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Navidad con olor a rosas

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Mensaje por Birdie Jue 21 Dic - 16:08

Navidad con olor a rosas Navida10

Navidad con olor a rosas
ʚɞ 


Navidad con olor a rosas Luces_10

 
May siempre amó la nieve en Navidad. Pocas veces nevaba en Petalburgo, pero sus padres solían llevarlos a Max y a ella a LaRousse, donde cada invierno la nieve cubría la tecnológica ciudad.
 
Pero esta Navidad su familia no la acompañaban, eran solo sus pokemon, ella y su deseo de vivir una blanca Navidad en LaRousse.
 
No conocía a nadie en la ciudad así que tendría que buscar un hotel o alguna posada, y también compraría uno de esos pequeños pinos de navidad tan bonitos. Iba a ser una Noche Buena increíble, estaba emocionada.
 
Calentó sus manos con su aliento y las frotó. Comenzaba a sentir más frío que antes, las ventiscas se metían debajo de su grueso suéter de lana y su abrigo. Muy ajena a eso, Glaceon se veía muy feliz con el gélido clima.
 
La nieve ya estaba en todos lados, el camino ya no era visible y todos los árboles ya tenían una gruesa capa de escarcha. Por mucho que la vista le encantara, ya estaba extrañando la calidez del tren.
 
Por el bien de sus extremidades (las cuales ya no estaba sintiendo), decidió apresurarse en llegar a la ciudad. Mejor evitaba que la noche cayera y que la temperatura bajara aún más.
 
Una hora después y unos grados más abajo en la temperatura, May llegó a la entrada de la ciudad tecnológicamente más avanzada de la región. Las calles automáticas le evitaron seguir caminando y pudo frotarse las manos contra sus pantalones para poder entrar un poco en calor.
 
Sus ojos brillaron cuando observó la ciudad repleta de nieve: los parques, los árboles, incluso las mismas calles. Los locales estaban decorados con pequeñas luces coloridas que parpadeaban y seguían patrones; había lugareños caminando de aquí para allá con sus pokenavs en sus manos, hablando con otras personas y llevando varias cajas en sus brazos. Seguramente regalos de último momento.
 
Los enormes edificios tenían un aspecto de ensueño con los pequeños copos de nieve cayendo y había algunos árboles decorados rodeando las calles. ¡Era todo tan bonito y navideño!
 
May decidió salir de la calle cuando vio un mapa de la ciudad. Justo lo que necesitaba. Se paró frente al mapa y buscó con la mirada algún hotel o una posada, pero se sorprendió cuando un mensaje emergió del cartel, el cual resultó ser en realidad una pantalla electrónica.
 
¿Qué desea buscar en LaRousse?, decía el mensaje y debajo de ese mensaje venían varias respuestas:
 
Un lugar dónde hospedarme.
 
¿Dónde me puedo divertir?
 
¿Qué es lo más interesante?
 
Centro pokemon.
 
Ella pulsó la primera y un pequeño dibujo de una lupa con anteojos, boca y manos apareció con una mueca de tristeza.
 
"Lo sentimos, ya no quedan lugares con espacios disponibles. Gracias por visitar LaRousse, que tenga una feliz Navidad."
 
Okay, esto era algo que no tenía contemplado.
 
―¡¿Qué?! ¡¿En serio?! No puede ser. No, no, no, no, no.
 
Se frotó el rostro con frustración dejando rojas sus mejillas y su nariz.
 
Era víspera de Navidad, por supuesto que ya no había lugares disponibles dónde quedarse. «¿Cómo fuiste tan ingenua, May?». Suspiró consternada.
 
¿Qué iba a hacer ahora? Dormir en el bosque era un no definitivo, regresar a casa le tomaría al menos dos semanas y estaba casi segura de que en LaRousse no había Centro Pokemon.
 
Para estar segura de eso último presionó esa opción en la pantalla y la misma lupa con ojos le confirmó que, de hecho, LaRousse no contaba con un Centro Pokemon. Regresó a las opciones y, esperanzada, volvió a presionar la opción de buscar hospedaje. ¿Quién sabe? Tal vez alguien canceló de último… olvídalo, por supuesto que nadie iba a cancelar en plena víspera de Navidad.
 
Todo indicaba que iba a perderse la Navidad ese año, no le quedaba otro remedio que viajar esas dos semanas para volver a casa y perderse también Año Nuevo.
 
―Glaceon, todo esto es un desastre. Fue una mala idea haber venido ―su pokemon dejó de jugar con la nieve para ir a frotarse en la pierna de su entrenadora queriendo consolarla.
 
Los copos de nieve caían sobre ella, atascándose en su cabello y mojando su abrigo.
 
―¿May?
 
Estaba tan distraída por el hecho de que iba a perderse dos de sus festividades favoritas viajando en un tren de camino a su casa que no se molestó en tratar de reconocer la voz de quien le hablaba y volteó solamente porque se trataba de su nombre.
 
