One Mile Nightmares [Capitulo 7 , ¡Ups! ]

Escasos minutos faltaban para llegar al destino indicado; desde que se vieron no volvieron a dirigirse la palabra pero eso no evitaba que sus ojos se buscaran y encontraran de vez en cuando, sus pensamientos profundos como un abismo y con similitudes que jamás podría mencionar rodaban en su interior.

—Están muy callados ustedes dos— rompió al fin el hielo uno de los enfermeros que abordaban el vehículo junto con los mencionados.
—No es nada, simplemente no tengo deseos de hablar y aseguro que ella tampoco.
— ¿Algún problema? Es obvio que se conocen aunque me cuesta entender en que sitio o situación.
—No es en realidad tan difícil, ella fue mi alumna mientras cursaba la secundaria hace cuatro años aproximadamente, yo era profesor en práctica y la señorita aquí presente hacia lo imposible con tal de no reprobar, un auténtico dolor de cabeza.

Ambos hombres voltearon para presenciar la reacción de la susodicha, sin embargo esta giró totalmente su cuerpo con la intención de ignorar la anterior conversación ya que aseguraba que la mayoría se trataría sobre ella; y no se equivocó.

El tiempo que supuso el trayecto fue incierto, extrañas figuras empezaron a formarse a sus alrededores, una espesa niebla no dejaba ver el camino; nuevamente aparecían esas perturbadoras voces que te incitaban a desear la muerte.

En un segundo volvió el silencio, los rostros de la muchacha y el desempleado maestro miraron por pequeñas ventanas para presenciar un escenario en llamas, todo se volvía cenizas a sus alrededores, todo era pánico, y mientras el peliverde notaba el suceso con horror la chica pensaba que era otra de sus alucinaciones por drogas por lo que no le tomó la importancia necesaria, sabía que no era real o ya estaría más que calcinada…¿O pues qué es una ambulancia pequeña en medio de una inmensa oleada de fuego? Nada, absolutamente nada.

La visión se acabó cuando el movimiento se frenó y el chofer habló.

—Llegamos.

May se bajó primero claro siendo escoltada por sus enormes “niñeros” quienes le colocaron inmediatamente una camisa de fuerza. Ahora fue turno de Drew quién aún se veía claramente consternado sumado a que One Mile al menos sus ojos era un sitio extraño. Llegaron a la recepción donde una extraña señorita los invitó a sentarse y esperar. Uno junto al otro no sabían que decirse pues desde un desastroso incidente en su pasado ninguno había vuelto a ser el mismo y la vergüenza recorría sus cuerpos como la misma sangre.

La gente a su alrededor alegremente conversaba esperando su turno, eran los únicos que no se hablaban.

De repente ella rompió el hielo.

—Y… Dígame profesor… ¿Qué tal va con su novia? Ya sabe la de la voz rara.
—Hmmm… ¡Bastante bien! De hecho nos casaremos pronto
—Oh, que bueno
—¿Y tú que has hecho desde la secundaria? Aunque veo que no te ha ido muy bien.
—Son unos exagerados, yo no he hecho nada malo sólo quieren joderme al igual que mi madre, de hecho ella fue quién me envió a ese horrible hospital de locos.
—Quizás lo hizo para que mejoraras.
—Jajaja, esa si es una broma muy graciosa; sé a la perfección que sólo quería deshacerse de mí nunca me quiso y nunca lo hará, solamente idolatra a mi hermano mellizo muerto no paraba de decirme a cada segundo que seguro él hubiera sido un mejor hijo de lo que yo pude ser, alguien perfecto y educado y no un desastre como yo— su voz reflejaba tristeza y dolor directamente venido del alma pero eso hoy no iba a traumarle , por lo que prefirió relajarse; metió una mano dentro de su blusa sacó un cigarrillo y lo puso en su boca— ¿No tendrá fuego de casualidad?
—Si claro— respondiendo a su acto extrajo un encendedor de su bolsillo para prender el cigarrillo, lo hizo pero cinco minutos después percató de su acción y le sacó el pequeño enrollado atrapado en los labios de la mujer de ojos azules, ella sólo rió.
—Era lo que me encantaba de usted, tan distraído nunca se daba cuenta de lo que yo hacía
—Ese es mi problema, soy un estúpido con todas las creces
—No es cierto, sólo es divertido.
—Falsas tu palabras son, te encendí el cigarro eso es malo.
—Por favor, no vaya a salirme como los pendejos de los directivos del hospital diciéndome que debo de dejar de hacerlo ¿Verdad? Y si no fuma
—En lo personal yo no fumo y ni lo haré, si tu quieres lo puedes hacer sólo que no en un hospital señorita Newlands
—Es un buen punto, cuando salgamos lo invito al Bar de Navira en la calle #456 y me habla de usted, de su novia de voz de gata dando a luz y demás. Por cierto no olvide invitarme a su boda quiero ver drama, mucho drama.

Profundamente el hombre se aguantaba las ganas de reír, por que a leguas se distinguía que su ex alumna se hallaba bajo los efectos de quién sabe que sustancia y no sabía lo que decía, pero a la vez le preocupaba mucho, tal vez demasiado.



—Oiga profe si no fuma ¿Por qué trae un encendedor?
—Es un regalo de Lucy
—Ah, la gata bueno, creo que fue un pésimo regalo para usted, oh mire es la mujer de blanco esa.

La extraña recepcionista, se acercó carcajeándose como hiena. Todos la observaban con algo de miedo.

—El doctor Hastings no puede recibir a dos así que pide que pasen juntos.
—Pero, somos casos distintos
—No importa, seguro llegaran todos a un acuerdo y si no quieren perder su cita les recomiendo que pasen

Resignados decidieron hacer caso de las palabras, pasaron juntos aunque ella decidió tomarlo de la mano y decirle que parecía un lindo mono. Él no sabia que contestarle, todo sonido que manaba de su boca no tenía coherencia alguna. Aunque esta lo hacía a propósito porque era divertido molestarlo.
Pero toda felicidad cesó cuando sintieron el suelo hacerse pedazos y caer en un inmenso abismo, una profunda oscuridad invadió el pasillo y las risas demoníacas volvieron.

—No se pero creo que esto ya no es parte de mis alucinaciones. — dijo May mirando a todas partes como loca tratando de entender lo que sucedía.
— ¡Esto ya me pasó hoy! — alegó Drew ignorando lo que antes dijo la castaña
— ¿De verdad?
—Hoy en el consultorio de ese doctor que tu también ibas a visitar, fue exactamente lo mismo llegué temprano y cuando llegue a verlo ya habían pasado dos horas.
— ¿Qué? ¿Pero cómo…?

Un grito desgarrador salió de la recepción, sin dudar corrieron a ver lo que pasaba
Lo primero que se alcanzaba a ver era el cuerpo de la recepcionista atravesada por un enorme tubo de metal, había muerto una perturbadora sonrisa y la lengua le colgaba de la boca, los ojos se le salieron e incluso parecía que uno les había guiñado.

Un hombre salió de un consultorio sin una pierna brincando como pudo con la otra seguido de una criatura asquerosa parecida a un humano pero con toda la piel y las tripas de fuera, sólo se vio el momento en que la extremidad de la persona era tragado por uno de esos y quería más, saltando atrapó al señor quien sólo dio murió dolorosamente engullido. Segundos más tarde aproximadamente una docena de esos hicieron acto de presencia.

Atraídos por el olor a muerte, corrieron los cadáveres para comerlos.

Sabían que buscarían más pronto, por lo que salieron disparados a buscar un escondite y quizás un arma para intentar sobrevivir a ese extraño infierno que había aparecido.