¿Un rival en el amor? ¡Jamás!

¿Un rival en el amor? ¡Jamás!
Capitulo único

Ciudad Algaria, Hoenn.

En una de las ciudades más llamativas de la región donde se encontraba el famoso centro espacial, ese día se estaba llevando a cabo un concurso Pokémon.
En el estadio en donde se desarrollaba la competencia, para ser más específicos en los bastidores se encontraba un pequeño grupo inusual de coordinadores hablando.

"¡Oh, es el glaceon más bonito que he visto!". Exclamó una chica castaña clara de cabello corto emocionada.

"Tu eres la princesa May, ¿Cierto?. En verdad si que cuidas mucho a tus Pokémon, no puedo dejar de observar su pelaje brillante." Dijo la otra chica del grupo alegremente a la coordinadora de pañoleta verde.

"Si soy yo, un gusto y muchas gracias a las dos". Respondió May Balance de forma contenta y apenada mientras se inclinaba de forma respetuosa hacia las dos chicas mientras estas se despedían alegremente de ella, en ocasiones no estaba acostumbrada a que la llamaran por el apodo con el cual la conocían en el mundo de la coordinación. Tras ella, un chico de cabello largo morado y otro de cabellos peliverdes miraban expectantes la situación.

"Vaya May, al parecer ya no eres tan torpe como antes. Hasta admiradoras ya tienes.". Mencionó Drew LaRousse acercándose a ella con su sonrisa burlona. May por su parte entrecerró sus ojos mirándolo con sospecha, después de todo era muy extraño que el chico le dedicará un cumplido. No es que nunca lo haya hecho, solo que no era algo a lo que estuviera acostumbrada. "Oh, pensándolo bien estoy en un error. El que las tiene es Glaceon. Tu no podrías tener un admirador, te faltan muchos años para ser admirada como yo". Dijo Drew burlonamente, mientras realizaba su movimiento característico con su frequillo.

En el fondo sabía el chico que se había pasado al hacer ese tipo de burlas a la castaña, pero no podía evitarlo. Adoraba molestar a May. Amaba sus reacciones y sus respuestas que tenía ante sus burlas.

Amaba, amor…
Aunque a veces no le gustaba pensar en el tema y aún le costaba un poco admitirlo, él amaba a aquella castaña despistada que tenía de frente. Obviamente hasta la fecha no le había compartido sus sentimientos. Esperaba que algún día la chica se diera cuenta, no por nada cada vez que la veía le obsequiaba una de sus tan preciadas rosas rojas.

"¡Oye, eres un engreído!". Respondió May disgustada alzando la voz de más. Inflo sus mejillas con molestia. "Para tu información no necesito tener algún admirador. No soy una superficial como tú. Y estoy halagada de que Glaceon sea muy hermoso, pero tú qué vas a saber de los Eevee, ni siquiera tienes uno". Dijo de manera solemne la castaña tranquilizandose. Sabía que no debía caer en las provocaciones de Drew, ya que tenía el conocimiento de que el peliverde disfrutaba hacerla rabiar. Hoy no le daría el gusto.

El chico LaRousse le miró ligeramente sorprendido, ¿Acaso May había insinuado que no sabía absolutamente nada de los Eevee por no tener uno?. Que equivocada estaba la castaña. Desde que la chica viajó por Kanto en compañía de Ash, él intentó conseguir un Eevee, para posteriormente evolucionarlo a un hermoso Leafeon. Desgraciadamente estuvo ocupado entrenando a su absol y no pudo darse el tiempo para capturar al pequeño Pokémon. Después de todo la evolución tipo planta de eevee era la más rara entre todas Y él tenía una cierta preferencia por ese tipo de pokemon. No muchos conocían de este deseo más que su vieja amiga Solidad, afortunadamente no se encontraba con ellos ese día y no expondría su secreto. Solidad se caracterizaba por compartir sus secretos profundos con May.

"Vaya lechuguin, al parecer te han dejado sin palabras. Querida, eso estuvo de churro". Habló por primera vez el coordinador pelimorado, Drew miró molesto al chico.

"Te he dicho que no me llames así". Respondió molesto el coordinador de roselia cerrando los ojos con molestia. Harley sonrió macabramente. May solo se limitó a guardar silencio, ya que siempre que Harley sonreía de esa manera algo malo iba a salir de su boca y la castaña prefería que se fuera en contra del peliverde.

"Ahora que lo recuerdo". Ignoró Harley al chico mientras miraba hacia al techo fingiendo que pensaba. "Solidad una vez me comentó algo sobre que tú querías un eevee mientras viajabamos por Kanto. Y que por tu falta de tiempo no lo habías conseguido. Que lastima, todos sabemos que fue por tu falta de capacidad con los Pokémon". Rio descaradamente el pelimorado con malicia. Por su parte el chico LaRousse lo miró con odio. Se juró que jamás le volvería a compartir un secreto a Solidad. "Además, la bobita si tiene un admirador. Tengo entendido que eres tú. ¿O me equivoco lechuguin?". Susurró esto último cerca del coordinador menor provocando un leve sonrojo en él.

"No sé de qué estás hablando". Contestó nerviosamente Drew mientras fingía inocencia. En ese momento giró a ver a May que lo miraba con sus ojos azules brillantes de emoción. Los dos coordinadores la miraron sorprendidos. ¿Acaso May había escuchado lo que había dicho Harley con anterioridad?. Drew entró en pánico internamente, más no dejó que sus emociones se reflejarán en su rostro.

"¿Será que por fin te diste cuenta bobita?". Pregunto Harley emocionado mientras tomaba contento las manos de May. Por su parte Drew seguía paralizado mirando la escena. May asintió emocionada mientras reía. "¡OMG, soy un cupido divino!". Gritó el pelimorado con emoción soltando las manos de la coordinadora. May observó al chico LaRousse, su cara estaba muy roja.

"Si, ahora lo entiendo todo". Contestó May mirando contenta a Drew, este estaba en shock. A su alrededor Harley brincaba como conejito.

"Dios, como Solidad no está aquí para ver esto". Dijo con felicidad el coordinador de Cacturne mientras seguía brincando de emoción. May se acercó y tomó a Drew por los hombros, este abrió sus ojos exageradamente con sorpresa. Dejó de respirar por la cercanía de la castaña. ¿Acaso iba a besarlo? No estaba preparado para eso, obviamente en el fondo lo deseaba, pero no quería que las cosas se dieran así. Estaba a punto de detenerla, pero la chica volvió a hablar.

