[Roll]A Puppet world

por **Shiba** Sáb 19 Mar - 3:19

♦ A Puppet World

Bienvenido.

A este nuevo mundo.

En el que estás muerto.

Sí, has muerto. Pero tan joven y lleno de sueños y metas… ¡Qué desperdicio!

¿Te apetece una segunda oportunidad?

Si este es el caso. Te permitiré rondar por mi mundo de marionetas. Y cuando llegues a mí, te daré la oportunidad de revivir, como mejor lo veas. Con tu antigua vida, con una nueva.

O si deseas te puedo cumplir cualquier otro deseo… En serio, cualquiera. No te límites.

Después de todo, estás muerto ¿Qué es lo peor que puede pasar ya?

Ah… Sí… Mis Marionetas. No te confundas, hay muchas de ellas, y son de dos tipos, unas serán buenas con los demás y las otras... Las más feroces; comen almas. Pero nada de qué preocuparse. Solo serás literalmente: Nada. ¿No es bonito?

Y sin tratar de esconderse. Porque cuando las despiertan, es imposible librarse de ellas, pues no están tranquilas hasta saciar su hambre.

Y descuida. En este mundo hay muchas cosas con las cuales te puedes proteger. Solo es cosa de mirar con atención.

¡Ah! Puede que te encuentres con más personas por ahí. Por lo que te recomendaría que aprendas a distinguir entre las almas y las marionetas. No sabes cuándo puedes asesinar a alguien por segunda vez. Además, de que… Solo le cumpliré el deseo al primero que llegue a mí y pueda vencerme.
Los demás irán con sus amigos ya devorados.

¡Suerte!

• Aclaraciones:

- Prácticamente, están en un mundo,en donde la ambientación tira a Edad Media. Por lo que cualquier aparato tecnológico actual, o comidas fuera de época, etc. Están prohibidos.
- El mundo en el que mueren, si es el actual. Don´t worry (?.
- Estas marionetas, están en todas partes. Son aldeanos, reyes y demás. Claro, unas son inofensivas y otras, son como dice la sinopsis; unas insoportables(?.
- Cuando el "Titiritero" decide que una de sus peligrosas hijas (? debe de atacar, puede dejar de tener forma humana, así como la puede conservar. (Exploten la imaginación.)
- A las marionetas, se las sella. Esto es posible con la utilización de objetos, que poseen relación con la misma. se los puede identificar de manera rápida. porque tendrán un símbolo que coincide con el de la marioneta cuando ésta esté en modo de "Ataque" por así decirlo. (Este símbolo estará ubicado en su frente en la mayoría de los casos.
- No se compliquen a la hora de sellar, simplemente es: encontrar el objeto, y que la Marioneta lo toque. O que esté lo suficientemente cerca.
- Una vez, son selladas, el titiritero, pierde el control sobre éstas. Mas, si estas solo son rotas, o derrotadas por algo que no sea el sello, éstas vuelven a regenerarse y aparecerán nuevamente frente a las personas que la han destruido. (Esto no es por venganza, más bien, es porque así han sido programadas.)
- La regeneración, además de ser obra de nuestro "Titiritero"<3, depende del tamaño de la marioneta, por lo que si es destruida, es muy posible ganar tiempo para poder librarse por unos minutos.
- El "Titiritero" es quien habla en la sinopsis... Solo por si no lo habían notado (?
- A pesar de ser almas, cuando llegan a ese mundo es como si estuvieran vivos. Sienten, respiran, bla, bla, bla (?. Por lo que, aunque estén muertos, pueden sentir hambre, asfixia, dolor, etc. No desaparecen por estás cosas, pero si en un momento se vuelve insoportable, es muy posible que estén en desventaja contra las marionetas, y a estás se les facilitaría el trabajo.

• Normas:

- Respeto.
- ¡Divertirse!
- No quiero el nuevo testamento en un solo post. Venga que es cansado, y se limita mucho a los demás.
- Equidad de género. Que rolear con... seis chicas y dos chicos... También llega a ser tedioso.
- Variedad de personalidades. Si es necesario que su personaje sea un psicópata. Que lo sea.
- Si ya no pueden, o no quieren seguir con el roll. El favor de avisar. Está el Review, y los MP. En este mundo es bastante fácil asesinar a cualquiera.

• Ficha:

Código:: [b]Nombre:[/b] [b]Edad:[/b] [b]Apariencia:[/b] [b]Personalidad:[/b] [b]Causa de muerte:[/b] [b]Extras:[/b] [b]Pareja:[/b]

- Apariencia en spoiler.

• Mi Ficha:

Nombre: Angelique Tyler.
Edad: 20
Apariencia:

Spoiler:

Personalidad: Angelique, en su mayoría es una persona calmada, que parece, hace caso omiso a casi todo. Pero, aunque parezca que esté vacía, siempre está observando, pensando y reflexionando. Pues le gusta saber de su entorno.
En primer instancia, se le complican las conversaciones y más aún comenzarlas. Cuando ella va conociendo a los demás y estos son de su agrado, es cuando comienza realmente a soltarse. Como alguien sonriente, de trato amable, y que de vez en cuando sacará alguna broma. Y podrá verse más suelta en su conversación, y más valiente a la hora de comenzar una. Y cuando esta confianza aumenta, es cuando no se reserva nada, y llega a ser parlanchina y bastante bromista. Y cuando se trata de alguien que no le cae en gracia, simplemente queda en silencio. No cree tener que pasar malos ratos sea necesario.
Su juicio es complicado, pues, su sentido común de lo que está bien o mal, es realmente nulo. No comprende y no sabe de eso. Por lo que muchos de sus comentarios pueden resultar hostiles y crueles.
Cuando algo o alguien le importa es arriesgada, y siempre va por la decisión que ella crea es mejor.
Causa de muerte: Su padre es el jefe de una mafia, con muchos enemigos a sus espaldas. Era cuestión de tiempo que se enterarán quiénes conformaban su círculo familiar, siendo Angelique su meta. Muere asesinada, una noche de regreso de la universidad. Disparo directo al centro de la frente.
Extras:
- ~~Ya que todos abrevian el nombre~~. Le pueden decir Angel.
- Es floja para el alcohol.
- Tiene un hermano mayor.
- Estudia Administración de empresas. Piensa hacerse cargo de una de las tiendas de su padre. (La menos peligrosa(?) Que de lo demás se encargue el hermano, que ella es la princesita de papí (?
- Detesta el calor; y su postre preferido es el helado.
Pareja: Ale ~ (?

Veamos... No tengo muchas esperanzas la verdad... Pero me aburro.
Así que, tratando de avivar un poquito el lugar... Creo que ya es suficientemente difícil. Traigo este roll. Sí, sí, toda esa chorrada es inventada por mí (?.
No he puesto nacionalidad porque al fin y al cabo van a hablar el mismo idioma en ese mundo, porque lo conocen por obra y gracia del señor/señora/indefinido que habla en la sinopsis.
Pero, si desean que su personaje, tenga una nacionalidad, y que con eso tenga frases en ese idioma, todo perfecto.
Aunque aquí la cosa es si se interesan o no en entrar. Igual yo así sea con una o dos personas, me conformo.
Merci~ por leer.

Pd: Me he hecho a una niña, porque según mi querido Nii, voy a perder mi identidad como fémina si sigo haciendo machos. (?

por **Mar.** Sáb 19 Mar - 9:14

Un roll digno de la mente de Sil-neechan Wink

Nombre: Éliary Cross
Edad: 21
Apariencia:

Spoiler:

Personalidad: Transparente, fuerte e impredecible, son palabras que la describen bien. Rebelde, alegre y traviesa, manteniendo su niño interior. Es muy graciosa y adora las bromas, usualmente las hace en los peores momentos. Tiene un sentido del humor un tanto especial por lo que puede parecer algo cruel a veces. Puede ser desconfiada, pero cuando se ganan su confianza logra ser muy protectora. Es persistente, inquieta y desobediente. Le gusta ser directa, puede ser algo ruda, pero es leal y confiable. Da todo por lo que ama y por lo que cree. A veces puede ser egoísta y utiliza constantemente la ironía. Nunca se da por vencida y puede llegar a ser algo hostil en su trato. Intuitiva, celosa, terca, arriesgada, alocada, valiente, enojona, curiosa y algo torpe pero es una amiga de fierro. A pesar de todo, se toma en serio lo importante, es muy ágil y audaz.
Causa de muerte: Falleció luego de permanecer unos mes en coma a causa de un accidente en tren en donde salvó a una niña. Al parecer, el tren fue impactado por otro lo que provocó un incendio. Ella había logrado escapar, pero oyó el llanto de la niña y volvió por ella. Al salir, fue impactada por una explosión que la hizo volar unos metros. Ella protegió a la niña con su cuerpo. La niña salió herida pero no en gravedad como ella, quién recibió el mayor daño.
Extras:
-Le dicen Eli
-Es un poco petiza, pero lo toma con mucha onda y gracia.
-Tiene el cabello morado, porque se lo tiño como símbolo de rebeldía! ¿Le queda lindo, verdad? Smile

-Su más grande sueño era escribir un libro.
-Adora leer y su pasión es el arte.
-Deportes en que destaca: natación, gimnasia y artes marciales.
-Es coqueta aunque no se de cuenta.
-Le encanta lo dulce, es su debilidad.
-Es la típica carita de ángel pero con un carácter especial(?
-Es despistada, distraída y atolondrada, por lo que siempre hará algo que a meta en aprietos, a ella y a quién la acompañe.
-Es muy curiosa e hiperactividad por lo que siempre está haciendo algo y por lo que conoce muy bien sobre muchas cosas ya sean actividades o temas particulares.

Pareja: Cris*

Yo me hice una nena porque en personajes masculinos, fracaso (?
¡Jajaja! ¡A mi me encanta cuando haces tus personajes niños! Es demasiado divertido. Wink

Yo también ando aburrida! xD Gracias por crear esto para entretenerme!

por Nya Sáb 19 Mar - 11:36

Nombre: Alexander Oppenheim
Edad: 22
Apariencia:

Spoiler:

Personalidad: Es vago, muy muy vago. Dependiendo de la flojera del día, habrá veces que cuestione todo lo que haga, incluso respirar (?). Casi es alguien que odia vivir por el hecho de solo pensar en todas las tareas que hay que hacer.
No es muy callado aunque lo aparente ya que no empieza ni habla sin sentido por ejemplo haciendose el héroe o el bromista pesado. Es tan normal que aburre pero no significa que no hable, sea cortante o no sonría. Habrá momentos en que parece que no preste atención al presente, pero escucha y piensa... demasiado. Para el fin del planteamiento del problema, el ya habrá dado una solución, la primera que siempre propondrá sera volarlo por los aires a explosiones ya que a él le encantan esas cosas.
En momentos de crisis, es de sangre fría y prudencia a base de análisis antes de cometer cualquier tontería sin sentido.
Causa de muerte: Era policía, algo como SWAT. En un atentado terrorista, recibió una herida fatal en la cacería y búsqueda de autores. Acabó muriendo en el hospital poco después desangrado, no sin antes matando a su autor.
Extras:
- Por supuesto, sabe como luchar. Contra personas claro, ya sea físicamente o psicológicamente.
- También sabe supervivencia.
- La cultura es su debilidad. Nunca fue de estudiar demasiado (?)
- Ni le gustan los insectos, los mata sin piedad. Menos los insectos grandes, ahí le deja cargo a otro (?)
Pareja: Angelita (?)

por **Shiba** Lun 21 Mar - 0:42

No siento que vayan a haber más personas, por lo que lo comienzo xDD
Pero, si más tarde alguien se quiere unir, sin problemas ~
Con confianza, que somos mansos (?

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El día que había tenido, no podía ser más perfecto.
En primera el sol se mantuvo en un tono bajo, lo suficiente para poder estar fresca hasta en las horas de clase.
La prueba de economía había estado tan fácil que no evitó salir del curso a estirarse con una sonrisa satisfactoria. Haciendo que su día no pudiera arruinarse ni por el mal sabor de la comida, ese día en la cafetería.
Además había recibido una llamada de su hermano. Por fin regresaba de su viaje, dónde conocería todas las sucursales internacionales que tenía su padre.
Y sus amigos le invitaron a comer papas fritas en aquel puesto en la esquina de la universidad cuando vieron las clases finalizadas.
Y ahora que ya regresaba a casa, no podía evitar dar saltitos arbitrarios por la acera. Era la primera vez que regresaba a pie, pero eso es algo que nunca le contaría a sus padres, ya que, terminarían infartados y ella castigada.
Sabía que su seguridad era importante, pues no todos nacen bajo el seno familiar de una mafia tan conocida como los Tyler. Pero antes no había pasado nada... ¿Qué podría ser diferente ahora?
Ah, por supuesto, ser rodeada por una pandilla, era algo bastante nuevo. Sí, estaba haciéndose de noche. Pero, aún habían personas por las calles y automóviles. Alguien debería de poder llamar a la policía.
Miró a todas partes; solo habían ciudadanos que ignoraban aquello y que les importaba poco lo que pasara con ella mientras a ellos no se les viera envueltos.
¿Realmente así era la sociedad verdadera? Muchas veces trató de negar aquello en sus pensamientos. A pesar de que, la cabeza principal de los Tyler siempre se lo advertía, ella quería creer que no era así.

- ¿Qué quieren? - Logró articular palabra, cuando se vio rendida ante recibir alguna ayuda. Claro que no podía ser algo barato.
- La cabeza de Angelo Tyler - Por supuesto que eso era, la cabeza de papá. ¿Qué sería ahora? ¿Un secuestro? La verdad, se sentía mentalmente preparada para algo así, pues las barbaridades que hace su padre, no quedan fuera de su rango de conocimiento.
- Yo no soy él... - Trató de excusarse y traspasarlos con paso rápido. Mala idea. Lo siguiente que supo es que su paso fue interrumpido.
- Pero primero vamos por ti.
Entonces sus ojos se abrieron con espanto, así mismo como sus labios se vieron obligados a hacer una pobre mueca, de boquiabierta.
Sintió algo frío tocar su frente, y después simplemente no sabía nada.

