Zafiros Anhelados

Haaa ...!!! u.u
Gomenn por no comentar antess no se porque T.T
Bueno regresando al fic ><
Por que ?! Abuuu todo fue un sueño TwT
Me has dejado con la intriga pero no
Te preocupes por la conti todavía puedo esperar XD
Sayooo
^^

¡Hola a todos! Una vez más gracias por estar pendiente del fic y bienvenidos sean los nuevos lectores! =D

Pues les cuento, este trimestre del colegio fue HORIBLEMENTE trabajoso, no tenía tiempo para absolutamente NADA x.x y hasta la semana pasada fueron los examenes trimestrales, y tuve que ausentarme para estudiar y todo eso... Pero está semana estoy libre y hoy por fin pude escribir con tranquilidad xD

Espero que les guste, es un poco corto pero está hecho para dejar el suspenso xD Y disculpen en serio mi tardanza




Capítulo 13: Búsqueda.



–No ha vuelto en días –Explicaba la señora LaRousse a la policía con una voz entrecortada por el llanto.

–Tranquilícese señora, encontraremos a su hijo, ahora, ¿Puede darnos más detalles sobre el día de su desaparición? -pidió el agente.

La mujer LaRousse estaba simplemente devastada, sus largos cabellos verdes –propios de esa familia- estaban húmedos de tantas lágrimas que les cayeron, no podía ni siquiera hablar más, la voz se le apagaba con el pensamiento de que su hijo hubiese sido raptdo o incluso… Asesinado.

Por ello, el padre del ojiverde fue quien explicó todo: “Fue hace poco menos de una semana, Drew salió al mediodía con la excusa de pasear un rato… Desde ese momento no ha regresado…”.

Los policías se fueron luego de cuestionarlos un poco más y anunciaron a la ciudad la desaparición del muchacho, junto con el reporte que les había hecho el orfanato de que una niña de allí tampoco había regresado al recinto. Algo que los alarmó es que el profesor Birch, un distinguido señor del lugar, reportó también la desaparición de su hija Sapphire Birch; y pensando que no podía ser peor, el padre de Ruby, Norman, habló con ellos tras haber perdido a su hijo.

La ciudad, y sobretodo los padres y parientes de jóvenes, tomaron medidas: Llevaban y buscaban a sus niños al lugar dónde debían ir, no los dejaban salir por mucho tiempo, así fuera a plena luz del día, pues los desaparecidos habían sido raptados a esas horas. Sin embargo, por más esfuerzos que hicieran los departamentos policiales no había ni un rastro del grupo de adolescentes perdidos.

Y así pasó otra semana de frustración para la familia de Drew, los padres de Sapphire y Ruby e incluso para la dulce cuidadora del orfanato a quien May consideraba una madre. Tampoco para ellos fue fácil, aún seguían encerrados en aquella aterradora casa que parecía no dejarlos ir ni tener salida por la cual escapar; sus esperanzas eran muy escasas, pero había un lado buenas detrás de toda esta pesadilla, estando allí solos sin más consuelo que su propia compañía, fomentaban día a día su amistad.





Ras, ras. Se rozaban las páginas del diario mientras su dueña las pasaba, cada una de ellas llevaba escritos los sucesos de cada día de la infancia de May. Era difícil imaginar como una niña de esa edad hubiese pasado por esas cosas tan horribles que plasmaba con una letra grande e infantil pero deprimente sin igual. Ahora, años después, sus ojos azules volvían a posarse sobre esos hechos escritos haciéndola sentir una presión en su pecho y tratando de resistirse a soltar esas lágrimas reprimidas.

Sentada en su cama de dosel rosa, recostando su espalda en la almohada polvorienta, era contemplada por dos ojos esmeraldas cuyo dueño estaba sentado al pie de ese mueble, esperando un movimiento, una seña, una palabra pero parecía que la muchacha no reaccionaba, estaba en un trance del cual sin ayuda no se desharía fácilmente.

“May… May…”, una voz conocida la llamaba, parecía tan lejana, cada vez se escuchaba menos hasta que en un momento, se desvaneció. Abrió los ojos desconcertada, y aún más lo estaría al ver que al pie de la cama, yacía una rosa roja.

lo adore juju
espero que los encuentren
se nota lo desesperados que han de estar
pero es interesante y deja intrigado
y sei selo dificil que es laescuela
cuando puedas pon conti sabri-chan n.n

¡¡Hola a todas!! ¿Cómo están?

