.× ▬▬▬▬[» Alone in the dark «]▬▬▬▬ ×.

Oh yeah! Fantástica conti! Y jamás me esperé aquello del beso y también que Gay y May salieran? No claro que no! Pero eso fue algo que complementó mucho a la historia, y quedara mucho más genial owo
Ahora sí más lios amorosos y sentimientos nuevos encontrados :3 (?)
Espero que la sigas prontito n.n

nooo! como lo dejas hasta ahi! nos quieres matar??? TT.TT , por otro lado , lindo beso ^^ , tambien : May y Gary ahora salen? lios , lo unico que va a causar son lios y mas lios XD . Bue , mejor me despiso , no me gusta escribir mucho , aunque lo hago , no puedo parar XD

~*sayo*~

—Pobre niña.

—Lo sé. Es una lastima

Tras una puerta medio abierta se encontraba ella, apoyada contra la puerta, sentándose en el piso. Todo estaba oscuro a su alrededor.

Fue así que May escuchó varios comentarios con el mismo mensaje. Lástima. Una lástima hipócrita y vacía. Una lástima que no podía ser considerada compasión por la falta de empatía y corazón.

Ellos nunca llegarían a sentir lo que ella estaba pasando. Ellos nunca la entenderían. Nadie lo haría. Nunca. Porque no solo era dolor, no solo era desesperación… entre todo eso había más… rabia, ira…culpa.

Seca esas lágrimas pequeña mía

Saltó ligeramente sin fuerzan en su cuerpo, un acto reflejo nada más. Podía reconocer aquella voz y estaba casi segura de donde provenía. Pero no importaba, nada lo hacía ahora.

Sus ojos nublados por las lágrimas divisaron un espejo brillante con el marco plateado cerca de ella. El único objeto de su cuarto que había salido totalmente ileso. Un objeto del que no sabía su procedencia puesto que no era suyo pero había aparecido en su habitación tras…

Un sollozo ahogó su garganta.

Sé que te sientes culpable…

—Estoy sola— Lloriqueó con la voz quebrada y suave. Cansada de haber llorado tanto.

No… Yo estoy contigo. Si tú te quedas conmigo. Piénsalo tu quisiste que las cosas cambiaran y ahora son diferentes… es causa tuya todo esto. Nadie va a querer a alguien que ha causado tanto sufrimiento a los que supuestamente quería. Lo que tu has hecho es un pecado imperdonable… pero yo no te juzgo, yo quiero ayudarte, yo estoy aquí para ti…

-»Capítulo12:Undisclosed desires«-

“You may be sinner, but your innocence is mine

Please me, show me how it´s done”

Respiraciones agitadas de dos cuerpos apenas separadas por un espacio visualmente inexistente se detuvieron cuando sus labios volvieron a juntarse en un nuevo beso cargado de pasión.

Los labios de Drew tomaron el labio inferior de May, saboreándolos, memorizando su textura, apretándolo para deguste de ella.

Y ella lo estaba disfrutando.

Y no fue hasta que sintió un pinchazo de dolor y placer, cuando él mordisqueó su labio, que su conciencia despertó de sus laureles y la hizo reaccionar.

El chico sintió como ella se tensaba contra su cuerpo y acto seguido daba un salto hacia atrás colocando una mano en su boca en lo que parecía un intento de alejar su rostro del suyo.

Los ojos azules de la castaña crecieron con un gesto ausente en su rostro. Bajo sus dedos sentía los labios de Drew cálidos y húmedos por aquel fogoso beso que habían compartido momentos atrás. Su respiración cosquilleaba la punta de sus dedos volviendo a traer consigo aquel temblor en sus piernas.

Drew por otro lado estaba confundido. Jamás en su vida los labios de una chica lo habían hecho perder tanto el control. Solo empeoraba las cosas el hecho que aquellos endemoniados labios le pertenecieran a nadie más ni nadie menos que a May. Su ex amiga, su reciente rival sobre el escenario y la persona que supuestamente lo odiaba.

Incluso tomando en cuenta todos esos factores la sensación de satisfacción no era menor al contrario era mayor.

Si bien sus instintos habían gobernado en sus acciones cuando la besó, retomando su conciencia no se arrepentía en lo más mínimo. Al contrario incluso su sub-consiente quería, si no bien necesitaba, volver a experimentar esa sensación, ese sentimiento. Incluso cuando no entendía bien las razones de querer eso.

Sintió como el calor de su cuerpo se alejaba de él, como la comodidad de su cintura abandonaba sus brazos y como su bello rostro comenzaba a parecer asustado.

Observó sin entender como aun mirándolo con sus ojos azules daba uno, dos, tres pasos antes de voltear y salir corriendo.

Quiso ir tras ella y detenerla.

Pero se detuvo.

¿Qué se supone que iría a decirle?

-» «-

Estaba feliz.

No podía decir lo contrario pero había algo que no se sentía bien.

¿Pero qué? Ahora tenía a May como su novia lo cual era fantástico pero… Misty parecía… distante. Lo cual le despertaba una sensación de vacío en su interior.

Una relación mejoraba y otra empeoraba.

Y eso apestaba.

Un sentimiento profundo de vacio cavó su lugar en su corazón. Necesitaba a Misty de vuelta, como antes. ¿Por qué se alejaba así? ¿Por qué ahora que las cosas parecían ir bien para él algo como esta pasaba?

-» «-

—¿Está todo bien May? Estas pálida— Inquirió Misty apenas volteando a ver a su amiga.

—Eh, si, si.— Afirmó la castaña sin ni siquiera fuerzas para inventarse una excusa, aun así sabía que la preocupación se le notaba en la cara y demás emociones se le expresaban en los ojos. Y Misty era una lectora de expresiones excepcional.

—Bien— Dijo la pelirroja desapareciendo por la cocina. Esto desconcertó a la castaña pero no tenía cabeza para pensar en eso justo en esos instantes.

Dawn suspiró preocupada alternando miradas entre la puerta en la que había desaparecido la pelirroja y la expresión impávida y ausente de la castaña.

—Voy a prepararme un bocadillo— Anunció retomando su expresión enérgica usual —¿Quieres algo?— Tras recibir una negativa de su amiga dio la vuelta y se perdió por la misma puerta que la pelirroja.

-» «-

—Drew ha estado actuando raro últimamente

—Sí, está muy gruñón— Secundó Blue mirando fijamente el cielo.

—Hum— Gruñó la tercera voz sin darle importancia a la conversación.

—¿Crees que sea por May?— Cuestionó el morocho mirando a Blue.

—Puede ser— Cedió después de haberlo pensado unos minutos. Suspiró triste.

Si, probablemente la causa del cambio de humor tan radical de Drew tenía que ver con May. Con May y su relación con Gary. Y no es que Drew fuera una persona muy habladora o extrovertida del todo, pero últimamente está más callado de lo usual y se irritaba con mayor facilidad. Y si, la culpable era May.

Por su parte no tenía mucho que reclamar. Gary y apenas volteaba a verla, y nunca supo que relación tenía con la castaña, bueno hasta ahora. En fin ¿Qué puedes hacer cuando el chico que te gusta esta con tu única amiga? O mejor ¿Qué haces cuando el chico que te gusta ni siquiera sabe que existes?

—Lo que lo tenga así— La voz de Paul se escuchó captando la atención de Ash y Blue. Era obvio por sus palabras que sabía de antemano los motivos de la actitud de su amigo. —No podemos hacer nada, solo apoyarlo— Su voz fue monótona contrario a sus palabras que denotaban preocupación. En cualquier momento seguía siendo Paul.

-» «-

Eran las ocho treinta de la noche Dora se había tomado la semana libre por lo tanto estaba totalmente solo en casa, para empeorar las cosas se escuchaban retumbar los truenos a la distancia y, aunque de momento solo lloviznaba, una enorme tormenta se avecinaba y eso era un hecho.

Suspiró sentándose en el sillón de la sala y prendiendo el enorme televisor de plasma que había enfrente buscando algo que captara su atención. Pero después de darle tres vueltas a los canales decidió que no encontraría nada lo suficientemente interesante para distraer su atención de sus enredados pensamientos.

¡Había besado a May, por el amor de Lugia!

¿Cómo pensar en algo que no fuera eso? Es decir, él extrañamente y de manera sorpresiva, para él mismo, no se arrepentía, no en el momento en que pasó y no ahora.

Pero había algo que lo incomodaba.

Y era que aquella sensación cálida en su ser no desaparecía desde el momento en que sus labios habían hecho contacto con los de ella. La intensidad que lo hacía temblar había disminuido a una que solo hacía temblar su pecho. Lo cual no sabía si era para bien.

También algo que lo confundía.

¿Y cómo no estarlo? Seguía sin comprender que era lo que lo había llevado a actuar de esa manera tan impulsiva tan ajena a su persona. En un primer plano había descargado su responsabilidad en sus débiles y sensibles hormonas adolecentes. Pero tomando en cuenta la situación y el tenso ambiente en el que se había desarrollado aquella muestra de… pasión, sus hormonas jugaban un papel secundario. Y siendo así ¿Qué otra cosa podía ser?

Él pasó una mano por sus cabellos totalmente frustrado por no entenderse. Si había alguien que lo conociera mejor que nadie tendría que ser él mismo ¿no? O al menos así debía ser.

La estúpida película de terror que transmitía la señal por cable estaba llegando al clímax de su historia, y no es que Drew estuviera prestando atención pero casi da un salto al techo cuando, en perfecta sincronía con la escena sangrienta y el alarido final del protagonista la puerta de su casa sonó con vehemente insistencia y aparente tosquedad.

Dio un suspiro para calmarse y recuperar su compostura seguidamente se dirigió a abrir la puerta frunciendo el ceño.

-» «-

TOC TOC

—¿Pensaste en lo que te dije?

La voz de Dawn fue dulce pero la estridencia aun viajó en su tono.

—No— Fue la cortante respuesta de Misty cuando la chica de cabellos azules se sentó a su lado en la cama.

—Siempre dices que May y yo somos tercas… pero tú también eres testaruda— La acusó levantando una ceja.

—No… no, es solo que…

-//-//Flash back-//-//

—Hey Mist

—Hola Dawn ¿Quieres que te haga algo?— Misty le sonrió con amabilidad mientras sacaba un jugo de la nevera.

—Quiero que hablemos— Inquirió la peli-azul con firmeza.

Misty dejó el vaso y caja de jugo en la mesa mirando a su amiga con ojos confundidos. Sin ánimos de preguntar se mantuvo en silencio esperando que ella iniciara y se apoyó en el mesón acomodándose para cualquier cosa que la extraña chica tuviera que decir.

Dawn tomó aire antes de hablar —Te gusta Gary— Aseguró sin mesura.

La pelirroja parpadeó varias veces tratando de asimilar eso. Para ser franca no se esperaba eso y tampoco se lo había visto venir.

La había atrapado con la guardia baja.

—¿Qué? Dawn por Darkrai… Dime de una vez ¿Qué te has estado fumando?

—No evadas— Negó con la cabeza sin darle importancia el comentario de Misty —Te gusta Gary, por eso no eres capaz de mirar a May a la cara— Nuevamente aseguró sin nada de tacto.

—Dawn, cariño, enserio deja de ver tanta caricatura con May les está afectando el cerebro…

—Es enserio Misty— Dijo Dawn comenzando a perder la paciencia.

—Si, es enserio. Definitivamente no más Grey´s Anatomy para ti. Esas series con tanto drama vuelven más imaginativo tu cerebrito.

—!Misty!— Reclamó.

La pelirroja suspiró vencida ya había jugado las cartas que tenía a la mano y no había servido, pues Dawn aun no lloriqueaba suplicando que no le prohibiera ver sus series de televisión favoritas. Y siendo así ya no tenía con que defenderse.

—¿Desde cuándo lo sabes?— Preguntó refiriéndose a su asunto con Gary.

—Lo sospeché desde hace algún tiempo pero lo confirme recientemente— Explicó Dawn mirándola de reojo.

—¿Recientemente?

—Sip. No sé si lo hayas notado pero evitas cualquier contacto con Gary. Y también evitas contacto visual con May. A duras penas le diriges algunas palabras a Gary, el pobre se ve agobiado…

—¿Agobiado?— Interrumpió Misty con fiereza —¿Cómo podría él sentirse así cuando al fin tiene lo que tanto quería? Está con la persona que quiere…

—Pero que por más que trata no lo quiere a él de vuelta— Esta vez fue Dawn la que interrumpió —Vi a May. Es triste ¿Sabes? Debe ser horrible estar enamorada de alguien que nunca te quiso, pero al parecer por más que trata no olvida a Drew. Estoy segura que tú también lo notaste, al igual que Gary pero él se rehúsa a aceptarlo… Ella parece culpable por no querer a Gary de la misma manera que él a ella, no digo que no lo quiere pero dudo que pueda ver en él una pareja— Dawn suspiró antes de continuar —De cualquier manera, se que te duele pero si no quieres que lo noten deberías actuar mejor. No sé háblale a Gary, mira a May a la cara— aconsejó con cariño en la voz.

El silencio reinó unos momentos antes de que una risa proveniente de los labios de Misty inundara la cocina haciendo eco en aquel espacio.

—¿Sabes por qué no miro a May a la cara? Es porque me siento mal de su culpabilidad, yo de alguna manera la enrolle en todo esto. Incité a Gary a que se le confesara y lo hizo. No me atrevo a mirarla porque temo ver en sus ojos que aun quiere a Drew y no a Gary. Yo también me siento culpable por que hace unos momentos…— Su histérica actitud con lágrimas incluidas fue transformada en silencio repentino cuando un dolor punzante atravesó su garganta. Un silencio que Dawn no fue capaz de perturbar —Porque hace algunos momento vi fugazmente sus ojos y note… ese brillo en su mirar, ese brillo que tiene, incluso cuando está enojada, cuando esta cerca de Drew. También vi algo difícil de explicar ellos… no se que pensar. Pero estoy segura que algo pasó entre esos dos— Explicó ganándose una mirada de ojos redondos por parte de Dawn.

—Mist yo no sabía…

—También me siento muy mal— Continuó sin prestarle atención a la peli-azul —Porque yo le di alas a Gary y temo que se ponga triste cuando acepte la verdad… Yo en verdad no quería que esto pasara. Y no me atrevo a dirigirle la palabra a él, no solo porque duela, también porque temo decirle la verdad para que de una vez despierte de esa ensoñación en la que se ha metido—Sus palabras fueron ligeramente cortadas por los sollozos y Dawn la abrazó sin saber que más podía hacer —La razón por la que lo estimulé a confesarle sus sentimientos a May y por la que le reclamé por darse por vencido sin dar batalla era porque, en realidad, yo era la que se había dado por vencida, la que no se atrevía a confesarme a él— Tragó en seco —Pero solo empeoré las cosas. Yo estoy sufriendo, May se siente culpable y Gary va a terminar muy dolido por esto.

Dawn la abrazó con más fuerza. Tenía los ojos tristes pues si algo no toleraba era ver a sus amigos sufriendo. Porque ellos eran todo para ella y su dolor era el suyo propio.

—Misty… Deberías hablar con May al respecto.

-//-//Fin Flash back-//-//

Misty suspiró.

—¿Qué esperas que le diga?

—La verdad.

Un nuevo suspiro salió de los labios de Misty esta vez con mayor longitud y más pesadez.

-» «-

Drew se sorprendió cuando ni bien había abierto la puerta esta salió disparada hacia la pared mostrando a la persona que había estado esperando afuera.

May no esperó a que el chico reaccionara y ya estaba parada a su lado. Con paso firme y un gesto fiero en el rostro caminó unos pasos más adentro de la casa llegando a darle la espalda a Drew que aun seguía plantado en la entrada sin entender nada, nadita de la situación.

El peli-verde parpadeó dos veces antes de cerrar la puerta y apoyarse en ella esperando lo que sea que la loca chica fuera a hacer.

May volteó a mirarlo pero se mantuvo callada taconeando con impaciencia, tenía los brazos cruzados y su expresión daba miedo. Las cejas estaban fruncidas hacia abajo en el centro y elevadas en los costados dándole un aspecto diabluno, que ajustaba a la perfección con su boca fruncida hacia un lado.

Contrario a lo que May se proponía con esa mueca en el rostro, su enfado le pareció adorable al chico.

—Te ves linda cuando haces eso con la cara— Reconoció Drew sonriendo afectadamente.

El rostro de May se pintó de rojo al instante. Pero no estaba segura si era por la pena que le había dado por aquel comentario o por la rabia que le causaba que le hablara como si nada.

—¿Crees que vine hasta aquí para que me dijeras eso?— Reclamó exaltada.

—¿Viniste para que te bese de nuevo?— Movió el cabello con arrogancia. May retrocedió dos pasos.

A la pobre casi se le va el aliento con aquella propuesta. Al menos quedaba obvio que Drew no le era indiferente al tema pero la frescura con la que se lo tomaba era intimidante pues ella no podía hacer lo mismo

—!No, tonto!— Chillo moviendo la cabeza de un lado al otro como loca. Drew rió ante esta acción, era tan divertido, ella era tan divertida.

—¿Entonces?— Preguntó mirándola fijamente para desgracia de May que en cualquier momento volvía a temblar como hoja —¿Segura que no quieres que te bese de nuevo? Bah, es una lástima— Comentó sarcásticamente tratando de que no se notara que ese comentario iba en serio. Escondiendo su propio deseo bajo palabras aparentemente superficiales.

La castaña tragó duro e inspiró fuerte.

Se acercó a él, ante su mirada confundida y comenzó a reclamarle golpeando su hombro con el dedo índice.

—!Me puedes explicar que rayos hiciste esta tarde, eres un idiota!— Drew chocó con la puerta sin saber como reaccionar ante ese repentino y radical cambio de actitud de la chica. También estaba algo mareado puesto que una onda de calor le había subido desde el estomago hasta las extremidades. —!si te piensas que soy una de tus amiguitas, estas muy mal. Además creí que había quedado bien clarito el hecho de que tengo novio! Hablando de eso…— Inspiró agitadamente —!¿Por qué rayos me reclamaste eso?! ¡No soy nada tuyo como para que me exijas eso! ¡Eres un loco!— Las quejas e insultos de May pudieron seguir por mucho pero en un movimiento rápido y preciso Drew la tomó por la muñeca, de la misma mano con la que lo estaba agrediendo físicamente, y la volteó para que quedara apoyada contra la puerta.

La respiración de May sufrió varios paros e irregularidades cuando cayó en cuenta de que sus cuerpos estaban de nuevo a esa escasa distancia, disfrutaba nuevamente de aquella intima cercanía y eso la mareaba.

Aun sosteniendo su muñeca la apoyó en la puerta a la altura de su cabeza y sintió como May tembló ante esta acción.

Una vez más, y sin saber porque, Drew sintió el impulso de acercarse más a su rostro y besar nuevamente aquellos enloquecedores labios. Y estando en la posición en la que estaban no le costaría nada hacerlo. Además a pesar de estar escudriñando minuciosa e intensamente su rostro no veía vestigio alguno de que ella lo detendría. No lo detuvo esa tarde; al contrario le siguió la corriente y, se atrevía a aventurar, ella lo había disfrutado tanto como él.

Se acercó a ella sintiendo su fuerte respiración en su rostro y se encontró a si mismo disfrutando de la ansiedad de la chica. Sus labios rosaron los suyos dándose tiempo y espacio para hacer ese beso aun más anhelado.

El pecho de May subía y bajaba de manera irregular. Oía la respiración de Drew y la sentía ahogarse en su boca. La llenaba de desesperación el hecho de que estuviera jugando con ella tocando su boca sin terminar de besarla. En un movimiento impulsivo, propio de ella, llevó la mano que tenía libre al cuello del chico estirándolo hacia ella, cerrando el espacio entre ambos.

Más familiarizados con el contacto prosiguieron con mayor naturalidad, como si encajar perfectamente.

Era definitivo que este beso era más tranquilo pero no por eso perdió la pasión que incendiaba sus entrañas. Ambas bocas se movieron aun un ritmo suave y riguroso.

Y era obvio que él quería más. Anhelaba mayor intensidad, mayor soltura y mayor terreno a conocer. Fuera cual fuera la situación, y su relación, él no dejaba de ser un chico.

May sintió la mano de Drew presionar con mayor fuerza su muñeca pero el dolor que provocó no fue lo suficiente para apaciguar esa llama que crecía en su interior.

Pero el ruido del teléfono sí.

Se separaron mirándose sin entender lo que habían hecho. Un teléfono seguía sonando pero ni siquiera sabían de quien era. Cuando el sonido cesó May saltó, justo como esa tarde, pero no pudiendo retroceder lo empujó.

—De nuevo…— Murmuró para sí misma. Por muy feo que le pareciera ese chico la volvía loca —¿Por qué hiciste eso?— Exigió tratando de estar lo más lejos posible.

—Eso debería preguntarte yo a ti. Tú me besaste esta vez— Le aclaró un poco ido.

May parpadeó nerviosa y miró a los lados buscado algún lugar donde esconderse —Bue… bueno entonces… estamos a mano— Titubeó.

—¿Deberíamos hablar de esto?— Preguntó Drew incomodo recibiendo inmediatamente un movimiento negativo de la cabeza de May. —¿Nos sentamos?— Ofreció sin saber que más decir.

—Bien— Dijo lentamente aceptando la invitación y habiendo perdido la noción de la realidad momentáneamente.

Ambos se sentaron en el sofá en el que antes había estado Drew, estaban alejados mirando al frente sin saber que hacer o que decir. Muy incómodos.

Drew estaba seguro que la maldita boca de May lo volvía loco. Un sentimiento horrible le viajaba por las venas con el solo pensamiento de que ese Gary podía besarla así.

—¿Cuántos chicos has besado?— Preguntó repentinamente haciendo que la castaña se tambaleara en su sitio.

—Dos— Respondió automáticamente. El chico la miró con una ceja levantada con incredulidad.

“No espera un minuto genio, besaste a Drew también” Se dijo así misma.

—Tres— Corrigió al instante.

—!Santo ho-ho May! Besas como una profesional ¿Y esperas que crea que solo besaste a tres chicos?— Dijo con suspicacia y sin atisbo de confianza.

—Contando contigo— La fuerza de su argumento duró poco menos de tres segundos en los cuales, cuando meditó las palabras que acababa de decir, se tapó la boca con la mano y una expresión de suma vergüenza tiño su blanco rostro. Drew no pudo menos que reírse ante su comentario, pero eso no pareció agradarle.

—Y claro con lo horda de tipas a las que habrás besado ese número te parece corto ¿no? Pero te aclaro que no soy una cualquiera y difícilmente me andaría besando con cualquier chico que se me cruce en frente. A diferencia tuya por su puesto.

Drew elevó una ceja no le hacía nada de gracia que May lo considerara un mujeriego, que no era. Por otro lado sentía una extraña satisfacción al saber que los chicos con los que había estado May no superaban en número a los dedos que podía contar con una mano.

May suspiró sonrojada, esa conversación se estaba saliendo por la tangente. Estaba agotada del drama que representaba, estaba exhausta de tener que tratar con aquel chico sin saber a donde llevaba todo eso y también estaba cansada y dolida físicamente. Antes de aparecerse repentinamente en la casa del chico había tomado una caminata que lejos de despejar sus cabeza había sobrecalentado sus neuronas, es de ahí que a poca conciencia había decidido ir a exigir respuestas al chico. Aunque obviamente las cosas no habían salido como había planeado.

Que la besara una vez más había resultado lindo pero no era tan lindo el pensamiento que atormentaba a su cabecita. ¿Qué significaba todo eso para él? Es decir, ella lo quería, contra su voluntad pero lo hacía y el hecho de haberlo besado la confundía pues lo más probable era que para él ella solo fuera una más, una entre muchas.

May inspiró fuerte llamando la atención del chico —Entonces… puedo saber… ¿Por qué lo hiciste?— Preguntó lentamente evitando mirarlo a la cara y escondiendo la suya a toda costa.

Drew supo inmediatamente, tal vez fue su acento o simplemente el hecho de conocerla como la conocía, a lo que May se refería.

—Yo… no lo sé— Reflexionó aturdido.

—Oh, Enserio. Vamos dilo— Exigió inconforme con aquella inútil e inservible respuesta.

—Te digo que no lo sé— Repitió con un gesto menos paciente en su rostro. ¿Por qué no le creía? ¿Acaso su palabra no bastaba? Y esa pregunta surgió en su cabeza como una bofetada. No, para ella solo su palabra no bastaba.