¿Una pistola quizá? Era lo más seguro. Al menos eso dijo la policía cuando el cuerpo de Angelique Tyler fue llevado a la morgue, y fue revisado por un forense.
El padre de esta joven, junto con toda su familia, habían dejado bien claro, que vengarían aquella muerte, aunque se les fuera la vida en ello.

Angelique, escuchó una voz, la cual la hizo despertar ¿Dónde estaba? Realmente no veía nada, tampoco lograba sentir nada, A penas podía oír. ¿Era eso lo que traía la muerte? ¿Oír las voces de sus ahora compañeros muertos?

- No soy tu compañero - Entonces se sorprendió. Hasta sintió que algo en ella se erizó de espanto. Ella trató de hablar, no pudo ¿Qué pasaba?
Por alguna razón escuchó un discurso de la vida, y lo importante que esta era. Luego, hasta alucinaba con la idea de poder estar nuevamente con su familia y amigos. Lo que le hizo preguntarse si realmente había pasado a mejor vida. A lo que aquella voz le contestó en afirmación.
Ella ya no vería a sus conocidos. Nunca.
Entonces, sintió que podía llorar, quizá era su alma. No estaba segura, y en ese momento no podía razonar nada como era debido.
Escuchó lo de una segunda oportunidad. Y sin falta, aceptó. No le interesaba lo demás. Solo quería regresar a vivir.
Claro que tuvo las debidas advertencias, pero nada le interesaba.

Una luz brilló en aquella oscuridad ¿Sería la reencarnación?

Sus pestañas se abrieron con lentitud, mostrando sus ojos rojos, cansados y confusos. Estaba acostada sobre la tierra con un decorado de hojas marchitas sobre ésta. ¿Acaso el cielo era un bosque?

Y se rió de su misma. Para después sentarse con cuidado, y comenzar a observar el lugar.
No veía más que árboles, el cielo despejado y un camino desnivelado, del cuál tenía duda, de a dónde le dirigiría.

Se desperezó y decidió en levantarse. Al menos no creía que seguir ese camino la mataría.

Y de nuevo rió, pero esta vez de manera melancólica.

Estaba muerta, pero, tenía esa oportunidad. Que no desperdiciaría.

Siguió el camino con unos cuentos tropezones. El cabello se le atoró en las ramas unas cuantas veces. Por lo cual llegó a pensar que debería cortárselo sí o sí. Pero cuando consiguiera algo con qué.

Y cuando llegó al final del camino, la calle de una gran ciudad medieval estaba frente a sus ojos.
Al menos de algo podía estar segura. Eso no era Narnia.

Las personas... O "Marionetas" como había nombrado la voz anterior, se veían tan reales y llenos de vida. Que se sintió cohibida. ¿Qué pensarían de una ciudadana futurista?.

Y aquello le trajo a la mente que se había saltado algo.
Revisó su vestuario. Trataba de un vestido largo hasta los pies, mientras las mangas llegaban hasta sus muñecas, y ceñido en estás, decorando los brazos con un hilo rojo en espiral. Mismo hilo usado para hacer dos líneas en su cintura, separadas por unos centímetros. Y unos zapatos rojos.

Sin duda agradecía que combinara tanto con su cabello y ojos, pero... No se sentía cómoda usando algo así. Se sentía extraña, y ya casi percibía que no se podría mover con eso.

Siguió dando pasos, observando cada movimiento, no parecían ser malas aquellas marionetas. Pero, ya tendría tiempo de andarse con cuidado, Ahora ¡Debía de revisar cada esquina del lugar!.

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No es el mejor comienzo... pero... Ya no puedo sacar algo mejor xDD
Sí, la ropa también debe de estar a época (?.

por **Cris** Lun 21 Mar - 3:33

Comentario:

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Nombre: Cristopher Hunter.
Edad: 22
Apariencia:

Spoiler:

Ropa Medieval:

Personalidad: Es un chico bastante alegre, simpático y optimista. No le gusta que las personas se burlen de otros y como es valiente se les enfrenta a ese tipo de abusivos. Es intranquilo y bromista. No duda en luchar por algo en lo que vea lógica y justicia. A veces lo creen un poco insoportable ya que es demasiado positivo en cualquier situación. Sin embargo, cuando lo invade un pánico muy fuerte al que no puede ganar ni siquiera con todo su optimismo, pierde la razón y se pone muy ansioso hasta el punto de temblar de pies a cabeza, porque no soporta las sensaciones negativas.

Causa de muerte: Un día, caminando por una calle no muy transitada de la ciudad luego de hacer algunas compras de comida, pudo divisar a una banda de criminales que al parecer querían robar a una mujer y como ella se resistió, iban a atacarla. Él se acercó raudo para ayudar pero justo cuando pedía que la dejasen en paz, uno de los tipos le clavó una larga navaja en el pecho repetidas veces. Él cayó al suelo mientras escuchaba un disparo: Le habían asestado a la mujer también. Ella cayó a su lado, los dos quedaron con los rostros mirándose uno al otro. Con lágrimas en los ojos, él tan sólo musitó: "Lo siento, no pude salvarte...".

Vivía solo en la ciudad, así que los únicos familiares que tenía, sus abuelos con quienes vivió de pequeño, estaban en otro estado. Tardaron en dar con la noticia de su asesinato. Cuando lo leyeron en las noticias, el comentario de un testigo les rompió aún más el corazón: "Un muchacho gentil trató de ayudar a esa mujer, mi tío que se acercó a la escena momentos después dijo con tristeza que los ojos de ese chico seguían abiertos resplandeciendo con pureza, aunque estaban desbordados en lágrimas".

Extras:
-Es MUY atento a su alrededor, es el primero en notar el peligro.
-Le gusta mucho salir con sus amigos.
-Come de todo, siempre tiene hambre.
-Le dicen Cris.
-Ahora que está en el mundo de las marionetas, se presenta sólo como "Hunter" por desconfianza. Pero con los chicos de la historia se encariña y les revela su nombre después.
-Sabe de artes marciales, en especial sabe manejar las espadas.
-Tiene el cabello MUY liso.
-Sus ojos son atrapantes y considerados "Puros" por los que lo conocían.

Pareja: Eli ♡
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por Nya Lun 21 Mar - 14:27

Miró su vestimenta. Era absurdo, parecía un disfraz de halloween bastante cutre y sin embargo, los materiales superaban infinitamente en calidad dichos disfraces. Las botas que casi tocaban las rodillas eran cómodas, el pantalón podía compararse al denim y la camisa, no era tan fina. Todo ello cubierto por un manto y todo de tonos oscuros lo cual no tenía mucha diferencia con el color que solía vestir con su uniforme anterior.
Suspiró y devolvió la atención al nuevo mundo que le rodeaba. Se detuvo para observar detenidamente y de pronto sintió un leve empujón en la espalda. Se dio la vuelta y ahí vio a una pelirroja.
- Perdón. -
- No, la culpa es mía. - Se apresuró a decir.
Terminadas las disculpas volvió a proseguir su camino. Volvió a mirar atrás con disimulo, tenía ese hábito y aquella joven seguía parada, mirando de un lado a otro, un comportamiento nervioso que él no dejaría pasar. Sabía cuando algo iba mal y en sus ojos, ella desde luego no estaba concordando con el comportamiento "normal" de los demás transeúntes. Tardó bastante en decidir si volver.
- Oye. - Volvió con ella. - ¿Estás bien?
- Yo... -
De pronto una idea le vino a la cabeza. Solo por casualidad, quizás era una persona. Si lo era, sabría algo del otro lado.
- América. -
- Washintong. Espera, no, osea no quería decir eso.... yo en verdad... - Se llevó las manos a la cabeza. Había vuelto a hacerlo.
- Oh, otra persona del otro lado. -
- Ah. - De pronto ella también lo entendió.
- No parece que puedas cuidarte sola. -
- Puedo. -
- Bien, adiós. -
- ¡Espera! Era broma, era broma, llevame contigo. - Suplicó. Nadie en sano juicio querría ir solo en un lugar tan desconocido.
Los dos comenzaron a andar por la ciudad siendo Angelique quien lo siguiera. No estaba segura de seguir alguien desconocido, menos aún que apareciera de la nada por arte de magia. Era demasiada suerte si la comparaba con aquel día que también tenía suerte hasta el final del día. Cayó en la cuenta y se mentalizó para salir corriendo si era necesario, no caería en la misma trampa dos veces.
- Oye... ¿Como te llamas? Oye no es un nombre muy lindo. - Miró con desgana. Había tenido era mirada todo el día pues no tenía ganas de nada obviamente.
- Angelique. - Reculó.
- Bien, yo Alex abreviando. Supongo que también terminaste su vida. -
- Hmm... Algo así... -
- ¿Como? -
- Con una pistola tal vez. -
- Mira que bien, ya tenemos algo en común que compartir. -
No sintió la necesidad de volver a hablar. No es que él fuera el mejor compañero de historias y menos aún con una dama. Ni ella confiaba en él, ni él en ella, ni ambos en nadie.

Meh

por **Cris** Mar 22 Mar - 2:05

El panorama cambió radicalmente de un momento a otro: Primero, recordó haber estado en el suelo de aquella calle solitaria, sintiendo como las heridas de una navaja le punzaban en el pecho y le daban paso libre a su sangre que se escurría dolorosamente en la acera a su alrededor. Tenía la imagen nítida y reciente en su mente del rostro de aquella mujer a la que trató de defender, mirándolo con una expresión de angustia, tristeza y dolor mientras él se disculpaba por no haberla podido salvar. Luego, una oscuridad penetrante cubrió sus sentidos a pesar de que el no recordaba haber cerrado sus ojos. Y estaba en lo cierto: No lo había hecho. Sus ojos habían quedado abiertos y seguían resplandeciendo, además de estar desbordados en lágrimas, pero con la mirada perdida aún hacia la dirección en la que yacía aquella mujer. Y ahora, despertó en la misma posición, con los ojos aún abiertos, pero sin las heridas en su pecho que le causaron la muerte.

Una luz cegadora llegó hasta sus orbes azules, los cuales cerró rápidamente. Los cerraba con fuerza. Empezó a llorar de nuevo, esta vez sollozando a todo volumen.

-No… No… ¡No! –Se lamentaba a gritos sabiendo, por lógica, que había dejado de vivir- No puede terminar así… ¡NO!

Empezó a escuchar una voz distante, con eco, que parecía explicarle dónde estaba. Se acurrucó en el lugar y colocó sus manos en sus oídos mientras gritaba que no era posible lo que estaba sucediendo. Tenía miedo, estaba angustiado, no quería escuchar razones. Sólo deseaba volver a la vida y tomar una mejor decisión en ese último momento, poder salvar a esa mujer…

La mujer.

Se incorporó rápidamente y miró a su alrededor tratando de encontrarla. Habían muerto juntos, tendría sentido que ella estuviese allí, … ¿Cierto?

Por más que buscó, no pudo dar con ella. La verdad ni siquiera lograba entender por qué -o más bien, para qué- él estaba en ese lugar donde sólo una intensa luz blanca cubría todo su alrededor.

Volvió a escuchar esa voz siniestra que buscaba expresarle la razón por la que estaba allí. Esta vez se quedó calmado, mirando hacia un punto indefinido en la blancura con sus ojos muy abiertos, aún con lágrimas marcadas en su rostro. Aquella extraña voz le explicó que lo había acogido en su mundo, un lugar donde habitaban sus creaciones a las que denominó “Marionetas”. Le prometió que si lograba hacerse paso a través de todos los obstáculos y dificultades que había en el camino hasta encontrarlo a él, al “titiritero”, le concedería un deseo, cualquier deseo. Y en la posición en la que estaba él, ¿Quién no pensaría inmediatamente en pedir el regreso a la vida?

-Sí –Articuló con decisión cuando aquél ser le preguntaba si aceptaba el desafío. La voz fue desapareciendo con una risa, al parecer le divertía todo esto.

-¿Te parece un juego? –Cuestionó el muchacho disgustado- Ya veremos. Llegaré a ti y verás lo mucho que valoro la vida… Y quizás, pueda hacerla volver a ella también.

Con “ella”, se refería a aquella desconocida mujer a la que trató de salvar antes de perder la vida, destino que ella también compartió. Unos momentos antes, consideró preguntarle a ese ser misterioso el por qué ella no apareció en ese mismo lugar, pero luego pensó que quizás esa oportunidad no se la daban a todo el mundo. Quizás el ‘titiritero’ vio en él algo más. Sí, él le demostraría lo que valía.

Mientras pensaba en todas estas cosas, se encaminaba sin rumbo fijo hasta que se percató de que mientras más caminaba, el ambiente cambiaba. Pocos pasos después, se encontró en lo que parecía una antigua ciudad. Pero muy antigua.

-Esto debe ser al menos de la Edad… -De repente miró su ropa, de un diseño claramente anticuado: Camisa beige con pequeños volados al término de las mangas, una especie de chaleco de color marrón claro, pantalones de un beige más oscuro y botas negras altas que le llegaban a las rodillas- … Media. Sí, Edad Media –Rectificó para sí mismo.

Se detuvo a mirar a su alrededor, todos los seres que abundaban allí eran extraños para él, instintivamente pensó en buscar algo con lo cual defenderse, por si acaso. Y de repente, se dio cuenta de que tenía, a lo largo del pecho y rodéandolo por un hombro, una clase de cinturón marrón oscuro que parecía sostener algo que tenía en la espalda. Echó su brazo derecho hacia atrás y su mano dio con el mango de una espada, que reposaba en su vaina (estuche) del mismo tono que el cinturón.

