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A Different Love Story!
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A Different Love Story!
Hi People!
I'm a new person now! >=D
Okk! I'll talk/write in spanish! u.u
Hahah!
Hola gente linda!
¿Verdad que hace tiempo que no me aparezco por aquí? Bueno, si me extrañaron ¡qué lindo! Y si no, a seguirme deprimiendo! Nahh! xD
Vengo con esta nueva historia, que dará un giro de 360° a nuestras expectativas a cerca del ContestShipping! nOn
Espero disfruten... y ¡Corre fic!
¡Ohhhh!
Soy malaaa! nOn
¿He dejado a alguien con la intriga?
Espero que sí. Este fic resultó de mi imaginación esta mañana cuando iba al colegio y escuchaba una canción media rebelde (Súper rebelde >=D) y se me vino la imagen mental del primer capi, el cuál ya lo terminé hooy u.u
Pero no lo subo pq como estoy en exámenes no puedo estar mucho tiempo en la compu!
Así que les traeré los capítulos la próxima semana que por fin me daré un descanso del estudio!
Disfruten de la intrigaaaa~! n.n
Los adoro, dejen comentarios para que ponga el siguiente capi, ¿okk? >=)
Sayonara gente linda!!!!!
I'm a new person now! >=D
Okk! I'll talk/write in spanish! u.u
Hahah!
Hola gente linda!
¿Verdad que hace tiempo que no me aparezco por aquí? Bueno, si me extrañaron ¡qué lindo! Y si no, a seguirme deprimiendo! Nahh! xD
Vengo con esta nueva historia, que dará un giro de 360° a nuestras expectativas a cerca del ContestShipping! nOn
Espero disfruten... y ¡Corre fic!
A DIFFERENT LOVE STORY!
-Prólogo-
Nunca es fácil ser quien uno quiere ser, y peor a esta edad, cuando lo que más importa es cómo te vistas o cómo hablas, con quién te juntas o cuánto tienes.
Y si recién llegas al colegio te tachan de raro e incomprendido, mucho peor si vistes diferente a los demás.
Tu sueño de pequeño de vivir una adolescencia encantadora se ve destruido por el típico grupo de divas, pubertos con las hormonas alteradas y tontos que no saben, ni dejan vivir.
¡Adiós adolescencia soñada! ¡Hola realidad!
Y empeorando tu suerte, tienes una familia, que, como dice el dicho, ¡está patas arriba!
Es algo que no puedes cambiar, así es tu vida de aburrida y monótona. Lo mismo de siempre sin poder hacer la diferencia ni un segundo.
Pero ¿eso qué importa ya, si algún día esta etapa se acabará y vendrá una más aburrida y dura donde tus intereses no serán por ti, sino por una familia que mantener?
Y más tarde llega la vejez y ¡te mueres!
Para tu desgracia no disfrutaste nada de lo que se hacía llamar "vida" y culpas a todos aquellos que te hicieron imposible el sueño de hacer lo que querías porque... Simplemente no te aceptaron.
¡Oh, oh! ¡Qué equivocado estabas! Ellos solo resultaron ser los factores que te empujaron al barranco, en cambio tú, tú eras quien podía agarrarse de la rama y trepar a lo alto, haciendo oídos sordos a las burlas de los demás.
Pero... ¿Lo hiciste? No me respondas, ya imaginaba que no.
Esta historia es diferente, porque la protagonista quiere hacer de su vida algo, diferente -valga la redundante redundancia-, no importa las barreras que el destino le ponga, ella las atravesará.
Nunca es fácil ser quien uno quiere ser, y peor a esta edad, cuando lo que más importa es cómo te vistas o cómo hablas, con quién te juntas o cuánto tienes.
Y si recién llegas al colegio te tachan de raro e incomprendido, mucho peor si vistes diferente a los demás.
Tu sueño de pequeño de vivir una adolescencia encantadora se ve destruido por el típico grupo de divas, pubertos con las hormonas alteradas y tontos que no saben, ni dejan vivir.
¡Adiós adolescencia soñada! ¡Hola realidad!
Y empeorando tu suerte, tienes una familia, que, como dice el dicho, ¡está patas arriba!
Es algo que no puedes cambiar, así es tu vida de aburrida y monótona. Lo mismo de siempre sin poder hacer la diferencia ni un segundo.
Pero ¿eso qué importa ya, si algún día esta etapa se acabará y vendrá una más aburrida y dura donde tus intereses no serán por ti, sino por una familia que mantener?
Y más tarde llega la vejez y ¡te mueres!
Para tu desgracia no disfrutaste nada de lo que se hacía llamar "vida" y culpas a todos aquellos que te hicieron imposible el sueño de hacer lo que querías porque... Simplemente no te aceptaron.
¡Oh, oh! ¡Qué equivocado estabas! Ellos solo resultaron ser los factores que te empujaron al barranco, en cambio tú, tú eras quien podía agarrarse de la rama y trepar a lo alto, haciendo oídos sordos a las burlas de los demás.
Pero... ¿Lo hiciste? No me respondas, ya imaginaba que no.
Esta historia es diferente, porque la protagonista quiere hacer de su vida algo, diferente -valga la redundante redundancia-, no importa las barreras que el destino le ponga, ella las atravesará.
¡Ohhhh!
Soy malaaa! nOn
¿He dejado a alguien con la intriga?
Espero que sí. Este fic resultó de mi imaginación esta mañana cuando iba al colegio y escuchaba una canción media rebelde (Súper rebelde >=D) y se me vino la imagen mental del primer capi, el cuál ya lo terminé hooy u.u
Pero no lo subo pq como estoy en exámenes no puedo estar mucho tiempo en la compu!
Así que les traeré los capítulos la próxima semana que por fin me daré un descanso del estudio!
Disfruten de la intrigaaaa~! n.n
Los adoro, dejen comentarios para que ponga el siguiente capi, ¿okk? >=)
Sayonara gente linda!!!!!
Última edición por Mary Hope! el Miér 31 Ago - 11:25, editado 3 veces
Re: A Different Love Story!
Hola Hooopi :3
Vaya, el prólogo me dejó con algo de intriga xD
A pesar de que estoy comenzando un fic propio, me atreví a meterme en tu historia también xD
Escribes cool (; Espero que lo continúes pronto.
First comment! Oh yeah!
Well, I need to go, oneesan, good luck with your fanfic! :3
*English OFF, like you said xD*
Comenté para darte ánimos de seguir porque sé que llegará a convertirse en una gran historia! Si no me paso por aquí es por mi poco tiempo.. Que me obliga a abandonar fics ;.;
Así que esto es... Más que todo para eso, darte buenas vibras! :3
Saludos!
Vaya, el prólogo me dejó con algo de intriga xD
A pesar de que estoy comenzando un fic propio, me atreví a meterme en tu historia también xD
Escribes cool (; Espero que lo continúes pronto.
First comment! Oh yeah!
Well, I need to go, oneesan, good luck with your fanfic! :3
*English OFF, like you said xD*
Comenté para darte ánimos de seguir porque sé que llegará a convertirse en una gran historia! Si no me paso por aquí es por mi poco tiempo.. Que me obliga a abandonar fics ;.;
Así que esto es... Más que todo para eso, darte buenas vibras! :3
Saludos!
Cris- .::░ღAdmin~Contest.ღ░::.
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Edad : 27
Cumpleaños!! : 09/07/1997
Mi llegada : 29/11/2009
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Re: A Different Love Story!
Anya! Nee-chan! *-*
Ese día me tuviste leyendo para solo subir esta parte??? ¬¬
como sea xD
Adoro esto además de que casi lloré en el cole ese día xD
Espero que en cuanto puedas subas el primer capi que creo no estaba completo allá xD
En serio que en las horas libres no hay nada que hacer x3
Pero bueno Yo estoy con la intriga desde ayer!
Y ni creas que esto se quedará así ¬¬
Hoy me desquito a las 5:00 Pm o3o (?) xD
Nee-chan si que te lo digo pero es la verdad Escribes de Maravilla...!!! owo
Espero subas pronto el primer capi para continuar con el segundop y luego ir al tercero y así sustantivamente xD
l3@!...!!*
Ese día me tuviste leyendo para solo subir esta parte??? ¬¬
como sea xD
Adoro esto además de que casi lloré en el cole ese día xD
Espero que en cuanto puedas subas el primer capi que creo no estaba completo allá xD
En serio que en las horas libres no hay nada que hacer x3
Pero bueno Yo estoy con la intriga desde ayer!
Y ni creas que esto se quedará así ¬¬
Hoy me desquito a las 5:00 Pm o3o (?) xD
Nee-chan si que te lo digo pero es la verdad Escribes de Maravilla...!!! owo
Espero subas pronto el primer capi para continuar con el segundop y luego ir al tercero y así sustantivamente xD
l3@!...!!*
Shiba- .::♡.Moder*Contest.♡::.
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Re: A Different Love Story!
Oh! Kyaa! >w<
Arigato Sabri-neechan y Silvy-neechan por sus hermosos y emotivos comentarios. Me he sentido taan contenta de leerlos que me animé a subir el primer capítulo hoy.
Tan solo espero que les agrade demasiado como a mí, y verán que aquí la historia no es igual que el anime u.u Aquí cambian un poquito pero ya verán que les caerá bien la historia
¡A leer!
Primer día de escuela y… ¡Qué aburrimiento!
Lo típico que pensamos todos y qué le vamos a hacer si está destinado para los adolescentes estudiar. ¡Agradezcamos todos a quien inventó la escuela! —Y, qué sarcástico sonó eso, aunque siendo sincera es en la escuela donde encontramos amigos, enemigos, futuros padrinos de nuestros hijos, gemelos perdidos nacidos de otra madre y ¿por qué no? Hasta pareja.
Solo por ellos nos levantamos y vamos, pero, solo por ellos.
De ahí los gustos por las cosas; si eres nerd: ¡amas estudiar y es triste para ti cuando no hay clases! Es por eso que te encierras el fin de semana en una biblioteca camuflada por cama, ropero, y unas que otras cosas.
En cambio, si el estudio se te vuelve pesado: ¡a vagar se ha dicho! ¿A dónde? No sabes, solo dejas que el viento te lleve como a los pequeños dientes de león y que te deposite en cualquier tierra. Suerte corres si la tierra es fértil, sino, lo siento.
Pero, regresando al primer punto, es divertido el primer día. ¡A ver qué chisme te trae tu amiga! O ¿ya viste al nuevo chico? Se le nota extraño pero está pasable.
En la secundaria más prestigiosa de Tokio, Hoenn high school, es igual. Las risas, burlas y piropos no se hacen esperar por parte de los populares. Y los que iban con un autoestima elevadísima para empezar un extraordinario año, ya se han sonrojado y agachado la cabeza por temor a que los vean y ser centro de burla.
Secretos por aquí, pleitos más allá y una absurda escritora que aún no se presenta. Yo soy solo yo, aunque pueden llamarme Cho y considerarme una tercera persona, observadora y entrometida en esta novela, donde las barreras de la hipocresía y maldad no impedirán a esta pareja ser felices.
Así que… ¡Corre fic!
Inner: Ya lo está haciendo ¬¬U
Claro, pero hablo de ¡fuera rodeos, hola lo “interesante del fic, ¡ya déjanos leer!”! Y no interrumpas. Por cierto, ella es mi alocada inner que tan solo entrará aquí para molestar.
Inner: ¬¬#
Todo comenzó hace mucho, cuando hubo una explosión de gases llamada “Big-Bang” de la cual se originaron planetas, sistemas, galaxias, estrellas, meteoritos, etc. Entre estos un planeta se desarrolló lenta y pausadamente logrando un lugar para que seres vivos, vivieran; valga la redundancia. Entonces, una hermosa isla se formó y la llamaron Japón. Años más tarde, en su hermosa y llamativa capital nacieron varios niños. Algunos crecieron en otros lugares como el caso de una castaña de hermosos ojos color zafiro.
Su madre, una americana empedernida y alocada por la moda hippie llegó al país asiático a sus escasos diecisiete años, con una melena castaña larga y hermosa, una piel tan blanca como la nueve y un colorido traje, buscando aventuras.
Lo que nunca imaginó es que se enamoraría de un japonés, por supuesto muy atractivo de extraños ojos oscuros, morocho y piel morena.
La atracción y el amor los llevó a la locura y la pasión y dos años más tarde de haberse conocido abrazaban con ternura el frágil cuerpito de una hermosa niña.
Pero el destino fue cruel y les arrebató lo que más amaban. Tiempo más tarde, después del terrible suceso optaron por casarse, pero la familia del chico: un magnate millonario de los negocios y su prepotente pero bella esposa decidieron separarlos, mandándola de regreso a su tierra natal.
Con lágrimas en los ojos y el corazón partido ella tomó el vuelo de esa triste tarde de otoño, dejando atrás los recuerdos de su primer amor.
Las semanas que pasaron fueron tormentosas, la depresión no se iba, el colorido de la habitación se volvió opaco y doloroso. Los síntomas del sufrimiento se hicieron presentes en su estómago y un día entre sollozos y llantos descubrió que llevaba en su vientre el fruto de ese amor eterno.
Llamadas iban y venían, entre intentos fallidos él nunca contestó. Fue difícil, pero no se dejó caer.
Al noveno mes, subió al avión que la uniría de nuevo a él. Buscó en la misma casa que antes, pero él ya no vivía ahí. Trató de localizarlos pero parecía que la tierra se lo había tragado y cuando por fin iba a doblegarse en su búsqueda, lo vio.
Sonrió, pero cuando divisó la mano que agarraba y la dulce mujer que sonreía tocándose el abultado vientre, colapsó.
Cayó de rodillas en el pavimento, lastimándose. De repente los dolores empezaron y sus gemidos alertaron a los que pasaban cerca.
Fue auxiliada por una solidaria familia que se encargó del hospital en el que su hija nacería, pero, por más que aquellos desconocidos la apoyaron, ella lo necesitaba a él.
Días más tarde con el temor a flor de piel, abandonó el hospital, se llevó a su hija y quemó la terrible carta.
América siempre tuvo abierto sus brazos para ella y su retoño. Formó su familia como madre soltera e hizo lo que soñaba: escribir.
Cuando la pequeña May cumplió cinco años y el adorable Max nació, publicó el primer libro que su imaginación había producido.
Pero a los quince años May ya tenía noción de la vida y del poco parecido que tenía con el novio de su papá. Entonces, llegó la tan temida pregunta: ¿quién es realmente mi padre?
Era tiempo de aceptarlo y decirlo. Pero el miedo solo provocó que esa velada se convirtiera en una decepcionante fiesta. ¡Quiero saber quién es! Y esa fue la última vez que la dulce May levantó la voz.
Esa simple cachetada le había dolido tanto al estar cargada de rencor, pero ese sentimiento no era hacia ella.
Las personas cambian, y May Balance no era la excepción. Un año más tarde, después de la separación del padre de Max y la madre de May, esta última ya partía en el avión junto a su madre a Japón.
¿Pero por qué a la tierra del anime y manga?
Solo sabía que su madre le había enseñado la lengua japonesa tanto que ya hablaba como nativa del lugar.
Y ahora, con apenas una semana de haber llegado a la isla, miraba dudosa las puertas de su nueva secundaria.
—No sé por qué, pero esto no me trae buena espina —susurró entrando.
Muchas de las miradas se posaron sobre ella, o más bien, sobre su vestimenta: usaba un pantalón militar oscuro y una blusa verde de la misma tonalidad que el pantalón, unas deportivas y muchas pulseras a juego. También llevaba un collar de cuerdita negra y una piedra colgando de este.
Se lanzó la mochila al hombro y continuó caminando sin prestar mucha atención a su alrededor. Ya empezaba a escuchar los tradicionales cuchicheos de cuando eres nuevo pero hizo como si nada y se dirigió a lo que suponía sería su aula de clases.
—Parecen animales —pensó viendo la manera en que los chicos se empujaban para poder pasar, luego las chillonas voces de las chicas y por último un coro de suspiros. Pero May no era tan curiosa y…
Inner: ¡Oh! ¡¿May no es curiosa?!
¬¬# Y como decía, dejó atrás la montonera de chicas que rodeaban a varios adolescentes y entró en el aula 2-B.
No había mucha gente, uno que otros cerebritos con lentes y libro a la mano, pero nadie más.
Se sentó en una silla al lado del gran ventanal, tenía una linda vista donde los árboles y la bonita fuente del patio delantero adornaban al colegio.
Recorrió con la vista el aula y no se llevó ninguna sorpresa al ver entrar un grupito de atolondradas chicas que reían a carcajada limpia logrando llamar la atención de los hombres, y mucho peor con ese uniforme tan ajustado y ¿por qué no decirlo? Fuera de lugar.
Rodó los ojos. No podía ser peor. Varias de ellas se sentaron cerca de su pupitre hablando lo suficientemente alto como para dañarle los oídos.
Llevaba minutos así hasta que vio entrar al profesor. Este parecía aburrido y cansado de la misma rutina. Dejó su maletín en el asiento y salió de nuevo para hacer entrar a los que faltaban.
Cuando el aula por fin se llenó, el ruido cesó al momento que el profesor se acomodó las gafas y con su voz nasal empezó la clse.
May por su parte no prestaba atención, estaba tan sumida en sus pensamientos
que le molestó el toqueteo en su brazo y dio un respingo.
— ¿Qué? —Preguntó bruscamente a la chica que estaba al lado. Era una peli azul de cara delicada y ojos de doncella.
—El sensei te está hablando —susurró con su voz de niña mimada. May en cambio la miró levantando una ceja—. Te está pidiendo que te presentes.
May miró de mala gana al tal sensei ese y se levantó de su asiento guardando sus manos en los bolsillos del capri.
— ¿Y bien? Dinos tu nombre.
—May Balance —respondió cortante sin querer pasar semejante rollo.
— ¿Y de dónde vienes May?
—Estados Unidos —los murmullos y las miradas no se hicieron esperar quitándole la poca paciencia a la castaña.
—Veo su emoción por responder. ¿Alguno quiere hacerle una pregunta a su nueva compañera? —La mayoría de chicos curiosos levantó la mano—. Ya que nadie quiere hacerlo, pasemos a las instrucciones.
May volvió a sentarse en la banca y miró con ojos perezosos el nido que reposaba sobre la rama del árbol.
De los huevitos visibles, varios ya estaban rotos y cantarinas avecitas pedían a su madre el alimento. Un tierno cuadro que fue interrumpido por la campana que avisaba el cambio de hora.
Cuando el profesor atravesó la puerta todos se levantaron cambiando de puesto. La mayoría de las jóvenes se acercaron a la banca que estaba atrás de May y risas masculinas se oían como eco en ese tormento.
La castaña cansada del escándalo sacó su MP3 y dejándose llevar por la paz que el rock y el scream le brindaban se puso a hacer garabatos en su cuaderno.
Minutos más tarde el profesor aburrido estaba dibujado debajo de un piano gigante. Sonrió ante la idea, pero la mueca se le borró cuando unas manos atrevidas le quitaron los auriculares.
—Qué atrevimiento —murmuró volteando a ver de mala gana al causante de su enojo pero su rostro se contrajo en una mueca de desconcierto al ver la enorme sonrisa del morocho.
—Hola May-chan —tuvo ganas de darle su buena paliza por el sufijo que le había adherido a su nombre, pero para evitar problemas no hizo nada—. Yo soy Ash, Ash Ketchum. ¡Un gusto! —Extendió la mano en forma de saludo siendo rechazado por la agria mirada de la castaña.
May desvió sus azules ojos al ventanal otra vez y el morocho volvió a distraerla de sus cavilaciones preguntando cosas tontas.
— ¿Eres nueva?
— ¿A caso no es obvio? —Habló por lo bajo tratando de que el tal Ash no la escuchara.
—Oh, claro. No me había fijado —y qué despistado que le había resultado el chico. May rió ante el gesto de rascarse la nuca del muchacho—. Entonces, May ¿amigos?
La palabra amistad para ella era muy extensa, enorme y sin fin reducida en siete letras. Se supone que cada uno es el que escoge a sus amigos y el moreno la había elegido a ella. ¿Debía aceptarle o ignorarle como a los demás?
El chico tan solo se percató de la mirada indiferente que camuflaba el batallón de pensamientos en la cabeza de la chica, por lo que enérgico dijo:
—No hay problema si no somos amigos ahora, ¡ya verás lo bien que nos llevaremos luego! —Y se fue haciendo escándalo como el resto.
Horas más tarde esperaba en las afueras del colegio a su madre.
Sonrió cuando vio la chatarra roja que venía quedándose a medio camino. Primero a sus cinco años había sido una furgoneta floreada, luego la cambió por un camioneta “último modelo” de un melón chillante y ahora ese auto más parecido a un Chespirito pero no tan moderno como un Modelo Chevrolet.
La bocina del auto, aparte de estar desafinada había causado la risa de los demás al tener el tonito de la famosa canción “la cucaracha”, pero ella no hizo caso omiso y se subió saludando a su mamá con un beso en la mejilla.
— ¿Y qué tal tu día?
—Como siempre, ya sabes; nuevos compañeros, profesores sin motivo para vivir y peleas en el comedor —respondió May soltándose el cabello y dejando caer por su espalda su hermosa y larga melena café, algo que había heredado de su progenitora.
—Ya lo creo —estacionó el auto afuera de un edificio. La fachada de lugar no estaba en tal mal estado pero tampoco era un lujo. La palabra que lo describía era pasable—. Hoy llegaron las últimas cajas. Lo único que nos falta es desempacar, ordenar y limpiar —habló abriendo la puerta del pequeño departamento.
—Y eso te parece poco —se quejó en son de broma la oji azul.
—Ya, ya. ¿Qué quieres para comer? —Preguntó la castaña mayor mientras se perdía por la cocina.
—Lo de siempre.
—Ok.
May se puso a registrar entre las cajas buscando sus pertenencias encontrándose con una repleta de hojas.
— ¿No has entregado a la editorial tu último libro?
—Con lo que vinimos en Japón el trámite se me hizo difícil, pero quizás me contacte con ellos cuando nos hayamos estabilizado aquí —salió con dos tazas humeando—. Toma.
— ¿Fideos instantáneos?
—Lo de siempre —sonrió su mamá.
—Claro, lo de siempre: tomas lo primero que encuentras. Como esa chatarra.
— ¿No está lindo?
—No, no está lindo. Pensé que tenías mejor gusto con los autos, má.
—Lo tengo. Además mi chatarra tiene todo lo que una mujer desea —dijo dramatizando la escena y sentándose en el piso con su hija—: las tres ¡b!
—Bueno, bonito y ¡barato! —Cantaron en coro las dos riendo a la vz.
—Pero hablando serio, ¿Cuándo tendré el mío?
—Cuando cumplas la mayoría de edad. No creas que voy a dejar que cometas una locura como chocarte.
—Ya má. Sabes que soy responsable.
