.× ▬▬▬▬[» Alone in the dark «]▬▬▬▬ ×.

Estuvo hermosa Kendra!!!!
Llore con el pasado de Dawn y la muerte de Leona.. Te pasaste !!! Dx

—Como si las cosas no estuviera de por si mal…— Murmullaba ácidamente Gary.
Los movimientos de la pelota eran repetitivos. El piso, la pared y su mano, y todo de nuevo.
En cada movimiento el sonido fue congelando su eco haciéndolo tardío y estrepitoso. La rapidez de la pequeña pelota resultaba más lenta. Pero eran subjetividades suyas, todo porque su mente comenzaba a maquinar de tal manera que era necesario separarse de sus sentidos.


-//-// Flash Back-//-//


—Oí que fue el primera en verla.


—Yo oí que fue él quien la encontró muerta en él la sala de su departamento.


— ¿Si pero? ¿Pero por qué estaría Gary ahí?— Replicó la otra chica.


—Pues la verdad yo escuché que fue él el culpable de que ella se haya matado— Intervino otra de las chismosas, envenenándolo con la mirada.


Gary no se inmutó, fresca como era su personalidad hizo un gesto inhibido mostrando que le resbalaba el comentario.


Para él las cosas eran claras. Su vida era normal, monótona hasta que una misteriosa castañita apareció en ella. Era amor o no, no lo podía asegurar era joven e inexperto en el tema. Pero podía asegurar, sin miedo a equivocarse, que ella le había hecho sentir cosas que nunca había sentido en su vida, el calor de un sonrojo en sus mejillas, la vergüenza de una sonrisa boba en sus labios, la húmeda mirada cristalina en sus ojos. Era una chica absolutamente hermosa, de pelo largo y castaño oscuro de tintes rojizos, ojos chocolate y sonrisa encantadora.
Sabía, por confesiones textuales, que sus relaciones familiares eran escasas y tensas. Solo tenía a su madre por quien ella había dicho haría cualquier cosa; pero que lamentablemente no tenía tiempo para ella, Había mencionado fugazmente, en una ocasión a un hermanastro, pero nunca más se tocó el tema. El panorama no pintaba bien, pero tampoco era lo suficientemente malo como para llegar a ese extremo.

El suicidio.


Después de dos años de haberla conocido y haber mantenido una relación tan intima con ella, tanto como para tener las llaves de su apartamento, nunca vio una señal que le indicara lo que ella planeaba hacer.
Se había preocupado por su total ausencia durante el día anterior y esa mañana, y sin rodeos había ido a buscarla.

Solo para encontrarla muerta.


Al ser su único amigo, y la persona que había encontrado su cuerpo inerte los rumores no se hicieron esperar.


-//-// Fin Flash Back-//-//


—Oye Gary Misty está haciendo chocolate ¿quieres que te suba un poco?
El chico se sobresaltó.


— ¡Ya te he dicho un millón de veces que no entres así a mi habitación!— Replicó volteando bruscamente a enfrentar a Dawn.


—Así que… ¿Quieres el chocolate?— Dawn ignoraba a Gary con la misma vehemencia con que él la retaba.


Él suspiró.


—Después bajo.


—Oki doqui


-//-// Flash Back-//-//


Pareció verla, su perfil de rasgos delicados y hermosos. Cuando ella volteó, dándole la espalda, siguiendo alguna voz que la llamaba vio su cabello castaño oscuro adornado con ondas gruesas y fluidas. ¿Acaso era ella? ¿Melody? No, no era posible, ella estaba muerta.


—Señor Oak, entiendo que sea nieto del profesor pero le recuerdo que eso no le da derecho a faltarse a clases. Así que por favor vaya a su clase que ya empezó como desde hace diez minutos
El castaño miró con pereza a la secretaria del director y suspirando con resignación caminó lentamente por los pasillos hasta su clase.


—Que bueno que se nos une señor Oak, tome asiento— Dijo distraídamente en profesor de pokémons eléctricos.
Pero apenas se apoyó en el respaldo de su banco la puerta se abrió tras dos toques.


—Lamento la tardanza, en secretariado confundieran mis clases ¿Puedo pasar?—


—Ah, la alumna nueva ¿No? Claro adelante, acomódate donde quieras.


Era ella, la chica que había visto vagando por el patio. Así que no era una alucinación.

Unas chicas del otro lado del salón la llamaron con la mano, y aunque en un principio se mostró algo tímida suavemente comenzó a andar en su dirección.
La siguió con la vista, y al parecer ella se dio cuanta pues volteó en su dirección. Gary estaba seguro que los rumores de él y la chica suicidada ya habían llegado a sus oídos y estaba, incluso más seguro, que apartaría la mirada con rapidez.
Pero no lo hizo. Le sostuvo la mirada con sus enormes y profundos ojos azules y por un fugaz momento antes de sentarse le sonrió con sinceridad.


Ese día más tarde cuando técnicamente no había nadie más en ese instituto de porquería, sintió el crujido del pasto a su lado, y al voltear allí estaba él.


—Eres Gary ¿Cierto?


—Has oído de mí— Aseguró él acomodándose a su lado —La pregunta es: ¿Por qué aun no has salido despavorida?


Ella dibujó una mueca dura.


—Porque los rumores son rumores, si hay algo de verdad en ellos a mi no me consta.

El chico levantó ambas cejas frunciendo levemente la boca en una sonrisa.


— ¿Qué sigues haciendo hasta estas horas en el instituto?


Ella se encogió de hombros.


—No sé, solo me preguntaba porque este lugar es tan diferente a donde vivía antes.


— ¿Bueno o malo?— Observó detenidamente el fantasma de un mohín de dolor en su delicado rostro, que desapareció rápidamente.


—Bueno… supongo.


Ella volvió su rostro en su dirección y en los breves segundos en que sus ojos se conectaron supieron que ambos llevaban consigo con una carga pesada. Y fue así que las sonrisas que siguieron fueron confidentes y naturales para el caso.