Les he extrañado T.T Pero al fin estoy de vacaciones :3 Sin embargo, 3 días a la semana estoy ocupada -.- Pero haré lo que pueda para escribir :3

Aquí vengo con una conti, espero que les guste y que aún sigan la historia, en lo personal, me asusté escribiendo xD



Capítulo 14: ¿Dónde están?



Sentada en su cama de dosel rosa, recostando su espalda en la almohada polvorienta, era contemplada por dos ojos esmeraldas cuyo dueño estaba sentado al pie de ese mueble, esperando un movimiento, una seña, una palabra pero parecía que la muchacha no reaccionaba, estaba en un trance del cual sin ayuda no se desharía fácilmente.

“May… May…”, una voz conocida la llamaba, parecía tan lejana, cada vez se escuchaba menos hasta que en un momento, se desvaneció. Abrió los ojos desconcertada, y aún más lo estaría al ver que al pie de la cama, yacía una rosa roja.


La pelicastaña se enderezó torpemente para tomar aquella rosa solitaria, de manera que al verla más de cerca, pudo notar que estaba marchita y de sus pétalos corría una sangre roja y fresca. La soltó con brusquedad ahogando un grito de horror al tiempo que se levantaba de la cama y se alejaba de ésta.

Sin quitarle la mirada de encima, se encaminó instintivamente a la ventana para tomar algo de aire, en cuanto abrió las cortinas dio paso a un vidrio completamente cubierto de sangre, ésta era muy distinta a la que se abría paso entre los pétalos de la rosa, estaba seca y oscura y parecía que había llegado hasta allí salpicando a chorros de la yugular de alguna persona.

¡Ah! –Gritó aterrada y corrió fuera del dormitorio, no sabía a dónde iría porque toda la casa era igual de temeraria y lúgubre, sólo quería alejarse de aquella habitación que le obligaba a su mente a pensar en terribles recuerdos de su “niñez”, si así se le puede decir.

Con la vista nublada por lágrimas temerosas bajaba las escaleras con rapidez, sus pasos resonaban junto con el chirriar de varias puertas y el crujido de la madera de la casa, su intención era buscar a sus amigos pero por sobre todos a Drew, “¿Dónde estás? ¿Qué ha pasado contigo?”, toda ella se sumía en un solo pensamiento: La rosa ensangrentada.




-Rubí, llevamos varios días aquí, tengo miedo… -Le decía Sapphire al tiempo que se aferraba al brazo del muchacho con fuerza- Y hambre…

-Yo también Sapph, pero cada vez que intentamos salir de aquí no podemos… -Le contestó el chico de ojos rojos con la mirada algo perdida, acariciando la suave piel en las manos de su amiga.

Y no era ninguna mentira, cada vez que los jóvenes intentaban escapar de la casa-prisión era imposible encontrar la salida incluso con la ayuda de May, se asemejaba a un complicado laberinto tenebroso, como esos juegos de feria en los que tienes que cruzar un lugar lleno de “fantasmas” y otras criaturas, sólo que éste era real y parecía no tener escapatoria.

La ojiazul soltó algunas lágrimas silenciosas, recordando su cálido hogar, la sonrisa de su padre, lo divertido que era cruzar todo el bosque que quedaba frente a su casa… El simple hecho de estar fuera de allí la conmovía, tanto era el susto que tenía que no recordaba la sensación de ser libre.

Rubí se percató de la condición en la que se encontraba Sapphire y la abrazó con fuerza, en parte lleno de rencor por quien sea que los hubiese encerrado allí y afligido por no hallar la manera de sacarlos de tal condición.

Repentinamente, escucharon fuertes pasos provenientes de las escaleras y con el corazón dando saltos se escondieron debajo de la misma, el muchacho le tapaba la boca a la castaña, que estaba a punto de estallar en un gran grito de miedo y sorpresa.

Lentamente el ojirubí asomó la cabeza y descubrió que era May quien había realizado tal escándalo y salió de su escondite junto con Sapphire.

-¡May! ¿Cómo te atreves a hacer eso? ¡Nos asustaste! -Gritaba histéricamente la muchacha, sin embargo, controlaba su tono de voz pues no era buena idea gritar a los cuatro vientos en un lugar así. No respondió.