"¿Por qué nunca me lo dijiste Drew?". Preguntó Balance tiernamente, mirando al chico contenta. En el fondo Harley los estaba grabando con una cámara de vídeo. Drew lo maldijo internamente. ¿De dónde diablos la había sacado?.

"Bueno May, en realidad yo…". Susurró Drew quedamente mirando a la chica a los ojos con determinación, dejando su timidez de lado. El sonrojo adornaba tiernamente sus mejillas. Era el momento, él lo sabía. No había vuelta atrás, después de todo era una buena oportunidad para decirle sus sentimientos a la chica, aunque no se hubiera dado de la forma que más le hubiera gustado.

"No me digas nada, tranquilo. ¡No puedo creer que nunca me dijeras que querías un eevee! Yo te habría ayudado". Le respondió la chica de la pañoleta verde contenta soltando su agarre de los hombros del chico. Drew se quedó paralizado y cayó al suelo al estilo anime. Harley y él habían malinterpretado las palabras de la coordinadora. No sé había dado cuenta de los sentimientos por Drew, sino por su deseo de tener un eevee. El peliverde se incorporó y suspiro liberando la tensión que guardaba dentro, recomponiendose en el acto. "Drew, ¿Estás bien?". Preguntó preocupada la chica.

"¡Ay, pero serás boba!". Le gritó Harley disgustado mientras apagaba la cámara de vídeo y la guardaba en su mochila. "Era el momento". Añadió, mientras lloraba dramáticamente y se alejaba de los jóvenes coordinadores, May le miró extrañada.

"¿Se puede saber qué le sucede a Harley?". Preguntó Balance a LaRousse dedicándole una mirada confundida.

"Es Harley". Mencionó con simpleza Drew mientras se alejaba de la castaña y salía de los bastidores.

"¿Pero qué les pasa a todos?". Susurró May, se acuclilló en el suelo mientras seguía acariciando a Glaceon. "Ya verás Glaceon, le conseguiremos a Drew un eevee". Sonrió contenta a su Pokémon, este le correspondió el cariño felizmente.



A las afueras del estadio

Después de la plática tan extraña que se había desatado en los bastidores del estadio, cada uno de los coordinadores se dedicó al concurso así evitando más distracciones. Al final el ganador resultó ser Drew, tras vencer a May en la final.
El trío de jóvenes coordinadores se encontraba a las afueras del lugar continuando con una plática amigable.

"Y nuevamente te he demostrado quién de los dos es el mejor". Mencionó Drew de manera presumida mientras movía su flequillo con elegancia, la castaña le miró irritada.

"Solo fue suerte, ya verás que la próxima vez te venceré Drew". Le contestó May un poco molesta por los aires de grandeza del chico.

"Si si, ya se que se quieren, pero cállense. No estoy de humor". Mencionó irritado Harley cruzándose de brazos y alejándose del lugar.

Y no era para más, el joven coordinador de Cacturne aún se encontraba disgustado por lo acontecido en bastidores con Drew y May. No podía aceptar que sus dos "amigos" fueran tan lentos en expresar sus sentimientos. Y si, amigos. Porque en el fondo sabía que a pesar que le gustaba hacerles la vida imposible a los chicos, les había tomado cariño al transcurrir esos cuatro años encontrándose en diversos concursos y situaciones.

"Y el amargado dice que soy yo". Le miró escépticamente el joven de ojos esmeralda. Después dirigió su mirada a la chica de la pañoleta verde, metió la mano dentro de su chaqueta morada, sintió la rosa roja que guardaba dentro. "May…". llamó la atención de la chica al mencionar su nombre.

Drew estaba a punto de sacar la tan preciada rosa roja, pero de un momento a otro se vieron rodeados de un grupo de féminas y un par de camarógrafos.


"¡Joven Drew! ¿Nos podrías conceder una entrevista para el canal Contesta?". Mencionó una chica mayor de aproximadamente 28 años con su camarógrafo al lado. Las fanáticas gritaban de emoción. Drew cerró los ojos con fastidio, May le miró y río.

Sabía que aunque Drew presumiera de la cantidad de fans y admiradores que tenía no le era tan grato en ocasiones estar concediendo entrevistas. En los años que lo llevaba conociendo sabía que el peliverde prefería estar en un bajo perfil que le permitiera realizar sus actividades con cotidianidad y comodidad. Eso no significa que no fuera amable con sus fans.

"Ve Drew, yo aun seguiré por aquí con Harley". Le dijo la chica posando su mano en el hombro del chico, este suspiro y le regaló una pequeña sonrisa.

"Gracias May". Contestó simplemente el chico con una sonrisa para después apreciar como la chica
Balance se alejaba al encuentro de Harley, que estaba sentado en una banca a unos 15 metros. "Muy bien, pero que sea rápido por favor". Dijo el peliverde mientras volvía a adoptar su personalidad arrogante y sonreía a su público realizando su movimiento de flequillo. Se oyeron varios gritos y suspiros femeninos al instante.

Por otro lado, May llegó al encuentro de Harley y se sentó en la banca a esperar tranquilamente. Mientras tanto, sacó una bolsa de galletas de su mochila. Harley la miró de reojo. May sonrió y le ofreció algunas sin decir nada. El pelimorado sonrió de lado recordando porque había decidido conocerla hace cuatro años. Todo para hacerle la vida imposible por el parecido que tenía con una vieja compañera de la infancia de Harley que le había quitado unas galletas. Vaya ironía.

"¿No te molesta que tenga tantos fans nuestro lechuguin?". Pregunto inocente el coordinador mayor. Tenía la esperanza de que May de una vez por todas logrará entender sus sentimientos respecto al coordinador de ojos esmeralda. Tal vez los celos serían una buena opción a su consideración, ya que Drew contaba con una amplia variedad de fans féminas que darían lo que fuera por tener la atención del chico.

"¿Por qué debería molestarme? Después de todo son sus fans". Preguntó desinteresadamente May con la boca llena.

"¿Estás consciente que la mayoría son chicas? Y cualquiera de ellas daría lo que fuera por estar con el señor lechuga unos minutos". Dijo incrédulo el pelimorado.

"Si, ¿Pero que tiene de malo? ". Contestó confundida la castaña de la pañoleta verde. Harley se abofeteo mentalmente. En ocasiones olvidaba lo despistada que era la chica.

"Tenías que ser boba". Suspiro con cansancio el chico pensando en otra forma de abordar a May. "¿Te gusta cuando Drew te regala rosas ?". Preguntó directamente el chico, no había otra forma de tratar con May, debía ir al grano.

