salió de la cocina. Fue hacia la sala y se sentó al lado del joven.
-Drew… Si tan solo ¡Kya!- El muchacho se movió sorprendiéndola un poco, pero él no se despertó. Se acercó más y no pudo resistir tocar uno de los mechones que caían en su rostro y lo apartaba de él.
-May…- Lo había oído. Él dijo su nombre en sueños. Se levantó sorprendida. ¿Acaso estaba soñando con ella? ¡No! Seguro era por lo que había estado cuidando de ella… ¿Verdad? Una parte de ella quería creer que no era así, sino que ella era la protagonista de los sueños del oji esmeralda, pero la parte coherente se lo impedía. Drew estaba rehaciendo su vida. Se había olvidado de ella y aunque no fuera así, ella estaba por casarse. He ahí el único e insignificante problema. Soltó un suspiro.
-¿May? – ahora sí. Su voz había sonado más claramente, aún adormilada, pero más clara. Buscó la mirada y se encontraron el uno con el otro. -¿Qué haces aquí? ¿Cómo sigues? – intentó acomodarse en el mueble.
-Esto bien y que yo recuerde, esta es mi casa – rió ella.
-No… me refiero a que haces aquí abajo. ¿No estabas enferma?
-Ya estoy mucho mejor. Tuve un buen enfermero – dibujó una sonrisa en sus labios y él le devolvió el gesto.
-Me alegro. ¿Qué hora es?
-Son las nueve.
-Es temprano. ¿Los demás?
-Salieron. Volvemos a estar los dos solos ¿No te molesta no?
-No, para nada. – el peli verde intentó ocultar un bostezo pero le fue imposible.
-Aún tienes sueño. Es obvio. ¿Por qué no vas a dormir?
-No, estoy bien. – el chico se colocó de pie algo adormilado aún.
-Dale Drew… Anda.
-Pero te quedarás sola – hizo una especie de puchero que a ella le pareció adorable.
-No te preocupes. Yo también iré a dormir un rato.
-¿Segura que no te importa?
-No, para nada. ¡Vamos a dormir!- soltó la joven sonriente. El chico le dedicó una mirada algo extrañada.
-¿Juntos?
-¿Qué? ¡No! ¡Drew!
-Es broma May. Relájate. Pareces un tomate. Iré a mi habitación. Te veo luego. – sin decir más se alejó por el corredor del primer piso. Ella subió las escaleras y se recostó en su cama. El corazón le latía a mil por hora. Logró calmarse y cerró sus ojos. A lo mejor dormía un poco más…

El sonido del celular la volvió a despertar. Empezaba a detestar ese aparatito, siempre la levantaba en las mejores partes del sueño.
-¿Si, diga?
-¿May? Habla la enfermera Joy, quería saber a qué hora pasarás por tus pokémon. Lo que sucede es que estamos un poco sobrecargados y necesitamos el espacio. Lamento la molestia.
-No se preocupe, estaré allí en una hora.
-Está bien, muchas gracias.
Cortó el teléfono. Tenía que ir por sus compañeros. A lo mejor Drew también quería ir. Bajó las escaleras rápidamente y se asomó a la habitación, estaba vacía. ¿Dónde estaba Drew? La joven se dio vuelta y se topó con el torso desnudo del joven que iba saliendo del baño.
-¿May? ¿Qué haces acá?
-¡¿Pero qué haces así?! ¡Cúbrete!- gritó dándose vuelta y tapando sus ojos con sus manos. O eso pretendía. May podía ser despistada, distraída y atolondrada, pero no era idiota. Sabía que su rival era muy atractivo. Siempre lo había sido, claro. Pero desde que tenían doce hasta ahora, había una notoria diferencia. Ahora estaba más fornido. Sus músculos se marcaban. Ella había leído más de una ocasión en la revistas de famosos artículos que lo clasificaban como uno de los coordinadores más elegantes y atractivos ¡Y vaya que tenían razón! Ella solo lo había podido ver en cuero pocas veces y la mayoría cuando iban a la playa o la piscina. Pero la última vez había sido hacía más de seis años atrás. Las cosas habían cambiado. ¡Rayos! ¡El chico era endemoniadamente hermoso! -¿Ya está? – preguntó con la poca voz que le quedaba.
-Sí, sí. Ya me puse el polo. ¿Se puede saber qué espiabas?
-¿Espiar? ¿YO? ¡Para nada! Entré a decirte algo. ¡Él que pasea en cueros eres tú!
-Estaba saliendo de la ducha May. Usualmente me baño desnudo. Además, traía short. ¿Por qué no tocaste?
-No pensé que…
-¿Ves? Allí está tu problema por no tocar. No respetas la privacidad.
-¡Cállate! No es cierto. Esta es mi casa, no me acostumbro tocar las puertas de mi casa.
-Eres una pervertida. Admite que querías verme.
-¡Ni siquiera sabía que estabas en la ducha! - la muchacha, que había estado perdiendo el color rojo de su rostro, volvió a tomarlo en dos segundos.
-Bueno, bueno. ¿Para qué venías?
-Ah…te quería decir que llamó la enfermera Joy para ir por los pokémon, quería saber si querías ir conmigo.
-¿Vas a ir? ¿Ya estás mejor? – el chico se acercó a la joven y colocó su mano en la frente. Si bien es cierto, ya se había puesto el polo, la tensión seguía presente y estando tan cerca, su perfume la inundaba y podía ver como las gotas del cabello aún mojado, resbalaban por su cuello y se perdían en el interior de la prenda.
-¿May? – llamó arrastrando las palabras, intentando llamar su atención.
-¿Eh?
-Preguntó que si ya estás mejor. ¿Qué tanto miras? ¿Acaso te distraigo? – preguntó con coquetería mientras se acercaba un paso más, al mismo tiempo que ella retrocedía.
-N-no- No sé de lo que hablas.
-Estás nerviosa May –dijo con singular tono: Sutil, ronco, romántico… bajó la mano de la frente hacia el rostro de la castaña, acunando delicadamente su mejilla. -¿Por qué estás nerviosa? – sonrió victorioso.
Ella apartó la mirada y con una gran fuerza de voluntad para no caer por las piernas que le temblaban, peor que gelatina, se alejó. –Basta Drew. ¿Vendrás conmigo o no? – expresó con cierto enfado.
-Sí. Me cambio y salgo. – respondió frío.
-De acuerdo. Apresúrate– se giró para irse lo más rápido posible.
-May
-¿Sí?
-¿Irás en pijama? – En aquel momento, cayó en cuenta lo que llevaba puesto. Su pijama. Su sencillo pijama que consistía en un short y un polo largo que lo lograba cubrir. Gracias a la calefacción de la casa, podía usar lo que quisiera mientras estuviera dentro de la casa, por lo que no había sentido el frío matutino.
-¡No! – salió corriendo de la habitación dejando a un Drew muerto en risa por la reacción de la joven.