—¿Me dieron ganas? ¿Me deje llevar? ¿Quería que cerraras tu boca?— aventuró —No se algo se te tiene que ocurrir— Insistió con terquedad.

Drew suspiró con fuerzas ella no parecía darse por vencida y algo le decía que no lo hacía precisamente porque estuviera buscando un cumplido por sus habilidades con su boca.

“No significó nada para ti” dedujo May con resentimiento.

—¿Me dieron ganas?

—claro, gran respuesta Drew— Murmuró May molesta.

—Tú la pusiste como una opción— Contraataco burlón.

May lo miró inquieta como si esperara algo, algo que el chico no era capaz de saber que era.

—¿Qué?— Dijo el chico intimidado por la actitud inquisitiva de la castaña.

—Estoy esperando a que te disculpes por lo que hiciste— Anunció frunciendo la boca.

—Estas esperando en vano— Avisó sonriendo con petulancia.

—!¿Que?! ¿Ni siquiera eso vas a hacer? No me respondes y ahora no te quieres disculpar— Reclamó parándose molesta.

—Bueno hacerlo sería algo así como faltarte al respeto—Aclaró apoyando uno de sus tobillos sobre la rodilla opuesta.

—¿a qué diablos te refieres con eso?

—Bueno, tú misma dijiste que no debía disculparme sin lamentarlo de verdad. Yo no me arrepiento de lo que hice y tampoco lo lamento así que…—

—!Ay, callate!— Discrepó sintiendo que la furia que viajaba por sus venas fuera reducida a ceniza y tomara su lugar una extraña sensación de nerviosismo mezclado con ¿ternura?

Tomó asiento mirando al lado opuesto de donde se encontraba el chico.

Un trueno sonó a lo lejos seguido del golpeteo del grueso granizo chocando con toda a su paso.

May se sintió triste y decepcionada. No se había permitido así mismo tener esperanza alguna con respecto a Drew pero no había podido reprimir la sensación que le había nacido ese día en el momento que él hizo contacto con sus labios. Una sensación que de principio a fin no había durado mucho pues el peli-verde aparentemente no había sentido nada y tampoco le había importado mucho aquel gesto.

Entonces reflexionó para poder hallar alguna acción, alguna señal que lo haya hecho actuar así. Y ahí estaba.

-//-//Flash back-//-//

—Así que para eso me pediste tiempo ¿Eh? Para ocuparte de tu amiguito como se debe— Su voz destilante de veneno llegó a los oídos de May con un matiz aterrador. Y volteó para verlo, ahí apoyado contra ese árbol.

Sus ojos saltaron atemorizados cuando al observarlo notó su ira y sus labios fruncidos con rencor, gestos que en conjunto era intimidantes.

—Drew— Murmuró odiándose por haber dicho su nombre en ese tono envuelto en nerviosismo —¿De qué diablos me hablas?— Preguntó evitando a toda costa mirarlo a la cara nuevamente.

—¿Qué de que hablo?— Arregló su cabello con mayor agresividad de lo usual —¿Te haces a la tonta o qué?— Preguntó con ese tono sarcástico tan suyo, en contraste con la furia que nacía de su corazón. Por eso, enfadado, se acercó a ella y sin ningún tipo de tangentes le reclamó —Me hiciste arrastrarme por tu perdón como sanguijuela. En mi vida jamás me rebajé tanto por conseguir algo de una mujer y vuelves tú, y a pesar de que al principio me trataste como un pedazo de basura aun así nunca te dije nada porque de alguna manera sabía que me lo merecía. Hice todo lo que quisiste que hiciera, dije todo lo que querías escuchar para mantenerte contenta y ni siquiera eso te bastó. Entonces de repente dices que quieres tiempo para pensar y sin importarte lo que fuera de mí te das la vuelta y te vas con ese pedazo de…— Apretó sus puños e inspiró fuertemente para tragarse el despectivo calificativo que iba a bufar en esa última oración.

-//-//Fin Flash back-//-//

Ahí radicaba el problema ¿no? Y se lo venía esperando, el tiempo que habían establecido había caducado y él estaba impaciente por una respuesta. Tomando en cuenta la reacción del peli-verde era obvio que le molestaba ser puesto después de otras personas así que lo mejor era resolver ese asuntito de una vez por todas para poder seguir con su vida.

Seguramente había pensado que como ahora estaba con Gary ella ni siquiera había pensado en el pendiente inconcluso que tenía con él. Lo hilarante era que ella no había dejado de pensar en ello y por ende no había dejado de pensar en él.

Y probablemente la decisión que había tomado relajara las cosas entre ellos de una vez por todas. Es decir no se había estado rompiendo la cabeza por nada ¿verdad?

—Drew— Llamó —Acerca del asunto que dejamos pendiente…— Dijo ganándose una mirada intrigada del chico —He estado portándome muy mal contigo, probablemente exageré demasiado y sobre-reaccioné ante algunas cosas— Lo miró con una pizca de humor negro antes de seguir —Me gustaría decir que me arrepiento de haberte hecho pasar todo esto pero…—

—Bien. Entendí, disfrutaste de hacerme sufrir. Continua— Dijo un tanto molesto pero manteniendo su postura, una sonrisa arrogante comenzaba a surcar sus labios suponiendo lo que se venía.

—En fin no le veo el sentido a seguir haciendo todo esto, así que…— Se sonrojó volteando hacia su dirección, aun sentada, sus rodillas se ubicaban orientándose hacia él. Un nervioso suspiro salió de sus labios y estiró su brazo en su dirección ofreciéndole su mano —¿Amigos?

Drew la miró con el ceño fruncido con confusión ¿Había una trampa en todo eso? Después de tanto drama, después de todas esas peleas, después de todo eso… ¿Solo le ofrecía la mano de manera amistosa y le brindaba su amistad de vuelta?

Miró su mano y una sensación cálida recorrió lentamente su cuerpo, rápidamente la tomó con la suya temiendo que si no se apuraba ella la quitaría junto con su amistad.

—Bien— Drew sonrió mirándola a los ojos sintiendo alivio y tranquilidad.

—Bien— Coincidió May. Hubo una larga pausa en la que ninguno de los dos supo que decir —Entonces…

—Entonces…— Repitió Drew sin saber que decir tras esto.

—creo que ya es hora de que me vaya— Anunció May parándose y tomando su bolsa del piso.

—!Espera!— Drew se paró de un salto del sillón deteniéndola del brazo —Está lloviendo, no puedes irte— Dijo con determinación.

—Y que propones— Repuso ella levantando una ceja.

Drew parpadeó dos veces dándose cuenta de algo que antes había pasado desapercibido —Tienes que quitarte esa ropa— May saltó en su lugar mirándolo como si estuviera loco acto seguido se puso roja y lo pisó ofendida.

— ¡Pervertido!

—¡No, no!— Las mejillas del chico tomaron un tono carmesí parecido al de la chica cuando se dio cuenta de lo comprometedoras que sonaban sus palabras y de lo fácilmente mal interpretables que resultaban. —Estas mojada, si sigues con esa ropa te vas a resfriar— Aclaró sin posar el pie en el suelo a causa del dolor.

May tenía la respiración un poco alterada y tenía las venas hirviendo por lo que de todos modos no habría sentido si su ropa estuviera mojada. Llevó una de sus manos a su brazo, el mismo por el que Drew la había detenido, y ciertamente comprobó que lo que el chico decía era cierto. Luego traslado sus manos tanteando su ropa y patentizó que efectivamente toda su ropa estaba mojada.

—Me cambiaré al llegar a casa.

—Si sales ahora es totalmente seguro que te enfermes— Replicó molesto.

—No tengo otra opción— Reclamó tratando de no perder la paciencia.

—Pues te quedas— Puntualizó totalmente decidido.

A May se le congeló la sangre de un momento a otro y la cara de sorpresa que tenía en esos momentos habría hecho reír a un ciego. Drew rió por lo bajo tratando de no molestarla pero sin poder evitar hacerlo.

—Mi auto se quedó sin gasolina esta mañana así que no te puedo llevar a tu casa y esperar a un servicio de automóviles en estas condiciones es inútil estoy casi seguro de que están tan ocupados que mandarían un taxi mañana así que te quedas aquí hasta que pase la tormenta— aclaró con tranquilo sarcasmo.

—!Pe..pero eso podría ser hasta mañana!

—Hay varios cuartos disponibles— Dijo alzando los hombros con indiferencia —A no ser que quieras dormir en el mío, conmigo por supuesto— propuso con cinismo.

—Si quieres que esta amistad dure será mejor que te guardes tus comentarios para alguien más… no te tomes tantas confiancitas— Advirtió muerta de vergüenza.

Drew rió con el mismo cinismo que antes.

—Bien como quieras— El chico la miró y sonrió imperceptiblemente ante su facha avergonzada que a cualquier costo trataba de disimular bajo una mueca de fingida molestia que torcida por sus emociones terminaba siendo solo una mímica de lo más graciosa —Sígueme— Ordenó halándola por el brazo sin siquiera esperar una respuesta.

Drew prácticamente la arrastró hasta un dormitorio que quedaba en el ala opuesta de donde quedaba su dormitorio. Era un dormitorio grande con un enorme armario y una cama de plaza y media y demás artefactos. Tras haber entrado el chico abrió el armario y comenzó a hurguetear dentro de él.

—Drew… ¿Qué haces?— Preguntó May con curiosidad.

—¿Qué va ser? Busco algo para que te puedas cambiar.

—Y exactamente… ¿dónde estamos?— Volvió a preguntar con la misma curiosidad.

—Hum este cuarto es de mi madre… se queda aquí cuando ella y papá se pelean— Replicó con sarcasmo —Lo cual, tomando en cuenta el tiempo que pasan en esta casa, es casi siempre. Creo que ni conoce el cuarto que se supone debería compartir con su marido— Rió con amargura.

May sintió una sensación fría que cayó en su estomago en seco. Se mordió la lengua deseando no haber tocado ese tema pues sabía que tras la actitud indiferente de Drew a él siempre le había afectado hablar de sus padres.

—Ya veo. ¿Pero en está mal sacar las cosas de tu madre?

—Créeme no le importará— aseguró restándole importancia —Es una compradora compulsiva, compra cosas que después ni siquiera usa.

—!Vaya! ya veo cual será el futuro de Dawn— Murmuró divertida. Parándose detrás de Drew y observando la cantidad de ropa colgada que aun llevaba las etiquetas puestas.

—¿Dawn? Tu amiga de cabello azul que acosa a Paul ¿No?

—Sip

—Así que Paul tendrá que conseguirse un buen trabajo para cumplirle a su noviecita sus caprichos— Comentó con ironía. May rió.

—Ya lo creo.

“Tomando en cuenta que se queda a dormir” La mente de Drew sonrió con malicia mientras sus manos seleccionaban con seguridad una pieza que estaba doblada en un rincón.

—Esto— Dijo Drew. Habiendo sacado un camisón de satén verde oscuro y acto seguido se lo lanzó a May.

La castaña lo atrapó con facilidad sintiendo la ligereza de la tela al hacerlo. Bastaba con sentir su peso para saber que era demasiado liviano para usar con un clima así y de paso en la casa de Drew. Levantó una ceja extendiéndolo frente a ella y entallándoselo superficialmente, notando así el primer gran inconveniente.

—¿Es enserio, Drew? Es muy corto— Le reclamó —Probablemente mueras por verme con esta… cosita miniatura— Levantó ambas cejas con un movimiento rápido —Pero mejor ni lo sueñes— En su voz viajó una nota de amenaza —¿sabes qué? ¡Muévete!

Lanzándole el vestido de vuelta pasó por su lado tratando de encontrar por su cuenta algo más apropiado.

May abrió uno de los cajones teniendo la suerte de haber encontrado la gaveta donde la madre de Drew guardaba todos sus pijamas.

—A tu madre le gustan estos vestiditos ¿no?— Comentó la chica gimiendo. Drew sonrió con sarcasmo.

—!Que mala suerte tienes!— Objetó con burla.

—!Callate! ¿Quieres?

—!Esta!— Exclamó May con alivio tomando entre sus manos una blusita rosa pálido y unos pantalones cortos a juego. No era exactamente lo que hubiera usado en presencia del chico pero era lo más decente que había logrado encontrar —Y esto— Dijo tomando un salto de cama similar al que tenía en casa.

—Buh no eres divertida.

—Te dije que cerraras el pico— Recriminó golpeándolo en el hombro.

—!Auch! joder May los años te han vuelto más violenta— Dijo sobándose el hombro con fingido dolor. La chica le echó una mirada amenazadora y él suspiró —Así que… ¿Quieres quedarte en este cuarto o prefieres otro?

—Eh… La verdad no me gustaría quedarme en este cuarto— Drew la miró con curiosa diversión ante el gesto de desagrado que se había pintado en el rostro de May —Bueno puede que a mitad de la noche venga el monstruo de la ropa a matarme— se justificó ante el gesto inquisitivo de su acompañante.

Una carcajada de Drew no se hizo esperar. Cada estupidez que se le ocurría a May… era simplemente hilarante.

May trató de hacer una mueca de disgusto pero terminó riéndose con él.

—Ya enserio, es el cuarto de tu madre… Suficiente ya es con usar su ropa— Aclaró un poco incomoda.

—Bueno, en ese caso sígueme.

Y avanzado un poco el camino May notó algo que le puso los pelos de punto.

—Espero no me estés llevando a tu cuarto— Comentó con molestia habiendo notado el camino que tomaban sus pasos.

—Ya quisieras— Las cejas de Drew se alzaron con diversión —Pero no— aseguro parándose a dos puertas de distancia de su habitación —Aquí te quedaras, este es uno de los cuartos más cómodos de esta casa, espero que agradezcas las molestias que me estoy tomando contigo.

—!Bah! ¿Ahora debo estar agradecida? Prácticamente me estas obligando a quedarme creído… Solo porque no tengo ganas de pelear— Farfulló mirando a un costado.

Drew inspiró mucho aire para evitar reír —Sabes que me encantaría quedarme aquí para pelear contigo… pero ya has estado mojada mucho tiempo y no quiero que te enfermes así que entra ahí y cámbiate de una buena vez— Ordenó tomándola de los hombros y empujándola al interior del espacioso dormitorio tras haber abierto la puerta.

—!Oye quien te…!— Pero antes de seguir escuchando las quejas de la chica tomó el picaporte y cerró la puerta dejándola gritar sola dentro del cuarto.

Él rió más divertido que nunca.

Giró bajo su propio peso y se dirigió a su cuarto.

-» «-

“Es tarde… si le digo a Misty que no ha llegado se va a preocupar, Misty preocupada no es divertido… pero si le digo a Gary va enloquecer y Gary gruñón no es lindo ¿Qué se supone que debo hacer?”

Suspiró pesadamente antes de volver a mirar su celular apretando en el acto la tecla que mandaba al contacto directo con el teléfono de May.

Y una vez más no contestó.

“¿Y si algo malo le pasó?” Pensó aterrada “Mejor voy a buscar a Misty ella sabrá que hacer.”

Pero pisando la línea que separaba su habitación del pasillo, justo debajo del marco de su puerta su celular vibró sobre su cama. Y como si le hubieran puesto piedras calientes en los pies Dawn saltó dentro del cuarto tratando de agarrar el teléfono para contestarlo con rapidez, pero tal era su nerviosismo en esos momentos que el teléfono se le resbalo varias veces de las manos como si fuera una barra de jabón.

Y pues sí, si había algo que le ponía los pelos de punta era el saber que el bienestar de sus amigas estaba en riesgo… esto producto del trauma que le había dejada su tormentoso pasado. Aun así situaciones que no podía tener bajo control, como esta, o en la que no podía contar con nadie más, como esta, la perturbaban y le desequilibraban un poco la cabeza.

Porque nunca dejaría que sus preciadas amigas (aquellas chicas que le habían brindado tanto confort y cariño justo cuando creía que todo estaba perdido) resultaran lastimadas. Porque si alguien sabía lo que era perder a una amiga era ella. Y no volvería a pasar por eso. La última vez no había podido hacer nada… pero ahora las cosas eran diferentes.

Y por supuesto con toda su mala experiencia sus pensamientos solo podían dirigirse a alguna catástrofe ¿Y si alguien había secuestrado a May? ¿Y si había tenido un accidente? ¿Y si…?

—Hola ¿May?— Contestó esperando no sonar loca si resultaba ser otra persona —!Ay, por Ho-ho me tenías preocupada!— Reclamó intentando no subir la voz para no alarmar a sus amigos en caso de que estuvieran cerca —!Mira la hora que es…! ¿Ayudarte? ¿En qué?— Durante unos segundos hizo silencio asimilando lo que May le decía —¿Enserio?... bueno si, además aquí se armaría un revuelco. No te preocupes yo me encargo… Sip, tu solo mantente a salvo ¿bien?... Si, si lo tengo bajo control, cuídate bye.

Inspiró una gran bocanada de aire asegurándose que el aire llenara sus pulmones antes de soltarlo y recibiendo en el proceso una placentera sensación de alivio.

—Bueno, al parecer es hora del Show— Se dijo a sí misma.

-» «-

Miró fijamente el techo.

Se sentía cansado pero no podía pegar un ojo sin volverlo a abrir al rato, aun así sus flojos pensamientos perdían nitidez con cada parpadeo pero su consiente parecía querer jugarle una mala pasada pues con cada mínima pizca de somnolencia venía un pensamiento inquietante el cual, dado su grado de agotamiento, olvidaba inmediatamente después de que surcara los recovecos de su cabeza.

Un trueno estrepitoso sonó con tal agudeza que pareció cercano.

“May le teme a los truenos” Fue el superficial pensamiento que cruzó su consiente.

Pero al parecer este pensamiento fue más fuerte que los demás pues no solo no se disipó al instante, sino que también hizo que su cuerpo reaccionara y sus ojos que habían estaba a una pulgada de cerrarse se abrieran con un atisbo de exaltación.

Suspiró.

Probablemente lo que más le estuviera incomodando era el saber que había alguien más en esa enorme casa.

Pues, si. Estaba tan acostumbrado a estar solo que la más mínima presencia lo hacía sentir incomodo (Dora, la ama de llaves no contaba, ella era tan sigilosa como un fantasma), pero a la vez la soledad a la que estaba acostumbrado le quitaban el sueño algunas noches, noches como estas.

Se sobresaltó un poco al oír el sonido de la puerta al abrirse pero inmediatamente reconoció los ligeros pasos de una mujer deduciendo que era May. Decidió que como no podía dormir y aunque no sabía porque había decidido entrar a su habitación a esa hora él iba a aprovechar la oportunidad para hacerse la burla de ella.

Haciéndose al dormido disfrutó del sonido ligero de sus pasos descalzos en combinación con su constante respiración.

—Estas despierto Drew no juegues— Aseguró parándose frente a su cama.

El chico hizo una mueca pero sintiendo curiosidad por su repentina aparición se sentó en su cama.

—Seriamente Drew ¿Sin camiseta?— protestó sin expresión en su rostro en el acto se agachó cogiendo una camiseta botada en el piso y lanzándosela.

—Y bueno no esperaba visitas— Dijo sonriendo con sarcasmo. Se coloco la camiseta en cuanto ella se la entregó —Así que… ¿A qué debo el honor?— Replicó levantando una ceja —Oh, espera te arrepentiste y al fin si decidiste dormir en mi habitación— Aventuró burlonamente.

—No seas idiota… en realidad no puedo dormir me…

—Te dan miedo los truenos— Concluyó sin dejar que la chica continuara y al no recibir respuesta de ella supo que estaba en lo correcto —Algunas cosas no cambian.

—¿Cuál es tu escusa?— Dijo dirigiéndose a la ventana.

—Bueno una loca decidió irrumpir en mi habitación al filo de medianoche.

—No estás acostumbrado a la gente, estas, más bien, acostumbrado a estar solo de noche ¿Me equivoco?— Expuso sin aparente duda.

—No es que tu presencia me moleste… es solo que es la costumbre supongo— Dijo dejando en claro que la chica tenía la razón, esta vez.

Miró hacia la ventana, el paisaje que se extendía ante ella no viajaba más allá de la cortina de agua que choreaba por la ventana en cuya espalda se extendía una capa de niebla producida por la lluvia.

Genial.

Gimiendo suavemente en protesta se abrazó así misma tratando que el calor no se escapara de su cuerpo era una noche fría al fin y al cabo.

—Ven aquí te vas a congelar— Invitó corriéndose a un costado de su cama ofreciéndole el otro lado disponible.

May hizo una mueca ante esto pero tenía mucho frío como para rechazar la invitación. Al llegar a su lado el mullido colchón deformó su forma bajo su ligero peso. Drew la miro un poco atiborrado y una ligera sonrisa se estiró en su rostro.

Lo extraño de la situación que había tomado forma en menos de un día los confundió a ambos bajo un manto de silencio juicioso que se levantó después que ambos se vieron cubiertos por las mantas. En definitiva, no era una situación normal. Más tomando en cuenta que si alguien les hubiera dicho que terminarían bajo el mismo cobijo hace un par de semanas ambos hubieran coincidido en que era imposible.

Por la misma cause era, que, ahora a pesar de estar interiormente satisfechos no dejaban de sentir una frío incomodo recorrerles la espina dorsal. Pues llegando a ser más objetivos, cosa que su actual estado de catatonía interna no les permitía, llegarían a la sencilla y bien dicha conclusión de que los amigos normales no dormían juntos… dormir en un sentido netamente literal por supuesto. Pero de ahí llegaban a la misma conclusión: ellos seguían sin ser amigos normales, nunca lo fueron del todo y nunca lo serían. Lo que se rehusaban a ver era la razón de esto que era más nítida que si les hubieran golpeado con un martillo en la cara. Y es que habían sentimientos más potentes que en una amistad normal.

En el caso de May esto era más que un hecho y ella lo sabía, estaba consciente de que se trataba e intentaba suprimirlo a cualquier costo, aunque situaciones como esta daban merito claro a que no lo conseguía por más que lo deseaba.

Pero con Drew era un caso totalmente diferente y no es que sus acciones corroboraran con sus pensamientos que le exigían no llevar su relación más allá de la amistad con la castaña, mismos que le aclamaban que la quería como solo una amiga; pero incluso así, incluso si su cabeza le decía mil y un veces que ella era solo una amiga su corazón trataba de tomar las riendas del asunto y en resultado de su lucha interna terminaba concluyendo que era su amiga más valiosa, la más importante y a la que más quería y que por sobre todo estaría dispuesto a jugársela por ella en cualquier situación sin dar cabida abierta o cerrada a duda cualquiera. Siempre lo más importante.

Pero entonces surgían momentos, pensamientos rápidos y pasajeros que su intelecto no podía controlar y quedaban impresos en su inconsciente, cambios hormonales que lo electrizaban y lo llenaban de desconcierto, impulsos irreprimibles que lo empujaban a acercarse a ella de una manera que no debería. ¿Qué era todo eso?

Siempre la había querido y siempre la querría. Lo que no era capaz de ver era magnitud de aquel sentimiento.

—Oye Drew— Lo llamó la castaña con un tono suave y, se atrevía a decir, dulce —Yo… no te he preguntado qué has estado haciendo estos años ¿Es que no piensas contarme?— Por un momento Drew fue apañado por los recuerdos toscos e irrelevantes de esos años.

—Nada importante— May notó el movimiento de su cabeza que se meneaba acompasadamente con sus palabras —A… a decir verdad… las cosas no fueron las misma desde que te fuiste, nada tenía mucho sentido si tu no estabas conmigo— Confesó ladeando el rostro con vergüenza.

May sintió una cálida sensación viajarle por el estomago. Aquella sensación era casi tan cálida como la mano que Drew había colocado sobre la suya con suavidad.

Por un momento aquel calor sucumbió ante su frío interno que le clamaba a gritos dentro su conciencia lo mal amiga que resultaba ser. No solo por haberlo hecho pasar una peste antes de finalmente perdonarlo, sino también por el reclamo que su corazón le hacía constantemente. El no lograr ser una buena amiga por estar enamorada de él. En no poder sentir los mismos sentimientos fraternales que suponía él tenía hacia ella.