"Por supuesto, aunque técnicamente no son para mí, sino para mis Pokémon". Contestó tímida y sonrojada Balance mientras jugaba con sus dedos.

"Se qué eres más inteligente boba, ¿En serio crees que son para tus Pokémon?. Es más, ¿Tan siquiera has pensado porque las rosas son rojas?". Le reprendió el coordinador de Cacturne.

"Conozco el lenguaje de las flores…". Susurró May tapándose la cara con las manos, el pelimorado alcanzó a ver su rostro sonrojado semejante a un tomate maduro. Se rió.

"Entonces, por lo que acabas de decir sabes perfectamente que significan. Por lo tanto dudo que esas rosas sean para ellos, a menos que les esté declarando un amor pasional a tus Pokémon. " Le contestó divertido el chico.

"Pero yo no soy muy bonita Harley. No soy elegante, soy torpe y despistada. ¿Que podría tener en caso de que Drew guste de mi?". Dijo la coordinadora de la pañoleta triste mirando el suelo.

"Ay, odio decir esto y se que me voy a arrepentir". Dijo de forma dramática el coordinador mayor. "Tienes lo tuyo boba, no te desacredites, después de todo eres la única mujer que he conocido que el lechuguin le da rosas, ni siquiera a Solidad que le tiene gran cariño le da esos regalos".

"¿En serio?". Preguntó inocentemente la chica borrando un poco de tristeza de su rostro.

"Claro, ¿Me crees capaz de mentirte con algo así?". Preguntó el pelimorado con determinación, May le miró escépticamente. "¡Ush, mejor no me respondas!". Le expresó molesto, cruzándose de brazos y girando su rostro en la dirección contraria a ella.

"Muchas gracias Harley, eres un gran amigo". Contestó May felizmente, por su parte el mencionado se giró y le correspondió la sonrisa a su manera.

" De nada boba, después de todo amo la parejita que forman ustedes. Ten paciencia, tal vez el lechugas algún día se anime a decírtelo". Dijo con simpleza el coordinador.

De repente a lo lejos miraron a un joven correr hacia ellos. Era apuesto, de cabello y ojos del color de la plata. Vestía con un elegante traje. En la mano traía un ramo de claveles rojos.

"¡May, que bueno que te alcance!". Le expresó con felicidad el joven peliplateado.

"Máximo". Contestó sorprendida la aludida. Harley veía alucinado la situación que tenía delante de él. ¿Quién era ese joven tan apuesto? Se le hacía familiar.

"Lamento no haber llegado para apoyarte en el concurso, pero traigo esto como compensación". Exclamó apenado Máximo extendiendo delante de ella el ramo de claveles rojos. May por su parte se sonrojo levemente. Harley dio un gritito emocionado. Ya quería que Drew terminará su entrevista para ver semejante espectáculo.

"Oh, muchas gracias. Justamente en un rato iba a pasar por tu casa, aunque veo que te me adelantaste" le sonrió la chica a Máximo, esté correspondió de la misma manera. "Máximo, él es Harley. Es un gran amigo y rival mío."

"Un placer conocerte Harley. Mi nombre es Máximo Peñas". Contestó el chico extendiendo su mano en dirección del mencionado. El pelimorado correspondió al saludo y abrió mucho los ojos con sorpresa.

"¡No juegues!". Exclamó sorprendido el coordinador de Cacturne, May y Máximo se miraron confundidos. "Eres el campeón de Hoenn". Dijo emocionado el chico pelimorado con un brillo peculiar en sus ojos.

"El mismo, pero te pido por favor que bajes la voz. No quiero que los reporteros que están haya me vean y hagan un escándalo". Le pidió con amabilidad el peliplateado.

"Solo por tratarse de ti lo haré." Contestó con simpleza, cambió la dirección de su mirada hacia May. "May querida. ¿De dónde conoces a un caballero tan distinguido como él?" Preguntó con complicidad Harley.

"Oh, somos amigos de la infancia. Siempre nos hemos mantenido en contacto con el pokenav. Además en ocasiones va a visitar a mi familia a Petalburgo, ya que el señor Peñas y mi padre son viejos amigos". Explicó la castaña felizmente mientras Máximo se sentaba a su lado sonriente.

"Claro, se nota que son solo amigos". Dijo sarcásticamente Harley. "Bueno si me disculpan iré a ver si ya puso la marrana". Habló atropelladamente el chico pelimorado mientras salía corriendo del lugar.

"Tu amigo es algo peculiar". Mencionó Máximo divertido mirando a la castaña. Está solo se encogió de hombros restándole importancia a la situación.

"Simplemente así es Harley"



De regreso con Harley esté se aseguro de abrirse camino por el barullo de gente que rodeaba a Drew. Sus fans aún no le habían permitido marchar. Después de unos cuantos empujones se pudo localizar a un lado del coordinador de ojos esmeralda.

"¿Quieres dejar de jugar y venir conmigo para que reclames a tu mujer?". Le expresó con desesperación el chico Cacturne mientras jaloneaba a Drew de la mano.

"¿Se puede saber que te pasa?". Preguntó mordazmente LaRousse sin entender a qué se refería su extraño amigo.

"Pasa que mientras estás aquí jugando a ser una celebridad, a la boba le ha llegado un pretendiente con todo y un ramo de flores". Le susurró al oído con discreción al coordinador menor.
Después de todo, no quería que los fans del chico y los entrevistadores del programa Contesta se percataran de la situación. No quería un escándalo televisado titulado "Los celos del caballero LaRousse de Hoenn y el campeón Máximo por la princesa de la discordia."
Vaya, si que era muy hábil para los dramas, pero eso ya lo atendería después. Lo primordial era evitar ese escándalo que protagonizaran sus amigos, sino se metería en problemas con Solidad por no ayudarlos.

"¿Qué?". Mencionó un poco alto Drew con incredulidad buscando a May con la mirada. Y la localizó inmediatamente en el mismo lugar que se encontraba con anterioridad, solo que la diferencia estaba en que un joven peliplateado apuesto estaba a su lado y ella en sus manos tenía un gran ramo de claveles. Sintió su pecho arder y un malestar en la boca del estómago. Todos a su alrededor enmudecieron por su exclamación repentina, el joven peliverde les miró seriamente. "Se terminó la entrevista, fue un gusto haberlos atendido". Contestó mortalmente serio mientras se abría paso por la multitud, Harley le seguía de cerca.

"Espera, primero relájate lechuga". Le habló Harley tomándolo del hombro impidiendo que siguiera caminando, Drew chasqueo la lengua con fastidio.

