Unova

-Atención pasajeros, atención pasajeros- sonó la voz de lo que creí que era el capitán. –Estamos a punto de aterrizar, favor de no salir de sus lugares y prepararse para el asenso- incluyo para luego dejar de escucharse en las bocinas.

-¿Oíste eso Cherubi?- pregunte a mi pokemon mas reciente que descansaba en mis rodillas, la cual asintió con la cabeza.- Ya estamos en Unova- mire por la ventana para poder ver el gran paisaje de esta nueva región.

Una vez en el suelo, me dispuse a bajar del avión; el calor del sol recorrió todo mi cuerpo, la brisa me golpeaba en la cara, el viento sacudía mis cabellos castaños y el sonido de las olas del mar junto con el cantar de algunos Wingull fueron mi bienvenida. Un lugar bastante relajante.

Camine por toda la plataforma donde el transporte que nos había traído reposaba tranquilamente, junto con mucha gente, algunos eran comerciantes que no paraban de hablar por el pokegear, otros venían de turistas tomando fotos a todo lo que encontraban, pero yo, venia por una razón totalmente diferente; vine para triunfar en los concursos pokemon, los más difíciles de todos, no solo porque venía sola en un viaje a una región desconocida para mí y lejana de mi familia, sino porque también, muchos de los mejores coordinadores fueron atraídos con la promesa de un premio nunca antes visto que le seria otorgado al ganador del Gran Festival.

-Bien, la pregunta es ¿A dónde iremos primero?- le dije a mi pokemon acompañante volteando a todos lados.

-Cher Cherubi- exclamo la pequeña cereza mientras apuntaba hacia una tienda de ropa.

- Hmmm- pensé. -tal vez no sea tan mala idea cambiar de atuendo, es decir, ya recorrí Johto y Sinnoh con este… ¿sabes qué? ¡Vamos!

Y comencé a correr hacia el local, y justo cuando iba entrar alguien salió, provocando que chocáramos y por lo tanto saliéramos disparadas hacia el suelo.

-Auch- me queje sobándome la espalda mientras Cherubi se acercaba a mí, entonces escuche como la otra persona carraspeo, voltee a verla, desentendida.

-¿No te vas a disculpar?- dijo molesta, aun sentada en el piso, una chica de cabellos cortos amarillos casi blancos, de ojos dorados.

-¿Eh? A…ah sí – dije apresurándome a ponerme de pie. –Lo sien…

-¿Pero qué…?- pregunto interrumpiéndome mientras se ponía a la altura de Cherubi y la miraba fijamente. –Esta Cherubi… solo una persona puede tenerla…- dijo impactada. -¡TU!- dijo parándose a una velocidad increíble y apuntándome con el dedo índice, por mi parte solo me dedique a abrazar a mi pokemon con fuerza mientras esa chica me espantaba.-¡Tu eres… May Balance!

-Jejeje así es- dije llevándome un brazo a mi nuca, sonrojándome un poco.

-¿Me recuerdas?- dijo agarrándome de las manos mientras sus ojos brillaban con fuerza.

-Emm… en realidad no- respondí con una sonrisa nerviosa, ¿es mi imaginación o esta chica es más bipolar que un exeggcute?

-Soy yo, Abi Lovely, te enfrentaste contra mí en el gran festival de Sinnoh, ¿recuerdas? Use a Jigglypuff y a Hoppip, tú me derrotaste con tu Blastoise y tu Cherubi, tus combinaciones fueron impresionantes, mira que combinar Giro rápido con hidro bomba y que Cherubi se haya escondido dentro del caparazón de Blastoise y luego haya usado Solarbeam, dándole un gran ataque a mis pokemon, no es cosa de nada- dijo emocionada, mientras un rubor aparecía en las mejillas del pokemon cereza.

- Jeje, se nota que recuerdas todos los detalles ¿no es así?

-¡Pero por supuesto!- me soltó de las manos y siguió con su aire soñador, me alagaba que alguien sienta tanta admiración por mi.- me encanta tu forma de coordinar, y aunque no te hallas llevado la copa de Sinnoh, quedaste en segundo lugar y eso es bueno.

-Sí, pero…- empecé a recordar algunas palabras de mi gran rival, sentí que mí mirada cambio a una de nostalgia, tras figurarme su rostro en mi mente, inconscientemente mi mano derecha se poso sobre mi brazo izquierdo. –Un gran amigo mío me enseño a no conformarme y que si puedo hacerlo mejor que lo intente.

