~Rosas Color de Sangre~ [Chapter 15 UP] (Siglos depsues...)

~ Capitulo 6: Cazador ~ 

Luego de lo sucedido con Rip, el famoso cazador de bestias y “el hijo favorito del diablo”, Drew, en compañía de su madre, llegaron a su castillo, el cual podría ser atacado en cualquier momento luego de lo sucedido, así que, fueron a donde tenían algunas chicas secuestras y en lugar de comerlas las degollaron para darles muerte instantánea y Rosalía comenzó a realizar una limpia repentina en el cuarto donde comían y torturaban a sus victimas, con ayuda de sus muchos Pokémon y los de su equipo decidió limpiar todas las evidencias de crimines y muerte, al parecer le tomaría toda la noche, envió a su Mismagius a vigilar los jardines del castillo junto con su Gardevoir, luego de varios momentos, Rosalía se tomó muy seria, ahí, se encontraba Drew.

— ¿Pasa algo madre? – se extrañó Drew, al ver la seriedad de su madre.

— Este castillo mañana ardera en llamas, nos iremos a Kalos mañana en la mañana – decidió Rosalía.

— ¡¿Qué?! – se sorprendió Drew, una mudanza repentina.

— Lo siento hijo, por ahora es peligroso para nosotros como para esa niña que te gusta la situación, tenemos que ponernos a salvo primero… ve a dormir.

 

Y usando aquella aura macabra, ordenó a su hijo ir a dormir como si fuese un niño pequeño, el cual no tuvo opción más que obedecer; sin embargo ya dormido, parecía que Drew tenía una mala noche, se movía y se retorcía de un lado para otro…

 

~ Capitulo 7: Agridulce Recuerdo II ~

 

400 años antes…

 

Era una tarde en Pueblo Petalia, los fieles trabajadores del campo volvían a sus hogares, algunos acompañados de los Pokémon que ayudaban en las labores de siembra, otros simplemente como compañía o apoyo, hogares donde serian recibidos por sus mujeres e hijos, quienes ven en aquellos hombres figuras de ejemplo, mientras, los hombres del mar aun no volvían, lo que tenia preocupada a Akina, la hija del mas famoso capitán de barco de Petalia.

 

— “Padre, vuelve con bien” – deseó Akina, viendo esperanzada al cielo.

 

Mientras la noche comenzaba a asomarse, Akina en compañía de su Taillow decidió adentrarse en el Bosque de Petalia, ahí, seguramente Shu la estaría esperando, aquel apuesto muchacho de ojos y cabello color verde que ahora era el motivo de sus pensamientos, así que sin perder tiempo, fue al lago donde lo encontró  hace tiempo, y ahí se encontraba Shu, sentado en la orilla de dicho lago lanzándole rocas mientras el canto de los Noctowl les hacia la noche.

 

— Akina, te estuve esperando – dijo el joven, sonriendo al mirar la figura de la bella chica dirigiéndose hacia él.

— ¿Dime, te encuentras bien? – preguntó preocupada.

— Ya estoy bien – le aseguró – mis padres han vuelto con bien, no hay de que preocuparse por ahora.

— Que alivio, mi padre viajo nuevamente y se espera que vuelva mañana – le comentó Akina, quien tenia la mirada fija en el lago.

— ¿Y que has pensado en el futuro? – le preguntó el chico peliverde a Akina, debido a una inquietud que había surgido en él.

— No tengo idea – respondió la chica, ahora observando el cielo – la verdad nunca lo había pensado.

— Como te dije mi especie es inmortal hasta cierto punto – le relató Shu.

— Nosotros los “shadowliarks” – dijo Akina refiriéndose a la especie a la que ella pertenecía – se supone que descendemos de ángeles desterrados por Dios, o algo así tenían los escritos con los que mis padres me encontraron – le contó la chica.

— Vaya, quien lo diría, un demonio saliendo con un ángel caído – ironizó Shu, mientras sonreía.

— ¿Insinúas que lo nuestros es un amor prohibido? – le preguntó Akina, tornándose un poco mas nerviosa.

— Yo nunca mencione amor – recalcó Shu nervioso mientras agitaba las manos provocado por la vergüenza.

