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Mensaje por Cris Sáb 1 Abr - 1:31

Las dos jóvenes se habían quedado perplejas ante el rápido acto del rubio. Al salir del shock, luego de unos segundos, intercambiaron miradas de impresión.

-Eso… Eso no me lo esperaba –Comentó la castaña.
-Ni yo… -Emma hizo una pausa corta y suspiró- Asustamos al pobre Iori, la verdad, no pensé mucho lo que dije, y no quiero que piense que lo considero femenino. Como le pasó a Rayne –Ante esto último, no pudo evitar esbozar una pequeña sonrisa, que desapareció rápidamente volviendo al rostro de culpa anterior.
-Lo sé… Yo tampoco quiero que piense eso, lo estimo mucho –Dijo su amiga con su dulzura habitual- Por mi lado, no pude evitarlo, ¡Me encanta hacer que mis amigos se prueben ropa! –Sus ojos brillaron inevitablemente.
-Supongo… Siempre andas con eso de los trajes, disfraces, cosplays, etcétera –Enumeró la rubia.
-Sí… Hablando de eso, todavía me queda una personita para hacer esto –Repentinamente, la voz de Sophie cambió a una risueña pero traviesa.
-¿Eh? ¿Qué? ¿Qué miras? –La chica tardó un segundo en captar esa mirada- Oh no… No, no, ni lo pienses.
-¡Por favor, Emma! –Suplicó.
-He dicho no, no sabes lo mucho que me aburre estar en una tienda de ropa.
-Pensé que te gustaba –Abrió sus ojos turquesa con sorpresa.
-Pues me gusta la ropa, y puedo ver conjuntos, además siempre tengo que escoger trajes para mis presentaciones. Pero estar horas en una tienda de ropa… Dando vueltas, viendo tantas cosas… Y probándome muchas prendas, la verdad me agobia sólo de pensarlo –Bostezó- Por si no recuerdas, soy una persona más bien práctica –Sonrió.
-Pero vamos, una tiendita no te hará daño –Pidió Sophie.
-Pequeña Niña de las Nieves, te he dicho que no –Le picó en la punta de la nariz con un dedo- ¿Por qué no mejor vamos a buscar a esos dos? Ese loco explosivo se llevó a plantita…
-¿Niña de las Nieves? ¿Loco explosivo? –La castaña alzó una ceja y seguidamente rió- Qué tierna eres con nosotros, eh.
-Nunca tengo una intención tierna al ponerles sobrenombres –Se explicó extrañada Emma, como si el hecho era demasiado obvio- Así es más divertido… Además, la de apodos lindos eres tú, dulce heladito –Rió.
-Bueno, al menos con Iori eres más sutil… Plantita suena tiernísimo –Contempló felizmente.
-Es que él es demasiado lindo para hacerle una maldad…
-¿Lindo? –Exclamó rápidamente la chica hielo con un tono sumamente pícaro.
-¡Eh! Me refería a su ternura… No a que… Bueno, eso –Sus ojos amarillos denotaban sorpresa, y un muy leve rosado se asomó en sus mejillas- Oye, no te rías.
-Jajaja, de acuerdo, pero es que la frase tenía todo el potencial para ser de doble sentido.
-Ni lo pensé, jeje. –El rubor ya se había desvanecido de su rostro- Entonces… ¿Qué hacemos?
-Sólo unos conjuntos, por favor –Volvió a suplicar Sophie.
-Demonios… -Rodó los ojos- De acuerdo, pero te los pruebas tú.
-¡Tu también!
-Ugh, máximo tres.
-¡Yay!

Ambas se encaminaron a una tienda de ropa cuya marca Sophie conocía y le gustaba bastante. Estuvieron unos quince minutos entre que se probaban ropa y la castaña buscaba conjuntos. Al salir, habían decidido buscar a los muchachos, pero entre tanta gente y en un espacio tan grande y lleno a rebosar de negocios, no era un trabajo sencillo.

-Seguro que si llamo al dinamita ese, no me va a responder –Bufó Emma con fastidio.
-Y dudo que Iori tenga un celular.
-Pues debería, son de lo más útiles… ¡Ay! –Exclamó emocionada de repente.
-¿Qué? ¿Qué pasa? –Con el grito, había asustado a Sophie, que inocentemente volteaba en varias direcciones.
-Tranquila, es que se me ocurrió una idea genial –Sus ojos amarillos brillaban con fuerza, de hecho, de no haberlo controlado estarían echando chispas, literalmente.
-¡Ohhh! ¡Dime, dime! –Gritó la ojiturquesa emocionada.
-Pensé que sería bueno comprarle un celular a Iori –Sonrió ampliamente.
-¡Buena idea! Así tendremos cómo comunicarnos con él si nos separamos.
-¡Exacto! Y esa es también la excusa que pondremos si los monjes llegan a enterarse de la compra –Sacó la tarjeta que les habían entregado, sosteniéndola entre su índice y dedo medio.
-Pareces una Card Captor –Sophie unió sus manos- Justo así es como Sakura sostiene sus cartas.
-Oh, recuerdo esa serie, los buenos tiempos de la niñez –Empezó a caminar alegremente.
-¡Síii! Recuerdo un capítulo en el que…

Así, se encaminaron a una tienda de equipos electrónicos, mientras hablaban de una serie que había marcado sus infancias.


-Bien, vimos la ropa, compramos el celular, y hemos estado minutos caminando sin encontrarlos, empieza a preocuparme… -Dijo Emma ya algo harta.
-También me preocupa… -En cambio, su amiga estaba puramente preocupada- ¿Cómo harás con el celular? Iori no sabe manejar uno.
-¡Yo le enseño! –Exclamó enérgicamente.
-Entiendo, eres la indicada para eso, te la pasas usando el tuyo –Rió Sophie.
-Es que tiene tantas opciones –Canturreó- … … … ¡Soph! ¡Son ellos!
-¡¿Dónde?!

Los ojos turquesa de la chica se enfocaron rápidamente en las dos figuras que se encontraban a varios metros de ellas, concentrándose en lo que veía: Rayne sostenía a una pequeña niña, aunque segundos después la depositó en brazos de una mujer, e Iori le hablaba a ésta. Escuchó a su lado el característico disparo de una cámara.

-¿Rayne con instinto paternal? –La rubia alzó una ceja, su celular en mano.
-Bueno, quizás sólo querían ayudar a la pequeña –Puntualizó su amiga- ¿Tomaste una foto?
-Claro, esto es tan raro que tengo que capturarlo.
-Como a un Pokémon… -Canturreó la castaña.
-Pero Rayne sería un Pokémon muy feo…
-¡Jajaja! –Sophie no pudo evitar reírse con ganas, cosa que hizo a los muchachos voltear en su dirección.

Los ojos rubí de Rayne se deslizaron rápidamente hacia donde escuchó esa risa, la cual reconoció al momento de oírla, era de su risueña compañera. Su mirada analizó en segundos a la persona al lado de ella: Era Emma, en sus manos llevaba su celular y en una posición que sólo demostraba una cosa, había tomado fotografías.

-¡Oye! –Gritó y corrió hacia ambas- ¿Qué se supone que haces?
-Los buscamos por todas partes –Dijo Sophie aliviada, pero su comentario se perdió en el aire.

El rubio estaba concentrado en la otra chica, específicamente en ese aparato. En el momento, y ya habiendo vivido varios malentendidos minutos atrás, pensó que ella les había tomado una foto para burlarse de que parecían una pareja, uniéndolo al hecho de que él en un pasado había confundido a Iori con una chica.

-¿Qué hacías? ¡Dame eso! -Dijo, no molesto sino más bien algo alterado.

Por un impulso, y más que todo sin querer, su mano golpeó con más fuerza de la que pensaba en la mano de la rubia, haciendo que la de ella cediera y el celular volara lejos de sus dedos, a espaldas de ella. Emma ahogó un grito de la sorpresa y de la preocupación, había tanta gente que no podía atraer su teléfono con sus poderes, así que su mente rápidamente optó por una solución netamente corporal. Se giró con gran rapidez y estiró una de sus piernas grandemente para alcanzar la distancia en que su celular caía, logró tomarlo en sus manos justo antes de que cayera al suelo, y por su posición, ella cayó haciendo un Split (posición en que las piernas quedan totalmente separadas, una hacia adelante, la otra hacia atrás).

-¡Bebé! Estás bien, no pasó nada –Sobaba su celular como si se tratara de un niño pequeño, mientras las personas alrededor se le quedaban mirando por la postura que tenía, unos incluso aplaudieron, pero ella ni escuchaba- … ¡Tú! –Se incorporó tan rápido que Rayne no tuvo mucho tiempo para reaccionar- ¡¿Te has vuelto loco?! ¡Casi haces que se caiga! ¿Y si se rompía? –Reclamó, una mano aferraba su celular y con la otra daba golpes con su índice en el pecho del muchacho, haciéndolo retroceder un poco.
-¡Eh! Espera, yo no querí… -La chica seguía reclamándole sin dejarlo hablar- ¡Estás exagerando, es sólo un celular!
-¡Chicos, chicos! Por favor, no peleen –Pidió Sophie algo asustada.
-¡No lo es! Tengo muchas cosas aquí ¡Y además! Te llevas a Iori de la nada, y nos dejas preocupadas por ustedes, eres tan… ¡Ugh! –Seguía pinchándolo con el índice, y por raro que fuera, no estaba usando chispas ni descargas.
-Yo… Estoy bien –Susurró Iori quien parecía perturbado por la discusión.
-¡Ustedes fueron las que iban a jugar con él!
-¡Pues luego me arrepentí!
-¡Igual era mejor prevenirlo! ¡Y tú con esa foto!
-¡¿Qué tiene eso?!
-¡Ibas a burlarte de nosotros, no sería raro!
-¡Chicos! –Los detuvo Sophie- Rayne, Emma tomó una fotografía porque le había parecido raro que actuaras tan lindo con esa pequeña, no era para burlarse, y Emma, tranquila, no lo mates aquí… -Se explicó nerviosamente pero decidida en su argumento.

Rayne abrió los ojos con sorpresa al ver que había entendido mal el asunto de la fotografía, y giró su mirada rojiza a la rubia, quien lo miraba aún con bastante enfado, ahora sosteniendo su celular entre sus dos manos.

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[Roll-P] Lumina: Tierra de Guardianes - Página 2 Empty Re: [Roll-P] Lumina: Tierra de Guardianes

Mensaje por Nya Vie 21 Abr - 12:01

- Ya no se peleen... - Intervino Iori.
Ver los ojos acuosos del chico era suficiente para calmar la ira hasta del mas macho de todos los rudos mortales sobre la Tierra. Siempre había sido así, una figura tan indefensa que no solo daba coraje a los demás sino que también atraía a aquellos quienes se le acercaban con unas segundas intenciones dañinas. Los mas temerarios que se acercaban lo suficientemente a él, acababan un grave caso de daño mental por ternura y siempre se preguntaban si acaso era posible tener eso.
- Uhh. - Emma entró en pánico. Aún no había olvidado lo terrible que era hacer llorar a Iori. - No estamos peleando. - Pasó un brazo por el hombro de Rayne. - ¿Verdad? - Dijo con una sonrisa forzada.
- Solo estabamos jugando. - Mintió Rayne.
Ambos sintieron la presión atenta de la mirada del chico. Una mirada cansina, inquisitiva que atravesaba todo rastro de mentiras y parecía ver el alma, tan intensa que te hacía sudar frío. Solo que Iori era inocente todavía... o quizás si sabía y era parte de un plan. Cual fuese la verdad, hizo efecto pacificador.
- Ya veo. - Sonrió juntando las manos.
- Chicos... - Llamó Sophie. - Están llamando la atención... - Trató de decir pero el gritito de una niña la interrumpió.
- ¡Woah! ¡Mira mamá es la de la tele! - Dijo señalandola mientras jalaba del vestido de su madre con intensa emoción.
- Mira quien habla. - Dijo Rayne. - Será mejor que nos vayamos rápido. -
Nadie replicó la decisión de Rayne, era la decisión mas acertada. Tan solo unas pocas esquinas bastaron para dispersar el murmurllo y como no querían causar mas alboroto, fueron en busca de un hotel donde pasar el tiempo. Por supuesto, iba a ser de cinco estrellas. No todos los días recibias una tarjeta sin fondo que además, era por una buena causa: había que salvar la humanidad ¿y no se puede cansado verdad?
- ¿Que va a ser? - Preguntó el hombre.
- Una habitación simple... No muy pequeña pero tampoco exageradamente grande. - Respondió Rayne.
- Por supuesto. - El hombre que vestía con un impecable traje, comenzó a usar el ordenador. Por supuesto, el contenido de la pantalla estaba lejos de poder verse desde aquel ángulo para el rubio. - Firme aquí. Su nombre completo también. - Así obedeció Rayne.
- Oh, es tan guay. - Dijo Iori observando la firma. En condiciones normales, habría alardeado de ello, pero no podía ante el azabache (?).
- Solo es un garabato. - Carraspeó Emma. Iori la miró atento.
- ¿Tu también tienes? -
- Por supuesto. - Con un suave movimiento de mano, arrebató el bolígrafo.
- Tambien es genial... Yo no tengo. - Se rascó avergonzado la nuca con una sonrisa nerviosa. Un suave amanecer salía de su rostro.
- Listo, aquí tiene la llave de la habitación. - El hombre depositó sobre la mesa una pequeña cartilla con una tarjeta en su interior así como el número de la habitación. - Es la octava planta. Por allá esta el ascensor. - Rayne asintió conforme. - Ah, que suerte tiene caballero, me recuerda a cuando era joven. Disfrute ahora que puede. -
- ¿Hm? ¿Que cosa? - Preguntó Iori.
- Nada. - Dijo Rayne dandole un golpecito en la frente. - Vamos. -
- ¡E-Espera! - Dijo sobandose la frente.
- Los shippeo. - Dijo Sophie a Emma observando desde la distancia.
- ¿¡Haaa!? -

~~~~~~


- ¿No es un poco excesivo? - Preguntó Sophie.
Una habitación espaciosa en su justa medida, con unas vistas de la ciudad dignas del Rey de Camelot, tapizada con lana de oveja y una sola cama tan grande que ni el mismo Salomón podría quedar insatisfecho.
- No se yo... - Observó Emma el baño. Ladeó la cabeza dudosa y es que el baño no tenía paredes, sino cristales totalmente transparentes. De los lugares mas íntimos y de riturales extraños diarios y personales, ¿a quien se le ocurriría poner un baño de paredes transparentes cien por cien?
- ¿No podemos pedir un cambio? -
- Que mas da. - Rayne le restó importancia con la mano. - Ni que fueramos a quedarnos una noche. - Despreocupadamente se quitó los zapatos para tumbarse en la cama y encender el televisor.
- Asco. - Dijo Emma tapandose la nariz.
- Oe. - Sabía que lo hacía a propósito.
Aquella habitación poseía de todo. A un lado cuatro tazas de café vacías junto a varios sobres de té y un calentador de agua. Debajo de la mesa, había un pequeño compartimento que Sophie abrió para descubrir un mini refrigerador con varios artículos, desde alcoholes hasta snacks y refrescos. La artista de hielo tomó una bolsa de papas y con un giro perfecto y elegante de cadera, cerró la puerta del refrigerador.
Aparte de los artículos varios como batas, zapatillas, cepillos, etc. también observaron protección.... por cuatro.
- Ahora entiendo a lo que se referia el anciano. - La mirada de Emma se ensombreció.
- Ya dejalo, es normal. - Le resto importancia Sophie.
Mientras Rayne tumbado a modo de diva, observaba la tele (?), el resto sentaba al borde de la cama conversando sobre sus vidas aunque mas bien, los que conversaban eran las dos chicas. Iori tan solo miraba de un lado a otro y en un momento, lo estaba haciendo tanto que no pasó desapercibido por la teñida.
- ¿Estas bien? - Preguntó. Pilló por sorpresa al azabache y sintiendo la mirada de las dos, quedó bloqueado. - ¿Hm? -
- Eh... - Pensó. Pensó en como debía o que debía decir. - Yo... - Sophie dejo escapar una risita risueña.
- Puedes contarnos. - Dijo tomando sus manos. Aquello solo provocó que se sonrojara.
- Es que... - Miró nerviosamente al baño. - Pensaba... en... arreglarme... - Las dos asintieron coordinadamente.
- Lo entiendo. - Dijo Emma. - Lo sabemos perfectamente. -
- Aguanta Iori, solo estamos de paso. - Animó Sophie. De pronto junto las palmas dando lugar a una sola palmada. - ¡Ya se! ¿Quieres que te arreglemos el cabello? Así no tendrás que hacerlo mas tarde. -
- ¿Eh? - No estaba seguro de aquello.
- Solo será un ratito. ¿Verdad? - Miró a la rubia y esta asintió sonriente. - Solo será como una peluquería. -
- Nunca estuve antes en una peluquería. - Dijo bajamente.
Casi obligandolo, por falta de resistencia, lo arrastraron al baño para empezar con una extravagante sesión quirurgica (?) Pero pronto quedaron con la boca abierta, incluido Rayne de fondo desde el otro lado (?), cuando observaron al azabache con el pelo suelto sin estar recogido. Olía a rosas de primavera, a fresas recien recogidas por Juan en un arduo día de verano... olía a Iori.


Última edición por Nya el Vie 27 Sep - 20:57, editado 1 vez
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[Roll-P] Lumina: Tierra de Guardianes - Página 2 Empty Re: [Roll-P] Lumina: Tierra de Guardianes

Mensaje por Cris Lun 29 Mayo - 2:20

-Es... es un olor muy agradable, como un campo lleeeeeno de flores -Sophie parecía embelesada por el delicioso aroma floral del cabello de Iori.
-Deberías darle tu secreto a Rayne, a ver si él controla ese olor que tiene -Dijo Emma en tono de burla, con la intención de que el rubio la escuchara.
-¡Eh! ¿Pero qué tienes conmigo? -Se quejó molesto desde la cama, de la cual no se levantó pero se sentó viendo hacia ellos.
-Nada, sólo decía la verdad -Cerró los ojos y sonrió con autosuficiencia.
-Rayos, mujer -Se levantó de la cama y fue en dirección a la rubia.
-Jiji, sonaste como un marido molesto por alguna tontería con su esposa -Rió Sophie, quien trenzaba los suaves cabellos de Iori.
-¡¿Qué?! -Gritaron los dos rubios al unísono, con lo que el pelinegro dio un respingo.
-Ay, tranquilos, no es para tanto -La ojiazul formó una sonrisa divertida en sus labios- Además, me asustan a Io... -Lo señaló con la mirada.
-Lo siento, Io... -Se disculparon ambos- ... ¡Deja de decir lo mismo que yo! -Volvieron a coincidir.
-Ugh -Se quejó Emma.
-¿Entonces? ¿Por qué la amargura? -Cuestionó Rayne.
-Por tu presencia.
-Siento que hay otra razón.
-Pues, que casi dañas a mi bebé -Señaló su bolsillo, donde reposaba su preciado celular.
-¿Aún sigues con eso? -Dijo con fastidio el ojirubí.
-Lo dices como si no tuviera importancia -Emma lo fulminó con la mirada, pero tomó aire para calmarse al ver que Iori empezaba a preocuparse- Un momento... ¡Celular! -Gritó con ánimo y corrió hacia la mesita de noche de la habitación.

Rayne se quedó perplejo, en primera porque lo apartó del camino, Sophie entendió el porqué del grito y sonrió ampliamente, e Iori se mostró confundido.

-¡Mira, Io! Te hemos comprado esto -La rubia le extendió una caja.
-¿Eh? ¿Qué es? -Iori se ruborizó, no solía recibir presentes. Y de hecho la cajita estaba adornada con un lazo simple pero bonito.
-Para ti, un celular -Sonrió con enorme entusiasmo Emma.
-¿Para qué le han comprado eso? -Rayne se mostraba interesado, más arqueaba una ceja en confusión.
-Para que se modernice -Los ojos de Sophie brillaron.
-Y para que tenga cómo comunicarse si nos llegamos a separar -Aclaró la rubia.
-Ya veo, es buena idea, pero deberás aprender a utilizarlo -El rubio miró a Iori con expresión tranquila.
-Oh... Yo... No sé que decir, muchas gracias a ambas... -Iori se sonrojó aún más y se debatía entre darles un abrazo o quedarse estático como estaba.
-¡Por nada! -Gritaron las dos, y no tuvo que decidirse, pues ellas ya se le habían abalanzado (suavemente) en un abrazo.
-Pf... -Rayne hizo una mueca de molestia, nuevamente, sólo velaban por Iori y él parecía pintado en la pared.
-Owww, abrazo grupal -Dijo Sophie sumamente enternecida por la escena- ¡Ven tú también, Ray! -Lo llamó sonriente.
-¿Eh? Oh, de acuerdo -El mencionado sonrió, siendo tomado en cuenta para su alivio, y se unió al abrazo: Cabe destacar, del lado de Sophie.
-La idea es que te coloques frente a Iori, para que cierres el abrazo -Rió la castaña. El rubio sólo miró con algo de reproche hacia Emma, que estaba en el otro extremo del pelinegro- Jajaja, qué discusiones tienen -Volvió a reír.

...

Pasado un rato, Iori lucía un nuevo peinado, cortesía de Sophie, Rayne volvió a la televisión junto con la castaña, ambos acostados en la cama. Y Emma recorría la amplia habitación.

-Esto es demasiado... -Dijo observando el lugar. Era de naturaleza muy práctica y un lugar así, le parecía más bien exagerado.
-Tranquila, no estaremos mucho tiempo aquí -Dijo Soph desde la cama.
-Pero volveremos luego de inspeccionar el edificio del corto-circuito, ¿no? -Respondió su amiga.
-Sí, supongo -Esta vez respondió Rayne.
-Qué bien, porque quiero darme una ducha antes de partir a otro lugar -Mencionó Emma, ante lo cual hizo una mueca de disconformidad, recordando las paredes transparentes de la ducha- Aseguraré la puerta a más no poder -Susurró para sí- Y si alguien trata de trollearme y entra, le doy un corrientazo -En su mente, tal acción sólo figuraba como una que haría Rayne, o quizás Sophie, si se ponía muy traviesa.
-Sí, báñate, ya no aguantamos la peste -Dijo el rubio con burla.
-Eso iba a decir de ti.
-¿Ah, sí?
-Ajá.
-Chicos... -Los detuvo Sophie.
-Disculpa, Soph. Pero bueno, me baño yo primero, no quiero que infectes el baño antes de que entre -Bromeó hacia el chico "dinamita".
-Entonces yo tendré que ocupar otra habitación para bañarme en una ducha limpia.
-¡Oye!

Iori y Sophie alternaban su vista entre ambos, ella sonriendo divertida y él tratando de entender por qué discutían tanto, quizás sus personalidades chocaban, figuró, pero estaba seguro de que también se complementaban en algunas cosas, o eso creía.

-Anochece... -Susurró dulcemente el pelinegro, sus orbes azules fijándose en el balcón que estaba a metros de ellos.
-Tienes razón, Io, lo mejor es que vayamos en camino ya.

Ambos, tomaron a los rubios casi a la fuerza -Sophie fue la que más resultados obtuvo- y salieron de la habitación.

...

-Muy bien, aquí estamos -Señaló la castaña en voz baja, sonriente.
-A trabajar entonces -Rayne se frotó las manos, con un brillo especial en sus ojos.
-¿Te emociona esto, no es así? -Le preguntó Iori, sonriéndole cálidamente.
-Eh, supongo, algo -No podía mentir ante tal inocencia frente a él.
-Bueno... ¿Por dónde pasamos? Hay cintas de seguridad por doquier -La castaña observó el lugar.
-Uhm... Bueno, creo que por un costado sería mejor... ¡Por allí! -Exclamó en voz baja Emma- No veo vigilancia en esa parte.

Todos se dirigieron en silencio a donde la rubia apuntaba y empezaron a avanzar, esquivando con cuidado las tensas cintas de seguridad.

-Bien, ¿Por dónde? -Susurró Sophie, ya estando dentro de la edificación.
-Por aquí, creo que lo mejor es volver a revisar el cuarto de máquinas -Dijo su amiga, Iori asintió.

Emma los condujo con cautela hasta su destino, y cuando llegaron pudieron apreciar que una de las máquinas seguía chamuscada, pero habían colocado otra de emergencia, a varios metros.

-Esa fue la máquina cuyos fusibles hicieron cortocircuito -Señaló la "chispa veloz".
-Y por allí vimos la silueta cuando estuvimos a punto de entrar -Dijo Iori, extendiendo su índice hacia una salida paralela a la puerta donde ellos estaban.
-Entonces... Revisemos el lugar, y luego, vamos a dónde vieron la sombra -Propuso Rayne, empezando a inspeccionar todo el cuarto.
-¡Buena idea! -Dijo la ojiazul, quien ya había comenzado a revisar el lugar también- Iori, por fis, mantente en la puerta y nos avisas si viene alguien -El mencionado obedeció.

Los ojos amarillos de Emma seguían clavados en aquella puerta, donde horas antes había avistado esa extraña silueta. Su mirada mostraba cierto interés y desconfianza, y se acercó a ella. Quizás era su impresión por saber que antes alguien había estado allí, pero tenía un ligero mal presentimiento. Seguro eran ideas suyas.
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[Roll-P] Lumina: Tierra de Guardianes - Página 2 Empty Re: [Roll-P] Lumina: Tierra de Guardianes

Mensaje por Shiba Vie 16 Jun - 22:48

- Hay alguien del otro lado. - El susurro a su espalda la hizo dar un pequeño salto, claro que sentía se habían acercado a ella, pero nunca esperó que le fuesen a hablar así, y que estuviese tan cerca.
- ¿¡Quieres matarme!? - Preguntó en el mismo tono de voz, no por precaución sino quizá porque se dejó llevar por la tentación de usarlo.
- No tengo tanta suerte. -  Dijo tranquilo.
- ¡Túuuu...!
- Vamos cálmate. - Miró nuevamente a la puerta. - Se está debatiendo en si entrar o no. - Creo que no sabe que estamos aquí.
- ¿Cómo sabes? - Levantó una ceja; de las habilidades de Rayne no sabía que los rayos X fueran una. Si era así quizá lo cachetearía luego.
- Es lectura de calor. No te pienses algo raro ¿Sí? - Pidió casi con molestia, con un tic.
- ¿¡Por qué pensaría algo raro!?
- ¡Tu cara me dice que pensaste algo raro! - Y asombrosamente seguían susurrando. Sophie e Iori habían notado que ya llevaban un rato cuchicheando pero por el momento los dejaron ser ya que no parecía que fuesen a armar un escándalo por lo bajo que hablaban, es decir ni ellos escuchaban bien lo que decían. Además debían de encontrar pistas y pronto.
- ¡Cómo sea, no pensé nada raro! - Le dio un codazo suave como para hacerlo quejarse en el mismo tono, e igual mantenía un drama impecable.
- Eres una salvaje.
- ¡Deja de jugar y dime qué hace la otra persona!
- ¡Ahora no te digo nada!
- ¡Rayne!
- Bien, bien. - Puso los ojos en blanco. - No parece ser más que alguien normal si me lo preguntas, uh... está caminado determinado a la puerta.
- ¡Mierda! Debemos de...
- Ya llegó.
- Mierda.
- X2 (?

Un hombre ahora señalaba el cuarto atónito.
- U-Ustedes... - Entonces gritó y empezó a correr.
- ¡No podemos dejar que escape! - Reaccionó Emma, empezando a correr con los demás detrás de ella.
- Luego me he de disculpar. - Sophie se mentalizó y entonces una lámina de hielo se hizo presente en la parte donde pisó el hombre haciéndolo resbalar, aprovechando aquello para rodearlo.
- Entonces ¿Quién eres? - Raye estaba preparandose tronando sus dedos para comenzar con una paliza. Pero Iori le topó el hombro pidiendo que se relajase.
- Disculpe nuestra intromisión. - Dijo él delicadamente, hasta ese hombre pudo llenarse de calma al observarlo sonreír tan amablemente. - ¿Usted es...?
- ¡Ah! ¿Yo? - Miró a su alrededor, estaba rodeado sin duda, así que se rindió. - Soy un empleado aquí, me pidieron que viniese a revisar todo de nuevo.
- ¿A esta hora? - Preguntó la rubia frunciendo el ceño. Los cuatro se miraron entre sí.
- Sí... Bueno, verán en realidad...



- ¿El dueño? - Todos se sintieron nerviosos entonces.
- Necesito saber desesperadamente que ha pasado y solo en la tranquilidad de la noche puedo hacer algo como inspeccionar como es debido.
Los demás asintieron y se pusieron en una fila, no era momento para estar amenazando a nadie.
- Pero estas no son horas para estar en un lugar como este, señor. - Dijo Sophie.
- Pero es mi compañía y necesito hacer todo lo posible para que algo así no vuelva a ocurrir, además, ustedes ¿Quienes son? ¿Qué hacen aquí a estás horas?
- Somos... - Iori quedó pensativo.
- Solo somos chiquillos curiosos. - Rayne le tapó la boca a Iori, él no sabía mentir y tampoco lo podía dejar mentir.
- Sí. - Ayudó Emma. - Escuchamos sobre la explosión y nos dio curiosidad... y entonces...
- Eso es ilegal - Los observó de manera amenazante, ellos se tensaron. - Pero, - Suspiró pesadamente. - No se preocupen no diré nada si ustedes tampoco dicen nada.
- ¿Sobre?
- Ustedes saben... que el dueño venga a mitad de la noche a hacer un trabajo que se supone está siendo resuelto por la policía... Me pondría en muchos problemas especialmente por los reclamos de desconfianza. - Los jóvenes asintieron.
- Entonces... nos vamos.  - Dijo Rayne comenzando a empujar a los demás.
- ¿Qué? - Preguntó Sophie. El rubio hizo señal de silencio.
- Bueno, entonces espero verlos luego en un lugar más preciso. - Dijo el hombre cordialmente yendo en el lado contrario.

Ellos aparentaron la ida hasta que pudieron esconderse tras una pared y el hombre había dejado de revisar el lugar.
- ¿Ahora qué?
- Aquí hay algo raro. - Dijo Rayne.
- Sin duda lo hay. - Secundó Emma pensativa. Iori y Sophie se miraron sorprendidos, nunca antes esos dos habían estado de acuerdo, hasta parecía un milagro.
- Hay que investigar.

Algo es algo (?
El hombre no es el dueño, es un empleado o quizá el dueño de la competencia... O el brazo derecho de la misma, pero no es de ahí, básicamente...ya saben,,, culpable y eso (???
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[Roll-P] Lumina: Tierra de Guardianes - Página 2 Empty Re: [Roll-P] Lumina: Tierra de Guardianes

Mensaje por Cris Mar 25 Jul - 3:11

-¿Eh? –Sophie volteó hacia Iori, quien estaba tan confundido como ella.
-No sé, también me tomó por sorpresa –Contestó el pelinegro en dulce incomprensión, encogiéndose de hombros.
-Es lo más loco que he visto –Rió ella.

Y es que ninguno se refería al caso del hombre desconocido, no, ellos se habían extrañado en realidad con que los dos rubios concordaran en algo y sin insultos.

-¿Entonces? –La voz de Emma llamó la atención de ambos- ¿Qué hacemos?
-Pones a los demás a pensar por ti, no me decido si es por vaga o por tonta –Respondió Rayne en tono sarcástico, con una sonrisa de lado.
-¡¿Tonta?! –Sophie e Iori hicieron un ademán para que bajara la voz- Aquí el tonto eres tú, yo sólo quería saber opciones.
-Y luego decir que fue tu idea.
-¿Qué te pasa? ¡Claro que no!
-… Se acabó la paz –Suspiró Sophie- ¿Cuánto duró?
-Uhm… ¿Dos minutos?
-Sí…

La castaña y el pelinegro rieron sutilmente ante esto, pues sabían que esos dos no tenían remedio. De fondo, se escuchaba la discusión de ambos cuando el sonido de una sirena los alertó, venía desde fuera del edificio, pero ellos estando dentro también escucharon un alboroto, como unos pasos desde otros pisos.

-¿Qué pasa? –Preguntó Sophie, viendo hacia los otros dos, capturándolos en el momento en que Emma halaba de una mejilla a Rayne.
-Es raro –Dijo la rubia soltando al chico, quien se sobó la mejilla con cara de molestia.

En ese momento, se escuchó una voz desde un megáfono diciendo “Encuentren a los intrusos. Maleantes, salgan y no sufrirán daños”.

-… Mierda –Dijo Emma.
-¿Crees que sea…? –Empezó Sophie.
-¿…Con nosotros? –Secundó Iori con cara de trauma.
-¿Qué estamos esperando? ¡Hay que salir de aquí! –Exclamó Rayne.

El ojirubí echó a correr con los demás siguiéndolo, y Emma yendo al lado de él, no porque quisiera, sino porque al ambos ser deportistas tenían más o menos el mismo ritmo de carrera, y eran seguidos muy de cerca por Sophie, estando Iori de último. La rubia lo miró de soslayo con fastidio, pero prefirió dejar los insultos para luego, la prioridad era salir de allí sin ser atrapados.

-Ese idiota nos delató –Comentó Emma sin detener su andar.
-Un impostor… -Susurró Iori, quien no tenía tanta facilidad para correr como los otros.
-¡Por aquí! –Sophie encontró un atajo y giraron siguiéndola.

Esto hizo que ambos rubios chocaran al girar y se empujaran levemente el uno al otro, todo esto sin dejar de correr, “Estás en el medio”, “Tú eres el estorbo”, “Ya te toqué, me voy a contagiar de estupiditis”, “Yo creí que tú eras quien tenía el virus”. Comentarios así eran los que se escuchaban mientras corrían, era increíble ver como aún en situaciones así sacaran tiempo para eso.

En ese instante, se callaron al escuchar voces cerca de ellos, eran policías, era obvio por lo que decían. Y parecía que venían desde varios pasillos. Endemoniado edificio, que estaba lleno de pasillos. Esto les obligó a separarse y al parecer el universo conspiró en contra de dos de ellos: Quedaron Emma y Rayne juntos por el mismo camino, e Iori y Sophie por otro.

-¡Nos vemos afuera! –Prometió Soph, con voz preocupada y un Iori que ya corría sin aliento a su lado.

A partir de allí, fueron esquinas dobladas, otro pasillo, un corredor y… Una puerta de salida. Parecía la iluminación, el escape, el alivio. Ambos rubios salieron de allí lo más rápido que pudieron y una vez fuera del edificio, se alegraron trinfantes.

-Ahora sólo falta que ellos dos logren salir –Dijo Rayne, recuperando su respiración normal.
-Sí, espero que…

En eso, la voz de la rubia fue interrumpida con las voces de varios oficiales, que estaban rodeando el edificio.

-Joder… Ven, Emma, vámonos –Llamó el muchacho caminando rápido hacia el lado derecho de la calle.
-¿Por ahí? Ni de chiste, allá está la mayoría, ¿Te has vuelto lo…?

Nuevamente fue interrumpida, pero esta vez por la luz de unas brillantes linternas que apuntaron hacia ella desde el otro lado. A Rayne no lo avistaron, pues este se había alejado antes cuando la había llamado para seguirlo.

-¡Mierda! –Exclamó Emma molesta, la habían pillado.

Cuando se disponía a escapar, unos brazos tomaron los suyos desde atrás.

-Ah, ah, no escaparás –Era una voz masculina.

Acto seguido, la estaba llevando hacia un cuartucho con ruedas, muy probablemente para interrogarla. Cerca de ahí, había una camioneta de patrulla. Emma observó todo con molestia, ¿Cómo era posible que la hubiesen atrapado?. Y por si fuera poco, ahora eran dos oficiales quienes le retenían los brazos como por miedo a que hallara un escape.

Ella habría hecho una pirueta o algo para zafarse, pero analizó que podría torcerse algo porque ellos no la soltarían tan fácil.

-¡Déjenme! Maldición, ¡Que me suelten! –Gritó. Siendo imprudente como era, no le importó que hablaba con policías- ¡Tienen a la persona equivocada!

A unos metros, en la calle de enfrente, Rayne vio la escena que sólo duró unos segundos.

-¡Emma! –Exclamó en un susurro. La habían metido en el extraño contenedor con ruedas.