—Yo también te extrañe mucho Drew— Ella volteó para verlo. Ahí sentado a una corta distancia se mordió el labio inferior ante su mirada afligida —Desde la primera vez que te disculpaste conmigo tras haber llegado de nuevo a esta ciudad… la forma en que me miraste me hacía caer en cuenta de que estaba siendo bastante grosera y que en mi afán de protegerme afectaba mis modales de una manera basta —Ella hizo un gesto de dolor con el cejo fruncido en una desgarradora desesperación, Drew apretó su agarre sobre su mano — Debes entender que solo quería evitar salir lastimada una vez más y que volver confiar en ti significaba volver a ser vulnerable ante aquello que tanto me lastimó. Aun así debo confesar que me sentí terriblemente mal, porque desde un principio, aunque yo no lo aceptara, tu demostraste arrepentimiento y aseguraste que querías ayudarme, debo también decir que no creí que pudieras ayudarme de ninguna manera porque tu presencia me lastima… —Un escalofrío viajó por el cuerpo del chico transmitiendo su temblor hasta la mano May, quien dándose cuanta de esto rectificó inmediatamente— me lastimaba mucho. Pero fue después de hablar con Misty y con Blue que me di cuenta de que estaba maximizando el asunto a límites que no te concernían y que por ende no resultabas ser activo en ellos. Te culpé por cosas que tu no tenías la culpa y en las cuales no pudiste haberme ayudado… Fue por esas mismas estupideces que en un principio te somaticé como el villano de todo este drama. Nunca debía hacerlo. Te hice pasar un mal rato qué, a pesar de lo que pasó hace cuatro años, no te merecías. Por eso, me disculpo— Lo miró a los ojos carente cualquier sentimiento salvo arrepentimiento —Perdóname Drew— Pidió con la voz cortada por la emoción

Drew escudriño su rostro bajo la escasa luz que provocaban los rayos, reconociendo en los rasgos a la pequeña May que lo hacía sonreír. Después de tanto tiempo era capaz de reconocer aquel gesto inocente y sincero que pintaba su rostro y era el único en el mundo capaz de deslumbrarlo.

—Tu no me debes una disculpa— Aseguró apoyando su mamo libre en la mejilla de la castaña —A pesar de que tu creas que no merezco tal castigo por lo que hice, por lo que te hice hace años, en realidad me merecía algo peor— Una sonrisa amarga surcó sus labios —Tu… no sabes lo basura que me sentí después de eso, yo lastimé a la única persona que realmente se preocupaba por mí— El fantasma de una mueca afligida brillo en su rostro mientras los ojos de May crecían incrédulos —Por eso nunca me rendí, necesitaba tu perdón, no solo por la culpa como tú siempre creíste, sino porque quería de vuelta a la única persona que importa en mi mundo— La miró con congoja —Hubiera pasado esto y más no solo porque sabía que merecía un castigo sino también por ti. En realidad fuiste muy poco severa conmigo— sus ojos se encontraron en un suspiro notando como el pulso se les aceleraba y las palpitaciones perdían contabilidad.

Tan inmersos en sus sentimientos y en el ambiente tan asquerosamente sentimental que se había creado ninguna fue capaz de notar que esta no era una conversación de amigos; que los gestos y acciones rebasaban los límites de una simple amistad.

Porque haciéndolo; May tendría que aceptar que sus sentimientos por Drew nunca se modificarían y su ideal de una amistad, pura y netamente una amistad no era más que un espejismo que nunca llegaría ser pues ella nunca lo querría solo como un amigo, ella anhelaba una relación de mayor magnitud con él. Y Drew tendría que dejar de pensar con la cabeza y darse cuanta de una vez por todas que era ella, May, la que hacía reaccionar a su cuerpo, la que elevaba sus palpitaciones a mil con tan solo una sonrisa de aquellos labios tan hermosos, la que llenaba su corazón de un sentimiento desconocido pero extraordinario que solo ella le dejaba conocer.

Pero en cada palpitación una voz le gritaba que deje de ser tan ciego que todo lo que ella le hacía sentir tenía un nombre: Amor.

Cada palabra de su boca lo cautivó con una hipnotizarte entonación desconocida. Hablaron de cosas triviales hasta que ella vencida por el cansancio cayó dormida. Y con los ojos cerrados, la respiración rítmica y bañada por la oscuridad su rostro ganó un porte aun más angelical, Y en esa presencia tan netamente irreal fue que Drew por primera vez se planteó el posible y cada vez más evidente hecho de estar enamorado de ella.

Enamorado de ella.

Amarla.

Ese era… el deseo oculto de su corazón.

Un anhelo que en Drew comenzaba a aceptar como una realidad.

.× ▬▬▬▬▬▬▬▬ ×.

Kya!!! Muajuajaja xd y así chicos es como nos acercamos más al final de esta historia….

…….

Nia, ¿Me creyeron? Jaja Ni de broma falta un centenar de capis xd jaja. El 2beso de este capi no estaba programado pero mis dedos me ganaron y bueno me pareció que quedaba bien xd Y ¡Uf! Vaya que me quede con los dedos ensangrentados de tanto escribir pero creo que valió la pena… en fin COMENTEN ¿Por qué? POR QUE ESTA HISTORIA SE VA A PONER CADA VEZ MEJOR y porque me gustan los comentarios xd (Escribo más rápido con posts) Jojo se me van a sorprender. Bueno eso es todo gente linda!!! Bye (Ven como si hay mucho contest? Nia estoy emocionada, antes, me voy a tardar un poco con los siguientes capis… estoy re atareada!!!

Pd:Estan obligados a escuchar esta canción o a leerse la letra porque al igual que el la canción del capi “Taken by stranger” que es el la canción piloto de TODO el fic (Nya más que todo el video) o la canción “Blind” explica en la letra misma los sentimientos de May esta canción explica los sentimientos de drew, LEANLA.

LETRA CANCION UNDISCLOSED DESIRES

Spoiler:

LETRA CANCION TRADUCIDA UNDISCLOSED DESIRES

Spoiler:

VIDEO UNDISCLOSED DESIRES


Undisclosed desires

:O Que lindooooooooooo!!!!!!!

Enseri me encanto el capy!!!!

Me pregunto, que habra hecho Dawn!!?? xD De seguro una pasarela con TOODAAA su ropa por toda la noche xDDDDD

Bueno, me da tristeza Gary, encerio, fue mi primer enamoramiento en pokemon, pues no puedo decir que estta taan feo, pero prefiero a Drew xD

Bueno, espero la conty, Chaoo ^^

Oh Dios vaya que todo esto fue magnífico e impresionante a la vez. Tú conti me encanto demasiado, me dejaste con mucha intriga con lo que pasaría mucho más adelante, en muchas de las partes, no solo de May y Drew, si no también de los demás. Espero que lo sigas pronto >w<

woooow!! te quedo fabuloso los dos besos sobre todo,espero que haya mas besos,y que por fin esten juntos

… La bruma se movía al ritmo del
viento, de su respiración acompasada, de la de ellos que había sido cortada
antes de ver la luz de la vida, luz que en esos momentos no podía estar
presente ya que el cielo estaba cubierto por pavorosas nubes grises. Ella solo
podía oír su propia agitación en aumento, caminando en medio de tanta opacidad.
Caminó despacio, cuidadosamente, tratando de no caer. No sabía en donde se
encontraba, solo sabía que las nubes en el cielo parecían concentrarse más y
más, sumiéndolo todo en una oscuridad cada vez mayor, solo quería… ¿Morir?
Muerte…


Unas lápidas, muchas de hecho, comenzaron a
aparecer ante sus ojos, miles de ellas, miles de nombres que al rozarlas con
los ojos tenían una peculiaridad… ella había escuchado esos nombres. Un
sentimiento de culpa le aprisiono el pecho con crueldad cuando cada dos por
tres volteaba la vista para encontrarse con un nombre familiar. Hasta el final,
la última de ellas en medio del camino. Era blanca y labrada graciosamente en
mármol se trazaban con letras cursivas dos nombres unidos por un mismo destino,
las flores adornaban los alrededores.


—Papá, mamá— Dijo una voz femenina
ahogando un sollozo. Su garganta vibró sin poder llamar sus nombres.


Intentó acercarse, pero mientras
lo hacía unas gotas de sangre comenzaron a caer sobre la lapida. Se tapó la
boca con una mano para no gritar cuando el blanco del mármol comenzó a volverse
de color rojo, sangre… la sangre brotaba de la piedra… Las lágrimas se
aglomeraron en sus ojos antes de verse súbitamente disparadas cuando las flores
que rodeaban aquella sangrienta zona
fueron tragadas por el fuego que las incendió…


—Incluso ellos… incluso a ellos…
todo por tu culpa— Murmuraba una voz en su oído pero no había nadie cerca. Negó
con la cabeza frenéticamente no sintiéndose capaz de mencionar ni una sola
palabra mientras intentaba retroceder en el laberinto de lápidas y la sangre
comenzaba a caer sobre ella —May, May.


Finalmente, gritó sin control
presa de la locura…



—May… May…
¡May!


Una voz la
estaba llamando y fue la única que pudo sacarla del pánico. La castaña abrió
los ojos dándose cuenta que estaba retorciéndose contra las cobijas de la cama
y que Drew estaba cerniéndose sobre ella con sus manos atrapadas en sus muñecas
evitando que le arañara el rostro.


Drew se
había asustado de aquella mueca en su rostro cuando la llamó, era como si no
pudiera separar la realidad de sus pesadillas.


Siendo
consciente de su entorno y del chico que estaba con ella comenzó a llorar de
modo inevitable, jamás sus pesadillas habían sido tan vívidas.


Sintió como
las manos de Drew alrededor de sus muñecas se tensaban ante su reacción
llorosa, deslizándose hasta capturar su mano acariciando en el acto el torso de
la misma con fuerza tratando de que el temblor de su cuerpo cesara.


—No me
dejes— Pidió ella notando el calor de los brazos de Drew aprisionando sus
hombros con la mayor gentileza que sus movimientos, de ella, se lo permitían.
Ella lo necesita en ese momento, para que ahuyentara a sus fantasmas.


—¿Qué
estabas soñando?— Susurró intempestivamente.


—Nada— Le
respondió ella. Terca como era. Los brazos del chico la apretaron suavemente.


—Cuéntame—
Insistió.


—Muerte…—
Comenzó a murmurar —Sangre… fuego y… lapidas—


Su mano
derecha que había estado acariciándole las puntas del cabello se detuvo
tensamente.


—¿Qué?— Le
preguntó con la voz curvándose con una entonación que May no era capaz de
reconocer.


—El olor a
muerte— Rememoró May sin la conciencia suficiente para captar la pregunta de Drew.
Finalmente pudo calmarse, en todo ese tiempo no escuchó una sola palabra de la
boca de él. Casi como si comprendiera que lo que necesitaba para que la
abrazara no para que tratara de consolarla con palabras suaves y bonitas que al
fin y al cabo no ofrecían muy buen consuelo, al menos para esas pesadillas. En
todo ese tiempo manifestaban los abismos
azules de May cuando abrió los ojos


—Yo… yo… lo
siento— Murmuró sofocando un nuevo sollozo, porque, volviendo a la conciencia
notaba lo paradójico de la situación. Él no debería presenciar una reacción así
de ella y ella no debía estar ahí. Ambos completamente fuera de lugar e
ilógicamente encajando perfectamente en ella.


—Tranquila,
todo está bien— Pero nada estaba bien. Él lo sabía, lo supo desde el momento en
que es frágil cuerpo que se encontraba al lado suyo comenzó a inquietarse
haciendo físico lo que había en su inconsciente, y lo confirmó cuando al
revisar ojos azules encontró el más profundo terror en ellos. No estaba bien y
era tan simple como eso.


Por
supuesto no ayudaba nada las palabras que le siguieron al llanto, que por la
entonación desolada, hacía que se le oprimiera el corazón. Sintiendo un
sufrimiento tan hondo como el que ella manifestaba con cada lagrima que
escapaba de sus ojos.


Nunca le
había gustado verla llorar, y era peor en ese momento porque desconocía las
palpables razones de aquella pesadilla que la había atormentado hasta el punto
de conseguir una reacción así en la pobre muchacha.


Se limitó a
callar, teniendo muy presente que cualquier palabra que abandonara sus labios
solo lograrían alterarla; y, aunque no fuera así, no lograría crear grandes
resultados. Esto completaba el hecho de que no tenía nada para decirle.


Acunó a May
en sus brazos de manera que su cabeza encontrara reposo cómodo en pecho y
dejando que el sueño tranquilo, que ella parecía estar buscando, la llevara
nuevamente a descansar. Esta vez libre de pesadillas.





—Estoy
enamorado.


Fue la
inesperada, totalmente inesperada confesión que derramaron los labios de Ash
ese lunes, cuando ni bien se había acercado a sus amigos.


—¿Qué?
Haber Ash como es eso— Exigió Drew un poco cabreado de que lo sacara de sus
profundos pensamientos, tan profundos como los ojos de cierta castaña que era,
en realidad, el punto céntrico de todo lo que se le pasaba por la cabeza
últimamente.


—Es
coordinadora. Y es hermosa— Manifestó Ash con aire soñador.


Inevitablemente
Drew no pudo evitar asociar la coordinación con la única coordinadora que, para
él, valía la pena. La primera que se le venía a la cabeza en realidad. La única
chica que se le venía a los pensamientos para… todo. Fue por eso que una mueca
de desagrado se le dibujó en el rostro al instante, el pensamiento de que Ash
estuviera hablando de… ella hacía que una calor arrasador se le acumulara en
los puños y en la cabeza.


Ash no lo
notó embobado en las imágenes mentales que no abandonaban su inexperta
cabecita.


Lo que
ninguno de los dos notó, ensimismados en sus propios sentimientos y
pensamientos, fue la ceja severamente levantada de Paul que exigía
silenciosamente al otro entrenador que siguiera contando sus idioteces, que por
su bien no incluyeran a cierta peli-azul en todo ello.


Ambos,
entrenador y coordinador, miraban a Ash rebosantes de ansiedad.


—Se llama
Charlotte— Ambos oyentes amainaron la primera reacción que la declaración del
morocho había producido en ambos. Por otro lado era intensamente interesante el
tema por el que se dirigía la conversación. Primaba el hecho de que fuera nada
más ni nada menos Ash el que haya dicho algo así.


—¿Charlotte?
Si es coordinadora no debe ser tan buena. Nunca he escuchado de ella— Meditó el
peli-verde con aplomo.


—¡Oye!
¡Ella es muy buena, la mejor!— Reclamó, defendiendo al supuesto amor de su
vida.


—¿De dónde
te sacaste a esa chica? No la conocemos— Comentó Paul restándole verdadera
importancia al asunto.


—Bueno fue
el sábado en la tarde cuando fui a buscar a pikachu al centro pokémon, tuvimos
una batalla y me ganó.


Paul soltó
una carcajada cargada con burla.


—¿Eso… es
todo?— Cuestionó Drew con una expresión en el rostro que denotaba pena y
vergüenza ajena “Que idiota es Ash”


—No por
supuesto que no— Contestó Ash sin inmutarse por la reacción de sus amigos, y es
que los cables los tenía bien cruzados desde que conoció a esa espectacular
pelirroja —Ayer salimos a tomar un helado. No puedo dejar de pensar en ella—
Reconoció distraídamente.


Drew se
sintió, de una manera muy vaga, identificado con esta última declaración del
morocho. Y es que desde aquel viernes… o prácticamente sábado no había podido
sacarse de la cabeza a May. Aquel día se le había cruzado por la cabeza el
poder estar enamorado de ella; y desde entonces la idea había crecido sin
control en su interior.


Todo era un
caos en su interior, un desastre que no dejaba de hacerlo vulnerable ante ella.


Y es que no
solo era irreal haber dormido con ella, era más irreal aun haberse acostumbrado
a su calor en tan poco tiempo. Pues las dos noches anteriores había extrañado
la textura de su cuerpo y la calidez de su piel. Era estúpido tomando en cuenta
que solo había dormido con él una vez, una mísera vez; y que no habían hecho
nada, absolutamente nada aparte de dormir. Lo de la pesadilla era tema aparte.
Un tema que lo llevaba a una discusión diferente con la misma conclusión.


Si, esa
noche él había tenido el placer de ver su miedo. No era que el hecho de que
ella tuviera miedo tuviera algún efecto de alegría en él, era porque así, solo
había podido buscarlo a él para que la rescatara y eso implicaba el contacto de
los dos, ese contacto por el que agonizaba ahora, ese mismo que en determinado
momento no había representado algo tan significativo más que un abrazo. Y
diablos que ahora deseaba poder abrazarla, tenerla cerca… como si no fuera
suficiente que estuviera presente en su mente todo el maldito tiempo quitándole
la concentración de todo lo demás.


Superficialmente
había escuchado la conversación de Paul y Ash, hasta que Paul cansado de
escuchar sus idioteces sin sentido decidió irse.


—Joder—
Murmuró ensimismado, ganándose la atención de su compañero —¿Qué tienen esas
coordinadoras?


—Lo sé, son
como una droga— Comentó Ash.


—Te
desconcentran todo el tiempo.


—Lo peor es
no saber si tu también le gustas— Ash hizo una gesto y chasqueó la lengua.


—¿Coqueteó
contigo?— Preguntó Drew tratando de ser de ayuda para el despistado chico. Ash
hizo unos gestos y el peli-verde entendió que el chico no sabía cuando era una
chica estaba coqueteando… es más dudaba que conociera el significado de la
palabra —¿Jugó con su cabello? ¿Te tocó por “casualidad”? ¿se te acercó más de
lo que debía? ¿Pestaño como si se le hubiera entrado una basura al ojo?— Dijo
tratando de ser más explicito.


Ash colocó
un dedo bajo la barbilla como si esta acción lo ayudara a concentrarse mejor.


—Aww, creo
que no le gusto. Hubiera sido mejor no haberla conocido, estoy comenzando a
volverme loco.


—Si te
entiendo, todo está bien un día y de repente no puedes de dejar de pensar en su
cabello castaño y sus bonitos ojos azules y cuando la vez no puedes evitar
mirar como mueve sus labios y la forma en que camina.


—Si… un
minuto Charlotte no tiene cabello castaño… ni ojos azules. Es pelirroja de ojos
verde oscuro— Reflexionó Ash con desconfianza.


—No es el
punto Ash— Dijo volteando su sonrojado rostro —Haz algo bueno por t¡ mismo y
deja de pensar en ella. Basta de chicas, no pienses en ellas. Solo te
desconcentran, son malas para tu salud.


—¡Si!... me
sonrió ¿Eso vale como coqueteo?


—¡Basta de chicas!—
Bramó decidido.


—Hey, Drew—
Lo llamó una dulce voz, detestablemente conocida —Oye solo quería…


—!Estoy
ocupado!— Habló sin mirarla a la cara, parándose apresuradamente y
desapareciendo del lugar velozmente.


—Yo solo
quería… ¿Qué diablos le pasa?— Preguntó desconcertada señalando el lugar por el
que el chico había desaparecido de manera titubeante.


—Estoy
enamorado— Comentó Ash haciendo que la castaña lo mirara con ojos grandes de
incomprensión y confusión ¿Qué tenía que ver eso con ella, y qué tenía que ver
con que Drew se fuera de esa manera?


—Ok— Dijo
lentamente dando un paso atrás esperando escapar rápidamente —Me alegro por ti.


—Si, Dicen
que las personas enamoradas son las personas más nerviosas.


¿Qué? ¿Por
qué demonios le decía algo así?


—Ok.


—Sip, ¿loco
no?


—¿Sabes?
Ya… ya me tengo que ir— Anunció ella desapareciendo en el acto.





Caminó en
círculos hasta que se mareó. Y es que las cosas estaba tan de cabeza que no
sabía que más hacer. ¿Qué había hecho esa endemoniada castaña con él?


Endemoniada,
si endemoniada. No se arrepentía de decirlo… o de pensarlo. Así era porque sí.
Por más dulce, tierna y hermosa que fuera la muy endemoniada había hecho algo
con él no había de otra. Superando, a conciencia, el haberse arrastrado por
ella, por su perdón en términos más específicos, algo muy impropio de su
persona… ¿Qué ahora se iba a arrastras por ella nuevamente? ¡Al carajo con eso!
¡No! ¡No! ¡NO!


Y de nuevo,
¡NO! Con lo difícil que había sido conseguir su perdón no podía darse el lujo
de pretender algo más con esa loca. Además… ¡¿Cómo demonios había llegado a la
conclusión de que estaba enamorado de ella?! No había absolutamente nada que lo
probara. El haberla besado dos ocasiones no significaba absolutamente nada.
Como si no hubiera besado una chica antes. El sentimiento, sin nombre, de
posesividad… ¡Bah! Nada importante solo estaba cuidando a una amiga, si eso.


Pero los
recuerdos de aquel beso le quemaron las entrañas y la necesidad se filtró por
su boca con desesperación. Y la sangre hirvió en las venas a fuego vivo, ahora
más que antes, recordando la cercanía entre ese desgraciado y May. No. Ni las
imágenes mentales podían soportar.


Esto era
una tortura que le cosía el alma con exasperante lentitud.


Sin más tomó
el teléfono móvil de su pantalón y marcó sin inmutarse por nada.


—Hey, oye
tengo que verte… Creo que estoy enloqueciendo— Espetó sin mesura a través del
auricular.





—Misty—
bramó cuando al fin dio con ella —¿Puedes decirme qué coño contigo?— Exigió,
estaban solos, frente a frente sin lugar donde escapar ni amiga a la que
recurrir. La había atrapado en un, figurativo, callejón sin salida.


La cólera
la inundó, más se mantuvo de pie, callada, inalterable. Y es que ¿Qué se creía
ese idiota? Como si tuviera el derecho de reclamarle algo, de acercársele
cuando le diera la regalada gana. Con lo que le estaba costando superar el
asunto para que ese lerdo viniera a reclamarle algo.


—Nada, ¿Y
contigo?


Gary
inspiró con la misma fuerza con la que desechó el aire. Con violencia envuelto
en un sonido seco. Exento de la paciencia que lo caracterizaba.


—Ya me esta
hartando, ¿Por qué rayos actúas así?— Replicó con rudeza.


—Por nada.


Con el dedo
medio y el pulgar apretó el puente de su nariz tratando de encontrar la calma
que se negaba a regresar a su persona. Misty podía ser verdaderamente
exasperante.


—Y por nada
te escapas de mi cada vez que me ves ¿Crees que me trago eso?


—No sé. Y
te aclaro que no me escapo de ti, debería estarte yendo a un buen psiquiatra
esos pensamientos paranoicos no son normales, y por ende no son buenos para tu
salud Gary— Explicó con una media sonrisa de falsa gentileza que mantenía en
los ojos cerrados un sentimiento de procacidad.


Gary dudó,
¿Paranoia? ¿Eso era?


Si, Misty
era una persona muy manipuladora, cuando la situación lo requería.


—No es eso—
Negó firmemente, cualquier barrunto de duda desapareció de su superficie. La
pelirroja chasqueó la lengua “Pinche molestoso” pensó con desgano —No son
tretas de mi imaginación, no me lo estoy inventado Misty… algo tienes y te
rehúsas a decírmelo. No estas obligada a contarme pero no me embarres en tu
lodo, deja de hacértelas pagar conmigo o seré yo el molesto ¿Vale?


Su postura
era firme y se notaba su fastidio incorporado. La chica se sintió cortada por
una navaja, eso era lo que le faltaba. No, si su vida era perfecta y con esto
más, bien dicho con todo el sarcasmo del mundo.


—Si, si.
Cosas de chicas ¿ok? Nada contigo— mintió con expresión gatuna.


—Bien. Pero
si vuelves a tener estos ataques menopáusicos procura hablarlo con May o Dawn
¿si? No queremos que se vuelva costumbre desquítate conmigo— Una media sonrisa
sarcástica destiló con burla sus labios. Esa acción representaba que quería
dejar de lado todo lo malo y envolverlo en un poco de humor errático.


Gary…
grandísimo hijo de…


—Seguro.




—Por cierto
Dawn muchas gracias por lo que hiciste el otro día.


—Si, no hay
problema… En realidad fue divertido Gary y Misty resultaron ser fáciles de
engañar— Rió desinteresada.


—Como tú
digas— habló May sin mirarla, se llevó el capuchino a sus labios disfrutando
del sabor.


—¿Y cómo
era eso de que estabas con Drew?— Su boca dibujó una sonrisa pícara cuando May
casi atragantándose con su café comenzó a toser.