—Tú sí, pero otros no Mejor ni toquemos el tema —el cambio de humor de la castaña mayor causó el enternecimiento en May. Su mamá la mayoría del tiempo se comportaba como una adolescente bipolar y alocada, haciéndola parecer una hermanita mayor para ella—. ¿Tienes tarea? —Preguntó luego de un rato.
—Nop.
— ¿Te parece si salimos un rato?
— ¿A dónde propones que vayamos?
—No lo sé. Hay que explorar la ciudad —la chica asintió y dejando los platos en la cocina salió con su mamá.
Fuera del edificio les esperaba su trasto rojo brillante. Las calles de Tokio estaban atestadas de ciudadanos, la apariencia de los edificios modernos les hizo recordar la Gran Manzana y su travesía por la ciudad.
—Ya sé a dónde podemos ir. Tan solo espero que aún esté en el mismo lugar —murmuró la mayor.
— ¿De qué hablas má?
—Ya verás.
—Al menos dame una pista.
—Piensa que es un lugar donde pasé los momentos más felices de mi adolescencia.
— ¿Viniste acá?
—No precisamente. Pero me vine a explorar tierras asiáticas, cuando tenía más o menos tu edad.
—O sea, hace mucho tiempo —bromeó la oji azul. Sabía que su mamá nunca aceptaría haber cumplido tres décadas y media de vida por lo que la molestaba con eso.
—No te digo nada porque estoy de humor y no quiero arruinar el maravilloso día que pretende ser hoy.
Luego de un rato, estacionó sobre la vereda de una calle muy transitada y ancha. Bajaron del pequeño automóvil y la castaña menor se sorprendió de lo que vio.
¡Continuará!
*O*
¿Qué habrá visto May?
Espero que les haya gustado, y sino, no hay problema, u.u seguiré escribiendo! ¬w¬
No se librarán tan fácil de mí *W* Muahahahah! -cof cof-
Okki, los quiero y sigan comiéndose las uñas de la intriga... >=D
Nos vemos algún día n.n
Sayonara!
Arigato Sabri-neechan y Silvy-neechan por sus hermosos y emotivos comentarios. Me he sentido taan contenta de leerlos que me animé a subir el primer capítulo hoy.
Tan solo espero que les agrade demasiado como a mí, y verán que aquí la historia no es igual que el anime u.u Aquí cambian un poquito pero ya verán que les caerá bien la historia
¡A leer!
CHAPTER 1
"WELCOME TO MY LIFE"
"WELCOME TO MY LIFE"
Primer día de escuela y… ¡Qué aburrimiento!
Lo típico que pensamos todos y qué le vamos a hacer si está destinado para los adolescentes estudiar. ¡Agradezcamos todos a quien inventó la escuela! —Y, qué sarcástico sonó eso, aunque siendo sincera es en la escuela donde encontramos amigos, enemigos, futuros padrinos de nuestros hijos, gemelos perdidos nacidos de otra madre y ¿por qué no? Hasta pareja.
Solo por ellos nos levantamos y vamos, pero, solo por ellos.
De ahí los gustos por las cosas; si eres nerd: ¡amas estudiar y es triste para ti cuando no hay clases! Es por eso que te encierras el fin de semana en una biblioteca camuflada por cama, ropero, y unas que otras cosas.
En cambio, si el estudio se te vuelve pesado: ¡a vagar se ha dicho! ¿A dónde? No sabes, solo dejas que el viento te lleve como a los pequeños dientes de león y que te deposite en cualquier tierra. Suerte corres si la tierra es fértil, sino, lo siento.
Pero, regresando al primer punto, es divertido el primer día. ¡A ver qué chisme te trae tu amiga! O ¿ya viste al nuevo chico? Se le nota extraño pero está pasable.
En la secundaria más prestigiosa de Tokio, Hoenn high school, es igual. Las risas, burlas y piropos no se hacen esperar por parte de los populares. Y los que iban con un autoestima elevadísima para empezar un extraordinario año, ya se han sonrojado y agachado la cabeza por temor a que los vean y ser centro de burla.
Secretos por aquí, pleitos más allá y una absurda escritora que aún no se presenta. Yo soy solo yo, aunque pueden llamarme Cho y considerarme una tercera persona, observadora y entrometida en esta novela, donde las barreras de la hipocresía y maldad no impedirán a esta pareja ser felices.
Así que… ¡Corre fic!
Inner: Ya lo está haciendo ¬¬U
Claro, pero hablo de ¡fuera rodeos, hola lo “interesante del fic, ¡ya déjanos leer!”! Y no interrumpas. Por cierto, ella es mi alocada inner que tan solo entrará aquí para molestar.
Inner: ¬¬#
Todo comenzó hace mucho, cuando hubo una explosión de gases llamada “Big-Bang” de la cual se originaron planetas, sistemas, galaxias, estrellas, meteoritos, etc. Entre estos un planeta se desarrolló lenta y pausadamente logrando un lugar para que seres vivos, vivieran; valga la redundancia. Entonces, una hermosa isla se formó y la llamaron Japón. Años más tarde, en su hermosa y llamativa capital nacieron varios niños. Algunos crecieron en otros lugares como el caso de una castaña de hermosos ojos color zafiro.
Su madre, una americana empedernida y alocada por la moda hippie llegó al país asiático a sus escasos diecisiete años, con una melena castaña larga y hermosa, una piel tan blanca como la nueve y un colorido traje, buscando aventuras.
Lo que nunca imaginó es que se enamoraría de un japonés, por supuesto muy atractivo de extraños ojos oscuros, morocho y piel morena.
La atracción y el amor los llevó a la locura y la pasión y dos años más tarde de haberse conocido abrazaban con ternura el frágil cuerpito de una hermosa niña.
Pero el destino fue cruel y les arrebató lo que más amaban. Tiempo más tarde, después del terrible suceso optaron por casarse, pero la familia del chico: un magnate millonario de los negocios y su prepotente pero bella esposa decidieron separarlos, mandándola de regreso a su tierra natal.
Con lágrimas en los ojos y el corazón partido ella tomó el vuelo de esa triste tarde de otoño, dejando atrás los recuerdos de su primer amor.
Las semanas que pasaron fueron tormentosas, la depresión no se iba, el colorido de la habitación se volvió opaco y doloroso. Los síntomas del sufrimiento se hicieron presentes en su estómago y un día entre sollozos y llantos descubrió que llevaba en su vientre el fruto de ese amor eterno.
Llamadas iban y venían, entre intentos fallidos él nunca contestó. Fue difícil, pero no se dejó caer.
Al noveno mes, subió al avión que la uniría de nuevo a él. Buscó en la misma casa que antes, pero él ya no vivía ahí. Trató de localizarlos pero parecía que la tierra se lo había tragado y cuando por fin iba a doblegarse en su búsqueda, lo vio.
Sonrió, pero cuando divisó la mano que agarraba y la dulce mujer que sonreía tocándose el abultado vientre, colapsó.
Cayó de rodillas en el pavimento, lastimándose. De repente los dolores empezaron y sus gemidos alertaron a los que pasaban cerca.
Fue auxiliada por una solidaria familia que se encargó del hospital en el que su hija nacería, pero, por más que aquellos desconocidos la apoyaron, ella lo necesitaba a él.
Días más tarde con el temor a flor de piel, abandonó el hospital, se llevó a su hija y quemó la terrible carta.
América siempre tuvo abierto sus brazos para ella y su retoño. Formó su familia como madre soltera e hizo lo que soñaba: escribir.
Cuando la pequeña May cumplió cinco años y el adorable Max nació, publicó el primer libro que su imaginación había producido.
Pero a los quince años May ya tenía noción de la vida y del poco parecido que tenía con el novio de su papá. Entonces, llegó la tan temida pregunta: ¿quién es realmente mi padre?
Era tiempo de aceptarlo y decirlo. Pero el miedo solo provocó que esa velada se convirtiera en una decepcionante fiesta. ¡Quiero saber quién es! Y esa fue la última vez que la dulce May levantó la voz.
Esa simple cachetada le había dolido tanto al estar cargada de rencor, pero ese sentimiento no era hacia ella.
Las personas cambian, y May Balance no era la excepción. Un año más tarde, después de la separación del padre de Max y la madre de May, esta última ya partía en el avión junto a su madre a Japón.
¿Pero por qué a la tierra del anime y manga?
Solo sabía que su madre le había enseñado la lengua japonesa tanto que ya hablaba como nativa del lugar.
Y ahora, con apenas una semana de haber llegado a la isla, miraba dudosa las puertas de su nueva secundaria.
—No sé por qué, pero esto no me trae buena espina —susurró entrando.
Muchas de las miradas se posaron sobre ella, o más bien, sobre su vestimenta: usaba un pantalón militar oscuro y una blusa verde de la misma tonalidad que el pantalón, unas deportivas y muchas pulseras a juego. También llevaba un collar de cuerdita negra y una piedra colgando de este.
Se lanzó la mochila al hombro y continuó caminando sin prestar mucha atención a su alrededor. Ya empezaba a escuchar los tradicionales cuchicheos de cuando eres nuevo pero hizo como si nada y se dirigió a lo que suponía sería su aula de clases.
—Parecen animales —pensó viendo la manera en que los chicos se empujaban para poder pasar, luego las chillonas voces de las chicas y por último un coro de suspiros. Pero May no era tan curiosa y…
Inner: ¡Oh! ¡¿May no es curiosa?!
¬¬# Y como decía, dejó atrás la montonera de chicas que rodeaban a varios adolescentes y entró en el aula 2-B.
No había mucha gente, uno que otros cerebritos con lentes y libro a la mano, pero nadie más.
Se sentó en una silla al lado del gran ventanal, tenía una linda vista donde los árboles y la bonita fuente del patio delantero adornaban al colegio.
Recorrió con la vista el aula y no se llevó ninguna sorpresa al ver entrar un grupito de atolondradas chicas que reían a carcajada limpia logrando llamar la atención de los hombres, y mucho peor con ese uniforme tan ajustado y ¿por qué no decirlo? Fuera de lugar.
Rodó los ojos. No podía ser peor. Varias de ellas se sentaron cerca de su pupitre hablando lo suficientemente alto como para dañarle los oídos.
Llevaba minutos así hasta que vio entrar al profesor. Este parecía aburrido y cansado de la misma rutina. Dejó su maletín en el asiento y salió de nuevo para hacer entrar a los que faltaban.
Cuando el aula por fin se llenó, el ruido cesó al momento que el profesor se acomodó las gafas y con su voz nasal empezó la clse.
May por su parte no prestaba atención, estaba tan sumida en sus pensamientos
que le molestó el toqueteo en su brazo y dio un respingo.
— ¿Qué? —Preguntó bruscamente a la chica que estaba al lado. Era una peli azul de cara delicada y ojos de doncella.
—El sensei te está hablando —susurró con su voz de niña mimada. May en cambio la miró levantando una ceja—. Te está pidiendo que te presentes.
May miró de mala gana al tal sensei ese y se levantó de su asiento guardando sus manos en los bolsillos del capri.
— ¿Y bien? Dinos tu nombre.
—May Balance —respondió cortante sin querer pasar semejante rollo.
— ¿Y de dónde vienes May?
—Estados Unidos —los murmullos y las miradas no se hicieron esperar quitándole la poca paciencia a la castaña.
—Veo su emoción por responder. ¿Alguno quiere hacerle una pregunta a su nueva compañera? —La mayoría de chicos curiosos levantó la mano—. Ya que nadie quiere hacerlo, pasemos a las instrucciones.
May volvió a sentarse en la banca y miró con ojos perezosos el nido que reposaba sobre la rama del árbol.
De los huevitos visibles, varios ya estaban rotos y cantarinas avecitas pedían a su madre el alimento. Un tierno cuadro que fue interrumpido por la campana que avisaba el cambio de hora.
Cuando el profesor atravesó la puerta todos se levantaron cambiando de puesto. La mayoría de las jóvenes se acercaron a la banca que estaba atrás de May y risas masculinas se oían como eco en ese tormento.
La castaña cansada del escándalo sacó su MP3 y dejándose llevar por la paz que el rock y el scream le brindaban se puso a hacer garabatos en su cuaderno.
Minutos más tarde el profesor aburrido estaba dibujado debajo de un piano gigante. Sonrió ante la idea, pero la mueca se le borró cuando unas manos atrevidas le quitaron los auriculares.
—Qué atrevimiento —murmuró volteando a ver de mala gana al causante de su enojo pero su rostro se contrajo en una mueca de desconcierto al ver la enorme sonrisa del morocho.
—Hola May-chan —tuvo ganas de darle su buena paliza por el sufijo que le había adherido a su nombre, pero para evitar problemas no hizo nada—. Yo soy Ash, Ash Ketchum. ¡Un gusto! —Extendió la mano en forma de saludo siendo rechazado por la agria mirada de la castaña.
May desvió sus azules ojos al ventanal otra vez y el morocho volvió a distraerla de sus cavilaciones preguntando cosas tontas.
— ¿Eres nueva?
— ¿A caso no es obvio? —Habló por lo bajo tratando de que el tal Ash no la escuchara.
—Oh, claro. No me había fijado —y qué despistado que le había resultado el chico. May rió ante el gesto de rascarse la nuca del muchacho—. Entonces, May ¿amigos?
La palabra amistad para ella era muy extensa, enorme y sin fin reducida en siete letras. Se supone que cada uno es el que escoge a sus amigos y el moreno la había elegido a ella. ¿Debía aceptarle o ignorarle como a los demás?
El chico tan solo se percató de la mirada indiferente que camuflaba el batallón de pensamientos en la cabeza de la chica, por lo que enérgico dijo:
—No hay problema si no somos amigos ahora, ¡ya verás lo bien que nos llevaremos luego! —Y se fue haciendo escándalo como el resto.
Horas más tarde esperaba en las afueras del colegio a su madre.
Sonrió cuando vio la chatarra roja que venía quedándose a medio camino. Primero a sus cinco años había sido una furgoneta floreada, luego la cambió por un camioneta “último modelo” de un melón chillante y ahora ese auto más parecido a un Chespirito pero no tan moderno como un Modelo Chevrolet.
La bocina del auto, aparte de estar desafinada había causado la risa de los demás al tener el tonito de la famosa canción “la cucaracha”, pero ella no hizo caso omiso y se subió saludando a su mamá con un beso en la mejilla.
— ¿Y qué tal tu día?
—Como siempre, ya sabes; nuevos compañeros, profesores sin motivo para vivir y peleas en el comedor —respondió May soltándose el cabello y dejando caer por su espalda su hermosa y larga melena café, algo que había heredado de su progenitora.
—Ya lo creo —estacionó el auto afuera de un edificio. La fachada de lugar no estaba en tal mal estado pero tampoco era un lujo. La palabra que lo describía era pasable—. Hoy llegaron las últimas cajas. Lo único que nos falta es desempacar, ordenar y limpiar —habló abriendo la puerta del pequeño departamento.
—Y eso te parece poco —se quejó en son de broma la oji azul.
—Ya, ya. ¿Qué quieres para comer? —Preguntó la castaña mayor mientras se perdía por la cocina.
—Lo de siempre.
—Ok.
May se puso a registrar entre las cajas buscando sus pertenencias encontrándose con una repleta de hojas.
— ¿No has entregado a la editorial tu último libro?
—Con lo que vinimos en Japón el trámite se me hizo difícil, pero quizás me contacte con ellos cuando nos hayamos estabilizado aquí —salió con dos tazas humeando—. Toma.
— ¿Fideos instantáneos?
—Lo de siempre —sonrió su mamá.
—Claro, lo de siempre: tomas lo primero que encuentras. Como esa chatarra.
— ¿No está lindo?
—No, no está lindo. Pensé que tenías mejor gusto con los autos, má.
—Lo tengo. Además mi chatarra tiene todo lo que una mujer desea —dijo dramatizando la escena y sentándose en el piso con su hija—: las tres ¡b!
—Bueno, bonito y ¡barato! —Cantaron en coro las dos riendo a la vz.
—Pero hablando serio, ¿Cuándo tendré el mío?
—Cuando cumplas la mayoría de edad. No creas que voy a dejar que cometas una locura como chocarte.
—Ya má. Sabes que soy responsable.
—Tú sí, pero otros no Mejor ni toquemos el tema —el cambio de humor de la castaña mayor causó el enternecimiento en May. Su mamá la mayoría del tiempo se comportaba como una adolescente bipolar y alocada, haciéndola parecer una hermanita mayor para ella—. ¿Tienes tarea? —Preguntó luego de un rato.
—Nop.
— ¿Te parece si salimos un rato?
— ¿A dónde propones que vayamos?
—No lo sé. Hay que explorar la ciudad —la chica asintió y dejando los platos en la cocina salió con su mamá.
Fuera del edificio les esperaba su trasto rojo brillante. Las calles de Tokio estaban atestadas de ciudadanos, la apariencia de los edificios modernos les hizo recordar la Gran Manzana y su travesía por la ciudad.
—Ya sé a dónde podemos ir. Tan solo espero que aún esté en el mismo lugar —murmuró la mayor.
— ¿De qué hablas má?
—Ya verás.
—Al menos dame una pista.
—Piensa que es un lugar donde pasé los momentos más felices de mi adolescencia.
— ¿Viniste acá?
—No precisamente. Pero me vine a explorar tierras asiáticas, cuando tenía más o menos tu edad.
—O sea, hace mucho tiempo —bromeó la oji azul. Sabía que su mamá nunca aceptaría haber cumplido tres décadas y media de vida por lo que la molestaba con eso.
—No te digo nada porque estoy de humor y no quiero arruinar el maravilloso día que pretende ser hoy.
Luego de un rato, estacionó sobre la vereda de una calle muy transitada y ancha. Bajaron del pequeño automóvil y la castaña menor se sorprendió de lo que vio.
¡Continuará!
*O*
¿Qué habrá visto May?
Espero que les haya gustado, y sino, no hay problema, u.u seguiré escribiendo! ¬w¬
No se librarán tan fácil de mí *W* Muahahahah! -cof cof-
Okki, los quiero y sigan comiéndose las uñas de la intriga... >=D
Nos vemos algún día n.n
Sayonara!
Última edición por Musae el Mar 6 Dic - 16:39, editado 1 vez
Re: A Different Love Story!
Excelente e interesante historia, espero la continúes pronto por que me has dejado con la intriga, de verdad que es "diferente". Eres muy buena redactando. Te deseo lo mejor y aguardare a que termines el siguiente capitulo.
Saludos, esta trama vaya que es sugestiva.
Saludos, esta trama vaya que es sugestiva.
Abichu- **Miembro*Contest**
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Re: A Different Love Story!
Nya! Hasta que comento n.nU
pero tu tienes la culpa ¬¬ que me tienes viendo dorama del cual no me puedo despegar xD
Loquita de mi vida... *w*
¡Apurate subiendo el segundo capitulo o no vas a ver la luz de la luna nunca más! ¬¬* (?)
Guau! se me hizo raro leer a May con tremenda Actitud... Pero me gusta owo.
Ash no dejara la bobitis xD
y qué voy a saber que vio?
para eso espero el segundo cap! xD
pero eso si no me dejes con mucho rato con la intriga eh ¬¬
Nah sin presiones! nwn (Ya son vacasiones ¬¬ xD )
l3@!..!!*
pero tu tienes la culpa ¬¬ que me tienes viendo dorama del cual no me puedo despegar xD
Loquita de mi vida... *w*
¡Apurate subiendo el segundo capitulo o no vas a ver la luz de la luna nunca más! ¬¬* (?)
Guau! se me hizo raro leer a May con tremenda Actitud... Pero me gusta owo.
Ash no dejara la bobitis xD
y qué voy a saber que vio?
para eso espero el segundo cap! xD
pero eso si no me dejes con mucho rato con la intriga eh ¬¬
Nah sin presiones! nwn (Ya son vacasiones ¬¬ xD )
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Re: A Different Love Story!
WAAAAAAAAA!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Nee-chan me encanto >w<, ame tu fic >w<, nya!
nee, a mi también se me hizo raro ver a May así ._., pero eso le da originalidad e.e
*Ella es creativa, no como tu ¬¬
Gracias ¬¬
Mary-nee sigue!!, mi quere saber lo que vio may >w<, además NECESITO la conti, con tan solo un capitulo ya hiciste que la amara *w*
Sigue así e.e (seguiría expresándome de cuanto me gusto, pero tengo mucho sueño y así no funciono xd)
Mi se despide. Sayo...
Nee-chan me encanto >w<, ame tu fic >w<, nya!
nee, a mi también se me hizo raro ver a May así ._., pero eso le da originalidad e.e
*Ella es creativa, no como tu ¬¬
Gracias ¬¬
Mary-nee sigue!!, mi quere saber lo que vio may >w<, además NECESITO la conti, con tan solo un capitulo ya hiciste que la amara *w*
Sigue así e.e (seguiría expresándome de cuanto me gusto, pero tengo mucho sueño y así no funciono xd)
Mi se despide. Sayo...
Re: A Different Love Story!
OMG! *O*
Hoy ha sido un día extraño u.u No sé porqué pero lo he sentido así xD
Nee, gracias queridísimas onee-chans (te incluyo Abichu-chan) por sus comentarios, y siento demasiado si May no actúa como siempre T.T Pero es la idea principal del fic ;D
Comprendan plis! D; Bueno, bueno.
Ya que hoy han dejado tan lindos comentarios, les subo el capítulo 2
¡Disfrútenlo! n.n
¿A caso su mamá había sido una amante del arte y el pincel?
Sabía que desde hace mucho ella amaba la escritura y más que nada admirar bocetos de sus nenes, pero no que le gustara observar cuadros con imágenes sin sentido, como ella les llamaba.
— ¿En serio, mamá?
—Claro, May. Bienvenida a la Galería de Artes de Tokio —dijo muy emocionada la mujer.
— ¿Tú dibujabas?
—Se puede decir que sí, pero más venía era… por otra persona —lo último lo susurró sin que la castaña menor escuchara. La chica estaba embelesada admirando la fachada del lugar. Parecía un museo más que una galería de arte.
— ¿Entramos? —Preguntó luego de un rato May.
—Claro.
Ambas caminaron a través de los pasillos, el lugar en sí era inmenso, y a parte de observadores habían artistas haciendo uso de sus dones. Entonces, luego de mirar muchas pinturas abstractas y algunas deformes, llegaron hasta un enorme cuadro que enterneció a la chica.
En él había una mujer arrodillada sobre el pasto, con una manta cubriéndole la parte superior del torso y las piernas y dejando ver una hermosa barriga. La mujer acariciaba su vientre pero no dejaba ver su rostro ya que la larga cabellera clara le tapaba la cara.
La mamá de May miró como su hija se acercaba al cuadro para ver la firma y por poco las lágrimas rodaban por sus mejillas, pero rápidamente las secó.
— ¿Mayra Balance? —La chillona voz alertó a ambas castañas que miraron hacia atrás sorprendidas. La mayor puso una sonrisa al reconocer a la persona y la menor tan solo puso cara de no entender.
— ¡Kohana! —Ambas mujeres se abrazaron efusivamente por un rato casi llorando de la alegría. May se acercó a ellas a paso lento aún sin entender lo que sucedía.