_________________________________________________________________

—Ni si quiera pude despedirme de ellos como se debe en el funeral, había tanta gente murmurando tantas cosas.


Un agudo dolor en su pecho apareció al ver que sus bonitos rasgos pudieran contorsionarse con tanto dolor.


—Tranquila May, Shhh— Lo único que fue capaz de hacer fue apretarla con fuerza entre sus brazos. El cariño que sentía por ella era infinito y esto le dolía tanto a él como a ella.


—No puedo Drew. — La sangre en las venas de Gary se congelaron por un momento cuando escuchó la forma en que lo llamó.


—Gary, es Gary— corrigió con el ceño fruncido, pero ella pareció no escucharlo.


—Todo fue mi culpa— Sollozó gimiendo apagadamente. Sus palpitaciones mostraban la arritmia con la que su corazón reaccionaba ante la situación.


— ¡No May, no es cierto, nada de esto paso por culpa tuya!


— ¡Si, lo es!— El aullido de la voz rota de May retumbó por la vacía casa.
Su rostro tan serio y cargado de culpa logró que las palabras de consuelo de Gary se quedaran estancadas en su garganta formándole un nudo que no le dejaba respirar.
—Todo esto es mi culpa— Murmuró May.

Ya no sollozaba pero las lágrimas aun caían des sus ojos enrojecidos. Camino lentamente posando una de sus manos en la pared ennegrecida y manchada por el hollín.
Su mirada era lejana mientras caminando rozaba la pared con sus dedos manchándoselos de color negro carbón.
Por primera vez en el día se cuestionó seriamente si haber aceptado acompañarla a ese lugar había sido conveniente. ¡No debía haberla dejada ni siquiera acercarse ahí!
Esa casa, esa casa que en algún momento había sido el hogar de la castaña, había estado cercado después del accidente.
Observó su alrededor, le rompía el corazón ver aquel lugar en ese estado. Y seguramente para May era peor que morir en vida.
Todo estaba reducido a cenizas, las bonitas cortinas color aceituna que la señora Balence había escogido para la sala de estar había sido reducidas a polvo y lo único que quedaba de ellas era retazos de tela color negro. Los muebles de madera habían quedado casi íntegros a excepción de las grandes y vistosas manchas de tonos oscuros que los adornaban, y las pequeñas partes carbonizadas.
La estructura había quedado casi intacta debido a su fuerte construcción, pero aun así el fuego había abatido con con varias vigas.
Perdido en sus propios pensamientos, olvidó que lo importante aquí era ella. Por eso cuando la vio parada frente a él con una expresión vacía en el rostro, sintió pánico.


—Tengo que mostrarte algo— Había dicho ella antes de arrodillarse en ese mismo lugar y apretar su pequeño bolso entre sus manos, mostrándose insegura.
La actitud de su amiga le pareció rara, esperó, después de unos minutos ella negó con la cabeza y dejo el bolso frente a si apretando fuertemente su falda negra. Con movimientos restringidos y lentos tomó el bolso que May había dejado y aun con precaución lo abrió. Dentro solo había un extraño espejo que parecía antiguo.


— ¿Esto? Pero solo es un espejo— Comentó restándole más importancia de la que debía.


— ¡No!


—Solo un espejo ¿Estas seguro?


La tercera voz que intervino hizo que reflejamente, Gary, alejara el espejo de él. Tomó a May del brazo y la atrajo hacia sí, alejándolos a ambos del objeto.


—No te asustes, no voy a hacerte daño. Tampoco a ella.


May se zafó de su brazo con un poco de brusquedad.


—Me estas apretando muy fuerte. Me lastimas— Le había dicho en un murmullo.


— ¿Qué diablos es esa cosa?— Siseo Gary con los dientes apretados.


-//-// Fin Flash Back-//-//




—Si…ya te dije si lo hice… mam… ¡Mamá! Escúchame por cinco minutos sin cortarme ¿puede ser?... no ¿Qué? No, no— Drew pasó los dedos por su cabello con frustración —Bueno entonces dile que no lo haré… No me importa, sabes que nuca me importó— Cayó de espaldas en su cama cerrando los ojos, su respiración sufrió una alteración ansiosa agitando su pecho al instante —Bien, que así sea entonces… Ese es problema tuyo y de papá, y como siempre me has dicho, no me meteré en sus asuntos— Su típica sonrisa ladeada se hizo presente pintada de apatía —bueno, ese no es mi problema mamá, adiós.


Una vez más suspiró tapándose los ojos con la palma de la mano. Durante los próximos minutos ignoró olímpicamente los insistentes e incesantes llamados en su teléfono celular. Ya había dicho todo lo que tenía que decir ¿Por qué su madre seguía insistiendo?


Y por eso cuando el vibrador dejó de retumbar sobre el colchón tomó el teléfono con agilidad y con las mismas ansias tecleó unos números sobre la pantalla táctil esperando que su llamada fuera atendida con rapidez.
Una sonrisa increíblemente sarcástica se dibujó sobre su rostro.


—No tardaste nada en contestar, seguramente estabas esperando que te llamara— Comentó burlonamente —Si, si seguro que tenías el teléfono a la mano… O por supuesto que te creo— La socarronería apenas era encubierta en su voz por el suave tintineo de su risa divertida —Así que, que dices de salir conmigo más tarde… Como si tuvieras algo mejor que hacer… Ok, Ok, te espero en el café enfrente de la plaza principal de la ciudad… Porque yo lo digo, por eso…— Sostuvo el teléfono entre su hombro y su oreja mientras con las dos manos abría su armario y sacaba una camiseta de su interior —Bien, entonces te veo dentro de una hora… espero que no te pierdas en el camino niña torpe— Se despidió sin esperar alguna respuesta cortó la llamada, riéndose con burla.


Bueno, ahora solo tendría que cambiarse y salir a su encuentro.



