Blanco o Negro

El cielo oscuro, tonalidad de la noche, se alumbro de repente en su totalidad con llamativos y brillantes colores, deslumbrando uno por uno a los espectadores, que quedaban maravillados con cada estruendoso sonido de los fuegos artificiales que explotaban de par en par, justo cuando Vivian termino de anunciar al nuevo ganador del gran festival de la región Johto.

Para la mala suerte de ciertos coordinadores, no se pudieron hacer con la copa listón de aquel fantástico evento, pero si pudieron brindar un espectáculo digno de recordar.
Y así es como una castaña de ojos azules, termino por mantener su mirada fija en la luna y en las brillantes explosiones, en aquel puente usado por el tren que conectaba Kanto y Johto, ubicado en la ciudad Goldenrod, Cede de la fiesta que avisaba la conclusión de otro magnifico concurso clasificado para los mejores.

Cerró sus ojos, y respiro profundamente cuando una rafa de viento agito sus cabellos delicadamente. Estaba satisfecha, había hecho un gran trabajo, ella misma sabía que había crecido en el mundo de la coordinación pokemon, tal vez no gano, pero tenía la voluntad de participar nuevamente en ese reto.

De repente, sigilosamente y sin que May se diera cuenta, alguien se acerco por detrás y le tapo los ojos, claro que la castaña se sobresalto.

-Bobita, adivina quién soy- la voz de tono afeminado tranquilizo a la cica una vez que la reconoció, es decir, ¿Cuántos coordinadores tienen esa forma única de hablar?

-Como si no te reconociera, Harley- Concluyo la oji azul.

-¡Ash! ¡Por lo menos pudiste fingir un poco de emoción al decir mi nombre!- dijo el peli morado en lo que quitaba sus manos de los ojos de la chica para llevarlas a su cintura y formar un puchero.

-No es para tanto Harley- May volteo al escuchar una tercera voz en la conversación, fue cuando la vio, con una sonrisa en el rostro apareció Solidad detrás del extravagante coordinador, junto con Drew, quien tenía sus manos en los bolsillos de su pantalón y mantenía la misma expresión que su acompañante. –Drew tenía razón, decidiste venir a ver el paisaje desde aquí ¿no May?- pregunto la peli rosada.

-Si- afirmo mientras le sonreía. –Desde aquí toda la ciudad se ve mejor- volvió s mirada al encendido escenario del que los cuatro eran espectadores, los edificios llenos de luces diferentes, monumentos majestuoso y anuncios gigantes de ropa abrigadora, gracias a que estaban en invierno, pero claro, en menos de una semana llegaría la primavera.

-Pues obvio se verá bello, pero no tanto como su aquí presente- dijo Harley mientras hacia una pose de modelo, a que los demás soltaron una carcajada.

-Lo que tú digas- decía entre risa y risa la oji azul.

-¡Chiquilla enfadosa! ¿¡Buscas pelea!?- se enojo el afeminado coordinador, mientras acercaba de forma amenazadora su cara a la de la joven.

-¿!A quien llamas chiquilla!? ¡Si quieres pelea, te ganare igualmente a como hoy lo hice!- exclamaba mientras imitaba la posición del peli morado.

-Eso quisieras.

-Eso sucedió.

La discusión imparable, los gruñidos y las miradas asesinas que prolongaban el uno con el otro provocaba la gracia de Solidad, pero su sutil risa se vio acallada tras notar la mirada perdida del peli verde. Quien solo miraba el cielo, desde un punto aislado.

-¿Sucede algo?- se acerco la oji esmeralda, llamando la atención del chico quien la volteo a ver.

-No- contesto cortante mientras desviaba la mirada.

-Ya veo…- dijo recargándose a la pared. – No sabes si sentirte feliz o enojado por la victoria de May sobre ti ¿no es así?

Suspiro. Para luego asentir con la cabeza. Guardo silencio por unos instantes –Es solo que… se ha hecho tan buena… temo que pueda llegar a superarme, tal vez necesité distanciarme un poco para concentrarme en mis propias actuaciones y no en los errores de ella.- llevo sus ojos a la portadora de la pañoleta verde quien seguía alegando cosas con el joven del traje de Cacturne.

-Drew…- dijo severa la más madura de los cuatro presentes. -¿Estás seguro de que es eso y no el temor que te causa el llegar a encariñarte aun mas con ella?- cuestiono, haciendo que el peli verde viera el piso, con la mirada sombría.

Y como si de una puñalada se hubiera tratado, su más fiel amiga, había acertado, hace poco, el mismísimo Drew Larousse, se había dado cuenta que la rivalidad entre él y May Balance, había llegado a atravesar el limite, haciendo que experimentara cierto cariño por ella, lo cual, para desde su punto de vista era debilidad.