— ¡No has cambiado en nada! Sigues siendo la misma castaña alocada que conocí.
—Y tú no has dejado de parlotear, ¿verdad? —La otra mujer se sonrojó pero al instante le proporcionó un golpe cariñoso en el hombro a Mayra.
— ¿Y esta chiquilla? ¿Quién es?
—Es mi hija, May —señaló la mujer—. Ven cariño. Ella es Kohana, la conocí cuando venía a pasar mis ratos.
— ¡Oh, pero si se parece tanto a ti! Eres una dulzura. Dime, ¿te gusta pintar?
La chica la miró extraña, la mujer parecía nunca terminar de hablar. Y más su chillona voz.
—Nunca he intentado hacerlo.
— ¡Ay! Pues deberías. Si en físico te pareces tanto a tu madre me imagino que también tienes el don. Es más, ¿quieres ver unos cuadros de esta artista?
— ¿Aún conservan esos cuadros? —Indagó sorprendida Mayra.
—Pues claro. ¿Cómo desecharíamos el trabajo de una gran artista?
Ambas castañas siguieron a la mujer que caminaba contenta y pegando pequeños brinquitos. Parecía ser una adolescente por su estatura y facciones físicas pero suponía que tenía la misma edad que su madre. Ahora se daba cuenta la clase de personas con las que se juntaba su mamá.
—Y llegamos —mencionó abriendo una enorme puerta. La luz del sol golpeó a sus ojos teniendo que cerrarlos, pero cuando los abrió, se sorprendió de la cantidad de bocetos que ahí había. Y para qué decirlo, si eran hermosos.
—Wow… —Murmuró May caminando alrededor del redondo salón divisando cada una de las pinturas. Había coloridos, otros opacos y otros hasta tétricos, pero todos eran hermosos—. ¿En serio tú hiciste esto mamá?
La mujer se ruborizó no queriendo decirlo, así que la más bajita se acercó a ella y confirmó la respuesta.
— ¡Claro! Es solo que tu madre es muy modesta y no le gusta alardear de sus virtudes, pero si la hubieras visto cuando se inspiraba. Era un concentración enorme, y combinando los colores con la música daban resultado esta hermosura —señaló a su alrededor—. Deberías volver a dibujar, Mayra. No creo que hayas perdido el don.
—Sabes que eso era antes, ahora he puesto los pies sobre la tierra y he decidido ser un gran ejemplo de madre para mis hijos.
—Pero má. No creo que volver a dibujar nos haga daño a Max y a mí.
— ¡Tu hija tiene razón, Mayra! Es más, necesitamos pintores de buena calidad, últimamente los que vienen ya no crean tanta belleza como antes. La galería te necesita Mayra.
La castaña mayor las observó indecisa. Estaba buscando un empleo porque mientras hacía el gran papeleo con la editorial para publicar su nueva historia debía mantener a May y aparte a Max cuando llegara de América. Entonces, la opción de aceptar no era tan mala.
—Está bien —suspiró resignada y ambas mujeres corrieron abrazarla. May no sabía por qué pero el solo hecho de saber que su mamá volvería a pintar la había emocionado.
Ya eran cerca de las cinco de la tarde y ambas castañas degustaban de la gastronomía japonesa en un restaurant.
—Má, ¿cuándo empiezas a pintar de nuevo?
—La semana que viene.
— ¿Y Max cuando regresa?
—La semana que viene —la voz de la mujer sonaba como la operadora que respondía al celular cuando la llamaba entraba al buzón.
— ¿Te sientes bien? —May le tocó la frente para comprobar si tenía fiebre. Su mamá tan solo la fulminó con la mirada y negó.
—Tranquila, May. Me siento perfectamente. ¡Es más! ¿Por qué no vamos a seguir explorando la ciudad?
— ¡Qué flojera! —Mencionó la chica.
—Entonces, regresemos a casa. Necesito descansar.
En serio que su madre estaba extraña, y eso lo notó después de salir de la Galería. Pagaron la cuenta y subieron en su auto rojo chillón.
Lo que May no sabía es que su madre se había deprimido. Le había dolido aceptar la propuesta que Kohana le había hecho. ¿Y cómo no? Si ese lugar le recordaba tanto a él.
Ese cuadro de la mujer misteriosa había llamado tanto la atención de su hija que en un instante tuvo ganas de decirle quién lo había hecho y quién era esa mujer, pero las palabras se quedaban en la garganta. No quería volver a tener una riña con su pequeña por cosas “insignificantes”.
Pero ya era hora de ir asumiendo la responsabilidad y decirle la verdad.
Pero a veces la verdad duele más que una mentira.
La tensión en el ambiente se podía cortar fácilmente con un cuchillo. El departamento permanecía silencioso. Mayra estaba arreglando en una carpeta su nueva novela, mientras May se tragaba un pote entero de helado observándola.
Su mamá sufría silenciosamente por algo. La conocía tan bien como para casi acertar qué era, pero no podía dar opinión del tema sin llegar a lastimarla. Por eso, solo callaba.
La mañana llegó demasiado rápido. Y el típico “Solo cinco minutos más, por favor” no se hizo esperar por parte de la castaña menor cuando su madre la fue a despertar.
—No. No más tiempo para dormir. ¡Vamos! Que después llegas tarde.
May se levantó como zombi dejando todo atrás. Y luego de dormir en la ducha salió a cambiarse. Aún no tenía el uniforme del colegio así que tuvo que ponerse lo primero que encontró.
El abrigo gris que escondía una bonita blusa blanca junto a los jeans negros combinaban perfectamente con sus converse negros.
Inner: ¡Oh! ¿Por qué esa ropa me hace acordar a la autora?
¬¬# Siguiendo con la historia: su mamá estacionó el auto en una esquina mientras ella bajaba. El tramo que le faltaba por recorrer hasta la entrada de su perdición lo pasó pensando en las mil y una excusas para salirse de clase y no pasar el peor aburrimiento de su vida.
Tuvo un pequeño deja vú cuando todas las miradas de la institución se posaron sobre ella. Sin que nada le importara siguió caminando hasta su aula. Un recuerdo se vino a su mente cuando vio el grupo de chicas arrinconadas en el pasillo sin dejar ver a su objetivo de acoso.
—Tontas enamoradizas —suspiró dejando atrás el bullicio y sumiéndose en la tranquilidad que la música le traía a sus oídos. Esta vez miró hacia atrás esperando que el tal chico atrevido no le volviera a jugar la bromita del día anterior, por suerte, este no estaba.
Aún pensaba en lo misteriosa que se había comportado su madre. ¡Ni siquiera le había explicado el porqué de su cambio de humor! Generalmente aceptaba que era por la edad —cosa que no era cierto— pero esta vez la situación iba más allá.
¿A caso había algo en Japón y en especial en esa Galería que había hecho que su madre regresara? ¡Claro! No por nada la había traído a terminar sus estudios acá.
Y tampoco se creía ese cuento de que en Japón habían oportunidades extraordinarias de estudios porque bien que en América podía conseguir una beca para cualquier universidad cuando terminara la secundaria.
Algo había oculto ahí y obviamente ella iba a descubrirlo, es más, estaba sacando un cuaderno para ponerse a graficar su plan “Descubrir lo que mamá esconde” cuando un papel le cayó justo en la cabeza. Esto le molestó y solo volteó para matar con una mirada a la o el culpable del insignificante accidente, pero se encontró con un par de ojos celestes.
La chica que había conocido el día anterior.
Esta estaba en uno de los asientos de atrás, junto con otras chicas más tapándose la boca. Rápidamente se levantó asustada y corrió hasta donde estaba May. Su voz sonó temblorosa cuando habló.
—Lo siento demasiado. No era tu cabeza su destino —explicó señalando la bolita de papel.
—Hmp —fue lo único que emitió May antes de girarse hacia delante y seguir dibujando.
— ¿Estás molesta?
—Hmp —parecía que el único monosílabo que la chica conocía era ese. Ignoró a la joven de larga cabellera azul y empezó a mover el pie al ritmo de la música.
— ¿No tienes amigos? —Preguntó después de hacerle unas señas a sus amigas de que regresaba en un momento y se sentó en el asiento al lado de la castaña. May por su parte la miró con cara de pocos amigos—. ¡Oh! Eso es triste. Pero podemos cambiarlo. Yo soy Dawn, mucho gusto.
— ¿Se te ha pasado la mano mezclando los colores cuando te tinturaste el cabello y asfixiaste tus únicas neuronas? —Contestó descaradamente May con otra pregunta. Dawn por su parte se enojó y se levantó.
— ¡Es natural y sí tengo neuronas! —Chilló—. Ya veo por qué no tienes amigos —y se fue echando humo por las orejas. May se rió por el tono de voz de la chica, se había parecido a ese tipo de ratas que viven encerradas en casas abandonadas. Pero lo segundo dicho la había lastimado un poco, aunque su orgullo era más grande que cualquier otra cosa en el mundo y le tomó poca importancia.
Las primeras horas de clase pasaron lenta y cansadamente. Cuando por fin llegó el primer descanso decidió explorar un poco las instalaciones del colegio. Descubrió que había una biblioteca así que se metió y empezó a mirar cada rincón del lugar.
Era poco decir que le encantaba leer historias. Había adquirido el hábito gracias a su madre. Se fue hasta donde estaba la chica —que permanecía leyendo desinteresadamente un libro pero al parecer muy concentrada comiendo una tableta de chocolate— que registraba los libros que salían y entraban.
—Ea, me llevaré este —mencionó la castaña mostrándolo.
— ¿Me das tu carnet?
— ¿Y para qué? —Preguntó.
—Para dárselo a mi perro como merienda, ¿te parece? —Contestó desafiante, tal y como May le había hablado. La castaña sonrió de medio lado y luego negó con la cabeza—. Soy Zoey.
—Un gusto Zoey, a mí me llaman May —comentó la castaña dándole el libro—. Y no tengo carnet.
—Nadie tiene. Solo bromeaba —explicó.
—Sí, ya me imaginaba.
—Por tu ropa, tu sarcástico tono de voz y tu apariencia deduzco que eres nueva —May asintió—. Bueno, si quieres llevártelo recuerda que lo tienes que devolver pronto y… ¿Te gusta el suspenso? —Interrumpió su intervención con la pregunta cuando vio la portada del libro.
—No, tan solo quiero que mi perro salga corriendo del susto cuando lo vea —habló May sarcásticamente—. Se nota ¿no?
— ¡Epa! ya te vas alzando nuevita. Tan solo preguntaba. A mí también me gusta. De pronto más me agradan las películas donde la sangre se derrama en todo el largometraje.
— ¿Y a quién no? —Rió la castaña. La tal chica llamada Zoey le había caído bien, parecía no ser de ese tipo de persona superficial, más bien, tenía algo de su estilo y era por eso que se había reído de su tonta broma.
—A la enana —May no comprendió hasta que vio a la peli azul entrar por la puerta de la biblioteca. Esta le saludó a la chica del mostrador y siguió dando saltitos hasta un grupo animado de personas que reían siendo callados a cada rato por uno que otro encargado—. Es miedosa. Pero algún día se le pasará.
—Entonces dentro de una semana lo traeré de vuelta, adiós —salió despidiéndose con la mano y caminando hasta el comedor. El libro lo guardó en su mochila mientras observaba lo que podía comer. Obviamente todos la miraban por cargar la mochila y ropa diferente al uniforme.
Cogió lo primero que encontró y se fue a sentar en una mesa solitaria. Estaba campante dándole su primer mordisco a la manzana cuando un chico peli verde se sentó frente a ella.
—Hola, nueva —sonrió de manera que varios suspiros no se hicieron esperar alrededor de la sala.
—Hmp —articuló la castaña siéndole indiferente al muchacho que parecía una lechuga andante. Se rió de su propio chiste.
—Esa risilla enamoradiza me dice mucho de ti —habló moviendo su flequillo quedando en una pose de galán, galán afeminado pensó May.
—Ya quisieras tú —se levantó de la mesa llevándose lo poco que quedaba de comida y caminando hasta la puerta para ir al patio.
— ¡Oh! Chica difícil, ¿no? —Sonrió de medio lado el peli verde regresando a la mesa donde sus amigos lo esperaban.
— ¿Y? ¿Qué tal? —Preguntó un muchacho levantando su gorra roja para poder mirar bien al recién llegado.
—Va a ser un poco complicada pero pronto estará en la lista.
— ¡Oh! El pequeño Drew no quiere perder, ¿verdad? —Se burló uno de los chicos que jugaba con una pelota de beisbol en su mano mientras reposaba los pies sobre la mesa.
—Señor Brich. Baje las piernas de la mesa que no está en su casa —retó una profesora mientras pasaba cerca. El resto del grupo se le rió al moreno mientras este los fulminaba con la mirada.
—No molestes. Ya verás que esta la gano yo.
—Siempre dices lo mismo Larousse pero nunca veo que hagas algo.
—Yo acierto en lo que digo siempre, ¿y qué? ¿Tiemblas de miedo por perder Brich?
—No más que tú Larousse. ¿Sabes? Te daré algo de ventaja en este juego. Vamos, los niños primero —ironizó el chico haciendo referencia al año que le llevaba al peli verde.
—No necesito de tu ayuda para ganar. Yo soy el mejor, que te quede claro —mencionó Drew, Brendan y dos chicos más que estaban hostigados de las típicas tonterías que hacían entre el par de rivales se retiraron luego de retarlo con la mirada.
—Creo que deberías dejar esto, Drew. Eres muy adorado por las chicas, tienes una banda con tus amigos incluyéndome, y tu familia es millonaria, aparte de que tienes por novia a la chica más popular del colegio, ¿qué más quieres? —Expresó preocupado su mejor amigo, Ash Ketchum.
—Sí, lo tengo todo, pero ha llegado una nueva pieza que servirá para mi colección.
—Deberías dejar de tomar a las chicas como juguetes. Las lastimas y también lo haces con Brianna. Además ella te ha demostrado que aun siendo creída te quiere, y mucho —habló otro de cabello casi gris.
—Ya, Jimmy. Vive tu vida tranquilo, y por cierto, ¿de cuándo aquí ustedes me dicen qué hacer cuando son iguales o peores que yo? —Ambos chicos miraron a diferentes lugares huyendo de las palabras del peli verde—. Hmp. Ya sabía que responderían así.
—Tampoco exageres con eso, Drew. Y bueno, ¿cuándo ensayamos?
—Hoy a las tres de la tarde. Y no quiero que ninguno falte —exclamó Drew antes de girarse hacia la mesa del frente, donde una –casi- pelirroja lo saludaba con su típico gesto aniñado.
Por otra parte May caminaba distraída del mundo adolescente que la rodeaba y pensando en la pintura de la mujer embarazada de la Galería. Tenía que averiguar a como dé lugar quién era y porqué su mamá no le había querido hablar de ella la noche anterior.
Si ella no le decía, alguien más tendría que hacerlo. ¡Claro!
Kohana.
Verificó que nadie la estuviera viendo y recorrió el lugar buscando una salida. En el patio trasero había un inmenso árbol de Sakura que estaba junto al muro que separaba al colegio de un bosque pequeño comparado con lo que veía en América.
Trepó las ramas recordando su infancia y saltó hacia el otro lado. Misión cumplida. Ahora solo faltaba cruzar por el lateral derecho del colegio y sin que nadie la viera salir de la zona hasta llegar a la Galería.
Todo salió perfecto, o más bien, casi todo. Lo que no se había dado cuenta era que un muchacho la estaba observando.
Dejando eso de lado, los pies de la castaña se movían solos. Las calles se le hacían conocidas y más o menos ubicándose logró llegar hasta la Galería. Esta estaba atestada de estudiantes que veían las pinturas con asombro. Buscó por todo el lugar a Kohana hasta que escuchó esa vocecilla de duendecillo alocado y en un segundo se vio frente a la diminuta mujer; esta dirigía a varios artistas a su sala de trabajo para que el bullicio que las personas hacían no hicieran distraer a sus prodigiosas mentes.
—Ea, Kohana —dijo en forma de saludo la joven. La mujer se giró hacia ella y la saludó con un efusivo abrazo.
— ¡May! Es un gusto verte por aquí. ¿Dónde está Mayra? —Preguntó mirando por encima del hombro de la chica teniendo que pararse de puntillas.
—Pues ella no vino —la mujer la miró interrogante—. Me escapé de clases —admitió en un suspiro.
— ¡¿Cómo?! —Pegó un gritillo que hizo que muchos voltearan a verla, May la cogió del brazo y la llevó a un lugar un poco más apartado para poder conversar.
—No grites. Es que, necesito hablar contigo. Mi mamá no me ha querido decir nada y espero que al menos tú sí lo hagas —la chica la miró acusadoramente mientras Kohana se hacía más y más pequeña.
—Está bien. Acepto, te diré lo que quieras con una condición —May entrecerró los ojos. ¿Aceptaba o no? Era eso o quedarse con la interrogante rondando por su mente por muchos años.
Entonces, asintió.
¡Y no se lo podía creer! Iba de regreso a casa, con su mochila colgando del hombro derecho y con la mandíbula desencajada.
¡Había aceptado ser su asistente por un mes entero con tal de saber la verdad tras ese cuadro. ¿Y qué? Como respuesta había recibido que ¡nadie sabía cómo ni cuándo esa pintura había aparecido ahí!!
Eso era el colmo. Y de los colmos más colmados.
Suspiró enojada. Sino fuera porque había heredado de su mamá la curiosidad que con el tiempo había aprendido a camuflar no hubiese tenido que pasar una tarde entera ordenando cuadros y arreglando el lugar.
¡Bien por ti May!, se dijo así misma cuando abrió la puerta del departamento. Esperaba el grito histérico de su madre al llegar a esa hora de la noche. Pero más bien, escuchó pequeños sollozos.
Se dirigió hasta la habitación de la mayor y ahí, junto al respaldar de la cama vio a su mamá abrazando una almohada.
— ¿Qué sucedió? —Preguntó sentándose junto a ella. Mayra negó con la cabeza secándose las finas lágrimas.
—Nada, cariño. Sabes que me pongo sentimental por tonterías y lloro de la nada.
—Lo sé, pero… —May se quedó callada. Sentía que había algo más que su madre no quería contarle y eso la estaba matando. Nunca se habían guardado los secretos, siempre se contaban todo pero ahora parecía que Japón le hacía hacer lo contrario.
—Es mejor que vayas a dormir. Ha de haber sido un día cansado.
— ¿Ni siquiera vas a preguntar dónde anduve o qué hice?
Mayra negó con la cabeza.
—May, confío en ti y sé que no harías nada malo o algo de lo que te arrepentirías, ahora ve y descansa.
La castaña menor tan solo se quedó ahí parada, esperando que su madre dijera algo más pero ella no lo hizo. Salió de la alcoba. Se encaminó hasta su habitación y cambió su ropa por una más cómoda. Sacó el libro que había prestado y empezó a leerlo, pero el sueño la venció y se entregó a los brazos de Morfeo.
A la mañana siguiente el departamento estaba silencioso. Se levantó perezosamente de la cama y de esta cayó algo. Verificó qué era: su nuevo uniforme y una carta que decía:
May sonrió y en seguida corrió hasta el baño. Su madre sí que era trágica.
¡Continuará!
Ohhh! ¿Qué querrá ganar nuestro adorado Drew?
¿¡DREW Y BRIANNA NOVIOS!? Dx
Y ¿me dejarán comentarios o me odiarán por el fic? TwT
No importa, a mí me agrada la idea así que seguiré escribiendo n.n
Por cierto; el video no tiene nada que ver con el capi, más bien un poco de la historia
Sayonara! n___n
PD: Disculpen las faltas horrográficas solo que tengo un poquito de sueño y me da pereza revisar u___u
Hoy ha sido un día extraño u.u No sé porqué pero lo he sentido así xD
Nee, gracias queridísimas onee-chans (te incluyo Abichu-chan) por sus comentarios, y siento demasiado si May no actúa como siempre T.T Pero es la idea principal del fic ;D
Comprendan plis! D; Bueno, bueno.
Ya que hoy han dejado tan lindos comentarios, les subo el capítulo 2
¡Disfrútenlo! n.n
CHAPTER 2
"BIG GIRLS DON'T CRY"
"BIG GIRLS DON'T CRY"
¿A caso su mamá había sido una amante del arte y el pincel?
Sabía que desde hace mucho ella amaba la escritura y más que nada admirar bocetos de sus nenes, pero no que le gustara observar cuadros con imágenes sin sentido, como ella les llamaba.
— ¿En serio, mamá?
—Claro, May. Bienvenida a la Galería de Artes de Tokio —dijo muy emocionada la mujer.
— ¿Tú dibujabas?
—Se puede decir que sí, pero más venía era… por otra persona —lo último lo susurró sin que la castaña menor escuchara. La chica estaba embelesada admirando la fachada del lugar. Parecía un museo más que una galería de arte.
— ¿Entramos? —Preguntó luego de un rato May.
—Claro.
Ambas caminaron a través de los pasillos, el lugar en sí era inmenso, y a parte de observadores habían artistas haciendo uso de sus dones. Entonces, luego de mirar muchas pinturas abstractas y algunas deformes, llegaron hasta un enorme cuadro que enterneció a la chica.
En él había una mujer arrodillada sobre el pasto, con una manta cubriéndole la parte superior del torso y las piernas y dejando ver una hermosa barriga. La mujer acariciaba su vientre pero no dejaba ver su rostro ya que la larga cabellera clara le tapaba la cara.
La mamá de May miró como su hija se acercaba al cuadro para ver la firma y por poco las lágrimas rodaban por sus mejillas, pero rápidamente las secó.
— ¿Mayra Balance? —La chillona voz alertó a ambas castañas que miraron hacia atrás sorprendidas. La mayor puso una sonrisa al reconocer a la persona y la menor tan solo puso cara de no entender.
— ¡Kohana! —Ambas mujeres se abrazaron efusivamente por un rato casi llorando de la alegría. May se acercó a ellas a paso lento aún sin entender lo que sucedía.
— ¡No has cambiado en nada! Sigues siendo la misma castaña alocada que conocí.
—Y tú no has dejado de parlotear, ¿verdad? —La otra mujer se sonrojó pero al instante le proporcionó un golpe cariñoso en el hombro a Mayra.
— ¿Y esta chiquilla? ¿Quién es?
—Es mi hija, May —señaló la mujer—. Ven cariño. Ella es Kohana, la conocí cuando venía a pasar mis ratos.
— ¡Oh, pero si se parece tanto a ti! Eres una dulzura. Dime, ¿te gusta pintar?
La chica la miró extraña, la mujer parecía nunca terminar de hablar. Y más su chillona voz.
—Nunca he intentado hacerlo.
— ¡Ay! Pues deberías. Si en físico te pareces tanto a tu madre me imagino que también tienes el don. Es más, ¿quieres ver unos cuadros de esta artista?
— ¿Aún conservan esos cuadros? —Indagó sorprendida Mayra.
—Pues claro. ¿Cómo desecharíamos el trabajo de una gran artista?