 

Sin embargo, Shu no pudo terminar de balbucear, lo que recibió fue un dulce beso de Akina lo que lo paralizó al instante, su instinto lo obligo a cerrar los ojos y corresponderle a la chica que tenia frente a esta, uniendo sus labios, sin darse cuenta, un macabro aura negro de parte de Akina comenzó a tornarse claro y blanco, como si se estuviese purificando, Shu no pudo darse cuenta y Akina ni siquiera sentía el proceso que estaba pasando por su cuerpo, fue un largo pero lento beso el que los había fundido en un solo ser, bajo la oscuridad del Bosque Petalia que parecía haber desaparecido al igual todo alrededor de ellos dos, no escuchaban los Taillow cantar, a los Wurmple arrastrarse, los Zigzagoon y Poochyenas correteando, únicamente eran ellos dos, dos criaturas inhumanas demostrándose lo que pocos humanos podían sentir: amor verdadero. Luego de que su muestra de afecto terminara dejando a ambos mirándose profundamente el uno al otro, el Taillow de Akina subió al hombro de su entrenadora y le advirtió voltear a la derecha, ahí, se encontraban reunidos 3 hombres con capucha negra, su sombrero de cada uno no permitía apreciar bien su rostro.

 

— Lo siento jóvenes, pero tienen que acompañarnos – ordenó el sujeto que se encontraba en medio de los tres, quizá era el líder.

— ¿Qué quieren? – les exigió Shu respuesta, con la mirada desconfiada y llena de rabia.

— Vaya, quien diría que el “príncipe” se encontraría aquí – comentó el sujeto a la derecha del “líder”.

— ¿Príncipe? – se preguntó Akina, no entendía por que se referían a Shu con esa palabra.

— Maldición, mas les vale que hablen – los amenazó Shu, con una expresión de ira irracional.

— Captúrenlo – ordenó el líder.

 

Los dos hombres a su costado se dividieron y tomaron ambos extremos que terminaban en filas de arboles frente al lago, rodeando a Shu y a Akina, después, dos Gengar aparecieron en la posición en la que antes se encontraban aquellos hombres, los cuales utilizaron Hipnosis en Akina y la durmieron, mientras Shu observaba como Akina caía, este decidió silbar y apareció su Flygon, ejecutando llamarada sobre el líder y los Gengar, mientras, los otros dos se dirigían hacia Shu, quien desapareció provocando que los otros dos hombres tuviesen que usar sus hombros para amortiguar el choque entre ambos, después, los Gengar aparecieron frente a Shu, quien ordenó a la nada un Impactrueno, de ahí, apareció la figura de un pequeño Rotom riendo malévolamente, los dos Gengar cayeron noqueados mientras el líder tomó a Akina como rehén, por lo cual, de Shu comenzó a salir un malvado aura purpura, después, aquella energía la utilizo en forma de púa y atravesó el cuello de ambos hombres, asesinándolos al instante, después estos se transformarían en esencia y se Shu los unió a la suya, quizá para absorber su energía o sus poderes en caso de tenerlos, luego, ordenó a Rotom utilizar Onda Trueno en los Gengar ya que en caso de despertar, estos estuviesen paralizados, mientras perseguía al líder quien había huido en un Rapidash.

 

— Vamos Flygon o a este paso nunca lo alcanzaremos…

 

Shu se montó en Flygon y por arriba del bosque perseguía el rastro de Akina, luego tras identificar al sujeto y a Akina en aquel Rapidash descendió rápidamente frente a este, por lo que una pelea era inevitable.

 

— Ya estoy harto de ustedes – le dijo Shu a aquel tipo – dicen que somos una amenaza pero ustedes son los que se matan los uno a los otros, ustedes son las bestias.

— Mire Príncipe, yo solo sigo ordenes – le recordó el tipo – la humanidad cree que son un peligro para ellos, así que debo cumplir eso por el bien de la humanidad y el nuestro.

— ¿Nuestro? – se confundió Shu – ¿Y que clase de criatura eres tu entonces? – le preguntó.

— Shadowliarkno – respondió, la respuesta dejo frio a Shu, era de la misma especie de Akina – nosotros estamos en deuda con esta tierra por eso cooperamos con los humanos, sean o no sean, estén o no estén bien, no hay marcha atrás.

— Ya veo – pensaba Shu, intentaba analizar todo lo que aquel hombre le decía.