Realmente no se esperaba encontrarse con él. No estaba mentalmente preparada para lidiar con esa persona, sin embargo, eso no impidió que se alegrara de verlo.
 
―¿Drew? ―salió de su letargo y se enderezó―. Por Dios, hola.
 
El coordinador salió de la calle y se acercó a ella, llevaba dos cajas medianas en sus manos. Drew vestía un abrigo negro largo, un par de pantalones, botas y unas orejeras verdes que intentaban confundirse con el tono de su cabello. Tenía que admitirlo, el look invernal realmente favorecía a Drew…
 
Ese pensamiento la hizo avergonzarse un poco.
 
May le sonrió al chico cuando se hubo acercado lo suficiente.
 
―¿Qué estás haciendo aquí? ¿No deberías estar en tu casa, con tu familia? ―preguntó Drew.
 
―Sí… sobre eso… ―soltó una risita nerviosa y se tomó un mechón de cabello. Drew alzó ambas cejas expectante―. Vine a pasar la Navidad aquí, me gusta la nieve y en Petalburgo nunca nieva.
 
―¿Sola?
 
―¿Por qué no? Además, no estoy sola ¿verdad, Glaceon? ―volteó a buscar a su pokemon, pero Glaceon estaba muy ocupada jugando en la nieve para prestarle atención. «Gran apoyo, amiga».
 
Drew entrecerró sus ojos, era su expresión de duda. Oh, él estaba dudando de ella, no se estaba tragando para nada la sonrisa que le estaba ofreciendo. Él sabía que algo sucedía, casi podía leer su mente. “Hay algo raro aquí, ¿por qué está May frente al mapa de la ciudad luciendo triste? Ah, ya veo, la tonta no reservó un lugar a tiempo. Ja, siempre es lo mismo con May.
 
Qué humillante.
 
Su sonrisa flaqueó ante la mirada calculadora de Drew, así que decidió que era momento de declarar una retirada.
 
―De acuerdo, fue una linda casualidad encontrarte por aquí, pero…
 
―¿Casualidad? Tú sabes que yo vivo aquí, May.
 
―¿Lo sé? ―preguntó más para sí misma, se detuvo un momento a recordar y sí, ahora recordaba que ciertamente, su rival vivía en LaRousse. Una razón más para huir de ahí entonces―. De todos modos, fue lindo verte, pero ya debo irme. Feliz Navidad, Drew. Vámonos, Glaceon.
 
Su pokemon salió de un montón de nieve, se sacudió y corrió para alcanzarla. May dio media vuelta y sintió alivio. De todas las personas, Drew era la que menos quería que se enterara de su desdichada situación. No quería burlas por su torpeza en víspera de Navidad.
 
Pero, porque siempre hay un “pero”, su maravillosa suerte no iba a dejarla huir tan fácilmente. No, claro que no.
 
―¿Tienes dónde quedarte? ―preguntó Drew, su tono sonaba más como una burla que como una pregunta inocente.
 
May se giró en su lugar y forzó una sonrisa tensa, su ceja tenía un tic.
 
―Claro que sí.
 
―¿Ah sí? ¿Y si ese es el caso, por qué estabas buscando lugares en dónde hospedarte? ―esa mirada en esos ojos verdes era inconfundible, Drew ya había deducido su bonita desgracia. Ah, fantástico.
 
―No es lo que piensas, yo solo estaba aquí porque, am… porque… ―su voz murió al no saber qué decir, la situación se delataba por sí misma. Miró al suelo, derrotada.
 
―Porque no tienes en dónde quedarte ―el coordinador terminó por ella, burlándose. Una risita engreída salió de sus labios―. ¿Por qué no me sorprende?
 
May infló los mofletes, molesta y avergonzada. Esto, era justamente esto lo que intentaba evitar. Sí, era torpe y descuidada, ¿qué podía esperar de ella? Pero no por eso tenía por qué burlarse en su cara, menos en un día como este.
 
Miró hacia otro lado y pensó que era mejor irse antes de que las burlas iniciaran. Pero cuando hizo el amago de girarse, la voz de Drew la detuvo.
 
―Vamos, puedes quedarte en mi casa ―ofreció sonriendo tan arrogante como sólo él podía hacer―. Casi es Navidad y estaría mal dejar a un alma desamparada en las calles.
 
Estuvo a punto de declinar a la invitación, pero la sonrisa sincera que el coordinador le ofreció después simplemente pudo con ella. Exhaló, creando una nube de vaho que despareció en el aire.
 
―Gracias, oh noble y considerado caballero ―le siguió el juego y se acercó a él―. Permítame ayudarlo con una de sus cajas como muestra de mi gratitud.
 
―No es necesario ―negó el coordinador, pero ella insistió.
 
