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Re: There is a light that never goes out + 19
Es genial Zoe.
¿De qué me sonará Drew con el verde,
y a May le encanta el naranja?
Es que me suena pero no caigo (?)
Está genial la conti.
Y es que tu personalidad se refleja en ella,
te gustan los chicos capullos,
y a Drew le haces así ;u;
Bueno y eso,
Que no sé que mas decirte,
que me ha encantado <3
Y espero ver la siguiente conti :p
Siento haber tardado en contestar
sayoo
¿De qué me sonará Drew con el verde,
y a May le encanta el naranja?
Es que me suena pero no caigo (?)
Está genial la conti.
Y es que tu personalidad se refleja en ella,
te gustan los chicos capullos,
y a Drew le haces así ;u;
Bueno y eso,
Que no sé que mas decirte,
que me ha encantado <3
Y espero ver la siguiente conti :p
Siento haber tardado en contestar
sayoo
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Cumpleaños!! : 11/11/1998
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Re: There is a light that never goes out + 19
There is a light that never goes out.
.
.
9 # A lo mejor los monstruos de debajo de la cama nos llaman los monstruos de encima de la cama.
«Bet she's delighted when she sees him,
pulling in and giving her the eye.
Because she must be fucking freezing,
scantily clad beneath the clear night sky
it doesn't stop in the winter.
And they say it changes when the sun goes down.»
When the sun goes down — Arctic Monkeys.
pulling in and giving her the eye.
Because she must be fucking freezing,
scantily clad beneath the clear night sky
it doesn't stop in the winter.
And they say it changes when the sun goes down.»
When the sun goes down — Arctic Monkeys.
Sangre.
Contuvo la respiración y cerró los ojos, estaba muda y asustada, por sobretodo asustada pues dentro de ella había una pequeña replica que chillaba a los cuatro vientos, que extendía las manos y abría tanto la boca que dolía. Ya había tachado otro día en el calendario, lo cual quería decir una cosa: mes y medio. Se mordió el labio con preocupación haciéndose sangrar, le gustaba el sabor metálico de la sangre, a Aura le resultaba irónico que el líquido supiese de esa forma, al fin y al cabo los cuchillos son metálicos y las balas también, claro que de metales específicos pero de metal al fin y al cabo, cuando mueres por algo así su sabor, su tacto permanece en ti. Verlo de esa forma convertía a la sangre en algo cruel.
Se dejó caer en su cama, abrazando a Thom, su oso de peluche, y enterrando la cabeza en la cabeza de este. “Aún hueles a lavanda” susurró mientras cerraba los ojos; el pelaje del peluche le hacía cosquillas en el rostro y no pudo evitar negar con la cabeza. Aura tan sólo estaba segura de una única cosa: estaba triste, estaba tan triste que no podía llorar, estaba tan triste que no podía hacer nada más que tachar días del calendario y esperar, pero esperar la asustaba demasiado.
— ¿Tú por qué fumas?—Drew acababa de comprar un paquete de tabaco, era caro, demasiado caro.
— Porque estoy triste.
— ¿Y estás mucho tiempo triste?
— Sí.
— ¿Funciona?—Drew no esperó más para ofrecérselo. Funcionó.
Ahora no iba a funcionar porque Aura no hacía esas cosas, Aura no encendía largos cilindros blancos y naranjas y se los llevaba a la boca, Aura prefería hacer otras cosas, como encerrarse en su habitación y escuchar música al máximo volumen, tirar peluches contra la pared o ir a algún sitio en el que no haya nadie y gritar, gritar hasta que le doliera la garganta, gritar como la chica de dentro. Sintió una punzada de dolor en el vientre al pensar en chicas de dentro.
“Sangra, sangra, sangra” rogó.
Aura no sabía rezar pero había agotado más o menos todas las oraciones a dioses falsos y más de mentira que se sabía. Se había apretado el vientre de todas las maneras que sabía y el miedo la había paralizado tantas veces por culpa de todas las posibilidades que acudían a su mente que ya había perdido la cuenta. Se estiró completamente en la cama, cogiendo a Thom con una mano que rebosó el límite y se suspendió en el aire, poco a poco Thom se resbaló, lánguidamente dirigió la cabeza y cuando lo vislumbró sonrió de lado.
— Te va a llevar el monstruo de debajo de la cama—murmuró—, al menos tú sangrarás, ¿eh, Thom?—se volvió a encoger.
De pequeña siempre había tenido miedo al monstruo de debajo de la cama, en las noches tormentosas se tapaba completamente y encendía una luz, siempre se imaginó que una especie de monstruo redondo con tentáculos vivían debajo de su cama y que a la mínima la cogería; cuando aparecía tirada en el suelo un escalofrío solía recorrerla, pensaba que la había atrapado y la había dejado allí para comérsela después. Ahora su pesadilla era el monstruo de encima de la cama y sus consecuencias.
“Recuerda” se dijo a sí misma en aquel momento “que uno de los efectos colaterales de no comer es que tus menstruaciones se paran o tardan, es decir, que no tienes porqué estar embarazada”.
Pero ahora mismo tenía una cosa peor de la que preocuparse, la cena de Navidad sería dentro de un par de días, lo que significaba que tendría que estar en casa, en una casa con hedor a comida en cada habitación, en una casa en la que toda la gente hablara sobre comida, en una casa en que se cocinara tanta comida que sobrara para los próximos dos días, en una casa en que la obligarían a comer y a sonreír porque “solo es un día y solo se ve a la familia así una vez”, una casa que sería algo así como el infierno. Se había preparado para ello, para soportarlo mentalmente y físicamente, no había comido nada desde la noche de ayer y unas galletas sería todo lo que su cuerpo ingiriera ese día y los siguientes hasta Nochebuena, donde comería como le habían pedido para paliar la necesidad fisiológica de energía y que sus células no practicaran el canibalismo debilitándola aún más, así mismo como sus padres la verían comer la felicitarían por el progreso y entonces se olvidarían de internarla como pensaban hacer hace un mes. Sería como si se hubiera curado.
Sonrió encantada ante ese plan, era perfecto, además ahora únicamente tendría que traerse la comida a su habitación, despedazarla y meterla a la servilleta y entonces la podría esconder sin problemas para luego tirarla directamente al cubo de basura de la calle, cuando le enseñara a su madre el plato medio vacío –porque sabía que tampoco iba a colar que se comiera absolutamente todo- ella estaría encantada y sonreirían, entonces Aura volvería a su tristeza y su madre a la mentira.
Se estiró hasta la mesita para coger el móvil, al desbloquearlo se encontró un mensaje de WhatsApp, entre todos los que tenía ese fue el que más le llamó la atención: era un número desconocido, como nombre adicional de usuario aparecía una “E”; al abrir la conversación le asaltó una hilera de mensajes, todos con punto al final: come. Ahora pensaba que no tenía gracia, que aquello ya se había pasado de la raya, que daba demasiado miedo como para ser real, que ella no comería porque un desconocido anónimo se lo pidiera. Quería seguir pensando que era Drew, aquella era una idea demasiado perfecta, tenía que ser él quien, preocupado por ella, le enviara mensajes anónimos rogándole que comiera, porque la quería. Eso explicaría porque empezaron a aparecer a raíz de que se llevaba con él.
Oh, pero por supuesto que Drew no era.
Drew estaba bastante ocupado en la casa abandonada con sus amigos, bebiendo hasta la última gota de aquella botella de Jack Daniel’s que Paul le había robado a su padre, aquella botella que sería la estrella de su árbol de navidad. Habían comprado un árbol de navidad en los chinos, uno de esos verdes que tienen reflejos de nieve, lo habían colocado en una esquina en la que no le pudiese azotar la lluvia ni el viento, era el sitio privilegiado para el objeto privilegiado; en él en vez de colgar los típicos adornos habían decidido poner las cosas importantes que les había traído ese año: dentro de una bota Paul había colocado la nota que su madre les escribió antes de fallecer “voy a hacer la compra, tenéis pizza en la nevera. No tardo, os quiero —mamá”, aquel chico borracho se la había arrebatado. Ash había colgado en una de las ramas altas un anillo plateado: lucha por tus sueños, y Drew tan solo había anudado el colgante que Brianna le regaló a una de las ramas de abajo, era una “E”, una “E” de Drew y de Bree, era algo así como su letra.
— Vaya mariconada, ¿no?
— Ya.
—
Por cada comentario salvas la vida de un alce, sí, de un alce.
Contuvo la respiración y cerró los ojos, estaba muda y asustada, por sobretodo asustada pues dentro de ella había una pequeña replica que chillaba a los cuatro vientos, que extendía las manos y abría tanto la boca que dolía. Ya había tachado otro día en el calendario, lo cual quería decir una cosa: mes y medio. Se mordió el labio con preocupación haciéndose sangrar, le gustaba el sabor metálico de la sangre, a Aura le resultaba irónico que el líquido supiese de esa forma, al fin y al cabo los cuchillos son metálicos y las balas también, claro que de metales específicos pero de metal al fin y al cabo, cuando mueres por algo así su sabor, su tacto permanece en ti. Verlo de esa forma convertía a la sangre en algo cruel.
Se dejó caer en su cama, abrazando a Thom, su oso de peluche, y enterrando la cabeza en la cabeza de este. “Aún hueles a lavanda” susurró mientras cerraba los ojos; el pelaje del peluche le hacía cosquillas en el rostro y no pudo evitar negar con la cabeza. Aura tan sólo estaba segura de una única cosa: estaba triste, estaba tan triste que no podía llorar, estaba tan triste que no podía hacer nada más que tachar días del calendario y esperar, pero esperar la asustaba demasiado.
— ¿Tú por qué fumas?—Drew acababa de comprar un paquete de tabaco, era caro, demasiado caro.
— Porque estoy triste.
— ¿Y estás mucho tiempo triste?
— Sí.
— ¿Funciona?—Drew no esperó más para ofrecérselo. Funcionó.
Ahora no iba a funcionar porque Aura no hacía esas cosas, Aura no encendía largos cilindros blancos y naranjas y se los llevaba a la boca, Aura prefería hacer otras cosas, como encerrarse en su habitación y escuchar música al máximo volumen, tirar peluches contra la pared o ir a algún sitio en el que no haya nadie y gritar, gritar hasta que le doliera la garganta, gritar como la chica de dentro. Sintió una punzada de dolor en el vientre al pensar en chicas de dentro.
“Sangra, sangra, sangra” rogó.
Aura no sabía rezar pero había agotado más o menos todas las oraciones a dioses falsos y más de mentira que se sabía. Se había apretado el vientre de todas las maneras que sabía y el miedo la había paralizado tantas veces por culpa de todas las posibilidades que acudían a su mente que ya había perdido la cuenta. Se estiró completamente en la cama, cogiendo a Thom con una mano que rebosó el límite y se suspendió en el aire, poco a poco Thom se resbaló, lánguidamente dirigió la cabeza y cuando lo vislumbró sonrió de lado.
— Te va a llevar el monstruo de debajo de la cama—murmuró—, al menos tú sangrarás, ¿eh, Thom?—se volvió a encoger.