Más tarde, se encontraban ambos caminando hacia el centro. Él había propuesto ir en carro para evitar que May se expusiera mucho al frío, pero ella se negó. Se cerró bien el abrigo y se resguardó en el calor de su chalina.
-Con tanta ropa ya casi no te ves May-
-Lo sé, pero es que tengo que cuidarme. La boda se acerca y…
-Sí. Lo sé. No quieres estar enferma.
-Sí. –El tema de la boda se había vuelto un tabú entre ellos dos. Cada mención a algo referente los llevaba a un silencio incómodo del que no parecían salir fácilmente.
Llegaron hasta el centro pokémon y recogieron a sus compañeros. Drew se encargó de verificar el estado de Roserade, mientras que May saludaba a su Glaceon. Luego de eso, salieron del lugar.
-Ya casi será la hora del almuerzo. ¿Quieres ir a comer algo?- preguntó el muchacho.
-No he traído dinero.
-Te estoy invitando May, acéptalo como disculpas por lo de hoy. ¿Te parece? – La chica le dedicó una mirada llena de desconfianza.
-Sabes lo mucho que como.
-No importa. Ya te lo he dicho. Además, sigues convaleciente, debes alimentarte bien.
-De acuerdo. Vamos.
Se encaminaron a un restaurante cercano y entraron. Encontraron una mesa y ordenaron. Mientras esperaban, May se excusó y fue hacia el baño. Había decidido que ya no estaría enojada con Drew, no podía. El muchacho era alguien importante para ella, lo aceptaba y sabía que le pasaban cosas con él, pero tenía que ser consciente: Entre ellos nunca pasaría nada. Además, él estaba invitando el almuerzo.
Salió contenta del lugar y cuando se acercó a la mesa, una imagen la impactó. Drew se encontraba conversando con una joven rubia, muy animadamente. Por más que luchó contra su razón y coherencia, aquel sentimiento de enfado crecía en su pecho y amenazaba con estallar. Se acercó a grandes zancadas hasta el lugar. Drew sonreía y la rubia también.
-Lo siento – espetó. Drew dirigió una mirada extrañada a la castaña.
-¡Oh por Dios! ¡¿Eres May Ballance?! – se expresó la chica.
-Sí.
-¡Oh Dios mío! Por favor, ¿Puedes autografiarme mi cuaderno? – la chica le extendió un cuaderno en blanco. La agarró por sorpresa. Ella tomó la lapicera y aunque se tentó por escribir algo no tan bonito…decidió hacer lo correcto y firmó una linda dedicatoria.
-No puedo creerlo. Primero Drew Larousse y luego tú. Pensé que jamás los vería juntos de nuevo… Un momento. ¿Están juntos? ¡No me digan! ¿Interrumpo una cita? – vaya que tenía energía esa muchacha.
-¡¿Eh?! ¡No! – Negó el chico inmediatamente –No es una cita. Es solo un almuerzo de compañeros.
Aquellas palabras la habían enojado más de lo que iba admitir. ¿Por qué lo hizo? ¿Acaso quería que esa chica supiera que él estaba soltero? ¿Acaso quería reafirmar su amistad?
-Sí. Solo somos amigos. Yo me casaré pronto, Drew solo me está acompañando – soltó con frialdad. La chica la observó con brillos en los ojos.
-¿Te casas? ¡No puedo creerlo! Espero que seas muy feliz May. Algún día espero ser como tú. Ojalá vuelvas pronto a los escenarios.
-Yo también.
-Drew, en el último torneo estuviste fantástico. Lo vi desde mi apartamento. Parecía loca gritando – tocó el hombro del muchacho y le dedicó una amplia sonrisa. Esa chica derrochaba baba invisible. Vaya mosquita muerta. Era obvio que quería captar el interés del muchacho y parecía que lo estaba logrando. –Yo también tengo una Roselia, espero que sea igual a la tuya. Algún día espero unirme a los concurso.
-Pues deberías empezar a practicar – soltó May con fingido interés.
-Sí, es solo que no me atrevo… necesito un buen maestro – movió las pestañas de forma exagerada intentando atraer la atención en sus ojos ámbar. ¡Pero que…!
-Sus platillos – Justo a tiempo. El camarero dejó los plantos de May y Drew interrumpiendo la charla de la joven.
-Bueno, creo que yo me voy retirando. Los dejo para que almuercen tranquilos.
-Sí, gracias – respondió el muchacho.
-Espero verlos nuevamente pronto. May, te deseo lo mejor del mundo. Drew, espero encontrarte pronto en algún concurso. Hasta pronto. – sin decir más, tomó su cuaderno y salió de la vista de todos. May no pudo evitar rodar los ojos. Vaya que le molestaban las chicas así. ¿No tenían respeto por si mismas? ¡Técnicamente estaban lanzándose a los pies de Larousse y el sujeto ni cuenta!
-¿Qué sucede May? ¿No te gustaron tus tallarines?
-No, está bien. No pasa nada. – dijo mientras incrustaba el tenedor en las pastas y se llevaba un pedazo a la boca. Estaba delicioso. Ojalá lo hubiera podido disfrutar más, pero el sabor amargo por el episodio anterior, la tenía asqueada.
Acabaron de almorzar.
-¿No quieres postre?
-No gracias.
-¿Estás segura?
-Sí, estoy llena…
-Sí tú lo dices. La cuenta por favor – Drew pagó la cuenta y salieron del lugar, empezando a caminar sin rumbo fijo.
-¿Y ahora a ahora a dónde quieres ir?
-A casa.
-¿No quieres pasear? ¿Te sientes mal?
-No, estoy bien. Solo quiero ir a casa.
-¡¿Se puede saber qué te pasa, May?! Estás de un humor molesto desde que saliste del baño.
-Son solo idea tuyas.
-¿Ah, enserio? ¿No tiene nada que ver que Madelaine estuviera hablando conmigo?
-¿Qué quién? – se hizo la desentendida.
-No te hagas May, la chica que fue a pedir un autógrafo a ambos.
-No. La verdad no sabía de quién hablas. Yo no recordaba haber escuchado su nombre. Y que bien que lo recuerdas.
-Sí, se presentó antes de que llegarás. Se ve que es una chica entusiasta.
-Sí, muy.
-¿Vas a responderme que te pasa?
-No me pasa nada. Y tú, deberías de darte cuenta la diferencia de una “fan” que pide un autógrafo con una rapidita, falta de afecto, que busca una excusa para ir por su presa.
-¿Por qué hablas así?
-No, por nada. ¿Vamos ya?
-¿Estás celosa May?
-¡¿Celosa?! ¡¿Yo?! ¡¿Cómo crees?! Ni ahí. Y de ti, menos. Solo que me da tanta lástima ver los pobres esfuerzos de esas mujeres por intentar ligarse a un chico tan presumido cómo tú. – dicho esto, empezó su caminata acelerando el paso. Drew se quedó perplejo. Conocía esa actitud de May: Estaba celosa. ¡Estaba celosa! Eso le daba una esperanza… Sonrió.
Le siguió el paso, hasta que llegaron a la entrada del parque central. May se sentó en una de las bancas y Drew se le acercó quedándose de frente.
-Lo siento. –Musitó ella.
-No tienes de que…
-Sí, es verdad que he tenido un humor de los mil demonios y tú solo has sido atento conmigo. Lo siento.
-Está bien. Acepto tus disculpas con una condición –Ella alzó su vista. Él sonrío. Le tendió la mano. –Vamos
-¿A dónde?
-Es parte de la condición.
-¿Qué condición? –En realidad, luego del “acepto tus disculpas” se perdió en su mirada omitiendo cualquier otro sonido.
-No preguntes. Vamos. – jaló de ella, sujetándola firmemente de la mano.

ESTA HISTORIA CONTINUARÁ

---------------------------------------------------------------------------------------
Bueno, ya que he sido casi amenazada... me he visto en la obligación de poner conti!
Lamento mucho la demora, pero todo tiene una explicación lógica. Y es que doña inspiración se alió con el señor tiempo y juntos me están explotando Smile

Pero prometo que no dejaré en el olvido esta historia.

¡Hora de responder!