En ese instante, Rubí notó algo extraño en la pelicastaña, no tenía ninguna expresión facial, en cambio, su rostro sólo estaba ensombrecido lúgubremente, su cuerpo estaba totalmente estático y su piel parecía ser traspasada por los demás colores y formas de la casa.

Antes de que cualquiera de los dos pudiese reaccionar, ésta abrió sus ojos, los cuales estaban completamente negros y emitió un grito fantasmal y ensordecedor que los aturdió dejándolos paralizados por completo mientras sus cuerpos caían sobre la dura superficie de madera; finalmente se desvaneció.




No había ningún rasgo de la existencia de Drew en la casa, May lo buscaba totalmente trastornada, atemorizada y temblorosa, susurraba su nombre cada vez con una voz menos audible, cuando de pronto un camino de pétalos ensangrentados se extendía por todo el pasillo. Totalmente muda y temiendo que habría al final de éste, se encaminó por el oscuro camino rodeado de cuadros con rostros casi invisibles que parecían mirarla; “Drew, por favor… Dime que ésta no es tu sangre” Pensó la ojizafiro obviamente sin obtener respuesta.




Por toda la casa no rondaban ningún tipo de sonidos que interrumpieran el silencio permanente del lugar menos una risita malévola que se extendía como un silbido, con lentitud, acercándose peligrosamente a May por sus espaldas.

Hello, friends!!!!! -llega corriendo con un megáfono en mano, se tropieza y éste sale volando por una ventana (?).

Jajajaja, ¿Cómo están?, yo pues resfriada x.x Estos tres días han sido de lo peor, no dormí en dos noches, por fin ayer concilié el sueño y descansé pero aún me siento mal ):

En mi opinión me gustó mucho este capítulo que les traigo xD Espero que ustedes lo disfruten tanto como yo y que los lectores que faltan no hayan abandonado al fic TT^TT
Black: Ya, ya, que debe ser que están ocupadas... -Acaricia la cabeza de Sab-
Bueno, eso espero owo

Sin más preámbulo -recupera su megáfono sabrá Arceus cómo (?)- ¡¡LA CONTI!!.


Capítulo 15, Parte 1: Misterio revelado.



Los cuerpos de Sapphire y Ruby yacían inmóviles sobre el suelo frío de madera, pasaron minutos para que recobraran la conciencia.

– ¿Qué ha sido eso? –Preguntó la chica intentando levantarse.

– No lo sé… Pero fue horrible, es obvio que esa no era May… ¿Pero qué era entonces? –Le respondió el muchacho que la ayudó a ponerse de pie.

– Un… Fantasma quizás… No me extrañaría que hubiese uno por aquí, esta casa parece embrujada.

Alguien que conociera la situación se preguntaría cómo habían sobrevivido los cuatro chicos todos esos días sin comer o dormir, y lo más importante: Sin beber agua. Ellos mismos se lo cuestionaban pero estaban más preocupados por resolver los misterios de la casa abandonada y salir de allí.

De hecho, Sapphire no estaba equivocada, la casa estaba realmente embrujada para que pudiesen sobrevivir sin comida ni bebida y…

Para que nunca lograran salir.




Por toda la casa no rondaban ningún tipo de sonidos que interrumpieran el silencio permanente del lugar menos una risita malévola que se extendía como un silbido, con lentitud, acercándose peligrosamente a May por sus espaldas.


La pelicastaña susurraba el nombre del chico perdido cada vez con menos esperanzas y cada minuto que pasaba el miedo la consumía con mayor fuerza mientras seguía el rastro de pétalos ensangrentados. Luego de un tenebroso período de tiempo se encontró al principio de un pasillo sin salida, se lo pensó dos veces antes de cruzarlo “No importa lo que pase, quiero saber cómo estás, Drew…” pensaba May mientras obligaba a sus piernas temblorosas a que continuaran el camino.

Llegó al final del pasillo polvoriento, la imagen que obtuvieron sus ojos fue demasiado para ella: El cuerpo de Drew yacía tenso sobre el suelo, charcos de sangre se expandían lentamente a su alrededor, grandes heridas podían notarse en su pecho, piernas y manos, parecía haber forcejeado contra su oponente. Un solitario pétalo caía en el lugar donde, dentro de su organismo, se encontraba el corazón ahora inerte.

– ¡DREW! ¡¡DREW!! –Gritó May con todas sus fuerzas, corrió y se agachó al lado del susodicho, lágrimas de susto y dolor recorrían sus mejillas mientras intentaba inútilmente reanimar a su amigo.