De pequeña siempre había tenido miedo al monstruo de debajo de la cama, en las noches tormentosas se tapaba completamente y encendía una luz, siempre se imaginó que una especie de monstruo redondo con tentáculos vivían debajo de su cama y que a la mínima la cogería; cuando aparecía tirada en el suelo un escalofrío solía recorrerla, pensaba que la había atrapado y la había dejado allí para comérsela después. Ahora su pesadilla era el monstruo de encima de la cama y sus consecuencias.
“Recuerda” se dijo a sí misma en aquel momento “que uno de los efectos colaterales de no comer es que tus menstruaciones se paran o tardan, es decir, que no tienes porqué estar embarazada”.
Pero ahora mismo tenía una cosa peor de la que preocuparse, la cena de Navidad sería dentro de un par de días, lo que significaba que tendría que estar en casa, en una casa con hedor a comida en cada habitación, en una casa en la que toda la gente hablara sobre comida, en una casa en que se cocinara tanta comida que sobrara para los próximos dos días, en una casa en que la obligarían a comer y a sonreír porque “solo es un día y solo se ve a la familia así una vez”, una casa que sería algo así como el infierno. Se había preparado para ello, para soportarlo mentalmente y físicamente, no había comido nada desde la noche de ayer y unas galletas sería todo lo que su cuerpo ingiriera ese día y los siguientes hasta Nochebuena, donde comería como le habían pedido para paliar la necesidad fisiológica de energía y que sus células no practicaran el canibalismo debilitándola aún más, así mismo como sus padres la verían comer la felicitarían por el progreso y entonces se olvidarían de internarla como pensaban hacer hace un mes. Sería como si se hubiera curado.
Sonrió encantada ante ese plan, era perfecto, además ahora únicamente tendría que traerse la comida a su habitación, despedazarla y meterla a la servilleta y entonces la podría esconder sin problemas para luego tirarla directamente al cubo de basura de la calle, cuando le enseñara a su madre el plato medio vacío –porque sabía que tampoco iba a colar que se comiera absolutamente todo- ella estaría encantada y sonreirían, entonces Aura volvería a su tristeza y su madre a la mentira.
Se estiró hasta la mesita para coger el móvil, al desbloquearlo se encontró un mensaje de WhatsApp, entre todos los que tenía ese fue el que más le llamó la atención: era un número desconocido, como nombre adicional de usuario aparecía una “E”; al abrir la conversación le asaltó una hilera de mensajes, todos con punto al final: come. Ahora pensaba que no tenía gracia, que aquello ya se había pasado de la raya, que daba demasiado miedo como para ser real, que ella no comería porque un desconocido anónimo se lo pidiera. Quería seguir pensando que era Drew, aquella era una idea demasiado perfecta, tenía que ser él quien, preocupado por ella, le enviara mensajes anónimos rogándole que comiera, porque la quería. Eso explicaría porque empezaron a aparecer a raíz de que se llevaba con él.
Oh, pero por supuesto que Drew no era.
Drew estaba bastante ocupado en la casa abandonada con sus amigos, bebiendo hasta la última gota de aquella botella de Jack Daniel’s que Paul le había robado a su padre, aquella botella que sería la estrella de su árbol de navidad. Habían comprado un árbol de navidad en los chinos, uno de esos verdes que tienen reflejos de nieve, lo habían colocado en una esquina en la que no le pudiese azotar la lluvia ni el viento, era el sitio privilegiado para el objeto privilegiado; en él en vez de colgar los típicos adornos habían decidido poner las cosas importantes que les había traído ese año: dentro de una bota Paul había colocado la nota que su madre les escribió antes de fallecer “voy a hacer la compra, tenéis pizza en la nevera. No tardo, os quiero —mamá”, aquel chico borracho se la había arrebatado. Ash había colgado en una de las ramas altas un anillo plateado: lucha por tus sueños, y Drew tan solo había anudado el colgante que Brianna le regaló a una de las ramas de abajo, era una “E”, una “E” de Drew y de Bree, era algo así como su letra.
— Vaya mariconada, ¿no?
— Ya.
—
Por cada comentario salvas la vida de un alce, sí, de un alce.
Última edición por Gandalf the grey el Miér 25 Dic - 11:22, editado 1 vez
Re: There is a light that never goes out + 19
Yo... Yo salvaré un alce ಠwಠ (??
Ya sabeis, soy buena gente C:
Sí, tú te cargas muy mucho el contest nwn
Lo dijiste tú, no me puedes pegar ;w;U
Y si te soy sincera, los fics en los que Aura
está embarazada me molan más bien poco C':
Pero sólo por ser tuyo lo seguiré leyendo ;W;
Y porque me dijiste que habría final feliz (?
Se ve a la legua que escribes muy mucho mejor que yo,
y como digas que es caca cualquier cosa que escribas, te pego E____É
Lo que pasa es que tu fic es diferente y ahora hay poca gente activa.
¿Mataste a la madre de Paul? D':
“voy a hacer la compra, tenéis pizza en la nevera. No tardo, os quiero —mamá”
Joder, ¿era necesario? ;n;
Y yo sé quien es el/la de los mensajes :dios:
Me siento superior, aunque es fácil de adivinar, no? ._.
Veo que la mitad te pone que no lo sabe ewe (?
Lo sé, lo sabes, lo sabemos. (??
Albus Percival Wulfric Brian Dumbledore aprueba el capítulo e_é (?
Fin.
Alce salvado (?
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Re: There is a light that never goes out + 19
Woolas ^^
Yo prefiero salvar Renos .__.
Uy, uy, uy... Aura posible embarazada... Que novedoso e,e le da un giro picante a la historia
Por qué no me sorprende que Polo también tenga un "pasado" malo¿?
En fin, de Ash si que es obvio que cuelgue algo así xDD es muy Asheril (?)
Drew mostrando que la relación con Brianna le importaba... Eso sí que es raro .__.
Y bueno, no se que más decir a parte de lo de siempre que no voy a repetirme que ya cansa (?)
Ale, el Rey de Narnia se despide que la Magia Insondable me va a cortar el Wi-Fi (?)
See You Late~~
Soul Serena- **Fan*Contest**
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Re: There is a light that never goes out + 19
Holiw Zoe
me encanta este fic.
En serio....May podria estar embarazada? me da
curiosidad.
Pobre Paul, la muerte de su mama....(bah la navidad me pone depre).
Sin mas que decir adios...y ¡FELIZ NAVIDAD!
me encanta este fic.
En serio....May podria estar embarazada? me da
curiosidad.
Pobre Paul, la muerte de su mama....(bah la navidad me pone depre).
Sin mas que decir adios...y ¡FELIZ NAVIDAD!
Mihrimoonx- **Fan*Contest**
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Re: There is a light that never goes out + 19
Sí, este es mi primer comentario en el año,
Y va para ti.
Yo también soñaba con el monstruo debajo la cama,
Es que nadie o ha hecho? D:
Y May cada vez va más a peor con su enfermedad...
A ver si se mejora
y bien salvo un alce (?
Mi cama no daba al suelo,
Yo en vez de soñar con montruos soñaba con arañas
Porque las hay en todos los sitios de mi cas :3
Y bueno, que buen fic y buen cap.
Nos vemos!
raul~- **Alma*Contest**
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Re: There is a light that never goes out + 19
There is a light that never goes out.
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10 # El amanecer brilla en sus ojos, que se pierden.
«You said you don’t have to speak: I can hear you.
I can’t feel all the things you’ve ever felt before.
I said it’s been a long time,
since someone looked at me that way
it’s like you knew me.
Together, to be. Together & be.»
Together — The xx.
I can’t feel all the things you’ve ever felt before.
I said it’s been a long time,
since someone looked at me that way
it’s like you knew me.
Together, to be. Together & be.»
Together — The xx.
Negó con la cabeza mientras se masajeaba el entrecejo, luchando por mantenerse despierto. Había intentado probar con un café pero el sabor le parecía tan desagradable que había desistido, así que bajó a la máquina expendedora de la calle y se compró una lata de Monster, de las verdes, a tragos pequeños empezó a bebérsela mientras en la entrada fumaba un cigarro tranquilamente, antes de siquiera llegar a la mitad lo tiró al suelo y lo apagó pisándolo. Volvió a encaminarse a los ascensores, ¿por qué estaba allí? Porque no todos los días atropellan a tu madre, gilipollas se repitió mientras mentalmente se daba un golpe para nada suave en la cabeza. Pulsó el botón que lo elevaría hacia la sexta planta y se alzó en ese cubo metálico de tres metros de ancho y largo junto a unos tres desconocidos más. Planta tres. Planta cinco. Al abrirse la puerta levantó la vista y abrió un poco la boca, ¿aquel chaval de gafas de pasta que acababa de pasar corriendo era Max, el hermano de Aura, o es que esas veinticuatro horas que había pasado despierto y el Monster que acababa de ingerir ya le estaban empezando a jugar malas pasadas?
Un impulso. Eso fue lo que le llevó a poner la mano entre las puertas que se cerraban, el sensor de movimiento le detectó justo a tiempo y se bajó con un paso atropellado. Bueno, un impulso y la miseria. Normalmente cuando veía a su madre sentía ganas de volver la cara, ahora cuando veía a su madre de aquella forma, agonizante y sedada, balbuceando y con medio cuerpo enrojecido por los golpes, sentía una extraña mezcla: una parte de él le instaba a coger su mano, porque al final y al cabo no tenían nada más, no tenía nada más; sin embargo otra parte de él quería salir corriendo y golpear algo, dejarse las manos en carne viva y descubrir que no el rojo de su piel no distaba del de la de ella.
La línea marrón del pasillo significaba que llegaba al ala derecha de la planta cinco, el ala derecha de la planta cinco estaba reservada a aquellos enfermos con trastornos alimenticios. Drew no conocía el hospital, no lo sabía, lo había leído mientras caminaba, lo ponía en toda la extensión de la línea marrón. Se quedó pegado a la pared antes de doblar una esquina, escuchando.
— ¿Y qué vamos a hacer?—murmuró una voz femenina en tono angustiado.
— ¿Cómo que qué vamos a hacer?—concedió una masculina en tono más sereno—. Que qué vamos a hacer pregunta…, pues vamos a dejarla aquí, vamos a dejarla aquí y que aprenda de una vez. Que ponga de su parte, que se dé cuenta de lo tonta que es. Eso es lo que vamos a hacer.
— ¡Norman…!
— ¿Qué?
— ¿Cómo pretendes hacerle eso a la niña…?
— Aura ya no es una niña, debe aprender que esto no es un juego, que ella no está jugando, que en realidad ninguno de nosotros está jugando y que es un tema serio. Además, Caroline…—Drew notó una pausa y con cuidado asomó la cabeza, aunque de todas formas pensaba que los padres de su… ¿de su qué? ¿Amiga especial? Sí, eso, que los padres de su amiga especial no le conocían. Los observó abrazados, él le acariciaba la cabeza—, entiéndelo, Caroline, hemos hecho de todo…, los mejores especialistas, psicólogos, dietas, pastillas… y nada de eso ha funcionado. Pensamos que estaba bien, que se había curado y mírala ahora…—se oyó un sollozo.
— Yo…, bueno, voy a por una coca-cola.