— Lo que me extraña, es que esta chica tiene el mismo “aura” que el mío, ah no ser que ella sea…

— ¡No te le acerques! – le ordenó Shu.

 

El hombre se dirigió a donde Akina, dormida, arriba del Rapidash, la tocó, y descubrió algo interesante, la esencia de aura en ambos era igual, ambos eran shadowliarknos, el hombre intentaba deducir ahora el asunto de Akina, reuniéndose con uno de las criaturas mas viles y perversas de todo el universo que ahora se hallaban ocultas en el Planeta Tierra, en tiempos violentos, mientras que ellos, quienes solamente podían igual el poder de esas criatura fueron recibidos en la tierra en tiempos aún mas remotos quedando en deuda con las deidades de esta, ambas criaturas eran consideradas enemigas desde la antigüedad, por lo que no podía aceptar un romance entre Shu y Akina.

 

— Quien lo diría, ustedes dos, enamorados, ni en mi mas salvaje imaginación habría cabida para eso – le comentó el hombre – en fin, mi deber es acabar con ustedes, así que, oponiendo resistencia o no, prepárate.

 

Akina poco a poco despertaba, el Rapidash se comenzó a inquietar al sentir eso, por lo que Akina decidió disimilar y poco a poco descender del Pokémon de fuego quien estaba ya quieto, mientras la siniestra batalla “alienígena” en el Bosque Petalia comenzó, en proporción de fuerza y poder aquel hombre se mostraba muy superior, cada golpe, cada poder, cada cosa que salía de Shu era rechazada por él, después Shu tropezó y se estrelló con varios arboles y cayo inconsciente, luego, aquel tipo sacó una cuchilla de un fino color plata, incrustándosela en el cuello, Akina, quien miró como la sangre brotó del muchacho y como este se retorció después no lo soportó, un ataque psicótico comenzó en la chica, lo que distrajo a aquel verdugo quien no entendía que pasaba ni por que Rapidash había salido a todo correr luego de que la chica comenzó a retorcerse de un lado para otro.

 

— ¿Pero que demonios?

 

La chica luego de salir del estado psicótico, comenzó a agarrarse fuertemente la cabeza, sentía un intenso dolor de cabeza que no podía asimilar, su cabellera verde clara comenzó a tornarse negra, se le erizaron las puntas de una forma tan fina que parecían agujas, sus ojos se tornaron completamente rojos, y dos grandes colmillos le brotaron de la parte superior de sus mandíbulas, acto seguido, un par de alas grande y pronunciado con un plumaje completamente negro brotó de la espalda de esta, su complexión pasó de delgada a robusta y su altura aumento en unos 30 cm, luego, un aura gris salía de su cuerpo, su mirada en este estado o transformación, fija el cuerpo de Shu  desangrándose gravemente mientras lagrimas brotaban de sus demoniacos ojos.

 

— Increíble, si se puede romper la maldición – se sorprendió aquel hombre, quien al parecer, conocía aquella forma que había adquirido Akina.

 

Lo malo que poco le duro el gusto de poder observar a Akina en este estado, la mano de esta lo atravesó por completo por el costado izquierdo y de su espalda se podía observar como salía el brazo de Akina mientras esta había amputado su corazón y lo había aplastado como si fuese cualquier objeto gelatinoso con su propia mano, el tipo cayo muerto al instante, después Akina sacó su brazo y se dirigió a donde Shu, retiró la cuchilla aun incrustada en su cuello y tras tomarle el pulso, se dio cuenta que aunque débil, sabia que Shu aun se encontraba con vida, después, su Taillow volvió a con Akina, quien al observarlo, volvió a su forma normal, cayendo desmayada y cayendo con Shu...

 

Horas después…

 

— ¿Que pasó? – se preguntó Akina, quien despertaba a la orilla del lago.

— Al fin despiertas – le dijo Shu.

— ¿Estas vivo? – se extrañó Akina, pues había visto como le habían clavado una estaca en el cuello.

— Claro que estoy vivo – respondió con orgullo – recuerda que soy inmortal…

 

En ese momento, recibió una cachetada por parte de Akina, quien nuevamente rompió en llanto mientras Shu no comprendía la acción de la chica, solamente la tomó entre sus brazos mientras esta le reclamaba.