Nikimay:

Spoiler:

Mai-chan:

Spoiler:

Paosy:

Spoiler:

Silvy-nee:

Spoiler:

Saludos*

por Sae Miér 23 Mar - 15:40

Mar, la conti me encanto, me hizo sentir triste pero me encanto, fue tan romantica (me gustaria tener un novio como Drew), necesito la conti porque me volvere loca si ya no se lo que paso.

por nikimay Miér 23 Mar - 15:56

ohhhh quiero un Drew pero hermosa tu histora Mar ya espero ansiadamente la continuación

por **Shiba** Jue 24 Mar - 15:17

~~Voy a matar a alguien, y no sé a quién, que el mensaje lo he intentado mandar ya, dos veces y se pierde diciéndome no sé que cosa de que no puede mandar.~~

~~Drew, despertando la perversión en May Ballance y demás Fan girls, desde tiempos inmemorables.~~

~~Te odio LaRousse ¡¿Por qué no existes?!~~

Ahora a lo que importa.
¿Quién fue nee?
¿Quién tuvo el descaro de casi amenazar a un alma tan cruel y despiadada como tú?
Eso no se hace, no. (?
Aunque no me quejo porque trajiste cap.
Y que cap para más hermoso ♥
May ha reaccionado, por lo que ya no le diré tonta.
Ahora solo le diré bobita. Porque todavía tiene que arreglar la estupidez que ha hecho y que yo todavía no sé qué fue en específico. (?
May, no, en la frente no. Lugar equivocado. (?
Fue ternura, el hecho de cómo todos se preocupan por ella ♥
Especialmente cómo Drew vela tanto por su bienestar, aún sabiendo que se va a casar con otro hombre. (?
Ne, Pillín, que ya me di cuenta de lo que quieres hacer... LaRousse no se rinde tan fácil. Demuéstrales muchacho. (?
Espero conti ~
Especialmente porque quiero saber a dónde la llevará.
Y si se la lleva secuestrada para casarse en secreto, Go darling. Nadie se queja. (?

~~PD: Envidiadme, mortales, la conti ha sido traída por mí, arrodillaos (?~~

PD2: Fueron 3 veces contando la de ahora(?

por **Mar.** Vie 25 Mar - 15:53

..........................................................................................

-¿Otra vez el parque de diversiones?
-Sí, la otra vez no pudimos hacer mucho de lo que querías porque estábamos con los otros, así que pensé que estaría bueno… ¿No te gusta?
-No, no es eso. –La castaña sonrío. ¿Enserio se había percatado de eso? La última vez que estuvieron allí ella había querido probar diversos juegos y puestos, pero prefirió hacer lo que el resto decidía. Le gustaba ver a sus amigos contentos, por lo que aguantó las ganas. Además, mucho tiempo a solas no pudieron pasar, puesto que al ser “algo conocidos” los cuatro jóvenes habían estado rodeados de algún fan al menos dos veces durante la tarde, lo que limitó el tiempo de diversión.
–Gracias.
-No es nada. Ahora cambia esa cara, no está dentro de la condición.
-¿En algún momento me dirás explícitamente cual es la condición?
-No cuentes con ello – sonrió socarrón.
-¡Así no es justo!
-Dale, calla y vamos – el peli verde le cogió de la mano y la llevó. Un cosquilleo subió de la palma hasta recorrerla por completo. Aquella sensación ya le resultaba familiar, desde que él había vuelto a su vida, la había sentido a cada instante, con cada roce. Sonrió.
Pasaron por varios juegos desde los más tranquilos, hasta aquellos que hicieron que el rostro de Drew tome un color similar al de su cabello.