"¿Quien se ha creído ese sujeto al darle eso?". Preguntó molesto sin dejar su actitud seria. Sí Harley no lo conociera tan bien diría que no estaba molesto, pero sabía que cuando el peliverde actuaba de esa manera es que en cualquier minuto perdería la compostura.

Drew no podía creer la situación. Sabía que May últimamente con los años había ganado fama en el mundo de la coordinación, pero nunca creyó que existiera alguien tan atrevido como para acercarse a ella y darle un regalo de ese calibre. Además todos en el mundo de la coordinación sospechaban de los sentimientos de LaRousse por la princesa de Hoenn, incluso sus mismas fans lo sabían y respetaban su decisión. Esa era la razón por la cual ningún fan masculino de la chica se le acercaba. Porque todos sabían que el caballero LaRousse haría lo que fuera por alejarlos de su princesa.

Que fan tan molesto debía ser ese peliplateado como para no saber nada de la situación que tenían May y él. Y para colmo se atrevía a permanecer a su lado como si nada. Una parte de él estaba tranquilo, sabía que a May no le gustaba cualquier flor. Un ramo de claveles jamás se compararía a sus preciadas rosas rojas.

"Pues agárrate de dónde puedas lechuga, porque ese sujeto que ves ahí con la boba es el mismísimo campeón de la región de Hoenn". Le contestó con drama el coordinador de Cacturne mientras señalaba a Máximo a lo lejos. Drew volteo a mirar a Harley rápidamente con incredulidad.

"¿El cam-campeón?". Tartamudeo incrédulo el chico LaRousse, el pelimorado le miró divertido, después de todo jamás en su vida había visto a Drew LaRousse tartamudear así. El peliverde se dió cuenta de la mirada de Harley y se recompuso de inmediato, regresando a su seriedad absoluta.

El peliverde aprovechó su confianza renovada y camino de forma más rápida al encuentro de la castaña.

"May". Dijo de manera fría el chico peliverde a la mencionada. Ella se limitó a verlo un poco confundida, ya que jamás se había dirigido a ella en ese tono.

"Drew, veo que has terminado con tu entrevista". Le contestó Balance tratando de recomponerse por su confusión, pero se percató que el joven de ojos esmeralda no la estaba mirando en absoluto, sino que mirada de manera muy seria a Máximo. El peliplateado se dió cuenta inmediatamente de la situación.

"Oh, disculpa no me he presentado". Mencionó apenado el campeón mientras se rascaba su cabeza con nerviosismo. Máximo Peñas sabía perfectamente quien era Drew LaRousse.
Heredero de la familia fundadora y más prestigiosa de ciudad LaRousse. Hijo de Andrew LaRousse, quien es un investigador e innovador tecnológico proveedor de toda la tecnología de esa ciudad y algunos lugares de Hoenn. Drew LaRousse, uno de los coordinadores más talentosos y temidos en el mundo de los concursos Pokémon. El caballero de Hoenn, pero fuera de todos los títulos que le ponía la gente al peliverde que tenía de frente él sabía que era el joven de quién May estaba enamorada.

Lo sabía perfectamente, ya que hace unos dos años cuando la chica regresó de su viaje de Kanto él se confesó. Aunque sabía que la batalla ya estaba perdida. No por nada había seguido la trayectoria de la chica por televisión y sabía de sus encuentros con Drew LaRousse y lo que significaba para ella. Después de todo, el peliverde no era un simple rival y amigo para ella.

May amablemente lo rechazó y él simplemente sabía que su principal razón fue por su amor al coordinador de ojos esmeralda. Pero eso no quitaba que a veces Máximo se diera gusto de regalarle una que otra cosa a su amiga de infancia, es por eso que está vez aprovechó que se encontraba en su ciudad natal para verla después del concurso. Por la mirada que le dedicaba el peliverde intuyo que este había malinterpretado la escena con el ramo de claveles.

"No es necesario, sé quién eres. El campeón de Hoenn". Interrumpió Drew la presentación del peliplateado, el aludido sonrió con pesar.

"Preferiría que me dijeras Máximo". Mencionó el campeón riendo quedamente, Drew alzó la ceja escéptico. Harley miraba a todos los presentes con curiosidad. May por su parte seguía con su cara de confusión.

"Cómo sea, no me interesa". Contestó secamente Drew mirando de forma fría al de ojos plateados.

"¡Drew!". May reprendió al de ojos esmeralda parándose de la banca, pero el chico la ignoró olímpicamente.

"Creo que tú y yo tenemos una plática pendiente, ¿Serías tan amable de acompañarme?". Preguntó LaRousse mirando fijamente al campeón sin darle oportunidad de que esté se negara.

"Por supuesto, ¿Te parece si vamos al café de enfrente?. Contestó amigablemente Máximo irradiando felicidad.
Drew frunció el ceño. ¿Qué le pasaba a ese sujeto? Se supone que lo estaba tratando de intimidar y el peliplateado actuaba felizmente y accedía a sus peticiones. Harley se soltó a reír a carcajadas, jamás había visto tan descolocado al chico de cabellera verde.

"No entiendo qué está sucediendo". Habló nuevamente May con desesperación mientras volvía a tomar asiento en la banca.

"Querida, deja que los chicos hablen a solas. Tu y yo vamos por un helado, ¿Te parece?". Le contestó Harley con tranquilidad. Generalmente él se hubiera seguido riendo de la situación en que se encontraban, pero la pobre coordinadora de Glaceon se encontraba sumamente confundida. Se apiadó de ella. Además dudaba de que Drew la llevará con ellos.

"Pero…". Iba a protestar Balance, pero fue interrumpida.

"Hablaremos luego May, cuidala Harley". Dijo con simpleza y seriedad Drew mientras se alejaba del lugar.

"Nos vemos luego May". Se despidió rápidamente Máximo mientras seguía al coordinador de cabellera verde.

"¡Dejala en mis manos lechuguin y gusto en conocerte Máximo!". Le gritó Harley a lo lejos a los chicos agitando su mano mientras que se llevaba del lugar a rastras a May que protestaba.



Cafetería Astronova

El par de jóvenes se acercaron a una cafetería cercana al estadio. Tomaron la opción de sentarse en la terraza y ordenaron. Drew decidió por una ligera y refrescante limonada. Por su parte Máximo sorprendió al otro chico ordenando una rebana de pastel de fresa y un café con leche. LaRousse consideraba que el clima no era el adecuado para ese tipo de refrigerio.