Gary miró a May de reojo, debía admitir que aunque el turquesa era un color que él detestaba a ella en particular le sentaba bien. Siempre la iría a considerar como una chica bonita a pesar de que había descubierto que lo único que sentía por ella era fuerte cariño de amigos de toda la vida.
Debía agradecer a algún Dios, o algún Santo el hecho de que su pasada relación fallida no haya afectado ni un ápice su amistad, a decir verdad la fortaleció un poco. Como quien dice de ese tipo de relaciones surgen las grandes amistades, con la diferencia que en este caso esa amistad ya existía desde antes.


— ¿Está todo bien Gary?— Preguntó May a su lado, mirándolo con el rostro ladeado —Gary ¿Me escuchas?— Instó May arqueando las cejas con insistencia.


—Eh… si, sólo estoy algo distraído. ¿Te digo algo? Últimamente he estado teniendo estos recuerdos raros…— El lacónico comentario hizo que una mueca se dibujara en el rostro de la chica y sus ojos le cuestionaron en silencio —Ya sabes sobre… eso…— Inspiró profundo pero lo siguiente que dijo fue en voz tan baja que May se preguntó si en verdad él lo había dicho o ella solo había tenido un breve lapso de alucinación —…Sinnafer, como cambió todo—
La castaña contuvo el aliento con la mirada perdida, cuando volvió a respirar le dolió un poco el pecho al hacerlo pero ignorándolo volteó hacia él.


—Lo lamento.


Gary la miro confundido.


— ¿Por qué?


—Porque tu estas metido en todo esto por mi culpa.


Las llantas del auto hicieron un chirrido por la repentina y violenta parada del auto, en medio de la calle.


—Haber, pongamos algo en claro, tú no tuviste la culpa de nada de lo que yo hice. Ya sabes, yo estoy en todo esto porque me propuse protegerlas a las tres, no tiene nada que ver con lo que pasó aquella vez.


La bocina del conductor de atrás sonó largamente con impaciencia.


Gary puso nuevamente el coche en marcha.


-//-// Flash Back-//-//


May le sostuvo el brazo con fuerza cuando Gary trató de dar el último paso que separaba su pie del espejo en el piso.


— ¡No, no espera! ¡Por favor!— Chilló May con desesperación, los rastros de lagrimas brillaban sobre sus mejillas rosadas.
Él se detuvo sin entender.


— ¿Por qué…?


Fue interrumpido. Y alguien más respondió la pregunta que le quería hacer a May —Porque ella sabe que yo sólo quiero ayudar.


— ¿Ayudar?— repitió Gary — ¡¿Cómo puedes si quiera creerle?!— Bramó volteándose violentamente a enfrentar a la chica.


—No te enojes— Pidió ella asustada, retrocedió un paso.


— ¡¿Cómo quieres que no me enoje?! Cuando no dejas que yo te apoye o ayude, pero en cambio dejas que este… monstruo lo haga— Recriminó molesto, casi a gritos.


—Cálmate Gary, yo no soy el verdadero Monstruo aquí.


Un temblor que nació en la base de su espalda le recorrió todo el cuerpo hasta la punta de sus extremidades. El tono con el que había llamado su nombre era aterrador.


—Déjame ayudarte, yo puedo…


—Esto se terminó aquí— Aseveró Gary cortante, y con la poca firmeza con la que fue capaz tomo el tembloroso brazo de la castaña y la arrastró hasta la salida.


Mientras salían del lugar se podía escuchar con una claridad devastadora la risa irónica de aquel demonio dentro el espejo.


-//-// Fin Flash Back-//-//


—Aquí es— Dijo May cortando abruptamente la línea de sus pensamientos.


—Bien— El castaño parqueó el auto —Diviértete— El tono pícaro de su voz hizo que un color rojizo subiera hasta las mejillas de la castaña.


—Que tonto eres— Replicó con molestia.

La chica hizo un pequeño esfuerzo para salir del asiento del copiloto con la pequeña falda tubo que llevaba.
Él partió y ella continuó hacia su destino.
Para ser franca le había sorprendido la llamada de Drew, y no fue poca su sorpresa cuando le pidió encontrarse en ese lugar. Dado que el instituto y sus casas se encontraban en una zona residencial, no había tenido tiempo de visitar el centro de la ciudad.

Los edificios se alzaban altos y majestuosos a su alrededor, mucha gente caminaba a pasos presurosos, típico de las grandes ciudades, diferente a la tranquila zona donde ellos vivían. Los bocineos de los autos, y el conglomerado de los mismos, no se hacían esperar en las calles que rodeaban la plaza.
Y lo vio, a tras del cristal garafateado de la elegante cafetería, capto su mirada. Las campanas sonaron cuando caminó por la puerta.

Se sentó en frente suyo.


—Así que, ¿por qué estoy aquí?— Preguntó arqueando una ceja.


Cuando el chico la había visto pasar el umbral de la puerta se había atorado un poco con el café, la maldita enana siempre tenía que verse tan bien. Su aclaró un poco la garganta y le hablo con indiferencia.


—Pues porque quieres.


—Ja-ja muy chistosito Drew, no sabía que los robots podía hacer chistes. No me digas te instalaron un nuevo software— Inquirió burlonamente, él la miró con una sonrisa tranquila, pero siendo propio de él, sarcástica.

Ella rodó los ojos —Sabes a lo que me refiero. ¿Para qué me llamaste?


Una mueca indecisa se imprimió en el rostro del chico.


—Quiero hablarte… es decir necesito la opinión femenina en cierto tema— Reveló evitando los curiosos ojos de la castaña.


—Mmm, bueno entonces adelante, te ayudaré en lo que pueda— sugirió May tratando de apurar al peli-verde para acabar con su propia curiosidad.