Ambas castañas siguieron a la mujer que caminaba contenta y pegando pequeños brinquitos. Parecía ser una adolescente por su estatura y facciones físicas pero suponía que tenía la misma edad que su madre. Ahora se daba cuenta la clase de personas con las que se juntaba su mamá.
—Y llegamos —mencionó abriendo una enorme puerta. La luz del sol golpeó a sus ojos teniendo que cerrarlos, pero cuando los abrió, se sorprendió de la cantidad de bocetos que ahí había. Y para qué decirlo, si eran hermosos.
—Wow… —Murmuró May caminando alrededor del redondo salón divisando cada una de las pinturas. Había coloridos, otros opacos y otros hasta tétricos, pero todos eran hermosos—. ¿En serio tú hiciste esto mamá?
La mujer se ruborizó no queriendo decirlo, así que la más bajita se acercó a ella y confirmó la respuesta.
— ¡Claro! Es solo que tu madre es muy modesta y no le gusta alardear de sus virtudes, pero si la hubieras visto cuando se inspiraba. Era un concentración enorme, y combinando los colores con la música daban resultado esta hermosura —señaló a su alrededor—. Deberías volver a dibujar, Mayra. No creo que hayas perdido el don.
—Sabes que eso era antes, ahora he puesto los pies sobre la tierra y he decidido ser un gran ejemplo de madre para mis hijos.
—Pero má. No creo que volver a dibujar nos haga daño a Max y a mí.
— ¡Tu hija tiene razón, Mayra! Es más, necesitamos pintores de buena calidad, últimamente los que vienen ya no crean tanta belleza como antes. La galería te necesita Mayra.
La castaña mayor las observó indecisa. Estaba buscando un empleo porque mientras hacía el gran papeleo con la editorial para publicar su nueva historia debía mantener a May y aparte a Max cuando llegara de América. Entonces, la opción de aceptar no era tan mala.
—Está bien —suspiró resignada y ambas mujeres corrieron abrazarla. May no sabía por qué pero el solo hecho de saber que su mamá volvería a pintar la había emocionado.
Ya eran cerca de las cinco de la tarde y ambas castañas degustaban de la gastronomía japonesa en un restaurant.
—Má, ¿cuándo empiezas a pintar de nuevo?
—La semana que viene.
— ¿Y Max cuando regresa?
—La semana que viene —la voz de la mujer sonaba como la operadora que respondía al celular cuando la llamaba entraba al buzón.
— ¿Te sientes bien? —May le tocó la frente para comprobar si tenía fiebre. Su mamá tan solo la fulminó con la mirada y negó.
—Tranquila, May. Me siento perfectamente. ¡Es más! ¿Por qué no vamos a seguir explorando la ciudad?
— ¡Qué flojera! —Mencionó la chica.
—Entonces, regresemos a casa. Necesito descansar.
En serio que su madre estaba extraña, y eso lo notó después de salir de la Galería. Pagaron la cuenta y subieron en su auto rojo chillón.
Lo que May no sabía es que su madre se había deprimido. Le había dolido aceptar la propuesta que Kohana le había hecho. ¿Y cómo no? Si ese lugar le recordaba tanto a él.
Ese cuadro de la mujer misteriosa había llamado tanto la atención de su hija que en un instante tuvo ganas de decirle quién lo había hecho y quién era esa mujer, pero las palabras se quedaban en la garganta. No quería volver a tener una riña con su pequeña por cosas “insignificantes”.
Pero ya era hora de ir asumiendo la responsabilidad y decirle la verdad.
Pero a veces la verdad duele más que una mentira.
La tensión en el ambiente se podía cortar fácilmente con un cuchillo. El departamento permanecía silencioso. Mayra estaba arreglando en una carpeta su nueva novela, mientras May se tragaba un pote entero de helado observándola.
Su mamá sufría silenciosamente por algo. La conocía tan bien como para casi acertar qué era, pero no podía dar opinión del tema sin llegar a lastimarla. Por eso, solo callaba.
La mañana llegó demasiado rápido. Y el típico “Solo cinco minutos más, por favor” no se hizo esperar por parte de la castaña menor cuando su madre la fue a despertar.
—No. No más tiempo para dormir. ¡Vamos! Que después llegas tarde.
May se levantó como zombi dejando todo atrás. Y luego de dormir en la ducha salió a cambiarse. Aún no tenía el uniforme del colegio así que tuvo que ponerse lo primero que encontró.
El abrigo gris que escondía una bonita blusa blanca junto a los jeans negros combinaban perfectamente con sus converse negros.
Inner: ¡Oh! ¿Por qué esa ropa me hace acordar a la autora?
¬¬# Siguiendo con la historia: su mamá estacionó el auto en una esquina mientras ella bajaba. El tramo que le faltaba por recorrer hasta la entrada de su perdición lo pasó pensando en las mil y una excusas para salirse de clase y no pasar el peor aburrimiento de su vida.
Tuvo un pequeño deja vú cuando todas las miradas de la institución se posaron sobre ella. Sin que nada le importara siguió caminando hasta su aula. Un recuerdo se vino a su mente cuando vio el grupo de chicas arrinconadas en el pasillo sin dejar ver a su objetivo de acoso.
—Tontas enamoradizas —suspiró dejando atrás el bullicio y sumiéndose en la tranquilidad que la música le traía a sus oídos. Esta vez miró hacia atrás esperando que el tal chico atrevido no le volviera a jugar la bromita del día anterior, por suerte, este no estaba.
Aún pensaba en lo misteriosa que se había comportado su madre. ¡Ni siquiera le había explicado el porqué de su cambio de humor! Generalmente aceptaba que era por la edad —cosa que no era cierto— pero esta vez la situación iba más allá.
¿A caso había algo en Japón y en especial en esa Galería que había hecho que su madre regresara? ¡Claro! No por nada la había traído a terminar sus estudios acá.
Y tampoco se creía ese cuento de que en Japón habían oportunidades extraordinarias de estudios porque bien que en América podía conseguir una beca para cualquier universidad cuando terminara la secundaria.
Algo había oculto ahí y obviamente ella iba a descubrirlo, es más, estaba sacando un cuaderno para ponerse a graficar su plan “Descubrir lo que mamá esconde” cuando un papel le cayó justo en la cabeza. Esto le molestó y solo volteó para matar con una mirada a la o el culpable del insignificante accidente, pero se encontró con un par de ojos celestes.
La chica que había conocido el día anterior.
Esta estaba en uno de los asientos de atrás, junto con otras chicas más tapándose la boca. Rápidamente se levantó asustada y corrió hasta donde estaba May. Su voz sonó temblorosa cuando habló.
—Lo siento demasiado. No era tu cabeza su destino —explicó señalando la bolita de papel.
—Hmp —fue lo único que emitió May antes de girarse hacia delante y seguir dibujando.
— ¿Estás molesta?
—Hmp —parecía que el único monosílabo que la chica conocía era ese. Ignoró a la joven de larga cabellera azul y empezó a mover el pie al ritmo de la música.
— ¿No tienes amigos? —Preguntó después de hacerle unas señas a sus amigas de que regresaba en un momento y se sentó en el asiento al lado de la castaña. May por su parte la miró con cara de pocos amigos—. ¡Oh! Eso es triste. Pero podemos cambiarlo. Yo soy Dawn, mucho gusto.
— ¿Se te ha pasado la mano mezclando los colores cuando te tinturaste el cabello y asfixiaste tus únicas neuronas? —Contestó descaradamente May con otra pregunta. Dawn por su parte se enojó y se levantó.
— ¡Es natural y sí tengo neuronas! —Chilló—. Ya veo por qué no tienes amigos —y se fue echando humo por las orejas. May se rió por el tono de voz de la chica, se había parecido a ese tipo de ratas que viven encerradas en casas abandonadas. Pero lo segundo dicho la había lastimado un poco, aunque su orgullo era más grande que cualquier otra cosa en el mundo y le tomó poca importancia.
Las primeras horas de clase pasaron lenta y cansadamente. Cuando por fin llegó el primer descanso decidió explorar un poco las instalaciones del colegio. Descubrió que había una biblioteca así que se metió y empezó a mirar cada rincón del lugar.
Era poco decir que le encantaba leer historias. Había adquirido el hábito gracias a su madre. Se fue hasta donde estaba la chica —que permanecía leyendo desinteresadamente un libro pero al parecer muy concentrada comiendo una tableta de chocolate— que registraba los libros que salían y entraban.
—Ea, me llevaré este —mencionó la castaña mostrándolo.
— ¿Me das tu carnet?
— ¿Y para qué? —Preguntó.
—Para dárselo a mi perro como merienda, ¿te parece? —Contestó desafiante, tal y como May le había hablado. La castaña sonrió de medio lado y luego negó con la cabeza—. Soy Zoey.
—Un gusto Zoey, a mí me llaman May —comentó la castaña dándole el libro—. Y no tengo carnet.
—Nadie tiene. Solo bromeaba —explicó.
—Sí, ya me imaginaba.
—Por tu ropa, tu sarcástico tono de voz y tu apariencia deduzco que eres nueva —May asintió—. Bueno, si quieres llevártelo recuerda que lo tienes que devolver pronto y… ¿Te gusta el suspenso? —Interrumpió su intervención con la pregunta cuando vio la portada del libro.
—No, tan solo quiero que mi perro salga corriendo del susto cuando lo vea —habló May sarcásticamente—. Se nota ¿no?
— ¡Epa! ya te vas alzando nuevita. Tan solo preguntaba. A mí también me gusta. De pronto más me agradan las películas donde la sangre se derrama en todo el largometraje.
— ¿Y a quién no? —Rió la castaña. La tal chica llamada Zoey le había caído bien, parecía no ser de ese tipo de persona superficial, más bien, tenía algo de su estilo y era por eso que se había reído de su tonta broma.
—A la enana —May no comprendió hasta que vio a la peli azul entrar por la puerta de la biblioteca. Esta le saludó a la chica del mostrador y siguió dando saltitos hasta un grupo animado de personas que reían siendo callados a cada rato por uno que otro encargado—. Es miedosa. Pero algún día se le pasará.
—Entonces dentro de una semana lo traeré de vuelta, adiós —salió despidiéndose con la mano y caminando hasta el comedor. El libro lo guardó en su mochila mientras observaba lo que podía comer. Obviamente todos la miraban por cargar la mochila y ropa diferente al uniforme.
Cogió lo primero que encontró y se fue a sentar en una mesa solitaria. Estaba campante dándole su primer mordisco a la manzana cuando un chico peli verde se sentó frente a ella.
—Hola, nueva —sonrió de manera que varios suspiros no se hicieron esperar alrededor de la sala.
—Hmp —articuló la castaña siéndole indiferente al muchacho que parecía una lechuga andante. Se rió de su propio chiste.
—Esa risilla enamoradiza me dice mucho de ti —habló moviendo su flequillo quedando en una pose de galán, galán afeminado pensó May.
—Ya quisieras tú —se levantó de la mesa llevándose lo poco que quedaba de comida y caminando hasta la puerta para ir al patio.
— ¡Oh! Chica difícil, ¿no? —Sonrió de medio lado el peli verde regresando a la mesa donde sus amigos lo esperaban.
— ¿Y? ¿Qué tal? —Preguntó un muchacho levantando su gorra roja para poder mirar bien al recién llegado.
—Va a ser un poco complicada pero pronto estará en la lista.
— ¡Oh! El pequeño Drew no quiere perder, ¿verdad? —Se burló uno de los chicos que jugaba con una pelota de beisbol en su mano mientras reposaba los pies sobre la mesa.
—Señor Brich. Baje las piernas de la mesa que no está en su casa —retó una profesora mientras pasaba cerca. El resto del grupo se le rió al moreno mientras este los fulminaba con la mirada.
—No molestes. Ya verás que esta la gano yo.
—Siempre dices lo mismo Larousse pero nunca veo que hagas algo.
—Yo acierto en lo que digo siempre, ¿y qué? ¿Tiemblas de miedo por perder Brich?
—No más que tú Larousse. ¿Sabes? Te daré algo de ventaja en este juego. Vamos, los niños primero —ironizó el chico haciendo referencia al año que le llevaba al peli verde.
—No necesito de tu ayuda para ganar. Yo soy el mejor, que te quede claro —mencionó Drew, Brendan y dos chicos más que estaban hostigados de las típicas tonterías que hacían entre el par de rivales se retiraron luego de retarlo con la mirada.
—Creo que deberías dejar esto, Drew. Eres muy adorado por las chicas, tienes una banda con tus amigos incluyéndome, y tu familia es millonaria, aparte de que tienes por novia a la chica más popular del colegio, ¿qué más quieres? —Expresó preocupado su mejor amigo, Ash Ketchum.
—Sí, lo tengo todo, pero ha llegado una nueva pieza que servirá para mi colección.
—Deberías dejar de tomar a las chicas como juguetes. Las lastimas y también lo haces con Brianna. Además ella te ha demostrado que aun siendo creída te quiere, y mucho —habló otro de cabello casi gris.
—Ya, Jimmy. Vive tu vida tranquilo, y por cierto, ¿de cuándo aquí ustedes me dicen qué hacer cuando son iguales o peores que yo? —Ambos chicos miraron a diferentes lugares huyendo de las palabras del peli verde—. Hmp. Ya sabía que responderían así.
—Tampoco exageres con eso, Drew. Y bueno, ¿cuándo ensayamos?
—Hoy a las tres de la tarde. Y no quiero que ninguno falte —exclamó Drew antes de girarse hacia la mesa del frente, donde una –casi- pelirroja lo saludaba con su típico gesto aniñado.
Por otra parte May caminaba distraída del mundo adolescente que la rodeaba y pensando en la pintura de la mujer embarazada de la Galería. Tenía que averiguar a como dé lugar quién era y porqué su mamá no le había querido hablar de ella la noche anterior.
Si ella no le decía, alguien más tendría que hacerlo. ¡Claro!
Kohana.
Verificó que nadie la estuviera viendo y recorrió el lugar buscando una salida. En el patio trasero había un inmenso árbol de Sakura que estaba junto al muro que separaba al colegio de un bosque pequeño comparado con lo que veía en América.
Trepó las ramas recordando su infancia y saltó hacia el otro lado. Misión cumplida. Ahora solo faltaba cruzar por el lateral derecho del colegio y sin que nadie la viera salir de la zona hasta llegar a la Galería.
Todo salió perfecto, o más bien, casi todo. Lo que no se había dado cuenta era que un muchacho la estaba observando.
Dejando eso de lado, los pies de la castaña se movían solos. Las calles se le hacían conocidas y más o menos ubicándose logró llegar hasta la Galería. Esta estaba atestada de estudiantes que veían las pinturas con asombro. Buscó por todo el lugar a Kohana hasta que escuchó esa vocecilla de duendecillo alocado y en un segundo se vio frente a la diminuta mujer; esta dirigía a varios artistas a su sala de trabajo para que el bullicio que las personas hacían no hicieran distraer a sus prodigiosas mentes.
—Ea, Kohana —dijo en forma de saludo la joven. La mujer se giró hacia ella y la saludó con un efusivo abrazo.
— ¡May! Es un gusto verte por aquí. ¿Dónde está Mayra? —Preguntó mirando por encima del hombro de la chica teniendo que pararse de puntillas.
—Pues ella no vino —la mujer la miró interrogante—. Me escapé de clases —admitió en un suspiro.
— ¡¿Cómo?! —Pegó un gritillo que hizo que muchos voltearan a verla, May la cogió del brazo y la llevó a un lugar un poco más apartado para poder conversar.
—No grites. Es que, necesito hablar contigo. Mi mamá no me ha querido decir nada y espero que al menos tú sí lo hagas —la chica la miró acusadoramente mientras Kohana se hacía más y más pequeña.
—Está bien. Acepto, te diré lo que quieras con una condición —May entrecerró los ojos. ¿Aceptaba o no? Era eso o quedarse con la interrogante rondando por su mente por muchos años.
Entonces, asintió.
¡Y no se lo podía creer! Iba de regreso a casa, con su mochila colgando del hombro derecho y con la mandíbula desencajada.
¡Había aceptado ser su asistente por un mes entero con tal de saber la verdad tras ese cuadro. ¿Y qué? Como respuesta había recibido que ¡nadie sabía cómo ni cuándo esa pintura había aparecido ahí!!
Eso era el colmo. Y de los colmos más colmados.
Suspiró enojada. Sino fuera porque había heredado de su mamá la curiosidad que con el tiempo había aprendido a camuflar no hubiese tenido que pasar una tarde entera ordenando cuadros y arreglando el lugar.
¡Bien por ti May!, se dijo así misma cuando abrió la puerta del departamento. Esperaba el grito histérico de su madre al llegar a esa hora de la noche. Pero más bien, escuchó pequeños sollozos.
Se dirigió hasta la habitación de la mayor y ahí, junto al respaldar de la cama vio a su mamá abrazando una almohada.
— ¿Qué sucedió? —Preguntó sentándose junto a ella. Mayra negó con la cabeza secándose las finas lágrimas.
—Nada, cariño. Sabes que me pongo sentimental por tonterías y lloro de la nada.
—Lo sé, pero… —May se quedó callada. Sentía que había algo más que su madre no quería contarle y eso la estaba matando. Nunca se habían guardado los secretos, siempre se contaban todo pero ahora parecía que Japón le hacía hacer lo contrario.
—Es mejor que vayas a dormir. Ha de haber sido un día cansado.
— ¿Ni siquiera vas a preguntar dónde anduve o qué hice?
Mayra negó con la cabeza.
—May, confío en ti y sé que no harías nada malo o algo de lo que te arrepentirías, ahora ve y descansa.
La castaña menor tan solo se quedó ahí parada, esperando que su madre dijera algo más pero ella no lo hizo. Salió de la alcoba. Se encaminó hasta su habitación y cambió su ropa por una más cómoda. Sacó el libro que había prestado y empezó a leerlo, pero el sueño la venció y se entregó a los brazos de Morfeo.
A la mañana siguiente el departamento estaba silencioso. Se levantó perezosamente de la cama y de esta cayó algo. Verificó qué era: su nuevo uniforme y una carta que decía:
“Salí a tomar aire. Sí, muy temprano para hacerlo pero necesito un respiro. Irás sola al colegio pero te iré a ver a la salida. Recuerda no hacer bronca y en el refrigerador hay comida. No malgastes tu día, ¿eh?
Estaré en la Galería… Con amor; mamá.
PD: Las chicas grandes no lloran.”
Estaré en la Galería… Con amor; mamá.
PD: Las chicas grandes no lloran.”
May sonrió y en seguida corrió hasta el baño. Su madre sí que era trágica.
¡Continuará!
Ohhh! ¿Qué querrá ganar nuestro adorado Drew?
¿¡DREW Y BRIANNA NOVIOS!? Dx
Y ¿me dejarán comentarios o me odiarán por el fic? TwT
No importa, a mí me agrada la idea así que seguiré escribiendo n.n
Por cierto; el video no tiene nada que ver con el capi, más bien un poco de la historia
Sayonara! n___n
PD: Disculpen las faltas horrográficas solo que tengo un poquito de sueño y me da pereza revisar u___u
Última edición por Musae el Dom 11 Dic - 12:14, editado 1 vez
Re: A Different Love Story!
¡Adoro esta historia!
Es demasiado interesante, siempre me deja con ganas de leer mas acerca de ella, es que eres una extraordinaria escritora. Ya quiero ver que pasara con Drew y su plan de ganarse a May.
Saludos y espero la continuidad de la historia.
Es demasiado interesante, siempre me deja con ganas de leer mas acerca de ella, es que eres una extraordinaria escritora. Ya quiero ver que pasara con Drew y su plan de ganarse a May.
Saludos y espero la continuidad de la historia.
Abichu- **Miembro*Contest**
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Re: A Different Love Story!
Nya!!!!!!!!!!!!!!!! Kawai!!!!!! >w<
onee-chan me encanto el capi >w<
¿Quien iba a pensar que su mamá era artista? owo
¿Y de quien sera ese cuadro? owo
*Esas son preguntas que verdaderamente no me interesa saber -.-
Y a tí quien te pregunto? ¬¬
Mary-nee, sigue con el fic ME EN-CAN-TA *w*
Mi se despide. Sayo...
onee-chan me encanto el capi >w<
¿Quien iba a pensar que su mamá era artista? owo
¿Y de quien sera ese cuadro? owo
*Esas son preguntas que verdaderamente no me interesa saber -.-
Y a tí quien te pregunto? ¬¬
Mary-nee, sigue con el fic ME EN-CAN-TA *w*
Mi se despide. Sayo...
Re: A Different Love Story!
Nee-Chan si me da ataque te culpo xD
OMJ! Drew un mujeriego? o.o
De lo mejor >w< (?) xD
jajja pobre de May con eso de Asistente
Me has dejado demasiado intrigada con todo el asunto de Drew y también con lo del Chico que vio a May ¿Quién fue? >w<
y Kohana me cae de lo mejor xD
Mira que hacerla su asistente y luego no decirle nada xD
Espero conty..!!! >w<
no me dejes con esta intriga D: --> me contagiaste la cara xD
l3@!...!!*
OMJ! Drew un mujeriego? o.o
De lo mejor >w< (?) xD
jajja pobre de May con eso de Asistente
Me has dejado demasiado intrigada con todo el asunto de Drew y también con lo del Chico que vio a May ¿Quién fue? >w<
y Kohana me cae de lo mejor xD
Mira que hacerla su asistente y luego no decirle nada xD
Espero conty..!!! >w<
no me dejes con esta intriga D: --> me contagiaste la cara xD
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Re: A Different Love Story!
me he metido de lleno en tu historia
la leo y me imagino a May con esa actitud
Me encanta,
continualo porfa porfa
bye
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Re: A Different Love Story!
Yo:-escupiendo agua en la cara de Cecy- QUE??!!!!!!!!!!!!!!
DREW Y BRIANA NOVIOS?!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Cecy: -limpiandose el agua- que asco, y ya calmate ¬¬
Yo:como quieres que me calme? ò.ó
si Drew y la #$%&/* de Briana son novios?
Cecy: que te calmes -o-
Yo: esta bien -suspirando- bueno, ya me calme
me encanto como cambiaste la historia *o*
te ha quedado genial x3
y me quede intrigada con lo de el chico que vio a May D:
bueno, me imagino que fue Drew òwó, asi iria avanzando su historia de amor,
aunque para mejor trama y que sea mas interesante seria otro chico, como Brendan o Ash xD
y perdon si te arruine la conti Dx
pero eso me supongo e.e aunque la mayori de las veces me equiboco xD
bueno, yo y cecy esperamos la conti :3
Cecy: algo asi -o-
Yo: -w-
bueno, nosotras nos vamos :3
Cecy y Yo:
byye byye :3
DREW Y BRIANA NOVIOS?!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Cecy: -limpiandose el agua- que asco, y ya calmate ¬¬
Yo:como quieres que me calme? ò.ó
si Drew y la #$%&/* de Briana son novios?