 

— ¡IDIOTA EN VERDAD CREI QUE HABIAS MUERTO! – le gritó mientras le golpeaba el pecho al mismo tiempo que seguía llorando.

 

400 años después…

 

Ciudad Petalia, una gran cortina de humo asombraba a los habitantes, quienes intentaban localizar el origen del siniestro, al tiempo que varios Pokémon huían del bosque en Petalia, mas adentrados en el bosque, aquel macabro castillo el cual había existido desde siempre se encontraba envuelto en llamas, al igual que otras estructuras aledañas al terreno perteneciente a este, ahí, se encontraban varios bomberos, Pokémon de agua, voluntario, el cuerpo policiaco, dos agentes de la Policía Internacional, la Comandante Jenny de Hoenn y Rip, junto a May, Norman y el Barón Alphoriano.

 

— ¿Qué tiene planeado esa perra? – se preguntó Rip, refiriéndose probablemente a la madre de Drew.

— Seguramente huyeron a otro lugar – dedujo la Comandante Jenny.

— Pienso lo mismo – la apoyo el Barón Alphoriano.

— ¿A dónde huirían? – le preguntaba un agente de la Policía Internacional a otro.

— Yo solo espero que Drew este bien – dijo May, quien miraba con cierta tristeza como poco a poco el castillo comenzaba a desplomarse debido a la intensidad de las llamas, las cuales no podía ser apagadas por nada al parecer, lo que hizo deducir a todos que esas llamas eran producto de algún Pokémon.

 

Mientras, en el aeropuerto de Ciudad Férrica, Rosalía, en compañía de su hijo se encontraban sentados esperando quizá el llamado a algún vuelo, mientras Drew miraba cabizbajo.

 

— Hijo – intento hablarle; pero no soportó verlo así y decidió no hablarle mas.

 

“Pasajeros con destino a Ciudad Luminalia, favor de abordar el vuelo numero 4440, gracias”

 

Al momento de oír eso, Rosalía y Drew tomaron sus maletas y sus pokébolas y pasaron por el escáner, después, abordaron un avión cuya marca decía “Kalos Fly Lines”.

Hola, a veces siento demorar tanto; el trabajo y esas cosas ya saben. En fin, según yo (?), esto seria algo así como "final de temporada"; ya que la siguiente actualización tardara un poco mas (ahora si les avisó) ya que la historia que tenia planeada dio un giro que ni yo me esperaba mientras la escribía (me di cuenta cuando termine el episodio); y disculpen algunos errores de dedo u ortográficos (falta de tiempo) ando usando el OpenOffice por que tuve problemas con el MS Office y no ando muy familiarizado con esa suite ofimática, como sea, a como pude, el episodio: 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

— ¿Te gusto la historia Shu? – preguntó una hermosa joven de cabellos verdes al pequeño Shu de 4 años, sosteniéndolo en sus brazos.

— Quedó completamente dormido – dijo una voz masculina observando al pequeño dormido en manos de su madre.

Capítulo 10: Un Nuevo Renacer y las Sombras de un Viejo Pasado…

Una mañana tranquila al parecer en la mística Ciudad Romantis, el sol anunciaba como el astro rey que era, la llegada de un nuevo día, mientras cientos de Pidgeys, Taillows y Fletchings adornaban los cielos no solo de esa ciudad, también adornaban la maravillosa región de Kalos, ahí es donde vivía un joven de cabellos verdes haciendo juego a sus ojos, que eran del mismo color, dormía cómodamente con su pijama cuyos grabados tenían una enorme R roja en todas partes y el resto era negro en su totalidad, parecía nunca despertar; pero eso no ocurrió, ya que una traviesa Roserade clavo sus brazos espinosos en su entrenador, levantándolo de golpe y con mucho dolor…

— ¡Cuantas veces tengo que decirte que no me despiertes así! – le reclamó al Pokémon de tipo planta, el cual reía burlón.

El muchacho ya despierto, comenzó a despojarse de su pijama hasta quedar en calzoncillos, después salió de su habitación y se encaminó al baño, que se encontraba en la planta baja, ya que su habitación estaba en la segunda. Fue cuestión de segundos y tras girar las manijas reguló la temperatura y comenzó su aseo personal, entonaba cierta cancioncita pegajosa de cierta ciudad remodelada típica de la región Hoenn; a pesar de no tener ningún recuerdo de esa región la sabia perfectamente, aunque el peli verde no le prestaba importancia, mientras se duchaba, en la cocina su madre preparaba unos huevos revueltos que al parecer, eran el desayuno favorito de él.