En ese instante, la chica escuchó un silbido agudo que parecía acercarse a sus espaldas, el contacto de estas ondas de sonido con los oídos de ella le hacían pensar que esa parte de su cuerpo sangraba aunque no fuese así, era desagradable.

– ¿Q-Quién está allí? –Preguntó de manera desconfiada.

– Oh, qué sorpresa May… No esperaba encontrarte por aquí después de tanto tiempo… -Habló el ser desconocido con una voz sarcástica y llena de rencor. La muchacha estaba atónita y asustada, ¿Cómo sabía su nombre?.

– No te asustes, tú me conoces, ¿No me… RECUERDAS? –Exclamó el silbido lanzando una ráfaga de viento congelado sobre la muchacha, la cual cayó mucho más cerca del cuerpo de Drew.

– Tú eres… -Una ola de recuerdos invadió su mente cuando logró ver el cuerpo y rostro del sujeto- ¿Beary?

– En efecto… -Habló con voz silbante “Beary”.

Beary era un Banette, originado de un peluche desechado el cual, al ser abandonado se convierte en un pokémon a causa de una energía de odio que se crea en su interior y vaga buscando a su antiguo dueño. May lo reconoció porque a diferencia de los demás de su especie, éste llevaba en la cabeza un gorrito azul con estrellas amarillas que pertenecía al muñeco original.

– Desde hace años te he estado buscando, hasta que te localicé, ¿Ves?, no te desharás de mí tan fácilmente… -dijo el Banette.

– ¿Cómo es que puedo entender lo que dices? –Preguntó la sorprendida May.

– En una época fuimos muy unidos, yo era tu peluche preferido, ese lazo aún se mantiene, aunque me hayas abandonado… -Contestó “Beary” con algo de tristeza pero manteniendo su firme tono de voz.

– Beary, oh, Beary, me temo que has vivido en una mentira –Respondió la pelicastaña cuyos ojos se tornaron llorosos y comenzó a explicarle la verdad al pokémon:


“Fue una tarde de invierno, puedo recordarlo bien, mis padres estaban discutiendo como siempre lo hacían, yo intentaba bloquear a mis oídos de escuchar sus peleas y al mismo tiempo te abrazaba con fuerza acostada en mi cama de dosel. Te decía mil cosas sobre mí: Mis sueños, lo tanto que anhelaba que papá y mamá dejasen de discutir… Y lo mucho que te quería. Intentaba obtener calor y compañía de tu cuerpecito de felpa, hacía frío y estaba muy triste; mucha nieve caía fuera de la casa, podía verla por la ventana.

Repentinamente entró mi padre gritándome sin alguna razón, dijo tantas cosas que ahora no lo recuerdo, lo que sí quedó en mi memoria fue que te arrebató de mis pequeños brazos mientras yo lloraba y le suplicaba que no se fuera contigo. Mamá exclamó desde la puerta de la habitación que no merecía tener algo especial… Dijo eso cuando apenas tenía poco más de cuatro años.

Sólo logré que me dejaran despedirme de ti, porque sabía que te irías, así que te tomé una vez más en mis brazos y te estreché con fuerza, te coloqué un gorrito en tu pequeña cabeza de oso porque “Hace frío, no te vayas a resfriar”.

Te llevaron lejos de mí, yo desconocía a dónde, lloré por mucho tiempo tu pérdida pues eras mi único y confidencial amigo, hasta que un día pensé que no valía llorar porque te sentirías triste, porque de seguro ya tenías a otro dueño que cuidaba de ti”.


Al terminar de contar la historia, May dejó caer varias lágrimas de dolor y frustración, “Pero creo que, por más que me esfuerce, el llanto persiste”.

– Entonces… Tú sí me querías… Fue sólo un error, entonces no debí… Hacer esto –Contestó el arrepentido Banette ante lo que su dueña le acababa de narrar.

– ¿Te refieres a esto que hiciste? –May se secó las lágrimas y con coraje señaló al cuerpo inerte de Drew y con furia continuó hablando- ¡No había razón por la cual hacer esto!, está bien que creías que yo te había abandonado pero quitándole la vida a un amigo mío no lograrías más que vivir con la culpa, ¡Muy poco duraría tu satisfacción!.