Cecy: que te calmes -o-
Yo: esta bien -suspirando- bueno, ya me calme
me encanto como cambiaste la historia *o*
te ha quedado genial x3
y me quede intrigada con lo de el chico que vio a May D:
bueno, me imagino que fue Drew òwó, asi iria avanzando su historia de amor,
aunque para mejor trama y que sea mas interesante seria otro chico, como Brendan o Ash xD
y perdon si te arruine la conti Dx
pero eso me supongo e.e aunque la mayori de las veces me equiboco xD
bueno, yo y cecy esperamos la conti :3
Cecy: algo asi -o-
Yo: -w-
bueno, nosotras nos vamos :3
Cecy y Yo:
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Re: A Different Love Story!
Oh, por Jashin! *O*
Estoy tan contenta. Es muy emocionante leer todos sus comentarios, y algún día, cuando termine esta historia agradeceré personalmente a cada una de ustedes. En serio ;w; Quería traerles el capítulo la semana pasada pero como no estuve en mi casa, me deprimí y bla bla bla no lo subí T.T
Espero me perdonen, queridas onee-chans! n_n
Y para no aburrirlas más aquí les dejo el capi 3 >w< ¡Disfrútenlo! nOn
Tiraba de él como si fuera un perro.
Y para qué decirlo si estaba harto de que le hiciera eso. Era la quinta vez en el mes que lo había sacado a rastras de su casa para que lo acompañara junto a sus amigas al centro comercial. Por suerte, Ash y Jimmy habían aceptado a acompañarlo, sino, ¿qué sería de él?
¡Oh, sí! Un novio molesto tras su novia cargando las bolsas de los cientos de dólares que debió gastar en esas prendas tontas y lelas.
Y su chillona voz empeoraba la cosa. < ¡Mira ese collar!> < ¿A que me queda bien, verdad?> Y más eran las típicas frases que Brianna y su séquito compartían.
Se podría decir que le gustaba. Desde hace algún tiempo estaba enganchado con esa carita de niña “buena” y su actitud vil y malvada —aunque yo diría que tonta y creída—. Pero esas simples cosas que las chicas gustan tanto de hacer era lo que lo ponía de mal humor.
La tarde anterior había quedado con sus amigos en practicar, había salido todo bien y pensaban hacer lo mismo esa tarde, pero la pelirroja había llegado a su mansión haciendo escándalo de que su armario estaba pasado de moda.
Era una suerte de que Marian no se encontrara en casa porque si no, Brianna sería ya ingrediente para pócimas de brujas. Su hermana detestaba tanto a su nueva novia que por eso mismo no la invitaba a pasar tardes con ellos.
¿Y qué podría decir de sus padres si la mayoría del tiempo no pasaban en casa? Su padre, millonario e inteligente magnate vivía viajando por todo el país y en reuniones internacionales, también dirigiendo uno de los casinos más famoso de todo el hemisferio oriental. Por otra parte su madre, aun pasando los treinta años, era una actriz muy reconocida y grababa desde comerciales de televisión hasta papeles protagónicos en las novelas más famosas de todo Japón. Así que, no poseía su apoyo.
Cuando decidieron tomarse un respiro en una heladería del centro comercial, vio una tienda. Y no es que le llamaran la atención las cosas de chicas, pero, había un maniquí vestido al puro estilo “rock” y con una peluca casualmente castaña. ¡Y valla casualidad!
Sonrió pensando en cierta chica, pero más que nada en la conversación con Brendan. Sabía que ganaría y no sería nada difícil pues todas las muchachas caían a sus pies. Aunque le resultaba un reto interesante conquistarla. Se veía a lo lejos que era rebelde y… peligrosa.
Mientras los demás pedían sus helados al mesero, él anotaba en una servilleta la letra de una canción que se había venido a su mente.
“Ella es una rebelde…
Ella es peligrosa…”
¡Eso es! Seguía escribiendo cuando una delicada mano con manicure le arrebató el pedazo de papel.
— ¿Compones cuando te estoy hablando? —Chilló la chica con la cara roja de la ira. Y ahí de nuevo. Drew la observó con una ceja levantada.
—Disculpa, ¿decías algo?
—Oh, cierto —dijo cuando recuperó su atención—. Estaba diciendo que esa chica nueva no me cae para nada bien. ¿Puedes creer que por poco y me tira su bebida encima de mi uniforme el primer día? ¡Agg! Pero eso no es todo, si vieras cómo me mira. Parece que me quiere matar con la mirada —y quién no, pensó Drew, si con esa actitud de niña boba daban ganas hasta de halarle el cabello. Sus amigos y hasta él aún seguían confundidos y pensando porqué el peli verde seguía con ella.
—No es amor —dijo alguna vez el despistado de Ash.
— ¿Entonces? —Preguntó Jimmy. A Drew no le faltaba la popularidad que Brianna tenía puesto que la rebasaba. Tenía demasiado dinero y una banda, que aún en el anonimato era mejor que otras. Y citando las palabras del pelinegro “¿Entonces?”.
—No sé —respondió el aludido—. Tal vez, eso será lo que nunca sabremos —terminó la conversación con un suspiro.
De vuelta a la realidad y dejando atrás los recuerdos Drew no prestaba atención a las ilusas quejas de su chica. Sus amigas, una castaña y otra rubia —par de huecas— asentían a todo lo que ella opinaba. Que si la nueva las miraba, que si la nueva era emo, que si la nueva era asocial.
En cambio los chicos apoyaban en su aburrimiento al peli verde. Cuando los helados desaparecieron “mágicamente” de sus vistas, se levantaron dejándole la cuenta al pobre dueño de los ojos verdes y siguieron por su tour “Tarde de chicas”.
Brianna no paraba de alardear sobre el nuevo desfile de modas que se realizaría en Tokio. Su querido le había conseguido un puesto muy prestigioso, por cierto, para desfilar. ¡Estaba tan contenta que ya ni sabía qué usaría! ¿Y si su cabello no combinaba con la ropa, debería cambiar el color? Un poco de tintura no haría daño ¡más bien mejoraría su imagen! Y así, hasta que por obra divina la tarde terminó en un silencio relajante en el auto.
—Por fin nos deshicimos de ellas —mencionó Ash yendo de copiloto en el auto del peli verde. Jimmy que iba atrás asintió.
—Ya sabes, son chicas.
—Sí, pero tú eres el novio de una de ellas, no nosotros. Y si te acompañamos es porque somos buenos amigos, pero la paciencia se agota —intervino Jimmy jugando con una pelotita que había encontrado en el asiento de atrás.
—Lo has repetido en todo el viaje, Jimmy. ¿Les parece si practicamos? —Preguntó Drew desviando el tema de conversación. Los otros dos chicos lo miraron divertidos.
— ¿A las ocho de la noche?
—Sí, Ash. Se quedan a dormir en mi casa si es que el colegio es el problema. Y llaman a sus casas. Ya es una costumbre que no vayan a dormir siempre —explicó burlón Drew.
—Ya, deja de decir tonterías y conduce —refunfuñó el morocho mirando por la ventana. No es que se quedara en la calle siempre haciendo quizás qué cosas. Solo que a veces se daba la oportunidad de salir de farra y ¿por qué desperdiciar el momento? Las responsabilidades las dejaría para cuando fuera adulto.
Empezaron ensayando con la canción que los había hecho triunfar en el pub’ que tocaban cada noche que podían.
Ash se llevaba súper bien con la batería, era un maestro con las baquetas, mientras que Jimmy era magnífico con el bajo. Drew por otro lado tocaba la guitarra eléctrica y era la voz principal. Pero ya iban pensando en que necesitaban más integrantes.
—Me parece que una voz femenina estaría bien —dijo Jimmy, a lo que Ash asintió emocionado. El peli verde en cambio empezó a reír como loco—. ¿Qué es lo divertido?
— ¿Una chica en nuestra banda? Ya quisieran. Las mujeres no son tan buenas como nosotros —rió Drew—. Si me dicen que otra persona para la segunda guitarra acordaría con la idea. ¿Pero una chica? —Una carcajada salió de sus labios.
— ¡Ey! No subestimes a las mujeres, que quizás una venga y te gane —habló Ash tomando un vaso para llenarlo con agua.
— ¿Y si hacemos un casting para ver quién entra a la banda? Sabemos que todo el colegio va al pub todas las noches, nos conocen perfectamente.
—Tienes razón Jimmy, pero el papá de Drew no se debe enterar. Y eso armaría un escándalo.
—No sé ustedes pero yo estoy harto de estar en el anonimato. Está bien que nos escuchen los del instituto, ¿pero y el resto del mundo? Se merecen nuestra música.
—Ya deja de soñar Jim.
— ¡Uy! Drew le tiene miedo a su papá. Viejo, nunca pensé que serías así.
—Ya basta, Jimmy. Drew tiene razón, no puede poner en peligro el prestigio de su familia.
— ¿Pero qué tiene que ver eso con la banda, Ash?
—Al papá de Drew no le gusta nada que tenga que ver con farándula o cantantes famosos, los cree… Rebeldes sin causa.
Ambos morochos hablaban del papá del peli verde como si Drew no estuviera presente, y eso ya lo estaba molestando. Salió del garaje dando un portazo y respirando el aire puro de esa noche. Su padre regresaría dos semanas después de su viaje de negocios y tenía que ver la manera de que no se enterara de que practicaban en el súper garaje de la mansión, o sino no volvería a saber qué era música en su vida.
Metió las manos en los bolsillos de su chaqueta y se encontró con un papel. ¡La canción!
Sonrió y se sentó debajo de un árbol que adornaba el patio delantero del caserón. Empezó a escribir mientras la melodía se le venía a la mente. Para esa canción sí que necesitaban otra guitarra.
Al día siguiente en la escuela todo permanecía igual, a diferencia que era jueves y ese día tenían con el pesado de historia. Los otros días también, pero el profesor había enfermado y había mandado un sustituto. Por obra del destino, el sustituto había sufrido un accidente y su adorado maestro había regresado del resfriado.
—A sus asientos, por favor —dijo con esa voz de militar que tanto los molestaba. Brianna y su séquito hicieron una mueca de molestia cuando el sensei las retó por parlotear en su clase—. Ya que me han extrañado tanto —los miró, mientras algunas intentaban ocultar la risa que la ironía de sus palabras producía en ellos—, les mandaré un trabajo a casa. Será en parejas y lo quiero para el próximo jueves. ¡Y no quiero un trabajo miserable! Al menos unas veinte hojas de resumen a cerca de la historia de Japón. Quiero que se un trabajo grupal… —mientras el profesor explicaba cómo debía ser exactamente la tarea, todos refunfuñaban de la ira. ¿Es que la enfermedad no lo había cogido con la guardia baja? —. Y para eso los iré nombrando. No quiero que nadie me exija que le cambie de pareja. Será como yo digo.
Entonces fue nombrándolos en dos y divirtiéndose de las caras que algunos ponían al no estar conformes con quien les tocaba. A la golfa de, digo, la adorable de Brianna le tocó con el pobre Ash. A Jimmy con Crystal, Leaf con Dawn y dejando a los alumnos sin importancia, al final decidió poner a Drew con…
—Balance —dijo el profesor levantándose del asiento y empezando a caminar de un lado al otro—. Bien. Empiecen ahora. Se juntarán en las parejas que les toque.
El movimiento de alumnos hizo revolución en el aula de clases. Unos se cambiaban de puestos, otros aprovechaban la confusión para hacer sus típicas bromas y May esperaba que su compañero de trabajo la buscara mientras ella hacía garabatos en el cuaderno.
Estaba descubriendo el regalo que le había heredado su madre: sabía dibujar.
—Hola, de nuevo —sonrió el peli verde mientras cogía una silla y se sentaba como los hombres saben hacerlo: con el respaldar del mueble al revés.
—Ah, hola —asintió May sin ganas de hacer ninguna tarea.
— ¿Tú… —Drew iba a preguntar algo pero la castaña lo interrumpió.
—Mira, si vienes a hablarme de lo lindo que vives en tu mundo de niño bonito, mejor cierra con llave tu boquita de marca antes de que te la cosa con agujas. Y ahora, tengo pereza, no quiero trabajar, así que nos reuniremos en la biblioteca de la ciudad para trabajar —soltó todo de eso que dejó al peli verde sorprendido. Así que la gatita había sacado sus uñas y había rugido como un tigre.
—Pues… Iba a ofrecer mi casa como lugar de trabajo… —y de nuevo la castaña lo interrumpió.
—Há. Tampoco quiero ser víctima de tus estupideces y en tu propio territorio.
—Entonces ¿en tu casa?
—La biblioteca es un buen lugar y punto —sacó su MP3 y empezó a oír música mientras lo ignoraba. El peli verde sonrió de lado. No estaba equivocado cuando dijo que esta chica sería difícil, pero sí muy.
Por otra parte Brianna asesinaba con la mirada a la castaña y al profesor. ¿Cómo se le ocurría poner a la nuevita con su chico mientras a ella la ponía con el despistado de Ash? Así que para no aburrirse de ese tormento sacó un esmalte de color fucsia y empezó a intoxicar, digo, pintar sus uñas.
En cambio Dawn y Leaf no paraban de conversar. Había sido una suerte que las juntaran siendo grandes amigas. El trabajo quedaría para después, habían dicho mientras platicaban de lo lindo que le quedaría ese vestido que había visto la vez anterior en el mall.
Y Crystal escribía ciertos apuntes en su cuaderno mientras Jimmy hacía como si estuviera tocando una guitarra eléctrica. Tenía los ojos cerrados y hacía gestos de emoción. Crystal reía a cada momento con cada mímica. Su amigo sí que estaba loco.
Así pasó el día, entre aburrimiento y sonrisas fingidas llegó el tan esperado almuerzo. Todos corrieron del salón directo al comedor. Otros, con bandeja en mano se fueron al patio donde el césped recién podado y el sol les iluminaba el rostro.
Y dejando mi parte poeta de lado, May buscaba una mesa donde comer. El lugar parecía lleno pero había sillas vacías. Quizás la aceptarían. Así que buscando puesto, mágicamente, al pasar por una de las mesas P.P.A.C. (Prohibidas Para Alumnos Comunes —como ella—) y S.G.N. (Solo Gente Nice —ya se han de imaginar quién puso los nombres, ¿no? —), su comida fue a parar a su ropa y cabello.
Cerró los ojos enojada pidiendo que el o la culpable de tal atrocidad no estuviera frente a ella porque estaba segura de que el rostro de aquel vil ser ya no sería de este mundo cuando su puño deseoso de venganza se estrellara contra él. Pero tuvo que abrir sus azules ojos al escuchar un intento de risa que más parecía el chillido de una rata. Brianna. La chica disfrutaba con la imagen que tenía al frente.
Desde la clase de historia había estado furiosa con la castaña por la suerte que le tocó y había llamado a uno de los amigos de su novio —más bien compañeros del equipo de fútbol al que nuestro adorado peli verde pertenece— para que le hiciera la pequeña “broma”.
— ¡Oh! Qué suerte la tuya, nuevita —chasqueó con la lengua haciéndose la inocente—. Es una pena que esto te suceda. Tal parece que tu estancia aquí no será tan buena.
La castaña solo la miraba con ganas de matarla. Ya imaginaba el cuerpo de Brianna calcinado por su poder de rayos láser en los ojos. Pero eso era fantasía. La realidad era que la —casi (me voy a cansar de repetir esta palabra así que dejémoslo en peli roja) —, peli roja se reía junto a su séquito.
Fue impulso. No. Fue ira. Tampoco. Fue el orgullo. Sí. Su orgullo hizo que cogiera uno de los platos que estaba al lado en la mesa y acercándose lentamente a la chica lo estrellara contra su cara.
La peli roja soltó un grito que hizo que todo el comedor fijara su vista en ella. Las risas no se hicieron esperar, y esta, enojada, le arrebató la soda a una chica que pasaba por ahí y se la lanzó a May. Esta se agachó y el líquido fue a parar al uniforme de Drew que venía atrás conversando con sus amigos y su comida cayó al suelo.
—Oh, oh. Drewii… ¡No era mi intención! —Empezó a disculparse Brianna mientras Drew se limpiaba con una servilleta. May reía de la imagen que tenía al frente. ¡Por Dios si ahora no solo parecía lechuga parlante, sino lechuga bañada en soda sabor artificial de naranja! El peli verde se fijó en ella y cogiendo parte de lo que quedaba de su alimento se lo lanzó. Cayó en la cara de la castaña.
Esta enojada y algo divertida agarró lo primero que encontró y se lo lanzó. ¡Todo eso era más que obvio!
— ¡Guerra de comidas! —Gritó un entrometido por ahí y en cuestión de segundos todos estaban embarrados y apestosos del menú que habían preparado ese día.
May por su parte riendo de todo, se fue escabullendo de la multitud y se quedó tras unas mesas intentando quitarse los restos de comida de su nuevo uniforme. ¡Eso sí que era un recibimiento!
De pronto, sintió la presencia de alguien. Alguien se había sentado junto a ella. Alguien buscaba refugio entre toda esa locura. Alguien estaba huyendo de esa guerra. Y ese alguien era nada más y nada menos que Drew LaRousse.
Lo miró, cosa que hizo que estallara en carcajadas. El chico estaba bañado en algo parecido a pasta con fruta y soda. ¡Ahora era una ensalada andante!
—Ha, ha, há. Qué chistoso, ¿no? —Ironizó el chico cuando la escuchó reír.
—En serio que lo es. Mira que irte en mi contra cuando fue la histérica de Burrana, oops, digo, Brianna la que te lanzó la soda.
—Pero eras tú la que se reía, así que deduje que fuiste la causante de todo esto —la miró levantando una ceja, siendo tan Drew (baba).
— ¡Oh! Qué equivocado estás lechuga parlante, pero piensa lo que quieras. Tengo que ver la manera de salirme de aquí —habló ahora mirando entre las mesas buscando un camino seguro sin que lo que antes era alimento cayera sobre ella, al parecer encontró el lugar perfecto porque dijo—. Bueno, un gusto conocerte lechugín, adiós.
Y justo iba a empezar a gatear cuando sintió como rodaba por el suelo quedando debajo del peli verde. Lo miró con el ceño fruncido y luego un sonido parecido a algo pegajoso que cae sobre el suelo llamó su atención.
¿Debía estar agradecida? Claro que sí.
— ¡Suéltame vegetal caminante! —Gritó mientras forcejeaba con el peli verde para escapar de sus brazos. El chico sonrió de lado al verla tan histérica.
—Deberías estar agradeciéndome y suplicándome una cita, ¿no crees? Si no fuera por mí esa tarta estaría haciendo fiesta en tu cabeza.
—No soy tonta —y al siguiente segundo el peli verde estaba abajo y ella tenía un pie sobre su estómago con pose victoriosa—. Hmp.
El chico se levantó e iba a seguirla, claro, esquivando algunos O.V.N.I. (E.C.) —Objeto Volador aun No Identificado (En el Comedor) — cuando una voz masculina y fuerte los detuvo a todos.
— ¿¡QUÉ ES TODO ESTO!? —Y Samuel Oak estaba ahí, con una venita hinchada en la frente y el ceño muy fruncido siendo expectante de tal galante fiesta a la cual no había sido invitado.
Varios profesores con cara de “La que les espera” —cof cof, historia, cof cof— los miraban sobre sus narices haciéndose los superiores.
— ¿Alguien me explica ¡qué rayos sucedió aquí!? —Preguntó un poco más sereno observándolos a todos con un aura maligna al puro estilo Chen Bao Zhu (Sí gente linda, me vicié con Hi! My Sweetheart) —. Bien. Señores profesores, cierren las puertas del comedor y asegúrense que nadie se vaya hasta que el culpable de todo este relajo aparezca.
Todos bufaron mientras limpiaban las sillas para sentarse esperando que el culpable hablara.
— ¡Nadie se sienta! Si hasta dentro de media hora el responsable de esto no aparece a todos los presentes les tocará limpiar el comedor y me encargaré que según la clase que les toque les dejen un trabajo individual.
Esta vez sí se escucharon los griteríos de todos aturdiendo más al director del colegio. May se reincorporó y caminó hasta él, sorprendiendo a muchos.
—Há, ahora se hará la muy valiente e irá a decir que fue ella la que empezó todo —se burló Brianna. Ash y Jimmy que estaban cerca de ella la miraron severos—. ¿Qué?
—Al menos ella acepta lo que hizo, y por lo que me fijé tú iniciaste —acusó en susurro Ash. El rostro de Brianna se distorsionó en una mueca de disgusto.
—Yo no… —iba a replicar pero Drew la cortó.
—Ya no digas nada —y se marchó de ahí buscando a su grupo de fútbol. Los otros dos morochos lo siguieron.
Todo el sitio se tensó cuando May dio un paso al frente del profesor Oak. Este la miró levantando las cejas y con los brazos cruzados.
—Fui yo, señor director —dijo sin agachar la cabeza. Era cierto que estaba evitando los problemas ya que en América había causado muchos y no quería darle más broncas a su madre, pero tampoco iba a ser tan cobarde como para quedarse callada y que toda la responsabilidad cayera en sus compañeros que solo habían sido víctimas—. Hmp. Víctimas que se divirtieron —sonrió pensando aquello.
—Balance May —leyó una carpeta que una de las profesoras le había dado—. Primera semana y ya vas a manchar tu carpeta. ¿Estás segura que fuiste la única en todo esto?
—Sí, sensei. Yo inicié el rebullicio —aceptó borrando la sonrisa y poniendo su pose normal.
—Entonces tú tendrás tu castigo esta tarde. Y lo discutiremos en mi oficina. Mientras, profesores, anoten los nombres de todos aquí y esperen a que regrese con nuevo aviso —y sin más se marchó con May siguiéndolo. La chica levantó la cabeza. Ya estaba acostumbrada a ese tipo de cosas y nada de eso le afectaba. De todas maneras, por algo le decían chica problema.
Luego de varios tensos minutos las puertas del comedor se abrieron y dejaron ver al director junto a la castaña que venía con un gesto de indiferencia y superioridad.
—Todos se pueden retirar, menos LaRousse, Uchida y Yoshida. Ustedes también ayudarán a la señorita Balance a limpiar —el peli verde, la peli roja y el chico cómplice de la broma de Brianna rechistaron mirando feo a la castaña, pero cierto era que ella se había negado a nombrarlos en presencia del director.
Desde pequeña su mamá le había enseñado a no acusar a las personas, sino apoyarles a decir la verdad, porque quien tenía bien puesto los pantalones sería tan honesto de decir “Fui yo” y no ocultarse como un cobarde.
Los demás se fueron deseándole suerte a los tres chicos mientras May se dirigía con el conserje del lugar a buscar herramientas para limpiar.
Drew estaba molesto, pero sería una oportunidad para hablar con la castaña y ganársela. Aunque estaba la molesta de su novia, ya vería qué haría. Lo que sí sabía es que esa tarde sí que sería divertida.
¡Continuará!
Muahahahaha!
Soy mala, las he dejado con la intriga, ¿verdad? ¿Verdad?