—Bueno, veras…— Inspiró profundamente acrecentando con cada segundo la enorme intriga de la joven que tenía delante suyo. —Pero primero… ¡Mesera!
Una chica con un delantal rosado se acercó inmediatamente a la mesa, mirando a Drew con los ojos brillantes por la emoción.
—Si dígame joven, que desea— Dijo la chica.
Drew levantó una ceja el timbre provocativo era tal vez mas ofrecido de lo que debería, al menos tratarse de sólo una mesera que entregaba dulces en una cafetería.
—Para la señorita un café con leche u algún postre de chocolate, y para mi otro café amargo— Respondía sencillamente, sin voltear a mirarla.


—Enseguida los traigo dulzura— Respondió la chica coquetamente. Antes de irse le lanzó a la castaña una mirada de desaire.


Drew suspiró.


Volteando a la castaña casi deja que su silla caiga hacia atrás. La chica tenía una mirada asesina difícil de ignorar, sus pupilas ardían en llamas y la delicadeza de sus rasgos con aquella expresión enojada simplemente resultaba extremadamente amenazadora.
Él se aclaró la garganta con nerviosismo atrayendo la atención de May.


— ¿Ahora si planeas decirme?— Inquirió ella volviendo a su impaciencia inicial.


—Si, bueno… Hipotéticamente, si hubiera una chica que de verdad, de verdad me gusta…


— ¿Cómo es eso de que te gusta una chica?— Replicó molesta.


“¿Qué le pasa? ¿Por qué de pronto está enojada de nuevo?” Pensó Drew muy confundido.
La respuesta era clara como el agua pero Drew, cegado por la inseguridad, no podía verla.


—Pues ni modo que me guste un chico, eso sería muy raro.


—No… no es a lo que m…me refería. Hum. Continua— Instó tratando de ocultar el sonrojo de su rostro.


—Bien, gracias— Dijo el chico con un deje travieso para molestar a la castaña cuyo enojo había causado un sentimiento de satisfacción el Drew —Esta chica que me gusta, es tan despistada que no se va a dar cuenta a menos de que se lo diga directamente, pero me… asusta un poco la idea de que ella no sienta lo mismo que yo.


— ¿Tú? ¿Miedo? Haber déjame entender tú, de entre todas la personas, tú, exactamente tú tienes miedo de que una chica te rechace. Drew… estoy segura de que has tenido más novias que años cumplidos, definitivamente sabes cómo tratar una chica y aun más como hacer que te haga caso ¿Para que necesitas mi ayuda entonces?— Murmuró entre dientes totalmente incomoda, y sintiéndose la mayor de las estúpidas por alentarlo a seguir a otra chica.


“¿Por qué hice eso? ¿Qué clase de idiota soy?” Pensó afligida.


Drew sintió curiosidad al ver la mirada de culpabilidad de May y se preguntó si continuar era realmente lo mejor.


—Bueno es que esta chica es realmente especial. Me gusta de verdad, o tiene que gustarme de verdad porque si no es eso francamente no se qué significa todo lo que me hace sentir cuando estoy con ella— Confesó. Ante cada palabra un tono diferente de rojo trepaba por sus mejillas.


May tragó saliva duramente. Un dolor en el pecho hizo de su respiración algo difícil de controlar y sus ojos se pusieron algo vidriosos.


—Drew…— sonrió tristemente, su voz disminuyó un octavo ante sus siguientes palabras —Estas enamorado— Afirmó.


El chico levantó la mirada directamente en su dirección con atención. Su cuerpo se tensó y el sonrojo persistió ferviente. Sus pupilas se dilataron inyectadas en nerviosismo.


—Si, tus ojos brillan cuando hablas de ella, y has estado sonriendo aunque dudo que te dieras cuenta de ello. Simplemente jamás te había visto tan feliz cuando hablas de alguien— Volvió a asegurar mirando algún punto lejano a través de la ventana.


— ¿Enserio? Bueno yo…


—Aquí esta su orden— Dijo la mesera, apareciendo con paso coqueto.


—si me disculpas— May se levantó de la mesa rápidamente.


La chica cerró la puerta del baño respirando pesadamente. Se apoyo de espaldas contra la misma y se dejó caer lentamente. Unas pequeñas lágrimas amenazaban con caer y aunque trató de suprimirlas con mucho ahínco estas persistían en salir.


“Pensé… pensé que después de todo lo que pasó entre nosotros sería más fácil enfrentar una situación así… sabía que esta iba a pasar algún día, ¿Por qué creí que algo cambiaría? Esto… es muy repentino no estoy preparada para soportar algo así. Me tomó por sorpresa, no había nada que indicara que esto fuera a pasar, no una pista ni una señal” La chica inspiró profundamente y poniéndose de pie se paró frente a una de los espejos “Pero esta vez no dejaré que Drew me derrote, una vez ya me hundí por él, pero ahora soy más fuerte” Lavó sus manos en el lavabo que tenía enfrente. “Al fin y al cabo nunca fuimos más que amigos”



Gary estaba nuevamente en su habitación, con los ojos perdidos en algún punto del techo, su reproductor de música tenía el volumen tan alto que podía escucharse cierto estrepito retumbar en su silenciosa habitación, aunque el mayor impacto sonoro se lo llevaban sus oídos a causa de los audífonos firmemente colocados en sus oídos.


-//-// Flash Back-//-//


— ¿Estas seguro que está bien que me quede aquí? Sabes que esto puede causarle problemas a tu abuelo— Murmuró May a sus espaldas.

Todo en ella denotaba miedo, y aunque la tristeza no había abandonado en ningún momento sabía que ella aun estaba preocupada por lo que había pasado hace algunos días en su antigua casa.


Él suspiró, aun reacio a mirarla.


—Si, ya hablé con él y no tiene ningún inconveniente. De todos modos sabes que trabaja casi todo el día y no para en casa no te preocupes por eso— Contestó seriamente, el rostro indiferente.
May la miró con fijeza. Y esta vez sin poder aguantarlo más estalló, no solo en lágrimas, también en un reclamo verbal sin precedentes.