"Iré al grano, no me gusta irme con rodeos". Empezó a hablar Drew con seriedad, llamando la atención del campeón. "¿Qué pretendes con May?". Preguntó el chico lanzando una mirada gélida. Máximo río internamente, sabía que el chico estaba celoso.

"Es una buena amiga, pero de igual forma te hago la misma pregunta ¿Qué pretendes con la pequeña May?". Respondió Máximo de manera educada pero con un toque de seriedad. Para él no era natural actuar de esa forma, pero quería divertirse un poco con las reacciones del joven coordinador.

"No es de tu incumbencia". Respondió el chico cerrando sus ojos para mantener la calma y no lanzarse encima del campeón.

"Así que mi pequeña May sigue libre, es perfecto. Después de todo, tengo entendido que tú no eres su novio. Sino más que un simple rival". Dijo de manera retadora el peliplateado mientras sonreía gozoso al joven LaRousse. Máximo se percató que en el reflejo de los ojos esmeralda había un destello de ira. Drew compuso una mueca de desagrado.

"¿No crees que eres demasiado viejo para ella?". Contestó severamente Drew a Máximo apretando sus puños sobre la mesa. No iba a permitir que aquel sujeto se saliera con la suya y se fuera a quedar con May. No es que ella fuera un trofeo el cual poseer, pero sabía que la castaña en ocasiones podía llegar a ser demasiado confiada con la gente. Por obvias razones no la iba a dejar en manos de un chico mayor que ella que pudiera aprovecharse de su inocencia. Tenía que protegerla, después de todo le hacía renombre a su apodo de coordinador, el caballero de Hoenn. Y el caballero siempre cuidaría a su princesa.

"Solo le llevó tres años, no soy tan viejo. Creo suponer que tengo la misma edad que su amigo Harley. Además tú tampoco eres de su edad, eres mayor por un año, no te vengas a hacer el santo LaRousse". Contratacó el campeón con seguridad. "No me digas, ¿Acaso te gusta?"

"No voy a permitir que le pongas las manos encima. Te lo advierto aléjate de ella". Contestó el chico, golpeando con su puño cerrado la mesa, ocasionando que llamara la atención de los comensales de alrededor.

Suspiró para relajarse, no quería hacer una escena en ese lugar. Se preguntaba qué caso tenía seguir escondiendo sus sentimientos de los demás. Si en verdad algún día quería estar al lado de May tendría que expresarlos tarde o temprano. "Por la misma razón que la amo no dejaré que le hagas daño, no me importa que seas el campeón de la región, mucho menos que seas el heredero de la compañía Devon. Te juro que si le llegas a hacer algo no descansaré hasta hacer de tu vida un infierno". Le miró el chico con determinación sin dejarse intimidar por el peliplateado.

Máximo le miró sorprendido alzando sus dos cejas de la impresión. Quería probar si el amor que May le tenía al chico era correspondido y vaya que se sorprendió. En verdad se dió cuenta que el joven LaRousse haría lo que fuera por su amiga May. Sonrió satisfecho.

"Creo que eres el indicado para May". Contestó Máximo con simpleza mirando tranquilamente a Drew. Este hizo una cara graciosa al no comprender la situación.

"¿Disculpa?". Preguntó el chico de forma anonadada.

"Creo que May nunca te ha hablado sobre mi, así que lo haré. Cómo sabes soy Máximo, olvídate de que soy el campeón de Hoenn y el heredero de Devon bla bla bla". Empezó a relatar el peliplateado restándole importancia a sus logros, Drew por su parte escuchaba expectante. "May y yo nos conocimos cuando éramos niños, nuestros padres siempre han Sido muy buenos amigos. A pesar de vivir en ciudades diferentes siempre mi familia visitaba la suya en Petalburgo."

"¿Estas queriendo decir que eres una especie de amigo de la infancia?". Preguntó el peliverde asintiendo en entendimiento mucho más tranquilo. Máximo asintió.

"Exacto. Voy a ser franco contigo Drew porque has Sido tu sincero conmigo." Le miró de la misma manera el peliplateado. "Hace dos años, cuando May regreso de su viaje por Kanto decidí confesar mis sentimientos a ella, obviamente me rechazó". Río Máximo con un poco de pesar, por su parte el coordinador le miró sorprendido.

"Se que es algo inoportuno de mi parte preguntar, pero ¿Cuál fue la razón para rechazarte? Después de todo considero que hubieras Sido un buen partido, sino lo creyera no hubiera actuado como un demente hace unos minutos". Comentó Drew un poco apenado por su comportamiento.

"No soy el indicado para decírtelo, deberías preguntárselo a ella directamente. Al menos te garantizo que su respuesta te dejará sorprendido". Contestó Máximo sonriendo contento. "Solo cuando llegue el momento cuidala mucho por favor. Ella es muy importante para mí". Pidió él peliplateado con amabilidad a Drew.

"Tenlo por seguro". Contestó amablemente LaRousse. "Y también quiero añadir una disculpa hacia ti. No debí tratarte de esa manera sin saber que estaba pasando realmente".

"No hay problema, yo hubiera hecho lo mismo en tu lugar". Rio el joven campeón con su acompañante.



Dormitorios del centro Pokémon

May Balance se encontraba dando vueltas por toda la habitación muy nerviosa. No entendía del todo qué había sucedido después del concurso Pokémon. Primero se sintió muy contenta con la llegada de Máximo ya que tenía un buen rato en que no lo veía de forma física.
Su ramo de claveles rojos que en ese momento lo tenía en un florero le encantó. Aunque no le gustaban mucho esas flores sabía que era un regalo dado con buena intención por uno de sus mejores amigos, aunque hubiera preferido rosas.

Rosas…
No pudo evitar pensar en aquel chico de cabello verde. La última vez que vio a Drew ese día se veía molesto. Lo peor de todo es que se percató que el enojo del chico LaRousse fue provocado por la presencia de Máximo. La cuestión aquí era ¿Por qué?

Hasta donde ella entendía Drew siempre fue protector con ella de alguna forma al cuidarla de diferentes problemas en los que ella sola se metía sin darse cuenta. ¿Acaso el chico habrá malinterpretado la situación con el campeón de Hoenn? O le haría caso a su amigo Harley sobre que el peliverde solo estaba celoso de Máximo. Sonaba muy disparatado esa última opción, ya que el coordinador de roselia siempre se ha caracterizado por guardar la calma. Aunque solo una vez lo haya visto fuera de sí, no creía que esto fuera uno de esos momentos.

En ocasiones como está May odiaba profundamente a Drew, ya que no la dejó terminar de explicarle quién era Máximo y sacó conclusiones apresuradas. Suspiró.

