Con esa mirada, Adiós

 


Había empezado a lloviznar en el mismo momento en el que llegamos al aeropuerto.
Veía un deje tristeza en tus ojos, y estaba segura que los míos reflejaban lo mismo.
No quería irme, quería quedarme aquí, contigo. Pero, esta era una oportunidad que no podía rechazar, una oportunidad única, algo por lo que había luchado tanto. Y tú, tu no podías venir conmigo, tu futuro estaba aquí, tu sueño se encontraba en este lugar, y yo no quería arrebatártelo.


 





 
Sé que fue cruel por mi parte pedirte que me acompañaras al aeropuerto para despedirnos, pero quería verte, una última vez antes de partir, realmente deseaba que la última persona a la que viera fueras tú, era solo una excusa para poder verte.
Si te soy sincera, fue más duro de lo que había imaginado, verte allí parado, ayudándome a cargar con mi única maletas, en silencio, ni un insulto o critica, ni siquiera esa estúpida mirada de arrogancia en tu cara. Actualmente me arrepiento que mi último recuerdo de ti fuera tu rostro teñido de tristeza intentando ser ocultada.

 








 
No tenía fuerza para despedirme de ti con palabras, así que intenté hacerlo con la mirada, desgraciadamente eso tampoco pude hacerlo.
A medida que los minutos pasaban tus ojos se iban tornando vidriosos.  Tú, la persona que siempre me había ayudado a levantarme y siempre me ofrecía una sonrisa, ya fuera sincera o arrogante, al borde del llanto. Y al verte, aun no entiendo como fui capaz de no romper a llorar como una niña pequeña en ese preciso momento.  Me entraron ganas de no subir a ese avión, no quería, al menos no quería hacerlo sola, sin ti.

 







 
No habíamos entrado aun al aeropuerto, y mientras mi pelo y mis ropas se iban empapando con la ligera lluvia que caía sobre nuestras cabezas, sentía como si el agua que mi piel absorbía llegará hasta mi corazón.
Las luces de los diferentes vehículos que llegaban al lugar que me iba a separar de la persona que más amaba parecían más brillantes y cegadoras que nunca.
 





 
Me habías ayudado tanto, te tuve siempre que lo necesité,  me conocías mejor que yo misma y sabias como sacarme una sonrisa o hacer que olvidara los problemas. En cambio, yo, yo no pude hacer nada por ti, yo no supe ayudarte nunca, yo abandoné la ciudad una semana después de que te me declararás. Me gustaría haber podido hacer más cosas por ti.


 





 
Seguí intentando ofrecerte una mirada como despedida, creí que eso era lo correcto. Siempre intenté ser una buena persona y hacer las cosas de manera que no hirieran a nadie, pero en ese momento tú estabas herido, y todo era mi culpa, y todo lo que te pasó después también lo fue. Realmente creo que soy una persona horrible, todo fue culpa mía.
 



 
Sé que debería olvidarte, que pensar en ti solo me hace daño, que tus recuerdos solo me hunden, lo sé, lo sé, lo sé, LO SÉ. Pero no puedo, aun te quiero, te quiero como no he querido a nadie, eres irreemplazable para mí. Aun así sé que de debo olvidarte, y créeme que lo intento…

 





 
Cada vez que tu rostro llega a mi mente, quiero llorar. Los recuerdos de esos tiempos felices junto a ti, actualmente solo me desgarran por dentro. No lo entiendo, todo lo que recuerdo son momentos maravillosos, de los mejores que he vivido, pero no puedo pensar en ellos sin ponerme a llorar, duele, duele mucho.

 





 
“Perdón” Susurré en ese entonces. Una disculpa apenas audible, apenas separe mis labios, pero tú lo oíste.  Lo oíste e intentaste dibujar una sonrisa en tu rostro con la intención de hacerme sentir mejor. Pero esa curva en tu cara era tan poco realista. No me la creí.
 








 
Al ver como tu falsa sonrisa no surtía efecto en mí diste un paso y me envolviste con tus brazos.
“Has de aprovechar esta oportunidad, te has esforzado mucho. Te lo mereces” Tu voz en mi oído sonó entrecortada, y yo no aguanté más. Apoyé mi cabeza en tu hombro y empecé a llorar.
Tú me abrazabas mientras acariciabas ligeramente mi espalda en un intento de consolarme.
Tú no lloraste y aguantaste tus lágrimas por mí. Gracias.

 





 


La ropa empezaba a engancharse entre si y la lluvia aumentaba. Aun así no quería separarme de ti, pero, miré la hora, iba a perder el avión.
Me separé de ti con gran dificultad, y volví a mirarte a los ojos, de nuevo no fui capaz de despedirme de ti de ninguna manera, en cambio tú me besaste. Fue un beso dulce, nuestro último beso.
 




Actualmente me encuentro aquí, delante de tu tumba, habiendo cumplido mi sueño pero sintiéndome vacía y culpable.
Si yo no te hubiese pedido que me acompañaras ese día, tú no habrías resbalado con la moto por culpa de la lluvia. Si yo no hubiese aceptado esa beca a otro país, tu nunca me hubiese acompañado al aeropuerto. Si nada de eso hubiese pasado, tú y yo ahora podríamos estar juntos.

De lo que más me arrepiento es de no haberte dicho adiós ni con una sonrisa. Lo siento, Drew.

Ese aire oscuro de Seira siempre esta en tus fanfics, es algo que para mi es muy dificil de conseguir y tu lo haces muy naturalmente.
Me pregunto como era tu primera idea y para que esto te haya decepcionado tenia que ser muy buena, conociendo la cancion ya me imaginaba que acabaría mas fatal que mal, lo de la tumba me rompe el corazoncito (nee en su mente crea un final alternativo de color de roso y no monocromo) 
ha sido un poco dificil por que no podia dejar de ver a Airi y Churi pero me ha gustado mucho.

Bye~Bye!

ahhh pero que triste y bello ala ves me encantan todas tus ideas que final trite es difícil hacerlo eso demuestra que eres una capa

aaaaaa sei-chan
llore con este hermoso
song*fic
me gusto mucho eso me acordó
a una historia que leí de pequeña
muy triste muy triste
y a la vez hermosa