-No sé cómo llegó ahí, pero es una suerte –Murmuró, desenvainando la espada y mirándola con detenimiento.

De repente vio que alguien, una chica para ser específico, parecía correr de uno de esos seres extraños. “Parece humana… ¿Será que…? ¿Será que hay más como yo aquí?” Rápidamente y sin pensarlo mucho, se lanzó a ayudar a aquella muchacha, total, a estas alturas no podía pasarle nada peor, ya estaba muerto.

Analizó su alrededor mientras corría hacia la escena. No habían más transeúntes por allí, así que no causaría revuelo al momento de atacar a lo que consideró que era una de esas ‘marionetas’. De hecho estaba en lo que parecía un callejón anticuado y solitario que se unía más adelante con otros caminos.

-¡Oye! ¡Aléjate de ella! –Exclamó para luego atravesar por la mitad de un solo cuchillazo a la marioneta que perseguía siniestramente a la muchacha.

Con esto, la marioneta cayó al suelo. Al principio le había parecido una persona, algo rara, pero una persona al fin y al cabo. Luego desechó ese pensamiento cuando presenció cómo el ser se desfiguraba y se rompía en pedazos irregulares. El chico no sabía la suerte con la que había corrido: Pues se cruzó con una de las marionetas menos peligrosas.

Sacudió su cabeza para reaccionar luego de haber visto una escena tan extraña y alzó su mirada hacia la muchacha que acababa de salvar. Ella se había quedado paralizada por un momento y le dirigía la mirada con los ojos muy abiertos, atónita y asustada.

-Eso estuvo cerca –Dijo mirándola con atención mientras se pasaba una mano por su cabello liso y rubio. Como ella no respondía, optó por presentarse, para “romper el hielo” e inspirarle confianza. Pero no usaría su nombre, no. Se presentaría por su apellido que, supuso, en este mundo retorcido parecería más un pseudónimo por el significado que tenía- Soy Hunter… ¿Y tú eres?

Cuando él trató de acercarse, ella salió de su ensimismamiento y rápidamente se alejó corriendo de él.