-¿Viste tu rostro? – reía la castaña mientras agitaba en su mano una foto instantánea, la cual habían obtenido al bajarse de la Montaña rusa.
-Déjate de burlar - dijo en tono cansino el muchacho, pero la risa no parecía cesar.
-Lo siento…es que… – volvió a estallar en risa. El chico frunció el ceño y se adelantó unos pasos.
-¿Te enfadaste? ¡Lo siento! – la chica lo alcanzó. –En verdad, discúlpame Drew. – El joven tenía la mirada apartada de ella, mientras ella batía las pestañas exageradamente con la intensión de hacerlo reír y que el enfado se le disuelva… plan que no parecía resultar. Drew ya la conocía.
-De acuerdo. Te disculpo, pero que conste que estás sumando puntos.
-¿Eh?
-Sí. ¿Recuerdas por qué estás aquí, en primer lugar? -¡Cierto! Ahora caía. La estaba pasando tan bien, que había olvidado que habían ido hacia el parque de diversiones como una condición de Drew para que la disculpara por un papelón que ella había hecho. Y allí estaba, haciéndole enfadar de vuelta.
-Sí. Sí. Imagino que ahora, extenderás la condición ¿O me equivoco?
-No, estás en lo correcto. – El chico se giró paseando su alrededor con la mirada. –Bueno, eso suena divertido. – dijo señalando un puesto de tiro al blanco con agua, repleto de peluches y otros regalos.
-¿Me regalarás un pokémon de peluche?
-¿Disculpa? ¿Regalar? ¿Yo? Ah no princesa. La única que le regalará algo a alguien, eres tú…a mí – sentenció.
-¡¿EH?!-
Y allí estaba. Una hora más tarde intentando conseguir un bendito Pikachu disfrazado de Charizard. ¿A quién se le ocurría hacer aquella ridiculez? Aunque la pregunta correcta sería... ¡¿Quién en su sano juicio lo quería?! Lo peor era que para obtenerlo, se necesitaba al menos 1000 puntos. En traducción: Un tiro perfecto. Lo cual era algo tan sencillo, a no ser qué seas May Ballance.
-En serio May, creo que con estos bastan- había dicho por quinta vez el peli verde. Y es que sí, ella había obtenido ya, el peluche de pokémon que la libraría de la última consigna estipulada por el muchacho…pero no había sido el que ella quería.
“Te daré ese, ya lo verás Drew Larousse” – había dicho. Pero aún no lo conseguía. Ya tenía un Charmander, un Roserade, Un Evee y casi todas sus evoluciones, un Togepi, un Cyndaquil y una larga lista de demás, entre grandes y pequeños…¡Pero no! La castaña quería el más caro.
-¡Silencio! ¡Ya verás que podré! ¡Uno más! – gritó dejando el dinero en la mesa. La gente empezaba a amontonarse alrededor. Drew tenía los brazos llenos. El hombre aceptó el dinero y May tomó posición. Cogió la pistola de agua y la apuntó…
Primer intento: Nada. Segundo intento: Nada. Tercer y último intento: ¡En el blanco! La campana sonó y el hombre anunció que alguien se había llevado el premio mayor. ¡Excelente! May saltó de emoción mientras cogía el raro muñeco de felpa. Esa sonrisa. Esa alegría. Todo eso hacía que él utilizara toda su fuerza de voluntad para controlarse.
-¿Ves que te dije? ¡Lo he conseguido! – decía abrazando el gran muñeco.
-Felicidades – sonrió este.
-¿Estás bien?
-Sí, ¿por?
-No sé, no te ves muy contento.
-Sí, lo estoy. – el joven cambió la expresión y sonrió con más ganas. - ¿Quieres comer algo?
-¡Sí! ¡Muero de hambre! - Sin darse cuenta…sutilmente, su inconsciente le jugó una mala pasada. La joven dio unos pasos para ponerse a la altura de él y deslizó su mano bajo la suya. El joven dio un respingo pero logró camuflarlo. Ella no parecía alterada. ¿Será verdad? O de seguro… Había sido que desde que llegaron, él la había sostenido de la mano para guiarla a las diversas atracciones. Fuera lo que fuera, le gustaba el contacto, así que apretó un poco los dedos encerrando los suyos y siguió su andar, como si nada pasara.
Menos mal que había decidido mirar a otro lado, porqué si hubiera decidido dedicarle una mirada a su compañera, le encontraría con la cara del mismo color que el abrigo: Rojo carmesí. Rojo vivo. No sabía cómo ni por qué, pero algo la impulsó a hacerlo. Se había sentido bien caminar de la mano con Drew, a tal punto que cuando sugirió ir a otro lado, solo atinó a hacer aquel gesto. Se sentía natural. Y no se había percatado hasta que sintió la presión de sus dedos contra los suyos. ¡La había liado! ¿Ahora cómo se salía del agarre? Aunque para ser sinceros, no parecía molestarle a ninguno de los dos la situación…así que poco a poco, la castaña se fue relajando. Al pasar por uno de los puestos de la feria, compraron unas hamburguesas con papas y sodas; al acabar él la tomó de la mano, mientras que la otra cogía todos los peluches y seguían su camino. Ella parecía acostumbrarse cada vez más a su tacto. Bromearon, caminaron, compraron y subieron a más juegos. Cuando se dieron cuenta de la hora, era demasiado tarde y debían de volver antes de que las chicas envíen un comando de búsqueda.
-No creo que lo hagan May.
-¿Por qué no? ¡Tú no tienes idea de cómo son ellas!
-Creo que me doy una idea. De todas maneras, yo ya le había escrito algo a Ash, diciendo que estás conmigo y que no se preocupen.
-A vale. Pero igual ¿debemos irnos, no crees?
-¿Tú quieres irte?
-Pues sí. Creo que ya estoy agotada.
-Bien. – El chico retrocedió y lanzó una pokebola.
-¡Fly!
-¡¿Flygon?! Vaya. Hace mucho que no nos vemos amigo – saludó May mientras acariciaba al pokémon que aceptaba la caricia alegremente. – Vaya que has crecido.
-Sí, ha entrenado mucho. – sonrió orgulloso el peli verde mientras acariciaba también la cabeza del pokémon insecto.
-¿Y para qué lo llamaste?
-Pues para irnos.
-¿A dónde, si se puede saber?
-No. No puedes. Es parte…
-De la condición ¿verdad?
-Exactamente. Vamos. – El joven la ayudó a subir y luego se subió detrás. Sujetó fuerte la mochila que había comprado para poder meter los recuerdos que iban ganando. May sujetaba su premio mayor delante de ella. -¡Vamos Flygon!
-¿Y a dónde me llevas?
-Nos estamos escapando un poco.
-¿Escapando?
-Sí. Mucho caos en la ciudad – Ella alzó la vista un poco, para encontrarse con el perfecto rostro del joven, quién la encerraba entre sus brazos para evitar que se cayera o algo por el estilo. Justo allí. En ese momento. Se sintió protegida.
Llegaron a un lugar cubierto por el manto de la naturaleza. Estaba a una gran distancia de la ciudad, por lo que ni las luces, ni la bulla eran invitadas. Cerró sus ojos y sintió un olor particular. ¿Era acaso el mar? La brisa marina pronto golpeó su rostro. Abrió los ojos justo a tiempo. Flygon sobrevolaba el bosque dejando ver un hermoso paisaje del mar a la luz de la luna. El cielo estaba hermoso. Las estrellas se podían reflejar en las aguas. Flygon aterrizó y Drew lo guardó luego de felicitarlo por un buen trabajo.
-Es hermoso.
-Lo sé. – Ambos se quedaron de pie frente al mar, escuchando el sonido de las olas a lo lejos y la briza batiendo sus cabellos.
-Me gusta el mar – soltó ella. Era casi una confesión, aunque él ya lo sabía.
-A mí también. Me encanta. En especial en playas como estás.
-¿Ah sí? ¿Y por qué? – preguntó ella, mientras empezaba una caminata hacia la orilla.
-Por qué me traen recuerdos.
-¿Recuerdos? ¿Algún amor, tal vez? – soltó con una sonrisa burlona.
-Sí. Precisamente eso – él no se inmutó. Seguía con la vista fija en las olas del mar. Ella por el contrario, perdió la vista en la arena. ¡Había dicho eso cómo una broma! “No, cómo crees. No soy tan cursi como tú niña boba” esa era la respuesta que esperaba. No esa.
-¿Ah? ¿Sí?...- preguntó casi como un susurro. Tomó asiento en la arena. Él se paró a su lado.
-Sí. Aún lo recuerdo bien. – perdió su mirada nuevamente en las olas del mar, como si así pudiera revivir la escena. –Fue hace mucho tiempo.
-Esa chica debió de ser muy importante para ti.
-Lo fue. Fue la persona que más quise.
-Oh…- La joven bajó la mirada y él la observó. ¿En verdad se sentía mal? ¿Qué era lo que ella pensaba? A veces su actitud le daba esperanzas y luego, regresaba a la realidad. ¡Ella estaba comprometida! Y se alejaría de su vida en un par de días…
-Sabes, hace mucho que no estábamos los dos solos… - empezó él.
-¡Pero qué dices! Si hemos estado casi toda la semana juntos.
-Sí, pero no así… como ahora, digo. Esto me recuerdo a los viejos tiempos. ¿Recuerdas? Cada que perdías un concurso.
-Ya… ¿Y qué cuando tú lo hacías? ¡Vaya que me costaba animarte! – explotó la joven con un puchero. Él se echó a reír. En verdad esto era igual que aquellos tiempos.
-¿Enserio? Pero con esa cara que tienes podías hacer reír a cualquiera.
-JA JA – soltó con ironía. Silencio. Minutos de silencio sin nada de incomodidad: Paz. -¿Recuerdas las rosas que me dabas para mis pokémon?
-¿Sigues pensando que eran para ellos? – respondió con serenidad.
-¿Y no era así? –Sonrió -No. Yo sabía que no eran para ellos.
-Pues me alegro. Por qué a estas alturas serías extremadamente boba si así lo creyeras –
-¡Silencio Larousse!
-En ese entonces tú eras bastante torpe, déjame decirte.
-Lo sé. Pero tuve un buen rival que me ayudó a superarme – dijo con una sonrisa de nostalgia en el rostro.
-Obvio, es natural que te hayas impresionado con alguien de mi nivel y hayas mejorado, digo, teniéndome como ídolo - rio él, moviendo su flequillo como cuando era joven, lo que a ella le hizo gracia.
-¡Tú no cambias más!- May soltó una risotada. Hacía mucho que no se reía así, que no se sentía tan cómoda y relajada.
-Tú tampoco y eso me gusta. – Ella lo observó. Un poco de rubor se presentó en sus mejillas al ver al chico con el semblante relajado, casi perfecto. Esquivó la mirada. ¡¿Qué manía tenía ese hombre para soltar cumplidos o palabras que la desorientaran a diestra y siniestra?! ¡Era realmente insoportable!
-Mira May. - La joven alzó la mirada hacia donde él señalaba. Allí, en lo alto una estrella fugaz surcaba el cielo.
-¡Es una estrella fugaz! ¡Rápido, pide un deseo!- gritó como cual niña. Él solo la observó cerrar sus ojos y desear algo con todas sus fuerzas. A lo mejor, deseaba felicidad en su matrimonio. Quién sabrá. Cómo desearía haber sido el motivo de ese deseo.
-¿Tú no pides nada?
-No. Yo ya cumplí mi deseo.
-¿Ah, sí?
-Sí. Digamos que mi deseo era esta condición.
-¿Y me dirás cuál es?
-Sí. Pero no ahora.
-¿Y cuándo?
-Cuando lo crea conveniente.
-¡Que cruel! – reprochó ella.
Ambos rieron. Charlaron y se divirtieron. Recordaron el pasado y hablaron sobre lo que cada uno ya sabía del otro y lo que no. Pasaron mucho tiempo hasta que el reloj marcó más de media noche y ella se había recostado en su hombro casi durmiendo.
-Será mejor que volvamos.
-Sí –respondió entre sueños. Drew se puso de pie y ella lo siguió. Le tomó de la mano y ambos se subieron a espaldas de Flygon.