~~~
Le reservo la próxima conti a Sil alias Fire (?
... I set fire to the rain~ [Roll-P] Lumina: Tierra de Guardianes - Página 2 1f3b6
Jajaja, es gracioso, Fire to the Rayne, jajaja... ¿Entienden? ¿Alguien? ¿No?... Ok.

Con esto~ Sabri fuera.
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[Roll-P] Lumina: Tierra de Guardianes - Página 2 Empty Re: [Roll-P] Lumina: Tierra de Guardianes

Mensaje por Shiba Dom 30 Jul - 23:40

*Se estira, truena todos sus dedos, se prepara, algo hará y no sabe si saldrá como lo planeado, pero hará el intento de no matarse a sí misma*



▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬

¡Mierda, mierda, mierda y más mierda!

Rayne maldijo todo en ese momento, claro que en otras circunstancias realmente le importaba poco que hubieran agarrado a Emma y la metieran a la cárcel por unos días, de hecho no era mala idea tampoco, se libraba un poco del constante pleito, y de paso se burlaba de su desgracia. Pero, ser descubiertos de esa forma no era parte del plan, y eso hizo a su cabeza hacer un clack en una medida media de ira real.
Si se encontraba de nuevo con el tipo de antes, aunque fuese un debilucho con lentes, o un alma todo amor como Iori, le iba a romper más que solo la nariz.

Se cuestionó sobre sus compañeros, y como el escándalo continuaba, estaba seguro de que no habían sido atrapados, y esperaba que así continuara, al menos hasta que llegase hasta ellos para así poder salir de ahí. La verdadera pregunta era ¿Cómo?

Se pensó la situación, y estaba entre muy pocas opciones, la menos viable, entregarse, por supuesto. ¿La más viable? Bueno, ya ha sido perseguido una que otra vez cuando ha tenido alguna carrera clandestina en su motocicleta. Ser perseguido ahora, no era el fin de su mundo, y esperaba que tampoco el de los demás. Porque mientras tuviera la oportunidad de llegar al contenedor, todo iría sobre ruedas(De una manera muy literal.)

▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬

Miraba el lugar con bastante asco, puede que estuviese limpio pero daba asco. Ser atrapada daba asco, estar esposada a una mesa, daba asco, que la estuvieran interrogando, daba asco, que el "Loco Explosivo" tuviese razón, daba asco.

- ¿Entonces qué hacían ahí? - Preguntó el más grande de los policías, tenía una linterna apuntando a sus ojos, y aunque estaba acostumbrada a las chispas, entrecerró los ojos.
- ¿Podrías? - Pidió de mala gana, el oficial guardó el pequeño instrumento, ella observó ese cuartucho una vez más. Si hacía uso de sus poderes, sería un gran problema, y sus habilidades, en una situación así tampoco ayudaban mucho, especialmente porque con ese poco espacio no había cómo llegar a los policías y solo despertaría más sospechas.

Linda noche para pasear.

- Nada en especial. - Contestó desviando el tema. - ¿Acaso unos jóvenes no pueden ir por la vida con la curiosidad a flor de piel? - Puso los ojos en blanco, el oficial que anotaba hizo una mueca en disgusto. Ya había sido la cuarta vez que preguntaba, y era la cuarta vez que escuchaba algo que no le convencía.
- Vamos. - Se levantó llevando consigo la libreta y el lapicero.
- Pero señor... - El otro tomó rápidamente las llaves y salió tras el que parecía ser el jefe. Emma suspiró pesadamente.

▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬

Tantas veces escabulléndose ya, no harían que esa fuese la última. Menos cuando todo ese lugar estaba completamente oscuro y fuera de las sospechas policíacas.

Aprovechó que la mayoría seguía dentro del edificio y no solo eso, rodeando el edificio. Y pudo llegar a su destino: la camioneta policial, y no podía ser para otra cosa que para remolcar aquel contenedor en el que habían encerrado a la rubia minutos antes. Y qué más podía agradecer... que ya estuviese enganchado.

Quemó algunos cables del vehículo: alarma y seguridad. Nada que dañase lo que importaba en realidad en un auto, entró, revisó desde el volante hasta los frenos; y encontró una gorra, que si algo salía fuera de lo planeado, serviría para algo.

Se la colocó, y bajo esta encontró lo que él llamaría "Oro" en toda su extensión. Discos, que aunque no fuesen originales, pertenecían a su banda favorita, y eso era mucho oro.

Al menos los polis tenían buen gusto, y a pesar de todo se llevó por fin una buena impresión de ellos. No dudó ni un segundo en ponerlo, porque, nunca se podía tener suficiente diversión.

Y entonces simplemente encendió el auto, llamando la atención de todo el que estuviese cerca, entre ellos los dos policías que no hace mucho habían salido del contenedor y cerrado la puerta con demasiada precaución.

Sintió la adrenalina y una sonrisa que nadie estaría feliz de ver apareció en su rostro. Y antes de arrancar a toda velocidad, encendió la radio , dejando un volumen que hizo que se perdiera, y olvidara el verdadero objetivo.

*Ac/Dc On* (Recomendación personal →Highway to Hell)

Los policías en seguida supieron que habían tocado sus preciados discos, y por supuesto, que se estaban llevando el contenedor con la única sospechosa atrapada en él. Y no podía ser nada más que uno de los cómplices.

Y no tardaron en comenzar a perseguir la camioneta. La misma que no solo había sido rodaba sino que había sido usada para atravesar las señales de seguridad y la malla de prevención por los curiosos, mandando todo aquello a no ser más que basura.

▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬

Emma se preguntó qué ocurría, pues no podía no darse cuenta que se taba moviendo, especialmente porque desde el primer momento, la fuerza de arranque la hizo caer de la silla hacia el suelo, agradeciendo que la mesa se moviese con ella , porque sino el dolor del brazo hubiese sido algo insoportable.

Escuchaba las sirenas, y sabía que definitivamente ahora estaba en más problemas que antes. No había un lugar que le diese vista al exterior y la única ventanilla como para no morirse de la asfixia estaba lo suficiente alto para no querer trepar, menos después de todos los zigzag que estaban ocurriendo, y absolutamente todo parecía bailar con desenfreno hacia el suelo, y hacia los lados.

De las únicas personas capaces de arriesgarse a salvarla capaz de realmente hacer algo como eso... No podía pensar en otro que Rayne. Pudiendo aprender, que de hecho, puede ser muy bestia para manejar.

- ¡Maldito idiota! ¡Cargas una persona!

Gritó aún sabiendo que no sería escuchada, pero la manera en que se estaba estropeando, deslizándose de un lado a otro bruscamente, no la dejaba hacer otra cosa.

▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬

Los autos de policía no lo querían dejar de perseguir, y es que bueno, era su deber como guardianes de la ciudad, pero en ese momento necesitaba que dejaran ese trabajo y fuesen más inteligentes, como por ejemplo: Ponerse a investigar la verdad del caso, en lugar de perseguir a unos jóvenes curiosos.

¿Y qué si era mentira?
No es como si fuesen a decir que estaban ahí por buscar a seres "oscuros".

Al menos sabía que con esa cantidad detrás de ellos, Sophie e Iori la tendrían más fácil.

Dos autos alcanzaron la mitad de la camioneta, las sirenas pro fin penetraron sus oídos, resopló. Por tanto, aceleró, sabiendo que la chica no lo estaba pasando tan bien. Igual... era culpa de ella por no hacerle caso en un principio.

Al notar la insistencia, se concentró buscando la fricción entre las ruedas y el asfalto, haciendo un pequeño agujero en las llantas delanteras al derretir el caucho. Comenzaron a derrapar, echando chispas, por la fricción del metal contra la calle y pegaron con la camioneta, con el contenedor (Haciendo que volcase), y con autos que venían atrás.

Les hizo perder las ruedas a unos cuantos más evitando el paso de otros. Y fue más adelante, a una distancia prudente, (pues tenía que disminuir la velocidad de una manera que los frenos no le jugaran una mala pasada) que el mal azocado de la cuerda hizo que el contenedor y la camioneta se separen.
Al darse cuenta de esto, bajó de la camioneta, se quitó la gorra y corrió hasta el contenedor, subió a su superficie, quemó el seguro, agradeciendo que la puerta quedase en la parte de arriba, y la abrió dejando ver a una Emma bastante más que desarreglada, el cabello hecho un desastre, ropa sucia, empolvada hasta la cara y con esposas derritiéndose en una muñeca gracias a las chispas que sus manos despredián y gracias a las cuales podía ver lo que estaba dentro del contenedor. Y le hablaban mucho de lo molesta que estaba, su rostro furioso solo lo confirmó, cuando se puso en pie observando hacia

Rayne se aguantó la risa tapando la mitad baja de su rostro.

- ¡Maldito infeliz! ¿Tienes idea de lo que he pasado ahí dentro? - Reclamó con la mirada fija arriba, con todas las intenciones de cobrárselas, Rayne negó son su mano libre y después de calmarse, respondió tranquilo:
- Yo que sé, no soy yo el criminal al que buscan.
- ¿¡Qué!? - Se puso peor, y después vio la mano del chico estirada.
- Vamos sal de ahí. - Le sonrió aliviado, ella sorprendida miró su mano luego a él. Pero terminó aceptando la ayuda, y él la sacó recibiendo unas cuantas descargas en el camino. - Eres una salvaje. - Se quejó una vez ella estaba fuera, bajando a la calle. Rayne no tardó en alcanzarla y le señaló la camioneta, dónde ahora se dirigían.
Ella abrió la boca vacilante, él escuchó algo como un murmullo. Y la miró.
- ¿Qué? - Preguntó. Ella resopló, pero al final cedió a su orgullo.
- Gracias. - Dijo. Rayne quedó mudo, y a unos pasos más se rió.
- Oye.... - Lo miró mal.
- No, disculpa. - Dijo negando aún entre risas. - Ahora me debes una. - Dijo para molestia de la chica.
- ¿Qué? ¡Es tú culpa que rodara ahí dentro!.
- Se llama gravedad, además estaba muy ocupado evadiendo policías.
- ...
- ...
- ¡Policias! - Reaccionaron al unísono y comenzaron a correr al vehículo. Una vez dentro. el radio seguía encendido, Emma solo dejó que la música llenara sus oídos después de que el chico puso el auto a rodar. Entonces, recordando un poco. Dejó salir una pregunta a la que Rayne simplemente no tenía respuesta.
- ¿Cuántas leyes hemos roto en estos minutos?
- No quiero averiguarlo.

▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬

Buscaron una ruta alternativa hasta que se detuvieron y dejaron la camioneta dónde pudiese ser encontrada, teniendo en cuenta también la cercanía del auto que ellos cargaban.

Una vez dentro de este, fue hora de ir por Iori y Sophie, los que gracias al desastre de los autos policiales, tuvieron oportunidad para despistar a los policías y salir del edificio.

- ¡Están bien! - Celebró Emma, al verlos alejarse del edificio, y una vez se estacionaron frente a ellos, Sophie casi pega un grito al cielo.
- ¡¿Qué te ha pasado?! - Le preguntó a su amiga, realmente estaba hecha un desastre.
- Te cuento en el hotel, es culpa de alguien. - Miró mal a Rayne, éste se encogió de hombros, y los dos jóvenes que faltaban subieron al auto.
- ¿Estás bien Iori? ¿No tienes ni un rasguño? - Preguntó al chico, el cuál rápidamente negó.
- Estoy perfectamente. Solo... Tengo una duda... - Dijo no muy decidido.
- Dinos. - Dijo Sophie que esta vez, fue atrás con el pelinegro.
- ¿Es buena idea que regresemos al hotel?
- Ah... - Quedaron los tres y justo el rojo los hizo detenerse.
- ¿Deberíamos irnos de aquí?  - Preguntó Sophie.
- ¿Y el caso del edificio? - Rayne quedó observando el semáforo.
- Pero, si vamos a hacer algo, debe de ser pronto.
- Es verdad... después de todo... - Emma suspiró pesadamente. - A mi ya me reconocen.
- ¿Qué? - Preguntó la castaña, Emma solo se encogió de hombros decepcionada de la verdad.
- Es una larga historia. - Le contestó.
- Entonces, si queremos limpiar tu nombre, debemos de hacer algo.
- Entonces nos quedamos ¿No? - Iori solo sonrió tranquilo.
- Y lo primero será... - Reconoció Rayne volviendo al camino. - Encontrar a esa rata.


▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬

He hecho lo que he podido, no sé que tan fiel está a la idea original lol
Pero... creo que ya hice mucho, y... qué puedo decir? Me divertí (?
Lamento las rarezas y las cosas ilógicas pero ya no puedo revisar de nuevo xDDD
Ademas de lo largo (??
Si desea alguien le hago resumen (???

PD: Yo si entendí el chiste lol
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[Roll-P] Lumina: Tierra de Guardianes - Página 2 Empty Re: [Roll-P] Lumina: Tierra de Guardianes