―Me estás dejando quedarme en tu casa en víspera de Navidad, esto es lo menos que puedo hacer.
 
Al final el chico aceptó y le entregó la caja más ligera a May, quien gustosa la cargó entre sus brazos. May llamó a Glaceon y los tres se dirigieron a la calle automática y siguieron el camino mientras conversaban. La conversación era casi unilateral, May guiaba la plática y Drew solamente la escuchaba atento y aportaba cuando era necesario.
 
El camino no fue largo, en poco tiempo se detuvieron frente a una bonita casa de dos pisos con un jardín repleto de arbustos, algunos árboles y con un invernadero de flores, donde suponía que descansaban los pokemon de Drew.
 
May observó todo con enorme curiosidad, nunca se imaginó que la casa de su rival fuera tan… normal. Si era sincera siempre lo había imaginado teniendo una vida de niño rico, viviendo en una mansión enorme con servidumbre y un montón de lujos. De cierto modo, saber que no era así hacía que Drew le agradara un poco más.
 
Cuando entraron en la casa, May sintió la calidez abrazarla y se estremeció completa. Por fin comenzaba a sentir sus manos de nuevo. Glaceon decidió quedarse afuera a disfrutar del frío y May no se lo negó.
 
―Oye, Drew, ¿qué son estas cajas? ―May miró con curiosidad la caja mediana que había cargado todo el camino, luego Drew se la quitó gentilmente de las manos.
 
―Regalos.
 
―Oh.
 
«Vaya, siempre tan comunicativo».
 
―Puedes dejar tu abrigo aquí y por allá está la sala, ponte cómoda. Yo iré a envolver esto, ya regreso.
 
May se sintió un poco como una intrusa cuando entró en la sala de estar. Cuando aceptó pasar la Noche Buena con Drew, había pasado completamente por alto el verdadero significado de eso; en pocas palabras, pasaría la noche con Drew y su familia.
 
No podía decir que eso no le generaba un poco de pánico. Tal vez aceptar tampoco había sido la mejor de sus ideas.
 
Rayos, ¿por qué era tan mala tomando decisiones?
 
Pero para bien o para mal, ya estaba ahí, ya era muy tarde para arrepentirse. Así que mejor sacaba provecho a sus malas decisiones e investigaba un poco más sobre Drew. Siendo tan reservado como lo era, esta era una oportunidad única en la vida de conocerlo mejor.
 
Tal vez debería empezar por ver las fotos de la repisa, ese siempre era un buen inicio. Sin embargo, en cuanto se giró a ver la repisa, la decoración de la sala de estar la deslumbró tanto que olvidó lo que iba a hacer. La elegancia y el buen gusto eran de familia, al parecer.
 
La paleta de colores de la estancia iba del tono crema al chocolate, tenían una chimenea de ladrillo marrón, un estante con libros, muchos discos y una grabadora. Los sofás eran color crema y, a decir verdad, se veían bastante caros, al igual que la alfombra color nuez que contrastaba con el piso de baldosa oscura. Había cuadros colgados en las paredes, una fotografía familiar encima de la chimenea y algunas pinturas por aquí y allá. Pero lo que sin duda se llevaba toda la atención era el precioso árbol de navidad, decorado con luces doradas, listones y esferas de colores, y el detalle más bello eran las rosas naturales rojas y blancas colocadas estratégicamente en el árbol.
 
Y si prestaba atención, el árbol no olía a pino, sino a rosas. Era un árbol de navidad que olía a rosas. Era lo más hermoso que había visto.
 
―¿Quieres chocolate? ―Drew cruzó el umbral de la sala maniobrando perfectamente una bandeja con dos tazas en una mano y las dos cajas ya envueltas en papel de regalo en la otra. May dejó de admirar el árbol y decidió ayudarlo quitándole la bandeja de las manos. Drew le agradeció.
 
Mientras el coordinador dejaba los regalos bajo el árbol de navidad, May dejó la bandeja en la mesa de centro y se sentó en un sofá a seguir admirando el hermoso árbol.
 
―¿Te gusta? ―preguntó Drew tomando asiento junto a ella y ofreciéndole una taza.
 
―Es precioso.
 
―Por supuesto.
 
May rodó sus ojos y tomó un sorbo de chocolate, el cual estaba delicioso. No hizo comentarios al respecto.
 
Se quedaron en silencio un momento, tan solo bebiendo sus chocolates y observando el fuego de la chimenea. Pero May decidió romper ese silencio.
 
―Oye Drew… ¿tus padres están de acuerdo con que me quede? ―preguntó con algo de timidez.
 
―Mis padres no están en la ciudad, decidieron tomarse unas vacaciones en Slateport este año.
 
―¿En serio? ¿Por qué no fuiste con ellos?
 
El coordinador le sonrió de medio lado, de nuevo arrogante.
 