-¿Y donde esta ese amigo tuyo?- pregunto con suma curiosidad en sus palabras.
-Bueno… veras él y yo nos separamos tras el Gran Festival de Johto.

-Ya veo…- dijo poniendo un semblante triste.

-Pero estoy segura de que el vendrá aquí.

-¿Por qué? ¿También es coordinador?

-Sí y uno de los mejores

-¿Cómo se llama?

-Drew…- Dije mirando el cielo con una sonrisa en el rostro. Drew Larousse.

-¿El gran Drew?- pregunto maravillada.

-Jejeje – reí mientras una gota de sudor recorría mi frente. -¿El gran Drew?

-Bueno así se le conoce ¿no?

Solté una carcajada, a la cual después de unos segundos, Abi se unió.

-Por cierto, ¿Qué es lo que ibas a hacer antes de encontrarte conmigo?

-¡Ah sí! Es que la verdad creo que necesito ropa nueva y pues…

-¿!Puedo ayudarte!?

-Claro

Y así entramos a la tienda, y me sorprendí al ver la cantidad de variedad de ropa que había: vestidos, abrigos, tops, trajes de baño, disfraces, zapatos, bolsos, guantes, bufandas… ¡Todo un mundo de prendas!

Me quede boquiabierta.

-Y bien ¿por dónde quieres empezar?- pregunto la oji dorada mientras me guiñaba un ojo, tratándome de decir que ella sabía que me sorprendería.

-Bueno yo…- no pude terminar la oración.

-¿Qué tal esta blusa roja, con estos shorts negros? ¡Oh! Y estos tirantes blancos con la bolsa del mismo color, estas hombreras negras, y y y estas calcetas que combinan con el short con estas botas rojas, ¡Ahhh! ¡Como me encanta escoger atuendos!- decía con cada prenda que agarraba en cada sección de la tienda.
Sabía que ella se encargaría de la ropa de viaje, así que yo solo me dedique a tomar un pijama de dos piezas, como estamos en primavera y pronto comenzara el calor, era sencilla y veraniega, una blusa amarilla con las orillas anaranjadas y el short del mismo color que los bordes.

-¡Esto es una ganga!- decía emocionada Abi acompañada de Cherubi de lejos, suspire.

Entonces lo vi, puesto en un maniquí, estaba un bonito vestido color rosa de tres capas, con un moño en la cadera, era verdaderamente hermoso.

-Disculpe- me dirigí a la encargada del lugar, que era una joven peli morada con una coleta baja y de ojos purpuras.

-Dígame.

-¿Podría darme ese vestido?- le pregunte apuntándolo.

-Hmm, sí que tiene buen gusto- dijo mientras acariciaba su barbilla.

-Gracias- le dedique una sonrisa.

-Bien, ¿se lo envuelvo o se lo lleva puesto?- preguntó mientras se lo quitaba al maniquí.

-Envuelto por favor.

Después de unos minutos ya había pagado el vestido y el pijama.

-Bien aquí tiene, que tenga un buen día.- me dijo con una sonrisa.

-Gracias.

-¡May! ¡ven aquí!- grito Abi desde los vestidores.

Fui en cuanto me llamo.

-Mira, ya tengo todo tu atuendo, es hora de que te lo pruebes.- dijo entregándome el bonche de ropa.

Entre al vestidor tambaleante y comencé a cambiarme. Después de unos momentos salí.

-¿Y qué les parece?- pregunte un poco sonrojada, mientras Cherubi y Abi ponían una sonrisa. Ya estaba a punto de ponerme mi pañoleta verde y Cherubi me detuvo.

-Cher, Cherubi, ubi- dijo mientras que con la boca, tomaba una boina de color rojo con blanco y negro con el símbolo de una pokeball.

-Esta bien, pero…

-No te preocpes, te ves mejor con la boina- insistió Abi.

-Si tu lo dices.- dije y agarre la boina para pasar a ponérmela en la cabeza.

-Ahora si, ¡estas lista para salir!

-Bien, ¡Unova ahí te voy!- dije emocionada por empezar mi nuevo viaje.

-Bien, bien, ya tienes un nuevo look que estrenar, dime… ¿te gustaría ir a comer a uno de los restaurantes más famosos de Unova?- me pregunto Abi, como si necesitara hacerlo.

Casi por impulso la agarre del brazo y comencé a correr al igual que Cherubi, a toda la velocidad que mis piernas tenían, es decir, no he probado bocado desde que llegue a esta nueva región, y probar algo nuevo era uno de los más grandes placeres de mi vida.

