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De vuelta a casa
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De vuelta a casa
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Solidad apenas podía contener su sonrisa mientras atravesaba el bosque hacia Ciudad Slateport. Slowbro caminaba a su lado, disfrutando de la humedad que brindaba el bosque alrededor de esta época del año.
La felicidad de Solidad se debía a que el circuito de concursos en Hoenn iniciaba dentro de dos días con el concurso pokemon de Ciudad Slateport. Solidad no estaba planeando participar en el concurso, pero estaba ansiosa por que iniciara la temporada y aún más ansiosa por llegar a Slateport. El primer concurso de la temporada daba un buen vistazo a lo que sería la competencia de este año.
Tenía la emoción a flor de piel, no veía la hora de volver a competir, llevaba un tiempo sin entrar a un concurso. La temporada pasada intentó probar suerte en el circuito de Sinnoh, pero rápidamente descubrió que los super concursos no eran realmente su estilo. Tal vez un reto para otra ocasión; fue lo que pensó cuando decidió no entrar en el Gran Festival. La idea de tomarse un descanso y esperar al reinicio de la temporada rondó tentadoramente su cabeza por un tiempo, y al final se dejó llevar por ella. Ocho meses habían pasado desde entonces y hoy se sentía preparada para arrasar con el circuito de Hoenn.
Su presencia en Hoenn sería una sorpresa para todos, excepto para su buen amigo Harley, quien lo descubrió a las pocas semanas de haber tomado la decisión y quien también estaría compitiendo en Hoenn este año. No era una sorpresa para Solidad saber que Harley planeaba competir en Hoenn, él ya se lo había mencionado incluso antes de terminar su temporada en Kanto. A quien no esperaba que entrara al circuito era Drew, la había tomado por sorpresa un par de semanas atrás cuando Drew se lo comentó en medio de una de sus llamadas rutinarias. Pero por alguna extraña razón, Solidad prefirió no decirle que ella también estaría en la región.
Ahora que lo veía en retrospectiva, había sido una buena decisión.
La temporada pasada había sido particularmente... turbulenta ―por decirlo de algún modo―, tanto para Drew como para el resto del mundo de la coordinación pokemon. Una de las jóvenes coordinadoras más prometedoras de su generación de pronto decidió aislarse del mundo sin ofrecer razones después del final del circuito de Johto, hace poco más de un año.
Solidad apenas podía contener su sonrisa mientras atravesaba el bosque hacia Ciudad Slateport. Slowbro caminaba a su lado, disfrutando de la humedad que brindaba el bosque alrededor de esta época del año.
La felicidad de Solidad se debía a que el circuito de concursos en Hoenn iniciaba dentro de dos días con el concurso pokemon de Ciudad Slateport. Solidad no estaba planeando participar en el concurso, pero estaba ansiosa por que iniciara la temporada y aún más ansiosa por llegar a Slateport. El primer concurso de la temporada daba un buen vistazo a lo que sería la competencia de este año.
Tenía la emoción a flor de piel, no veía la hora de volver a competir, llevaba un tiempo sin entrar a un concurso. La temporada pasada intentó probar suerte en el circuito de Sinnoh, pero rápidamente descubrió que los super concursos no eran realmente su estilo. Tal vez un reto para otra ocasión; fue lo que pensó cuando decidió no entrar en el Gran Festival. La idea de tomarse un descanso y esperar al reinicio de la temporada rondó tentadoramente su cabeza por un tiempo, y al final se dejó llevar por ella. Ocho meses habían pasado desde entonces y hoy se sentía preparada para arrasar con el circuito de Hoenn.
Su presencia en Hoenn sería una sorpresa para todos, excepto para su buen amigo Harley, quien lo descubrió a las pocas semanas de haber tomado la decisión y quien también estaría compitiendo en Hoenn este año. No era una sorpresa para Solidad saber que Harley planeaba competir en Hoenn, él ya se lo había mencionado incluso antes de terminar su temporada en Kanto. A quien no esperaba que entrara al circuito era Drew, la había tomado por sorpresa un par de semanas atrás cuando Drew se lo comentó en medio de una de sus llamadas rutinarias. Pero por alguna extraña razón, Solidad prefirió no decirle que ella también estaría en la región.
Ahora que lo veía en retrospectiva, había sido una buena decisión.
La temporada pasada había sido particularmente... turbulenta ―por decirlo de algún modo―, tanto para Drew como para el resto del mundo de la coordinación pokemon. Una de las jóvenes coordinadoras más prometedoras de su generación de pronto decidió aislarse del mundo sin ofrecer razones después del final del circuito de Johto, hace poco más de un año.
Por supuesto, la prensa se volvió loca tras su desaparición y Solidad no podía evitar preocuparse por Drew, porque si bien había sido una sorpresa para todos, la repentina decisión de esa cierta coordinadora fue un golpe especialmente duro para él y era alarmante ver cómo intentaba negarlo con desesperación. No era sano y lo único que estaba provocando era hacerse daño a sí mismo, pero Drew era demasiado necio para escuchar un consejo y cada vez que Solidad intentaba traer el tema a la conversación Drew se cerraba como un Cloyster y ella sabía que no debía presionar demasiado o de lo contrario él buscaría cualquier excusa para cortar la llamada.
A decir verdad, la temporada pasada había sido un desastre para Drew. Desde el inicio de su carrera, Drew se había encargado de construirse una reputación, le gustaba aparentar que estaba por encima de las emociones humanas, así que para el resto del mundo pasó desapercibido su cambio. Pero Solidad no era el resto del mundo, ella lo conocía demasiado bien. Cada vez que Drew se subía a un escenario lucía de alguna forma apagado, era el mismo chico al que le brillaban los ojos al discutir y criticar presentaciones, pero no brillaba con la misma intensidad. Sus presentaciones eran igual de increíbles y hermosas, e incluso mejores que antes y tanto él como sus pokemon seguían superándose, pero había algo que faltaba en su mirada, algo que antes brillaba con fuerza. Pasión.
Drew no era fan de las sorpresas, pero Solidad esperaba animar un poco su espíritu competitivo sorprendiéndolo con su presencia en Hoenn. Había pasado un tiempo desde la última vez que compitieron en la misma región, tal vez su presencia avivaría de nuevo la pasión de Drew por la coordinación, aunque sea un solo poco. Y quien sabe, con e inicio de una nueva temporada tal vez había lugar para una sorpresa o dos más, Solidad no perdía la esperanza de que esa cierta coordinadora regresara a los escenarios, después de todo, ella también estaba preocupada por su inexplicable silencio.
De todos modos, pasara lo que pasara, Solidad estaba emocionada por volver a competir y no podía esperar a llegar a Slateport.
Como sabía que ella no participaría en el concurso, Harley se había ofrecido a alojarla en su casa mientras pasaba el concurso. Ella insistió en que no era necesario, pero su amigo simplemente no le dejó lugar para objetar y prácticamente tomó la decisión por ella. A Solidad no le quedó más remedio que rendirse y aceptar la hospitalidad de Harley, después de todo, sabía que no era algo que él le regalara a mucha gente.
Habían acordado que Solidad lo llamaría en cuanto llegara a Slateport y él la recibiría en la entrada del bosque, pero había un pequeño inconveniente en su plan y era que su PokéNav había muerto hace un par de horas. No le agradaba la idea, pero tenía que resignarse a hacer su llamada desde el Centro Pokemon.
El inicio de la temporada atraía a muchos reporteros que salivaban por una exclusiva y, sin ánimos de sonar engreída, ella era una andante. Después de abandonar el circuito de Sinnoh y mantenerse inactiva por un rato, la prensa estaba hambrienta de respuestas, y no era secreto para nadie que ella no disfrutaba demasiado de toda esa atención. Además, corría con el riesgo de encontrarse con Drew; según sabía, él había llegado a Slateport la semana pasada y estaba preparándose para el concurso pokemon. Solidad no tenía planes de hacerle saber que estaba en Slateport hasta el mismo día del concurso, eso arruinaría la sorpresa. Tendría que ser cuidadosa para no tropezarse con ningún reportero.
Ahora que lo pensaba, no tenía idea de cómo estaba lidiando Drew con la atención de la prensa. Solidad sabía que Drew era casi un experto evadiendo la atención indeseada, pero de vez en cuando había algún reportero que era más escurridizo y en los últimos meses la atención que Drew estaba recibiendo era abrumadora. A pesar de todos los sucesos que ocurrieron la temporada pasada, Drew había sido coronado como “el coordinador del momento” por los tabloides luego de su desempeño en el circuito de Kanto, a eso hay que sumarle el hecho de que todo el mundo sabía que Drew Hayden tenía una estrecha amistad y rivalidad con May Maple al igual que con Solidad, dos coordinadoras que seguro dieron de qué hablar en los últimos meses. Drew estaba en la mira de todas las cámaras. Pobre chico, con lo que valora su privacidad, toda esa atención lo tenía mortificado, en sus últimas llamadas no había hecho más que quejarse sobre eso y Solidad no podía evitar sentirse un poco culpable.
Esperaba aliviar algo de esa mortificación cuando pudiera hablar con él cara a cara. Esta vez la distancia no iba a ser un obstáculo; Solidad estaba decidida.
Pero bueno, podía preocuparse por eso en cuanto llegara a Slateport, por ahora solo se dedicaría a disfrutar de la paz y tranquilidad que le brindaba el bosque en su camino.
Solidad había arribado en el puerto de Raíz Chica hace tan solo un par de días y había estado disfrutando de los bonitos paisajes que el pequeño Pueblo Oldale y la ruta 103 poseían. Ciertamente hubiera sido más rápido si hubiese volado en Pidgeotto directamente hacia Slateport, pero había pasado tanto tiempo desde la última vez que había estado en Hoenn que le parecía un crimen no deleitarse con lo que la región tenía para ofrecer.
Cuando ella y Slowbro encontraron el deteriorado señalamiento que indicaba el punto en que la ruta 103 se convertía en la 110, Solidad sintió su entusiasmo avivarse nuevamente. Podía sentir la anticipación cosquilleando en su estómago.
Slowbro podía sentir el buen humor de su entrenadora, el pokemon estaba feliz de verla tan emocionada, teniendo en cuenta que en los últimos meses Solidad parecía constantemente preocupada. Esta alegría era una bocanada de aire fresco y era contagiosa. Slowbro sonrió a la nada y miró los arbustos con pequeñas flores y bayas, entonces un extraño movimiento captó su atención y se detuvo. El pokemon extendió sus brazos para que Solidad hiciera lo mismo.
―¿Qué sucede, Slowbro? ¿Pasa algo malo? ―Solidad ladeó ligeramente su cabeza para mirar a su pokemon, quien permaneció en su misma posición y señaló hacia el montón de arbustos que se movían ligeramente.
Solidad retuvo su respiración por un momento. Sabía que por esta ruta era normal encontrarse a algún Elecktrike agresivo, y aunque eso no era algo que Slowbro no pudiera manejar, tampoco le gustaba subestimar a los pokemon salvajes.
Ambos, pokemon y entrenadora fijaron sus miradas en los arbustos, la ligera tensión fue creciendo mientras los arbustos se agitaban más y más fuerte… hasta que de ellos salió un pequeño Wrumple con una baya oran en la boca, quien al verlos regresó a esconderse con rapidez.
Solidad soltó el aire que había estado reteniendo. Slowbro volteó a mirarla con una sonrisa y ella le devolvió el gesto y asintió ligeramente. Bien, continuemos.
Entrenadora y pokemon reanudaron su camino esperando que siguiera sin incidentes, sin embargo, Arceus no estaba de acuerdo con sus deseos, porque no pasó mucho tiempo cuando Slowbro volvió a detenerse, esta vez mirando con un poco más de precaución hacia un Ursaring que estaba convenientemente lejos de ellos intentando cortar algunas bayas de un árbol.
Solidad y el pokemon acuático estuvieron de acuerdo que lo mejor sería alejarse discretamente de ahí, nuevamente, un Ursaring no era algo que Slowbro no pudiera manejar, pero prefería evitar una batalla justo ahora. Estaban preparados para dar un paso atrás cuando un hombre con una excéntrica gabardina verde apareció de detrás de un árbol. El hombre les daba la espalda y parecía suficientemente concentrado observando al Ursaring para notar que Solidad y Slowbro estaban allí.
Por la forma en la que el hombre se aproximaba lentamente al pokemon, Solidad se atrevió a adivinar que era un entrenador en busca de una nueva adición a su equipo. Solidad se debatió si sería bueno quedarse a observar, siempre le pareció interesante el proceso de atrapar a un pokemon; era el primer contacto entre un par de compañeros que podrían durar juntos toda una vida o solo un momento, era un momento muy… espera, eso no es una pokebola, eso es… ¡¿un arma?!
El sujeto de la gabardina verde se recargó en un árbol y apoyó un hombro mientras con ambas manos apuntaba el arma alargada que había sacado de su gabardina, luego, antes de que Solidad pudiese reaccionar, el extraño disparó hacia el Ursaring.
Solidad soltó un grito ahogado cuando el pokemon soltó un rugido de dolor y colapsó. ¿Él acababa de…? ¿En serio acababa de…?
Desafortunadamente, su jadeo atrajo la atención del sujeto con el arma. El hombre se veía sorprendido, y quizás también algo asustado, de saber que alguien lo había visto disparar a un pokemon. Solidad jadeó de nuevo cuando el rostro del extraño se contorsionó en un ceño fruncido y se giró completamente para encararla.
Diablos.
Solidad no perdió tiempo y del bolsillo de su impermeable tomó la pokebola de Slowbro. De ninguna manera pensaba exponer a su pokemon al hombre que acababa de disparar a un Ursaring con un arma. Tenían que salir de ese bosque y buscar a la oficial Jenny ya.
―¡Slowbro, regresa! ―el rayo rojo atrapó al pokemon y lo regresó a la seguridad de su pokebola, pero no pasaron dos segundos cuando Slowbro forzó su salida y se colocó frente a ella en posición defensiva―. ¡No, Slowbro, tienes que-
Solidad escuchó al hombre chasquear la lengua y cuando se volvió para mirarlo vio el arma apuntando directamente hacia Slowbro. Solidad sintió su estómago caer a sus pies y el corazón se le detuvo por un minuto. Con el terror subiéndole por la garganta, Solidad tomó con fuerza la mano de su pokemon, preparándose para correr, pero antes de que el hombre pudiera poner su dedo en el gatillo o Solidad pudiera poner sus piernas en movimiento para escapar de ese lugar, el Ursaring que había colapsado por el disparo dio el gruñido más estridente y enfadado que ella había escuchado en su vida.
El pokemon se levantó del suelo extremadamente enfadado y volvió a gruñir hacia el cielo. Solidad, Slowbro y el hombre el arma tuvieron que cubrir sus orejas y cientos de pokemon de tipo volador huyeron de los árboles.
Cuando el aturdimiento pasó, Solidad volvió a observar al pokemon y se llenó de horror. El Ursaring que estaba viendo había perdido por completo el control de sí mismo, estaba tan furioso que su cuerpo estaba sufriendo de espasmos incontrolables y estaba temblando frenéticamente, sus garras arremetían con fuerza con su cabeza y no paraba de gruñir y gritar. Estaba sufriendo, ese pokemon estaba sufriendo de una forma horrorosa.
¿Qué demonios...?
El pokemon estaba fuera de sí, ella jamás había visto algo parecido en su vida y lo que tenía ahora delante de sus ojos era terrorífico. Slowbro lucía igual de horrorizado que ella. ¿Qué le estaba pasando a ese Ursaring? ¿Qué demonios le había disparado ese hombre?
El hombre… oh no.
No fue lo suficientemente rápida, el sonido de un arma siendo cargada logró alejar sus ojos del Ursaring y Solidad sintió su alma caer a sus pies cuando vio el exacto momento en el que el sujeto del arma apretó el gatillo. Algo impactó contra el cuello de Slowbro y su pokemon gritó de dolor.
―NO, SLOWBRO ―su propio grito opacó el sonido que hizo el arma cuando el sujeto recargó y entonces ella misma sintió un intenso dolor en el brazo.
La pokebola de Slowbro cayó al suelo y Solidad empezó a sentir que su cabeza iba a reventar. Su vista estaba nublada y desenfocada, pero, aún así, ella hizo un esfuerzo por buscar en su brazo el proyectil que el desconocido le había disparado. Sin embargo, lo único que tenía en su brazo era una mancha color amarillo intenso que despedía un olor fétido.
¿Qué era eso? ¿Dónde estaba Slowbro? Solidad sentía que estaban intentando aplastar su cráneo.
La coordinadora cayó al suelo tomándose la cabeza entre las manos, podía escuchar los gritos frenéticos de Slowbro y eso estaba partiendo su corazón. Quería ayudar a su pokemon, quería sacarlos a ambos de aquí, no importaba la prensa, no importaba nada, solo quería que Slowbro estuviera a salvo.
―Slow... bro, no... Slowb…
Su voz no era nada más que un susurro, el dolor de su cabeza era demasiado intenso y mientras más luchaba, más crecía. Quería seguir luchando, quería sacar a Slowbro de ahí, pero eventualmente su fuerza la abandonó y Solidad cayó en la oscuridad.
No fue lo suficientemente rápida, el sonido de un arma siendo cargada logró alejar sus ojos del Ursaring y Solidad sintió su alma caer a sus pies cuando vio el exacto momento en el que el sujeto del arma apretó el gatillo. Algo impactó contra el cuello de Slowbro y su pokemon gritó de dolor.
―NO, SLOWBRO ―su propio grito opacó el sonido que hizo el arma cuando el sujeto recargó y entonces ella misma sintió un intenso dolor en el brazo.
La pokebola de Slowbro cayó al suelo y Solidad empezó a sentir que su cabeza iba a reventar. Su vista estaba nublada y desenfocada, pero, aún así, ella hizo un esfuerzo por buscar en su brazo el proyectil que el desconocido le había disparado. Sin embargo, lo único que tenía en su brazo era una mancha color amarillo intenso que despedía un olor fétido.
¿Qué era eso? ¿Dónde estaba Slowbro? Solidad sentía que estaban intentando aplastar su cráneo.
La coordinadora cayó al suelo tomándose la cabeza entre las manos, podía escuchar los gritos frenéticos de Slowbro y eso estaba partiendo su corazón. Quería ayudar a su pokemon, quería sacarlos a ambos de aquí, no importaba la prensa, no importaba nada, solo quería que Slowbro estuviera a salvo.
―Slow... bro, no... Slowb…
Su voz no era nada más que un susurro, el dolor de su cabeza era demasiado intenso y mientras más luchaba, más crecía. Quería seguir luchando, quería sacar a Slowbro de ahí, pero eventualmente su fuerza la abandonó y Solidad cayó en la oscuridad.
De vuelta a casa
[ Comienzo ]
Era un lindo día en Ciudad Slateport, el cielo estaba despejado, el sol brillaba con fuerza en lo alto y una ligera brisa mecía suavemente el follaje de los árboles y traía consigo el fresco aroma del mar. El clima era perfecto para entrenar al aire libre, sabía Roserade apreciaba un buen baño de sol de vez en cuando; era una lástima que no podría hacerlo.
Las calles de la ciudad estaban más concurridas que ayer, aunque eso no era una sorpresa. El primer concurso pokemon de la temporada tendría lugar mañana por la tarde en el Auditorio Pokemon de Ciudad Slateport y era un evento bastante popular que atraía mucha atención, especialmente de los medios. Evadir reporteros se había convertido en una misión complicada desde que puso un pie en la ciudad, afortunadamente había logrado mantenerse lejos de ellos hasta ahora.
Por supuesto, pudo haberse evitado todas esas molestias si hubiese decidido esperar un poco y no se hubiese anotado impulsivamente en el concurso. Francamente, Drew no tenía idea de dónde venía toda esta nueva imprudencia, él no solía hacer las cosas sin pensarlas al menos tres veces… Él no era así, maldición…
Drew no sabía qué estaba haciendo en Slateport, nunca en todo su tiempo como coordinador había siquiera considerado en entrar en un concurso de apertura, siempre lo había considerado un movimiento descuidado y el hecho de que estaba haciendo algo por lo que había criticado a otros coordinadores estaba irritándolo de una manera que no podía empezar a explicar. No era sorpresa que la gente lo evitara cuando caminaba por las calles, su rostro debía estar reflejando su fastidio.
Para compensar su falta de racionalidad, Drew tenía la mente enfocada en ganar y solo en ganar. Si realmente iba a hacer este movimiento imprudente, iba a sacarle el mejor provecho. Ganar no sería difícil, puesto que, a pesar de que este concurso era uno de los más populares, también era uno de los concursos donde más novatos había, todos esperando hacer su "gran debut".
Les vendría bien un poco de realidad y él iba a proveérselas cuando reclamara el listón de Slateport como suyo mañana por la tarde.
En fin.
Siendo el día antes del concurso pokemon, Drew pensó que sería bueno practicar un poco y terminar de pulir su presentación para la ronda preliminar. Ayer, Roserade había logrado hacer funcionar la combinación, pero aún no estaba satisfecho con el efecto visual del poder oculto. El hecho de que les estuviera tomando más tiempo del que esperaba lo molestaba un poco, pero sabía que no era culpa de Roserade, el poder oculto era relativamente reciente para ella, Roserade estaba en su mejor forma y su presentación era impecable, como siempre; el problema era él. No le gustaba sentirse de ese modo, era como regresar a aquel día del Gran Festival de Kanto, había tratado muy mal a Absol y no quería que eso se repitiera.
Drew sacudió su cabeza levemente, el recuerdo le dejó un mal sabor de boca.
En su camino al Centro Pokemon observó a muchos coordinadores que tuvieron la misma idea que él. Como predijo, la gran mayoría eran novatos; había muchos Zigzagoon, Pochiyena y Shroomish, ataques sencillos y sin armonía. Admitía que había algunos que lucían prometedores, pero el resto no tenía esperanza.
Además, ¿practicar tu presentación en frente de la competencia? Error fatal. Los parques nunca eran una opción para entrenar y él aún no caía tan bajo para hacerlo. A primera vista la playa privada de su hotel parecía la mejor opción para su sesión de entrenamiento, pero por alguna razón le parecía mil veces más atractivo el área de entrenamiento del Centro Pokemon.
No es que estuviera evitando poner un pie en la playa por alguna razón en particular, simplemente no le apetecía.
Roserade notó a su entrenador chasquear la lengua, irritado, y suspiró. Honestamente, ella tampoco entendía qué estaban haciendo ahí, sabía que a Drew le gustaba observar el primer concurso de cada temporada, mas nunca participar. Desde hace tiempo que había notado que su entrenador estaba actuando extraño, pero, aunque tenía sus suposiciones, Drew realmente nunca hablaba mucho de eso y hoy parecía particularmente más irritable que de costumbre. Era preocupante verlo de esa forma, pero sabía que si quería ayudar a su entrenador tendría que encontrar una manera en la que él no pudiera negarse. Hasta entonces, intentaría animarlo como pudiera y eso, por el momento, era entrenando duro.
Drew y Roserade pasaban por un pequeño parque solitario cuando escucharon un pequeño grito que atrajo su atención.
—Zigi, ¡atrápalo!
Una chica lanzó con fuerza un objeto amarillo, un frisbee. El frisbee salió volando hacia donde estaban ellos, pero segundos después fue atrapado por un veloz Zigzagoon. El pokemon regresó hacia su entrenadora con el frisbee en el hocico y recibió mimos y pokeblocks como recompensa.
Drew inhaló con fuerza y se fue de ahí metiendo las manos en los bolsillos de su pantalón. Era increíble como un objeto tan insignificante logró aumentar su mal humor de esa manera.
Malditos frisbees, maldijo, resistiendo sus ganas de gruñir. Estaba comenzando a detestar Slateport.
Trató de mantener su mente ocupada desviando su atención hacia literalmente cualquier cosa y, para su fortuna, gracias a eso el resto del camino al Centro Pokemon se sintió demasiado corto. Una vez que estuvo dentro del área de entrenamiento mantener su mente ocupada ya no fue un problema, ahí dentro solo debía concentrarse en Roserade y en el concurso pokemon.
Eso está mejor.
No recordaba que el Auditorio Pokemon de Ciudad Slateport fuera tan intimidante. Tenía muchos recuerdos en este lugar, pero para ser honesta, nostalgia era lo que menos sentía justo ahora.
Estuvo preparándose para su viaje desde el momento en el que el Comité del Gran Festival de la región Hoenn dio a conocer la fecha y el lugar del primer concurso del circuito. Se supone que debía haber llegado hace una semana, pero el mundo conspiró en su contra y su viaje estuvo lleno de contratiempos, sin mencionar las sesiones de entrenamiento para el concurso pokemon. Honestamente, durante todo el camino se concentró tanto en llegar a tiempo que olvidó totalmente sentir nervios por regresar al mundo de la coordinación pokemon después de todo un año de ausencia.
Y ahora que por fin estaba frente al Auditorio no podía encontrar el valor para entrar. Ya nada estaba deteniendo a sus nervios de echar raíces en su pecho, dejándole apenas espacio para respirar.
No pisaba un escenario desde el fiasco del Gran Festival de Johto. Había pasado mucho tiempo sin estar frente a una audiencia y ahora... volver a concursar le resultaba casi aterrador.
Acercó una mano a su pecho para sentir los latidos de su corazón y la volvió un puño cuando lo sintió desbocado.
Su confianza no era la que solía ser cuando concursó en el Gran Festival. Ese día, en esos cuartos de final, su autoestima había sido totalmente destrozada y una buena parte se quedó en ese campo de batalla. Si hoy estaba aquí era porque los pocos pedazos que logró rescatar aún luchaban por seguir adelante y le exigían no rendirse.
Exacto, y es por eso por lo que no puedes acobardarte ahora, sacudió su cabeza y golpeó sus mejillas. No estás aquí para deprimirte, estás aquí para ganar.
Cierto. Sus pokemon habían trabajado duro, no podían estar en mejor forma, confiaba en ellos y ellos confiaban en ella. No podía fallarles ahora, tenía que salir del caparazón.
—Tienes esto, May —se dio ánimos y por fin pudo dar un paso al frente.
El Auditorio Pokemon estaba vacío, May se dio cuenta con alivio. Era mejor así, no sabía cómo podría reaccionar la gente cuando la vieran después del escándalo que hicieron los medios después de su "desaparición". Desaparición era un término muy exagerado en su opinión, lo único que hizo fue evitar los concursos y las cámaras, pero la prensa lo había hecho ver como si la tierra se la hubiese tragado. Los primeros meses fueron problemáticos en verdad.
En fin, tenía suerte de que el Auditorio estuviera vacío.
Caminó hacia el mostrador con los nervios haciendo nudos en su estómago, pero esta vez les impidió que la hicieran retroceder. La encargada de las inscripciones la miró con curiosidad y una sonrisa cordial. May le devolvió la sonrisa, aunque las comisuras le temblaban un poco.
—Hola, quisiera inscribirme al concurso pokemon, por favor —se recargó levemente contra el mostrador para evitar balancearse nerviosamente sobre sus pies y parecer impaciente.
La encargada agrandó su sonrisa con entusiasmo.
—Por supuesto —tecleó algo rápidamente en su computador y luego regresó a mirarla—. Necesito tu nombre y tu ciudad de origen, por favor.
—Mi nombre es May Maple y soy...
El grito ahogado de la encargada la interrumpió e incluso la espantó un poco. Después de sobresaltarse, May miró sobre su hombro buscando lo que había hecho reaccionar de ese modo a la mujer, pero no encontró nada. Cuando regresó la mirada a la encargada, se encontró con sus ojos castaños fijos en ella como si no creyera lo que estaba viendo.
—¿Su-Sucede algo? —preguntó seriamente confundida.
—No, yo… lo siento —las mejillas de la mujer se tornaron rosas—. Es solo que luces tan diferente que no te reconocí. No puedo creer que realmente eres tú, todo el mundo piensa que realmente desapareciste.
May puso una sonrisa incómoda. Ese era exactamente su punto, esa palabra era ridícula y problemática.
—A veces los medios exageran un poco —eso era un eufemismo, pero estaba intentando ser amable.
—Debe ser tedioso ―el comentario hizo reír a May. La encargada comenzó a teclear rápidamente en su computador, al parecer ya no necesitaba que May le diera la información para el registro.
En poco menos de cinco minutos ya estaba inscrita en el concurso pokemon y tenía su pase de concurso en su posesión. May no entendía cómo una cosa tan pequeña y ligera podía pesar tanto en sus manos.
―Ya quiero verte participar en el concurso May ―la encargada le sonrió genuinamente y May le devolvió la sonrisa, aunque con un poco menos de entusiasmo.
―Gracias, haré mi mejor esfuerzo.
Le dijo adiós con la mano a la encargada y salió del Auditorio.
Tomó el manubrio de su bicicleta y se detuvo un momento a observar su pase una vez más con el vestigio de sus nervios todavía revolviéndole el estómago.
Bien… ya estaba dentro, ya no había marcha atrás.
Estaba comenzando a abrumarse, así que decidió guardar su pase de concurso dentro de su mochila y comenzar a andar hacia el Centro Pokemon. Con algo de suerte ahí también lograría pasar desapercibida.
Drew salió del área de entrenamiento con una sonrisa satisfecha en el rostro. Roserade había dominado por completo el poder oculto y consiguió crear el efecto que había visualizado en su mente. Por fin estaban listos para acabar con el concurso de mañana.
Roserade era increíble y no dudó en hacérselo saber, le prometió una buena recompensa por su duro esfuerzo. Roserade iba a enseñarles a todos esos novatos que no tenían oportunidad contra ella. Nadie iba a interponerse entre él y su Listón, ni siquiera el maniático de Harley.
Encontrarse con el sujeto en la ciudad no había sido una sorpresa placentera. Es decir, era consciente de que Harley residía en Slateport, pero, honestamente, Drew estaba esperando que el tipo decidiera participar en cualquier otra región. No hacía falta decir que no era agradable saber que estaría viendo su rostro durante todo el año. La temporada pasada, en Kanto, tuvo que lidiar con él en un par de concursos, y estaba seguro de que si hubiera decidido participar en el Gran Festival habría tenido que lidiar con él y con sus estúpidos jueguitos mentales también allí.
No era un secreto el hecho de que el tipo jamás le agradó, desde el momento en que lo conoció supo que era una persona manipuladora y retorcida a quien solo le gustaba causar problemas y llamar la atención. Además, quienquiera que se atreviera a hacer trampa en un concurso era detestable y no merecía llamarse a sí mismo coordinador, era un insulto para los concursos pokemon. Soportaba a Harley solo cuando Solidad o M… cuando Solidad estaba presente, de otro modo tenía 0% de tolerancia a sus payasadas y en más de una ocasión había pensado darle un golpe en la cara. El tipo era un tormento, pero ni siquiera él iba a arruinar su victoria.
Drew sacudió su cabeza y decidió dejar de pensar en Harley, tenía la teoría de que traía mala suerte; cosas extrañas sucedían al invocar ese nombre. Por suerte, Drew era bueno ignorando la existencia del sujeto.
Llegó a la sala de espera del Centro Pokemon, esperando poder dejar a Roserade para un chequeo de último minuto antes de regresar a su hotel. Ella se merecía un buen descanso después de su productivo entrenamiento y el hotel donde estaba hospedándose tenía un buen spa para personas y pokemon. Drew estaba seguro de que sus pokemon apreciarían una buena tarde de cuidados; sin embargo, al poner un pie en la sala de espera, lo primero que Drew notó fue la conmoción que había en la entrada. Eso sin duda reafirmó su teoría: el nombre de ese coordinador maniático estaba maldito.
Un grupo de chicas bloqueaban la entrada del Centro Pokemon y comenzaron a gritar el nombre de Drew en cuanto lo vieron. Al menos aún tenían el pudor de quedarse afuera del lugar y no acorralarlo ahí mismo, en la recepción. Suspirando pesadamente, Drew se evitó un dolor de cabeza y las ignoró.
A pesar de que se sentía halagado de saber que había personas que lo admiraban por su talento como coordinador pokemon, la verdad nunca le había gustado la fama ni todos los problemas que venían con ella. Y Drew absolutamente odiaba cuando grupos de chicas que se llamaban a sí mismas sus admiradoras lo perseguían a donde fuera que iba. Él valoraba mucho su privacidad y esas chicas disfrutaban de transgredirla constantemente, muchas veces había intentado razonar con ellas, pero era inútil.
Dejó a Roserade con la enfermera Joy y se sentó en una banca cerca del mostrador. Sacó su PokeNav para matar el tiempo, sabía que tenía unos cuantos mensajes sin leer de hace unos cuantos días y una notificación de la página oficial del Comité del Gran Festival de Hoenn que no se había molestado en revisar esta mañana. Los mensajes eran de su madre y de Solidad. Contestó brevemente el mensaje de su madre y luego abrió el de Solidad, el cual no era más que una cara sonriente.
Ya habían pasado dos semanas desde la última vez que habló con Solidad, su único contacto en ese tiempo habían sido un par de mensajes casuales. Drew hizo una nota mental de llamarla cuando terminara el concurso pokemon, tal vez esta vez sí lograría convencerla de que le dijera en qué circuito planeaba participar esta temporada. ¿Tal vez Johto, o Kanto de nuevo…? ¿Tal vez quería seguir descansando? Con Solidad nunca estaba seguro.