Mensaje por Cris Sáb 30 Sep - 0:59

Desde ya, lamento lo largo xDDD

~~~~~

Rayne había virado el auto nuevamente en dirección al edificio, Iori observaba tranquilo a través de la ventana analizando lo que podrían hacer una vez que llegaran al lugar, y Sophie miraba hacia Emma a punto de formular una pregunta, pero fue interrumpida por la rubia.

-Vaya, esto es conducir normal, pudiste haberlo aplicado aunque sea un poco, hace un rato –Le dijo al conductor, claramente disgustada.
-No estamos siendo seguidos por policías –Comentó sin preocuparse de la molestia de ella- Además, esta vez llevo pasajeros.
-¡¿Eh?! ¿Y yo que soy, una cosa? –Exclamó, ahora más molesta que antes.
-Bueno, no lo he dicho yo –El chico reía para sus adentros.
-¡Agh! ¡Eres insoportable! –No le daba un corrientazo nada más porque era quien dirigía el carro donde iban todos.
-¿Qué fue lo que pasó? –Preguntó Sophie finalmente. Miraba a su amiga entre preocupación y sorpresa.
-Bueno, eh –Emma soltó un suspiro de resignación- Al salir del edificio, me atraparon.
-¿Qué? ¿Cómo? –La preocupación de la castaña aumentó, e Iori también se giró a mirar a la rubia.
-Bueno, es que…
-La muy terca no me hizo caso, por eso le pasó lo que le pasó –Aclaró Rayne sin dudarlo.
-Cállate. –Ordenó secamente- El asunto es que estaban rodeando el edificio, y para cuando quise correr en otra dirección, un oficial me atrapó desde atrás. Me metieron a un estúpido contenedor… -Soph e Iori abrieron más sus ojos- Y me quisieron interrogar, no les dije nada obviamente. Y luego…
-La salvé de las garras de la justicia –Interrumpió nuevamente el rubio.
-Luego este demente me sacó de ahí en una carrera contra los policías –Continuó sin hacerle caso.
-¿Cómo? –Esta vez fue Iori quien preguntó.
-Una camioneta policial estaba enganchada al contenedor donde estaba ella.
-Ya veo… -Sophie volvió a mirar a su amiga- ¿Y qué pasó luego?
-Pues logramos burlar a los policías, huimos y dimos con ustedes –Respondió Emma simplemente.
-¿Te hiciste daño? –Cuestionó el pelinegro, en su voz se notaba mucha preocupación. La rubia se giró en su asiento para poder verlo.
-Oh no, Io, estoy bien –Él continuó mirándola con angustia- En serio, no pasó nada, sólo algunos golpes. Yo aguanto más que eso –Le sonrió alzando el brazo en muestra de fuerza.
-Menos mal –Dijo Sophie un poco más aliviada.
-Ten –Iori le extendió un pañuelo, Emma lo miró algo extrañada- Para que te limpies el rostro.
-Oh, no podría ensuciarlo, está muy lindo –Sus ojos amarillos observaban con ternura la tela del pañuelo. El chico insistió y ella lo utilizó sobre su rostro- Ow, es muy suave, igual que tú, Io –Sonrió nuevamente, muy agradecida.
-Llegamos –Rayne interrumpió la escena con cierta brusquedad, o así lo vio Emma.
-Fastidioso, no me deja ni siquiera disfrutar un bonito gesto –Dijo con molestia viendo al rubio bajar del auto.
-Jeje, quizás solamente quiere terminar con este asunto de una vez –Comentó Sophie con inocencia, encogiéndose de hombros.
-Eso y molestarme, al parecer le encanta.

El resto del grupo se bajó del auto y empezaron a andar, en ese sitio aún estaban fuera del rango de vista de los policías.

-¿Sí te golpeaste? –Preguntó Rayne de repente, sonando lo más indiferente que podía.
-Un poco –Respondió ella simplemente, algo seca.
-¿Dónde?
-¿Qué importa?
-¿Aquí? –Le picó repetidamente en un costado con el dedo índice.
-Jajaja, ¡Oye, no! –Le había dado cosquillas y por eso había reído, pero se arrepintió al darse cuenta de ello, porque seguía molesta con él.
-¿Tienes cosquillas? –Se asomó una sonrisa afilada en su rostro, que denotaba travesura en su máxima expresión.
-No.
-Yo creo que sí.
-Que no.
-Shhh –Empezó Iori con delicadeza, Sophie explicó el porqué.
-Chicos… Chicos, está allá –La castaña señaló a una figura que parecía querer escabullirse de cualquier persona.
-Ese maldito –Masculló Rayne entre dientes.
-¡Vamos! –Dijeron Soph y Emma al unísono.

Todos corrieron en dirección al sujeto, con la mayor cautela posible para que no los viera acercarse. El hombre cruzó una esquina y ellos se pegaron a la pared, se miraron entre sí y asintieron. El rubio también dobló la esquina con rapidez y se escuchó un grito ahogado, los demás corrieron a su encuentro y vieron que Rayne tapaba los ojos del hombre con una mano, y con el otro brazo inmovilizaba los del tipo.

-¿Y ahora qué? ¿Cómo lo llevamos hasta la policía? –Susurró Sophie en un tono sumamente bajo, para que sólo Iori y Emma la escucharan.
-¡Suéltame, suéltame! –Gritaba el hombre que no sabía quién lo había capturado.
-Vas a pagar lo que hiciste –Le dijo Rayne en un tono de voz grave, más allá del problema con el edificio, le molestaba que hubiesen tenido tantos problemas a raíz de ese sujeto.
-¡De acuerdo! Fui yo, pero qué te puedo decir, tenía que hacer algo, la competencia es mucha.

Al parecer, el hombre creía que otra persona lo había atrapado. Por lo que dijo, era el dueño de la competencia, y vaya que los nervios le habían jugado una mala pasada, se delató muy rápido.

-Espera… Tú no eres… -Analizó que la voz no era de quién pensaba- ¡Idiota! ¡Quién seas! ¡Suéltame! –Empezó a sacudirse tratando de zafarse, el rubio lo mantuvo algo inmovilizado pero no podría llevarlo así hasta donde estaban los policías.
-¿Qué hacemos? –Volvió a preguntar Sophie, aún en el mismo tono bajo pero más preocupada.
-Tranquila –Dijo Emma y se adelantó con confianza.

La castaña y el pelinegro la miraron algo desconcertados, sin entender. ¿Trataría de llevarlo junto con Rayne? No parecía que eso fuese a funcionar tampoco. Sus preguntas mentales se vieron interrumpidas por un leve crujir de los dedos de ella, incluso Rayne la cuestionó con la mirada, sin decir nada.

Emma sonrió con suficiencia, en ambas manos cerró todos sus dedos excepto el índice y medio, adoptó una posición previa a un ataque y con un pequeño impulso se acercó al hombre, asestándole varios toques fuertes con sus dedos en ciertos lugares de su cuerpo. Inmediatamente, el sospechoso dejó de hacer fuerza y por poco cae al suelo, de no ser porque el ojirubí lo estaba sujetando de los brazos.

-¿Qué demonios? –Preguntó Rayne mirando primero al hombre y después a Emma.
-No hay tiempo de explicar, vamos –Ella empezó a andar. Los demás se miraron entre sí y se encogieron de hombros.
•••

Al cabo de unos minutos, llegaron a donde se encontraban los policías, entregaron al sujeto y explicaron la situación a los oficiales. Cuando llegaron, el efecto de inmovilización se había terminado ya que ella le había hecho menor presión.

Con ayuda de unos testigos que habían estado por allí en el momento del incendio, lograron confirmar su teoría de que había sido él quien lo había provocado. De hecho, hasta las cámaras del edificio lo habían podido grabar, vale, no era el hombre más inteligente del mundo, y pudo haber ocasionado un desastre mayor de no haber intervenido los chicos con sus poderes.

-Y entonces… -Empezó uno de los policías.
-Soy inocente –Emma se cruzó de brazos.
-Vaya, lo lamentamos, señorita, pero es que se vio sospechoso que saliera así de allí.
-Sí, pero sólo buscábamos ayudar.
-Entendemos. Ahora… ¿Qué fue todo ese jaleo de la camioneta policial? –Cuestionó otro policía, mirando el estado en el que se encontraba la rubia.
-No lo sé… Supongo que algún loco quiso robar la camioneta –Ella se encogió de hombros- Sólo agradezco que sigo en una pieza –Se apartó un mechón de cabello del rostro.
-Afortunadamente sí, señorita.

Rayne la miró en silencio, a pesar de todo lo que había pasado dentro del contenedor, la chica lo encubrió con una mentira.

Los policías les agradecieron y los dejaron ir sin ningún cargo. Todo había salido bien esta vez, por suerte. Y su primer caso en la aventura que apenas iniciaban, no había sido más que un simple mediocre que buscaba ganar, no había sido ningún “ser oscuro”, ¿Cierto?... Los chicos se preguntaban en qué momento llegarían a cruzarse contra uno de esos, en el trayecto de vuelta al hotel.
•••

Emma salió de ducharse suspirando con satisfacción, se había dado un buen baño refrescante, y mandó a lavar la ropa que tenía puesta antes. Los demás hicieron lo mismo que ella, y llegó el momento de acostarse a dormir, la suite tenía dos camas -por suerte, pues solían estar equipadas sólo con una, siendo usualmente pedidas por parejas o un solo individuo adinerado-, así que las chicas compartieron una y los chicos la otra.

-Sophhh, ven, acércate –Emma llamó a su amiga con un ademán.
-¿Qué? –Preguntó con dulzura ella, ya ambas estaban recostadas.
-¡Tomemos una selfie! –Exclamó la rubia con ánimo, posicionando su celular frente a ellas.
-¡Ay, síi! –Los ojos turquesas de la castaña brillaron con emoción.

Ambas sonrieron a la cámara, quedando enmarcadas en un bonito recuerdo. Emma publicó la foto con la descripción “Pijama Time”, ambas rieron pues así estaban, en pijamas.

Todos se dieron las buenas noches, Iori apagó las luces y se durmieron rápidamente, luego de ese día tan agitado.
•••

A la mañana siguiente, se vistieron, desayunaron una rica comida y se dirigieron hacia el estacionamiento donde se encontraba el auto que habían rentado. Rayne se disponía a tomar el asiento del conductor cuando Emma se le adelantó y se sentó.

-¿Qué crees que haces? –Le preguntó entre el desconcierto y algo de irritación.
-Esta vez conduzco yo.
-¿Te has vuelto loca? Nos matarás a todos –Se alteró un tanto ante la idea. La rubia sólo le puso mala cara.
-Yo sé conducir, no como tú.
-Quítate de ahí.
-No.

Ambos forcejearon un poco, mientras Sophie tomaba el asiento del copiloto e Iori se sentaba en un puesto de atrás.

-Que vayas atrás –Emma lo empujó levemente, Rayne perdió la paciencia y se sentó atrás de mala gana, resoplando.
-Tranquilo, lo importante es retomar la misión –Le habló Iori con una voz sumamente dulce, cosa que calmó al “loco explosivo”.
-Chispita, acelera –Dijo Sophie de repente, sus ojos parecían perdidos en el horizonte.
-Jeje, chispita –Rió Emma ante el apodo, luego se giró y contempló a su amiga- ¿Pasa algo?
-Creo que… He vuelto a sentirlo –Dijo con cierta emoción y suspenso en la voz.
-¡Pues qué esperamos! –Su amiga apretó el acelerador.

Al salir de las puertas del estacionamiento, siguieron el camino que los conducía a una playa cercana, cosa que no era rara pues estaban en una zona costera. La extraña sensación que embargaba a Sophie, esa rara conexión, se hacía más fuerte cada segundo.
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[Roll-P] Lumina: Tierra de Guardianes - Página 2 Empty Re: [Roll-P] Lumina: Tierra de Guardianes

Mensaje por Mar. Miér 11 Oct - 2:55

La brisa del mar inundaba sus pulmones, hacía mucho que no se sentía tan reconfortada como en ese momento. Algo en ese ambiente le traía paz y la vitalizaban. Sonrío para sí. Acababan de llegar a la zona de playa, aparcaron el auto y salieron. Emma se estiró en cuanto bajó.
-¿Está por aquí cerca? – preguntó la rubia observando a su amiga.
-Sí…bueno, eso creo. No lo sé. Creo que está cerca pero no sé exactamente en donde- habló la castaña. Emma la observó un segundo y luego, dirigió su vista hacia el cielo. El sol estaba en su máximo esplendor y ella, se encontraba sin protector solar.
-Bueno, creo que es hora de ir de compras- expresó, sus compañeros se voltearon hacia ella.
-¿Qué? No me digan que debajo de sus ropas tienen un traje de baño o algo así. Lo siento, pero yo necesito protector solar al menos.
-¿Tienes algún tipo de obsesión por las compras o algo así? – soltó Rayne.
-Que te importa. Además, invitan los ancianos – la joven sacó la tarjeta que los ancianos les habían entregado y la colocó entre sus dedos, mientras dibujaba una sonrisa triunfadora en su rostro. –Y yo jamás rechazo algo que me invitan – río.
-Ve tú, yo iré a la orilla- sonrío Soph.
-¿Estás segura? – la castaña asintió.
-No te preocupes, debería empezar con esto rápido. Después de todo, ya tuvimos un retraso por mi culpa. Yo los llevé al problema de la explosión – Emma le sonrío con ternura.
-Oh no, no, hielito. No digas eso. Ese problema no fue cosa nuestra, así que déjalo así, no le tomes importancia. Y esto, tómalo con calma- la tranquilizó. Soph sonrío.
-Está bien, pero creo que iré avanzando de todos modos.
-De acuerdo. Entonces…
-Ni de chiste. Pareces de esas que se quedarían horas en una tienda. Paso la tortura – habló Rayne dándose media vuelta en dirección contraria a la de la rubia.
-¿Y quién pidió que vengas? Hojita ¿vienes conmigo? – Y la joven, no le dio tiempo a responder, inmediatamente tomó al pelinegro de la muñeca y haló de él.
-Te llamo para encontrarnos, chaito – dijo sin más, y desapareció con el pelinegro detrás de ella.
-Bueno, quedamos nosotros… ¿quieres acompañarme o te quedas aquí? – preguntó Soph, Rayne se encogió de hombros.
-Creo que no tengo elección – Y ambos empezaron su marcha hacia la playa.

--------------
-¿Cómo dice? – preguntó la joven aun con una sonrisa en el rostro, aunque esta parecía cada vez más forzada. Iori tenía la impresión que en algún momento explotaría, incluso, pudo percatarse de las pequeñas chispas que surgían de la mano de su compañera, casi imperceptibles para las personas no entrenadas.
-Le repito señorita, la tarjeta no pasa.
-¿Cómo que no pasa? ¿Lo está haciendo bien?
-Sí, mire usted misma, dice que ha sido suspendida – reafirmó la cajera. Emma soltó un gran suspiro, metió su mano en su bolsillo y sacó otra tarjeta, y se la entregó a la cajera.
-Esto es increíble – espetó.
-¿Qué sucedió? – preguntó inocente el pelinegro.
-Pasa que nos quedamos sin proveedores – afirmó. La cajera le entregó el protector solar y los dos helados que la rubia había pedido. Emma los tomó y se giró.
-Gracias por su compra.
-Sí, sí- Ambos chicos salieron del lugar. Emma le tendió una de las paletas a Iori, quién después de unos instantes la aceptó.
-No entiendo, ¿Qué sucedió?
-Al parecer, los monjes esos nos vetaron. Ya nos encargaremos de llamarlos después. Ahora cómete tu paleta.- Iori la observó unos instantes con cierta perspicacia.
-Descuida, ser una deportista estrella tiene sus ventajas – animó la joven con una sonrisa –Lo malo, es que moriré de calor en esta playa con esta ropa… - la joven dio una mordida a su helado, cuando sus ojos se encontraron con un cartel pegado en el exterior de la puerta –Espera un segundo – terminó de tragar ese pequeño trozo de helado. –Hojita, mira -  señaló aquel anuncio. Iori se volteó y su mirada cambió.
-Oh, no… - empezó el joven.
-¡Oh sí! – río emocionada la chica.
El letrero lo decía todo: ¡Concurso de castillos de arena! El primer premio se llevaba un viaje todo pagado a un destino X más otras cosas  que no importaban. El segundo premio, se llevaba una tarjeta ilimitada en productos de la tienda + un día en un spa de cinco estrellas con todo pagado para los involucrados, y el tercer premio… ¿a quién engañaba? Tampoco le importaba. La mirada de la rubia explotó en chispas.
-Emma, por favor…
-Vamos hojita, no te preocupes. De todas maneras, solo necesitaríamos el segundo premio
-Ya… ¿y cómo lo piensas hacer? – La joven lo meditó un momento y se encogió de hombros, mientras comía otro trozo de su helado.
-Ya lo veremos. Ahora, vamos dónde los demás.
---------------------

Sophie y Rayne habían llegado casi a la orilla del mar. Soph se había quitado las zapatillas y andaba descalza.
-¿Algo?
-No, aún nada – suspiró resignada. Hacía segundos, había sentido que algo estaba por pasar, pero esa sensación había desaparecido. Rayne soltó un bufido. Habían pasado varios minutos dando vueltas por la playa, por dónde los bañistas tomaban sol, pero no habían encontrado nada y ya se estaban cansando. A decir verdad, a él no le importaba el calor, pero si le parecía un tanto tedioso caminar por la arena con esa ropa. Soph se sentó sobre la arena y él se sentó a su lado.
-Esto es más difícil de lo que pensé – soltó la joven.
-Nadie dijo que sería sencillo
-Y, en eso tienes razón – su mirada turquesa se perdió en el hermoso mar que se alzaba imponente frente a ella. Pronto se dejó llevar por el vaivén de las olas. Y fue allí cuando lo sintió, una especie de voz llamándola, un sentimiento que provocaba que corriera hacia el mar y se dejara llevar por él, pero se detuvo. Abrió los ojos de pronto, no sabía en qué momento los había cerrado, pero eso no importaba, su mirada se fijó en el mar, en un punto específico. Su corazón empezó a palpitar rápidamente y lo supo. Se puso de pie de un brinco y observó pasmada, justo frente a ella, un muchacho de gran porte montaba una gran ola. Tenía el cabello negro y un cuerpo de atleta, su rostro lo decía todo: amaba estar donde estaba. Una sonrisa dibujaba su emoción. El joven realizó una pirueta en la tabla, ocasionando que la muchedumbre a su alrededor gritara emocionada. ¿En qué momento habían aparecido? No tenía ni idea. Sus ojos no podían desprenderse del muchacho y entonces lo supo…era él.
-Lo encontré – murmuró.
-¿Qué? – Rayne había logrado escucharla y empezó a buscar con la mirada, pero para él, todo parecía normal, salvo por las personas que sin querer queriendo, los habían rodeados absortas en los tablistas. -¿Quién es? –pero Soph no le respondió y apresuró su paso, colándose entre el público y aproximándose hacia el otro lado. Rayne solo la siguió.
Lograron esquivar a las personas, que parecían entretenidas con los espectáculos de los surfers en el agua, pero la atención de la ojiturquesa, se prendía netamente en el joven pelinegro que salía del agua, agitando su cabello con una sonrisa traviesa en el rostro, por un instante sintió que sus miradas a lo lejos se conectaban, pero su conexión se vio interrumpida cuando un grupo de señoritas se le acercaron.
Soph intentó esquivarlas, pero fue demasiado tarde. Lo había perdido de vista. Rayne llegó a su lado, la vio soltando un bufido.
-¿Qué pasó?
-Lo perdí.
-¿Y ahora?
-No lo sé, creo que tendremos que esperar. Algo me dice que volverá.
Rayne le restó importancia. –Si tú lo dices… pero si nos quedamos, al menos vayamos por algo que comer.
-Sí, sí. – Soph se dio media vuelta y junto con el rubio empezaron su camino de vuelta hacia el vehículo en el que habían llegado.

-----------------------------------------------------------
Ok, estaba a punto de hacer que Soph y Dylan por fin hablen...perooooo....
Bueno, estamos en la playa... y hacer que se encuentren podría presionar a que se vayan de allí rápido. Creo que podemos explotar la escena un poquito más. Igual ya vimos al galán, solo falta poquito para que se encuentren!

Oh, y aclarando (Antes de que me maten) los dividí así, porque ya tenía unas ideas para estos momentos y no quería perderlos. No mal interpreten, no intento ocasionar problemas en la ship o algo!  [Roll-P] Lumina: Tierra de Guardianes - Página 2 1f605
 
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[Roll-P] Lumina: Tierra de Guardianes - Página 2 Empty Re: [Roll-P] Lumina: Tierra de Guardianes

Mensaje por Cris Vie 20 Oct - 22:37

-Bueno, lo mejor será esperar a que lleguen Io y Emma –Dijo la castaña recostándose en un costado del auto, del cual se separó rápidamente- ¡Auch!
-¿Qué pasó?
-Está caliente –Hizo cara de falso llanto.
-Normal, nada extremo –Dijo el rubio posando su mano en la superficie del carro.
-¿Por qué será? –Lo miró divertida, y colocó una de sus manos en su espalda, enfriando el lugar donde se había quemado.
-Ahí vienen –A lo lejos vieron a sus amigos acercarse.

Cuando estuvieron a un metro de ellos, el helado de Iori se despegó de la paleta que lo sostenía y cayó al suelo, éste compuso un rostro de tristeza que derretiría -irónicamente- a cualquier persona.

-¡Ay, no! Io, tranquilo, yo te compro otro –Habló Emma sin dudarlo.
-No te preocupes, no gastes más, además la tienda está lejos –Habló el pelinegro, quien no pudo disimular la tristeza.
-Toma el mío –La rubia le puso una mano en el hombro y con la otra le ofreció el helado.
-No podría –Iori abrió los ojos en asombro y negó con vergüenza.
-Insisto –Le acercó más el helado.

Finalmente, el chico tuvo que aceptar el gesto pues ella no daba su brazo a torcer. Emma le sonrió cálidamente y volteó hacia los demás, notando que Sophie tenía sus manos juntas en su pecho.

-¿Qué pa…? –No pudo terminar.
-Eso fue taaaaaaan tiernooo –Canturreó, sus ojitos turquesa brillaban más que de costumbre.
-Oh, no fue nada –Le restó importancia la rubia, volviendo a sonreír.
-Pobre Io, se va a envenenar –Dijo de repente Rayne.
-¿Qué dices? –El tono de Emma cambió.
-Tú comiste de ahí, y ahora él está comiendo de ahí también –Explicó simplemente, desviando la mirada con desinterés.
-Eres sinceramente insoportable.
-No hay problema –Interrumpió Iori con voz dulce- A mí no me molesta, y Emma no tiene nada de malo, yo la veo muy sana –Dijo inocentemente, sin haber captado el mal chiste.
-Eres tan lindo –Dijeron ambas amigas a la vez, a lo que se miraron y rieron.
-Entonces –Volvió a hablar Rayne, para evitar otra escena de exceso de atención al pelinegro- ¿Por qué vinieron tan pronto? Creí que ibas a quedarte siglos comprando.
-Para tu información… -Empezó Emma.
-A Emmy no le gusta mucho ir de compras –Puntualizó Soph con una sonrisa.
-¿En serio? Pareciera –Dijo el rubio, algo sorprendido.
-Pues sí, pero como siempre hablas sin saber. No te culpo, no tienes mucha materia gris para analizar y guardar infor… -La rubia se detuvo en su frase de repente, Rayne le iba a responder pero lo siguiente lo descolocó- ¿Emmy? –Enfatizó mirando hacia su amiga.
-¿Uh? Pues sí –Contestó Sophie sin entender.
-Quée tiernaaa –Alargó Emma abrazándola de repente- Eso fue muy lindo –La apapachó más fuerte.
-Jejeje, no es nada –Sonrió la ojiturquesa.
-Oh, Emma dijo que la tarjeta que nos dieron los monjes está… está… -Dijo Iori tratando de recordar la expresión.
-Oh, sí, suspendida –Completó la rubia soltando a Sophie, y dejando escapar un suspiro.
-¿Qué? –Dijo la otra chica con sorpresa- ¿Y ahora qué haremos? –Miró hacia el auto, el cual estaba mantenido por el crédito de esa tarjeta.
-No te preocupes, pagamos por un plazo determinado para tenerlo, y creo que aún no se vence… No hay deuda pero… En cuanto pase ese tiempo, sí tendremos que devolverlo –Explicó Rayne, con un deje de tristeza porque se había encariñado un poco con el lindo modelo de auto.
•••

Recorrieron las calles aledañas con el carro y lograron encontrar un local de comida con precios razonables y un menú no tan extravagante. Comieron, repartieron el pago entre ellos y volvieron a la playa. Así, había pasado una hora más, ya era poco más de medio día y el Sol había pasado su etapa más fuerte, pero seguía incidiendo con fuerza en el lugar.

Sophie y su amiga se quitaron los zapatos para andar en la arena, cosa que alivió a la ojiámbar, pues tener esas botas largas en la playa era todo menos agradable. Emma sacó el bloqueador solar, se esparció un poco de la crema en el rostro y los brazos y repartió un poco de éste en las manos de los demás también, primero a Sophie a quien le mostró preocupación por su piel, seguidamente a Iori que extendió las manos sin problemas, y llegó a Rayne, que sólo la miró con una expresión extraña.

-Pon las manos –Le ordenó.
-No necesito eso –Replicó este. Emma soltó un bufido.
-Qué terco. El hecho de que soportes el calor no significa que no te haga daño la luz solar.
-Claro que puedo.
-Que no, dame la mano.
-No.
-Ok.

La rubia tomó un poco de crema en su mano libre y sin previo aviso comenzó a esparcirla con rapidez en el rostro del ojirubí.

-¡¿Qué haces?! ¡Deja! –Se quejó Rayne tratando de zafarse, pero ella había sido rápida.
-Listo –Sonrió triunfante.
-¿Por qué hiciste eso?
-Después te quemas la piel y andas llorando.
-Claro que no.
-Y quítate esa chaqueta, sólo de verte muero de calor.
-La chaqueta no –Sentenció Rayne, aferrando una de sus manos a la tela.

De repente, se escucharon unos gritillos de emoción de parte de la multitud, que hizo voltear a todo el grupo. La competencia de castillos de arena iba a comenzar dentro de poco.

-¡La competencia! Soph, si ganamos el segundo premio, podremos comprar algunas cosas para estar aquí –Dijo su amiga.
-Pero no creo que… -De pronto, sintió su corazón latir con fuerza y vio de nuevo al muchacho pelinegro, quien parecía que iba a participar- Vamos.

El cambio en su decisión sorprendió a los demás pero la siguieron sin pensarlo mucho.

-¡Qué tonta! –Dijo Emma de pronto mientras caminaban.
-¿Ahora te das cuenta? –Le dijo Rayne, ella lo ignoró.
-¿Qué pasó? –Le preguntó Sophie.
-Traigo uno por aquí… -La rubia abrió su mochila, donde tenía todo su práctico equipaje.
-¿Un qué? –Se asomó la castaña- ¡Oh! ¿Un traje de baño, en serio?
-Me pasó una vez en un campamento que fui sin uno, y fue tan triiistee. Así que, desde ahí, siempre empaco uno por si acaso –Sonrió- Ya vengo –Y corrió en dirección a una tienda con probador.
•••

A los pocos minutos, el resto del grupo se había sentado en un espacio que los organizadores del concurso les habían indicado. Y llegó Emma, con su mochila en un hombro, pero esta vez no tenía su ropa usual, sino un bikini simple de color negro, pero muy atractivo a la vista, o eso decían las miradas que se posaban en ella.

-¡Qué bonita! –Exclamó Sophie.
-Oh, gracias –Emma sonrió y movió su cabello con orgullo.

Iori la miraba sorprendido, tratando de comprender por qué se pondría algo tan revelador, y dándose cuenta de que las demás personas en la playa también iban vestidas así. Rayne se abstuvo de comentar, pero inconscientemente se quedó mirando.

-Ojalá tuviera uno para ti –Se lamentó Emma hacia la castaña- … ¿Soph?

Su amiga no le respondía. Tenía la mirada fija en un punto a unos metros detrás de ella.
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[Roll-P] Lumina: Tierra de Guardianes - Página 2 Empty Re: [Roll-P] Lumina: Tierra de Guardianes

Mensaje por Shiba Dom 19 Nov - 23:22

Las miradas se habían vuelto casi imparables, y él lo comprendía, sus dos amigas eran chicas muy guapas, y ahora con la rubia utilizando aquel bikini, toda la atención que recibía el grupo no era de extrañar, y menos al notar las diferencias en vestimentas de cada uno. Especialmente cuando se desviaban a quien menos encajaba que era Iori.

Se había quedado callado sobre eso, pero pronto entendió muchas cosas, especialmente con todas las direcciones en las que desviaban más de uno. Y lo tonto que se sintió al percatarse dónde él mismo se había estancado. Mas, no se recriminó ni se dejó llevar, a lo que puso su mejor sonrisa de galán y se acercó a ambas muchachas, para sin previo aviso rodearlas sobre los hombros y recargarse sin hacer peso realmente.

Sophie salió de su trance, mientras que Emma abrió los ojos confundida, ambas observando al rubio, Sophie casi quemimportista, y Emma acusando su acción como mero pretexto para pedir algo.

- ¿Por qué no vamos por algo de ropa para el niño? - Levantó el rostro señalando a Iori. Quien solo lo miró confundido y comenzó a negar.
- No es necesario. - Ambas chicas observaron al pelinegro, y si ellos con su estilo habitual no encajaban, excepto por el estilo más fresco y veraniego de Sophie. Iori era todo un mundo y época diferente.
- Tú andas con... - Emma lo miró mal, y con asco tomó el filo de la chaqueta de Rayne, no era de cuero, pero era una tela tan gruesa y calurosa que con solo tener su brazo encima sentía el calor que se había impregnado en ésta. - Esto, y nadie te dice nada.
- Porque esto no tiene nada de raro. - Se explicó sin quitar su expresión.
- Las tarjeta está suspendida ¿Recuerdas? - Sophie en cambio tomó todo el brazo del chico y se lo quitó con cuidado. Ese calor no era normal.
- Exacto. Y por eso el concurso ¿Recuerdas?

Rayne se llevó su ahora mano libre a la cabeza, pensante, componiendo su postura y mandando más peso a los hombros de Emma, quien reaccionó con sorpresa, pues seguía sin soltarla.

Él en cambio observó parte de su rededor como pudo y al notar que habían cesado las miradas en medida soltó a la rubia.

- Hagan lo que quieran. - Dijo, y se encogió de hombros. - Yo creo que iré a buscar algo mejor que hacer.
- ¿Y la competencia? - Iori lo miró preocupado, él evitó caer ante ello.
- No es algo que me interese en realidad.
- A ti nada te interesa. - Emma puso los ojos en blanco. Y Sophie regresó su mirada a dónde había visto al anterior joven. Ahora parecía estar conversando con un grupo de jóvenes. Debía de encontrar la manera de hablarle.
- Parece que ya va a comenzar - Señaló a los organizadores, pues se estaban acercando a la pequeña plataforma en dónde se encontraban los micrófonos y que estaba rodeada de parlantes de un tamaño mediano. Llevaban todo listo para el inicio.
- Alistémonos. - Emocionada juntó las manos y esperó a las palabras de los organizadores.

- ¿Dónde vas? - Iori miró a Rayne quien se alejaba tranquilo, y al regresar la mirada se encogió de hombros.
- ¿No quieres venir?
- Pero hay que ayudar en la competencia.
- No me llama mucho la atención.
- ¿Y la tarjeta?
- Voy a ver si encuentro otra manera por mi lado. – Sonrió tranquilo, ya había espantado lo suficiente de todas maneras.
El escandaloso sonido de los altavoces llegó a los oídos de todos, anunciando el comienzo del concurso y sus métodos de calificación.

- Si te vas, ya lárgate. - Pidió la rubia. Rayne puso mala cara.
- Claro, nadie quiere estar cerca de algo tan poco atractivo. - Recibió una sacada de lengua ante ello, él se acercó a pellizcarle la mejilla, pero ni dejó marca cuando la soltó. – Grosera. – Y después simplemente salió de ahí.


▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬


Caminó por unos minutos, seguía escuchando un poco del ruido de la competencia, y la realidad, no era que no le interesase, sino que le daba algo de recelo, porque podía emocionarse de más, y no era un lado que quisiese mostrar al público en general, aunque les costara algún puesto de premio mayor. Además desde que llegaron algo le había llamado la atención cuando pasaron en el auto, ya que no manejó pudo fijarse más en los costados y un escenario al inicio de las rocas de aquel sector había hecho que sus ojos mantuviesen ese punto en la mira.

Por lo que era el lugar al que se dirigía, y con esa competencia y ellos entretenidos, ese era el mejor momento que podía tener.

Aceleró el paso y a su ritmo no tardó en llegar. Y sin irse mucho de la realidad, había acertado medianamente. Pues se trataba de grupos aficionados dando un pequeño concierto. Si no se equivocaba, solo tocaban dos canciones por grupo, y la mayoría de los que se encontraban ahí estaban por amigos, por tanto, él era la oveja de otro rebaño que llegaba perdida hacia la primera multitud que pudo encontrar.

Se quedó solo para ver si encontraba algo interesante, además del típico pop-rock actual, y unos cuantos decentes solo de guitarra; pero nada llegaba, y se terminaba aburriendo rápido. Miró su reloj de muñeca, el cual solo se notaba cuando descubría esa parte de su brazo, y había pasado una media hora desde que estaba ahí ¿Cuánto se tardarían los chicos en hacer un castillo de arena? Solo sabía que había pasado lo suficiente como para hacer algo decente, y si no se equivocaba daban dos horas para ello… Ahora que recordaba ¿Qué clase de castillo querían?

Le importó poco cuando empezó a percibir el olor de la droga expandirse. Y aunque era bueno ver que la gente se divertía, y él no fuese la persona más sana tampoco, no tenía ganas de andar “Happy” porque sí. El grupo había terminado de tocar y él ya decidió que había sido suficiente. Pero entonces escuchó un rasgón de guitarra que se le hizo tan conocido, por lo que quedó ahí mismo.  Y cuando la batería comenzó a sonar a compás, supo perfectamente que no se equivocó.