— ¡Basta! No es justo que me trates así, se que hice cosas malas y merezco pagar por eso, pero tú no tienes derecho a hacerme sentir peor de lo que ya de por sí me siento. Eres mi amigo, se supone que debes apoyarme y en cambio no quieres ni mirarme. Estaba confundida, sola, lo perdí todo, todo lo que amaba ya no está. Estoy tratando de hacer lo correcto pero a este punto… ya no sé lo que es correcto.
La actitud de la chica que había comenzado con reclamos histéricos entre llanto y gritos había terminado en murmullos incomprensibles con ojos llanos y vacios. Las pequeñas pausas que había hecho a lo largo de su discurso, muestras inminentes de inseguridad, lograron el efecto deseado: ablandar a Gary.
Pero además habían hecho que este notara que su amiga estaba tan destrozada que no sabía bien lo que hacía.
Gary se acercó a ella y arrodillándose hasta quedar a su altura la abrazó fuertemente, conteniendo en sus brazos los vacios sollozos de May.


— ¿Te sientes mejor?— Preguntó cálidamente después de unos minutos.


—No lo sé… Estuve triste, estuve molesta. Sentí rabia, sentí lastima. Ya lloré y ya grité. Quise estar muerta y quise desaparecer y ahora… no se… ¿Cómo debería sentirme?— Musitó con la vista en el piso y sin atisbo de sentimientos en su voz.


—May…


—No se… que… hacer a estas alturas.
Gary sintió su corazón contraerse con pena. Su respiración fue lenta y calculada para que ella no notara la quebradiza voz que colgaba en su garganta.


—May… debes seguir adelante, a ellos no les gustaría verte así. No pido que seas fuerte, no espero que superes esto de un día a otro, pero me gustaría que trates de seguir con tu vida. Yo te voy a apoyar todo el tiempo que necesites, siempre que necesites voy a estor ahí, lo prometo. Déjame ayudarte. Ahora lo que realmente necesito que hagas, es prometerme que trataras de dejar de aferrarte a este… accidente —Hizo una pausa considerablemente larga antes de volver a hablar— Y con respecto al otro asunto, no estoy enojado contigo es solo que todo el asunto de ese… monstruo me desconcierta mucho, nunca creí en ese tipo de cosas y me resulta irreal eso es todo. Prométeme que nunca volverás a contactarte con esa cosa…


—Yo no lo busqué, él me encontró. Creo… que él me salvó, ese día, a lo mejor yo tendría que estar muerta como los demás.


— ¡No! Mira eso ya no importa, nos deshicimos de ese estúpido espejo así


Ella asintió limpiándose las lágrimas con la manga de su suéter negro.


—Si, pero quiero que me acompañes a mi casa… solo esta vez más.


-//-// Fin Flash Back-//-//


Hasta estos momento, el castaño no podía distinguir bien como las cosas habían terminado tan mal si estaban yendo por buen camino.

Suspiró pesadamente y se recostó de costado cerrando los ojos.

Tomó una almohada y tapó su cara con ella. La suavidad del la gamuza que recubría las plumas del objeto proporcionaban una sensación suave en su rostro que no podía disfrutar por la persistente molestia en su interior. Algo que indicaba que nada a su alrededor estaba como debería.


-//-// Flash Back-//-//


Miró con cautela cada objeto a su alrededor, luego posó sus ojos sobre la castaña que hurgueteaba con ahínco unos cajones y recordó porque había aceptado volver ahí.


— ¿te ayudo con algo?


—No los encuentro, el relicario de mi mamá ni el reloj de plata de mi papá— murmuró exasperada.

El desconcierto era evidente.

—Estoy segura que la última vez los dejé por aquí.


Gary se agachó junto a ella dispuesto a ayudarla. Mientras más rápido mejor.

Pero algo pasó.

Y para cuando se dio la vuelta había un hombre parada al filo de la puerta principal, observando a los dos jóvenes con furia.


Gary no entendió bien lo que pasaba en ese instante. Estaba seguro que no era un extraño cualquiera porque quien sea que fuera no había respetado las cintas de advertencia que rodeaban la casa, y había abierto la puerta con una confianza única.


—Tío…— Musitó la castaña encogiéndose a su lado.
Aquel extraño miró con desprecio a May y después le espetó con fuerza.

—Así que aquí estabas mocosa, ¿Dónde te habías metido? ¡Me vas a causa problemas con los uniformados y servicios infantiles!— May se estremeció intimidada.

Gary, por su lado, sintió asco de la voz ronca y áspera de aquel sujeto, parecía un enfermo de asma terminal y aun así era capaz de destilar el más profundo desprecio.


—No tío lo que…


— ¡Cállate!— ordenó rasposamente —Por desgracia mi tonto hermano dijo en su testamento que no podría ver ni un centavo de su herencia si no me hacía cargo de sus hijos. ¡Así que te vienes conmigo mocosa inútil!


—Pero…


La mueca impaciente del tipo se convirtió rápidamente en una violenta combinación de ira y rabia. Sin darles tiempo de nada se acercó a la chica y presionó su muñeca con fuerza.

Ella gimió.


—Te he dicho que no hables. Será mejor que te vayas acostumbrando a hacerme caso porque si no vas a ver lo que te espera.


—Espera…— suplicó exaltada.

Impulsivamente forcejó.


Pero él reaccionó peor de lo que esperaron. Antes de que Gary pudiera intervenir la abofeteó con fuerza haciéndola caer. Como aun la tenía agarrada de la muñeca no espero que ella se repusiera para comenzar a tironear de ella.


Gary escuchaba sus sollozos, y gritó varias veces para que la soltara, amenazó con llamar a la policía pero el repulsivo ser simplemente volteó a mirarlo con una sonrisa vil en su rostro.