Tal vez en ocasiones odiaba a Drew con fuerza, pero eso era porque lo amaba más que a nadie. Al principio cuando lo conoció le pareció el tipo más grosero, egocéntrico, narcisista y pedante de la faz de la tierra. Con el transcurso del tiempo, May pudo darse cuenta de quién era en realidad aquel coordinador. Un apasionado por la belleza de la coordinación, un chico inteligente y educado que se que preocupada por sus seres queridos y Pokémon. Aquel que quería verla progresar en su sueño de ser coordinadora ayudándola a su manera para que ella pudiera sobrevivir a ese mundo. Un chico que siempre la ha protegido de distintas maneras…

"Drew…". Susurró la castaña con añoranza mientras cerraba sus ojos y se arrojaba a su cama. Aunque su tranquilidad fue efímera, ya que al poco tiempo alguien se encontraba tras su puerta tocándola.

"May, ¿Estás ahí?". Escucho la varonil voz del joven coordinador de ojos verdes. El corazón de May dió un brinco de alegría y se sonrojó con fuerza. Había ido a buscarla y ella pensando que no lo volvería a ver hasta el siguiente concurso en el que coincidieran.

"Un momento por favor" contestó la chica rápidamente. Se paró de la cama y antes de abrir la puerta respiró profundamente para no dejarse dominar por los nervios que la asaltaban por aquella situación tan inesperada. Abrió la puerta. "¿Qué te trae por aquí Drew?"

"Si me dejas pasar puedo explicarte" respondió con obviedad el chico haciendo molestar a la castaña.

"Argh, a veces olvido que eres un engreído de lo peor". Le riñó la chica mientras se hacía un lado para darle paso al chico, este se limitó a reir quedamente. "Habla". Exigió demandante mientras se cruzaba de brazos molesta y realizaba un puchero en su rostro. Drew en ese momento la miró fascinado, se veía hermosa actuando de esa forma tan adorable. Sonrió el chico con ternura.

"Vine a discúlparme contigo. Mi forma de actuar el día de hoy no fue la más adecuada con tu amigo. Mucho menos como te trate". Explicó arrepentido el chico mientras tomaba a May por los hombros, ella se paralizó y se sonrojo demasiado. "Y bueno, creo que te toca a ti. O ¿Acaso el Mewth te comió la lengua?". Bromeó el chico sonriendo de forma divertida a la chica. Está soltó una carcajada en respuesta.

"No te preocupes Drew, lo importante es que estás aquí". Respondió felizmente la chica abrazando por sorpresa al chico. Este al sentir el contacto se tenso, pero después de un momento se relajó y correspondió al abrazo. Tener a May entre sus brazos se sentía tan bien y relajante, parecido como a una tarde en una cabaña en el bosque.

"May, tengo algo importante que decirte". Le dijo el chico seriamente alejando a la chica de él. May le miró con curiosidad. "En dos semanas, en ciudad LaRousse se llevará a cabo un concurso Pokémon. Necesito que vayas". Demandó de forma amable el peliverde.

" Claro que iré, me encantaría patearte el trasero en tu ciudad natal". Respondió con determinación la chica de ojos azules.

"Sigue soñando May, eso no sucederá". Respondió arrogantemente el chico moviendo su flequillo elegantemente, Balance iba a protestar, pero el peliverde no la dejó hablar colocándole un dedo en sus labios. Ella se sonrojo. "Pero no solamente quiero que vayas para participar en el concurso, necesito llevarte a un lugar que deseo que conozcas. Además tengo que arreglar unos asuntos importantes contigo". Le explicó Drew mirando a May con ternura.

"¿Asuntos importantes?". Tartamudeó la chica nerviosamente. El chico sonrió de lado. Amaba provocar esos sonrojos y gestos tan tiernos en ella.

"Si May, asuntos muy importantes. Así que no lo vayas a olvidar" Bromeó el chico con ella logrando así que la castaña dejara ir sus nervios.

"Por supuesto que estaré ahí, no sé por quién me tomas". Contestó ofendida la chica haciendo un puchero. El peliverde se limitó a sonreír de lado mientras se dirigía a la salida.

"Bueno, es hora de irme. Mañana partiré temprano, no se si nos veamos a esa hora. Pero por si las dudas." Le dijo el chico mientras atraveza el marco de la puerta abierta para salir y del bolsillo de su chaqueta sacaba una rosa roja. "Te quiero entregar esto". Le extendió la rosa con galantería el chico.

"Supongo que está vez es para Glaceon, ¿Verdad?". Preguntó la chica con naturalidad mirando a Drew a los ojos. Asombrandose por notar un brillo especial en los ojos esmeraldas de este.

"Está no es para ninguno de tus Pokémon". Le dijo coquetamente Drew a la chica. May en ese momento dejo de respirar, Drew por su parte se acercó a su oído. "Que no se te olvide como respirar May". susurró quedamente para después depositar un beso en su mejilla y alejarse a paso tranquilo por el pasillo.

May sentía su rostro muy caliente. Necesitaba respirar, sino en cualquier momento se desmayaría. Suspiró felizmente mientras se tocaba la mejilla. Drew la había besado. Bueno, no como todo el mundo esperaba, pero era un beso inocente y puro al fin al cabo. Además le había dado aquella hermosa rosa. De todas las que le había dado, esa le pareció la más hermosa hasta el momento, y no se debía al bonito color , ni mucho menos a su olor o tamaño de la flor. Sino simplemente porque era la primera vez que el chico admitía habersela obsequiado a ella. Que afortunada se sentía.
En ese momento se acordó de algo, rápidamente antes de entrar a su habitación encendió su pokenav que estaba en su muñeca. Transcurrió poco tiempo para poder apreciar un holograma de Máximo en el aparato.

"Hola May". Se escuchó al holograma de Máximo saludar alegremente.

"Hola Máximo, necesito pedirte un pequeño favor". Habló Balance muy alegremente haciendo sonreír más al peliplateado. Viendo la cara de felicidad pura de su amiga llegó a la conclusión que LaRousse había hablado con ella.

"Claro, lo que sea por ti." Le dijo con simpleza el chico.

"¿Podrías llevarme a Kanto mañana? Es que necesito arreglar un pequeño asunto rápido ahí." Explicó de forma nerviosa la coordinadora. Odiaba pedir favores a sus amigos, pero en ese momento necesitaba un poco de ayuda de alguien más.