Sonrió divertido ante la ironía de encontrarse con esa canción una vez más, en una parte diferente de esa ciudad. El cantante no era malo, de hecho casi podía llegar al carisma de Brian, mas no a su timbre, y aunque el vocalista era el que se llevó toda la atención él quedó estancado en otra parte y fue en la guitarra. No era por lo bonita, o voluptuosa, ni por lo bien que de hecho entonaba cada cuerda sin error; era algo que lo hacía tener curiosidad, como algo con lo que no debía meterse. Pero siendo sinceros, él era bastante rebelde en muchos sentidos. Y uno era que nunca le hacía caso a instintos como ese; peor cuando de hecho la otra parte también se había enfocado en su persona.

Volvió a mirar su reloj.

Tenía tiempo.


▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬


Salió de entre la multitud en cuanto pudo, mejor dicho en cuanto la banda terminó, pues hasta ahora todos buscaban el público para mezclarse y juntarse con sus conocidos, y al no ser algo a gran escala, en realidad no se perdió y encontró rápidamente lo que buscaba al fondo de todo. Pero lo más extraño fue que él no era el único buscando, ni el único solo.

- ¿Me buscabas? – Preguntó con una amplia sonrisa, la cual no se había desvanecido desde que la vio en el escenario. Y si podía ser un poco curioso, de cerca, esa no era ropa para estar en la playa.
- ¿Quién no lo haría? – Ella rio divertida ante ello, y él sonrió; hasta ahora, no iba tan mal.
- Lady. – Extendió la mano al presentarse. - ¿Tú… señor con buen gusto? – Ahora fue su turno de reír.
- Rayne. Lady with good taste. – Bromeó.
- ¿Yo por?
- Bueno, además de lo bien que tocas la guitarra, has buscado y encontrado oro entre tanto cobre.
- Me gustan más los diamantes.
- Harás que llore.
- En realidad… - Vaciló. – Noté que me mirabas, y me entró curiosidad.
- ¿Entre tanta gente? – Ella se encogió de hombros.
- Llámalo coincidencia.
- Podría ser destino. – Y de nuevo la había hecho reír. Él a pesar de pasarlo bien, volvió a ver su reloj, y ella se acercó.
- Es temprano.
- Sí, pero debo regresar a dónde están haciendo esa competencia de castillos.
- ¿Amigos?
- Algo así.
- ¿Cómo que algo así?
- Quizá sean un poco más importantes que solo amigos.
- ¿Novios?
- ¿Qué? – Puso cara de asco, ella rió fuerte.
- Es una broma. También tengo amigos allá. De hecho allá tenía planeado ir en primer lugar y luego… Bueno, me quedé aquí.
- ¿Por?
- Me das curiosidad.
- Que directa. – Se encogió de hombros y comenzó a caminar. - ¿Vamos? – Preguntó ella asintió siguiéndolo.
- ¿No tienes calor con eso puesto?
- El calor es mi mejor aliado.
- Es una pena.
- Créeme que lo es.
- Tienes que compensarlo.
- ¿Te basta un helado?
- De chocolate.


▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬


- Necesitamos más arena aquí. - Dijo Emma, casi terminaban y viendo lo demás el de ellos tenía oportunidad.
- En seguida. - Iori tomó una cubeta, y con todo el ánimo se iba a dirigir al agua, se estaba divirtiendo mucho, pues tenía mucho tiempo sin jugar así, y sus compañeras sabían como hacerlo ameno a pesar de lo extraño que a veces era visto. Pero una imagen a lo lejos se interpuso en su camino. - ¿Ese es Rayne? - Preguntó, la rubia observó hacia donde señalaba, pues Sophie se había entretenido acomodando una parte de la base. Y de paso curioseaba un poco al lado contrario, dónde tres castillos más allá se encontraba el surfista. Tan cerca y al mismo tiempo no sabía como acercarse.

"Hola, soy tu Alma Lumen, eres un Primary Elementum, puedes controlar el agua por cierto - Guiño, guiño -"  

Bien, ese no era el verdadero plan, el problema era toda esa multitud a su alrededor, como un mar de personas, millares de gotas rodeando el núcleo del oceano. Por lo que solo podía esperar un poco más a una oportunidad.

- ¿Se fue solo para eso? - Escuchó a Emma, y desvió su mirada, siguió la dirección y no le sorprendió que de hecho estuviese molesta; a ella tampoco le pareció lo más correcto de parte del rubio. - Me voy porque no me interesa, - Hizo una voz grave tratando de imitarlo. - Claro, es un irresponsable.  - Puso los ojos en blanco, ese chico estaba en problemas, no tendría ni un poco de lo que ellos ganaran con el premio. Por lo que se relajó y no dejó que eso la frustrara.
- Me sorprende que de hecho se haya ido por algo así. - Comentó la castaña. Iori las miró preocupado.
- No te preocupes. - Pidió la rubia. - El karma existe, y... - Observó dónde se dirigían y era el mismo lugar el cuál más atención tenía en la playa, o que al menos al cual las chicas desviaban más su mirada. Sophie identifico rápido que era donde aquel pelinegro. Al cual la chica de largos cabellos que ahora acompañaba Rayne, saludó con mucho entusiasmo.

Muy desgraciadamente, quizá esa podría ser su oportunidad.



LADY:

Explicaciones en el Review (?
Shiba
Shiba
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.::♡.Moder*Contest.♡::.

Leo Otro/prefiero no decirlo Sin Bandera

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[Roll-P] Lumina: Tierra de Guardianes - Página 2 Empty Re: [Roll-P] Lumina: Tierra de Guardianes

Mensaje por Mar. Vie 5 Ene - 21:03

-Muy bien, aquí tienen su premio-
-¡Felicidades a los ganadores!
El cómo habían llegado allí era todo un misterio. Y aún más, el haber ganado justo aquel premio, quizás era una broma de los dioses o del mismo destino.
-¿Es enserio? – No sabían si reír o llorar. Ni siquiera se podría explicar cómo había sucedido todo. Pero por alguna extraña razón, en ese momento, los tres jóvenes se encontraban recibiendo el listón del primer lugar, seguido de un cartón en dónde especificaban los detalles y muchos aplausos.
Emma soltó un suspiro de molestia.
-¿Y ahora, que haremos? – preguntó Iori con cierta timidez. Unos segundos de silencio reinaron entre los tres, mientras todas las personas se alejaban del lugar luego de la premiación.
-El viaje no nos sirve de nada y menos en este momento-  Ambas chicas intercambiaron miradas por un instante.
-Lo tengo – saltó la castaña. Emma sonrío cómplice. ¿Acaso se habían leído las mentes? Se dedicaron una mirada pícara y una sonrisa juguetona… Iori solo se limitó a tragar en seco. Había vivido lo suficiente con aquellas dos para saber que tramaban algo, algo que probablemente funcionaría o probablemente los metería en grandes líos. Iori rezó por la primera razón.
-¡Cambiemos! – gritaron al unisonó.


-Entonces ¿Qué dicen? Les damos este premio y nos dan la tarjeta. – propuso Emma. Los chicos que habían ganado el segundo lugar, tres jóvenes de entre 20 y 25 años, se miraron.
-¿Qué truco hay detrás? – preguntó uno de ellos.
-Ninguno. En verdad. Es solo que nos interesa más la tarjeta. ¿Qué opinan? – habló Sophie con una sonrisa.
-Es raro que quieran cambiar un premio como ese. Todo el mundo lo quisiera.
-¿Y ustedes no? Vamos, es una gran oportunidad– animó la rubia.
-Mmm No lo sé. Con esto podríamos comprar lo que quisiéramos – habló el que parecía menor de los tres.
-Y con esto, podrían viajar a dónde quisieran y conocer lindas chicas ¿Qué opinan? Nunca les harán un trato así – sonrío Emm.
-Sigue sin convencerme –Emma sonrío tensa, por alguna razón esos chicos podrían ser candidatos para experimentar su pérdida de estribos.
-¿Y que podríamos hacer para convencerlos? – siguió Soph. Tenían que acabar rápido esto.
-Preséntennos a su amiga- habló el que parecía mayor, los otros dos lo miraron intrigados, pero en un segundo parecieron apoyar su idea.
-¿A nuestra…? – empezó Soph
-¿Amiga? – terminó Emma. Ambas se miraron y ahogaron una risa, mientras uno de los chicos señalaba sutilmente a Iori, quien se encontraba a unos pasos más lejos, sentado en una banca y jugueteando con sus pies.
-Pero es que…- Sophie empezó a hablar… eso era un mal entendido, pero Emma la interrumpió.
-Es una persona muy tímida. Díganme ¿Si se la presentamos, nos darán el premio?
-Sí, se los intercambiaremos-
-Está bien. ¿Sin objeciones, reclamos o devoluciones, verdad?
-Así es – afirmaron los tres.
-Bien, es un trato –Emma sonriente estiró el folder del premio y el chico del otro equipo hizo lo mismo con la tarjeta. Emma tomó la tarjeta y saltó de alegría.
-¡Lo logramos! – celebró junto con Sophie
-Y entonces…- habló el menos de los chicos. Emma lo miró con una sonrisa zorruna.
-Cierto, cierto. – Se giró hacia dónde se encontraba el pelinegro y alzó la voz -¡Iori! ¡Ven por favor! – llamó. En cuanto el joven escuchó, se puso de pie de un salto y se aproximó a las chicas.
-¿Iori? – cuestionó uno de ellos. En cuanto el pelinegro llegó, saludó con una sonrisa…
-Un segundo…
-Bueno chicos, él es nuestro amigo Iori. Io, estos chicos querían conocerte, así que salúdalos por favor. – pidió Emma con falsa amabilidad, escondiendo su burla debajo.
-Ellos nos cambiaron amablemente el premio – siguió Soph. Al pobre pelinegro se le subieron los colores a las orejas y asintió amablemente.
-Gracias por ser tan amables-  habló el joven. El rostro de esos tres muchachos era un poema. Entre el sonrojo y su confusión.
-¡Es-esperen! ¡Esto es trampa! – saltó el chico.
-No. No nos dijeron que se trataba de un hombre.
-Oh sí. ¿Cuál es el problema? Ustedes pidieron que se los presentáramos. Además, dijeron sin objeciones ni reclamos ¿recuerdan? – sonrió Emma.
-Bueno, le agradecemos mucho la colaboración, nosotros nos vamos – Dicho esto, y antes de que alguno de esos tres chicos pudiera decir algo más, se dieron media vuelta y se marcharon. Iori dio una pequeña reverencia y se alejó detrás de sus amigas.  Emm se giró unos pasos más atrás
–Vamos chicos, estamos en el siglo XXI no sean anticuados. No todo es lo que parece. – y desapareció entre la multitud.

Corrieron hasta la entrada de la tienda y Emma alzó la tarjeta con una pose victoriosa.
-¡Lo conseguimos! – chillaron ambas chicas.
-Qué bueno, pero sigo sintiendo que he sido utilizado- soltó el rubio con un tono de desgano.
-Ow. Lo siento mucho Io, te prometemos que no volverá a pasar. Pero mira el lado bueno, logramos lo que queríamos. Ahora podemos surtirnos con lo que necesitamos- apoyó la castaña tomando al joven por el brazo. Aunque era una ternura, Iori les llevaba una buena altura a ambas chicas.  
-Es cierto. Bueno, creo que es momento de disfrutar el premio.
-Esperen ¿y qué hay de Rayne?- bastaron esas palabras para que una oleada de chispas recorrieran el cuerpo de la rubia desde sus pies hasta sus cabellos, y con una sonrisa algo tensa se giró hacia el inocente pelinegro.
-¿Quién?
-Es que creo que debemos de avisarle, tampoco podríamos obligarle…después de todo fue nuestra idea y… - con cada palabra su tono se iba disminuyendo, aunque la expresión de Emma parecía intacta.
-Pues qué pena. Para los irresponsables no hay nada. ¡Y él es un completo irresponsable! – soltó.
Soph se quedó pensativa. En cuanto escuchó el nombre de su amigo, recordó que la última vez, lo había visto acercándose al grupo dónde estaba el pelinegro misterioso. ¡Esa era su oportunidad!
-¿Sabes Emm? Creo que Io-chan tiene razón.
-¿Eh? ¿Tú también Soph? – el tono de Emma cambió a uno de reproche, casi como un puchero.
-Bueno, tú sabes que hay cosas que a Rayne no le gusta simplemente participar- hizo una pequeña pausa –No, no estoy justificando su actitud, debió de ayudarnos. Pero quién sabe… a lo mejor lo haga – esta última frase dejó a sus dos compañeros un tanto confundidos.
–Además, míralo de este lado Truenito, nos necesitará tarde o temprano. Puedes sacar provecho de su necesidad ante urgencias básicas que nosotros compraremos en la tienda. – con esto último, los ojos de Emma brillaron de emoción.
-¡Tienes razón hielito! No lo había pensado. Eres un genio – río. –Entonces ¿vamos?
-Adelántense. Yo iré a buscarlo.- se apresuró la joven, dándose media vuelta y dando unos pasos.
-¿En serio?
-Sí, además, tengo algo que hacer. Adelántense por favor. Los alcanzaré. Cómprame algo bonito ¿sí?-  y sin más siguió su recorrido a toda prisa. No solía guardarse las cosas, pero prefería no comentarles nada aún a sus amigos… Por si fallaba, no quería crearles falsas esperanzas.

•••
Había llegado a la playa, pero a diferencia de hacía unas horas atrás, estaba abarrotada de gente. El sol no había disminuido, pero la cantidad de personas en la orilla sí. Muchas habían aprovechado en recostarse a tomar el sol, jugar voleibol de playa o quizás hacer castillos de arena. Otros aprovechaban para comer algún helado o tomar alguna soda. Observó rápidamente el lugar, pero no podía divisar ni a Rayne ni al grupo con el que lo había visto. Chasqueó la lengua. Pensó que la mejor idea para ubicarse más rápido sería yendo por la orilla, y así lo hizo. Le tomó unos minutos el bordear a todas las personas y llegar a la orilla, para empezar a caminar por allí. Por suerte estaba lo suficientemente despejada para poder caminar observaba todo, buscando con la mirada detalladamente algo que la atrajera, pero no había tenido suerte. En aquel momento, un grito llamó su atención en dirección contraria. Se volteó. Una pequeña niña, suponía de 7-8 años aproximadamente, se había aventado al agua para sacar una pelota inflable y las olas la estaban arrastrando. Otro pequeño, había hecho el mismo atrevimiento con la intención de ayudar a la pequeña, pero este se encontraba a menos distancia. Sintió que todo se detuvo. Su vista buscó rápidamente la silla del salvavidas, lamentablemente este estaba muy lejos, y detrás de esta pudo notar la bandera roja colgar detrás. No le tomó ni un segundo en reaccionar. Se sacó rápidamente los zapatos y se lanzó hacia el mar. Iba a ir por el primer niño, pero logró ver que un grupo de personas se habían acercado a ayudarlo, por lo que se concentró en la pequeña.  

Ella era buena nadadora, pertenecía al equipo de natación de su instituto y siempre había amado nadar, sin embargo, en ese momento, sentía que nada de eso contaba. Braceó con fuerza y alcanzó a la pequeña. Sus ropas no ayudaban en lo más mínimo.

-Tranquila. Tranquila. Ven- la joven tomó a la pequeña por la cintura, mientras esta pataleaba empujándola hacia el fondo en desesperación y con llantos. Logró tomarla y empezó a nadar de regreso. Vio como algunas personas se habían acercado a la orilla del mar ¿Y en qué momento se había alejado tanto? Vio algunos surfers tomando unas tablas e intentando ir a su encuentro, pero el mar parecía apartarla más y más. Las olas la cubrían cada vez más a prisa. Intentó impulsarse, pero por más que empujaba el agua con su brazo, no avanzaba. La pequeña seguía llorando.
-Tranquila, estás a sal…- pero sus palabras se vieron opacadas. Sintió como algo se ataba a sus tobillos y alaba de ella con fuerza hacia el interior. Soltó a la pequeña por un segundo, pero logró mantenerse a flote. Rayos. Mordió su labio en desesperación. Podría utilizar sus poderes, pero en esas condiciones, sus poderes podrían descontrolarse o podría lastimar a la niña, además, habían demasiados espectadores.
Batallaba con el mar… y parecía perder. Volvió a sentir un remezón y esta vez, una ola las cubrió y sintió que algo la jaló nuevamente hacia el fondo…
Lo siguiente, fue confuso.  

Abrió los ojos lentamente y su impresión  fue grande. Estaba segura que pudo notar que las aguas se habían alejado de ella formando una especie de burbuja, es más, pudo tomar una bocanada de aire, antes de que esa misma burbuja empezara a elevarla hasta la superficie. Todavía tenía a la pequeña en brazos y yacía inconsciente. Sintió como sutilmente el mar la empujaba hacia la superficie y una vez allí, la conducía hacia la orilla. Muy sutil, muy en calma. La castaña, volvió a remar con su brazo. Hasta que se topó con una persona.
Estaba agotada. No se dio cuenta ni cuando el salvavidas recibió a la niña y la llevó a la arena rápidamente para brindarle los primeros auxilios, mientras ella había logrado salir con ayuda y se recostó sobre la arena, tomando grandes bocanadas de aire.

-Gracias – había soltado sin siquiera saber a quién agradecía. Tomó un poco más de aire y se giró hacia donde se encontraban brindándole la atención a la niña. Un instante de silencio. La pequeña escupió el agua con una ligera tos y todos parecían soltar una expresión de alivio. Ella también sintió ese alivio invadir su cuerpo. El pequeño niño, quién se había quedado allí, corrió a abrazar a su hermanita. Una pareja se acercó corriendo entre lágrimas y mientras el salvavidas les regañaba, Sophie aprovechó para girarse y ver a su salvador, quién parecía observar embelesado la misma escena que ella. La sorpresa le duró un instante, cuando asoció lo que había sucedido anteriormente. El pelinegro se encontraba sentado a su lado, apoyado sobre sus brazos. Su cabello azabache se encontraba hacia atrás, aun mojado y sus ojos perdidos en la escena mientras sonreían con cierta ternura. Ah Sophie le pareció que el mayor atractivo de aquel joven era sin duda aquella sonrisa y con ese pensamiento, no pudo evitar dibujar una pequeña sonrisa en sus labios, la cual desapareció al verse descubierta por los azules ojos del muchacho que la observaban curioso. Sophie alzó la mirada conectando con los de él por un instante: turquesa vs azul.  Y nuevamente aquella sensación cálida la inundó por completo. Aquella sensación de pertenencia y satisfacción. Había logrado reunirse con alguien al que siempre esperó, aunque nunca lo supo. Como cuando completas un rompecabezas. Se sintió tranquila, en paz y llena de emoción. ¿Él también lo sentiría?
-Te encontré – soltó la castaña volviendo a dibujar una sonrisa en sus labios.
-¿Nos conocemos?-El chico se incorporó sin dejar de sonreír pícaro
-No, es solo que yo…- Y allí se encontraba, frente al chico al que había ido a buscar luego de viajar por media región. ¿Qué le diría? Inspiró fuerte para tranquilizarse y darse fuerzas, pero aquella acción solo le provocó una ligera tos.
-Si sigues con esa ropa te vas a enfermar. Lo mejor es que te vayas a cambiar-
-Oh, eso no es un problema, créeme- respondió la joven casi por impulso en voz baja. El chico se colocó de pie. Sophie pensó que se iría e intentó colocarse de pie rápidamente.
-No, espera…- Y en ese instante, una mano se extendió frente a ella. Ella lo observó y luego al gesto y lo aceptó, colocándose de pie de un tirón.
-Vaya, eres bastante ligera… ahora entiendo por qué el mar te arrastró.-  mencionó. ¿El mar la arrastró? Ahora que lo decía, ella estaba segura que no había sido solamente el mar. Y su rostro se enserió por un instante.
-¿Te encuentras bien? ¿Te sigues sintiendo mal?-  preguntó con genuino interés.
-¿Eh? Sí, sí. Lo siento, solo me quedé pensando-  respondió restando importancia. El pelinegro volvió a sonreír. –Por cierto, no he podido agradecerte adecuadamente que me salvaras.
-No tienes por qué.
-De igual modo, quisiera. Al menos, déjame preguntar tu nombre- insistió ella. El joven pareció analizarla por un instante, sin dejar de sonreír.
-Dylan Ryver. ¿Y el tuyo?
-Sophie, Sophie Gray.
-mmm interesante. Un placer conocerte Sophie Gray. – hizo un ademán similar a una reverencia, lo que ocasionó que la joven soltara una pequeña risa. –Me disculparás la imprudencia pero ¿podrías acompañarme?
-¿A dónde? –El joven le hizo un guiño y tomándola por sorpresa de la muñeca la haló.
-Vamos – insistió y con una sonrisa juguetona, la llevó lejos de la muchedumbre que empezaba formarse.

. . .
Corrieron hasta llegar al aparcamiento, en donde se encontraba una camioneta, de aquella que te recordaban a la época hippie de amor y paz. Frente a ella, instalado como un campamento, había algunas sillas, una radio, sombrillas y algunas tablas de surf ancladas a un lado. El joven se acercó al interior y sacó dos toallas, tendiéndole una a la castaña.
-Gracias-
-Sécate, al menos eso te ayudará un poco.
-Sí- Sophie colocó la toalla por la espalda y se tapó con ella. -¿Esto es tuyo?
-Técnicamente sí. Es de un amigo – el joven abrió una de las neveras y sacó un par de refrescos, tendiéndole una a Sophie, la cual aceptó encantada.
-Gracias. Vaya…- soltó la joven aun distraída con el paisaje que la rodeaba.
-Entonces… ¿No eres de por aquí, verdad Sophie Gray?- El chico se había sentado en una de las sillas mientras tomaba su bebida y secaba su cabello con la toalla que reposaba sobre sus hombros.
-¿Me llamarás así?
-¿Es tu nombre, no?- ella río. – Ahora que lo pienso, tienes el mismo nombre que la patinadora de hielo. – Sophie se sonrojó un poco. Nunca la habían reconocido tan rápido.
-¿Eres admirador?
-Algo así…Un segundo. ¿Eres ella, verdad?- Sophie río divertida por la expresión que había tomado el joven.
-Sí, soy yo. Y respondiendo a tu pregunta anterior, soy de la ciudad.
-Vaya, una citadina. Y no cualquier citadina, toda una celebridad – mencionó divertido haciendo énfasis en la última palabra -¿Y qué te trae por las costas?- Sophie le dedicó una mirada al oji azul quien la miraba lleno de curiosidad. Por alguna razón, ya no sentía aquel nerviosismo que tenía anteriormente mientras pensaba en que decirle. Sentía que las palabras podrían surgir solas y se arriesgó.
-Tú –
El joven parpadeó un par de veces antes de soltarse a reír.
-Ese es el piropo más directo que he recibido.
-No es un piropo- siguió ella serena. El chico pareció entender y le dedicó una mirada llena de interrogación. –Verás, he venido a buscarte por que…tú y yo tenemos algo en común…
¡Bendito destino!
-¡Eu! ¿Hay alguien? – unos pasos seguidos por la mirada de una joven apareciendo detrás del auto, interrumpió a la castaña. Era una joven bastante atractiva y un tanto peculiar. Tenía una sonrisa traviesa, casi gatuna, sin omitir su mirada brillante.
-Hey La- saludó el pelinegro con una mano sin inmutarse.
-Hey Ryv. ¿Se puede saber dónde se metieron? En un instante estaban, luego se perdieron-  reclamó mientras se acercaba.
-Lo siento, tuvimos un inconveniente.- mencionó Dylan mientras le dedicaba una mirada a Sophie, quién se había quedado prendida en la persona que venía detrás de la joven de sonrisa gatuna.
-¡¿Qué haces tú aquí?!- expresaron ambos jóvenes. Sophie dio un salto.
-Tú responde primero. Te estuve buscando hace horas. Emma te va a matar y ahora, yo también participaré en la matanza- habló con enfado. Rayne tragó en seco. Pocas veces había visto a Sophie enfadada y esa, podría convertirse en una de aquellas veces.
-Estaba acompañando a una nueva amiga. ¿Y qué haces aquí de todos modos? – el muchacho se tomó un instante en analizar a la joven de pies a cabeza. -¿Y qué haces empapada? – Sophie soltó un suspiro de resignación.
-Resulta que surgió un accidente y Dylan me ayudó.
-¿No me digan que estuvieron inmiscuidos en todo el drama que se armó hace un rato en la playa?- soltó la joven con un tono que no se distinguía entre emocionada o sorprendida.
-Pues sí, lo estuvimos- finalizó Dylan.
-Vaya, cuanta emoción. Por cierto, no nos han presentado. Soy Lady ¿y tú eres…? – se acercó a la joven.
-Sophie – sonrío la joven –Un placer. Por cierto, me disculparás el desatino, pero te pareces mucho a un personaje de anime ¿te lo han dicho antes?- habló con cierta emoción. Rayne llevó su cabeza hacia atrás con una mano en la frente. Sophie en un accidente y él cerca sin darse cuenta. Sin duda, si Emma se entera él moriría. Y a todo eso ¿dónde estaban los demás?
-Soph ¿y los otros?- intervino el rubio. Sophie salió de su ensoñación un instante y se giró hacia su amigo de la infancia.
-¡Es cierto! Nos esperan en la tienda.
-¿Ganaron el premio, finalmente?
-Lamentablemente ganamos el primer lugar, pero logramos solucionarlo – había dicho la castaña y a Dylan le pareció que era una joven extraña y única.
-¿Eso no tendría que alegrarlos? – Lady les dedicó una mirada.
-Pues necesitábamos el segundo lugar, no el primero – aclaró ella.- Es una historia bastante divertida.
-Sí, pero creo que no tenemos tiempo de contarla ¿verdad?- interrumpió Rayne mientras se acercaba a su amiga y empezaba a empujarla lejos de allí.
-Es cierto. ¡Nos van a matar por la demora! –
-Hasta que entiendes – susurró el muchacho.
-No empieces, que tú tienes la culpa por irte así en primer lugar. – respondió de igual modo. Sophie se dio media vuelta y se encamino de vuelta hacia el pelinegro.
-Lamento que tenga que irme así – se sacó la toalla de detrás de sus hombros y la colocó sobre la silla. –Pero necesitamos hablar.
La intensa mirada de la joven sobre la de él hizo que algo haga clic en su cerebro y solo pudo asentir.
-¿Puede ser esta noche? – ella asintió.
-¿Dónde te veo?
-Hay una fiesta en el bar de la playa, está cerca de acá.
-Preferiría algo más privado…
-En la playa ¿está bien?
La joven lo meditó un instante –Sí, está bien. Espérame en la playa, yo te encontraré. Tengo que mostrarte algo –y con una sonrisa, se dirigió hacia donde estaba Rayne, quién se despidió con un simple gesto de la cabeza y siguió a su compañera.
-Son unos chicos interesantes – río la mujer tomando una cerveza y recostándose en uno de los asientos.
-Eso parece…- musitó el joven, quien no dejaba de pensar en las palabras de la joven de ojos turquesas.



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Antes que nada, perdonen la demora.
Segundo, me disculpo por los OC que pueden haber aparecido en esta conti. Siento que llevo años sin escribir y debo re acostumbrarme a todo! ¡Lo siento!
Tercero, lamento que sea tan largo!!
Mar.
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[Roll-P] Lumina: Tierra de Guardianes - Página 2 Empty Re: [Roll-P] Lumina: Tierra de Guardianes

Mensaje por Cris Jue 25 Ene - 1:21

-… ¿Y ahora qué haremos? -Preguntó Iori algo confundido.
-Bueno… -La rubia observaba a su amiga alejarse- Supongo que nos encargaremos de las compras, ya luego turquesita nos contará qué planeaba.
-¿Qué cosa?
-Bueno, la conozco, y esa actitud perspicaz no la tomaría sólo por ir a buscar a Rayne -Sonrió al muchacho. Y al mencionar el nombre del rubio, sintió un mal sabor de boca- Al cual voy a matar cuando vuelvan -Iori compuso un rostro de terror- No literalmente, tranquilo…
-Ah… -Suspiró aliviado, se vio muy tierno- Entonces… ¿Qué hacemos primero?
-Bueno… Este bebé -Sostuvo la tarjeta entre su dedo índice y medio- Nos permite comprar todo lo que queramos en la tienda -Con su otra mano hizo un ademán mostrando lo amplio del local- Así que… Nos encargaremos de comprar todo lo necesario.
-Bien… -Dijo Iori, no muy convencido, pues seguía sintiéndose algo incómodo en ese lugar.

Caminaron por algunos pasillos, tomando cosas como bebidas, comida, otro protector solar, y unos accesorios que Emma estuvo muy decidida a comprar. Por último, cuando caminaban por el pasillo de ropa y accesorios playeros, la chica tomó un traje de baño de hombre y se lo mostró al pelinegro.

-¿Te parece lindo éste?
-Pues, creo… ¿Pero para qu…?
-Me parece que es de tu talla, lo llevaré -Interrumpió.
-¿Para mí? -Dijo Iori en un tono de voz más alzado de lo que acostumbraba.
-Sip, tienes que entrar en ambiente. Además, si vas a bañarte en el mar, no puedes entrar con toda tu ropa.
-Pero…

Observó la prenda: Era un traje de baño estilo bermuda, es decir, como un pantalón corto que llegaba hasta las rodillas, y holgado. Imaginó que se usaba solo, pues así había visto a los demás en la playa, e imaginarse con tan pocas prendas lo avergonzó de sobremanera. Luego, vio que la rubia tomó una camiseta de mangas cortas también.

-¿Y eso? -Preguntó suavemente.
-Bueno, supongo que no querrás mostrar mucha piel -Dijo Emma comprensiva- Y no quiero que te quemes con el Sol tampoco.

Al llegar a la caja, ella extendió con orgullo la tarjeta y pagaron.
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Salieron de la tienda y al ver que sus amigos no estaban cerca, tomaron asiento en un lindo banco a la sombra de dos altísimas palmeras. Iori llevaba puesto el conjunto que ella le compró, la chica aprovechó de animarlo a cambiarse en la tienda momentos antes, pues tenían probador, y aunque fue difícil convencerlo, al final accedió. Emma sacó de la bolsa los accesorios que había comprado.

-No quiero sonar entrometido, pero… ¿Para qué son? -La mirada del pelinegro se centraba en los objetos. La joven alzó la mano en la que los sostenía.

Eran cuatro llaveros, cada uno con un bonito colgante con la forma y dibujo de una palmera, que por la parte de atrás era transparente y tenía un efecto de agua si lo movías.

-Son recuerdos. Me parece una linda idea que tengamos uno por cada zona que visitemos, ¿No crees? -Giró hacia él, la luz solar hizo brillar aún más sus ojos ámbar.
-Tienes razón, me gusta -Sonrió ampliamente con calidez.

Volvió a guardar los llaveros en la bolsa, y una voz conocida los hizo voltear a ambos hacia el frente.

-¡Chicos!
-¡Soph! -Exclamó Emma feliz.
-Sophie, Rayne, qué bueno que llegaron -Iori los recibió dulcemente.
-Disculpen la tardanza, pero ocurrieron muchas cosas en el camino… ¿Vamos a unas mesas? Para contarles mejor todo -Propuso Sophie animada.
-Esas de allá están apartadas -Señaló Rayne- Es mejor para charlar, menos gente…
-Tú. -Sentenció Emma de repente, dirigiendo su mirada al muchacho.
-¿Eh? -Rayne se giró hacia ella.
-Eres un… un… -Parecía que el enojo le hacía difícil hablar.
-¿Un…?
-Desconsiderado… -le dio una corta descarga de electricidad con su dedo, en el pecho.
-Auch.
-Insoportable… -lo picó de nuevo.
-¡Ay!
-Inservible… -más descargas.
-¡Oye!
-Pedazo de tonto -Terminó con una última descarga con su dedo índice.
-¡Para! -El rubio tomó la mano de ella con firmeza pero sin hacer fuerza- ¿Se puede saber qué te pasa? -Exclamó.
-Que te fuiste, no ayudaste en nada, pasaste por ahí con nueva compañía porque hasta amistades hiciste, ¡y luego vienes tan tranquilo! -Sus ojos destellaban con chispas reales.
-Bueno, simplemente no quería participar -Comentó sin mostrar mayor respuesta al comportamiento de ella.
-Eres un idiota.
-Gracias.
-Y si esperas seguir así, ayudando sólo cuando te venga en gana, te haré algo peor. La misión se lleva a cabo en equipo, imbécil.
-¿Ya acabaste de insultarme? -Preguntó sobándose el pecho donde lo había picado con electricidad.
-Podría seguir, y decirte cosas peores, pero están ellos presentes -Lo fulminó con la mirada.
-Chicos… ¿Podrían discutir luego? En verdad tengo que hablar con todos -Interrumpió Sophie tratando de calmarlos, interponiéndose entre ambos. Emma suspiró.
-Bien.
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Se sentaron en una mesa apartada, donde Sophie les habló con detalle sobre todo lo que había ocurrido desde el incidente de los niños en el agua, hasta la última charla con el joven.

-No hay duda, es él -Comentó Emma emocionada, apoyando su bebida en la mesa.
-¿Entonces lo veremos más tarde? -Dijo Iori, algo intrigado.
-Sip, en la playa -Asintió Sophie.
-¿Y vamos todos? -Preguntó Rayne.
-Bueno… Estaba pensando hablar a solas con él, un rato, mientras caminamos hacia donde estén ustedes, y así hablarles entre todos del asunto, y conocernos de una vez -La castaña sonrió- Aunque me pregunto cómo reaccionará.
-Tienes tacto, al menos sabrás cómo decirlo sin que te considere una loca -Rió su amiga.
-Eso espero -Rió también.
-Bueeeeno… ¿Nos bañamos un rato? -Propuso la rubia levantándose- No puedo estar en la playa y no entrar al mar, es pecado.
-Seguro -Siguió Soph, dejando su silla también- Hablando de eso, Io-chan, te queda muy bien el traje de baño -Juntó sus manos alegremente.
-Oh, este… Yo… Gracias -Bajó la cabeza sonrojado- Fue idea de Emma -Sonrió sin subir el rostro.
-Bien hecho, truenito.
-Gracias, nievecita -Emma le dio un sorbo a su bebida.
-Eh, tengo sed -Dijo Rayne de repente, notando que era el único sin una bebida.
-Pues ve y compra una.
-¿Bromeas? Tienes varias en esa bolsa.