— ¡Suéltala de una vez animal!— bramó con fuerza, esta vez sosteniendo su mano y jalándolo para apoyar sus reclamos. Pero al ser más bajo que él y menos corpulento y fuerte recibió un fuerte golpe en el brazo que hizo que se alejara adolorido.
Apretó los puños con fuerza y lleno de rabia, aprovechó que de momento May se aferraba fuertemente a una biga evitando ser arrastrada a la puerta para acercarse a su única salida.


— ¡Aparece! Vamos hazlo yo se que estas ahí— dijo agitando un polvoriento espejo que días atrás había votado al piso. — ¡Necesito ayuda, por favor!— insistió mirando solamente su reflejo lleno de desesperación.
Sabía que el tiempo se le acababa, de pura suerte el tipo no había vuelto a golpear a su amiga pero eso era temporáneo. Oía claramente como May suplicaba que la soltara, y lo llamaba a él por ayuda.
— ¡Vamos aparece, sé que estas ahí! ¡Necesito ayuda!


— ¿Y para que habrías de necesitarla? Pensé que tu no necesitaban nada de mí.


La escalofriante voz no se hizo esperar, y era claro por su tono que esperaba verlo suplicar por haberlo despreciado antes.


— ¡NO necesito tu ayuda para mí, sino para ella!— gruñó dirigiendo la parte brillante del objeto ante la escena de la chica y su tío.


—Si, es una lástima, pero para brindarle mi ayuda necesito que ella me lo pida. Y por cómo van las cosas seguro que no podrá


Comentó tranquilo, indiferente.


—Entonces ayúdame a mí, ayúdame a ayudarla— Siseó decidido.


— ¿Por qué habría de ayudarte? ¿Qué te hace creer que tengo la intención?


Cuestionó malévolamente.


— ¡Solo hazlo!, A cambio te daré lo que sea— Propuso resuelto.


—En ese caso…


Su risa se escuchó a lo largo y ancho de la casa, tan fantasmal como siempre.
Un brillo purpura proveniente del objeto fue seguido por una oscuridad total.

Duró unos minutos, y durante aquella oscuridad Gary sintió un extraño dolor en el pecho al que no le dio mucha importancia porque cuando el color volvió al lugar vio a May acurrucada y temblando, entonces también observó un cuerpo yaciendo sin vida en el suelo junto a ella.
Se acercó con cautela, aun aferrando en su mano el espejo, y notó las pupilas dilatadas y vacías del hombre.
Tragó fuertemente la saliva que se resistía a pasar por la garganta y volteó para encontrarse con los asustados ojos azules de May.
Pero en ese momento, algo en él cambió. No sentía miedo, ni culpa o arrepentimiento, nada. Entonces asustado miró por el rabillo de su ojo el objeto en su mano ¿Qué le había quitado ese sujeto? Entonces supo, sin cegarse por sus sentimientos, que había un vacio interminable en él, que había arrancado una parte esencial de su persona, y no sentía nada al respecto, ese hecho no le asustaba ni preocupaba, había perdido la capacidad para sentir tales cosas.
Se agachó al lado de la chica posando su mano sobre su hombro, recordando haber sentido mucho cariño por ella desde siempre y sabiendo que el hecho de que ahora no hubiera nada en su corazón no significaba que no cumpliría su promesa por estar con ella para apoyarla siempre que lo necesitara como ahora.
Pero sin poder terminar todas las desgracias. Un nuevo sonido en la puerta reveló a una nueva persona en el lugar


-//-// Fin Flash Back-//-//


Recordaba vívidamente ese día, pues desde entonces había luchado por mantener su lado más humano. Repudiando fieramente la idea de convertirse un robot vacio sin sentimientos. De momentos se sorprendía así mismo al sentir pequeños y fugaces momentos de molestia o alegría. Pero había encontrado la forma de hacer las cosas con mayor naturalidad. Los recuerdos que tenía de sentimientos y emociones estaban grabados en su mente y en su corazón y él adaptaba estos sentimientos a las situaciones como fuera necesario.


Era algo laborioso al principio pero después de haber practicado durante tanto tiempo le salía técnicamente natural.
Probablemente a eso se debía su, superficial, enamoramiento con May. Al recuerdo del cariño que sentía por ella y el recuerdo del amor por Melody; y por supuesto al parecido de ambas.
El cariño por Misty y por Dawn era algo difícil de explicar, pero seguramente se debía a que ambas estaban envueltas en la misma desgracia que él, causada por sinnafer.
Aun así estaba muy dispuesto a recuperar lo que había perdido, corrección, lo que le habían quitado. Sólo estaba esperando el momento adecuado para hacerlo.




May volvió después de unos minutos con una sonrisa radiante, aunque por su conocimiento algo forzada, y se sentó en su lugar grácilmente.


—Wau esto se ve delicioso.


—Si, lo que te quería decir es…


—Mmm, enserio Drew deberías probarlo— Sin pedir permiso alargó el brazo y depositó el suculento trozo de pastel en la boca del chico quien se vio obligado a detener su discurso.


—Mmm… si, si delicioso. Oye…


—Por cierto gracias por ordenado esto por mí, siempre saber las cosas que más me gustan. Al principio pensé que eras muy controlador al ordenas por mi pero entonces recordé que eres tú así que no hay problema.


—Si, no hay problema. Cuando quieras, pero…


—Sabes algo realmente sorprendente, que este pastel es casi tan bueno como los que hace Misty.


—May— La llamó Drew.


—deberías probarlo, sabes cuando haga algún postre te llamaré para que lo pruebes, es la mejor en eso.

—May— Volvió a intentarlo.


—Aunque a Gary no le gustan mucho las cosas dulces, hasta a él le gustan los pasteles que hace Misty.


— ¡May!— Volvió a llamar esta vez con mayor fuerza y un deje de irritación. La mención de cierto castaño en la oración había rozado los límites de su paciencia.


—Hum, ¿dime?


— ¿Estas tratando de evitar la conversación de hace rato?