Esperaba conseguir algunas respuestas mañana y si no, hablar con Solidad siempre era agradable y reconfortante de todos modos y Arceus sabía que él necesitaba de eso últimamente.
Drew continuó revisando su PokeNav mientras esperaba por Roserade.
Había una multitud obstruyendo la entrada del Centro Pokemon. Por un momento temió que se tratara de reporteros, pero cuando se acercó lo suficiente se dio cuenta con alivio de que solo se trataba de un grupo de chicas. Sus brinquitos y risitas le eran muy familiares, no le costó mucho advertir que se trataba de un grupo de fans.
May suspiró, aliviada.
Sabía que era normal encontrarse con fans a pocos días de un concurso pokemon, ella misma se había encontrado varias veces rodeada de una multitud emocionada; francamente, nunca se acostumbró a toda esa atención, aún le parecía algo surreal, pero igualmente disfrutaba de interactuar con ellos. La mayoría de las veces sus fans eran muy agradables y aprendía mucho de ellos y se divertía, pero también sabía que había otro tipo de fans que eran un poco más… agresivos.
Esperaba que las chicas que bloqueaban la entrada fueran de las agradables.
Nadie le prestó atención cuando se acercó a la pared humana, la atención estaba concentrada en lo que sea que había detrás de las puertas del Centro Pokemon. May se hizo paso entre las chicas por medio de disculpas y ligeros empujones, pero cuando casi llegó a la entrada se topó con un grupo de chicas indispuestas a dejarla pasar.
May tocó ligeramente el hombre de una de ellas.
―Eh… disculpa, ¿podrías dejarme pasar?
La chica le echó una mirada despectiva por sobre su hombro y en ese momento May supo que no eran de las fans amigables.
―Si querías tener una mejor vista debiste llegar más temprano, nosotras llevamos aquí dos horas, no vamos a movernos.
―¿Mejor vista? ―repitió May, despistada―. No, no. Yo solo quiero entrar, necesito usar el área de entrenamiento ―explicó pacientemente.
La chica alzó una ceja y se giró hacia ella completamente, las otras chicas que bloqueaban la entrada también se giraron a encararla. Todas tenían la misma mirada altanera en sus ojos.
―Espera, ¿vas a entrar al concurso? ¿Tú? ―dijo la misma chica de antes, sus ojos castaños registraron a May groseramente de pies a cabeza―. Bueno, es obvio que no vas a ganar. Entonces, ¿para qué intentarlo? Mejor vete por donde viniste, niña.
May escuchó risas desdeñosas y eso logró hacerla enfadar. Su sonrisa nerviosa se transformó en un ceño fruncido y sus manos se volvieron puños en sus costados.
Ella no estaba dispuesta a permitir que nadie le hablara de esa manera, quiénes se creían que eran ellas para tratarla de ese modo. Ah, no. Ellas la iban a escuchar.
―Pues lamento decírtelo, pero no es así como funcionan los concursos pokemon; el mejor coordinador ganará el listón. Y ya que estamos compartiendo opiniones, una persona que ni siquiera participará en el concurso no tiene el derecho de decirle a un coordinador que no debería participar, así que con tu permiso, gracias y adiós ―con sus codos, May se abrió paso entre las furiosas fanáticas y entró dignamente al Centro Pokemon, sus pasos airados haciendo ruido al chocar con las baldosas blancas del suelo.
No podía creerlo, ¿qué demonios sucedía con esas chicas? Diciéndole a un coordinador que no debería entrar al concurso porque ellas creían que no merecía la oportunidad de ganar, ¡ja! Ya les demostraría de qué estaba hecha, Blaziken iba a arrasar con el concurso pokemon de mañana y esas chicas se tragarían sus palabras.
Estaba hecha una furia mientras caminaba hacia la recepción y gracias a eso no midió su fuerza cuando golpeó el timbre de mesa, el «ding» sonó más fuerte de lo que esperaba. May se arrepintió al instante y se encogió con vergüenza, su enfado pronto pasó a segundo plano. Cuando la enfermera Joy apareció, May le sonrió a modo de disculpa.
―Lo siento, no quise tocar de ese modo.
―No te preocupes ―la enfermera Joy le restó importancia con una sonrisa amigable―. ¿En qué puedo ayudarte?
―Ah, cierto ―May sacó su id de entrenador de su mochila y la puso sobre el mostrador, la enfermera Joy miró la identificación con curiosidad―. Quisiera usar el área de…
―Espera, ¿May… Maple? ―la enfermera leyó su nombre en un susurro, interrumpiendo a May, y de pronto sus ojos se iluminaron y regresaron a mirar a la coordinadora con una sonrisa tan grande que lucía incluso dolorosa―. ¡No puedo creerlo! ¡May! Has cambiado muchísimo.
May se encogió con un poco de timidez y rascó su mejilla con una sonrisa extraña en los labios.
―No creí que te veríamos este año, las noticias decían que habías desaparecido completamente del mapa. A decir verdad, estaba un poco preocupada ―la sonrisa de la enfermera Joy se transformó en una mueca de preocupación―. ¿Está todo en orden?
May se recargó en el mostrador y su sonrisa se volvió un poco incómoda.
―Todo está genial, gracias por preguntar.
―Me alegro mucho ―la enfermera Joy regresó la vista a la identificación y luego de vuelta a May―. Lo siento, ¿puedes decirme de nuevo lo que necesitas?
―Ah, claro, yo-
May se interrumpió cuando sintió un repentino escalofrío recorrerle la espalda, los vellos de la nuca se le erizaron. Tenía la sensación de que estaba siendo observada muy intensamente. Ignorando las miradas interrogantes de la enfermera Joy, May echó un vistazo por sobre su hombro y descubrió que la sala de espera del Centro Pokemon estaba más concurrida de lo que esperaba. Y todas las miradas estaban sobre ella.
Regresó rápidamente la mirada hacia el frente y le nació una sonrisa nerviosa en los labios. De pronto también era consciente de los susurros que llenaban la sala, y eso, junto con las miradas, hizo que sus hombros se tensaran.
Diablos, esto era justamente lo que quería evitar.
Si antes estaba planeando usar el área de entrenamiento y pedir un cuarto en el Centro Pokemon, todas esas miradas y susurros acababan de hacerla cambiar de opinión. Un hotel no sonaba como una mala opción, tenía suficiente dinero para pasar un par de noches… sí, eso serviría.
―D-De hecho, acabo de recordar que tengo algo muy urgente que hacer ―May tomó su identificación de las manos de una muy confundida enfermera Joy y retrocedió torpemente―. Lo siento, debo irme. La veré en el concurso.
La enfermera Joy, aunque aún desconcertada, le deseó suerte. May se despidió atropelladamente, bastante afectada por la presión de las miradas, y de apresuró a salir de ahí. Ni siquiera se atrevió a levantar la mirada del suelo, ignoró todas las miradas que la seguían y los murmullos mal disimulados, ella solo quería salir de ahí.
Una vez afuera, May soltó un suspiro de alivio. Ser el centro de atención de tantas miradas era más abrumador de lo que recordaba. May recordó entonces la multitud de fans groseras que bloqueaban la entrada y se tensó, pero cuando alzó la mirada no vio rastro de ellas. Eso la alivió incluso más.
Resignada, May echó un vistazo al Centro Pokemon y suspiró de nuevo, pero esta vez con decepción. Se supone que mataría a dos pájaros de un tiro, pero ahora debía buscar un hotel para quedarse y un lugar para entrenar pacíficamente. Bueno, así es la vida.
Saco su PokeNav de su mochila y se acercó a su bicicleta. Esperaba poder encontrar un buen hotel que fuera amable con su tarjeta de crédito. May sintió su estómago quejarse, discutir con esas chicas al parecer le abrió el apetito… ahora que recordaba, no había tomado el desayuno esta mañana…
Abrió el mapa de la ciudad en su PokeNav y atentó buscar la lista de hoteles, pero sus dedos se detuvieron en seco sobre la pantalla cuando una voz que conocía llegó a sus oídos.
―Sigues siendo una terrible mentirosa ―May podría reconocer esa voz en cualquier parte. La respiración de le atoró en la garganta y su corazón comenzó a golpear con fuerza en su pecho.
No estaba lista para este encuentro.
May sostuvo su PokeNav con más fuerza y sus labios se apretaron. Su otra mano asió el manubrio de su bicicleta con más firmeza y contemplo la idea de montarse en ella y salir de ahí. Pero no lo hizo, en cambio, tomó una respiración profunda y entonces lentamente se dio la vuelta.
Una sonrisa que no llegó a sus ojos se deslizó por sus labios, su corazón latía como loco. No estaba preparada para esto.
Ojos verdes chocaron contra ojos azules. May se tragó el nudo de su garganta.
Las calles de la ciudad estaban más concurridas que ayer, aunque eso no era una sorpresa. El primer concurso pokemon de la temporada tendría lugar mañana por la tarde en el Auditorio Pokemon de Ciudad Slateport y era un evento bastante popular que atraía mucha atención, especialmente de los medios. Evadir reporteros se había convertido en una misión complicada desde que puso un pie en la ciudad, afortunadamente había logrado mantenerse lejos de ellos hasta ahora.
Por supuesto, pudo haberse evitado todas esas molestias si hubiese decidido esperar un poco y no se hubiese anotado impulsivamente en el concurso. Francamente, Drew no tenía idea de dónde venía toda esta nueva imprudencia, él no solía hacer las cosas sin pensarlas al menos tres veces… Él no era así, maldición…
Drew no sabía qué estaba haciendo en Slateport, nunca en todo su tiempo como coordinador había siquiera considerado en entrar en un concurso de apertura, siempre lo había considerado un movimiento descuidado y el hecho de que estaba haciendo algo por lo que había criticado a otros coordinadores estaba irritándolo de una manera que no podía empezar a explicar. No era sorpresa que la gente lo evitara cuando caminaba por las calles, su rostro debía estar reflejando su fastidio.
Para compensar su falta de racionalidad, Drew tenía la mente enfocada en ganar y solo en ganar. Si realmente iba a hacer este movimiento imprudente, iba a sacarle el mejor provecho. Ganar no sería difícil, puesto que, a pesar de que este concurso era uno de los más populares, también era uno de los concursos donde más novatos había, todos esperando hacer su "gran debut".
Les vendría bien un poco de realidad y él iba a proveérselas cuando reclamara el listón de Slateport como suyo mañana por la tarde.
En fin.
Siendo el día antes del concurso pokemon, Drew pensó que sería bueno practicar un poco y terminar de pulir su presentación para la ronda preliminar. Ayer, Roserade había logrado hacer funcionar la combinación, pero aún no estaba satisfecho con el efecto visual del poder oculto. El hecho de que les estuviera tomando más tiempo del que esperaba lo molestaba un poco, pero sabía que no era culpa de Roserade, el poder oculto era relativamente reciente para ella, Roserade estaba en su mejor forma y su presentación era impecable, como siempre; el problema era él. No le gustaba sentirse de ese modo, era como regresar a aquel día del Gran Festival de Kanto, había tratado muy mal a Absol y no quería que eso se repitiera.
Drew sacudió su cabeza levemente, el recuerdo le dejó un mal sabor de boca.
En su camino al Centro Pokemon observó a muchos coordinadores que tuvieron la misma idea que él. Como predijo, la gran mayoría eran novatos; había muchos Zigzagoon, Pochiyena y Shroomish, ataques sencillos y sin armonía. Admitía que había algunos que lucían prometedores, pero el resto no tenía esperanza.
Además, ¿practicar tu presentación en frente de la competencia? Error fatal. Los parques nunca eran una opción para entrenar y él aún no caía tan bajo para hacerlo. A primera vista la playa privada de su hotel parecía la mejor opción para su sesión de entrenamiento, pero por alguna razón le parecía mil veces más atractivo el área de entrenamiento del Centro Pokemon.
No es que estuviera evitando poner un pie en la playa por alguna razón en particular, simplemente no le apetecía.
Roserade notó a su entrenador chasquear la lengua, irritado, y suspiró. Honestamente, ella tampoco entendía qué estaban haciendo ahí, sabía que a Drew le gustaba observar el primer concurso de cada temporada, mas nunca participar. Desde hace tiempo que había notado que su entrenador estaba actuando extraño, pero, aunque tenía sus suposiciones, Drew realmente nunca hablaba mucho de eso y hoy parecía particularmente más irritable que de costumbre. Era preocupante verlo de esa forma, pero sabía que si quería ayudar a su entrenador tendría que encontrar una manera en la que él no pudiera negarse. Hasta entonces, intentaría animarlo como pudiera y eso, por el momento, era entrenando duro.
Drew y Roserade pasaban por un pequeño parque solitario cuando escucharon un pequeño grito que atrajo su atención.
—Zigi, ¡atrápalo!
Una chica lanzó con fuerza un objeto amarillo, un frisbee. El frisbee salió volando hacia donde estaban ellos, pero segundos después fue atrapado por un veloz Zigzagoon. El pokemon regresó hacia su entrenadora con el frisbee en el hocico y recibió mimos y pokeblocks como recompensa.
Drew inhaló con fuerza y se fue de ahí metiendo las manos en los bolsillos de su pantalón. Era increíble como un objeto tan insignificante logró aumentar su mal humor de esa manera.
Malditos frisbees, maldijo, resistiendo sus ganas de gruñir. Estaba comenzando a detestar Slateport.
Trató de mantener su mente ocupada desviando su atención hacia literalmente cualquier cosa y, para su fortuna, gracias a eso el resto del camino al Centro Pokemon se sintió demasiado corto. Una vez que estuvo dentro del área de entrenamiento mantener su mente ocupada ya no fue un problema, ahí dentro solo debía concentrarse en Roserade y en el concurso pokemon.
Eso está mejor.
No recordaba que el Auditorio Pokemon de Ciudad Slateport fuera tan intimidante. Tenía muchos recuerdos en este lugar, pero para ser honesta, nostalgia era lo que menos sentía justo ahora.
Estuvo preparándose para su viaje desde el momento en el que el Comité del Gran Festival de la región Hoenn dio a conocer la fecha y el lugar del primer concurso del circuito. Se supone que debía haber llegado hace una semana, pero el mundo conspiró en su contra y su viaje estuvo lleno de contratiempos, sin mencionar las sesiones de entrenamiento para el concurso pokemon. Honestamente, durante todo el camino se concentró tanto en llegar a tiempo que olvidó totalmente sentir nervios por regresar al mundo de la coordinación pokemon después de todo un año de ausencia.
Y ahora que por fin estaba frente al Auditorio no podía encontrar el valor para entrar. Ya nada estaba deteniendo a sus nervios de echar raíces en su pecho, dejándole apenas espacio para respirar.
No pisaba un escenario desde el fiasco del Gran Festival de Johto. Había pasado mucho tiempo sin estar frente a una audiencia y ahora... volver a concursar le resultaba casi aterrador.
Acercó una mano a su pecho para sentir los latidos de su corazón y la volvió un puño cuando lo sintió desbocado.
Su confianza no era la que solía ser cuando concursó en el Gran Festival. Ese día, en esos cuartos de final, su autoestima había sido totalmente destrozada y una buena parte se quedó en ese campo de batalla. Si hoy estaba aquí era porque los pocos pedazos que logró rescatar aún luchaban por seguir adelante y le exigían no rendirse.
Exacto, y es por eso por lo que no puedes acobardarte ahora, sacudió su cabeza y golpeó sus mejillas. No estás aquí para deprimirte, estás aquí para ganar.
Cierto. Sus pokemon habían trabajado duro, no podían estar en mejor forma, confiaba en ellos y ellos confiaban en ella. No podía fallarles ahora, tenía que salir del caparazón.
—Tienes esto, May —se dio ánimos y por fin pudo dar un paso al frente.
El Auditorio Pokemon estaba vacío, May se dio cuenta con alivio. Era mejor así, no sabía cómo podría reaccionar la gente cuando la vieran después del escándalo que hicieron los medios después de su "desaparición". Desaparición era un término muy exagerado en su opinión, lo único que hizo fue evitar los concursos y las cámaras, pero la prensa lo había hecho ver como si la tierra se la hubiese tragado. Los primeros meses fueron problemáticos en verdad.
En fin, tenía suerte de que el Auditorio estuviera vacío.
Caminó hacia el mostrador con los nervios haciendo nudos en su estómago, pero esta vez les impidió que la hicieran retroceder. La encargada de las inscripciones la miró con curiosidad y una sonrisa cordial. May le devolvió la sonrisa, aunque las comisuras le temblaban un poco.
—Hola, quisiera inscribirme al concurso pokemon, por favor —se recargó levemente contra el mostrador para evitar balancearse nerviosamente sobre sus pies y parecer impaciente.
La encargada agrandó su sonrisa con entusiasmo.
—Por supuesto —tecleó algo rápidamente en su computador y luego regresó a mirarla—. Necesito tu nombre y tu ciudad de origen, por favor.
—Mi nombre es May Maple y soy...
El grito ahogado de la encargada la interrumpió e incluso la espantó un poco. Después de sobresaltarse, May miró sobre su hombro buscando lo que había hecho reaccionar de ese modo a la mujer, pero no encontró nada. Cuando regresó la mirada a la encargada, se encontró con sus ojos castaños fijos en ella como si no creyera lo que estaba viendo.
—¿Su-Sucede algo? —preguntó seriamente confundida.
—No, yo… lo siento —las mejillas de la mujer se tornaron rosas—. Es solo que luces tan diferente que no te reconocí. No puedo creer que realmente eres tú, todo el mundo piensa que realmente desapareciste.
May puso una sonrisa incómoda. Ese era exactamente su punto, esa palabra era ridícula y problemática.
—A veces los medios exageran un poco —eso era un eufemismo, pero estaba intentando ser amable.
—Debe ser tedioso ―el comentario hizo reír a May. La encargada comenzó a teclear rápidamente en su computador, al parecer ya no necesitaba que May le diera la información para el registro.
En poco menos de cinco minutos ya estaba inscrita en el concurso pokemon y tenía su pase de concurso en su posesión. May no entendía cómo una cosa tan pequeña y ligera podía pesar tanto en sus manos.
―Ya quiero verte participar en el concurso May ―la encargada le sonrió genuinamente y May le devolvió la sonrisa, aunque con un poco menos de entusiasmo.
―Gracias, haré mi mejor esfuerzo.
Le dijo adiós con la mano a la encargada y salió del Auditorio.
Tomó el manubrio de su bicicleta y se detuvo un momento a observar su pase una vez más con el vestigio de sus nervios todavía revolviéndole el estómago.
Bien… ya estaba dentro, ya no había marcha atrás.
Estaba comenzando a abrumarse, así que decidió guardar su pase de concurso dentro de su mochila y comenzar a andar hacia el Centro Pokemon. Con algo de suerte ahí también lograría pasar desapercibida.
Drew salió del área de entrenamiento con una sonrisa satisfecha en el rostro. Roserade había dominado por completo el poder oculto y consiguió crear el efecto que había visualizado en su mente. Por fin estaban listos para acabar con el concurso de mañana.
Roserade era increíble y no dudó en hacérselo saber, le prometió una buena recompensa por su duro esfuerzo. Roserade iba a enseñarles a todos esos novatos que no tenían oportunidad contra ella. Nadie iba a interponerse entre él y su Listón, ni siquiera el maniático de Harley.
Encontrarse con el sujeto en la ciudad no había sido una sorpresa placentera. Es decir, era consciente de que Harley residía en Slateport, pero, honestamente, Drew estaba esperando que el tipo decidiera participar en cualquier otra región. No hacía falta decir que no era agradable saber que estaría viendo su rostro durante todo el año. La temporada pasada, en Kanto, tuvo que lidiar con él en un par de concursos, y estaba seguro de que si hubiera decidido participar en el Gran Festival habría tenido que lidiar con él y con sus estúpidos jueguitos mentales también allí.
No era un secreto el hecho de que el tipo jamás le agradó, desde el momento en que lo conoció supo que era una persona manipuladora y retorcida a quien solo le gustaba causar problemas y llamar la atención. Además, quienquiera que se atreviera a hacer trampa en un concurso era detestable y no merecía llamarse a sí mismo coordinador, era un insulto para los concursos pokemon. Soportaba a Harley solo cuando Solidad o M… cuando Solidad estaba presente, de otro modo tenía 0% de tolerancia a sus payasadas y en más de una ocasión había pensado darle un golpe en la cara. El tipo era un tormento, pero ni siquiera él iba a arruinar su victoria.
Drew sacudió su cabeza y decidió dejar de pensar en Harley, tenía la teoría de que traía mala suerte; cosas extrañas sucedían al invocar ese nombre. Por suerte, Drew era bueno ignorando la existencia del sujeto.
Llegó a la sala de espera del Centro Pokemon, esperando poder dejar a Roserade para un chequeo de último minuto antes de regresar a su hotel. Ella se merecía un buen descanso después de su productivo entrenamiento y el hotel donde estaba hospedándose tenía un buen spa para personas y pokemon. Drew estaba seguro de que sus pokemon apreciarían una buena tarde de cuidados; sin embargo, al poner un pie en la sala de espera, lo primero que Drew notó fue la conmoción que había en la entrada. Eso sin duda reafirmó su teoría: el nombre de ese coordinador maniático estaba maldito.
Un grupo de chicas bloqueaban la entrada del Centro Pokemon y comenzaron a gritar el nombre de Drew en cuanto lo vieron. Al menos aún tenían el pudor de quedarse afuera del lugar y no acorralarlo ahí mismo, en la recepción. Suspirando pesadamente, Drew se evitó un dolor de cabeza y las ignoró.
A pesar de que se sentía halagado de saber que había personas que lo admiraban por su talento como coordinador pokemon, la verdad nunca le había gustado la fama ni todos los problemas que venían con ella. Y Drew absolutamente odiaba cuando grupos de chicas que se llamaban a sí mismas sus admiradoras lo perseguían a donde fuera que iba. Él valoraba mucho su privacidad y esas chicas disfrutaban de transgredirla constantemente, muchas veces había intentado razonar con ellas, pero era inútil.
Dejó a Roserade con la enfermera Joy y se sentó en una banca cerca del mostrador. Sacó su PokeNav para matar el tiempo, sabía que tenía unos cuantos mensajes sin leer de hace unos cuantos días y una notificación de la página oficial del Comité del Gran Festival de Hoenn que no se había molestado en revisar esta mañana. Los mensajes eran de su madre y de Solidad. Contestó brevemente el mensaje de su madre y luego abrió el de Solidad, el cual no era más que una cara sonriente.
Ya habían pasado dos semanas desde la última vez que habló con Solidad, su único contacto en ese tiempo habían sido un par de mensajes casuales. Drew hizo una nota mental de llamarla cuando terminara el concurso pokemon, tal vez esta vez sí lograría convencerla de que le dijera en qué circuito planeaba participar esta temporada. ¿Tal vez Johto, o Kanto de nuevo…? ¿Tal vez quería seguir descansando? Con Solidad nunca estaba seguro.
Esperaba conseguir algunas respuestas mañana y si no, hablar con Solidad siempre era agradable y reconfortante de todos modos y Arceus sabía que él necesitaba de eso últimamente.
Drew continuó revisando su PokeNav mientras esperaba por Roserade.
Había una multitud obstruyendo la entrada del Centro Pokemon. Por un momento temió que se tratara de reporteros, pero cuando se acercó lo suficiente se dio cuenta con alivio de que solo se trataba de un grupo de chicas. Sus brinquitos y risitas le eran muy familiares, no le costó mucho advertir que se trataba de un grupo de fans.
May suspiró, aliviada.
Sabía que era normal encontrarse con fans a pocos días de un concurso pokemon, ella misma se había encontrado varias veces rodeada de una multitud emocionada; francamente, nunca se acostumbró a toda esa atención, aún le parecía algo surreal, pero igualmente disfrutaba de interactuar con ellos. La mayoría de las veces sus fans eran muy agradables y aprendía mucho de ellos y se divertía, pero también sabía que había otro tipo de fans que eran un poco más… agresivos.
Esperaba que las chicas que bloqueaban la entrada fueran de las agradables.
Nadie le prestó atención cuando se acercó a la pared humana, la atención estaba concentrada en lo que sea que había detrás de las puertas del Centro Pokemon. May se hizo paso entre las chicas por medio de disculpas y ligeros empujones, pero cuando casi llegó a la entrada se topó con un grupo de chicas indispuestas a dejarla pasar.
May tocó ligeramente el hombre de una de ellas.
―Eh… disculpa, ¿podrías dejarme pasar?
La chica le echó una mirada despectiva por sobre su hombro y en ese momento May supo que no eran de las fans amigables.
―Si querías tener una mejor vista debiste llegar más temprano, nosotras llevamos aquí dos horas, no vamos a movernos.
―¿Mejor vista? ―repitió May, despistada―. No, no. Yo solo quiero entrar, necesito usar el área de entrenamiento ―explicó pacientemente.
La chica alzó una ceja y se giró hacia ella completamente, las otras chicas que bloqueaban la entrada también se giraron a encararla. Todas tenían la misma mirada altanera en sus ojos.
―Espera, ¿vas a entrar al concurso? ¿Tú? ―dijo la misma chica de antes, sus ojos castaños registraron a May groseramente de pies a cabeza―. Bueno, es obvio que no vas a ganar. Entonces, ¿para qué intentarlo? Mejor vete por donde viniste, niña.
May escuchó risas desdeñosas y eso logró hacerla enfadar. Su sonrisa nerviosa se transformó en un ceño fruncido y sus manos se volvieron puños en sus costados.
Ella no estaba dispuesta a permitir que nadie le hablara de esa manera, quiénes se creían que eran ellas para tratarla de ese modo. Ah, no. Ellas la iban a escuchar.
―Pues lamento decírtelo, pero no es así como funcionan los concursos pokemon; el mejor coordinador ganará el listón. Y ya que estamos compartiendo opiniones, una persona que ni siquiera participará en el concurso no tiene el derecho de decirle a un coordinador que no debería participar, así que con tu permiso, gracias y adiós ―con sus codos, May se abrió paso entre las furiosas fanáticas y entró dignamente al Centro Pokemon, sus pasos airados haciendo ruido al chocar con las baldosas blancas del suelo.
No podía creerlo, ¿qué demonios sucedía con esas chicas? Diciéndole a un coordinador que no debería entrar al concurso porque ellas creían que no merecía la oportunidad de ganar, ¡ja! Ya les demostraría de qué estaba hecha, Blaziken iba a arrasar con el concurso pokemon de mañana y esas chicas se tragarían sus palabras.
Estaba hecha una furia mientras caminaba hacia la recepción y gracias a eso no midió su fuerza cuando golpeó el timbre de mesa, el «ding» sonó más fuerte de lo que esperaba. May se arrepintió al instante y se encogió con vergüenza, su enfado pronto pasó a segundo plano. Cuando la enfermera Joy apareció, May le sonrió a modo de disculpa.
―Lo siento, no quise tocar de ese modo.
―No te preocupes ―la enfermera Joy le restó importancia con una sonrisa amigable―. ¿En qué puedo ayudarte?
―Ah, cierto ―May sacó su id de entrenador de su mochila y la puso sobre el mostrador, la enfermera Joy miró la identificación con curiosidad―. Quisiera usar el área de…
―Espera, ¿May… Maple? ―la enfermera leyó su nombre en un susurro, interrumpiendo a May, y de pronto sus ojos se iluminaron y regresaron a mirar a la coordinadora con una sonrisa tan grande que lucía incluso dolorosa―. ¡No puedo creerlo! ¡May! Has cambiado muchísimo.
May se encogió con un poco de timidez y rascó su mejilla con una sonrisa extraña en los labios.
―No creí que te veríamos este año, las noticias decían que habías desaparecido completamente del mapa. A decir verdad, estaba un poco preocupada ―la sonrisa de la enfermera Joy se transformó en una mueca de preocupación―. ¿Está todo en orden?
May se recargó en el mostrador y su sonrisa se volvió un poco incómoda.
―Todo está genial, gracias por preguntar.
―Me alegro mucho ―la enfermera Joy regresó la vista a la identificación y luego de vuelta a May―. Lo siento, ¿puedes decirme de nuevo lo que necesitas?
―Ah, claro, yo-
May se interrumpió cuando sintió un repentino escalofrío recorrerle la espalda, los vellos de la nuca se le erizaron. Tenía la sensación de que estaba siendo observada muy intensamente. Ignorando las miradas interrogantes de la enfermera Joy, May echó un vistazo por sobre su hombro y descubrió que la sala de espera del Centro Pokemon estaba más concurrida de lo que esperaba. Y todas las miradas estaban sobre ella.
Regresó rápidamente la mirada hacia el frente y le nació una sonrisa nerviosa en los labios. De pronto también era consciente de los susurros que llenaban la sala, y eso, junto con las miradas, hizo que sus hombros se tensaran.
Diablos, esto era justamente lo que quería evitar.
Si antes estaba planeando usar el área de entrenamiento y pedir un cuarto en el Centro Pokemon, todas esas miradas y susurros acababan de hacerla cambiar de opinión. Un hotel no sonaba como una mala opción, tenía suficiente dinero para pasar un par de noches… sí, eso serviría.
―D-De hecho, acabo de recordar que tengo algo muy urgente que hacer ―May tomó su identificación de las manos de una muy confundida enfermera Joy y retrocedió torpemente―. Lo siento, debo irme. La veré en el concurso.
La enfermera Joy, aunque aún desconcertada, le deseó suerte. May se despidió atropelladamente, bastante afectada por la presión de las miradas, y de apresuró a salir de ahí. Ni siquiera se atrevió a levantar la mirada del suelo, ignoró todas las miradas que la seguían y los murmullos mal disimulados, ella solo quería salir de ahí.
Una vez afuera, May soltó un suspiro de alivio. Ser el centro de atención de tantas miradas era más abrumador de lo que recordaba. May recordó entonces la multitud de fans groseras que bloqueaban la entrada y se tensó, pero cuando alzó la mirada no vio rastro de ellas. Eso la alivió incluso más.
Resignada, May echó un vistazo al Centro Pokemon y suspiró de nuevo, pero esta vez con decepción. Se supone que mataría a dos pájaros de un tiro, pero ahora debía buscar un hotel para quedarse y un lugar para entrenar pacíficamente. Bueno, así es la vida.
Saco su PokeNav de su mochila y se acercó a su bicicleta. Esperaba poder encontrar un buen hotel que fuera amable con su tarjeta de crédito. May sintió su estómago quejarse, discutir con esas chicas al parecer le abrió el apetito… ahora que recordaba, no había tomado el desayuno esta mañana…
Abrió el mapa de la ciudad en su PokeNav y atentó buscar la lista de hoteles, pero sus dedos se detuvieron en seco sobre la pantalla cuando una voz que conocía llegó a sus oídos.
―Sigues siendo una terrible mentirosa ―May podría reconocer esa voz en cualquier parte. La respiración de le atoró en la garganta y su corazón comenzó a golpear con fuerza en su pecho.
No estaba lista para este encuentro.
May sostuvo su PokeNav con más fuerza y sus labios se apretaron. Su otra mano asió el manubrio de su bicicleta con más firmeza y contemplo la idea de montarse en ella y salir de ahí. Pero no lo hizo, en cambio, tomó una respiración profunda y entonces lentamente se dio la vuelta.
Una sonrisa que no llegó a sus ojos se deslizó por sus labios, su corazón latía como loco. No estaba preparada para esto.
Ojos verdes chocaron contra ojos azules. May se tragó el nudo de su garganta.
―Hola, Drew.
***
Hellou!
Me reporto con mi granito de arena para la reactivación del foro. Este es un pequeño proyecto en el que llevo trabajando desde que inició la cuarentena, espero que les guste
Peeero, tengo que advertirles que las actualizaciones serán lentas. Este es técnicamente mi regreso a la escritura después de una sequía de motivación de tres años, así que ténganme paciencia, porfis.
Por cierto, en esta historia habrá DRAMA.
Si hay algún error que se me pasó al editar, no tengan miedo en señalarlo, ayudan a este pajarito con su redacción. También creo que debo mencionar que este fanfic también lo tengo en ff.net.
Peeero, tengo que advertirles que las actualizaciones serán lentas. Este es técnicamente mi regreso a la escritura después de una sequía de motivación de tres años, así que ténganme paciencia, porfis.
Por cierto, en esta historia habrá DRAMA.
Si hay algún error que se me pasó al editar, no tengan miedo en señalarlo, ayudan a este pajarito con su redacción. También creo que debo mencionar que este fanfic también lo tengo en ff.net.
Y ahora Sólo me queda agradecerles por darme una oportunidad y pasarse a leer: gracias, los amo c:
¡Hasta la próxima!
Última edición por Birdie el Mar 8 Dic - 0:56, editado 8 veces (Razón : Um... ¿tuve otra revelación? (?)
Birdie- **Miembro*Contest**
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Edad : 23
Cumpleaños!! : 09/11/2001
Mi llegada : 12/11/2017
Mis Mensajes : 28
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Re: De vuelta a casa
¡¡Hola, Bir!!