-¿Drew?- Solidad buscaba una respuesta de parte de su acompañante, aunque no la necesitaba, quería oírlo salir de su boca.

-¡Chicos!- interrumpió May, quien se acercaba a ellos tras acabar con su discusión con Harley. -¿No quieren ir a la fiesta por algo de… ¡ACHU!- estornudo de repente dejando inconclusa su oración. –Jejeje, ¿Qué dicen?- decía mientras se tallaba la nariz.

-Sí, será mejor ir a un lugar mas cálido antes de que te de un resfriado por tus descuidos- dijo Drew mientras comenzaba a caminar hacia la salida, dejando a una seria peli rosada, quien siguió al grupo para tomar una buena cena para despues disponerse a dormir.

Continuara...

6 años después…

-Bien, ¿me están escuchando? ¿si funciona?- preguntaba una voz masculina a través del radio en una casa hecha añicos, como si un huracán hubiera pasado por la ciudad que se encontraba en las mismas circunstancias. -¿Ya estamos al aire?- mucha gente, la mayoría encapuchada con harapos y trajes sucios, estaba reunida alrededor de la mesa de madera que apenas y se sostenía, en la cual reposaban una vela y el aparato de comunicación.- Reportaje de último momento- prosiguió. – Se les anuncia a los sobrevivientes de las regiones, Johto, Hoenn y Sinnoh que desalojen lo más pronto posible.

-¡Tch!- hizo un ruido molesto con la lengua una figura encapuchada, quien se camuflaba con su entorno, mientras que los quejidos de la gente empezaban a salir al aire en un ambiente tenso y lleno de angustia.

-¡Apenas y regresamos y ya quieren que no larguemos de nuevo!- dijo un hombre vestido de harapos mientras se levantaba y se separaba de su esposa e hija.

-Lo siento, ya oyeron amigos- dijo el líder de gimnasio de esa ciudad, poniéndose de pie y acomodándose en el medio. –Tenemos que irnos- finalizo con una orden.

-¡No me importa lo que pase! ¡Yo y mi familia nos quedamos!- volvió a gritar el hombre desde la multitud reunida.- ¡Ya estoy harto de seguir con esto y de seguir con miedo a esas bestias!

-¡¿Y tú que sabes?! ¡Tu…!- Lo interrumpieron.

-¡Te estoy advirtiendo para que no te arrepientas! Además… ¡No seas tonto! ¡Solo expondrás a tu familia!

-¡Yo si se cuidar a la mía! ¡Tengo a mi hija y a mi mujer, ellas son mi razón de vivir! Mientras que tu… ¡No tienes nada!- continuaba el hombre con sus gritos, mientras que la figura encapuchada seguía viendo el espectáculo con el resto de la población de la ciudad.

-¡Claro que sí! Yo…- dijo el peli azul bajando la mirada.

-¿Qué?- preguntó de forma burlona. -¿Acaso salvaste a tu esposa? No, no la salvaste, no pudiste…

-Basta…- susurro.

-Ni a ella, como a tu hijo…

-Basta…

-¿Y cómo olvidar a la pequeña May?- pregunto descaradamente, Norman estallo en ese momento.

-¡BASTA!- grito una voz antes de que Norman pudiera sacar todo su coraje.

Todo el mundo busco de donde había salido la voz, y las miradas quedaron fijas, como si de un fantasma se hubiera tratado, tras ver como la figura encapuchada se quitaba su disfraz…

-May…- susurro Norman con los ojos llorosos.

Así es, frente a ellos había aparecido la chica que tanto conocían de punta a punta en las primeras 3 regiones.

-No vine para quedarme- dijo severa la oji azul, sus cabellos habían crecido bastante, los tenía a la altura de su cadera, sus estatura también había cambiado, pero lo que más se notaba en ella en un distinto modo, era su gélido carácter.- Solo vine a darles un mensaje de parte de los pokemon.

Los murmullos comenzaron de inmediato.

-¡Silencio!- ordeno el líder de ciudad Petalburgo. –Hija… ¿a caso tu…- miro el suelo y agarro fuerzas para encararla de nuevo.- estas del lado de las bestias?

-No son bestias, se llaman pokemon. Dicen que si no se van de sus tierras…- se volteo como para retirarse, pero saco algo de su bolsillo.- Los aniquilaran- y con esto dicho, arrojo la pokeball sacando a su poderoso Blaziken, el cual tenia algo diferente al igual que su entrenadora, sus ojos no tenían brillo, y parecía estar en un trance salvaje.

El gran pokemon de fuego comenzó a atacar incendiando todo a su paso, dejando asi, a un pobre Norman confundido, a una multitud aterrada y a un recuerdo enterrado.