-Oh… -Actuó sorprendida- Qué cosas. Verás, no hay productos para quienes no cooperaron.
-¿Es en serio? -Replicó el rubio con fastidio.
-Sí, arréglatelas solo -Soltó sin una pizca de remordimiento- ¡Ay, Soph! -Exclamó dejando al oji rubí en quinto plano- ¡Tienes que probarte el bikini que te compré! ¡Estoy segura de que te quedará hermoso!

Y así, Emma se llevó a su amiga a una pequeña cabaña cercana que servía de vestidor y baño.
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Al cabo de un rato, todo el grupo estaba reunido en la orilla de la playa, algunos metros alejados de la gran multitud. Rayne tuvo que comprarse con su propia tarjeta un traje de baño simple como el de Iori, pues estar con tanta ropa en la playa era demasiado incómodo, no por el calor, sino por la arena y el ambiente. Sophie por su lado lucía un bonito bikini de color turquesa, ella y Emma habían entrado al mar llevando a Iori consigo y a los pocos minutos no resistieron la tentación y comenzaron a jugar a echarse agua los unos a los otros. No faltaban las risas, y Rayne decidió entrar también tentado por lo mucho que se veían divertirse. Con un fuerte impulso empapó a todos, a lo que recibió triple venganza y más risas. El juego calmó en mayoría la tensión entre él y Emma.

Pasado un buen rato, salieron del agua a descansar un poco, y justo antes de que se sentaran bajo la sombra, la rubia buscó algo en su bolso.

-Antes de sentarnos, me gustaría tomar unas fotos con ustedes -Sonrió mostrando su celular.
-¡Ay, sí! -Saltó Sophie sin dudarlo un segundo.
-Bueno, nos rotamos para que todos tengamos una foto con cada quien.
-Vale, primero tómate una tú con cada uno de nosotros, fue tu idea después de todo -Animó su amiga.
-Primero contigo, entonces -Le sonrió Emma.
-Oki, ¿Quién la toma?
-Pues…

Iori las miró algo asustado, pues aún no sabía bien cómo manejar un celular. Emma miró a Rayne algo desconfiada, pero le entregó el celular.

-Ten cuidado con mi bebé… -Lo soltó sin muchas ganas, y un rostro de preocupación.
-No le voy a hacer nada -Aseguró él tranquilo.

Ambas se alejaron un poco y se abrazaron mirando hacia la cámara, los rostros de las dos iluminadas con sus sonrisas. ¡Click!. Ahora seguía Iori con Emma, esta vez Sophie tomó el celular para capturar la foto mientras Rayne iba por una bebida que la rubia le permitió agarrar por poco. ¡Click! Ella salía muy bonita, junto con un Iori tan dulcemente sonriente que derritiría a cualquiera que viera esa foto.

-Listo -Sonrió la oji turquesa devolviendo el celular a su dueña.
-¡Gracias! -Exclamó emocionada mirando las fotos y caminó hacia el rubio que tomaba un sorbo de su soda- Faltas tú -Ella seguía sonriente, él se ahogó un poco mientras tragaba.
-¿Quieres tomarte una foto, conmigo? -Enfatizó la última palabra, incrédulo.
-Ya dije, es para el recuerdo, y somos un equipo. Ven -Lo tomó de la muñeca- Sophie, una vez más, por fa -Le tendió el celular nuevamente.
-¡De acuerdo! A ver… Pónganse por aquí… Bien, dame la bebida, Rayne, ok… -Se alejó de ellos para enfocar la imagen.
-Espera -Dijo la rubia.

Se acomodó rápidamente el peinado, y se giró hacia Rayne, acomodándole el cabello a él también con sutileza. El rubio la observó algo sorprendido, sin entender, sobre todo porque estaba siendo delicada cuando podría aprovechar para halar de un mechón y molestarlo.

-¿Y esto?
-Para que salgas lindo.
-¿Estaba despeinado?
-Un poco, hace algo de brisa.
-Fuiste muy sutil -Formó una sonrisa socarrona y ladina.
-Tengo mis momentos -Rió ella- Bueno, ahora sí -Se dirigió a Sophie.
-¡Ok! A la cuenta de tres. Uno… -Los rubios sonrieron- Dos… -Por impulso se acercaron más, ambos rodeando al otro por detrás con su brazo levemente- ¡Tres!

¡Click! La última foto. Sophie miró la misma en la pantalla, y al menos en esa imagen no parecía que ambos se pelearan tanto, hasta bonita había quedado. Los dos se acercaron a mirar cómo había resultado.

-¡Quedó linda! -A la rubia le emocionaba todo lo que a fotos se refería, y más aún si con el tiempo se convertían en un recuerdo para conservar, amaba ese significado de las fotografías.
-¡Sí! Y me gustó que se acercaran, quedó muy natural y tierna -Comentó su amiga ilusionada.
-Oh, es cierto… Nos…
-¿Abrazamos? -Completó Rayne cayendo en cuenta.
-Algo así, creo -Le siguió Emma.

Ambos se miraron extrañados, y luego rieron.

-Tendré que entrar al agua otra vez para limpiarme.
-Jaja, muy gracioso. Pero aún me falta tomarles fotos a ustedes por pareja, ¡A posar!

Así, pasó un rato en el que todos se tomaron fotos con todos, y por último, Rayne siendo el más alto sostuvo el celular, los demás se agruparon a su lado. Una selfie grupal para la posteridad, ¡Click!
Cris
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Mensaje por Shiba Dom 24 Jun - 1:23

Habían regresado a jugar al agua, tenían una pelota que había comprado Emma antes, llena de colores, y de estilo psicodélico, en el cual era difícil no prestar atención una vez comenzaba a danzar en el aire. Y más teniendo en cuenta que el que la dejaba ir perdía.

De hecho, de alguna manera era injusto teniendo en cuenta sus habilidades como atletas, al menos de tres de los jóvenes, mas, aun así, el cuarto (Iori) como buen amo de casa que era, daba una batalla digna.

No era extraño que los ojos se posaran en ellos, en primer lugar a ninguno le gustaba perder, claro se lo tomaban bien, pero a ninguno le gustaba perder, es decir, a nadie le gusta perder (?.
Pero, aquello se estaba prolongando tanto que para terminar el primer round (?. Rayne no quiso alcanzar el lanzamiento que le había enviado Emma, y simplemente lo dejó pasar. La cosa era que, puede ser que sus dos amigas estuviesen acostumbradas a ser observadas todo el rato, era algo normal en sus vidas, pero eso no era el caso de él. Los deportes que él practicaba no lo hacían algo como una estrella, ni nada por el estilo, y en la mayoría debía de utilizar protección por tanto su rostro nunca estaba completamente expuesto, o estaba nada expuesto, como era el caso cuando hacía Motocross. De hecho sabía que Iori, solo les estaba llevando el son, de alguna manera, pero que pronto también iba a caer ante la presión, o eso creía. En cualquier caso no es que fuera muy bueno leyendo expresiones, claro que con las de sus amigos ya tenía un poco de práctica pero no de manera tan exagerada como para saber cómo se sienten a cada paso que dan.

- Perdiste. - Canturreó Emma. Él frunció el ceño, y pensó que hubiese sido mejor no dejarla ir. - Ahora te toca ir por ella. - Asombrosamente el castigo no iba más allá de tener que recuperar la pelota, la cual no voló tan lejos, ni se adentró al mar, así que caminando un poco rápido pudo alcanzarla. La pasó nuevamente a las manos del más cercano que era Iori, y luego procedió a salir del agua.

- ¿Ya no quieres jugar? - Preguntó Sophie, Rayne negó.
- Me quedaré un rato en la carpa, me ha dado hambre. - Se excusó. Y se acercó a lo dicho. En realidad sabía que no lo habían desterrado del todo de tomar bocadillos del bolso, así que no importaba si luego le reclamaban. Especialmente Emma que era la que veía como más capaz de decirle algo, pero que importaba, unas cuantas chispas del Pikachu no le iban a matar.
Encontró papas, esas de fabrica que sabes que no son saludables solo porque te dice que de hecho lo son, y eso junto con un jugo, fueron su refrigerio. De hecho, en un viaje a la playa ¿Qué mejor podía esperar? No había ningún lugar donde le preparasen algo decente ni ellos tenían ingredientes para ello. Se acomodó con la vista al mar, podía ver jugar a sus amigos, y podía apreciar la playa en general, habían escogido un buen puesto. Y si tuviese que decirlo, si quitaban a toda la gente sería un paisaje de fotografía.

No tardó mucho en terminar de comer, después de todo, masticaba rápido, aunque por la velocidad pareciera que solo engullía si masticaba, y al terminar su jugo, unas pequeñas siluetas que pasaban a su lado llamaron su atención.
Eran dos pequeños niños, les ponía como mucho siete años, y el niño estaba molestando a la niña, típico niño que no sabe demostrar como se siente si no es molestando a la persona en cuestión. Chiquilladas.
La niña terminó llorando cuando él le sacó la lengua al decirle que era fea y nada adorable.
Él terminó bufando en sorna por esto, pues la niña se fue corriendo donde sus papas y el pequeño quedó con la cabeza gacha arrepintiéndose de lo que había hecho. Pero que claro el orgullo de niño no lo dejaba mostrar a quien debía.

Se compadeció de alguna manera, y tomó un poco de arena, utilizó lo que quedaba de jugo para remojarla, y lo compactó en una pequeña bola de arena con jugo de naranja, al menos no tenía mal olor. Lo envolvió con sus manos y recordó las enseñanzas de Igneel.

Concentró una gran temperatura en sus manos, tan alta que cualquiera que las tocase en ese momento podría terminar quemado de gravedad. Cuando lo pensó listo redujo la temperatura, y se quedó observando la pequeña esfera de vidrio que ahora estaba entre sus manos.

Pudo comprobar que aquello no era arena pura, sino, nunca hubiese logrado tal resultado, y también que todavía le faltaba controlar ese tipo de calor. Había quedado de un naranja poco transparente que, no era culpa del jugo, fue culpa de que faltó más temperatura, pero una vez hecho, no iba a volver a ponerlo a algo similar, explotaría, y no tenía ganas de que sus manos terminasen llenas de partículas de vidrio.

Para su suerte o desgracia, el niño volvió a pasar por su lado y lo llamó.
- Oye mocoso. - Dijo, recibiendo una mirada de reproche al principio pero que fue reemplazada por una de quejambre después.
- ¿Qué quiere señor?
- Primero... no me digas señor... - Pidió. Todavía no se sentía en la edad para esas formalidaes, aunque sabía que para un niño de esa edad de hecho si era un señor, pero vamos, él gozaba de juventud en sus facciones como para creer la edad que tenía.
El niño asintió simplemente.
- Segundo. Se te cayó esto. - Le pasó la esfera, era bonita y atrayente a los ojos de cualquier niño.
- Eso no es mío. - Dijo aunque se había quedado con la mano estirada, era obvio que la quería.
- ¿Ah no? - Se quedó pensativo.- Bueno, si no es tuya, entonces ¿Por qué no se la das a tu novia?
- ¿No-novia? - Se ruborizó. Rayne asintió divertido.
- Por supuesto. Te acabo de ver pasar con ella hace un momento.
- Es mi amiga. - Infló las mejillas. - Bueno, ya no.
- ¿Por?
- Se enojó conmigo.
- ¿Por qué?
- Porque... le dije fea...
- Oh... - Lo hizo sonar como algo sin solución, el niño se notó asustado. y entonces le sonrió con calma. - Eso no se hace. Menos si no es lo que piensas. - Negó. - Mira ¿Por qué no le das esto y te disculpas? Seguro la haces sonreír mucho.
- ¿Usted cree? - el niño lo miró esperanzado, Rayne asintió. - Te lo aseguro, si no funciona, luego puedes venir a pegarme. - El niño tomó la esfera que Rayne le dio sin problema alguno, y fue corriendo a donde estaba la pequeña con sus papas. Luego de un rato, pudo ver que de hecho ya estaban de buenas nuevamente.
Se sintió bastante confortable, y después de estirarse un poco, ya había pasado un tiempo prudente para regresar al agua a jugar con los demás.


No me quiero meter con la explicación xD So... Disculpen el protagonismo pero es algo pequeño así que meh xD
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Mensaje por Mar. Miér 25 Jul - 3:37

El resto del día pasó rápidamente. Jugaron, comieron y descansaron lo suficiente, y una vez que el sol empezó a ponerse se encaminaron en busca de un lugar en dónde hospedarse aquella noche. Para su suerte, el dueño de la tienda de la playa conocía a la dueña de una posada que era acogedora y económica. La señora terminó siendo una ancianita adorable y maternal, que ni bien los conoció les ofreció hospedaje y alimento por un cómodo precio. El problema es que solo le quedaba una habitación. El cuarteto no tuvo problema en aceptar, puesto que no era la primera vez que dormían juntos y además, el cuarto tenía literas.
Respiró profundamente el aire con olor a mar. Aquella brisa encantadora que la envolvía y hacía que sus sentidos se despierten. Sentía paz y una sensación de alegría, pero no todo era felicidad, algo la inquietaba en el interior.

-Oh, hielito. Aquí estabas – la voz de su amiga la sacó de su ensoñación. Se giró hacia ella con una sonrisa en sus labios. -¿En qué pensabas?
-En nada realmente. – Sonrió mientras volvía su vista al horizonte. Tenían suerte, su habitación estaba en un segundo piso, muy cerca al malecón por lo que podían ver el mar desde allí. –Es lindo ¿no crees?
-¿El paisaje? Pues sí, el mar siempre es maravilloso y más cuando vas con amigos ¿no crees?
-Sí, hoy fue un día muy divertido.
-¿Verdad que sí? Lo bueno es que tenemos muchos recuerdos. – habló emocionada la rubia. Su amiga acompañó con una risa.
-Claro, si nos sacaste fotos hasta por las puras. – respondió en broma.
-Bien que te gustaban las fotos.
-¿Y qué puedo decir? Es la costumbre de estrella – soltó con falso ego y un gesto con su flequillo hacia un lado. A lo que ambas se echaron a reír.  
-Eso lo sacaste de un anime ¿no?
-Y sí. – siguieron riendo. – Y bueno…  ¿me buscabas para algo Emm?
-Ah sí. Quería preguntarte a qué hora habías quedado con el chico del mar.

. . .

-¿Hora? – Esas palabras resonaron en su mente.
-¿Quedaste a una hora, verdad Ophy? -  si esto fuera un anime, en este momento pasaría un cuervo gritando: Aho aho aho.
-Esto… -
-¡¿Cómo olvidas quedar en una hora?! - saltó la rubia.
-Lo siento. Es que salimos muy deprisa junto con Rayne y ya no pude quedar en algo conciso –río, nerviosa. Emma suspiró.
-¿Y qué harás? ¿Qué pasa si se va por esperarte?– Sophie ladeo la cabeza y volvió su vista al mar. El sonido de las olas llegaba hasta sus oídos.
-No te preocupes, él estará allí. Estoy segura de eso – habló serena.
-Bueno, confío en ti hielito – Sophie le dedicó una linda sonrisa, a lo que Emma respondió de una forma similar.
-¿Y ustedes qué harán? ¿Irán a esa fiesta que les comenté?
-Pues en realidad no lo sé. Lo importante es que tú hables con ese chico primero, luego coordinamos lo demás ¿de acuerdo? – Sophie asintió.
-Iré a cambiarme- y dicho esto la castaña se dio media vuelta y volvió a la alcoba. Emma, por su parte se quedó observando el paisaje. Estaba tranquilo, pero algo la inquietaba. ¿Podría ser que se acercaba una tormenta? Imposible que una tormenta apareciese sin que ella lo sienta antes. Entonces ¿Qué sería aquello que no le encajaba?

.
.
.


“Espérame en la playa, yo te encontraré. Tengo que mostrarte algo”- Esas palabras resonaban en su mente una y otra vez. Recordaba el rostro de aquella joven, hablándole con tal confianza y certeza que era casi imposible negarle algo. Recordó sus ojos, de aquel aguamarina inconfundibles… ¿Los había visto antes acaso? Y no, no se refería a cuando la observaba por la televisión o en los periódicos, él sentía que en algún momento de su vida había visto esos hermosos ojos en otro lugar.  
Se recostó sobre la manta que había llevado. Cómo no habían quedado en una hora específica, decidió ir a una hora prudente y si tenía que esperar, lo haría. Así que llegó, estiró aquella manta y se sentó observando el mar y perdiéndose en sus pensamientos. ¿Qué era aquello que lo había llevado hasta esa situación? ¿Por qué esa chica le traía tanta curiosidad y a su vez, le hacía sentir tal sensación de calidad y confianza?
-¿Y qué te trae por las costas?-
-Tú
-Ese es el piropo más directo que he recibido.
-No es un piropo. Verás, he venido a buscarte por que…tú y yo tenemos algo en común…

Recordó aquella conversación y una sonrisa se escapó de sus labios.
-Sophie Gray, me intrigas. ¿Llegarás pronto? - soltó hacia el cielo.
-Lamento si te hice esperar mucho - Dylan dio un pequeño sobresalto, sentándose en el acto y girando hacia dónde había provenido la voz de la joven. Ella se encontraba sonriente.
-No. No te preocupes. No hace mucho que llegué- sonrió él. Ella se acercó a él.
-¿Sabes? Te queda mejor la ropa seca- habló con un tono de gracia. Sophie lo miró divertida.
-Creo que a los dos nos queda el estilo - Ahora fue su turno de soltar una sonrisa.
-Entonces…¿quieres sentarte? - Y se apartó un poco y ella aceptó con un ligero movimiento de cabeza. Tomó asiento al otro extremo de la manta, ni tan lejos ni tan cerca.  
-Gracias. - respiró profundo. Hubo un momento de silencio en el que la vista de la joven se perdió en el paisaje oscuro del horizonte.
-Quisiera preguntarte algo… Esta tarde, cuando nos conocimos…¿Sentiste como si no hubiera sido la primera vez que nos veíamos? ¿Cómo si hubieras estado esperando ese momento sin que lo supieras?- Ella se giró con una ligera sonrisa dibujada en su rostro. Dylan la observó curioso. Efectivamente, así lo había sentido. -Puedo ver en tu rostro que es así - río ella. -A mi me pasó igual. Solo que, yo si te estaba buscando.
-Eso me dijiste esta tarde. ¿Tú me buscabas? ¿Por qué? -
-Por que tengo una misión, y es por eso que estoy aquí ahora.
-No entiendo.
-mmm ya… Antes de hablar de eso, creo que es necesario que te enseñe algo - La joven se colocó de pie y se giró hacia el pelinegro brindándole la mano. Él aceptó el gesto y se colocó de pie con un impulso. Sophie lo jaló hasta casi la orilla, hasta dónde el reflejo de la luna caía directamente. Se colocó frente a él y estiró sus manos. Él la observaba expectante. Sophie sonrió y en ese momento, una ligera corriente helada los envolvió y en sus manos, apareció una esfera de cristal. Dylan abrió los ojos sorprendido, ella sonrió y tiró aquella burbuja sobre sus cabezas, convirtiéndose casi al instante en escarcha que con el reflejo de la luz envolvía a ambos jóvenes en una lluvia de luces. Él estaba sorprendido y encantado con aquel pequeño espectáculo.
-Cómo es que tú…- Ella sonrió.
-El hielo es solo un estado del agua, una extensión de la misma. Es por eso, que tú y yo estamos conectados de alguna manera- la joven observó fijo al pelinegro - Dylan, yo he venido hasta aquí para encontrarte por que necesitamos de ti y de tu poder para salvar al mundo. - Y para la suerte de la escena, una brisa los envolvió, dispersando los rastros de escarcha y llevándolos hacia el mar.

.
.
.

-Ok, haber si entiendo. Tú y tus amigos han cruzado medio país para buscarme, por que soy un Primary elemen-algo y quieren que los ayudé a encontrar un artefacto mágico para salvar al mundo de la oscuridad.
-Sí, técnicamente es así. Pero antes, debemos buscar a los otros.
-¿Otros?
-Sí, claro. Ustedes también son cuatro- respondió ella con una sonrisa.
Habían optado por recoger las cosas de la playa y dar un paseo por el malecón, optando por quedarse en el mirador. Para su suerte estaba vacío, pues según le comentaba Dylan, la mayoría de personas se encontraba en aquella fiesta de la playa, la cual podían observar en donde se efectuaba desde donde estaban, con aquella música tropical que llegaba apenas a sus oídos. Durante el paseo, Sophie había aprovechado en contarle lo necesario sobre lo que estaba sucediendo. La misión de los Alma, acerca de encontrar a los otros Primary y sobre las reliquias Tenebrae.
-Vaya… esto es mucho que procesar.
-Lo sé, no ha de ser fácil recibir toda esa información de golpe.
-¿A ti no te afectó?
-Pues no de esta forma. A diferencia de ustedes, a nosotros nos entrenaron los monjes desde que éramos pequeños, por lo que nuestra misión siempre había estado presente.
-¿Por qué? ¿Por qué a nosotros no? ¿Que acaso no les interesamos?
-No es eso, todo lo contrario. Siempre estuvieron pendientes de ustedes...pero si es se les hacía consciente de sus misiones y acerca de sus poderes, los malos también podrían interesarse y ustedes correrían peligro. Como nuestros poderes son una extensión de ustedes, podían ser camuflados.
-¿Y no se percataron cuando usaba mis poderes? - Dylan se apoyó en el mirador.
-Pues en realidad, lo que usas ahora, es solo una pequeña porción de lo que son tus poderes realmente… es solo que aún no puedes explotarlos adecuadamente.
-¿A no?
-No. Es por ello que tus poderes no se hicieron relevantes.
-¿Y tú me ayudarás a mejorar con ellos?
-¿Con tus poderes? - la joven meditó un poco - Pues supongo que sí.
-Ya veo… -  De pronto un trueno los sorprendió. Sophie miró hacia el cielo desde la barandilla. Era extraño, Emma no le había dicho nada de un mal clima y hasta hacía un momento la noche parecía despejada.
-¿Una tormenta?
-No me digas que tienes miedo a mojarte - habló algo socarrón el pelinegro. A lo que la joven soltó una carcajada.
-Para nada galán. De todos modos… -Sophie se dio la vuelta en sentido contrario de él.
-Dylan River - El joven se giró ante el llamado, quedando frente a frente con la joven. -Ya te he hablado de todo lo que podía hablarte, ahora depende de ti… ¿Vendrás con nosotros? Es un viaje largo y cansado, usualmente compartimos recámara. No tenemos mucho dinero ya que los monjes nos bloquearon las tarjetas, pero nos recurseamos. Los chicos son buenos, algo raros pero buenos y pues, nos encantaría que nos acompañes aunque, entenderé si no quieres ya que puede ser peligroso y es dejar un poco, todo y seguirnos en una aventura que… -la joven había empezado a hablar sin parar y él casi parecía perderse en sus palabras, y eso le causó gracia. Esa niña era única.  -Entonces ¿aceptarás venir…?  -Y en aquel momento, un sonido estremecedor conjunto a una luz cegadora. Lo único que pudo ver después, fue humo. ¿una explosión? No, ella lo había visto ¿un rayo?. Sophie abrió los ojos. Algo había sucedido en la discoteca en dónde era aquella fiesta…
-¿Que fue eso? - gritó el pelinegro.
-La gente, tenemos que ayudarlos - y sin pensarlo. Sophie empezó a correr en dirección a la playa, seguida por el pelinegro.

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-¿Aló? ¿Ophy? ¿Ya le dijiste? No, estamos bien. A las finales decidimos quedarnos en el hotel. ¿Qué? Espera, no entiendo… Ok. Cálmate. Ya vamos. No hagas locuras hielito. - la joven colgó el teléfono, y sin más saltó de la cama y empezó a colocarse los zapatos.
-¿Era Sophie? ¿Qué pasó?
-Vamos. Algo ha sucedido en la playa. Y parece grave - dijo la rubia antes de salir. Ambos chicos se miraron y sin más, la siguieron. Eso no pintaba nada bien.



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1. Disculpen la demora en la conti~ En serio tenía la mitad de la conti escrita hace días. Las ganas hace meses y la inspiración hace más...pero nunca juntas. ¡Escribir esto ha sido todo un caos! así que, disculpen si es algo nefasta.
2. Si tienen alguna consulta o algo no quedó claro, por favor, avísenme!

Bye~
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[Roll-P] Lumina: Tierra de Guardianes - Página 2 Empty Re: [Roll-P] Lumina: Tierra de Guardianes

Mensaje por Cris Sáb 3 Nov - 12:35

Vio a su amiga salir de la habitación donde planeaban quedarse esa noche, esperaba que el chico mar hubiese aceptado ir a encontrarse con ella, pero tenía sus dudas. Después de todo, poniéndose en su lugar, ella también desconfiaría y se sentiría en una situación extraña, incluso engañosa.

Estaba pensándolo demasiado, seguro que saldría bien. Después de todo, no sólo Soph sentía esa conexión con el muchacho, sino que era mutua, así que él debería estar experimentando la misma sensación que su amiga y eso le despertaría la curiosidad.

Se tumbó en la cama. No tenía mucho que hacer además de esperar. Escuchó la voz del rubio proveniente de la pequeña salita de estar, parecía estar hablando por teléfono aunque no entendió bien de qué hablaba (y tampoco le puso mucha atención) pero llegó a oír un nombre, o eso creyó, “Cerbero” algo así, bueh, no sabía si había escuchado bien. Iori estaba con él pero no lo escuchó hablar.

Así, pasaron los minutos… Y nada. Consideró mensajear a su amiga pero luego pensó que no era necesario, quizás hasta rompía -indirectamente- la atmósfera o conversación que pudiesen estar teniendo las dos agüitas. Pero… ah… cómo se estaba aburriendo.

Se estaba quedando dormida cuando algo indescriptible la hizo sentarse en la cama, inquieta.

Desde hacía rato que Emma tenía un mal presentimiento. No era una tormenta avecinándose, ella conocía bien la sensación y era muy diferente, pero algo peculiar la inquietaba, algo… que involucraba una energía que conocía bien. Al segundo, sintió que algo iba a ocurrir, al siguiente segundo… Un estruendo. Un estruendo sordo que se notaba algo lejano pero que de todas maneras irrumpió en la atmósfera tranquila de la noche. Se levantó de la cama y se asomó por la ventana, no lograba vislumbrar nada pero no era necesario: Lo sentía. La energía provenía de la gran cabaña donde antes habían sabido que se celebraría una fiesta, de hecho, hasta antes del estruendo, se podía escuchar el eco amainado de la música festiva.

Justo en ese momento su celular empezó a sonar, lo tomó rápidamente y contestó.

-¿Aló? ¿Ophy? ¿Ya le dijiste? No, estamos bien. A las finales decidimos quedarnos en el hotel. ¿Qué? Espera, no entiendo… Ok. Cálmate. Ya vamos. No hagas locuras hielito. - la joven colgó el teléfono, y sin más saltó de la cama y empezó a colocarse los zapatos.

Que sí, el estruendo la había alertado, pero también quería saber si hielito había logrado su cometido así que fue lo primero que preguntó. Luego de eso, fue ahogada en un mar de preguntas rápidas que fueron difíciles de contar… y de entender, pues su amiga al otro lado de la llamada atropellaba las palabras con tono de preocupación. Trató de calmarla un poco, aunque ella misma estaba algo agitada internamente.

-¿Era Sophie? ¿Qué pasó? -Rayne pasó por la puerta de la habitación seguido de Iori.
-Vamos. Algo ha sucedido en la playa. Y parece grave -Dijo la rubia antes de salir. Ambos chicos se miraron y sin más, la siguieron. Eso no pintaba nada bien.

[Roll-P] Lumina: Tierra de Guardianes - Página 2 Separa11

-¿Qué fue lo que pasó? -Volvió a preguntar el rubio mientras corrían guiados por Emma.
-¿Escuchaste el estruendo?
-No, estaba hablando por teléfono -Volteó a ver a Iori quien se esforzaba por seguirles el paso.
-Ya. Bueno, creo que provenía de la cabaña… Sabes, la discoteca, donde iban a tener la fiesta -Él asintió- Soph me llamó para preguntarme dónde estábamos. Ella y el nuevo van para allá.
-¿Así que ya lo convenció?
-Así parece -Se encogió de hombros sin detenerse.

Ya podían escuchar el alboroto de la gente, un montón de personas salían de la cabaña mientras las luces de ésta parpadeaban extrañamente, Emma apresuró el paso.

-¡Salgan todos, salgan! -Gritó, Rayne e Iori ayudaban a dispersar a la gente fuera del lugar.

Querían mantener a la gente a salvo, pero también querían saber qué o quién era el responsable del hecho, así que se mezclaron en el gentío alborotado siendo casi los únicos yendo en sentido contrario a excepción de unos pocos que volvían en sus pasos buscando a algún conocido.

El lugar tenía dos pisos, el primero, de donde salía más gente, no parecía haber sido afectado más allá de un momentáneo bajón de luces, así que corrieron a las escaleras donde se encontraron con Sophie y el otro chico casi al final de éstas.

-¡Soph! -Exclamó Emma en voz baja.
-Llegaron -Sonrió la mencionada, algo agitada.
-¿Entramos? -Apresuró Rayne haciéndose camino entre ellos. Y antes de que le dijeran que sí, abrió la puerta.

Las luces del segundo piso parpadeaban, algunas más lentamente y otras con más frenesí, esto hacía un poco difícil distinguir entre las sombras y los objetos. Pero… No hubo necesidad de buscar mucho. Allí, en el medio de la habitación una silueta humana parecía esperarlos, a primera vista era un poco aterrador, pero al pensarlo un poco parecía un chiste que los esperaran así sin más.

-Bravo, bravo, el grupito estrella -Tenía voz de mujer- ¿Les gustó el show?
-¿Quién eres? -Exclamó Emma.
-Pero si es la arrestada -La rubia abrió los ojos en asombro y luego torció la boca en reproche- Ajá, bingo, nos encontramos otra vez. Aunque… en la otra ocasión no nos encontramos realmente -Divagó la figura.
-¡Fuiste tú! -Habló Soph, aún alerta. Dylan, a su lado, parecía tratar de asimilar todo.
-¿Qué comes que adivinas? Y sí, digamos que arrestaron a la chispa equivocada -Rió- … En fin, sólo quería echar un vistazo y darles un poco de diversión.

Cualquiera se esperaría que manipulara de nuevo las luces para dejarlos en penumbra y escapar, pero en realidad las luces se encendieron con fuerza cegando momentáneamente a los muchachos. Emma reaccionó rápidamente, contrarrestando el efecto al regulizar las luces, sin embargo no dio tiempo de avanzar hacia la silueta, se desvaneció en un santiamén.

-¿Qué ha sido eso? -Preguntó Iori atrás de ellos.
-No lo sé… Tampoco entiendo por qué se ha ido sin más -Emma alzó una ceja.
-Estaba jugando con nosotros, probablemente -Soph bajó la cabeza y luego miró a Dylan, quien se notaba aún confundido.
-Entonces ella formó el alboroto anterior, con el incendio -El rubio dejó escapar un suspiro de fastidio.
-¿Pero qué querría esta vez? -La castaña miró a Emma.
-Quizás sólo atraernos hasta acá… ¿Para vernos? No sé. Nos deben estar buscando, obviamente…
-Hay que estar alerta entonces, al parecer pueden saber más o menos en qué lugar nos encontramos -Aconsejó Iori que turnaba la mirada en cada uno de sus compañeros.
-Bueno… Tenemos cosas que analizar -Soph empezó a contar con sus dedos- Cómo sabe más o menos nuestra posición. Qué buscaba exactamente. Y… -Miró hacia Emma.
-Por qué tenía poder sobre la electricidad -Contempló la rubia con semblante serio. Su amiga la miró preocupada, ella trató de calmar su expresión- Pero primero, creo que necesitamos presentarnos y eso -Le sonrió divertida a Sophie, señalando a Dylan con la mirada.
-¿Qué? ¡Oh! Sí -Miró al chico riendo un poco- Pero es mejor que vayamos a nuestra habitación.

Los demás asintieron.

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Cuando salieron del lugar y escucharon los murmullos de la gente pudieron ver que todos pensaban que se trataba de un bajón, una falla eléctrica o algo por el estilo.

-¿Creen que deberíamos dejarlo así? ¿Y si vuelve? -Preguntó Sophie.
-No creo… No parecía -Le respondió el ojirubí a la vez que veían a un equipo de electricistas ingresando al lugar.
-Tendrán trabajo -Comentó Emma.
-¿Eh?
-Primero, con el “rayo” -Imitó comillas con sus dedos- que lanzó, chamuscó uno de los aparatos del segundo piso. Y segundo, cuando manipuló la luz seguramente jodió muchas de las conexiones -Se encogió de hombros.
-Qué mal…
-Bueno, mejor los dejamos hacer su trabajo y que no piensen que ha sido otra cosa -Habló el rubio nuevamente.

Siguieron caminando en dirección a la habitación que tenían los muchachos en la lejana cabaña. En el camino, Soph se posicionó al lado de su amiga.

-¿Cómo crees que sea posible que tenga ese poder? -Le preguntó suavemente- Digo… No es… no debería…
-No lo sé -Emma alzó la mirada al cielo- Ha de ser un truco o algo así, algo habrá hecho… pero… -Hizo una pausa.
-¿Pero?
-No sentí… Mmm… No sé, no sentí que fuese… como el mío. Es extraño de explicar.
-Hay que averiguarlo -Ambas se miraron y asintieron.

Un poco más adelante, Rayne y Dylan hablaban de lo grandes que podían ser las olas en ese lugar en ciertas épocas. El más bajo le explicaba animadamente mientras hacía gestos con los brazos y las manos, ambos mirando hacia el mar.

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Cerraron la puerta de la habitación tras ellos cuando el último pasó por la puerta y tomaron asiento en la pequeña salita del lugar. Sophie y Dylan se quedaron de pie uno al lado del otro.

-Bueeeenoooo… Presentaciones -Sonrió Emma desde una silla.