Uhuhuhuhu -risa al puro estilo la tía de Sunako-chan (Yamato Nadeshiko Shichi Henge)- xD
Comenten, porfas. Háganme feliz con sus lindos comentarios y yo les haré felices con los capis intrigantes que traeré >w<
Ya armé la historia y cada día me imagino más a esta parejita *O*
Así que espero les haya gustado y no duden en decirme si hay errores, si no les gusta, si me voy del foro por el fic, si me cambio de nombre y me voy a otro planeta para no pasar vergüenza, etc u_u
Los quiero! nOn
Sayonara! >O<
Estoy tan contenta. Es muy emocionante leer todos sus comentarios, y algún día, cuando termine esta historia agradeceré personalmente a cada una de ustedes. En serio ;w; Quería traerles el capítulo la semana pasada pero como no estuve en mi casa, me deprimí y bla bla bla no lo subí T.T
Espero me perdonen, queridas onee-chans! n_n
Y para no aburrirlas más aquí les dejo el capi 3 >w< ¡Disfrútenlo! nOn
CHAPTER 3
"SHE'S A REBEL"
"SHE'S A REBEL"
Tiraba de él como si fuera un perro.
Y para qué decirlo si estaba harto de que le hiciera eso. Era la quinta vez en el mes que lo había sacado a rastras de su casa para que lo acompañara junto a sus amigas al centro comercial. Por suerte, Ash y Jimmy habían aceptado a acompañarlo, sino, ¿qué sería de él?
¡Oh, sí! Un novio molesto tras su novia cargando las bolsas de los cientos de dólares que debió gastar en esas prendas tontas y lelas.
Y su chillona voz empeoraba la cosa. < ¡Mira ese collar!> < ¿A que me queda bien, verdad?> Y más eran las típicas frases que Brianna y su séquito compartían.
Se podría decir que le gustaba. Desde hace algún tiempo estaba enganchado con esa carita de niña “buena” y su actitud vil y malvada —aunque yo diría que tonta y creída—. Pero esas simples cosas que las chicas gustan tanto de hacer era lo que lo ponía de mal humor.
La tarde anterior había quedado con sus amigos en practicar, había salido todo bien y pensaban hacer lo mismo esa tarde, pero la pelirroja había llegado a su mansión haciendo escándalo de que su armario estaba pasado de moda.
Era una suerte de que Marian no se encontrara en casa porque si no, Brianna sería ya ingrediente para pócimas de brujas. Su hermana detestaba tanto a su nueva novia que por eso mismo no la invitaba a pasar tardes con ellos.
¿Y qué podría decir de sus padres si la mayoría del tiempo no pasaban en casa? Su padre, millonario e inteligente magnate vivía viajando por todo el país y en reuniones internacionales, también dirigiendo uno de los casinos más famoso de todo el hemisferio oriental. Por otra parte su madre, aun pasando los treinta años, era una actriz muy reconocida y grababa desde comerciales de televisión hasta papeles protagónicos en las novelas más famosas de todo Japón. Así que, no poseía su apoyo.
Cuando decidieron tomarse un respiro en una heladería del centro comercial, vio una tienda. Y no es que le llamaran la atención las cosas de chicas, pero, había un maniquí vestido al puro estilo “rock” y con una peluca casualmente castaña. ¡Y valla casualidad!
Sonrió pensando en cierta chica, pero más que nada en la conversación con Brendan. Sabía que ganaría y no sería nada difícil pues todas las muchachas caían a sus pies. Aunque le resultaba un reto interesante conquistarla. Se veía a lo lejos que era rebelde y… peligrosa.
Mientras los demás pedían sus helados al mesero, él anotaba en una servilleta la letra de una canción que se había venido a su mente.
“Ella es una rebelde…
Ella es peligrosa…”
¡Eso es! Seguía escribiendo cuando una delicada mano con manicure le arrebató el pedazo de papel.
— ¿Compones cuando te estoy hablando? —Chilló la chica con la cara roja de la ira. Y ahí de nuevo. Drew la observó con una ceja levantada.
—Disculpa, ¿decías algo?
—Oh, cierto —dijo cuando recuperó su atención—. Estaba diciendo que esa chica nueva no me cae para nada bien. ¿Puedes creer que por poco y me tira su bebida encima de mi uniforme el primer día? ¡Agg! Pero eso no es todo, si vieras cómo me mira. Parece que me quiere matar con la mirada —y quién no, pensó Drew, si con esa actitud de niña boba daban ganas hasta de halarle el cabello. Sus amigos y hasta él aún seguían confundidos y pensando porqué el peli verde seguía con ella.
—No es amor —dijo alguna vez el despistado de Ash.
— ¿Entonces? —Preguntó Jimmy. A Drew no le faltaba la popularidad que Brianna tenía puesto que la rebasaba. Tenía demasiado dinero y una banda, que aún en el anonimato era mejor que otras. Y citando las palabras del pelinegro “¿Entonces?”.
—No sé —respondió el aludido—. Tal vez, eso será lo que nunca sabremos —terminó la conversación con un suspiro.
De vuelta a la realidad y dejando atrás los recuerdos Drew no prestaba atención a las ilusas quejas de su chica. Sus amigas, una castaña y otra rubia —par de huecas— asentían a todo lo que ella opinaba. Que si la nueva las miraba, que si la nueva era emo, que si la nueva era asocial.
En cambio los chicos apoyaban en su aburrimiento al peli verde. Cuando los helados desaparecieron “mágicamente” de sus vistas, se levantaron dejándole la cuenta al pobre dueño de los ojos verdes y siguieron por su tour “Tarde de chicas”.
Brianna no paraba de alardear sobre el nuevo desfile de modas que se realizaría en Tokio. Su querido
—Por fin nos deshicimos de ellas —mencionó Ash yendo de copiloto en el auto del peli verde. Jimmy que iba atrás asintió.
—Ya sabes, son chicas.
—Sí, pero tú eres el novio de una de ellas, no nosotros. Y si te acompañamos es porque somos buenos amigos, pero la paciencia se agota —intervino Jimmy jugando con una pelotita que había encontrado en el asiento de atrás.
—Lo has repetido en todo el viaje, Jimmy. ¿Les parece si practicamos? —Preguntó Drew desviando el tema de conversación. Los otros dos chicos lo miraron divertidos.
— ¿A las ocho de la noche?
—Sí, Ash. Se quedan a dormir en mi casa si es que el colegio es el problema. Y llaman a sus casas. Ya es una costumbre que no vayan a dormir siempre —explicó burlón Drew.
—Ya, deja de decir tonterías y conduce —refunfuñó el morocho mirando por la ventana. No es que se quedara en la calle siempre haciendo quizás qué cosas. Solo que a veces se daba la oportunidad de salir de farra y ¿por qué desperdiciar el momento? Las responsabilidades las dejaría para cuando fuera adulto.
Empezaron ensayando con la canción que los había hecho triunfar en el pub’ que tocaban cada noche que podían.
Ash se llevaba súper bien con la batería, era un maestro con las baquetas, mientras que Jimmy era magnífico con el bajo. Drew por otro lado tocaba la guitarra eléctrica y era la voz principal. Pero ya iban pensando en que necesitaban más integrantes.
—Me parece que una voz femenina estaría bien —dijo Jimmy, a lo que Ash asintió emocionado. El peli verde en cambio empezó a reír como loco—. ¿Qué es lo divertido?
— ¿Una chica en nuestra banda? Ya quisieran. Las mujeres no son tan buenas como nosotros —rió Drew—. Si me dicen que otra persona para la segunda guitarra acordaría con la idea. ¿Pero una chica? —Una carcajada salió de sus labios.
— ¡Ey! No subestimes a las mujeres, que quizás una venga y te gane —habló Ash tomando un vaso para llenarlo con agua.
— ¿Y si hacemos un casting para ver quién entra a la banda? Sabemos que todo el colegio va al pub todas las noches, nos conocen perfectamente.
—Tienes razón Jimmy, pero el papá de Drew no se debe enterar. Y eso armaría un escándalo.
—No sé ustedes pero yo estoy harto de estar en el anonimato. Está bien que nos escuchen los del instituto, ¿pero y el resto del mundo? Se merecen nuestra música.
—Ya deja de soñar Jim.
— ¡Uy! Drew le tiene miedo a su papá. Viejo, nunca pensé que serías así.
—Ya basta, Jimmy. Drew tiene razón, no puede poner en peligro el prestigio de su familia.
— ¿Pero qué tiene que ver eso con la banda, Ash?
—Al papá de Drew no le gusta nada que tenga que ver con farándula o cantantes famosos, los cree… Rebeldes sin causa.
Ambos morochos hablaban del papá del peli verde como si Drew no estuviera presente, y eso ya lo estaba molestando. Salió del garaje dando un portazo y respirando el aire puro de esa noche. Su padre regresaría dos semanas después de su viaje de negocios y tenía que ver la manera de que no se enterara de que practicaban en el súper garaje de la mansión, o sino no volvería a saber qué era música en su vida.
Metió las manos en los bolsillos de su chaqueta y se encontró con un papel. ¡La canción!
Sonrió y se sentó debajo de un árbol que adornaba el patio delantero del caserón. Empezó a escribir mientras la melodía se le venía a la mente. Para esa canción sí que necesitaban otra guitarra.
Al día siguiente en la escuela todo permanecía igual, a diferencia que era jueves y ese día tenían con el pesado de historia. Los otros días también, pero el profesor había enfermado y había mandado un sustituto. Por obra del destino, el sustituto había sufrido un accidente y su adorado maestro había regresado del resfriado.
—A sus asientos, por favor —dijo con esa voz de militar que tanto los molestaba. Brianna y su séquito hicieron una mueca de molestia cuando el sensei las retó por parlotear en su clase—. Ya que me han extrañado tanto —los miró, mientras algunas intentaban ocultar la risa que la ironía de sus palabras producía en ellos—, les mandaré un trabajo a casa. Será en parejas y lo quiero para el próximo jueves. ¡Y no quiero un trabajo miserable! Al menos unas veinte hojas de resumen a cerca de la historia de Japón. Quiero que se un trabajo grupal… —mientras el profesor explicaba cómo debía ser exactamente la tarea, todos refunfuñaban de la ira. ¿Es que la enfermedad no lo había cogido con la guardia baja? —. Y para eso los iré nombrando. No quiero que nadie me exija que le cambie de pareja. Será como yo digo.
Entonces fue nombrándolos en dos y divirtiéndose de las caras que algunos ponían al no estar conformes con quien les tocaba. A la golfa de, digo, la adorable de Brianna le tocó con el pobre Ash. A Jimmy con Crystal, Leaf con Dawn y dejando a los alumnos sin importancia, al final decidió poner a Drew con…
—Balance —dijo el profesor levantándose del asiento y empezando a caminar de un lado al otro—. Bien. Empiecen ahora. Se juntarán en las parejas que les toque.
El movimiento de alumnos hizo revolución en el aula de clases. Unos se cambiaban de puestos, otros aprovechaban la confusión para hacer sus típicas bromas y May esperaba que su compañero de trabajo la buscara mientras ella hacía garabatos en el cuaderno.
Estaba descubriendo el regalo que le había heredado su madre: sabía dibujar.
—Hola, de nuevo —sonrió el peli verde mientras cogía una silla y se sentaba como los hombres saben hacerlo: con el respaldar del mueble al revés.
—Ah, hola —asintió May sin ganas de hacer ninguna tarea.
— ¿Tú… —Drew iba a preguntar algo pero la castaña lo interrumpió.
—Mira, si vienes a hablarme de lo lindo que vives en tu mundo de niño bonito, mejor cierra con llave tu boquita de marca antes de que te la cosa con agujas. Y ahora, tengo pereza, no quiero trabajar, así que nos reuniremos en la biblioteca de la ciudad para trabajar —soltó todo de eso que dejó al peli verde sorprendido. Así que la gatita había sacado sus uñas y había rugido como un tigre.
—Pues… Iba a ofrecer mi casa como lugar de trabajo… —y de nuevo la castaña lo interrumpió.
—Há. Tampoco quiero ser víctima de tus estupideces y en tu propio territorio.
—Entonces ¿en tu casa?
—La biblioteca es un buen lugar y punto —sacó su MP3 y empezó a oír música mientras lo ignoraba. El peli verde sonrió de lado. No estaba equivocado cuando dijo que esta chica sería difícil, pero sí muy
Por otra parte Brianna asesinaba con la mirada a la castaña y al profesor. ¿Cómo se le ocurría poner a la nuevita con su chico mientras a ella la ponía con el despistado de Ash? Así que para no aburrirse de ese tormento sacó un esmalte de color fucsia y empezó a intoxicar, digo, pintar sus uñas.
En cambio Dawn y Leaf no paraban de conversar. Había sido una suerte que las juntaran siendo grandes amigas. El trabajo quedaría para después, habían dicho mientras platicaban de lo lindo que le quedaría ese vestido que había visto la vez anterior en el mall.
Y Crystal escribía ciertos apuntes en su cuaderno mientras Jimmy hacía como si estuviera tocando una guitarra eléctrica. Tenía los ojos cerrados y hacía gestos de emoción. Crystal reía a cada momento con cada mímica. Su amigo sí que estaba loco.
Así pasó el día, entre aburrimiento y sonrisas fingidas llegó el tan esperado almuerzo. Todos corrieron del salón directo al comedor. Otros, con bandeja en mano se fueron al patio donde el césped recién podado y el sol les iluminaba el rostro.
Y dejando mi parte poeta de lado, May buscaba una mesa donde comer. El lugar parecía lleno pero había sillas vacías. Quizás la aceptarían. Así que buscando puesto, mágicamente, al pasar por una de las mesas P.P.A.C. (Prohibidas Para Alumnos Comunes —como ella—) y S.G.N. (Solo Gente Nice —ya se han de imaginar quién puso los nombres, ¿no? —), su comida fue a parar a su ropa y cabello.
Cerró los ojos enojada pidiendo que el o la culpable de tal atrocidad no estuviera frente a ella porque estaba segura de que el rostro de aquel vil ser ya no sería de este mundo cuando su puño deseoso de venganza se estrellara contra él. Pero tuvo que abrir sus azules ojos al escuchar un intento de risa que más parecía el chillido de una rata. Brianna. La chica disfrutaba con la imagen que tenía al frente.
Desde la clase de historia había estado furiosa con la castaña por la suerte que le tocó y había llamado a uno de los amigos de su novio —más bien compañeros del equipo de fútbol al que nuestro adorado peli verde pertenece— para que le hiciera la pequeña “broma”.
— ¡Oh! Qué suerte la tuya, nuevita —chasqueó con la lengua haciéndose la inocente—. Es una pena que esto te suceda. Tal parece que tu estancia aquí no será tan buena.
La castaña solo la miraba con ganas de matarla. Ya imaginaba el cuerpo de Brianna calcinado por su poder de rayos láser en los ojos. Pero eso era fantasía. La realidad era que la —casi (me voy a cansar de repetir esta palabra así que dejémoslo en peli roja) —, peli roja se reía junto a su séquito.
Fue impulso. No. Fue ira. Tampoco. Fue el orgullo. Sí. Su orgullo hizo que cogiera uno de los platos que estaba al lado en la mesa y acercándose lentamente a la chica lo estrellara contra su cara.
La peli roja soltó un grito que hizo que todo el comedor fijara su vista en ella. Las risas no se hicieron esperar, y esta, enojada, le arrebató la soda a una chica que pasaba por ahí y se la lanzó a May. Esta se agachó y el líquido fue a parar al uniforme de Drew que venía atrás conversando con sus amigos y su comida cayó al suelo.
—Oh, oh. Drewii… ¡No era mi intención! —Empezó a disculparse Brianna mientras Drew se limpiaba con una servilleta. May reía de la imagen que tenía al frente. ¡Por Dios si ahora no solo parecía lechuga parlante, sino lechuga bañada en soda sabor artificial de naranja! El peli verde se fijó en ella y cogiendo parte de lo que quedaba de su alimento se lo lanzó. Cayó en la cara de la castaña.
Esta enojada y algo divertida agarró lo primero que encontró y se lo lanzó. ¡Todo eso era más que obvio!
— ¡Guerra de comidas! —Gritó un entrometido por ahí y en cuestión de segundos todos estaban embarrados y apestosos del menú que habían preparado ese día.
May por su parte riendo de todo, se fue escabullendo de la multitud y se quedó tras unas mesas intentando quitarse los restos de comida de su nuevo uniforme. ¡Eso sí que era un recibimiento!
De pronto, sintió la presencia de alguien. Alguien se había sentado junto a ella. Alguien buscaba refugio entre toda esa locura. Alguien estaba huyendo de esa guerra. Y ese alguien era nada más y nada menos que Drew LaRousse.
Lo miró, cosa que hizo que estallara en carcajadas. El chico estaba bañado en algo parecido a pasta con fruta y soda. ¡Ahora era una ensalada andante!
—Ha, ha, há. Qué chistoso, ¿no? —Ironizó el chico cuando la escuchó reír.
—En serio que lo es. Mira que irte en mi contra cuando fue la histérica de Burrana, oops, digo, Brianna la que te lanzó la soda.
—Pero eras tú la que se reía, así que deduje que fuiste la causante de todo esto —la miró levantando una ceja, siendo tan Drew (baba).
— ¡Oh! Qué equivocado estás lechuga parlante, pero piensa lo que quieras. Tengo que ver la manera de salirme de aquí —habló ahora mirando entre las mesas buscando un camino seguro sin que lo que antes era alimento cayera sobre ella, al parecer encontró el lugar perfecto porque dijo—. Bueno, un gusto conocerte lechugín, adiós.
Y justo iba a empezar a gatear cuando sintió como rodaba por el suelo quedando debajo del peli verde. Lo miró con el ceño fruncido y luego un sonido parecido a algo pegajoso que cae sobre el suelo llamó su atención.
¿Debía estar agradecida? Claro que sí.
— ¡Suéltame vegetal caminante! —Gritó mientras forcejeaba con el peli verde para escapar de sus brazos. El chico sonrió de lado al verla tan histérica.
—Deberías estar agradeciéndome y suplicándome una cita, ¿no crees? Si no fuera por mí esa tarta estaría haciendo fiesta en tu cabeza.
—No soy tonta —y al siguiente segundo el peli verde estaba abajo y ella tenía un pie sobre su estómago con pose victoriosa—. Hmp.
El chico se levantó e iba a seguirla, claro, esquivando algunos O.V.N.I. (E.C.) —Objeto Volador aun No Identificado (En el Comedor) — cuando una voz masculina y fuerte los detuvo a todos.
— ¿¡QUÉ ES TODO ESTO!? —Y Samuel Oak estaba ahí, con una venita hinchada en la frente y el ceño muy fruncido siendo expectante de tal galante fiesta a la cual no había sido invitado.
Varios profesores con cara de “La que les espera” —cof cof, historia, cof cof— los miraban sobre sus narices haciéndose los superiores.
— ¿Alguien me explica ¡qué rayos sucedió aquí!? —Preguntó un poco más sereno observándolos a todos con un aura maligna al puro estilo Chen Bao Zhu (Sí gente linda, me vicié con Hi! My Sweetheart) —. Bien. Señores profesores, cierren las puertas del comedor y asegúrense que nadie se vaya hasta que el culpable de todo este relajo aparezca.
Todos bufaron mientras limpiaban las sillas para sentarse esperando que el culpable hablara.
— ¡Nadie se sienta! Si hasta dentro de media hora el responsable de esto no aparece a todos los presentes les tocará limpiar el comedor y me encargaré que según la clase que les toque les dejen un trabajo individual.
Esta vez sí se escucharon los griteríos de todos aturdiendo más al director del colegio. May se reincorporó y caminó hasta él, sorprendiendo a muchos.
—Há, ahora se hará la muy valiente e irá a decir que fue ella la que empezó todo —se burló Brianna. Ash y Jimmy que estaban cerca de ella la miraron severos—. ¿Qué?
—Al menos ella acepta lo que hizo, y por lo que me fijé tú iniciaste —acusó en susurro Ash. El rostro de Brianna se distorsionó en una mueca de disgusto.
—Yo no… —iba a replicar pero Drew la cortó.
—Ya no digas nada —y se marchó de ahí buscando a su grupo de fútbol. Los otros dos morochos lo siguieron.
Todo el sitio se tensó cuando May dio un paso al frente del profesor Oak. Este la miró levantando las cejas y con los brazos cruzados.
—Fui yo, señor director —dijo sin agachar la cabeza. Era cierto que estaba evitando los problemas ya que en América había causado muchos y no quería darle más broncas a su madre, pero tampoco iba a ser tan cobarde como para quedarse callada y que toda la responsabilidad cayera en sus compañeros que solo habían sido víctimas—. Hmp. Víctimas que se divirtieron —sonrió pensando aquello.
—Balance May —leyó una carpeta que una de las profesoras le había dado—. Primera semana y ya vas a manchar tu carpeta. ¿Estás segura que fuiste la única en todo esto?
—Sí, sensei. Yo inicié el rebullicio —aceptó borrando la sonrisa y poniendo su pose normal.
—Entonces tú tendrás tu castigo esta tarde. Y lo discutiremos en mi oficina. Mientras, profesores, anoten los nombres de todos aquí y esperen a que regrese con nuevo aviso —y sin más se marchó con May siguiéndolo. La chica levantó la cabeza. Ya estaba acostumbrada a ese tipo de cosas y nada de eso le afectaba. De todas maneras, por algo le decían chica problema.
Luego de varios tensos minutos las puertas del comedor se abrieron y dejaron ver al director junto a la castaña que venía con un gesto de indiferencia y superioridad.
—Todos se pueden retirar, menos LaRousse, Uchida y Yoshida. Ustedes también ayudarán a la señorita Balance a limpiar —el peli verde, la peli roja y el chico cómplice de la broma de Brianna rechistaron mirando feo a la castaña, pero cierto era que ella se había negado a nombrarlos en presencia del director.
Desde pequeña su mamá le había enseñado a no acusar a las personas, sino apoyarles a decir la verdad, porque quien tenía bien puesto los pantalones sería tan honesto de decir “Fui yo” y no ocultarse como un cobarde.
Los demás se fueron deseándole suerte a los tres chicos mientras May se dirigía con el conserje del lugar a buscar herramientas para limpiar.
Drew estaba molesto, pero sería una oportunidad para hablar con la castaña y ganársela. Aunque estaba la molesta de su novia, ya vería qué haría. Lo que sí sabía es que esa tarde sí que sería divertida.
¡Continuará!
Muahahahaha!
Soy mala, las he dejado con la intriga, ¿verdad? ¿Verdad?
Uhuhuhuhu -risa al puro estilo la tía de Sunako-chan (Yamato Nadeshiko Shichi Henge)- xD
Comenten, porfas. Háganme feliz con sus lindos comentarios y yo les haré felices con los capis intrigantes que traeré >w<
Ya armé la historia y cada día me imagino más a esta parejita *O*
Así que espero les haya gustado y no duden en decirme si hay errores, si no les gusta, si me voy del foro por el fic, si me cambio de nombre y me voy a otro planeta para no pasar vergüenza, etc u_u
Los quiero! nOn
Sayonara! >O<
Última edición por Musae el Dom 11 Dic - 12:17, editado 1 vez
Re: A Different Love Story!
me encanto, cuando May se vengo de Briana, esta muy bonita tu historia, continuala pronto, x fiiiss
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Re: A Different Love Story!