Max pasó por delante sin percatarse de la presencia de Drew. Se quedó allí un rato más y paulatinamente las voces se fueron alejando, cuando dejó de escuchar cualquier atisbo de vida asomó la cabeza y comprobó que el pasillo estaba gustosamente vacío salvo por aquella enfermera que amontonaba platos de comida prácticamente llenos en un carrito. Drew retrocedió unos pasos y entonces comenzó a andar con aire casual, como si no llevará allí unos quince minutos, se acercó a la chica a la que llamó con un sencillo “perdona” y preguntó por la habitación de Aura Balance alegando que no se había enterado muy bien del número en recepción, la mujer había hablado en voz demasiado baja y había un bebé llorando, cosas de todos los días; la enfermera no hizo más que encogerse de hombros y señalar una puerta detrás, la 197; antes de que Drew pudiera siquiera dar un paso la mujer lo retuvo cogiéndolo de la muñeca un instante.
— Únicamente pueden pasar familiares.
No tuvo más opción. Miró a ambos lados rogando porque no apareciera nadie, como si quisiera darle a aquello un poco de confidencialidad, se pasó la lengua por los labios y juntó ambas manos, dando un paso que lo acercara a la chica.
— Por favor, por favor, por favor…, soy su novio—dejó escapar la voz más embelesadora y desesperada que encontró—…, por favor…
— Arg, joder, está bien—volvió a darle un empujón a su carrito y el sonido de sus zapatillas de goma resonó por el amplio y silencioso pasillo—. Maldito amor adolescente…
Drew se paró frente a la puerta de la 197, miró las letras plateadas colgadas sobre la puerta y pensó que ahí faltaba un cinco. Ni siquiera se molestó en tocar, abrió la puerta y se encontró a Aura despeinada, sentada en la cama agarrándose las piernas mientras dibujaba círculos en la sábana blanca. Cerró la puerta y ella levantó la cabeza, abrió los ojos como platos y se metió debajo de las sábanas. “¡Me cago en la puta!” dijo mientras tanto “¿qué haces tú aquí?” él distinguió el movimiento que hacía como si se estuviera colocando el pelo y arreglándose el camisón.
— Oh, he venido a robar sábanas de hospital y pastillas de jabón—murmuró con sarcasmo acercándose a la cama. El corazón de la chica se aceleraba, salió de debajo de las sábanas con un aspecto más decente.
— Vaya—murmuró intentando recomponerse, parecer mordaz e ingeniosa—. Por un momento casi me hice a la ilusión de que venías aquí para decirme lo mucho que lo sientes, que estarás a mi lado en esta lucha y poder metérmela cuando quieras.
Torció el gesto.
— Ya. Eso también. Lo último, digo—entonces se rió porque aquello era algo que Brianna le diría, no que Aura le diría. Se sentó en la cama—. No te pega.
— ¿El qué?
— “Y poder metérmela cuando quieras”—hizo comillas con los dedos índice y corazón—. ¿Qué te han hecho?
— Comer.
El silencio se hizo tan largo tras aquello como doloroso. Comer. Drew no entendía porqué Aura quería proteger a toda costa aquella sombra oscura que surgía bajo sus costillas. Pero no iba a decir nada. Esperó pacientemente mirando sus pies a que ella le preguntara cómo se había enterado de que estaba allí, pero por norma general sus pensamientos no se iban a acomodar para nada a la realidad. Nunca se acomodaban a la realidad.
— Mi madre llevaba una cesta de picnic, incluso sobresalía el mantel rojo y blanco a cuadros. Dijo que como hacía buen día los aprovecharíamos en familia, los cuatro. ¿Sabes cuál es el parque que está tras el museo de arte contemporáneo? Ese tan grande y bonito, el que tiene un estanque y tal—no le miraba, se miraba a sí misma, miraba sus muñecas—. No me dieron elección. Me metí en el coche y mi padre condujo, entonces tomó un desvío y ¡zas! Hospital. Me ingresaron a pesar de que pataleé y lloré, a pesar de que me negué con todas mis fuerzas. Aquí estoy. Tengo que comer comida rancia y de cartón, dormir en una cama utilizada por… ¿te imaginas que alguien haya muerto aquí, sobre donde estamos sentados? Joder, es una puta mierda—se encogió de hombros como si tal cosa, colocándose un mechón detrás de la oreja—. Oh, pero no pasa nada, ¿sabes por qué? Porque me curaré aquí dentro y entonces podré comer una manzana entera sin pestañear, porque saldré con las mejillas sonrosadas y me entrarán pantalones de la talla cuarenta, ¡joder, la cuarenta!; y entonces mis padres serán felices de una puta vez, todos serán felices de una puta vez, ¿sabes?—se volvió hacia él apretando los labios, se miraron—. Estoy pensando en raparme media cabeza al salir de aquí, así, para ser una persona aún más nueva, ¿tú qué crees?
— Le estás preguntando al tío que se ha teñido de verde—se encogió de hombros—. No me jodas y hazlo—ambos rieron porque sabían que no lo iba a hacer.
— No lo entiendo. ¿Por qué? Esto no es nada que mis pulseras no puedan tapar.
Drew suspiró y cerró los ojos. Aura le vio suspirar y cerrar los ojos. Drew abrió los ojos y Aura le vio abrir los ojos.
— No lo sé—acotó de pronto. Ella arqueó una ceja interrogándole—. Es… es una puta mierda. Es una putada. Ayer atropellaron a mi madre, y la verdad es que no sé quién ha sido ni si ha sido un accidente o planeado o… o cualquier cosa. Imagínate, quizás no se la chupó bien a alguno. No lo sé y francamente no me importa. Tan sólo me he dado cuenta de que ella es lo único que me queda y de que no sé cómo cojones vamos a pagar el hospital—se volvió hacia ella y asintió con la cabeza una vez, lentamente—. Así que…, Aura, ¿me dejas besarte?
No estaba rompiendo su cuarta norma, sólo era un beso, un beso de consolación para ambos. Unían sus bocas y era como si las penas de él las compartiera ella y viceversa; Aura aprovechó para atrapar con sus dedos aquel cabello verde y al separarse no dejarle ir. Era suyo. Ahora era totalmente suyo durante unos minutos.
— Le he dicho a la enfermera que era tu novio para que me dejara pasar.
— Lo eres.
— Sigue soñando.
— Ese es mi problema. Bueno, otro de ellos—Aura retiró lentamente la mano y él se fue alejando poco a poco—, que sueño demasiado.
— Como todos, Balance. Como todos.
—
"—Bien —dijo después de una eternidad—. Quizá «bien» será nuestro «siempre».
—Bien —añadí."
PUTO JOHN GREEN. Cuando sufro escribo cosas de estas. Es más, hasta creo que este capítulo es relativamente feliz respecto a todos los anteriores.
» 197(5): es un grupo de música. De ahí lo de ponerle al número el cinco.
Un impulso. Eso fue lo que le llevó a poner la mano entre las puertas que se cerraban, el sensor de movimiento le detectó justo a tiempo y se bajó con un paso atropellado. Bueno, un impulso y la miseria. Normalmente cuando veía a su madre sentía ganas de volver la cara, ahora cuando veía a su madre de aquella forma, agonizante y sedada, balbuceando y con medio cuerpo enrojecido por los golpes, sentía una extraña mezcla: una parte de él le instaba a coger su mano, porque al final y al cabo no tenían nada más, no tenía nada más; sin embargo otra parte de él quería salir corriendo y golpear algo, dejarse las manos en carne viva y descubrir que no el rojo de su piel no distaba del de la de ella.
La línea marrón del pasillo significaba que llegaba al ala derecha de la planta cinco, el ala derecha de la planta cinco estaba reservada a aquellos enfermos con trastornos alimenticios. Drew no conocía el hospital, no lo sabía, lo había leído mientras caminaba, lo ponía en toda la extensión de la línea marrón. Se quedó pegado a la pared antes de doblar una esquina, escuchando.
— ¿Y qué vamos a hacer?—murmuró una voz femenina en tono angustiado.
— ¿Cómo que qué vamos a hacer?—concedió una masculina en tono más sereno—. Que qué vamos a hacer pregunta…, pues vamos a dejarla aquí, vamos a dejarla aquí y que aprenda de una vez. Que ponga de su parte, que se dé cuenta de lo tonta que es. Eso es lo que vamos a hacer.
— ¡Norman…!
— ¿Qué?
— ¿Cómo pretendes hacerle eso a la niña…?
— Aura ya no es una niña, debe aprender que esto no es un juego, que ella no está jugando, que en realidad ninguno de nosotros está jugando y que es un tema serio. Además, Caroline…—Drew notó una pausa y con cuidado asomó la cabeza, aunque de todas formas pensaba que los padres de su… ¿de su qué? ¿Amiga especial? Sí, eso, que los padres de su amiga especial no le conocían. Los observó abrazados, él le acariciaba la cabeza—, entiéndelo, Caroline, hemos hecho de todo…, los mejores especialistas, psicólogos, dietas, pastillas… y nada de eso ha funcionado. Pensamos que estaba bien, que se había curado y mírala ahora…—se oyó un sollozo.
— Yo…, bueno, voy a por una coca-cola.
Max pasó por delante sin percatarse de la presencia de Drew. Se quedó allí un rato más y paulatinamente las voces se fueron alejando, cuando dejó de escuchar cualquier atisbo de vida asomó la cabeza y comprobó que el pasillo estaba gustosamente vacío salvo por aquella enfermera que amontonaba platos de comida prácticamente llenos en un carrito. Drew retrocedió unos pasos y entonces comenzó a andar con aire casual, como si no llevará allí unos quince minutos, se acercó a la chica a la que llamó con un sencillo “perdona” y preguntó por la habitación de Aura Balance alegando que no se había enterado muy bien del número en recepción, la mujer había hablado en voz demasiado baja y había un bebé llorando, cosas de todos los días; la enfermera no hizo más que encogerse de hombros y señalar una puerta detrás, la 197; antes de que Drew pudiera siquiera dar un paso la mujer lo retuvo cogiéndolo de la muñeca un instante.
— Únicamente pueden pasar familiares.
No tuvo más opción. Miró a ambos lados rogando porque no apareciera nadie, como si quisiera darle a aquello un poco de confidencialidad, se pasó la lengua por los labios y juntó ambas manos, dando un paso que lo acercara a la chica.
— Por favor, por favor, por favor…, soy su novio—dejó escapar la voz más embelesadora y desesperada que encontró—…, por favor…
— Arg, joder, está bien—volvió a darle un empujón a su carrito y el sonido de sus zapatillas de goma resonó por el amplio y silencioso pasillo—. Maldito amor adolescente…
Drew se paró frente a la puerta de la 197, miró las letras plateadas colgadas sobre la puerta y pensó que ahí faltaba un cinco. Ni siquiera se molestó en tocar, abrió la puerta y se encontró a Aura despeinada, sentada en la cama agarrándose las piernas mientras dibujaba círculos en la sábana blanca. Cerró la puerta y ella levantó la cabeza, abrió los ojos como platos y se metió debajo de las sábanas. “¡Me cago en la puta!” dijo mientras tanto “¿qué haces tú aquí?” él distinguió el movimiento que hacía como si se estuviera colocando el pelo y arreglándose el camisón.
— Oh, he venido a robar sábanas de hospital y pastillas de jabón—murmuró con sarcasmo acercándose a la cama. El corazón de la chica se aceleraba, salió de debajo de las sábanas con un aspecto más decente.
— Vaya—murmuró intentando recomponerse, parecer mordaz e ingeniosa—. Por un momento casi me hice a la ilusión de que venías aquí para decirme lo mucho que lo sientes, que estarás a mi lado en esta lucha y poder metérmela cuando quieras.