―Si hubiese ido con ellos habrías tenido que pasar la Noche Buena y Navidad en un transporte de camino a casa.
 
May resopló y decidió tomar el resto de su bebida en silencio.
 
―Aunque… también me alegra haberte encontrado, al menos ahora tendré algo de compañía…
 
¿Era su imaginación o las mejillas de Drew se habían sonrojado un poco?
 
May se enterneció un poco, pero luego casi se atragantó con el chocolate.
 
―Espera, ¿estaremos solos toda la noche?
 
El chico asintió tranquilo.
 
―¿Te molesta?
 
―P-Para nada ―tartamudeó, volviendo la vista a su taza casi vacía.
 
Pero en el fondo, ella no estaba segura de eso.
 
 
 
 
Eran pasadas las 20:00 y afuera ya había oscurecido. Las luces y decoraciones navideñas parecían cobrar vida en la oscuridad. Algunos de los vecinos de Drew incluso tenían hologramas en sus jardines.
 
Se había pasado los últimos veinte minutos mirando por la ventana y jugando un poco con sus pokemon. Glaceon seguía afuera, solo que ahora simplemente estaba recostada en la nieve; Beautifly descansaba en su cabeza, como siempre, y Blaziken estaba cerca de la chimenea junto a Flygon, Absol y Masquerain.
 
Decir que no se sentía incómoda sería una mentira. La conversación con Drew había muerto poco después de empezar, ella se había sentado cerca de la ventana para distraerse con algo y Drew había tomado algo para leer. No sabía sobre qué hablar o si Drew realmente quería hablar con ella. Los nervios y la ansiedad le hacían nudos el estómago.
 
Desde el momento en el que entró en la casa supo que era una mala idea. Estaba muy incómoda y sentía que estaba incomodando a Drew, quizás él quería estar acurrucado bajo sus sábanas dormitando y en cambio estaba sentado en la sala de estar soportando la incómoda presencia de su rival de concursos.
 
Genial, ahora se estaba sintiendo culpable mientras la ansiedad se la estaba comiendo viva. ¿Tal vez aún alcanzaba el último tren…?
 
―Tus pokemon se ven muy bien ―la voz de Drew la sobresaltó. Cuando May se volteó, él la estaba mirando divertido con una ceja arqueada.
 
Ella decidió ignorar eso y dirigió su mirada a sus pokemon.
 
―Hice una receta de pokeblocks que hacen que su piel y su pelaje se vean más brillantes, también hemos estado entrenando en lugares y con pokemon que los han ayudado a enfrentar sus debilidades y hace un mes fuimos a unas aguas termales muy buenas ―contestó con algo de timidez. Quitó a Beautifly de su cabeza y la tomó entre sus brazos, se acercó a donde estaba Drew y se sentó en un sofá cercano.
 
―Es una buena rutina ―admitió él. May sonrió, halagada.
 
Roserade apareció de detrás del sofá en el que Drew estaba sentado y se acercó a ella con pasos elegantes para saludarla. May la saludó de vuelta y notó un brillo muy lindo en las flores que hacían de manos en Roserade y en su cabello blanquecino. Se veía muy saludable.
 
―Tú también mantienes muy bien a tus pokemon, las rosas de Roserade brillan mucho y también noté el pelaje de Absol.
 
―Por supuesto, nosotros también hemos estado entrenando.
 
Al parecer, todo lo que necesitaban era romper el hielo, porque desde ese momento la conversación fue tan fluida entre ellos que May no podía creer que antes hubiese estado tan ansiosa. Ella y Drew hablaron acerca de sus entrenamientos, contaron pequeñas anécdotas sobre sus últimos concursos y después de un rato se sintieron tan cómodos el uno con el otro que terminaron conversando también sobre sus vidas, sobre sus pequeñas grandes aventuras, lo que hacían para no aburrirse, cómo viajaban.
 
May entonces comprendió que nunca tuvo por qué sentirse tan tensa alrededor de Drew. Sí, ellos eran rivales, pero también eran buenos amigos.
 
El olor a rosas todavía lo sentía muy presente, le era muy familiar ya que Drew siempre olía a rosas, pero ahora el aroma estaba por todos lados, lo sentía incluso impreso en su ropa. No era algo que le desagradara, de hecho, le gustaba. Tal vez podría conseguirse algún perfume…
 
De pronto, algo interrumpió su conversación. May quedó a la mitad de una risa cuando el timbre de la entrada sonó, y luego otra vez y otra vez y otra vez y otra y otra. Cinco veces, vaya, alguien era insistente. ¡Y seguían tocando el timbre!
 
Ambos compartieron una mirada dudosa.
 
―¿Esperabas a alguien? ―preguntó ella.
 
―No.
 
Drew se levantó para ver quién era el impaciente que no dejaba de timbrar. En cuanto abrió la puerta, escucharon un par de voces que ambos reconocieron al instante.
 