—Cálmate
nadie te está juzgando mujer— Pero poco sirvió de ayuda aquel comentario dado
que la castaña seguía tosiendo haciendo unos ademanes con las manos—¡Bah! Si
cada día están más locas que yo— Murmuró para si misma, sus labios jugaron con
el borde del envase plástico de su frappuchino, aun en la espera de que la
castaña reaccionara.


Pero no lo
hizo, la cara se le tiño de rojo en un santiamén a causa de la falta de aire y
una sensación dolorosa recorría su garganta desgarrándola por dentro.


—!Ay por
Arceus, te estás ahogando!— Chillo frenética dándose, finalmente, cuenta de lo
que en verdad pasaba y que el silencio de su amiga no era intencionado.


Sin saber
que hacer o a quien llamar, puesto que se encontraban solas en su casa, Dawn
hizo lo único que se le ocurrió en ese momento.


—Kya,
¡Dawn! Voy a tener un morete en la espalda por tu culpa— Acusó con voz ahogada,
su respiración aumentó su ritmo tratando de recuperar el aire del que había
estado privada.


—!Lo
siento! Fue lo único que se me ocurrió— Replicó a la defensiva, dando dos pasos
atrás.


Y es que el
brillante intelecto de Dawn no servía bajo presión y habiendo olvidado
cualquier conocimiento en primeros auxilios optó por darle un monumental, y a
simple vista, doloroso golpe en la espalda a su amiga consiguiendo que la chica
tragara en seco la burbuja de aire que se había formado en al tráquea, la misma
que le obstruía la respiración y casi la mata de asfixia.


—Será mejor
que busquemos un paliativo te va a dar un cólico de la rabia— Aseguró Dawn con
la voz temblorosa. La expresión de May se curvó en una asesina antes de hablar.


—No Dawn
¿Enserio?


—Perdón.


—Bien pero
solo porque me ayudaste el otro día, que hablando de eso no te debo ninguna
explicación sobre el temita con Drew.


Dawn viró
lo ojos, chasqueando la lengua y cruzando los brazos con ofensa en el acto.


—No eres
divertida— Aseguró lacónicamente. Una mueca de fastidio atravesó su rostro en
una oleada.


—No busco
serlo querida, no quiero ser un payaso.


—!Ush! pero
si una bruja— Dawn bajó los brazos de golpe apretando sus manos en dos puños. May
rió burlona observando cómo los cachetes de su amiga se inflaban con hastío y
se teñían de rosado pálido.


—!Bruja tú!—
Le espetó desafiante, un enojo infantil e inmaduro se crispó en su expresión de
la misma manera que de Dawn.


Los ojos de
Dawn se entrecerraron con exasperación.


—¿Por qué
no me quieres contar lo que pasó con Drew?— Zapateó haciendo berrinche, levantó
los brazos colocando sus manos en sus cabellos imitando el ademán que hace la
gente cuando se tiran de los pelos, pero obviamente ella no arrancaría ni un
perfecto pelo de su hermosa cabecita, pero eso solo demostraba cuan teatrera
llegaba a ser, esta realidad no camuflaba por completo una actitud, o la falta
de una, en su persona. Dawn carecía de paciencia.


—Te lo
hubiera contado, pero ahora que me dejaste ese morete en la espalda olvídalo.


—No fue mi
culpa… me quedé en blanco— Explicó mirándola suplicante. La curiosidad la
estaba matando —Porfa, porfitas ¿Si? Dale, ¿Acaso no confías en mí? No seas
malita— Imploró juntando sus manos frente suyo, sus ojos crecieron brillantes
de expectación.


May suspiró
vencida —Bien, pero no le contaras a
nadie ni lo que te cuente ni como casi me mato con el café… es
vergonzoso.


—!Yey!—
Celebró alzando las manos y saltando.


La castaña
se encogió de hombros. No pensaba contarle todo con lujo de detalle de todos
modos, solo hechos, no sentimientos… y tampoco todos los hecho.





Frotó sus ojos con el dorso de su
mano. La luz intermitente de su laptop frente a él estaba comenzando a agotar
su paciencia.


—Voy a matar a Dawn cuando la vea—
Murmuró, para sí mismo, con fastidio —¿Qué le habrá hecho?


Una vez más presionó el botón de
“reset” esperando que esta vez el aparato prendiera con normalidad.


Una vez más no funcionó.


Suspiró agotado cerrando la laptop y
dejándola sobre el escritorio. Se dirigió a su cama y se recostó, una mueca de
fastidio se trazó en su rostro.


“May es dulce, es cariñosa y es
hermosa ¿por qué no me siento completo?” Pensó hastiado consigo mismo “Mi
relación con ella… parece un engaño. Siempre me gustó May porque era una forma
de estar cerca de Melody. Son tan parecidas” Se mordió el labio presa del
rencor que le producía tener esos pensamientos. May se merecía algo mejor que
ser comparada con Melody “Pero no es
hasta ahora que noto las diferencias entre ellas ¿Acaso hice todo esto porque
creí que eran iguales? ¿Me enamoré de May porque la imaginé como Melody?” Una
de sus manos vagó por su rostro atormentado por pensamientos que por más que
resultaran ser verdaderos eran dolorosos y le provocaba una sensación de vacío
profundo. “Soy un monstruo” Abrumado se sentó en su cama. La castaña ya había sufrido
suficientes decepciones y él se rehusaba a pertenecer a la lista de personas
que habían defraudado.





—Oye Blue—
La llamó una voz conocida, se dio la vuelta un poco alarmada —¿puedo hablar
contigo?— Ella quería escarpar, le era doloroso enfrentar algo así sin desmoronarse. Pero aquella mirada triste
y suplicante en los ojos de su única amiga se lo impidieron y decidió
sobreponer el bienestar de su amiga sobre las batallas que se libraban dentro
de ella cuando recordaba la relación de la castaña con Gary.


—Seguro—
May se sentó junto a ella en el pequeño muro que se anexaba con las gradas —¿De
qué quieres hablar?


May inspiró
con más fuerza de lo usual —Mi relación con Gary… no está yendo bien— Reconoció
bajando la cabeza con culpa. Sentía que la relación no estaba funcionando por
sus sentimientos por Drew, lo cual era verdad, pero no era la única razón. Habían
otras causas intermediarias en esa conflictiva relación. Blue,
inconscientemente, abrió los ojos con intriga y se acercó más a ella dispuesta
a escuchar con lujo de detalle cada palabra que saliera de su boca, sin embargo
algo lo tenía bien en claro, el hecho de que para May la relación no estuviera
funcionando no significaba que para el castaño las cosas fueran iguales.
Tampoco significaba que por un milagro divino repentinamente Gary le prestara
atención.


Blue
aguardó en silencio sabiendo que la quietud estimulaba a May a hablar. Extrañamente había descubierto eso acerca de
la castaña tras la primera conversación que habían tenido, también podía
asegurar que May comenzaba a trabarse con las palabras si la presionaban cosa
que no haría. Cosas de amigas.


—Besé a
Drew— Confesó repentinamente con el rostro descompuesto de una forma
increíblemente agraciada. Parecía, por otro lado, asustada de su propio
comentario. Como si de alguna manera hubiera cometido un pecado imperdonable —O
más bien el me besó primero— Rectificó avergonzada. Sus cabellos cubrieron
parte del sonrojo pero ahí estaba. Su amiga la castaña la miraba con el asombro
derrochándose por cada uno de sus poros —No puedo dejar de pensar en él y eso
hace que me sienta terriblemente culpable cuando estoy con Gary. No puedo
contárselo abiertamente ni a Dawn, ni a Misty y eso temo que se sientan
decepcionadas de mi. Pero guardármelo para mi sola me esta matando. Me hace
sentir tan…


—Frustrada—
Afirmó tras ser testigo de la indecisión de May para decirlo.


—Si, eso—
May la miró desesperación cautiva dentro sus ojos azules.


Blue
suspiró concentrándose en buscar un buen concejo como amiga, netamente como
amiga. No como amiga a la que le gusta el novio de la amiga.


—Escucha
May— Habló sin mirarla a la cara, con el tono más comprensivo y gentil con el
que las palabras lograban rozar su garganta —Si estas con un chico y estas con
otro ¿Qué te parece lo más correcto?— Levantó su vista encontrándose con la
mirada confundida de la otra castaña. Apoyó su mano sobre la de May tratando de
transmitirle un poco de calma que parecía estar buscando.


—¿Dejarlos
a ambos?— Aventuró incomoda.


—No.
Deberías replantearte tu relación con Gary, es él quien puede salir lastimado.
Además pienso que harías bonita pareja con Drew— Aseguró sonriendo
abiertamente. Su actitud animada desestabilizó un poco los cabales de May quien
envuelta en su dilema no lograba encontrar la gracia al asunto —¿Te digo algo,
aquí en confianza?— El tono confidente de Blue hizo que la otra castaña
esbozara una sonrisita corrida. May ladeó la cabeza con curiosidad y su mirada
de expectación respondió a la pregunta antes que su asentimiento enérgico —Drew
ha estado muy celoso últimamente— Dijo Blue con gran animo, pero contrario a su
buen humor a May le dio un escalofrío antes de casi caer del muro, para su
suerte su amiga reaccionó rápidamente y la sostuvo del brazo.


—Yo…—
Vaciló endeblemente —No puedo dejar a Gary.


—No puedes
seguir en una relación con él si no lo quieres. Lo lastimaras— Le reclamó
levantando una ceja que estéticamente se veía perfecta pero que demostraba
disgusto. Ella no era la persona que más conociera al castaño pero sabía que no
se merecía una elación carente de amor.


—Sé que
tienes razón. Pero ¡Rayos! Tengo tanto que pensar— Se quejó atolondrada.


—Ya lo creo—
Esbozó una sonrisa amigable silenciosamente animándola a elegir bien. El hecho
que sea su amiga no significaba apoyar cualquier mala decisión que tomara, más
al contrario se sentía en la obligación de hacerla inclinarse por Drew, que era
a quien, a toda luz, quería. Eso, efectivamente significaba que debía terminar
con Gary, pero no lo hacía con un fin egoísta de tener a Gary libre para ella
sola. Su inclinación por esa opción no tenía nada que ver con Gary, solo
trataba de ser una buena amiga. Bueno tal vez también tuviera que ver con Gary,
pero solo un poquito. Pero era por ser una buena amiga, sobre todo era por ser
una muy buena amiga.


Blue le dio
un codazo juguetón que chocó con ligereza en las costillas de May haciéndola
reír por las cosquillas producidas antes de saltar como gato cayendo de pie,
como gato.


May se
despidió con la mano sin pronunciar palabra alguna, la cálida sonrisa que le
brindaba era sincera. Y es que le alegraba tanto haber encontrado una amiga
como ella, una amiga que, además de ser animosa, no tuviera nada que ver con el
asunto del espejo. Además, en ese momento, le relajaba haberse sacado un peso
de encima y descubrió que hablar con Blue le hacía bien, ella era buena
escuchando problemas.


—¡Oye May!—
La llamó a una distancia considerable, en la cual tenía que elevar la voz para
ser escuchada —!No lo olvides, piénsalo bien!— Aconsejó curvando sus manos
alrededor de su boca con el fin de que aumentara la claridad de sus palabras y
subiera el tono de su voz. Sonrió y la saludó con la manos antes de voltear y
continuar con su apresurada caminata.


May sonrió
moviendo su mano hasta que la vio fuera de su vista.


—Así que tu
eres la famosa May de la que tanto he escuchado últimamente— Una voz elegante
se levantó a sus espaldas haciendo que May se tensara. La escena de algún modo
resultaba ser un deja vú. Pero era obvio que esta vez no se trataba de Blue.


¿Ahora
quien podría estar escuchando sus conversaciones?



LETRA CANCIÓN

Spoiler:

LETRA CANCIÓN TRADUCIDA

Spoiler:

VIDEO

the carpal tunnel of love

WIIIIII primera en comentar!!! jijiji

WOW primero que nada te digo que tu fic esta mas bueno y mas enredado que la novela de las 9 XDDD

nah vale mentira pero si me intrigaste bastante

por cierto son ideas mias o Paul y tuvo un pequeño lapsus de posesividad y celos con cierta peliazul que yo conozco??? diganme chicas fui la unica que lo noto? y lo mismo va con Drew aunque eso es el pan de cada dia en tu fic XD

y hablando de mi peliverde favorito CON QUIEN SE VA A VER EL MUY CONDENADO!!!!!! MAS LE VALE QUE NO SEA A OTRA PORQUE SI ES ASI MI LUGIA ESTARA ENCANTADO DE PRACTICAR SU PUNTERIA CON EL!!!!! (se ve en el fondo detras de Malla a Lugia empezando a cargar el aerochorro)

asi que estas advertido Drew mucho cuidadito!!!

y con esta advertencia (o amenaza como quieran llamarla) me despido hasta el proximo capi aqui te espero

see you later my friend!!!!

Santo Cielo!!!

Kyyyaa estuvo HERMOSA la contyyy!!!

Me encanto Amiqaa!!!!

Se me hace un nudo en la garganta con Gary.. T-T

Ahh pobre May, sus pesadillas no son normales.... O.o

Ash esta enamoradoxDD El muy Idiota aun no sabe que Misty existe xD

Bueno, espero la siguiente conty Kendra.

Chaoo ^^

.× ▬▬▬▬[» Alone in the dark «]▬▬▬▬ ×.

—Así que tu eres la famosa May de la que tanto he escuchado últimamente— Una voz elegante se levantó a sus espaldas haciendo que May se tensara. La escena de algún modo resultaba ser un deja vú. Pero era obvio que esta vez no se trataba de Blue.

¿Ahora quien podría estar escuchando sus conversaciones?

Dando la vuelta con una velocidad vertiginosa, que después le causó una fuerte presión en la cabeza, encontró a la persona dueña de aquella voz.

Era alta y esbelta con un rostro hermoso y una sonrisa amable y confidente, una actitud que desbordaba los límites de la cortesía social. La miraba como si la hubiera conocido de toda la vida.

Al parecer la misteriosa mujer notó la duda impresa en sus ojos y esbozando la más enigmática sonrisa que May en su vida había visto se sentó a su lado sin darle aparente importancia a que su fino saco blanco terminara ensuciado.

—Soy Solidad— Se presentó sin dar de rodeos, aliviando internamente a la castaña que no tenía ganas de preguntarle nada —Soy amiga de Drew— aclaró sorprendiendo a la castaña.

May abrió los ojos de par en par antes de levantar la ceja con confusión marcada en ella.

—¿Amiga de Drew?

—Si, y si fue él quien me habló de ti— Respondió a la primera pregunta aclarando, de paso, la pregunta muda que expresaban su mirar. —Fueron buenas cosas— Dijo cuando una nueva mirada suspicaz inundó su mirar.

—¿Por qué…?

La mayor entendió que la castaña pretendía saber porque el peliverde le había platicado sobre ella y se adelantó a contestar dado que la chica parecía incomoda al no poder terminar su pregunta.

—No lo sé— Replicó en un suspiro —Siempre me ha hablado de ti, desde que lo conocí sobre el escenario. Pienso que eres una persona muy importante para él. Y supongo que estas consciente de ello— Los ojos de Solidad refulgieron con un brillo cómplice que combinado con su pequeña sonrisa pícara sacaron un sonrojo en las mejillas de May.

¿Acaso le habría contado a esa chica sobre lo que había pasado entre ellos?

De ser así eso significaba que tenía que ser de gran confianza para Drew que, por la naturaleza de su carácter no solía compartir cosas tan intimas con cualquier persona.

—Él nunca te ha mencionado.

Solidad rió grácilmente —No tendría porque hacerlo, es una persona muy orgullosa.

—Y que lo digas— Coincidió May alojando una sonrisa fina en su rostro.

La pelirosa miró a la otra chica de reojo “Drew siempre la ha descrito como si ella fuera un ángel, dudo que se lo diga de frente, sin embargo si menciono algo como eso y Drew se entera seguramente se molestará mucho conmigo” El rostro inexpresivo fue rápidamente cambiado cuando su risilla leve tintineó en su cabeza “Además si lo nombro seguramente May también estará muy aturdida” Pensó sin apartar sus ojos confianzudos de la chica que estaba sentada a su lado.

—¿Sabes? Hace solo unos momentos estaba hablando con él— May dio un respingo ¿Acaso él estaba merodeando en las cercanías? —Fue raro, pues parecía bastante alterado cuando hablamos hace un par de horas— Confesó cerrando los ojos.

—¿A sí?

—Si y mucho— May no pudo evitar notar un aire de suficiencia que rodeaba a Solidad en todo momento —Usualmente soy yo la que se comunica con él, o como es más frecuente nos encontramos pero mera casualidad de vez en cuando. Pero recibir una llamada suya realmente me sorprendió— Explicó con la mirada perdida en el cielo —Cuando nos encontramos y platicamos un poco entendí porque se encontraba tan tenso— aseguró mirándola una vez más, sus ojos brillaron de manera enigmática.
La castaña apretó los labios y frunció el ceño sin entender porque esa mujer le estaba comentando todo eso.

—Eres una de las personas más importantes para él— Dijo lentamente. “Aunque él se rehúse a ver la magnitud de esa importancia” Meditó internamente —Sé que lo conoces lo suficientemente bien como para saber que Drew nunca exterioriza sus verdaderos sentimientos pero te aseguro que nunca había sido tan claro, no con palabras, simplemente puedo notarlo en su actitud.

¿y eso qué significaba?

—Lo siento Solidad… pero no se a que te refieres— Reveló apenada.

—Bueno no soy la indicada para decírtelo— Aquella pequeña sonrisa amplió su tamaño y ganó mayor gentileza en el proceso —También ha mencionado que eres una gran coordinadora— Replicó cambiando de tema con sutileza.

—¿Enserio?

—Si, te había dicho que Drew habla bien de ti. Por eso me gustaría tener una batalla contigo si estás de acuerdo.

—!Seguro!— Contestó entusiasmada —¿Eso significa que eres coordinadora también, no?

—Precisamente— Asintió con la cabeza respaldando su afirmativa.

—Mmm pero antes… tu nombre me suena conocido y si eres coordinadora eso significa…— Los ojos de May crecieron con emoción y sorpresa mientras una sonrisa se ensanchaba en su rostro —¡Tú eres la campeona del festival internacional de coordinación de los últimos dos años anteriores y también eres “la suprema coordinadora de Hoen”!— Exclamó con admiración.

Solidad se sonrojó halagada escondiendo su rostro avergonzado en su larga cabellera rosada.

—No es para tanto— Le restó importancia haciendo un gesto con la mano.

—Por supuesto que lo es. Me gustaría ser tan buena como tú— Comentó distraídamente.

—Bueno si eres tan buena como Drew me ha dicho seguro dentro de un tiempo, cuando hayas terminado la preparatoria tendré un rival muy fuerte del que tendré que cuidarme la espalda— Manifestó con aquella actitud suya tan serena y a la vez extrañamente cálida.

Pero May si tenía razones para sentir admiración por aquella joven mujer, al mismo tiempo se sentía halagada de que un comentario de ese calibre fluyera con naturalidad por los labios de aquella extraordinaria coordinadora. Solidad era una persona con una gran trayectoria y de alta calidad, a nivel internacional era temida y respetada por su gran habilidad.

Y es que las reglas en el mundo de la coordinación y así mismo de los entrenadores eras estrictas y bien definidas. La educación básica sobre pokémons era obligatoria, en la cual las personas eran divididas en niveles basándose en la experiencia, talento y la habilidad de desenvolverse sobre el escenario, no así por edad o por oficio (Coordinadores o entrenadores).

También quedaba muy claro que mientras siguieran con su educación y desarrollo de técnicas y habilidades no podía participar de ligas o del Gran festival, sin embargo si podían optar por tener batallas extra oficiales cuando quisieran y en el caso de que se creyeran con la suficiente capacidad, ya sea por ser poseedores de gran talento y habilidad o simplemente por arrogancia, tenían el derecho de retar al “Alto mando”, una rama especial de la “Elit 4”, para ganarse el título de campeón o invicto de cada región.

El “Alto mando” constituye una de las entidades más grandes de cada región, y tienen sus estructuras en la capital de sus respectivas regiones. Dado que es una rama nacida de la famosa y respetable “Elit 4” es la institución formal que tiene por fin otorgar el título de “Campeón” a quien lo merezca. A la cabeza se encuentran el mejor coordinador y el mejor entrenador de cada región haciendo difícil hacerse con dicho título, puesto que quien desee hacerse con este mérito debe retarlos, respectivamente, y resultar vencedor al final de la batalla. Pero para poder siquiera retarlos debe vencer a los otros nueve miembros que conforman esta entidad. Y en el casi imposible caso de resultar victorioso en las, en total, diez batallas (contando con la batalla final con la cabeza, llamados “El supremo coordinador” o “Supremo entrenador”) el título de “Campeón” puede ser portado por el plazo de un año, teniendo que pasar por el “círculo de los nueve coordinadores/entrenadores” (Conformados por los mejores de cada región) y el “supremo coordinador/entrenador” si se quiere conservar el título.

Solo se puede postular para este título aquellos que aun están cursando la educación obligatoria puesto que tras terminarla ya son aptos para ligas, el Gran festival y demás competiciones.

Y valga la redundancia, es muy difícil conseguir dicho mérito. Pero existen casos particulares, tales como en el caso de May, Dawn y Drew, en Jhoto, Shinno y Hoen respectivamente, en el ámbito de la coordinación. Ash y Paul habían alcanzado el mismo título pero en el contorno en el que se desenvolvían los entrenadores pokémon, en Kanto y Shino, cada uno en su región de origen.

Por otro lado, y para dejar claras las cosas, existen academias especiales para los criadores pokémon. Y los futuros líderes de gimnasio cursan la educación obligatoria junto con coordinadores y entrenadores pero tras terminar dicha educación son obligados a tomar un llamado post grado en el que se especializan, con mayor profundidad que en la academia, en el tipo de elemento que representa a su gimnasio. Para optar a este post grado el líder de gimnasio en curso preselecciona a su sucesor ya sea por lazos sanguíneos y por miramiento de potencial, o por demás razones que salen de incumbencia común. Valga remarcar que estos posgrados son personalizados y puede que haya grandes lapsos de tiempo antes de que el actual líder de gimnasio decida retirarse, lo que puede tomar un lapso prolongado de tiempo o solo cuestión de algunos años.

—Supongo que tu título te ha dado fama ¿No May? ¿O debería decirte “Campeona de jhoto”?— Bromeó mirando como los colores se le subían a la castaña —Yo fui la campeona de kanto en mi épocas, y como sabes actualmente soy la Suprema coordinadora de Hoen desde hace algún tiempo, fue así que volví a ver a Drew— La sorpresa recayó en el rostro de la castaña cuando el gesto de profunda admiración y alegría fueron fácilmente reemplazables.

—¿Acaso él…?

—Pensé que te lo había dicho. Fue una de las mejores batallas de mi vida, finalmente debo reconocer que nuestro querido Drew superó mi habilidad y terminó venciéndome— Una mirada emocionada escondía tras de sí la añoranza que producían los recuerdos —Nunca antes me había sentido tan feliz de decir que había sido derrotada, me sentía orgullosa pues el coordinador que había vencido años atrás y que me miró con tanta decisión y desafío volvía a estar parado frente a mí, esta vez victorioso. Eso me motivó a seguir entrenando y fue así que gane el Gran Festival de este año, siendo apta para ir al Festival internacional de coordinación ahora solo me resta prepararme para ir por mi tercer año consecutivo de victoria. Estoy muy emocionada por eso.

—Wau, tal vez yo… deba prepararme más para esa batalla— Comentó un poco cohibida. Sus habilidades eran muy buenas, rozaban la perfección, pero en comparación de alguien tan experimentado como Solidad eso era un gramo en una balanza.

—Bueno, si tú crees que lo necesitas estaré lista para cuando estés lista para enfrentarme. Aun así me gustaría que me vieras como una amiga con todo lo que me ha contado Drew de ti siento que ya te conozco, además pareces tan tierna y adorable que me es difícil no pensar en ti como una hermanita menor— Exclamó entusiasmada, pero manteniendo la calma usual en ella.

—Sería un honor para mí— Asintió con los ojos cerrados y las mejillas coloreadas. El halago que representaba eso era infinito.