Debo decirte que fue una linda sorpresa entrar al foro y encontrarme con tu nuevo fic!! Por dos razones:
1) No esperaba que fueses a subirlo tan pronto (y me emociona que ya esté aquí *w*)
2) Ver un nuevo fanfic Contest en CF es maravilloso ♡ me llena el corazón de alegría, en verdad.
Ahora, en cuanto al fanfic:
Cuando leí la sinopsis en la solicitud de registro, me dije "Tengo que leerlo". Sinceramente, me atrapaste con la idea. Me pareció interesante y original que el hecho que desencadenará las acciones en tu historia será la desaparición de un personaje, y que sea, no Drew ni May, sino uno de sus compañeros, ¡wow!
Y me pregunto si el título del fic tiene que ver con Solidad, o más bien con la irónica bienvenida de May a su región natal, un año después, siendo ésta la desaparición de uno de sus amigos
Ya quiero ver cómo se comportan todos ellos una vez que den con la noticia
En cuanto al comportamiento de May en este capítulo, me gustó. Siento que es realista, después de todo las personas no somos de hierro. Sí, ha forjado su carácter y no es la niña que empezaba su primera aventura. Pero ha pasado por algunas desilusiones, como lo es perder en más de un Gran Festival, y aunque es lógico teniendo en cuenta que no hace muchos años comenzó su carrera de coordinadora, pues se entiende que se sienta nerviosa y ansiosa por volver. Es un revoltijo de emociones que expresaste muy bien, felicidades ^^
Y... ¿Cómo se te ocurre dejarme así con el final? Ahora ansío saber cómo será la conversación entre ellos dos!! ¿Qué se dirán después de tanto tiempo? ¿Qué tiene tan inquieta a May?
Jajajjaja es broma, puedo esperar, pero sí, estoy en suspenso xD
Y en cuanto a lo que dijiste al final, no te preocupes. Tómate tu tiempo para escribir esta genial historia, lo importante es que salga de tu corazón y te diviertas en el proceso. Nosotros esperamos lo que sea necesario
¡Gracias por animarte a compartir tu historia con nosotros!
Saludos~
P.D.: Tu historia ya está en el índice de Fanfics, ¡gracias!
P.D.2: La imagen de Slowbro es un lindo toque. Da ese aire de frustración y pérdida ;w; ay, Solidad, ¿Qué te habrá pasado?
Debo decirte que fue una linda sorpresa entrar al foro y encontrarme con tu nuevo fic!! Por dos razones:
1) No esperaba que fueses a subirlo tan pronto (y me emociona que ya esté aquí *w*)
2) Ver un nuevo fanfic Contest en CF es maravilloso ♡ me llena el corazón de alegría, en verdad.
Ahora, en cuanto al fanfic:
Cuando leí la sinopsis en la solicitud de registro, me dije "Tengo que leerlo". Sinceramente, me atrapaste con la idea. Me pareció interesante y original que el hecho que desencadenará las acciones en tu historia será la desaparición de un personaje, y que sea, no Drew ni May, sino uno de sus compañeros, ¡wow!
Y me pregunto si el título del fic tiene que ver con Solidad, o más bien con la irónica bienvenida de May a su región natal, un año después, siendo ésta la desaparición de uno de sus amigos
Ya quiero ver cómo se comportan todos ellos una vez que den con la noticia
En cuanto al comportamiento de May en este capítulo, me gustó. Siento que es realista, después de todo las personas no somos de hierro. Sí, ha forjado su carácter y no es la niña que empezaba su primera aventura. Pero ha pasado por algunas desilusiones, como lo es perder en más de un Gran Festival, y aunque es lógico teniendo en cuenta que no hace muchos años comenzó su carrera de coordinadora, pues se entiende que se sienta nerviosa y ansiosa por volver. Es un revoltijo de emociones que expresaste muy bien, felicidades ^^
Y... ¿Cómo se te ocurre dejarme así con el final? Ahora ansío saber cómo será la conversación entre ellos dos!! ¿Qué se dirán después de tanto tiempo? ¿Qué tiene tan inquieta a May?
Jajajjaja es broma, puedo esperar, pero sí, estoy en suspenso xD
Y en cuanto a lo que dijiste al final, no te preocupes. Tómate tu tiempo para escribir esta genial historia, lo importante es que salga de tu corazón y te diviertas en el proceso. Nosotros esperamos lo que sea necesario
¡Gracias por animarte a compartir tu historia con nosotros!
Saludos~
P.D.: Tu historia ya está en el índice de Fanfics, ¡gracias!
P.D.2: La imagen de Slowbro es un lindo toque. Da ese aire de frustración y pérdida ;w; ay, Solidad, ¿Qué te habrá pasado?
Cris- .::░ღAdmin~Contest.ღ░::.
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Re: De vuelta a casa
Wey NoOOoOo
Hola, me alegra leerte por aquí y ya me generan intriga en pocos minutos. Te buscaré en ff.net ahora mismo, necesito más.
Dime, tendrá ANGST? Muero por ello.
No tengo mucho por decir que amé la introducción de la historia y además como dentro de la misma se empieza a contar otra.
Espero leer más de tí. Saludos.
Hola, me alegra leerte por aquí y ya me generan intriga en pocos minutos. Te buscaré en ff.net ahora mismo, necesito más.
Dime, tendrá ANGST? Muero por ello.
No tengo mucho por decir que amé la introducción de la historia y además como dentro de la misma se empieza a contar otra.
Espero leer más de tí. Saludos.
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Re: De vuelta a casa
Hi~
Bueno, tengo que coincidir con Sabri, es emocionante ver un nuevo fic por estos lares~
Y déjame decirte, que la sinopsis también me atrapó, la temática de una desaparición, el drama de un regreso luego de una retirada inesperada. ¡Paf! misterio atrapante!!
Esperaré la conti con emoción~
Te leo pronto!!
Bueno, tengo que coincidir con Sabri, es emocionante ver un nuevo fic por estos lares~
Y déjame decirte, que la sinopsis también me atrapó, la temática de una desaparición, el drama de un regreso luego de una retirada inesperada. ¡Paf! misterio atrapante!!
Esperaré la conti con emoción~
Te leo pronto!!
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Re: De vuelta a casa
Hola!
Me has atrapado!
Hace mucho tiempo que no leía un fic contest, me hace muy feliz poder leer el tuyo, especialmente porque presenta un trama muy interesante.
Solo con este prologo mi cabeza ya esta creando mil teorías de lo que puede pasar.
Estaré esperando la continuación con ansia!
Ja Nee~
Me has atrapado!
Hace mucho tiempo que no leía un fic contest, me hace muy feliz poder leer el tuyo, especialmente porque presenta un trama muy interesante.
Solo con este prologo mi cabeza ya esta creando mil teorías de lo que puede pasar.
Estaré esperando la continuación con ansia!
Ja Nee~
Re: De vuelta a casa
| De vuelta a casa
Capítulo 1 | Encuentros.
Sus pasos hacían eco en el túnel. No podía parar de mover nerviosamente las pokebolas de Glaceon y Venusaur en su mano. Cuando un segundo par de ecos se unieron a los suyos, May alzó la mirada del suelo y vio a Drew regresando del campo de batalla con su sonrisa vanidosa y las manos dentro de sus bolsillos.
May detuvo el movimiento nervioso de su mano y escondió ambas tras su espalda. Ambos se detuvieron a medio pasillo y May le sonrió brillantemente.
―¡Estuvieron asombrosos allá afuera! Absol se ha vuelto muy fuerte.
―Por supuesto ―Drew se movió el flequillo, petulante, pero sonrió por el halago. May rodó sus ojos y sin quererlo su mirada terminó en el final del túnel. Pasó saliva con dificultad. Drew, por supuesto, lo notó y puso una mano en su hombro, sus ojos verdes le dirigieron una mirada determinada―. Asegúrate de ganar, Maple. Nos veremos en las semifinales
May reprimió una sonrisa y sintió sus nervios desvanecerse, solo un poco.
―Dalo por hecho.
―Aunque ambos sabemos quién será el ganador al final ―volvió a agitar su flequillo.
―¡Ja! Eso ya lo veremos.
Volver a verlo fue como desenterrar el baúl de los recuerdos. May clavó sus uñas en su brazo y sepultó de nuevo ese baúl en lo más profundo de su memoria.
No esperaba encontrarse con él tan pronto, de hecho, tenía una pequeña esperanza de que no tendría que enfrentarlo esta temporada. Pero al parecer al destino le encantaba hacerlos coincidir de ese modo.
No había visto a Drew desde el día en que prometió vencerlo en las semifinales del Gran Festival de Johto, el mismo día en el que perdió en los cuartos de final y el mismo día en el que decidió irse sin decir adiós.
Siempre supo que su reencuentro no iba a ser lindo. No presentarse a aplaudir al ganador de la Copa Listón e irse sin decir una palabra ya había sido lo suficientemente bajo, ¿pero rechazar todos los intentos de sus amigos y rivales de comunicarse con ella durante todo un año? Eso era cruzar una línea. Honestamente, no estaría sorprendida si Drew había perdido todo el respeto que sentía por ella.
No había visto a Drew desde entonces. Hoy estaba más alto y algunas facciones de su rostro se habían acentuado; pero fuera de eso, era el mismo Drew de hace un año. Oh bueno, casi.
May comenzó a sentirse incómoda bajo su mirada, había mucha intensidad ahí y el resplandor de algo parecido al enfado, pero no podía deducir mucho cuando su expresión era tan neutral. Drew la estaba poniendo de los nervios y estaba comenzando a sentirse ansiosa. Quería salir corriendo.
—¿C-Cómo has estado, Drew? —preguntó en su pobre intento por romper el silencio, aunque la voz le salió algo trémula y aguda.
Los ojos verdes de Drew se entrecerraron y por un momento May pensó que nuevamente recibiría silencio, pero no fue así. Siendo sincera, hubiera preferido el silencio.
—Confundido, porque no sabía que eras una cobarde.
May se encogió un poco. Ah, seguía siendo abrumadoramente directo. Drew nunca fue alguien que temiera decir exactamente lo que pensaba. Lo esperaba, a decir verdad, aunque no por eso sus palabras dejaban de parecerle dolorosas. Esta vez fue su turno de callar.
No estaba segura de que debía responder a eso, algo dentro de ella le decía que debía defenderse, pero ¿cómo podría? No estaba preparada para pelear esa batalla, no se sentía lista para dar excusas y evadir no era una opción cuando él no dejaba de mirarla como un Swellow a su presa. Era obvio que él quería una explicación que ella no podía darle, y no había nada más problemático que eso.
Cuando May por fin encontró su voz, lo único que se le ocurrió decir fue:
—Lo siento.
Fue una mala elección de palabras, lo sabía.
Drew ladeó su cabeza con falso desconcierto, una pequeña mueca llena de cinismo torció sus labios.
—¿Por qué lo sientes, May? —ese era un tono de voz que tenía tiempo sin escuchar, era arrogante, burlón y retador, casi despectivo; el mismo que usaba cuando apenas estaban conociéndose—. ¿Sientes haber huido, o sientes haber desaparecido? ¿O tal vez sientes no haberles dado cara a tus problemas? Exactamente, ¿por qué lo sientes, May?
Eso caló profundo. Herida, May mordió su labio inferior y apartó la mirada, una de sus manos apretó con fuerza el borde de su cárdigan.
Poco menos de un metro los separaba, pero para May se sentía como si estuvieran en los extremos opuestos de un acantilado. La última vez que se había sentido tan lejos de él fue esa vez durante el Gran Festival de Kanto cuando lo descubrió presionando a Absol para mejorar su viento cortante y luego dirigió su furia hacia ella.
Furia, eso era lo que había en esos ojos esmeralda.
—Yo... yo no...
No sabía qué responder. La intensidad de su mirada estaba abrumándola y eso no hacía nada por ayudarla a controlar los nervios que aún atenazaban su estómago. Drew quería respuestas y ella se encontraba atrapada en medio de un dilema; no quería mentirle, pero tampoco quería decirle la verdad, y por más que estuviera deseándolo, tampoco podía salir corriendo.
May se tragó un suspiro y juntó una pizca de valor para enfrentar la mirada de Drew. El azul encontró al verde, la intensidad en los ojos verdes chocó con la resignación de los azules.
Al final tendré que recurrir a esto, ¿huh?, May pensó con pesar antes de regresar su mirada a sus pies y abrazarse a sí misma en busca de algo de consuelo. Estaba segura de que iba a arrepentirse luego de tomar esa salida.
—Escucha, en serio lamento lo que sucedió ese día y también lamento no haber mantenido el contacto, eso fue horrible de mi parte, pero creo que la razón por la que me tomé este último año para mí solo me concierne a mí. Así que, por favor, no me pidas respuestas. —May apretó los labios y se abrazó con un poco más de fuerza. La voz apenas le salió en un hilo y no pudo encontrar el coraje para enfrentar su mirada por más de un segundo, sin embargo, sí observó el cambio que hubo en su postura. El semblante de Drew se agrietó por un momento, lo notó en la tensión de sus labios y la lenta respiración que dio. Pero solo hubo eso, porque entonces él dio un paso atrás.
May estaba siendo ingenua al esperar una reacción diferente a esa. Drew no iba a perder el control, no iba a decirle que estaba enfadado porque decidió alejarse de todos en vez de aceptar ayuda, que estaba decepcionado de su cobardía, que era una tonta y que debía enfrentar sus problemas, porque huir no era la solución. No. Drew no era así. Él jamás perdía el control; sin embargo, en ese momento, su mirada tenía mucho que decir y ella no era capaz de descifrarlo todo.
—Tienes razón, no es mi asunto. Buena suerte en el concurso, May, supongo que vas a necesitarla —y con esas últimas palabras, Drew comenzó a alejarse de ella.
May alzó su mano y quiso gritar su nombre para detenerlo, pero el grito se quedó atorado en su garganta y tan solo observó su figura alejarse de ella, porque al final resultó que Drew tenía razón, para variar…
Era una cobarde.
Después de registrarse en el hotel fue directo a recostarse. Estaba física y mentalmente agotada. Tantas emociones en una sola mañana habían logrado consumir toda su energía.
Tuvo suerte de encontrar un hotel modesto que quedaba cerca del Auditorio Pokemon, no era un hotel de lujo, pero tenía la localización perfecta y sus precios eran bastante accesibles. Se dio palmaditas orgullosas en la espalda por eso.
Tenía planes de quedarse ahí durante un par de horas para descansar un poco, luego iría a la playa o a algún claro dentro en el bosque para practicar tranquilamente sin la constante mirada de la gente sobre ella. Era un buen plan. Pero su estómago no estaba dispuesto a seguir la agenda porque se agitó con fuerza y gruñó ruidosamente en protesta. May soltó un gemido lastimero.
Cierto, se había perdido el desayuno. Con tanta conmoción lo había olvidado. Ya pasaba del mediodía, así que los restaurantes ya estarían sirviendo el almuerzo. May no pensaba perderse también el almuerzo.
Se levantó de la cama y alcanzó su mochila, de dónde sacó su dinero, su PokeNav y las pokebolas de Blaziken y Glaceon. Buscaría un restaurante en el que pudiera entrar con sus pokemon, estaba segura de que los chicos también estaban hambrientos.
Revisó el mapa de Slateport en su PokeNav para buscar un restaurante y casi brincó de alegría cuando vio uno no muy lejos del hotel. Casi corrió al encuentro con su amada comida, ya no podía esperar más.
El restaurante estaba a unas cuantas calles al Este, tenía precios decentes para su bolsillo y al parecer, también tenía muy buenas reseñas. Sin duda era el restaurante perfecto, justo lo que necesitaba para sobrellevar su mañana agitada.
El local olía delicioso y tenía una decoración de lo más linda, en cada mesa que veía había entrenadores compartiendo un agradable almuerzo junto a sus pokemon. El lugar realmente tenía una vibra pacífica.
Eligió rápidamente una mesa junto a la ventana y sacó a sus pokemon de sus pokebolas. Blaziken y Glaceon lucieron un poco confundidos al principio, pero luego de echar un vistazo al lugar expresaron su aprobación y se sentaron lado a lado frente a ella.
Si levantaba la mirada del menú, May podía ver que allí también atraían miradas indiscretas. Vaya que los rumores viajaban rápido. Estaba cansándose de eso, es decir, estaban en un restaurante, al menos podían dejar de mirarlos para que pudieran comer en paz.
Se aclaró la garganta cuando una mesera se acercó a pedir su orden. May le dedicó una gran sonrisa y pidió un enorme tazón de ramen y dos platos de comida pokemon. En cuanto la mesera trajo sus pedidos y ella probó un bocado, todo lo demás desapareció, incluso las miradas impertinentes de los otros comensales.
Arceus, tenía tanta hambre.
La gran porción de comida que había en su tazón desaparecía velozmente y ella degustaba con placer cada bocado. En ese momento solo existían ella y su comida.
May estaba disfrutando mucho de su almuerzo, pero sus palillos quedaron a medio camino de su boca cuando escuchó una voz particular que tampoco le era difícil reconocer y que consiguió ponerle los pelos de punta.
¿Qué tanta mala suerte podía tener una persona?
—¡Lo veo y no lo creo!
May suspiró y sus hombros cayeron en derrota, terminó el camino de sus palillos y masticó con resignación. Se limpio la boca con su servilleta y luego miró sobre su hombro.
—Hola, Harley
¿Acaso Arceus estaba castigándola? No pensó que se encontraría con Harley ahí en absoluto... oh, aguarda. ¡Pero qué tonta! Harley vivía en Slateport, por supuesto que él iba a estar ahí.
Ese día era una tragedia tras otra...
—¡May! —Harley corrió hacia ella. La tomó por sorpresa ver que Harley no llevaba su traje de Cacturne, sino un top verde oliva y un blazer negro y largo con colas que llegaba hasta sus pantorrillas y que parecía una talla más grande. Era muy raro ver a Harley con su cabello atado en una coleta y sin su sombrero puntiagudo, sin embargo, May no podía decir que lucía mal—. ¡Por Mew, no puedo creer que estés aquí! ¿Le hiciste algo a tu cabello? ¡Me encanta! Estás preciosa, cariño.
—Tú también te ves muy bien, Harley —fue lo único que May pudo decir cuando lo vio tomar asiento a su lado con ese entusiasmo sobreactuado.
—Por supuesto que sí, yo siempre me veo fabuloso —presumió sin pena alguna. May se mordió la lengua—. Cuando te vi por la ventana pensé que estaba viendo un fantasma. Nunca esperé encontrarte aquí... quiero decir, no en un restaurante porque todos sabemos que eres una glotona; por cierto, querida, si sigues comiendo de ese modo te convertirás en un Snorlax...
May le dirigió una mala mirada que, por supuesto, Harley ignoró profesionalmente y siguió con su parloteo.
—Me refiero a aquí, Slateport. Después de todas esas noticias sobre tu desaparición pensé que no volvería a verte —May no lució sorprendida por el tono de decepción que tomó eso último—. Asumo que por fin te dignarás a los concursos. ¿Lo harás, cierto?
—Sí —respondió May vagamente llevándose unos cuantos fideos a la boca. Miró hacia sus pokemon, quienes habían dejado de comer para mirar recelosos al coordinador. May les sonrió para hacerles saber que podía controlarlo.
—¡Lo sabía! Y eso me lleva al tema que en realidad me interesa hablar contigo —los ojos claros de Harley se clavaron en los de ella con una seriedad espeluznante—. Quiero- no, exijo saber por qué abandonaste los concursos como si en realidad fueras una niñita llorona, porque estoy completamente indignado de que no fui yo el responsable de hacerte llorar y abandonar lo único en lo que posiblemente eres buena.
» Siempre fuiste fastidiosamente terca y te levantabas cada vez que te empujaba. ¿Por qué ahora huiste a ocultarte entre la falda de tu mami? Cuéntame, quiero escucharlo to-do.
May picó su comida con los palillos, pensativa. Era bastante obvio que, si no le había dicho a Drew la razón, menos se la diría a Harley. Arceus sabrá lo que ese tipo haría con esa información. Además, no estaba de ánimo y realmente no le debía explicación a nadie, en especial a Harley.
—No hay mucho que contar, solo quería un tiempo para descansar —se llevó fideos a la boca y masticó con aire ausente. Pero a Harley no le gustó su respuesta y decidió que era una buena idea darle una palmada en la espalda cuando aún no tragaba su comida.
—¡No seas mentirosa, mocosa!
May se atragantó y comenzó a toser con fuerza.
—¡Blaziken! —fuego salió de las muñecas del pokemon y Blaziken miró muy mal al coordinador.
—Ay, no te esponjes, fue solo un golpecito de nada —Harley alzó ambas manos con miedo y una sonrisa nerviosa.
Glaceon erizó el lomo y miró amenazante al coordinador, de su boca salía humo de condensación y mostraba los colmillos. Harley sudó frío.
—Ya, de acuerdo, de acuerdo. Qué sensibles...
Cuando May consiguió estabilizarse lo miró como si quisiera matarlo. Estaban armando una escena y era bastante seguro que ahora eran el centro de atención.
May estaba mortificada.
—¡Harley!
—¡Qué! Es tu culpa por dar esa respuesta tan vaga.
—¡Es la verdad!
—¡Mentiras!
—Y tú qué sabes, ¿eh? ―discutió, ya enfadada―. Quizás me necesitaban en casa ¡o quizás solo quise tomarme un descanso de ti y tus estúpidos juegos!
Harley se quedó pasmado por un par de segundos, pero después deslizó una sonrisa en su rostro y se robó la limonada de May para darle un largo trago.
―De acuerdo, no te enojes, mocosa. Yo sólo quería saber… ―May bufó y Harley la miró de reojo con burla―. Tanto estrés no es bueno para tu piel, querida.
May trató de asesinarlo con la mirada, pero Harley la ignoró y echó una mirada despectiva al restaurante. May ya podía sentir el inicio de uno de sus dolores de cabeza de marca registrada. Él en serio lograba sacarla de quicio.
―Bueno, no importa si no quieres contarme, tarde o temprano lo averiguaré ―Harley se encogió de hombros con malicia. May resopló y regresó a comer, ya casi se terminaba el tazón, pero esos últimos bocados no los estaba disfrutando para nada; casi prefería tener las miradas de todos encima que tener que lidiar con la lengua venenosa de Harley―. Todavía no puedo creer que estés aquí, la última vez que te vi salías corriendo del campo de batalla después de perder en el Gran Festival de Johto. Escuché que ni siquiera te despediste y luego cortaste toda comunicación, (algo muy grosero de tu parte, por cierto). Tu noviecito estaba tan confundido porque ni siquiera a él le dijiste adiós…
De repente Harley soltó un grito ahogado que consiguió sobresaltarla tanto a ella como a sus pokemon y quizás a algunos comensales.
―¡Espera a que tu noviecito te vea, le va a dar algo!
May tardó un momento en entender que Harley se estaba refiriendo a Drew, había olvidado que a Harley le gustaba fastidiarlos con eso. Ni siquiera se molestó en contradecirlo, eso ya era una causa perdida.
Su gesto pasó de la confusión al desánimo y, por supuesto, esto no pasó desapercibido para Harley.
―En realidad ya nos encontramos ―confesó, aunque realmente no estaba muy abierta a hablar sobre el tema precisamente con él.
―No me digas ―el interés de Harley parecía genuino, pero May ya no era tan ingenua, a Harley no le interesaba realmente su relación con Drew, lo que le interesaba era el drama que irradiaba su situación―. ¿Está molesto contigo, cierto? Lo sabía, ese niñito rencoroso se la pasó de un humor horrible la temporada pasada.
La risita maliciosa de Harley hizo que May frunciera el ceño.
―No te sientas mal por el berrinche de Drew, cariño. Él en realidad solo está decepcionado, heriste sus tiernos sentimientos cuando desapareciste sin decir una palabra y te aislaste del mundo, pero el chico tiene las habilidades sociales de una patata y no sabe cómo expresarse correctamente ―se burló y de un sorbo se terminó su limonada. Su rostro se contorsionó con disgusto―. Iugh, esta cosa sabe horrible. ¿Cómo pueden llamar a esto una limonada? Yo puedo hacerlo muchísimo mejor que esto. Puaj.
May observó a Harley fijamente, absorbiendo sus palabras. Harley tenía razón en una cosa: Drew definitivamente estaba decepcionado de ella e incluso podía ser cierto que se sintiera un poco herido por su desaparición, después de todo su amistad se había vuelto más fuerte esos últimos meses en Johto. Ugh, todo esto solo estaba haciendo que se sintiera peor.
May suspiró, cansada, y recargó su frente en sus manos entrelazadas. Sus hombros cayeron con derrota. Había olvidado lo agotador que resultaba tratar con Harley.
Arceus, cómo estaba extrañando Petalburgo.
De la nada, Harley depositó el vaso de limonada sobre la mesa con un estruendo y se levantó de súbito, demostrando lo impredecible que podía llegar a ser y, de paso, llamando más la atención. May resopló. Como si no tuviéramos ya suficiente atención. El dolor de cabeza se estaba transformando en migraña.
―Bueno querida, me voy. Tengo muchas llamadas por hacer ―May apenas le prestó atención y murmuró un «lo que tú digas, Harley» que, estaba segura, él escuchó―. Nos pondremos al día luego, tengo que prepararme para arrastrarte en este concurso.
―Sí, bueno, eso lo veremos ―May sonrió de lado―. Espero batallas limpias, Harley.
Él puso esa sonrisa extraña y enigmática que solo él sabía hacer.
―Eso no puedo prometerlo, linda. Algunas cosas nunca cambian ―soltó una risa jocosa―. Bien, he terminado aquí. Fue un lindo encuentro, nos veremos luego, queridita. Te aplastaré como a una mosca en el concurso. Ciao.
Harley le lanzó un beso, revoloteó los dedos en despedida y salió del restaurante contoneando sus caderas. May lo siguió con la mirada hasta que desapareció, luego cruzó miradas con sus pokemon.
―Creo que ese encuentro me ha robado años de vida ―su suspiro sonó más como un resoplido.
Sus pokemon estuvieron de acuerdo con ella.
Después de su encuentro, el resto del día pasó demasiado rápido. May entrenó durante un par de horas y terminó de pulir su presentación para la ronda preliminar. Blaziken se estaría luciendo este concurso, el pokemon parecía contento con el entrenamiento intensivo que estaban teniendo y tenía que admitir que ella también lo había extrañado. Ambos estaban entusiasmados por regresar al escenario, aunque los nervios de May casi querían opacar ese entusiasmo.
La noche cayó pronto y, después de cenar, May y sus pokemon se fueron a la cama. Blaziken y Glaceon cayeron como piedras apenas entraron en la habitación, sin embargo, recuerdos que quería olvidar impidieron que May hiciera lo mismo. Su conversación con Drew no dejaba de repetirse una y otra vez en su cabeza. No fue una noche agradable, pero en algún punto, mientras daba mil vueltas a las palabras de su rival, Cresselia por fin se apiadó de ella y consiguió dormir un poco.
La mañana siguiente fue un poco agitada, ya que se había quedado dormida más tiempo del que había estimado. Desayunaron rápido algo de las sobras de la cena de ayer y luego salieron de camino a la arena de concursos.
Una vez más agradeció la localización del hotel, estaba salvándola de llegar tarde.
Faltaba aún poco menos de media hora para que iniciara el concurso cuando May entró en los camerinos, donde ya había bastante gente. Se sintió un poco abrumada por las miradas de los demás coordinadores fijas en ella, pero iba acostumbrándose a llamar la atención por lo que decidió ignorarlos a todos y concentrarse en la pantalla que colgaba de la pared.
Por medio de la pantalla pudo ver que los jueces ya estaban posicionados en sus tarimas y que las gradas iban llenándose poco a poco. Vivian, la animadora, estaba probando el sonido del micrófono.
Por un momento, y si ignoraba saber que era el centro de atención, tuvo una sensación de familiaridad. Este ambiente le era tan familiar, desde los coordinadores llenos de nervios hasta el público emocionado que disfrutaba de las presentaciones. Era como estar en casa. Sentía una calidez en el pecho y al mismo tiempo nervios comiéndose su estómago.
Estar de vuelta era tranquilizador y aterrador en partes iguales, pero era un temor del que no quería a huir. No más.
―Vaya, por un momento pensé que no te presentarías. ―May se giró cuando escuchó la voz de Drew a sus espaldas. Él estaba de pie con sus brazos cruzados y la mirada severa―. No me habría sorprendido, a decir verdad.
Se mordió el interior de la mejilla sintiéndose mal por el comentario. Sabía que Drew estaba enfadado, pero ella no iba a soportar ese trato de su parte. No estaba dispuesta a regresar a la etapa de los comentarios ofensivos.
―Sólo me retrasé un poco, no tienes por qué ser tan rudo ―se defendió.
Drew soltó un sonido despectivo al mismo tiempo que se movía el flequillo, ese fue un gesto que también le resultó muy familiar, pero no era el momento para ponerse nostálgica.
―Sigues siendo una descuidada, de ese modo no llegarás muy lejos…
―Drew ―lo interrumpió, ya cansada de su actitud―, sé que estás molesto conmigo, lo entiendo, pero no estoy dispuesta a seguir escuchándote hablarme de esa manera. Estoy aquí y es lo que cuenta.
El par de ojos verdes se entrecerraron y Drew descruzó sus brazos, lanzó un «Hmp» al aire y comenzó a alejarse de ella.
May suspiró pesadamente y se sentó en una de las bancas. Al poco tiempo alguien se sentó a su lado y con un vistazo May reconoció a Harley. ¿Por qué no la dejaban ni tomar un respiro?
―Eso fue algo bastante incómodo, sabía que estaba molesto contigo, pero creo que rompiste algo más que su pequeño corazón. Oh, cuánto drama. Espero que esto no afecte su rendimiento en el concurso, porque eso sería una pena.
―Ahora no, Harley.
―¡Pero, May… ―Le dirigió una mala mirada al coordinador, quien calló al instante, pero no quitó su sonrisa maliciosa.
May resopló irritada.
―Ambos somos profesionales, yo no dejaré que un asunto personal altere mi presentación y tampoco creo que Drew lo haga, así que puedes estar tranquilo si eso es lo que te preocupa ―respondió, casi fulminándolo con la mirada.
Era extraño volver a ver esta faceta de Harley después de tanto tiempo, creía que ya había quedado atrás cuando por fin comenzó a jugar limpio un par de concursos antes del Gran Festival de Johto.
Al parecer no. Como sea, no iba a dejar que Harley se aprovechara de su situación para jugar sucio.
Harley renunció a su semblante manipulador y colocó un puchero en sus labios, decepcionado.
―No es divertido si no caes en mis provocaciones ―se quejó―. Pero en serio creo que deberían arreglar sus problemas amorosos de una vez, porque ustedes dos están poniendo un ambiente muy pesado por aquí y no quiero que sus malas energías me arruinen el ánimo.
Harley fingió estremecerse y sacó la lengua en una señal de asco, después simplemente se levantó del asiento y como apareció, desapareció.
Lo que dijo Harley le causó curiosidad, por lo que miró a su alrededor sólo para encontrar que media sala la miraba a ella con curiosidad y la otra mitad miraba a Drew del mismo modo, quien estaba al otro lado del camerino.
Cielos, ¿por qué la gente no se podía meter en sus propios asuntos?
Ignoró las miradas como llevaba haciendo desde que puso un pie en Slateport y se llevó las manos a las sienes para masajearlas. Estaba tan mortificada.
Toda esa situación no podía ser un buen augurio para el inicio del concurso, ¿cierto?
Sobre el angst... quizás haya, quizás no. No es mi fuerte, pero estamos tratando con una desaparición, así que haré mi mejor esfuerzo.
Edit: Recientemente edité el capítulo y le di a Harley un nuevo look, pero creo que no puedo hacerle justicia con mis palabras. Aquí el fanart (de @kmm_4g en twitter) de donde saqué su atuendo, amé el concepto:
Capítulo 1 | Encuentros.
Sus pasos hacían eco en el túnel. No podía parar de mover nerviosamente las pokebolas de Glaceon y Venusaur en su mano. Cuando un segundo par de ecos se unieron a los suyos, May alzó la mirada del suelo y vio a Drew regresando del campo de batalla con su sonrisa vanidosa y las manos dentro de sus bolsillos.
May detuvo el movimiento nervioso de su mano y escondió ambas tras su espalda. Ambos se detuvieron a medio pasillo y May le sonrió brillantemente.
―¡Estuvieron asombrosos allá afuera! Absol se ha vuelto muy fuerte.
―Por supuesto ―Drew se movió el flequillo, petulante, pero sonrió por el halago. May rodó sus ojos y sin quererlo su mirada terminó en el final del túnel. Pasó saliva con dificultad. Drew, por supuesto, lo notó y puso una mano en su hombro, sus ojos verdes le dirigieron una mirada determinada―. Asegúrate de ganar, Maple. Nos veremos en las semifinales
May reprimió una sonrisa y sintió sus nervios desvanecerse, solo un poco.
―Dalo por hecho.
