[Actividad Especial] Miracle

El sonido retumbó estrepitosamente, perturbando aquella apacible tranquilidad que hasta hace pocos minutos había gobernado la habitación.

– Debo acostumbrarme a esta nueva rutina – murmuró la pelicastaña apagando el fastidioso aparatito y frotándose suavemente sus ojos.

Estuvo a punto de levantarse cuando otro sonidito invadió nuevamente la habitación. Afortunadamente esta vez fue uno más armónico.

–  Aló – Atendió. La voz que escuchó al otro lado del auricular la terminó de despabilar y de golpe.
– ¡Bonjour, Mio! – Se escuchó una voz potente y demasiado entusiasta.
– ¡Bonjour, Jolie! – Contetó casi por inercia mientras sonreía – ¡Espera un momento! – se detuvo de pronto – ¿Cómo sabías que ya estaba despierta? – Preguntó anonadada recibiendo una risita en respuesta.
– Solo acerté – Respondió divertida ante su reacción –
– ¿Sabes que a veces me das miedo? – Expresó contagiándose de su alegría.
– ¡Lo sé! – rió – ¡Quería llamarte hace días ! Háblame de ti ¿Cómo estás?, ¿cómo están tus padres?, ¿ya conseguiste empleo?, ¿un novio? – parloteó casi sin respirar, haciendo énfasis con picardía en lo última.
– No te preocupes, toda va bien – Ya era costumbre su particular forma de hablar – Es hermoso regresar a mi país, pero empiezo a sentirme una extraña, creo que el acento me delata – confesó llevando su mano al rostro – Mis padres están bien, en realidad más ocupados de lo que recuerdo. Quizá no será una navidad tan distinta… Pero estoy aquí y podremos compartir más momentos juntos– finalizó mostrando mayor ánimo.
– Es solo cuestión de adaptarse. Quién sabe, todo puede pasar – La animó – Y no creas que no me di cuenta de que evitaste mi última pregunta – le reprochó.
– Por ahora me estoy enfocando en hacer todo el papeleo necesario y pronto a trabajar – rió con nerviosismo– eso es suficiente para mí.
– No sé qué voy hacer contigo – le recriminó con un tono fingido de enfado. Mio no pudo evitar reír.
– Gracias, realmente me hace bien hablar contigo – le agradeció sinceramente– Te llamaré pronto, ahora debo encargarme de unos asuntos titulados “Mudanza” –  bromeó.
– Está bien. ¡À tout à l’heure! – se despidió – suerte con tu revolución.

Definitivamente el sistema de alta voz era una maravilla. Se dispuso a desayunar en su pequeño comedor. Solo bastaría unos cuantos arreglos y su nuevo hogar quedaría perfecto.

– Bien, creo que me dará tiempo hasta esta noche – exclamó motivada mientras observaba con optimismo el afiche y tickets de entrada que llevaba en sus manos– Un poco de música adicional no me haría nada mal–.