— ¡Adam el desayuno ya está! – le informó su madre, una hermosa mujer aun con sus años, luciendo una espectacular cabellera verde.

Al momento de oír eso, Adam apresuró su ducha y tras terminarla, secó a medias su corta cabellera con una toalla blanca y tras ponerse su ropa habitual: Una playera delgada de manga larga color negra, encima una morada abierta de manga corta, unos jeans de color azul claro y deportivas color negro.

— ¿Iras así a la escuela? – preguntó su madre un poco confundida.

— Iremos a una excursión a Ciudad Luminalia – le reveló.

— Ah, ¿por qué no me dijiste antes? – preguntó un tanto molesta.

— Fue sorpresa, a nosotros nos lo dijeron ayer – respondió.

Después de responderle, su madre comenzó a poner la mesa, huevos revueltos para el joven Adam y para ella un omelette con algunos salchichones para rellenarla, así que con algo de silencio y tranquilidad, la familia Blackwell, o los dos miembros que quedan de ella, debido a la muerte del padre de Adam cuando este era muy pequeño. Ya terminaron ambos de comer, alguien llamo a la puerta de su casa, Adam se ofreció a abrir y su sorpresa fue cuando se topó con su amiga del colegio, una chica de cabellos azules, del mismo color de ojos, y portaba un gorro de lana blanco con el logo rosa de una pokébola, una bufanda roja, falda rosa, botas a la rodilla del mismo color, una blusa negra escotada y un pokéwatch que usan los estudiantes en la región de Sinnoh, su nombre era “Hikari”.

— ¿Cómo estas Hikari?, cuanto tiempo sin verte – saludó Isabella a la joven peli azul.

— Gracias muy bien señora Blackwell – devolvió el saludo.

— Es hora, ¿verdad? – preguntó Adam tomando su mochila.

— Si, y será mejor que nos demos prisa o el autobús nos dejara – advirtió.

Diciendo eso, Adam tomó su mochila, Hikari quien ya se encontraba más que lista espero a que el joven peliverde decidiera salir y tras unas cuantas palabras de bendición de su madre, salió a media prisa en compañía de la chica de cabellos azules, quien parecía tener algo de prisa, por lo que tomó de la mano al joven peli verde y emprendió carrera hacia la escuela donde estudiaban. Una vez llegado al colegio, Adam y Hikari vieron como una enorme fila de autobuses se encontraban estacionados fuera de las instalaciones del colegio, al parecer había asignado uno para cada grupo, por lo que ambos jóvenes estudiantes tenían que abordar el autobús cuyo asesor o representante de grupo se encontrara presente. Tras unos minutos de búsqueda localizaron por fin el suyo, ahí, una chica llamada Marina, representante de su grupo, daba las ultimas indicaciones.

— Bien, solo se permite traer un Pokémon como acompañante y deberá permanecer en su pokébola hasta que lleguemos a Ciudad Luminalia – indicaba Marina, mientras los estudiantes poco a poco se iban acomodando.

— ¿Qué Pokémon trajiste tú? – le preguntó Hikari a Adam una vez acomodados en sus respectivos asientos.

— Mi Flygon – respondió mostrando la pokébola que lo contenía.

— ¿Y tu Roserade? – se extrañó Hikari.

— Lo deje en casa con mi madre – aclaró.

— Ya veo, yo traje a mi Piplup – le mostró también la pokébola.

— ¿Piplup? – se mostró confuso, no es un Pokémon común en la región Kalos.

— Yo soy de la región Sinnoh – le reveló.

Ambos estudiantes seguían con su conversación y en pocos minutos uno a uno los autobuses fueron abandonando la escuela y sus alrededores para posteriormente abandonar Ciudad Romantis y abrirse camino hacia la capital de la región Kalos y metrópolis de la misma: Ciudad Luminalia. En el camino se podía observar parte de la misteriosa y a la vez aterradora Arboleda Romantis, un rincón casi encantado lleno de pantanos y una misteriosa casa abandonada. En autobús Ciudad Luminalia quedaba a poco menos de media hora; y en lo que transcurría dicha media hora, en la lejana y tropical región de Hoenn, se encontraba una chica de cabellos castaños y ojos color zafiro en la hora de receso en su escuela, junto a ella se encontraba su nueva amiga Tristana, una chica que al parecer era descendiente de un clan con creencias ancestrales.