―Aunque ambos sabemos quién será el ganador al final ―volvió a agitar su flequillo.
―¡Ja! Eso ya lo veremos.
Volver a verlo fue como desenterrar el baúl de los recuerdos. May clavó sus uñas en su brazo y sepultó de nuevo ese baúl en lo más profundo de su memoria.
No esperaba encontrarse con él tan pronto, de hecho, tenía una pequeña esperanza de que no tendría que enfrentarlo esta temporada. Pero al parecer al destino le encantaba hacerlos coincidir de ese modo.
No había visto a Drew desde el día en que prometió vencerlo en las semifinales del Gran Festival de Johto, el mismo día en el que perdió en los cuartos de final y el mismo día en el que decidió irse sin decir adiós.
Siempre supo que su reencuentro no iba a ser lindo. No presentarse a aplaudir al ganador de la Copa Listón e irse sin decir una palabra ya había sido lo suficientemente bajo, ¿pero rechazar todos los intentos de sus amigos y rivales de comunicarse con ella durante todo un año? Eso era cruzar una línea. Honestamente, no estaría sorprendida si Drew había perdido todo el respeto que sentía por ella.
No había visto a Drew desde entonces. Hoy estaba más alto y algunas facciones de su rostro se habían acentuado; pero fuera de eso, era el mismo Drew de hace un año. Oh bueno, casi.
May comenzó a sentirse incómoda bajo su mirada, había mucha intensidad ahí y el resplandor de algo parecido al enfado, pero no podía deducir mucho cuando su expresión era tan neutral. Drew la estaba poniendo de los nervios y estaba comenzando a sentirse ansiosa. Quería salir corriendo.
—¿C-Cómo has estado, Drew? —preguntó en su pobre intento por romper el silencio, aunque la voz le salió algo trémula y aguda.
Los ojos verdes de Drew se entrecerraron y por un momento May pensó que nuevamente recibiría silencio, pero no fue así. Siendo sincera, hubiera preferido el silencio.
—Confundido, porque no sabía que eras una cobarde.
May se encogió un poco. Ah, seguía siendo abrumadoramente directo. Drew nunca fue alguien que temiera decir exactamente lo que pensaba. Lo esperaba, a decir verdad, aunque no por eso sus palabras dejaban de parecerle dolorosas. Esta vez fue su turno de callar.
No estaba segura de que debía responder a eso, algo dentro de ella le decía que debía defenderse, pero ¿cómo podría? No estaba preparada para pelear esa batalla, no se sentía lista para dar excusas y evadir no era una opción cuando él no dejaba de mirarla como un Swellow a su presa. Era obvio que él quería una explicación que ella no podía darle, y no había nada más problemático que eso.
Cuando May por fin encontró su voz, lo único que se le ocurrió decir fue:
—Lo siento.
Fue una mala elección de palabras, lo sabía.
Drew ladeó su cabeza con falso desconcierto, una pequeña mueca llena de cinismo torció sus labios.
—¿Por qué lo sientes, May? —ese era un tono de voz que tenía tiempo sin escuchar, era arrogante, burlón y retador, casi despectivo; el mismo que usaba cuando apenas estaban conociéndose—. ¿Sientes haber huido, o sientes haber desaparecido? ¿O tal vez sientes no haberles dado cara a tus problemas? Exactamente, ¿por qué lo sientes, May?
Eso caló profundo. Herida, May mordió su labio inferior y apartó la mirada, una de sus manos apretó con fuerza el borde de su cárdigan.
Poco menos de un metro los separaba, pero para May se sentía como si estuvieran en los extremos opuestos de un acantilado. La última vez que se había sentido tan lejos de él fue esa vez durante el Gran Festival de Kanto cuando lo descubrió presionando a Absol para mejorar su viento cortante y luego dirigió su furia hacia ella.
Furia, eso era lo que había en esos ojos esmeralda.
—Yo... yo no...
No sabía qué responder. La intensidad de su mirada estaba abrumándola y eso no hacía nada por ayudarla a controlar los nervios que aún atenazaban su estómago. Drew quería respuestas y ella se encontraba atrapada en medio de un dilema; no quería mentirle, pero tampoco quería decirle la verdad, y por más que estuviera deseándolo, tampoco podía salir corriendo.
May se tragó un suspiro y juntó una pizca de valor para enfrentar la mirada de Drew. El azul encontró al verde, la intensidad en los ojos verdes chocó con la resignación de los azules.
Al final tendré que recurrir a esto, ¿huh?, May pensó con pesar antes de regresar su mirada a sus pies y abrazarse a sí misma en busca de algo de consuelo. Estaba segura de que iba a arrepentirse luego de tomar esa salida.
—Escucha, en serio lamento lo que sucedió ese día y también lamento no haber mantenido el contacto, eso fue horrible de mi parte, pero creo que la razón por la que me tomé este último año para mí solo me concierne a mí. Así que, por favor, no me pidas respuestas. —May apretó los labios y se abrazó con un poco más de fuerza. La voz apenas le salió en un hilo y no pudo encontrar el coraje para enfrentar su mirada por más de un segundo, sin embargo, sí observó el cambio que hubo en su postura. El semblante de Drew se agrietó por un momento, lo notó en la tensión de sus labios y la lenta respiración que dio. Pero solo hubo eso, porque entonces él dio un paso atrás.
May estaba siendo ingenua al esperar una reacción diferente a esa. Drew no iba a perder el control, no iba a decirle que estaba enfadado porque decidió alejarse de todos en vez de aceptar ayuda, que estaba decepcionado de su cobardía, que era una tonta y que debía enfrentar sus problemas, porque huir no era la solución. No. Drew no era así. Él jamás perdía el control; sin embargo, en ese momento, su mirada tenía mucho que decir y ella no era capaz de descifrarlo todo.
—Tienes razón, no es mi asunto. Buena suerte en el concurso, May, supongo que vas a necesitarla —y con esas últimas palabras, Drew comenzó a alejarse de ella.
May alzó su mano y quiso gritar su nombre para detenerlo, pero el grito se quedó atorado en su garganta y tan solo observó su figura alejarse de ella, porque al final resultó que Drew tenía razón, para variar…
Era una cobarde.
Después de registrarse en el hotel fue directo a recostarse. Estaba física y mentalmente agotada. Tantas emociones en una sola mañana habían logrado consumir toda su energía.
Tuvo suerte de encontrar un hotel modesto que quedaba cerca del Auditorio Pokemon, no era un hotel de lujo, pero tenía la localización perfecta y sus precios eran bastante accesibles. Se dio palmaditas orgullosas en la espalda por eso.
Tenía planes de quedarse ahí durante un par de horas para descansar un poco, luego iría a la playa o a algún claro dentro en el bosque para practicar tranquilamente sin la constante mirada de la gente sobre ella. Era un buen plan. Pero su estómago no estaba dispuesto a seguir la agenda porque se agitó con fuerza y gruñó ruidosamente en protesta. May soltó un gemido lastimero.
Cierto, se había perdido el desayuno. Con tanta conmoción lo había olvidado. Ya pasaba del mediodía, así que los restaurantes ya estarían sirviendo el almuerzo. May no pensaba perderse también el almuerzo.
Se levantó de la cama y alcanzó su mochila, de dónde sacó su dinero, su PokeNav y las pokebolas de Blaziken y Glaceon. Buscaría un restaurante en el que pudiera entrar con sus pokemon, estaba segura de que los chicos también estaban hambrientos.
Revisó el mapa de Slateport en su PokeNav para buscar un restaurante y casi brincó de alegría cuando vio uno no muy lejos del hotel. Casi corrió al encuentro con su amada comida, ya no podía esperar más.
El restaurante estaba a unas cuantas calles al Este, tenía precios decentes para su bolsillo y al parecer, también tenía muy buenas reseñas. Sin duda era el restaurante perfecto, justo lo que necesitaba para sobrellevar su mañana agitada.
El local olía delicioso y tenía una decoración de lo más linda, en cada mesa que veía había entrenadores compartiendo un agradable almuerzo junto a sus pokemon. El lugar realmente tenía una vibra pacífica.
Eligió rápidamente una mesa junto a la ventana y sacó a sus pokemon de sus pokebolas. Blaziken y Glaceon lucieron un poco confundidos al principio, pero luego de echar un vistazo al lugar expresaron su aprobación y se sentaron lado a lado frente a ella.
Si levantaba la mirada del menú, May podía ver que allí también atraían miradas indiscretas. Vaya que los rumores viajaban rápido. Estaba cansándose de eso, es decir, estaban en un restaurante, al menos podían dejar de mirarlos para que pudieran comer en paz.
Se aclaró la garganta cuando una mesera se acercó a pedir su orden. May le dedicó una gran sonrisa y pidió un enorme tazón de ramen y dos platos de comida pokemon. En cuanto la mesera trajo sus pedidos y ella probó un bocado, todo lo demás desapareció, incluso las miradas impertinentes de los otros comensales.
Arceus, tenía tanta hambre.
La gran porción de comida que había en su tazón desaparecía velozmente y ella degustaba con placer cada bocado. En ese momento solo existían ella y su comida.
May estaba disfrutando mucho de su almuerzo, pero sus palillos quedaron a medio camino de su boca cuando escuchó una voz particular que tampoco le era difícil reconocer y que consiguió ponerle los pelos de punta.
¿Qué tanta mala suerte podía tener una persona?
—¡Lo veo y no lo creo!
May suspiró y sus hombros cayeron en derrota, terminó el camino de sus palillos y masticó con resignación. Se limpio la boca con su servilleta y luego miró sobre su hombro.
—Hola, Harley
¿Acaso Arceus estaba castigándola? No pensó que se encontraría con Harley ahí en absoluto... oh, aguarda. ¡Pero qué tonta! Harley vivía en Slateport, por supuesto que él iba a estar ahí.
Ese día era una tragedia tras otra...
—¡May! —Harley corrió hacia ella. La tomó por sorpresa ver que Harley no llevaba su traje de Cacturne, sino un top verde oliva y un blazer negro y largo con colas que llegaba hasta sus pantorrillas y que parecía una talla más grande. Era muy raro ver a Harley con su cabello atado en una coleta y sin su sombrero puntiagudo, sin embargo, May no podía decir que lucía mal—. ¡Por Mew, no puedo creer que estés aquí! ¿Le hiciste algo a tu cabello? ¡Me encanta! Estás preciosa, cariño.
—Tú también te ves muy bien, Harley —fue lo único que May pudo decir cuando lo vio tomar asiento a su lado con ese entusiasmo sobreactuado.
—Por supuesto que sí, yo siempre me veo fabuloso —presumió sin pena alguna. May se mordió la lengua—. Cuando te vi por la ventana pensé que estaba viendo un fantasma. Nunca esperé encontrarte aquí... quiero decir, no en un restaurante porque todos sabemos que eres una glotona; por cierto, querida, si sigues comiendo de ese modo te convertirás en un Snorlax...
May le dirigió una mala mirada que, por supuesto, Harley ignoró profesionalmente y siguió con su parloteo.
—Me refiero a aquí, Slateport. Después de todas esas noticias sobre tu desaparición pensé que no volvería a verte —May no lució sorprendida por el tono de decepción que tomó eso último—. Asumo que por fin te dignarás a los concursos. ¿Lo harás, cierto?
—Sí —respondió May vagamente llevándose unos cuantos fideos a la boca. Miró hacia sus pokemon, quienes habían dejado de comer para mirar recelosos al coordinador. May les sonrió para hacerles saber que podía controlarlo.
—¡Lo sabía! Y eso me lleva al tema que en realidad me interesa hablar contigo —los ojos claros de Harley se clavaron en los de ella con una seriedad espeluznante—. Quiero- no, exijo saber por qué abandonaste los concursos como si en realidad fueras una niñita llorona, porque estoy completamente indignado de que no fui yo el responsable de hacerte llorar y abandonar lo único en lo que posiblemente eres buena.
» Siempre fuiste fastidiosamente terca y te levantabas cada vez que te empujaba. ¿Por qué ahora huiste a ocultarte entre la falda de tu mami? Cuéntame, quiero escucharlo to-do.
May picó su comida con los palillos, pensativa. Era bastante obvio que, si no le había dicho a Drew la razón, menos se la diría a Harley. Arceus sabrá lo que ese tipo haría con esa información. Además, no estaba de ánimo y realmente no le debía explicación a nadie, en especial a Harley.
—No hay mucho que contar, solo quería un tiempo para descansar —se llevó fideos a la boca y masticó con aire ausente. Pero a Harley no le gustó su respuesta y decidió que era una buena idea darle una palmada en la espalda cuando aún no tragaba su comida.
—¡No seas mentirosa, mocosa!
May se atragantó y comenzó a toser con fuerza.
—¡Blaziken! —fuego salió de las muñecas del pokemon y Blaziken miró muy mal al coordinador.
—Ay, no te esponjes, fue solo un golpecito de nada —Harley alzó ambas manos con miedo y una sonrisa nerviosa.
Glaceon erizó el lomo y miró amenazante al coordinador, de su boca salía humo de condensación y mostraba los colmillos. Harley sudó frío.
—Ya, de acuerdo, de acuerdo. Qué sensibles...
Cuando May consiguió estabilizarse lo miró como si quisiera matarlo. Estaban armando una escena y era bastante seguro que ahora eran el centro de atención.
May estaba mortificada.
—¡Harley!
—¡Qué! Es tu culpa por dar esa respuesta tan vaga.
—¡Es la verdad!
—¡Mentiras!
—Y tú qué sabes, ¿eh? ―discutió, ya enfadada―. Quizás me necesitaban en casa ¡o quizás solo quise tomarme un descanso de ti y tus estúpidos juegos!
Harley se quedó pasmado por un par de segundos, pero después deslizó una sonrisa en su rostro y se robó la limonada de May para darle un largo trago.
―De acuerdo, no te enojes, mocosa. Yo sólo quería saber… ―May bufó y Harley la miró de reojo con burla―. Tanto estrés no es bueno para tu piel, querida.
May trató de asesinarlo con la mirada, pero Harley la ignoró y echó una mirada despectiva al restaurante. May ya podía sentir el inicio de uno de sus dolores de cabeza de marca registrada. Él en serio lograba sacarla de quicio.
―Bueno, no importa si no quieres contarme, tarde o temprano lo averiguaré ―Harley se encogió de hombros con malicia. May resopló y regresó a comer, ya casi se terminaba el tazón, pero esos últimos bocados no los estaba disfrutando para nada; casi prefería tener las miradas de todos encima que tener que lidiar con la lengua venenosa de Harley―. Todavía no puedo creer que estés aquí, la última vez que te vi salías corriendo del campo de batalla después de perder en el Gran Festival de Johto. Escuché que ni siquiera te despediste y luego cortaste toda comunicación, (algo muy grosero de tu parte, por cierto). Tu noviecito estaba tan confundido porque ni siquiera a él le dijiste adiós…
De repente Harley soltó un grito ahogado que consiguió sobresaltarla tanto a ella como a sus pokemon y quizás a algunos comensales.
―¡Espera a que tu noviecito te vea, le va a dar algo!
May tardó un momento en entender que Harley se estaba refiriendo a Drew, había olvidado que a Harley le gustaba fastidiarlos con eso. Ni siquiera se molestó en contradecirlo, eso ya era una causa perdida.
Su gesto pasó de la confusión al desánimo y, por supuesto, esto no pasó desapercibido para Harley.
―En realidad ya nos encontramos ―confesó, aunque realmente no estaba muy abierta a hablar sobre el tema precisamente con él.
―No me digas ―el interés de Harley parecía genuino, pero May ya no era tan ingenua, a Harley no le interesaba realmente su relación con Drew, lo que le interesaba era el drama que irradiaba su situación―. ¿Está molesto contigo, cierto? Lo sabía, ese niñito rencoroso se la pasó de un humor horrible la temporada pasada.
La risita maliciosa de Harley hizo que May frunciera el ceño.
―No te sientas mal por el berrinche de Drew, cariño. Él en realidad solo está decepcionado, heriste sus tiernos sentimientos cuando desapareciste sin decir una palabra y te aislaste del mundo, pero el chico tiene las habilidades sociales de una patata y no sabe cómo expresarse correctamente ―se burló y de un sorbo se terminó su limonada. Su rostro se contorsionó con disgusto―. Iugh, esta cosa sabe horrible. ¿Cómo pueden llamar a esto una limonada? Yo puedo hacerlo muchísimo mejor que esto. Puaj.
May observó a Harley fijamente, absorbiendo sus palabras. Harley tenía razón en una cosa: Drew definitivamente estaba decepcionado de ella e incluso podía ser cierto que se sintiera un poco herido por su desaparición, después de todo su amistad se había vuelto más fuerte esos últimos meses en Johto. Ugh, todo esto solo estaba haciendo que se sintiera peor.
May suspiró, cansada, y recargó su frente en sus manos entrelazadas. Sus hombros cayeron con derrota. Había olvidado lo agotador que resultaba tratar con Harley.
Arceus, cómo estaba extrañando Petalburgo.
De la nada, Harley depositó el vaso de limonada sobre la mesa con un estruendo y se levantó de súbito, demostrando lo impredecible que podía llegar a ser y, de paso, llamando más la atención. May resopló. Como si no tuviéramos ya suficiente atención. El dolor de cabeza se estaba transformando en migraña.
―Bueno querida, me voy. Tengo muchas llamadas por hacer ―May apenas le prestó atención y murmuró un «lo que tú digas, Harley» que, estaba segura, él escuchó―. Nos pondremos al día luego, tengo que prepararme para arrastrarte en este concurso.
―Sí, bueno, eso lo veremos ―May sonrió de lado―. Espero batallas limpias, Harley.
Él puso esa sonrisa extraña y enigmática que solo él sabía hacer.
―Eso no puedo prometerlo, linda. Algunas cosas nunca cambian ―soltó una risa jocosa―. Bien, he terminado aquí. Fue un lindo encuentro, nos veremos luego, queridita. Te aplastaré como a una mosca en el concurso. Ciao.
Harley le lanzó un beso, revoloteó los dedos en despedida y salió del restaurante contoneando sus caderas. May lo siguió con la mirada hasta que desapareció, luego cruzó miradas con sus pokemon.
―Creo que ese encuentro me ha robado años de vida ―su suspiro sonó más como un resoplido.
Sus pokemon estuvieron de acuerdo con ella.
Después de su encuentro, el resto del día pasó demasiado rápido. May entrenó durante un par de horas y terminó de pulir su presentación para la ronda preliminar. Blaziken se estaría luciendo este concurso, el pokemon parecía contento con el entrenamiento intensivo que estaban teniendo y tenía que admitir que ella también lo había extrañado. Ambos estaban entusiasmados por regresar al escenario, aunque los nervios de May casi querían opacar ese entusiasmo.
La noche cayó pronto y, después de cenar, May y sus pokemon se fueron a la cama. Blaziken y Glaceon cayeron como piedras apenas entraron en la habitación, sin embargo, recuerdos que quería olvidar impidieron que May hiciera lo mismo. Su conversación con Drew no dejaba de repetirse una y otra vez en su cabeza. No fue una noche agradable, pero en algún punto, mientras daba mil vueltas a las palabras de su rival, Cresselia por fin se apiadó de ella y consiguió dormir un poco.
La mañana siguiente fue un poco agitada, ya que se había quedado dormida más tiempo del que había estimado. Desayunaron rápido algo de las sobras de la cena de ayer y luego salieron de camino a la arena de concursos.
Una vez más agradeció la localización del hotel, estaba salvándola de llegar tarde.
Faltaba aún poco menos de media hora para que iniciara el concurso cuando May entró en los camerinos, donde ya había bastante gente. Se sintió un poco abrumada por las miradas de los demás coordinadores fijas en ella, pero iba acostumbrándose a llamar la atención por lo que decidió ignorarlos a todos y concentrarse en la pantalla que colgaba de la pared.
Por medio de la pantalla pudo ver que los jueces ya estaban posicionados en sus tarimas y que las gradas iban llenándose poco a poco. Vivian, la animadora, estaba probando el sonido del micrófono.
Por un momento, y si ignoraba saber que era el centro de atención, tuvo una sensación de familiaridad. Este ambiente le era tan familiar, desde los coordinadores llenos de nervios hasta el público emocionado que disfrutaba de las presentaciones. Era como estar en casa. Sentía una calidez en el pecho y al mismo tiempo nervios comiéndose su estómago.
Estar de vuelta era tranquilizador y aterrador en partes iguales, pero era un temor del que no quería a huir. No más.
―Vaya, por un momento pensé que no te presentarías. ―May se giró cuando escuchó la voz de Drew a sus espaldas. Él estaba de pie con sus brazos cruzados y la mirada severa―. No me habría sorprendido, a decir verdad.
Se mordió el interior de la mejilla sintiéndose mal por el comentario. Sabía que Drew estaba enfadado, pero ella no iba a soportar ese trato de su parte. No estaba dispuesta a regresar a la etapa de los comentarios ofensivos.
―Sólo me retrasé un poco, no tienes por qué ser tan rudo ―se defendió.
Drew soltó un sonido despectivo al mismo tiempo que se movía el flequillo, ese fue un gesto que también le resultó muy familiar, pero no era el momento para ponerse nostálgica.
―Sigues siendo una descuidada, de ese modo no llegarás muy lejos…
―Drew ―lo interrumpió, ya cansada de su actitud―, sé que estás molesto conmigo, lo entiendo, pero no estoy dispuesta a seguir escuchándote hablarme de esa manera. Estoy aquí y es lo que cuenta.
El par de ojos verdes se entrecerraron y Drew descruzó sus brazos, lanzó un «Hmp» al aire y comenzó a alejarse de ella.
May suspiró pesadamente y se sentó en una de las bancas. Al poco tiempo alguien se sentó a su lado y con un vistazo May reconoció a Harley. ¿Por qué no la dejaban ni tomar un respiro?
―Eso fue algo bastante incómodo, sabía que estaba molesto contigo, pero creo que rompiste algo más que su pequeño corazón. Oh, cuánto drama. Espero que esto no afecte su rendimiento en el concurso, porque eso sería una pena.
―Ahora no, Harley.
―¡Pero, May… ―Le dirigió una mala mirada al coordinador, quien calló al instante, pero no quitó su sonrisa maliciosa.
May resopló irritada.
―Ambos somos profesionales, yo no dejaré que un asunto personal altere mi presentación y tampoco creo que Drew lo haga, así que puedes estar tranquilo si eso es lo que te preocupa ―respondió, casi fulminándolo con la mirada.
Era extraño volver a ver esta faceta de Harley después de tanto tiempo, creía que ya había quedado atrás cuando por fin comenzó a jugar limpio un par de concursos antes del Gran Festival de Johto.
Al parecer no. Como sea, no iba a dejar que Harley se aprovechara de su situación para jugar sucio.
Harley renunció a su semblante manipulador y colocó un puchero en sus labios, decepcionado.
―No es divertido si no caes en mis provocaciones ―se quejó―. Pero en serio creo que deberían arreglar sus problemas amorosos de una vez, porque ustedes dos están poniendo un ambiente muy pesado por aquí y no quiero que sus malas energías me arruinen el ánimo.
Harley fingió estremecerse y sacó la lengua en una señal de asco, después simplemente se levantó del asiento y como apareció, desapareció.
Lo que dijo Harley le causó curiosidad, por lo que miró a su alrededor sólo para encontrar que media sala la miraba a ella con curiosidad y la otra mitad miraba a Drew del mismo modo, quien estaba al otro lado del camerino.
Cielos, ¿por qué la gente no se podía meter en sus propios asuntos?
Ignoró las miradas como llevaba haciendo desde que puso un pie en Slateport y se llevó las manos a las sienes para masajearlas. Estaba tan mortificada.
Toda esa situación no podía ser un buen augurio para el inicio del concurso, ¿cierto?
***
Como pueden ver, nuestros lindos protagonistas están en una situación algo... tensa, hay confianza lastimada y todos sabemos que Drew no es muy sutil. No me lo odien, él también tiene su corazoncito.
Muchísimas gracias también por sus comentarios, ustedes son muy lindas , agradezco todo su apoyo y también me da mucho gusto que les haya gustado la historia. Las amo. ♡
El título lo dejo a su interpretación, para mí tiene muchos significados y me pareció el más apropiado, muchas gracias por notarlo.
Sobre el angst... quizás haya, quizás no. No es mi fuerte, pero estamos tratando con una desaparición, así que haré mi mejor esfuerzo.
Por mi parte es todo, muchas gracias por haberse pasado a leer. ¡Hasta luego! ♡
Edit: Recientemente edité el capítulo y le di a Harley un nuevo look, pero creo que no puedo hacerle justicia con mis palabras. Aquí el fanart (de @kmm_4g en twitter) de donde saqué su atuendo, amé el concepto:
- Amo este fanart de Harley:
Última edición por Birdie el Mar 8 Dic - 1:47, editado 2 veces
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Re: De vuelta a casa
HERMOSA!!
Gracias por el precioso capítulo de hoy <3
Aunque no puedo negar que fuí a buscarte en ff.net porque quise adelantarme
meper donas?
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA TE AMO.
Me encanta la magia de tu narración, como envuelves a los personajes sin cambiarles su personalidad y sin querer nos das una tela de misterio para cada uno, en especial con May. Tengo tantas preguntas y poquísimas respuestas pero a eso vamos.
Me encantas como escritora. He leído tus trabajos en este foro y amo muchísimo tu forma de escribir y lo versátil que eres, como haces la transición de emociones en medio de esta. Admiro mucho tu escrito.
El angst tampoco es mi fuerte pero con que haya drama y mucho para llorar lo vale (?
Bue, tú eres la autora y puedes hacer lo que quieras con tu arte <3
Por otro lado, el título para mí también me da muchos significados pero ese es el real toque de tu fic, podemos interpretarlo como queramos. Actualiza como gustes, tómate el tiempo. Ser ficker no es fácil, lo digo por experiencia uwu
Espero leerte pronto. ¡Saludos!
Gracias por el precioso capítulo de hoy <3
Aunque no puedo negar que fuí a buscarte en ff.net porque quise adelantarme
meper donas?
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA TE AMO.
Me encanta la magia de tu narración, como envuelves a los personajes sin cambiarles su personalidad y sin querer nos das una tela de misterio para cada uno, en especial con May. Tengo tantas preguntas y poquísimas respuestas pero a eso vamos.
Me encantas como escritora. He leído tus trabajos en este foro y amo muchísimo tu forma de escribir y lo versátil que eres, como haces la transición de emociones en medio de esta. Admiro mucho tu escrito.
El angst tampoco es mi fuerte pero con que haya drama y mucho para llorar lo vale (?
Bue, tú eres la autora y puedes hacer lo que quieras con tu arte <3
Por otro lado, el título para mí también me da muchos significados pero ese es el real toque de tu fic, podemos interpretarlo como queramos. Actualiza como gustes, tómate el tiempo. Ser ficker no es fácil, lo digo por experiencia uwu
Espero leerte pronto. ¡Saludos!
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Re: De vuelta a casa
Hello~~ :3
Una vez más, me atrapas con tu escritura. Lo que más me gusta es cómo mantienes a los personajes dentro de su personalidad, la que conocemos, pero añades esa pizca de madurez por el año que ha transcurrido, más el toque de sentimientos encontrados, angustia y demás. Haces un muy buen trabajo con ello ♡♡
Por otro lado, me causó felicidad y nostalgia la manera en que manejaste las apariciones de los pokes de May, y la de Harley, me sentí dentro de la serie de nuevo y eso fue magnífico ♡ (Harley contonéandose no podía faltar xDDD)
Por otro lado, está muy bien plasmada la situación entre May y Drew, ambos tienen razones para sentirse como se sienten en ese momento y es interesante ver cómo interactúan con ese problema de por medio =ooo
Bueno, espero conti para cuando decidas subirla, y ya quiero ver qué sucederá cuando se enteren de la noticia de Soledad~
Saludos~
P.D.: @Marié, qué comentario más bonito ♡ aunque no fuese dirigido a mí, igual me llegó. Esas palabras tan lindas son las que lo alientan a uno como escritor ♡
Una vez más, me atrapas con tu escritura. Lo que más me gusta es cómo mantienes a los personajes dentro de su personalidad, la que conocemos, pero añades esa pizca de madurez por el año que ha transcurrido, más el toque de sentimientos encontrados, angustia y demás. Haces un muy buen trabajo con ello ♡♡
Por otro lado, me causó felicidad y nostalgia la manera en que manejaste las apariciones de los pokes de May, y la de Harley, me sentí dentro de la serie de nuevo y eso fue magnífico ♡ (Harley contonéandose no podía faltar xDDD)
Por otro lado, está muy bien plasmada la situación entre May y Drew, ambos tienen razones para sentirse como se sienten en ese momento y es interesante ver cómo interactúan con ese problema de por medio =ooo
Bueno, espero conti para cuando decidas subirla, y ya quiero ver qué sucederá cuando se enteren de la noticia de Soledad~
Saludos~
P.D.: @Marié, qué comentario más bonito ♡ aunque no fuese dirigido a mí, igual me llegó. Esas palabras tan lindas son las que lo alientan a uno como escritor ♡
Cris- .::░ღAdmin~Contest.ღ░::.
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Re: De vuelta a casa
N/A: Sean bienvenidos a este desastre a punto de detonar. Agárrense de lo que sea que tengan cerca, porque se vienen cosas intensas.
(P.D.: Las líneas significan cambio de perspectiva)
| De vuelta a casa
Capítulo 2 | El concurso
Capítulo 2 | El concurso
Su pierna no dejaba de moverse mientras coordinador tras coordinador obtenían puntuaciones de 24, 25 y 26 puntos. Estaba intentando mantenerse en calma, algo que claramente no estaba funcionando. No ayudaba que su turno fuera el número cincuenta, producto de haber sido la penúltima persona en registrarse. Era inesperado saber que había alguien que se registró todavía más tarde que ella.
El participante número quince regresó a los camerinos y un miembro del staff apareció para avisar al participante número dieciséis que debía salir. Drew se levantó de su asiento sin perder la gracia y caminó hacia la puerta con las manos dentro de los bolsillos de su pantalón. Secretamente, May envidió su calma.
Cuando el escenario estuvo listo, Vivian regresó a la pantalla con una sonrisa entusiasta en el rostro.
―«Continuemos con nuestro siguiente participante; damas y caballeros, denle un gran aplauso al coordinador del momento: ¡Drew Hayden!»
El coordinador del momento, eh, repitió May en su mente, sin quitar los ojos de la pantalla.
Vivian no mentía, Drew en verdad era el coordinador del momento. El progreso de Drew durante su temporada en Kanto fue impresionante, no había una sola revista, blog o tabloide dedicado a la coordinación pokemon que no hablara de sus hermosas exhibiciones y sus batallas feroces. Todo indicaba que la Copa de Listón de ese año tendría el nombre Drew Hayden grabado en su placa, por eso fue tan sorprendente cuando, aun habiendo ganado cinco listones de forma consecutiva, el nombre de Drew no apareció en la lista de participantes del Gran Festival. Un escándalo sin duda, y el mundo no podía dejar de preguntarse por qué.
Desde entonces Drew, el chico el chico que tuvo una evolución sorprendente y abandonó la oportunidad de reclamar la Copa de Listón de Kanto, se convirtió en el coordinador del momento.
Desde su pequeño escondite, May había observado todos y cada uno de los concursos de Drew, y los de Solidad e incluso los de Harley, por eso sabía todo eso y por eso se había dado cuenta, también, del sutil cambio que Drew sufrió durante la temporada.
May no sabía cómo explicarlo, pero mientras todos se enfocaban en cómo la habilidad de Drew crecía con cada concurso, ella notó algo diferente en él, algo en la forma en la que daba sus órdenes, algo en la forma en la que miraba a la cámara, en la forma en la que no festejaba sus victorias. Era como si… como si algo faltara, pero simplemente no podía poner su dedo en qué.
La ovación del público la trajo de regreso a la realidad, Drew apareció en la pantalla junto a Vivian. Cuando sus ojos conectaron con la cámara, May contuvo la respiración y tragó saliva. Había algo diferente ahí. El Drew de los concursos en Kanto no era el mismo Drew que estaba viendo a través de la pantalla, no. Este Drew se veía… completo.
Por eso, cuando su presentación comenzó, May detuvo el movimiento intranquilo de su pierna y sus manos se asieron con fuerza en su asiento. La respiración se le atoró en la garganta. Aquí vamos.
Drew lanzó la pokebola al aire exclamando el nombre de su fiel compañera. Roserade salió de su pokebola y aterrizó con elegancia en el escenario, sus manos extendidas y un pie detrás del otro, esperando pacientemente por instrucciones. Drew se tomó su tiempo para iniciar, avivando el suspenso en los espectadores a cada segundo. Las manos de May apretaron el metal del asiento con un poco más de fuerza, impaciente.
Entonces, Drew llamó por el primer ataque.
―¡Roserade, danza de pétalos!