—!Genial! Ya me tengo que ir pero como te dije, piensa en mi como una hermana mayor— Recalcó, silenciosamente le pidió prestado el celular, intercambiando números cuando lo tuvo en su poder —Y llámame si alguna vez necesitas algo ¿Bien?

—Ok.

-» «-

El liquido cristalino se filtró por el vaso de vidrio translucido, dos rodajas de limón en la base del mismo otorgaron un único juego cromático al panorama.

—No deberías tomar— Aconsejó una voz femenina a sus espaldas, la frialdad en mezcla con una, casi impalpable, tensión llegaron a sus oídos mientras sentía un sabor amargo y áspero surcarle la garganta, el fuerte olor alcohólico quemó sus fosas nasales en el acto.

—Es solo un trago— Replicó fastidiado.

“Es solo un trago” Rememoró la pelirroja, una voz ronca atormentó sus recuerdos con imágenes claras y vividas de su pasado.

—Además no eres mi madre— Imperó Gary dándose la vuelta desafiante. Pero aquel rostro mordaz fue remplazado por uno pasmado cuando al voltear notó la mirada lejana y el rostro desencajado su amiga —¿Estás bien Misty?— Era una pregunta inconsciente que exteriorizaba su preocupación, y es que no esperaba una respuesta realmente, y no era necesario preguntar de todos modos por que la respuesta era muy obvia. Ella no estaba bien.

Gary dio un paso hacia ella estirando la mano con la intención de conseguir un contacto más pronto. Pero en cuanto la mano del castaño se estiró la chica dio un respingo abriendo los ojos redondos como platos, como si de alguna manera estuviera despertando de un mal sueño, su respiración se tornó irregular y rápida. El castaño contrajo su mano ante la acción de Misty y frunció el ceño mirándola más preocupado, ella había reaccionado como si él hubiera tratado de lastimarla.

—Misty— Volvió a llamar con el tono más conciliador que fue capaz de usar, evitando a toda costa que volviera a actuar como antes —¿Estas… bien?— Cuestionó lentamente sin alterarla.

Misty parpadeó varias veces regresando completamente a la realidad, encontrando frente a sus ojos una escena poco normal e incómoda. Una sonrisa forzada se estiró en sus labios y una fingida actitud de calma camufló su notable alteración.
—Estoy bien Gary. Si me disculpas.

Ante la mirada sorprendida y liada del castaño su amiga dio la vuelta y con rapidez se alejó de la cocina.

Gary no supo si debía seguirla o darle su espació, eso en gran parte de acreditaba a que francamente no entendía nada de lo que había pasado.

-» «-

-//-// Flash Back-//-//

—!El no es mi padre!— Le espetó con rabia.

—!El es mejor que tu padre pequeña malcriada!— Bramó con rudeza una mujer hermosa, su expresión se torció con desprecio. Su mano salió disparada con tal violencia que, si bien no alcanzó el rostro de la niña que la enfrentaba desafiante, estrelló con un jarrón cercano que por el impacto cayó haciéndose añicos al contacto con el piso.

La mujer pasó su mano con frustración por sus largos cabellos dorados soltando un bufido estridente. Abrió los ojos que había apretado con fuerza encontrándose con los ojos de la menor de sus hijas. Ella tenía los mismos ojos de él.

—Él no es mejor que papá— Rugió, unas lagrimas se aglomeraron en sus ojos, cristalizándolos, pero sin caer. Su voz vibró apretada por el profundo dolor que le raspaba la garganta y le oprimía el pecho —!Supéralo, papá no tuvo la culpa de morir!— Un sollozo ahogado infló su tórax —Fue un accidente.

—!Tu padre me abandonó, me dejó sola! Jack no, él está aquí conmigo ¿Por qué eres tan testaruda?— Preguntó con impaciencia. Misty era la más retadora de todas sus hijas. Siempre eran peleas con ella.

—!Jack es malo! Él nos lastima, lastima a mis hermanas— Murmuró perdiendo la calma. Su tono de voz se mantuvo bajo, el dolor y las lágrimas no le permitían hablar.
—!Cállate Misty y vete a tu habitación si no quieres que te haga algo malo!

-//-// Fin Flash Back-//-//

Una almohada golpeó con la puerta con fuerza. Misty se encontraba sentada en su cama con una mueca de rabia sobre su rostro, algo en su interior le quemaba el corazón con dolorosa lentitud. Los recuerdos eran tan tristes.

-//-// Flash Back-//-//

“Piensa en otra cosa, piensa en otra cosa” se repetía mentalmente tratando de alejar todos esos quejidos y lamentos adoloridos que llegaban a sus oídos bajo el silencio de la noche.

Una vez trataba de cerrar los ojos pero el más mínimo atisbo de estar quedando dormida un nuevo alarido de dolor y súplica se alzaba sobre el taciturno ambiente nocturno despertándola, de nuevo. Echada de costado sus lágrimas corrían fluidamente por su rostro mojando su almohada. No podía hacer nada. Intentarlo no solo implicaba violar la seguridad en la que sus hermanas la resguardaban, sino también, probablemente, resultaría muy lastimada. Ella era inútil en esta situación.
Y dolía porque tenía miedo de dormir en su propia casa, en el lugar donde debería sentirse segura ella se sentía sola y desprotegida, para colmo de colmos aquellas alaridos de dolor que nacían en la garganta de cada una de sus hermanas la llenaban de culpa y rabia porque ella se sentía inútil ante lo que pasaba a su alrededor. Nada podía hacer.

Escuchaba sus llantos y sus gritos tratando de amortiguarlos con almohadas apretadas a cada lado de su cabeza, cubriendo sus oídos de en eco que sonaba en su cabeza por más que cubriera sus oídos con el más acolchonado cojín o el más eficiente auricular. En su cabeza siempre resonaban las voces de sus hermanas.

-//-// Fin Flash Back-//-//

Una sustancia salada cayó gota por gota de sus ojos.

Gritos, quejas, llantos, suplicas.

Nunca lo olvidaría.

Cada noche recordaba lo mismo.

Cada noche retumbaban en su cabeza aquellos estremecedores sonidos. El más mínimo roce de sus parpados al cerrarse provocaban el más estridente quejido de la inocente voz de alguna de sus hermanas en su cabeza. El eco de cada suplica aun retumbaba en sus oídos en los momentos de silencio y su distracción traía consigo el más perverso panorama mental que su inconsciente era capaz de crear.

Cada noche era una tortura.

Cada noche era una nueva pesadilla que nunca perdonaba su frágil mente.

Cada noche los fantasmas de su pasado volvían a atormentarla.

Sollozó con fuerza abrazada de sus rodillas. ¿Por qué nunca había podido hacer nada?

Lily, Violet, Daisy.

Tal vez fue una, tal vez fueron dos o tal vez fueron las tres. Nunca lo supo. Nunca lo sabría.

Pero sus bellos rostros empapados en lágrimas aun atormentaban sus breves sueños, cuando lograba dormir, y sus voces aun hacían eco en la quietud de su mente.

-» «-

Sus manos se movieron lentamente como si no deseara hacerlo, aun así, sin poder evitarlo. Su consciente le pedia a gritos que parara pero nada en su interior le obedecía. Un destello de sus ojos brillo compungido y contrariado en un agonizante matiz de desesperación. Desesperación que crecía junto al mezcla amarga de sentimiento que no conocía, que no entendía y de acciones que no concordaban con los mismos de la misma manera que pensamientos que a toda costa trataban de contradecir lo que de momentos vislumbraba la difusa nebulosa que segaba todo aspecto en él.

La amas.Dictaba vehemente su corazón.

Es una locura, es tu amiga de la infancia. Contradecía tercamente su cerebro.

La necesitas más que nada, enloquecerás si no la tienes cerca. Exigían ávidos cada uno de sus sentidos.

Drew apretó un puño con fuerza sobre el teléfono móvil que descansaba sobre su escritorio, el mismo que se rehusaba a tomar en manos y llamar a la causa de sus pesares.

Suspiró con pesadez llevándose, en el acto, los cabellos verdes hacia atrás con un movimiento fluido de su mano.

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-//-// Flash Back-//-//

—¿Donde está mamá?— Preguntó la más pequeña un gesto tosco y desdeñoso cruzó su rostro con fiereza.

No necesitó respuesta vocal, la prueba visual se alzaba ante sus ojos con un intenso sentimiento de decepción y una sensación amarga en la boca que ocultaban bajo su inmutable mirada un desamparo absoluto.

—!¿Por qué la dejaste aquí?!— Bramó desafiante acercándose al cuerpo de su madre totalmente inconsciente en el sofá. Su cara estaba pálida y torcida en un gesto embriagado que le estiraba las comisuras de los labios ligeramente hacia abajo. Sus cabellos rubios estaban opacos y sucios con restos de un polvo blanco que, a pesar de su edad, podía reconocer con algún tipo de estupefaciente. Sus ojos, que debido a la alta dosis de sustancias químicas que viajaban por su cuerpo, se encontraban semi-cerrados dejando ver el iris de color rosa y la pupila dilatada y desorbitada.
Un picor se centró en sus ojos recordando fugazmente la imagen de su madre cuando, al lado de su padre, dejaba ver los ojos brillantes y amorosos y la sonrisa fluida e inconsciente adornaba su hermosísimo rostro en una amplia expresión de alegría y felicidad.

—!Eres un desgraciado, tú le hiciste esto!— Espetó con rabia, recuperándose del estado de trance en que se sumía su mente momentos antes.

Supo que ser tan brusca era mala idea. Más tomando en cuenta que Jack era violento y bajo la influencia de los fármacos, que era su estado actual, la escena siguiente sería violenta y probablemente habría mucha sangre derramada. Su sangre.

—!Estúpida mocosa!— Ladró el hombre entrecortadamente.

Se puso de pie en un movimiento brusco. Su sordo pisotón dejó en silencio y temerosa expectación la mente de Misty cuando su alta forma se alzaba sobre ella dejando relucir el ancho volumen de sus brazos y torso, lo que sabía solo aumentaría la fuerza de los golpes. El corazón de Misty palpitó en sus sienes con un ritmo veloz y que a su paso marcaba la dolorosa presión su desembocado pulso. Sintió unas profundas ganas de arrodillarse en al piso y ponerse a llorar pero no lo hizo. Nunca supo de donde sacó las fuerzas para hacerlo.

Tampoco supo de donde vinieron las fuerzas para levantarse fingiendo el valor que había perdido tras el primer golpe que estalló en seco contra su mejilla. Había proferido un alarido de dolor al sentir el intenso calos estallarle en la cara y por automaticidad sus lagrimas habían estallado de la misma forma cayendo en un caudal grueso de sus ojos que se cristalizaran unívocamente por la valentía que demostraban los mismos.

El segundo golpe vino con mayor ímpetu chocando ásperamente el viril dorso de la mano de Jack contra el frágil lateral de la pelirroja.

La niña se mantuvo en apoyada sobre sus manos sobre el piso, humillada por el hecho de no poder pararse. Sintió que su cara iba a chocar con la superficie dura del piso cuando sus manos temblaron sin ningún control. Sentía la cara calentada por las llamas del infierno, sensaciones de choques eléctricos recorrían dolorosamente las zonas donde el calor se intensificaba. Mareada y aturdida trató de pararse, no podía reconocer nada, estaba muy confundida. Miró una silueta parada frente a si misma e instintivamente se agachó cubriéndose la cara, sintiéndose al instante una cobarde por hacerlo.

Al no sentir golpe alguno levantó encontrándose con su propio reflejo en un amplio espejo. Casi lloró al reconocerse. De su nariz manaba sangre con una fluyente vigorosa y su rostro estaba rojo y lucia hinchado.

Estaba en el pasillo ¿La había golpeado de tal manera de hacerla volar hasta ahí?
Tan confundida estaba que no fue hasta que escuchó una riña acalorada que no volvió en sí. Cojeando y apoyada en la pared llegó nuevamente a la sala para observa la causa de que aquel hombre no la siguiera golpeando hasta matarla.

Impotentes se encontraban Lily y Daisy que observaban con gestos asqueados, enojados y desafiantes al hombre que inmóvil observaba el filo cuchillo con el que Violet lo amenazaba.

—!No la toques a ella, nunca más te atrevas a pegarle!— Bramó la peli-rosada con vehemencia.

—Hermana— Murmuró para sí. Pero su presencia se hizo notoria. Su hermana rubia volteó hacia ella llenándosele los ojos de lágrimas al instante al ver la imagen lastimera que su pequeña hermanita presentaba.
Sin evitarlo corrió hacia ella sin deparar en nada abrazándola lo más delicadamente que su emotividad se lo permitía.

Pero aquella escena fue el detonador. Distraída Violet aflojó su apretón en el mango del cuchillo y Jack al sentir menor presión el cuello. Arrebatándole el arma de forma brusca, no solo marcó una línea recta de sangre en el rostro de la hermosa Violet si no también lo lanzó lejos para que ninguna pudiera volver a empuñarlo. Él no necesitaba más armas que sus dos puños y su ira.

Después todo fue tan rápido.

—!Lily lleva a Violey al cuarto!— Comandó autoritaria Daisy. La peli-rosada corrió hacia su hermana quien ahogando sus gemidos y su llanto se paró rápidamente.
La rubia abrazó a Misty acunándola como su madre nunca lo hizo.

El pasillo no era tan largo, pero Jack no era lento. Antes de alcanzar cualquier pomo y encerrarse en un cuarto el hombre estampó con gran fuerza a Lily y Violet contra el espejo que cayó en pedazos junto con los cuerpos inconscientes de las dos hermanas.

—!Monstruo, déjanos en paz!— Chillo en pánico Daisy. Abrazó a Misty con más fuerza, más que para reconfortar a su hermanita para ganar fuerzas ella misma.

Lo siguiente que Misty lograba recordar era la guerra verbal y brutal entre la rubia y su padrastro.

Después de eso solo sangre. Sangre que brotaba de la cabeza de la rubia manchando sus cabellos y dejando un charco en el piso. Sangre que caía en choras desde las múltiples heridas cortantes de Lily y Violet. Se agachó en el piso meciéndose frenéticamente.

“Muérete, muérete, muérete ¿Por qué no se muere?” Pensó la pelirroja.

—Dilo, di que deseas su muerte y lo haré por tí.

Una fantasmal voz murmuró, la Misty solo podía imaginar una sonrisa siniestra acompañando aquella voz.

—Quiero que esté muerto… quiero que se vaya al infierno.

Una macabra sonrisa fue seguida de la petición. Una sonrisa que lo borró todo.

-//-// Fin Flash Back-//-//

Unas lágrimas gruesas caían por su rostro, tenía tantas ganas de gritar. Sentía que la cabeza le pesaba incluso si estuviera apoyada en la almohada de plumas.

A veces recordaba los ojos de su madre. Lejanos, vacios, profundos. Ella se había ido incluso antes de suicidarse tras la muerte de Daisy. Ella había muerto el día que su padre murió, o almenos su alma y espíritu lo habían hecho.

Una muerte siguió a la otra, y tras la partida de la rubia ella quedó sola. Odiaba a su madre, la odiaba pues por su culpa había tenido que separarse de sus hermanas dejando atrás un pasado irremediable. Un pasado que no podía arreglar y que no paraba de recordar.

Lily y Violet habían sido separadas y llevada a lugares que desconocía. Ignoraba si se habían vuelto a encontrar, pero le abrumaba que no la hayan buscado a ella.

-» «-

Ella enroscó uno de sus cabellos en su dedo hasta cortarse la circulación. Tenía una sensación de molestia en el estomago algo no la dejaba tranquila.

Era un mal presentimiento.

¿Pero de qué? ¿Realmente las cosas podían ponerse peor?

Para empeorar su situación, y aunque no era la fuente de sus males, su relación con Gary no iba a ninguna lado y, por primera vez, se dejó tener la pequeñísima esperanza de que tal vez… Drew correspondiera sus sentimientos.

Esperanza.

Esa palabra que lentamente se había borrado de su corazón, de su pensamiento y, en general, de ella. Ahora comenzaba a refulgir con un brillo estremecedor.

Pero ahí radicaba otro inconveniente. ¿Qué nuevos problemas le traería ese sentimiento ahora que su mundo funcionaba bajo el manto de una constante oscuridad?



Hola gente linda ^^. Lamento si la conty no satisface sus expectativas he estado con una increíble falta de inspiración para este fic, me pone lokita cuando eso pasa xd. En fin este es el pasado de Misty, asi que en los próximos capis esperence los de dawn Gary y May y una sorpresa especial xd. Por cierto me decepcioné mucho al ver solo tres post pero en fin se los agradesco de todo corazón a aquellas que leen y siguen posteando en mi fic es es especialmente para ellas (stef_espeon_12,Larii_Chan y Malla-Selene)por haber posteado en el anterior capi (que me costó horrores hacer) que la siguiente entrega va a venir con un regalo especial para ellas xd (sorpresa más que nada) en fin espero que disculpen la eterna tardanza pero tube problemas con la maquina y tambien de tiempo e imaginaciópn xd.
Pd: Para las que esten leyendo "Bloody game" mi fic a duo con Musae en cuanto pueda traigo la conty y mis disculpas con las lectoras y por supuesto con mi compañera de escritos xd. y las que no estan leyendolo !Lean! no se van a arrepentir.

LETRA CANCIÓN

Spoiler:

LETRA CANCIÓN TRADUCIDA

Spoiler:

VIDEO

Spoiler:

PRIMERA!!!!! wiii gracias por el lindo comentario de verdad gracias

Ahora al capitulo hubiera comentado antes pero estaba en la uni y no podia desde el cell pero aqui llegandito estoy escribiendote

Tan bueno como siempre jiji menos mal que le dije a Lugia que no disparara el aerochorro y que nos aguantaramos un ratico mas a ver quien era la misteriosa persona por suerte resulto ser Solidad (que si hubiera sido otra ya no tendrias pc XD)

Lloré con la historia de Mist de verdad, y al mismo tiempo la admiro soportar todos esos traumas y tragedias y seguir viviendo sin haber enloquecido o algo peor, tanto sufrimiento no cualquiera lo soporta te lo digo por expe propia

Y por otro lado el lindo Drew no quiere reconocer que esta clavado hasta la mísmisima médula de May y ella ya lo está aceptando definitivamente mejor que esa aburrida novela de las 9 XD

Aqui estaré esperando el proximo capi con muchas ansias

Hasta la proxima!

see you later my friend Atte: Malli-Sele

Oh~~~~!!!! POBRE MISTY!!!
Que cruel fue Jack,encerio, por poco lloro.
Drew, enamorado???!!! XD SIIII!!
Gary es alcholico xD Bueno, no
Dawn no aparecio owo xD
Que buena es Solidad xD Yo quiero una hermana asi xD
Ahora solo falta Harley (?
Espero con muuuuchas ancias la conty
Y siempre seguire tu fic Kendra-chan
Chaoo^^

Kendra-chan te pido perdón por no comentar antes pero eh estado algo ocupada (asuntos personales) y no me eh podido conectar v.v

Cambiando el tema… la conti estuvo hermosa… me dio pena Misty v.v que… "negro" pasado tuvo… Jack… si que no tuvo ni la mínima piedad.

Me alegra que May solo se haya encontrado con Solidad tenía miedo de que fuera alguien malo -.-

Espero la conti

SayoO0!!

.× ▬▬▬▬[» Alone in the dark «]▬▬▬▬ ×.

-»Capítulo15: Somebody that I used to know«-

“You can get addicted to a certain kind of sadness
Like resignation to the end, always the end”

A veces cuando todo era un caos a su alrededor su cerebro le regalaba un sueño tranquilo, un intento de auto reconfortarse.

Y no es que las cosas estuvieran en un especial caos. Estaban tensas. Y había una diferencia en ello. Por más de que tratara de hacer encajar las piezas del rompecabezas que se había formado no lo lograba. Y es que no tenía sentido.
¿Enserio las personas, especificando, sus amigos, era tan volubles como para dejarse manejar por sus sentimientos?

No es que no se preocupara por ellos. Al contrario; porque se preocupaba por ellos le molestaba su falta de parsimonia con sus sentimiento. Tan volátiles que el más mínimo atisbo de sensibilidad los alteraba últimamente.

Con ella era diferente. Dawn, la persona menos pensada era una fría calculadora chiquilla. Había aprendido a hacerlo, había elegido serlo. Un intento más por protegerse. ¿Pero cómo proteger a sus amigos de si mismos?

Era claro que Misty cada vez se encontraba más propensa a esos ataque histéricos de rabia violenta que habían nacido con la pérdida de sus hermanas y el recuerdo constante de Jack; mismo que había aprendido a controlar, parcialmente. Hasta que la relación de May y Gary tuvo cabida abierta y con ella un sentimiento de resentimiento en la pelirroja.

Gary estaba más distante ahora de lo que había estado nunca. Parecía pensativo casi como si no dejara de pensar ¿Pero pensar en qué? Dawn no podía adivinarlo. Sus pupilas brillaban. Solo a la luz de dos estímulos. May y Misty. Con May era obvio que pasaba; aunque últimamente había tomado una postura difícil de reconocer con la castaña. Con Misty era otro rollo, y es que entre esos dos había una evidente tensión fundada en el trato que Misty ejercía con Gary.

May estaba en otro mundo. Parecía confundida, culpable, triste, nostálgica ¿Quién iría a entenderla? Era más que evidente que ahora más que nunca estaba sensible al punto de la exasperación, exasperación para los que la rodeaban. Nadie, sin embargo, le mencionaba nada de lo que May aparentemente no se daba cuenta, y es que parecía tan frágil e indefensa que resultaba imposible, o estúpido intentar, enojarse con ella por eso. Gary parecía ajeno a esto, bueno en realidad lo notaba pero como con muchas cosas, él prefería evadir la realidad centrándose en un paralelismo imaginario en el que May no había cambiado en lo más mínimo y esos cambios de estado de ánimo no existía. Aunque; en el fondo Gary debía saberlo, no es fácil ignorar algo así en especial comparando a la May que había llegado, fuerte y decidida, a esta ciudad, con la pobre imitación que se derrumbaba más con el paso de los días. Qué, de alguna forma era la verdadera May, la persona que había sido antes de el destino cruel le cayera encima, antes de que motivada por el dolor decidiera pintarse una máscara rígida, que aunque se la quitara parcialmente con ellos, aun escondía a la, por mucho, vulnerable chica que era y que ahora, después de que esa mascara se desmoronara, se mostraba totalmente expuesta a todos. Misty no podía llegar a siquiera estar enojada con ella, la quería mucho, pero carcomida por los celos su relación con ella se había deteriorado notablemente, no tanto para que Misty se percatara de ello pero lo suficiente para que Dawn lo notara. Y no deseando lastimar a su amiga, a la que había notado frágil pero no había hecho nada para reconfortarla, había arremetido su enojo con Gary, quien, mejor que May, era capaz de conllevar la oscura tensión sin sucumbir ante la presión, como May, según Misty, lo habría hecho.
En realidad el conflicto principal de May era que parecía ajena a sí misma. No se daba cuenta de sus cambios, mucho menos de sus acciones.

Y por último la pobre Dawn estaba metida en ese lio por que sí. Porque lo demás habían decidido enredarla en sus líos. Ahora, para sumarle presión a su cabeza, que suficiente tenía con sus conflictos personales, los demás habían optado por hacerla su confidente. May. Misty. Gary. Todos. Confidente de todos y a la vez de ninguno; es más ya ni recordaba bien cuáles eran las versiones de cada uno.

Las cosas estaban tensas y a un paso de llegar al caos.

Y ella estaba más que cómoda con eso.

Reaccionaba bien a las situaciones de desbarajuste, pues se sentía familiarizada con el caos desde pequeña.

Por eso supo que probablemente esta noche dormiría sin pesadillas.

Miró el techo de su cuarto en la oscuridad, distinguiendo vagamente el tono rosado que predominaba en los pequeños detalles sobre el uniforme color que recubría las paredes. Estiró una mano arriba trazando imaginariamente algunas figuras sin sentido ni orden con la punta del dedo.

Caos.

Una sonrisa surcó su rostro. No era la persona más paciente, no era la persona más sensata, no era la persona más quieta. Pero se manejaba bien bajo el caos.
No era paciente, era intuitiva. No era sensata, sus intenciones, incluyendo su constante actitud exagerada, eran calculadas fríamente para que todo le resbalase, porque al igual que May se había disfrazado para guardarse sus miedos y frustraciones, pero a diferencia de ella no llegaría un chico a desmoronar esa actitud. No era quieta, necesitaba exteriorizar sus traumas para no enloquecer más.