Torció el gesto.
— Ya. Eso también. Lo último, digo—entonces se rió porque aquello era algo que Brianna le diría, no que Aura le diría. Se sentó en la cama—. No te pega.
— ¿El qué?
— “Y poder metérmela cuando quieras”—hizo comillas con los dedos índice y corazón—. ¿Qué te han hecho?
— Comer.
El silencio se hizo tan largo tras aquello como doloroso. Comer. Drew no entendía porqué Aura quería proteger a toda costa aquella sombra oscura que surgía bajo sus costillas. Pero no iba a decir nada. Esperó pacientemente mirando sus pies a que ella le preguntara cómo se había enterado de que estaba allí, pero por norma general sus pensamientos no se iban a acomodar para nada a la realidad. Nunca se acomodaban a la realidad.
— Mi madre llevaba una cesta de picnic, incluso sobresalía el mantel rojo y blanco a cuadros. Dijo que como hacía buen día los aprovecharíamos en familia, los cuatro. ¿Sabes cuál es el parque que está tras el museo de arte contemporáneo? Ese tan grande y bonito, el que tiene un estanque y tal—no le miraba, se miraba a sí misma, miraba sus muñecas—. No me dieron elección. Me metí en el coche y mi padre condujo, entonces tomó un desvío y ¡zas! Hospital. Me ingresaron a pesar de que pataleé y lloré, a pesar de que me negué con todas mis fuerzas. Aquí estoy. Tengo que comer comida rancia y de cartón, dormir en una cama utilizada por… ¿te imaginas que alguien haya muerto aquí, sobre donde estamos sentados? Joder, es una puta mierda—se encogió de hombros como si tal cosa, colocándose un mechón detrás de la oreja—. Oh, pero no pasa nada, ¿sabes por qué? Porque me curaré aquí dentro y entonces podré comer una manzana entera sin pestañear, porque saldré con las mejillas sonrosadas y me entrarán pantalones de la talla cuarenta, ¡joder, la cuarenta!; y entonces mis padres serán felices de una puta vez, todos serán felices de una puta vez, ¿sabes?—se volvió hacia él apretando los labios, se miraron—. Estoy pensando en raparme media cabeza al salir de aquí, así, para ser una persona aún más nueva, ¿tú qué crees?
— Le estás preguntando al tío que se ha teñido de verde—se encogió de hombros—. No me jodas y hazlo—ambos rieron porque sabían que no lo iba a hacer.
— No lo entiendo. ¿Por qué? Esto no es nada que mis pulseras no puedan tapar.
Drew suspiró y cerró los ojos. Aura le vio suspirar y cerrar los ojos. Drew abrió los ojos y Aura le vio abrir los ojos.
— No lo sé—acotó de pronto. Ella arqueó una ceja interrogándole—. Es… es una puta mierda. Es una putada. Ayer atropellaron a mi madre, y la verdad es que no sé quién ha sido ni si ha sido un accidente o planeado o… o cualquier cosa. Imagínate, quizás no se la chupó bien a alguno. No lo sé y francamente no me importa. Tan sólo me he dado cuenta de que ella es lo único que me queda y de que no sé cómo cojones vamos a pagar el hospital—se volvió hacia ella y asintió con la cabeza una vez, lentamente—. Así que…, Aura, ¿me dejas besarte?
No estaba rompiendo su cuarta norma, sólo era un beso, un beso de consolación para ambos. Unían sus bocas y era como si las penas de él las compartiera ella y viceversa; Aura aprovechó para atrapar con sus dedos aquel cabello verde y al separarse no dejarle ir. Era suyo. Ahora era totalmente suyo durante unos minutos.
— Le he dicho a la enfermera que era tu novio para que me dejara pasar.
— Lo eres.
— Sigue soñando.
— Ese es mi problema. Bueno, otro de ellos—Aura retiró lentamente la mano y él se fue alejando poco a poco—, que sueño demasiado.
— Como todos, Balance. Como todos.
—
"—Bien —dijo después de una eternidad—. Quizá «bien» será nuestro «siempre».
—Bien —añadí."
PUTO JOHN GREEN. Cuando sufro escribo cosas de estas. Es más, hasta creo que este capítulo es relativamente feliz respecto a todos los anteriores.
» 197(5): es un grupo de música. De ahí lo de ponerle al número el cinco.
Última edición por Schmetterling. el Sáb 11 Ene - 17:22, editado 1 vez
Re: There is a light that never goes out + 19
Solo tengo una palabra para decir lo que pienso, "MARAVILLOSO" (lo digo gritando, si xD) y bueno, eso, no sé que mas decir.
Aparte de otras palabras como esa, increible, espectacular, impresionante... No sé decir mas.
Chao y sigue así.
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Pikelia- **Fan*Contest**
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Re: There is a light that never goes out + 19
Woolas ^^
A ver, por dónde empezar... Mm...
Ah, sí, la pena: pena por el accidente de la madre de Drew Heather no¿? xD, pena por la treta que le han jugado a Aura y pena por la pobre enfermera que ha sido tan malvadamente engañada (?)
Qué más¿? Mm...
La emoción porque no me sale la palabra que realmente quiero usar ;w;: emoción por leer a Drew diciendo "— Por favor, por favor, por favor…, soy su novio—dejó escapar la voz más embelesadora y desesperada que encontró—…, por favor…", emoción también por ese beso inesperado y lleno de amargura y consuelo a la vez y emoción por el diálogo que hay en tus notas de autora ;w;
Y bueno, ya de último empatía, está simplemente por el mal sabor del café, por el accidente de la madre y por la huida de Max aunque estoy último parezca de mala persona -w-
Y bueno, a parte de que está genial no sé qué más decirte, así que, me vuelvo a ver mi anime que hoy es la segunda vez que lo interrumpo por ti e,e xDU
Ale, See You Late~~
Soul Serena- **Fan*Contest**
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Re: There is a light that never goes out + 19
Hola!!!! Zoe tu fic esta tan genial , esta hermoso me encanta como narras y la trama esta estupenda , me dio risa cuando drew engaño a la enfermera xD es un pesado, y me dio cosa en realidad no habia pensando nunca cuando uno esta en la camilla de un hospital si alguien murio donde uno esta reposando su cuerpo xD cosas de la vida eso linda conti nos vemos xD
Aris- **Miembro*Contest**
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Re: There is a light that never goes out + 19
Ala, quería estrenar página y la estreno.
El capítulo está basado en
"bajo la misma estrella" no ¿?
Es que te ha gustado el libro e.e
Tanto que te lo leíste en un día.
Bueno, en horas xDD
El capítulo está genial <3
Lo adoro.
Yo no he visto fallos.
Y bueno, espero la siguiente parte, ya sabes.
Nos vemos!
No sabía eso del libro.
Que no está basado en el libro xDU
Saludos!
El capítulo está basado en
"bajo la misma estrella" no ¿?
Es que te ha gustado el libro e.e
Tanto que te lo leíste en un día.
Bueno, en horas xDD
El capítulo está genial <3
Lo adoro.
Yo no he visto fallos.
Y bueno, espero la siguiente parte, ya sabes.
Nos vemos!
No sabía eso del libro.
Que no está basado en el libro xDU
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Re: There is a light that never goes out + 19
Lo leí la primera, que conste e_é
Estaba desde el móvil y estaba cansada,
no hubo
Y saldrá comentario cacoso porque soy así de cúl B)
Con cada capítulo creo que sientes la necesidad de matar a alguien
o joderles más la existencia, no sé, eso me parece,
tampoco e de ir muy desencaminada (?
Atropellas a la madre de Drew, metes a Aura en el hospital... :c
No leas cosas tristes, que veo que te da por matar a to' Dios e-eU (?
A mi una vez me engañaron como a ella,
es muy rastrero que te digan que vais a tal sitio... y acabes en otro ;w;
Cuando Drew se puso ha rogar pidiendo que le dejasen entrar
no me pude imaginar al Drew de tu fic, no sé, me costó un rato xDU
Aunque yo veo a un chaval teñido de verde y como que me habría costado dejarle entrar (?
Y no, a Aura no le pega eso, ni a Drew tampoco e_é
"Y poder metértela cuando quieras"
Es tan poco contest asjkasjkas (?
Bueno, es tu fic, puedes matarlos a todos si gustas de ello :elegant:
Escribes muy bien y blah, blah, blah <3
Albus
Crees que habré salvado un alce? Yo sí lo creo e_é (?
Aubi-chan- **Alma*Contest**
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Re: There is a light that never goes out + 19
There is a light that never goes out.
.
.
11 # ¿Te gusta respirar?
«The human heart is a scary part, in fact.
'Cause I could break you and you could break me back;
though my head says just forget it
you'll get hurt and you'll regret it.
Ask me now and I won't hesitate.
Excuse me while I fall for you.»
Hesitate — Steve Moakler.
'Cause I could break you and you could break me back;
though my head says just forget it
you'll get hurt and you'll regret it.
Ask me now and I won't hesitate.
Excuse me while I fall for you.»
Hesitate — Steve Moakler.
— Vamos, Heather, sigo siendo su tutor legal.
— ¿Y…?—pronunció débilmente ella, tan débilmente que Drew tuvo que apegarse más al biombo para descifrarlo.
Cuando había entrado a la habitación había descubierto que su madre se hallaba en compañía de un hombre, estaban discutiendo y, movido por la curiosidad, se había quedado detrás del biombo que separaba el espacio de su madre del de su compañero de habitación –un hombre en coma- para escuchar. La voz masculina le sonaba vagamente, empero no lograba asociarla a ningún recuerdo.
—Te estás muriendo.
La serenidad que denotaban aquellas palabras provocó un escalofrío en la espalda del muchacho; que, lleno de interés por saber qué tipo de persona era capaz de soltar semejante crueldad, se asomó un poco por uno de los costados de su escondite, procurando en todo momento no ser visto. Era alto, con el pelo negro y lo suficientemente corto como para parecer uno de esos hombres ricos que van por la calle con traje de chaqueta y maletín, lo último no lo llevaba pero el traje sí, el traje estaba impecable y era un gris metálico, sin embargo lo que más llamó la atención del adolescente fue el cojín. ¡Tenía un cojín en la mano! ¡Un maldito cojín!
Como había hecho el día anterior tras espiar la conversación de los padres de Aura, retrocedió, dio un par de pasos hacia la izquierda y avanzó hacia el trozo de cuarto correspondiente a su madre, carraspeó para hacerles notar que había llegado y tanto el hombre como la mujer se volcaron en su presencia. Heather estiró una mano hacia él y Drew no tuvo más remedio que avanzar y cogérsela, al ver como el hombre volvía a dejar el cojín en la silla comprendió que le había salvado la vida. Drew le miró con seriedad, después volvió la mirada a su madre y se encogió de hombros, importándole poco lo que pensaran de él.
— Es mentira, no te estás muriendo—aseguró.
Por primera vez en mucho tiempo Heather fue capaz de sonreír.
— ¿Dónde has estado?
— Fumando.