En un rápido movimiento, Roserade alzó sus flores y giró rápidamente en su lugar como un tornado. Cientos de pétalos rosados y destellos inundaron el escenario, dejando una dulce fragancia a rosas en el aire. Roserade dejó de girar y recibió gustosa la lluvia de pétalos y destellos, su pose denotaba poder y había una intensidad misteriosa en su mirada. Drew llamó entonces por un ataque de protección y la silueta de Roserade comenzó a resplandecer en un intenso color verde que hizo que su figura contrastara de una manera increíble con los pétalos que caían sobre ella.
Todo el mundo quedó asombrado por la belleza del pokemon que posaba elegantemente y brillaba como nunca. Un espectáculo, sin duda.
―Muy bien, Roserade, terminemos con esto. ¡Poder oculto! ―Drew alzó una mano al aire y esferas blancas de energía aparecieron y rotaron alrededor de Roserade, absorbiendo el brillo de la protección y añadiendo un efecto místico al pokemon. Las esferas parecían danzar en torno a Roserade, quien se dejaba abrazar por la luz―. ¡Hojas mágicas!
Roserade rompió su tranquilidad armoniosa y extendió sus manos, lanzando las hojas mágicas hacia las esferas de luz, destruyéndolas y haciéndolas estallar en un montón de chispazos brillantes que cayeron sobre todo el escenario. Era como ver fuegos artificiales.
Con una reverencia, Drew y Roserade dieron por finalizada su exhibición y el público simplemente enloqueció. Uno podía ver por qué Drew era el coordinador del momento. Su puntaje fue un sólido 29.5, la calificación más alta hasta ahora.
May dejó salir una expresión de asombro y el agarre en su asiento perdió fuerza. Esa presentación fue extraordinaria, sin duda alguna la belleza de Roserade robó más de un aliento, incluyendo el de ella. Esa iba a ser una presentación difícil de superar.
De pronto, May sintió a su estómago dar otro vuelco y su pierna volvió a moverse sin control. Sus manos comenzaron a temblar. Arceus, ahora estaba incluso el doble de nerviosa que antes, si el ritmo de su corazón no disminuía iba a tener un ataque ahí mismo.
Miembros del staff aparecieron en pantalla para limpiar los cientos de pétalos del escenario y el mismo hombre de antes apareció pidiendo por el siguiente coordinador, segundos después, Drew entró al camerino luciendo muy satisfecho. May se vio incapaz de dejar de mirarlo mientras él hacía su camino hacia su asiento en la esquina opuesta del camerino.
Por el rabillo del ojo, Drew la atrapó observándolo y la más pequeña de las sonrisas apareció en sus labios. May se sobresaltó y regresó rápidamente sus ojos a la pantalla, sintió un ligero calor en las mejillas. Evitó mirar hacia su esquina de la habitación durante el resto de las preliminares.
Inesperadamente, Harley era el siguiente. Por la forma en la que le sonreía a la cámara, May podía ver que Harley estaba bastante confiado.
Cacturne fue llamado al escenario, por supuesto, y Harley comenzó su presentación.
Harley ordenó a Cacturne usar pulso oscuro dirigido hacia el piso y el rayo de oscuridad creó una neblina púrpura al golpear contra el suelo, cubriendo tanto el escenario como las luces de los reflectores. El pokemon lucía siniestro en la penumbra y logró ponerles a todos la piel de gallina. Entonces, Harley ordenó que usara poder oculto. Las esferas de energía destellaron en una hilera frente a Cacturne, iluminando su rostro desde abajo y haciéndolo parecer incluso más sombrío, y luego las pulverizó golpeándolas con brazo aguja. Cada que una esfera era golpeada, un flash iluminaba al pokemon de tal forma que parecía una secuencia de pelea en la penumbra. Fue un tanto inquietante, pero los rápidos movimientos lograron dispersar gran parte de la penumbra, dejando visible nuevamente al pokemon y al coordinador. Y entre los rastros de niebla púrpura, Cacturne y Harley colocaron una mano en la cintura y así terminaron su acto.
Al público y a los jueces les tomó un momento asimilar la presentación, pero una vez que la impresión se esfumó, el estadio se llenó de vítores. Los gritos y aplausos fueron estridentes y los jueces expresaron lo impresionados que estaban por la espeluznante y creativa presentación. La puntuación de Harley fue casi tan buena como la de Drew, quedándose solo un par de puntos por detrás.
May no podía decir que Harley no sabía cómo impresionar a una audiencia, lo justo era lo justo. También había visto su progreso en Kanto, el sujeto había mejorado bastante y su desempeño en el Gran Festival, aunque no consiguió ganar la Copa, fue remarcable.
Esta era la primera vez que May se sentía intimidada por una presentación de Harley y no era un buen sentimiento.
Coordinadores continuaron siendo llamados al escenario y su turno se acercaba cada vez más. Sus nervios, sin embargo, no pensaban darle tregua y continuaron haciendo estragos en ella.
Cuando por fin la llamaron al escenario, May no prestó atención a las miradas, no prestó atención a nada más que al hecho de que sus piernas no paraban de temblar como gelatina. Tenía miedo de dar un paso en falso y caer, no sería la primera vez que se caía en un escenario, pero esta vez no creía tener las fuerzas para levantarse y seguir adelante.
Caminando por el pasillo que llevaba al escenario, May se encontró con el participante número 49, un chico llamado Jack que había hecho una genial presentación con su Ninetales. El chico la miró y le sonrió y chocó los cinco con ella, deseándole buena suerte. May no se esperaba ese gesto, pero se lo agradeció inmensamente, porque ese pequeño gesto de buena fe logró menguar un poco si nerviosismo.
Cuando volviera a los camerinos lo buscaría y le agradecería apropiadamente, pero por el momento debía concentrarse en poner un pie frente al otro para subir al escenario. Una cosa a la vez.
Vivian irradiaba vida en el escenario, pero cuando la vio en el pasillo pareció iluminarse incluso más.
―Ahora tenemos con nosotros a nuestra última concursante, una reconocida coordinadora que, después de un largo año de ausencia, hoy está aquí para volver a deleitarnos con sus fantásticas presentaciones. ¡Démosle una calurosa bienvenida a May Maple, damas y caballeros!
May se paralizó al final del pasillo. Estaba a punto de hacer su primera aparición después de un largo año de no pisar un Auditorio Pokemon, no quería arruinarlo, ¿y si su cuerpo decidía no cooperar con ella y se quedaba como un Metapod en medio del escenario, o peor… y si se resbalaba y hacía el ridículo? Su mente estaba comenzando a nublarse y sintió deseos de dar un paso atrás. Tal vez aún no estaba lista, tal vez aún necesitaba entrenar más…
Ante las palabras de Vivian, el público estalló en vítores con una emoción plausible y el estallido consiguió despertar a May de su letargo. Parpadeó repetidamente y la burbuja de negatividad en la que había estado inmersa se reventó. Echó un vistazo a las gradas y vio al público emocionado, clamando por ella.
¿Pero qué estás haciendo? No dejes que el miedo te paralice, ya llegaste hasta aquí. Cierto. Ya había llegado hasta ahí. Su pokemon habían trabajado demasiado duro para ese concurso, su se congelaba ahora, estaría tirando todo ese esfuerzo por la borda. No podía permitir eso, tenía que salir y dar todo lo que tenía, para eso estaba allí, no era momento de ser un Metapod.
Así es, saldría a darlo todo. Por sus pokemon, porque ellos lo merecían.
Exhaló con fuerza y formó una sonrisa, saludó al público con entusiasmo y le sonrió a Vivian, quien le regresó el gesto con dulzura y asintió con la cabeza dándole ánimos silenciosamente.
May miró hacia el frente y observó al público emocionado, las cámaras y el brillo de los reflectores. Inesperadamente, una oleada de calidez se expandió en su pecho y, por segunda vez en el día, casi se sintió como en casa.
¿Por qué era que le tenía tanto miedo a esto? Ella pertenecía en un escenario, sus pokemon pertenecían en un escenario. No había razón para tener miedo, solo debía confiar en sus pokemon.
Ellos confían en ti, tú confías en ellos. May dio otra exhalación profunda. Ya estaba lista.
Se acercó la pokebola a los labios y la besó antes de lanzarla al aire llamando a Blaziken. El pokemon aterrizó en el escenario con una pose imponente, tal como lo practicaron tantas veces, y la audiencia quedó en silencio, impactados por el porte del pokemon de fuego, y el espectáculo no había iniciado aún.
May sonrió sintiéndose un poco más confiada, y comenzó su presentación. Nada de tropiezos por hoy, estaba aquí para ganar.
―¡Giro de fuego, Blaziken!
Con un grito, Blaziken dejó salir un poderoso espiral de fuego que a primera vista parecía incontrolable. Una enorme pared de fuego cubrió el escenario por completo y Blaziken desapareció dentro de las llamas, pero el fuego se mantuvo firme en su lugar. Blaziken estaba haciendo un trabajo increíble controlándolo.
May le ordenó un salto y su pokemon salió de entre las llamas haciendo una pose y dando un grito de batalla.
―¡Ahora, haz patada de fuego y rompe esas llamas!
Blaziken cumplió sin gastar un segundo, sus poderosas piernas se iluminaron en el aire, hizo un medio giro y partió la muralla de fuego con una veloz patada. Sus piernas crearon chispas anaranjadas al impactar con la arena, una cortina de humo se levantó y la muralla de llamas se convirtió en pequeñas basas que brillaron entre el humo, rodeando al pokemon y desapareciendo segundos después.
Por un momento el auditorio se silenció, pero entonces el estadio pareció temblar por la ovación del público. Vítores, gritos, chiflidos y aplausos. Fue una presentación dramática y ardiente, según las palabras de Vivian y los jueces; se había encargado de crear un espectáculo increíble con tan solo tres movimientos y eso los impresionó. No pudo contener su emoción cuando su calificación llegó a 29.4, muy cerca de los treinta puntos: la calificación más alta que había obtenido nunca.
La emoción del público le llenó el pecho de una sensación en extremo gratificante, casi se sintió eufórica por el asombroso recibimiento. Chocó los cinco con Blaziken y luego lo abrazó con fuerza diciéndole lo genial que había estado. Su pokemon le respondió con la misma emoción.
May Maple estaba de vuelta en acción.
Por toda la euforia del momento, nadie notó su figura recargada en el pasillo que conducía al escenario.
Había sido una buena decisión salir a ver su presentación en persona, definitivamente una pantalla no podría haberle hecho justicia a su actuación. May había estado brillante. Drew no sabía cómo lo hacía, pero ella siempre había tenido una capacidad increíble para sorprenderlo y, aun a pesar de todo, hoy se las había arreglado para hacerlo de nuevo.
Drew cerró sus ojos y reprimió una sonrisa. Después de todo, tal vez May realmente no necesitaba suerte.
En su camino de regreso a los camerinos, Drew sintió algo despertar dentro de su pecho, algo que llevaba mucho tiempo dormido, y por primera vez en mucho tiempo no luchó contra ese sentimiento.
De vuelta en los camerinos, May recibió varios cumplidos y un par de coordinadores se acercaron a felicitarla por su presentación y a decirle cuánto admiraban su trabajo. Después de tanto tiempo fuera del medio, May se sintió un poco abrumada por todos los halagos e incluso consiguieron ruborizarla, pero a pesar de eso estaba feliz.
Inconscientemente su mirada buscó a Drew, pero no lo vio por ningún lado. A quien sí vio fue a Jack, el chico que le había dado ánimos en el pasillo, sentado y mirando a Vivian hablar con los jueces por la pantalla. May se disculpó con todos los que la rodeaban y salió del círculo, tenía que ir a agradecerle por el apoyo.
Se sentó junto a él y Jack inmediatamente reparó en su presencia.
―Hey, parece que eres bastante popular ―saludó él, May le sonrió.
―Gracias por lo de antes, me ayudaste mucho a calmar mis nervios.
Los ojos oscuros del coordinador la observaron con simpatía.
―No tienes nada que agradecer ―dijo con modestia―. Admiro mucho tu estilo desde hace tiempo, es genial poder participar en el mismo concurso que tú, pero te veías frustrada luego de tu discusión con Drew. Intentar animarte era lo menos que podía hacer.
Mira eso, un admirador. May le ofreció una sonrisa genuina.
―Te lo agradezco. Y, por cierto, tu Ninetales es precioso, su pelaje se ve muy suave y brillante.
―Oh, me honra oír eso viniendo de ti. Tu presentación fue grandiosa, tu Blaziken se ve tan poderoso y sus movimientos fueron impecables, casi me siento intimidado.
Ella rio suavemente.
―¡No tienes porqué! Tu presentación también fue maravillosa, el modo en que el pelaje de Ninetales brillaba entre las llamas era…
―¿Oh? ¿Pero qué están viendo mis ojos? ¿Debería advertir a tu noviecito de esto, May? ―como si hubiera salido de la nada, Harley apareció frente a ellos con una expresión dramática en el rostro, interrumpiéndola.
Jack la miró curioso y May solo negó con la cabeza, visiblemente irritada.
―Harley…
―Está bien, está bien. No diré nada, no te enciendas, Voltrob ―se burló, pero toda socarronería desapareció de sus facciones cuando sonrió desdeñoso y sus ojos aguamarina reflejaron desprecio―. A ti te gusta llamar la atención, ¿cierto? En realidad, tu pequeño acto no fue tan impresionante, solo fue algo de fuego y patadas, ¡ja! No sé cómo pudo superar a mi precioso Cacturne, esos jueces deben estar mal de la vista.
May resopló, pero solo lo miró desafiante. Ahora mismo se sentía indispuesta a entrar al jueguito provocativo de Harley, no iba a dejar que arruinara su buen humor. Que dijera lo que quisiera.
Sin embargo, Jack no pensaba lo mismo.
―¡Oye, tú…!
May lo detuvo justo ahí, lo menos que quería ahora era que Harley comenzara con sus juegos sucios. Jack se veía como una buena persona, él no necesitaba a alguien como Harley atormentándolo. Hoy quería llevar la fiesta en paz.
―Está bien, Jack. Harley es así, es mejor ignorarlo.
Los ojos aguamarina del coordinador se dirigieron hacia Jack como si apenas reparara en su presencia y lo registró despectivamente con la mirada.
―Ah, eres el tipo del Ninetales… tu presentación tampoco fue para tanto ―Harley se miró las uñas, despreciativo. Jack abrió la boca, sintiéndose bastante ofendido, pero antes de que siquiera pudiera decir una palabra, Harley simplemente decidió irse con un «chaito~».
Mientras Harley caminaba lejos contoneando sus caderas pomposamente, Jack miró a May luciendo totalmente indignado.
―¿Qué demonios pasa con ese sujeto? Quiero golpearlo.
―Créeme, entiendo el sentimiento.
May se masajeó las sienes, de pronto le dolía la cabeza.
El rostro de Vivian regresó a la pantalla y su voz irrumpió por los altavoces, atrayendo la atención de todos.
―«¡Bien! La ronda preliminar ha terminado, en un momento anunciaremos quienes pasaron a la segunda ronda.»
Y con esas palabras la tensión creció dentro de los camerinos.
Los resultados estaban tardando un poco, solamente ocho coordinadores serían elegidos y había algunas calificaciones que estaban muy parejas. May estaba tranquila por los resultados, lo que la tenía nerviosa era pensar quién sería su oponente para la segunda ronda. Si era cualquier persona estaba segura de que podría arreglárselas, pero si su oponente resultaba ser Drew… no sabía si estaba preparada para eso.
Su pierna subía y bajaba rápidamente con nerviosismo, la espera la estaba matando y de pronto estaba sintiendo unas urgentes ganas de usar el baño.
Su vejiga tenía que estar bromeando, ¿justo ahora?
Sabía que no podría aguantar por mucho tiempo; si tenía que ir, tenía que ir. Desventajas de tener una vejiga pequeña.
May se levantó de su asiento y con eso atrajo varias miradas, incluidas las de Drew, quien estaba sentado en su esquina del camerino con una calma aterrador; Harley, que limaba sus uñas con desinterés; y Jack. May se volvió hacia Jack, decidiendo ignorar a los otros dos.
―Necesito usar el baño, ya vuelvo.
―¿Ahora?
―Son los nervios, no me tardo.
May salió de ahí bajo la mirada de todos los coordinadores. En serio esperaba con ansias el día en que dejaran de mirarla de ese modo, estaba cansándose de ello.
En fin. Tenía que apurarse, no creía que los jueces se tardaran mucho en elegir a los participantes y anunciar las parejas para las batallas. Sin embargo, May vio algo que bien pudo ser una muy mala pasada de su suerte: el baño para los coordinadores estaba fuera de servicio. En el nombre de Mew, ¿quién rayos limpiaba los baños mientras había un concurso?
No puedo creer que esto esté pasando, se lamentó regresando por donde vino. Si no mal recordaba, había un baño en la recepción. Ese tendría que servir, si corría podía llegar a tiempo.
En serio, que mal momento eligió su vejiga para querer vaciarse.
Una vez que llegó a los baños los encontró vacíos. Perfecto. Hizo rápido sus necesidades y lavó sus manos. Se tomó unos segundos para verse en el espejo y encontró un brillo en sus ojos que hace tiempo no veía, también se acomodó un poco el cabello antes de salir de ahí.
En la recepción había una pantalla por la cual estaban transmitiendo el concurso, los jueces ya habían deliberado quienes pasaban a la segunda ronda. Drew estaba en el primer lugar y enseguida estaban ella y Harley, Jack también había pasado. Pero la felicidad de verse en el segundo lugar le duró poco porque inmediatamente se dio paso a la lista de batallas, y… Arceus, su suerte apestaba tanto que su rival a enfrentar era nada más y nada menos que Drew.
May sintió a su estómago estrujarse y su ritmo cardiaco aumentó. ¿En su vida pasada había sido parte del equipo Rocket o por qué parecía que la vida estaba castigándola? Al menos su batalla era la última, utilizaría esos quince minutos para calmarse un poco. Si se le ocurría presentarse así de alterada estaba segura de que el resultado sería desastroso.
Suspiró con pesadez y se lamentó silenciosamente. Realmente extrañaba su casa.
Estuvo a punto de regresar al camerino cuando un inquietante alarido rompió el agradable silencio que había en la recepción.
―¡SLOW-SLOW!
May dio un respingo. La agonía en ese aullido le puso los vellos de punta.
Se empezó a escuchar mucho ruido desde afuera, eran bramidos de un pokemon que parecía desesperado. Las demás personas de la recepción también lo notaron y todos centraron su atención en la entrada.
El ruido se fue intensificando hasta que las puertas automáticas del edificio se abrieron y por ellas apareció un Slowbro que parecía estar sufriendo de un ataque de ansiedad. El pokemon gritaba con tal intensidad que asustó a todos, sus manos se movían por su rostro con desesperación y sus ojos estaban desorbitados.
May sintió una sensación de familiaridad emanando de ese Slowbro. Lo había visto antes, pero estando en ese estado no lograba recordar dónde.
Todos en la recepción parecían paralizados, casi horrorizados por el estado catatónico del pokemon. May frunció el ceño, ¿es que nadie iba a ayudarlo? Bien, entonces lo haría ella, la impresión no iba a detenerla de ayudar a esa pobre creatura.
Sabía más o menos que hacer en estas situaciones, su Wartortle solía sufrir pequeños ataques de pánico debido a su ansiedad cuando era un Squirtle, por lo que había aprendido a tratar con ellos. Pero ese Slowbro no era su pequeño Squirtle, no sabía si funcionaría lo que estaba por hacer.
May se acercó al pokemon a pasos lentos y le pidió a todos los demás que se mantuvieran alejados para evitar estresarlo más y también para evitar desastres por si las cosas se complicaban. Cuando estuvo suficientemente cerca, le sonrió dulcemente.
―Hey, hola, amigo ―mantuvo su voz suave y tranquila para evitar alterarlo más―. Mi nombre es May. Estás a salvo ahora, Slowbro, nadie aquí va a hacerte daño. Intenta respirar profundo, ¿sí? Así.
May dio inhalaciones y exhalaciones profundas repetidamente, pero el pokemon no estuvo ni siquiera cerca de escucharla, seguía bastante alterado y sus gritos sólo se intensificaban. Era doloroso verlo en ese estado.
Lo siguiente que haría era algo peligroso, pero no podía dejar a ese Slowbro sufriendo de esa manera, así que igualmente se aventuró.
―Slowbro mírame, estás a salvo aquí, ¿de acuerdo? No voy a dañarte, sólo quiero ayudar… ―May intentó acariciar la cabeza del pokemon, pero lo único que consiguió fue un fuerte arañazo. May jadeo y se acarició la mano.
No estaba funcionando, su Squirtle normalmente se tranquilizaba cuando ella le aseguraba que nada iba a pasarle. Había que recurrir al plan B entonces.
Se dirigió a las personas en la recepción.
―¿Alguien tiene un pokemon que pueda usar somnífero? Necesito llevarlo al Centro Pokemon, no creo poder calmarlo ―May preguntó, alejándose unos pasos del pokemon, el cual no hacía más que aumentar su histeria a cada segundo que pasaba. Todos temían que en cualquier momento empezara a soltar ataques al azar.
A May le dolía verlo así, ¿por qué estaba tan estresado? ¿Qué podría tenerlo en ese estado? ¿Por qué no la dejaba acercarse? Más intrigante aún, ¿por qué sentía que conocía a este pokemon?
―Yo ―un chico sacó un Shroomish de su pokebola. El pokemon hierba observó perturbado el comportamiento del Slowbro y miró a su entrenador con ojos asustados, no parecía entender ni un poco de lo estaba gritando el pokemon acuático―. Amigo, usa somnífero en ese Slowbro.
Shroomish obedeció sin rechistar, las esporas color violeta tardaron un poco en hacer efecto en Slowbro, que parecía resistirse, pero al final cayó rendido al suelo. Todos miraron al pokemon inconsciente, preguntándose qué le sucedía.
―Gracias ―le dijo al chico del Shroomish, el cual sólo sonrió débilmente en respuesta.
―Amigo, ¿entendiste algo de lo que decía ese Slowbro? ―preguntó él a su pokemon, quien negó mientras portaba una expresión preocupada.
Para que ni siquiera los pokemon pudieran entender lo que decía, algo realmente malo debió pasarle, pensó May.
Se acercó al pokemon para revisarlo, tenía algunas heridas y raspones, pero nada que pareciera demasiado grave, aun así, el Slowbro se veía en muy mal estado. Mientras lo inspeccionaba en busca de más heridas, May supo por qué el pokemon le resultaba tan familiar, lo supo por la marca tan singular que tenía en su caparazón. El descubrimiento la golpeó con fuerza.
Es el Slowbro de Solidad.
―«¡La batalla ha terminado, Harley pasa a la tercera etapa! ¡Qué batalla, tengo los vellos de punta!»
May giró la cabeza hacia la pantalla, casi con espanto. ¡Es verdad! ¡Estaba en medio de un concurso! ¿Qué debía hacer ahora? No podía llevar a Slowbro en ese estado a los camerinos con ella, mucho menos en la recepción, pero tampoco podía simplemente abandonar el concurso o Drew iba a comérsela viva. ¿Debía quedarse con él? ¿Debía dejarlo en las manos de otra persona?
Tenía muy poco tiempo para decidir y el ver la cuenta regresiva del marcador no estaba haciendo nada por calmar su ansiedad. No podía pensar claramente, tenía demasiadas preguntas.
¿Por qué está aquí el Slowbro de Solidad? ¿Por qué estaba tan alterado? ¿Por qué Solidad no está con él? Tengo que regresar al concurso, pero ¿qué debo hacer con Slowbro? ¿Debo ir a buscar a Solidad? ¿Tengo tiempo suficiente?
―Slow… slowbro…
El pokemon se removió entre sueños, parecía estar teniendo una pesadilla, estaba sudando mucho. May mordió su labio inferior con fuerza.
Sabía qué era lo correcto por hacer: definitivamente no podía dejar al Slowbro de Solidad en otras manos, su listón podía esperar. Realmente nunca tuvo otra opción.
Antes de que pudiera arrepentirse de su decisión, May llamó a Blaziken para que la ayudara a cargar a Slowbro hasta el Centro Pokemon.
Drew se mordió el interior de la mejilla cuando su vista se desvió hacia la puerta del camerino, de nuevo. Ya había perdido la cuenta de las veces que se había obligado a mirar a la pantalla. Se supone que tenía que estar observando las batallas, maldición, ¿por qué seguía mirando hacia la puerta?
La batalla que estaba en curso era la del chico con el que May había estado conversando. No estaba prestando mucha atención, claramente, pero por lo poco que había estado observando podía decir que el estilo de batalla del chico no estaba hecho para los concursos. El tipo iba por el knock-out y no se preocupaba por robar puntos con sus ataques, es por eso que su oponente iba en la delantera.
Su demostración en la segunda ronda seguro era decepcionante en comparación con su presentación en las preliminares. Su pokemon no era el problema, ese Ninetales irradiaba elegancia y poder y su velocidad era admirable, quien carecía de habilidad para dar una buena pelea era el entrenador. El tipo estaba desperdiciando el potencial de su pokemon de una manera muy estúpida, claramente era un novato.
La pelea terminó pronto, el chorro de agua había sido un golpe directo y muy efectivo contra Ninetales y la cola de hierro que le siguió fue el golpe final. Decepcionante, en serio.
Drew negó con la cabeza y su mirada automáticamente cayó en la puerta de camerino. De nuevo. Esta vez no pudo detener el bufido que escapó de sus labios y decidió dejar de fingir que no sabía por qué su mirada seguía dirigiéndose hacia allí.
Oficialmente habían pasado diez minutos desde que May había salido por esa puerta a Arceus-sabrá-dónde. No podía creer que May fuera tan despreocupada para desaparecer antes de que dieran los resultados de la primera ronda, pero ¿desaparecer durante las batallas también? Eso era otro nivel de imprudencia. ¿Acaso estaba evitándolo? ¿De nuevo estaba huyendo de él? Francamente, Drew estaba harto de eso. Emparejarlos para pelear en la primera ronda parecía un capricho cruel del destino, pero no les quedaba más remedio que afrontarlo. May tenía que dejar de huir y tenía que entender que tarde o temprano iban a enfrentarse, posponerlo solamente empeoraba las cosas.
Drew reprimió una sonrisa amarga cuando notó el doble filo que escondían sus pensamientos.
No era un secreto que los concursos pokemon eran lo más importante para él, vivía por y para ellos, y no estaba dispuesto a permitir que el desastre que eran sus emociones se interpusieran entre él y su sueño. Por eso había estado evitando pensar en ella lo mejor que podía. Pensar en May solo traía problemas, era desenterrar cosas con las que no estaba dispuesto a lidiar. Los concursos eran su prioridad, no tenía tiempo para dejar que sus emociones arruinaran el esfuerzo de sus pokemon. Esa siempre había sido su filosofía. Pero en cuanto Drew la vio aparecerse en el Centro Pokemon ayer por la mañana, su filosofía se fue al demonio.
Ver a May frente a él con esa mirada llena de determinación que no sabía que había extrañado con desesperación fue como romper el sello que mantenía sus emociones a raya, algo hizo clic dentro de él, el entumecimiento al que se había sometido se esfumó y de pronto todo era un desastre.
Tenía muchos sentimientos contradictorios y tratar de entender todo lo que sentía era confuso y problemático, así que se escudó en la ola que más fuerte lo sacudió: la decepción; y al final terminó comportándose como un cretino con ella.
Las cosas no estaban bien entre ellos, era cierto, pero el concurso era su prioridad y Drew no planeaba dejar que sus problemas personales arruinaran el esfuerzo que Roserade había puesto en sus entrenamientos y esperaba que May tampoco. Eran profesionales… él lo era, al menos. Tal vez estaba esperando demasiado de ella.
―«¡Y Beautifly contraataca con una extraña combinación de hilo y as aéreo! Me pregunto qué tendrá Cass en mente».
Drew parpadeó, saliendo de sus pensamientos y dirigiendo la mirada a la pantalla. Quedaban menos de treinta segundos de la batalla actual y él no pudo evitar preguntarse si realmente había estado mirando la puerta de los camerinos durante cinco minutos completos.
―«¡Qué increíble, la hidrobomba de Azumarill da en el blanco y repele el hilo de Beautifly!... Y lo jueces declaran a Beautifly fuera de combate. ¡Nathan y Azumarill son los vencedores!» ―exclamó Vivian con entusiasmo―. «¡Ahora demos paso a la siguiente batalla!».
Es hora.
Drew se levantó de su asiento y las miradas lo siguieron de cerca. A los ojos de todos Drew Hayden parecía imperturbable, como si su oponente no hubiese salido por esa puerta quince minutos atrás y aún no hubiese regresado. Por dentro, sin embargo, estaba muy lejos de sentirse de esa forma. No sabía si era una buena señal el que May no haya regresado a los camerinos, lo ponía un poco ansioso y no le agradaba. Drew Hayden no sentía nervios y mucho menos ansiedad.
Mientras caminaba por el pasillo hacia el escenario, a cada paso deseaba con más fuerza que May estuviese en el pasillo contrario, preparada para ofrecer una buena batalla.
Desde que supo que ella iba a participar en el concurso un sentimiento complicado se había instalado en su pecho. Tal vez no era solo uno, no estaba seguro, desde su conversación con ella el día anterior sus emociones eran un desastre y era demasiado problemático tener que lidiar con eso teniendo el concurso en la puerta, así que simplemente estaba tratando de ignorar lo que sentía, eso no evitaba que por momentos alguno de esos sentimientos tomara el dominio. Sin embargo, de algo estaba seguro: cuando la vio brillar en el escenario, algo se encendió dentro de él, algo que llevaba mucho tiempo intentando apagar. Por primera vez en mucho tiempo, Drew sintió que debía dar todo lo que tenía en este concurso.
Pero cuando tomó su puesto en la arena no vio rastros de ella por ningún lado, el puesto frente a él estaba vacío. Drew resistió sus ganas de mover sus manos y miró intensamente el pasillo vacío al otro lado del escenario.
Todo el mundo estaba confundido y el público comenzó a murmurar. Los jueces se miraron entre sí sin saber qué hacer. Todos estaban preguntándose lo mismo: ¿en dónde está May?
Drew cerró ambos ojos y adentró sus manos en sus bolsillos, las cuales se volvieron puños. No perdería la compostura, no lo haría, aunque por dentro la ira se estuviese alzando con fuerza no iba a demostrarlo.
Vivian se acercó al micrófono, sostenía nerviosamente un pañuelo en su otra mano y su sonrisa temblaba en las esquinas.
―Ah, ¿May? Es tu turno, linda… ¿May? ―Vivian llamó por el micrófono más de una vez, pero May no apareció ni siquiera minutos después del llamado. La tensión era palpable en el auditorio―. Ejem… bueno… esto es nuevo, parece que May ha decidido no presentarse, así que… supongo que Drew pasa a la siguiente ronda, uh… ―La mujer lució tremendamente indecisa acerca de si debía felicitar al chico por eso y miró a los jueces en busca de ayuda. El Sr. Contesta negó con la cabeza.
El rostro de Drew apareció en el marcador, pero nadie aplaudió o hizo ruido alguno. El recinto entero estaba en silencio, cada uno más desconcertado que el otro. Contesta y Sukizo se miraban el uno al otro, inconformes; Vivian y la enfermera Joy compartieron una mirada preocupada.
Drew dejó el escenario en silencio, luciendo indiferente, pero su postura se descompuso una vez que las cámaras y los reflectores dejaron de estar sobre él. Sus labios se apretaron, su ceño se frunció y sus respiraciones se hicieron audibles.
Lo sabía, lo presintió desde el principio, lo supo cuando la vio tan nerviosa y frustrada en el camerino. Ella no iba a presentarse. Ya lo sabía… y si lo sabía, ¿entonces por qué se sentía tan decepcionado?
***
Esto se puso bueno.
Les juro que yo no sé de donde viene todo este drama.
Ustedes son las personas más dulces y lindas que he conocido por internet, en serio. Muchas gracias por tomarse el tiempo de leer y comentar algo bonito , yo las amo. <333
Espero de corazón que les haya gustado. Cuídense mucho. <3
¡Nos vemos!
Por supuesto que Harley cantonéandose no podía faltar xD
Última edición por Birdie el Mar 8 Dic - 0:37, editado 1 vez
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Re: De vuelta a casa
AAAAAAAAAAAAA TE AMOOOOOOO
-primera en comentar-
No sé porqué tengo la sensación que Jack estará involucrado con May, no sé, me da esa impresión. Además, ahora se vendrá lo bueno.
Me sentí ansiosa por el encuentro de May y Slowbro, sentí pánico al leer ese momento. No obstante, siento mucha pena por Drew y su decepción a nuestra bebé castaña. Lo que me da esperanza de saber es como se sentirá cuando se entere lo de Slowbro y la desaparición de su mejor amiga.
Pero dejando a nuestros personajes, vuelvo a rescatar tu narrativa. Sentí todas esas emociones tan reales que en verdad tuve que beber un poco de agua para calmarme. Me encanta eso porque me conecto mejor con un personaje y todo su sentir. Es magnífico.
Créeme que estoy muy emocionada por ver todo el drama venir y más aún el tema que Drew y May tienen pendiente.
No puedo dejar de felicitarte, eres magnífica en lo que haces.
Espero leerte pronto en una nueva actualización <3 ¡Saludos!
