.× ▬▬▬▬[» Alone in the dark «]▬▬▬▬ ×.

.× ▬▬▬▬[» Alone in the dark «]▬▬▬▬ ×.

“Really I´m a stupid, Because I just thinking of you
You, that looking someone else
You even know what I’m feeling”

—Deberías comprarlo.

Se exaltó e inmediatamente volvió a tomar su actitud habitual, entonces volteó hacia la persona dueña de aquella voz.

—No me espantes así— Reclamó mirando inexpresivamente hacia un costado.

—Vamos Gary no es para tanto— Sonrió la pelirroja tranquilamente.

—Hum.

Por una milésima de segundo Misty lo miro con ojos grandes y una línea recta en los labios, pero aquella mueca fue rápidamente remplazada por una nueva mímica suave.

—¿Sabes…? Yo creo que en verdad le gustaría— Misty observó con cuidado los gestos de Gary que parecieron no cambiar. Excepto por el leve fruncimiento que dibujó en los labios con una notoriedad nula salvo, claro, para sus expertos ojos.

—No tiene caso— Replicó con calma, aun si dejar que su mirada encontrara sus ojos.

La pelirroja abrió la boca que aun formaba una sonrisa dispuesta a responderle pero en ese instante el irritante tintineo de la voz de Dawn resonó en toda la tienda.

—!Este me queda divino!— Chillo saliendo de los probadores con un vestido rosado con lentejuelas, ajustado al cuerpo y con tirantes. —¿No les parece?— Preguntó vanidosamente —Si, me lo llevaré— Exclamó sin esperar respuesta alguna de sus acompañantes, dado que ya sabía que desde el traje número quince no le estaban prestando atención.

—No entiendo cómo puede comprar tanto, ¿No se aburre?— Murmuró el castaño disgustado.

—Lo que yo no entiendo es como puede gastar tanto dinero en comprar ropa que después no usa— Misty miró las bolsas que estaban apoyadas cerca del sillón frente al probador.

—Dinero es lo único que podemos esperar de ese bueno para nada, así que ella sabes cómo aprovechar la situación— Explicó el chico con total desinterés.

—Si— Asintió estando de acuerdo —Pero no me cambies de tema, estábamos hablando de algo— Insistió posando sus ojos agua marina acusadoramente en su acompañante.

—Y yo te dije que no tiene caso— Fustigó frunciendo el ceño comenzando a molestarse. Siendo Misty una amiga, se atrevía a decir casi familia, durante casi tres años debía saber que lo enfurecía que se metieran en sus asuntos personales. Por supuesto por la misma razón sabía que esa chica podía llegar a ser verdaderamente perspicaz e intimidante cuando se le negaba algo.

—Deberías ser más sincero con ella, o contigo mismo— Incriminó sin rodeos.

—No entiendo de que me estás hablando— Evadió con astucia.

—¿A no?— Misty inspiró profundo levantando una ceja sagazmente —Durante casi cinco minutos estuviste mirando fijamente ese chal rojo, puedo adivinar a quien pensabas que se le vería bien.

—No es tu asunto.

—En especial porque es su color favorito ¿no?

—Te dije que no te metas— Murmuró amenazadoramente a través de sus dientes oprimidos. Sus puños estaban apretados con fuerza y una vena palpitó en su frente.

—Aunque ella se ve bien con todo ¿A que si?

—!No me gusta que se metan en mi vida!

—Si lo sé…— Respondió con una sonrisa intimidante ajena al enojo de su amigo —Pero no estás tomando en cuenta que esto no solo te implica a ti, sino también a mi amiga.

—Eso no… eso no es…— Farfullo nervioso con las mejillas pintadas de un suave tono rojo.

—¿Por qué no se lo dices Gary?— Preguntó ella mirándolo con ojos confundidos.

—Por… eso es porque… no tiene caso— Bajó su mirada observando su mirada en el piso de madera bien lustrado y totalmente limpio.

—¿Por eso vas a rendirte?

—Tú no lo entiendes.

—Si lo hago— Lo miró con compasión directamente a los ojos y tras ese encuentro los ojos castaños de Gary voltearon en otra dirección.

—Ella ama a otra persona, lo ha hecho por varios años y la situación no ha cambiado nada, no va a cambiar porque yo así lo desee— Aclaró sin expresión en el rostro, y Misty no pudo saber bien que estaba sintiendo pues también había cerrado el acceso a su alma.

Por su lado el castaño había cerrado los ojos exactamente porque sabía que su amiga pelirroja tenía la extraña habilidad de conocer a las personas mirándolas a los ojos, eso además de intuir sus sentimientos por la mirada.

—Aun así nosotros que hemos convivido con ella tanto tiempo sabemos que es una persona dulce de nobles sentimientos, yo esperaba que tu… lograras hacer que olvide a esa persona, que la ayudaras a seguir adelante— Explico apoyándose a su lado. Un suspiro pesado salió de sus labios rojos.

—¿Eso es todo lo que te importa?— Susurró molesto.

—Por supuesto que no— Expresó molesta. El castaño la miro fugazmente a los ojos con un innecesario matiz de ansiedad que no llegaba a contrastar, bajo ningún ángulo, con la inexpresiva y frívola forma recta que expresaban sus labios, confirmándole solo una pequeña cosita a la perspicaz pelirroja: Los sentimientos de Gary eran verdaderos, tan verdaderos como contradictorios. Y, para sí mismo y para ella eran extrañamente confusos.

Una sonrisa sagaz desbordó los estilizados labios de Misty, misma que escondió bajo una fingida tos.

Gary ni se molesto en mirarla puesto que lo que estuviera cavilando le valía un cuerno. Eso mientras no pensara comentarle nada a la castaña, por supuesto. Esa idea lo aterraba, vaya que lo aterraba. Y, al fin y al cabo era únicamente por el temor que le provocaba pensar que aquellos sentimientos, con poca probabilidad de ser correspondidos, terminaran dañando, si no bien destruyendo, la amistad que había logrado fraguar con la chica a lo largo de esos años de constante apoyo y silenciosa comprensión.

—Solo no te metas— Dijo secamente, era obvio que el tono de voz tenía matices de ultimátum pero a la vez su amiga no puedo evitar encontrarle un sentido de suplica en aquel poco educado pedido.

Tras unos minutos de tenso silencio, causa de los sentimientos reprimidos que emanaban del cuerpo de Gary y la sutil mirada que translucía su porte fuerte. Misty tomó con serenidad la palabra sin vacilación y con un tono, casi imperceptible, de ironía.

—Escucha, ¿bien? Sola y únicamente dedícate a escuchar y no me interrumpas y reclama después— Pidió ganándose una mirada curiosa de su acompañante, y que para su mala fortuna también parecía algo desesperada —No eres una persona del todo sosegada, pero por naturaleza no eres violento— El castaña levantó una ceja tratando de adivinar donde se dirigía esta conversación —Eres muy arrogante y petulante de una forma bastante peculiar y, lo reconozco, maduro sin lugar a dudas— Reconoció la chica notando una mueca sobre el rostro del alegado —Sin embargo cuando se trata de May te compartas de una forma más precavida, designo esto a dos razones que yo creo que son la razón de tu comportamiento: La primera de la cual no tengo dudas es que tratas de reprimir lo que sientes cuando ella está alrededor, se lo atribuyo tal vez… ¿Al miedo?— Un ceño fruncido fue su severa respuesta, ella asintió diplomática —La segunda es más bien al instinto protector que has llegado a adquirir desde que, estoy segura, te has sentido con la obligación de comportarte y tomar el papel del hombre de la casa, y esto a su vez a derivado en un sentido de protección mayor por ella debido a tus sentimientos… ¿Me equivoco?— Preguntó sabiendo que dado su sentido de la madurez en matiz de sus principios (No mentir a las que consideraba su familia), él no negaría nada y bien ella podría interpretar ese largo silencio que se hacía presente como una afirmación. Además estaba consciente de que él sabía que con ella no se podía jugar a dar de rodeos y por eso: su rudeza natural nadie, ni siquiera él, se atrevería a mentirle o siquiera negarle algo —Bien— Murmuro asintiendo de esa manera inspiró para continuar tras la breve pausa —También soy muy consciente de ese cambio de actitud tuyo cuando merodeas sus límites o ella revolotea a tu alrededor; es dulzura. Solo un pequeño fragmento de tus sentimientos por ella, una pequeña parte que a pesar de tu deseos por reprimirte no logras controlar— Ante esta nueva afirmación Gary abrió los ojos desmenuzadamente presa del asombro de aquella declaración, puesto que no era consciente de aquel cambio que ella mencionaba. Sin embargo no se atrevió a refutarlo dado que Misty tenía unos ojos únicos para el análisis y si ella afirmaba esa inconsciente acción no dudaba que fuera cierta. Cuan idiota podía llegar a ser. —Lo cual es difícil de notar ya que eres un arrogante y siempre en cualquier circunstancia lo has sido, así eres, pero a mi no me engañas, soy buena observando y lo sabes— Suspiró e inspiro un par de veces tratando de recuperar el aire —No sueles ser tan suave en tu trato con las personas a menos que estés cerca de ella, ahora mismo es el ejemplo perfecto. Tu actitud desdeñosa pasaría a cenizas si May hubiera venido con nosotros, no puedes negarlo, y estoy segura tampoco quieres hacerlo. A pesar que estoy segura harías cualquier cosa por Dawn o por mí no puede compararse a lo que harías por May porque el sentimiento no es el mismo. Te he observado detenidamente Gary y he visto como tus sentimientos han evolucionada mientras los suyos se han mantenido intactos— La última frase salió en un suspiro extrañamente doloroso que bien pudo combinarse con la mueca que apresó el rostro del castaño —Pero francamente no se qué rayos esperas, no has movido ninguna ficha en tu tablero y para ser sincera me parece que de alguna manera la estas lanzando nuevamente a sus sentimiento por Drew, la has alentado a perdonarle y es una actitud que no comprendo, es como si de alguna manera desearas liberarte alejándola de ti.

—Melody— Interrumpió monótonamente —Temo que se repita lo que pasó con ella— Volteó su rostro para encontrarse con su mirada sorprendida, devolviéndole una mirada dura y carente de emoción —Soy un imán de problemas para la persona que quiero, May es una niña dulce, al menos en esa faceta se ha mostrado siempre conmigo, por eso no quiero lastimarla. Además…— La frase congó en el silencio con agonizante expectación.

—¿Además?— Alentó, con miedo de hacerlo, y con una mirada de profunda compasión, que se asemejaba más a lástima que a caridad.

A pesar del empujón que Misty le daba para continuar guardo silencio unos segundos más para aclarar sus ideas. Dándose su tiempo para continuar.

—… ¿Sabes lo que es querer a alguien que está tan profundamente enamorado de otra persona, tanto que ni siquiera es capaz de mirarte? No sólo eso, ¿Te… te imaginas la agonía que es tenerla cerca todo el tiempo, sentir su calor, oler su perfume… saber que duerme a unos cuartos de distancia sin poder hacer nada al respecto más que mirar desde lejos como sufre por una persona que solo le hace mal? Imagina el dolor— Pidió cerrando los ojos con un humillante gesto torcido por la emoción, humillante para su ego masculino. —No hay nada que pueda hacer… pero… pero tu jamás lo entenderías— Afirmó lo último sin mesura logrando arrancar una mueca sombría del rostro de la pelirroja.

Una sensación eléctrica congeló sus venas al escuchar esa afirmación, y un sombrío velo cubrió sus ojos sin aparente volatilidad, al contrario parecía una respuesta ensayada, lo cual no era, pero su cuerpo había reaccionado automáticamente.

Una carcajada salió de sus labios sin haber sentido gracia alguna al comentario, es más incluso se encontraba fuera de lugar dado el tema de conversación. Gary la observó sin terminar de entender, es más ni siquiera comenzando a hacerlo.

—Entiendo más de lo que puedes imaginar— Las palabras de Misty salieron con una lentitud sombría y sin dirigirle una nueva mirada al castaño abandonó su lado dirigiéndose hacia Dawn que acababa de salir del cambiador con un nuevo atuendo. Sonriéndole al llegar.


—¿Eso… es cierto?

Resonó en sus oídos una voz.

Y eso la espantó.

Así que mientras su cuerpo endurecía por la tención obligó y rogó que los músculos de su cuello le respondieran y giraran a buscar al dueño de la voz, debido a que sus dilatados ojos se habían congelado en un punto blanco frente a ella, al que no podía quitarle la mirada.

Era de por si menos aterrador saber que era la voz de una chica la que le hablaba y por ende no era Drew pero aun así era preocupante que haya escuchado aquella comprometedora frase dado que, dependiendo de la persona, era una jugosa tentativa para chantajearla en cualquier situación.

—Relájate solo soy yo— Dijo aquella persona notando la rigidez del cuerpo de May, tratando de tranquilizarla por el susto que se había llevado, que ella podía notar porque sus puños aun estaban apretados y los nudillos comenzaban a ponerse blancos.

Sin embargo esto no la tranquilizó porque apenas notó de quien se trataba, su cuerpo no hizo sino aumentar su tención.

Era Blue.

Era una amiga de Drew.

Era un motivo para estar asustada.

—Que… que haces…haces escuchando…escuchando con…conversaciones ajenas— Tartamudeó muerta de la vergüenza pues para empezar aquel reclamo en su cabeza se había escuchado firme y alto, y porque, además, desgraciadamente para su amor propio parecía haberle salido una leve nota de miedo. Miedo que no había demostrada ni siquiera ante… bueno ante él. Miedo que también había ocultado perspicazmente de los ojos de Drew.

“Miedo. ¿Enserio May?” Se preguntó mentalmente. Sintiendo el sarcasmo de sus pensamientos.

—No voy a decirle nada a Drew si eso te tranquiliza— Aseguró Blue sin notar cambios en la actitud de la otra castaña.

Tratando de limpiar temor alguna de cualquier cavilación que tuviera May en esos momentos.