-Es para el otro lado- dijo casi en un susurro mi amiga ya mareada.

-¡Oh! Lo siento- me disculpe deteniéndome al mismo tiempo, me voltee y comencé mi acción una vez más.

-¿Por qué a mí?- se decía Abi entre sollozos, lo cual me dio un poco de gracia.

Después de tomar algunos atajos, y caminar mucho, llegamos a una ciudad, bastante bonita y abundante de gente. Llegue a pensar que estábamos en la capital de Unova.

Algunas familias se encontraban saliendo de sus hogares disponiéndose a pasear, payasos rondaban por el lugar, haciendo malabares con pelotas e inflando globos para darles forma. Me dio risa ver como Cherubi se acerco a uno de los globos que se parecía a ella. Definitivamente era una ciudad muy activa, me encantaba oir los graznidos de los pokemon nuevos que pasaban volando por ahí, y también el sol reluciente que brillaba en el cielo.

-¿Dónde estamos?- pregunte sin separar la vista de algunos edificios, los cuales mantenían un aspecto único, el centro Pokemon era algo diferente al de las otras regiones, y no veía la tienda por ningún lado.

-Esto May, es ciudad Striaton- dijo mientras alzaba los brazos emocionadamente. – Hogar del triple problema.

-¿Triple… problema?- pregunte algo confundida.

-Asi es, asi les suelen llamar a los lideres de gimnasio de aquí, Chili, Cress y Cilan.

-Oh!- dije sorprendida de todo lo que Abi sabia.

-Y nuestro restaurante será…- dijo buscando algo con la mirada- ¡ahí!- finalizo mientras apuntaba con el dedo el gran edificio de techo azul, el cual daba buena pinta.

-¡Pues vamos!- dije presurosa.

Una vez adentro, el aroma a comida se desprendió por todos lados, puré de bayas, arroz, caldos, pan, tantos olores distintos.

-Por favor síganme- dijo un señor de bigote extraño con elegancia en lo que nos guiaba hacia nuestra mesa, por nuestra parte nos dispusimos a obedecer su orden. –Que disfruten su comida- dijo haciendo una reverencia para luego retirarse.

El lugar estaba lleno y se oían los murmullos de diferentes platicas en el lugar, bastante pintoresco, miraba de lado a otro, solo para ver si veía a alguien conocido, pero nada, todas eran caras nuevas para mi memoria.

-May, ¿ya sabes lo que vas a pedir?- pregunto Abi sacándome de mi distracción.

-¿Eh? Aun no- dije tomando rápidamente el menú.

-¿Puedo tomar su orden?- se acerco lo que supuse era un camarero, no tome importancia a mirarlo, pues estaba mas concentrada en los nombres de las comidas escritas en la lista de disponibilidad.

-Yo empezare con una ensalada y de tomar un agua de moras oran- pidió Abi.

-Muy bien- contesto el mesero.-¿Y usted señorita?- me pregunto.

-Pues yo…

-¡Alfred! ¡Te requerimos en la cocina!- grito una voz al fondo del piso.

-Discúlpenme, ahora mismo les mando a alguien más.- dijo el mesero haciendo una reverencia y retirándose a donde lo llamaron.

-Claro, no hay problema- contesto Abi, por mi parte volví al menú, mientras la boca se me hacia agua.

Tantas opciones, tartas de fruta, ensaladas gigantes, fideos jumbo, ¡Por Arceus! Esto era el paraíso.

-May, May… ¡May!- me grito mi acompañante.

-¿Uh? ¿Qué?- dije volteando a ver a la oji dorada.

-El mesero ya está aquí desde hace media hora y tu bien gracias- el enojo y el sarcasmo era evidente en sus palabras.

-Lo siento- conteste mientras me daba un leve palmazo en la cabeza.- Bueno, lo que quiero…- puse el menú de nuevo en mi cara, tome aire y comencé a dictar.- Se me antojan 5 raciones de la especialidad del día, 3 platos de los fideos súper jumbo, un plato de brochetas de moras Cheri, un pay de bayas, un jugo de frutas pecha, arroz con un toque de salsa y una pizza super grande- dije con una sonrisa en el rostro.

-¿En serio te vas a comer todo eso?- y como si de un shock se hubiera tratado, la voz entro a mi cabeza usurpando todos mis recuerdos, voltee rápidamente y lo vi, aquel chico peli verde, vistiendo un traje de mesero como todos los demas.

-¡Drew!