-¡Hey! ¡¡Espera!! –Corrió lo más que pudo detrás de ella, tratando de alcanzarla al tiempo que guardaba de nuevo la espada en la vaina. Acababa de salvarle la vida, ¿No era suficiente para aunque sea darle las gracias? Y cómo corría esa mujer.

~~~~~~~~~~~~~~~~~
Me inspiré un poco, ¿No? [Roll]A Puppet world 644295

Silvy, sé que pediste que no escribiéramos el Nuevo Testamento xD Pero... La imaginación llegó a mí y como era la presentación de mi personaje... Pues ahí quedó xD

Espero que no te moleste o.o

Y bueno, le reservo la próxima conti a Xio, que es la que va a seguir la historia donde yo la dejé al final xD

Saludos~

por **Mar.** Mar 22 Mar - 20:48

El recorrido lo llevó hasta una calle sin salida. Se detuvo para normalizar su respiración, era cierto que ya estaba muerto pero en ese lugar se sentía vivo y esa carrera, para intentar alcanzar a la joven, lo había agotado. Alzó la mirada y se adentró al callejón, hasta dónde los pocos rayos de luz se filtraban iluminando un escaso sector del lugar.
-¡Hey! ¡¿Hola?! – nadie respondió. -Sé que estás por aquí.
-¡¿Por qué me sigues?! – Solo se escuchó su voz. Tenía una voz dulce y aterciopelada, la cual rebotó en el callejón.
-¿Por qué no apareces?
-¿Por qué debería?
-Yo pregunté primero. –
-En realidad, no. – Él joven se volteó casi de un salto, cuando ella apareció detrás de él. –Yo te pregunté primero porqué me seguías. –La joven caminó unos pasos hacia la luz y él la pudo ver con detenimiento: Tenía el cabello morado, corto y lacio. Sus ojos azules y la piel nívea. Era más baja que él, casi una cabeza aunque usaba botas con tacón bajo. Llevaba un traje de época cómo él, aunque parecía un poco más sucio y en su cinturón cargaba una funda con el mango de un arma sobresaliendo, era obvio que era de la época antigua. La joven se detuvo manteniendo una distancia prudente entre ellos y el muchacho recuperó el habla.
-¡¿No me darás las gracias por salvarte hace un rato?! – bromeó.
-¿Disculpa? – Ok ese no había sido un buen movimiento - No necesitaba tu ayuda ¿sabes?- replicó con algo de fastidio.
-Pues a mi parecer no era cómo si tuvieras las cosas bajo control – siguió.
-Llegaste antes. Es todo – aclaró déspota cruzándose de brazos. Los dos aguardaron unos segundos en silencio, la tensión era casi palpable. Ella lo miraba fijamente, casi examinándolo de pies a cabeza.
–En fin. Por un momento pensé que eras uno de esos...pero me doy cuenta que no es así- dibujó una pequeña sonrisa en el rostro. Era adorable -¿Cómo te llamas?
-Te dije mi nombre hace un rato.
-¿Enserio? Pues no te oí.
-Hunter. Soy Hunter.
-Qué raro nombre… ¿Estás seguro que no eres uno de esos, verdad? – preguntó con suspicacia acercándose y paseando su mirada nuevamente de pies a cabeza y fue allí en donde se vio hipnotizada con aquellos ojos. Por un momento, se sintió reflejada en aquellos orbes azules, eran tan transparentes que no daba a la desconfianza.
-No, no lo soy. Y tranquila puedes observar con calma–rió. La chica apartó el rostro un poco.
-Bueno, parece que dices la verdad. Entonces eres un humano. Vaya. Pensé que no vería a más por aquí. ¿Vienes? – la joven hablaba mientras empezaba a caminar dándole la espalda.
-Oye, espera un segundo. Tú no me has dicho tu nombre. Se supone, que uno debería presentarse antes de interrogar al otro.
-¿Ah, sí? – la chica se volteó nuevamente hacia él. -Bueno. Déjame presentarme… mi nombre era Éliary Cross, pero puedes decirme Eli – sonrió y estiró la mano. –Es un placer Hunter. -
Él dudó por el cambio radical de actitud de la chica, pero terminó aceptando. Esa chica tenía un carácter extraño.

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-Gracias – dijo ella mientras caminaban por las calles del lugar. Él la miró. –Por ayudarme hace un rato.
-¡Ya era hora!
-Silencio o me arrepentiré de haberlo dicho. – soltó con falso enfado. Él joven soltó una risa.
-No fue nada. – respondió entre risas dedicándole una mirada sincera.
-Por cierto, tienes unos ojos muy hermosos.
-Gracias. Digo lo mismo, aunque a decir verdad, lo que más me llamó la atención fue tu cabello morado. –La joven se llevó una mano a sus cortos cabellos casi automáticamente. Y sonrió. Esa chica tenía una hermosa sonrisa.
-Es símbolo de la rebeldía juvenil. Tu cabello tampoco está mal, aunque se parece más al de una chica.
-¿Es enserio?
-Sí. Solía tener a una amiga con el cabello igual, aunque ella lo tenía un tanto más largo. –La mirada de la joven se sombreó un poco. Era lógico. Ahora recordaba dónde estaba y porqué había llegado allí. A lo mejor ella también…
-¿Qué eran esas cosas?
-¿Las marionetas? Pues son los juguetes favoritos. Ya lo debes de saber ¿verdad? Son retos que nos puso el “amo” para divertirse. Son peligrosos, hay que tener cuidado.-
-Ah. Sabes mucho.
-Sí, llevo un tiempo por aquí.
-¿Un tiempo?
-No sabría decirte…sé que ha pasado tiempo, pero no sé cuánto. En este mundo, el tiempo parece no cambiar nunca. Día o Noche, pasan sin cambios. Todo se mantiene en igual estado… o eso hasta que intentan comerte. Por aquí – La joven lo guió hasta una pequeña calle que subía por una colina. Avanzó cautelosa y entró en un pasaje…
-Y tú ¿Cómo llegaste aquí?... - se aventuró a preguntar él pero en aquel momento, la joven tomó una manija que parecía salir de la pared y abrió una puerta, la cual se encontraba camuflada con el mismo color. Era un lugar difícil de encontrar a simple vista. La chica abrió la puerta y empujó al rubio adentro ignorando su pregunta.
La habitación no era grande, pero tampoco pequeña. Era de tamaño medio y había escaleras internas. El joven pudo observar una mesa, sillas, lo que parecía una cocina de la época con un horno de piedra entre otras cosas.
-¡Auch!
-Lo siento
-¿Aquí es dónde vives?
-Se podría decir.
-¿Cómo…? – El joven tomó asiento en la silla, mientras ella se acercaba al improvisado mostrador a coger una jarra de metal y servir dos vasos de agua.
-La encontramos en una de nuestras huidas, parecía abandonada así que la tomamos.
-¿Tomamos?
-Ajá. Mi compañero y yo. Él es como nosotros. Lo conocí cuando llegué aquí. Llegamos al mismo tiempo, aunque para él, todos los días son como el primero. – la joven se acercó a la mesa dejando los vasos uno frente a otro y tomó asiento frente al chico, dando la espalda a la puerta.
-Ya veo. –
-Sí. Ha sido de gran ayuda hasta ahora. Aunque paramos peleando. Nunca quiere hacer nada el muy vago y hasta es aburrido, pero creo que vamos sobreviviendo bien. Él puede parecer lo que quieras, todo un hombre valiente y que se yo...pero aquí entre nos le tiene miedo a los…
-¿Qué tanto hablas de mí, enana? – aquella voz varonil y cansina era inconfundible. La chica se levantó casi de inmediato dándole frente al chico y dirigiéndole una mirada retadora.
-Solo decía la verdad anciano- río retándolo. -¿Y ella? – la mirada de la peli morada se enfocó en la pelirroja que entraba seguida del chico.
-Oh ella, es una sombra que encontré por el camino. – la señaló con el pulgar restándole importancia. Éliary la observó con un poco de desconfianza. Y bueno. La joven había pasado por tanto que se le era difícil confiar en las personas, sin embargo, si esa chica había llegado hasta allí, era porque su compañero había analizado la situación previamente.
-¿Y este de aquí?
-Igual, una sombra que encontré.
-¿Encontraste? – intervino el rubio con sorna.
-O bueno, me encontró- corrigió la chica con un tono fastidioso.
-Así que dos más… ¿El titiritero se aburre? – se adelantó Alex.
-Es lo más probable. Si los trajo aquí, es porque espera más diversión. – La joven soltó un suspiro –Aquí habrán problemas. – Sin más compartió una mirada cómplice con su compañero y luego hacia los otros dos.

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Bueno mis queridos, lamento la cosa esta que hice... pero doña inspiración me abandonó y mi mala suerte se le sumó. Espero que les agrade y sino, bueno... ¡Quién la siga la arregla!

Les dejo la vestimenta de Eli:

Spoiler:

Y su arma:

Spoiler:

Aunque no lo crean, es de la misma edad media. Así que no me maten Razz

Nos leemos*

por Nya Miér 23 Mar - 23:00

Metió la mano bajo la capa y rebuscó un buen rato hasta dar con la manzana. Se la tiró a Eli, quien no tardó en atraparla ya que todos los días hacía lo mismo. Se dirigió a la cocina para dejar varias cosas.
- Como en tu casa. Nadie molestará. - Le dijo a la pelirroja aunque de espaldas parecía decirlo a los recien llegados.
- Hmm... - Miró a Eli disimiladamente. - ¿No estamos muertos? -
- Si te refieres a la comida, no es que vayas a morir de hambre, pero si te da sensación de hambre de vez en cuando y se hace insoportable a veces. -
- Vale. -
El silencio se instaló rápido. Lo único que hizo ruido aparte del ruido blanco del exterior, era Alex sentandose en el "sofa" justo al lado de Angelique, dejando escapar un largo y pesado suspiro que no sería el último.
- Haces que me sienta mas vieja y cansada. - Habló Eli.
- Me da pereza. -
- No me diga. - Dijo sarcástica.
- Si le digo. - Cerró los ojos en una postura de vago total. - Llego a saber que morir asi de gloroso espera una "vida" así y me quedaba en casa. -
- Ah si, ¿Como murieron? Curiosidad. - Preguntó el rubio. Alex solo zarandeó la mano en un significado para Eli de: Explica tu. Ella le devolvió el saludo con una mirada intensa. Si lo había percibido, ni siquiera tenía ganas de reaccionar.
- El murió en combate.
- ¿En combate? -
- Sí. Aunque no lo creas, él es policía, de las fuerzas de operaciones especiales. - Los dos miraron incrédulos al sujeto. Tenían exactamente la misma cara que puso ella al saberlo y eso, le hizo reirse bien. Ese aura que tenía a aburrimiento, simplicidad y alguien corriente no concordaba con ese trabajo.
- Murió mientras cazaba a un terrorista. En cuanto a mi, de la forma mas sufrible en un hospital después de salvar a una niña de un accidente de tren. - Los dos contemplaron a Eli y Alex, inseguros de si debían decir algo. Al ver que no decían nada, volvió a hablar. - Por cierto, hoy me encontré con uno de esas cosas de regreso.
- ¿¡Que!? - El azabache se levantó rapidamente y tomó los hombros de la petiza.
- Pero no nos siguió. -
- Oh. - Se relajó dejandose caer al suelo.
- ¿Te refieres a esa cosa de antes? - Preguntó Chris a Eli.
- Sí. -
- Esto... ¿De que hablan? - Dijo Angel. Decir aquella simple frase le había costado mas de la cuenta. Alex inmediatamente se levantó.
- En este mundo, la gente son de tres tipos. -
- Oh, es raro que expliques. - Alex solo miró mal de reojo a Eli.
- Humanos, Títeres normales y los que no son normales. - Prosiguió. - Los dos primeros son casi lo mismo y los últimos... Hm... es mejor no encontrarse con uno. Al principio se ven como una persona normal pero su verdadera forma da miedo. Lo peor es que no los puedes matar, por mucho que los destroces a base de piedras y palos, se regenarán así que necesitas sellarlos con objetos clave. - Notó la nerviosidad de la pelirroja. Se había llevado la mano a la boca. - Cada títere malo tiene un objeto diferente y cada objeto funciona de manera distinta. Cuando hacen su trabajo, el títere deja de funcionar. Tan simple como eso, todos felices y comieron perdices... tal vez. -

~~Tengo la sensación... de que la cagué escribiendo este aborto (?)~~
~~Así que avisen si algo necesita cambiarse via mi secretaria Xio (?~~

por **Shiba** Jue 24 Mar - 2:58

Angelique solo asintió como si estuviera perdida; y notó que el pelinegro volvía a tratar de explicarse. Ella comenzó a negar de manera rápida.
- He comprendido.
- ¿Segura?
- Lo suficiente para protegerme sola.
- Bien, pues chao.
- ¿Seguro que eras policía y no un desalmado?
- No.
La pelirroja miró a Eliary con pena. Había soportado eso tanto tiempo.
- No sé lo que estés pensando, pero no - Se defendió el pelinegro.
- Parece que ya se llevan bien - Dijo la pelimorada en burla con un tono pícaro.
- ¿Ah, sí? - Murmuraron los dos en cuestión, como si no hubieran comprendido aquel comentario.
- Esto será difícil - Suspiró rendida, con una mano en el costado de su cabeza, con una media sonrisa.
- Y ya que ustedes llevan más tiempo aquí. - El joven rubio se colocó en posición de indio refiriéndose a los expertos en el tema. - ¿Han visto al "Titiritero"? - Preguntó haciendo la mímica de comillas.

Ellos negaron.

- Como ustedes, a penas le hemos escuchado. - Dijo Eliary, dando una mordida a su ansiada manzana. Toda la plática le había hecho olvidar que existía aquel fruto en su mano.
- Pero, creemos, que se aburrirá algún día y decidirá mostrarse. - Fueron las palabras de Alex. y volvió a sentarse.
- Parece que nos tocará seguir todo el hilo hasta nuestro amigo - Bromeó Cris, con una amplia sonrisa. Eli sonrió, Alex bostezó y Angelique... ella simplemente se quedó pensativa.

Un ruido de fuera les hizo a todos mirar hacia la pequeña y cuadrada ventada del lugar, unos con más pronteza que otros.

Un choque, ocasionado por carruajes.

- Vaya... Eso no es de todos los días. - Murmuró Eli con voz queda.
- ¡Deberíamos ir! - Dijo Cris, aproximándose a la puerta.
- No sabemos de qué va todo ese teatro. - Advirtió Alex con aspecto cansino.
- ¿Y si un humano también está ahí?
- No podemos ignorar eso. - Dijo Eli, acompañándolo en su elección. - Si algo ocurre, siempre podemos encontrar la manera de librarnos. - Y sin más salió seguida del rubio, no mucho después los siguieron Angelique y Alex.
Él porque de alguna manera comprendía el punto, a pesar de que le costó un mundo el levantarse. Y ella porque no se quería quedar sola, y sin enterarse de nada.
- ¿Qué ha sido? - Preguntó la pelirroja de manera casi inaudible.
- Parece que solo marionetas normales. - Dijo Eli, al ver unos cuantos pedazos de sus cuerpos artificiales regados por ahí.
- ¿En serio? - Preguntó Alex, estaba mirando a otro lado.
- Sí, ¿Que no las ves? - Preguntó para luego observar a un costado y quedar muda. Ahí, con una apariencia que ellos reconocerían como demoníaca. Estaba una de las tan nombradas "Marionetas come almas". Había sido despertada con el simple afán de llamar la atención de los jóvenes. El titiritero mejor que nadie, sabía que habían nuevas personas. Ese era su mejor recibimiento; y quizá, despedida.
Y así cada uno fue dejando sus ideas de el momento de crisis.
- ¿Y ahora qué? - Preguntó Cris. Tenía su brazo listo para desenvainar su espada.
- ¿Correr? - Angelique, realmente se estaba preparando para lo dicho.
- Yo diría que buscar. - Afirmó Eli.
- Las dos cosas. - Sentenció Alex.

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Está bien la longitud Sabri, don't worry

Hay cosas que creo no expliqué bien, por lo que mañana ya me pongo a editar (?

Edito!*