—¿Qué? Yo no estoy así por que vayas a decírselo…es más no me importa— Repentinamente una salvaguardia natural en su persona se activó; sus nervios.
Llevaba un buen tiempo controlando esas reacciones suyas, a pesar de que a veces costara las reprimía. Es por eso que no pudo evitar sentirse decepciona al darse cuenta que lo envolviera al peli-verde la descontrolaba. Muy a su pesar.

Se sentía tonta.

Y Posiblemente era así como se viera en esos momentos.

Inconscientemente había comenzado a jugar con sus dedos índices chocándolos como si fuera a causar una explosión si seguía así, el sonrojo de sus mejillas no la ayudaba en lo absoluto y para re matar la sonrisa temblorosa que adornaba sus labios no disimulaba ni distraía la atención de su obvia fachada nerviosa.

Mirando el panorama no había que esperar mucho para que la tintineante, aunque divertida, risita de Blue coronara el ambiente. Y así fue.

Ante esto la castaña suspiró derrotada. —¿Estás segura que no se lo dirás?— Musitó refiriéndose a su secreto no tan secreto.

—Claro— Asintió ella contenta cosa que extrañó a la otra castaña por la manera en que la había tratada más temprano ese día. —Además, como dicen, no hay un secreto hasta que lo sepa alguien más— May rió ligeramente, irónica ante la gracia oscura que le encontraba a esa frase. Su risa fue acompañada en una gama más juguetona por parte de Blue.

—Cierto— Corroboró ella sin estar muy segura —Pero… ¿Qué hacías por aquí… estabas escuchándonos?— Interpeló francamente, de una manera muy directa.
—No… bueno solo la última parte— La mirada de May se llenó de recelo —Pe…pero no quería, enserio— Agregó inmediatamente —Es que la verdad yo estaba buscándote— Rebeló sorpresivamente mirando el piso.

—¿A mi?— preguntó ladeando la cabeza hacia un lado con una mueca confundida —¿Para qué?— Preguntó sin evitar su curiosidad.

—Pues es que me dejaste intrigada con lo que me dijiste hace un rato, y después tu cambio de actitud, y la manera en que Drew nos ignoró y salió tras de ti… Me dio un poco de curiosidad— Admitió elevando ligeramente los hombros.

—Ya veo… ¡Un momento! ¿Drew… los ignoró por salir a buscarme?

—Olímpicamente— Asintió Blue con una sonrisa.

—Bueno entonces hablemos. Estoy segura que hay muchas cosas vergonzosas que puedes decirme de él— Blue rió entusiasmada ante el tono ligeramente juguetón de May.

—Vamos a los banquitos de allá, a estas horas y tomando en cuenta que día es dudo que alguien vaya a venir a los campos. Además como hoy tuvimos una de los parciales la mayoría de las personas se va a descansar o festejar. Al fin y al cabo es un examen menos— Aclaró caminando y siendo seguida por la otra castaña.

—Bien— Coincidió May.

Habiéndose sentado ambas miraron cosas diferentes sin saber cómo iniciar una conversación. Ambas preferían saltarse las trivialidades irrelevantes pero no sabían como ir al grano sin sonar; entrometida en el caso de Blue y grosera en el caso de May. Finalmente May habló dándose cuenta que no le importaba sonar grosera, uno porque no sería la primera vez que actuara así frente a Blue (Aunque en el pasado su actitud no había sido dirigida a ella en especifico) y segundo porque le incomodaba ese silencio y para serse franca tenía mucha curiosidad el saber que era lo que quería esa chica tan rara con ella.

—¿Qué querías de mí?— Exigió May tratando de sonar paciente.

Una mueca impávida se dibujó en el rostro de Blue. Miró a la otra castaña y notando sus ojos sobre ella sonrió —Háblame de ti y de Drew— Pidió alegremente ajena al salto que había dado May en el asiento.

—¿Por qué querrías eso?— Evadió. Sabiendo que su expresión había cambiado. Notando que la máscara de rigidez volvía a posicionarse en su rostro, lavando los nervios, el miedo, la comprensión y la aparente apatía que extrañamente sentía por esa muchacha.

Blue se encogió ligeramente habiendo sido testigo como un velo frígido se apoderaba del rostro de May. Se sintió mal pensando cuanto tendría que afectarle el tema para reaccionar como si alguien hubiera tratado de lastimarla. Sin embargo no se intimidó y con las mismas facciones alegres la volvió a mirar.

—¿Te lastimó mucho, ah? Más de la que demuestras por lo que veo. Me doy cuenta, aunque no sea la persona más brillante del planeta… porque aunque tratas de controlar tus sentimientos no puedes ocultarlo— May suspiró triste —¿Sabes? Cuando tú y tus amigos llegaron parecían unos robots. Para serte franca tú y tu amiga pelirroja me intimidaron un poco las dos parecían un tanto… frívolas… rudas. Misty ¿así se llama no? Ella aun me da un poco de miedo pero tú en realidad pareces una buena persona y creo que puedo entenderte después de que oí algunos rumores y de que Drew mencionó algunas cosas sin darse cuenta supe que era su culpa que trataras de defenderte. Después de todo la gente puede llegar a ser cruel.

¿La gente puede llegar a ser cruel? !Ja! Eso era cierto, era más que cierto. Y ella lo sabía.

—¿Por qué crees que soy una buena persona?— Sus ojos peinaron el piso no sintiéndose capaz de levantar la mirada y enfrentarla. Un vago sentimiento de nostalgia amenazó con posarse en su interior. Lo ahuyentó forzándose a pensar en otra cosa, y a la vez preguntándose porque se le hacía tan difícil ignorar todo lo que tuviera que ver con ese chico.

—No estoy segura simplemente… lo sé— Blue notó que la castaña había optado por esa pregunta tratando de evadir todo lo que tuviera que ver con Drew. Pero insistente como era ella continuó —Además Drew jamás se comportaría así por una persona que no lo valiera, es más yo creo que eres muy importante para él— Comentó sin darle opción a evitar el argumento.

—No sé que tanto— Dijo lacónicamente —Así que eres muy cercana a él ¿cierto?— Una nueva evasiva surgió de los tensos labios de May. Que por dentro se sentía algo molesta sabiendo la respuesta positiva.

—No tanto— May volteó a ella sorprendida —En realidad no sé si siquiera puedo llamarlo mi amigo, nunca he sido buena teniendo amigos así que prefiero evitarlos— Una mueca de tristeza trepó sus finos rasgos —Pero si puedo decir que ellos son lo más cercano a un amigo que tengo. No te niego que me encantaría tener un amigo cercano a quien contarle todo pero lamentablemente nunca lo encontré— Balancó los pies en el aire —Pero no me he dado por vencida todavía— May la miró con pena —Pero si puedo decirte que Drew confía en mí. ¿Te cuento algo? Desde que lo conocí me gustó mucho —May la miró ceñuda y con una mueca inconsciente en los labios — Fue extraño pero por alguna razón nunca me alejó como lo hace con las chicas que no le gustan o tampoco me trataba como a las chicas que le interesan, me mantenía cerca pero a la vez parecía mirarme con odio— Continuó habiéndose ganado una mirada intrigada de su compañera y estando consciente de esto —Quise preguntarle porque me trataba así pero nunca tuve el valor, preguntarle a Paul era caso perdido por que parecía que mi presencia lo traía sin cuidado así que opté por Ash, él era mi mejor opción y él único en esa época al que parecía agradarle— Suspiró —Él no sabía la gran cosa pero me dijo que Drew había tenido una amiga que físicamente se parecía mucho a mi— Le echó a May una mirada significativa —Ya sabes el color de pelo y los ojos— Agregó para ser más clara —Drew no me alejaba porque yo de alguna manera llenaba el vacio que ella había dejado— La castaña la miró con un poco de rabia, Blue no reaccionó sabía que lo siguiente que diría apaciguaría a May —Pero él también me odiaba por parecerme tanto a esa amiga sin llegar a ser ella. Siempre supe que la extrañaba— May suavizó su mirada mientras Blue parecía perderse en sus recuerdos —Después de enterarme de eso mi relación de amistad con ellos fue un poco más distante, no quería incomodar a Drew así que por ende tampoco me acerqué mucho ni a Paul ni a Ash. Aun así logré ganarme su confianza y… pues ahora mi presencia les parece tan normal que nunca se molestan cuando estoy con ellos pero sigo manteniendo mi distancia para no incomodarlos, ya sabes es raro que una chica tenga puros emm amigos— Dudo ante la última palabra —Amigos varones, además a veces hablan de cosas que no interesan así que los dejo— se encogió de hombros. —Tú eras esa amiga ¿No?— Blue volvió a preguntar súbitamente, aunque esta vez May no reaccionó mal.

May había bajado la guardia totalmente, después de mucho tiempo sin hacerlo, sintiéndose en deuda de contarle algo con la misma confianza desinteresada con la que Blue le había hablado.

—Supongo— Afirmó apenada y levemente sonrojada. Sin poder negarlo, y sin tratar de hacerlo. De alguna manera la hacía sentir feliz escuchar eso pero guardaba el necesario recelo solo por las dudas —Bueno creo que es mi turno de contarte algo así que exactamente qué quieres saber… lo que me dijiste, que te hablara de Drew y de mi me suena muy generalizado, amplio… y yo tiendo a enredarme con las palabras— Confesó avergonzada.

—Bien— asintió posando un dedo en la comisura de su labio pensativa —Entiendo medianamente porque te rehúsas a estar con él, entiendo la razón por la que están peleados pero… ¿Por qué no quieres perdonarlo? Es decir él parece estar realmente arrepentido, hace un rato me dijiste que no me disculpara sin sentirlo de verdad… Él parece sentirlo de verdad— Estrechó sus ojos escudriñando a May, al principio parecía pensativa, ya no molesta y hacía unas muecas graciosas con el rostro.

—No lo sé— Blue sintió la franqueza en las palabras de la castaña y prolongando su silencio la invitó a continuar, sin parecer insistente —A decir verdad justamente estábamos hablando de ese tema ¿Escuchaste eso o llegaste después?

—Llegue técnicamente al final cuando dijo algo de “Nos vemos después linda”— Dijo poniendo su voz grave tratando de imitar al tono de voz de Drew en esa última frase. Haciendo que May se sonroje de paso. Blue rió por lo bajo —Pero… recuerda que también oí cuando dijiste que tú… lo… lo amabas— Oscilo con inseguridad. Ese comentario podía amedrentar la confianza que había logrado adquirir de May.

—Eso… eso… Yo no puedo… estoy muy confundida. No logro entender lo que siento y francamente no sé que se supone que deba sentir sólo… sólo no lo entiendo— Dijo suavemente.

—No creo que haya sido tan malo lo que te hizo— Opinó imprudentemente.

—Se sintió muy mal— Atacó con un deje de rencor en su voz.—Y lo malo fue lo que pasó después de eso— Sus ojos buscaron un punto imaginario en el firmamento tratando de descargar su dolor en aquella infinidad.

—Si fue después de que te fuiste dudo que haya sido su culpa

—Lo fue de manera indirecta— Insistió con amargura.

—Pero… ¿Acaso él sabía que estabas sufriendo después de haberte ido? ¿Alguna vez siquiera lo llamaste o le dijiste que estabas mal? ¿Él sabía eso?

May titubeó —Eso… es… yo… él— Musitó como si vocabulario fuera conformado únicamente por monosílabos —De que servía que supiera que estaba mal o sufriendo, si él me había dejado en claro que no quería nada mío— Se defendió tratando de mantener la compostura sin mucho éxito. La voz se le quebró como copa que choca contra el piso.

—Si él no lo sabía ¿De qué sirve echarle la culpa? Es más que obvio que se arrepiente de lo que te hizo hace cuatro años y es tu decisión ver si lo perdonas por eso o no. Pero no deberías culparlo por algo que él no hizo, de lo que ni siquiera era consciente— Las palabras tan ciertas de Blue la golpearon en la cara como si fuera una bofetada.

“Pero… pero me dejó sola” Pensó aturdida

—Todavía… no se… dudo que las cosas vayan a cambiar mucho si lo perdono sólo van a librarlo de la culpa nada más.

—Yo creo que este asunto va más allá de la culpa pero supongo que no debo meterme más— Reconoció Blue ladeando la cabeza con resignación y extrañamente satisfecha.

May sentía una onda de calor en la boca del estomago y una molesta sensación de ansiedad que jugaba con sus nervios. No sabía como sentirse eso ya lo había dicho pero tampoco podía explicar todas las sensaciones que la invadían, que en conjunto le revolvían el estomago.

—Por cierto…¿Qué quisiste decir con eso de que nunca debía bajar la mirada ante nadie ni nada? Cuando me lo dijiste sentí… que a ti te afectaba— Interrogó Blue retorciendo la comisura derecha del labio.

—Eso… Ya que te estoy hablando tanto de mi vida privada supongo que no hará daño que te cuente esto— Sonrió divertida de sí misma —Durante mucho tiempo cuando era niña me sentía muy inferior a los demás, siempre andaba mirando el piso porque me daba miedo mirar a las personas, sentía que mi existencia era tan insignificante que no merecía incomodar a nadie con mis ojos— Una sonrisa triste pintó sus labios con soledad —En realidad Drew me daba la confianza de la que siempre carecí— Reconoció dándose cuenta por primera vez de aquella verdad —Pero cuando me dejó sola también me di cuenta de que había sido yo misma la que me había hecho ese daño— Miró a Blue intensamente —Cuando bajas la mirada ante alguien le das la fuerza para rebajarte cuanto quiera porque tú misma te haces eso. Es en ese instante en que un gesto aparentemente tan carente de significado te vence le das permiso a los demás para aplastarte. Porque si te das cuenta cuando alguien baja la cabeza frente a ti es como si te diera consentimiento para ponerle el dedo sobre ella y rebajarlo a la altura de tus zapatos. Y aplastarlo.— Miró al frente mirando un paisaje en el cual no estaba interesada, absorta en lo que decía —Dejé que me pisotearan durante mucho tiempo… Así que yo aprendí por las malas— Suspiró sin darse cuenta que sus pestañas estaban a perladas con lagrimas que se rehusaban a dejar sus ojos —Tu… también pareces una buena persona… por eso te dije lo que te dije es… un consejo. Nunca cometas ese error. A pesar de que reaccionaste mal conmigo y me dijiste desgraciada— Rió sin ganas. Blue se mordió la lengua arrepentida —Sé que eres una buena persona— Blue no puedo evitar el impulso y posó su mano en el brazo de May tratando de trasmitirle algo de confort, una pisca de comprensión.
May no quiso llorar, pero no pudo evitarlo. Lagrima tras lagrima se abrieron paso ferozmente por sus ojos.