"Mañana pasaré con el helicóptero. Te veo a las 10, así que buenas noches dormilona que ya es tarde". Contestó el peliplateado riendo cortando la llamada, May entró a su habitación felizmente para poder dormir tranquilamente.

El pasillo se encontraba en un silencio total, solo iluminado por una pequeña lámpara encima de una pequeña mesa. Aunque silencioso no significaba que el lugar estuviera del todo vacío. De una esquina ocultó salió Harley con una vídeo cámara en sus manos.

"El lechuguin y la boba si que hacen una bella pareja, parecen la típica pareja de enamorados de las películas de Disney". Suspiró de forma soñadora Harley con un brillo en sus ojos. "Ya quiero enseñarle está obra de arte a Solidad. Cualquiera mataría por ver al lechuguin en modo casanova". Mencionó para sí mismo. "Se los enseñaré en alguna ocasión a mis pequeños sobrinitos, después de todo algún día tendrán hijos." Mencionó emocionado mientras se iba brincando de la felicidad por el pasillo.



Dos semanas después
Ciudad LaRousse

May se encontraba recibiendo su quinto listón en medio del estadio de las manos del señor Contesta. Se sentía muy contenta por haber ganado el concurso, pero por otro lado se encontraba un poco disgustada y preocupada. Hace dos semanas en ciudad Algaria, Drew la había citado a concursar en Ciudad LaRousse. ¿Y que se encontró al llegar? Que el chico ni siquiera se había tomado la molestia de concursar. Incluso no lo vio entre el público.

Recibió rápidamente su listón y dió las gracias a todos. Al terminar la ceremonia fue directamente a los bastidores. Ahí se encontraban Solidad y Harley.

"Quita esa cara boba, cuando menos te lo esperes verás que aparecerá nuestro lechuguin". Le dijo Harley tratando de calmar las preocupaciones de la joven coordinadora a su manera.

"Harley tiene razón, May. Conoces a Drew y su habilidad de aparecerse en los momentos menos esperados". Añadió Solidad consiliadoramente.

"Tienen mucha razón chicos, solo que no puedo evitar preocuparme. Sé que Drew es de esos chicos que viene y van, pero es extraño no verlo concursar aquí cuando prometió venir a la ciudad". Explicó tranquilamente May a sus dos amigos tratando de relajarse.

" Y por supuesto que vine". Habló una voz a la espalda del trío de coordinadores. Los aludidos giraron en esa dirección y se encontraron con un peliverde de lo más relajado, esté miró directamente a los ojos a May, ella se ruborizó levemente.

"Lechuguin, no aparezcas así de repente que con tu cara de espanto que asustas". Le expresó molestó Harley al chico, este solo lo fulminó con la mirada.

"Hola Solidad". Saludó el chico

"Drew, un gusto verte. Bueno May y tú supongo que tienen mucho que hablar, nos vemos en un rato". Le contestó el saludo la chica pelirosa mientras se llevaba a rastras a Harley.

"Solidad no seas así, por favor necesito ver esto". Se escuchó a lo lejos los ruegos del pelimorado provocando así la risa de May.

"Creo que llegaste un poco tarde al concurso, ¿No creés?". Preguntó sarcásticamente May.

"No, llegué justo a tiempo. Vi todo el concurso." Le respondió con simpleza el chico. "Conociéndote de seguro me buscaste en las gradas, pero por está ocasión decidí hacer uso de mis influencias y sentarme en la zona vip con mi familia, se que no acostumbras a ver a los invitados de honor en los concursos". Le explicó el chico con obviedad

"¡Es cierto! A veces olvido que eres el heredero LaRousse". Contestó May burlonamente. "Pero no entiendo, ¿Por qué no participaste?" Preguntó la chica de ojos azules con curiosidad al peliverde.

"Sabes que amo ganarte en los concursos, pero en esta ocasión no ví la necesidad. Después de todo gané mi quinto listón hace dos semanas en Algaria, pero de seguro también olvidaste ese detalle". Explicó Drew presumidamente mientras movía su flequillo.

Y en efecto, May había olvidado que el peliverde había ganado su quinto listón hace dos semanas. Con todo el asunto de Máximo le había restado importancia al asunto. Su cara reflejo pánico.

"No tienes remedio, May". Río suavemente el coordinador al ver la cara de pánico de la chica.

"Oh cállate, Hayden". Le expresó molesta haciendo un puchero la castaña.

"En ocasiones me arrepiento de haberte confesado mi segundo nombre". Le miró entrecerrando sus ojos con fastidio el coordinador, May se limitó solamente a reír. "Bueno, vámonos a ver ese lugar que te prometí". Le dijo mientras tomaba su mano y la llevaba a rastras. May se puso como un tomate. Por su parte Drew también tenía un pequeño sonrojo en su rostro, pero eso no impedía que siguiera caminando con decisión.


Caminaron un rato por las grandes y transcurridas calle de la Ciudad. De vez en cuando la gente volteaba en su dirección. Después de todo no todos los días se podía ver al hijo de Andrew LaRousse caminado con una bella joven de la mano. Los dos se detuvieron al llegar a una gran mansión de amplio terreno. May abrió la boca asombrada. Sabía que la familia LaRousse era acomodada con un buen nivel económico, pero no esperaba encontrarse con aquello. Un señor con traje les abrió la puerta principal.

"Este es mi hogar". Le dijo Drew tranquilamente a la chica. "Espero que no te moleste haber venido aquí"

"Wow, es muy bonito". Elogió asombrada Balance. "No me molesta haber venido, es interesante saber más de ti". Le dijo dedicándole una sonrisa tierna al coordinador, este correspondió el gesto.

Caminaron por el amplio jardín, pero se desviaron de la entrada principal y se fueron por un costado. Drew se detuvo cuando llegó a la entrada de un gran invernadero.

"Este invernadero es de mi madre y en cierta medida mío. Los dos compartimos el amor por la jardinería y las flores." Explicó el peliverde mientras abría la puerta del lugar.

Al momento de entrar al invernadero, May quedó fascinada. El lugar estaba repleto por una gran variedad de plantas de todos los colores. Jamás había presenciado la castaña un lugar así, ni siquiera los padros de los bosques de la región le podían hacer competencia al invernadero.

"Es muy hermoso Drew, jamás había estado en un lugar así". Le dijo con voz soñadora mientras May daba vueltas sobre sí misma para admirar el lugar de mejor forma. "Se nota el amor que le han dado a este lugar tu madre y tu". Le dijo con cariño la chica. Drew se sonrojo un poco en respuesta. A muchas personas no les compartía su hobbie favorito, ya que era extraño qué un chico como él le gustará la jardinería. Saber que May apreciaba lo que disfrutaba hacer en sus ratos libres lo ponía muy feliz.