Lo he editado, porque me he dado cuenta que he escrito mal el nombre de Eli muchas veces xDD
Pero es que, mientras hacía la conti estaba tentada a escribir Mar. Comprenderme, please (?
También, fue editado el primer post, con más explicaciones, pues ya sé que la brevedad no siempre fue buena (?.
Me disculpo por eso, en serio. u.u

por Nya Dom 27 Mar - 14:50

- ¿No que eras policía? ¡Haz algo! - Gritó Chris.
- ¡Sí, y lucho contra el crimen, no aberraciones! - Respondió del mismo modo. - Te dije que no te buscases problemas. -

- Fue culpa suya. - Eliary señaló a Christopher. El chico iba a protestar pero en realidad, tenía parte de razón. - Espera, ¿como lo sabes? - Alex sonrió.
- No lo sabía. -
- Rayos. -
- Que has hecho esta mañana. - Dijo sonriente lo que equivalía a una sutil amenaza camuflada.
- N-Nada... De todas formas ¿Como lo hacemos? - Preguntó.

- Creo que esta vez me toca a mi buscar - Respondió Alex a lo que ella maldijo por lo bajo. Vio como le hacía señas a la marioneta y no tardó en entender.

- Hecho. Mas te vale encontrar y pronto. -
- Tranquila, soy experto. - Tomó la mano de Angelique y la observó, a ella y al títere quien por marca tenía una herradura en la cabeza. La marca brillaba con cierto tono dorado y destacaba bastante entre el cuerpo oscuro y deforme de la marioneta, como si de una sombra viviente se tratase. - Por aquí. - La obligó a entrar en un callejón seguido de él y vieron como aquella monstruosidad pasaba de largo siguiendo al par restante. Para sorpresa de ella, los otros títeres de aspecto personas normales, se escondían en las casas con rostros llenos de miedo, solo que a diferencia de ellos, no los perseguían para matar.

- ¿Estarán bien? - Preguntó mientras respiraba agitadamente en un intento de recuperar el aliento de esa carrera.

- Mas que bien. Mas les vale estarlo o tendré mas trabajo que hacer. - Angelique rodó los ojos de exasperación con la vagueza de aquel hombre. - Vamos a buscar ese sello antes de que sea tarde. -
- Ya... ¿Como lo encontramos? - Preguntó siguiendolo.
- Suele tener relación con la marioneta. No se si viste la frente, tenía la marca de una herradura.
- Osea que... - Siguió al ver que no respondía.
- Quizás sea algo de ese carro como la herradura del caballo que tiraba del carro. No esta difícil, es un calentamiento.
- ¿Así ya esta? -
- Así ya esta. - Aceleró el paso.
Como todas las ciudades mediavales, las calles eran un desastre porque solían ser la mayoría pequeñas y con forma de laberinto. Sin embargo, con buena intuición, era fácil averiguar la salida.
Angelique obervó como algunos edificios estaban construidos de forma extraña. Eran tan raros, que parecía hasta imposible que se mantuvieran en pie, pero lo hacían y eso desconcertaba aún mas.
- Bueno. - Habían llegado al mismo lugar de antes, el accidente. - Hora de buscar. - Dijo levantando la pata de un caballo muerto.
- Y... ¿Como sabrás que es el correcto? -
- Lo sabrás nada mas verlo. -
- ¿Como eso? - Señaló. Él siguió la dirección a la que apuntaba.
- Sí, como eso. - Sonrió al ver que efectivamente, era una herradura que emitía un cierto esplendor. Sacó un cuchilló y con un poco de palanca despegó el objeto del casco. - ¿Quieres hacer los honores? - Dijo extendiendo la mano con el objeto. Angelique dudó un momento si debía cogerlo o no. - Tan solo lánzala cuando lo veas. -
La pelirroja obedeció. Tomó la herradura y miró al horizonte al igual que Alex, hasta que en cierto momento se empezó a escuchar un cierto ruido cada vez mas fuerte. De pronto, por una esquina apareció Eliary, toda sudada dando grandes zancadas mientras Chris parecía que corría como si no hubiera un mañana.
Una vez que la marioneta estaba bien cerca, Angel reunió el coraje para tirarlo con todo el odio (? que poseía. El objeto lo golpeó, rebotó y empezó a emitir un destello intenso. Para cuando el destello había cesado, solo quedaba un cuerpo de madera sin forma inerte.
- Salvados. - Dijo Eliary mientras respiraba profundamente.
- Ya. - Alex puso una mano en su cabeza y apretó ligeramente, lo suficiente para ser molesto. - Si no hubieras buscado problemas esta mañana, no estaríamos en esta situación. -
- Ya, perdón perdón. -
- No. Ya morí una vez no quiero morir dos veces. -

Con sueño, no se que hice

por **Shiba** Mar 29 Mar - 17:22

- Nadie quiere - Riñó Eli.
Para entonces Cris con curiosidad empezó a mirar más de cerca el muñeco que había quedado. Era igual a los maniquí articulados. En un tamaño mayor al que estaba acostumbrado.
Le levantó lo que respectaba a la muñeca. absolutamente ninguna reacción. Nisiquiera al hincarlo.
Así se sentía seguro de que al menos el "Titiritero" no era un mentiroso. Y que era verdad el hecho de que podía cumplir cualquier deseo.
Por otra parte Angel estaba delirando. Aquello había sido extraño, y agradecía tener una puntería certera, en momentos de presión. Y además...
- Siento como si hubiera atrapado a un pokémon - Murmuró. Y se llevó las manos a la cara maravillada. Y si esas personas fueran sus amigos, o se sintiera lo suficiente en confianza seguramente en ese momento estaría saltando por todas partes diciendo que era una maestra.
Pero, por el momento se lo tomaría con calma. En primer lugar porque esos atuendos que cargaba encima no iban nada con su perspectiva de ser entrenadora.
Se miró de nuevo y puso mala cara, al menos ya sabía que podía correr con eso.

- ¡Vaya! - Fue la exclamación del rubio al notar cómo aquellas marionetas, que habían resultado heridas en aquel choque regresaban a armarse de a poco. Para que después todos los ciudadanos regresaran a sus "vidas" normales como si nada hubiese ocurrido. Los nuevos en ese lugar sin duda se quedarían boquiabiertos al ver eso. Porque a más de las películas, nunca habrían presenciado algo parecido.

Después, decidieron regresar a el lugar de antes, dónde decidieron relajarse.
- Ha sido fácil tratar con estas marionetas. - Comentó Cris dando un mordisco a una manzana.
- Supongo que ha sido como regalo de bienvenida. - Sonrió Eli, recordando que algunas veces les habían tocado tratar con unas más difíciles.
- Es porque nos dejó claro en donde estaba el objeto a sellar, sino, todavía estaríamos corriendo por ahí. - Alex, seguía en su sillón más desparramado que nunca - Ah... Que pereza...
- ¿Quieres dejar de ser tan aguafiestas? - Preguntó la pelimorada con el ceño fruncido y pose retadora con las manos en la cintura.
- Mucho trabajo - Respondió el aludido sin tomar importancia. Y cuando sentía que de hecho quería tumbarlo del sillón la voz de el otro chico la sacó de ese pensamiento.
- Quiero visitar la ciudad en la que estamos ¿Cuántas probabilidades hay de encontrare a otra marioneta? - Preguntó con la mano en la manigueta después de botar el corazón de la manzana.
- 50 de 100 - Contestó Alex agotado solo de pensarse un paseo (?.
- Yo también quiero conocer el lugar. - Dijo Angelique acercándose con un par de tropiezos por lo nerviosa que se puso al pronunciar siquiera palabra.
- Entonces vamos - Eli los acólito, y una vez fuera continuó - Aunque no parezca este lugar tiene sus cosas divertidas. Realmente se sentirán como en el mundo del que venimos. - Explicó mientras caminaba liderando el paso.
Alex seguía pensando en si levantarse o no.

Al siguiente... Pueden hacer cualquier cosa, lo que mejor les venga, desde entrar a un bar, comprar ~~robar~~ comida, una simple plática, hasta meterse en problemas con las marionetas normales, no hay problema con ser un poco simples (? no hay mucho por lo que alarmarse ni nada tan diferente mientras una marioneta malvada (? no se presente :3

por **Cris** Vie 1 Abr - 0:24

Eli, Cris y Angel salieron del lugar, luego de que habían avanzado varios pasos el rubio giró su cabeza hacia la puerta del ‘escondite’ que ahora compartía con los otros, preguntándose si Alex saldría o no. Vaya que era perezoso pero era de mala educación dejarlo atrás, ¿No?

Miró a las chicas, Eli comentaba que el lugar tenía sus lados positivos mientras que la pelirroja sólo la seguía sin decir nada. Él se detuvo y volvió sobre sus pasos, asomándose por la puerta del recinto. Las dos se detuvieron mirándolo devolverse pero sin seguirlo.

-¿No vienes? –Le preguntó al pelinegro. Sólo recibió un gruñido vago por respuesta.

Alex observó por unos cortos segundos al rubio, había sido el primero hasta la fecha que se decidía a esperarlo y eso lo tomó desprevenido. Se levantó con un poco menos de sorna que la habitual y caminó para encontrarse con el otro chico, quien lo observaba expectante y sonrió cuando lo vio acercarse a él.

-No tiene caso que lo esperes, él se aparece cuando le da la gana –Le comentó Eli a Chris unos metros más alejada de ellos, mirando con fastidio al pelinegro que salía al lado del ojiazul.
-Pero está mal dejarlo atrás.
-Te acostumbrarás a hacerlo, ese hombre en serio puede desesperarte con lo vago que es.

Con el grupo completo reunido, siguieron caminando por aquellas calles anticuadas siendo Eli la única que hablaba y Chris la escuchaba con atención a su lado. Angelique los seguía justo detrás, miraba con aprehensión su alrededor y Alex cerraba la marcha dos metros más atrás.

-Tengo hambre –Comentó Chris repentinamente.
-Acabas de comerte una manzana –Le recriminó la pelimorada.
-Sí, pero… -En ese momento, le llegó un olor a pan recién hecho demasiado irresistible. En ese momento se tocó los pantalones y recordó que no tenía dinero. Pensó que robar comida estaba mal, pero no podía arriesgarse a ganar dinero de alguna manera ya que llamaría la atención de las marionetas y pondría en peligro al equipo. Bueno, él los consideraba su equipo.

Se adelantó unos pasos por encima de los demás, lo que los hizo detenerse a cuestionar qué diablos estaba haciendo. Rápidamente, se agachó a un lado del puesto de comida del que provenía el olor. Era más bien una mesa simple de madera con un mantel rasgado. Desenvainó su espada y la acercó cautelosamente hacia el montón de panes que había sobre la mesa. Logró pinchar varios y se alejó rápida y sigilosamente, haciéndole señas a los demás para que se alejaran en la dirección en la que él corría.

Terminaron todos ocultándose tras una pared muy vieja a bastantes metros del mercado.

-¿Pero qué demonios…? –Soltó Eli mirando al rubio desconcertada.
-¿Qué? Dije que tenía hambre.
-Para ser un chico honesto, se te da bien robar –Puntualizó Alex con voz cansada y una sonrisa pícara.
-Yo… Eh… -Empezaba a sentirse mal por lo que había hecho.
-Creo que tu estómago será un problema –Observó la pelimorada.
-¿Me das uno…? –Preguntó Angelique de repente. Nadie se esperaba que ella hablara y mucho menos para pedir comida. Ella misma se arrepintió de abrir la boca segundos después.

Christopher le sonrió ampliamente, sacó uno de los panes que estaban clavados en su espada y se lo entregó amablemente a lo que ella sólo respondió con un ‘gracias’ casi inaudible y empezó a comer, tomando como excusa el hecho de que tenía comida en la boca y así no tendría que hablar.

Le entregó uno a Eli, que lo aceptó algo aturdida todavía, otro a Alex quien lo recibió pero miró el pan con un gran fastidio, como si el simple hecho de pensar en comerlo lo cansara. El ojiazul se quedó con los últimos dos y se los devoró rápidamente con mucho entusiasmo.

Cuando todos acabaron de comer y justamente decidían salir de donde estaban para continuar su recorrido, una sombra detrás de Chris lo empujó hacia los demás -ya que ellos estaban apoyados en la pared y él era el único que estaba en frente de todos, dándole la espalda a la calle-.

-¿Qué…? ¡AH! –Se volteó rápidamente y pudo reconocer a la marioneta que había destrozado momentos atrás para salvar a Éliary- ¡¿Tú de nuevo?! ¿Pero cómo?

Antes de que Eli pudiera abrir la boca para explicarle, el rubio ya había emprendido una carrera veloz lejos de ellos y provocando con palabras a la marioneta para que lo siguiera, aún con su espada en mano.

-… ¿Lo seguimos o qué? –Cuestionó algo ofendida Éliary, puesto que no pudo dar sus explicaciones.

El pelinegro sólo chasqueó su lengua y la pelirroja se limitó a mirar hacia el final de la calle, hacia donde corría el otro muchacho.

Christopher se percató de que estaba recorriendo la misma calle en la que conoció a Eli, así que la marioneta se había reconstruido y lo reconoció. “Maldición” dijo entre dientes.

Siguió corriendo hasta el final del camino que resultó ser el lugar por el cual vagó en aquella luz cegadora hasta llegar a la ciudad, sólo que esta vez sólo veía más extensión de la antigua región en vez de esa luz. Se volteó a encarar a la marioneta, sabía que si la destruía igualmente volvería a aparecer pero no tenía opción, si la dejaba intacta ésta continuaría persiguiéndolo.

-Con esto no volverás a buscarme, ¡TOMA! -Le asestó un cuchillazo fuerte y limpio en toda la mitad de su cuerpo, el cual se deformó momentos después.

Una voz siniestra, que aparentemente no venía de ninguna parte, le habló: "Si destruyes a este tipo de marionetas, no te servirá de nada, se reconstruirán"

Así que había sido un juego del titiritero, una forma de darle una advertencia.

-No juegues conmigo –Fue lo único que articuló Christopher con enojo.

Estando fuera de peligro se encaminó a buen paso hacia los chicos, quienes lo observaban.

-Oye –Lo encaró rápidamente la chica de ojos azules, claramente molesta- ¡La próxima vez detente a escucharme!
-Lo lamento.
-Buen trabajo, chico –Habló Alexander sonriendo con fastidio, colocando los dedos de una de sus manos en forma de “pistola” y moviéndola en un gesto seco como si disparara.
-Fue imprudente –Eli miró con rudeza al pelinegro.
-¿Seguimos recorriendo la ciudad? –Sugirió Angelique algo dubitativa, no le gustaba la tensión del momento.

Todos retomaron el paso y tomaron un camino que tenían a la derecha. Chris sacó un pañuelo de su bolsillo y se dedicó a limpiar su espada de los restos de pan mientras caminaba. Éliary lo miraba de reojo de vez en cuando, aún con reproche. Él la miró una vez aunque ella no se percató.

Cuando la muchacha volvió a mirarlo por el rabillo del ojo, se topó con la mirada cristalina del rubio, quien le preguntó con interés algo que ella no se esperaba.

-¿De qué color tenías el cabello antes?

Ese chico o era muy elocuente o estaba algo loco.

por **Mar.** Vie 1 Abr - 23:34

-¿Eres idiota o te haces?– respondió la chica sin dirigirle la mirada y manteniendo un tono de enfado en la voz.
-¿Pero por qué a la agresión?
-¿Cómo puedes estar como si nada y hablarme tranquilamente cuando estoy enfadada contigo? Ni siquiera te disculpaste por dejarme con la palabra en la boca.
-Lo siento. Pero tenía una marioneta gigante detrás de mí. – la joven rodó los ojos.