Los recuerdo, los recuerdos eran un veneno.

Instantáneamente recibió un tibio abrazo de Blue, de esa chica que casi no conocía.
Sus lágrimas estaban justificadas, había sido un día largo. Lleno de emociones y recuerdos que hacían eco en sus pensamientos.

Pero lo que entre lágrimas la desconcertaba era el pequeño y significativo hecho de que estuviera llorando… frente a ella. Nadie salvo sus amigos la había visto llorar los últimos tres años y justamente ahora había decidido quebrarse frente a esa extraña criaturita. Aun consciente de eso no se sintió incomoda, desconcertante hasta para ella misma.

Su llanto suave y armonioso duró unos minutos tras los cuales se secó las lágrimas y trató de recuperar el tono natural de su voz.

—Supongo… supongo que es hora de que me vaya— Anunció May levantándose.

—¿Vas a estar bien?— La preocupada pregunta de la otra castaña hizo que se sintiera un poco desconcertada. Hace ya tiempo que no oía desasosiego sincero en alguien que no viviera con ella. Era refrescante.

—Claro— Contestó sonriendo.

—Bien— Asintió —Yo me quedaré aquí un rato más— Comentó pensativa, sentía que algo se le había olvidado… algo importante.

—Bueno, en ese caso nos vemos después— Aseguró caminando —Por cierto— Llamó estando a cierta distancia por lo que tuvo que levantar un poco la voz —Si todavía quieres una amiga… puedo ser algo así como una amiga para ti— Ofreció sonriendo ampliamente.

Los ojos de Blue se iluminaron con un brillo extenuante.

—!Por supuesto!— Movió la cabeza enérgicamente.

May volteó siguiendo su camino.

Y cuando ya estuvo fuera de la vista de la otra castaña, esta al fin recordó la razón principal de haber ido a buscar a May.

Preguntarle por aquel chico tan arrebatadoramente guapo.

Gary.


Un sonido sordo agolpó contra en piso tras el sonido de la puerta magullando la pared.

—!Ten cuidado algo se puede dañar!— Bramo Dawn.

—Yo que tu agradecería que te ayudé a cargar todo esto hasta aquí, por poco y no te dejo en el centro comercial con el dinero contado para que tomes un taxi— Siseó una voz masculina en respuesta.

—Eso es cierto, yo tuve que convencerlo de que te trajéramos en el auto— Apoyó la grácil voz de Misty en un tono ecuánime.

—!Qué cruel eres!— Dramatizó Dawn burlonamente posando una mano en la frente y apuntándolo con el dedo de su mano libre.

—!Mocosa malcriada la próxima vez que te metas conmigo…!

—No seas tan malo con ella Gary, sabes que en su peculiar forma está muy agradecida contigo— Intervino May. Había dejado la sala en la que se encontraba viendo caricaturas en la tele y se encontraba apoyada en la columna cercana a las escaleras, justo en frente de ellos, con un look relajado, pantuflas, un salto de cama de seda color blanco y una taza de té en sus manos.

Gary la miró por un segundo preguntándose como se sentiría tener sus mojados cabellos entre sus dedos, desatarlos de el moño improvisado de su cabeza y jugar con las ondas que formaban.

Sacudió la cabeza contrariado.

—Pues sería más sencillo si solo lo dijera— Miró a Dawn con reproche —No te cuesta mucho decir ”gracias” ¿Sabes? No es muy difícil.

La peli-azul lo miró con los ojos grandes llenos de fraternal admiración y en un segundo le saltó encima abrasándolo —!Gracias!— Exclamó entusiasta depositándole un beso en la mejilla.

—Si, si como sea— Gary hizo una mueca juguetona de falso fastidio despeinando ligeramente los cabellos azules con su mano.

Dawn volvió a saltar, esta vez lejos de su amigo castaño y asiéndose de las innumerables bolsas, no sin un poco de esfuerzo, se alejó como bala por las escaleras.

Gary no escondió su amistosa sonrisa hacia Dawn.

—No olvidé que nos debes una por meternos en este embrollo— El chico corrió su mirada a la castaña que miraba sonriente las escaleras por las que su amiga de ojos azules había desaparecido.

Misty que miraba al castaño magnetizada imitó al chico y miró a May con el entrecejo arrugado con un sentimiento de molestia pintado en el —!Es cierto!

—En realidad— Replicó la chica con tranquilidad llevándose el tazón a sus labios sorbiendo un poco del liquido que contenía este —Estamos a mano.

—¿Qué?— Cuestionó Misty alzando una ceja, cerrando la puerta.

May inclinó el rostro hacia adelante acercando su barbilla hacia su cuello y mirándolos con los ojos replegados hacia ellos nublados por el recelo —La última vez que Dawn fue al dentista para que le quitaran las muelas del juicio— Una gota de sudor cayó por la frente de Misty al recordar lo sucedido mientras Gary sonrió nervioso jugando con el cuello de su camiseta adivinando por donde iba la cosa —Me dejaron todo el día cuidándola, dijeron que iban a comprar unos víveres y no regresaron hasta la noche. Tuve que aguantar sus lloriqueos y ataques de pánico todo el día— Los miró acusadoramente —Y de paso me mordió cuando traté de que se tomara su calmante, así que en todo caso ni siquiera estamos a mano. Pero al menos ya vamos por ese camino— Una sonrisa maliciosa enjuagó sus labios antes de perderse en la sala.

—Si se trata de eso… no fue tan dura con nosotros— Misty dijo nerviosa con un tic en la comisura de sus labios.

—Cierto.


TIRIRIN TIRIRIN

—Hola— Se apresuró a contestar sin si quiera fijarse el número. Su cabello chorreaba y estaba a penas cubierto con una toalla de la cintura para abajo —Ah hola Paul— Dijo tras reconocer la voz del otro lado del celular —Ah… bueno, por mi bien… uf eso es hum larga historia— Suspiró —Si lo sé, creo que las cosas pueden mejorar pero la verdad no se que esperar May se ha vuelto algo impredecible… No, y deja de llamarla mi amiguita suena raro… No es eso… mejor quita ese tonito burlón o te dejo hablando solo— Pasó otra toalla sobre su cabello y la dejó reposando en sus hombros— Bueno solo estoy preocupado por ella y si admito que es súper ardiente pero no estoy tratando de conseguir nada de ella, en ese sentido… ¡No me ignoró como si no existiera!... ¿Sabes qué? Mejor hablamos mañana y mejor si hablamos de otros temas. Adiós— Colgó el celular y lo lanzó sobre su cama. —Ese tipo está loco— Se dijo a si mismo.

Tenía suficiente con lo que había pasado ese día y lo único que quería era dormir, incluso cuando solo eran las ocho de la noche, se sentía agotado.

Rápidamente se cambió; poniéndose los pantalones del pijama y recostándose sobre la cama pendió la televisión y apagando la luz.

Había algo que lo estaba inquietando mucho. Oh, sí. El asuntito de la distancia con May.

Por alguna razón que no llegaba a entender le molestaba mucho el saber que ahora que ella había vuelto, ahora que estaba cerca no podía tenerla cerca. !Era frustrante!
Y no tenía la paciencia para esperar sus ganas, sin embargo sentía que era lo correcto. Darle su tiempo para que ordene sus ideas.

Suspiró pesadamente dejando que el aire escape por sus labios. Se sentía realmente cansado e todo ese drama pero por más agotamiento que sintiera no se rendiría, no lo haría porque era May. Ella valí cada pisca de dolor, cada gota de extenuación. Ella valía todo y mucho más.


—Oye May, Mist preparó chocolate caliente ¿Quieres un poco?— Anunció Gary. May lo sintió acercándose por detrás del sillón, ella aun veía las caricaturas con la luz apagada.

—Si claro— Gary se apoyó en el respaldar cerca de donde estaba May. La miró unos segundos tenía los pies sobre el sillón el control remoto apoyado en la pierna abrazaba una almohada.

El chico no pudo evitar encontrar eso adorable.

Las palabras de Misty se le vinieron a la cabeza. Tal vez era hora de dejar de huir de esos sentimientos y tratar de seguirles la corriente. Era hora de que comenzara a mover fichas en este juego o perdería sin dar batalla.

Consciente de lo que hacía posó en una mano en la cabeza de la castaña y la acarició con suavidad, la chica se tensionó por menos de un segundo y se relajó ante su toque, sintiéndolo totalmente natural. Volteo a mirarlo sonriéndole. Desgraciadamente para Gary esa sonrisa era demasiado inocente para albergar la esperanza de que estuviera sintiendo lo mismo que él.

—!Kya, May, May!— El sonido de pasos apresurados se escucharon en las escaleras —!Mira, mira!— exclamó cuando los pasos se escucharon cercanos.

—¿Qué es Dawn?— Respondió May correspondiendo su entusiasmo.

—!Mira, compré esto para tí!— Dijo mostrando una bolsa de papel de tamaño considerable y pasándosela —Espero que te guste— Sonrió cariñosamente.

—¿Qué es todo este alboroto?— Preguntó Misty apareciendo por el lado de la sala que conectaba con la cocina

—Oh, Mist— Dijo saltando frente a ella colocando una bolsa del mismo tamaño frente a su cara —Esto es para tí.

—Wow gracias Dawn— Sonrió emocionada —No pensé que nos habías comprado algo— Reconoció algo apenada.

—Ay como creen que sería tan egoísta, me encanta comprar pero no tiene mucho sentido que compre solo para mi— La expresión brillante jamás dejó su rostro carente de cualquier sentimiento malo en esos momentos y llenando el ambiente de una acogedor sentimiento. Sentimiento que a toda luz, para cada uno de ellos les daba ese aire hogareño que los hacía una familia.

—Gary— Volteó captando su atención —Dejé algunos libros y algunas camisetas nuevas en tu habitación.

—¿Cuándo fuiste a la tienda de libros?— Preguntó Misty confundida.

—¿Qué clase de libros le compraste?— Esta vez fue la voz de May la que siguió la conversación.

El castaño parpadeó —Ah… Gracias— Dijo con los ojos cerrados pero repentinamente los abrió con una expresión sórdida que se transformó en una irritada antes de echar un grito —!Te dije que no entraras a mi habitación!

Pero era tarde para reclamos Dawn ya estaba a medio camino de su habitación con una expresión desinteresada mientras May y Misty miraban con sonrisas nerviosas y una gota en la cabeza a un enojado Gary que tenía la cara colorada de la rabia.

—!Dawn!


Jujuju seguro me acaban de maldecir en este capi xd y ni se imaginan cuanto me van a odiar después xd. *ñ* no me odien xd o bueno si quieren háganlo pero no dejen de leer jiji. Me gusta por donde van las cosas pero seguro ustedes están pensando ¿Gary y May?¿Brunetteshipping?¿Que se fuma esta tipa? Y yo les digo si si se que piensan que debía haber puesta a alguien más pero dadas las circunstancias tenía que poner a alguien que se lleva relacionando con May desde hace tiempo… y si sé que es hilarante lo de los castaños pero créanme las cosas se van a poner mejores asi que…¿POST? ¿COMENT? ¿ALGO?
NOS LEEMOS LA PROXIMA VEZ… NO DEJEN DE LEERME QUE ESTA HISTORIA APENAS COMIENZA!! OH SI!
Pd: Si alguien me dice el porque del título le voy a dar un adelanto especial xd no del próximo capi sino de un vistazo hacia el futuro xd
Pd: Camis me descubriste jojo disfruto dejandolos con la intriga y si soy lo mas parecido al Sr. Burns que vas a conocer xd

LETRA CANCION BECAUSE I´M STUPID

Spoiler:

LETRA TRADUCIDA BECAUSE I´M STUPID

Spoiler:

VIDEO

Kyaaaa !! X3
Me encanta esa canción ><
Pensé en otra persona le había escuchado a May x3
No espero cuando May por fin le perdone x3
Espero que pronto ella se decida a hablarle a Drew
me dio pena Gary espero que se mantenga al margen x3
Lo del titulo debe ser por los sentímientos de Gary no ??
Bueno trae la conti pronto porfass x3
Sayooo !!!


Pd: primera en comentar ^^ !!!

Que lnda contyyy!!!!
Kendra-chan! Estubo hermosa!
Gary esta enamorado de May? O.o
Wow que intrigaa!!!!
Espero conty chao

buena estubo! ademas.... May x Gary? eso si que no me lo esperaba , igual vos dejiste que resien comenzaba ; sigo sin creer que ese amor "floresca" XD . jeje , si , seguro que muchos te van a maldecir hasta quedarse sin vos XD , pero yo no , a mi siempre me gusta lo que escribis (ni idea porque , simplemente me gusta ) . bueno , te quedo super , seguilo que quiero ver que pasa!

Oh vaya INERSPERADO
Juro que no lo imagine
Este fic, es totalmente GENIAL me encanta
y aunque no tengo tiempo para postear (Sorry ._.)
SI LO LEO!
P.D Ese amor no llegara a NADA y Conti

wow!! ame la conti!!
Gary y May? esa si que ni se me paso por la cabeza O.o
May hablando con Blue? :O
y si que nos has dejado con ganas de mas!!
amo esta historia! espero pongas la conti pronto que la esperaremos con ansias
:DD
sin nada mas que decir me despido
sayoO

.× ▬▬▬▬[» Alone in the dark «]▬▬▬▬ ×.