―Hola, Drewie, tiempo sin vernos.
 
―¡¿Harley?! ―May también se levantó para ver comprobar que no se lo estaba imaginando.
 
―¡May! ¿También estás aquí? No puedo creer que todos tuvimos la misma idea de que Drewie iba a estar demasiado solo para ser Navidad…
 
―No me llames así ―ladró Drew, enfadado, pero Harley sólo lo ignoró.
 
―No tenías nada que hacer y no querías estar solo tú tampoco, Harley, di la verdad ―Solidad entró a la casa y se quitó su bufanda roja con calma―. Hola, Drew. Hola, May.
 
May le sonrió y la saludó con la mano, pero que Drew estaba muy ocupado intentando controlarse para saludar. Le había dado un tic en la ceja.
 
―Puedo entender que Solidad esté aquí, es la única que sabía que mis padres están de vacaciones porque se encontraron de paso, ¿qué te trae a ti por aquí? ―preguntó Drew a Harley, quien al verse aludido comenzó a actuar extraño, desviaba los ojos y movía la cabeza algo reacio.
 
Al final, terminó hablando.
 
―¡Osh! Me encontré con Solidad en Slateport y cuando me dijo que veía para acá pensé: ¿por qué no honrar a Drewie con mi maravillosa presencia en navidad? Después de todo, no hay un mejor regalo que tener el honor de estar a mi alrededor ―respondió con esa nota presuntuosa tan suya, pero lo único que consiguió fue una mueca escéptica y un “que no me llames así” de parte de Drew.
 
¿Su presencia es un regalo? Más bien es señal de mal augurio, pensó May mirando hacia otro lado.
 
―Qué hermoso árbol de navidad, Drew ―comentó Solidad una vez que todos regresaron a la sala de estar, el árbol se había robado toda la atención―. ¿La que está en la punta es una rosa de medianoche*?
 
―Lo es ―Drew agitó su flequillo con arrogancia.
 
―¡Pero qué cosa más bonita! Yo pude haberlo hecho mejor, pero no voy a quitarte mérito, Drew ―Harley se sentó en el sofá dignamente. Drew solo suspiró resignado.
 
May lo compadecía, esta noche él parecía ser la víctima de Harley, y supuso que, aunque quisiera, Drew no podía echar de su casa a Harley. Qué problema.
 
Los cuatro se acomodaron en la elegante sala de estar, hicieron más chocolate y Solidad y Harley liberaron a sus pokemon para que se acercaran al fuego que ofrecía la chimenea. Después de pasar de todo el alboroto inicial, la presencia del coordinador de cabello morado se hizo un poco más amena y la conversación fluyó agradable entre los cuatro.
 
La noche podía resumirse en historias, risas y algo así como una pequeña competencia silenciosa sobre quién había logrado más este año.
 
Pronto, el hambre comenzó a sentirse y entre todos decidieron hacer una cena para recibir la navidad. Harley y Solidad habían llevado algunas cosas con ellos porque previeron que Drew no tendría mucho en su refrigerador, dado que no estaba esperando compañía. May, como no llevaba nada, decidió esforzarse en ayudar en la preparación.
 
Las órdenes de Harley y las negativas de Drew a todo lo que decía volvieron el ambiente muy divertido para May y Solidad, quienes los veían desde el otro lado de la cocina mientras picaban las verduras. Secretamente mantenían una apuesta sobre cuánto tiempo tardaría Drew en echar el espíritu navideño por la borda y patear a Harley fuera de su casa.
 
―Drewie, agrégale algo más sal a esto ―Harley señaló al estofado.
 
―No, y no me llames así ―Drew abrió la puerta de la nevera, pero al parecer lo que buscaba no estaba ahí―. Nos faltan ingredientes para el postre.
 
―Pues yo ya no tengo ni un centavo, voy a quedar debiéndoles el regalo ―dijo Harley mientras revolvía la comida en la sartén.
 
―Lo siento, Drew, solo me queda lo del tren de regreso ―Solidad se disculpó luciendo culpable.
 
Drew chasqueó la lengua.
 
―Yo tampoco tengo más dinero…
 
May dejó de cortar y miró a sus amigos, quienes tenían la mirada perdida en ningún lugar, posiblemente pensando en cómo resolver el problema. Sonrió mostrando todos sus dientes.
 
―Saben, yo traje bastante dinero conmigo.
 
Los chicos la miraron con sorpresa y ella corrió hacia donde había dejado su bolso. Tomó su cartera y contó lo que podía ver a simple vista.
 
―Creo que es suficiente ―dijo y se dirigió a la puerta para tomar su abrigo―. Todavía no es muy tarde, tiene que haber una tienda abierta.
 
Drew se levantó de su silla limpiándose las manos con un pañuelo.
 
―Voy contigo.
 