Antes siquiera de que pudiera darse cuenta el invitado había desaparecido de la escena dejándolos solos. A los cinco minutos cuando se volvió y vio que no había nadie preguntó, por fin, que de quién se trataba, mas la única respuesta que recibió fue una negación de cabeza y un “estoy cansada” mientras la veía recostarse de costado. Se quedó dormida y a los cinco minutos Drew se aburrió de estar allí observándola, sacó el móvil y miró la hora: las siete y catorce, no era tan tarde a pesar de que el cielo estuviese así de oscuro, por lo que se encaminó a la salida. Delante de la puerta miró a ambos lados y no vio rastro de aquel tipo, no le dio mucha importancia a ese hecho, únicamente se fue y cerró la puerta. Tomó un ascensor y acabó siguiendo la línea marrón de la planta cinco, hasta la habitación 197. Entró. Las habitaciones de esa planta eran todas individuales, lo había descubierto ayer cuando dejó a Aura sola y se encontró con varias puertas abiertas; aquello se debía a que los trastornos alimenticios exigían mayor seguimiento, si juntabas a una anoréxica y a una bulímica probablemente la última se acabara atiborrando con la comida de la otra, y si juntabas a dos anoréxicas seguramente encontrarían alguna manera de hacer desaparecer todo, por eso tenía que ser individual, si había una sola era más fácil averiguar si comía o no.
— ¿Qué haces?—preguntó nada más entrar.
Todo estaba controlado. Sus padres la iban a visitar por las mañanas, su hermano venía acompañado de su madre hacia las cinco y se quedaban hora y media, el resto del día eran horas muertas menos a las dos y a las nueve ya que venía la enfermera a darle la bandeja con la comida, y a las dos y cuarto y nueve y cuarto que regresaba a quitársela. Las que comían tenían ciertos privilegios, como poder salir al patio o dar paseos por el pasillo, incluso asistir (si querían) a las clases que se daban una planta más abajo en el ala infantil; las que no comían se quedaban encerradas en la habitación hasta que probaran bocado, y en algunos casos, se las privaba de visitas.
— ¿Te apetece una manzana?—murmuró ella levantando la vista del libro, el cual cerró tras poner el separador y dejó delante de ella portada para arriba. Drew era más interesante—. No tengo hambre.
— Ya.
Se subió a la cama, colocándose delante de ella y sentándose también a lo indio, estiró la mano derecha y cogió el libro. “El Médico”, lo volvió a dejar con desdén sobre la cama y la miró, apoyando un codo en la rodilla y la cabeza sobre la mano de este. Aura se soltó el pelo y se empezó a pasar los dedos por un mechón, mirando al hombre de rasgos centroasiáticos de la portada.
— He estado pensando—comenzó, no lo miraba, en realidad hasta parecía que no hablaba para él—, lo he pensado al leerlo, te hace pensar. Creo que es el libro más extraño para leer en un hospital, me lo trajo mi madre esta mañana. En fin. He estado pensando que el suicidio no es la causa de la muerte; oh no, en realidad, lo es la tristeza.
En aquel momento Aura abrazó sus piernas hundiendo las manos por debajo de la sábana y escondió la cabeza entre las rodillas, sus hombros se movían de arriba abajo y se mordía el labio intentando no dejar escapar ningún sonido. Estaba cansada. Estaba cansada de estar triste. Él únicamente la miraba, no tenía ninguna intención de gatear hasta ella, pasarle los brazos por los hombros y abrazarla mientras la decía que todo iba a estar bien y que se iba a curar o lo que fuera que debiera decir, básicamente porque no era problema suyo y no quería mentir. Él tampoco estaba para animar a nadie. El que Aura se hundiera en sus problemas únicamente le dio unos minutos más para pensar en su madre moribunda y en el hombre con el que la había encontrado, y la conclusión a la que llegaba no le gustaba en lo absoluto; seguramente debía tratarse de algún tipo de broma o algo así. Tutor legal era un término que soltaba una pestilencia a padre increíble.
Heather nunca le hablaba de él, había tirado todas las fotos y los vídeos en que aparecía, Drew no sabía nada de él más el hecho de que los había abandonado, así que en teoría era como si no hubiera una figura paternal. Por ende si a aquel capullo se le había ocurrido aparecer de nuevo se iba a llevar la desilusión de su vida. Apretó la sábana con los puños, dando un tirón sin querer que hizo que Aura levantara la cabeza y lo mirara, limpiándose una lágrima.
— No quiero estar aquí.
— Yo tampoco.
— Ya, pero tú puedes irte.
— Y tú, claro.
— No es por ser mala gente, ¿eh?—en sus labios se formó una mueca que Drew no supo muy bien cómo definir—, pero… ¿no se te está quedando como muy… (no sé), muy apagado, muy oscuro el pelo verde?
— Es… bueno—se llevó una mano a la cabeza—, es cosa de lavarlo, que se destiñe. Joder, todo el putísimo mundo preguntando.
— Bueno, bueno—apoyó la espalda contra el cabecero de hierro de la cama—. No puedo irme.
— Puedes escaparte, que viene siendo lo mismo.
— Te quiero.
Negó con la cabeza como si aquello fuera una tontería. En realidad negaron ambos con la cabeza, ella mentalizándose de que decirle aquello era una tontería y él asegurándola que no era verdad, que quería quererle o que creía quererle, pero que no le quería. Drew se bajó de la cama, miró a Aura durante unos breves segundos y se quitó la sudadera gris que traía puesta. Ella se sonrojó, ¡en un hospital, ¿qué demonios se le estaba pasando por la cabeza?! Se la tiró e intercambió una rápida mirada entre la prenda y Aura, obviamente tenía puesta una camiseta.
— Venga, ponte la puta sudadera de una puta vez.
— Hay tiempo hasta las nueve.
— Prefiero encontrar la puerta trasera de esta mierda antes de las nueve, no sé tú.
Aura resopló pesadamente y se la puso, le quedaba grande y aquello le agradaba. Se bajó de la cama y caminó hacia el armario para coger los zapatos con los que la habían traído, una vez calzada se situó delante de él, con la sudadera el camisón parecía una falda, una falda del siglo pasado pero una falda al fin y al cabo. Se colocó delante de él y le miró como queriendo decirle “cuando quieras”. Entonces Drew empezó a reír y retrocedió dos pasos.
— ¡Joder! Era coña. ¿Pero te piensas que soy gilipollas?
No se enfadó cuando la débil mano de Aura se estampó contra su mejilla, tenía tan poca fuerza que no le hizo apenas daño ni siquiera pudo borrar aquella sonrisa de su rostro. Le tiró la sudadera con furia contenida y le pidió que se fuera, aquello la había dolido, había jugado con ella de la forma más cruel que había encontrado, ¿es que no tenía bastante?
— Tú no lo entiendes—dijo Drew poniéndose su prenda—. Tu problema es que sí eres gilipollas, Aura; no entiendes que te estás muriendo.
Cuando notó el “click” de la puerta se echó a llorar. Se tapó hasta la cabeza y cerró los ojos, cerró los ojos fuertemente deseando ser otra persona. La verdad era que todo el mundo moría de tristeza porque el mero hecho de morir ya era triste.
—
A ver. Estoy deprimida, que se note. En fin: a la madre de Drew la he llamado Heather por una sencilla razón ME PARECE DE LO MÁS ORIGINAL LA GENTE QUE LA LLAMA ROSE, es como "oh, Dios, el chico viene de ciudad LaRousse, ¡voy a llamar a su madre Rose! Seguro que nadie lo ha hecho antes", bah, que me gusta Heather. El apellido ni de coña va a ser LaRousse, mentalizaos.
Y bueno: El Médico es una novela de Noah Gordon, un Best Seller, es larguilla pero muy buena, han sacado la película hace nada y se recomienda. Robert se llama el protagonista (sé que vosotros lo entendéis♥).
PD: ¡ES KATE! ¡ES LEIRE! -y la canción es la de October Baby, ojo-.
— ¿Y…?—pronunció débilmente ella, tan débilmente que Drew tuvo que apegarse más al biombo para descifrarlo.
Cuando había entrado a la habitación había descubierto que su madre se hallaba en compañía de un hombre, estaban discutiendo y, movido por la curiosidad, se había quedado detrás del biombo que separaba el espacio de su madre del de su compañero de habitación –un hombre en coma- para escuchar. La voz masculina le sonaba vagamente, empero no lograba asociarla a ningún recuerdo.
—Te estás muriendo.
La serenidad que denotaban aquellas palabras provocó un escalofrío en la espalda del muchacho; que, lleno de interés por saber qué tipo de persona era capaz de soltar semejante crueldad, se asomó un poco por uno de los costados de su escondite, procurando en todo momento no ser visto. Era alto, con el pelo negro y lo suficientemente corto como para parecer uno de esos hombres ricos que van por la calle con traje de chaqueta y maletín, lo último no lo llevaba pero el traje sí, el traje estaba impecable y era un gris metálico, sin embargo lo que más llamó la atención del adolescente fue el cojín. ¡Tenía un cojín en la mano! ¡Un maldito cojín!
Como había hecho el día anterior tras espiar la conversación de los padres de Aura, retrocedió, dio un par de pasos hacia la izquierda y avanzó hacia el trozo de cuarto correspondiente a su madre, carraspeó para hacerles notar que había llegado y tanto el hombre como la mujer se volcaron en su presencia. Heather estiró una mano hacia él y Drew no tuvo más remedio que avanzar y cogérsela, al ver como el hombre volvía a dejar el cojín en la silla comprendió que le había salvado la vida. Drew le miró con seriedad, después volvió la mirada a su madre y se encogió de hombros, importándole poco lo que pensaran de él.
— Es mentira, no te estás muriendo—aseguró.
Por primera vez en mucho tiempo Heather fue capaz de sonreír.
— ¿Dónde has estado?
— Fumando.
Antes siquiera de que pudiera darse cuenta el invitado había desaparecido de la escena dejándolos solos. A los cinco minutos cuando se volvió y vio que no había nadie preguntó, por fin, que de quién se trataba, mas la única respuesta que recibió fue una negación de cabeza y un “estoy cansada” mientras la veía recostarse de costado. Se quedó dormida y a los cinco minutos Drew se aburrió de estar allí observándola, sacó el móvil y miró la hora: las siete y catorce, no era tan tarde a pesar de que el cielo estuviese así de oscuro, por lo que se encaminó a la salida. Delante de la puerta miró a ambos lados y no vio rastro de aquel tipo, no le dio mucha importancia a ese hecho, únicamente se fue y cerró la puerta. Tomó un ascensor y acabó siguiendo la línea marrón de la planta cinco, hasta la habitación 197. Entró. Las habitaciones de esa planta eran todas individuales, lo había descubierto ayer cuando dejó a Aura sola y se encontró con varias puertas abiertas; aquello se debía a que los trastornos alimenticios exigían mayor seguimiento, si juntabas a una anoréxica y a una bulímica probablemente la última se acabara atiborrando con la comida de la otra, y si juntabas a dos anoréxicas seguramente encontrarían alguna manera de hacer desaparecer todo, por eso tenía que ser individual, si había una sola era más fácil averiguar si comía o no.
— ¿Qué haces?—preguntó nada más entrar.