Fin del Flash Back

----------------------------------------------------------------------------------------

Bueno, les vengo a dejar esta pequeñísima conti Smile

En realidad era parte del pasado pero iba a quedar demasiado largo. Espero que les guste y volveré pronto con otra conti más digna de ustedes Wink

Hoy no haré respuestas personalizadas, pero déjenme decirles que me encanta que me comenten. Enserio Vuelve a Soñar (Remake) 939602

hacen que me emocione! ~~-mi trabajo vale(?~~
Gracias a todas <3
Saludos* Vuelve a Soñar (Remake) 506

por **Shiba** Vie 25 Mar - 17:48

El hermoso parque de diversiones ♥
Drew es todo un resentido xDD
Y no sería Drew si no la siguiera molestando ♥
Y May persistente xDD
Yo al primer tiro me rendía y le decía que mejor se comprara el peluche (?
Flygon ♥
Espero que May se haya dado cuenta que Drew hablaba de ella... Espero que sí (?
¿Y cuál es la condición?
Estoy tratando de adivinar y todo lo que se me ocurre lo descarto en cuanto lo pienso xDU
Pasar tiempo de calidad con la persona que amas ha de ser muy especial. ~~May boba~~
Espero conti ♥
~~Te dije que comentaré en cada cap, y no te librarás~~

por Mai-chan Dom 17 Abr - 23:07

Kyaaaan !!! *w* sigue porfavor sigue!! La intriga mata...
Y cuanto tiempo Mar!! ♡

por **Mar.** Lun 24 Oct - 2:34

•••

“El amor, se hacen las mayores locuras en nombre del amor. Porque cuando uno ama nos sentimos al borde del abismo. El pasado se olvida, el presente se disuelve, el futuro no existe. Porque el amor es así, loco, imprescindible, temerario, te absorbe, te consume, te devora. Te pone alas en los pies y cosquillas en el corazón. Te hace reír, te hace llorar, te hace soñar, pero sobre todo te hace sentir profundamente viva”

-Rebelde way.

•••

Flash Back:
Abrió los ojos con los rayos matutinos. Intentó moverse pero un peso muerto sobre su abdomen no lo permitía. Se acomodó un poco con la necesidad de permanecer sumida en sus sueños. Entreabrió un poco los ojos…y allí estaba él, como el rostro iluminado por el sol originando la ilusión de un brillo en sus mejillas. Sus verdes cabellos caían en su piel nívea dándole un aire de inocencia. Sonrió y volvió a cerrar los ojos. Era un lindo sueño… ¡Un momento! Abrió los ojos de un sopetón y volvió a mirar. ¡No era un sueño! Él se encontraba allí ella se encontraba recostada en su regazo. ¡¿Qué demonios?! Se volvió hacia el ambiente para reconocerlo: La sala. ¿Qué hacía en las sala durmiendo con Drew? Evitó hacer algún movimiento brusco pues él tenía uno de sus brazos deslizado por su cintura… ¿Cómo fue que acabaron así? ¡Oh claro! Se habían quedado charlando en la sala y ella se quedó dormida… Eso era todo. Se calmó un instante.
-Vaya, vaya. ¡Qué cosas nos encontramos! – Esa voz. Esa persona. ¿Por qué debía de ser ella justo la que los encontraba en esa situación? May dio un brinco dándole la espalda al peliverde que recién despertaba ante la mirada pícara de Dawn.
-¿Qué han estado haciendo ustedes dos?
-¿Eh? Buenos días ¿Ya estás despierta? – el joven no parecía estar enterado de la situación. May por el contrario, empezaba a tener el color de su abrigo y es que sí. Seguían con la ropa del día anterior.
-¡Pero qué dices Dawn! No-nosotros solo nos quedamos dormidos…eso es todo.- Ok, una justificación en balbuceos no es un argumento bueno, pero denle créditos. Al menos habló.
-Bueno, bueno…yo los dejo en sus cosas… Sigan durmiendo- y con una sonrisa casi diabólica, la oji azul dejó la sala para volverse a su dormitorio. De seguro, en un par de minutos, todos sus amigos se enteraban.
-¿Qué tal dormiste? –preguntó él, sin inmutarse llevando una mano a sus ojos para refregárselos.
-Bi-bien. Lo siento.
-¿Lo sientes? ¿De qué hablas May? Te recuerdo que no es la primera vez que dormimos juntos– expresó calmado. La chica se ruborizó. Inmediatamente, un chillido se escuchó del cuarto de sus amigas. Oh sí. Lo habían escuchado. Ella le dedicó una mirada de reproche. ¡Aish! ¿Cómo podía estar tan tranquilo en una situación tan incómoda como esa?
-No te enfades, sabes a lo que me refiero.
-Yo sí. Ellas no.
-Bueno, luego les explico si gustas. No te enojes – pidió el chico. Ella sonrió. Por algún motivo, ese día no podía enfadarse. No podía y no quería. El día anterior había sido uno de los mejores días después de tanto tiempo y no quería olvidar esa sensación.
-No es necesario. De todos modos… Gracias por lo de ayer Drew – respondió risueña.
-Gracias a ti
-¿A mí?
-Sí, tú fuiste la que cumpliste la condición.- Unos segundos de silencio se hicieron presentes. Unos segundos en donde sus miradas se encontraron y una atmósfera de paz los envolvió, pero fue interrumpida por otros dos chillidos. - Ahora creo que debes ir a hablar con las gritonas del cuarto vecino.
-Eso haré. Ya regreso- Sin más, la joven se dirigió a darles una explicación adecuada a sus mejores amigas y a ponerlas al día. Mientras que en la sala, se quedaba un atontado Drew que podía respirar tranquilamente por fin. Y es que si May hubiera sido más atenta, se hubiera dado cuenta de que él no había estado dormido, todo lo contrario, había estado contemplando su sueño por largas horas, hasta que ella se despertó y fingió dormir. Su corazón amenazaba con delatarlo cómo muchas veces había pasado la noche anterior. Tenía suerte que aquella castaña sea número uno en distracciones. Sonrió un poco y se apoyó en el respaldar del mueble, intentando repasar en su mente lo vivido el día anterior. ¡Lo había conseguido! Había logrado lo que tanto había anhelado por mucho tiempo…ahora solo debía de ver la forma de…
En ese momento sus pensamientos fueron interrumpidos por el sonar de la puerta.
-¡¿Quién eres?! –Ok no se esperaba eso. Allí de pie, cubierto por un saco negro y un gorro blanco, se encontraba el prometido de May. Drew se enderezó y le dedicó una mirada dura. Aquel chico…
-Responde. ¿Qué haces en mi casa?
-Qué falta de modales y cortesía. Que yo sepa, esta es la casa de May Ballance en primer lugar. Y segundo, ¿has escuchado que es de educación presentarse antes de indagar al otro?
-No te hagas el vivo conmigo. Dime ¡Quién eres!
-Mi nombre es Drew Larousse y soy amigo de May. ¿Y tú eres…?
-Yo soy…
-¡Brennan! – la voz sorprendida de la castaña irrumpió en el ambiente tenso. Ambos se giraron hacia el pasillo en donde se encontraba la chica seguida de sus dos mejores amigas y detrás un somnoliento Ash.
-¿Qué haces aquí?
-¿Qué ahora no puedo venir a visitar a mi futura esposa?- hizo un sutil énfasis en las últimas dos palabras mientras le dedicaba una fugaz mirada al peli verde.
-No, no es eso…es que… pensé que vendrías todavía el fin de semana.
-Sí, es que acabé rápido lo de los negocios- expresó. -¿No me saludas?
La joven se acercó y le dio un suave beso en la mejilla. Drew se giró. Él era buen actor pero no un profesional. Eso era demasiado.
-Bueno, con permiso. Me retiro a la habitación – habló y empezó a marcharse.
-¡Espera, Drew! – El chico se detuvo en contra de su voluntad y se volvió.
-Déjenme presentarles formalmente. Él es Brennan Birch, mi prometido- Decir esas palabras le supieron amargas y más cuando se encontró con los ojos de Drew, algo desgarró su interior.
–Brennan ellos son mis amigos más queridos. Misty y Dawn, son mis mejores amigas. Ash “mi maestro” y él es Drew…mi mejor amigo. – Ahora le tocó a él sentir una punzada en el corazón. El joven sonrió.
-Un placer conocerlos a todos.
-¿Dijo Birch? ¿Eres algo del profesor Birch?- preguntó Ash.
-Sí, él es mi padre.
-¡¿Es enserio?! Genial. Él es un viejo amigo.
-Sí, lo sé. Bueno. Yo creo que debo retirarme. Volveré más tarde. Por cierto, May ¿Podemos hablar a solas?
-Sí, claro. Chicos, ya volvemos- sin decir más, abrieron la puerta y salieron…
-¿Llego en mal momento? – Aquella voz. La castaña dio un grito y todos salieron a la puerta. Allí se encontraba su viejo amigo y el mayor de todos: Brock, siendo abrazado por la joven.
-¡Yo ya regreso, pasa por favor! Qué alegría verte.
-Lo mismo digo pequeña. Y tú, debes de ser Brennan ¿verdad?
-Ese mismo.
-Interesante. – El moreno se quedó en silencio unos segundos - Es un placer Brennan. Bueno May. Iré adentro con todos esos chiquilines que me están extrañando- la joven se echó a reír
-De acuerdo. Enseguida vuelvo.
Brock entró y la puerta se cerró consigo.
Fin Del Flash Back