– No… ¡No es lo que crees!, en verdad quiero disculparme, todo esto ha sido… Una ilusión…

El pokémon no mentía, la horripilante imagen de un fallecido Drew había sido producto de él mismo que con sus habilidades Fantasma había sumido a May en una ilusión, hecho que de alguna manera enfureció más a la muchacha y ésta le gritaba al tiempo que el peliverde falso comenzaba a desvanecerse.

– ¡No importa! Es que en un principio no debiste traernos aquí, porque supongo que has sido tú en busca de la venganza, además, eres el único ser que he visto en la casa y he escuchado tus silbidos más de una vez… -La ojiazul en su ataque de frustración, desesperanza y tristeza no pudo hablar más y agachó la cabeza cubriendo sus hermosos ojos –ahora llenos de lágrimas- con los mechones de cabello que caían sobre su frente.

– La verdad estás un poco equivocada en lo que dices, dueña May, yo no he tenido toda la culpa…

– ¿Qué tratas de decirme?

– Que hay alguien más en esto.

¡Hola a todas! =D

Gracias por sus hermosísimos comentarios, me dan ánimos para seguir, aún falta historia xD

Stefy-chan me alegra que te haya gustado el capi! :3 Ahora vengo con uno mejor y laargo *¬* xD Jajajaja ya las acostumbré a mi suspenso ~ xD
Lulli-nee, pues sí, las he sorprendido con la aparición de ese pokémon, ¿eh? xD Qué bien que te haya gustado el capi *-* Pues no has hecho nada, creo (?) xD Jajajaja (No olvidaré la conversación en la que quedaste con los ojos de colores uwu (?))
¡Jose-nee, que me abandonas! ¡Mala! xD Pues aquí se revela todo eso :3 Espero que lo leas
¡Xiomi-neechan! Nyaa, volviste TwT Gracias por dedicar un espacito en tu agenda ocupada para leer el fic *w* significa mucho! :3 Awww, gracias por tus palabras, me sonrojo .//.
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¡Chicas! El Jueves 02 de Agosto el fic cumplió, ¡UN AÑO! *Papelillos, serpentinas, fiesta, música* Jajajajaja ok no xD Bueno, luego de un muy apretado año, el misterio se ha revelado por completo!!!! =D ¡Gracias por su apoyo y compañía!


Sin más, aquí la conti:


Capítulo 15, Parte 2: Misterio revelado.


– ¡No importa! Es que en un principio no debiste traernos aquí, porque supongo que has sido tú en busca de la venganza, además, eres el único ser que he visto en la casa y he escuchado tus silbidos más de una vez… -La ojiazul en su ataque de frustración, desesperanza y tristeza no pudo hablar más y agachó la cabeza cubriendo sus hermosos ojos –ahora llenos de lágrimas – con los mechones de cabello que caían sobre su frente.

– La verdad estás un poco equivocada en lo que dices, dueña May, yo no he tenido toda la culpa…

– ¿Qué tratas de decirme?

–Que hay alguien más en esto.


–¿Cómo dices? –Contestó anonadada la muchacha de cabellos castaños.

–Lo que escuchaste, no tengo toda la culpa –Suspiró resignado el Banette haciendo énfasis en ‘toda’.

La chica se quedó sin palabras, ¿Había alguien más que quería hacerles sufrir?, ¿Qué tenían en contra de ellos? Y lo más importante: ¿Quién era ese alguien?. Antes de que pudiera preguntarle todo esto al Pokémon fantasma, un nuevo sonido llegó hasta sus oídos, parecían gritos, gritos lejanos, graves y dolorosos. Sintió una presencia aterradora, su corazón latía a mil por hora a la vez que veía el gesto furioso del Banette.

–Al fin nos encontramos, Balance –Aquella voz no parecía provenir de ningún lugar específico pero estaba claro para May que era la misma presencia que sintió segundos antes y que seguía erizándole la piel.

–¿Quién eres? ¡M-muéstrate! –Exclamó ella con mucho miedo, Beary se colocó frente a ella, en un modo defensivo.

No obtuvo respuesta, en cambio, un frío viento llegó hasta ellos, haciendo tiritar a la castaña pero sin ejercer ningún efecto sobre el Pokémon.

–Aún no, mi apresurada amiguita, tengo algo que quiero… Mostrarte. –La presencia fantasmal hizo regresar la fría brisa de hace unos segundos y con ella tres siluetas se vieron arrastradas a pocos metros de May.