–Pero eso mismo intentaba decirte. ¡Esa marioneta no te causaría mayor daño! Son del tipo B.
-¿Tipo B? – Angelique, quién se encontraba unos pasos detrás se adelantó al oír lo que la peli morada reclamaba. -¿Existen tipos?
-Pues algo así en realidad – soltó el pelinegro, uniéndose con pesar a la conversación –La enana les colocó las etiquetas.
-Enana tu abuela – refutó la chica con un tono agridulce.
-¡Esa boca! – reprochó el vago.
-¿Tú les pusiste etiquetas?- indagó la pelirroja.
-Pues en sí, casi todo lo que dice el anciano es correcto. Aunque omitió el detalle de que fue su idea, yo solo las clasifiqué. Desde que llegamos tuvimos un par de experiencias amargas con las marionetas, pero cada uno era distinto…así que más práctico se nos hizo ponerlos por categorías. Por ejemplo… Las marionetas normales – La joven señaló a un par de mujeres que pasaban en la acera de enfrente y otro hombre que llevaba una canasta. – son del tipo A, ellas no causan mayor daño que el que te podría causar una golpiza. Son lo equivalente a personas comunes y corrientes, si se destruyen, se rearman. Si te metes con ella, se defenderán pero no te lesionaran en gravedad. En realidad son lo más sencillo.
-Entiendo. – dijo Angel prestándole suma atención.
-Las de tipo B son en realidad, marionetas sencillas que el Titiritero manipula directamente para asemejarse a un problema mayor. Cómo la que acabamos de ver. En realidad no era peligrosa pero te hizo creer que sí. Esas no suelen aparecer a menudo, son casi tan raras como las del tipo C. – hizo una pausa. El rubio parecía observarla atentamente, al igual que Angelique.
-Las de tipo C – siguió -Por lo contrario, son las peligrosas. Ellas literalmente te comen. De esas tenemos que cuidarnos. No todas las marionetas del tipo C tienen en su frente el símbolo, cómo lo tenían la que derrotamos antes.
-Es cierto. A veces las tienen en otras partes del cuerpo o en alguna prenda.- añadió el pelinegro, quién mucho caso no estaba haciendo a la charla.
-Ten cuidado, el titiritero puede ser muy engañoso.
-Entiendo – hubo un momento de silencio –Entonces…. – la joven quedó expectante ante la respuesta del chico. ¿Acaso no entendió algo? Pensó que había sido muy clara…
-¿De qué color tenías el cabello antes? – soltó.
-¡¿EH?! - soltó Eli casi al borde la indignación. A ese chico en definitiva le faltaba un tornillo. ¿O era que en realidad era idiota?
-Jajajaja- El pelinegro explotó en risa – Eres de oro chico. Me caes bien.
-No apoyas mucho – reclamó. Angelique rió.
Eli suspiró botando su enfado con ella y poniendo una sonrisa en el rostro. No podía estar mucho tiempo enojada, era la realidad.
-Negro. Tenía el cabello negro. – respondió dándose por vencida. -¿Alguna otra duda?
-No. Eso era todo – rió el joven.
-¿Y ahora a dónde vamos? – preguntó la pelirroja.
-¡Vamos a comer! – soltó el rubio. Ok. Ahora sí, Eli se estaba preguntando si no se habría encontrado con un loco de remate pero había que admitir que hasta gracia le causaba.
-¿No acabas de comer? – preguntó intentando no reír.
-Sí, pero nunca está mal comer algo… ¿Un postre tal vez?
-Un… ¿postre? – las dos chicas mencionaron la palabra al mismo tiempo, mientras sus mentes volaban con todos los manjares que solían degustar en la tierra de los vivos: helado, tartaletas, tortas, chocolate.
-¡Qué ganas de un postres! – admitió Eli.
-¿Habrá en esta época? – siguió Angelique.
-No nos hará daño buscar, ¿no?
-Esto…- el pelinegro se hizo presente entre la conversación y planeación del resto del grupo, para buscar algo dulce en ese sombrío mundo…- Esto… Yo sé dónde podemos conseguir algo.- en cuanto lo dijo se arrepintió. Ni sabía por qué siquiera lo había sugerido. Oh sí. Se aburría de oírlos planear y estar parado en ese mismo lugar mucho rato.
Éliary giró rápidamente la cabeza.
-¿Tú?
-Sip
-¿Y porque nunca me dijiste?
-Lo olvidé
-Te odio.
-Lo sé.
-¿Y dónde es? – preguntó Chris.
-No está lejos. Vamos – Se dio media vuelta y empezó a caminar a paso moderado. La pelimorada se adelantó a su costado para refutarle el porqué de ese secreto.
-Ya te dije, lo olvidé.
-Mentira. Tú no olvidas fácilmente. ¡Habla! Sabes que me gusta el dulce-
-Seeh, ¿Y?
-¿Por qué no me dijiste? ¿Hace cuánto lo sabes?
-Más o menos desde que nos conocimos
-¡Qué cruel! Pudiste haberlo dicho.
-Me daba pereza llevarte.
-Podías haberme dado solo las indicaciones.
-Te hubieras perdido
-Eres cruel – chilló.
-Tú pesada – aclaró él.
Por detrás de ellos los otros dos jóvenes observaban a sus nuevos compañeros discutir.
-Son buenas personas – dijo Chris mirándola de reojo.
-Sí, eso parecen – respondió Angel antes de dibujar una sonrisa en su rostro.

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Bueh... no sé que hice... ando con cansancio cerebral por una semana de explotación en la universidad! Pero al menos hice algo Very Happy

No se enfaden. Los quiero!

por Nya Vie 8 Abr - 8:59

Miró con desgana el edificio, como quien miraba al Sol, doloroso e irritante para la vista. Los demás lo miraron expectantes y eso solo hacía que tuviera menos de ganas, pues sabía que ese pequeño oasis iba a ser un martirio que tendría que soportar entre los chillidos de emoción de su compañera.
- ¿A que esperamos? -
- A que llueva. - Ironizó. - Te advierto, no hay nada del otro mundo y no hagas un alboroto.
- ¿Que? -
- Vamos: "Palabrita del señor". -
- ¿Yo alboroto? - Acusó con los ojos. - Por favor... - Alex se quedó de brazos cruzados con una mirada sombría. - Esta bien, palabrita del señor. -
Alex dejó escapar un suspiro y abrió la puerta. El hecho de tan solo abrirla dejó escapar un olor intenso que recordaba a las panaderías, a masa recién cocida, invitando a cualquiera a probar un bocado.
- ¡Hombre! Si es mi amigo del alma. -
Un hombre musculoso, mas alto que el pelinegro, estaba enfrente de él, detrás de un mostrador con una amplia sonrisa. Estaba calvo, y con ropa ligera dejando ver su cultivado cuerpo de tanto amasar pan. Por supuesto, nadie en su sano juicio se pondría mas ropa para hornear a cientos de grados.
El lugar en cambio, no tenía mucho de interes, salvo un mostrador y pocas cosas mas tal como un par de mesas con sillas, baules, estanterias.... todo en acabado de madera.
- Sabes, solo nos hemos visto una vez... -
- Ya no me visitas, no sabes la soledad que... -
- Te digo que solo nos hemos visto una vez, y de casualidad. - Interrumpió.
- Vaya, traes amigos ¿eh? La última vez te vi tan solo... y sigues vistiendo de negro. -
- Oye, que yo vista de negro no te importa. En fin. -
- Oh dios mio. - Eliary pegó su mirada su a los estantes donde habían diferentes productos, todos relacionados con la labor de trabajar la harina para convertirla en horneado. Había desde simples panes hasta dulces variados que tenían una cierta similitud entre el mundo del futuro, pero sin chocolate ni ostentosas decoraciones.
- La loca quiere uno de tus dulces.
- Oh entonces hoy vienes como cliente... ¿Ya tienes dinero chico? - Alex iba a decir algo pero el dependiente lo rebatió. - Es broma, te invitaré esta vez, solo uno.
- Menos mal, hubieras invitado a bufet libre y te arruinas. -
- ¿Bufet Libre? -
- Nada, déjalo. - Dijo para luego sentarse sobre una silla. - Vayan y tomen algo. - Se tapó los ojos con la capa en un intento de dormitar.
Chris y Angelique se acercaron a la pelimorada, miraron y observaron mientras la otra empezaba a delirar. Todo era tan soso que realmente no parecía dulce y menos aún invitaba a comer salvo el aroma. Sin embargo, tomaron algo, ya que era gratis.
- ¿Él es una marioneta? - Preguntó Chris una vez sentado en la mesa. El bullicio de la calle ahogaba la conversación.

- Aja, lo cual es una perdida de energía hablar e intimar con él. - Así era obvio por que no había venido antes con Eliary al lugar. Hizo el esfuerzo de sentarse bien y miró a Angel. - Ah, eso esta rico. -
- Hmmm... - Angelique observó el plato. Literalmente eran varias bolas crujientes y no tenía ni la menor idea de como comerlo. Levantó una de ellas, con las dos manos con delicadeza y eso le divirtió al azabache sonriendo por primera vez.
- Con la mano y a mordisco. - Notó como se le encendían las mejillas de verguenza.
- No hace falta que me lo digas.... - Pronunció casi balbuceando.
- Si no quieres me lo como yo. - Dijo Eliary a punto de alcanzar el plato hasta que Alex clavó un cuchillo en la mesa.
- A tu plato. - Amenazó.
Apartando la escena, Angel aprovechó para dar un bocado a aquella bola. Cuando dio el mordisco, notó como un líquido dulzor muy agradable inundaba su boca. Uno puede hartarse de chocolate, pero de aquello no.
- ¿Que es? - Preguntó curioso Chris al ver la expresión de Angel. "Tomó" uno también y la reaccion fue la misma.
- ¡Yo también quiero! -
Alex intentó en vano detenerla pero atravesó sus defensas y consiguió con hacerse una de aquellas. Cuando se lo llevó a la boca, la misma expresión de sorpresa se quedó grabada en su cara.
- ¿Q-Que es esto? -
- Es miel. -
- Pero no sabe a miel... - Habló Angelique. Ya había salido del trance.
- Eso es porque estamos en otra época, como dicen los anuncios, sin colorantes ni conservantes. - Explicó el rubio apurando el postre.

Ahí lo dejo, no puedo escribir mas.
Estoy con sueño, no se si he escrito bien y no lo he revisado. Si no hice algo bien, haganmelo saber.

por **Cris** Lun 11 Abr - 2:14

-Está delicioso... -Recalcó Angelique en un tono bajo pero lo suficientemente audible para todos.
-Delicioso es poco -Eli sostenía el pedazo que le quedaba del dulce en sus manos como si fuera un tesoro del que chorreaba oro.
-¿Tú no quieres uno? -Se atrevió a preguntar Angel al chico serio.

Este sólo hizo una mueca de fastidio pero terminó aceptando el dulce que le entregó la pelirroja, sin saber por qué lo hizo. Le dio... ¿Pena? dejarla así.

-Como les decía -continuó para disipar esa escena que lo extrañó- no tiene caso hablar con el dependiente. Es una marioneta, como casi todos aquí y... ¿Pero qué?

Las dos muchachas voltearon hacia la misma dirección en la que Alexander veía y se dieron cuenta de la razón por la cual se había detenido en su frase.

-¿Cuándo demonios se levantó? No me di cuenta -La pelimorada nunca dejaba de sorprenderse con ese chico.

Resultó ser que, irónicamente a todo lo que estaba diciendo Alex, el rubio se había instalado a hablar con el panadero. Y parecían tener una conversación amistosa.

-¡¿Acaso nada lo detiene?! ¡Hace unas cosas! -Éliary ya estaba exasperada por culpa de ese chico tan alocado.
-No tiene escrúpulos y te hace perder la paciencia, cosa que ya de por sí es sencillo. Qué combinación -Se rió el pelinegro con su habitual desgana pero claramente divertido con la situación.
-¿Qué dijiste? ¡Yo no pierdo la paciencia así de fácil!
-Pues mírate, ya lo hiciste de nuevo.
-E.. Es que.. ¡TÚ! Eres un descarado, y... y... y ¡él! Está loco -Por lo molesta que estaba, no podía hablar con fluidez, no le salían las palabras. Mientras habló, primero señaló al muchacho que la acusaba de enojona y luego apuntó con su dedo a Chris cuando lo mencionó, este seguía ajeno a esa conversación, teniendo la suya propia con el vendedor, apoyado con calma en el mostrador de la panadería.

Pasaron unos segundos en los que Éliary y Alexander intercambiaron miradas: Ella lo escudriñaba con odio y él la miraba fastidiado pero muy fijamente, sin expresión facial. Fueron interrumpidos por la voz de la pelirroja.

-Ahí viene... Y trae comida.
-¿Qué? -Apenas logró pronunciar la ojiazul, girando su cabeza rápidamente hacia el mostrador.
-Vaya chico. -Fue todo lo que comentó Alex, mientras se rascaba la cabeza, aún sin mostrar ninguna emoción en el rostro,

Y efectivamente: Christopher se acercaba a ellos con una sonrisa iluminándole la cara y cargando una bandeja de madera que rebosaba con varios productos del lugar, tanto salados como dulces.

-¡Miren! Qué hombre tan amable, me ha regalado todo esto. Dijo que le he caído muy bien.
-¡¿Tienes algo en la cabeza?! ¿Acaso no escuchaste al anciano éste? Dijo que no tiene caso relacionarse con las marionetas -Con "anciano", la pelimorada claramente se refería al de cabello azabache, el cual ni se inmutó.
-¡HEY! Ten cuidado, ¿Qué te pasa? -Eli casi le había hecho derribar la bandeja al rubio, éste último pareció molestarse un poco con eso pero al instante reaccionó de una manera que nadie se esperaría de alguien en una situación así- Ya entiendo todo, no has comido suficiente dulce, ¿No es así? Ten -le ofreció lo que parecía un trozo de pastel con crema muy rudimentario.
-... Maldición -Ella tomó con rudeza el pedazo de las manos de Chris, sintió que perdía algo de su orgullo con eso pero es que ese pastel olía muy bien.

Los otros dos se limitaron a mirarlos desde la mesa, ya que eran los únicos que habían permanecido sentados.

-Tiene un gran carácter, ¿no es así? -Se aventuró Angel con un tono más seguro de lo habitual. Quizás porque en ese momento ella no era el centro de atención y eso la calmaba un poco.
-Seh, es una enojona -Musitó Alex con hastío- Y en cuanto a él... Es bastante impredecible -dijo sin darle importancia a lo que decía. Casi parecía que en realidad no prestaba mucha atención a su entorno.
-Y... ¿No vas a comértelo? -Volvió a hablar ella, señalando el dulce que ella misma le había ofrecido.
-¿Eh? Uh... Sí.

Tardó unos segundos en tomarlo, tiempo que sus ojos se habían clavado en la muchacha que se hallaba sentada frente a él. Seguía sin determinar por qué no se había negado al bocadillo cuando ella se lo dio. Debía ser cortesía, ella apenas abría la boca de vez en cuando para decir algo, sería de mal gusto dejarla en el aire. Sí, seguro era eso.

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Bien, tuve un momento random de inspiración, jajaja.
Quedó cómico xD Riánse conmigo (?

por Nya Sáb 16 Abr - 16:04

Ella lo miró expectante, esperando alguna reacción por parte suya pero no logró nada mas que poner un rostro extraño y decepcionante al notar su mirada atenta. Eso provocó que se riera de él, y él indignado por ello.
- Ya deja de reírte. - Susurró por lo bajo mientras Angelique se tapaba la boca con las manos. - Nací con esta cara. - No lo mejoró.
- Pero es que... - Le empezó a doler el estómago.
Alex decidió sentarse, parecía que cada vez que iba a hacer algo, solo empeoraba la situación aún mas. Sin embargo al poco rato, decidió salir afuera y tras varios minutos, la pelirroja lo siguió. Los dos se apoyaron en la pared del edificio mirando a la multitud pasar.
- Creo que... - Angelique lo miró. Tenía esa cara de mezcla entre seriedad y vagueza a sonreír. - Este silencio es incómodo. -
- Pensaba que estabas enfadado. -