Tenía que estar loca para salir a esas horas de la noche. Y de paso el frío que hacía.
Juntó sus manos soplando entre ellas para después frotarlas. Aun no se calentaban. Miró el oscuro sepia de la noche, resultado de la fina y tangible capa de neblina y el oscuro azul de la noche. Había dejado de llover pero aun podía sentir el agua helada del cielo en el aire. A su alrededor no podía distinguirse mucho salvo algunas siluetas manchadas por la neblina, pero nada más allá de unos siete metros.

Un escalofrío recorrió su espalda. Por un momento la idea de que la situación resultaba peligrosa golpeó su mente, pero inmediatamente la descartó. Nadie estaría tan loco, como ella, para salir en una noche tan fría y tétrica como esa, ni siquiera un ladrón o un criminal.

Encogió las rodillas hasta que tocaran su pecho y abrazó sus brazos alrededor de las mismas. Ni el frío que le hacía tiritar los dientes lograba despejar su mente.
Pues drew aun rondaba en su cabeza con el descaro de resaltar cada uno de los momentos con él. La cosa se estaba poniendo insoportable. Con vivida claridad recordaba a los niños que jugaban juntos desde los seis años, pero más perturbador, veía a esos niños ya siendo adolecentes y tambalear en la línea de su hermosa amistad y algo más.

Un sonido armónico y agudo atravesó sus oídos lentamente, acomodándose dentro de ella. Una melodía. Su voz.

Callo inmediatamente.

Se mordió la lengua y se golpeó la cabeza con ligeramente. Regañándose. Ya llevaba por lo menos tres días desde que inconscientemente cantaba sin darse cuenta. En realidad la mayoría de las veces tarareaba.

¿Por qué esas repentinas ganas de cantar?

Como un tintineo el recuerdo de su madre tarareando le trajo una melodía conocida. Se libró rápidamente de aquel recuerdo. Era muy doloroso.

“Drew” Pensó.

A pesar de asociar su nombre con el enojo, ahora refulgían recuerdos de él. Más alegres que tristes. Él le traía alegría.

Por lo que por un momento es la soledad en la que se encontraba dejó que los pensamientos y recuerdos vagaran libres por su cabeza.

Una dulce melodía, de la cual desconocía su recuerdo, se abrió paso por sus labios. La calidez de la voz de May y la dulce entonación brindaron al ambiente un matiz menos siniestro, como si hasta el frío aire hubiera parado su tempestuosa marcha para escucharla. Debía admitirlo a si misma esa melodía le estaba saliendo mejor que nunca.

No había letra, solo un relajante sonido. Al llegar a la última nota su voz, que había estado entonada en un volumen bajo, subió un cuarto dándole un final sorprendente.
Satisfecha, no solo por el hecho de haber entonado una melodía tan bella como esa, pero también porque mientras tarareaba todos sus frustrantes pensamientos se habían evaporado en el aire.

Tara-tarara-rara-taratatara-rara

Alarmada se quedó quieta como un piedra. Había escuchado esa canción, cuando la estaba cantando. Pero ahora sus labios no se movía y ni una sola vibración se hacía sentir en su pecho ¿De dónde venía eso?

—Es un Arabel, nunca creí poder ver uno en persona.

Acto reflejo giró a su costado para encontrarse a la persona que menos esperaba ver: Drew. Parado a su lado con una sonrisa, que a pesar de demostrar simpatía, no dejaba de ser arrogante.

May abrió la boca dispuesta a protestar. Pero el la acalló poniendo su dedo sobre su boca y con la otra mano señaló al lado opuesto de la castaña. Sin refutar, en silencio, se giró para encontrar en el espaldar del banco, muy cerca de ella, un hermoso pokémon, que nunca antes había visto.

Le entraron unas enormes ganas de acercarse y comprobar si su plumaje era de rubí como lo aparentaba, o si sus alas eran de fuego rojo candente, con amarillo en el centro y azul en el final. Pero se quedó hipnotizada por las oleadas que producía en más mínimo movimiento; como si el brillante rubí de sus plumas brillara bajo el efecto incandescente de sus alas que parecían fuego ardiendo y en movimiento.

—Es hermoso— Murmuró, un rubor leve se alzó en sus mejillas por la emoción.

—Y escurridizo— May giró, levísimamente, la cabeza en su dirección con curiosidad. Una señal para que él continuara —Nadie sabe de donde vienen y nadie lo va a saber. Estas aves a penas se dejan ver por los humanos y nadie sabe donde anidan y de qué región son originarios. Solo saben que pueden reproducir una alta gama sonidos vocales humanos— Explicó Drew tan hipnotizado en el ave como May.

—Hola pajarito— Saludó la castaña con voz cariñosa, que hizo que un encogimiento apresara el estomago de Drew, sin poder evitar estirar la mano.

No fue consiente de ese hecho hasta que su mano estuvo muy cerca del pequeño Arabel. Se detuvo en seco con miedo de que el pajarillo volara. Pero no lo hizo. Al contrario se acercó a la punta de sus dedos con inquisición.

—Creo que le gusta tu voz— Caviló Drew mirando atentamente la escena.

Lentamente la chica quiso alargar los dedos para alcanzar el plumaje del pajarito. Y cuando lo tocó perdió el miedo de quemarse la mano por el fuego que desprendían sus alas, sin embargo debía admitir que la temperatura del pokémon era tan elevada que resultaba un poco chocante, pero sus plumas eran tan suaves que no importaba el calor que emanaba de ellas.

La melodía volvió a repetirse a través del pequeño pico de Arabel.

—Creo que quiere que cantes de nuevo— sugirió Drew mirando concentrado las reacciones del pajarito en contacto con May. No es que le diera miedo de que la atacara, era demasiado pequeño para propiciar, si quiera, un ataque decente, mucho menos de hacer algún tipo de daño.

Sin chistar la castaña acompaño al pajarito en su entonación. Drew la miró encandilado por el tono fino, soprano y entonado de su voz. Era lo mejor que había escuchado en su vida, por eso no la había interrumpido la primera vez que la escuchó cantar, justo antes de que el Arabel repitiera su canción.

Tras terminar su canción el pokémon agachó la cabeza en dirección a May, como si le estuviera agradeciendo la música y acto seguido desapareció volando entre la bruma como una pequeña bola de fuego.

—Eso fue impresionante— Reconoció Drew sentándose al lado de la chica —Nunca había cantado para mi antes— Le reclamó con tono confidente. Un atisbo de reclamo se vio endulzado por la sonrisa burlona y la mirada irónica —Y yo que creí conocerte bien.

May rió inconscientemente —Nunca canté para nadie más que para Max— El fantasma de una sonrisa triste colgó en sus labios unos momentos —Tu eres un intruso que nunca debió escucharme— aseguró con juguetona malicia.

Un suave codazo se apostillo entre las costillas del chico tras el comentario.

—Pues bueno ahora que te escuchado vas a tener que cantar más seguido para mí, aunque tenga que obligarte— Aseveró arqueando una ceja. La verdad de sus palabras no se disipó tras el semblante relajado que mostraba. Pero si se camufló bien.

—Claro, engreído, en tus sueños. Las veces que quieras.

—Hey— Reclamó suavemente.

Un silencio blando se alzó entre los dos. Ninguno con la capacidad de romperlo.

—¿Cómo has dormido últimamente?— La repentina pregunta hizo que May ladeara la cabeza con incredulidad. —Lo digo por la pesadilla de la otra noche— Aclaró volteando el rostro para que no se notara el sonrojo sobre el.

May quedó quieta por unos momentos.

—Bien, supongo. Ya no he tenido pesadillas— aseguró, sintiéndose repentinamente muy avergonzada.

—No sabes mentir— Replicó mirándola con recelo.

Él tenía razón. Estaba mintiendo. O al menos lo intento, un intento fallido sin dudas. Y es que desde ese día las pesadillas habían hecho mella en sus noches sin descanso. Por alguna razón no había podido conciliar un sueño tan tranquilo desde la noche que se había quedado con Drew. Recordaba vagamente que él le había pasado un brazo sobre los suyos, tratando de protegerla. Llevaba mucho tiempo sin sentirse tan protegida entre sueños, ningún brazo la había hecho sentir tan a salvo. Pero no podía decir eso.

—No. Y menos a ti— Inmediatamente tuvo enormes ganas de azotarse la cabeza con un árbol o de patearse a si misma si eso era posible.

Drew la observó sorprendido, aquella declaración sonaba tan comprometida, a la vez de inentendible ¿qué quería decir con eso?

—Qui…quiero decir, que… tu me conoces mejor que los demás. Me sería muy difícil tratar de mentirte sin que lo pillaras al vuelo— Se excusó apartando la mirada. Sus labios se apretaron con fuerza ¿Notaría esta mentira?

—Claro— Una nota desconfianza viajó con soltura en su voz. Pero no tenía caso indagar más ella, de momento, parecía algo desconectada de la realidad —¿Puedo saber qué te pasa?— Preguntó con recelo. Sus ojos se entrecerraron escudriñando su reacción. Nada. Ella perecía no darse cuenta de su propio estado.

—¿A qué te refieres?— Y ahí estaba la confirmación de que May estaba mas volada de la realidad de lo que aparentaba.

El chico suspiró pesadamente —Pensé que ahora que nos reconciliamos y toda la cosa tendrías que confiar más en mí y contarme la cosas sin que yo te las pregunte— Su reclamo no tenía lugar ni caso ¿Realmente esperaba una explicación a algo que, era obvio, May no entendía? Era claro que no iba a conseguir mucho exigiéndole una respuesta que en el pequeño mundo de la chica no existía. No de manera palpable, de todos modos.

—No es eso Drew— sacudió la cabeza de un lado al otro, su movimiento estaba cargado de ansiedad —Enserio, no sé de que hablas— Replicó mirándolo con los ojos compungidos.

Un sobresalto se apoderó del chico ese gesto no lo había visto desde hace años. Pues a pesar de haberse mostrado vulnerable con el antes, ahora parecía totalmente desprotegida. Esta hizo que naciera en él unas inmensas ganas de protegerla.

La amas

El eco de ese pensamiento perduró en su cabeza el suficiente tiempo para tomarla entre sus brazos y acomodarla entre ellos, sin que ella opusiera resistencia alguna. No tenía tiempo para valorar que tan verídico era ese pensamiento, pero eso no menguó la ola de calor que le viajó del estómago hasta las sienes palpitantes cuando la tubo en sus brazos.

—Las cosas en casa están muy tensas— Explicó —Creo que Misty esta enojada conmigo. Gary está algo distante y Dawn… Dawn es Dawn— Un hilo de voz, apenas audible para el chico, fue despilfarrado de sus labios con lentitud, con cansancio.
Un foco se le encendió en la cabeza a Drew ¿Cómo era eso de que vivía con Dawn, Misty y… y ¡Gary!? Tomó una bocanada de aire profundamente. Reclamarle, o siquiera pedirle una explicación de eso ahora, solo empeoraría las cosas con la chica y era más importante evitar que se derrumbara.

—Nunca nos hemos peleado de verdad. Por alguna razón siento que es mi culpa, pero no estoy segura.

Drew se pensó muy bien lo que iba a decir. No conocía de nada a Misty, solo de vista, Dawn parecía algo excéntrica y Gary… era mejor saltar de ese tema si quería seguir manteniendo su postura calmada. En el caso de afirmar algo podría estar dándole falsas esperanzas, que en determinado momento se derrumbarían, pero de darle la perspectiva negativa estaría destruyéndola a la primera.

—¿Por qué crees que es tu culpa?— Evadió el consejo, sabiendo que no podía darle uno. Al menos no sin más información o algo en lo que fundamentarse.

—No sé. Solo… no sé. Es un… presentimiento— Trató de explicarse. Se sentía mejor. Los cálidos brazos de Drew no solo le proporcionaban el calor que anhelaba bajo aquel frio gélido; también la protegían, la hacían sentir segura.

—¿sabes que no puedo ayudar mucho si no me dices algo?

—No pedí ayuda, solo consuelo— se limitó a decir. Drew estuvo a punto de contestarle con mordacidad, pero ¿De qué le serviría? Ella solo buscaba consuelo.
Apretó su agarre entorno a ella y hundió su rostro en sus cabellos. Cuanto desearía quedarse así por un muy largo tiempo, pero no resultaba muy lógico, tampoco posible. Si quería estar con ella, en la manera en la que empezaba a pensar que quería estar, debía superar varios obstáculos, consigo mismo y con algunos factores exteriores.
El calor cosquilleaba en el punto en que sus labios tocaban su cuello, por su cuerpo recorrió una sensación de tranquilidad que solo él le podía hacer sentir.

La verdadera razón de su estado de ánimo, sin embargo, era otra. Las pesadillas que encubrían recuerdos matizándolos con aires más terroríficos y dolorosos. Esa era la razón de su estado de ánimo. La falta de sueño comenzaba a afectar su cuerpo y su frágil mente. No distinguía bien entre lo real y lo que no lo era.

Sus pesadillas comenzaban a fundirse con la realidad. Pequeñas cosas, no insignificantes. La voz de su madre cantando canciones, la sonrisa infantil de Max, los ojos dulces de su padre.

—Escapaste— Drew alejó su rostro de su cómodo aposento en los cabellos de May cuando escucho su acusación —Últimamente has estado evitándome— explico ella, molesta por haber sido ella quien indujera la ruptura de aquel abrazo.

May se sorprendió un poco al sentir que el volvía a abrazarla con más fuerza, no entendió que fue un acto inmerso en la necesidad de ocultar su rosáceo rostro para que ella no lo viera.

—No es cierto— Su voz sonó con total naturalidad que parecía que fuera de alguien ajeno al chico de rostro teñido de fuego ardiente.

—Si es— Reclamó, terca, como solo ella podía ser.

—No tiene importancia. Ahora estoy aquí ¿o no?— Replicó, expresando su incomodidad.

May deslizó su rostro desde el hombro de Drew hasta su pecho, él se limitó a acomodar sus brazos a los movimientos de la chica.

—Idiota.

—Tonta.

—Eres insoportable.

—Y tú molesta.

Una sonrisa aflojó con espontaneidad en los labios del chico. Y hundiendo los labios en su cabellera sonrió:— Eres tan irritante.



Gary estaba caminando por el pasillo que limitaba con los cuartos de todos. Su novia no estaba en su habitación y dudaba que estuviera en algún lugar de la casa. Ella no lo amaba, él comenzaba a poner seriamente en duda que seguir en esa relación haría algún bien a alguno, pero cualquier pensamiento que pudiera surcar su cabeza no amainaba la preocupación que, sabía, siempre nacería por el poco, o mucho, cariño que le tenía.

Y le preocupaba saber que estuviera fuera de la casa a esas horas.

Dudó si salir a buscarla o no. Pero sus tambaleantes pasos abruptamente quedaron quietos. Si quería estar sola ¿Qué caso tenía molestarla?, además había una gran posibilidad de que no estuviera, precisamente, sola. De cualquier manera seguía siendo su novia y no quería detalles si lo que estaba pensando era cierto. Y de serlo ella estaría bien cuidada por su acompañante ¿O no? En cuyo caso preocuparse por era una pérdida de tiempo. Sea o no sea, Drew, amigo o algo más de May nunca dejaría que algo malo le pasara. Y de momento, dejando de lado los obvios perjuicios, eso le bastaba.

Pero no podía dejar de preocuparse por el ligero autismo que May había presentado con mucha vehemencia últimamente. Desapareciendo de la realidad, cantando repentinamente, mirando tan fijamente un punto en la nada que llegaba a preguntarse que era tan interesante; definitivamente aquella actitud le llevaba a una inevitable retrospección. Justo en la época previa cuando los cuatro chicos, Misty, Dawn May y Gary fueron unidos por la tragedia. Justo en los interminables momentos en que May desaparecía de la realidad y se encerraba en ese pequeño mundo donde solo ella entendía lo que pasaba. Pero de nuevo, probablemente era Drew el mejor candidato para evitar que se hundiera en esa terrible desorientación mental, su voz era la única que May escucharía sobre todas las demás.

Un estridente sonido lo sobresaltó, disipando cualquier pensamiento de su mente. Giró instintivamente a la fuente del estrepito, sus ojos dilatados y su mandibula tensa casi no denotaban ninguna emoción a flote. Pero aquella expresión en su rostro cambió radicalmente cuando cayó en cuenta de que había sido aquel extraño suceso que había roto el silencio.

En apariencia no era nada preocupante. Una persona cuya vida fuera normal ni siquiera habría deparado en mirar algo tan carente de sentido. Pero para él aquella era la señal de, sino bien una amenaza, una advertencia de impaciencia.
Sus dedos vacilaron antes de tocar la ranura que recorría rectilíneamente de un extremo a otro, en diagonal, sobre el espejo. Había grietas asimétricas que ondulaban la forma.

Un espejo rajado.

Pero el hecho no era tan importante como en mensaje.

Sinnafer comenzaba a impacientarse. Exigía otra alma con la que alimentarse.



Jeje me salí un poco por la tangente pero realmente tenia cero imaginacion para escribir este capi… se supone que debería ser más largo pero me parecío bien dejarlo ahí (see aadoro dejarlos con la intriga xd) en fin las cosas se van a ir aclarando así que no le pierdan el hilo al fi.
Pasando a otro asunto, hay algo qu me tiene preocupada. Veran estaba leyendo un fic que por alguna razón tiene una estructura similar a la mia (me refiero a la forma de escribir) es decir con mucha explicación de sentimientos y acciones y no tanto dialogo y para ser sinsera me aburrí a la mitad, lo que quiero saber es si a ustedes les parece cansador o aburrido leer tanto acción y no tanto dialogo ya saben para cambiar un poco mi forma de narrar. Porfa no pasen esto por alto y denme sus valiosas opiniones ¿ok?
Sin más me despido, gracias por sus bellos comentarios encerio!!!
Bye
LETRA CANCION

Spoiler:

LETRA CANCIÓN TRADUCIDA

Spoiler:

VIDEO
https://www.youtube.com/watch?feature=player_detailpage&v=OLKvAfKfe2A

Hermosisimoooo!!!
Onee te pasas!
No me avisaste cuando subirías la conti. TnT
Bueno, me encanto el capítulo, mas cuando hablo sobre Dawn.
Gary me da mucha lastima, es decir xD pobrecito!
Habrá EgoShipping, o Poke?
Esa es mi dudita, Onee....
Me encanto el abrazo de May y Drew x3
Ósea , quien es esa persona/espíritu del final??
Onee, tu y tus intrigas intrigosas!!!
Me encanto el capi, Onee
Espero la conty :3
Chaoo^^

[volví a llegar tarde -.-] lo siento por no comentar antes Kendra-chan pero la verdad me dejaste con intriga -.- xD bueno... de todas formas me encanto!! El abrazo de May y Drew estuvo lindo!! por más de... jeje su típica pelea x3 bueno... me encanta!!! El Arabel!! *-* que lindo!!! May si que debe cantar hermoso!!! <3 !! Eto.... me preocupa Gary... podria estar corriendo peligro....

espero la conti

SayoO0!!!

P.D: Me encanta la forma en que escribes!! espero no la cambies!! ^^

“Drew puede ser tan idiota!”


Pensó agriamente May mientras caminaba firmemente entre la neblina. No le importó no ver nada a su alrededor, si se chocaba con algo claro estaría que había algo
delante de ella.


Sintió pisadas cercanas y supuso que, al fin y al cabo, Drew había dado con ella. Y no es que no lo hubiera visto ponerse rápidamente de pie cuando ella salió disparada de su lado, totalmente molesta. Pero dudaba que los ojos de Drew fueran
suprahumanos y divisaran algo entre la espesa neblina.


Una mano la sostuvo por detrás y ella estuvo más que dispuesta a zafarse bruscamente. Aun estaba molesta, no necesariamente con él, era consigo misma. Pero grande fue su sorpresa cuando aquella mano cerró su agarre con mayor fuerza. Una rápida expresión nerviosa atavió su rostro con terror y su corazón no fue indiferente. Drew jamás la agarraría de esa forma tan violenta. Volteó a enfrentarlo de frente y una sonrisa se posó en aquel rostro extraño. No podía adjudicar a sus ojos ese conocimiento era algo que sentía.


Rápida fue su reacción, manejada por la adrenalina y los nervios más que por su razón, cuando dando un ligero respingo chillo:—Suéltame idiota.


Pero habiéndolo pensado sabría que esa era una mala idea. El tipo apretó con mayor
fuerza su brazo haciendo que ella se doblara de dolor cayendo de rodillas en el
piso, un gemido adolorido rasgó su garganta.


—Mocosa malcriada y yo que pretendía ser amable contigo. Tsk parece que será por las malas.


May notó, con gran miedo, el tono predador que predominaba en aquella ronca voz. Y una vez más sentía que una sonrisa trepaba por aquellos labios, triunfante.


—Tócala y te mato— El tono fue directo y sin vacilación o duda. La voz profundamente despectiva y llena de ira, sonando peligrosamente baja.


Drew.


El hombre giró sus dedos entorno a su agarre rompiendo en un sonido lastimero la voz de la chica. Drew se tensó ante el sonido, pero no se movió ni un ápice, era bastante
consciente de que podía empeorar la situación. Pero no faltó nada cuando
escuchó una sonora risa irónica del hombre encubriendo otro gemido de May.


Lentamente giró con indiferencia, sin disposición alguna de soltar el brazo de la
adolorida chica.


La niebla era un absoluto manto de visibilidad cortada. Pero fue la actitud, más que cualquier semblante que pudiese distinguir, lo que le indicó a Drew que aquel corpulento gigantón se deleitaba en escuchar los sonidos adoloridos de la chica y su
propia ira e impotencia.


—¿Qué esperas? ¡Suéltala!— Ordenó, su cuerpo temblaba de rabia.


—¿Y quién va a obligarme? ¿Tú…?— Hizo el ademan de mirar más allá del peliverde. Pero, por supuesto, Drew solo fue consciente de este hecho porque vio la difusa sombra mover lo que suponía era su cabeza —¿…Y quien más?


—Conmigo basta.


El hombre soltó su agarre bruscamente, empujándola lejos en el proceso, y sus pisadas sonaron vibrantes sobre el piso cuando se dirigió a Drew.


May sintió un uniforme dolor en el hombro que había recibido todo en impacto del golpe. Apoyó una mano, la que no había sufrido ningún daño, sobre la grava del piso luchando por sostenerse en una posición semi-echada en el piso, era lo mejor por lo que podía optar. Sus manos no parecían ceder a su petición pues temblaban sin
control, trató de apoyar su otra mano en el piso pero desertó nada más haberla
movido; reflejamente contrajo su brazo lastimado hacia su cuerpo manteniéndolo
flexionado contra sí. Podía distinguir claramente los sonidos de golpes
aterrizando sólidamente en el cuerpo y el ruido de una patada perfectamente
ejecutada. Realizando un esfuerzo casi inhumano May logró ponerse de rodillas y
pararse con dificultad. No fue hasta ese entonces que se dio cuenta que se
había lastimado la cadera, la rodilla y aparentemente se había golpeado
fuertemente la cabeza. No es que no hubiera sentido el golpe del piso contra su
cráneo pero recién tomaba consciencia de los efectos que el golpe le había
causado. Se sentía algo mareada y, extrañamente, las sombras que se movían
frete suyo se movían con raros y lentos movimientos ondulados, bien podía
tratarse de la pelea que se efectuaba pero más allá de eso May sabía que se
trataba del fuerte azote que le había sacudido el cerebro.


Se tambaleó de un lado al otro sin conseguir estabilidad y finalmente chocó con un árbol a sus espaldas. Después de unos momentos de escuchar golpes recién fue capaz de recobrar el sentido de sus pensamientos.


Relativamente con el control de sí misma, totalmente conocedora de estar herida el primer pensamiento que rozó su cabeza fue Drew, no su propio estado físico, no su
seguridad, sino la seguridad del chico que había acudido a su ayuda.


Aun veía que todo a su alrededor bailaba de un lado a otro, pero ahora solo una sombra seguía de pie. Súbitamente aquella sombra parecía haber deparado en ella y sin perder tiempo corrió, con movimientos cojos, a su encuentro.


No podía asegurar quien era y ni siquiera cuando estuvo a una escasa distancia reconoció el rostro, pero si la voz cuando llamó su nombre con desesperación. Era Drew.