-Lo siento, eso no está en el menú- dijo mientras un tic nervioso se apoderaba de su ceja.

-¡No! Me refiero… tu eres Drew- dije emocionada de ver a mi antiguo rival.

-¿En serio?- contesto con sarcasmo.

-Mira Abi- dije volteando a la rubia.- ¡Es Drew!

-Si ya lo note- rio nerviosamente.

-¿Qué te trae por aquí?- le pregunte al peli verde mientras una sonrisa de felicidad se formaba en mi cara.

-No es de tu incumbencia- dijo mientras sacudía su fleco como siempre lo hace, aparentemente no ha cambiado nada, me alegro.

-¡Hmp!, que grosero- infle un cachete, en serio sigue siendo el arrogante y prepotente chico que conocí.

-Bueno, si no estás a gusto conmigo de mesero, puedo enviar a alguien más.

-Nop, no puedes- y así como si de un rayo se hubiera tratado llego un chico peli rojo y agarro a Drew del cuello y le aplico algo así como una llave de lucha.

-No otra vez- susurro mi antiguo rival entrecerrando los ojos mientras se ponía serio.

-¿Acaso aun no has aprendido?- pregunto otro chico de cabellos azules y ojos de igual color.

-¡Trata bien a nuestros clientes!- dijeron los dos chicos al unisonó mientras le apuntaban con el dedo índice a Drew.

-Oigan- dije nerviosamente con un hilo de voz tratando de llamar su atención, mientras una gotita de sudor resbalaba por mi frente. Fue inútil ya que seguían gritando y sermoneando a Drew a en frente de mi.

-¡Recuerda que tienes una deuda con nosotros!.- gritaba el peli rojo

-Y eventualmente necesitas pagarla.- concluía el peli azul más tranquilo.

-¡Y si no la pagas…!- sonrió el de cabellos alborotados.

-Tu estadía aquí será eterna.- termino la oración el peli azul muy elegantemente.

-¡Disculpen!- Dijo Abi con el seño fruncido.

-Díganos- dijeron los chicos que al instante dejaron su pelea con mi rival y con suma bipolaridad y velocidad legaron al frente de mi amiga con una reverencia, con una actitud servicial.

-Aquí yo y mi amiga nos estamos muriendo de hambre y no veo que nos estén atendiendo y yo me estoy desesperando ¡y es malo hacerme desesperar! ¡Porque luego me enojo! ¡Y NO ME GUSTA QUE ME HAGAN ENOJAR!- termino.

-Lo sentimos, ahora mismo traemos su orden.- dijo el peli azul, quitándole el cuadernito a Drew, el cual se limito a desviar la mirada en la que tenía una expresión que decía “como quieras”.

-¡Yo! ¡yo! ¡yo! ¡yo quiero entregar la orden Cress!- decía entre salto y salto el chico peli rojo.

-De acuerdo Chili, toma- dijo dándole el cuderno donde estaban anotadas las peticiones de comida.

-¡AAAAAH! ¡TODO ESTO…!- solo basto con que mirara la hoja en la que estaba escrito para que pegara un grito, y luego volteo a verme a mí- ¡PARA ELLA…!

-Con su permiso- dijo el oji azul llevándose a su shockeado amigo a empujones, yo me quede confundida e incline la cabeza.

-Vaya, si que eres motivo de atención- dijo Drew con sarcasmo, mientras se burlaba un poco.

-¡Te estoy viendo!- dijo el chico de nombre Cress al fondo mientras le daba agua fría al que correspondía al de Chili, mientras mi rival se erizaba.

Suspiro. –Como sea, ¿desean algo mas?

-No- dijo Abi mientras recargaba su cabeza en su mano, mientras mantenía el seño fruncido.

-Bien, entonces me reti…

-A decir verdad… yo si quiero algo mas- dije para detenerlo.

-¿Qué será?- se dijo con tono burlón.

Fruncí un poco las cejas, pero proseguí. –Que me cuentes, como terminaste aquí y de mesero.

Drew solo bajo la mirada. –Sera una larga cena…

-¿En serio paso todo eso?- pregunte totalmente sorprendida.