Todo estaba controlado. Sus padres la iban a visitar por las mañanas, su hermano venía acompañado de su madre hacia las cinco y se quedaban hora y media, el resto del día eran horas muertas menos a las dos y a las nueve ya que venía la enfermera a darle la bandeja con la comida, y a las dos y cuarto y nueve y cuarto que regresaba a quitársela. Las que comían tenían ciertos privilegios, como poder salir al patio o dar paseos por el pasillo, incluso asistir (si querían) a las clases que se daban una planta más abajo en el ala infantil; las que no comían se quedaban encerradas en la habitación hasta que probaran bocado, y en algunos casos, se las privaba de visitas.
— ¿Te apetece una manzana?—murmuró ella levantando la vista del libro, el cual cerró tras poner el separador y dejó delante de ella portada para arriba. Drew era más interesante—. No tengo hambre.
— Ya.
Se subió a la cama, colocándose delante de ella y sentándose también a lo indio, estiró la mano derecha y cogió el libro. “El Médico”, lo volvió a dejar con desdén sobre la cama y la miró, apoyando un codo en la rodilla y la cabeza sobre la mano de este. Aura se soltó el pelo y se empezó a pasar los dedos por un mechón, mirando al hombre de rasgos centroasiáticos de la portada.
— He estado pensando—comenzó, no lo miraba, en realidad hasta parecía que no hablaba para él—, lo he pensado al leerlo, te hace pensar. Creo que es el libro más extraño para leer en un hospital, me lo trajo mi madre esta mañana. En fin. He estado pensando que el suicidio no es la causa de la muerte; oh no, en realidad, lo es la tristeza.
En aquel momento Aura abrazó sus piernas hundiendo las manos por debajo de la sábana y escondió la cabeza entre las rodillas, sus hombros se movían de arriba abajo y se mordía el labio intentando no dejar escapar ningún sonido. Estaba cansada. Estaba cansada de estar triste. Él únicamente la miraba, no tenía ninguna intención de gatear hasta ella, pasarle los brazos por los hombros y abrazarla mientras la decía que todo iba a estar bien y que se iba a curar o lo que fuera que debiera decir, básicamente porque no era problema suyo y no quería mentir. Él tampoco estaba para animar a nadie. El que Aura se hundiera en sus problemas únicamente le dio unos minutos más para pensar en su madre moribunda y en el hombre con el que la había encontrado, y la conclusión a la que llegaba no le gustaba en lo absoluto; seguramente debía tratarse de algún tipo de broma o algo así. Tutor legal era un término que soltaba una pestilencia a padre increíble.
Heather nunca le hablaba de él, había tirado todas las fotos y los vídeos en que aparecía, Drew no sabía nada de él más el hecho de que los había abandonado, así que en teoría era como si no hubiera una figura paternal. Por ende si a aquel capullo se le había ocurrido aparecer de nuevo se iba a llevar la desilusión de su vida. Apretó la sábana con los puños, dando un tirón sin querer que hizo que Aura levantara la cabeza y lo mirara, limpiándose una lágrima.
— No quiero estar aquí.
— Yo tampoco.
— Ya, pero tú puedes irte.
— Y tú, claro.
— No es por ser mala gente, ¿eh?—en sus labios se formó una mueca que Drew no supo muy bien cómo definir—, pero… ¿no se te está quedando como muy… (no sé), muy apagado, muy oscuro el pelo verde?
— Es… bueno—se llevó una mano a la cabeza—, es cosa de lavarlo, que se destiñe. Joder, todo el putísimo mundo preguntando.
— Bueno, bueno—apoyó la espalda contra el cabecero de hierro de la cama—. No puedo irme.
— Puedes escaparte, que viene siendo lo mismo.
— Te quiero.
Negó con la cabeza como si aquello fuera una tontería. En realidad negaron ambos con la cabeza, ella mentalizándose de que decirle aquello era una tontería y él asegurándola que no era verdad, que quería quererle o que creía quererle, pero que no le quería. Drew se bajó de la cama, miró a Aura durante unos breves segundos y se quitó la sudadera gris que traía puesta. Ella se sonrojó, ¡en un hospital, ¿qué demonios se le estaba pasando por la cabeza?! Se la tiró e intercambió una rápida mirada entre la prenda y Aura, obviamente tenía puesta una camiseta.
— Venga, ponte la puta sudadera de una puta vez.
— Hay tiempo hasta las nueve.
— Prefiero encontrar la puerta trasera de esta mierda antes de las nueve, no sé tú.
Aura resopló pesadamente y se la puso, le quedaba grande y aquello le agradaba. Se bajó de la cama y caminó hacia el armario para coger los zapatos con los que la habían traído, una vez calzada se situó delante de él, con la sudadera el camisón parecía una falda, una falda del siglo pasado pero una falda al fin y al cabo. Se colocó delante de él y le miró como queriendo decirle “cuando quieras”. Entonces Drew empezó a reír y retrocedió dos pasos.
— ¡Joder! Era coña. ¿Pero te piensas que soy gilipollas?
No se enfadó cuando la débil mano de Aura se estampó contra su mejilla, tenía tan poca fuerza que no le hizo apenas daño ni siquiera pudo borrar aquella sonrisa de su rostro. Le tiró la sudadera con furia contenida y le pidió que se fuera, aquello la había dolido, había jugado con ella de la forma más cruel que había encontrado, ¿es que no tenía bastante?
— Tú no lo entiendes—dijo Drew poniéndose su prenda—. Tu problema es que sí eres gilipollas, Aura; no entiendes que te estás muriendo.
Cuando notó el “click” de la puerta se echó a llorar. Se tapó hasta la cabeza y cerró los ojos, cerró los ojos fuertemente deseando ser otra persona. La verdad era que todo el mundo moría de tristeza porque el mero hecho de morir ya era triste.
—
A ver. Estoy deprimida, que se note. En fin: a la madre de Drew la he llamado Heather por una sencilla razón ME PARECE DE LO MÁS ORIGINAL LA GENTE QUE LA LLAMA ROSE, es como "oh, Dios, el chico viene de ciudad LaRousse, ¡voy a llamar a su madre Rose! Seguro que nadie lo ha hecho antes", bah, que me gusta Heather. El apellido ni de coña va a ser LaRousse, mentalizaos.
Y bueno: El Médico es una novela de Noah Gordon, un Best Seller, es larguilla pero muy buena, han sacado la película hace nada y se recomienda. Robert se llama el protagonista (sé que vosotros lo entendéis♥).
PD: ¡ES KATE! ¡ES LEIRE! -y la canción es la de October Baby, ojo-.
Última edición por Sid A. Turner el Sáb 18 Ene - 18:11, editado 2 veces
Re: There is a light that never goes out + 19
Woolas
Ese título te hace pensar y mucho. Además de recordar, al menos en mi caso c:
Vale, menos mal que Drew lo ha pensado, porque si no llega a deducir que significa eso de "Tutor legal" era para pegarle e,eU
Eso del biombo... No se si sale en la peli -que supongo que sí, pero bleh- me suena muy mucho a Cazadores de Sombras ¬¬ si estoy errara, por favor, házmelo saber plis -w-
Lo del cojín ya es como muy pijo no¿?
Al parecer ya no hay enfermera centinela en el cuarto de Aura no¿? xDU no más misiones de "infiltración" para Drew, con lo divertido que es verle mentir e,e (?)
No sé, creo que yo estoy algo paranoica, o algo, porque según he leído la postura de Drew en la cama me he dado cuenta de que yo, instantes antes me he puesto igual que él pero en el sofá .__.
Del diálogo ya no sé que decirte, más que nada porque me voy a deprimir y no apetece contarlo por aquí y deprimir a todo Dios -.-"
Y bue, ya no se que más decirte de nada así que...
Ale, See You Late~~
P.D.: Al leer "sudadera" he gritado Sidadera e,eU
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Re: There is a light that never goes out + 19
Zoe escribió:— ¿Dónde has estado?
— Fumando.
Se lo dice directamente,
eso significa que Drew es sincero.
No pone escusas ni nada xD
Zoe escribió:He estado pensando que el suicidio no es la causa de la muerte; oh no, en realidad, lo es la tristeza.
Creo que es verdad.
La gente se mata porque están tristes :c
Bah, pues eso.
<3
Y lo demás son tonterías (?
A estas horas de la noche,
yo estoy delirando, así que
no me tomes en cuenta estas gilipolleces c:
Pues eso, está genialmente escrito.
Y es mu emocionante :')
No dejes que May se muera ¬¬
Espero ver el cap pronto.
Sayoo
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Re: There is a light that never goes out + 19
¡Es Kate! ¡Es Leire! OMG OMG (?
Se me sigue haciendo rara su cara :mmm:
Si no te carga la imagen, y por tanto no la ves,
depués de leerte el capítulo, ver la postdata,
y revanarte los sesos intentándo buscar alguna relacción con éste,
te vuelves gilipollas :3
O quedas de gilipollas, que es lo que me ha pasado a mí, ya tú sabeh e-eU
Más de un@ no lo entenderá JAJAJA
Dime que no la iba a intentar matar axfisiandola con un cojín ._.
No iba a hacerlo, VERDAD? (?
Leer el "Te estás muriendo" me ha llegado hasta a mí y todo,
es tan putamente insensible y cruel asjkasjkas ;--;
Sigo pensando que haces a Drew demasiado capullo e-e
Esa manera de tomarla el pelo es cruel,
ella es ingenua al pensar que la iba a ayudar a escapar,
pero es un capullo, fin e_é
"Tu problema es que sí eres gilipollas, Aura;
no entiendes que te estás muriendo."
MUY capullo e__é
Tu manera de ver el contest es diferente (?
Pero sé que tendrá final feliz,
me engaño a mí misma y soy feliz en mi ignorancia :3
Es tarde, mi madre me echa y la peli me distrae,
se siente comentario cacoso <3
O sea... ¿no era yo la primera en llamarla "Rose"? :C
Joder, me lo había currado y pensé que era ocurrente e innovador (?
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Re: There is a light that never goes out + 19
Hola!!! zoe la conti esta muy buena aunque nose pienso que haces a drew muy cruel , es pesado con may y con el mundo u.u, es que en las condiciones que esta may da pena y el asi de pesado, es una lechuga
mutante u.u, bueno eso espero conti xD
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Re: There is a light that never goes out + 19
There is a light that never goes out.
.
.
12 # No entendian a qué jugaba la vida con ellos.
«Will the hunger ever stop?
Can we simply starve this sin?
Deathbed all I'll see is you,
the life may leave my lungs
but my heart will stay with you.»
Deathbeds — Bring Me The Horizon.
Can we simply starve this sin?
Deathbed all I'll see is you,
the life may leave my lungs
but my heart will stay with you.»
Deathbeds — Bring Me The Horizon.
El tercer día se lo pasó tirando trozos de la manzana ya cortada por la ventana, los hacía más pequeños mas no en exceso, de forma que al lanzarlos tuvieran el suficiente peso como para traspasar la verja. Su ventana daba a la parte de atrás del hospital, y el hospital se encontraba rodeado por una gran verja de barrotes blancos; su vista era totalmente deprimente, sin salvación alguna, pero había encontrado una manera de deshacerse de la comida que sobrara, a su favor corría el que casi nadie se pasara por allí y que la fruta se pudriera a una velocidad vertiginosa. Casi tan rápido como ella. Sí, Aura era una manzana, una manzana que se estaba consumiendo por dentro, una que ya ni siquiera mostraba saludable la cubierta. Era la manzana que acabaría en el basurero, porque la fruta una vez que se pudre no puede invertir el proceso.