- No. - Respondió inmediatamente. - Quería silencio. No estoy acostumbrado ni me gusta el ruido. Supongo que es parte de mi trabajo.
- ¿Fue doloroso? -
- ¿Que cosa? -
- Morir... despedirse... ya sabes... - Dijo cada vez mas bajo. Incluso escondió su rostro entre su cabello rojizo. Alex pensó antes de responder.
- Morí cumpliendo mi trabajo, estaba listo para ello. Estaba listo para volverme polvo de estrellas un día. Estaba preparado. ¿Y tu?
- Yo... - Ella lo miró y él pudo ver una sonrisa sincera pero melancólica. No triste, pero daba añoranza a algo. - Me asesinaron, supongo que papá tenía razón después de todo. Ser hija de un mafioso es peligroso.
- ¿Sabes que debería arrestarte por eso? -
- Ah... -
- Cuando lleguemos al mundo de los vivos. -
- Quiero un abogado (?) -
- Existe una interrogación infalible. - Acercó su rostro al de la pelirroja, sombría y puramente lleno de maldad.
- T-Tengo derechos, no puedes retenerme en contra de mi voluntad (?) -
- A veces hay que saltarse las leyes para cumplirlas. Hagase justicia.
Ambos rieron ante la pequeña escena que estaban montando, por supuesto, entre ellos dos, sin llamar la atención. Alex suspiró y entonces vio como la puerta estaba entreabierta dejando ver parte de dos rostros claramente reconocibles.
- ¿A que juegan? -
- A espías. - Respondió Chris.
- Yo a ninjas (? - Añadió Eliary.
- Si ya terminaron de comer, salgan de una vez. - Los dos salieron de su escondite para reunirse con la pareja.
- ¿Que tiene de malo? - Dijo Chris. Alex solo suspiró.
- Tan solo... -
- ¡Cuidado! -
Aquel grito llamó su atención, pues tras la carretera, estaba rodando varios barriles cuesta abajo entre otras cosas. Por supuesto, el dueño de aquellos artilugios estaba en la cima, gritando y con las manos a la cabeza llena de pánico. A su lado, un carro vacío.
Chris hizo un reflejo rápido y en un suave movimiento agarró la mano de Eliary apartandola del camino de un barril.

por **Shiba** Sáb 30 Jul - 0:27

- ¿Qué ha pasado? - Preguntó Angelique, había podido apartarse del camino de los barriles gracias a que se pegó a la pared, al igual que Alex. Eli se soltó de Christ y con su visión enfocada al punto de dónde salieron todos esos barriles, contestó:

- Algún accidente...
- ¿No es un poco extraño eso?
- ¿Por qué?
- Porque se supone que son...
- ¡Malditos mocosos! - El fuerte grito del dueño de la carreta los puso alerta, y observaron con atención. Dos pequeños niños salieron asustados del otro lado; el niño halando a la pequeña que lloraba desconsoladamente. - ¿Cómo se les ocurre siquiera acercarse a esto? - Señaló el carruaje con rabia, y levantando la mano como riña.

- Hey, señor. – Hunter intervino antes de que aquello pasase a mayores y antes de que el hombre se atreviera a abofetear a cualquiera de los dos pequeños, le sostuvo la mano y cuando esté le lanzó una mirada de advertencia, el rubio simplemente sacó una gran sonrisa y continuó: - Le ayudo con los barriles.
- ¿Qué? – El hombre relajó sus facciones mientras los niños se escabulleron pendiente abajo. Dónde terminaron ocultándose en un puesto de verduras que pasaba la posición de los demás jóvenes.
- Parece que nunca entenderá – Alex suspiró ante la escena, antes le dijo que era una pérdida de tiempo y aquello no era menos, pero, no le daría importancia igual él solo observaba. Y cuando dijo esto Angel quedó extrañada, pues hasta le pareció que se estaba quejando de más.
- Hey, Alex – El rubio regresó a toda velocidad dónde los demás y especialmente al pelinegro. – Acompáñame, ayúdame a cargar los barriles.

El nominado solo lo quedó mirando unos segundos en silencio, con la misma expresión de póker que las dos chicas.

- Ja-Ja…Ja… Buen chiste – Dio como respuesta, y como si no fuera con él dio media vuelta. Pero fue agarrado por el brazo y arrastrado por el otro muchacho. – Respeta a la autoridad, y no solo eso, va en contra de la libre expresión. – Se quejó, pero simplemente se dejó llevar, después de todo hasta discutir mucho en ese momento no le hacía ninguna gracia. – Al menos pudiste traer el carruaje ¿No?

- Verdad…
- Lo dicho… Pérdida de tiempo.

Por su parte Eliary se acercó al escondite de los pequeños cuando los dos chicos se alejaron, y cuando les encontró se agachó frente a ellos y con una tierna sonrisa habló:

- ¿Se encuentran bien? – Miró al niño quien asintió con temor, pero después puso una pequeña sonrisa imitando la de ella. Después pasó la mirada a la niña; y entonces sus ojos se abrieron de par en par.
Angelique se acercó un poco a ese lugar pues una se sentía nerviosa al verse sola, y otra había notado el cambio de expresión en la ojiturquesa.

Carraspeó un poco, a cierta distancia.

- ¿Está todo bien? – Se atrevió a preguntar, pues aunque sabía que seguramente era el caso contrario, de su boca no salía una pregunta más coherente.
Eli tardó unos segundos en reaccionar, hasta que los niños comenzaron a correr nuevamente a otra dirección.
- ¿Eh? ¿Ah? Sí, sí, todo bien – Se levantó y observó a la pelirroja la cual no se notaba convencida. – Simplemente me quedé un poco confundida, quizá miré mal.
Angel no comprendió y decidió no preguntar más, no se sentía con ese derecho.
Eli conocía a esa niña, mejor dicho la recordaba, era la misma a quien había salvado de aquel accidente. Pero, realmente no estaba segura, pues tampoco se dejaría convencer al completo, después de todo ese mundo era controlado por el titiritero y quizá estaba comenzando a hacer de las suyas.

No dejemos que el roll muera, ya volví después de todo ¿Sí? :C

por **Mar.** Lun 1 Ago - 15:55

-¡Oigan ustedes! – Las chicas se acercaron a los dos muchachos que aún seguían recogiendo las cosas de la carreta.
-¿Vienen a ayudar? – preguntó Hunter con el buen ánimo que lo caracterizaba.
-Bueno, no hay opción ¿verdad? – habló la peli morada con una sonrisa. Y junto con Angel empezaron a recoger todo lo que se había dispersado. Entre risas y juegos terminaron el trabajo.
Al acabar, se despidieron del hombre que agradeció el gesto.
-¡¿Y ahora?! ¿A dónde vamos? ¡Sigamos paseando!
-Si eres consciente de que no estás en Disneyworld ¿no? – habló el pelinegro.
Mientras ambos hablaban y Angel los seguía, Eliary se sumió en sus pensamientos. Esa niña… Estaba segura que era la misma.

Flash Back
-¡Detengan las puertas por favor! – la chica corrió y logró entrar al tren eléctrico.
-Muchas gracias- soltó recuperando el aliento. La mujer que había ayudado a que la joven subiera sonrió. Esta tenía a una pequeña niña en brazos, tendría cinco o seis años. Era una niña bastante linda y alegre. Y por un momento se quedó quieta observándola con sus enormes ojos castaños. Eli no pudo resistirse y empezó a hacerle muecas y las dos rieron.
Todo marchaba bien. El tren eléctrico entró hacia el subterráneo. Y de pronto… se detuvo. Las luces parpadearon. La pequeña se sujetó a su mamá. Eliary se sujetó de la barandilla. Llantos de niños. Y ¡Paff! Un fuerte golpe sacudió todo el compartimiento. Muchos salieron despegados hacia las otras partes. Eli abrió los ojos. Fuego. Humo. Todo se incendiaba. Se colocó de pie y ayudó a un grupo de hombres que intentaban salir por la puerta y lo consiguieron. De todos los compartimientos empezaron a salir algunas personas atrofiando la entrada. Se oían gritos. Ella salió rápidamente, pero escuchó el grito de una niña… lloraba por su mamá. Nadie parecía responder. Ella volvió a entrar por una de las ventanas rotas ¡Agradecía ser pequeña en ese momento! y la buscó, estaba en otro compartimiento. El llanto se incrementaba y la encontró escondida debajo de los asientos, su madre se encontraba inconsciente arriba. Eli tocó el pulso. No respondía.
-No te preocupes bebé, vamos a salir de allí.
-¿Y mamá?
-Ven, ven – ella cargó a la pequeña en brazos y le tapó los ojos. Se apresuró hacia la salida, ya todos habían salido. El fuego se había incrementado y el humo apenas y la dejaba respirar. Ya estaba acercándose a la salida cuando oyó un estruendo y lo último que sintió fue un empujón, atinó a abrazar a la pequeña con fuerza y después todo negro.
Recordaba haber oído sirenas. Oia llantos. Supo que la pequeña estaría bien. Y luego todo negro.
Fin del Flash Back

-¡Eh! Enana – el peli negro se encontraba frente a ella.
-¡¿Eh?! ¿Qué haces viejete? –
-Pues tú no respondías, te colgaste ¿Todo bien?
-Sí, es solo que…hace un rato me pareció… - la chica volteó hacia un lado a ver a los otros. Hunter estaba más adelante intentando hablar con Angelique.
-Estás sola, habla. ¿El titiritero?
-Aún no lo sé. No sé si fue mi mente jugando conmigo o si fue él-
-Tendremos que estar alertas, parece que quiere divertirse con sus presas – sin más el muchacho empezó a caminar seguido de la peli morada.
-Sí, tienes razón. –
-Por cierto, si no cambias de cara ellos se van a preocupar
-Lo sé anciano. – la joven sonrió.

por **Cris** Lun 1 Ago - 21:05

Alex y Eli se habían adelantado un poco más que el otro par de chicos, quienes se encontraban a la derecha de ellos, unos metros más atrás.

-Entonces, estudiabas Administración de Empresas, ¿no? -Habló el rubio, mirando con interés a la receptora del mensaje, la cual se veía bastante incómoda- Algo muy diferente a lo que yo me oriento, mi pasión es el arte: el dibujo, la literatura, la música. Todas esas cosas -siguió con un ánimo inquebrantable, a pesar de que la chica en serio parecía no poder contestar.

El chico conocido como Hunter se percató de que el pelinegro y la ojiazul estaban ganando distancia así que tomó de la mano izquierda a Angelique y apresuró el paso junto a ella exclamando:

-¡Nos estamos quedando atrás!

Con ese grito, llamó la atención de los dos jóvenes restantes, que voltearon al tiempo que Cris y Angel llegaban hasta ellos, los cuatro se detuvieron.

-Oigan, podían esperarnos -Dijo Cris sonriéndoles.
-Bueno, no es como si te fueras a perder, ¿no? -Le contestó Eli, que empezó a reír imaginando al rubio perdido en esas calles.

Oppenheim sólo se limitó a mirar con detenimiento: Las mejillas de Angelique exhibían un tono rubí que se asemejaba a su cabello y tenía cierta expresión de sorpresa inundándole el rostro. Los ojos grises del policía analizaron su cara, bajando lentamente hasta la mano izquierda de la muchacha que seguía siendo tomada por el joven de cabellera rubia. Sintió algo extraño, como una clase de desagrado.

Cualquier persona, incluso él mismo, hubiesen deducido por la personalidad de la pelirroja que la acción la había sorprendido y se había colorado por la vergüenza, sin embargo por alguna razón Alex no pudo dar con esa explicación y en su mente sólo se abría paso el pensamiento de que ella estaba roja a causa del otro chico. Sonrojada. Por Hunter.

Sólo atinó a hacer una mueca de fastidio mezclada con confusión y dirigió su mirada al frente de nuevo. Irónicamente, Cris se había quedado algo perplejo mirando a la pelimorada, a quien le dedicó una suave sonrisa mientras sus ojos azules brillaban alegremente.

-Oye... ¿Qué te sucede? ¿Por qué sonríes así? Y... ¿P-por qué me miras... tanto? -Tartamudeó la ojiazul cuya mirada había quedado atrapada en los ojos cristalinos de Hunter.
-Es que... Tienes una linda risa -Dijo él sonriendo aún más y soltando, sin darse cuenta, la mano de la pelirroja.

por **Shiba** Mar 2 Ago - 1:19

Angelique inmediatamente escondió su mano a la espalda mirando al suelo de la vergüenza que le había dado; además sabía que el pelinegro se había dado cuenta, lo que causó que se ofuscara más y tuviera que esconderse tras sus cabellos como pudo. Prácticamente la opinión social siempre le ha dado lo mismo, con una familia como la de ella ¿En qué momento le podría importar aquello? Pero en ese instante algo la dejó con un mal sabor de boca.

Por lo que simplemente decidió jugar con sus dedos en la espalda y mirar a otro lado mientras le pasaba aquello.

---

Eli había quedado muda ante tal declaración y tardó segundos en reaccionar.
- ¿Q-Qué te pasa? - Sus colores subieron al rostro y comenzó a tartamudear.
- Es la verdad - Recalcó.
- B-Bueno, la cosa es que no te vas a perder - Volvió a cambiar de tema, y se cruzó de brazos con un deje de molestia, pero no con el muchacho, sino con ella por no saber qué responder en ese momento. Hunter casi deja escapar una carcajada al escuchar aquello, pero fue interrumpido.
- No es momento para coquetear - Dijo Alex quien mantuvo un rostro calmo. Eliary lo señaló inmediatamente en desacuerdo.
- ¡No estamos haciendo eso!
- Lo que digas... - Dijo, para dar media vuelta - ¿Nos quedaremos aquí todo el día? ¿O buscamos más problemas?
- Andas más molesto de lo normal. - Le reclamó la pelimorada.
- ¿Algo te molestó? - Preguntó Hunter curioso, el nominado simplemente comenzó a caminar. - Parece que sí. - Se contestó a si mismo y volvió la vista a Eli - ¿Nos vamos a buscar problemas?
- En serio, estás mal de la cabeza.

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Llegó la noche y con ella mucha calma; la mayoría de ciudadanos volvieron a sus hogares dejando las calles en un silencio sepulcral. Mismo tono con que se regocijaba la luz de la luna. Siendo este el escenario de todas las noches de existencia en aquel extraño lugar.

Alex, había decidido observar el tenue gris que iluminaba en los edificios, que entraban en el rango de visión de aquella ventana. Y así distraerse un poco. Como siempre no tenía ganas de hacer nada. Pero, contemplar el exterior le parecía bastante regocijador.

Después de muchos minutos, escuchó un ruido que le puso alerta. Se levantó con todo el dolor del alma y se acercó a la cocina, encontrando a la pelirroja buscando entre las cazuelas.
Sabía que no se había dado cuenta de su presencia por lo que una broma no haría daño.

Angel sintió que algo golpeó su cabeza, pero al girar el rostro no había nade, por lo que regresó a lo suyo. Estaba hambrienta, después de todo, a penas y comieron, y Eli había decidido ir a dónde según ella era la mejor vista del lugar. La invitó, pero prefirió quedarse ya que no creía soportar mucho tiempo.

De nuevo sintió aquel golpecito, y cuando de nuevo no encontró a nadie observó el suelo encontrando pequeñas bolitas de madera. Volvió a observar a lo largo del lugar y regresó a lo suyo, hasta que encontró una manzana y cuando iba a darle una mordida, de nuevo ocurrió. No giró y esperó unos segundos, para después girarse y es verdad que vio al que le estaba jugando la broma, pero en esta ocasión le dio en la frente, por lo cual se tuvo que llevar una mano al lugar nombrado y su mirada trató de ir en esa misma dirección.

- Ni en la universidad me habían hecho esto. - Dijo en un disimulado quejido.