―¡No! No hace falta ―se negó, a cambio recibió una mirada de reproche de parte de él―. Iré con Glaceon, no te preocupes. ¡No tardo!
 
May se colocó su abrigo, llamó a su pokemon y corrió en busca de alguna tienda que aún estuviera abierta.
 
 
 
 
Afuera la nieve caía con fuerza y el viento hacía ruido al soplar. Por suerte, las calles automáticas aún seguían en funcionamiento y May no tuvo que caminar mucho.
 
Había estado buscando durante un rato, pero sus esperanzas menguaban con cada local cerrado que veía. Toda la ciudad parecía estar iluminada y llena de color, pero cada negocio que veía tenía un letrero holográfico con la leyenda «Cerrado por las fiestas». Solamente había visto alguna que otra farmacia 24horas abierta.
 
Estaba empezando a resignarse cuando, a lo lejos, vio un negocio sin letrero holográfico en frente de su puerta, con las luces encendidas y un hombre saliendo. May no dejó ir la oportunidad, se cambió a la vía rápida y comenzó a correr. Glaceon, que jugaba aún con la nieve (podías ver que ella será feliz allí), se desconcertó un poco cuando vio a su entrenadora correr, pero la siguió pronto.
 
Mientras corría, May vio que el hombre que había salido del negocio estaba quitando los carteles de la acera; al parecer, estaba preparándose para cerrar.
 
Oh, no. ¡Tenía que apurarse!
 
―¡Espere, no cierre aún! ―gritó, haciendo sobresaltar al hombre. Llegó al negocio jadeante, pero sonriente. El dueño del negocio la miró extraño―. No… cierre…. aún…
 
―Lo siento, señorita, pero ya es muy tarde.
 
―¡Por favor! Sólo necesito unas cosas ―May juntó sus manos y miró al hombre con afán―. Por favor, por favor, déjeme comprar lo que necesito, es el único lugar abierto y es Navidad, ¿puede hacer una pequeña excepción?
 
El hombre dudó, la necesidad en los ojos azules de la coordinadora estaba convenciéndolo. Pero qué demonios, era Navidad, por qué no ayudar a una jovencita.
 
―De acuerdo ―el hombre se rindió y asintió, dejando que la coordinadora entrara en su tienda a comprar lo que necesitaba.
 
―¡Gracias, gracias, gracias!
 
May salió de ahí con todo lo que necesitaba e incluso más, tenía una gran sonrisa en el rostro. Se despidió del amable vendedor deseándole una feliz navidad y se apresuró a regresar con sus amigos.
 
 
 
 
Solidad fue quien le abrió la puerta.
 
May se sacudió la nieve de la ropa y el cabello y entró rápidamente en la casa temblando por el frío. Se quitó su abrigo y dejó unas cosas en la sala de estar junto a su bolso y después siguió a Solidad hacia la cocina con la bolsa de la compra entre sus brazos.
 
En cuanto entró en la cocina, lo primero que vio fue a Harley huyendo de Drew con lo que parecía una pequeña planta en las manos. No le costó identificar a la planta como muérdago.
 
Un escalofrío le recorrió la columna vertebral. Tenía un mal presentimiento.
 
―¡No colgarás eso en ningún lado! ―Drew intentaba arrancarle el muérdago de las manos a Harley, quien solo reía.
 
―¿Y quién va a detenerme? ¿Tú? ¡Ja, ja!
 
Solidad disfrutaba del espectáculo desde la barra de la cocina. May se acercó a ella.
 
―¿De dónde sacó Harley el muérdago? ―preguntó.
 
―Lo trajo con él ― Solidad rio, encantada. May quiso preguntarle si ella ya lo sabía, pero su amiga habló primero―. ¿Conseguiste las cosas?
 
May asintió feliz.
 
―No fue nada fácil, tuve que rogarle al dueño de una tienda que estaba a punto de cerrar, pero aquí están las cosas ―dejó la bolsa sobre la mesa. Solidad volvió a reír.
 
―Eso es increíble. La cena ya está lista, sólo falta el postre.
 
Los chicos dejaron de pelear cuando Harley prometió guardar el muérdago, luego ambos procedieron a poner la mesa mientras las chicas terminaban de hacer el postre y lo metían en el horno.
 
Sirvieron primero los platos a sus pokemon y después todos se sentaron a cenar.
 
La cena estuvo deliciosa y agradable, para variar, los pokemon contribuyeron a traer algo de gracia al ambiente con sus pequeñas peleas por la comida, pero todo se mantuvo tranquilo. May agradeció no haber llevado a Munchlax.
 
Todos estaban disfrutando la noche, una improvisada víspera de navidad.
 
Terminando de comer, llevaron el postre con ellos a la sala de estar. Era casi medianoche y todos disfrutaban de una rebanada de pastel esperando con ansias la llegada de las 12:00.
 