— ¿Quien, yo? No… ¿Por qué pensaste eso?


—Me dio la impresión.


—Oh, no. Lo que pasa es que pensé que ya habías terminado— Sonrió nerviosamente denotando en sus rasgos simétricos la incomodidad

—Así que… ¿Si tan enamorado estas de ella… por qué no estás con ella?


—Ese es el problema— Respondió molesto —Tiene novio— Hizo un gesto con la boca antes de tomar un sorbo de su café.


—Vaya, mala suerte amigo— Rió juguetonamente, con la única intención de hacerlo enojar.


—Si bueno, pienso cambiar eso— Comentó decidido.


—Así que pretendes que esta chica termine con su novio… si, buen plan genio. — La castaña arqueó una ceja apretando los labios en una mueca en la que una comisura de sus labios era apenas levantada, movió su cabeza en negación varias veces.


—Pues no sé si a ti se te ocurra algo mejor— Retó manteniéndose paciente.


—Me llamaste por un consejo, no para complotar contra personas que ni conozco— Drew rió suavemente ante el comentario de la castaña. Pero su mirada cambió a una penetrante —Y mi consejo es: aunque tenga novio, dile lo que sientes. Si te quiere de vuelta terminará con su novio sin que tengas que conspirar en su contra, y si no pues al menos te sentirás más libre de esa carga.


—Vaya, ¿En qué momento te volviste tan inteligente?— Comentó tras un breve silencio, con un tono de presunción que acompañó con su usual juego del flequillo.


— ¡Odioso!


—Como siempre, sin nada inteligente que decir. Creo que me adelanté, nunca dejaras de ser una completa despistada.


— ¡Eres un insoportable!— Murmuró con los dientes apretados.


El chico rió bajito, divertido por la situación.




Sintió un aire pesado apenas dio un paso dentro de su casa. Era un ambiente frío que no tenía nada que ver con el inestable clima de La Rousse City que parecía estar mejorando.
Contrajo el cejo con hastío.


—Que tontos son ellos, la verdad— Murmuró May para sí misma. En su voz no se registraba ni las más mínima nota de malicia y por el contrario esta matizada con la más profunda pena. Aun así la afirmación salió con rudeza.


Parte del “Negocio”, por decir de alguna manera, en el que se habían montado era dejar el pasado en el pasado. Pisar día a día como si lo que hubiera pasado en el ayer no importara en lo más mínimo. Y no es que ella cumpliera con ese fundamento, para serse sincera estaba en peores circunstancias que sus demás amigos por que a diferencia de ellos nunca había podido olvidar nada. Dicen que recordar es una maldición y ella se sentía maldita desde que había nacido.
Admiraba generosamente la ir radiante frescura de Dawn para enfrentar con cara brillante todo lo que se atravesaba en frente. Y envidiaba sutilmente sus cualidades de actriz que si bien podrían valerle un Oscar o un Premio de la Academia. La facilidad con lo que emanaba e interpretaba emociones y sentimientos que únicamente existían en su cabeza y no en su corazón, a May le había fascinado siempre. Una fascinación algo retorcida vista desde un punto de vista donde la pobre Dawn soportaba sus feas emociones ella sola. Raras habían sido las veces que había visto que Dawn expresar sentimientos verdaderamente suyos, se ameritaba, al igual que Gary o Misty, el crédito de aquellas contadas ocasiones, puesto que había sido únicamente con ellos con los que trataba de ser más natural. Sin embargo parecía disfrutar de su pequeño mundo de mascaras y actuaciones. Y si ella era feliz, en lo que cabe la palabra, los demás eran felices por ella.


Gary era un polo opuesto a lo que Dawn se refería, y era interesante hasta incluso gracioso la relación de hermanos que se había desarrollado entre ellos. El chico era arrogante e impenetrable, con una gélida cortesía que no era difícil destacar como suya propia, una notoria catadura que lo diferenciaba de cualquier otra persona en el mundo. Era astuto y calculador. A veces la asustaba por su falta de emociones, pero entonces lo enmendaba dirigiéndole una sonrisa entre cariñosa y ladina que parecía automática en él. Nunca se había detenido a preguntarse porque tenía aquellas actitudes efímeras y acaudalantes que diferenciaban al Gary que había conocido, audaz y extremadamente sagaz, del Gary que era ahora en día, que a pesar de conservar su esencia se hacía sentir más frígido. No era necesario darle tantas vueltas al asunto ¿No acaso todos habían cambiado después de conocer a Sinnafer?


Poco costaba ver que Misty también tenía su fuerte personalidad oculta bajo un tenue y disimulado manto de ama de casa. Desde el día que la conoció May había tomado a Misty como un icono, un modelo a seguir y es que la chica traía consigo un aura tan vivaz y ardoroso que ni siquiera encubierto por la soledad y tristeza que emanaba desaparecía totalmente. La forma en que la trataba, dulce y humorística no alcanzaban a tapar lo violento de su carácter que explotaba en los momentos menos inesperados. Le tenía un poco de lastima pues a pesar de ser la más fuerte entre sus compañeras femeninas su débil preparación mental no le permitía superar adecuadamente los traumas que había sufrido de pequeña sumiéndola en desesperados sueños que no era capaz de evitar por lo cual le era casi imposible conciliar un sueño que durase más de unas horas.


Todos ellos a sus diferentes maneras habían prevalecido a sus traumáticas vidas. Lo intentaban, y ese era un gran avance. Si bien, se podía tomar como la parte buena.


La parte mala, era la muestra de la obviedad que pretendían no ver. Ninguno había superado un carajo de sus miserables vidas. Al más mínimo roce de conciencia que les trajera algún recuerdo de la desgracia que los llevó a este punto el monstruo de sus memorias pasadas vomitaba, literalmente, un montón de imágenes que encapsulaba la situación por la que todos se esforzaban en olvidar.