GAAAAAAAAAAA!!!!!!!!!!!!!!!!
POR QUE? TOT POR QUE?
por que dejaste intrigas? T.T
ia queria ver la conti ToT
pero bueno xD
asi se hace May!! se honesta!!
te admiro mucho!! TwT
no te dejes conquistar MAY!! tu puedes!!
echatelo al *****!! xDD
se fuerte May yo te apoyo en lo que quieras òwó
bueno, me encanto el cap :3
onne-chan, espero ver la conti pronto ^^
bueno, sin mas que decir
Matta ne~~!!
PD: NO TE VAYAS!!!!
NO SOPORTARIA QUE TE FUERAS ONNE-CHAN!!
tu sigue haciendo tu fic TwT lo adoro!!
y io tambien me imagino la pareja enamorada *Q*
sigue asi :3
en serio que me encanta tu historia diferente ^w^
POR QUE? TOT POR QUE?
por que dejaste intrigas? T.T
ia queria ver la conti ToT
pero bueno xD
asi se hace May!! se honesta!!
te admiro mucho!! TwT
no te dejes conquistar MAY!! tu puedes!!
echatelo al *****!! xDD
se fuerte May yo te apoyo en lo que quieras òwó
bueno, me encanto el cap :3
onne-chan, espero ver la conti pronto ^^
bueno, sin mas que decir
Matta ne~~!!
PD: NO TE VAYAS!!!!
NO SOPORTARIA QUE TE FUERAS ONNE-CHAN!!
tu sigue haciendo tu fic TwT lo adoro!!
y io tambien me imagino la pareja enamorada *Q*
sigue asi :3
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Re: A Different Love Story!
Porque nos dejas con la intriga
bueno pero , Me encanto!!!!!
y sobre todo la personalidad de May!!!
sube la conti
conti conti conti
bye
bueno pero , Me encanto!!!!!
y sobre todo la personalidad de May!!!
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sair- **Miembro*Contest**
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Re: A Different Love Story!
KyAAAA..!!! xD
Que risa con este Fic xD
Cada vez que pones tu punto de vista acerca de Algo créeme que me matas xD
Y por supuesto que me has dejado con intriga -Haciendo puchero al mucho estilo Tae Kyung (You´re Beautifull) xD -
¿Qué demonios estará planeando Drew? *w*
Y Brianna cada vez me cae peor con esa actitud de niñita mimada ¡¡Iuuuu!! xD
Bien que May le haya tirado eso en la cara xD
KYA! Momento más o menos contest xD Porque aunque quedaron los dos es la fatalidad xD
A por cierto no tengo idea de cuando subiste este capi gracias a que estaba en la playa xD
pero no lo subiste cuando me dijiste ¬¬
Estas en problemas (?) xD
Nah bueno solo que espero el próximo capi *w*
l3@!...!!*
Que risa con este Fic xD
Cada vez que pones tu punto de vista acerca de Algo créeme que me matas xD
Y por supuesto que me has dejado con intriga -Haciendo puchero al mucho estilo Tae Kyung (You´re Beautifull) xD -
¿Qué demonios estará planeando Drew? *w*
Y Brianna cada vez me cae peor con esa actitud de niñita mimada ¡¡Iuuuu!! xD
Bien que May le haya tirado eso en la cara xD
KYA! Momento más o menos contest xD Porque aunque quedaron los dos es la fatalidad xD
A por cierto no tengo idea de cuando subiste este capi gracias a que estaba en la playa xD
pero no lo subiste cuando me dijiste ¬¬
Estas en problemas (?) xD
Nah bueno solo que espero el próximo capi *w*
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Re: A Different Love Story!
Onee-chan, ¿como puede ser que no me guste este fic si esta escrito por una de las mejores escritoras que he conocido? >w<
Kya!!!!!!! me encanto el capitulo *w*
Al igual que silvy-nee cada vez odio más a brianna, no soporto a las personas que tienes esa actitud e.é
Y la guerra de comidas me encanto e.e, y May tan honesta c':
Nya!!!!!!! sigue, sigue ,sigue me dejaste con la intriga también >o<
*Mala suerte, tendras que esperar ¬¬
Si se -.-
Bueno creo que eso es todo owo
Mi se despide. Sayo...
Kya!!!!!!! me encanto el capitulo *w*
Al igual que silvy-nee cada vez odio más a brianna, no soporto a las personas que tienes esa actitud e.é
Y la guerra de comidas me encanto e.e, y May tan honesta c':
Nya!!!!!!! sigue, sigue ,sigue me dejaste con la intriga también >o<
*Mala suerte, tendras que esperar ¬¬
Si se -.-
Bueno creo que eso es todo owo
Mi se despide. Sayo...
Re: A Different Love Story!
¡Genial! No puedo esperar para ver el siguiente capitulo, aunque deberé hacerlo pacientemente. Sigo recalcando que esta es una magnifica historia, no le cambiaría ningún detalle; y no importa si tardas en continuarlo, tu tomate tu tiempo ya que todo lo bueno se hace poco a poco. Y de verdad esta es una historia que complace el gusto literario.
Saludos y sigue plasmando tus ideas.
¡Suerte!
Saludos y sigue plasmando tus ideas.
¡Suerte!
Abichu- **Miembro*Contest**
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Re: A Different Love Story!
Oh my Jashin! Un día de estos me dará un ataque de emoción con sus tan lindos comentarios :'D Nunca me había sentido tan halagada.
Pues ya que me emocioné anoche escribí el capítulo siguiente, pero me mandaron a dormir y no pude subirlo u_u
Así que aquí está, espero les guste, me quedó un poquito corto pero emocionante
¡Qué tormento!
Estaba cargando escobas, trapeadores, cubetas y mucho ambientador. En serio que se le había pasado la broma pero la culpa no la tenía ella. Era la bruja de Brianna. Ya la pagaría, eso no había sido nada para lo que ella tenía pensado hacer.
Aunque, siendo sinceros, tampoco tenía idea de cómo lastimarla. Tenía que ser algo personal, que fuera más allá de las paredes del colegio. Algo que ella adorara con su alma, ¿pero qué podía ser? Para saberlo tendría que convertirse en su mejor amiga y eso ¡nunca!
Así que dejó sus pensamientos de lado y arrojó todo en el suelo al frente de los tres implicados. Sus miradas asesinas se posaban sobre ella, pero le daba igual. Suspiró y agarró unas fundas para empezar a recoger la basura del suelo. Cuando se fijó a su alrededor rechistó. Estaba haciendo el trabajo sola mientras los otros la miraban furiosos.
—Ea, que no he sido yo la que ha empezado con la pelea así que no me miren de esa manera y ayuden —respondió cortante. Drew hizo caso a sus palabras y también cogió una funda y unos guantes para recoger los residuos en el piso, mientras que Kotaro, el chico que había sido cómplice de la bruja barría como si las piernas le pesaran y la aniñada de Brianna limpiaba unas mesas con unas franelas y con muchas libras de asco encima.
— ¡Estoy harta! Esto no es lo mío —iba a salir del lugar cuando una mano le sostuvo el brazo.
—Tú no te vas de aquí, Brianna —dijo muy serio nuestro querido peli verde. La bruja rezongó pero volvió a lo suyo procurando no romperse una uña.
May negó con la cabeza. No podía ser que existiera gente así en el mundo, pero tenía al ejemplar número uno al frente, así que tenía que creerlo. Ya iban unas cinco fundas de basura apiladas a un costado del comedor y cogió una escoba enseñándole al tal Kotaro lo que era barrer. Pero se desconcentró al escuchar a la rata de laboratorio chillar.
— ¡Ay! ¡No puede ser! ¡Pero mira mis manos, se han estropeado y tanto que me había esmerado en no olvidarme de usar esas cremas que me las dejaban tan suavecitas! ¡Tanto tratamiento para nada! —Arrojó al suelo la franela y empezó a caminar de un lado al otro—. ¡Y para empeorarlo estoy apestosa a pasta y no sé qué cosa más! ¿Qué dirán de mí cuando me vean salir así de aquí? Solo falta una hora para que el timbre suene y nos vayamos a casa y yo sigo aquí como sirvienta, ¡ay Kami-sama! ¿Es que acaso me merezco esto? ¿No ves que tengo que… —iba a terminar su dichoso discurso de lo que una futura súper modelo no debe hacer ni aparentar cuando un balde de agua fría y quizás sucia le cayó encima.
Sí señores, May Balance se había hartado de su lloriqueo y había lanzado el contenido de la cubeta en su cara bañándola.
— ¿Contenta? Ahí tienes tu baño —y siguió en lo suyo trapeando el suelo de la cafetería. Brianna aún no salía de su shock. ¡Esa castaña cabeza de escoba le había estropeado el peinado que con mucho cuidado se había hecho! Aunque, siendo sincera, ¿no puede ser más original y hacerse algo con esa cabeza de estropajos rojos?
Inner: Es que ha de tener amenazado a su espejo y este le ha de haber dicho que es la más bonita de Tokio para que no se ponga triste u_u
¬¬U Claro, y a ti nadie te pidió comentario. ¡Pero si esa es la historia de Blanca Nieves!
Inner: ¿Qué más podría ser, o acaso no se parecen esas dos? ¬w¬
Claro, par de brujas u_u Continuando con lo realmente interesante, las risas burlonas del morocho y el peli verde la hicieron reaccionar y después de fulminarlos con los ojos cogió lo primero que encontró en una de las fundas amontonadas sin pensar qué era y trató de estrellarlo contra la cabellera café de May. Pero esta tenía súper reflejos que lo evadió.
Brianna fue a parar al suelo con la combinación de comida en su mano y la cara restregada contra el trapeador que la castaña había abandonado.
Drew LaRousse se reía de lo que tenía al frente. Realmente había esperado hacer algo como que su novia se hartara de la tarde y se fuera llevándose a ese morocho, de manera que empezaría a hablarle a la castaña. Así le llevaría la delantera a Brendan. Pero eso era mucho mejor.
— ¡Drew! —Chilló Brianna sentada en el piso como bebé y pataleando—. ¡Ven a ayudarme!
—Eh, esto no es mi problema, así que mejor no me meto —dijo mientras escapaba dirigiéndose a una esquina y ocultando la carcajada con una tos fingida. El otro chico lo imitó mientras veían cómo se avecinaba la tormenta.
May en cambio reía. A la pobre la habían abandonado su novio y el cómplice de su absurda travesura. Así que se dirigió donde la chica y le ofreció la mano. Esta la miró con ojos abiertos y luego le rechazó la mano haciéndose la ofendida.
— ¡Vete! —Gritó.
—Uy, qué actitud —chasqueó con la lengua como quien lamenta algo—. Y yo que solo te quería ayudar —se agachó en su dirección y agarrándole una mecha de cabello que estaba embarrada de torta rosada se la puso tras la oreja—. Creo que tienes razón. Necesitas un buen baño —y se fue a seguir con lo suyo.
Brianna encolerizada se levantó, pero al estar usando zapatos —de escuela— con taquito se resbaló con el agua derramada y cayó de nuevo, pero esta vez el trasero contra el piso.
—Auch, eso debió haber dolido —se mofó el morocho, provocando la burla en los demás.
— ¡Agg! —Articuló Brianna como si eso fuera alguna palabra que el diccionario de Microsoft Office Word 2010 no tachara como incorrecta y se levantó, pero en el acto pisó algo pegajoso y asqueroso quedándose impregnado en su zapato.
Chilló de nuevo. Entonces, abrió las puertas del comedor y salió. Ya que este tenía grandes ventanales pudieron ver cómo iba a tropezones por el patio tratando de ocultarse de los demás, y cuando pensó que nadie la vería, sonó la campana y con esta el bullicio de alumnos que se retiraban de sus aulas para ir a sus casas.
Pero todos se detuvieron alrededor de ella. Minuto de silencio. Y después… Una fuerte risotada que casi hace llorar a May por el dolor de barriga —por lo dicho antes— y a Brianna por la vergüenza que sentía. Aun así, se reincorporó y sabiendo que la castaña la miraba se llevó las manos a la cintura y moviendo los labios logró hacerse entender.
—Esta me la pagas, y el doble —leyó en sus labios May. Pero ni se inmutó, más bien ironizó con un gesto de “Adiosito” al puro estilo Brianna Uchida.
— ¡Ey! Todos se están yendo —gritó el morocho saliendo también, mientras que los otros dos no decían nada. Drew pudo haber hecho lo mismo, pero tenía que aprovechar la oportunidad. La castaña lo ignoró olímpicamente y fue terminando de limpiar con unas esponjitas el suelo. Sí, se tuvo que agachar, algo muy vergonzoso, pero prefería eso a tener que recibir un castigo mucho peor.
—Ya todos se fueron —dijo el peli verde después de un rato.
—No te insinúes —contestó la castaña. Drew tosió al escuchar su respuesta y luego rió. Esa chica sí que estaba loca. Si la que tenía que insinuarse era ella, no él.
—No lo hacía. ¿En qué pensabas? —Y de un momento a otro el oji verde estaba frente a ella mirándola intensamente.
—Nada que te interese —se levantó. No es que tuviera algo en contra del muchacho, pero detestaba cuando los chicos trataban de hacerse los interesantes en frente de ella. Así que prefería evitarlos. Ya saben, esa regla de que los populares son intocables, y no que con esto quiera decir que May quería salir con uno pero…
Inner: Ve al grano ¬w¬
¬///¬U Como decía, es cosa de adolescentes.
— ¿Y cuándo terminamos el trabajo? —Empezó la plática otra vez Drew.
—Si ni siquiera lo hemos empezado. ¿Sabes qué? No intentes pasarte conmigo, que las cosas así no funcionan —lo miró con el ceño fruncido.
—Pero si no he dicho nada malo. No más te recordaba lo de esta tarde.
—Y lo dices como si fuera una cita —habló mientras miraba a su alrededor. Ya no faltaba mucho y eso que la mayoría le había tocado a ella, y ya que parecía que la lechuga parlante no desistiría en su plan de molestarla sonrió—. Qué pena que… — ¿Qué pena que no lo es? No, no era eso exactamente lo que iba a decir May, más bien se acercó al chico que la miró con una ceja levantada y comportándose como toda adolescente seductora le lanzó agua desde el frasquito ese con el que se supone se limpian los vidrios y una esponja llena de jabón. Empezó a reír a carcajada limpia mientras lo veía frotarse la cara con las mangas del suéter. Parecía que tenía rabia por la espuma.
Él la miró algo así como quien dice serio, una mirada matadora, mientras pensaba regresarle la broma. Así que se abalanzó hacia ella. La castaña empezó a correr mientras reía por lo que el peli verde trataba de decir pero ella solo escuchaba como los rugidos de un monstruo. Ya que las paredes del comedor no le facilitaban el querer escapar de su depredador salió al patio corriendo alrededor de la fuente.
Si daba pasos a la derecha él la interceptaba por la izquierda —la de Drew— así que no le tocó de otra que lanzarle agua que caía por la estatua de mármol. El chico logró ver una manguera que estaba suelta regando el césped así que ni se lo pensó y la usó como arma.
May terminó empapada. Pero por causas del destino no podía parar de reír. Y eso a Drew de cierta manera le agradaba. Cuando la chica se sentó un rato a descansar de la correteadera que se habían pegado en el patio mojando así el limpio suelo de la parte delantera del colegio, Drew aprovechó y la bañó de nuevo con la manguera.
— ¿Ya te cansaste? —May lo miró entre desafiante y divertida pero no dijo nada. Dejó que el agua se escurriera por su ropa.
—A mí me parece que tú sí.
—Claro. Mírame. ¡Uy, qué cansado estoy! —Empezó a imitar una voz femenina, así que la castaña supuso que era ella. Se levantó y empezó a perseguirlo mientras el peli verde seguía bromeando. Ahora podía decir que el chico no le caía tan mal, pero sí mantendría distancias. Quizás, de ahí nacería una nueva amistad.
Ya pasada un poco la tarde, los dos se encontraban sentados en la misma fuente admirando al sol que se ponía para dar paso a la noche. No parecían enamorados ni tampoco una parejita feliz, pero sí amigos.
Habían terminado descubriendo el gusto que compartían por la música. Y otras cosas más como el adorar las puestas de sol y otras imágenes que la madre naturaleza nos brinda.
—Oh, ya creo que es tarde —dijo May mirando el reloj que Drew tenía en su mano y levantándose. Este la observó un rato mientras ella le tendía la mano. Él la iba a coger y ella la apartó riendo—. ¡Caíste!
—Ha, há. Qué chistosita, ¿no? —El muchacho se levantó empezando a caminar junto a ella a la salida de la institución—. ¿Y qué dices, vienes esta noche o no?
—No soy de salir, así que no te aseguro estar por ahí, ¿eh? No te vayas a desilusionar si no me ves por esos lares —dijo muy alzada. Había aprendido a ser un poco más altanera gracias al trato que le daban en América.
—Entonces, será para otra ¿no?
—Claro. El 31 de febrero —Drew se quedó pensando… El 31 de febrero, claro… Para eso faltaba como un año ya que estaban a mediados de abril y…
— ¡Rayos! El 31 de febrero no existe —rechistó.
— ¡Obvio que no! —Gritó partiéndose de la risa May varios pasos más allá, había aprovechado la confusión del pelo de lechuga para adelantarse e irse primera.
Y su figura desapareció como el último rayo de sol.
¡Por fin viernes! Gritaban algunos ya en clase.
May estaba sentada en su puesto habitual, esperando ver entrar por la puerta a la bruja. ¿Qué haría ese día para divertirla con sus tonterías? Y pensaba así porque estaba segura de que esa niña ni romper un plato podía porque ¡ni siquiera había intentado coger uno en su vida!
Dejando las bromas de lado, una peli azul conversaba animadamente con sus amigas, Leaf y Crystal de lo grandiosa que había sido la canción que habían presentado ese día Drew y sus amigos. Esperaban tan solo que ya terminaran las clases para poder irse a comprar la ropa que usarían esa noche para el concierto que darían de nuevo.
Por otro lado, Ash y Jimmy comentaban de lo mal que los habían recibido en casa al entrar tan apestosos y Drew solo asentía mientras pensaba muy serio en algo.
Esa mañana había visto a Brendan saludar a la castaña, y esta le había sonreído. ¡Ni siquiera lo había rechazado como a él y a otros! Esa chica sí que era extraña, es decir; a él, Drew LaRousse, un chico súper popular le negaba un saludo —aunque la tarde anterior le había dado a pensar lo contrario— y al baka de Brendan si le permitía ser su guía por el pasillo que ya conocía.
Obviamente él llevaba ventaja, al menos se había mostrado un poco más abierta con respecto a los temas de música y eso, pero el morocho ese con mucha facilidad podía hablar con ella sin que lo mandara a volar. No, debía hacer algo ya. Pero Drew nunca perdería.
Aunque, también tenía que pensar la manera de librarse de la pesada de Brianna, y hablando de la reina de Roma, la burra que se asoma. Es decir, la chica que cruzaba el lumbral de la puerta del curso y entraba inundando el lugar de su aroma tan femenino que hacía babear a algunos.
Dawn la miró hastiada. ¡Llevaba el mismo collar que ella había comprado pero que no usaba porque lo consideraba especial y la otra venía y lo exhibía como si fuera joyería ambulante! No, eso sí que no.
Se levantó dispuesta a quitárselo, aunque la bruja también lo había adquirido pero no tenía derecho a mostrarlo. Una mano la detuvo. Kenny negó y ella hizo una mueca de disgusto. Él volvió a negar y ella hizo un puchero pero él se resistió.
—No te metas con ella, Dawn. No busques problemas, ¿sí? —Y se fue a su puesto. Ella también se sentó refunfuñando. Su amigo tenía un poder sobre ella que con solo hablarle la convencía de tantas cosas. La amistad de infancia era tan bonita que se convirtió en una hermandad adolescente.
Cuando el desorden hubo terminado entró el profesor Elm que venía acomodando sus gafas y evitando que todos los papeles se salieran de su maletín. Pero terminaron en el suelo. Esto provocó que muchos rieran. May se levantó a ayudarle al igual que Drew, quien no desaprovechó la oportunidad para acercarse.
—Gracias, gracias —se volvió a arreglar los lentes y se paró frente a la clase una vez solucionado su problema—. Bien señores estudiantes, lamento haber llegado tarde pero tuve un imprevisto de última hora y ahora vamos con lo que nos toca.
Empezó a revisar algo en sus hojas desordenadas y carraspeó adquiriendo la atención de todo el alumnado.
—Tenemos que escoger al o la presidente de la clase. ¿Quién postula a quién? —Muchas manos empezaron a levantarse y muy entusiasmados entre ellos Ash—. ¿Dinos Ash?
—Yo digo que sea May-chan —dijo sonriendo como solo él lo sabe hacer (*ternura on*) y mirando a la castaña, esta negó con la cabeza—. ¿Por qué no? —Pensó en voz alta el chico y el profesor hizo lo mismo mirando a May.
—No me gusta este tipo de cosas —se excusó. El resto de la clase se relajó ante la respuesta y todos volvieron a levantar la mano. Por ahí se escuchó el nombre de la peli azul y al final de la clase esta quedó como la presidenta.
—Entonces no se olviden, la tarea es para el lunes —explicaba el profesor Elm cuando se escuchó un ruido agudo por el alto parlante que había en el salón. Todos prestaron atención al aviso que se iba a dar.
—Buenos días señores estudiantes —se escuchó la voz del director Oak—. Como sabrán terminamos la primera semana de clases así que daré un rápido aviso: ya están abiertas las inscripciones para los clubes y este año se han integrado dos más así que podrán elegir entre los que ustedes gusten. Estos se darán los lunes, miércoles y viernes después de clases, y no olviden, es obligatorio —algunos bufaron ante lo dicho—. Pueden continuar con sus clases.
— ¿Clubes? —Se preguntó May. ¿A cuál podría ir? Tendría que averiguarlo.
Después de que pasaran las fatídicas horas de clases llegó el tan esperado receso. La castaña aprovechó para ir a investigar sobre los clubes. No regresaría al comedor siquiera en una semana, y así lo haría si esa era la condición para no meterse en problemas.
Iba por los pasillos mirando las aulas hasta que chocó con alguien. Las dos personas cayeron al piso. Ella levantó la vista mientras ayudaba a la chica con la que había impactado a recoger sus papeles. Esta era peli naranja y alta.
—Disculpa, venía distraída —dijo May entregándole una libreta de apuntes.
—Tranquila. Tampoco me fijaba por donde venía —sonrió pareciendo muy simpática, May también lo hizo—. Oye, ¿a qué club te unirás?
—Aún no lo sé, es más, soy nueva y no sé qué club es mejor.