~~~~~~~~~~
No me pregunten, hice lo que pude(?
Se supone que Rayne, al inicio, estaba hablando con la señora que está cuidando a su perro, lol.
Y la "enemiga" es una soldado de "rango medio", de los que poseen reliquias falsas (ver último review para más info).

Me interrumpieron muchas veces mientras escribía esto así que espero que todo esté en orden.
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[Roll-P] Lumina: Tierra de Guardianes - Página 2 Empty Re: [Roll-P] Lumina: Tierra de Guardianes

Mensaje por Shiba Jue 3 Ene - 23:55

La presentación de cada uno fue sencilla además del nombre y el apellido acompañado de uno que otro gesto de mano, no tuvo un gran impacto en el chico de cabellos costeños.
No es que el grupo fuera simple, o que parecieran simples, es que en ese momento querían ser simples ¿Por qué? Rutina.
Todas las mañanas que se presentaban en el templo cuando eran más jóvenes nunca faltaban visitas a las que presentarse, no porque supieran de ellos, sino porque eso eran los modales que debían de tener en un lugar sagrado, en el cual las visitas aunque pocas eran diarias.

Luego Sophie se tomó el trabajo de mencionar el elemento de cada uno de sus compañeros. Y mientras esto ocurría a lo lejos se pudo escuchar un rasgueo de guitarra que fue tomando ritmo y potencia con el pasar de los segundos.
Rayne sacó su celular y como todos, menos Dylan, sabían era una llamada para el rubio, quien a más de hacer un gesto de continuen y salir sin olvidar cerrar la puerta no hizo más.

-¿Alo? ¿Iris? Cariño… - Dijo de buen ánimo, el que pronto se desvaneció al escuchar la risa del otro lado del teléfono. - Ah, eres tú. - Sacó en tono de reproche.
- Oye, alegrate un poco. Tenemos tiempo sin hablar.
- Y fue un tiempo maravilloso.
- Le voy a decir a mamá que me maltratas psicológicamente.
- Llorón.
- ¿Te estás olvidando de quién te cuidó, eh mocoso?
- Solo eres cinco años mayor.
- Aun si yo fuese el menor seguirías siendo un mocoso. - Rayne suspiró pesadamente.
- ¿Para qué me llamas?
- ¡Cierto! Te vi enante bien acompañado, y no quise interrumpir. - Se notó lo animado y burlón de la voz del celular y Rayne se quedó quieto rememorando. ¿A quién se podría referir? Porque hizo mucho que llevase a un malentendido en un solo día. Hasta se puso a contar con los dedos mientras sostenía el celular entre su oreja y hombro, bastante distraído en ello.
- Oye… ¿Cuánto has estado haciendo que estas contando?
- ¡¿Cómo lo sabes?!
- Te conozco demasiado como para saber que tipo de idioteces haces aunque no te vea, hermanito. - Y volvió a escuchar la risa burlona. - En cualquier caso… ¿Sigues en la playa o ya te fuiste?
- ¿Por?
- ¿Es malo que quiera ver a mi hermanito?
- Oye, que no soy el menor.
- Para mí, tú y Ciel son la misma cosa fea. -
- Oi, oi… ¿No era yo el favorito?
- Mamá me dijo que debo de quererlos igual o me deshereda. - Esta vez la voz de Rayne fue la que se escuchó riendo.
- Pobre de ti. Pues… No sé cuando me vaya, estoy en unos asuntos un tanto… complejos.
- Mira, yo igual, estoy en medio de una investigación, aquí hay un arrecife espectacular…
- Claro, claro, no me interesa.
- Déjame terminar, maldita sea.
- Es aburrido.
- No cuando lo ves tú mismo ¿Qué dices? ¿No quieres bucear? ¿O te asusta?
- ¿Me estás retando?
- Solo digo, ya que estás tan metido en cosas de tanto peligro, algo tan relajante y bello como bucear no ha de llamar tu atención.
- ¿Dónde?
- Que fácil que es convencerte. - Volvió a reír. - Me encuentro cerca de las cabañas de la playa, en un yate, lo reconocerás porque dice “Naín”
- ¿Ahora le pones tu nombre a las cosas para que no se te pierdan?
- Debo de ser cuidadoso ¿Sabes? Me costó bastante. Te espero mañana, puedes traer a otra persona. Adios. - Y colgó.
- Sigue tan impaciente al cortar… - Dijo simplemente mirando al celular. - Bueno, qué se le hará. - Y de camino a la habitación recordó lo último que le dijo y recién en ese momento se dio cuenta de que la persona con quien lo había visto no podía ser otra que Lady. Suspiró pesadamente, pero no tardó en regresar a la habitación, donde habían comenzado una pequeña charla.

- ¿Confortable? - Fue lo primero que preguntó Rayne al de cabellos oscuros. quien solo mantuvo una sonrisa.
- Estaba comprendiendo el estilo de vida que podría llegar a tener con ustedes.
- De la mejor calidad sin duda.- Dijo Emma, aunque era un claro sarcasmo era uno de diversión.
- Si tenemos suerte quizá los monjes puedan volver a llenar la tarjeta.
- ¿Crees? - Preguntó Sophie al mirar al rubio. Éste se encogió de hombros, en un claro: "No pasará". - Me lo supuse. - Regresó su mirada a el nuevo muchacho. - Como ves... Es lo que te dije, no es mucho, pero hacemos lo que podemos.
- Al menos la mayoría de nosotros. - Aquella indirecta de la rubia no fue algo tan complicado de entender para el aludido, quien solo tomó asiento junto al joven de las plantas, a quien decidió molestar un poco apoyándose en su hombro como si estuviese cansado y con los brazos cruzados. Iori solo lo miró y con una sonrisa lo dejó ser, no era la primera ni la última vez que lo haría. - Aunque Sophie ya tuvo que haberte dicho que es decisión tuya el si acompañarnos o no. - Cambió de tema con una sonrisa tranquila, pero que mantenía la energía de siempre.
Dylan asintió, y después de continuar con la charla por un rato más hasta que se hizo lo suficientemente tarde para que decidiese que era hora de regresar a casa, los cuatro jóvenes alma lumen lo despidieron, unos solo desde sus asientos (Rayne, e Iori porque literal con Rayne pareciendo tan cómodo no quiso molestarle. Y Emma porque se le hizo más prudente. Sophie si lo acompañó hasta la puerta, pareciendo la única con modales(?.
Al regreso de la castaña, decidieron que era hora de acostarse, y no tardaron en dar turnos para ducharse y cambiar a sus pijamas.
Como era una sola litera las chicas dormirían en la parte de arriba y los chicos abajo.
Mientras esperaba su turno Rayne miraba su celular pensando en si debería de invitar a la muchacha que conoció en la mañana. Habían intercambiado números, pero era Naín de quien estaba hablando, la iba a llevar a la boca del lobo, lo mismo que si invitaba a cualquiera de sus amigos. Hasta Iori corría peligro de hecho, por lo que solo desistió y dejó al aparato a un lado sin importarle mucho y bostezando tras de ello.
Las mujeres se tardaban mucho en la ducha ¿No?

La mañana siguiente llegó, desayunaron tranquilos a la misma hora que la dueña del lugar les había indicado la noche anterior.
- ¿Te dijo que te iba a responder hoy, no? - Preguntó Emma a su amiga, quien asintió animada. - ¿Dónde? - Sophie quedó en silencio. - ¿Hora? - Siguió recibiendo silencio, aunque con la diferencia de que este llevaba consigo una mordida nerviosa al pan con mermelada que se había servido la castaña. - ¿Otra vez? - Tomó un sorbo de su jugo mientras esperaba la respuesta que ya conocía.
- Ayer lo encontré, no puede ser hoy diferente ¿No?
- Si tu lo dices...

Decidieron ir a la playa, donde se encontrarían (o eso esperaban) con Dylan, y aunque a mitad de camino Rayne se les separó no recibió más que un vago y hastiado “¿Otra vez?” por parte de Emma, seguido de un:
-Si continúas así no te daremos nada de lo que compremos, ¡Eh! - Él solo se alejó sabiendo que no era verdad, siempre terminaba ganando la poca compasión que le tenía, y el poder de la amistad, por supuesto.

Llegó al yate sin mucho esfuerzo, era uno pequeño, pero se notaba bien cuidado. No sintió la necesidad de llamar o algo por el estilo cuando subió. El lugar estaba lleno de cabañas altas incrustadas en la arena, unas cuantas llegaban hasta la orilla del mar, haciendo contraste su amaderado color de las piletas, con el azul y el blanco de la playa. Un poco después de éstas se encontraba un alargado puerto de barcos pequeños de turismo. Ninguno era de comercio, por lo que debería de haber otro encargado de ello a lo largo de el lugar. Seguramente en la punta más alejada de la ciudad, para evitar los malos olores o contaminación extendida.

El lugar estaba desordenado, tal y como de lo esperaba, aun en la cubierta habian varios libros gruesos abiertos en páginas aleatorias, de tal manera que si no tenía cuidado les podía dejar la huella de la zapatilla de playa sobre alguna de las hojas que gracias al la briza a veces cambiaban. Y no solo eso, los vasos desechables con restos de café retinto le decían que debía de estar dormido, (Aquella amanecida no era para recibir el sol de ese momento en la cara) habían casi diez, y si se ponía a contar puede que más.

El barco no era completamente desconocido para su persona, la única renovación había sido el nombre a un costado del mismo. Fue a la cabina y estaba abierta, como no. Dentro había otra puerta la que reconocía como “la recámara” de su hermano, por lo que simplemente la abrió encontrando en un colchón inflable a su mayor con sus cabellos largos sobre su cara afilada, haciéndole de cortina a la pequeña lámpara enchufada con forma de una pequeña vela encendida.

Buscó el interruptor, se hizo la luz(?, y su hermano ni se inmutó. Lo llamó, y él ni se inmutó. Lo movió con el pie, y logró que cambiase de posición a una de lado, su cabello seguía haciendo de protección, y Rayne tuvo que morderse la mejilla interna para no enojarse.
-Oye bruto. - Llamó tranquilo volviendo a moverlo con el pie. - Hippie de segunda.
- No soy ningún Hippie. - La voz adormilada de su hermano lo hizo rodar los ojos, y en ese momento notó en dónde se encontraba la cafetera, y fue hacia ésta, regresando con un vaso térmico de café estúpidamente caliente para el mayor, quien la tomó sin quejarse y dio un sorbo sin mucho esfuerzo además de apartar un poco sus cabellos de la boca.
- Gracias. - Le dijo, y terminó por levantarse con un gran bostezo acompañado de varios estiramientos. Se terminó el café, y fue hacia otro cuarto, el baño, el que apenas tenía espacio lavabo, baño y ducha convivian como hermanos siameses.
No tardó en salir bañado y a buscar ropa mientras el segundo hijo de los Becheir lo esperaba sentado en el mismo colchón de bajo presupuesto. Estaba claro que después de ese yate su hermano estaba en un tipo de buena vida de pobre. Pues sus gastos se iban más en todo lo que tenía que comprar para realizar sus investigaciones. Y esos trajes de buzo que veía colgados en los ganchos de la pared con todo su equipo, no tuvo que ser barato.
-¿Viniste solo?
- Sí.
- ¿Por qué?
- No voy a traerte a una presa fácil. - Escuchó las carcajadas del mayor, llenaban el cuarto sin problemas de armoniosa y divertida tonalidad.
- Si alguna era tu novia, no lo creo.
- ¿Alguna?
- La chica con rostro de gato, y las otras dos, las deportistas… A menos que te gusten los niños lindos como ese pequeño. - El hombre se acercó a su hermano, ya tenía su traje de buzo puesto y se notaba claramente animado y despierto. La coleta que se había hecho evitaba que ese cabello se le fuera al rostro. Y solo podían resaltar lo bien que le quedaba el nombre a su persona. Tenía el mismo encanto, pero con el plus de un deje significativo de carisma punzante.
Cada que lo veía, no había duda de que eran hermanos, y esta era la única manera de reconocerlos como tal, ya que eran muy opuestos.
Su hermano poseía un cerebro privilegiado, él en cambio detestaba lo complicado. Su hermano era un desastre no sólo en orden, sino también en su alimentación, cosas en las que él destacaba. Pero poseía una gran influencia del mayor en él. Más que la de sus propios padres. Pues en su pequeño mundo era un héroe sin capa, que lo cuidó bastante aun cuando solo se llevaban 5 años de diferencia.
Y así, no era capaz de aceptar su admiración a la idiota persona frente a él que ahora estiraba el brazo con un equipo similar al que se había colocado. O al menos no en voz alta, no de manera que se enterase, porque si él era denso, su hermano lo era aún más. Y de alguna manera se destacaba por ser un bohemio sin remedio, a menos que tuviese una investigación por hacer. Su hermano mismo lo había dicho: “¿Enamorarme? La ciencia, eso me atrapó.” Ese hombre nunca se iba a casar, ni a tener herencia.
-¿Me estás acosando?
- No, simplemente estuve paseando, y casualmente te encontraba. Si preguntas por qué no me acerqué, es simplemente que no lo vi necesario, estaba preguntando unas cosas sobre el lugar.
- Ya. - Mientras le daba esa charla se había colocado el traje. Y después se escuchó el golpe a la puerta.
- Ya estamos todos.
- ¿Eh? - Rayne siguió a su hermano. Y tras la puerta de la cabina, pudo ver a Lady, a quien su hermano solo supo llamar como: “Oi, Cara de gato”.

Al pedirle una explicación le dijo que la había visto la noche anterior por lo que la invitó, y ella no lo dudó al notar el parecido de ambos, era bastante creíble que de hecho sí eran hermanos. Además de que le había interesado lo que le había contado sobre su investigación.

El yate se condujo hasta cierta parte mar adentro, Rayne no sabía dónde, pero su hermano entendía el gps del yate, el cual era una salvación ya que la señal del celular en esos lugares nunca era buena, o no lo suficiente.

No podía decir que Lady estuviese intranquila, al contrario, aun bajo el agua, siendo algo que declaró como nunca antes lo hecho, se notó maravillada con todo lo que observaron. Pero nadie le ganaba a Naín, una muestra por aquí, otra por acá, hasta pareció que en un momento se puso a jugar con los pequeños pececillos que usaban ese lugar de protección.
El coral era inmenso y parecía nacer de una roca del mismo tamaño, una alta, la cual era imposible de distinguir gracias a los colores toscos pero hermosos del mismo coral.

Habrían estado media hora rodeándolo para cuando regresaron al yate, el mayor se notó animado, mientras que Rayne y Lady llegaron a las justas al no saber respirar con aquel equipo y haber utilizado más aire del necesario.
Regresaron al puerto sin percances, y Naín los despidió al encerrarse con un montón de libros, la cafetera llena, y las muestras tomadas. A veces parecía un lunático a ojos de su hermano, pero uno con razones.
Con la joven regresaron a dejarle un poco de comida, algo que el mayor olvidó por la emoción. De por sí, era un hombre delgado, y con la alimentación de café que llevaba, dejarlo morir no era una opción.

El muchacho se despidió de la chica con heterocromía, a quien le preguntó sobre una extraña y pequeña marca a un costado de su muñeca la misma tenía la forma de un rostro de gato sonriente, como sacado de una caricatura, ella realmente no supo contestarle, pero no era algo por lo que alarmarse.

Y si lo pensaba un poco, su hermano cargaba una pulsera que nunca antes le había visto, pero conociéndolo lo dejó como algo que él usaría por simple curiosidad. Por lo que en ese momento solo se dirigió a reunirse con sus amigos, pronto sería la hora del almuerzo, y estaba seguro de que no le creerían lo que había visto. Aunque luego se lo pensó dos veces… y mejor no les contaría. Pero y luego… ¿Cómo les explicaba que su hermano le dio una tarjeta de regalo con algo de dinero?
Ya sabría cómo se las ingeniaba luego.

Luego agrego todo sobre Naín, ahora no quiero (?
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[Roll-P] Lumina: Tierra de Guardianes - Página 2 Empty Re: [Roll-P] Lumina: Tierra de Guardianes

Mensaje por Mar. Lun 12 Ago - 1:20

-Emm, no te enfades, pero iré a buscarlo sola ¿sí?  - la rubia dedicó una mirada suspicaz y juguetona a su amiga.
-Cuidado mi niña de las nieves, recuerda que el principito de mar es nuestro protegido y no…- dos segundos le tomó entender lo que su amiga insinuaba. Sus mejillas se pintaron de un tono carmesí y pronto saltó en su defensa.
-¡No es lo que crees! Es solo…que ayer no terminé de explicarle bien las cosas- Emma soltó una carcajada.
-Descuida preciosa, es broma. Anda, será más sencillo para ti encontrarlo. Mientras… creo que iré con Iori a conseguir un poco de helado gratis – la rubia tomó el brazo del joven.
-¿Y cómo piensas hacer eso? – preguntó ingenuo.
-Tengo mis trucos – y soltó a reír. Sophie ahorró una risilla y se marchó de allí, dejando a un Iori intentando escapar del agarre de la joven.

•••
Fue hacia el campamento improvisado, al cual Dylan la había llevado el día anterior, pero no vio a nadie. Sin esperar, se volvió hacia la playa, caminó unos minutos en dirección a la zona menos transitada y tomó asiento en la arena, justo debajo de la sombra de una palmera, y volvió su vista al océano. Hoy estaba tranquilo. Y se preguntó sobre el accidente que tuvo el día anterior en las mismas aguas y del que Dylán la había rescatado, también sobre el accidente del día anterior y sobre todo…
-Hey – el ligero tacto en su hombro la hizo despertar de su transe con gran sorpresa, haciendo que diera un pequeño brinco.
-¡No hagas eso!  - reprochó.
-Lo lamento – río el oji azul. –Es que no me escuchabas. ¿Qué haces por aquí?
-Pienso.
-¿En mí? - la chica sonrió por el comentario.
-Quizás.
-Perfecto, entonces seamos novios- La joven lo golpeó suavemente en el hombro. –No digas tonterías. – él fingió ofensa con un gesto exagerado haciendo que ambos rieran por un momento.
-¿Y entonces, qué es? ¿Piensas en lo de ayer? – Ella solo asintió -¿Se lo vas a decir?
Sophie lo meditó un momento y negó.
-Mejor no, a lo mejor no es nada.
-Sí tú lo crees, será así. – Por un instante ambos se quedaron en silencio observando e vaivén de las olas y sintiendo la brisa marina.  
-Entonces… ¿nos vamos?- Dylan se colocó de pie de un brinco y le ofreció la mano.
-¿Eso es una confirmación para venir con nosotros? – ella aceptó el gesto y se colocó de pie. Intentaba esconder la emoción y la alegría que almacenaba tras la esperada respuesta.
-Digamos que no puedo rechazar la petición de una citadina famosa que ha venido hasta aquí a buscarme
-¡Qué bien! ¡Yeeeeeih!- la joven saltó de un brinco a abrazarlo por un instante, antes de separarse y tomar su celular. –Llamaré a Emma ahora mismo. Aunque antes… ¿debería ir a hablar con tus padres?
-¿Eh?
-Claro, es que ahora emprenderemos un viaje…aunque supongo que eres mayor de edad, así que no habría necesidad de un permiso. ¿Y tus cosas? Tenemos que ir a recogerlas, después de todo tenemos que salir de la ciudad inmediatamente. – la joven había empezado a divagar y él parecía divertirle esa situación.
-Oye…tranquila, acabo de decir que sí.
-¡Lo sé! Y es genial. ¡Por fin tenemos a uno de ustedes!
-¿Uno de nosotros?
-Ah, es que esa es la parte que no te he contado aún bien, pero luego te lo contaré. Ahora que lo pienso ¿Qué haremos? el carro es pequeño y no creo que alcancemos todos – Sophie cambió su rostro a uno pensativo en un instante. La versatilidad de emociones que mostraba la castaña entretenía al pelinegro, pero lo último que dijo también había llamado su atención.
-Oye, yo creo que puedo ayudar con eso.-
-¿Si? ¿Cómo?
•••

Una hora más tarde, Emma, Iori y Rayne se encontraban en la playa de estacionamiento a la que habían llegado el día anterior. Sophie los había citado allí por un mensaje de texto y andaban esperando su llegada.  No pasó mucho tiempo, hasta que una  furgoneta Volkswagen, estilo hippie color azul marino, daba la vuelta en la esquina en dirección a ellos.
-¿Esa no es Sophie?
-¿Qué demonios hace allí?
-¡Hey! ¡Chicos! – saludaba la joven desde la ventana.
Estacionaron justo en frente y la joven dio un salto hacia ellos.
-¿Qué se supone que es esto?- preguntó Rayne.
-Ah, verás. Estaba pensando, ya que Dylan viene con nosotros y tenemos que buscar a los otros, no íbamos a entrar en el auto anterior ¿verdad? Entonces, se nos ocurrió que este sería un mejor vehículo.
-Ni hablar. Me quedo con el auto.
-¡No seas así Rayne! Estaremos cómodos todos. Está equipado con lo necesario y hay bastante espacio. Además, Dylan lo consiguió para nosotros.
-¿Y cuánto nos costará?- esta vez, habló Emma.
-Nada, fue un intercambio.
-¿Dijiste intercambio? ¿Qué intercambiaste?- Rayne miró a Sophie y está solo sonrió. Rayne podía jurar que detrás de esa sonrisa se ocultaba una expresión diabólica.
-¡No! No, el auto no.- Emma suspiró, mientras Rayne estaba a punto de aferrarse al auto deportivo.
-Bueno, supongo que Soph tiene razón, en el otro no entraríamos. Y parece en buen estado.
-Lo está. Es del amigo de Dylan, nos lo ha dado y a cambio, le dejamos este auto. También nos ha proporcionado todo, así que estamos listos para partir cuando quieran- sonrió la joven.



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Una de las contis más forzadas de mi vida. [Roll-P] Lumina: Tierra de Guardianes - Página 2 644295 Pero quería hacerla antes de desaparecer otro año xD
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[Roll-P] Lumina: Tierra de Guardianes - Página 2 Empty Re: [Roll-P] Lumina: Tierra de Guardianes

Mensaje por Shiba Lun 16 Sep - 4:04

- No - Insistió Rayne y se llevó las manos a la cabeza despeinándose medianamente. - ¿Acaso no entienden que ese auto no es nuestro? - Terminó en una pose en que su mano en la cadera y la otra estirada a alguna parte intentando mostrar lo obvio fuese el detonante para un silencio en el cual sólo se pudo presenciar el sonido del aleteo de una gaviota tomando vuelo para regresar con su parvada.
- ¡¡Sophie!! - El silencio fue interrumpido por la voz de Emma y sus pasos directos a zarandear a su amiga. Sophie reía para no llorar de manera pausada como si su alma poco a poco fuese absorbida por la realidad.
- Je... je... je... Ay... - Concluyó componiendo una expresión de contrariedad.
- ¡Reunión! - Sentenció la rubia, como cuando eran pequeños y tenían problemas (Aunque fuesen una minimidad) y la simple mención de esa palabra los hacía cerrarse en un círculo para empezar a platicar a murmullos sobre la situación.
- ¿Qué hacemos? - Preguntó Iori llevándose las manos a las mejillas, esas no eran situaciones fáciles de arreglar. Recordaba que para alquilarlo había sido un papeleo extenso.
- Yo opino que regresar esa chatarra. - El zape que le dio Emma en la cabeza en ese momento lo hizo resoplar.
- Dylan la negoció, no puedo decirle de un momento a otro que se cancela. Tampoco a su amigo. - Explicó Sophie y los cuatro dejaron escapar un suspiro de pesadez.
- ¿Cuánto tiene la tarjeta que ganaron? - Preguntó el rubio. Lo que le había dado Naín apenas alcanzaba para la gasolina del viaje.
- Créeme que no lo suficiente para comprar un auto de esos. - Explicó dejando salir otro suspiro pesado, Dylan a la distancia (en la camioneta) se preguntaba que tanto cuchicheaban.
- ¿Y si llamamos a los monjes? - Opinó Iori, todos lo miraron horrorizados de la idea. Y el futuro de desconfianza se avistaba a cinco kilómetros. - Pero ya desconfían de nosotros y lo único que hicieron fue bloquear la tarjeta. - Ladeó la cabeza. - No nos van a negar el continuar. Ellos no lo harán. - Su explicación fue tan suave y reconfortante que todos lo miraron como si los hubiesen iluminado de la nada. Iori era simplemente aquel incienso de casa con beneficios para desestresarte y rejuvenecer.
- ¿Ocurre algo malo? - Preguntó ya preocupado Dylan, no era la priemra vez que los veía juntos pero vaya que se notaban tensos.
- No, tu tranquilo. - Emma levantó la cabeza con una gran sonrisa forzada, dejando a Dylan confundido y regresando a su pequeña y privada reunión. Claro, varias personas que habían llegado o salían del parqueadero les tiraron más de una mirada rara. - Entonces... ¿Quién? - Los miró literalmente podía ser cualquiera, estaban acostumbrados a hablar con sus maestros.
- ¿Y si están ocupados? – Preguntó Sophie.
- Imposible, esos tipos son unos ociosos, solo se pasan meditando y esas cosas raras. – Rayne le quitó importancia, y entonces todos lo quedaron mirando, por su convencimiento, él llamaría. – Igneel me matará.
- Le haría algo bueno a la sociedad. – Sonrió Emma, aunque estaba siendo burlona por la situación, aquello salió más suave de lo que normalmente sería.
Rayne sacó su celular, suerte que lo había dejado cargando la noche anterior o estaría muerto. Marcó y el sonido de espera comenzó a sonar. Y de pronto alguien contestó, lo reconoció como uno de los monjes aprendices, a quien le pidió que le pasase a Igneel.
- Hola... - Se expresó como si lo tuviese al frente y se hubiese convertido en un Stitch que recién ha aprendido esa palabra. - Igneel, mi viejo amigo, compadre, mi hermano del alma... - Escucharon por primera vez a un Rayne, que si no eran nervios, estaba al borde de los mismos. - mi futuro suegro... Ah... No sabía, lo siento... No, no, no, no pateo para ese lado.... Eso es otra historia, sabes que estaba pequeño y me confundí... - De pronto se había transformado en un chico siendo puesto en ridículo por su madre.