Debía aceptar, por otro lado, que haberse conocido había ayudado a todos a hacer más llevadera su carga y su responsabilidad. Además habían forjado una amistad tan dura como el mismo hierro. Aunque sabía que de encontrarse en otras circunstancias probablemente no se hubieran elegido mutuamente, exceptuando tal vez su caso y el de Gary. Esa amistad había nacido en una tácita adversidad, a cuya costa al principio había sido algo tensa. No era, sin embargo, difícil notar que había crecido bien direccionada con lo justo de confianza, empatada y la infaltable prudencia pues no era nada conveniente que unos se estuvieran metiendo en los asuntos del otro, eso hubiera hecho de la relación afable algo sumamente desastroso. Probablemente a ello se debía a que la parte extremadamente imprudente que la caracterizaba se haya disipado ante otros aspectos menos desarrollados en ella como la astucia, el sarcasmo y el particular cinismo que Drew había notado desde su rencuentro. Todo por la necesidad.


Para ella, May Balence, todo había cambiado. No solo su vida puesto que su personalidad había tenido que sufrir unas necesarias modificaciones. Como Darwin había citado: “Sobrevive el más apto no el más fuerte”. Y a pesar de la inteligencia tan inconexa con la que todos la habían conocido en la infancia ella había entendido lo suficientemente bien esta frase como para llevarla a la práctica tan exitosamente. Aunque no deja de ser falso y trucado, una perfecta actuación. No tan buena como las de Dawn pero lo suficientemente aceptable.


Si venía al caso mencionarlo, Drew conocía a la castañita demasiado como para no haber notado, la actuación en los rasgos de May no se habían dado con la suficiente naturaleza como para engatusarlo a él, era simplemente algo que no había pasado desapercibido. Ella nunca podría mentirle. En realidad la astucia tan desarrollada del chico le había ahorrado tiempo de observación pues tras unos días había desenmascarado completamente aquel artilugio con el que May se protegía de algo que él no lograba entender que era. Sin embargo el perfecto chico también tenía un levísimo defecto que bajo el virtuoso regalo de su fabricación casi ni se notaba; y es que él era demasiado orgulloso como para pensar que los pequeños detalles realmente importaban, él prefería verlo todo desde un plano más general, extremadamente detallado, propio de un perfeccionista como lo era él, pero general a fin de cuentas. Y no es exactamente que borrara de su memoria aquellos pequeños detalles pues la magnificencia de su intelecto era algo que no podía suprimir, pero prefería pasar por alto estos detalles. Para el acaudalado joven la cosa había sido simple: May había vuelto, con unos amiguillos por demás excéntricos por cierto, lo odiaba y él lo concebía pues se sabía responsable; la castaña recalcaba una y otra vez que había cambiado pero para él seguía siendo su pequeña niña a quien debía cuidar, se comportaba extraña pero se lo ameritaba a diversas circunstancias, parecía abrumada por algo, pero también culpaba a su pasado en común, tenía que ser incomodo estar con él después de todo lo pasado ¿no?. El chico en realidad no se había tomado la molestia de preguntarse cuál era el empeño de May en demostrar un cambio y cual la insistencia tratar de adoptar una actitud diferente si era más que obvio que se esforzaba demasiado en ello. Detalles que había visto pero que había restado importancia.


Las respuestas él podrían conocerlas, o averiguarlas sin dificultad porque era un chico perspicaz hasta el cansancio, pero no deparaba en preguntarse pequeñeces que a veces eran la causa de todo. Ese era su defecto.


Cabría pensar que Drew pisaba tambaleante la línea de presunción que separaba a una sutil vanidad de un imbécil cegado por su soberbia. Y pues sí, muchas veces el se inclinaba más por la soberbia. Sabiéndose tan mortalmente inteligente desechaba pequeñas pistas que, tonto de él, era la principal puerta a las incógnitas que cruzaban su cabeza. Pero por supuesto él tenía mucho en su cabeza para cavilar todavía más necedades innecesarias ¿cierto?


Si, en ese aspecto al grandioso Drew Hayden también le hacía falta madurar un poco.


Volviendo con May, podríamos decir que la vida estaba siendo particularmente dura con ella.
Pues esta vez para rematar todos su problemas había surgido uno, que aunque se lo negase, era el que más la turbaba.


¿Quién putas era la tipa de la que Drew estaba enamorado?




¿Qué les pareció? Jeje bueno falta solo el mortificante pasado de May y la historia recién se va a poner mejor, espero que lo disfruten y comenten ^^ pues espero saber si mi escritura satisface su curiosidad lectora xd. Jeje nos vemos en la próxima conti pues ahora si viene la historia de May y muy pero muy interesantes datos nos leemos xoxo.
Pd: voy a traer la conty lo mas pronto que pueda pero al menos denme dos semanas por que tengo parciales ¿vale? Xd espero que comprendan.

LETRA CANCION (MUSE)

Spoiler:

LETRA CANCION TRADUCIDA

Spoiler:

Wwaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhh!!!!!!
Me encanto Kendra-Nee :3333
Adore y casi lloro por el pasado de mi Gary TwT
Pobre May, pero no sabe que Drewito habla de ella xD

Increible,en serio *w*

Lo voy a seguir leyendo,conti...conti... xD

Bye~~

So sorry!!!!!!!!!!!
juro que la semana que viene traigo conty he tenido muchos contratiempo...
perdon encerio!! y gracias por sus coments ^^U
les juro que el capi que se viene los deja...ni se imaginan
no los voy a defraudar ^^
bye!!!

Esta bien Neechan :33
Adoro tu fic y lo esperare siempre nwn
La espero!!! Chaoo! X3

perdon!! haga lo que haga no puedo subir la conty (ya probe de 5 mAQUINAS DIFERENTES...) perdon!!!
veanlo desde esta pagina y comenten ok!!!

http://digizona.net/poke-fics-201/alone-dark-contest-poke-ikari-capi-19-behind-blue-eyes-5518/index9.html