-primera en comentar-
No sé porqué tengo la sensación que Jack estará involucrado con May, no sé, me da esa impresión. Además, ahora se vendrá lo bueno.
Me sentí ansiosa por el encuentro de May y Slowbro, sentí pánico al leer ese momento. No obstante, siento mucha pena por Drew y su decepción a nuestra bebé castaña. Lo que me da esperanza de saber es como se sentirá cuando se entere lo de Slowbro y la desaparición de su mejor amiga.
Pero dejando a nuestros personajes, vuelvo a rescatar tu narrativa. Sentí todas esas emociones tan reales que en verdad tuve que beber un poco de agua para calmarme. Me encanta eso porque me conecto mejor con un personaje y todo su sentir. Es magnífico.
Créeme que estoy muy emocionada por ver todo el drama venir y más aún el tema que Drew y May tienen pendiente.
No puedo dejar de felicitarte, eres magnífica en lo que haces.
Espero leerte pronto en una nueva actualización <3 ¡Saludos!
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Re: De vuelta a casa
aunque no re conozco todavía me alegra que estés de vuelta de verdad te mando un gran beso enorme.
Rebienvenida. Seguramente esta historia dará por ver seguro , escribes muy lindo.
Rebienvenida. Seguramente esta historia dará por ver seguro , escribes muy lindo.
Re: De vuelta a casa
Creo que me he convertido en una máquina que no deja de sacar ideas para one-shots contest, pero la universidad me tiene loca con tanta tarea y no puedo concentrarme en escribirlas.
Después de su batalla, Jack estrechó la mano del entrenador del Vaporeon que venció a su Ninetails y regresó a los camerinos con la única intención de desearle buena suerte a May y decirle que la estaría viendo desde las gradas. Pero ya llevaba un rato en el camerino, casi era hora de su batalla y May aún no regresaba del baño.
Era muy extraño, ¿qué tanto podía tardar en el baño alguien con su complexión, después de todo?
Le echó un vistazo a Drew, quien estaba del otro lado del camerino, en busca de alguna señal. Tal vez era normal que May desapareciera antes de sus batallas y regresara a tiempo para pelear, pero la escalofriante calma del coordinador no lo ayudó a encontrar una respuesta, y la verdad, no estaba dispuesto a interrumpir los pensamientos de alguien con esa intensidad en la mirada.
Para ser honesto, Drew siempre lo había intimidado un poco. Lo admiraba, por supuesto, pero admiraba aún más a May por ser capaz de darle cara al chico.
Cuando vio que los siguientes participantes abandonaban el camerino para tomar sus posiciones, Jack se hartó de esperar y decidió salir a buscar a May. Quizás ella solo estaba intentando sacudirse los nervios y había perdido la noción del tiempo, eso solía suceder.
Se dirigió hacia la recepción lo más rápido que pudo.
En la recepción notó algo de tensión, había pocas personas ahí y por alguna razón todos parecían alterados; conversaban a susurros entre sí, se veían nerviosos. Le pareció extraño, pero decidió que podía dejar las preguntas para después, primero tenía que encontrar a May.
Sacudió su cabeza, obligándose a concentrarse, y se acercó a los baños. Dudó un poco antes de llamar a la puerta de los baños de mujeres; estaba seguro de que incomodaría a las chicas que estuvieran dentro, pero en serio necesitaba encontrar a la coordinadora extraviada.
Tocó la madera con sus nudillos.
―¿May? ―Jack no recibió respuesta―. ¿May estás ahí? Casi es hora de tu batalla, vas a llegar tarde… ¿May?
Antes de que pudiese tocar de nuevo, la puerta del baño se abrió de súbito y Jack se echó dos pasos hacia atrás. Una chica de cabello rubio, gafas y pecas se asomó por la puerta, sus mejillas estaban algo rojas y no lo miraba a los ojos.
―Am… no hay nadie más adentro, sólo yo.
―Ah, lo siento ―se disculpó, avergonzado, y la rubia volvió a cerrar la puerta.
Jack suspiró y dio vueltas por la recepción. Maldición, ¿dónde podía haberse metido si no estaba ahí? No recordaba que hubiera otros baños en el edificio, y la verdad no creía que May fuera una naturalista.
La batalla actual estaba por terminar, la siguiente era la de May.
Si no se presentaba sería descalificada… demonios, y justo después de decidir regresar a los concursos…
¿Y si lo del baño había sido una excusa?
Ya se había ausentado de los concursos por un año, no sonaba tan descabellado que se haya arrepentido de regresar. ¿Pero su desaparición tendría que ver con su año de ausencia? ¿Tendría que ver con Drew y su discusión de más temprano?
Jack se revolvió el cabello y decidió sentarse un momento, necesitaba pensar y estar de pie solamente lo hacía ponerse ansioso, aunque la voz de Vivian a través de la pantalla que estaba en la recepción tampoco estaba ayudándolo a aclarar su mente, menos si no dejaba de contar los minutos que restaban.
Demonios, May, ¿dónde te metiste?
Se sentó junto a un par de chicos que no dejaban de hablar en susurros, ambos se veían agitados y algo angustiados. Bueno, todos en la recepción se veían igual, en realidad.
Jack se detuvo un momento a conectar puntos mientras se frotaba la nuca, ansioso. Se detuvo cuando una posibilidad le cruzó por la mente: era más que seguro que algo había ocurrido en esa recepción, algo lo suficientemente impactante para dejar a todos los presentes en una especie de shock, ¿tendría eso que pasó algo que ver con el hecho de que May no aparecía?
No había mucho sentido en su conexión, pero justo ahora no estaba para pensar en lógica. Así que se encogió de hombros mentalmente y se inmiscuyó sin pudor en la conversación de los sujetos con los que compartía banca.
―¿Ustedes saben por qué todos se ven tan alterados? ―preguntó con interés, interrumpiendo el intercambio de susurros de los dos sujetos.
Ellos detuvieron su charla y lo miraron, el reconocimiento brilló en los ojos del que estaba más cerca.
―Hey, eres el tipo del Ninetails.
―Sí, soy el del Ninetails ―Jack le restó importancia con un ademán de su mano y desvió el tema de vuelta a lo que le interesaba―. Entonces, ¿saben qué sucedió?
Los desconocidos se giraron y se inclinaron hacia adelante, Jack los imitó y entre los tres formaron una burbuja más confidencial.
―Hace unos minutos apareció un Slowbro muy alterado, parecía que tenía un ataque de ansiedad o algo así. Una chica intentó calmarlo, pero al final tuvieron que dejarlo inconsciente para poder llevarlo al Centro Pokemon ―explicó brevemente el mismo chico de antes, luego se llevó la mano a la frente, consternado―. Pero amigo, debiste verlo. Ese Slowbro parecía poseído, gritaba como loco, estaba fuera de sí.
―Espera, espera… dijiste que una chica intentó calmarlo, ¿cómo era ella?
El chico frunció el ceño confundido, fue el segundo sujeto el que le respondió.
―Era castaña y tenía ojos azules, era bastante guapa. Me pidió ayuda para tranquilizarlo y luego ella y su Blaziken se llevaron al Slowbro al Centro Pokemon. Fue una locura.
May.
Jack sonrió y se levantó de golpe de su asiento, los dos chicos lo miraron extraño, pero a él le importó muy poco. Quién habría imaginado que esa coordinadora resultaría tan problemática.
―Gracias ―dijo y salió corriendo hacia el Centro Pokemon.
May observó atentamente cómo la chica que hacía de remplazo de la enfermera Joy le vendaba la mano donde Slowbro la había arañado. Ni siquiera se había percatado de que había comenzado a sangrar hasta que la enfermera lo señaló.
Slowbro ya estaba siendo tratado por el Chansey de la enfermera. Según lo que le dijeron, necesitaban hacerle algunos estudios para comprobar si lo que había causado su conducta era algún factor externo o si sólo sufría de mucho estrés. Lo que sea que fuera, tendría que esperar para saber la respuesta.
―Ya está ―la enfermera terminó de vendar su mano y le sonrió―. El rasguño no es profundo, no creo que deje una marca.
―Gracias.
―Por nada ―la enfermera se puso de pie―. Ahora iré a revisar cómo va Chansey con tu Slowbro, hiciste bien en traerlo aquí.
May asintió y puso todo su esfuerzo en sonreírle de vuelta a la enfermera de remplazo. Luego de que ella se fuera, May se recargó con cansancio en el brazo de Blaziken, quien había insistido en quedarse fuera de la pokebola porque no quería dejarla sola.
May cerró los ojos, sintiéndose culpable, y cansada y confundida y estresada. Tenía muchos sentimientos enredándose en su cabeza, uno más y comenzaría a gritar.
―Lo lamento, Blaziken, sé que estabas emocionado por este concurso…
El pokemon negó con su cabeza con tranquilidad, diciéndole que no se preocupara por eso, pero, aun así, May no podía evitar sentirse mal. Ambos se quedaron en silencio, tan solo se dedicaron a esperar nuevas noticias sobre Slowbro.
La situación era tan extraña, por más que lo pensara, simplemente no lograba encontrar una razón para que Slowbro sufriera una crisis nerviosa de ese nivel ni tampoco de por qué Solidad no estaba con él. May estaba cien por ciento segura de que ese Slowbro era el de Solidad, lo había visto cientos de veces antes y la marca que tenía en su caparazón era inconfundible.
¿Dónde? ¿Cómo? ¿Por qué? Ninguna de esas preguntas tenía respuesta, y a decir verdad su cabeza ya no le daba para más. Estaba estresada, nerviosa, ansiosa y muy preocupada, y sentía ese horrible nudo en su estómago por haber abandonado el concurso. No podía dejar de preguntarse qué estarían pensando los jueces, Drew e incluso Harley… ¡Oh, cielos, Jack! ¿Qué había pasado con Jack?
Tampoco sabía qué le diría a sus padres y a Max, que seguramente también estaban viendo el concurso por televisión, y seguramente también habría un artículo completo sobre esto en la revista de Coordinador Mensual- como si no fuera suficiente con el análisis completo que hicieron cuando desapareció todo el año pasado, realmente no había necesidad de eso.
Estaba hundida hasta el cuello de problemas, no quería ni pensar en ellos.
―¿En qué momento todo comenzó a complicarse? ―se lamentó, enterrando su rostro en el plumaje del brazo de Blaziken.
―¡May!
La castaña alzó la mirada y observó a Jack entrando agitado al Centro Pokemon, tenía el cabello revuelto, como si se lo hubiese desordenado con las manos varias veces, y jadeaba con fuerza.
―Al fin te… te encuentro… tu… batalla… Drew… ―Jack se dobló sobre su estómago y descansó una mano sobre su rodilla, con la otra le pedía un minuto. Cuando pudo respirar con normalidad, la miró reprobatoriamente―. ¡¿Dónde estabas?! ¡Tu batalla con Drew está por comenzar!
May revisó la hora en el reloj de pared.
―Creo que más bien ya terminó. ―Se llevó una mano a la frente y suspiró―. ¿Qué haces aquí, Jack? ¿Y qué sucedió con tu batalla? Lo siento por no haber estado allí para desearte suerte.
―Perdí mi batalla.
―Oh, lo lamento.
―Es agua pasada. De todos modos, contigo y con Drew en el concurso no estaba esperando ganar ―desacreditó con un ademán de la mano, se sentó junto a ella y puso los codos en sus rodillas―. ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Por qué no te presentaste a tu batalla?
―Es… complicado. El pokemon de una amiga apareció de pronto teniendo un ataque de ansiedad y estaba herido. Todavía no tengo noticias y, a decir verdad, no creo que las haya pronto.
―¿Y tu amiga dónde está?
―No lo sé…
Jack frunció el ceño, confundido, todavía respiraba algo rápido. May podía ver las preguntas formulándose en su cabeza. No lo culpaba, toda la situación parecía carecer de sentido alguno, ella misma estaba infestada de interrogantes.
Él abrió la boca para decir algo, pero no alcanzó a decir una palabra cuando alguien entró escandalosamente en el Centro Pokemon. Era una chica y estaba llena de rasguños, tierra y sangre, también jadeaba dolorosamente rápido.
―Por todos los infiernos, ¿dónde está la enfermera Joy? ―la escucharon decir.
May alcanzó a ver manchas rojas en la ropa y el brazo izquierdo de la chica y su cabello oscuro estaba lleno de ramitas y hojas. Se veía como si se hubiese arrastrado por el bosque.
―¿Olivia? ―inquirió Jack con desconcierto, sorprendiendo a May.
―¿La conoces? ―preguntó a Jack, él solamente asintió, pero May pudo ver cómo su ceño se fruncía y su mandíbula se apretaba. Por alguna razón, Jack estaba enojado.
La chica registró la recepción del Centro Pokemon con la mirada y cuando llegó a la esquina en donde ellos estaban, captó la mirada penetrante de los ojos negros de Jack. Olivia armó una sonrisa que a leguas se veía forzada, casi nerviosa, y caminó hacia ellos.
―¡Jack!
―¡Nada de Jack! ¿Dónde te metiste? ¡Te perdiste el concurso!
May alzó ambas cejas, ¿entonces esa chica también era coordinadora?
Observó cómo la expresión de Olivia cambió de nerviosa a molesta, su ceño se frunció gradualmente y para cuando estuvo frente a ellos sus cejas ya se tocaban.
―El concurso es lo que menos me importa. Por si no lo has notado ¡casi muero en el bosque! ―gritó, indignada, moviendo las manos y encarando a Jack. Ella era más bajita, o más bien Jack era demasiado alto, y tenía que hacer la cabeza hacia arriba para mirarlo a los ojos, era un poco divertido―. Un Ursaring salió de la nada y comenzó a atacarme, estaba increíblemente enojado, jamás había visto a un pokemon tan alterado en mi vida. Mi pobre Politoed está muy herido, apenas escapamos.
―¿Cómo que casi mueres? ―quería ocultarlo, pero May notó la nota de preocupación en la voz de Jack.
―Un hiper rayo casi me vuela la cabeza y mira esto ―Olivia mostró su brazo izquierdo donde estaban dibujadas tres líneas irregulares y sangrantes―, el Ursaring alcanzó a rozarme con sus garras. Si Politoed no hubiera salido de su pokebola como siempre, habría muerto en ese bosque.
Jack soltó un suspiro y se tomó el puente de la nariz, pero en sus ojos se podía notar esa chispa de preocupación. May reprimió una sonrisa divertida, de cierto modo, esos dos le recordaban a su antigua relación con Drew: siempre discutiendo. Ese pensamiento le causó un pequeño dolor en el pecho.
―Demonios, eres May Balance… ―Olivia de pronto la señaló, asombrada. May dejó de observar a Jack para dirigir sus ojos a Olivia, quien pareció notar algo en su rostro―. ¿Sucedió algo? Te ves estresada.
May apretó un poco los labios antes de responder.
―No… sí… no lo sé, yo… aún intento conectar los puntos ―le sonrió a duras penas―. ¿Pero tú estás bien? Esa herida se ve dolorosa.
La chica se miró el brazo, la piel de alrededor de los cortes se veía roja y también tenía tierra y pequeñas piedras en las heridas. Esos cortes no parecían ser superficiales, si no limpiaba pronto esa herida iba a infectarse.
―Son sólo rasguños. ―Se encogió de hombros despreocupada―. Por cierto, ¿hay alguien a cargo de este lugar? Porque estoy realmente preocupada por mi Politoed, está muy herido y necesita ayuda urgente.
―Tú también necesitas ayuda urgente, idiota ―dijo Jack y golpeó con su nudillo la cabeza de Olivia, quien se quejó y le lanzó una mirada asesina―. La enfermera Joy está en el concurso pokemon, entonces…
―Hay una chica que está reemplazándola, sólo llama en la recepción ―indicó May.
Olivia le sonrió y se alejó de ellos, hizo sonar la campanilla del mostrador muchas veces. May vio a Jack tomarse el puente de la nariz por segunda vez. La enfermera provisional apareció y Olivia comenzó a explicarle todo lo que había sucedido en el bosque, la enfermera se veía preocupada por la herida que Olivia tenía en su brazo, pero ella le restó importancia e insistió en que ayudara a su pokemon lo antes posible.
Jack soltó un fuerte suspiro y May lo observó hacer su camino hacia el mostrador. No podía escuchar lo que decían, pero sí podía ver a Jack pidiéndole algo a la enfermera y a Olivia reclamarle. Comprendió todo cuando ambos regresaron y el coordinador traía un maletín pequeño color blanco con una cruz roja en la tapa.
Él obligó a Olivia a sentarse aplicando presión en los hombros de ella.
―Nadie te pidió ayuda ―gruñó la chica.
―Necesitas limpiar esa herida si no quieres despedirte de tu brazo y eres zurda ¿no? ―respondió Jack mientras tomaba algodón y lo remojaba en alcohol. Olivia refunfuñó y resopló, pero le entregó el brazo.
May rio suavemente mientras veía las miradas envenenadas que Olivia lanzaba hacia Jack mientras él seguía regañándola.
Ella volvió a recargarse en el brazo de Blaziken y cerró un momento sus ojos, aún estaba muy preocupada por Slowbro y todavía más por Solidad. Todo era tan confuso, no podía esperar a que el día terminara.
―Hey, ¿no es Drew Hayden ese que viene hacia acá? Uh, no parece feliz ―escuchó decir a Olivia.
May abrió sus ojos con rapidez y se enderezó.
En efecto, Drew acababa de entrar al Centro Pokemon con la expresión más fría que había visto nunca y se dirigía hacia ella. ¿Ya había terminado el concurso? ¿En qué momento el tiempo había pasado tan rápido?
Inhaló profundamente, preparándose para lo que estaba por avecinarse. Pocas veces Drew se enfadaba y cuando lo hacía era como ver un volcán en erupción. Él no solía perder el control, pero cuando lo perdía era muy difícil que recuperara las riendas.
Ella estaba cansada y abrumada, y a pesar de eso seguía indispuesta a dejar que él se comportara como un idiota, por lo que cuando Drew llegó hasta ella, May le devolvió la mirada con fiereza, no dejándose intimidar.
―¿Qué sucede contigo? ¡Abandonaste el concurso!
―Oye, ya te dije que no pienso permitir que me hables de esa manera, así que ya déjalo, Drew. Y es asunto mío si decidí abandonarlo o no.
―¿Pero dejar un concurso a la mitad? Ganar por default es humillante. Pensé que eras más profesional.
―¿Profesional? Yo soy profesional, y no abandoné el concurso porque quise hacerlo, sino porque era lo correcto.
―Ah, claro. Huir es la definición de profesionalismo.
―Yo no hui, ¿de acuerdo? Un Slowbro apareció en la recepción sufriendo un ataque de ansiedad y nadie hacía nada, no iba a quedarme de brazos cruzados, así que lo puse a dormir y lo cargué hasta acá. Si eso me hace alguien no profesional, entonces prefiero ser eso que ser una mala persona.
―¿Y no podía hacerse cargo su entrenador o traerlo alguien más? Tu argumento es simplemente inconsistente, son excusas, May.
―Es el Slowbro de Solidad, Drew ―soltó con la voz dura.
Eso hizo que el enfado de Drew se esfumara por unos segundos, obviamente él no estaba esperando esa respuesta. La mirada esmeralda del coordinador puso a un lado la ira y se tiñó de sospecha.
―¿Y dónde está Solidad?
―No lo sé.
―¿Cómo puedes estar segura de que es su Slowbro si ella no está aquí?
―¡Porque dudo mucho que algún otro Slowbro tenga la misma marca en su caparazón! ―Ya harta de la discusión, May alzó la voz.
Jack y Olivia observaban incómodos el intercambio, prefiriendo quedarse al margen de la situación, mientras que Blaziken tenía la mirada fija en Drew. El pokemon conocía al coordinador desde que era un Torchic, pero no por eso se permitía bajar la guardia.
Drew frunció el ceño y apretó los labios, considerando la situación. May sabía que Drew conocía muy bien al Slowbro de Solidad, él también sabía de la marca en su caparazón.
May regresó a sentarse, en algún momento de la discusión se había levantado de su asiento para poder encarar al chico apropiadamente. No quería seguir discutiendo, estaba demasiado confundida con lo que estaba pasando como para continuar yendo contracorriente. Pelear solo drenaba más su energía.
Puso las manos sobre su rostro, sentía mucho estrés y su rival no estaba ayudando, mirándola de esa forma, como si estuviese mintiendo para zafarse de un regaño. Por supuesto que no estaba mintiendo, ella no era una mentirosa.
―Sólo quiero saber si Slowbro está bien y qué fue lo que le pasó, parecía tan fuera de sí… ―May miró a Blaziken―. ¿Tú crees que haya sido por una batalla, alguna vez te has sentido así después de pelear?
El pokemon negó con su cabeza y cruzó sus brazos, ella suspiró resignada.
―¿Qué te sucedió en la mano? ―May alzó la mirada para encontrar a Drew observando su mano vendada, se acarició la venda con cuidado.
―Slowbro me arañó cuando intenté calmarlo, pero no es la gran cosa, sólo es un rasguño… ―respondió, Drew entrecerró un poco los ojos.
―He escuchado eso en otra parte ―Jack le dirigió una mirada de reprimenda tanto a May como a Olivia; May le sonrió con disculpa mientras que la otra chica le mostró la lengua.
En ese pequeño vistazo, May vio que Jack había terminado de desinfectar las heridas de Olivia y también le había vendado el brazo entero. Olivia movió varias veces su brazo para acostumbrarse a las vendas.
―¿Qué dices que le pasó al Slowbro de tu amiga? ―preguntó Olivia cuando atrapó su mirada.
―Creo que tuvo un ataque de ansiedad, no paraba de gritar y lucía desesperado.
―Es extraño ―Olivia puso su mano en su barbilla, pensativa―. El Ursaring que me atacó en el bosque también parecía estar sufriendo, estaba como loco y lanzaba ataques a la nada. O bueno, eso hasta que me vio y heme aquí. ―Se señaló el brazo vendado.
May frunció el ceño, desconcertada.
―¿Estás diciendo que crees… que les pasó lo mismo?
―Si lo piensas bien, tiene sentido ―Olivia se encogió de hombros―. Mismo comportamiento y los tiempos coinciden. ¿Sabes si ese Slowbro estuvo en el bosque?
―No ―se mordió la uña de su pulgar―. Pero sí tenía unas heridas y rasguños, pero eso pudo haberlo hecho él mismo ¿no?
―Mm, yo no descartaría nada.
―Alto, esperen ―intervino Drew, ya no tenía la misma expresión molesta de antes, ahora sólo parecía confundido y quizás algo fastidiado―. ¿Están diciendo que, lo que sea que le haya pasado a Slowbro, puede haberle sucedido a otros pokemon que estuvieron en el bosque?
―Suponiendo que Slowbro estuvo en el bosque en algún momento, sí ―asintió Olivia.
―Pero ¿cómo tiene relación lo que te sucedió con lo que sucedió con Slowbro? ―Drew cruzó sus brazos sobre el pecho―. Los Ursaring son conocidos por ser agresivos, atacan a todo aquel que invada su propiedad, pero los Slowbro suelen ser muy pasivos, y si estamos hablando del Slowbro de Solidad… a decir verdad, lo que están diciendo son sólo disparates sin sentido.
―Pero ese Ursaring no parecía sólo enojado, estaba colérico ―rebatió Olivia con el ceño fruncido, quiso levantarse, pero Jack la sostuvo para que se quedara sentada―. He sido perseguida por Ursarings antes, sé cómo se comportan cuando se molestan, pero éste parecía histérico, cegado por la ira. Destruyó bastantes árboles y casi me vuela la cabeza.
»Dime tú, señor conocedor pokemon, ¿crees que eso es normal?
Tanto May como Jack miraron con admiración a Olivia, su argumento había sido suficientemente agresivo para dejar sin palabras por un momento a Drew, y eso era digno de aplaudir.
―Yo… ―Un «ding» interrumpió a Drew.
La enfermera de remplazo apareció por una puerta lateral al mostrador con una camilla donde iba Slowbro y una pokebola, ella tenía una sonrisa amable en el rostro.
―May, Olivia, sus pokemon ya están mejor.
Ambas se levantaron rápidamente de sus asientos, Olivia tomó su pokebola y le agradeció a la enfermera antes de regresar a sentarse; May suspiró aliviada cuando Slowbro la saludó, reconociéndola.
―¿Te sientes mejor, Slowbro?
―Slow-bro ―asintió el pokemon. May le regresó la sonrisa y después se giró hacia la enfermera.
―¿Sabe qué fue lo que provocó el ataque de ansiedad?
―No, lo lamento. Tu Slowbro parece haber sufrido un shock muy fuerte, pero no sé decirte la razón, no tenemos ese tipo de tecnología. Recomiendo mucho reposo, creo conveniente que no tenga batallas por el resto de la semana.
―De acuerdo, muchas gracias, enfermera.
La enfermera le sonrió y volvió con Chansey dentro de la sala de emergencias.
May ayudó a Slowbro a bajarse de la camilla y ambos caminaron hacia donde estaban los demás. El pokemon acuático saludó a Blaziken alzando una de sus manos, Blaziken asintió con la cabeza regresando el saludo.
Drew reconoció al instante al pokemon y May le lanzó una mirada que trasmitía un «te lo dije». Él agitó su flequillo, ignorándola, ella rodó los ojos.
―Infiernos, en serio estaba preocupada ―May se giró en cuanto escuchó la voz de Olivia, observó como ella abrazaba a un simpático pokemon color verde que sonreía alegre y daba palmaditas constantes en la espalda de su entrenadora con sus patas delanteras.
Olivia se separó del pokemon y el alivio de su rostro se esfumó cuando arrugó la frente con enfado. Esa chica era muy temperamental,
―¿Cuántas veces te he dicho que no salgas de tu pokebola de esa forma? Pudo pasarte algo grave ―regañó.
―¡Poli, politoed!
―Sí, me salvaste, y te lo agradezco mucho, en serio. Pero mira nada más cómo resultaste, si hubiera pasado a mayores yo… ―la voz se le quebró. Olivia tuvo que respirar hondo y aclararse la garganta―. Sólo no vuelvas a hacerlo ¿bien?
―Poli-toed ―el pokemon acuático sacudió la cabeza, negándose a la orden. Su entrenadora frunció más el ceño.
―¿Qué no escuchaste nada de lo que te dije? Podrías… ―Olivia se interrumpió cuando Jack le colocó una mano en el hombro y negó con su cabeza.
―No es justo que le pidas quedarse de brazos cruzados cuando estés en peligro, tus pokemon te aprecian y así como tú harías de todo por ellos, ellos lo harían por ti. Si no los dejas ayudarte, entonces no estás siendo justa con sus sentimientos hacia ti.
El pokemon cruzó sus brazos y asintió, de acuerdo con el sermón de Jack. Olivia resopló.
―Detesto cuando tienes razón, ¡y tú no te pongas siempre de su lado!
―¡Plolitoed! ―exclamó el pokemon con una sonrisa.
May sonrió, pensando que seguramente esos tres eran amigos desde hace tiempo, pero luego su mirada pasó a Slowbro y recordó que tenía algo importante que hacer.
Slowbro parecía buscar a alguien con la mirada… a Solidad. Se veía muy confundido. May se mordió el labio inferior, preocupada, y compartió una mirada con Drew. La hostilidad entre ellos había desaparecido y lo único que quedaba eran todas las interrogantes que había, ambos querían saber qué diablos había pasado con Solidad y Slowbro.
May se hincó para quedar a la altura de Slowbro y Drew se sentó en la banca junto Blaziken.
―Slowbro, ¿sabes dónde está Solidad? ―preguntó suavemente, el pokemon dejó de buscar alrededor y negó con la cabeza.
Eso consiguió aumentar su preocupación, intentó disfrazar su expresión para no alterar al pokemon y fingió una sonrisa.
―¿Recuerdas lo que sucedió en la arena de concursos? ―habló con calma. El pokemon ladeó la cabeza, confundido.
―¿Slow-bro?
¿No lo recordaba, huh?
La situación era más complicada de lo que esperaba, creía que Slowbro recordaría todo y tan sólo era cuestión de averiguar lo que le había sucedido y él mismo los guiaría hasta Solidad. Al parecer no.
Giró la cabeza sobre su hombro para mirar a Drew, él estaba mirando a Slowbro con el gesto pensativo, sus ojos verdes estaban serios y fijos. May suspiró y echó un vistazo a Olivia y Jack, Politoed ya no estaba y ambos los miraban a ellos expectantes.
May les sonrió débilmente y ellos le regresaron la sonrisa de forma tensa.
―Slowbro, ¿recuerdas la última vez que viste a Solidad?
May se volvió cuando escuchó a Drew hablar y le lanzó una mirada curiosa primero a él y luego al pokemon. Los ojos del pokemon se agrandaron lentamente y luego empezó a hablar en su idioma sin cesar y a señalar con sus patas hacia todos lados.
Ella y Drew compartieron una mirada dudosa, no sabiendo interpretar lo que el pokemon estaba diciendo. Pasó a mirar a Blaziken, quien escuchaba a Slowbro atentamente aún con sus brazos cruzados, y en cierto momento, la expresión normalmente seria de Blaziken pasó a una sorprendida.
Los ojos de su pokemon la encontraron y luego volvió al pokemon acuático. Evidentemente, algo impactante le había ocurrido en algún lugar de Slateport. Slowbro sabía algo.
Ahora el problema era descubrir qué era lo que sabía, y eso iba a ser complicado. Arceus, ¿dónde estaba ese Meowth parlante cuando realmente se necesitaba?
De todos modos, tenían que dar el primer paso en alguna parte, y solo había una manera de hacerlo.
―Slowbro ―llamó suavemente―. ¿Podrías llevarnos al último lugar que recuerdas?
El pokemon se interrumpió en su explicación y la miró, Drew también centró su atención en ella. La sorpresa en la mirada de Drew consiguió herirla un poco, era como si él aún le tuviera muy poca fe.
Slowbro asintió como respuesta.
De acuerdo, ese sería su punto de inicio. Solidad debía estar en alguna parte preguntándose a dónde había ido su fiel compañero y seguramente muy preocupada por el estado en el que el pokemon había desaparecido.
May se puso de pie y sacó la pokebola de Blaziken, le dio las gracias antes de regresarlo adentro. Drew la miró expectante mientras ella daba media vuelta para caminar hacia Jack y Olivia.
―¿Se quedarán mucho en Slateport? ―preguntó casual, ambos alzaron sus miradas hacia ella y negaron con su cabeza.
―No, el próximo concurso es en ciudad Verdanturf y está a un par de semanas de aquí ―contestó Jack.
―Yo quiero enfrentar al gimnasio más cercano antes de dirigirme a Vendanturf, así que tengo que moverme rápido, pero… ―Olivia hizo una mueca pensativa, luego sacó un bolígrafo y un trozo de papel del costado de su morral―, este es mi número, si necesitan ayuda sólo llamen, yo me encargo de traer conmigo a este mentecato. No somos los más grandes detectives, pero pueden contar con nosotros para cualquier cosa que necesiten.
Jack frunció el ceño por verse señalado como el mentecato.
―Muchas gracias, Olivia.
―Oh, dime Liv.
May les sonrió y se acercó a abrazarlos a ambos a modo de despedida.
―Espero verlos pronto, les deseo mucha suerte en su viaje ―May le dio un ligero apretón a la mano de Jack y lo miró a los ojos―. Y muchas gracias, por todo.
―Fue un honor, May Balance ―Jack sonrió de lado―. Buena suerte buscando a tu amiga.
―Fue un gusto conocerlos, a ambos ―Olivia ladeó la cabeza para ver a Drew. Él se mostró algo incómodo y solo alzó su mano.
May se despidió con su mano y se dio la vuelta, encarando la salida y a Drew. Inhaló y exhaló y luego lo miró a los ojos.
―¿Vienes?
Él la miró como si fuese un rompecabezas complicado, pero de igual modo asintió. Ella comenzó a caminar hacia la salida detrás de Slowbro, quien guiaba el camino, y Drew la siguió.
Y eso es todo.
Muchas gracias por leer, estoy poniendo mi corazón en esta historia. La idea la tenía desde hace años, pero no me veía con la motivación para escribirla y ahora que por fin la tengo estoy intentando escribirla lo mejor que puedo. Espero que les esté gustando.
Gracias también por sus comentarios, me mantienen motivada y me alegran el día, la semana, ¡el mes! Las amo mucho ♡♡♡.
Por ahora es todo, espero que se estén muy bien. ¡Hasta la próxima! ♡
De vuelta a casa
Capítulo 3
Después de su batalla, Jack estrechó la mano del entrenador del Vaporeon que venció a su Ninetails y regresó a los camerinos con la única intención de desearle buena suerte a May y decirle que la estaría viendo desde las gradas. Pero ya llevaba un rato en el camerino, casi era hora de su batalla y May aún no regresaba del baño.
Era muy extraño, ¿qué tanto podía tardar en el baño alguien con su complexión, después de todo?