— ¿En serio todo eso ocurrió? – preguntó Tristana incrédula.

— Si, casi no lo cuento a nadie porque parece todo muy fantasioso – le comentó May probando su sándwich.

— ¿Y a donde fue él? – le preguntó Tristana refiriéndose quizá a Drew.

— No tengo la menor idea – respondió un poco decaída May – y también quiero saber un poco más sobre él y sus orígenes; pero los acontecimientos ocurrieron tan rápido que no nos dimos tiempo de conocernos mejor.

— Tengo una idea…

Tristana comenzó a maquinarle un plan que no parecía ser buena idea, ya que consistía en ir de noche, al lugar donde se encontraba el castillo de Rosalía y Drew, en el cual quedó un enorme bloque de cuerda policía, varios letreros de prohibida la entrada aunque carente de vigilancia, May tenía obvias dudas al principio; pero acabó siendo convencida por el encanto que poseía la joven aficionada a los Pokémon de tipo dragón. El plan era primero, Tristana visitar la casa de May la cual aún continuaba siendo monitoreada por Handsome, después, irían a altas horas de la noche a curiosear las ruinas que quedaron del castillo, las cuales solo parecían un montón de piedras y carbón acumulados en un solo cuadro.

— ¿Quién será esa joven? – se preguntaba Handsome, observando todo desde un edificio cercano a la casa de May.

Tristana entró a la residencia de los Balance, la dejaron entrar a la habitación de May la cual indicó que estaba esperando a la joven, después de conversar un rato pusieron en marcha su plan, apagaron las luces de la habitación de May, fingieron haberse ido a dormir y esperaron unas cuantas horas, hasta que el reloj indicó la 1 a.m. Salieron por una salida trasera de la casa de May y Tristana dejo boquiabierta a May cuando esta sacó a un enorme Salamance en medio de su amplio patio trasero, invitándola a subir en el dragón, primero dudo; pero luego la convencieron y corriendo por el patio de May y después elevarse el Salamance emprendió vuelo al Bosque Petalia, mientras, el asistente de Handsome que vigilaba en su lugar las noches, solamente observaba la ventana de la habitación de May, los otros lugares con vigilancia eran la puerta principal, ya que no habían inspeccionado la casa y tampoco les había revelado una salida trasera; aunque es inaccesible a la vista de ese edificio. Unos cuantos minutos de vuelo y las chicas aterrizaron a la mitad del bosque Petalia, mientras algunos murmullos asustaban a May; aunque Tristana insistía en que únicamente se trataba de Pokémon nocturnos que habitan el bosque Petalia.

— ¿Y en qué dirección se encontraba el castillo? – le preguntó Tristana esperando indicaciones por parte de la castaña.

— Hacia allá – indicó señalando hacia una salida al mar.

— En marcha – ordenó Tristana.

Ambas chicas salieron en dirección a donde se encontraba el castillo, ambas contaban con una pequeña lámpara mientras el Salamance de Tristana los seguía a pie. Tuvieron que esquivar varios arbustos y enormes arboles espinosos para poder pasar, los cuales fueron derribados con la pura fuerza física de su Salamance sin la necesidad de ataques especiales o enormes llamaradas. Una vez llegadas ambas chicas al destino indicado, vieron un montón de escombro entre piedras carbonizadas, carbón y piedras semi-destruidas, May recordaba con nostalgia las visitas que había hecho en ese castillo y el tiempo compartido con Drew.

— ¿Y exactamente que se supone que buscamos? – preguntó May sintiéndose algo extraña.

— Respuestas – le respondió Tristana adentrándose al terreno bloqueado por la policía.

— ¡Espérame! – gritó May yendo tras de ella…

Ambas chicas siguieron su camino dentro de las ruinas del castillo de la madre de Drew, pasaron filas de montañas de escombro, tierra y piedras que habían quedado tras la demolición del mismo, el cual quedo tal y como lo había dejado el incendio ya que ni la Policía Internacional había encontrado prueba alguna acerca de los crímenes y victimas de Drew y Rosalía excepto la de una chica muerta ya hace años. Revisaron por al menos media hora, hasta que tras quitar cierta cantidad de piedras empolvadas, encontraron un pozo…

— ¿Y será seguro entrar por aquí? – le preguntó Tristana a la castaña, arrojando una piedra para calcular la profundidad del pozo.