—Entonces que.

Fue una exigencia más que una pregunta. Aunque por la entonación emocionada que usó era claro que él no se daba cuenta de ello. Era tan denso.


—Entonces nada— Sonrió arrogante —Supongo que un tiempo le hará bien— Dijo escondiendo
sus dudas tras su astuta sonrisa de pocker.


Paúl rió burlón, cerrando los ojos y apoyando los pies sobre la mesa entreabrió un ojo
esperando ver la reacción del peli-verde ante su próximo comentario…


—Si, además estoy seguro que Drew quiere recuperar toda la dignidad y orgullo que perdió arrastrándose de rodillas tras su amiguita la castaña ¿O no, Drew?


En respuesta, contrario a lo que Paul esperaba el chico se quedó sereno y no dejó
que ningún musculo se alterara en su cuerpo. Aunque por el ligero ceño fruncido
el morocho supo que el comentario le había molestado.


—!Paul baja los pies de la mesa de mi mamá!— Reclamó Ash haciendo un gesto chistoso con la cara.


—Bueno es
un precio que debo de pagar supongo— Habló Drew en respuesta sin siquiera
haberse percatado de que Ash seguía ahí.


—No eres divertido para molestar como el perdedor. Tsk— Se quejó Paul frunciendo el
labio con disgusto.


—!Es enserio Paul!— Advirtió el morocho poniéndose de pie y acercándose a Paul para
inmediatamente comenzar a empujar los pies del peli-morado sin resultado.


—Oye perdedor que se supone que tratas de hacer— Preguntó sin expresión y sin
moverse un ápice de su posición, Drew volteó a verlos intrigado por la acción
de su despistado amigo.


—!Que bajes los pies te digo!— Protestó nuevamente.


—Lo hubieras pedido sin hacer tanto problema— Contestó Paul sosegado.


—Es cierto Ash, a ti te gusta hacer un drama de todo— Apoyó Drew tomando un poco del jugo de naranja que había frente a él. —No entiendo como es que llegamos a ser amigos— Añadió mirándolos a ambos y viendo a simple vista lo distintos que eran.


—Yo no soy amigo del perdedor— Aclaró Paul mirándolo con una sonrisa burlona. Sabía como iba a reaccionar el chico y solo la idea le divertía.


Si, Paul tenía un humor negro.


—!Paul eso no es cierto sabes que…!


—Chicos, chicos— Llamó una dulce voz femenina mirándolos con reproche y acompañando su reclamo con palmadas. —Ash, Esa no es forma de comportarte. Yo no te enseñe a ser grosero con tus amigos— Regañó Delia.


—Si Ash no es forma de comportarte con tus amigos— Respaldó el peli-morado con burla en sus palabras.


—Buenos días señora Delia— Saludó Drew dejando entrever en sus palabras su buena
educación y su porte natural de elegancia al tratar a una mujer.


—Como estas Drew— Devolvió el saludo, halagada por el tono de respeto y adulación usado por el chico.


Paul quedó indiferente puesto que ya la había saludado cuando le abrió la puerta.


—Bueno chicos ¿quieren que les prepare algo?


—No gracias mamá— Negó Ash moviendo ligeramente la cabeza con una sonrisa sobre el rostro.


—En ese caso los dejo solo para que sigan charlando— Dijo perdiéndose en la cocina.


—Bien— Dijo finalmente el coordinador—Entonces cuéntanos acerca de tu amiguita Paul— El aludido levantó una ceja. Ese comentario venía con un reclamo implícito por el apelativo que había usado la noche anterior para referirse a la chica esa, amiga- novia- amante o lo que sea que fuera la castaña para el peli-verde. Además no era tonto; además de burla en su mirada su voz sonaba venenosa era obvio que no solo se trataba de aquel calificativo y estaba casi seguro de que se trataba de la conversación en general. Lo que lo llevaba a suponer que no se había equivocado.


Él estaba en lo cierto.


Como siempre.


Por otro lado…


—Yo no tengo ninguna amiguita— Aclaró con firmeza y la seriedad destiló de sus ojos
nublando su expresión. Drew rió arrogante.


—Oh, pensé que Dawn te gustaba, al fin y al cabo nunca haces nada para apartarla.


—¿Dawn? No sabía que se llamaba así. Además eres tu el que sabe el nombre ¿no será que te gusta a ti…o será que te gusta tanto la amiga que estas tratando de hacerte
meritos con las amigas?— Atacó Paul con mofa no solo en el rostro si no en la
expresión corporal, sin embargo no pudo evitar notar la seriedad de sus ojos.


—Si quisiera algo con la amiga, y no es el caso, no necesitaría hacerme ningún tipo
de merito con las amigas solo con ella— Lo miró —Pero tú… no necesitas ni
merito con ella. Te la ha puesto fácil.


Paul hizo una mueca.


—Además es muy bonita— Reconoció cerrando sus ojos verdes. Ash asintió sin ser notado.


—No entiendo bien por donde va la cosa— Reconoció Ash captando las miradas de sus amigos —Pero
si hablan de sus novias es obvio, hasta para mi, que ambos están bien clavados—
Asintió orgulloso de sí mismo y de su magnífica inteligencia ganándose miradas,
no solo molestas sino también lastimeras ante su aparente estupidez.


Ambos negaban una verdad que los limpios e inocentes ojos de Ash habían logrado
notar.


Ambos negaban algo que no creían sentir.


Ambos totalmente seguros de no sentir nada por aquellas personas.


Cegados por su orgullo.


—Ash, idiota— Afirmó sintiendo que su ánimo por algo positivo se evaporaba, así que
tenía que comenzar a ignorar ese tipo de conversaciones insulsas.


Drew suspiró fingiendo lo que no sentía: Tranquilidad. Era claro como el agua que cada
vez que hablaban de May, o la mencionaban implícitamente sus nervios se
alteraban y su sistema linfático se ponía en alerta. Aunque no entendiera el
porqué —Basta de indagar en algo que no tiene sentido.


—Yo sé que no quieren seguir hablando del tema porque les da pena hablar de sus novias.


—Al menos tenemos novias a diferencia tuya. Te hace falta una mujer Ash— La egocéntrica voz de Drew quemó los oídos de Ash que se sintió ofendido.


—! Cállense par de idiotas!— La tajante voz de Paul no dio lugar a replica.


Y él sonrió satisfecho.







—Sigo sin entender porque quisiste que saliéramos a comer— Inquirió la castaña con el
rostro brillando en la curiosidad que trataban de reprimir sus bonitos ojos
azules.


—Hoy no tengo ganas de cocinar… Además quiero ver cómo se las arregla Dawn en la cocina estoy segura que el único apoyo que Gary le dé será moral— La armoniosa sonrisa de Misty desvió la atención de la castaña de sus verdaderas intenciones.


—Solo espero que no se llegue a lastimar— Repuso preocupada —O que no queme nada— Agregó con un poco mas de humor.


—Esperemos— Ambas rieron un poco. —Así que dime May… ¿Cómo van las cosas con Drew?— Dudó un poco, desviando la mirada para retomar sus fuerzas y atreverse a mirarla. Era más que consciente que era un tema sensible pero no era la razón de su
inseguridad.


La castaña la miró un poco confundida la pelirroja no esquivaba las miradas, no dudaba
porque era segura y confiada de su propia fuerza. Entonces se dio cuenta de que
estaba siendo empática, solo trataba de ser un poco más sensible respecto al
tema.


—Todos estábamos seguros de que te afectaría, pero al contrarió de lo que esperábamos parece que las cosas con Drew están… mejorando.— La miró a los ojos, notando en estos la confusión contenida, expresada por los pequeños destellos que no
temían ser vistos. Eso era una ventaja para ella, o más bien para su objetivo.


—No sé como llamarlo… la actitud que planeaba llevar se ha roto, no fui capaz de mantenerla firme. Me siento estúpida porque en el fondo se que nunca he dejado de quererle y eso me mata por dentro; pero también sé que no debería sentirme así no
después de todo esto pero no puedo evitar sentir que cuando se disculpa lo hace
enserio pero también está la posibilidad de que solo lo haga por culpa, lo que al
final no me sorprendería.


—Ya veo— Misty suspiró bajo manteniendo el aire en sus pulmones y tratando de expulsarlo lentamente no sabía que tan bueno era su plan pero al final era por una buena causa y ella lo sabía, no veía más allá de sus objetivos. No pensó que eso
lastimaría a nadie, más al contrario sanaría dos corazones rotos ¿No era eso lo
correcto? —Nunca te has puesto a pensar que lo de Drew no es más que un
enamoramiento infantil… Quiero decir nunca olvidas el primer amor— Explico sin
inhibirse, tan abiertamente que May sintió que sus palabras golpeaban con una
barrera invisible de realidad.


Sin embargo estaba tan segura de que era más que eso… aun así una parte de ella supo que sería más fácil si la hipótesis de Misty fuera cierta.


—Eso no creo que…— Se quedó callada le daba vergüenza seguir, no podía pensar su mente estaba bloqueada, en parte eso se debía que tras los sucesos del día anterior
era vital para ella reprimir los recuerdos inmensamente dolorosos y mantenerlos
al margen.


Misty calló pacientemente mirando el rostro carente de expresión de su amiga, sintiendo su suave respiración, más suave de lo normal. Ya no parecía agitada como cuando habían llegado a aquella ciudad, a pesar de eso no pudo evitar observar la
suave mueca de dolor en sus rasgos, rió ligeramente tratando de, además de
llamar su atención para que volviera a la realidad, aligerar el ambiente.


—Tiene sentido ¿Sabes?— Explicó mirándola —A ti te gustaba cuando eras niña y dejando de lado su última conversación nada agradable que tuvieron, todo lo que pasó
después lo de tus padres, tu hermano… es muy probable que en aquella época tus
sentimientos por él aun hayan estado muy presentes y al perder lo demás no
sería raro que te aferraras al recuerdo de esos sentimientos, te aferraras a
él. Incluso en contra de tu propia voluntad.


La idea era tentadora para su catastróficamente mente, aceptar esa por más errada idea parecía tan fácil de llevar. Porque era fácil pretender vivir en un mundo de
fantasía, porque recordar que aun amaba a Drew, recordar el infierno que había
vivido esos años, y tener siempre presente eso en su mente y en su confundido
corazón era chocar con la realidad. Y chocar con la realidad era tan doloroso.
Era estrellarse una y otra vez con una venta transparente e invisible sin poder
atravesarla.


—¿Me estas escuchando May?— La voz cálida de Misty la hizo reaccionar.


—Em, sip me distraje— Afirmó con un gesto de la
cabeza a forma de disculpas, su voz fue mezclada con vergüenza cuando atravesó
sus labios.


—¿Y?—
Insistió la pelirroja dejando que su leve impaciencia se arrastrara por el
piso, no dejándose ver por la castaña, sus ojos suaves fomentaron confianza en
todo momento, ocultando a la vez sus ansias por saber lo que escondían los ojos
azules de May.


Un ávido suspiro escapó involuntario por los labios entrecerrados de la castaña —Bueno si lo que dices tiene mucho sentido— Reconoció con convicción, esperando que su propia seguridad la persuadiera a ella.


—Amiga, porque te quiero y porque me preocupas solo te digo… sigue adelante. Drew no es el único en el mundo— Aconsejó con dulzura, como si le estuviera hablando a su
hermanita menor. Una sonrisa aflojó las comisuras de los labios de Misty. May
correspondió animada.


Pero aquel ánimo no alcanzó sus ojos que brillaron dolidos.


Misty notó esto pero prefirió callar. Se suponía que iba a ser difícil para ella pero a la
larga sería lo mejor, ese era la finalidad de aquel pequeño plan que se había
planteado.


Ajena a las cavilaciones de la pelirroja, pero con los pensamientos sincronizados con los de su amiga supo que iba a ser lo mejor.


Pues, ajeno a la realidad, era más fácil creer…


…que Drew solo era había sido… un gusto infantil.







—!Glaceon rayo de hielo!—


El pokémon obedeció realizando el ataque con elegancia. Unas hojas cayeron de un árbol cercano, en la superficie de cada una de ellas el hielo brilló cristalino dejando a la
entrenadora satisfecha.


—¡Psiquico!— Ordenó nuevamente siendo fielmente acatada por su glaceon.


Las hojas cubiertas por hielo fueron suspendidas en el aire, de manera elegante cubrieron el campo de entrenamiento flotando con ligereza. El ataque utilizado por el pokémon también hizo que se balancearan de un lado al otro en perfecta sincronía
creando un espectáculo visual de incomparable belleza.


—Nada mal— Una inesperada voz masculina hizo que tanto pokémon como entrenadora perdieran la concentración.


Dándose la vuelta May se encontró con nadie más ni nadie menos que Drew.


Y aunque en realidad no era necesario voltear para verlo puesto que su voz lo delataba por sí mismo.


Ella suspiró fastidiada.


Él rió ante la acción.


La había estado observando desde hace unos momentos antes y ella despistada, como era su naturaleza, no lo había notado. Por un momento dudó ante la idea de que haber
callado, tal vez habría sido mejor, pero inmediatamente supo que contemplarla
pacífica, concentrada y alegre podría aceptar cambiarlo por la atractiva mueca
molesta sobre su rostro. Solo en algunos caso. Como este por ejemplo.