Le echó un vistazo a Drew, quien estaba del otro lado del camerino, en busca de alguna señal. Tal vez era normal que May desapareciera antes de sus batallas y regresara a tiempo para pelear, pero la escalofriante calma del coordinador no lo ayudó a encontrar una respuesta, y la verdad, no estaba dispuesto a interrumpir los pensamientos de alguien con esa intensidad en la mirada.
Para ser honesto, Drew siempre lo había intimidado un poco. Lo admiraba, por supuesto, pero admiraba aún más a May por ser capaz de darle cara al chico.
Cuando vio que los siguientes participantes abandonaban el camerino para tomar sus posiciones, Jack se hartó de esperar y decidió salir a buscar a May. Quizás ella solo estaba intentando sacudirse los nervios y había perdido la noción del tiempo, eso solía suceder.
Se dirigió hacia la recepción lo más rápido que pudo.
En la recepción notó algo de tensión, había pocas personas ahí y por alguna razón todos parecían alterados; conversaban a susurros entre sí, se veían nerviosos. Le pareció extraño, pero decidió que podía dejar las preguntas para después, primero tenía que encontrar a May.
Sacudió su cabeza, obligándose a concentrarse, y se acercó a los baños. Dudó un poco antes de llamar a la puerta de los baños de mujeres; estaba seguro de que incomodaría a las chicas que estuvieran dentro, pero en serio necesitaba encontrar a la coordinadora extraviada.
Tocó la madera con sus nudillos.
―¿May? ―Jack no recibió respuesta―. ¿May estás ahí? Casi es hora de tu batalla, vas a llegar tarde… ¿May?
Antes de que pudiese tocar de nuevo, la puerta del baño se abrió de súbito y Jack se echó dos pasos hacia atrás. Una chica de cabello rubio, gafas y pecas se asomó por la puerta, sus mejillas estaban algo rojas y no lo miraba a los ojos.
―Am… no hay nadie más adentro, sólo yo.
―Ah, lo siento ―se disculpó, avergonzado, y la rubia volvió a cerrar la puerta.
Jack suspiró y dio vueltas por la recepción. Maldición, ¿dónde podía haberse metido si no estaba ahí? No recordaba que hubiera otros baños en el edificio, y la verdad no creía que May fuera una naturalista.
La batalla actual estaba por terminar, la siguiente era la de May.
Si no se presentaba sería descalificada… demonios, y justo después de decidir regresar a los concursos…
¿Y si lo del baño había sido una excusa?
Ya se había ausentado de los concursos por un año, no sonaba tan descabellado que se haya arrepentido de regresar. ¿Pero su desaparición tendría que ver con su año de ausencia? ¿Tendría que ver con Drew y su discusión de más temprano?
Jack se revolvió el cabello y decidió sentarse un momento, necesitaba pensar y estar de pie solamente lo hacía ponerse ansioso, aunque la voz de Vivian a través de la pantalla que estaba en la recepción tampoco estaba ayudándolo a aclarar su mente, menos si no dejaba de contar los minutos que restaban.
Demonios, May, ¿dónde te metiste?
Se sentó junto a un par de chicos que no dejaban de hablar en susurros, ambos se veían agitados y algo angustiados. Bueno, todos en la recepción se veían igual, en realidad.
Jack se detuvo un momento a conectar puntos mientras se frotaba la nuca, ansioso. Se detuvo cuando una posibilidad le cruzó por la mente: era más que seguro que algo había ocurrido en esa recepción, algo lo suficientemente impactante para dejar a todos los presentes en una especie de shock, ¿tendría eso que pasó algo que ver con el hecho de que May no aparecía?
No había mucho sentido en su conexión, pero justo ahora no estaba para pensar en lógica. Así que se encogió de hombros mentalmente y se inmiscuyó sin pudor en la conversación de los sujetos con los que compartía banca.
―¿Ustedes saben por qué todos se ven tan alterados? ―preguntó con interés, interrumpiendo el intercambio de susurros de los dos sujetos.
Ellos detuvieron su charla y lo miraron, el reconocimiento brilló en los ojos del que estaba más cerca.
―Hey, eres el tipo del Ninetails.
―Sí, soy el del Ninetails ―Jack le restó importancia con un ademán de su mano y desvió el tema de vuelta a lo que le interesaba―. Entonces, ¿saben qué sucedió?
Los desconocidos se giraron y se inclinaron hacia adelante, Jack los imitó y entre los tres formaron una burbuja más confidencial.
―Hace unos minutos apareció un Slowbro muy alterado, parecía que tenía un ataque de ansiedad o algo así. Una chica intentó calmarlo, pero al final tuvieron que dejarlo inconsciente para poder llevarlo al Centro Pokemon ―explicó brevemente el mismo chico de antes, luego se llevó la mano a la frente, consternado―. Pero amigo, debiste verlo. Ese Slowbro parecía poseído, gritaba como loco, estaba fuera de sí.
―Espera, espera… dijiste que una chica intentó calmarlo, ¿cómo era ella?
El chico frunció el ceño confundido, fue el segundo sujeto el que le respondió.
―Era castaña y tenía ojos azules, era bastante guapa. Me pidió ayuda para tranquilizarlo y luego ella y su Blaziken se llevaron al Slowbro al Centro Pokemon. Fue una locura.
May.
Jack sonrió y se levantó de golpe de su asiento, los dos chicos lo miraron extraño, pero a él le importó muy poco. Quién habría imaginado que esa coordinadora resultaría tan problemática.
―Gracias ―dijo y salió corriendo hacia el Centro Pokemon.
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May observó atentamente cómo la chica que hacía de remplazo de la enfermera Joy le vendaba la mano donde Slowbro la había arañado. Ni siquiera se había percatado de que había comenzado a sangrar hasta que la enfermera lo señaló.
Slowbro ya estaba siendo tratado por el Chansey de la enfermera. Según lo que le dijeron, necesitaban hacerle algunos estudios para comprobar si lo que había causado su conducta era algún factor externo o si sólo sufría de mucho estrés. Lo que sea que fuera, tendría que esperar para saber la respuesta.
―Ya está ―la enfermera terminó de vendar su mano y le sonrió―. El rasguño no es profundo, no creo que deje una marca.
―Gracias.
―Por nada ―la enfermera se puso de pie―. Ahora iré a revisar cómo va Chansey con tu Slowbro, hiciste bien en traerlo aquí.
May asintió y puso todo su esfuerzo en sonreírle de vuelta a la enfermera de remplazo. Luego de que ella se fuera, May se recargó con cansancio en el brazo de Blaziken, quien había insistido en quedarse fuera de la pokebola porque no quería dejarla sola.
May cerró los ojos, sintiéndose culpable, y cansada y confundida y estresada. Tenía muchos sentimientos enredándose en su cabeza, uno más y comenzaría a gritar.
―Lo lamento, Blaziken, sé que estabas emocionado por este concurso…
El pokemon negó con su cabeza con tranquilidad, diciéndole que no se preocupara por eso, pero, aun así, May no podía evitar sentirse mal. Ambos se quedaron en silencio, tan solo se dedicaron a esperar nuevas noticias sobre Slowbro.
La situación era tan extraña, por más que lo pensara, simplemente no lograba encontrar una razón para que Slowbro sufriera una crisis nerviosa de ese nivel ni tampoco de por qué Solidad no estaba con él. May estaba cien por ciento segura de que ese Slowbro era el de Solidad, lo había visto cientos de veces antes y la marca que tenía en su caparazón era inconfundible.
¿Dónde? ¿Cómo? ¿Por qué? Ninguna de esas preguntas tenía respuesta, y a decir verdad su cabeza ya no le daba para más. Estaba estresada, nerviosa, ansiosa y muy preocupada, y sentía ese horrible nudo en su estómago por haber abandonado el concurso. No podía dejar de preguntarse qué estarían pensando los jueces, Drew e incluso Harley… ¡Oh, cielos, Jack! ¿Qué había pasado con Jack?
Tampoco sabía qué le diría a sus padres y a Max, que seguramente también estaban viendo el concurso por televisión, y seguramente también habría un artículo completo sobre esto en la revista de Coordinador Mensual- como si no fuera suficiente con el análisis completo que hicieron cuando desapareció todo el año pasado, realmente no había necesidad de eso.
Estaba hundida hasta el cuello de problemas, no quería ni pensar en ellos.
―¿En qué momento todo comenzó a complicarse? ―se lamentó, enterrando su rostro en el plumaje del brazo de Blaziken.
―¡May!
La castaña alzó la mirada y observó a Jack entrando agitado al Centro Pokemon, tenía el cabello revuelto, como si se lo hubiese desordenado con las manos varias veces, y jadeaba con fuerza.
―Al fin te… te encuentro… tu… batalla… Drew… ―Jack se dobló sobre su estómago y descansó una mano sobre su rodilla, con la otra le pedía un minuto. Cuando pudo respirar con normalidad, la miró reprobatoriamente―. ¡¿Dónde estabas?! ¡Tu batalla con Drew está por comenzar!
May revisó la hora en el reloj de pared.
―Creo que más bien ya terminó. ―Se llevó una mano a la frente y suspiró―. ¿Qué haces aquí, Jack? ¿Y qué sucedió con tu batalla? Lo siento por no haber estado allí para desearte suerte.
―Perdí mi batalla.
―Oh, lo lamento.
―Es agua pasada. De todos modos, contigo y con Drew en el concurso no estaba esperando ganar ―desacreditó con un ademán de la mano, se sentó junto a ella y puso los codos en sus rodillas―. ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Por qué no te presentaste a tu batalla?
―Es… complicado. El pokemon de una amiga apareció de pronto teniendo un ataque de ansiedad y estaba herido. Todavía no tengo noticias y, a decir verdad, no creo que las haya pronto.
―¿Y tu amiga dónde está?
―No lo sé…
Jack frunció el ceño, confundido, todavía respiraba algo rápido. May podía ver las preguntas formulándose en su cabeza. No lo culpaba, toda la situación parecía carecer de sentido alguno, ella misma estaba infestada de interrogantes.
Él abrió la boca para decir algo, pero no alcanzó a decir una palabra cuando alguien entró escandalosamente en el Centro Pokemon. Era una chica y estaba llena de rasguños, tierra y sangre, también jadeaba dolorosamente rápido.
―Por todos los infiernos, ¿dónde está la enfermera Joy? ―la escucharon decir.
May alcanzó a ver manchas rojas en la ropa y el brazo izquierdo de la chica y su cabello oscuro estaba lleno de ramitas y hojas. Se veía como si se hubiese arrastrado por el bosque.
―¿Olivia? ―inquirió Jack con desconcierto, sorprendiendo a May.
―¿La conoces? ―preguntó a Jack, él solamente asintió, pero May pudo ver cómo su ceño se fruncía y su mandíbula se apretaba. Por alguna razón, Jack estaba enojado.
La chica registró la recepción del Centro Pokemon con la mirada y cuando llegó a la esquina en donde ellos estaban, captó la mirada penetrante de los ojos negros de Jack. Olivia armó una sonrisa que a leguas se veía forzada, casi nerviosa, y caminó hacia ellos.
―¡Jack!
―¡Nada de Jack! ¿Dónde te metiste? ¡Te perdiste el concurso!
May alzó ambas cejas, ¿entonces esa chica también era coordinadora?
Observó cómo la expresión de Olivia cambió de nerviosa a molesta, su ceño se frunció gradualmente y para cuando estuvo frente a ellos sus cejas ya se tocaban.
―El concurso es lo que menos me importa. Por si no lo has notado ¡casi muero en el bosque! ―gritó, indignada, moviendo las manos y encarando a Jack. Ella era más bajita, o más bien Jack era demasiado alto, y tenía que hacer la cabeza hacia arriba para mirarlo a los ojos, era un poco divertido―. Un Ursaring salió de la nada y comenzó a atacarme, estaba increíblemente enojado, jamás había visto a un pokemon tan alterado en mi vida. Mi pobre Politoed está muy herido, apenas escapamos.
―¿Cómo que casi mueres? ―quería ocultarlo, pero May notó la nota de preocupación en la voz de Jack.
―Un hiper rayo casi me vuela la cabeza y mira esto ―Olivia mostró su brazo izquierdo donde estaban dibujadas tres líneas irregulares y sangrantes―, el Ursaring alcanzó a rozarme con sus garras. Si Politoed no hubiera salido de su pokebola como siempre, habría muerto en ese bosque.
Jack soltó un suspiro y se tomó el puente de la nariz, pero en sus ojos se podía notar esa chispa de preocupación. May reprimió una sonrisa divertida, de cierto modo, esos dos le recordaban a su antigua relación con Drew: siempre discutiendo. Ese pensamiento le causó un pequeño dolor en el pecho.
―Demonios, eres May Balance… ―Olivia de pronto la señaló, asombrada. May dejó de observar a Jack para dirigir sus ojos a Olivia, quien pareció notar algo en su rostro―. ¿Sucedió algo? Te ves estresada.
May apretó un poco los labios antes de responder.
―No… sí… no lo sé, yo… aún intento conectar los puntos ―le sonrió a duras penas―. ¿Pero tú estás bien? Esa herida se ve dolorosa.
La chica se miró el brazo, la piel de alrededor de los cortes se veía roja y también tenía tierra y pequeñas piedras en las heridas. Esos cortes no parecían ser superficiales, si no limpiaba pronto esa herida iba a infectarse.
―Son sólo rasguños. ―Se encogió de hombros despreocupada―. Por cierto, ¿hay alguien a cargo de este lugar? Porque estoy realmente preocupada por mi Politoed, está muy herido y necesita ayuda urgente.
―Tú también necesitas ayuda urgente, idiota ―dijo Jack y golpeó con su nudillo la cabeza de Olivia, quien se quejó y le lanzó una mirada asesina―. La enfermera Joy está en el concurso pokemon, entonces…
―Hay una chica que está reemplazándola, sólo llama en la recepción ―indicó May.
Olivia le sonrió y se alejó de ellos, hizo sonar la campanilla del mostrador muchas veces. May vio a Jack tomarse el puente de la nariz por segunda vez. La enfermera provisional apareció y Olivia comenzó a explicarle todo lo que había sucedido en el bosque, la enfermera se veía preocupada por la herida que Olivia tenía en su brazo, pero ella le restó importancia e insistió en que ayudara a su pokemon lo antes posible.
Jack soltó un fuerte suspiro y May lo observó hacer su camino hacia el mostrador. No podía escuchar lo que decían, pero sí podía ver a Jack pidiéndole algo a la enfermera y a Olivia reclamarle. Comprendió todo cuando ambos regresaron y el coordinador traía un maletín pequeño color blanco con una cruz roja en la tapa.
Él obligó a Olivia a sentarse aplicando presión en los hombros de ella.
―Nadie te pidió ayuda ―gruñó la chica.
―Necesitas limpiar esa herida si no quieres despedirte de tu brazo y eres zurda ¿no? ―respondió Jack mientras tomaba algodón y lo remojaba en alcohol. Olivia refunfuñó y resopló, pero le entregó el brazo.
May rio suavemente mientras veía las miradas envenenadas que Olivia lanzaba hacia Jack mientras él seguía regañándola.
Ella volvió a recargarse en el brazo de Blaziken y cerró un momento sus ojos, aún estaba muy preocupada por Slowbro y todavía más por Solidad. Todo era tan confuso, no podía esperar a que el día terminara.
―Hey, ¿no es Drew Hayden ese que viene hacia acá? Uh, no parece feliz ―escuchó decir a Olivia.
May abrió sus ojos con rapidez y se enderezó.
En efecto, Drew acababa de entrar al Centro Pokemon con la expresión más fría que había visto nunca y se dirigía hacia ella. ¿Ya había terminado el concurso? ¿En qué momento el tiempo había pasado tan rápido?
Inhaló profundamente, preparándose para lo que estaba por avecinarse. Pocas veces Drew se enfadaba y cuando lo hacía era como ver un volcán en erupción. Él no solía perder el control, pero cuando lo perdía era muy difícil que recuperara las riendas.
Ella estaba cansada y abrumada, y a pesar de eso seguía indispuesta a dejar que él se comportara como un idiota, por lo que cuando Drew llegó hasta ella, May le devolvió la mirada con fiereza, no dejándose intimidar.
―¿Qué sucede contigo? ¡Abandonaste el concurso!
―Oye, ya te dije que no pienso permitir que me hables de esa manera, así que ya déjalo, Drew. Y es asunto mío si decidí abandonarlo o no.
―¿Pero dejar un concurso a la mitad? Ganar por default es humillante. Pensé que eras más profesional.
―¿Profesional? Yo soy profesional, y no abandoné el concurso porque quise hacerlo, sino porque era lo correcto.
―Ah, claro. Huir es la definición de profesionalismo.
―Yo no hui, ¿de acuerdo? Un Slowbro apareció en la recepción sufriendo un ataque de ansiedad y nadie hacía nada, no iba a quedarme de brazos cruzados, así que lo puse a dormir y lo cargué hasta acá. Si eso me hace alguien no profesional, entonces prefiero ser eso que ser una mala persona.
―¿Y no podía hacerse cargo su entrenador o traerlo alguien más? Tu argumento es simplemente inconsistente, son excusas, May.
―Es el Slowbro de Solidad, Drew ―soltó con la voz dura.
Eso hizo que el enfado de Drew se esfumara por unos segundos, obviamente él no estaba esperando esa respuesta. La mirada esmeralda del coordinador puso a un lado la ira y se tiñó de sospecha.
―¿Y dónde está Solidad?
―No lo sé.
―¿Cómo puedes estar segura de que es su Slowbro si ella no está aquí?
―¡Porque dudo mucho que algún otro Slowbro tenga la misma marca en su caparazón! ―Ya harta de la discusión, May alzó la voz.
Jack y Olivia observaban incómodos el intercambio, prefiriendo quedarse al margen de la situación, mientras que Blaziken tenía la mirada fija en Drew. El pokemon conocía al coordinador desde que era un Torchic, pero no por eso se permitía bajar la guardia.
Drew frunció el ceño y apretó los labios, considerando la situación. May sabía que Drew conocía muy bien al Slowbro de Solidad, él también sabía de la marca en su caparazón.
May regresó a sentarse, en algún momento de la discusión se había levantado de su asiento para poder encarar al chico apropiadamente. No quería seguir discutiendo, estaba demasiado confundida con lo que estaba pasando como para continuar yendo contracorriente. Pelear solo drenaba más su energía.
Puso las manos sobre su rostro, sentía mucho estrés y su rival no estaba ayudando, mirándola de esa forma, como si estuviese mintiendo para zafarse de un regaño. Por supuesto que no estaba mintiendo, ella no era una mentirosa.
―Sólo quiero saber si Slowbro está bien y qué fue lo que le pasó, parecía tan fuera de sí… ―May miró a Blaziken―. ¿Tú crees que haya sido por una batalla, alguna vez te has sentido así después de pelear?
El pokemon negó con su cabeza y cruzó sus brazos, ella suspiró resignada.
―¿Qué te sucedió en la mano? ―May alzó la mirada para encontrar a Drew observando su mano vendada, se acarició la venda con cuidado.
―Slowbro me arañó cuando intenté calmarlo, pero no es la gran cosa, sólo es un rasguño… ―respondió, Drew entrecerró un poco los ojos.
―He escuchado eso en otra parte ―Jack le dirigió una mirada de reprimenda tanto a May como a Olivia; May le sonrió con disculpa mientras que la otra chica le mostró la lengua.
En ese pequeño vistazo, May vio que Jack había terminado de desinfectar las heridas de Olivia y también le había vendado el brazo entero. Olivia movió varias veces su brazo para acostumbrarse a las vendas.
―¿Qué dices que le pasó al Slowbro de tu amiga? ―preguntó Olivia cuando atrapó su mirada.
―Creo que tuvo un ataque de ansiedad, no paraba de gritar y lucía desesperado.
―Es extraño ―Olivia puso su mano en su barbilla, pensativa―. El Ursaring que me atacó en el bosque también parecía estar sufriendo, estaba como loco y lanzaba ataques a la nada. O bueno, eso hasta que me vio y heme aquí. ―Se señaló el brazo vendado.
May frunció el ceño, desconcertada.
―¿Estás diciendo que crees… que les pasó lo mismo?
―Si lo piensas bien, tiene sentido ―Olivia se encogió de hombros―. Mismo comportamiento y los tiempos coinciden. ¿Sabes si ese Slowbro estuvo en el bosque?
―No ―se mordió la uña de su pulgar―. Pero sí tenía unas heridas y rasguños, pero eso pudo haberlo hecho él mismo ¿no?
―Mm, yo no descartaría nada.
―Alto, esperen ―intervino Drew, ya no tenía la misma expresión molesta de antes, ahora sólo parecía confundido y quizás algo fastidiado―. ¿Están diciendo que, lo que sea que le haya pasado a Slowbro, puede haberle sucedido a otros pokemon que estuvieron en el bosque?
―Suponiendo que Slowbro estuvo en el bosque en algún momento, sí ―asintió Olivia.
―Pero ¿cómo tiene relación lo que te sucedió con lo que sucedió con Slowbro? ―Drew cruzó sus brazos sobre el pecho―. Los Ursaring son conocidos por ser agresivos, atacan a todo aquel que invada su propiedad, pero los Slowbro suelen ser muy pasivos, y si estamos hablando del Slowbro de Solidad… a decir verdad, lo que están diciendo son sólo disparates sin sentido.
―Pero ese Ursaring no parecía sólo enojado, estaba colérico ―rebatió Olivia con el ceño fruncido, quiso levantarse, pero Jack la sostuvo para que se quedara sentada―. He sido perseguida por Ursarings antes, sé cómo se comportan cuando se molestan, pero éste parecía histérico, cegado por la ira. Destruyó bastantes árboles y casi me vuela la cabeza.
»Dime tú, señor conocedor pokemon, ¿crees que eso es normal?
Tanto May como Jack miraron con admiración a Olivia, su argumento había sido suficientemente agresivo para dejar sin palabras por un momento a Drew, y eso era digno de aplaudir.
―Yo… ―Un «ding» interrumpió a Drew.
La enfermera de remplazo apareció por una puerta lateral al mostrador con una camilla donde iba Slowbro y una pokebola, ella tenía una sonrisa amable en el rostro.
―May, Olivia, sus pokemon ya están mejor.
Ambas se levantaron rápidamente de sus asientos, Olivia tomó su pokebola y le agradeció a la enfermera antes de regresar a sentarse; May suspiró aliviada cuando Slowbro la saludó, reconociéndola.
―¿Te sientes mejor, Slowbro?
―Slow-bro ―asintió el pokemon. May le regresó la sonrisa y después se giró hacia la enfermera.
―¿Sabe qué fue lo que provocó el ataque de ansiedad?
―No, lo lamento. Tu Slowbro parece haber sufrido un shock muy fuerte, pero no sé decirte la razón, no tenemos ese tipo de tecnología. Recomiendo mucho reposo, creo conveniente que no tenga batallas por el resto de la semana.
―De acuerdo, muchas gracias, enfermera.
La enfermera le sonrió y volvió con Chansey dentro de la sala de emergencias.
May ayudó a Slowbro a bajarse de la camilla y ambos caminaron hacia donde estaban los demás. El pokemon acuático saludó a Blaziken alzando una de sus manos, Blaziken asintió con la cabeza regresando el saludo.
Drew reconoció al instante al pokemon y May le lanzó una mirada que trasmitía un «te lo dije». Él agitó su flequillo, ignorándola, ella rodó los ojos.
―Infiernos, en serio estaba preocupada ―May se giró en cuanto escuchó la voz de Olivia, observó como ella abrazaba a un simpático pokemon color verde que sonreía alegre y daba palmaditas constantes en la espalda de su entrenadora con sus patas delanteras.
Olivia se separó del pokemon y el alivio de su rostro se esfumó cuando arrugó la frente con enfado. Esa chica era muy temperamental,
―¿Cuántas veces te he dicho que no salgas de tu pokebola de esa forma? Pudo pasarte algo grave ―regañó.
―¡Poli, politoed!
―Sí, me salvaste, y te lo agradezco mucho, en serio. Pero mira nada más cómo resultaste, si hubiera pasado a mayores yo… ―la voz se le quebró. Olivia tuvo que respirar hondo y aclararse la garganta―. Sólo no vuelvas a hacerlo ¿bien?
―Poli-toed ―el pokemon acuático sacudió la cabeza, negándose a la orden. Su entrenadora frunció más el ceño.
―¿Qué no escuchaste nada de lo que te dije? Podrías… ―Olivia se interrumpió cuando Jack le colocó una mano en el hombro y negó con su cabeza.
―No es justo que le pidas quedarse de brazos cruzados cuando estés en peligro, tus pokemon te aprecian y así como tú harías de todo por ellos, ellos lo harían por ti. Si no los dejas ayudarte, entonces no estás siendo justa con sus sentimientos hacia ti.
El pokemon cruzó sus brazos y asintió, de acuerdo con el sermón de Jack. Olivia resopló.
―Detesto cuando tienes razón, ¡y tú no te pongas siempre de su lado!
―¡Plolitoed! ―exclamó el pokemon con una sonrisa.
May sonrió, pensando que seguramente esos tres eran amigos desde hace tiempo, pero luego su mirada pasó a Slowbro y recordó que tenía algo importante que hacer.
Slowbro parecía buscar a alguien con la mirada… a Solidad. Se veía muy confundido. May se mordió el labio inferior, preocupada, y compartió una mirada con Drew. La hostilidad entre ellos había desaparecido y lo único que quedaba eran todas las interrogantes que había, ambos querían saber qué diablos había pasado con Solidad y Slowbro.
May se hincó para quedar a la altura de Slowbro y Drew se sentó en la banca junto Blaziken.
―Slowbro, ¿sabes dónde está Solidad? ―preguntó suavemente, el pokemon dejó de buscar alrededor y negó con la cabeza.
Eso consiguió aumentar su preocupación, intentó disfrazar su expresión para no alterar al pokemon y fingió una sonrisa.
―¿Recuerdas lo que sucedió en la arena de concursos? ―habló con calma. El pokemon ladeó la cabeza, confundido.
―¿Slow-bro?
¿No lo recordaba, huh?
La situación era más complicada de lo que esperaba, creía que Slowbro recordaría todo y tan sólo era cuestión de averiguar lo que le había sucedido y él mismo los guiaría hasta Solidad. Al parecer no.
Giró la cabeza sobre su hombro para mirar a Drew, él estaba mirando a Slowbro con el gesto pensativo, sus ojos verdes estaban serios y fijos. May suspiró y echó un vistazo a Olivia y Jack, Politoed ya no estaba y ambos los miraban a ellos expectantes.
May les sonrió débilmente y ellos le regresaron la sonrisa de forma tensa.
―Slowbro, ¿recuerdas la última vez que viste a Solidad?
May se volvió cuando escuchó a Drew hablar y le lanzó una mirada curiosa primero a él y luego al pokemon. Los ojos del pokemon se agrandaron lentamente y luego empezó a hablar en su idioma sin cesar y a señalar con sus patas hacia todos lados.
Ella y Drew compartieron una mirada dudosa, no sabiendo interpretar lo que el pokemon estaba diciendo. Pasó a mirar a Blaziken, quien escuchaba a Slowbro atentamente aún con sus brazos cruzados, y en cierto momento, la expresión normalmente seria de Blaziken pasó a una sorprendida.
Los ojos de su pokemon la encontraron y luego volvió al pokemon acuático. Evidentemente, algo impactante le había ocurrido en algún lugar de Slateport. Slowbro sabía algo.
Ahora el problema era descubrir qué era lo que sabía, y eso iba a ser complicado. Arceus, ¿dónde estaba ese Meowth parlante cuando realmente se necesitaba?
De todos modos, tenían que dar el primer paso en alguna parte, y solo había una manera de hacerlo.
―Slowbro ―llamó suavemente―. ¿Podrías llevarnos al último lugar que recuerdas?
El pokemon se interrumpió en su explicación y la miró, Drew también centró su atención en ella. La sorpresa en la mirada de Drew consiguió herirla un poco, era como si él aún le tuviera muy poca fe.
Slowbro asintió como respuesta.
De acuerdo, ese sería su punto de inicio. Solidad debía estar en alguna parte preguntándose a dónde había ido su fiel compañero y seguramente muy preocupada por el estado en el que el pokemon había desaparecido.
May se puso de pie y sacó la pokebola de Blaziken, le dio las gracias antes de regresarlo adentro. Drew la miró expectante mientras ella daba media vuelta para caminar hacia Jack y Olivia.
―¿Se quedarán mucho en Slateport? ―preguntó casual, ambos alzaron sus miradas hacia ella y negaron con su cabeza.
―No, el próximo concurso es en ciudad Verdanturf y está a un par de semanas de aquí ―contestó Jack.
―Yo quiero enfrentar al gimnasio más cercano antes de dirigirme a Vendanturf, así que tengo que moverme rápido, pero… ―Olivia hizo una mueca pensativa, luego sacó un bolígrafo y un trozo de papel del costado de su morral―, este es mi número, si necesitan ayuda sólo llamen, yo me encargo de traer conmigo a este mentecato. No somos los más grandes detectives, pero pueden contar con nosotros para cualquier cosa que necesiten.
Jack frunció el ceño por verse señalado como el mentecato.
―Muchas gracias, Olivia.
―Oh, dime Liv.
May les sonrió y se acercó a abrazarlos a ambos a modo de despedida.
―Espero verlos pronto, les deseo mucha suerte en su viaje ―May le dio un ligero apretón a la mano de Jack y lo miró a los ojos―. Y muchas gracias, por todo.
―Fue un honor, May Balance ―Jack sonrió de lado―. Buena suerte buscando a tu amiga.
―Fue un gusto conocerlos, a ambos ―Olivia ladeó la cabeza para ver a Drew. Él se mostró algo incómodo y solo alzó su mano.
May se despidió con su mano y se dio la vuelta, encarando la salida y a Drew. Inhaló y exhaló y luego lo miró a los ojos.
―¿Vienes?
Él la miró como si fuese un rompecabezas complicado, pero de igual modo asintió. Ella comenzó a caminar hacia la salida detrás de Slowbro, quien guiaba el camino, y Drew la siguió.
***
Y eso es todo.
Muchas gracias por leer, estoy poniendo mi corazón en esta historia. La idea la tenía desde hace años, pero no me veía con la motivación para escribirla y ahora que por fin la tengo estoy intentando escribirla lo mejor que puedo. Espero que les esté gustando.
Gracias también por sus comentarios, me mantienen motivada y me alegran el día, la semana, ¡el mes! Las amo mucho ♡♡♡.
Por ahora es todo, espero que se estén muy bien. ¡Hasta la próxima! ♡
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Re: De vuelta a casa
A de AAAAAAAAAAAAAAAAA ACTUALIZACIÓN!!!
Estaba ansiosa esperando esto. Muero porque por fin Drew interactuó con May como se debe aunque me perturba aún lo que sucedió con Slowbro. Me. Es rarísimo todo.
No tengo mucho que decir. A Poison Called Love también es una idea que me tomó años y que cada tiempo cambiaba de giro argumental hasta que este año armé todo y me animé; sé como te sientes. Me encanta tu fic, es divino.
Espero leerte pronto, ¡saludos!
Estaba ansiosa esperando esto. Muero porque por fin Drew interactuó con May como se debe aunque me perturba aún lo que sucedió con Slowbro. Me. Es rarísimo todo.
No tengo mucho que decir. A Poison Called Love también es una idea que me tomó años y que cada tiempo cambiaba de giro argumental hasta que este año armé todo y me animé; sé como te sientes. Me encanta tu fic, es divino.
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Re: De vuelta a casa
¡Terminó el semestre! La universidad le ha dado sus calificaciones a Birdie, ¡Birdie es libre!
De vuelta a casa
Capítulo 4
―¿Quieres dejar de sonreír de ese modo?
―Oh, yo no sé de qué estás hablando, Drew ―hizo un esfuerzo por ocultar su sonrisa y poner una cara curiosa, pero falló miserablemente―. Esta es mi sonrisa normal.
Drew le lanzó una mirada fastidiada.
―No, no lo es.
May no pudo contenerlo más y soltó una risita jocosa.
Pero cómo no iba a sonreír si era una de esas pocas veces en que ella tenía la razón y no Drew. Para este punto, May se sentía como una verdadera detective y no podía dejar de lanzarle miradas de «te lo dije» a Drew, quien ya se había cansado de eso.
Esta era una de esas pocas veces en las que Drew tenía que reconocer que estaba haciendo un buen trabajo y ella estaba disfrutándolo.
Ambos seguían a Slowbro por un camino que estaba conduciéndolos al bosque de Slateport y Drew estaba pasando un mal rato por tener que comerse sus palabras. ¿Quién decía disparates sin sentido ahora, huh?
Sin embargo, por mucho que a May le gustara fastidiar a Drew, no podía abusar mucho de ese privilegio si quería seguir manteniendo la paz entre ellos que había logrado traer la situación. Podía decir que Drew seguía molesto con ella y que la llama de su enojo se había avivado más con el incidente del concurso, pero estaba refrenando todos esos sentimientos para concentrarse en buscar a Solidad.
Ella sabía que una vez que encontraran a su amiga, Drew volvería a su mala actitud y entonces no solo tendría que enfrentarse a Drew, sino también a Solidad y eso la tenía nerviosa.