–¡SAPPHIRE! ¡RUBY! ¡DREW! ¡¿QUÉ LES HAS HECHO?! –Gritó totalmente horrorizada.

Yacían en el suelo los cuerpos de los susodichos, sus rostros tenían una expresión de terror total: Sus ojos estaban muy abiertos sin el menor signo de parpadeo, sus bocas abiertas y sus cejas alzadas. Sus cuerpos estaban totalmente tensos, parecían tres tablas con forma de humano que habían caído duramente a la superficie de madera.

“Reconociste a Banette, ahora falta que me ¡recuerdes!”, la voz volvió a estar seguida de gritos desgarradores que no tenían dueño y se acercó a una pequeña filtración de luz que entraba por un agujero, May hubiese preferido que no lo hiciera pues lo que vio era indescriptible, le causó asco y mucho miedo: Tenía rasgos de humano, aunque poco quedara de ello, sus ojos parecían ser oscuros pero estaban nublados, su causa de muerte debió ser un incendio ya que varias partes estaban incineradas y otras tenían carne rasgada. Era el espíritu más horrendo y maloliente que jamás haya visto la muchacha; a pesar del gran daño que presentaba parte de su rostro aún era reconocible, sólo era… Un niño.

–¿T-Tomy?... Dios mío eres tú… Mamá y papá dijeron que te habías ido lejos de la región… –Susurraba entrecortadamente la chica.

–¿Irme lejos? ¡PUES CLARO QUE SÍ, AL MISMÍSIMO INFIERNO! No te hagas la que no sabes lo que pasó… –Contestó la horrible presencia fantasmal empezando a relatar.

“Era primavera, se escuchaba el canto de los pokémon pájaro, yo me encontraba en el parque esperándote, por alguna razón, no llegaste…” Allí May recordó lo sucedido, sus padres le prohibieron salir de casa. “Así que me dispuse a irme, resignado, en verdad tenía ganas de jugar contigo, mis padres me habían comprado un juguete nuevo y quería mostrártelo. Allí fue cuando llegaron tus ‘papis’ –dijo con rudeza– y me empezaron a susurrar cosas horribles al oído, que tú no me querías, que mejor me alejaba de ti, pero no les creí y te defendí. Luego se pusieron demasiado violentos y muy tarde salí corriendo, ellos me agarraron sin que nadie lo notara, me llevaron en un auto muy, muy lejos del parque, yo sólo rogaba en mi mente que no me hicieran nada ya que me habían puesto cinta adhesiva en la boca y estaba atado de manos y pies.

Pasó un interminable tiempo hasta que me sacaron de la maleta de su auto y me llevaron a una pequeña pradera cercana a una granja abandonada. Lloraba pidiendo compasión pero ellos sólo repetían: Esa estúpida niña no merece tener amigos, es nuestra propia tortura y tú… Tú no la harás sentir especial. De un momento a otro empezaron a rociar gasolina sobre mí, yo con la inocencia y mente limpia de un niño pequeño no sabía que tramaban pero no sería nada bueno. Por último tiraron un fósforo encendido en mi ropa.

Allí empezó la real tortura, fueron minutos de dolor, ardor, desgarros, no había agua con la cual despojarme de las llamas que me consumían, corría alterado hasta que no pude más, caí al suelo… Y todo terminó.”

–Tomy… Tomy yo… Nunca quise esto, de verdad, ellos me odiaban pero no creí que harían algo así… No lo sabía… Sólo tenías siete años, tres más que yo… –Fue lo poco que Tom le dejó contestar.

–¡NO ME INTERESA!. Por tu culpa estoy muerto, tenía muchos sueños, ¿sabes?, han pasado los años, hasta que al fin te encontré, localicé a Banette para que juntos te encerráramos a ti y a tus amigos, para hacerte sufrir al ver cómo tus seres queridos quedaban atrapados por tu culpa. Beary se arrepintió luego, pero yo no, es hora de acabar con esto. ¡La pagarás!.

El espíritu guardaba una fantasmal pokéball y la arrojó sacando un Cubone con una gran notoria transparencia.

–¿Adivina qué?, cuando fui asesinado llevaba a mi Cubone conmigo, estaba atrapado en su pokéball y ¡murió!, es hora de hacer un equilibrio… Aunque sé que no tienes ningún pokémon a la mano –Tom rió con maldad.