También estaba el hecho que observar su rostro le resultaba más saludable. Para sí
mismo. Siendo chico no había podido evitar notar ciertos factores que lo
llevaban a un extraño descontrol. Pues aunque minutos atrás su espalda se
enfrentaba a Drew pudo observar con minuciosidad caracteres propios de ella. Su
cabello castaño era más largo de lo que había sido cuando eran niños y caía en
su espalda en risos sueltos que captaban la escasa luz que se hacía paso entre
las nubes. Brillaba y parecía tan suave. Y repentinamente las manos de Drew
dolieron tratando de conocer su tacto. Ella era pequeña. Pequeña como siempre
lo había sido para él, de una estatura considerablemente estándar para las
chicas de su edad, pero su cuerpo se encontraba trazado con curvas altamente
femeninas que se escondieron discretamente bajó unos pantalones cortos rosa
pálido y un suéter de hilo gris. A este punto Drew se encontró así mismo
haciendo un gesto de desgano, nunca había admirado tan detalladamente la ropa
de ninguna mujer, ni si quiera de sus novias ocasionales, de las cuales con
suerte se sabía los colores de sus prendas. Otra mueca surcó su rostro cuando
se dio cuenta que solo gracias a su casi perdida visión periférica había
admirada los perfectos ataques del pokemon de May. Aun con tan poca visión de
los mismos era imposible no haber notado su belleza lo que hizo que se sintiera
amenazado.


—Nada mal… pero no lo suficiente para vencerme— Sonrió soberbio, corriéndose el cabello. May tembló ligeramente al reconocer aquel gesto del chico.


Tragándose los reclamos que tenía para con él su expresión facial dibujó una mohín
ligeramente ofendido aceptando el reto, impulsándolo en realidad —Estoy segura
que puedo hacerte morder el polvo— Sonrió con confianza siendo correspondida
con una sonrisa de satisfacción.


—Lo dudo— Una vez más el inigualable semblante de sarcasmo hizo acto de presencia para regodeo personal en Drew y para molestia en May.


—Pues sube tu cabeza inflada aquí y lo comprobaremos— Retó May con los ojos ardiendo en fuego y un puchero apoderándose no solo de sus gestos faciales sino también de su expresión corporal. El peli-verde rió encontrando graciosa la situación.
Ella se veía como una niñita, una faceta que francamente ya no esperaba
presenciar.


La alegría y la nostalgia lucharon por apoderarse de su semblante, pero decidió disfrutar este momento dado que no sabía a ciencia cierta cuándo podría volver a
presenciarla así de nuevo.


—Vaya, que ganas de perder tienes— Exclamó dejando escapar una carcajada altanera mientras se dirigía al campo de entrenamiento.


—!Presumido!— Reclamó la chica apretando los ojos con fuerza.


En el momento en el que él se posicionó frente a ella, en el instante en el que sus
ojos se cruzaron cuando él sacaba una pokeball de su bolsillo, en el instante
en el que una sonrisa confiada se dibujó en sus labios mientras una vez más
empujaba un mechón de cabello hacia atrás. En ese momento las cosas para ella
se borraron y aun que supo que sería momentáneo no importó mucho. May se sintió
aliviada pudiendo observar a Drew solo como un contrincante sobre un campo de
batalla, olvidando su pasado y el hecho que él estuviera implicado en el, y
borrando de su corazón cualquier dolor de tenerlo cerca.


—!Absol!— Llamó Drew, cuando un elegante pokemon se posicionó sobre el campo de batalla —Como sé que vas a perder te daré la ventaja de iniciar.


May frunció el ceño molesta —Te arrepentirás— Advirtió bajo su aliento —!Glaceon Rayo de hielo!— Ordenó, su voz flotó en una clara nota de decisión.







—No te desesperes, solo está entrenando. Ya sabes que hace cosas así cuando quiere despejar su cabeza de todos esos pensamientos macabros que tiene— Rió ante su última frase. Rió sola ya que Gary no le encontró la gracia. Así fue que la grácil
línea curva dibujada estéticamente en el rostro de Misty fue acompañada por una
línea recta, resultado de los labios apretados de Gary.


—Una persona como ella no tendría pensamientos macabros— Respondió en tono bajo,
refunfúñate.


—Pensé que entenderías la broma— Espetó la pelirroja estirando su sonrisa en una burlona. Sentándose a su lado.


Misty observó atentamente el rostro de Gary esperando ver alguna alteración que
durante los minutos siguientes fue inexistente.


Sus ojos estaban perdidos en la ventana sin intención de ser captados por los de ella.
Viendo inútil tratar de que la mirara para ver que pasaba, y sabiendo que era
un intento estúpido hacer que le contara que tenía sin utilizar fuerza física o
violencia verbal; optó por esperar. Su mejor opción.


Así fue que fijó sus ojos en la línea inexpresiva que formaban sus labios. Inconscientemente una tímida sonrisa remplazó el gesto de su boca. Él tenía unos labios que apretados daban miedo pero que en una sonrisa transmitían confianza. Como si tuviera dos bocas.


Sacudió la cabeza con sutileza alejando los
pensamientos inadecuados que inundaban su mente. Y volvió a dirigir su mirada a
sus ojos que seguían lejanos tras los vidrios de la ventana.


Siguió su mirada y entonces entendió la causa de su preocupación. Lejos de hacerle sentir tranquilidad trajo consigo dos sentimientos: Decepción e irritación.


Todo. Todo tenía que ver siempre con ella.


—No te preocupes no va llover, no se va a mojar— Comentó levantándose y dirigiéndose a su habitación. En ningún momento atrajo la mirada del castaño, y contrarió a encontrar molestia en la voz de Misty encontró palabras consuelo. No basándose en el tono de voz solo escuchando el sentido de las palabras. No notó ningún sentimiento extraño por que prefirió no hacerlo. Le resultaba más sencillo.


La pelirroja se dejó caer en su cama dejando que la decepción y la ira se
mezclaran y crearan un hoyo en la boca
de su estomago.


La decepción nació de haber creído que la preocupación de Gary iba más allá de su
amiga. Además aunque sabía que era inútil en su interior siempre guardaba la
mínima esperanza de que él la olvidara y entonces… tal vez… ¿Tal vez, que?
Nada. Eso no iba a pasar y no podía ser tan egoísta de esperar que pasara. Por
otro lado ya se había decidido a apoyarlo, incluso estaba haciéndolo posible
para que May también se diera cuenta de los sentimientos del castaño por ella.
Porque Gary sería feliz al lado de May… y ella bueno ella sería feliz viéndole
feliz, aunque no fuera con ella.


La ira… La ira descansó en el pensamiento idealizado de fuerza que tenía sobre Gary. No es que desacreditara la fortaleza interna o la fuerza física del castaño, pero no
se hacía a la idea de verlo vulnerable ante una chica. Cualquiera, incluso su
amiga. No le gustaba que todas las acciones del castaño se encontraran entorno
a May. Como si no tuviera voluntad propia. Sabía que su personalidad le
permitía ocultar con naturalidad todo rastro de sentimientos más fuertes hacia
ella, y que May ingenua, no lo notaba. Pero ella sí, ella desgraciadamente
notaba todo. Aunque no quisiera.


Y en realidad ambos sentimientos emanaban de sus celos, algo que ella no pretendía aceptar. Algo de lo que probablemente era consiente pero que no permitiría brotar con fluidez.







—!Vamos amiga arriba!— Demandó May inmersa en la batalla. El pokémon con esfuerzo se levantó y con la misma dificultad se mantuvo en pie.


Drew sonrió arrogante enjuagando de su rostro la expresión preocupada que había tenido antes de que su ataque surtiera efecto —Viento cortante— incitó con confianza.


Absol jadeó cansado y lastimada pero la voz de su entrenador le transmitió la confianza que necesitaba.


El pelo blanco de absol se movió con elegancia al ritmo con el que movió su cabeza
antes de lanzar el ataque. Ataque que dio de lleno contra el pokémon de May mandándola a volar e instantáneamente, dejándola fuera de combate.


—Y así termina— Comentó Drew con petulancia. Acercándose a May.


—Mi glaceon estaba cansada, habíamos entrenado antes— Excusó May haciendo la mirada hacia un costado.


—No es excusa si eres una buena coordinadora— Regaño Drew levantando una ceja.


—Hum— Gimoteó ofendida.


—No deberías molestarte yo te lo había advertido— Rió tranquilamente, aun con una
nota de petulancia, pero sin duda tratando de alivianar el creciente enojo de
la castaña. Pero lejos de tranquilizarla la risa solo logró ponerla mas
furiosa.


Algo en su interior le dijo que no estaba acostumbrada a perder.


—Creído— Espetó con dureza. La mueca graciosa que se plasmaba en su rostro comenzó a perder fuerza dejando un ceño fruncido por parte de Drew. Le había gustado esa expresión en la cara de la chica.


En respuesta una nueva risa sarcástica fue dada a la chica.


Drew observó su perfil, parecía molesta pero no por las razones habituales. La única
y exclusiva causa de su irritada actitud parecía ser el hecho de haber perdido
frente a él.


Él quiso que se evaporara esa actitud para ver si fuera de eso ella seguía molesta con
él. Para ver si al olvidar la molestia de haber perdido volvería a su actitud
desdeñosa en su contra… o no. Sintió el impulso de decirle que había sido la
mejor batalla que había tenido en años pero no lo hizo, quiso mantenerla en ese
estado competitivo el cual le resultaba agudamente atractiva.


May suspiró sacándolo de sus cavilaciones —Supongo que… felicidades por tu victoria— Dijo trayendo la sorpresa del peli-verde —No te acostumbres la próxima vez te haré polvo— Anunció inmediatamente conforme sus mejillas tomaban un tono rosado más oscuro que su ropa.


—Eso lo veremos May— Murmuró Drew con confianza.


Sin decir más May volteó y bajó del campo de entrenamiento. Drew no hizo siquiera el
ademán de detenerla, la siguió sin más.


—¿Qué haces?— Preguntó mirándolo sobre el hombro, no parecía molesta, notó sin
embargo nervios en su voz.


—Camino— Respondió levantando una ceja.


—Bien pues no camines cerca de mí, entonces— Indicó sin rodeos.


—Ay no yo que quería estar cerca de ti, me has arruinado el día— Dijo con una ironía al estilo del Doctor House.


—Idiota— Susurró apretando los puños —Creí que habíamos acordado que me dejarías en paz… al menos por un tiempo— Le recordó enfrentándolo solo para encontrarse con esa sonrisa sarcástica que estaba a punto de terminar con su paciencia.


—Encontraste mi punto débil no puedo estar lejos de ti tanto tiempo— Recalcó sin cambiar de actitud. May viró los ojos.


—Ya enserio— Insistió May perdiendo la paciencia.


—Es enserio— Dijo Drew con la misma intensidad. Rió.


—Contigo no se puede— Afirmó dándose la vuelta para irse. Sintió que la mano de Drew se cerraba entorno a su brazo.


—De pende de que quieras hacer, si se puede— Susurró en su oído, haciendo que una
corriente eléctrica baje por su espina dorsal. Ella volteó con el rostro rojo
haciendo que una sonrisa arrogante se dibujara el rostro del chico. —Ya
enserio… te vi de buen humor. Solo quiero hablar— Dijo esperando una cachetada
o como mínimo palabras groseras de su parte.


Al contrario escuchó un suave gemido y las palabras que le siguieron lo
sorprendieron —Bien pero que sea rápido.


—Hum, bien. Caminemos— Ofreció poniéndose a su lado. La castaña suspiró pero asintió.


—Y… ¿Qué quieres?


—Solo hablar, ya te lo dije.


—¿De qué?— Pidió intrigada, sus ojos se afilaron con recelo. Él sonrió sarcásticamente era bueno volver a tomar su actitud habitual cerca de ella. Sin preocuparse por que se
moleste o algo peor, sin observar cuidadosamente cada movimiento que hacía a su
alrededor para no incrementar su odio hacia él. Sin cuidar cada palabra que
saliera de su boca para que no la ofendiera. Era bueno poder portarse con ella
como lo hacía normalmente.


Y era aun más bueno saber que si May se mostraba así con él era porque si bien no lo
había perdonado completamente, como mínimo había comenzado a hacerlo.


—Mmm háblame de ti, desde que llegaste no me contaste nada— La miro sintiéndola
tensarse ante sus palabras.


—¿Por qué?— cuestionó desconfiada, el chico notó como todo en ella se tornaba a la
defensiva. May se mordió la lengua y otras áreas sensibles en su boca, las
mejillas internas.


Él la miró —Usualmente yo soy el que no quiere contar nada. Tú siempre me has contado todo— Reflexionó con los ojos cerrados.


—Eso fue hace mucho, las cosas cambiaron pensé que ya habías aceptado eso.


—¿Realmente cambiaron May?— preguntó mirándola fijamente y aunque ella no le devolvió la mirada algo en el le dijo que ella estaba consciente de que la estaba mirando.


Ella no respondió no sabiendo que decir, en realidad no sabía si seguir dándole la
contra era lo mejor, porque parecía empeorarlo todo.


Todos quieren tener lo que no pueden tener. Y él no era la excepción porque mientras
más le negaba algo más persistente se ponía.


Pasando a otro asunto hablar de su vida en esos últimos años no era el mejor tema a
tratar. La lista de razones para no hablar de ellos era demasiado larga como
para enumerarla, pero entre ellas primaba el hecho de que no se sentía lista
para hablar con él de algunas cosas y de que no debía hablar sobre otras. No
debía y no sentía que debía compartir de ese tipo de intimidades con alguien.
Menos con él.


—Que te importa— Su respuesta fue dado con una doble negativa: No hablar sobre mi vida privada, no te importa si las cosas cambiaron es cosa mía.


—no quieres hablar de eso, lo entiendo. No te confundas puedo ser muy persuasivo— Una sonrisa sugestiva surcó sus labios por unos instantes, May giró su mirada a
otro lado —Entonces… voy a suponer que no quieres contarme nada personal así
que solo habla, de cualquier estupidez que se te pueda ocurrir, conociéndote
tienes muchas estupideces en la cabeza así que no será difícil— Dijo burlón.
May incluso contra sus deseos se encontró devolviéndole la sonrisa, recordando
porque en primer lugar lo había querido tanto en el pasado. ¿pero… solo en el
pasado?


Hubo un momento de silencio que solo fue roto por el sonido de los tacos de May contra la asfaltada calle. Dios ¿Qué obsesión tenía la castaña con los zapatos de
tacón? No es que le quedaran mal, es decir estilizaba las piernas y le daba
curvas mas seductoras a sus piernas, si era posible. Pero ¿acaso no le dolían
los pies?. May miró el piso también si enfocarse en los tacos plomos que traía
puestos.