—¿Estás bien?— preguntó el chico tomándola por los hombros para estabilizarla. Su tono era preocupado porque por más que repetía una y otra vez su nombre ella no
reaccionaba.


May chillo cuando la mano del chico rozó, levísimamente, su hombro herido. No quería que se aleje dando un bote, como lo hizo, pero no aguantaba el dolor.


—May, cálmate ¿si?. Estoy aquí— La consoló, volvió a acercarse pero esta vez su mano vaciló antes de posarse, seguramente, en su cuello.





Ella tenía la mano sobre la boca y sus dedos temblaban en compas con su cuerpo. Un gemido que nacía en su garganta y moría en ella fue la única respuesta que May fue capaz de emitir.


A Drew se le rompió el corazón cada vez más cuando los sollozos de la chica llegaban a sus oídos. Con impotente desesperación solo fue capaz de abrazarla con el toque más leve con el que fue capaz. A May le dolió pero no fue capaz de apartarlo, él le
daba estabilidad. Drew por otra parte no lo hubiera soltado si ella se hubiera
quejado; el calor del cuerpo de la chica, que ahora estaba a salvo entre sus
brazos, hacía que no se sintiera capaz de hacerlo.


—Vámonos— Murmuró él calmadamente. Aun era consciente del peligro al que se exponían si el hombre despertaba. Y con lo que le había constado noquearlo no le quedaba fuerzas para otra pelea.


Drew acunó a May entre sus brazos y manteniéndola cerca la dirigió hasta un punto lejano. No sabían cuanto habían caminado, ni donde estaban pero a cierta distancia ya se sentían seguros.


Hasta ese momento May no se dio cuenta que además de las obvios intenciones de
protegerla, Drew la abrazaba con firmeza porque necesitaba soporte para andar.


—Drew— El chico sonrió, ella parecía haber superado su estado de terror, pero aun
distinguía miedo en su mirada —!Mira como estas! ¡Estás muy lastimado!— Entonces
supo que ella ahora estaba asustada por su estado físico.


Y era verdad, una grieta se abrían en el labio inferior de Drew, y un color morado comenzaba a tomar forma en su pómulo; sin embargo, dejando de lado los moretones y demás heridas que seguro se estaban formando en el resto del cuerpo; era su pierna el verdadero problema. No había heridas visibles, pero el dolor era casi peor que la muerte.


—Es mi culpa, todo esto es mi culpa— Comenzó a murmurar con un tono histérico. Y nuevamente Drew se vio obligado a tomar las riendas del asunto, dejando su dolor de lado, para centrar a la chica.


—¡May, mírame!— ella obedeció, sus ojos inundados en nuevas lagrimas —Nada fue tu culpa, ¿Esta bien? Tu no hiciste nada malo— sus manos sostuvieron su rostro, obligándola a establecer contacto visual.


—No, no. La gente que está a mi alrededor siempre sale lastimada. Es mi culpa— Sollozó con mayor fuerza —Pudo haberte matado, puedes tener algo roto y es mi culpa.


—Mírame ¿Te parece que tengo algo roto o que estoy muriendo?— Su voz fue paciente.


—¿No?


—No— Confirmó él —Nada de lo que pasó fue tu culpa ¿me entiendes?— Repitió, no estando seguro de donde vino ese ataque de histeria pero sabiendo como aplacarlo —May— Acarició su rostro dejando posar su mano en su mejilla después de hacerlo —Tu no sabías que ese hombre estaba ahí, tu no me obligaste a pelear con él. Nada de lo que pasó, nada, fue tu culpa.


La chica parpadeó varias veces y luego asintió, aun fluctuante.


En su fuero interno aun se sentía culpable, verlo así lastimado ¡Claro que era su culpa! Si no se hubiera ido sin darle explicaciones, si no hubiera caminado tan
despreocupadamente por la calle nada de eso hubiera pasado, Drew no estaría
lastimado. Todo era su culpa. Lo había sido con sus padres y su hermano pequeño
y ahora también con Drew.


—Vamos a mi casa, creo saber dónde estamos y mi casa es la más cercana— Dijo la chica ocultando la tristeza de su voz.


Drew no refutó, fuera el dolor que le quitaba las palabras o el simple hecho de verla más calmada, sabía además que ella también necesitaba atender sus heridas.


El camino, sorprendentemente resultó corto y silencioso, pero no tenso.


Se detuvieron frente a una casa con jardín y un auto fuera del garaje. Ella no se inmutó por el dolor cuando estiró la manos sobre en alfeizar de la puerta y deslizó la llave por la cerradura.


—¡Misty!— Llamó en tono urgente apenas cruzaron al interior de la casa.


La chica pelirroja acudió rápidamente ante el tono de su amiga. Al llegar por las
escaleras se encontró casi estupefacta con la escena perturbarte del chico,
Drew, sumamente lastimado y su amiga abrazándolo por la cintura en su afán de
ser de alguna ayuda para él.


Misty ni siquiera abrió la boca antes de ayudar a dirigir a Drew a la sala.


—¿Qué paso?— Preguntó, cautamente, cuando depositaron al chico en el sillón más cercano. Era obvio que tenía la pierna lastimada.


—Un… hombre me… ataco… Drew…me defendió— Misty se sobresaltó al oír el tono llano y distante de su amiga. Sus palabras se arrastraban y la lentitud era
desesperante.


—¡Gary, Dawn. Bajen ahora!— Chiló Misty preocupada. Drew estaba dispuesto a levantarse para acercarse a May pero la pelirroja lo detuvo —Quito ahí, no le ayudas nada a May si estas lastimado— Ordenó firmemente.


Misty le tomó la mano a su amiga mientras Dawn y Gary se materializaba, como balas, en la sala. Gary y su impulso protector para con la castaña se acercó rápidamente a
ella pero fue rechazado, con la misma rapidez, de su lado. Entonces fijó su
vista en el chico que estaba desplomado en el sofá y la situación encontró su
propio sentido.


Dawn por otra parte reaccionó tranquilamente y, con velocidad poco propia de ella,
desapareció del cuarto y volvió a aparecer minutos después con un botiquín
entre sus manos.


Misty no volvió a decir nada y se limitó a aferrar la mano de May para después salir
arrastrándola. Ya en la cocina examinó sus ojos, dilatados por el pánico, y la
atendió. Le dio una bebida endulzada y posó unos hielos en su nuca.


Un poco más estable May salió volando a la sala y apartando a Gary llegó hasta Drew, y apartando a Dawn, que trataba las heridas del chico, se arrodillo frente al chico. La mirada triste no pasó desapercibida por nadie, y fue la misma que no dejó que nadie reclamara.


—Váyanse— Pidió con voz queda.


Misty que había asomado la cabeza para ver qué pasaba se acercó a Dawn, quien dejó los suplementos médicos en el piso, y salieron juntas del cuarto. Gary que estaba
apoyado en el marco de la puerta miró la escena. Molesto, más porque la
situación le resultaba indiferente que por la situación en sí. Salió sin decir
una palabra y sin dirigir una palabra a nadie, directo a su habitación.


May se mordió la lengua pero continuó con el trabajo de Dawn. Al final no pudo evitar que las lágrimas brotaran de sus ojos. Tal era la fuera con la que caían que ni
siquiera rozaban su rostro, de sus ojos llegaban directamente a la ropa de
Drew.


El chico inspiro profundo.


—Deja eso— Ordenó con voz tensa. La muchacha obedeció automáticamente —¿Por qué lloras?


—Discúlpame.


—May, te dije que no fue tu culpa— Repitió exhausto.


Ella solo lloró con más fuerza sabiendo que podrían argumentar por siempre. Pero al fin y al cabo nada haría que cambiase de opinión.


—May— Volvió a llamarla, pero no hizo caso.


La chica nuevamente cayó de rodillas frente a él y sin poder evitarlo apoyó su rostro,
del lado que no se había golpeado, en las piernas del chico. Poco importó,
entonces, la punzada de dolor que bajó por su pierna o que las lágrimas de May
le mojaran la ropa; él le acarició la espalda encorvando su cuerpo sobre ella
en un intento de abrazarla. El dolor de su pierna lo obligó a erguirse de nuevo
tras unos minutos, y contra su voluntad, pero aun así acarició con todo el
cariño que su desvalido cuerpo le permitía, enroscar sus dedos entorno a la
cabellera café de May y acariciarlo de la raíz a las puntas hasta que se
hubiera calmado.


No dijo palabras tranquilizantes o alentadoras. No se le daba bien hacerlo, e
intertarlo suponía un gran esfuerzo. Aunque con May siempre había intentado ser
de más apoyo, en esta ocación de nada servía hacer el esfuerzo.


Su mano que descansaba en la cabeza de la chica se movió hasta su hombro y ella soltó un gemido apagado de protesta. Recordó que había reaccionado aun peor cuando la había tocado, en el mismo lugar, horas atrás.


—May, ¿Me escuchas? Necesito que te pongas de pie.


Al principio se puso renuente, pero las insistencias pacientes del chico, y su culpa
interna, hicieron que se pusiera de pie sin mostrar mayor resistencia.


Drew cuidadosamente desprendió los botones de su saco y con aun mayor delicadeza lo deslizó por sus hombros. Él sabía que la pobre estaba lastimada pues no pasó
por alto las muecas que hizo mientras la prenda raspaba en hombro y el brazo.
Bajo el saco tenía un suéter de gruesa lana que, para mala suerte de ambos, era
de cuello angosto y la única forma de quitárselo era deslizándolo por arriba.
Fue de mala suerte para la chica quien intentó contener las lagrimas cuando
Drew la forzó a levantar los brazos para ayudarle a deslizar la penda, y fue de
peor suerte para el chico quien se encogió cada vez que escuchó los gimoteos
adoloridos de May. Finalmente la chica quedó en una fina prenda de algodón
color blanco, con tirantes. Y solo entonces Drew pudo observar el daño que
había sufrido ella.


Sus ojos crecieron con dolor cuando pasó una mano por el hombro amoratado y una fría sensación nació en su estomago cuando calculó el daño que se había llevaba su
brazo. El agarre de aquel hombre le había dejado la mayor parte del antebrazo
de un tono rojo y aun podía notarse la palidez de su piel que contorneaba ese
color de piel lastimada.


May quitó su brazo cuando Drew posó la suya a su alrededor. Drew la miró y supo que no lo hizo porque quisiera, fue un acto reflejo. Una vez más lo intentó y esta vez
ella no levantó su brazo.


—Te lastimó, debí haber llegado más antes— se lamentó deslizando suavemente su pulgar sobre el brazo lastimado, con movimientos constantes.


—¡A ti te lastimó más! Y ni siquiera te enojaste conmigo por ello.


—Por qué no fue tu culpa.


Pero si se había enojado, pero fue porque la idea de no haber estado ahí para ayudarla, su imprudencia le hubiese supuesto un claro peligro. Pero tras ver aquella mirada en sus ojos no hubo razón para estar molesto, ella era tan inocente que no
resultaba culpa suya nada de lo que pasara.


En el botiquín encontró un ungüento, sin pensárselo dos veces untó un poco en sus dedos y la frotó en el hombro y luego en el brazo, tras hacerlo tomó su chaqueta y se la colocó encima.


Aun notaba el profundo abismo en los ojos de aquella bella muchacha, casi tan confundidos y frustrados como se habían mostrado en la fiesta de Sabrina, justo después de que volviera del tocador y de que salieran discutiendo. Tuvo también muchas ganas de abrazarla, pero esta vez no lo hizo. Se sentaron uno al lado del otro,
con una distancia prudente entre ellos pero cercanos por necesidad interna que
ambos sentían.


Algo había cambiado, muy aparte de sus notorios sentimientos por ella. Algo, en su
actitud, en su mirada. No sabía que era, no podía siquiera imaginárselo y eso
lo frustraba.


El no lo sabía.


Ella si. No se lo diría, eso era seguro.


—Fuiste muy valiente— Comentó la chica, tomando desprevenido a Drew.


Su entrecejo se frunció y sin proponérselo los labios se torcieron en una mueca confundida. Nada, sin embargo, hizo que su etérea preocupación supuciera ligereza en su mirar.


—En realidad estaba muy asustado— Confesó llanamente.


Sus pupilas se dilataron con un leve movimiento de sus femeninas cejas. En un momento de silencio, que siguió a aquella confesión, ella mordió su labio inferior
tratando de procesar las palabras del chico.


—El gran Drew Hayden asustado. Vaya eso si debe ser una blasfemia— aseguró con un tono confidente, la burla hizo mella en su voz y en su sonrisa. El ambiente imitó
lentamente la actitud de la chica tornandoce menos tenso.


—Y que lo digas— Sonrió de lado. Pero su tono de ironica burla desapareció ante su siguiente afirmación:—No estaba asustado por lo que pudo haberme pasado a mi May. Estaba asustado por lo que te habría pasado a ti si no llegaba a tiempo— Un hondo
suspiro de alivio frustrado abandonó sus labios con rapidez —Me aterra pensar
que puedas salir lastimada.


Pudo haber argumentado que aun sentía no haber podido estar con ella los pasados cuatro años, de alguna manera sabía que su estado de animo actual tenía algo que ver con aquel tiempo en el que estuvo ausente, pero prefería dejar el pasado en paz.
Aquellos temas ya los habían resuelto en conversaciones anteriores y resultaba
redundante hablar cada vez de lo mismo, aun así sabía que aunque no lo quisiera
su pasado estaba ahí, preparado para mostrar las consecuencias de cada acción
en el peor momento. Sabiendo esto el prefirió esperar a que ella estuviera
lista para hablar de ello, presionarla solo empeoraría las cosas. Una parte de
él, además, rehusaba mayor conocimiento de aquella época, pues sabía que si
sabía más su culpa sería mayor.


El impacto de la chica era palpable. Más la única acción coherente que pudo realizar en ese momento fue voltear a verlo. Sus ojos parecía húmedos con la emoción y una
sonrisa espontanea nació en sus labios.


—Vaya parece que los golpes fueron más fuertes de lo que creí. Debí haberte llevado a un hospital aquí nadie puede arreglar tus contusiones.


—Si eso me queda claro. Mira que nadie a hecho nada con tu cabeza tampoco, aunque si lo piensas bien ni con un neurólogo o un psiquiatra te podrían haber tratado— Una mirada mordaz y una sonrisa sarcartica adornaron el rostro de Drew. —Tu lo que necesitas es un exorcista— Rió burlonamente viendo como la sonrisa de la chica se transformaba lentamente un una mueca irritada.


—!Oye!— Reclamó sin saber que más decir.


Drew siempre había sido ingenioso. Lastima que usaba ese ingenio más que todo para molestar. Ella encambio nunca había sido muy buena en una guerra de palabras, llegaba hasta cierto punto y después se quedaba sin argumentos. Pero esta vez… era una vergüenza, no había estado argumentando mucho tiempo y el ya había ganado.


Él observó minuciosamente su rostro y estalló en una carcajada, la cual amainó con rapidez hasta desaparecer, aun tenía el cuerpo muy adolorido como para aguantar ese
tipo de actitudes. Sin embargo una sonrisa quedó firmemente impresa en su
rostro pues la expresión indignada de la chica no desaparecía.


—Como siempre. No sabes que decir ¿no?


—Hum— Volteó el rostro frunciendo el labio.


—Si. Parece que algunas cosas nunca cambian.


—Eso dices tú.


—Pues eso demuestras tú.


—Muchas cosas si han cambiado.


—Muchas menos de las que quisieras— Respondió Drew desafiante. Sus ojos brillaban con satisfacción.


—!Eso…! ¿Por qué tenemos esta discusión de nuevo? ¡Siempre terminamos hablando de lo mismo!


—Vale, no pongas esa cara de monstruo. No se toca el tema de nuevo ¿feliz?


—Hum.


—No entiendo, en todo caso, porque te molesta tanto. A mi francamente me gusta mucho que esas actitudes tuyas no cambiaran, eres más divertida de molestar así— la chica vio como una sonrisa trepaba los labios del chico — Como en los viejos tiempos.


May torció el gesto ofendida, pero más rápido de lo que pudo haber notado o más rápido de lo que Drew pudo reaccionar el semblante de May volvió a ser uno lejano.


—¿Sabes que más es como en los viejos tiempos?— La chica levantó la mirada y observó fijamente la pequeña media sonrisa en el rostro de Drew. —Conocia a una pequeña niña de ocho años que era muy pero muy llorona, para que dejara de llorar la
abrazaba hasta que se calmara y para que dejara de estar triste…


—Me dabas helado— Una sonrisa nostálgica trepó las comisuras de los labios de la castaña — Oye, no era tan llorona— Reclamó suavemente —Pues vamos a la cocina. Quiero mi helado.


A pesar de que el dolor estaba ahí, y no se iría por que su estado de ánimo mejorara, era más llevadero y menos notorio cuando estaban juntos.




—Estoy segura de que no lo hace a propósito.


Gary volteó para encontrarse con Dawn apoyada en el marco de su puerta.


—Sabes que ella no tiene la culpa de…


—Me tiene cariño no amor, lo sé. Lo quiere a él por eso se comportó así, lo sé. Esta
triste y no se controla así misma, lo sé— Volteó abrió los ojos para
encontrarse con la mirada estupefacta de la chica —¿Exactamente que ibas a
argumentar para encubrir la escena de alli abajo Dawn?— Preguntó con voz
indiferente.


Sin preocuparse por que ella se sentara en los pies de su cama él tomó su laptop y
se puso a teclear distraídamente.


Dawn sabía que con Gary las cosas debían ser directas y la opción menos descorazonada era tratar de darle otras opciones.


—Mira, May no es la única chica en este mundo…


—¿Tienes otras opciones?— Complementó Gary siguiendo la línea de pensamiento que su amiga aparentemente pretendía alcanzar. Su voz sonaba algo mordaz —¿Cómo quien, Misty?


Dawn abrió los ojos con la impresión tatuada en ellos.


—¿Tú… tu lo…?


—Si, lo sé— Suspiró pesadamene. Cerró la laptop fuertemente y se recostó con los ojos cerrados. —Lo sabía desde hace mucho tiempo. Como si realmente no me hubiera
dado cuenta.


—Pero…


—Yo solo finjo no saber las cosas. Es tan fastidioso estar metido en todo.


—Gary…


—Sólo vete Dawn ¿De acuerdo?


¿Cómo seguir con algo así? Lentamente eso le quitaba las energías y las ganas. Todo se estaba convirtiendo en una mentira más grande. Su amor era una mentira, igual
que el de May.


— Melody… si tan solo siguieras aquí… ¿Por qué te fuiste?


Para empeorarlo todo… Sinaffer. Aquel ser tan repulsivo exigía una nueva victima. Y
sólo él lo sabía.




“Tenemos que hablar”


Una frase tan cliché, tan poco original, que siempre le había sonado muy cursi y dramática. No la había entendido hasta ahora. ¿Qué se supone que le iría a decir? “Hey May, me di cuenta que no funcionamos,
eras el remplazo de Melody. Lo siento pero aquí se termina” Sonaba tan
cruel. Palabras poco merecedoras de los oídos de la castaña.


¿Cómo endulzar una frase así?


Esa no era la peor parte. Él no la amaba. No la odiaba. No podía sentir nada. ¿Còmo explicar eso sin parecer un lunatico? Todo dentro de él sen encontraba congelado,
desconectado, como si en realidad hubiera perdido la capacidad de sentir.


El cariño incondicional y atracción por May era exactamente el mismo que sentía por Melody. No más, no menos, totalmente igual y sin alteración. Como si de alguna forma solo pudiera recordar los sentimientos que sabía había tenido alguna vez, pero sin poder sentir absolutamente nada nuevo.


Amor, odio, pena, tristeza, alegría, felicidad. Ninguno nuevo. Como si todos ellos fueran memorias exteriorizadas, sin cambios, sin variaciones. Un robot programado para repetir infinitas veces más de lo mismo, entrenado para sacar a la superficie
algún sentimiento o emoción pasados ante alguna circunstancia.


May lo miró largamente, pero supo al instante que se confrontaba así mismo. Parecía querer decir algo pero a la vez trataba de reprimirse de lo mismo. Sus ojos castaños
mostraban culpa y aflicción. Ella sonrió.


—Nos llevamos mejor como amigos.


Gary la miró con sorpresa, sus pasos siguieron un camino trazado invisiblemente hasta llegar frente a ella. Notando su comportamiento sacudió la cabeza y recobrando la
compostura se sentó a su lado, guardando silencio en la espera de que ella se
explique. Pero ella no necesitaba hacerlo, sabía que él entendía.


—Nos llevamos mejor como amigos— Confirmó él agachándose hasta alcanzar su mano y acunarla entre las suyas.


No había mucho que decir, ninguno de los dos sabía como se supone que debía seguir esa conversación. Así que un mudo acuerdo quedaron callados y con la conciencia
tranquila. Eso era lo mejor que podían hacer.


Lo único sensato que podían acordar.




Estoy confundida ¿ustedes no?


Perdon por la eterna tardanza, estuve
super ocupada con exámenes y esas cosas. En fin se que últimamente todo me esta
saliendo muy cursi y meloso, incluso muy cliché pero no puedo sacar inspiración
de ningún lado y estoy comenzando a frustrarme seriamente. En fin espero que
disfruten el capi (A pesar de lo super dramático que está y sin tomar en cuanta
que parece novela Mexicana) y posteen. Besos a todos los que me postean y mil
gracias por sus palabras de aliento para continuar con este fic. Y no se
preocupen seguiré con mi forma de escribir, pera el próximo capi esperence la
vida de Dawn xd… “Swett Dreams”. Jejeje.
Pd: ¿habra poke o ego? jeje sorpresa, me gustaria decircelos pero no puedo sorry
Pd2: este capi se lo dedico a mi querida musae!!! mejorate amiga!!!

LETRA CANCION

Spoiler:

LETRA CANCION TRADUCIDA

Spoiler:

VIDEO

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Aun sentía aquel dolor punzante en el pecho cada vez
que veía aquel insignificante pedazo de papel.





Sus dedos rozaron suavemente el frio vidrio que
protegía aquella vieja foto.




De sus azules ojos una gruesa lágrima cayó mojando el
marco. Entre sus fingidas
sonrisas y los enormes ojos azules que siempre llevaban consigo una oscura
intención, aparte de su obvio cariño y amor por sus amigos, era ese el
sentimiento más real que poseía su corazón. Tristeza. El dolor de una pérdida.



Por Joanna solo podía sentir rabia y odio. Era ella la
causante de que hubiera tanto dolor en su corazón. Sin embargo una parte de
ella no podía dejar de quererla era su
madre al fin y al cabo.



Una mujerque tuvo a una hija en su adolescencia no
podía considerarse como una madre ejemplar o responsable, ella había crecido
sabiéndolo. Pero la adolescencia no
vivida de aquella mujer le había valido el más grande trauma de su vida.



Joanna había sido por mucho la madre más alocada e
infantil que existía en el mundo,
pero haberse metido con su jefe, Aurelius King, reflejaba sus consecuencias en
la vida diaria de Dawn.



No era de sorprenderse que por más de que se pasaba la
vida mudándose siempre se encontrara con Sabrina, la resentida hija del
empresario y amante de la madre de Dawn.



Lamentablemente cuando ella era pequeña no entendía
por qué aquella chica le tenía tanto rencor y le hacía la vida imposible,
tratándola de la criatura más estúpida en el
universo.



Sabrina estaba sufriendo, porque ella a diferencia de
Dawn, sabía perfectamente las
razones detrás del divorcio de sus padres, y la aventura de su progenitor con
aquella mujer tan desvergonzada. Al no poder tomar cartas en el asunto, ni
poder desquitarse con la amarte de su padre lo hacía con su hija, Dawn



Eso ella lo entendía, es más no culpaba a Sabrina por
el mal trato al cual la sometía,
podía entender su frustración. Pero nunca, nunca le perdonaría por lo que hizo
después.



Con los dedos temblorosos extendió sus brazos
hasta alcanzar aquella foto. Abrazar un portarretratos le resultaba
extremadamente cursi. Pero en las penumbras de su cuarto ¿Quién podría
juzgarla?



Esa era la razón, ese era el interruptor que Sabrina
había tocado para desatar el mar de odio que se había creado en su interior. La
razón por la que nunca estaba
satisfecha y por la que seguiría buscando almas pecadoras para sinnafer. Porque
su propia alma cangaba un sinfín de pecados imperdonables.





