WAGTD: Todos abajo. -Capítulo 2: Henry.

Otro más para la colección xD
Este si que me ha gustado mucho .D Espero que a ustedes les guste también.

Spoiler:

Capítulo 1: Cuando la guerra empiece.


Cogí la escopeta del suelo. Tenía miedo. La sujeté con fuerza, intentando parecer fuerte. Solté un suspiro, y el oxígeno que soltó mi boca formó una nube de vapor. Levanté el arma con cuidado y miré al hombre moribundo que estaba apoyado en la pared. Respiré hondo, alcé el arma lentamente y le dirigí la mirada.

-Lo siento.- Murmuré.

Luego de eso, una bala penetró cráneo. Temblé, y otra nube de vapor se formó frente a mí. Era la primera vez, pero no la última.

Caminé hasta lo que era una ventana rota, levanté mis pies para no pisar los cristales rotos y  hacerme más daño que el que ya tengo y miré al cielo. Era gris. Antes era de un resplandeciente azul, al igual que lo que decían que era el mar, que ahora es un gran boquete entre los continentes. Dicen que todavía queda agua ahí, pero solo es uno de los tantos mitos que hay. Si miraba lo que se supone que hace años fueron verdes campos, veía tierra, polvo y cenizas por todos lados.

Miré la escopeta que tenía entre mis manos. No tenía munición. Volteé a ver al ahora cadáver, necesito munición si quiero seguir viva. Tragué saliva y me acerqué al hombre muerto, rebusqué entre sus ropas hasta encontrar cajas con munición. No puedo creer la suerte que tengo. Las guardé en mi mochila y usé unas cuantas para cargar mi escopeta, además, dejé algunas en el compartimiento del cinturón que saqué de un cadáver días antes. Revisé más entre sus ropas, dispuesta a buscar alguna otra arma, más munición o, si es que lleva, un chaleco anti-balas.

Para mi sorpresa, si llevaba uno. Hoy es mi día de suerte. He robado una escopeta, munición y un chaleco anti-balas. Creo que puedo asegurar que mañana seguiré viva. Me puse la prenda y me acerqué a la ventana nuevamente.


-Faith.- Se oyó desde el transmisor. Lo saqué de mi chaqueta y respondí.
-Aquí Faith.- Dije en voz baja, esperando que no hubieran personas cerca.
-¿Lo has matado?- Preguntó. Miré el cadáver.
-Sí.- Dije un poco nerviosa.
-Necesitamos que vengas. Ya.- Dijo rápidamente. Suspiré.
-Intentaré llegar antes de que el sol caiga.- Dije. Cortaron la transmisión.

Bajé por las escaleras de las ruinas de la casa como pude, saltando algunos escalones flojos, o saltando espacios vacíos. Al estar ya abajo, salí lentamente, con la escopeta en mano. Luego recordé algo. Voy a buscar un cuchillo. Entré corriendo a la casa otra vez, con mis botas sonando por la baldosa agrietada. Pasé a lo que supuse que era la cocina y rebusqué entre los cajones, hasta encontrar lo que necesitaba. Un cuchillo carnicero. Lo guardé en mi cinturón y emprendí marcha nuevamente.

Al salir, me puse la banda negra que tenía atada al cuello sobre la nariz y seguí caminando, lentamente y con mi escopeta en mano siempre. Daba pasos inseguros, fijándome en el suelo para no pisar una posible mina.

Luego de horas caminando, llegué al lugar, un viejo laboratorio semi-destruido. Miré hacia todos lados, fijándome en que no me siguiera nadie. Me quité mis guantes y puse mi mano en el detector. La compuerta se abrió y me permitió pasar. Al entrar, se cerró automáticamente. Caminé hasta llegar a unas escaleras que iban hacia abajo y fui por ellas. Cuando estuve ya abajo, volví a poner mi mano en un panel, y entré a un centro de operaciones que encontramos, que, afortunadamente, no fue destruido por las bombas.

-¡Faith!- Me llamaron. Me acerqué lentamente, dejando la escopeta a un lado. Bajé la banda de mi nariz y la dejé en mi cuello.
-Dime.- Le dije al estar a su lado. Hablo de Derek, el jefe de las instalaciones. Se supone que somos los rebeldes, que intentan impedir la guerra.
-¿Lo has podido matar?- Preguntó.
-Es difícil matar. Más de lo que imaginé.- Le dije nerviosa.
-Pero lo has hecho, ¿no?- Preguntó confundido.
-Sí.- Respondí. –Bueno, ¿para qué me llamabas?- Pregunté.
-Ve a sentarte, tenemos algo que decir.- Dijo.
Me acerqué a un asiento y me puse en él. Luego de unos minutos, todos estaban sentados, y Derek comenzó a hablar.

-Pese a nuestros esfuerzos por impedir la guerra, no lo hemos logrado. Lo más duro, ha sido que han dicho que nosotros somos parte de ella, siendo que nosotros solo queríamos evitarlo. No podemos echar nada atrás, estamos todos, absolutamente todos en esto. Nadie puede alejarse de aquí ahora, y, si quiere hacerlo, que se suicide.- Dijo seriamente. – Tenemos que estar preparados, para cuando la guerra empiece.- 

Hola~~
Mm.... ¿Que digo? xD
¿Me alegro que hayas publicado otro de tus fics? xD
No sé ni por qué me esfuerzo :c (?)
Ni siquiera los respondes D< (??
Bah, que está interesante ~w~
Y que espero otra conti~~
Hasta otra~~

Bueno ¿que decir?