"Tomemos un refrigerio, ven". Comentó el chico mientras la dirigía a la esquina de una parte del lugar. En esta se encontraba una gran sombrilla de sol, bajo ella una mesita sofisticada de metal blanco y un par de sillas alrededor de esta. Encima se encontraba un juego de té y dos trozos de pastel de chocolate.

"Pastel de chocolate, mi favorito". Exclamó feliz la castaña mientras rápidamente se sentaba en su silla.

"Lo se, por eso pedí que sirvierán esté en específico. Es de ciudad Portual". Explicó el coordinador de roselia esperando la reacción de la chica. May detuvo sus intenciones de probar el pastel y lo miró fijamente.

"¿Cómo sabes que mi pastel favorito es el de chocolate, en específico el de Ciudad Portual?". Preguntó asombrada la castaña al chico.

"¿Prometes no burlarte si te cuento?" Preguntó poco convencido el chico de ojos verdes, May asintió como afirmación. "Cuando nos conocimos en ciudad Portual hace cuatro años, después de burlarme de ti en la playa. Te seguí a escondidas por un rato. Vi que con tus amigos entraste a una gran pastelería de la ciudad, y escuché cuando gritaste que ese había Sido el mejor pastel que habías probado en la vida. Además siempre que vas a las cafeterías pides pastel de chocolate" Explicó tímidamente el chico ocultando su sonrojo con una mano. May lo miraba alucinada.

Claro que recordaba ese momento cuando se conocieron. Cuando considero a aquel peliverde como el chico más molesto que había conocido en la faz de la tierra. Después de su encuentro en la playa recuerda que llevó a Ash, Brook y su hermano a la pastelería más famosa de la ciudad. Obviamente todo lo que mencionó el coordinador de roselia era verdad, amaba ese pastel de chocolate y recuerda perfectamente como lo gritó a los cuatro vientos. También le sorprendió de gran manera que notará que siempre ella ordenaba pastel de chocolate cuando iban a almorzar a algún café junto con Harley y/o Solidad.

"¿Por qué me seguiste?. Creí que no te había caído bien en ese momento". Le preguntó May intrigada mirando con un brillo especial a Drew.

"Admito que me diste una curiosidad insana en ese momento, que inconscientemente quería saber más de ti". Susurró tímidamente el joven de ojos esmeraldas a la chica.

May al escuchar aquella respuesta sonrió con calidez. A Drew le pareció que esa era la sonrisa más bella que había visto en su vida en la cara de la chica. Lo mejor de la situación es que está vez iba dedicada a él. Era hora, tenía que actuar.

"May, ¿Conoces el lenguaje de las flores". Preguntó seriamente el chico, más no de forma severa. May asintió tímidamente mientras se sonrojaba quedamente. "Entonces me imagino que sabes que significan las rosas rojas…". Afirmó Drew con una sonrisa radiante mientras observaba como la castaña movía sus dedos nerviosamente.

"Claro que lo sé. Yo…" Contestó la joven chica de ciudad Petalburgo, pero fue interrumpida por el coordinador.

"No digas nada, no aún". Pidió amablemente el chico, mientras que debajo de la mesa sacaba un ramo de rosas rojas y azules. Una combinación exótica a los ojos de May. "Son para ti May". Le extendió el ramo Drew, está lo tomó con manos temblorosas. "¿Sabes qué significan las rosas azules?". Preguntó nuevamente el chico tranquilamente sonriéndole de manera dulce. La castaña negó mudamente.

" Creo que a lo largo de los años te he dado muchas rosas rojas. Dándote pequeñas señales de que mi amor por ti es de lo más intenso. Hoy decidí combinarlas con rosas azules, porque significan que mi amor es eterno e infinito, porque te amo May, simplemente ya no solamente estoy enamorado de ti". Explicó el chico tiernamente mientras se paraba de su lugar y se colocaba a un lado de la castaña en shock. "Se que jamás te dije que estaba enamorado de ti, y tal vez me rechaces por esa carga emocional que estoy poniendo en ti, pero ya no puedo soportar estar escondiendo estos sentimientos, lamento si te estoy asustando al decirte esto". Le dijo mientras tomaba su mejilla y la acariciaba.

Por su parte la castaña reaccionó y parpadeó rápidamente, sus ojos se cristalizaron. "Eres un tonto, ¿Sabes desde cuándo llevo esperando esto? Desde hace dos años que terminó nuestro viaje por Kanto." Dijo la chica como pudo mientras se lanzaba a abrazar al chico. Drew meditó rápidamente la respuesta de la chica. Hace dos años May había rechazado a Máximo. ¿Habrá sucedido porque ella estaba enamorada de él? Sonaba como algo lógico. Drew sonrió presumidamente para sus adentros. "También te amo, señor rosas". Susurró a su oído para posteriormente posicionar sus labios en la boca del coordinador.

Drew en ese momento dejó de funcionar, los labios de May eran tan suaves y cálidos. Correspondió a aquel dulce beso que le brindaba la fémina. Al ser su primer beso fue dulce, cálido y puro. Perfecto para ellos.

"¿Entonces seremos pareja?" Preguntó inocentemente May mirando a los ojos al peliverde.

"Me sentiría honrado de que así sea". Respondió con orgullo Drew. Por su parte May río mientras de su mochila sacaba una pokebola.

"También tengo un regalo para ti". Dijo Balance mientras extendía la pokebola en la dirección de LaRousse. El la tomó sorprendido liberando al Pokémon dentro.

Su sorpresa incrementó al ver un pequeño eevee. "Hace dos semanas Harley lo comentó, y como tú no lo negaste pensé que era verdad. Es por eso que hace dos semanas viaje a Kanto para capturar uno para ti." Le explicó May apenada mientras veía a Drew cargar un feliz eevee entre sus brazos.

"Es uno de los mejores regalos que me han hecho, muchas gracias por esto May" contestó el coordinador sonriendo cálidamente a la chica.

May solo sonrió felizmente. Los dos sabían que desde ahora todo estaría bien, se tenían el uno al otro, a sus amigos y Pokémon. No podían pedir más para estar completamente felices. Los dos estaban aliviados de saber que su amor era correspondido. A partir de ahora las cosas serían un poco diferentes para bien. Los dos se sonrieron con esperanza y amor, mientras volvían a tomar asiento para terminar la merienda.

Y fue así como ese bello amor, floreció.
En aquella tarde en Ciudad LaRousse.