Entre tanto, May decidió que era un buen momento para entregarles a los chicos las cosas que había comprado para ellos cuando fue por los ingredientes.
 
―Tengo algo para ustedes. Es pequeño, pero espero que les guste ―le entregó a cada uno una pequeña cajita negra que contenía un pequeño dije de metal: un Masquerain para Drew, un Lapras para Solidad y un Cacturne para Harley. Ella les mostró las alas de Beautifly que se había comprado para sí.
 
Solidad y Drew le agradecieron un poco tímidos, argumentando que no era necesario regalarles algo y que lamentaban no tener nada para ella; mientras que Harley solamente chilló con emoción por su nuevo dije con la cara de su querido Cacturne.
 
Pasado ese episodio y restando tan sólo cinco minutos, Harley le había entregado a cada uno un cañón de confeti pequeño, explicando que cuando el reloj diera las doce todos debían a jalar el cordón para hacerlo explotar.
 
Aunque Drew estuvo al principio reacio por el desorden que traería, después de que el promotor de la idea le prometiera limpiarlo luego, al final aceptó. Así que tanto pokemon como coordinadores estuvieron atentos al reloj esos ansiosos minutos. La tensión sólo subía conforme el segundero avanzaba, la emoción podía sentirse en el aire.
 
Últimos diez segundos y comienza la cuenta regresiva. Últimos cinco y los cuatro preparan sus cañones. El segundero señaló el número doce y el minutero por fin se movió.
 
―¡Feliz navidad! ―los cuatro jalaron del cordón y confeti salió volando por todos lados. Los primeros que reaccionaron fueron los pokemon, se lanzaron hacia sus entrenadores con un grito emocionado.
 
Blaziken, Glaceon y Beautifly acapararon a May por completo con un abrazo entre los tres. Drew recibió una embestida amistosa de parte de Flygon y Absol, mientras que sus demás pokemon lo rodeaban con cariño. Harley sólo llevaba a Cacturne y Banette y los abrazó a ambos con sus dos brazos soltando lágrimas y diciendo cuánto los quería exagerando un poco sus sollozos, mientras que Solidad y Slowbro se abrazaban con cariño.
 
May se separó de sus pokemon buscando algo de aire, paró de reír en cuanto notó un fuerte pero agradable aroma. Provenía del árbol de navidad. Cuando llevó sus ojos hacia la esquina de la habitación, observó la enorme y hermosa rosa que había florecido en la punta del árbol.
 
―La rosa de medianoche floreció ―comentó Solidad también observando el árbol.
 
―Debo decirlo, me encanta el olor de esa rosa ―admitió Harley.
 
May cerró los ojos y llenó sus pulmones con perfume de la flor. Se tomó un momento para dejar de pensar y tan solo sentir. Estaba feliz, esta era posiblemente una de sus mejores navidades, estaba segura de que este se convertiría en un recuerdo increíble: la vez que, junto a sus amigos, tuvo una blanca Navidad con olor a rosas.
 
Se acercó a sus amigos para abrazarlos también, que con la emoción de los pokemon y el florecer de la rosa no habían podido hacerlo. Les dio un fuerte abrazo a Harley y a Solidad, y les deseó la más feliz navidad, pero a Drew no lo vio por ningún lado.
 
Lo buscó con la mirada y al final lo encontró en el arco de la entrada. No tardó en acercarse a abrazarlo también.
 
No lo diría en voz alta, pero el abrazo que compartió con Drew duró un poco más que los demás. Extrañamente, le gustaba la forma en la que él la rodeaba con afecto.
 
―Feliz navidad, Drew.
 
―Feliz navidad, May ―el coordinador le entregó una rosa y la miró con algo parecido a la ternura―. Este fue uno de los mejores días que he tenido. Gracias por el regalo también.
 
―También fue uno de mis mejores días, y gracias a ti por dejarme quedarme ―ella aceptó la flor sintiendo algo de calor en las mejillas y pudo ver que Drew también lucía un débil sonrojo.
 
―No fue nada ―se llevó una mano al cuello, avergonzado, y en un intento de desviar su atención de los ojos azules de May, miró hacia arriba. Ahí, en lo alto del arco de la entrada de la sala de estar, colgaba una planta de muérdago.
 
El rostro de Drew se tornó rojo, no supo si fue pena o ira.
 
―¿Qué sucede? ―extrañada, May dirigió su mirada al mismo lugar que la de su rival y entonces su rostro también ardió.
 
Ambos, furiosos con el coordinador culpable de la travesura, se giraron hacia el propietario del muérdago.
 
―¡Harley!
 
Definitivamente, esa iba a ser una Navidad que ninguno olvidaría
 
May estaba feliz de no haber reservado un lugar en alguna posada de LaRousse, a veces ser descuidada no era tan malo.
Navidad con olor a rosas Luces_10
Rosa de medianoche: Se supone que es una rosa que florece durante la medianoche, y sólo se mantiene así por unos cuantos minutos, después comienza a marchitarse. Es una invención mía, la rosa no existe, pero le da el toque a la historia (?
 