- ¡Ve al grano! - Emma ya impaciente le gritó y le hizo señas de que apurase. No tenían todo el día y cada momento ese deportivo estaba más fuera de su alcance.

- Necesitamos ayuda. - Dijo finalmente después de escuchar el típico "No creo que sea una llamada para saber como estoy" - Bueno... verás... Rentamos un auto ¿Sabes que en este tiempo se pueden rentar, no?... Ya, ya, lo siento, y bueno, sucede que... lo perdimos en una apuesta... Ja... ja... - Dijo con un pequeño tic, los demás se sorprendieron de aquella mentirilla que soltó. - Aunque no lo creas... y nosotros ganamos una camioneta, pero eso no va a pagar el deportivo... - Se separó el celular del grito de espanto que pudo escuchar al otro lado, y cuando notó seguro volvió a dejarlo cerca de su oído. - Seh... seh... seh... lo sé... ¿Creen que puedan hacer algo? ¿En serio? Wow... ¿Y qué harán? ¿Por qué no me quieres decir? - Resopló. - Bueno, hasta luego... - Y el sonido de que habían colgado lo dejó mirando el celular por medio segundo, pero después simplemente se encogió de hombros. - Ya nos podemos ir. - Sonrió, aunque lo miraron de manera interrogante. a lo que negó dando a entender que no sabía que harían.
- Pero ¿En serio aceptó ayudarnos? - Emma no parecía completamente convencida de ello y Rayne asintió.
- Empezó a gritar y luego a darle órdenes a uno de los menores, algo... de un papeleo... No estoy seguro.
Los demás se miraron entre sí y solo se encogieron de hombros, mientras pudiesen avanzar.
Subieron a la camioneta, dejando a Rayne en los asientos de atrás, con la excusa de que todavía no era tiempo de que él tomase el volante. Hizo su mala, cara, le haló los cachetes a Sophie antes de subir dejándola con una pequeña marca roja.
Una vez dentro del auto, Dylan solo sonrió, no quiso preguntar nada, especialmente después de aquel pellizco a Sophie, el auto se llenó de una vivida discusión entre los dos rubios, mientras que el joven de las ropas tradicionales trataba de calmar las feroces aguas. Que al final terminaron en ambos sacando la lengua al otro como si hubiesen regresado a tener diez años y aquello fuese un insulto.

---

Mientras tanto en el Templo, Igneel regresó a el salón con sus tres compañeros monjes y al sentarse Kaminari pregunto:
- ¿Quién era?
- Rayne...
- Que raro... - Expresó Nanuk.
- No creo que haya sido para saber cómo estás... - El Maestro del joven Iori (?.
- Lo mismo dije. - Rió el hombre.
- Entonces ¿Para qué era?
- Bueno... ¿Qué piensan sobre tener un deportivo? - Simplemente sonrió de lado como el viejo vivaracho que era.


---

Parecía mentira que llevasen ya una hora de viaje. Y no hayan podido encontrar un lugar en donde deshacerse de las cáscaras de Coco que tenía cada uno en su poder, ni tampoco en dónde poder deshacerse del agua que ya se habían tomado.
Y aunque Dylan se los advirtió, supo que el raciocinio no era mucho lo de ellos. Al menos pudo darse cuenta de que muy callados los viajes no serían, así que aceleró. A esa hora había muy poco tránsito en la carretera, y deberían de encontrar un lugar antes de que empezaren a desesperarse.

---

Al siguiente día de viaje, gracias a lo que parecía ser un Monje de la región, les llegó una carta en la que les detallaban que el deportivo había sido regresado a su compañía, y el amigo de Dylan ya había conseguido una compensación acerca de eso. (Era eso o amenazas (?)
Al menos ya podían respirar tranquilos acerca de eso.
- ¿Qué pasó con el auto? - Preguntó Dylan.
- Verás... es algo muy gracioso... - Comenzó Sophie, esta vez ya habían dejado conducir a Rayne, pues se estaba haciendo de noche y... era el único que había manejado en tierra antes.
Por alguna extraña razón se habían desviado de la carretera principal pero no podía desconfiar en ese momento, pues era Iori quien lo guiaba como copiloto mientras Emma y Sophie explicaban la situación del día anterior a Dylan.
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[Roll-P] Lumina: Tierra de Guardianes - Página 2 Empty Re: [Roll-P] Lumina: Tierra de Guardianes

Mensaje por Cris Dom 22 Mar - 1:52

Parecía mentira que llevasen ya una hora de viaje. Y no hayan podido encontrar un lugar en donde deshacerse de las cáscaras de coco que tenía cada uno en su poder, ni tampoco en dónde poder deshacerse del agua que ya se habían tomado.

Y aunque Dylan se los advirtió, supo que el raciocinio no era mucho lo de ellos. Al menos pudo darse cuenta de que muy callados los viajes no serían, así que aceleró. A esa hora había muy poco tránsito en la carretera, y deberían de encontrar un lugar antes de que empezasen a desesperarse.


-No creo que pueda aguantar mucho más -Dijo Emma apresurando las palabras a la par que agitaba una de sus piernas nerviosamente.
-Siempre tan impaciente e intranquila –Se burló Rayne.
-Cállate que tú estás igual. Mírate, estás inflado como un globo.
-No es cierto.
-Que sí, eres el que más bebió. Te bebiste tu agua de coco y el resto que dejó Iori porque no quería más -Le recordó, sonriendo al ver cómo en la cara del rubio se asomaba el desespero que había estado ocultando.
-Tsk... -Chasqueó la lengua mientras se lamentaba mentalmente de haber sido amable, ahora sentía que si se movía aunque sea un poco, su vejiga no iba a resistirlo.

¡Tonk! La furgoneta cayó en una pequeña grieta en la vía y se hundió por un segundo, recuperando luego su posición inicial, lo que ocasionó un brusco e irrepentino salto que obligó a todos a dar un respingo siguiendo el movimiento del coche.

-¡TEN CUIDADO! -Gritó Rayne, más alto de lo que hubiera querido. Pero es que estaba al borde y no sabía cómo había logrado contenerse para no desbordarse como una fuente. Se sostenía el vientre y cerró los ojos en modo de contención.
-Ay –Se lamentó Sophie en el asiento de adelante- ¿Cómo es que no hemos dado con algún local aún? Hemos estado casi hora y media rodando...
-Ya no aguanto, vas a tener que detenerte aquí mismo -Ordenó Rayne, viendo una oportunidad al notar que ambos lados de la vía se tornaban más frondosos mientras avanzaban.
-¿Qué dices? -Aunque parecía que Dylan, que iba al volante, lo estaba cuestionando como si estuviera loco, la verdad es que no lo había escuchado bien, pues él por su lado también se estaba conteniendo, aunque en menor medida.
-¡Una estación de gasolina! -Gritó de repente Emma, haciendo que casi dieran un respingo de nuevo.
-¡Por fin! -Se alegró la castaña; el rubio sólo resopló.

El surfista aceleró todo lo que era legalmente aceptable (y un poco más, aprovechando que la vía estaba casi vacía) y llegaron a la estación de gasolina en poco más de dos minutos, tomando en cuenta el tiempo en que Dylan se estacionó apresuradamente. Todos se bajaron como balas de la furgoneta, excepto Iori cuyo kimono se quedó atascado por un momento en el pliegue entre el asiento y el respaldar.

-Necesitamos usar el baño, por favor -Pidió la rubia que fue la primera en llegar, no por urgencia, sino por su don de la velocidad.
-Sí, claro, están pasando esos estantes, a la izquierda -señaló rápidamente la dependiente, que había sido tomada por sorpresa.

Rayne, que venía atrás de Emma alcanzó a escuchar el intercambio de palabras entre la rubia y la otra muchacha sin detener su marcha y corriendo directamente al baño, cosa que igual iba a hacer aunque no hubiese tenido el consentimiento. Y detrás de él corrió el resto del grupo.
[Roll-P] Lumina: Tierra de Guardianes - Página 2 Separa11

Aprovecharon esa parada para llenar el tanque de gasolina de la furgoneta, pues se dieron cuenta de que en el camino era difícil dar con locales y prefirieron ser precavidos. También compraron unas pocas provisiones para completar lo que ya tenían.

De vuelta en el camino, Emma aprovechó que su asiento quedaba al lado de la ventana y sacó su teléfono para tomar algunas fotografías. El paisaje a los lados de la vía era mucho más abundante en vegetación ahora y ella amaba tomar fotos de la naturaleza, como pasatiempo. Se sentó de rodillas y asomó el teléfono fuera de la ventana lo suficiente como para tomar fotos sin que saliera la carrocería como marco.

-Eh, cuidado se te cae –La molestó Rayne, estaba aburrido y se le notaba. Para acompañar su frase, picó el costado de la rubia con uno de sus dedos sin conocer (o mejor dicho, recordar) que Emma era terriblemente cosquilluda. Mala idea.
-¡Ay! -Y soltó el celular... que estaba por fuera de la ventana- ¡NOOOO!

El celular voló de sus manos y lo vio alejarse tras ellos pues Dylan no había detenido la marcha, teniendo en cuenta que eso estaba pasando en un segundo. En ese mismo instante, Emma se inclinó hacia adelante, sacando medio cuerpo por la ventana y tratando de evitar que el celular se destrozara estrepitosamente contra el pavimento haciendo uso de su no tan pulida técnica de magnetismo, con el cual el celular no volvió a sus manos (pues estaba muy lejos) pero cayó con menos fuerza en el suelo, a varios metros de ellos.

-¡Eh, cuidado! -Gritó Rayne, esta vez en serio, sujetando con fuerza las piernas de la rubia con ambos brazos. La muchacha se había inclinado con tanto ímpetu que le pareció que con la furgoneta en movimiento ella iba a salir volando por la ventana también.
-¡Detén el auto! ¡DETÉN EL AUTO! -Gritó Emma aún con medio cuerpo afuera y Dylan frenó con brusquedad.

Ella se retrajo rápidamente, apenas dándole tiempo a Rayne para deshacer su agarre. Salió del vehículo y corrió hasta donde estaba su celular en media carretera.

-¡Emma! -Gritó Sophie desde su asiento, desabrochándose el cinturón para salir a buscarla.
-Espera –La detuvo Dylan tomándola de la mano- Vendrá rápido.
-¡Pero los autos!
-No viene nadie.

Y para llevarle la contraria a Dylan, un auto pasó raudo a su lado, por suerte, era el lado contrario del que estaba su amiga recogiendo el celular. Ambos se quedaron perplejos mirando el auto y Sophie se giró para mirar a Dylan con una expresión de “Te lo dije” llena de preocupación.

-Ahí viene –Dijo Iori que también se había preocupado, estaba de rodillas en su asiento mirando por la luna trasera de la furgoneta, con sus manos apoyadas en el respaldar.

Emma corrió de vuelta al coche y cerró la puerta tras de sí, Dylan aceleró en ese momento por si algún otro coche podía venir detrás de ellos en el mismo carril. Hubo unos momentos de silencio en los que ninguno se atrevió a preguntar, en parte porque seguían en shock y en parte porque sabían la importancia que la rubia le daba a su celular, y efectivamente ella escudriñaba con la mirada todas las esquinas del aparato en busca de algún daño.

-...¿Está bien? ¿Le pasó algo? -Preguntó Sophie mirando hacia ella.
-… No, logré que no cayera por el lado de la pantalla, y la funda protegió las esquinas.
-Uf, qué alivio -Sonrió la castaña, seguida por el resto y exceptuando a Rayne, que no sonrió, pues para ser sinceros sentía algo de culpa y estaba tomando cierta distancia de ella, que estaba precisamente a su lado.
-Y tú... -Sentenció Emma, pronunciando las palabras que todo el grupo esperaba escuchar desde hace rato- ¿ESTÁS LOCO? -Gritó girándose hacia él, rompiendo el extraño silencio anterior.
-Eh... -Se limitó a rascarse la cabeza y desvió un segundo la mirada.
-Ya es la segunda vez que causas algo así. En una de éstas vas a hacer que se dañe, y te ASEGURO que te haré pagar si ocurre –Se mostraba realmente molesta, sosteniendo con fuerza el aparato. Rayne resopló.
-Disculpa, ¿sí? Era jugando –El enojo en la mirada de ella sólo aumentó- No quería que pasara eso -Añadió también con cierta molestia, pues lo estaba culpando de algo que en principio él no planeó.

Emma sólo bufó como respuesta y se acomodó en su lugar con brusquedad. Dylan continuaba conduciendo mientras un silencio aún más incómodo reinaba sobre ellos. Que sí, que los dos rubios peleaban todo el tiempo por estupideces, pero cuando era una discusión un poco más subida de tono era imposible no sentir cierta tensión en el ambiente. “Acostúmbrate” le murmuró Sophie apenas moviendo los labios en un momento que Dylan volteó hacia ella, él sonrió algo contrariado y asintió.

Después de unos minutos, la dulce voz de Iori deshizo el silencio con suavidad.

-Emm, si le pasa algo a tu celular, podrías usar el mío -Y agitó levemente el aparato frente a él. A ella se le iluminaron los ojos de la ternura, e incluso se aguaron por unos segundos, como una caricatura.
-Gracias, Io, eres un amor –Se inclinó y estiró su brazo, tomando la mano del pelinegro- Pero ese es tuyo, no tienes que hacerlo. Y el mío por suerte sigue bien –Le sonrió cálidamente.
-Lo sé, pero es para que lo tengas presente, en caso de –Le sonrió de vuelta el joven, logrando con su intervención que la tensión dentro de la furgoneta se esfumara por completo.
[Roll-P] Lumina: Tierra de Guardianes - Página 2 Separa11

Se hizo de noche más pronto de lo que habrían esperado y, como estaban en medio de la nada, acordaron aparcar a un lado del camino, fuera de la vía, para descansar unas horas. Dylan hubiese cambiado de lugar con alguien más pero estaban de acuerdo en que todos tenían algo de sueño, y no era prudente que ninguno manejara en esas condiciones.

Se quedaron dentro de la furgoneta. Los tres que iban atrás reclinaron el respaldar del asiento para recostarse, Sophie iba a acompañarlos y le dijo a Dylan que hiciera lo mismo, sin embargo, éste se negó suavemente, seguramente porque aún no había tanta confianza como para sentirse cómodo durmiendo con ellos de manera grupal, aún teniendo en cuenta su carácter fresco, era normal. Por ello, Sophie decidió no acostarse con el resto y hacerle compañía al nuevo desde su puesto de copiloto, como gesto de amabilidad. Reclinó su asiento y se durmió rápidamente, y Dylan hizo igual.

Unos quince minutos después, Emma dio un toque seco en la pierna de Rayne para comprobar si seguía despierto.

-¿Qué? -Preguntó en voz baja, sin alarmarse pero algo extrañado.
-Gracias.
-¿Qué? -Preguntó esta vez en un tono más alto y claramente confundido, girando su rostro hacia ella.
-Por sujetarme cuando me asomé -Se limitó a responder, sin mirarlo.
-Ah, no es nada...
-…
-Y no te asomaste, te lanzaste –La corrigió.
-Como sea -Respondió, aunque sin molestia, cosa que seguía siendo extraña, e hizo una mueca- En fin, buenas noches –Y se giró despreocupadamente hacia el otro lado.
-Buenas... noches, ¿supongo? -Respondió en voz baja Rayne, acto seguido se encogió de hombros y se acostó boca arriba cruzando ambos brazos detrás de su cabeza.

Seguía molesta con él, pero no era malagradecida. Y en cierto modo se le había hecho lindo que hubiera reaccionado con esa preocupación en el momento. Aunque "lindo" y "Rayne" nunca fuesen juntos en una oración. Juk.

Iori, a pesar de que nadie lo advirtió, seguía despierto, y observó con una sonrisa cómo la situación se resolvía, de cierto modo, entre esos dos. Y decidió quedarse despierto un rato, por precaución. Porque, como seguramente sus descuidados amigos no consideraron, estaban solos a un lado de una ruta medio desierta, de noche.
[Roll-P] Lumina: Tierra de Guardianes - Página 2 Separa11

Al siguiente día de viaje, gracias a lo que parecía ser un Monje de la región, les llegó una carta en la que les detallaban que el deportivo había sido regresado a su compañía, y el amigo de Dylan ya había conseguido una compensación acerca de eso. (Era eso o amenazas (?)
Al menos ya podían respirar tranquilos acerca de eso.

- ¿Qué pasó con el auto? - Preguntó Dylan.
- Verás... es algo muy gracioso... - Comenzó Sophie, esta vez ya habían dejado conducir a Rayne, pues se estaba haciendo de noche y... era el único que había manejado en tierra antes.

Por alguna extraña razón se habían desviado de la carretera principal pero no podía desconfiar en ese momento, pues era Iori quien lo guiaba como copiloto mientras Emma y Sophie explicaban la situación del día anterior a Dylan.


Al terminar la explicación para el chico agua, el grupo empezó a discutir qué harían esa noche, pues el día anterior, aunque no durmieron del todo incómodos, algunos despertaron un poco adoloridos. Sophie propuso acampar, pero no llevaban consigo una carpa... ¿O sí?

De todas formas, Rayne no tenía problemas en seguir conduciendo el resto de la noche. Más que un gesto de amabilidad, parecía ser porque se le veía bastante entretenido al volante.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
¡HE VUELTO! Estoy viva~ -inserte ademán de Mushu-

Si no me equivoco, la última conti que escribí fue precisamente en este roll, y eso fue en Noviembre de 2018. Para serles sincera, pensé que ya habían pasado dos años desde la última vez que había escrito algo relacionado a historias o rolles. Pero al parecer ha sido uno solo y unos cuantos meses... Se sintió como si fuesen siglos.

Han pasado miles de cosas en este tiempo, y créanme cuando les digo que el pesar de no poder escribir ni seguir los rolles siempre me perseguía. A veces por tiempo, a veces por falta de inspiración o ánimo, a veces todos juntos, siempre algo me impedía volver. Pero en serio, me dolía mucho, muchísimo.

Este regreso me trae mucha paz, es algo que quería hacer desde hace tiempo, y no quiero perderlo de nuevo. Quizás me explaye más con estos sentimientos en el confesionario(?

Llevo todo este tiempo sin escribir algo relacionado a los rolles, así que discúlpenme si algo no está en orden. Aunque, para mí, siento que quedó bastante bien a pesar del tiempo que me distancié de éste-mi mundo♡

Disculpen también lo largo, pero bueno, después de tanto tiempo vengo con ánimo, ideas e inspiración. Era necesario e inevitable xD
También disculpen si hubo un desequilibrio de protagonismo entre los personajes, aunque igual hayan participado todos.
Y por último, disculpen que no haya avanzado mucho en la trama después de la conti de Sil, pero las ideas que se me ocurrieron se ubicaban en los entretiempos xD

Poco a poco iré poniéndome al día con los rolles ♡ y muchísimas, pero MUCHÍSIMAS gracias por seguir con esto durante mi ausencia. Disculpen mi falta de apoyo, ya estoy de vuelta ♡
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[Roll-P] Lumina: Tierra de Guardianes - Página 2 Empty Re: [Roll-P] Lumina: Tierra de Guardianes

Mensaje por Nya Jue 26 Mar - 12:45

Odiaba los coches automáticos. Conducir con ellos era lo mas aburrido que había y si no iba por la ciudad, llegaba un momento en que le entraba sueño del aburrimiento, lo que se traducía en mas probabilidades de tener un accidente. Tener un accidente no le importaba en absoluto, después de todo algún día tenía que morir pero lo que si le importaba es que en lugar de morir, volviese a casa en silla de ruedas permanente, ahí si que le entraría un disgusto.
Para su suerte, aquel auto era de marcha manual y por lo menos tenía que hacer un juego de palanca de vez en cuando para mantener la atención en la carretera. Además, si se lo proponía, también podía jugar a reducir el consumo de carburante ya que los coches automáticos no estaban perfeccionados del todo y muchas veces consumían mas carburante del que debían por las marchas que introducían.
En algún momento dado, dedicó una mirada rápida a Iori y ahí se lo encontró "durmiendo" en el asiento contiguo con un rostro en paz apoyado a la ventana. Si antes era fácil confundirlo con una chica, ahora no era menos.
Justamente el auto se encontró un pequeño bache en la carretera, de aquellas que ni siquiera se le podían calificar como bache pues simplemente era un suave desnivel que solo se notaba a grandes velocidades. Aquello hizo que Iori se diese contra la ventana provocando un hueco sonido que hasta a Rayne le dolió solo de escucharlo.
- Ack. - Fue lo único que articuló mientras se apretaba la zona afectada. Cuando se le pasó el dolor, miró de un lado a otro en busca de testigos y solo se encontró a Rayne mirando al frente impasible. Mantuvo la mirada fija por un buen momento en el rubio hasta que vió un atisbo de risa. - ¡Si has visto! - Se echó a reir.
- Fue gracioso. -
- ¡No lo es! - Se quejó dulcemente. Casi no parecía una queja.
- Para mi si lo es. -
Algo mas importante llamó la atención de Rayne, la aparición de una de las tantas estaciones en medio de la nada, de esas en las que no aparecía nadie por el sitio en donde estaban. A su lado, había otro edificio mas alto todavía donde un letrero de color rojo neón rezaba "Motel". Motel, eso era peor que un hotel.
Aunque no tenía pensado quedarse o tan siquiera repostar nuevamente, decidió parar a un lado de la amplia estación, necesitaba estirar las piernas al menos.
- ¿Ya estamos? - Preguntó Sophie.
- Noup. - Respondió el rubio saliendo del auto y estirándose todo lo que podía. Se arrepintió cuando escuchó un "crack" de su espalda. - Quería estirar las piernas un poco. -
- No es mala idea. Llevamos mucho tiempo sobre el camino. - Dijo uníendose a él. Tal como salió al exterior, el frío caló debajo de su ropa y comenzó a tiritar. - Que frío~ -
- Hmm... - Iori llamó tímidamente a los dos. - Creo que iré al servicio un momento. -
- ¿Hm? ¿Quieres que te acompañe? - Preguntó Rayne y como respuesta recibió un codazo por parte de Emma un tanto no sutil. - Ya ya, no aguantas ni una. -
- No le hagas bullying. - Le regañó Emma.
- ¿Bullying? Eso es lo que me estás haciendo tu. -
- No lo es si es con cariño. -
- Uf. - Puso ojos en blanco. - Con cariño. - Replicó.
- Chicos no sean así. - Se interpuso Iori. - Prohibido pelearse. Sobretodo hasta que vuelva. -
- Pero Io... - Emma intentó excusarse pero no podía contra la cara bonita de Iori. De hecho nunca había podido contra ella. - Me rindo. - Iori simplemente sonrió y se fue, pero tan pronto como lo vió entrar en la lejanía al aseo, volvió a salir en menos de treinta segundos regresando con cara lúgubre. - ¿Pasó algo? -
- Demasiado sucio. - Suspiró.
- Ah. - Dijeron al unísono Emma y Sophie. Era algo que entendían muy bien.
- Bueno, pues el único aseo que hay será ahí. - Dijo Rayne señalando al motel.
- Ahí no. -
- Hey, yo solo doy ideas, de ustedes depende si ir o no... -


Llevo mucho tiempo sin escribir aquí así que me espero algún que otro error...
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[Roll-P] Lumina: Tierra de Guardianes - Página 2 Empty Re: [Roll-P] Lumina: Tierra de Guardianes

Mensaje por Shiba Jue 26 Mar - 18:42

- Ese es un nivel al que Iori no puede llegar. - Aclaró Emma, Rayne se encogió de hombros.
- También está la opción desesperanza.
- ¿De qué hablas? - Preguntó Sophie, Iori se hizo una idea de lo que se refería y su rostro palideció.
- Existe un mundo afuera para hacer todo lo que necesites y muchas posi...
- Avancemos. - Interrumpió el pelinegro.
- Pero...
- No importa. Avancemos.
- Oh, vamos Io... - Rayne siguió al joven solo por el afán de molestarlo un poquito, y disculparse, Emma y Sophie se quedaron mirando, esperando a que Rayne no se refiriese a una estupidez, pero no tardaron en regresar al auto junto a los demás.

El camino pronto lo llevó hacia una nueva carretera, las luces estaban en perfecto estado y alumbraban como si fuese de día a pesar de ya ser media noche.
Para media hora después encontraron una pintoresca ciudad.
A pesar de que la mayoría de establecimientos se encontraban cerrados, se notaba que en los días el comercio era algo que no faltaba; lo que les aclaró el recepcionista del hotel en el que decidieron alojarse durante esa noche.
Se podrían haber quedado en la Van, pero la realidad es que dormir en los asientos de un auto no es cómodo para la espalda ni ninguna parte del cuerpo.
Esta vez al haber aumentado de personas y al tratarse de un lugar relativamente barato, donde el máximo de personas por habitación se quedaba en tres, decidieron pedir dos habitaciones, una para los chicos y otra para las chicas.

En cuanto ingresaron a los cuartos Io fue directamente al baño mientras que Rayne se aguantó la risa y Dylan solo se quedó observando el lugar. No era para nada como su hogar, pero, eso era libertad ¿No?

Para cuando Io salió ya se había alistado para ir a dormir y sonreía de lo más a gusto. Algo completamente diferente a su rostro de hace una hora, el que comenzaba a notarse irritado. aun siendo Iori, hay cosas que hay que dejar ir. (?
Pero debía de haber algo mal con él porque al salir del baño, por alguna razón la habitación, aunque todavía olía a hotel, ahora poseía un ligero aroma de macho (?.

- Entonces ¿Quién va primero? - Preguntó Rayne mirando a Dylan. Estaba sentado a orilla de la cama con sus cosas a un costado.
- Si quieres anda tú, no me molesta esperar. - dijo Dylan, Rayne suspiró con hastío, Iori era una princesa y ahora había un príncipe ¿Acaso él era el único normal? Y mientras más lo pensaba, más lo afirmaba.
- Como quieras. - No tardó en levantarse y entrar. Luego al cerrar la puerta se arrepintió. Iori debería de haberse alistado de último, ahora todo olía a un lindo día de primavera, lo que le ponía a pensar en un negocio de fragancias Iori, seguro iban de lo mejor. Y cuando salió, ya listo, aun cuando ambos se quedaron viendo lo que sea que estuviese dando en la televisión en ese momento. Rayne fue directo a Io, lo tomó de los hombros, lo miró de frente y dijo: - Tengo una idea millonaria. - Io ladeó la cabeza sin comprender. Dylan se quedó en silencio esperando lo siguiente que diría, y sospechando que tal real era aquello. No que desconfiase de su cabeza, no lo conocía, pero las ideas millonarias no siempre eran millonarias, lo sabía.
- ¿Y es?
- Vendamos tu aroma. - Io abrió los ojos como platos, y Dylan resopló para comenzar a reír. - Oye, que hablo en serio.
- ¿Cómo piensas vender el aroma de una persona? - Dijo Dylan entre risas.
- No lo entiendes. Ven. - Dijo, Dylan dudó de ello. Entendía que ellos se tuviesen confianza entre ellos, pero él acababa de llegar y no estaba completamente familiarizado. Rayne volvió a suspirar, y notó el lazo de cabello que Iori usaba sobre la mesita a un lado de su cama. - Ten. - Se lo pasó, y Dyñlan no necesitó ni aspirar para comprenderlo.
- Es una buena idea... - Asintió.
- ¿Ves? - Io solo los miraba intercambiando del uno al otro su fijación. Y luego solo infló sus mejillas.
- ¿No tengo opinión?
- Por supuesto que sí. Eres el de la receta. - Asintió el rubio. Dylan dejó el lazo donde lo habían encontrado y se levantó para dirigirse al baño, todavía le parecía una locura pero al menos había sido divertido.
- No pienso venderme. - Dijo Io cruzándose de brazos. Rayne se sentó junto a él. Explicándole eslogan y nombre del producto.
- ¡Serás la sensación! - Dylan salió del baño y Rayne acababa al parecer de explicar todo.
- Pero no tengo ninguna receta...
- ¿No haces nada en especial? ¿Un perfume o algo? - Iori negó, Rayne entonces resopló. - Mi idea millonaria... - Dijo como un susurro mientras iba a su cama. Ya habían apagado el televisor al no haber nada interesante.
- De todas maneras, necesitarías mucho más que solo el producto para que funcione como debe.
- ¿Hablas de asesores y esas cosas? - Dylan asintió - ¡Ja! En linea puedes hacer solo mejores cosas que eso.
- ¿Lo dices por experiencia?
- No, pero me he dado cuenta. - El interruptor estaba cerca de Dylan así que apagó la luz. Después de decirse buenas noches el silencio los hizo quedar dormidos. No eran camas cinco estrellas pero era mejor que el auto.