— Parece peligroso – respondió May un poco asustada por la idea de bajar por ahí.

— Mis Pokémon son muy grandes para entrar ahí – le comentó Tristana.

— ¿Pasa algo señoritas? – respondió una imponente figura masculina tras de ellas.

Ambas chicas soltaron un grito que expresaba terror puro; sin embargo, al voltearse May vio que se trataba de Rip, quien ahora y sin que lo supiera May, se encontraba trabajando para Rosalía y para Drew, quienes se encontraban en la lejana Región de Kalos con nombres y apellidos falsos al igual que su falsa nueva vida.

— ¿Qué usted aquí? – le cuestionó May desconfiada.

— Mi trabajo, cuidarle el terreno a mi jefa en turno – respondió arrogante con un extraño acento alemán.

— ¿Por qué hablas así? – insistía May en las preguntas.

— Dejemos las preguntas para mí de lado – ordenó Rip – y explíquenme que hacen aquí, este terreno es ilegal, ¿sabían?

Tristana en defensa de May, respondió que todo era idea suya y tras una breve explicación de sus intenciones, Rip decidió ayudarlas, usando los poderes que según él le había arrebatado a un demonio, las introdujo al interior de un pozo mediante tele-transportación, tratándose del interior de un pozo de una especie de mazmorra, pues tenía varias cámaras cuyas puertas venían acompañadas por una antorcha para iluminarlas.

— Las respuestas a sus dudas, estarán más adelante – dijo Rip, haciéndoles una seña con las manos indicándoles que lo acompañaran.

Las chicas siguieron al extraño mercenario demoniaco, este los condujo por un largo camino de alrededor 1 hora hasta que toparon con una especie de casa bastante bien construida, mantenida y diseñada como para estar debajo de la tierra, ahí entraron, después ambas chicas fueron testigo de una enorme biblioteca subterránea, gran y enorme variedad de estantes y muebles que contenían libros, documentos y otros artículos, y en medio de esta, una enorme caja fuerte de plata sólida, seguramente ahí se encontraban los documentos más preciados para la familia de Drew y Rosalía.

— Ese es el principal resguardo de “ellos” – les señaló Rip la caja plateada.

— ¿Cómo la abriremos? – preguntó May, ya que toda caja fuerte requiere de combinación.

— “O gran Darkrai maestro de la oscuridad y el terror, os imploró abrid las puertas de estos mundos y conectarla con nosotros”…

Conjurando aquellas palabras la caja fuerte abrió, May y Tristana quedaron impresionadas pues nunca habían sido testigo de algo así; mientras, una fila de hojas de papel bastante desgastadas; pero con letra o caligrafía legible podían observarse, May podía por fin saber un poco acerca del origen de Drew.

— Bien niñas – dijo de repente Rip – aquí está todo lo que querían saber, por ahora May, debemos ser cautelosos como siempre, Rosalía y Drew se encuentran en destino desconocido como te había adelantado y no sabrás de ellos en mucho tiempo además – comenzó a explicar Rip – deberás grabarte lo que puedas de memoria, no saques absolutamente nada de este lugar.

— Entiendo – dijo May, tomando hoja tras hoja de la caja fuerte, mientras Tristana curioseaba.

— Otra cosa – dijo Rip sacando algo de su gabardina – el joven Drew me pidió que le entregara esto.

Rip sacó una rosa roja y la entregó, junto con otra carta, como las que Drew le comenzó a enviar cuando se mudó a Kalos sin decirle a May, eso le hacía mucha ilusión a la chica de ojos color zafiro quien dejo las hojas desordenadas en una mesa e inmediatamente tomó la carta cuyo contenido era:

Pequeñas lágrimas brotaron del rostro de May al terminar de leer la corta carta, después, se puso a investigar lo que pudo y había una parte en especial de dicho documento que la desconcertó…

— ¿Akina? – se quedó pensativa May, en su mente vino un recuerdo de Drew en medio del bosque despertando estrepitosamente tras haber dormido y gritar muy aterrado dicho nombre.