— Esta por mamá…—susurró haciendo un movimiento desganado de muñeca—, esta por papá, esta por Max…—cogió la última parte que quedaba de aquel trozo, lo miró con desdén y su mirada poco a poco se fue profundizando, veía en aquella piel verde una cabeza de casi igual color—, ¡y esta va por ti asquerosísimo hijo de la gran puta!—la tiró con todas sus fuerzas y marcó su récord personal, paralelamente se dejó caer apoyándose en la pared, se dio la vuelta y acabó sentada abrazando sus piernas y llorando entre sus rodillas, de nuevo—. Te odio, te odio, te odio, te odio, te odio, te odio…, ¡te odio!—y quiso creer en la autenticidad de aquello, empero solo logró ahondar más en la herida.
Lloró; el dolor del corazón hacía más daño que el físico, por lo que no se dio cuenta de que sus dedos presionaban sus brazos como si quisieran quebrarlos. Lo odiaba, había jugado con ella de la forma más cruel que se le había ocurrido, había jugado con sus esperanzas y había minado sus ganas de vivir, la había destruido. Cerró fuertemente los ojos y por un momento dejaron de brotar lágrimas, se vio a ella misma de pie rodeada de oscuridad, su punto de visión se fue acercando cada vez más rápido a su cuerpo, iba directo a su vientre. Cuando penetró en ella sintió un latido, luego se vio por dentro y el miedo se apoderó de ella, porque allí no había órganos ni vísceras, era un rojo muy diferentes al de la sangre, allí adentro había un edificio y sus ladrillos se caían uno por uno, rítmicamente, y cuando golpeaban el suelo se hacían trizas que rebotaban en las paredes, rompiendo más ladrillos y rasgando su piel. Su propia realidad la empujó a correr al baño y meterse en la ducha, vomitó aquellas dos cucharadas de puré de patata que no había tirado por la ventana, dos literales.
«Esto es una historia triste» pensó ovillándose en la cama, tapándose completamente y abrazando la almohada.
El cuarto día intentó persuadir a la enfermera para que le diera la clave wi-fi del hospital pero no lo consiguió, por lo que se puso a leer en horas muertas y llegó hasta la segunda mitad del libro. El quinto día no comió nada y ya empezaba a notar la ausencia de Drew. El sexto día devoró el libro hasta que Rob J. Cole llegó a Persia. El séptimo día se lo pasó llorando.
Cuando el octavo día llegó la enfermera que le traía el desayuno la despertó, a su lado estaba su madre dormida que también despertó. Aura apretó los dientes porque con aquella mujer allí no se iba a librar de comer. Mojó el pan de leche en el cola-cao y todo fue completamente bien, su madre le parloteaba sobre cómo le estaba yendo a Max en el colegio, algo que sinceramente a la chica no le importaba ni lo más mínimo. Iba dando pequeños mordiscos, y se preguntaba si su madre se daría cuenta si escondía algunos trozos de manzana entre las sábanas. Tragó. “Te estás muriendo” su respiración se hizo más lenta, como si le hubieran dado un golpe en el estómago, sintió una arcada pero se vio forzada a contenerla. “Te estás muriendo”, mojó el último pedazo de bollo de leche en el cola-cao y lo engulló, rápidamente llevó las manos a la taza y dio un trago grande, estaba caliente; arrugó la frente cuando un trozo de bollito se coló en su boca, no le gustaba tragar líquidos y sólidos a la vez, pero aún así bebió todo. “Te estás muriendo” volvió a repetir su cabeza con su voz. Miró la manzana y cogió dos pedazos, lentamente se los comió ante la atónita mirada de su madre, de los siete sólo pudo comerse tres.
Cinco minutos después su madre se tuvo que ir, no esperó nada para quitarse las sábanas de encima y correr al baño como si la vida la fuera en ello. No, no fue a la ducha ni a la taza. Delante del espejo del tocador se fue quitando poco a poco la ropa, y en su desnudez se examinó. Juntó los pies y vio que sus piernas estaban separadas. Suspiró. El labio inferior temblaba, se dijo de no llorar, pero no pudo evitar agacharse y estampar suavemente el puño contra el suelo, ella también temía romperse. En realidad no quería morir.
Nunca más volvió a ver a aquel hombre en el hospital. Por las mañanas Drew iba al instituto o se iba con sus amigos a dar una vuelta por cualquier lugar, pero al ser invierno prefería quedarse en clase cómodamente sentado al lado de la calefacción; iba a casa y se hacía cualquier cosa rápida o la compraba por el camino, desperdigaba lo que contenía la mochila por la mesa de estudio como si quisiera dar la impresión de hacer algo productivo. Siempre cogía un rato para ir a ver a su madre, cada día iba mejorando poco a poco y estaba seguro que la tendría en casa en cero coma; nunca iba a la planta cinco, pero a pesar de ello las curvas que trazaba la línea marrón seguían en su mente. El octavo día sin líneas marrones no fue al hospital, ni siquiera fue a su casa, en realidad ni siquiera fue a la última clase.
Brianna sacó las llaves del bolsillo pequeño de su mochila y abrió la puerta, él entró después y se encargó de cerrarla. Avanzaron por la casa hasta llegar al cuarto de Brianna: paredes de color salmón, cama individual, escritorio, fotos de ella y sus amigas… todo lo que una chica normal tendría, Drew ya había estado demasiadas veces allí dentro como para ponerse a cotillear, por lo que hizo lo de siempre, tirar la mochila a un lado de la cama y sentarse en la alfombra enfrente de Brianna, se miraron y ella encendió un cigarro que se fueron pasando.
Drew descubrió que sí era Brianna quien le enviaba esos mensajes a Aura en los que ponía “come”, ¿por qué? No, Brianna no quería ayudarla, en realidad a ella el que Aura se curara o no se la traía bastante sin cuidado, en realidad Brianna quería darla miedo. En realidad no hay ninguna sensación más poderosa que el miedo.
Cuando se besaron Drew sintió que las cosas se volvían a poner en su sitio, como si nunca se hubieran separado, como si jamás hubiera conocido a Aura y hubiera estado con ella. Cuando se separaron recordó que aquello era una sensación pasajera. Se levantó, mientras cogía su mochila se despidió de ella y acabó por irse. El frío viento norte le hizo atar la cremallera del abrigo hasta arriba del todo. «Arriba del todo, ¡vaya redundancia!» pensó.
El noveno día agitó el paraguas para que las gotas cayeran afuera, lo dejó en el paragüero y se pasó una mano por el pelo mientras se dirigía al ascensor. Llovía a cántaros y no había podido evitar mojarse un poco; no había ido al instituto, en realidad era demasiado temprano, las ocho de la mañana para ser exactos, simplemente a mitad de camino cambió de parecer y decidió ir al hospital. Dentro del ascensor se tomó su tiempo para decidir entre la planta cinco y la seis, los números bailaban en su cabeza.
Seis.
—
Me he dado cuenta de que la gente que escribe cosas tristes deja una parte de su tristeza en lo escrito y entonces está bueno, menos triste. Otra redundancia, en fin, yo solamente quiero aclarar una única cosa:
► Creo que los que decís que Drew fue cruel no habéis entendido la esencia del capítulo anterior. Drew es la realidad y Aura es el sueño, Drew no era cruel porque Drew tenía razón, en realidad Aura era cruel queriendo irse, porque no solo se hacía daño a sí misma sino que además hacía daño a su familia, etc, etc. Es una forma de crueldad llamada egoísmo.
Buenos días.
PD: Sere, lo del biombo sí que sale en Cazadores de Sombras, la cosa es que yo había escrito esa parte en clase antes de ver la película. Es raro xDD.
— Esta por mamá…—susurró haciendo un movimiento desganado de muñeca—, esta por papá, esta por Max…—cogió la última parte que quedaba de aquel trozo, lo miró con desdén y su mirada poco a poco se fue profundizando, veía en aquella piel verde una cabeza de casi igual color—, ¡y esta va por ti asquerosísimo hijo de la gran puta!—la tiró con todas sus fuerzas y marcó su récord personal, paralelamente se dejó caer apoyándose en la pared, se dio la vuelta y acabó sentada abrazando sus piernas y llorando entre sus rodillas, de nuevo—. Te odio, te odio, te odio, te odio, te odio, te odio…, ¡te odio!—y quiso creer en la autenticidad de aquello, empero solo logró ahondar más en la herida.
Lloró; el dolor del corazón hacía más daño que el físico, por lo que no se dio cuenta de que sus dedos presionaban sus brazos como si quisieran quebrarlos. Lo odiaba, había jugado con ella de la forma más cruel que se le había ocurrido, había jugado con sus esperanzas y había minado sus ganas de vivir, la había destruido. Cerró fuertemente los ojos y por un momento dejaron de brotar lágrimas, se vio a ella misma de pie rodeada de oscuridad, su punto de visión se fue acercando cada vez más rápido a su cuerpo, iba directo a su vientre. Cuando penetró en ella sintió un latido, luego se vio por dentro y el miedo se apoderó de ella, porque allí no había órganos ni vísceras, era un rojo muy diferentes al de la sangre, allí adentro había un edificio y sus ladrillos se caían uno por uno, rítmicamente, y cuando golpeaban el suelo se hacían trizas que rebotaban en las paredes, rompiendo más ladrillos y rasgando su piel. Su propia realidad la empujó a correr al baño y meterse en la ducha, vomitó aquellas dos cucharadas de puré de patata que no había tirado por la ventana, dos literales.
«Esto es una historia triste» pensó ovillándose en la cama, tapándose completamente y abrazando la almohada.
El cuarto día intentó persuadir a la enfermera para que le diera la clave wi-fi del hospital pero no lo consiguió, por lo que se puso a leer en horas muertas y llegó hasta la segunda mitad del libro. El quinto día no comió nada y ya empezaba a notar la ausencia de Drew. El sexto día devoró el libro hasta que Rob J. Cole llegó a Persia. El séptimo día se lo pasó llorando.
Cuando el octavo día llegó la enfermera que le traía el desayuno la despertó, a su lado estaba su madre dormida que también despertó. Aura apretó los dientes porque con aquella mujer allí no se iba a librar de comer. Mojó el pan de leche en el cola-cao y todo fue completamente bien, su madre le parloteaba sobre cómo le estaba yendo a Max en el colegio, algo que sinceramente a la chica no le importaba ni lo más mínimo. Iba dando pequeños mordiscos, y se preguntaba si su madre se daría cuenta si escondía algunos trozos de manzana entre las sábanas. Tragó. “Te estás muriendo” su respiración se hizo más lenta, como si le hubieran dado un golpe en el estómago, sintió una arcada pero se vio forzada a contenerla. “Te estás muriendo”, mojó el último pedazo de bollo de leche en el cola-cao y lo engulló, rápidamente llevó las manos a la taza y dio un trago grande, estaba caliente; arrugó la frente cuando un trozo de bollito se coló en su boca, no le gustaba tragar líquidos y sólidos a la vez, pero aún así bebió todo. “Te estás muriendo” volvió a repetir su cabeza con su voz. Miró la manzana y cogió dos pedazos, lentamente se los comió ante la atónita mirada de su madre, de los siete sólo pudo comerse tres.