A la mañana siguiente pagaron el hotel y comenzaron su búsqueda nuevamente. Sabían que estaban en el lugar correcto puesto que Iori dijo claramente de que en esa ciudad se encontraba sin duda el siguiente Primary.



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[Roll-P] Lumina: Tierra de Guardianes - Página 2 Empty Re: [Roll-P] Lumina: Tierra de Guardianes

Mensaje por Nya Sáb 28 Mar - 18:20

No era una ciudad moderna con sus altos edificios de decenas de metros pero tampoco se asemejaba a un pequeño pueblo. Casi todas las construcciones apenas superaban las dos plantas de generosa altitud y aunque las calles estrechas recordaban a un pueblo con su pavimentado de piedrecitas pequeñas, estaban todas perfectamente alineadas y niveladas entre sí sin signos de envejecimiento.
Los establecimientos eran modernos y ninguno agredía a la vista con alguna que otra decoración fuera de lugar, en cambio, había plantas que colgaban por todas partes en maceteros puestos en terrazas y en el centro de las calles. Era un pueblo que no recordaba a pueblo.
Como en aquella ciudad no abundaban las calles normales en que un auto pudiera circular sin problemas, dejaron a un lado el vahículo. No era un sitio muy amplio por lo que ir a pie parecía una buena idea y no tardaron los cinco en llegar a una plaza que parecía el centro de la ciudad en la que un gran árbol centenario crecía en su centro. Mas de uno no pudo evitar quedar impresionado por aquel grandioso árbol en flor, de pétalos rosados.
- Estás de muy buen humor - Dijo Rayne.
- ¿Has visto este sitio? Es el paraíso. - Contestó Iori dando un giro sobre sí mismo. Verlo sonreir tan ampliamente mientras caían pétalos del árbol no era bueno para el corazón de ninguno y lo confirmó cuando vió mas de uno mirarlo con cara de bobo. Le hizo pensar que en lugar de perfume podría vender unas cuantas fotos. - Y todas las plantas crecen feliz. -
- Nunca había visto un cerezo tan grande. - Dijo Emma tomando una foto.
- No es un cerezo. Es un almendro. - Corrigió Iori. - Ambos son fáciles de confundir... tienen la misma flor... - Añadió cuando se recordó que no todos poseían su mismo don.
- Oh~ - Respondió. - ¡Ya se, hagámonos una foto! -
- ¿Por qué? - Inquirió Rayne. No es que no le gustase sacarse una foto, pero es que sacarían una, dirían que no está perfecto y en lugar de una foto serán varias como en una sesión de modelos.
- ¿Por qué no? -
- Está bien, yo hago la foto. - Extendió su mano.
- No pienso darte mi teléfono otra vez. -
- ¿Acaso crees que haré lo mismo dos veces? - Emma se resignó y con cierto recelo le entregó su móvil el cual no tardó en recuperar uno segundos mas tarde. Cuando comprobó la foto, vió que su rostro aparecía tapado por algo que solo podía ser el dedo del rubio.
- No aguantas ni una. - Volvió a repetir antes de que estallase en ira. - Hice dos fotos. -
- Quedas perdonado. - Dijo sin mas tras comprobar que la otra foto si se vía correcto, de hecho estaba bastante bien.
- Creo que primero deberíamos desayunar algo. - Sugirió Sophie.
- Secundo la moción. -

Eligieron una de las tantas arterias de la plaza aleatoriamente para recorrerla, paseado sus vistas por los escaparates de izquierda a derecha y viceversa. Todo era tan llamativo que era difícil fijar la vista en algo o enterarse de todo. De vez en cuando paraban en algun que otro lugar donde se sirviese comida con la intención de revisar el menú pero hasta el momento solo lograban ver restaurantes de almuerzo y cena.
Y entonces, una de las tantas tienda le llamó la atención. Se camuflaba bien con el entorno con su decoración exterior de ladrillos en la pared, con un escaparate tímido por su tamaño y con un simple letrero de madera encima de la entrada que rezaba "Antiguedades". No pudo evitar pensar en lo ambiguo que era aquel nombre, era tan soso y simple que pasaba desapercibido. Es mas, hasta la hiedra en una gran maceta de un metro que mantenía el local vecino, se había acoplado al suyo haciendolo mas indetectable aún y sin embargo, había clavado su vista ahí como una abeja a la flor.
- ¿Iori? - Llamó Dylan pero aun así mantuvo su vista clavada en aquella tienda.
- ¿Puedo entrar? - Dylan dejó escapar una risilla.
- No tienes que pedirme permiso. -
- Se están quedando atrás. - Dijo Sophie acercándose a los dos.
- Entraremos un momento a esta tienda. Pueden seguir adelante. Antes de que pase la hora del desayuno. - Añadió antes de que pudiera protestar.
- Hmmm... Tienes razón... - Miró su teléfono para confirmar aquello. - ¿Llamarás cuando termines? - Dylan asintió.
- Eso haré. -
- No tarden. - Dijo despidiendose con la mano mientras regresaba mas adelante con Rayne y Emma, antes de que provocasen algo raro.
- ¿Entramos? - Iori asintió.
Cuando abrió la puerta, la madera hizo un suave crujido seguido del sonido de una pequeña campanada diseñada y colocada justo encima de la puerta para avisar de la llegada de cualquier alma perdida. Enseguida le invadió un olor a antiguo y un agradable aroma suave a madera, probablemente porque desde el suelo hasta la pared y los estantes, todo era madera de tonos claros. Le gustaba.
Pasó sus ojos por los estantes viendo la infinidad de cosas que había de todo tipo, cosas que incluso hasta él ni sabía que existían y mucho menos conocía para qué propósitos. Pero también había cosas que reconocía y le evocaban ciertos recuerdos. Aquel sitio era como un lugar congelado en el tiempo.
- ¿Iván? - Una voz vino a lo lejos, del interior del mostrador tras una pequeña cortina que daba paso a una zona privada. - Ya te he dicho que tu reloj no estará hasta la tarde. - Un hombre de gran estatura, o por lo menos mas alto que él apareció con cierto rostro de sorpresa que cambió a uno impasible. Definitivamente no pasaba desapercibido con aquel parche en el ojo mas la peculiar forma de vestir. - ¿Necesitas algo? -
Tan pronto como lo vió, sintió una corazonada como si su corazón se hubiese saltado un latido de por medio. Tenía que ser él.
- Ugh... - Pensó con como decirle todo lo que tenía que decirle pero su cabeza acabó tan desbordado de ideas que al final balbuceó medianamente bien y con los ojos cerrados. - ¡Sal conmigo! - Dylan no pudo dejar escapar un "Oh" del asombro, no se esperaba aquello. Cuando Iori abrió los ojos, se sonrojó. - ¡Osea no...! ¡Si pero...! - De la verguenza, corrió hacia Dylan, lo abrazó y enterro su rostro bajo su pecho, esperando que aun estuviera soñando en su cama. Al ver que el hombre seguía mirando, Dylan solo sonrió.
- Es su primera vez. - Bromeó mientras acariciaba la cabeza del azabache como consuelo. - ¿Que es este sitio? - El hombre suspiró antes de contestar.
- Lo pone en la puerta: "Antiguedades". -
- Eso es muy ambiguo. -
- No necesita mas explicación. - Se encogió de hombros. - Compro, vendo y arreglo cosas antiguas. -
- Ya veo... Supongo que no está de mal presentarme. Soy Dylan, él es Iori -
- Hasper. - Como la conversación acabó ahí, se obligó a continuar. - ¿Necesitan algo? -
- Es... complicado... - Dijo pensativo intentado reorganizar su mente al igual que el menor.
- Si no tiene que ver con el trabajo, mi respuesta es no. - Dijo cruzándose de brazos.
- Todavía no he dicho nada. -
- Si lo estás pensando, obviamente no tiene que ver con mi trabajo. ¿Acaso me equivoco? - Dylan negó con la cabeza, aún sonriente.
- Para nada. Iori, vámonos, volveremos mas tarde. -
- Pero él... -
- La tienda no se va a mover a ningún lado. Volveremos cuando hayamos desayunado. -



No lo dije pero cambie un poco las fichas porque... bueno, cuando las hice estaba un poco desganando. Sigue igual pero mejor redactado creo. Aunque parezca borde, Hasper no lo es, si es así ahora es por un motivo, consulteme para mas recetas de trama (??
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[Roll-P] Lumina: Tierra de Guardianes - Página 2 Empty Re: [Roll-P] Lumina: Tierra de Guardianes

Mensaje por Mar. Sáb 28 Mar - 20:16

Habían encontrado una cafetería pequeña y bastante hogareña, justo en una esquina de la calle, con grandes ventanales que dejaban ver todo su interior decorado en un estilo rural, y llenos de flores y plantas, tenía una puerta de madera y un cartel con letras rosas que narraban: “Dulce Hogar”.  Sophie estaba extasiada, era hermoso, y estaba segura que a Io le encantaría. Rayne y Emma no objetaron, tenían hambre y el exquisito olor a café y pan, atraía a bastante gente. Ingresaron y tomaron asiento en una mesa libre con vista a la calle. La camarera vestida con un traje blanco y negro se acercó, Soph ahogó un gritillo, parecía una maid sacada de un manga, a decir verdad, todo ese local era sacado de una fantasía. Iba en una nube de fantasías atenta a los camareros, a las meseras, a los lindos adornos y demás, que no prestó atención cuando Emma la llamó, no fue hasta que está tocó su hombro que la despertó de la burbuja.
-¿eh? – Emma sonrío.
-Te pregunto si quieres ordenar ahora o esperamos a los chicos.
-Oh, los había olvidado – confesó – Pues creo que…
-Yo tengo hambre, ordenaré ahora – saltó Rayne
-Siempre tan considerado – reprochó la rubia, y así retomaron una de las típicas discusiones. Soph se había perdido en la vista de la venta, alzaba su cabeza intentando ver un poco más a la distancia, y no pasó mucho cuando empezó a divisar esas dos siluetas conocidas acercándose cada vez más. Soph se quedó atenta, Iori parecía nervioso y ella solo dibujó una tierna sonrisa en su rosto. A pesar de tantos años lejos, podía identificar aún sus gestos corporales, estaba apenado, caminaba con la cabeza gacha y agarrado del brazo de Dylan, quién solo caminaba intentando ir a su ritmo con una ligera sonrisa en su rostro. Muchas personas que pasaban se les quedaban viendo, Soph estaba segura que le decían lo linda pareja que parecían. Casi podía jurar que Dylan se había ahorrado las justificaciones. Pero a todo esto ¿Qué rayos le habría pasado a Io?.
-Voy a darles el encuentro – se levantó de la mesa incluso antes de recibir respuesta de ambos rubios, quienes solo se la quedaron viendo como se colocaba de pie y salía de la tienda.
Desde la entrada del café, podía ver con más detalle la escena, y por un instante, su instito friki salió y pensó lo bien que se vería Dylan usando un traje de príncipe e Io, pues Io se vería tierno con cualquier cosa…incluso así, caminando, mientras Io se escondía detrás de Dylan, casi podrían representar una hermosa pareja. Ya estaba soñando con los trajes y cosplays, cuando ambos se detuvieron junto frente a ella.
-Soph.
-¿uh? – inclinó la cabeza intentando buscar a Iori que se escondía detrás del hombro de Dylan. En cuanto este alzó la cabeza y la vio, se lanzó a sus brazos con algunas lágrimas en sus ojos. Un ataque moe. Sophie lo abrazó, aun siendo más pequeña que él, y acarició su cabeza.
-¿Qué pasó?
-Y-yo…y-o… lo he arruinado- murmuró. Soph alzó la vista hacia el peliazul, quién solo se limitó a sonreír y rascarse la cabeza.

------
-¡Entonces ¿lo encontraron?! – saltó Emma golpeando la mesa. Soph logró coger su taza antes de que se vuelque.
-Así parece, pero Iori no pudo expresarse bien – Dylan sonrío algo contrariado, mientras cogía su taza de café y la llevó a sus labios. Iori tomaba un poco de té, allí sentado, con la cabeza gacha.
-Lo siento- murmuró.
-No te preocupes Io, lo importante es que lo hemos encontrado muy rápido, ahora tenemos que ver la forma de hablar con él. Supongo que ya se nos ocurrirá algo- animó Soph.
-Es cierto Hojita, no te preocupes. Saliendo de aquí, vamos a hablar con él – le siguió Emma.
-Y si no funciona, lo traemos a la mala – soltó el otro rubio.
-No creo que sea necesario tal extremo Rayne – río Soph. Y entre conversaciones y conversaciones, la hora del desayuno se fue pasando. Salieron de allí y buscaron un lugar en donde pasar el rato mientras analizaban cual era el mejor escenario para decirle la verdad al nuevo integrante.

---------------------
La campanilla volvió a sonar junto a unos pasos.
- Ya les dije, si no tiene que ver con el trabajo, mi respuesta es no – Hasper salió de la trastienda sin siquiera mirar a quién tenía en frente, pero cuando sus ojos se encontraron con lo que tenía en frente su mirada se expresó perpleja.  
-Pero ¿qué?....- logró pronunciar.


--------------------------------------------------
Va, es lo que hay~(?
Hagan lo que gusten xD
Pongan un villano, hagan que Hasper haga temblar, que los chicos lleguen~ No sé, les dejo a libre imaginación [Roll-P] Lumina: Tierra de Guardianes - Página 2 644295 Yo solo quería continuar~
Mar.
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[Roll-P] Lumina: Tierra de Guardianes - Página 2 Empty Re: [Roll-P] Lumina: Tierra de Guardianes

Mensaje por Shiba Dom 29 Mar - 2:56

Las plantas rastreras se movían por el suelo de su tienda. Eso dejaría un gran desastre, y estaba lejos de la salida. No esperaba que el día de poda se adelantase tan pronto además.


- Todavía puedes sacar la excusa de que es sobre su trabajo. No cuesta nada mentir. Es por una buena causa. - Rayne se llevo una cucharada del estofado de carne que había pedido. Nunca ninguno sería como lo que preparaba Iris, pero en tiempos de crisis era lo que había.
Iori al escuchar esto solo miró a su regaso y suspiró. Aunque Rayne tenía razón eso implica mentirle a su Primary, y no resultaba ético.
- Anímate. - Emma le dio un suave empujó al pelinegro, quien ahora se fijó en ella. - Con el señorito de aquí nos tardamos dos días. - Señaló a Dylan con el tenedor, Sophie sonrió con diversión, era bueno saber que Dylan accedió a escucharla, si no quizá seguirían atrapados en la playa. Iori volvió a suspirar. Eso en lugar de animarlo hizo todo lo contrarío. Si con alguien que accedió tan pronto en confiar en ellos tardó tanto; no quería saber la muralla que tenía de objetivo.
- Bueno, no aparenta ser tan mala persona... Quizá para cuando regresemos esté de humor. - Dijo Dylan, Iori balanceó su cabeza razonándolo podía que tuviese razón y pudiese que no. - O eso creo... - Y de nuevo ese suave suspiro hizo a los demás imitar al chico.
- Quizá si debamos de entrar como clientes. - Apoyó Sophie. Rayne Asintió complacido de escuchar aquello.
- Es lo lógico en...
- Algo está mal. - Dijo Iori interrumpiendo cualquier cosa que intentase decir el rubio.
- Por supuesto me inte...
- ¿Qué ocurre? - Preguntó Emma al ver a Iori levantarse de la nada, cosa que nunca haría.
- Las plantas... - El pelinegro miró hacia fuera, las plantas le estaban hablando y no era nada bueno. - Hay que ir. - Dijo simplemente para comenzar a andar seguido de los demás. Dejando a un camarero con varios platos confundido, y a un Rayne dándose un golpe en la frente. Claro que pague el tonto atrapado entre la pared esquinera y la salida.


Llegaron a la tienda de antigüedades sin mucha complicación, es decir, era la única con ramas pasando por la puerta con libertad, y ellos los únicos raros que se acercarían tanto.
- Wow... - Pronunció Dylan, las plantas podían ser lindas, pero causaban desastres al mismo nivel que su lindura.
- Siento que algo nos falta. - Sophie miró de un lado a otro.
- El comentario estúpido. Se quedó. - Emma se encogió de hombros. - Pero eso no importa ahora.
- Io... - Sophie miró al nombrado así como los demás. El mismo se puso nervioso, la puerta estaba prácticamente atascada por todo el ramaje que parecía no dejar.
- Intentaré hacer algo... - Respiró profundo, el sonido de una sierra eléctrica desde dentro no era nada agradable a sus oídos ni sentidos.
Cerró los ojos tratando de relajarse y sus brazos se estiraron en dirección de aquellas ramas empezando a hacer movimientos lentos que daban la ilusión de que las ramas habían comenzado a moverse en la dirección contraria. Pero en un momento tuvo que comenzar a tirar con fuerza.
- Esto no es normal... - Murmuró. Normalmente nunca se tendría que esforzar tanto por ello. Pero, por fin logró abrir un agujero por el que podría caber una persona y el que aprovecharon los demás para ingresar de uno a uno hasta el último que fue Iori.
Y lo que encontraron entonces fue a un Hasper, aunque tranquilo, con una sierra eléctrica frente a una extraña, quien se veía demasiado normal, como para representar una amenaza.
- Uh... Ya sabía yo que esto no era buena idea. - Pronunció con un suave suspiro y una pequeña sonrisa mirando a los recién llegados.
- Di de una vez qué es lo que quieres. - Exigió Hasper, ya le había causado suficiente daño a su tienda, y hasta a él mismo. Esa mujer tenía unos días merodeando y no solo eso ya habían estado ocurriendo cosas extrañas desde entonces.
- ¿Yo? Nada. Te dije que no es personal. - Se encogió de hombros. - Con ustedes tampoco. - Dijo sin quitarle los ojos de encima. Para ella misma no era justo la cantidad, y solo demostró aquello cuando la chica rubia se lanzó a dar una patada alta que ella retuvo con una madera gruesa en el lugar indicado, y eso mismo ocurrió con el siguiente y el siguiente en el cuál se detuvo antes de tocar la misma.
Emma resopló, no es que no quisiese usar sus poderes, la cuestión es que todo lo que rodeaba a esa mujer era madera. Miró a Dylan un momento pero parecía estar muy concentrado en algo como para moverse, como decidiendo si realmente era la mejor idea.

La mujer volvió a mirarlos a todos, y solo suspiró. Las plantas desaparecieron, al regresarlas a su lugar de origen.
- Supongo que mejor me voy. - Solo sonrió.
- ¿Qué? - Pronunciaron los cuatro compañeros de viaje.
- Miren. Se llama igualdad, y ley. - Bajó su mirada al cinturón mostrando una placa. Emma entonces retrocedió y comprendió porqué los chicos se habían quedado donde estaban, había tenido suficientes problemas con la policía antes como para querer más. Era impulsiva pero no tonta. - Que tengan suerte en cualquier caso. - Caminó con calma hacia la salida, desapareciendo de la vista de los demás. ¿Por qué cuando la autoridad estaba cerca ellos prácticamente no tenían excusa?
Hasper solo miró a su alrededor, cualquier desastre que haya dejado todo el ramaje, solo fueron hojas y polvo; ahora tendría que limpiar nuevamente.
Fue a guardar lo que tenía en las manos al considerarlo ya innecesario; y en cuanto lo dejó en su lugar, un tirón en su camisa lo hizo girar y cruzarse de brazos.
- ¿Ahora me podrías escuchar? - Preguntó el chico tímido de antes. Parecía más seguro que antes y mantenía más seriedad, aunque claramente no estaba de lo mejor pues le temblaban las manos.
Hasper solo se recostó a la pared e inhaló profundo. Decir que era un raro, y que ellos quizá también lo fueran quizá iba a ser muy pretencioso de su parte cuando los observaba con su típica tosquedad. Pero terminó asintiendo. Iori mostró una gran sonrisa y al mismo momento los ojos azules se iluminaron.

- La próxima vez que pase esto, ni crean que les cubro la espalda. - Rayne le entregó el plato desechable a Sophie, solo faltaba Iori, pero decidió no interrumpirlo al verlo ocupado con el supuesto primary.
- Nos lo debías. - Sophie aceptó el plato de comida. Además de Emma y él realmente a ninguno le había llegado su plato de comida en el momento. - Acepta que lo tienes merecido.
- Claro, claro. - Rodó los ojos.



Última edición por Fire. el Mar 31 Mar - 17:26, editado 1 vez
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[Roll-P] Lumina: Tierra de Guardianes - Página 2 Empty Re: [Roll-P] Lumina: Tierra de Guardianes

Mensaje por Cris Lun 30 Mar - 1:53

Sophie, Emma y Rayne se quedaron afuera de la tienda, en un banco de madera que se encontraba al lado izquierdo de la misma, a poco más de un metro. Dylan, por su parte, decidió quedarse en la tienda por si Iori necesitaba apoyo, ya que lo notaba un poco nervioso todavía.

El surfista recorría la tienda lentamente, posando su mirada en todo lo que podía. Había artefactos de todo tipo y era difícil concentrar la atención en una cosa por vez. En eso, sus ojos se toparon con un antiguo barco en miniatura sostenido por una base. Se acercó curioso y lo empujó con el dedo: Efectivamente, el barco se balanceó con la ayuda de un mecanismo interno. Dylan se quedó un momento hipnotizado por el vaivén.

-Dice no tocar -Soltó de pronto Hasper, de forma casi automática.
-¡Oh! Perdón -El pelinegro se llevó una mano a la nuca, confirmando que de hecho sí había un cartelito bajo el objeto que lo indicaba.

Hasper deslizó su mirada de vuelta a Iori, aún cruzado de brazos. Iori sólo se había limitado a voltear con inocencia y sorpresa hacia Dylan cuando le habían reclamado por tocar lo que no debía. La sorpresa se debía más bien a que no esperaba ser interrumpido por el hombre tan bruscamente.

-¿Decías? -Preguntó simplemente, parecía un poco más dispuesto a hablar que la vez anterior. Aunque también, podía ser que lo estaba apresurando a ir al punto.
-Bueno... Yo... Este... ¿Comprendiste hasta ahora? -Lo miró dubitativo.
-A ver. Ustedes son un grupo de jóvenes dotados de poderes mágicos que tienen como misión combatir a las fuerzas malignas -Repitió con precisión en una voz que Iori no supo si catalogar como cansina, relajada o incrédula- Y dices que debo unirme a ustedes por alguna razón. -El joven asintió enérgicamente, el otro sólo se le quedó mirando.
-Tú también tienes... Es decir –Se interrumpió para tomar una bocanada de aire y exhalarla en un suspiro.
-¿Hay mucha prisa con ésto?
-¿Huh?
-Como verás, tengo que limpiar –Hasper hizo un ademán con la mano y señaló las hojas y el polvo que cubrían casi todo en la tienda.

Iori miró a su alrededor y de pronto, una idea iluminó su rostro.

-¡Déjame ayudarte! -Sonrió con ilusión. El mayor alzó una ceja- Y al mismo tiempo, entenderás a lo que me refiero con la misión -Le aseguró con una sonrisa, aunque su voz aún temblaba un poco.

Se giró hacia la parte de la tienda donde tenía lugar la exposición de los objetos y alzó los brazos suavemente (causando que su kimono resbalara con delicadeza hacia sus hombros) decidido a usar sus poderes para eliminar las ramitas y hojas que se encontraban esparcidas en todos lados. Y con el polvo... También podría ayudar después, si se lo permitía, y aprovecharía de preguntarle su nombre, que de hecho se le había olvidado... Se reprochó mentalmente esa falta de modales.
...

Afuera, los otros tres muchachos ya estaban por terminar sus comidas.

-Qué raro que una policía sea... -Empezó Sophie.
-¿Mala? -Siguió Emma, que dio otro bocado. La verdad es que todo ese rato había estado tratando de avistar a la mujer misteriosa, pero parecía haber desaparecido.
-No es tan extraño. No todos son tan diplomáticos -Añadió Rayne, dejando su plato desechable a un lado. Sophie asintió.
-Tienes razón... Pero igual, no es algo que te esperarías ver –Se mostró pensativa- ¿Cómo supo de él? -Soltó de repente, refiriéndose a Hasper.
-No lo sé. Pero no debió ser por... -Emma miró hacia ambos lados por precaución y bajó el tono de voz- Sus poderes. Recuerden que los monjes nos explicaron que los Primary están bien ocultos, con sus poderes “dormidos”. Así que... Debió haber otra razón.
-¿Cómo cuál? -Cuestionó la castaña, Emma se encogió de hombros- Bueno, lo raro es que mostrara su poder tan abiertamente...
-¡Eh! -Exclamó de repente la rubia, Soph volteó algo alertada- Mi postre.
-¿Postre? -Parpadeó varias veces, para luego relajar el rostro y sonreír.
-Sí, pedí un postre junto con la comida –Le explicó.
-Aquí está tu postre -Habló Rayne.
-Iu –Soltó Emma mirándolo. Él bufó.
-Yo no. -Asomó un paquetito que tenía al otro lado de él- Ésto.
-Ah, eso sí -Emma clavó sus ojos amarillos en el paquete. Rayne resopló con molestia, acababa de despreciarlo y ni siquiera reparó en ello.

Emma, que estaba al lado de él, extendió las manos para tomar el paquete.

-Grac... -Cuando estaba por tomarlo, Rayne lo alzó por encima de su cabeza- ¡Hey! Dámelo, no es tuyo.
-Yo lo pagué -Sonrió de lado.
-Ya Soph te dijo, nos lo debías -Seguía intentando alcanzar el paquete- Dame.
-No.
-Jirafa.
-No es mi culpa que no alcances.
-Tienes hasta el amarillo de una jirafa.
-Tú también.
-Pero yo tengo una altura normal. Jirafa.
-Ya –Con su mano libre, Rayne tapó los labios de Emma con un dedo, a lo que ella le mordió- ¡Auch! -Se quejó frunciendo la nariz y retirando la mano rápidamente.
-Dame.
-Agresiva –La miró un instante y suspiró pesadamente- Con una condición.
-¿Cuál?
-Que compartas el postre.
-Ugh –Ella rodó los ojos- Está bien, está bien. Sólo dámelo ya –Y él le entregó el paquete.

Emma abrió con prisa el envoltorio para revelar un trozo de pastel de chocolate con fresas, rápidamente tomó la cucharita y comió el primer bocado.

-¡Rico! -Los ojos le brillaron y Sophie río suavemente ante ello.
-Eso no es muy deportista de tu parte –Se burló Rayne recostándose en el respaldar del banco, con los brazos apoyados y las piernas abiertas sin nada de clase. Al menos incómodo no estaba.
-Podemos darnos nuestros lujitos a veces -Sonrió la castaña.
-Dame -Exigió el rubio sin esperar. Emma suspiró.
-Ten –Y con la cuchara apretó contra sus labios un trozo del pastel.
-Qué delicada –Se quejó Rayne, ella aprovechó que abrió la boca para darle el bocado sin mucha sutileza. Él dejó escapar una queja incomprensible mientras masticaba.
-Mmm –Emma disfrutaba otro bocado del pastel, cuando fue interrumpida de nuevo.
-Otro -Pidió el rubio. Ella resopló y se dispuso a tomar otro trozo del plato- Espera, yo la agarro –E hizo el ademán de tomar la cuchara, pero ella la alejó- ¿Qué?
-No, si la tomas, vas a quitarme demasiado.
-No es cierto.
-Que sí.
-No quiero que me lo des tú, eres una brusca.
-¿Te dolió? -Rió.
-No, pero...
-Tendré más cuidado entonces, señor delicado –Se burló y acercó la cuchara a sus labios.

Rayne la miró con duda, alternando su mirada entre su rostro y la cuchara, y abrió los labios con cautela. Emma depositó suavemente el cubierto en la boca del rubio, de hecho con demasiada delicadeza, claramente exagerando. Mientras Rayne masticaba más tranquilo esta vez, Emma se llevaba otro bocado a la boca, cuando escuchó a su amiga reír, al parecer tenía rato aguantándose.

-¿Qué pasa? -La miró sin comprender.
-Es que... Es como si se hubiesen dado un beso indirecto, varios, de hecho –Y juntó sus manos con algo de ilusión.

Los dos se le quedaron mirando unos segundos. Rayne compuso una cara rara y deslizó su mirada hacia Emma, de quien sólo veía el perfil pues ella seguía observando a Sophie. Ésta última esperó una respuesta, un escándalo o una queja, pero la rubia sólo se encogió de hombros y comió el último bocado. Rayne alzó una ceja.

-¿No te importa? -Preguntó Sophie algo sorprendida. Ella se volvió a encoger de hombros.
-Ya valió -Se resignó y volteó hacia Rayne, mirándolo un instante- Iu -Repitió por segunda vez en ese rato.
-Eh, deberías considerarlo un honor -Sonrió con suficiencia.
-Tu también.
-Já.

Ambos miraron al frente, esperando la salida de los otros dos muchachos, que se estaban tardando. Parecían analizar mejor lo que les había dicho Sophie, o eso parecía para ella, porque de pronto la cara de ambos ensombreció un poco.


~~~~~~~~~~~~
No sé que hice, no me pregunten (? No era lo que esperaba escribir del todo al principio, pero ahí quedó LOL.

No me quise meter mucho con la explicación de los poderes y la demostración de Io porque eso corresponde a Lock, si desea hacerlo~

That’s all~
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