•••

Flash Back
En cuanto pisó el living al abrir la puerta, el olor a comida sabrosa la envolvió. Definitivamente obra de Brock. Aquel aroma le traía recuerdos...los viajes, los concursos, las aventuras…

-¡May! ¡Ya llegaste! - la alegre voz de Misty hizo que la chica se despabile de sus pensamientos.
-Sí - la castaña se sacó el abrigo y lo colgó en el perchero.
-Date prisa, Brock hizo su famoso estofado- habló con alegría.
May caminó hacia la mesa donde todos se encontraban sentados. Se veían alegres. Misty, Ash, Dawn, Brock y Drew… ella sonrió.
-¿Pasó algo May? - preguntó la peli azul al ver a la joven algo distraída.
-No...Nada. -

Flash Back IN
-¿Y a dónde vamos? - preguntó curiosa la castaña.
-A ningún sitio en específico. Solo quería hablar contigo- expresó el joven.
-¿Sobre? ¿Por qué no podía ser en casa?
-Había mucha gente. Y puedo preguntar ¿Qué hace ese en tu casa?- habló con fastidio.
-¿De quién estás hablando?
-De Larousse. De ese te hablo. ¿Acaso no fue él por el que tú…?
-Sí, pero no fue su culpa. Y además ¿Por qué lo llamas de forma tan despectiva?
-No me agrada. ¿No viste cómo me trató? Se creía tan superior. No sé cómo lo puedes dejar quedarse en nuestra casa.
-¿Nuestra? Brennan esa es MI casa e invito a quién quiera a quedarse. - respondió en defensiva. -Y no lo conoces como para expresarte así de él.
El joven la observó directamente a los ojos. Ella estaba molesta y no era buena idea seguir en ese plan.
-Lo siento. Es que no quiero que sufras más- expresó él con la mirada gacha.
-Entiendo, pero por favor no vuelvas a dirigirte así de ninguno de mis amigos y menos si conocerlos- Ella se puso seria.
-Lo siento.
-¿Eso era todo lo que tenías para decirme?
-En realidad… no. Verás yo vine antes para decirte algo. - la joven se giró hacia él expectante. El joven pareció dudar - Pero creo que lo dejamos para otro momento
-¿Estás seguro?
-Sí. No es nada importante. ¿Volvemos?- Brennan se estiró para tomarla de la mano. Sus fríos dedos rozaron con los suyos y como si de un acto reflejo se tratara, apartó la mano. Aquella sensación había sido como una descarga eléctrica, se sintió frío, incómodo, ajeno a ella. Brennan le dedicó una mirada extrañada por aquel gesto y ella solo atinó a reír torpemente disculpándose, por aquella acción tan repentina. Le había dicho que sus dedos fríos la habían sorprendido, pero todos, incluso ella sabía que no era verdad. ¡Pobre May! a este paso se convertiría en una réplica de pinocho... solo que de carne y hueso y en versión femenina, y sin un pepe grillo.
Él la volvió a tomar de la mano y ambos regresaron a casa, mientras que May se perdía en sus pensamientos...ese contacto se sentía extraño… era incómodo, no era un tacto cálido y tierno como el que había sentido con Drew el día de ayer, este era tosco y frívolo.
Llegaron a la entrada y Brennan se giró hacia ella, se acercó velozmente con la intención de robarle un beso a su novia pero ella fue más ágil y giró el rostro, colocando su mejilla contra su boca.
-Hasta mañana -dijo sonrojada por la acción, fue un impulso, igual que la mano.
-Sobre eso, no estaré aquí mañana pero no te preocupes, llegaré a tiempo para la fiesta mi amor.
-Sí…
Después de eso, él se fue caminando por el sendero.
Flash Back OFF

-May te colgaste ¿Segura de que estás bien?
-Sí, lo siento. Es que estaba pensando.
-¿Segura que no estás así por algo que dijo tu novio?
-¿Eh? No, claro que no. Es... solo que no tengo hambre. - mencionó la chica.
Dos segundos. Ese fue el tiempo estimado que tardaron los cinco presentes para saltar de la mesa con un grito y acercarse a la castaña.
-No tiene fiebre - avisó la peli naranja tocando su frente.
-Su pulso está bien - Dawn la había cogido del brazo.
-Llamaré a emergencias - Brock ya tenía el teléfono en las manos.
-Esto puede ser grave. -
-¡¿EH?! ¡Ya paren de una vez!
-May, tú nunca rechazas una comida y menos mi famosísimo estofado.
-Lo siento, creo que son los nervios de la boda - sonrió nerviosa. Vale, nuevamente mentía. Inconscientemente giró a observar al peliverde. Drew no se había movido de su asiento, pero si se notaba con rostro preocupado.
-No está bien que dejes de comer May - reclamó una de sus amigas.
-Está bien, lo siento. Comeré un poco del estofado si así se tranquilizan - sonrió. El resto estuvo de acuerdo y bueno, de poco en poco, el quinto plato de May ya se hallaba en la mesa.
Más tranquilos y luego de una larga charla llena de recuerdos y alegrías, el reloj marcó las seis en punto. Dawn se levantó alagando que tenía que ir a hacer unas compras de emergencia. Los demás fueron a descansar un rato. May se había quedado lavando los trastes y ordenando la cocina. Brock había insistido en ayudarla pero ella lo había despachado argumentando que él debía de estar muy cansado por su viaje y además, a ella le gustaba. Si bien, no era su pasatiempo favorito, lavar los platos le había servido para meditar un poco. ¿Qué hacer? En ese momento se hallaba en una gran confusión. Cuando vio a Brennan llegar, se dio cuenta lo poco que lo había extrañado, el tacto de su mano y lo poco que le importó que se volviera a marchar… Eso no estaba bien ¿verdad? Ella debería de haber saltado de alegría cuando él entró por esa puerta esa mañana, debió de sentir cosquilleos en el estómago cuando le tomó la mano y debió de sentir un vacío cuando lo vio partir...pero nada de eso había sucedido. Nada. En cambio, la imagen del peliverde se había hecho presente en todos los recuerdos. Aquellos días a su lado y aquellos sueños que había tenido con él a su lado, cuidándola cuando se enfermó, paseando por el parque de diversiones, en la playa... Drew había estado allí. Drew había vuelto a aparecer en su vida inesperadamente. Y allí sintió aquella sensación de mariposas, cuando recordó cómo le tomó de la mano, cuando recordó esos lindos momentos que habían pasado en estas pocas semanas. Drew había vuelto a su vida y no de la forma que ella había esperado.
-Drew…
-Dime - Su voz fue un choque eléctrico que la tomó por sorpresa haciendo que suelte el plato que llevaba en las manos, por suerte, el chico tenía reflejos rápidos y logró recoger la loza antes de que toque el suelo. -Oye, ten cuidado. Ya decía yo que harías algo así, dedos de mantequilla.
-¡Es tu culpa por sorprenderme! - reprochó ella colorada por la situación. Había pensado en él y como si de una invocación se tratase el chico aparece. - ¿Y qué con lo de dos de mantequilla?
-Nada, recordando el pasado - río él. Y ella como tonta observando aquella sonrisa cautivadora.
-¿Q-qué es lo que quieres? - preguntó la muchacha intentando recomponer la compostura.
-Te vi rara en la cena y me preocupé. ¿Estás bien?
-Sí, es solo que estaba distraída por lo de la boda…
-Eso no es cierto May, se cuándo mientes. - la joven lo observó un segundo. Era verdad, esa lechuga parlante la conocía bien, incluso una vez llegó a pensar que la conocía más que a sí misma.
-¿Pasó algo con tu novio? - Drew dejó el plato en la encimera.
-No, bueno… en realidad no lo sé. - May se dio la vuelta y caminó hacia la barra, dándole la espalda al oji verde. -A él le molestó que estuvieras aquí…- Drew solo atinó a bajar la cabeza -Él teme por mí.
-¿Piensa que soy capaz de hacerte algo? - preguntó tras unos segundos de silencio.
-¡No! ¡Claro que no! - saltó ella a la defensiva. -Es que… - no sabía cómo empezar a explicarle siquiera que el temor era en realidad para protegerla. ¿Cómo le diría que había sido por él todo eso? Un momento… ¿Le diría?
-May, dime… ¿O es acaso que está celoso de mí?
-Bueno...él...no - palabras traicioneras. ¿Qué iba a hacer? ¿Qué le diría? ¿Qué era verdad? ¿Que su novio estaba enfadado porque ella acogía al principal causante de su mayor dolor? En ese momento, sus interrogantes fueron interrumpidas por un golpe en el pasillo. ¡Cierto! no estaban solos.
-Ven conmigo - habló la chica, mientras alaba la mano del muchacho. Lo guio hasta la entrada, cogió las llaves del estante, tomó su abrigo y el chico la imitó sin entender lo que planeaba, sin cuestionar sus acciones, solo se dejó llevar.