Entre todos ellos el más doloroso. Haber dejado que
Leona muriera en sus brazos.








Las llamas se alzaban en una danza hipnotizan te,
moviéndose de lado a lado. Llamandola. Sentía su calor abrazador anhelando
consumirla como lo habían hecho con las personas que amaba.





—May. May. No me dejes aquí. ¡Duele! ¡Duele mucho!





Pero el calor la acogía en sus ardorosos brazos
manchados de sangre. Los gritos se tornaban lejanos, al igual que el calor, al
igual que todo vestigio de vida.





Solo ella. Sola. Sola en la oscuridad.





—! NO!





La pesada respiración se entrecortaba en su pecho
mientras su aliento se congelaba y evaporaba en la fría noche. Su temblorosa
mano recorrió su rostro bañado en sudor y su cabello en el mismo estado.





—Un sueño— Se dijo así misma respirando agitadamente
—Era solo un sueño.





Sentada en su cama apretó las cobijas hasta que los
nudillos emblanquecieron. Su estado seguro era lastimoso, de eso estaba segura.
Con perezosos movimientos movió la cabeza para quitarse los pensamientos
vertiginosos que le atravesaban la cabeza.





Entonces miró su reflejo, pero no deparó en el
despeinado cabello o el rostro pálido, no
en los labios rajados o los visibles moretones en los brazos. Por un momento,
una fracción de segundo le pareció haber visto un espectro blanquecino que
difuminaba su figura en el espejo.





Sus ojos se contrajeron con sufrimiento mientras un
nuevo suspiro abandonaba su garganta.





Serían imaginaciones suyas, en el mejor de los casos,
pero lo más probable era que
Sinnafer estuviera aburrido de la espera.








Con un gesto vago de la mano peino distraídamente sus
largos cabellos. No sabía qué
era lo que le provocaba tanta nostalgia, ni porque justamente ese día los
recuerdos vagaban por su memoria con tanta facilidad, momentos así le habían
pasado antes así que sabía que tratar de ahuyentar sus memorias no haría bien
alguno; así que las dejó fluir libremente.





-//-// Flash Back-//-//





—Mamá no quiero— Dijo la niña con voz monocorde y
cansada ¿De qué serviría hacer berrinche en esta ocasión?





—Ay mi cielito— Replico la mujer apretando un poco el
volante y pintando sus labios a través del retrovisor —Esta vez nos quedaremos
un poco más de tiempo, ya sabes que necesito el trabajo y no controlo las
transferencias que me hacen— El rostro de la joven mujer estaba en total
indiferencia —Pero estoy segura que te gustará, este lugar es muy bonito— Trató
de animar a su hija tras verle la cara.





—¿Qué tiene de bonito un montón de árboles? Este lugar
parece un bosque encantado y no en el buen sentido— Reclamó Dawn mirando con
desagrado a través de la ventana.





—Pues estar en contacto con la naturaleza te va hacer
bien jovencita. Y ya deja de ser tan quejumbrosa— Regañó la mayor de las
peli-azules





—Hum. Ya que.





-//-// Fin Flash Back-//-//





Dawn tomó su bolso e improvisó una coleta desordenada
en la base de su cabeza. Bajó las escaleras sin importarle camuflar sus
ruidosos pasos. Era de madrugada, lo
suficientemente tarde para que alguien estuviera despierto pero no lo
suficientemente como para que la luz del sol se asomara en un buen rato. Tomó
las llaves del auto, seguro Gary se molestaría por eso en la mañana, pero ahora
ella no tenía cabeza para preocuparse en eso; se colocó la chaqueta de Misty
sobre sus hombros, seguro ella no se molestaría en lo más mínimo de todos
modos.





-//-// Flash Back-//-//


—Hola soy
Leona.





Dawn no movió ni siquiera un musculo para responderle. Estaba deprimida. Y
es que era como una maldición. Ni bien había llegado a su primer día en el
colegio y Sabrina ya se había encargado de hacerle una reputación por la que
todos la repelían.


—Yo no creo que seas retrasada mental. Y tampoco creo
que esa sea una enfermedad contagiosa— Aclaró su compañera con una sonrisa.









Y por primera vez ella levantó la cabeza y la miro.


—Soy Dawn.





—Yo ya te lo dije, soy Leona.


Ambas se sonrieron. Por primera vez Dawn creyó haber
encontrado una amiga.





-//-// Fin Flash Back-//-//


El freno fue presionado de golpe y por inercia el
cuerpo de Dawn se abalanzó hacia
adelante. La chica respiró profundamente apoyando su cabeza en el volante, unas
cuantas lágrimas que caían de sus ojos resbalaban por sus manos para después
desaparecer. Levantó su mirada para encontrar su reflejo en el retrovisor, sus
ojos inyectados en sangre eran solo una pequeña señal del dolor que nacía en su
interior. Un dolor tan bien camuflado por su usual fachada despreocupada.





Ella lo sabía todos sus amigos, incluyéndose ella
misma, eran tan buenos fingiendo,
aparentando pero era tan obvio que los traumas de cada uno no habían sido
olvidados, seguían latentes, e bullendo en un lugar muy oscuro de sus
corazones.





-//-// Flash Back-//-//


—! Niñas tontas!





—!Perdedoras!


—!Desaparezcan!


Dawn y Leona corrieron, desviandoce del camino
habitual, para perder a sus acosadores liderados por la más cruel de las
personas, la odiosa Sabrina.





—Creo que los perdimos— Jadeó Dawn apoyando sus manos
sobre sus rodillas en un intento de recuperar el aliento sin parecer débil
—Realmente lo lamento— Murmuró mirándola con los ojos mojados.





—No te preocupes. No dejaría que pases esto sola—
Respondió sonriéndole débilmente.





—Pero todos los días es lo mismo, nunca me dejan en paz… y por mi culpa
tampoco a ti.


—Ya te dije que no te preocupes por eso. Además este
camino es más bonito, está lleno de árboles y flores… que te parece si este se
vuelve nuestro atajo regular a casa— propuso con entusiasmo jugando con unas
flores cercanas.





—!Bien!— asintió entusiasmada.







-//-// Fin Flash Back-//-//





El viento helado chocaba impávidamente con su rostro moviendo sus cabellos
a su ritmo e irritaba sus ojos dejarle ver con claridad. El silencio era casi
absoluto en aquel parque desierto, solo el silbido del viento capturaba la
atención acústica de su cerebro.






-//-// Flash Back-//-//





Ambas jadeaban, esta vez sus rostros pintados con
entusiasmo y alegría. Le habían encontrado la diversión a aquella
descabellada situación.







—Esta vez fuimos más rápidas que ellos.





—Apuesto que se están muriendo de rabia por no haber
podido hacernos ni decirnos nada esta vez— Se mofó entre carcajadas, Leona.





—¡Si! La cara de Sabrina no tenía precio, creo que le
dio rabia no haber podido acosarme.





Leona asintió sonriente. —Bueno vámonos, recuerda que
nuestro atajo nos da dos horas más de caminata— Le recordó a su amiga.





Esa vez, sin embargo, en el interior de Dawn nacía un
sentimiento amargo. Un mal presentimiento.





-//-// Fin Flash Back-//-//


Las mejillas enrojecían cuando las lágrimas se
congelaban en ellas. Podía ver el
agua cristalina de la laguna artificial a pocos pasos, sentía un escalofrío
bajarle por la espalda con solo mirar su frigidez.


—Si tan solo hubiera podido hacer algo— Su aliento se evaporó en un
espectro blanco que se lo tragó la fría noche.


Poco importó que su fina ropa no volviera a poder ser
usada cuando sus piernas flaquearon. De manera lenta se desplomó en el húmedo
pasto. Tapando sus ojos con sus manos y sollozando sin omitir ningún sonido. Su
cuerpo temblaba, frágil, a causa de los sollozos que le oprimían el pecho,
ansiosos por ser liberados.





-//-// Flash Back-//-//


Él las sorprendió por la espalda, parecía seguro
de lo que hacía ¿Acaso las había estado vigilando?





Dawn apenas y podía recordar pequeños fragmentos de lo
que había sucedido; las escenas parecían cortadas y temblorosas. Él
golpeándola. Leona empujándola para recibir el siguiente golpe. Oscuridad. Ella
tratando de levantarse solo para ver como aquel vil sujeto le clavaba una navaja
en el hombro a su pobre amiga. Lágrimas, todo borroso. Gritos, sus propios
gritos. Otro golpe. Él sobre ella. Ella forcejando para que
sus muñecas sean liberadas. Sus ojos, dorados como el oro, de pupilas dilatas;
su sonrisa, ancha y perversa. Sus ojos dorados, abiertos con estupefacción
mientras un choro de sangre caían desde su boca hasta el rostro de ella. Un
peso muerto sobre su cuerpo. Adrenalina mientras empujaba aquel cuerpo a un
costado para encontrar la luz del sol interrumpida por una figura de pie frente
a ella. Oscuridad.





Y en todo momento un silbido en sus oídos.


Después de haberse desmayado, las cosas parecieron más
claras al despertar. No por eso, ni por un momento, Dawn había pensado
que eso no era una pesadilla, la peor de todas.





—¿Qué… pasó?— Murmuró para sí misma tomándose la cabeza con las manos.


Miró hacia abajo, y le dio un espasmo al encontrarse
con su ropa cubierta de sangre, instintivamente volteó hacia un costado. Dando
un bote hacia el lado opuesto, un chillido ahogado abandonó el fondo de su
garganta cuando vio el cuerpo inerte de un sujeto al que nunca olvidaría. Dio
otro bote cuando al correr la mirada encontró el
cuerpo agonizante de su amiga, justo a sus pies.





Entonces las cosas comenzaron a tener sentido. Leona la
había salvado. Así lo demostraba la navaja que antes había estado en su hombro
pero que ahora estaba en lo más profundo de la espalda de aquel sujeto.







—¡Leona! ¡Leona! ¡Responde!— Pero su propia voz se
había perdido en alguna parte de aquel infierno, porque no era capaz de
escucharse así misma.





Una inspiración superficial y cortada indicaba que ella aun luchaba por
su vida.
La colocó en su regazo tratando de tocar su rostro, pero estaba tan lleno de
sangre que las manos le timbraban.






—¡Por favor alguien!— Lo que debió ser un grito no era
más que un murmullo. Y se desesperó aun más.





—¡AYUDA!— Volvió a gritar pero su voz se perdió en un
eco que nada más el viento supo que existía. —Haré lo que sea, pero por
favor ayuda… por favor— El aire soplo por entre sus dientes apretados.









—Lo que sea.


La niña de ojos azules levanto su rostro pensando que
el eco de su voz era una ilusión de su subconsciente confundido.





No lo era, esa voz era grave, áspera. No era un eco,
No era una ilusión. ¿Qué era?





—Quien quiera que sea, por favor ayúdeme por piedad—
Sollozó enjuagando las lagrimas de sus ojos. —No resistirá más— Murmuró.





Su mirada se posó en su regazo y en la niña moribunda
que allí yacía. Quitó unos ensangrentados cabellos rojos de su rostro y sus
lagrimas enjuagaron un poco de la sangre en la cara de la pelirroja.





—¡Responda! Haré cualquier cosa— suplico. El tono de su voz disminuyó
gradualmente hasta convertirse tan solo en un soplo de la brisa.


—Yo puedo ayudarte.





Una espeluznante voz volvió a hablar.


—¿Dónde…?— Buscó con la mirada el lugar de donde
provenía aquella voz.





—Aquí abajo.






Sus ojos rápidamente viajaron por toda el área cercana
en el piso, sintiéndose momentáneamente en una pesadilla.





Entonces no muy lejos vio el lugar donde su mochila
abierta y con todo su contenido desparramado yacía en el piso.





—Aquí.






Volvió a llamarla y sus ojos se abrieron de par en par
cuando entendió que la voz provenía de su espejo de mano que se encontraba boca
abajo sobre la escasa vegetación seca.





Esto parecía una pesadilla.






-//-// Fin Flash Back-//-//





Sentía el bajo tono de su corazón golpear contra las congeladas rodillas
que se apretaban más a su pecho en busca de calor. Las lágrimas no cesaban, pero
ahora caían perezosamente de los ojos llanos y vacios de Dawn.






Incluso ahora era difícil que era lo que había pasado
en aquellos momentos de
oscuridad, que su mente no era capaz de rellenar. Lo más probable era que no
hubiera pasado nada que ella quisiera recordar, pero le molestaba el hecho de
haberse desmayado dos veces y no haber podido ayudarla.





-//-// Flash Back-//-//







¿Aquí espejo le había hablado? Soltando con vacilación
el fuerte agarre que ejercía con la mano inerte de Leona trató de llegar a ese
extraño objeto, pero apenas apoyó una mano en el suelo sintió bajo su piel una
sustancia viscosa y tibia, por inercia levantó la mano observando el tono rojo
oscuro que había tomado. Sus sollozos se volvieron más violentos y ruidosos.
Había un charco de sangre debajo de ella, que emanaba incesante de su amiga.





—Tómalo con calma querida mía.







Aconsejó aquella espeluznante voz, pero en su tono se
percibía una perversa diversión de trasfondo.





—Ven, déjame ver tu rostro.







Ella tragó, con esfuerzo, un poco de saliva. Sentía la
garganta seca y adolorida, como si estuviera inflamada. Cerrando los ojos con
fuerza evitó el charco de sangre y esquivando otros objetos que estaban
desparramados por la maleza su mano temblorosa sostuvo aquí extraño espejo.





—Ella no va a sobrevivir, sin embargo veo tu dolor y
deseo ayudarte. ¿Por qué dos jovencitas tan adorables vendrían por estos
lugares tan inhóspitos?





Su voz era un casi perfecto camuflaje de elegancia y
compasión, pero nunca, nunca podría ocultar por completo la maleficencia que lo
predominaba.


—Es… es… ¡Es por culpa de ella!— Bramó con los ojos contraídos por la
rabia, las lagrimas seguían cayendo pero ahora habían perdido el sabor de dolor
y se notaba por la fuerza con la que eran expulsadas que un nuevo sentimiento
de rencor crecía en su interior. —¡Sabrina!


—Exacto. ¿Pero acaso no crees que ella en estos
momento esta de lo más feliz que un repugnante humano puede estar?





—¡Esa… arpía! ¡Todo es su culpa!





—¿Y acaso no deseas que ella sufra todo lo que tu
estas pasando?





—Incluso más— Los dientes apretados de Dawn rechinaron
con un timbre melódico para los oídos de Sinnafer.





Una sonrisa diabólica se dibujo en el extraño rostro
espectral dentro del espejo.





—Entonces déjame ayudarte.





Dawn miro fijamente el artefacto sin inmutarse por no ver su reflejo.
Levantó las cejas imprimiendo en su rostro la pregunta muda que sus labios no
le permitían expresar.


—Tú me ayudaras a quitar toda la escoria de tu mundo,
serás la encargada de traer ante mi todas aquellas personas que son igual de
podridas que esa Sabrina, y lo harás, entregándome sus almas.





Y en ese momento, ni la sangre, ni la muerte
importaron pues ella estaba segura de algo. Esto no quedaría así. Conseguiría
venganza. Y todas las personas con el alma sucia y podrida terminarían en las
manos de aquella espectral figura.





Y sería ella quien se encargaría de que fuera así.





-//-// Fin Flash Back-//-//


Ya no podía llorar, no quería recordar. Estaba vacía
una vez más. El paisaje tomaba tonos más claros, la niebla pesada y oscura se
tornaba blanquecina y ahumada. Y el
cielo, en antaño negro comenzaba a tornarse plomo suave. Amanecía.





Una sonrisa automática surcó la comisura de sus labios
y con los ojos aun sin vida observó fijamente la bruma que se amontonaba sobre
el agua en las orillas de la laguna. El resto del agua permanecía cristalina
aunque no reflejaba nada, no había nada que reflejar.





Un suspiro escapó con lentitud desde sus pulmones.


El silbido del viento fue interrumpido por el crujir de una rama, lo que
llamó la atención de Dawn. Un nuevo crujido hizo eco en el silencio; y sin
perder más tiempo la chica buscó el origen del sonido.


Grande fue la sorpresa cuando a varios metros de donde
se encontraba, cerca de la laguna, divisó una silueta. Una sonrisa
indescriptible se dibujó en su rostro cuando
reconoció a la persona.





Se acercó a él, silenciosa como un fantasma, y cuando
estuvo lo suficientemente cerca se dejó caer pesadamente a su lado.





Paul dio un respingo, pero sereno como solía ser, no
se exaltó hasta que vio a quien tenía a lado.





—No te espantes— Tranquilizó Dawn con voz suave —No voy a saltarte encima—
aseguró mirándolo de reojo.


Paul la miro con los ojos entrecerrados, era la
primera vez que no le saltaba encima
hablando a mil por hora.


—Es muy temprano, y está haciendo mucho frio ¿Por qué estás aquí?


Paul miró fijamente a Dawn aun en alerta. Su voz
sonaba tan serena cuando no parloteaba como cacatúa.





—Eso a ti no te importa— Murmuró con hostilidad.





—No me hables en ese tono— Dawn bramó haciendo
berrinche.





“Esta chica está loca” Pensó mirándola de reojo.


Suspiró virando los ojos con fastidio.


—Oh claro su majestad— Repuso con su típico frío
sarcasmo —No solo vienes a interrumpir el único momento de calma que tengo en
el día sino que también pretendes que me sienta feliz con tu compañía. Que fastidió—
Murmuró seriamente.





Los ojos de Dawn se abrieron con en centellar de dolor
que desapareció tan rápido como una falsa sonrisa creció en su rostro. —Lamento
ser tan mala compañía, se que digo y hago cosas que son muy irritantes pero no
puedo evitarlo soy muy impulsiva—
Explicó pensando que la naturalidad, y aparente entusiasmo, en su voz impidiera
que él notara el resentido sentido de sus palabras.





—No es cierto— Afirmó él cerrando los ojos. A la vez
que ella volteaba a mirarlo con
confusión Paul continuó —No pareces ser una persona impulsiva en lo absoluto,
eres demasiado inteligente para ello. Tu sonrisa también parece bastante
fingida, si me permites decirlo— Inquirió arqueando la boca en una seca sonrisa
burlona. Una que sólo quedaría bien en su rostro.


—¿Co…como?


—Soy muy observador. Lo note hace mucho tiempo pero
por alguna razón tu quieres actuar así frente a todos así que no dije nada.—
Explico con pereza. Las cejas de Dawn temblaron.





—Pero… es que yo… Nadie…





—Es que soy demasiado astuto para eso.





La presunción en su voz, que irritó a la chica, fue
también lo único que la mantuvo en contacto con la realidad cuando su quedó en
blanco. Pensar en cómo él pudo haber llegado a esas conclusiones cuando nadie
más lo hizo le asustaba. ¿Es que todos los chicos eran así? Sus horizontes en
el tema no eran los más amplios pero era demasiada ironía que todos los chicos
que la rodeaban fueran tan listos. Gary, Paul y Seth. ¿Era un chiste no?





Paul miro extrañado como el rostro de la chica pasaba
de exaltación a serenidad en un
paulatino cambio. Que a pesar de ser gradual fue demasiado violento para lo que
abarcaba semejante explicación.





—¿No te interesa saber por qué finjo todo esto?—
Preguntó ella con mesura. Él volteó a verla.





—No es de mi incumbencia lo que hagas o dejes de
hacer— Se encogió de hombros
desinteresadamente.





Ella no pudo evitar preguntarse que habría dentro de
su cabeza en esos instantes, pues todo prometía el hallazgo de una persona
sumamente interesante. Era sabido por
todos que ella estaba interesada en él, más que todo porque lo encontró
atractivo desde un principio y porque no tenía nada mejor que hacer, pero en
realidad nunca le interesó más que como una diversión pasajera. Pero todo eso
palidecía ante la visión del misterioso chico al lado suyo, uno que realmente
comenzaba a captar su atención en un sentido más amplio.


Ella no lo notaba pero él estaba observándola fijamente, escondiendo sus
pupilas bajo el manto de pelo violeta que le rozaba levísimamente los hombros.
Había algo en ella que lo atraía, inevitablemente un destino cruel tomando en
cuenta el carácter de esa extraña niña, pero había algo más. Algo que no le
daba buena espina del todo.


—Ya que decidiste arruinar mi momento de paz, y para
que no empeores las cosas, mejor me voy— Anunció poniéndose de pie y estirando
los brazos para relajar los músculos. Ella lo observo un poco molesta por el
comentario. Llegaban ciertos puntos en los que Paul era realmente exasperante.








Drew teníasus propios problemas. La mayoría giraban en
torno a la irritante castaña que adoraba con el alma. Pero este en específico
no tenía nada que ver con ella.





Janelle no era una mujer maternal. En lo absoluto.
Pero si algo hacía por lo que aun se le podía considerar como una madre era
eso: Protegerlo de su propia familia. Un
linaje de predadores ansiosos y ciegos por el poder. Un conjunto que más que
compartir lazos sanguinos compartían negocios monetarios. Y a gran escala. Y,
que llegado el momento, muy poco importarían los lazos sanguíneos si un negocio
saliese mal los demás no dudarían en hacerse polvo entre sí.





Era sabido por todos que su padre, Charles Hayden,
había sido la oveja negra de la
familia. Desligándose de los negocios familiares y políticos que llevaba como
herencia genética, había lanzado su propia campaña política que en pocos meses
había prosperado con gran éxito. En el camino de la fama y fortuna que
comenzaba a aflorar había conocido a la extravagante Janelle con quien, después
de haber sido testigo de su flamante belleza e inteligencia, se casó y tuvo a
su primer y único hijo.





Pero es aquí donde nuevamente entra en gran imperio
Hayden. Las victorias políticas y
monetarias del hijo descarriado llamaron la atención del cabecilla de la
familia. No tenía los detalles claros pero sabía que habían sido ellos, su
familia, su abuelo, los que habían causado el deterioro en el matrimonio de sus
padres. Causas ideológicas, parecía ser.





Sin embargo los divorcios no son favorables para un
político, y eso Charles lo sabía bien. Así que seguían interpretando a la
casita feliz ante el resto del mundo aun que
tras las cuatro paredes de su casa eran no más que extraños.





Y de nuevo la intervención de la familia tensaba las
cosas. Era sabido para todo el clan
Hayden que Drew había sido el nito, y porque no el miembro, que había sido
bendecido con mayor cualidades físicas.


Las mujeres volteaban a verlo con deseo, y los hombres observaban, no sin
cierta envidia, la fluidez de sus expresiones y su diligente actitud.


Lo importante de todo esto era que el brutalmente
hermoso rostro de Drew no podía
dejar más que satisfecho a su abuelo. Quien, según su madre, ya sabía cómo
sacarle en jugo a la situación.





La llamada de su madre a semejantes horas de la
madrugada lo había sobresaltado, pero fue terror cuando entre cuchicheos
apresurados y tensos le había explicado los
planes que se abuelo le tenía preparados para él, el nieto pródigo.





Notó, con sorpresa, que ella, la mismísima Janelle
Grimaldi, parecía preocupada por él,
el hijo que apenas volteaba a ver. Tal vez después de todo si tenía algo de
madre en sus venas. Drew debía quererla aunque sea un poco por ello.





Eso era parte del segundo plano. Era lo que su abuelo
tenía en mente lo que realmente
le ponía los pelos de punta.





Y aquí es donde entraba May, era increíble como todo
lo que esa chica hiciera o no
hiciera se convertía en un problema para él.


—¿Cómo se lo voy a explicar?— Murmuró para sí mismo. Flexionó las rodillas
apoyando los codos sobre ellas —No es como si le fuera a importar, pero…—
sostuvo su cabeza entres sus palmas extendidas al tiempo que los pensamientos
en su mente se volvían confusos, vertiginosa y, mayormente, sin sentido.


Un gruñido nació en su garganta, era exasperante.


Lo malo de la situación dependía de ella, de May. De lo que él sintiera por
la chica, y más importante, de lo que ella sintiera por él.


Comenzaba a hacerse tiempo de que aclarara sus propios
sentimientos e ideas.


Apoyó su cabeza en la llanura del colchón cerrando los ojos con cansancio.


Parece que hoy no tendrás dulces sueños Drew. Pero
vale la pena intentarlo.

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LETRA CANCIÓN Emily Browning

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LETRA CANCION TRADUCIDA

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