—Escuchaste que si hipotéticamente existieran los vampiros serían más como una versión de inframundo que una de crepúsculo, lo cual resulta
decepcionante porque si existieran lo vampiros seguro quisiera que fueran un
Edward Cullen— Explico rápida y sorpresivamente ganándose una mirada extrañada
del peli-verde quien no tenía ni idea de que estaba hablando la chica. —Tu
dijiste que podía decir cualquier estupidez que se me ocurriera así que… bueno—
Volvió a explicar, esta vez con las mejillas rojas.


El chico rió siguiéndole la corriente, sin perder su encanto burlón tan propio de él —Oh
ya sé porque no quieres hablar de tu vida privada en estos últimos años.


—¿Si?— May parpadeó varias veces, con una sonrisa entre nerviosa y asustada.


—Si. No quieres aceptar el hecho que no has hecho más que perder tu tiempo mirando
películas estúpidas… Inframundo no está mal te daré puntos por eso… Pero
¿Crepúsculo? ¿Enserio?— Él rió, ella con él.


Tal vez Misty tenía razón y Drew no era el culpable de todo, eso era más llevadero para sí misma. Pero siendo así lo mejor era dejar ese sentimiento que tanto daño le
hacía atrás, eso era lo mejor.


Su cabeza no había dejado de ser un caos y realmente dudaba si algún día dejaría de
serlo. En ese momento lo más acertado resultaba alejarse de él pero mientras
más lejos intentaba estar más cerca terminaba. Perdonarlo… no todavía no. ¿Entonces
qué?


¿Qué pretendía? Hablándole con total normalidad como si nada. Era más que obvio que
aquella coraza que se había puesto encima para protegerse se desmoronaba bajo
sus pies, antes pedazo por pedazo y ahora veía como se le había desmoronado
toda. Y todo culpa de él.


Pero… en ese momento… ¿realmente importaba? ¿Acaso no era algo bueno volver a sentirse completa a su lado? ¿Acaso ese sentimiento cálido en su pecho era malo? No. Y por eso, solo por eso se dejó llevar en la trivial conversación con aquel
chico.


Alejándose de todos sus pensamientos se dejó ser y se dejó estar en aquel lugar con él. Solo esta vez, después tendría tiempo y cabeza para pensar en qué hacer. Si lo
que hacía estaba bien o mal no importaba no ahí, no ahora.







Un golpe suave crujió contra la madera de la puerta de su habitación sacándola de sus
cavilaciones.


—¿Puedo pasar?


—Un momento— Dijo ocultando la rosa roja que había estado observando sin noción del tiempo. —Adelante— invitó sentándose en la cama. —¿Cómo estas Gary?— Preguntó con los ojos dulces.


—Bien. ¿Y tú?— Su voz suave pero a la vez ligeramente fría estrecharon los oídos de la chica en respuesta.


—hum— Se encogió de hombros —Bien, supongo.


—No te creo— Aseveró —Entraste corriendo, no saludaste a nadie y has estado encerrada aquí un buen rato ¿No me vas a contar?— May hizo un gesto ¿Realmente había esperado que no notaran su actitud?


—¿Qué quieres que te cuente? No hay…— sus palabras se vieron atravesadas por la
mirada escéptica de su compañero castaño —Ok, ok— cerró los ojos tratando de
saber por donde empezar.


No se tomó mucho tiempo para resumirle las cosas que habían pasado con Drew esa tarde.


—… Pero no se… ¿Sabes? Misty y Blue me hicieron pensar— ¿Blue? Se preguntó mentalmente Gary; el nombre trajo consigo algunas imágenes a su mente, imágenes con olor y porte de mujer. —Ambas coinciden –en cierto punto- en que Drew no es el
culpable de todo lo malo que me pasó, es una parte eso sí, pero no puedo vivir
culpándolo por algo que yo me hice… Al fin y al cabo de lo único que puedo
echarle la culpa es de haberme tratado mal aquella vez, pero incluso eso se lo
perdoné antes de darme cuenta. Lo demás fue cosa mía no suya— Expresó con una
sonrisa suave y los ojos lejanos perdidos en un punto imaginario en el techo de
su habitación. El castaño frunció los labios hacia abajo tratando de fingir una
sonrisa que encubriera su decepción. —Pero tal vez…— Gary la miró con fijeza
involuntaria notando la indecisión ante la próxima frase que fuera a decir,
fuera cual fuera parecía no querer dejar la boca de la chica y de ahí radica el
leve titubeo en sus palabras que acompañaba el temblor de sus labios, ansiosos
por callar.


—¿Tal vez que, May?— trató de ser sutil pero supo por la mirada de ojos redondos que le dio la chica que sus intenciones habían sido segados por sus deseos de terminar
con la incertidumbre. May le ofreció una sonrisa infantil notando sus rasgos
tensos.


—Tal vez… sea mejor… olvidarlo— May lo dijo tan lentamente que parecía que el tiempo se había detenido por unos segundos, segundos en los cuales el aliento se le había
quedado en los pulmones haciendo que sintiera una sensación de pesadez cuando
volvió a hablar —Es posible que el sentimiento que he guardado por él todo este
tiempo haya sido el que me ha traído tanto dolor, no es su culpa que yo me
sienta así por él. Es por eso que… tampoco es su culpa que yo haya esperado más
de él de lo que se supone que debía esperar— su tono de voz era bajo casi
inaudible, pero lo suficientemente audible sobre el absoluto silencio del
cuarto. Y el matiz de su voz estaba mezclado con absoluta tristeza y un amargo
intento de optimismo. —Por eso quiero… olvidarlo— El chico la miro notando la
decisión no solo de sus ojos sino también de su temblorosa voz que nadaba en
una solemne decepción.


May lo miró directamente a los ojos por primera vez desde que comenzó la conversación notando su porte elegante incluso cuando su expresión se mostraba teñida de compasión y pena.


—Tú no deberías…— Gary cortó sus palabras en seco ¿Realmente quería hacerla cambiar de opinión? ¿Acaso las cosas no estaban a su favor? Sobre todo aquello no quería verla triste ¿Realmente valía la pena tenerla a su lado si de todos modos iba a
estar triste? No. Pero de su cuenta corría hacerla feliz. Y dadas las
circunstancias las cosas estaban a su favor. —Si tú crees que es lo mejor
tienes todo mi apoyo.


Ella asintió automáticamente.


—Gracias— Murmuro apoyando la cabeza en su hombro. Él dudo antes de colocar su brazo sobre sus hombros pero al final lo hizo.


—Siempre que quieras— Dijo con los labios pegados a sus cabellos, una sonrisa aflojó en sus labios. Ella no lo rechazó.


—Eres… eres un amigo espectacular— Afirmó y los labios de Gary se tensaron contra ella. Su respiración paró y lentamente volvió temblorosa a él, como si en realidad no
quisiera volver a respirar nuevamente. Eso era peor que un rechazo.


Y dolía, porque sabía que lo que sentía por la castaña era más que un… simple gusto.









LETRA DE CRUSH CRUSH CRUSH

Spoiler:

LETRA TRADUCIDA CRUSH CRUSH CRUSH

Spoiler:

Spoiler:

Owwss!!! Gary es muy famoso entre mujeres xDDD

Me late OuO

Este capii estuvo super xDDD!!!

Lo Adore *w*

Espero conty, Chaoo

Hola x3 !!!
Me gusto mucho este capitulo
Porfas May no le hagas caso a Misty !!
Te lo ruego XD Ya me puedo imaginar a Dawn
Cocinando que miedo XD en verdad como lo
Describe May debieron haber llamado a los bomberos x_x
Eru : no seas mala u.u ¡Dawn tu puedes ! ^^
hahaha me dio pena Gary si llego comer su comida XD
Bueno mi se despide
Sayooo

Vaya que hasta por fin me terminé los caps que me faltaban. Y si ya los venía leyendo algunos pero no terminaba nunca con todos -w-U
Ahora si puedo comentar tranquilamente sin tener que saltearme nada.
Y pues me encanto bastante tu fic, la historia muy interesante y como dice Camis, quiero saber que relación tiene May y aquel misterioso espejo owo
Algo que me sorprendió mucho fue el hecho de que Misty estubiera enamorada de Gary eso si que no me lo espere, es como una especie de triángulo amoroso todo este lio pero muy bueno xD
Siguela pronto! nwn

mmm , como habra estado la comida de dawn??? XD . jeje , esturo re bueno el capi , A mi aveces me da tristesa Gary u.u , pobre con todo lo que sufre , no se merece eso u.u ; pero bue , no hay que lamentarse ya que me parece que todo va a terminar bien (?) XD . Me tengo que ir hurgente , por eso te mando esto que es cortito , despues nos leemos , adios ^_^

wow estuvo muy bueno el capi de verdad me dejaste completamnte intrigada.....esa rosa se la dio Drew? si fue asi dejame decirte que fue un gesto muuuyyy romantico siguela pronto please que aqui estare esperando el proximo capitulo

atte: Malli-Sele

PD: nueva lectora XD

.× ▬▬▬▬[» Alone in the dark «]▬▬▬▬ ×.

-»Capítulo 11: MIsery«-

"Your silence is slowly killing me, girl you goy me bad
You really goy me bad, I´m gonna get you back"

Se encontró a
si mismo caminando por el pasillo que conducía a ese tétrico cuarto. No
pudiendo soportar esa desagradable emoción que provenía de su pecho había
dejado estrepitosamente la habitación de la castaña sin dar explicación alguna,
abandonándola con, lo que él creía, una creciente intriga expresada en su
rostro cuando le dio un rápido vistazo antes de irse.


Se vio a si
mismo reflejado en el espejo del frente, y el del costada, y el del otro
costado… en toda la habitación. Su fachada agitada no importó en ese momento,
nada lo hacía.


Sentía como
agujas calientes atravesarle en estomago, pero sabía que era solo la proyección
de sus sentimientos en un estado físico. Inspiró varias veces acercándose al
espejo más cercano. Se observó en el.


Vio la
decisión que denotaban sus ojos, aunque por dentro sintiera un amargo sabor a vacilación.
Observó su rostro serio, aunque por dentro todo le temblara. Por último miró
con detenimiento su mano, ajeno a su reflejo, aquella mano con la que había
acunado el hombro de May minutos atrás y supo que era, no lo mejor en una
situación de dos, sino lo mejor para él y sus sentimientos por ella.




May estaba
echada en su cama, observando una vez más la rosa roja que le había dado Drew.
Por un momento pensó en desojarla, sacarle los pétalos y echarla a la basura
pero era tan… hermosa que el pensamiento solo logró rozar su mente. Su aroma
era embriagante, dulce. De seguro Gary no lo había notado porque ella usaba un
perfume con el mismo aroma. Gary…


¿Acaso había
dicho algo malo?


¿Por qué se
fue así? Quiso seguirlo pero no lo hizo. No necesitaba razones, lo conocía lo
suficiente como para saber que si necesitaba su tiempo no debía interrumpirlo o
molestarlo.


Su mano viajó
con conciencia propia hasta sentir la fina textura de uno de los pétalos rojos,
la humedad que desprendía era mágica y su tono rojo hipnotizarte. Era tan
bella… y no sabía si era por el panorama en sí o era por el hecho de que el
peli-verde se la haya regalado.


Se sentía
miserable… ¿Realmente podría olvidarlo?


Debía hacerlo
pero con tan solo pensarlo su cuerpo se sentía adolorido como un drogadicto en
abstinencia.


Si. Siempre
había pensado que las únicas adicciones que la gente podía tener implicaban
químicos. El alcohol, las drogas, las píldoras. Nunca se había puesto a pensar
que se podía ser adicto a una persona, anatómicamente: imposible;
psicológicamente: probable. Pero las personas no solo poseen una estructura anatómica
y un estado psicológico, por el simple hecho de ser humanos poseen sentimientos
y por estos que una persona puede ser adicta a otra.


Pero toda
adicción es mala, porque lo trae felicidad en un momento a la larga termina
destruyéndote, y la ausencia de aquello que tanto necesitamos trae dolor. Pero
el verdadero problema radica en que uno no quiere dejar su adicción, porque es
doloroso y el proceso es largo. Por eso es más fácil simplemente dejarse
llevar, porque la única forma de dejar una adicción es tocar fondo.


Tocar fondo…


Sus
sentimientos habían tocado fondo, ella estaba más confundida con cada minuto
que marcaba el reloj, con cada segundo que era pisado por el tiempo. ¡No podía
más! No más…


Él era una
adicción, y como muchas de las adicciones era innecesaria en su vida. Como un
drogadicto, uno que empieza queriendo droga y termina necesitándola más que a
su propia vida. Igual que ella lo necesitaba a pesar de que decía odiarlo y
sabía que esas palabras eran vacías nacidas solo de la tristeza y decepción de
su propia miserable vida.


Sus pensamientos
fuera de un contexto consciente, lejos de procesos intelectuales básicos
dejaban sus sentimientos expuestos. Lo que ella había ocultado incluso a si
misma, y que solo en breves instantes salían a luz, ahora estaban totalmente
expuestos.


Una voz en su
cabeza, poco audible, aun repetía que la decisión que había tomado era la
correcta y May así lo quiso creer.


Pero no por
eso iba a ser menos verdadero que sus sentimientos por Drew eran fuertes. Eso
ella lo sabía muy bien. Pero constantemente su cerebro maquinaba tratando de
encontrar defectos, que a toda luz él no tenía. Tratando de minimizar su presencia
para poder aplastarlo. Intentando a toda costa comparar su existencia con la de
personas mejores que él para hacer más sencillo el proceso de olvidarlo,
lastimosamente no podía compararlo con nadie sin que la otra persona resultara
más merecedora de defectos que Drew.


¡Era
frustrante!


La puerta se
abrió bruscamente haciendo que May diera un bote y la rosa saltara de sus manos
terminando en el piso.