Espero sinceramente que les haya gustado, quise escribir algo por la fecha. Mi especialidad no son los one-shots, pero aquí está mi intento de hacer uno.
 
Gracias por leer.


Última edición por Birdie el Mar 14 Abr - 14:54, editado 2 veces (Razón : Lo mejoré ;))
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Navidad con olor a rosas Empty Re: Navidad con olor a rosas

Mensaje por Haruka1287 Jue 21 Dic - 18:58

Holi!
Debo decir que tu one-shot, ¡M-E -E-N-C-A-N-T-Ó!! , fue muy divertido y lindo, queda perfecto con estas fechas y va muy bien con los personajes, ¿que mas puedo decir que ya se me olvidó?, oh si, creo que deberias hacer un fic, aunque es una responsabilidad muy grande de estar poniendo contis y eso, vale la pena, (mi mente:si claro, lo dice la que no ha publicado ni 10 capitulos y lo comenzó en mayo, que experta 7u7, yo: callate!, hago mi mayor esfuerzo T–T,. Mi mente: si, claro. Yo: ok no.)
Bueno ya no tengo nada mas que decir asi que...
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Navidad con olor a rosas Empty Re: Navidad con olor a rosas

Mensaje por Cris Lun 25 Dic - 18:28

¡Hola!

Xaída, en verdad te felicito por esta hermosa historia, y muchas gracias por compartirlo con nosotros :3
Me encantó el ambiente cálido y navideño que lograste mantener en la historia a través de tu narración. Y todos los toques de comedia me gustaron muchísimo xD No podían faltar los comentarios de Harley, tal él.

Me encantó cómo los manejaste a todos, muy fieles a sus personalidades :DD Y tu forma de escribir es muy hermosa, uno puede imaginarse cada gesto, acción y paisaje que presentas.

Me encantó el hecho de que se creara una hermosa Navidad improvisada para todo el grupo, que hicieran todas esas cosas juntos y compartieran a su propio estilo  Navidad con olor a rosas 1f496 Tu historia me generó una linda calidez en el pecho, muchas gracias :3

Me encantó tu invención de la rosa de medianoche, y el hecho de que esa Navidad tuviese "aroma a rosas" fue un detalle muy lindo, me recuerda mucho a esos dos x3

¿Qué decirte? Amé todo, siento que me quedó corta de palabras para demostrártelo.
Oh, y la presentación del post te quedó muy bonita, por cierto x3

Espero ver más escritos tuyos por aquí.

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Navidad con olor a rosas Empty Re: Navidad con olor a rosas

Mensaje por Mar. Lun 25 Dic - 22:59

Oh vaya! Me acabo de dar cuenta que no comenté. Ha decir verdad lo leí en cuanto lo subiste y me pareció muy lindo~
Me gustó mucho la historia, agradable al leer y con todo el espíritu navideño en cada palabra.
Los personajes, como mencionó Sabri, muy fieles a ellos mismos. Y eso me encantó.

¡Espero leer más de ti!
Te quedó estupendo~
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Navidad con olor a rosas Empty Re: Navidad con olor a rosas

Mensaje por Birdie Mar 26 Dic - 20:09

¡Muchas gracias! No saben lo que significa para mí.

May y Drew fueron quienes me lanzaron a esto de la escritura y ya los tenía algo abandonados, hacía bastante que no escribía algo sobre ellos.

Me esforcé bastante en mantenerlos a todos dentro de sus personalidades, gracias por notarlo. Es todo un reto hacerlos congeniar a todos sin que hubiesen peleas, en especial a Harley y su personalidad excéntrica.

Gracias por notar también la decoración, me gusta mucho hacer portadas y no me pude resistir.

Aprecio mucho sus opiniones, y claro que habrá más de mí en poco tiempo.


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Navidad con olor a rosas Empty Re: Navidad con olor a rosas

Mensaje por Seira Lun 29 Ene - 4:44

Yahoo!


Voy un poco tarde para la época navideña, pero, tu One me transportó a la Navidad.
Las descripciones de la decoración y el ambiente familiar y navideño que le diste ayudó a eso.
También me encantó la portada y las lucecitas que separaban las escenas.
Que Drew no viva en una mansión sino en una casa normal me pareció un cambio muy hermoso y muy adecuado para como desarrollaste la historia,
Como ya te han dicho supiste tratar muy bien a los personajes y reflejar la personalidad de cada uno de ellos mezclada con el espíritu navideño, lo que es simplemente hermoso de leer. (y verdaderamente complicado)
En resumen, me ha encantado, y espero poder seguir leyendo más cosas tuyas.


Jaa Ne~
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Navidad con olor a rosas Empty Re: Navidad con olor a rosas

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