-A ver… déjame ver si entendí- dijo Abi haciendo un ademan con la mano.-¿Llegaste en un avión privado, cuando bajaste, sacaste a todos tus pokemon, entre ellos Luxray, al cual le cayó un rayo se volvió loco, desapareció por unos días, tú te quedaste preocupado por él, y cuando llegaste a ciudad Striaton a visitar este restaurante, casi todo el edificio estaba hecho trizas y Luxray estaba aquí, luchando con los pokemon de los lideres de gimnasio y solo te vio llegar y huyo, entonces tu le dijiste a los lideres que era tu pokemon, ofreciste dinero para arreglar los daños que este había hecho, pero vieron que eras un prepotente chico rico y mejor quisieron tus servicios, tute negaste y te retaron a una batalla pokemon, si ganabas no pagabas nada pero si perdías, que lo hiciste, trabajarías aquí como mesero para pagar la deuda?

-Así es- dijo Drew con seriedad y confirmando con la cabeza. – Lo peor no es esto, sino el hecho de que no sé donde se encuentra mi pokemon y yo estoy aquí varado por una deuda que no me dejan pagar con dinero.

-Drew…- dije mientras mi mirada se tornaba algo triste, pero este no era el momento para eso. -¡Yo te ayudare! Tú no te preocupes, veras como encontraremos a Luxray- dije mientras me levantaba de la mesa, que ahora estaba llena de platos sucios, en los cuales habíamos comido; quería ayudar a Drew, por lo que la única opción que me quedaba era hablar con los líderes de gimnasio.

-¿Qué es lo que harás?- me pregunto mientras dirigía su mirada hacia mí.

-Ya veras, tú no te preocupes.

Legue a la recepción.

-Dígame señorita ¿Qué se le ofrece? Tal vez quiera la especial de papas con ensalada cinco estrellas junto con la especialidad del chef- dijo con una sonrisa.

-¿E…especialidad del chef?- dije de modo automático, pues aun no me sentía llena en totalidad.

-¡May concéntrate!- Me grito Abi desde la mesa en la que antes me encontraba.

-Ah sí- dije cerrando los ojos fuertemente. –Lo que busco es… ¡una batalla pokemon con los líderes del gimnasio!

Drew abrió a más no poder los ojos, mientras giraba su cabeza en forma de negación, las platicas que se escuchaban hace unos segundos se apagaron, todo quedo en silencio, todos los presentes me vieron con cara de asombro.

-¿Quién es el retador?- pregunto el chico de cabellos rojos, que había quedado en shock cuando vio mi orden.

-Yo- dije levantando mi mano con una enrome sonrisa, me sentía confiada, segura de que podía ser fácil, viaje un largo tiempo con Ash, así que creo, que he aprendido unas cuantas cosas sobre las batallas de gimnasio sin contar que tengo excelentes estrategias para usar.

-La pequeña dama desea enfrentarnos, sus deseos son órdenes- dijo el chico de cabellos azules.

-¿Contra quién quieres pelear?- cuestiono el desesperado de su compañero.

-El que sea.- en estos momentos me daba igual quien fuera mi contrincante.

-Muy bien entonces…

-Esperen, tengo una condición antes de luchar.- dije armada de valor, sabia por lo que peleaba y no quería, no podía perder.

-Díganos esa condición señorita.

-Si gano, tienen que dejar que Drew se valla- dije con determinación en mis ojos, nunca me había sentido tan decidida a hacer algo.

Ambos se miraron, y luego sus ojos los dirigieron a mí.

-No creo que eso sea posible- concluyó Cress.

Mire hacia la mesa donde estaban la rubia y el peli verde, este bajo la mirada en cuanto esas palabras salieron del peli azul.

-Bien, entonces que sea contra los dos- dije casi desesperada.

Los murmullos comenzaron en la sala.

La mirada de los dos líderes se volvieron a encontrar, y movieron la cabeza en forma de negación.

Rechine mis dientes, no querían aceptar ninguna de mis propuestas.

-¡DE ACUERDO! ¡PELEARE CONTRA LOS TRES! ¡CRESS, CHILI Y DREW!- este último se sorprendió por tal petición.- Ustedes tres contra mí, si gano, lo dejan irse, en cambio si pierdo… ¡me quedare yo también!

Sus caras ni siquiera voltearon a verse esta vez. Lo único que hicieron fue gritar al mismo tiempo:

-¡RETO ACEPTADO!

Algo dentro de mí se sintió nervioso, asustado, ¿Por qué no pensé bien las cosas? Son líderes de gimnasio muy bien preparados, Drew es uno de mis más grandes rivales, y yo soy una chica algo torpe, nunca he peleado contra tres personas al mismo tiempo, tendré que concentrarme lo mejor posible si deseo ganar, pero, por otro lado, mi corazón se sentía alegre, feliz, sumamente feliz.