—No quiero ser
tu amigo— afirmó la voz masculina de manera tajante. El corazón se le oprimió
dentro del pecho a la chica quien aturdida apenas había alcanzado a apoyarse en
sus codos en una posición incómoda en la cual no podía alcanzar a ver la
expresión de la cara por el reflejo de la luz.


—¿Qué… que
dices Gary?— Preguntó parpadeando confundida, su respiración se tornó pesada
cuando su corazón comenzó a palpitar pausadamente con fuerza.


—No… no quiero
ser tu amigo. No puedo verte solo en ese sentido— La chica abrió los ojos
desmenuzadamente habiéndose incorporado sobre la cama. –No sé como... tú me
gustas— Gary pareció titubear por unos instantes pero retomó una postura
decidida ante su última declaración. May supo al instante, por la expresión del
castaño, por su tono de voz, por la misma energía que emanaba que ese gusto del
que hablaba iba más allá de la amistad que siempre había profesado por ella.



Eran las cinco
de la mañana y ella se encontraba sentada en una cocina vacía, sin luz y siendo
únicamente acompañada por el suave ronroneo que emitía el congelador.


Suspiró dentro
de su taza de leche caliente sintiendo como el aire que había liberado se
mezclaba con el humeante vapor de la taza de sus manos y le humedecía la cara.


Añorando poder
dormir como sus amigos apoyó sus codos en el mesón que estaba frente suyo,
corriendo la taza a un lado en el proceso. Se sentía tan cansada. Aunque
siempre demostrara fuerza y fortaleza ante el mundo ella se sentía tan cansada.
No solo por dentro, físicamente el cansancio se hacía notar en las líneas
oscuras que se dibujaban bajo sus ojos, que en ningún momento la hicieron ver
menos bella, en sus débiles huesos que suplicaban por algo de descanso y en su
frágil mente que ya no soportaba más.


Para empeorar
las cosas su vida sentimental también era una catástrofe. Enamorada de su amigo
que a la vez estaba loco por su mejor amiga. ¿Por qué todo le salía tan mal? No
solo eso ella, personalmente, había impulsado a Gary a confesase a May y había
hecho todo lo posibles para que ella olvidara a Drew e indirectamente sugerirle
que viera a Gary más que como un amigo. Así ellos estarían felices, uno al lado
del otro. Pero… ¿Y qué había de ella?


Ella se sentía
miserable.


Para rematar
las cosas había visto, sin ser notada, como Gary entraba al cuarto de la
castaña confesando un deseo más allá de la amistad por ella.


Su plan había
funcionado, su plan desgraciadamente había funcionado.


Y todo era
para la desdicha de ella.


Sintiendo que
todo se le aplastaba por dentro dejo su cabeza caer en el mesón acunada por sus
brazos, sus hermosos cabellos rojos desordenadamente los cubrieron y así, en
silencio y soledad lloró.


Lloró para no
hacerlo después, para no ser vista por los demás y para no demostrar esa
debilidad que le pesaba en la espalda y le hacía temblar las piernas.


Ella estaba
tan… cansada de todo. De todo.




—Se te ve
divino— Exclamó Dawn pasándole un espejo.


Y era cierto
las habilidosas manos de Dawn había hecho una maravilla en su cabeza,


—Gracias— Dijo
mirando satisfecha su reflejo. Sus castaños cabellos se alzaban en una cola
alta sobre su cabeza para caer por su espalda y hombros gracias a la longitud
de los mismos.


—Ahora a
vestirnos. Quiero que me des tu consejo— Pidió su amiga con los ojos brillando
de emoción. Una gota de sudor se asomó por su nuca.


—Bien, pero
que sea rápido para que vayamos a preparar el desayuno ¿Te parece?— Dawn
asintió efusivamente mientras su cabeza desaparecía dentro de su enorme
armario.


Después de un
buen rato ambas estaban listas. Dawn con el consejo de May había optado por una
remera lila, una falda rosada igual que sus botas. Y May se había puesto una
remera sin hombros color azul claro y unos jeans ajustados a la cadera con
botas negras.


Ambas bajaron
con cuidado por las escaleras esperando no hacer tanto ruido como para
despertar a la pelirroja. Cuando llegaron a la cocina la chica seguía
durmiendo.


…


Abrió sus ojos
impulsada por la sensación dulce que se filtraba por su nariz, grande fue su
sorpresa al encontrarse a May y Dawn sirviendo el desayuno, simple pero de
aspecto apetitoso.


—Yo… ¿Me quedé
dormida?— Se preguntó a si misma, sus ojos se sentían adoloridos por el llanto
pero aun así la sensación de haber descansado era placentera.


—Kya Mist
justo a tiempo, acabamos de hacer el desayuno— Exclamó Dawn sonriendo
ampliamente.


—¿Acabamos? Me
suena a manada— La miró May alzando una ceja –Quemaste el agua… literalmente—
La acuso.


—Y tu quemaste
las tostadas— Contra atacó la peliazul ligeramente roja.


—Debieron
esperar a que despertara… pudieron quemar la cocina— Las regaño Misty –Pero
gracias por dejarme dormir— Una sonrisa dulce le aflojó los labios.


—De nada mist—
Fue la respuesta de May quien le sonrió emocionada —¡A comer!— Anunció
impaciente.


Misty y Dawn
se miraron sonriendo.




—¿Ya
terminaste Ash?— Preguntó un impaciente Drew apoyando su rostro en su mano y a
la vez su codo sobre la mesa.


—!No apures!—
Reclamó Ash masticando unas papás fritas.


—Solo tú nos
harías venir a estas horas a la cafetería— Reclamó Paul con desgano.


—No se quejen
hay mucha gente— Se defendió el morocho sin dejar de comer.


Paul gruño sin
ser oído mientras Drew apartaba su mirada. Fue así que vio algo que lo
desconcertó mucho.


Frunció el
ceño tratando de entender que rayos hacía Blue arrastrando a May por toda la
cafetería. Bien podría tratarse de algún atentado físico contra May pero ahí
descansaba su confusión en el extraño gesto sonriente en ambas castañas.


Las observó
tomando asiento en una mesa cercana sin deparar en su presencia, en realidad
sin notarla siquiera. Y esto le daba la ventaja del observado omnisciente, sin
ser visto, sin ser notado pero viendo los hechos pasar frente a él.


Atento pero de
manera disimulada se dedicó a vigilar con ojos de águila a las dos castañas.





—!Ven conmigo!—
Había exclamado Blue tomando la de la muñeca y jalándola con ella. May quien a
pesar de estar sorprendida entendía el entusiasmo de su nueva amiga les dedico
una mirada tranquilizadora a Misty y Dawn quienes parecían aturdidas sin saber
si alcanzarla o quedarse donde estaban.


Ni cinco
minutos después ahí estaban las dos castañas sentadas en la cafetería, una
parloteando y la otra escuchando alegremente.


—Casi muero de
la vergüenza, lo peor fue que mi vecino se quedo mirándome como si fuera un
extraterrestre. Y mi vecino es sexy— Contó Blue haciendo referencia a su
incidente en el jardín de su casa. —En fin… ¿Hablaste con Drew?— Preguntó la
chica esporádicamente.


May casi se
cae de su sitió —Eh…yo… ¿Cuántos años tiene tu vecino, no me digas que te
gustan los mayores?— Escapar del tema era lo mejor, en especial porque si le
contaba algo acerca de Drew tendría que pasar a un punto más relevante que
prefería guardarse de momento. Sip, y es que implicaba acierto castaño.


—May…— El
silencio después de soltar su nombre en un tono de reclamo indicaba claramente
que esperaba su respuesta.


—OK, ok. Se
podría decir que sí, pero…— Una presencia masculina la acalló con su llegada.


—Hola Gary—
Sonrió May tratando de no sonar cohibida.


—¿Gary?— Blue
inmediatamente giró sobre el asiento para encontrarse con su maravillosa
persona —Hola— Saludó entusiasta.


—Oh, Hola— El
castaño correspondió cortésmente una sonrisa entregada por Blue. Pero fue un
gesto meramente de cortesía, en cambio al mirar nuevamente a May su sonrisa se
llenó de un sentimiento verdadero, que emanaba calidez a través de cada uno de
sus gestos —¿Vamos?— Le preguntó a la intimidada chica, para quien su primera
reacción fue abrir la boca para preguntar a donde, pero que inmediatamente
sintiéndose sofocada por las, cada vez más numerosas, miradas de las personas a
su alrededor supo que de momento era mejor callar y seguirlo.


Asintió
suavemente con la cabeza.


Entonces un
sentimiento paralizador cruzó el pecho de Blue cuando vio al chico acercarse a
su amiga y ayudarla a levantarse para después entrelazar sus dedos con los
suyos.


—Espero que no
te moleste que te la robe ¿Verdad?— Esos ojos castaños, cálidos, penetrantes le
taladraron el alma en el momento en que su mirada fija se encontró con la suya
despavorida. Pero sin tratar de demostrar sus sentimientos negó con la cabeza,
haciendo mucho esfuerzo para obtener un resultado que se acercara a lo que
esperaba de sí misma.


Su mente
maquinó a su máxima potencia para que controlar su cuerpo sin que se notara
cuanto le había afectada esa última escena. Sonrió y respondió ante las
palabras de May antes de que se fuera… tomada de la mano de Gary.


Y al parecer
ella no había sido la única en reaccionar ante dicha escena… Drew, él había
reacciona aun peor.


Inmediatamente
después de que la linda pareja de
castaños había abandonado la cafetería por la puerta central se paró de un
salto con el rostro rígido y la manera de respirar a bufidos casi sonaba a una
melodía espeluznante.


Dio la vuelta
y sin dar explicación alguna salió por otra de las puertas que conducía al
patio.


Un sentimiento
se arrastró a su pecho dejando en su paso un desliz de calor desagradable que
le quemara por dentro y haciendo que un ardor doloroso se posara sobre su piel.


Una vez lejos
de cualquier contacto humano trató de tranquilizar su agitada respiración y
obligó a su mente a tomar el control de su cuerpo que en merced de sus
sentimientos terminaría por hacer un estrago, no solo exteriorizando su ira
sino también podría terminar lastimándose así mismo en el proceso.


Con el control
de su consiente sobre sus actos y su objetividad barriendo con nitidez las
escenas de los últimos momentos antes de que esa bestia volátil tomara control
de su cuerpo; repasó los hechos. Y negándose a ver la realidad decidió
descartar el verdadero nombre de aquel sentimiento.


Concluyó al
final que ese ataque de posesividad, al cual había decidido llamar de esa
manera, se debía al hecho de que la reciente relación del la castaña con el
chico entorpecía su progresivo avance en su relación con ella. Era solo porque
la presencia de ese castaño obstaculizaba las cosas, solo eso.




Había sido más
de una semana.


Una semana y
cuatro días exactamente desde aquel lunes donde su reciente relación con Gary
había salido a luz pública. No es que importara dado que apenas se dirigía la
palabra con la mayoría de la gente en ese lugar y que supieran o no de su vida
amorosa le resbalaba, también la traía sin cuidado que se levantaran rumores a
sus espaldas o que la gente hablara a murmullos cuando estaban juntos. Sin
embargo le gustaría decir lo mismo de aquellos que si conocía. Después de los
primeros días no le había sido indiferente la mirada asesina que brillaba en
los ojos de Drew cuando los miraba juntos, o las pocas y casi inentendibles
palabras que salían de la boca de Blue cuando se cruzaban y trataba de hablarle
pero Blue se salía por la tangente evitando que la conversación fuera muy larga,
tampoco había podido evitar darse cuenta de la extraña actitud de Misty cuando
los tenía cerca, aunque si había tratado de ignorar ese hecho. Agradecía que la
actitud de Dawn fuera imperturbable y que fuera la única en tomar con total
tranquilidad su relación aunque a veces pareciera que fuera indiferente a la
misma.


De cualquier
manera era un alivio.


—Nos vemos a
la tarde— aseguró Gary depositando un beso fugaz en su mejilla. —Nos vemos chicas—
Se despidió de Misty y Dawn mirándolas respectivamente.


—Bye, Bye— Un
entusiasta movimiento de su mano acompaño sus palabras. Dawn siempre tan… Dawn.


Misty ni
siquiera volteó a mirarlo y Gary notó esto con decepción.


—Bueno parece
que hoy yo seré la chofer oficial— Comentó Dawn emocionada.


—Ni se te
ocurra nos mataras a todas— contradijo la pelirroja con aplomo.


—Que mala eres—
Lloriqueó desanimada.


—Chicas, yo
tengo algo que hacer las alcanzo en casa— Aseguró antes de salir por la puerta
del salón sin decir más y sin esperar una respuesta tampoco.





Había sido más de una semana.


Once días
exactos desde que ese petulante chico se había atrevido a alejarla de él.


Contrario a lo
que había esperado ese sentimiento desagradable que había surcado su pecho la
primera vez que los había visto juntos no desapareció. Se incrementó cada vez
que vio como sus desgraciadas manos tocaban su cremosa piel nívea,
alimentándose de cada sonrisa que arrancaba de esos labios rojos y
destrozándolo por dentro cada que él la abrazó.


Ese fuego
interno lo tostaba en su desesperación por ir hacia ellos y arrancarla de sus
brazos. No podía concentrase en nada y eso solo hacía que la ira incrementara.


Ese
sentimiento de posesividad, al cual aun no se atrevía a darle nombre concreto, terminó
por inundarle las entrañas dejando un amargo sabor a furia en la lengua. Furia
que, como no lo conocía a él, terminaría descargando en ella y su altanera
forma.


Y fue
exactamente ese viernes que ante sus ojos se presentaba la oportunidad más
tentadora de todas para hacerlo.


Estaba solo en
uno de los jardines laterales, que por razones que desconocía no era
frecuentado por nadie salvo él, eran aproximadamente las tres de la tarde y el
cielo estaba oscuro como la última mitad del mes.