Soltó un suspiro pesado y cansado.
Cuando decidió regresar a los concursos este año no había contemplado que sería tan problemático, seguro que sabía que habría mucha confusión y que tal vez habría personas que no estarían contentas con ella, pero realmente nunca esperó esta actitud de parte de Drew. Si bien no esperaba una bienvenida de brazos abiertos, tampoco esperaba que se comportara como un idiota.
―May…
―¿Mm?
―¿Por qué te fuiste sin despedirte?
Eso la tomó por sorpresa.
Él no estaba mirándola, tenía sus ojos puestos en el suelo y su frente estaba arrugad. No se veía enojado, se veía... abrumado.
―¿Huh?
―En Johto, te fuiste sin despedirte ―esta vez sus ojos verdes buscaron los de ella, los encontraron―. ¿Por qué?
Ante esa mirada, May no supo cómo responder. Su mirada la hacía sentir pequeña, porque esa ya no era una mirada llena de furia, ésta era una vulnerable, la mirada de un amigo que estaba herido por sus decisiones. Eso podía con ella, la hizo sentir culpable. La opción de mentirle pasó por su mente, pero simplemente no tenía el corazón para hacerlo, no a él, y esto estaba jodido porque sabía que tampoco podía decirle la verdad.
Demasiado honesta para mentir, demasiado avergonzada para decir la verdad. Era una situación complicada y decidió resolverla como resolvía todo últimamente: evadiéndola. Así que calló y observó sus pies, sintiéndose incapaz de soportar esa mirada en esos ojos verdes.
Ni siquiera tuvo que verlo para saber que estaba decepcionado, su voz y sus palabras se encargaron completamente de hacérselo saber.
―Sin respuesta, huh. Supongo que no es asunto mío, lo siento por presionar.
Drew metió sus manos a sus bolsillos y aceleró el paso dejándola atrás, sola y herida.
May se abrazó a sí misma y frunció el ceño. ¿Por qué todo tenía que ser tan complicado?… No, ¿por qué él tenía que hacerlo todo tan complicado?
Sensacional, ahora estaba molesta con Drew.
Se quitó el cabello del rostro con frustración, pero sus hebras castañas obstruyeron su visión de nuevo. Resopló, irritada. No estaba acostumbrada a tener el cabello tan largo, pero no podía negar le gustaba; lo había dejado crecer durante su descanso y ahora le caía en la espalda como una cascada, y ya no llevaba su pañoleta, pero había veces en que su cabello se metía en su cara y eso era molesto.
También había dejado atrás su ropa de ciclista, si bien era cómoda sentía que debía hacer un cambio. Se había comprado un bonito cárdigan rojo y vestía pantalones cortos y una sencilla blusa negra. Era una nueva May para una nueva etapa... o eso es lo que había pensado, porque al parecer había personas que aún no querían dejar ir a la May del pasado y seguían intentando traerla al presente. Se estaba cansando de eso.
―Slowbro…
May alzó la mirada, el pokemon se detuvo en la entrada del bosque. Alcanzó a Drew y estando lado a lado ambos compartieron una mirada que pretendía ser comunicativa, pero terminaron desviándola gracias a su conversación anterior.
―Si vamos a hacer esto juntos es mejor que dejemos el problema de lado hasta que encontremos a Solidad ―dijo Drew, como si la culpable de todo ese ambiente tenso entre ambos aquí fuera sólo ella. May se sintió realmente ofendida, porque por supuesto que no era su culpa.
―Bueno, claramente no soy yo la del problema aquí.
Vio cómo Drew apretó su mandíbula, giró para encararla y quedar frente a frente.
―¿Qué estás queriendo decir?
―Digo que desde que llegué a Slateport tú te has estado portando como un cretino conmigo y siempre buscas una razón para discutir. Eres tú quien debe dejar el "problema" de lado y concentrarte en la búsqueda.
―Oh, ¿entonces yo soy el problema aquí?
―En gran parte, sí.
―¿Y qué me dices de ti y tu gran esfuerzo por "hacerte la misteriosa"? ¿Por qué mantenerlo todo en secreto?
May abrió la boca indignada.
―¡Yo no me "hago la misteriosa"! Si quiero dejar para mí mis razones, es mi problema ¿de acuerdo?
―¡¿Aun cuando sabes que eso está consumiéndome?! ¡Odio no saber por qué me apartaste de ese modo!
Y con ese grito todo quedó en silencio, incluso Drew parecía haberse sorprendido de lo que acababa de gritar. May estaba pasmada, sin palabras, no estaba esperando eso para nada, ni remotamente.
Drew pareció recuperarse de la sorpresa más rápido que ella, dio media vuelta y se adentró en el bosque sin mediar palabra, su expresión aún permanecía en shock y parecía moverse en piloto automático. May reaccionó en ese momento.
―¡Drew, espera! ¡Drew! ―pero el coordinador no respondió ni regresó, y May se sintió frustrada por no poder ir tras él, tenía que buscar a Solidad mientras Slowbro todavía recordaba el camino.
Cubrió su cara con sus manos y dejó salir un gruñido exasperado.
¿Por qué Drew tenía que hacer todo tan complicado?
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Drew no tenía idea de hacia dónde se estaba dirigiendo, sus pies se movían en automático, simplemente caminaba hacia adelante.
¿Qué diablos había sido eso? Lo que dijo no era una mentira, pero definitivamente no estaba en sus planes que ella se enterara. ¿Dónde diablos dejó su autocontrol?
Todo comenzó a ser un desastre en el momento en que la vio en el Centro Pokemon, su mente se inundó de tantos sentimientos y todo era demasiado confuso, no tenía idea de qué estaba sintiendo en ese momento: ¿felicidad? ¿enojo? ¿alivio? No lo sabía, los tres estaban ahí, pero ninguno estaba claro.
Siempre había tenido problemas para dominar sus propias emociones, es por esa razón que siempre intentaba aparentar que nada lo perturbaba. Sereno, tranquilo, arrogante incluso. Era su zona segura, no había necesidad de descifrar sentimientos confusos, siempre podía fingir que no había nada ahí, hacer como que todo le resbalaba y evitarse muchos problemas. Pero todo se había comenzado a salir de sus manos en el momento en que empezó a conocer a May más a fondo.
Después del Gran Festival de Kanto ya consideraba a May un poco como una amiga, pero durante su viaje por Johto, entre encuentros casuales y concursos, su amistad había crecido a tal punto en que podía llamarla una buena amiga, alguien en quien confiaba y apreciaba. Por eso fue un golpe muy duro cuando desapareció y se negó a tomar llamadas o mensajes, ese último año sin tener noticias de ella solo causó un desequilibrio masivo dentro de él.
Drew no sabía cómo sentirse al respecto, estaba preocupado por May, eso era seguro, pero ¿en realidad tenía razones para sentirse tan furioso con ella? ¿era normal sentirse triste? ¿ extrañarla y al mismo tiempo asustarse de ello? No tenía idea y eso sólo había conseguido tenerlo de un humor horrible toda la temporada pasada, no sentía sus victorias de la misma forma y las derrotas poco hacían en él. Y eso lo molestaba, ¿a dónde demonios se había ido su pasión? Odiaba no sentir nada al hacer lo que amaba.
Pero si había algo que podía afirmar que sentía, era dolor. Le dolía que May se hubiera ido sin despedirse, porque de alguna u otra manera ella siempre se las ingeniaba para encontrarlo y prometerle que la próxima vez que se enfrentaran ella iba a vencerlo y probar que era mejor, le hacía una promesa de que se volverían a ver, pero esa vez no lo hizo; le dolía que May se hubiera cerrado a ellos, como si de pronto ya no le tuviera la misma confianza de antes, como si estuviera alejándolo sin razón; le dolía toda esa nueva actitud de ella que le decía que no era su asunto.
¡Claro que era su asunto! May era su rival, su amiga, y él se preocupaba. Maldita sea, se preocupaba por ella. Creía que su amistad había crecido, no al revés. ¿Por qué ella estaba dejándolo fuera de ese modo?
Todo eso estaba causando estragos dentro de él y Drew no sabía cómo expresarlos, por eso se comportaba como un cretino. Demonios, incluso parecía un niño pequeño por la manera en la que se portaba cuando no sabía cómo expresarse.
Pero May no tenía por qué enterarse de todo eso, él no quería que ella se enterara. Entonces, ¿por qué había hecho completamente lo contrario? ¿Por qué tenía que complicar todo?
―¡Drew!
No sabía cuánto tiempo había estado caminando, pero ese grito lo hizo detenerse. Fue como salir de un trance. Miró a su alrededor para intentar ubicarse, pero no tenía ni idea de dónde estaba. Lo único que veía eran árboles, arbustos y algunos pokemon tipo insecto.
Genial, había estado caminando sin rumbo y ahora estaba perdido.
―¡Drew!
Era May quien lo llamaba, pero su voz no se escuchaba cerca.
Drew se recargó en la corteza de el árbol que tenía más cerca. Cerró sus ojos y se reprendió a sí mismo. ¿Qué estaba haciendo? Fue él quien dijo que debían dejar el problema de lado, y sin embargo fue él quien lo hizo más grande y además se había perdido en el bosque. Todavía no sabían dónde estaba Solidad, ¿por qué estaba siendo tan inconsciente? Él no era así.
Era increíblemente fastidioso nublarse con sus propias emociones.
―¡Drew ¿dónde estás?!
Ese grito se había escuchado más cerca. Dudo en responderle, todavía no estaba completamente estable. Todavía tenía la confusión a flor de piel, ¿era buena idea…
No terminó ese pensamiento, porque de la nada Absol salió de su pokebola, tenía el pelaje erizado y estaba en posición de ataque. Drew frunció el ceño.
―¿Absol, qué-
―¡Drew- AHHH!
Fue ahí cuando todas sus alarmas saltaron y lo hicieron despegarse de ese tronco, olvidando inmediatamente toda esa confusión e inestabilidad.
Ese definitivamente no había sido un grito normal y el que Absol saliera de su pokebola de ese modo solo significaba una cosa: algo malo iba a suceder.
Entonces recordó algo que le hizo helar la sangre; si May y esa chica del Centro Pokemon tenían razón, no creía que Slowbro y aquel Ursaring fueran los únicos pokemon que estaban en el bosque.
Ante un segundo grito, Drew y el pokemon salieron corriendo en la dirección en donde habían escuchado la voz de May.
―¡May! ―ahora era él quien gritaba sin recibir respuesta―. ¡¿May?!
Comenzó a escuchar una pelea, sonidos de explosiones y alaridos de los pokemon y siguió esos sonidos.
―¡May!
―¡Drew!
Drew se alivió de escucharla de nuevo y aceleró el paso, las explosiones se escuchaban cada vez más cerca. Cuando cruzó un montón de arbustos altos, se encontró con una batalla en pleno apogeo.
Blaziken lanzaba un fuerte lanzallamas hacia un Mightyena que parecía en extremo furioso, mientras que Glaceon estaba protectoramente frente a May con el lomo erizado viendo fijamente a un par de Breloom que no paraban de temblar y gritar frenéticos. Slowbro estaba escondido detrás de May y ella tenía una gran rama entre sus manos.
―May… ―dijo suspirando con alivio, pero se arrepintió cuando la mirada de ambos Breloom lo encontraron. Tragó en seco.
El puño del Breloom más cercano comenzó a destilar luz, sus pequeños ojos oscuros lo miraban muy abiertos, los chillidos no se acallaban y eso estaba espantando a Drew.
―¡Cuidado! ―gritó May.
―¡Cola de hierro! ―ordenó a Absol. La cola de Absol brilló e interceptó el golpe centrado del Breloom que iba destinado a Drew.
El pokemon de hierba/peleador retrocedió unos pasos y después recuperó su ritmo, gritando todavía más fuerte. Drew pudo ver cómo Absol miraba con horror a los pokemon salvajes, no parecía que Absol estuviera entendiéndoles en absoluto.
―Glaceon, usa tormenta de hielo en ambos Breloom. Blaziken, súper calor ―May ordenó con pánico. Drew corrió hacia ella y la tomó por los hombros, los ojos azules de May, infestados de miedo, se encontraron con los de él.
―¿Estás bien? ―le preguntó, ella lo miró con pánico.
―Tenemos que salir de aquí rápido.
―Yo me encargo.
La tormenta de hielo consiguió que los Breloom disminuyeran un poco el ritmo y el súper calor de Blaziken creó una gran nube de humo que tenía confundido a Mightyena. Drew vio eso como su ventana de oportunidad.
―Debemos correr a mi señal, ¿lista? ―preguntó, May asintió―. De acuerdo. ¡Absol, usa flash y luego viento cortante!
Una luz potente salió de la frente de Absol y encegueció a los pokemon salvajes, quienes cubrieron sus caras de la luz y después fueron golpeados por el fuerte viento cortante que logró lanzarlos varios metros hacia atrás. Drew entonces tomó la mano de May y gritó:
―¡Corre!
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Corrieron durante largos minutos, echaban miradas hacia atrás cada tanto para asegurarse que no los perseguían. Drew rezaba porque en su camino no hubiera más de esos pokemon locos y afortunadamente, no se encontraron con ninguno otro.
Eventualmente se detuvieron para poder descansar y tomar un respiro. Blaziken se apoyó en el mismo árbol que él, mientras que May, Glaceon y Absol se tumbaron al suelo para recuperar algo de su respiración. Slowbro no se veía tan mal como los demás, pero sí jadeaba un poco, May lo había llevado prácticamente arrastrando.
―¿Qué… Qué fue lo que pasó? ―le preguntó a la castaña que aún intentaba recuperar el aliento de rodillas en el suelo.
May alzó la mirada y lo vio por entre su largo cabello ahora distribuido por todo su rostro. Tosió un poco antes de comenzar a hablar.
―Después de que… te fuiste, Slowbro me ―tosió de nuevo, la voz le salía algo débil― me llevó hasta el último lugar que recuerda. Buscamos a Solidad en los alrededores y gritamos su nombre ―May se sentó en el suelo mientras comenzaba a respirar más normalmente, se hizo su cabello hacia atrás revelando sus mejillas sonrojadas por la carrera―. No la encontramos
―¿Qué? Pero…
―Entonces recordé la teoría que armamos Olivia y yo en el Centro Pokemon y me preocupó que estuvieras rondando solo por el bosque, así que comencé a llamarte, pero mis gritos atrajeron la atención de Mightyena y esos Breloom. Lo demás es historia ―explicó. Drew notó cómo ella había admitido sin tapujos ni titubeos que se preocupaba por él y eso sólo lo hizo sentirse mal―. Por otra parte, sí encontramos la pokebola de Slowbro, estaba tirada detrás de unos arbustos. Es un avance, quiere decir que al menos sabemos que sí estuvo por aquí, pero ahora estoy más preocupada por Solidad, hay que ampliar nuestra área de búsqueda.
May se levantó del suelo y se sacudió la ropa, vio con resignación la manga derecha de su cárdigan, la cual estaba rota y en su brazo Drew pudo ver una quemadura.
Frunció el ceño y caminó hasta ella, tomó su brazo para ver la herida desde más cerca. No parecía muy grave, pero seguro que escocía.
―Drew, ¿qué-
―¿Por qué no me lo dijiste? ¿Duele? ―May intentó alejar su brazo de él, sin responder, pero Drew lo tenía tomado con firmeza―. Cuando pregunté si estabas bien, debiste…
―Necesitábamos escapar y… es un simple rasguño, estoy bien ―la pequeña mano de ella tomó su muñeca y liberó su brazo de su agarre, le sonrió a medias y luego se acercó a ver si sus pokemon y Slowbro estaban bien.
Drew suspiró y revolvió el cabello de la nuca viéndola alejarse.
A veces ella podía ser tan terca…
Una vez que comprobó que Blaziken, Glaceon y Slowbro estaban bien, May los regresó a todos sus pokebolas, luego registró la parte del bosque donde se encontraban y después comenzó a caminar en dirección contraria a donde habían escapado de los pokemon enloquecidos. Drew frunció el ceño.
―¿A dónde vas? ―preguntó alzando la voz para que ella pudiese escucharlo.
―Al Centro Pokemon, necesito que papá me envíe un par de mis pokemon.
―¿Qué?
―Lo que oíste ―respondió ella sin voltear a mirarlo―, vamos a necesitar mucha ayuda para poder cubrir el área del bosque, necesito a alguien que pueda volar.
―Yo tengo a Flygon conmigo.
―Entonces puedes comenzar a buscar.
Y May desapareció entre los arbustos altos.
Drew compartió una mirada hastiada con Absol, quejándose silenciosamente por la postura testaruda que había tomado la coordinadora. El pokemon negó con la cabeza en respuesta, desacreditando la actitud de su entrenador. Drew rodó los ojos y lo regresó a su pokebola, después siguió el camino por el que May se había ido.
No había forma de que la dejara vagar por ese bosque sola de nuevo.
› • ‹
En cuanto llegaron al Centro Pokemon, Drew la arrastró hacia el mostrador. Y por más que ella intentó resistirse e insistir en que estaba bien para poder llamar a su padre, una sola mirada de ceño fruncido de esos ojos esmeralda fue suficiente para que desistiera en sus intentos.
Cuando la enfermera Joy la vio le hizo saber que estaba preocupada por la forma en que abandonó el concurso por la mitad, y su preocupación creció cuando captó la quemadura de su brazo. May intentó decirle que en realidad se veía peor de lo que era, pero Drew no la dejó.
Le explicaron a la enfermera Joy lo que había sucedido muy brevemente, ella expresó su preocupación por Solidad y por los pokemon enloquecidos del bosque. Les aconsejó que levantaran una denuncia de desaparición de Solidad y que informaran los acontecimientos del bosque a la oficial Jenny lo más pronto posible.
Ella y Drew compartieron una mirada insegura antes de sonreírle a la enfermera y asentir, entonces Drew le pidió a la enfermera una venda, agua fría y un paño para poder tratar la quemadura de May.
Cuando la enfermera Joy desapareció por la puerta para buscar lo pedido, May resopló.
―Te dije que estoy bien, lo que necesito es un teléfono.
―Este realmente no es el momento para ser obstinada, May, se te puede infectar y si empeora será un problema.
―Bueno, será mi problema.
Drew soltó un bufido y decidió ignorarla echando una mirada alrededor. May frunció el ceño e hizo lo mismo, entonces notó que había muchas personas sentadas en la sala de espera, la mayoría coordinadores, y todos estaban observándola.
Para este punto ya no se sentía cohibida por tener tantas miradas sobre ella, este último par de días se había acostumbrado a la atención, pero Drew sí parecía sorprendido e incluso algo incómodo.
Ella suspiró y se sentó en una banca cercana. Se quitó el cárdigan cuidadosamente, procurando que la tela no rozara con su herida.
Bueno, ahora que el cárdigan ya no cubría su visión de la herida entendía por qué Drew estaba tan insistente sobre tratarla, esa seguro se veía como una fea quemadura y ciertamente dolía mucho. Sólo esperaba que no dejara una marca.
La enfermera Joy regresó y le entregó a Drew el paño, la venda y un pequeño cazo con agua fría. La excesiva atención pasó a segundo plano para Drew, quien se sentó junto a ella y extendió su mano para que ella le ofreciera voluntariamente su brazo. May suspiró y lo hizo.
Drew empapó el paño en el agua y luego lo exprimió sobre la quemadura, May se mordió el labio con fuerza ante el ardor que provocó eso, pero cuando lo hizo por segunda vez dejó de escocer y comenzó a sentirse mejor.
Observó atentamente el rostro de Drew mientras colocaba la venda alrededor de su brazo, se veía tan concentrado con el ceño ligeramente fruncido y la mirada muy fija. Él estaba siendo muy gentil y cuidadoso. May no supo exactamente por qué, pero en ese momento recordó las palabras que le había gritado antes de desaparecer dentro del bosque y sintió el calor subir a sus mejillas.
Apartó la vista cuando él le preguntó si la venda estaba muy apretada. Negó, su rostro sintiéndose caliente.
―Ahí tienes, no tomó ni diez minutos ―el tono de Drew estaba muy lejos de reflejar la gentileza de sus acciones y eso la hizo hacer una mueca. Se miró el brazo y lo movió un poco, la venda no le molestaba mucho.
―Gracias.
―Seguro.
―Ahora iré a hacer esa llamada ―se levantó de su asiento y le pidió a la enfermera Joy un teléfono.
Fue su madre quien atendió la llamada. Como esperaba, su madre estaba llena de preguntas sobre el concurso. May le explicó brevemente la situación y le pidió que le mandara el pokemon que necesitaba, asegurándole que luego le explicaría mejor la situación. Caroline lo hizo con gusto y le pidió que la mantuviera informada de cualquier cosa, también le deseó suerte encontrando a su amiga.
Drew ya estaba esperándola afuera del Centro Pokemon, Flygon estaba afuera de su pokebola y Drew acariciaba su lomo.
―¿Todo listo? ―preguntó él, ella asintió―. Entonces apresúrate que el sol ya está empezando a ocultarse.
May resopló ante el tono de voz mandón que Drew estaba utilizando, él en respuesta a su bufido se agitó el cabello. Lanzó su pokebola al aire y su pokemon se materializó imponente frente a ella.
―¡Hola, Salamance! ―saludó con alegría acariciando el cuello del pokemon, quien agachó su cabeza en una reverencia.
―¿Un Salamance? ¿Cómo es que tienes un Salamance? ―preguntó Drew, sorprendido y tal vez algo cauteloso.
Ella se encogió de hombros, misteriosa, y luego le pidió a su pokemon que bajara un poco su cuello para que la dejara subir.
Salamance agitó sus alas con fuerza y la tierra se alzó un poco cuando las patas del pokemon dejaron el suelo.
May miró hacia abajo.
―¿No vienes? ―gritó.
Casi pudo escuchar a Drew resoplar antes de montar a Flygon y alcanzarla en el cielo.
Tenían cerca de dos horas antes de que el sol se pusiera completamente y la noche cayera, entonces no podrían ver nada y la búsqueda sólo sería una pérdida de tiempo. May esperaba poder encontrar a su amiga antes de que eso sucediera.
* * *
Wenas, wenas. Vengo a hacerles entrega de otro capítulo de este desastre a punto de explotar.
¿Qué piensan de mi versión de Drew? Mi interpretación de él es que es socially awkward y que esconde eso detrás de su arrogancia. ¿Recuerdan que él dijo que solía ser una persona muy nerviosa, qué tal si nunca dejó de serlo y en cambio simplemente decidió ocultarlo, pero en el fondo sigue siendo un desastre emocional?
Ese es mi Drew.
Also, comienzo petición para que sea canon que May tenga un Salamance.
Espero que les haya gustado, muchas gracias por pasarse a leer y Marie eres un amor por comentar, ily.
Eso es todo por hoy, contestshippers. Hasta la próxima.
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Re: De vuelta a casa
AAAAAAAAAAAAAA ACTUALIZACIÓN
Perdona pero me emociona leer que has actualizado
En primer lugar, el Drew de tu fic es un headcanon que llevo porque pese a verse fuerte es una persona más frágil en cuanto a emociones. Me encanta como has plasmado a Drew en personalidad, es sensacional llevar sus emociones a otro nivel. Por otro lado, sentí la emoción de ambos en todo su esplendor al leerlo. Es que son divinos. Por otro lado, ¿qué fue lo que Drew estaba pensando y se cortó? AAAAAAAAAAAAAAAAAA me dejó intrigada y ando buscando pistas.
Hablando de canon... Obviamente! También imagino a May teniendo a un imponente Salamance porque, bueno, es mi poderosísima niña. También imagino a Drew con un Arcanine gracias al anime.
En serio me encanta el cambio de look de May, porque así me la imagino, cambiando de estilo y queriendo ser otra.
Justo veía el Instagram de una modelo antes de leer tu fic y cuando hablaste del cardigan rojo me recordó a un outfit de la chica... En serio pensé en May. Es Bridget Satterlee (aunque ella no tiene ojos azules).
Me alegra saber que eres libre por fin te amo, ocs?
Perdona pero me emociona leer que has actualizado
En primer lugar, el Drew de tu fic es un headcanon que llevo porque pese a verse fuerte es una persona más frágil en cuanto a emociones. Me encanta como has plasmado a Drew en personalidad, es sensacional llevar sus emociones a otro nivel. Por otro lado, sentí la emoción de ambos en todo su esplendor al leerlo. Es que son divinos. Por otro lado, ¿qué fue lo que Drew estaba pensando y se cortó? AAAAAAAAAAAAAAAAAA me dejó intrigada y ando buscando pistas.
Hablando de canon... Obviamente! También imagino a May teniendo a un imponente Salamance porque, bueno, es mi poderosísima niña. También imagino a Drew con un Arcanine gracias al anime.
En serio me encanta el cambio de look de May, porque así me la imagino, cambiando de estilo y queriendo ser otra.
Justo veía el Instagram de una modelo antes de leer tu fic y cuando hablaste del cardigan rojo me recordó a un outfit de la chica... En serio pensé en May. Es Bridget Satterlee (aunque ella no tiene ojos azules).
Me alegra saber que eres libre por fin te amo, ocs?
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Re: De vuelta a casa
Holi ~
Al fin me dio tiempo de terminar de leer lol
La trama me resulta curiosa de muchas maneras, y que se centre en un tercero a parte pues está cool.
Más que nada me da nostalgia que se centre en el mundo pokémon lol
Aunque acepto que hay personajes que no reconozco porque yo me he quedado en un punto donde recuerdo poco y no tengo ganas de ver más lol
Pero eso a parte, cambiando de tema es gracioso porque yo siempre he visto a Drew como alguien que no sabe expresarse correctamente xD Y sí, me agrada que May tenga un Salamance. Ósea es un Salamance quién no quiere uno?
Por otro lado te felicito por esa paciencia al describir las batallas, y los movimientos de los pokes, yo no alcanzo ni a recordarlos lol
En fin, es bueno saber que tienes libertad de la universidad, por lo que también espero al siguiente cap xD
Al fin me dio tiempo de terminar de leer lol
La trama me resulta curiosa de muchas maneras, y que se centre en un tercero a parte pues está cool.
Más que nada me da nostalgia que se centre en el mundo pokémon lol
Aunque acepto que hay personajes que no reconozco porque yo me he quedado en un punto donde recuerdo poco y no tengo ganas de ver más lol
Pero eso a parte, cambiando de tema es gracioso porque yo siempre he visto a Drew como alguien que no sabe expresarse correctamente xD Y sí, me agrada que May tenga un Salamance. Ósea es un Salamance quién no quiere uno?
Por otro lado te felicito por esa paciencia al describir las batallas, y los movimientos de los pokes, yo no alcanzo ni a recordarlos lol
En fin, es bueno saber que tienes libertad de la universidad, por lo que también espero al siguiente cap xD
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Re: De vuelta a casa
Hello, hello.
No sé si cuenta como actualización, pero hice unos pequeñoscuando digo pequeños me refiero a gigantes cambios en el prólogo. Tuve una revelación y llevo todo este tiempo editando la historia.
Por el momento solo estoy 100% satisfecha con el prólogo, he estado cambiando cositas aquí y allá en el capítulo 1 y 2, pero son mínimas, pero puedo decirles que el capítulo 3 sí tuvo una remodelación monumental, de hecho, aún estoy trabajando en ella.
Pero no se preocupen, la esencia de la historia sigue ahí, solo estoy mejorando ciertas cosas sobre los problemas que hay entre May y Drew y también trato de avanzar bien con el tema de la desaparición de Solidad.
Les iré avisando cuando suba los cambios, ¿les parece? En caso de que quieran ver qué fue lo que cambio, si no, no hay problema, la historia seguirá como la planeé desde el principio.
Okay, ese fue todo el comunicado.
Espero que todos ustedes estén bien y que se estén cuidando bien.
Los amo.
No sé si cuenta como actualización, pero hice unos pequeños
Por el momento solo estoy 100% satisfecha con el prólogo, he estado cambiando cositas aquí y allá en el capítulo 1 y 2, pero son mínimas, pero puedo decirles que el capítulo 3 sí tuvo una remodelación monumental, de hecho, aún estoy trabajando en ella.
Pero no se preocupen, la esencia de la historia sigue ahí, solo estoy mejorando ciertas cosas sobre los problemas que hay entre May y Drew y también trato de avanzar bien con el tema de la desaparición de Solidad.
Les iré avisando cuando suba los cambios, ¿les parece? En caso de que quieran ver qué fue lo que cambio, si no, no hay problema, la historia seguirá como la planeé desde el principio.
Okay, ese fue todo el comunicado.
Espero que todos ustedes estén bien y que se estén cuidando bien.
Los amo.
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Re: De vuelta a casa
Pensé que había comentado pero nooooooo
Leí el prólogo nuevamente y me encantoó. Eres la ama del misterio. Me encanta todo.
Y no te preocupes, yo te esperaré lo que sea necesario pero no abandones esto, es maravilloso.
Esperaré actualización. Te leo!
Leí el prólogo nuevamente y me encantoó. Eres la ama del misterio. Me encanta todo.
Y no te preocupes, yo te esperaré lo que sea necesario pero no abandones esto, es maravilloso.
Esperaré actualización. Te leo!
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Re: De vuelta a casa
Eres muy buena escritora, @Birdie.
Me encanta la forma en que vas desarrollando la historia. Este es un escrito muy limpio y tiene esa combinación de drama e inocencia que ya hacía falta.
A pesar de ser muy joven, te destacas al escribir y al desarrollar el background de los personajes. Personalmente, siempre he imaginado a Drew como alguien que - superada la etapa de la arrogancia - es puramente caballeroso y amable. Su naturaleza gentil salía a relucir en sus interacciones con personajes como Solidad o Brianna, por ejemplo (en la serie, digo). Creo que a May siempre le regaló algún «trato especial». Sin embargo, me parece interesante cómo lo estás manejando tú y cómo hablas de «tu versión de Drew» porque, ciertamente, creo que cada uno de nosotros tiene su visión y su versión del personaje.
También creo que cada uno de nosotros tendrá su propia versión de personajes tan complejos como Harley, joyita del anime.
Estoy al pendiente de tus actualizaciones y ansiosa por continuar la historia. Muy buen toque el de añadir un prólogo con un personaje como Solidad, al que pocas veces se le da voz.
¡Un abracín! Gracias por tu historia!
Me encanta la forma en que vas desarrollando la historia. Este es un escrito muy limpio y tiene esa combinación de drama e inocencia que ya hacía falta.
A pesar de ser muy joven, te destacas al escribir y al desarrollar el background de los personajes. Personalmente, siempre he imaginado a Drew como alguien que - superada la etapa de la arrogancia - es puramente caballeroso y amable. Su naturaleza gentil salía a relucir en sus interacciones con personajes como Solidad o Brianna, por ejemplo (en la serie, digo). Creo que a May siempre le regaló algún «trato especial». Sin embargo, me parece interesante cómo lo estás manejando tú y cómo hablas de «tu versión de Drew» porque, ciertamente, creo que cada uno de nosotros tiene su visión y su versión del personaje.
También creo que cada uno de nosotros tendrá su propia versión de personajes tan complejos como Harley, joyita del anime.
Estoy al pendiente de tus actualizaciones y ansiosa por continuar la historia. Muy buen toque el de añadir un prólogo con un personaje como Solidad, al que pocas veces se le da voz.
¡Un abracín! Gracias por tu historia!
Micahela- **Miembro*Contest**
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Re: De vuelta a casa
¡Amiga! Esta historia es fantástica. Solo me reporto para decir que sigo esperando una continuación. He vuelto a leerla, de hecho, y me ha vuelto a sorprender. He visto matices que antes no. No sé si he pescado alguno de los cambios que has hecho, pero ¡puedo decir que en serio me encantaría leer el desenlace!
Me encanta la complejidad implícita en tu versión de Drew. También la construcción de May se siente natural y sólida. De hecho, la evolución de ambos personajes es orgánica.
Es tu visión de ese futuro, pero está construido de forma delicada y verosímil. La fluidez del texto es magnífica, también.
Te puedo decir que, como escritor, uno siempre encuentra cosas qué mejorar. En adición, es normal encontrarse con que uno ya no gusta de las cosas que escribió y está haciendo cambios aquí y allá, ¡pero te puedo asegurar que tu trabajo es excelente!
¡Te envío un enorme abrazo! Por favor, amiga, no dejes la historia. ¡Hacía mucho que no disfrutaba tanto una! (Una disculpa por el testamento).
Me encanta la complejidad implícita en tu versión de Drew. También la construcción de May se siente natural y sólida. De hecho, la evolución de ambos personajes es orgánica.
Es tu visión de ese futuro, pero está construido de forma delicada y verosímil. La fluidez del texto es magnífica, también.
Te puedo decir que, como escritor, uno siempre encuentra cosas qué mejorar. En adición, es normal encontrarse con que uno ya no gusta de las cosas que escribió y está haciendo cambios aquí y allá, ¡pero te puedo asegurar que tu trabajo es excelente!
¡Te envío un enorme abrazo! Por favor, amiga, no dejes la historia. ¡Hacía mucho que no disfrutaba tanto una! (Una disculpa por el testamento).
Micahela- **Miembro*Contest**
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