– No te preocupes May, yo seré el tuyo –Exclamó Beary colocándose en frente de May, sorprendiéndola y empezando la batalla.

El Cubone lanzó su hueso como un boomerang, asestando en la cabeza de Beary, quien retrocedió y utilizó Cara Susto para intimidar a su contrincante, acto seguido usó Fuego Fatuo para crear pequeñas llamas alrededor del Cubone que lo sofocaban, esto le hizo recordar al Pokémon su penosa muerte y con enojo se lanzó a atacar a su rival con múltiples ataques.

Pasaron minutos de batalla, estaban muy parejos, en un momento crítico el Cubone llevaba la delantera, tanto así que Beary estuvo a punto de debilitarse.

–¡Beary, aléjate de él! Es demasiado para ti… –Ordenó May.

–No, esto no acabará así, yo te protegeré May… –Habló el pokémon.

En ese instante, Banette sin ser ordenado por su dueña, utilizó el ataque Maldición, clavándose una gruesa aguja en su abdomen y maldiciendo al Cubone, lo debilitó por completo y su espíritu se desvaneció.

–¡NO! –Gritó Tom irradiando ira– ¡ESTO NO ACABA AQUÍ! ¡AÚN FALTAN USTEDES DOS!

Seguidamente el niño deformado se desplazó con furia hacia May, la tomó del cuello con sus manos transparentes y sangrantes, con su fuerza del más allá casi la ahoga pero Beary interrumpió con rapidez “¡Déjala en paz!”. No hubo tiempo de reaccionar, Beary había tomado una decisión arriesgada, el cierre que se hacía pasar por su boca se abrió, liberando toda su energía interior. Su cuerpo se fusionó con el pequeño gorro azul de estrellas amarillas que llevaba en la cabeza, cambiando su color curiosamente a un Banette Shiny. La energía envolvió al espíritu maligno del niño y lo eliminó sin dejar rastro.

May cayó al suelo con la cara de un ligero color lila por la falta de aire pero no tenía tiempo de retomar el aliento, se arrastró rápidamente al cuerpo de su pokémon que yacía casi muerto sobre el suelo.

Ruby, Sapphire y Drew despertaron del trance pero la muchacha no los notó, estaba mirando sólo a su pokémon.

–¿Qué ha pasado?, Uh, me duele todo el cuerpo –Mencionó Ruby.

–Nos topamos con algo en el pasillo en el que nos reencontramos y… Caímos inconscientes, eso creo –Le contestó el peliverde.

–Silencio, algo pasa con May y ese… Banette –Sapphire los hizo callar.

A varios metros de ellos May contemplaba tristemente a lo que antes era su peluche de la infancia, el único que había tenido y el que le habían quitado de las manos un frío día de invierno.

–Beary, mi pequeño Beary, no me dejes por favor… No… –La muchacha hundió su cabeza suavemente en el pecho del Banette que ahora brillaba.

–Mi cuerpo podrá desaparecer pero siempre estaré contigo, amiga –Beary se desvanecía poco a poco.

–No, Beary, tú eres fuerte, resiste, no me dejes… –May comenzó a llorar dando ligeros gemidos, Beary le decía que “Era inevitable pero que no llorara, que siempre estaría en su corazón” – Gracias Beary, siempre me escuchaste y me acompañaste, incluso hoy me has salvado, te quiero mucho… Siempre fuiste y serás mi mejor amigo… –Lo abrazó.

–Yo también te quiero mucho. Siempre podrás contar conmigo, aunque no me puedas ver… Perdóname por haberlos encerrado aquí… Adiós. –Fue lo último que pudo pronunciar la débil voz de la criatura.


De un momento a otro, Beary se desvaneció dejando a May ahogándose en sus propias lágrimas de tristeza y susurrando palabras como “No me dejes”, “Vuelve, por favor” o “Te quiero”.

En sus manos sostenía lo único que había quedado del pokémon y que se separó del cuerpo de éste al morir, un gorrito azul con estrellitas amarillas.

Sabri-chan!!!

Me declaro tu nueva lectora (comienza a saltar con un gorrito de cumpleaños)

Feliz cumple atrasado a tu fic,

T-T me hubiera gustado ser tu lectora desde el principio, pro recien ayer pude revisarlo y hoy postear ;D

Igual te voy a decir que me encanta y espero seguir leyendo tus contis n.n