Cinco minutos después su madre se tuvo que ir, no esperó nada para quitarse las sábanas de encima y correr al baño como si la vida la fuera en ello. No, no fue a la ducha ni a la taza. Delante del espejo del tocador se fue quitando poco a poco la ropa, y en su desnudez se examinó. Juntó los pies y vio que sus piernas estaban separadas. Suspiró. El labio inferior temblaba, se dijo de no llorar, pero no pudo evitar agacharse y estampar suavemente el puño contra el suelo, ella también temía romperse. En realidad no quería morir.
•
Nunca más volvió a ver a aquel hombre en el hospital. Por las mañanas Drew iba al instituto o se iba con sus amigos a dar una vuelta por cualquier lugar, pero al ser invierno prefería quedarse en clase cómodamente sentado al lado de la calefacción; iba a casa y se hacía cualquier cosa rápida o la compraba por el camino, desperdigaba lo que contenía la mochila por la mesa de estudio como si quisiera dar la impresión de hacer algo productivo. Siempre cogía un rato para ir a ver a su madre, cada día iba mejorando poco a poco y estaba seguro que la tendría en casa en cero coma; nunca iba a la planta cinco, pero a pesar de ello las curvas que trazaba la línea marrón seguían en su mente. El octavo día sin líneas marrones no fue al hospital, ni siquiera fue a su casa, en realidad ni siquiera fue a la última clase.
Brianna sacó las llaves del bolsillo pequeño de su mochila y abrió la puerta, él entró después y se encargó de cerrarla. Avanzaron por la casa hasta llegar al cuarto de Brianna: paredes de color salmón, cama individual, escritorio, fotos de ella y sus amigas… todo lo que una chica normal tendría, Drew ya había estado demasiadas veces allí dentro como para ponerse a cotillear, por lo que hizo lo de siempre, tirar la mochila a un lado de la cama y sentarse en la alfombra enfrente de Brianna, se miraron y ella encendió un cigarro que se fueron pasando.
Drew descubrió que sí era Brianna quien le enviaba esos mensajes a Aura en los que ponía “come”, ¿por qué? No, Brianna no quería ayudarla, en realidad a ella el que Aura se curara o no se la traía bastante sin cuidado, en realidad Brianna quería darla miedo. En realidad no hay ninguna sensación más poderosa que el miedo.
Cuando se besaron Drew sintió que las cosas se volvían a poner en su sitio, como si nunca se hubieran separado, como si jamás hubiera conocido a Aura y hubiera estado con ella. Cuando se separaron recordó que aquello era una sensación pasajera. Se levantó, mientras cogía su mochila se despidió de ella y acabó por irse. El frío viento norte le hizo atar la cremallera del abrigo hasta arriba del todo. «Arriba del todo, ¡vaya redundancia!» pensó.
El noveno día agitó el paraguas para que las gotas cayeran afuera, lo dejó en el paragüero y se pasó una mano por el pelo mientras se dirigía al ascensor. Llovía a cántaros y no había podido evitar mojarse un poco; no había ido al instituto, en realidad era demasiado temprano, las ocho de la mañana para ser exactos, simplemente a mitad de camino cambió de parecer y decidió ir al hospital. Dentro del ascensor se tomó su tiempo para decidir entre la planta cinco y la seis, los números bailaban en su cabeza.
Seis.
—
Me he dado cuenta de que la gente que escribe cosas tristes deja una parte de su tristeza en lo escrito y entonces está bueno, menos triste. Otra redundancia, en fin, yo solamente quiero aclarar una única cosa:
► Creo que los que decís que Drew fue cruel no habéis entendido la esencia del capítulo anterior. Drew es la realidad y Aura es el sueño, Drew no era cruel porque Drew tenía razón, en realidad Aura era cruel queriendo irse, porque no solo se hacía daño a sí misma sino que además hacía daño a su familia, etc, etc. Es una forma de crueldad llamada egoísmo.
Buenos días.
PD: Sere, lo del biombo sí que sale en Cazadores de Sombras, la cosa es que yo había escrito esa parte en clase antes de ver la película. Es raro xDD.
Última edición por Moose. el Sáb 8 Feb - 5:53, editado 1 vez
Re: There is a light that never goes out + 19
Woolas Bueno, ya era hora de pasarme no¿? xDU
A ver, la verdad es que de este capítulo yo no veo por dónde cogerlo para comentarlo. De ahí mi tardanza. Y mi falta de inspiración .__.
Bueno, pues supongo que decirte que el cap está muy centrado en esos sentimientos "negativos" con lo cual es bastante triste y deprimente leerlo...
Aun así, veo una cosa -o creo verla- es las ganas de seguir adelante, al menos de Aura.Y bueno, por parte de Drew el abandono...
Y lo de que no se haya entendido el capítulo anterior es más bien porque la gente siente más empatía por los sueños que por la realidad... Pero en fin.
Y bueno, otra cosa esencial del capítulo es la veracidad de la realidad que describes. Entiéndase "realidad" como "interpretación propia de problemas vistos en amigas". Y bueno, eso, que ya no se que más decirte...
Ah, lo último: Este capítulo es típico que te lees de un libro y te tienes que quedar un rato como pensando antes de procesar nada y de poder seguir con el siguiente.
Y... Nada.
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Re: There is a light that never goes out + 19
hola de nuevo no te
preocupes por la tardanza
tu a tu ritmo bueno la verdad
este capi me hiso sentir un
poco mal habla de mucha negatividad
en esos sentimientos pero en fin
tiene su parte buena may seguira
adelante es lo que importa
Drew no sabia q era asi pero ya que
tu adelnte con tu fic que yo seguire
aqui comentado
espero el siguiente capi sin mas q escribir me
despido
preocupes por la tardanza
tu a tu ritmo bueno la verdad
este capi me hiso sentir un
poco mal habla de mucha negatividad
en esos sentimientos pero en fin
tiene su parte buena may seguira
adelante es lo que importa
Drew no sabia q era asi pero ya que
tu adelnte con tu fic que yo seguire
aqui comentado
espero el siguiente capi sin mas q escribir me
despido
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Re: There is a light that never goes out + 19
*Dos siglos después* (?
Y este comentario deberías agradecerlo tan sólo por el hecho
de que mañana tengo dos exámenes y sigo aquí e_é (?
También puede ser que soy una rebelde
Te diría que no escribas estas cosas tristes,
porque me minan un poco la moral, peeero, es tu fic
Y con lo de que Drew es cruel, tines razón,
sí, y te odio por eso, la verdad siempre duele :c
Espero no ser la única que se sienta tan mierdosa como Aura
al leer lo putamentebien que narras sus sentimientos,
ni la única que sigue odiando a Drew c:
Oh Dios! OH DIOS! MO ME LO PUEDO CREER.
Briana era la de los mensajes D:
Nunca me lo habría imaginado (?
No entiendo que ve Drew en ella ._.
Siempre la pintan como la más puta
y tú la estás pintando como a una hija puta...
y a Drew le gustan las hijas de puta? (??
Lo único positivo que he podido sacar del capítulo
es que al menos Aura quiere curarse, y querer es poder e_é
Drew cambiará (?
Y por terminar con originalidad:
Escribes genial, espero la conti, me dejaste con la intriga (?
Siento haberte hecho sangrar los ojos con esta bazofia
Y este comentario deberías agradecerlo tan sólo por el hecho
de que mañana tengo dos exámenes y sigo aquí e_é (?
También puede ser que soy una rebelde
Te diría que no escribas estas cosas tristes,
porque me minan un poco la moral, peeero, es tu fic
Y con lo de que Drew es cruel, tines razón,
sí, y te odio por eso, la verdad siempre duele :c
Espero no ser la única que se sienta tan mierdosa como Aura
al leer lo putamentebien que narras sus sentimientos,
ni la única que sigue odiando a Drew c:
Oh Dios! OH DIOS! MO ME LO PUEDO CREER.
Briana era la de los mensajes D:
Nunca me lo habría imaginado (?
No entiendo que ve Drew en ella ._.
Siempre la pintan como la más puta
y tú la estás pintando como a una hija puta...
y a Drew le gustan las hijas de puta? (??
Lo único positivo que he podido sacar del capítulo
es que al menos Aura quiere curarse, y querer es poder e_é
Y por terminar con originalidad:
Escribes genial, espero la conti, me dejaste con la intriga (?
Siento haberte hecho sangrar los ojos con esta bazofia
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Re: There is a light that never goes out + 19
Que conti tan profunda!
Vaya! parece que Aura poco a poco va reaccionando y dándose cuenta de su situación. Eso es bueno
Y me parecía que la que mandaba los mensajes era Brianna, ella si que es muy cruel D:
Espero la proxima conti!
Chau! ^w^
Vaya! parece que Aura poco a poco va reaccionando y dándose cuenta de su situación. Eso es bueno
Y me parecía que la que mandaba los mensajes era Brianna, ella si que es muy cruel D:
Espero la proxima conti!
Chau! ^w^
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Re: There is a light that never goes out + 19
Hola!!^^ wii conti *-* no me habia dado cuenta, bueno yo opino que estuvo de lo mejor, esa brianna debería morir es una tonta u.u y drew :c es un tonto malo como pesca a esa tonta endemoniada de briana >.< aun no lo entiendo, y referente a que drew es un malo opino que cuando uno tiene una persona en esas condiciones se tiene que ayudar dependiendo yo creo k ella necesita compañia y comprencion u.u a bueno no importa, eso espero conti bye xD
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Re: There is a light that never goes out + 19
¿Por qué?
Cada gesto y movimiento,
cada todo, todo
es triste o bonito,
como tú dirías es tristito. :c
Así ha sido el capítulo, muy emotivo.
No estés tan depre jo, tienes que alegrarte.
Es que lo expresas aquí,
y te veo más triste aún.
Bueno, tú intenta hacerlo más bonito,
¿vale?
Ya te recuperaras.
Y eso de Aura y la manzana me recuerda a...
Pulseras Rojas,
no sé por qué.
Estará basado en esa serie xDU
Bueno y eso, ya.
Nos vemos y mejorate.
Olvida a ese capullo imbécil.
Sayoo
Cada gesto y movimiento,
cada todo, todo
es triste o bonito,
como tú dirías es tristito. :c
Así ha sido el capítulo, muy emotivo.
No estés tan depre jo, tienes que alegrarte.
Es que lo expresas aquí,
y te veo más triste aún.
Bueno, tú intenta hacerlo más bonito,
¿vale?
Ya te recuperaras.
Y eso de Aura y la manzana me recuerda a...
Pulseras Rojas,
no sé por qué.
Estará basado en esa serie xDU
Bueno y eso, ya.
Nos vemos y mejorate.
Olvida a ese capullo imbécil.
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Re: There is a light that never goes out + 19
OMFG! me perdi un pincho de capitulos
ME MUEROO! :O
Bueno Zoe aqui va mi comentario: en verdad este cap me puso depre
*alguien me entendera*
y en lo personal en el ultimo cap me identifique con Aura (no se porque) .-.
ya dejare de aburrir con mis comentarios aburridisimos
suerte en todo Zoe
Ahora si, adios
ME MUEROO! :O
Bueno Zoe aqui va mi comentario: en verdad este cap me puso depre
*alguien me entendera*
y en lo personal en el ultimo cap me identifique con Aura (no se porque) .-.
ya dejare de aburrir con mis comentarios aburridisimos
suerte en todo Zoe
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