Mala, mala, mala ¬¬
no me gusta que me dejes con tanta intriga y ganas para leer la proxima conti, no se hace ¬¬

Pasando de la intriga que me dejaste en mi ser, me causó una muy buena impresión de buen comienzo, me pregunto que seguirá.

Tu sigue escribiendo y yo seguiré leyendo tus hermosos fics ^^

Hola a todos :'D
Sí, al fin subo xD
Naima:
¿Cómo es eso de que no contesto los comentarios? Mira como lo hago, mira ADJSHFHSWUIFEUIFREFBGIRE

Aina:
Que bien que te haya gustado :'DDDD
Ahora hay más intriga <3


Capítulo 2: Henry.


-¿Listos?- Preguntó Drake.
-Listos.- Dijimos todos al mismo tiempo.
-El grupo A, al este. Grupo B, al norte. Grupo C, al oeste. Los demás, vayan al sur.- Dijo con esa voz mandona que tiene. Me fui con el grupo B –mi grupo- al norte de la zona.

Al haberse dispersado todos los grupos, miré hacia atrás y vi como Drake y unos cuantos hombres volvían a las instalaciones. Volví mi rostro hacia adelante y seguí caminando.

Fueron horas interminables de caminatas y silencio, no sé dónde teníamos que llegar exactamente, pero supongo que nos dirán cuando dejar de caminar. Comencé a tener hambre, pero no podía decir nada, comeríamos cuando anocheciera. Miré al cielo gris, cubierto por humo y unas pequeñas nubes blancas. Busqué la luz entre las nubes hasta que la encontré, estaba muy abajo, por lo cual, anochecerá pronto.

-¡Por aquí!- Gritó el encargado del grupo. Nos guió entre los árboles, la luz se hacía cada vez más tenue. Nos paramos en una zona con pocos árboles, donde podríamos hacer una fogata sin problemas. -¡Ustedes cinco!- Señaló a unos chicos un poco separados. –Vayan a buscar leña. Y ustedes –Señaló a unos siete u ocho chicos.-, busquen algo para encender la fogata.-

Quedábamos él y un chico más, que, por lo que sé, es muy joven. Nos miró de forma comprensiva y sonrió.

-¿Podemos ayudar en algo?- Preguntó el chico.
-Ayúdenme a mover los troncos.- Dijo señalando unos troncos que habían en la parte del centro. El chico desconocido y yo le ayudamos a mover dichos troncos a un lado, con cuidado de no lesionarnos. Luego de eso, nos sentamos en el suelo. Los demás demorarían en llegar.
-¿Cómo se llaman?- Preguntó el hombre.
-Henry.- Dijo él, con una sonrisa melancólica. –Era el nombre de mi padre.-
-Faith.- Dije firmemente.
-Se ve que son jóvenes, chicos.- Nos dijo. -¿Saben manejar armas?-
-De fuego y blancas.- Respondí.
-Armas blancas.- Dijo Henry.
-Pues les servirá mucho. Esto es una guerra, deben estar siempre preparados.-
-Yo siempre estoy preparada.-
-Ah, ¿sí?- Preguntó.
-Sí.- Dije. Luego de eso, hizo un movimiento rápido; levantó un chuchillo y lo lanzó cerca de mi cabeza, haciéndome estremecer.
-Parece que no tanto.- Dijo con una sonrisa egocéntrica. Bufé.

Dos minutos después, llegaron los demás con ramas y paja para encender la fogata. 

Comimos un poco de pan y bebimos un poco de agua, para luego recostarnos en el suelo, a dormir. Cerré mis ojos, procesando todo lo que pasó en el día. Iré a la guerra.

Desperté y me levanté al instante, en un acto reflejo. Se oían pasos cercanos. Miré a mi alrededor, mientras buscaba una pistola o algo dentro de mi chaqueta. Al sacarla, los pasos se oían cada vez más cercanos. La empuñé con seguridad.

-¿Quién anda ahí?- Pregunté firme. –Tengo un arma, y no temo usarla.- Dije en voz alta. Los pasos se oían cada vez más fuertes y cercanos, pisaban hojas secas y ramas del lugar. Sujeté el arma con fuerza, me sudaban las manos. Los demás seguían dormidos. –Si quieres seguir viviendo, será mejor que te alejes.- Dije con una voz segura. Los pasos se seguían escuchando.

Agudicé mi oído y volteé al lugar de donde provenían. Cargué el arma y solté disparos hasta allá, tenía el silenciador, por lo que nadie despertó. Sentí el desplome de un cuerpo, por lo que me acerqué con cuidado.

Un cadáver.

Más atrás, venían hombres corriendo. Eran enemigos, nos estaban buscando. Tragué saliva y miré a las tropas dormidas.

-¡Arriba todo el mundo! ¡Están aquí!- Grité. Todos se incorporaron rápidamente. -¡Corran!- Avisé, para luego echar una carrera. Todos venían tras de mí, pero, al dirigir mi mirada hasta allá, vi lo que mis ojos nunca hubiesen querido ver.



Henry, el chico de anoche, siendo fusilado.

OWO
¡No!
Lo mataste ;.;
Jo, ya me cayó bien y lo matas.
Bueno, es cierto, mas intriga (me encanta y la odio al mismo tiempo(?)
¿Porque lo dejas ahí?
Pon mas, demasiada intriga, aún así yo espero tranquila   

Y eso, espero otra conti.

Chao.