La noche era fría. La nieve empezaba a caer. May se acomodó en su abrigo mientras soltaba un ligero suspiro. Su nariz se había coloreado de rojo por el viento helado que chocaba con su rostro. Empezó a caminar sin rumbo fijo. Drew la siguió casi en silencio. Llegaron a una pequeña plaza iluminada por dos faroles, se sentó en una de las bancas. Drew la siguió.
-Entonces… ¿Qué hacemos aquí afuera, May?
-En casa habían muchos oídos - soltó con una ligera sonrisa en sus labios.
- Ya veo…

Silencio. Antes el silencio entre ellos era algo sencillo de manejar, no era incómodo, era como un espacio de complicidad no verbal….ahora, millones de sensaciones brotaban en su interior.

-May -él empezó -Si yo soy una molestia, yo puedo irme
-¡NO! - saltó ella girándose hacia él. Aquellas palabras le habían hecho entrar en terror. Por alguna extraña razón, esas palabras viniendo de él la habían espantado y sin poder controlar el impulso, había soltado lo primero que vino a su mente y consigo el acto de tomar y brazo.
-No quiero causarte problemas, ni tampoco a tu novio - ¡Vaya que le costaba mencionar aquella palabra! Drew se merecía un aplauso por tremenda actuación.
- No me causa ningún problema, tú...te puedes quedar todo el tiempo que desees.- ella bajó la mirada intentando ocultar su sonrojo.
-Creo que eso no estaría bien.
-No quiero. - Él solo la observo, intentando asimilar las palabras que pronunciaba su compañera -No quiero. No quiero que te vuelvas a ir Drew - su voz era baja y entrecortada. Intentaba controlar sus emociones. -Siento que si te vas, no volveré a verte jamás.
-Eso no pasará May, sabes que nosotros siempre seremos amigos...-
-Hace más de cinco años dijiste lo mismo y no te volví a ver hasta hace dos semanas.- reclamó ella, mientras lo soltaba.
-No fue solo mi culpa. Yo intenté...
-Lo sé. Yo también te evite de cierto modo. - Drew se acomodó y alzó la mirada al cielo. May la tenía gacha, fija en la pequeña acumulación de nieve que se formaba a sus pies. Nuevamente silencio.
-¿Por qué se molestó tu novio? - rompió el silencio con la misma pregunta que inició la conversación. Necesitaba una respuesta.
-No quiere que vuelva a salir lastimada. –Hubo segundos de silencio. Segundos que parecieron eternidad.
-¿Tan malo soy? – su voz se escuchaba decepcionada y eso la destrozó.
-No es eso… Cuando tú te marchaste yo - tomó aire. Era ahora o nunca - yo empecé a pensar en lo que sentía verdaderamente por ti. Luego de lo que sucedió en aquel concurso, en aquella fiesta, todo lo que dijiste...Yo había estado asustada ¿sabes? Eras mi rival, mi mejor amigo...me dio miedo recibir esos sentimientos tan repentinamente...sin embargo, en el momento que te marchaste mi corazón se destruyó. - May no alzaba la mirada, sus manos se sujetaban al asiento. Sentía como el calor subía a sus mejillas y la boca se le secaba. -Volví a casa, no tenía intenciones de concursar ni mucho menos de viajar sola. Sentía que esa despedida había sido un adiós definitivo hasta que empecé a recibir correos tuyos, cada vez que escribías mi corazón se alegraba y fue allí en dónde… - tragó saliva -en dónde me di cuenta lo mucho que me importabas. Me di cuenta que me había enamorado de ti-
El corazón se le había detenido en ese momento. Sus ojos se enfocaron en la muchacha que intentaba mantener la compostura, apretaba tan fuerte la banca que sus nudillos se ponían blanquecinos. Tenía la mirada completamente gacha pero él pudo notar el sonrojo de sus orejas, mantuvo la compostura para no arrojarse a abrazarla. Sabía que había más.
-Entonces...por qué - él necesitaba una respuesta y buscaba la forma de hacerla.
-¿Por qué no te lo dije? ¡Por favor! Como si te importara. - su tono sonó desafiante.
-Me importa - respondió él determinado.
Ella alzó la mirada encontrándose con esos ojos esmeraldas que la hipnotizaban. Mordió su labio inferior para controlar las lágrimas que amenazaban con salir.
-May, dime…
-¿Quieres saber por qué no te dije? -el asentó con la cabeza - Bien, es simple. No quise estropear tu felicidad.
Vale, esa respuesta no se la esperaba. ¿De qué estaba hablando May? Aquella mirada de intriga la había entendido bien, tenía que explicarse mejor.
-Después de un tiempo luego de empezar a charlar por mensajes, había decidido decirte lo que sentía. Te escribí para que te conectes y te llamé. Fue nuestra última llamada ¿Recuerdas?
-Recuerdo. Ese día estabas rara. - abrió los ojos por sorpresa, así que había sido eso. -Entonces ¿Por qué no lo dijiste? ¿Por qué mentiste, May?
-¿Importa en verdad, por qué? Solo basta con decir que vi que estás bien y no quise estropear nada - el enojo había brotado en ella. Si hubiera sido más valiente… quizás, solo quizás…
-¡Me importa a mí! ¿Qué pasó?- aquella pregunta había salido como una orden.
-¡La escuché! ¡Escuché a esa chica que te hablaba tan familiar y te vi en esa bonita casa….! Pensé que ya te habías olvidado de mí y estabas con alguien más… - las lágrimas traicioneras.
-¿Me estás hablando en serio? ¡¿Por eso no me dijiste?!
-¡¿Te parece poco?!
-¡Sí me parece! ¿Por qué nunca preguntas y te adelantas a las situaciones?
-¿Me estás reclamando? ¡Eres tú él que tenía una novia! Yo solo quise...Yo solo quería…- May respiró hondo - después de ello, me derrumbé y allí apareció Brennan para apoyarme y ayudarme. Él solo me protegió.
-Se aprovechó de que estabas indefensa.
-¡¿Pero qué dices?! ¡No hablas así de él! De todas formas fue por ti.
-May boba - Drew no pudo más y por una vez hizo caso a sus instintos y la envolvió con sus brazos, apoyando su cabeza en el hombre de una sorprendida May. -Si tan solo… - se aferró más - Las cosas hubieran sido diferente.
-Las cosas no van a cambiar por desear ser diferente. - El chico se separó un poco, para observar su rostro. Delicadamente tomó su rostro con sus manos y limpió suavemente las lágrimas, mientras la acariciaba. -Ya es tarde…
-Shs - calló él -Nunca es tarde.
-Lo es Drew….es demasiado tarde.
-May, los siento...lo siento, debí saber.
-Es mi culpa, tú tenías todo el derecho a enamorarte de nuevo y seguir con tu vida. Yo reaccioné tarde.
-No May…- entre susurro y susurro, el calor de su aliento chocaba con el rostro del otro. Las caricias de Drew, suaves y delicadas. La distancia era muy corta. -Yo debía haberte explicado la situación.
-No Drew tú…
-Shs... - y con un beso la silenció. Sus labios chocaron en un tierno beso, un beso ansiosamente esperado. Drew sabía a café y May a fresas. Sus labios se dejaron llevar por un suave vals lleno de sensaciones y emociones. Lo habían deseado, ambos habían deseado aquel beso desde hacía mucho tiempo. Había cientos de cosas que necesitaban explicar sin palabras. Se dejaron llevar. Drew la atrajo más para sí. No la quería lejos. Eso parecía un sueño, un sueño del cual temía despertar. May no podía evitar que mil sensaciones se eleven desde lo más profundo de su ser. Drew la estaba besando. Ese beso con sabor a café que había ansiado desde que se levantó aquella mañana después de su último concurso pokémon. Un copo de nieve en su mejilla y la falta de aire los hizo romper aquella atmósfera mágica en la cual ambos se habían sumergido voluntariamente.