— ¡Oh! Qué suerte —rió la chica—. Ay, no debí decir eso —hizo el mismo gesto que el anterior pero con un deje de nerviosismo—. Soy Misty y soy la encargada del club de tenis. Si te gustaría pasarte por ahí no olvides de buscarme. Hoy nos reuniremos con los chicos nuevos en la cancha de allá —le señaló las canchas que estaban a los costados del colegio—. Espero te unas… Eeem…
—May —completó la castaña.
—Sí, un gusto May —y se despidió con la mano continuando su camino. Nunca había practicado tenis y se le hacía interesante, pero tenía que ver qué más había.
— ¿Porristas? —Susurró cuando pasaba por las canchas que le había indicado la peli naranja. ¿También había club de porristas? Ojalá que no, además que ni le interesaba.
Luego de pasar por el pasillo bien tranquila vio venir una tormenta de alumnos. Y pensó que mejor hubiese sido quedarse viendo el baile de las porristas que ignorarlas y terminar como había terminado: con muchos volantes pegados en toda su ropa.
Los quitó todos y los apiló en uno solo. Se sentó debajo de uno de los árboles que estaba por esa zona y empezó a leerlos uno por unos. Había de música, béisbol, basket, fútbol, baile, tenis, judo y manualidades. Descartó algunos menos el fútbol, tenis y música.
Ahora tendría que elegir. Quizás tenis estaba bien.
¡Continuará!
T.T Por favor no me maten por hacerlo tan corto >o<
Lo bueno es que hice un bonito momento contest, ¿verdad, verdad?
Espero me perdonen por esto y ya que estoy emocionada quizás escriba el siguiente cap, aunque también estoy nerviosa (Razones: kung-fu)
Deseenme suerte y espero les haya gustado n_n
No olviden comentar! nOn
Sayonara!
Pues ya que me emocioné anoche escribí el capítulo siguiente, pero me mandaron a dormir y no pude subirlo u_u
Así que aquí está, espero les guste, me quedó un poquito corto pero emocionante
CHAPTER 4
"PERFECT DAY"
"PERFECT DAY"
¡Qué tormento!
Estaba cargando escobas, trapeadores, cubetas y mucho ambientador. En serio que se le había pasado la broma pero la culpa no la tenía ella. Era la bruja de Brianna. Ya la pagaría, eso no había sido nada para lo que ella tenía pensado hacer.
Aunque, siendo sinceros, tampoco tenía idea de cómo lastimarla. Tenía que ser algo personal, que fuera más allá de las paredes del colegio. Algo que ella adorara con su alma, ¿pero qué podía ser? Para saberlo tendría que convertirse en su mejor amiga y eso ¡nunca!
Así que dejó sus pensamientos de lado y arrojó todo en el suelo al frente de los tres implicados. Sus miradas asesinas se posaban sobre ella, pero le daba igual. Suspiró y agarró unas fundas para empezar a recoger la basura del suelo. Cuando se fijó a su alrededor rechistó. Estaba haciendo el trabajo sola mientras los otros la miraban furiosos.
—Ea, que no he sido yo la que ha empezado con la pelea así que no me miren de esa manera y ayuden —respondió cortante. Drew hizo caso a sus palabras y también cogió una funda y unos guantes para recoger los residuos en el piso, mientras que Kotaro, el chico que había sido cómplice de la bruja barría como si las piernas le pesaran y la aniñada de Brianna limpiaba unas mesas con unas franelas y con muchas libras de asco encima.
— ¡Estoy harta! Esto no es lo mío —iba a salir del lugar cuando una mano le sostuvo el brazo.
—Tú no te vas de aquí, Brianna —dijo muy serio nuestro querido peli verde. La bruja rezongó pero volvió a lo suyo procurando no romperse una uña.
May negó con la cabeza. No podía ser que existiera gente así en el mundo, pero tenía al ejemplar número uno al frente, así que tenía que creerlo. Ya iban unas cinco fundas de basura apiladas a un costado del comedor y cogió una escoba enseñándole al tal Kotaro lo que era barrer. Pero se desconcentró al escuchar a la rata de laboratorio chillar.
— ¡Ay! ¡No puede ser! ¡Pero mira mis manos, se han estropeado y tanto que me había esmerado en no olvidarme de usar esas cremas que me las dejaban tan suavecitas! ¡Tanto tratamiento para nada! —Arrojó al suelo la franela y empezó a caminar de un lado al otro—. ¡Y para empeorarlo estoy apestosa a pasta y no sé qué cosa más! ¿Qué dirán de mí cuando me vean salir así de aquí? Solo falta una hora para que el timbre suene y nos vayamos a casa y yo sigo aquí como sirvienta, ¡ay Kami-sama! ¿Es que acaso me merezco esto? ¿No ves que tengo que… —iba a terminar su dichoso discurso de lo que una futura súper modelo no debe hacer ni aparentar cuando un balde de agua fría y quizás sucia le cayó encima.
Sí señores, May Balance se había hartado de su lloriqueo y había lanzado el contenido de la cubeta en su cara bañándola.
— ¿Contenta? Ahí tienes tu baño —y siguió en lo suyo trapeando el suelo de la cafetería. Brianna aún no salía de su shock. ¡Esa castaña cabeza de escoba le había estropeado el peinado que con mucho cuidado se había hecho! Aunque, siendo sincera, ¿no puede ser más original y hacerse algo con esa cabeza de estropajos rojos?
Inner: Es que ha de tener amenazado a su espejo y este le ha de haber dicho que es la más bonita de Tokio para que no se ponga triste u_u
¬¬U Claro, y a ti nadie te pidió comentario. ¡Pero si esa es la historia de Blanca Nieves!
Inner: ¿Qué más podría ser, o acaso no se parecen esas dos? ¬w¬
Claro, par de brujas u_u Continuando con lo realmente interesante, las risas burlonas del morocho y el peli verde la hicieron reaccionar y después de fulminarlos con los ojos cogió lo primero que encontró en una de las fundas amontonadas sin pensar qué era y trató de estrellarlo contra la cabellera café de May. Pero esta tenía súper reflejos que lo evadió.
Brianna fue a parar al suelo con la combinación de comida en su mano y la cara restregada contra el trapeador que la castaña había abandonado.
Drew LaRousse se reía de lo que tenía al frente. Realmente había esperado hacer algo como que su novia se hartara de la tarde y se fuera llevándose a ese morocho, de manera que empezaría a hablarle a la castaña. Así le llevaría la delantera a Brendan. Pero eso era mucho mejor.
— ¡Drew! —Chilló Brianna sentada en el piso como bebé y pataleando—. ¡Ven a ayudarme!
—Eh, esto no es mi problema, así que mejor no me meto —dijo mientras escapaba dirigiéndose a una esquina y ocultando la carcajada con una tos fingida. El otro chico lo imitó mientras veían cómo se avecinaba la tormenta.
May en cambio reía. A la pobre la habían abandonado su novio y el cómplice de su absurda travesura. Así que se dirigió donde la chica y le ofreció la mano. Esta la miró con ojos abiertos y luego le rechazó la mano haciéndose la ofendida.
— ¡Vete! —Gritó.
—Uy, qué actitud —chasqueó con la lengua como quien lamenta algo—. Y yo que solo te quería ayudar —se agachó en su dirección y agarrándole una mecha de cabello que estaba embarrada de torta rosada se la puso tras la oreja—. Creo que tienes razón. Necesitas un buen baño —y se fue a seguir con lo suyo.
Brianna encolerizada se levantó, pero al estar usando zapatos —de escuela— con taquito se resbaló con el agua derramada y cayó de nuevo, pero esta vez el trasero contra el piso.
—Auch, eso debió haber dolido —se mofó el morocho, provocando la burla en los demás.
— ¡Agg! —Articuló Brianna como si eso fuera alguna palabra que el diccionario de Microsoft Office Word 2010 no tachara como incorrecta y se levantó, pero en el acto pisó algo pegajoso y asqueroso quedándose impregnado en su zapato.
Chilló de nuevo. Entonces, abrió las puertas del comedor y salió. Ya que este tenía grandes ventanales pudieron ver cómo iba a tropezones por el patio tratando de ocultarse de los demás, y cuando pensó que nadie la vería, sonó la campana y con esta el bullicio de alumnos que se retiraban de sus aulas para ir a sus casas.
Pero todos se detuvieron alrededor de ella. Minuto de silencio. Y después… Una fuerte risotada que casi hace llorar a May por el dolor de barriga —por lo dicho antes— y a Brianna por la vergüenza que sentía. Aun así, se reincorporó y sabiendo que la castaña la miraba se llevó las manos a la cintura y moviendo los labios logró hacerse entender.
—Esta me la pagas, y el doble —leyó en sus labios May. Pero ni se inmutó, más bien ironizó con un gesto de “Adiosito” al puro estilo Brianna Uchida.
— ¡Ey! Todos se están yendo —gritó el morocho saliendo también, mientras que los otros dos no decían nada. Drew pudo haber hecho lo mismo, pero tenía que aprovechar la oportunidad. La castaña lo ignoró olímpicamente y fue terminando de limpiar con unas esponjitas el suelo. Sí, se tuvo que agachar, algo muy vergonzoso, pero prefería eso a tener que recibir un castigo mucho peor.
—Ya todos se fueron —dijo el peli verde después de un rato.
—No te insinúes —contestó la castaña. Drew tosió al escuchar su respuesta y luego rió. Esa chica sí que estaba loca. Si la que tenía que insinuarse era ella, no él.
—No lo hacía. ¿En qué pensabas? —Y de un momento a otro el oji verde estaba frente a ella mirándola intensamente.
—Nada que te interese —se levantó. No es que tuviera algo en contra del muchacho, pero detestaba cuando los chicos trataban de hacerse los interesantes en frente de ella. Así que prefería evitarlos. Ya saben, esa regla de que los populares son intocables, y no que con esto quiera decir que May quería salir con uno pero…
Inner: Ve al grano ¬w¬
¬///¬U Como decía, es cosa de adolescentes.
— ¿Y cuándo terminamos el trabajo? —Empezó la plática otra vez Drew.
—Si ni siquiera lo hemos empezado. ¿Sabes qué? No intentes pasarte conmigo, que las cosas así no funcionan —lo miró con el ceño fruncido.
—Pero si no he dicho nada malo. No más te recordaba lo de esta tarde.
—Y lo dices como si fuera una cita —habló mientras miraba a su alrededor. Ya no faltaba mucho y eso que la mayoría le había tocado a ella, y ya que parecía que la lechuga parlante no desistiría en su plan de molestarla sonrió—. Qué pena que… — ¿Qué pena que no lo es? No, no era eso exactamente lo que iba a decir May, más bien se acercó al chico que la miró con una ceja levantada y comportándose como toda adolescente seductora le lanzó agua desde el frasquito ese con el que se supone se limpian los vidrios y una esponja llena de jabón. Empezó a reír a carcajada limpia mientras lo veía frotarse la cara con las mangas del suéter. Parecía que tenía rabia por la espuma.
Él la miró algo así como quien dice serio, una mirada matadora, mientras pensaba regresarle la broma. Así que se abalanzó hacia ella. La castaña empezó a correr mientras reía por lo que el peli verde trataba de decir pero ella solo escuchaba como los rugidos de un monstruo. Ya que las paredes del comedor no le facilitaban el querer escapar de su depredador salió al patio corriendo alrededor de la fuente.
Si daba pasos a la derecha él la interceptaba por la izquierda —la de Drew— así que no le tocó de otra que lanzarle agua que caía por la estatua de mármol. El chico logró ver una manguera que estaba suelta regando el césped así que ni se lo pensó y la usó como arma.
May terminó empapada. Pero por causas del destino no podía parar de reír. Y eso a Drew de cierta manera le agradaba. Cuando la chica se sentó un rato a descansar de la correteadera que se habían pegado en el patio mojando así el limpio suelo de la parte delantera del colegio, Drew aprovechó y la bañó de nuevo con la manguera.
— ¿Ya te cansaste? —May lo miró entre desafiante y divertida pero no dijo nada. Dejó que el agua se escurriera por su ropa.
—A mí me parece que tú sí.
—Claro. Mírame. ¡Uy, qué cansado estoy! —Empezó a imitar una voz femenina, así que la castaña supuso que era ella. Se levantó y empezó a perseguirlo mientras el peli verde seguía bromeando. Ahora podía decir que el chico no le caía tan mal, pero sí mantendría distancias. Quizás, de ahí nacería una nueva amistad.
Ya pasada un poco la tarde, los dos se encontraban sentados en la misma fuente admirando al sol que se ponía para dar paso a la noche. No parecían enamorados ni tampoco una parejita feliz, pero sí amigos.
Habían terminado descubriendo el gusto que compartían por la música. Y otras cosas más como el adorar las puestas de sol y otras imágenes que la madre naturaleza nos brinda.
—Oh, ya creo que es tarde —dijo May mirando el reloj que Drew tenía en su mano y levantándose. Este la observó un rato mientras ella le tendía la mano. Él la iba a coger y ella la apartó riendo—. ¡Caíste!
—Ha, há. Qué chistosita, ¿no? —El muchacho se levantó empezando a caminar junto a ella a la salida de la institución—. ¿Y qué dices, vienes esta noche o no?
—No soy de salir, así que no te aseguro estar por ahí, ¿eh? No te vayas a desilusionar si no me ves por esos lares —dijo muy alzada. Había aprendido a ser un poco más altanera gracias al trato que le daban en América.
—Entonces, será para otra ¿no?
—Claro. El 31 de febrero —Drew se quedó pensando… El 31 de febrero, claro… Para eso faltaba como un año ya que estaban a mediados de abril y…
— ¡Rayos! El 31 de febrero no existe —rechistó.
— ¡Obvio que no! —Gritó partiéndose de la risa May varios pasos más allá, había aprovechado la confusión del pelo de lechuga para adelantarse e irse primera.
Y su figura desapareció como el último rayo de sol.
¡Por fin viernes! Gritaban algunos ya en clase.
May estaba sentada en su puesto habitual, esperando ver entrar por la puerta a la bruja. ¿Qué haría ese día para divertirla con sus tonterías? Y pensaba así porque estaba segura de que esa niña ni romper un plato podía porque ¡ni siquiera había intentado coger uno en su vida!
Dejando las bromas de lado, una peli azul conversaba animadamente con sus amigas, Leaf y Crystal de lo grandiosa que había sido la canción que habían presentado ese día Drew y sus amigos. Esperaban tan solo que ya terminaran las clases para poder irse a comprar la ropa que usarían esa noche para el concierto que darían de nuevo.
Por otro lado, Ash y Jimmy comentaban de lo mal que los habían recibido en casa al entrar tan apestosos y Drew solo asentía mientras pensaba muy serio en algo.
Esa mañana había visto a Brendan saludar a la castaña, y esta le había sonreído. ¡Ni siquiera lo había rechazado como a él y a otros! Esa chica sí que era extraña, es decir; a él, Drew LaRousse, un chico súper popular le negaba un saludo —aunque la tarde anterior le había dado a pensar lo contrario— y al baka de Brendan si le permitía ser su guía por el pasillo que ya conocía.
Obviamente él llevaba ventaja, al menos se había mostrado un poco más abierta con respecto a los temas de música y eso, pero el morocho ese con mucha facilidad podía hablar con ella sin que lo mandara a volar. No, debía hacer algo ya. Pero Drew nunca perdería.
Aunque, también tenía que pensar la manera de librarse de la pesada de Brianna, y hablando de la reina de Roma, la burra que se asoma. Es decir, la chica que cruzaba el lumbral de la puerta del curso y entraba inundando el lugar de su aroma tan femenino que hacía babear a algunos.
Dawn la miró hastiada. ¡Llevaba el mismo collar que ella había comprado pero que no usaba porque lo consideraba especial y la otra venía y lo exhibía como si fuera joyería ambulante! No, eso sí que no.
Se levantó dispuesta a quitárselo, aunque la bruja también lo había adquirido pero no tenía derecho a mostrarlo. Una mano la detuvo. Kenny negó y ella hizo una mueca de disgusto. Él volvió a negar y ella hizo un puchero pero él se resistió.
—No te metas con ella, Dawn. No busques problemas, ¿sí? —Y se fue a su puesto. Ella también se sentó refunfuñando. Su amigo tenía un poder sobre ella que con solo hablarle la convencía de tantas cosas. La amistad de infancia era tan bonita que se convirtió en una hermandad adolescente.
Cuando el desorden hubo terminado entró el profesor Elm que venía acomodando sus gafas y evitando que todos los papeles se salieran de su maletín. Pero terminaron en el suelo. Esto provocó que muchos rieran. May se levantó a ayudarle al igual que Drew, quien no desaprovechó la oportunidad para acercarse.
—Gracias, gracias —se volvió a arreglar los lentes y se paró frente a la clase una vez solucionado su problema—. Bien señores estudiantes, lamento haber llegado tarde pero tuve un imprevisto de última hora y ahora vamos con lo que nos toca.
Empezó a revisar algo en sus hojas desordenadas y carraspeó adquiriendo la atención de todo el alumnado.
—Tenemos que escoger al o la presidente de la clase. ¿Quién postula a quién? —Muchas manos empezaron a levantarse y muy entusiasmados entre ellos Ash—. ¿Dinos Ash?
—Yo digo que sea May-chan —dijo sonriendo como solo él lo sabe hacer (*ternura on*) y mirando a la castaña, esta negó con la cabeza—. ¿Por qué no? —Pensó en voz alta el chico y el profesor hizo lo mismo mirando a May.
—No me gusta este tipo de cosas —se excusó. El resto de la clase se relajó ante la respuesta y todos volvieron a levantar la mano. Por ahí se escuchó el nombre de la peli azul y al final de la clase esta quedó como la presidenta.
—Entonces no se olviden, la tarea es para el lunes —explicaba el profesor Elm cuando se escuchó un ruido agudo por el alto parlante que había en el salón. Todos prestaron atención al aviso que se iba a dar.
—Buenos días señores estudiantes —se escuchó la voz del director Oak—. Como sabrán terminamos la primera semana de clases así que daré un rápido aviso: ya están abiertas las inscripciones para los clubes y este año se han integrado dos más así que podrán elegir entre los que ustedes gusten. Estos se darán los lunes, miércoles y viernes después de clases, y no olviden, es obligatorio —algunos bufaron ante lo dicho—. Pueden continuar con sus clases.
— ¿Clubes? —Se preguntó May. ¿A cuál podría ir? Tendría que averiguarlo.
Después de que pasaran las fatídicas horas de clases llegó el tan esperado receso. La castaña aprovechó para ir a investigar sobre los clubes. No regresaría al comedor siquiera en una semana, y así lo haría si esa era la condición para no meterse en problemas.
Iba por los pasillos mirando las aulas hasta que chocó con alguien. Las dos personas cayeron al piso. Ella levantó la vista mientras ayudaba a la chica con la que había impactado a recoger sus papeles. Esta era peli naranja y alta.
—Disculpa, venía distraída —dijo May entregándole una libreta de apuntes.
—Tranquila. Tampoco me fijaba por donde venía —sonrió pareciendo muy simpática, May también lo hizo—. Oye, ¿a qué club te unirás?
—Aún no lo sé, es más, soy nueva y no sé qué club es mejor.
— ¡Oh! Qué suerte —rió la chica—. Ay, no debí decir eso —hizo el mismo gesto que el anterior pero con un deje de nerviosismo—. Soy Misty y soy la encargada del club de tenis. Si te gustaría pasarte por ahí no olvides de buscarme. Hoy nos reuniremos con los chicos nuevos en la cancha de allá —le señaló las canchas que estaban a los costados del colegio—. Espero te unas… Eeem…
—May —completó la castaña.
—Sí, un gusto May —y se despidió con la mano continuando su camino. Nunca había practicado tenis y se le hacía interesante, pero tenía que ver qué más había.
— ¿Porristas? —Susurró cuando pasaba por las canchas que le había indicado la peli naranja. ¿También había club de porristas? Ojalá que no, además que ni le interesaba.
Luego de pasar por el pasillo bien tranquila vio venir una tormenta de alumnos. Y pensó que mejor hubiese sido quedarse viendo el baile de las porristas que ignorarlas y terminar como había terminado: con muchos volantes pegados en toda su ropa.
Los quitó todos y los apiló en uno solo. Se sentó debajo de uno de los árboles que estaba por esa zona y empezó a leerlos uno por unos. Había de música, béisbol, basket, fútbol, baile, tenis, judo y manualidades. Descartó algunos menos el fútbol, tenis y música.
Ahora tendría que elegir. Quizás tenis estaba bien.
¡Continuará!
T.T Por favor no me maten por hacerlo tan corto >o<
Lo bueno es que hice un bonito momento contest, ¿verdad, verdad?
Espero me perdonen por esto y ya que estoy emocionada quizás escriba el siguiente cap, aunque también estoy nerviosa (Razones: kung-fu)
Deseenme suerte y espero les haya gustado n_n
No olviden comentar! nOn
Sayonara!
Última edición por Musae el Dom 11 Dic - 12:25, editado 1 vez
Re: A Different Love Story!
Kyaaaaaaaa!!!!!!! me ecanto el momento en el ke Drew y May se peleaban con el agua
me encanto este capi
continualo
bye
me encanto este capi
continualo
bye
sair- **Miembro*Contest**
-
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Re: A Different Love Story!
que lindo!! nwn
me encantaron las partes contest -w-
hasa me emocione xD
OoO mira que hora es T-T
ia tengo que alistarme para la prepa T-T
bien, te quedo genial onne-chan
espero conti si? :3
matta ne~~!!!
me encantaron las partes contest -w-
hasa me emocione xD
OoO mira que hora es T-T
ia tengo que alistarme para la prepa T-T
bien, te quedo genial onne-chan
espero conti si? :3
matta ne~~!!!
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Re: A Different Love Story!
Kawaii!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! >w<
Nya! me encanto el capitulo *w*, sobre todo las partes contest >w<
La pelea de agua fue lo mejor e.e
Y me encanto todo lo que sufrio Brianna e.e
*Me encanta cuando las personas sufren *w*
Ami me encanta cuando las personas que me caen mal sufren *w*
Nya!, nya! ya quiero leer la conti >w<
Mi se despide. Sayo...
Nya! me encanto el capitulo *w*, sobre todo las partes contest >w<
La pelea de agua fue lo mejor e.e
Y me encanto todo lo que sufrio Brianna e.e
*Me encanta cuando las personas sufren *w*
Ami me encanta cuando las personas que me caen mal sufren *w*
Nya!, nya! ya quiero leer la conti >w<
Mi se despide. Sayo...
Re: A Different Love Story!
me encanta tu fic siguelo porfis
la escena de drew y may jugando me encanto
y tambien la parte: hablando de la reina de Roma, la burra que se asoma.
ojala drew corte con la odiosa de brianna
la escena de drew y may jugando me encanto
y tambien la parte: hablando de la reina de Roma, la burra que se asoma.
ojala drew corte con la odiosa de brianna
may_shappire- **Fan*Contest**
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