Entonces y sin
previo aviso divisó una silueta que fácilmente reconocería en cualquier lugar.
Ella estaba viniendo en su dirección, con su caminata lenta casi pavordeándose
del mundo, con sus odiosamente bonitos rasgos en total tranquilidad. Cuanta
rabia le despertaba.


—Así que para
eso me pediste tiempo ¿Eh? Para ocuparte de tu amiguito como se debe— Su voz
destilante de veneno llegó a los oídos de May con un matiz aterrador. Y volteó
para verlo, ahí apoyado contra ese árbol.


Sus ojos
saltaron atemorizados cuando al observarlo notó su ira y sus labios fruncidos
con rencor, gestos que en conjunto era intimidantes.


—Drew— Murmuró
odiándose por haber dicho su nombre en ese tono envuelto en nerviosismo —¿De
qué diablos me hablas?— Preguntó evitando a toda costa mirarlo a la cara
nuevamente.


—¿Qué de que
hablo?— Arregló su cabello con mayor agresividad de lo usual —¿Te haces a la
tonta o qué?— Preguntó con ese tono sarcástico tan suyo, en contraste con la
furia que nacía de lo más profundo de su pecho. Por eso, enfadado, se acercó a
ella y sin ningún tipo de tangentes le reclamó —Me hiciste arrastrarme por tu
perdón como sanguijuela. En mi vida jamás me rebajé tanto por conseguir algo de
una mujer y vuelves tú, y a pesar de que al principio me trataste como un
pedazo de basura aun así nunca te dije nada porque de alguna manera sabía que me
lo merecía. Hice todo lo que quisiste que hiciera, dije todo lo que querías
escuchar para mantenerte contenta y ni siquiera eso te bastó. Entonces de
repente dices que quieres tiempo para pensar y sin importarte lo que fuera de
mí te das la vuelta y te vas con ese pedazo de…— Apretó sus puños e inspiró
fuertemente para tragarse el despectivo calificativo que iba a bufar en esa
última oración.


May tragó en
seco. Tenía miedo de la postura pendenciera de Drew, pero más miedo tenía de su
reacción ante él. Muy lejos de desagradarle le gustaba tenerlo a ese escasa
distancia, le gustaba sentirlo en esa actitud posesiva que emanaba su conducta
y… simplemente le gusta.


—!Ese reclamo
está fuera de lugar! Además… las cosas no son así— Bufó. Esperando que el
temblor de su cuerpo perdiera importancia ante su tono firme y rudo.


Sus piernas
temblaron cuando sintió como se acercaba más a ella y el aroma de su colonia
inundó su nariz mareándola al instante.


—¿Estas
temblando?— Preguntó mientras parte del rencor se desvanecía y en su lugar un
satisfactorio sentimiento de complacencia cosquilleaba su piel. Suspiró
sonriendo con arrogancia.


Su aliento se
mezcló con su colonia. Y el exquisito olor a menta y cualesquier que fuera el
perfume que usara creó un atractivo aroma que hizo que fuera difícil para May
esconder la satisfacción que viajó por su espina dorsal.


—N..no no es
ci..cierto— explicó escapando de su mirada verde.


—Si lo es—
Contradijo él sintiendo como sus ojos se alargaban con el propósito de
escudriñar con mayor detalle su reacción.


Ella se
sonrojó llamando la atención de los ojos de Drew a sus mejillas.


Los ojos de
Drew invadieron el brillo tono rosa suave y no pudo evitar pensar cuan hermosa
se veía contra su piel cremosa tono marfil. Luego su mirada viajó a los labios
donde trazó las curvas de estos bajo líneas imaginarias en su mente, se quedó
mirando más de lo necesario el arco de Cupido que macaba su labio superior.
Levantó una ceja cuando vio sus labios temblar sin emitir sonido.


Entonces los
ojos de Drew se posaron en los de May y se sorprendió al ver lo hermosa que se
veía de cerca. Sus pestañas voluminosas adornaban sus ojos, que de por sí ya
eran bellos, dándolo un porte artístico a su rostro, sin duda un rasgo
elegante.


May se quedó
sin aliento en la garganta y se obligó a si misma a hacer pasar saliva en un
intento por recubrir la sequedad de su boca.


No se suponía
que algo como eso fuera a pasar. Ni siquiera se imaginó una posibilidad así.
Pero estaba pasando y no sabía como reaccionar porque de buenas a primeras no
estaba preparada para una situación así. Para empeorar las cosas tener a Drew a
esa cercanía nublaba sus sentidos y la llevaba fuera de su mente. Lo peor de lo
peor era…


¡Era tan…
Perfecto!


Cada una de
las líneas de su rostro descansaba en una simetría celestial. Sus ojos
armónicos se posaban con fuerza en su rostro, convirtiéndose en su gesto más
notable. Eran verdes, un verde único ningún objeto en la faz de la tierra
podría compararse a ese color.


Todo. Todo en
su rostro era tan perfecto que sobrepasaba los límites de la belleza
convencional.


Pero aquella belleza
sobrenatural no evitó que viera lo que realmente importaba, algo que daba
miedo. Su mirada.


Sus ojos eran
tan intensos que por más de que intentó decir algo nada salió de su boca. Había
autentico fuego en su mirada del que quema y arrasa todo a su paso.


—Nadie me hace
algo así— Bramó serio.


—¿Hacerte qué?
Yo no te he hecho nada malo— Se defendió ella.


—Parece que
algunas cosas no cambian— Ella hizo un débil y patético intento de fruncir el
ceño que terminó resultando un temblor nervioso en su rostro. Drew se rió
molesto. —Aun eres una niña muy despistada— le aseguró alargando su mano para
posarla con algo de brusquedad bajo su barbilla y obligarla a mirarlo a la
cara, algo a lo que ella se estaba rehusando desde que volvió a hablar.


—Y tú no dejas
de ser un abusivo. Siempre apareciéndote en los momentos menos adecuados— Aquel
tono arrogante, despectivo que él estaba usando en su contra la obligó a usar
el acento más ultrajante que pudo conseguir. —además no tienes derecho alguno
de reclamarme. No es de tu incumbencia con quienes me relaciono ¿O que, acaso
estas celoso?— Increpó sin reserva. Sintiéndose tonta al instante por hacerle
un planteamiento así. Era solo la voz de su inconsciente que deseaba que eso
fuera cierto.


Eso solo
aumentó el enojo en él. ¿Acaso era eso?


—Claramente
has confundido mis intenciones— Le espetó con desprecio —No te estoy reclamando
nada… Solo que al parecer me equivoqué contigo. Pensé que seguías siendo la misma
niña que conocí pero al parecer ahora eres más venenosa que antes— Dijo antes
de sentir un ardor caliente que le subió por el rostro. Ella lo había
abofeteado.


No fueron las
palabras las que le impulsaron a actuar así. Fue más bien una mezcla del tono
de maltrata usado por él en combinación de las emociones del momento las que
encendieron ese fuego destructivo en su interior.


—Si, creí
habértelo dicho no soy la de antes. Si, probablemente a tus ojos sea más
venenosa que cuando me conociste. Pero tú, especialmente tú no tienes derecho a
decirme eso— La furia nubló sus ojos y su voz molesta acompañó su reprensión a
la perfección —Así que si me disculpas tengo cosas mejores que hacer— sus
respiraciones agitadas por la furia se encontraron una vez más, al igual que
sus ojos intensos hicieron contacto una última vez antes de que ella girara con
brusquedad y diera los primeros pasos para marcharse de ahí.


Drew oyó cinco
pisadas montadas en tacones que crujieron sobre la hierba. Exactamente cinco
antes de instintivamente voltear hacia ella y tomarla por el brazo impidiéndole
avanzar.


May sintió un
golpe de emociones cuando su piel hizo contacto con la de él. Aun de espaldas
sintió sus piernas flaquear y esperó sin poder anticiparse a sus acciones. ¿Qué
pretendía? Sus opciones eran muchas, que la llevaban inmediatamente a pensar en
las más posibles. Un reacción violenta o un sermón interminable…


Fuera cual
fuera de algo estaba segura. Estaba feliz. O al menos una parte de ella lo
estaba. Feliz porque a diferencia de las muchas otras veces en el pasado… esta
vez él se había dignado a detenerla. A no dejarla marchar.


Ya fuera que
le fuera a gritar o sermonear esta vez siquiera habían avanzado un paso en esa…
relación suya.


La volteó
bruscamente y para sorpresa suya la acercó hacia su cuerpo. Su aliento casi
abandona su cuerpo cuando sintió sus brazos apretando, con más fuerza de la
necesaria, su cintura. May no quiso sacar conclusiones que podrían ser
apresuradas y hasta ilógicas, pero aquella situación…


…Aquellos ojos
envueltos en fuego, en un ardor distinto a la rabia que habían expresado
momentos antes, su hálito entrecortado por algo distinto a una disfunción
respiratoria…


¿Acaso él
quería…?


No de ninguna
manera. Tenía que haber otra explicación.


La terca mente
de May se rehusaba a ver lo que estaba pasando a su alrededor. Y no fue hasta
que sus brazos se aprisionaron más contra ella, con una intención clara, que al
fin se dio cuenta de sus intenciones.


—D..rew tú
n..no…yo— Balbuceó May tratando de pensar en algo, pero repentinamente el deseo
de que él avanzara más era mayor que cualquier otra cosa.


Incluso que su
“Novio”.


Tanto sus
pensamientos como sus palabras retrocedieron en avance cuando vio que se
inclinaba hacia ella, cerrando el espacio que la diferencia de alturas, que a
pesar de que ella usara zapatos de tacón alto, dejaba. Una vez más el olor de
su caro perfume entró por su nariz instándola a dar conciencia de qué era lo
que iba a pasar. No supo en qué momento fue pero sus dedos habían aprisionado
su mentón para que no se apartara.


Pero a
conciencia debía admitir que estaba paralizada al tener tan cerca la perfección
de su rostro.


Entonces sus
labios hicieron contactos con los de él. Una oleada de calor acarició su
estomago y una sensación eléctrica viajó desde su espalda hasta la punta de sus
dedos.


Cerró los ojos
instintivamente al sentir sus labios fríos y suaves.


Las
palpitaciones fieras del corazón de May golpeaban contra su piel a causa del
inexistente espacio entre ellos. Realmente no sabía que demonio se había
apoderado de él para hacer eso, pero era más que claro que no se arrepentía.


Desde ese
instante en el que miró sus carnosos labios después de detenerla una idea firme
y clara quedó grabada en su cabeza. Él quería besarla. No entendía muy bien de
donde había nacido ese deseo pero mezclado con su ira y aquel sentimiento de
posesividad, era explosivo. Eso no hacía que fuera menos placentero, y vaya que
era placentero.


La textura de
sus labios era tan suave y tibia. Y su respiración sobre su rostro solo hizo
que aquel febril deseo creciera y perdiera totalmente noción de la realidad.


La apretó aun
más contra su cuerpo sintiendo como una queja envuelta en un gemido era ahogado en sus labios. Aprovechó ese momento para
explorar su boca más a fondo.


El cuerpo de
May había tomado el dominio de sus acciones y de nada valía que su cerebro
tratara de dominarla. Sintió un leve cosquilleo en su antebrazo dándose cuenta
de que sus brazos estaban alrededor de su cuello y ese cosquilleo era causado
por el cabello verde del chico.


Sintió,
también, que el apretado y duro abrazo del chico se aflojaba en su cintura.
Entendió brevemente, o lo supuso en todo caso, que él la había apretado tanto
porque no quería dejarla ir. Incluso si su deducción haya estado equivocada o
no, no lo sabía y no podía asegurar nada, aquel pensamiento le dejaba un sabor
dulce en la boca.


Oh no,
esperen, ese sabor dulce era la boca de Drew.


Y ese sabor
era prohibido.


—Drew…Drew—
Jadeó tratando de recuperar el aliento, sin tomar en cuenta que él hacía lo
mismo. Se separó de él solo unos milímetros, aun sentía el aire caliente de la
respiración del chico golpeando su rostro. —Drew no…


Los labios
férvidos de Drew sellaron los suyos una vez más tragándose todas las débiles
protestas de May.


Y fue en ese
momento en que la chica dejó morir a su conciencia siendo totalmente manipulada
por el deseo que, también, él profesaba en esos momentos. Sin importarle que no
estuviera bien y dejando que aquella impulsividad reprimida saliera a la
superficie satisfaciendo el anhelo que sentía por él.


Acarició su cuello en un movimiento fluido hasta llegar a su mejilla donde posó su mano y, esta vez, ella profundizó el beso.


Un beso que ambos estaban disfrutando.



Pd: No se por que se desconfigura tanto los parrafos...!perdon!, si alguien puede ayudarme a ver que estoy haciendo mal se lo agradeería DE CORAZÓN xd (a lo mejor me estoy hueveando como siempre xd)

Pd2: Camis!!! sip yo adoro Dr. House ¿Como no quererlo? xd

LETRA CANCIÓN MISERY

Spoiler:

LETRA TRADUCIDA

Spoiler:

VIDEO MISERY
[/center]

Que bello!!!!!!!!!! *o*

Pobre Gary, no me molestan las apariciones del Benetteshipping, no lo se. talves porque Gary ha sufrido mucho.... Pero MAY ES DE DREW xd

Lindo Besooo!!!!!!! $.$

Me ha encantado este capi... espero conty

Chaoo ^^

KYAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!!!!!!!!!!! BESO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! WoW Genial conti, Kendra cada vez me sorprendes mas y mucho mas!! me encanto no tengo palabras para describirlo solo...: Maravilloso!! AWWWWW que tierno!! espero que ahora si se amisten!!!

espero la conti con ansias

SayoO0!!!!!!!!!!!!!!!

Awwwwwwwwwwwwwwwww ........ !!!!!
Por fin beso !!!!!! XD
Que súper lindo capppppp x3
Ahhhh solo falta que May lo perdone de una vez :3
Hahaha ... >\\< espero contiiiiii :3
Sayooooo
^^ !!