-Es mi hermana May. Esa vez… estaba en casa de mi hermana.- dijo colocando su frente contra la de ella.
-¿Qué?...
-Cuando era niño, se fue a vivir a Sinnoh y aproveché mi estadía allá para visitarla.
-¿Tu hermana? Entonces… - Tonta May. ¡Tonta May! Si tan solo ella… las lágrimas volvieron a aparecer. -Entonces tú...
-No May, no tengo ni he tenido otra novia... - Volvió a buscar la mirada de la chica y con su mano, sutilmente alzó la barbilla de la joven. -Yo no he dejado de amarte.
Su voz, sus ojos, su tacto. Nuevamente cayó en el encanto y se volvió a sumergir en aquel sueño en donde besaba a su príncipe.
-Esto… no puede ser - habló entre beso y beso. Una parte de su cerebro intentaba traerla a la realidad -Drew… esto no es correcto. – se separó.
-No, por favor mi amor. No pienses en eso ahora. -Aquellas palabras habían sabido a miel: “Mi amor”, su alma había sido penetrada con aquellas palabras, una sensación de alegría, emoción la embargó. Había deseado tanto oír aquellas palabras…pero la culpa entró a tallar.
-Solo por hoy…- y con eso cayó en otro beso dulce, cálido, lleno de amor.

La luz del sol colándose por la ventana la habían despertado. Recordó lo que el día anterior había sucedido y un sonrojo la invadió y junto a ello una serie de emociones. Se sentía feliz, maravillada, encantada. Recordó a Drew. Sus hermosos sus ojos, su cabello despeinado, sus besos y mil sensaciones la recorrieron de pies a cabeza. Pensar que las cosas pudieron ser diferentes… ¡Que tonta había sido! Si tan solo hubiera sido más valiente y hubiera dicho las cosas...si tan solo. ¡Rabia! Tenía rabia en ese momento. Si hubiera tenido el valor, la persona con la que estaría a punto de unir su vida sería Drew y no…. Brennan. Una punzada en el corazón la hizo reaccionar. Brennan. Lo había engañado. La culpa la invadía, le había sido infiel a su futuro marido… su futuro marido. La imagen que circulaba en su mente al pronunciar aquellas palabras no había sido la correcta. Se sintió culpable nuevamente.
Se giró en sus sábanas encontrándose con una hermosa rosa colocada en la almohada del lado. Una sensación cálida la embargó. Se duchó y se vistió rápidamente. Estaba contenta, fuera de todo, aquella noche mágica la guardaría en lo más profundo de su ser. La alegría la embargaba y no quería ocultarlo, luego afrontaría las demás sensaciones.
Fin Del Flash Back

CONTINUARÁ...

................................................................................................................................................................

Muchas Gracias por leer mi escrito! Vuelve a Soñar (Remake) 506

por **Shiba** Mar 15 Nov - 2:23

Y justo cuando ves a May siendo infiel... Te preguntas... ¿Como era que iba la cosa?... Espera... ¿Qué ha pasado aquí?... ¡May ha sido infiel! A mi no me engañan ahí pasó noche loca (???

Discúlpame por tardar tanto... Pero tratando de leerla, me acordaba de una cosa, de la otra, y en otras me llamaban haciendo que me despistara por completo.
¿Qué decir?
No siento pena por el cuernudo, sé que quiere protegerla y eso, pero realmente siento que es muy agresivo en ello.

Justo ahora Pelusa ha aparecido de malcriada para que la saque a comer... Que si no es mi madre es mi mascota... (?

Por otro lado... Drew ha estado de lo más dulce, hasta casi irreconocible, diría (?
Pero a fin de cuentas sigue siendo la lechuga, pero con más azúcar -w- ~~Pronto lo escucharemos cantar carnaval (?~~
Hay algo curioso del fic, y es que en sí la historia son flash backs. Lo que me pone a pensar seriamente en volver a leer lo anterior, porque con lo que te tardaste actualizando yo no recuerdo ni mi nombre (?

Pero para no sonar como idiota, porque siento que estoy dando la idea equivocada en lo que he escrito, especialmente por mi segunda etapa de sueño (? lo digo en palabras simples.
Me ha gustado mucho el cap, los momentos entre ellos fueron chulos de bonitos ♥, y me encanta lo entrometidos que son todos xD
Solo espero ver que recapacite la boba de May... Y que deje de una vez a el probre chico, que la quiere tanto y ella ahí poniéndole los cuernos como si fuera un chivato de pueblo (?
Y... Acabo de ver en un mensaje anterior algo de una condición, pero ahora no sé que condición, solo sé que Drew dijo que May la cumplió y estoy media... No sé, reviso bien mañana o pasado que ahora estoy delirando. (?

Y~ Ya sabe... trate de que Doña inspiración o imaginación, no sé cuál falla... a la señora tecnología, ya recordé (?. De que no se largue tanto, y tanto tiempo (?

por Contenido patrocinado

Vuelve a Soñar (Remake)

Vuelve a Soñar (Remake)

Re: Vuelve a Soñar (Remake)

Re: Vuelve a Soñar (Remake)

Re: Vuelve a Soñar (Remake)

Re: Vuelve a Soñar (Remake)

Re: Vuelve a Soñar (Remake)

Re: Vuelve a Soñar (Remake)

Re: Vuelve a Soñar (Remake)

Re: Vuelve a Soñar (Remake)

Re: Vuelve a Soñar (Remake)

Re: Vuelve a Soñar (Remake)

Re: Vuelve a Soñar (Remake)

Re: Vuelve a Soñar (Remake)

Mar, la conti me encanto, me hizo sentir triste pero me encanto, fue tan romantica (me gustaria tener un novio como Drew), necesito la conti porque me volvere loca si ya no se lo que paso.

Re: Vuelve a Soñar (Remake)

Re: Vuelve a Soñar (Remake)

Re: Vuelve a Soñar (Remake)

Re: Vuelve a Soñar (Remake)

Re: Vuelve a Soñar (Remake)

Re: Vuelve a Soñar (Remake)

Re: Vuelve a Soñar (Remake)

Re: Vuelve a Soñar (Remake)