- Disculpa. - Dijo Alex al saber que había sido descubierto. - Está un poco aburrido por aquí.
- No es que seas el más animado tampoco. - Reconoció sin pensar en sus palabras.
- ¿Qué?
- Ah... Eh... ¿No tienes hambre? - Mostró su manzana como si la estuviera ofreciendo. Alex sabía que no era así, por lo que negó.
- La enana es mejor en cambiar los temas. - Se burló y Angelique, se sintió tonta. Por lo que simplemente decidió darle la primer mordida a la fruta. - ¿Te resentiste? - Ella negó, vio que se acercó a la ventana y con paso callado le siguió. De hecho le daba curiosidad. No era la vista más bonita de la historia, pero era algo nuevo, y de alguna manera podía sobrellevarlo.
Se sentó en una silla de madera, mientras que Alex regresó al mueble de siempre.
- ¿Cuánto tiempo?
- ¿Eh?
- ¿Cuánto tiempo llevan aquí? - Levantó la voz sin quitar la vista de la ventana.
- ¿Y te crees que he contado? - Ella se encogió de hombros, él pidió paciencia.
- Yo sé que llevo un día...
- Ese lo cuenta cualquiera.
- Pero si has contado. - Ella sonrió sintiéndose mejor consigo misma.
- No es lo mismo.
- Si que lo es...
- Al principio lo hacía... Luego me harté y dejé que todo vaya acorde a lo que nuestro señor todo poderoso diga - Ironizó al referirse al ser por el que estaban ahí.
- Pero no pareces rendido.
- Hay que seguir de alguna manera.
- ¿Crees que podamos salir de aquí?
- Lo haremos... Con vida o en la nada pero lo haremos.
- Que negativo... Con esa actitud mi padre te mandaría a matar.
- No me diga... Cuénteme más.
- Uno, dos, tres... - No soportó y comenzó a reír. Alex solo la quedó mirando. Vaya que de vez en cuando era más rara de lo que demostraba.

Shit, a ordenes de los clientes. Ya verá que no quedará nada satisfecho.
Lamento el protagonismo, no sabía que hacer, Hunter y Eli, lo siento ya no puedo con mi vida (?

por **Mar.** Mar 2 Ago - 11:08

La noche había caído y como era ya su costumbre, el sueño la había abandonado con el despertar de la luna. Se encontraba en su lugar favorito: Aquella pequeña ventana en el ático que la dejaba observar la “luna”, sabía que al igual que todo no era real, pero era lo más cercano que tenía a su mundo. En su mente estaban aquellas palabras:

Flash Back
Se desperezó estirándose y salió de su “habitación”. Esa casucha era pequeña pero tenía el espacio suficiente para albergarlos a todos, le había dicho a Angelique que podían compartir habitación y la cama, mientras los chicos…Bueno, alguno dormirían en el sofá. Decidió pasar por la cocina por una manzana, a pesar de todo la sensación del hambre no la dejaba tranquila, pero antes de entrar los escuchó…

- ¿Cuánto tiempo?
- ¿Eh?
- ¿Cuánto tiempo llevan aquí? –

El viejete y Angel. Soltó una sonrisa melancólica. Lo había notado, aquella chica había logrado tener una conexión de cierta forma con el pelinegro.

- ¿Y te crees que he contado? -
- Yo sé que llevo un día...
- Ese lo cuenta cualquiera.
- Pero si has contado. -
- No es lo mismo.
- Sí que lo es...
- Al principio lo hacía...

Un ligero ruido atrás de ella la hizo saltar. No es que estuviera haciendo algo malo pero prefirió no ocasionar malos entendidos, así que se apresuró a seguir su camino.
Fin del Flash Back

¿Cuánto tiempo había sido? ¿Un mes? ¿Dos meses? ¿Un año? No lo sabía. Ella también había perdido la cuenta. Recordaba el primer día en el que llegó y cómo había conocido al pelinegro por accidente tropezando torpemente mientras escapaba de unas marionetas tipo B. Él había sido difícil de tratar al principio pero habían conseguido formar un vínculo de camaradería, hasta lograron conocerse un poco y es por ello que peleaban tanto, aún habían cosas que ambos desconocían del otro pero habían aprendido a entenderse sin hablar. Poco a poco se había acostumbrado a una vida de supervivencia, día o noche, eran lo mismo. Hasta esa mañana.
Suspiró. Ella no era de pensar tanto esas cosas.

- ¿Crees que podamos salir de aquí?
- Lo haremos... Con vida o en la nada pero lo haremos.

Esa pregunta… ella también lo había preguntado antes y su respuesta había sido: “no lo sé”. Sonrió. Al menos el vejete amargado empezaba a pensar positivamente.
-¡¿De qué te ríes?! –
La muchacha soltó un gritillo y con él un golpe certero.
-¡Auch!- aquella voz… Cuando pudo darse cuenta, tenía enfrente al rubio que se sujetaba el rostro en el suelo.
-¡Uy! Lo siento mucho, no quise golpearte –saltó la chica realmente arrepentida acercándose al muchacho –No debiste asustarme así.
-Yo sé que me tenías ganas. ¡Auch! – soltó mientras la peli morada lo ayudaba a sentarse y observaba su rostro.
-Creo que sobrevivirás – dijo intentando aguantar una risa. –Espera aquí.
La joven se levantó y sacó una cajita de un lado, parecía un viejo botiquín.
-Déjame ayudarte.
-Vaya que eres fuerte
-Es lógico, solía entrenar artes marciales cuando estaba viva.
-Oh entonces debería dejar de hacerte enojar. Auch – La chica bajó la gaza que tenía en la mano.
-Lo siento
-No te preocupes, puedo aguantar el dolor.
-No me refería a eso, me refería a todo en general. Hoy he estado muy enojona.
El chico soltó una risotada –No te preocupes, me agradas así.
-Eres raro.
-Y con orgullo – la chica soltó una risa y el chico la observó.
-¿Ya te dije que tienes una linda risa?
-¡¿Eh?! Sí ya lo has hecho. Gracias por cierto. Ya está listo, ahora sí no morirás.
-Gracias salvadora.
Ambos se sentaron contra la pared observando a través de la ventana.
-Parece real
-Me gusta creer que es así y que es lo que conecta a ambos mundos.
-Es un lindo pensamiento.
-¿Tú crees? Es mi modo de sentirme viva.
-Me gusta eso.
Eliary sonrío y volvió al silencio.

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Tenía la intensión de seguir pero me sacan a rastras! xD
Espero que les guste, lamento el protagonismo u.u

por Nya Miér 3 Ago - 13:50

- ¿Y si damos una vuelta? -
Angel le miró perpleja justo cuando había dado una mordida a la manzana. Parecía un animal que acababa de oír un ruido fuera de lo común y eso sacó una leve sonrisa al azabache. Parpadeó dos veces antes de responder.
- ¿Ahora? - Dijo tras masticar.
- ¿Por que no? Tenemos todo el tiempo del mundo y tampoco es que hubiera algo mejor que hacer. -
- Umm... - Pensó. Quería pensar si era buena idea o mala, pero la verdad es que tenía la mente en blanco.
- Entonces es un sí. -
- ¿Y ellos? - Balbuceó una excusa que se dio cuenta de que era muy mala.
- Ni que fuera a pasar algo. - Dijo ya en la puerta esperandola. Angel lo siguió. Acertadamente ni tenía nada mejor que hacer, ni tenía sueño, ni estaba cansada. Además tenía una manzana aún al que darle trabajo.

A diferencia del mundo real, el cielo estaba estrellado con tantos puntos brillantes, que no era de extrañar que los griegos pronosticaran el cielo como una maravilla de los legados de los dioses. Para un erudito de la astrociencia, era mas que un sueño hecho realidad, ver las estrellas lejanas sin costosos aparatos, capaz de señalar y decir: he ahí la Osa Mayor y la Menor.
Angel miraba maravillada el cielo pintado que apenas cambiaba de imagen. Para ella era la primera vez, para él, ya era una imagen común.
Las calles sin embargo, las inundaban una oscuridad peligrosa que echaba a cualquiera hacia atrás, llena de ruidos naturales que curiosamente resultaban incómodas pero al menos, cada esquina tenía una pequeña lámpara de aceite ardiendo. Y mientras todo pasaba lentamente como si el tiempo lo hiciera expresamente, ella daba mordidas a la fruta.
- ¿No te asusta la oscuridad? - Ella negó con la cabeza.
- Tengo una enorme lámpara arriba. - Miró al cielo. - Mas miedo das tu tan... negro. -
- Gracias - Ladeó la cabeza con una mueca de angustia y eso le hizo gracia a ella. - Podría aparecer alguien y raptarte. -
- Hay luz suficiente para ver eso. - Dudó.
- Podría aparecer un monstruo y comerte. -
- Está la autoridad para defenderme - Sonrió y ambos rieron suavemente. Alex suspiró.
- La autoridad ya se jubiló desde el momento que pasó "a mejor vida". -
Siguieron caminando por las calles sin rumbo, solo por aquellas que eran mas rectas y lo suficientemente anchas para que no hubiera sorpresas escandidas, evitando también las mas amplias para evitar ojos encima suyos.
Alex no pudo evitar deslizar la vista sobre ella. Su rostro la cubría ese cabello rojizo que por algún motivo tuvo en mas de una ocasión la necesidad de inspeccionar mas de cerca. Pero se contuvo, mas aun cuando pasaron por delante de una taberna donde hombres borrachos cantaban en la entrada con jarra en mano, salpicando su contenido por todas partes. Por el olor, parecía cerveza.
- ¡Hey pareja! - Gritó uno apenas consiguiendo vocalizar. Si Angel se sonrojó, la oscuridad la salvaba por el momento. Alex con mirada desaprobatoria suspiró simplemente.
- ¡Besito besito! - Gritó otro. Rieron a carcajadas y volvieron a cantar, hombro con hombro balanceandose al ritmo de la canción.
- Y pensar que apenas hemos cambiado desde nuestros ancentros de la edad media... ¿Volvemos? - Angel asintió.
Pasaron por una esquina y tomaron otra calle. No quería volver por el mismo pasillo donde estaban aquellos hombres. Cuando iban a girar otra esquina, Alex se detuvo y al ver que Angel no lo imitó, la agarró y tiró de ella hasta detenerla con un abrazo.
- Espera. -

- ¡Quemadlos! ¡Quemad a los brujos! -
- ¡Sí quemadlos! -
Una turba de hombres y mujeres con horcas, rastrillos, palas y antorchas se acomodaban alrededor de dos sujetos atados a un poste mientras otros apilaban leña poco a poco. Parecía mentira que hace un rato había silencio y tranquilidad.
Alex miró de nuevo y en realidad eran dos niños, concretamente los de la mañana que habían provocado el desastre de barriles.
- Ay no. -
- Emm... - Angel puso sus manos suavemente en el brazo de la retenía para intentar librarse pero sorprendentemente no cedía ni un poco. Alex no prestó atención y siguió mirando la escena sin darse cuenta.
De pronto un ciudadano de la turba comenzó a comportarse raro y una vez que otro del grupo se dio cuenta, gritó.
- ¡Ha sido hechizado! -
- ¡Rapido! ¡Cogedlo! - Y de pronto vio ahí al hombre al que habían ayudado esta mañana como uno de los que lideraban la turba.
- ¡Es contagioso! ¡Se quien mas puede estarlo! -
- Entonces no perdamos tiempo. - Dijo el hombre que al parecer era el que mandaba. Por su vestimenta, era el alguacil.
- ¿Te acuerdas cuando te mencione que no le pasaría nada al par? - Angel alzó la miraba para observar el rostro serio de Alex. - Me equivoqué. - Dejó de abrazarla y la tomó de la mano. - Irán a por nosotros. Maldito traidor, sabía que era mala idea. - Dijo refiriendose al hombre al que habían ayudado por la tarde. - Cuando vea a ese rubiales, lo moleré a palos por gentil (?

por **Mar.** Jue 4 Ago - 1:41

Abrió los ojos lentamente, no sabía a qué hora se había quedado dormida. La luna seguía iluminando el ático a través de la pequeña ventana. Intentó moverse pero un peso adicional se lo impedía, se giró con cuidado y logró ver al rubio recostado sobre su hombro. Parecía dormir tranquilamente, tenía un semblante sereno y relajado, muy diferente al chico hiperactivo y alegre que había conocido esa mañana. Y sin planearlo, se quedó observando cada detalle del joven a su lado, la luz de luna iluminaba su rostro directamente. Era lindo, había que admitirlo, pese a toda su locura el muchacho era atractivo. Tenía un lindo perfil y ahora que lo veía, recordaba su intensa mirada cielo.

-¿Seguirás observándome o puedo moverme? – aquellas palabras la habían tomado por sorpresa ocasionando que se sonrojara a más no poder. Aprovechó aquel sobresalto para apartarse del chico, mientras este incorporaba con una sonrisa socarrona.
-¡Pero qué dices! – La joven se colocó de pie mientras intentaba recuperarse de aquel bochorno.

El chico no dejaba de reír, le había parecido divertido la reacción de la muchacha. Él había permanecido despierto mientras ella se quedaba dormida lentamente, no había tenido problema en que ella lo use de apoyo, es más, aprovechó aquel momento en observarla unos instantes antes de que el sueño lo venciera. Aquella chica era realmente extraña. Era una buena persona, eso lo había notada por su cuenta pero sus cambios de actitud eran lo que más curiosidad le causaban: un rato podía estar serena y al otro gritando o poniéndose a la defensiva. A veces era muy atenta y hasta amigable y otras lo regañaba como si se conociesen desde siempre, pero lo que más llamó su atención fue aquella sonrisa encantadora que le había mostrado en algunas ocasiones. Para haberla conocido solo un día, esa chica había demostrado varias facetas de su personalidad y eso le trajo una conclusión: transparencia. Esa chica era muy transparente con sus emociones y eso le había gustado. Sonrió para sí.
Por su suerte, se despertó antes de que ella lo haga, se acomodó un poco y cuando sintió que ella estaba a punto de despertarse optó por fingir que seguía durmiendo. Había pensado en todo un plan para asustarla en cuando ella lo intentara despertar…pero los segundos pasaban y ella no hacía el menor esfuerzo por despertarlo así que prefirió jugarle una broma para seguir viendo sus diversas facetas y así lo había hecho.

-¡YA! Me voy a mi habitación – la chica se apresuró hacia la salida.
-No – no, espera- la risa se interponía entre las palabras –Lo siento, no quise avergonzarte.- El rubio se puso de pie mientras intentaba contener la risa que no paraba al ver a la peli morada en esa actitud.
-¡¿Y quién ha dicho que estoy avergonzada?! ¡¿Cómo si tuviera el por qué?!
-¿Entonces negarás que me estuviste observando mientras dormía?
-Pero qué…cómo si yo fuese a hacer eso.
-Bueno vale…

-¡ELIARY! – aquella voz… La muchacha cambió su postura inmediatamente, la seriedad se apoderó de ella y dirigió su vista a las escaleras, cómo si intentara reconocer si lo que había oído había sido real. Esa voz era de Alex, no había duda y para que él la llame por su nombre era porque en verdad algo estaba mal. -¡ELI! - Y no se había equivocado.
La chica se apresuró a su encuentro.

La joven llegó a la planta inferior dándose encuentro con Alex y Angel, quienes entraban hacia la cocina algo agitados y…tomados de la mano. Aquel detalle no pasó inadvertido por la pelimorada pero lo ignoró para poder concentrarse en lo que decía.
-¿Qué pasó?
-Tenemos que irnos.
-¿Irnos? ¿Qué pasó?
-¡Vamos! ¡No hay tiempo! – El pelinegro soltó la mano de la pelirroja y empezó a moverse por la habitación reuniendo un par de cosas –Junta lo que necesitas en alguna bolsa y vamos.
-Pero dime el porqué
-¿Qué sucede? -En ese momento Hunter apareció detrás de la joven y los ojos del ex policía se posaron en él.
-En resumen…es su culpa – habló más calmado pero sin quitar la vista fija en él.
-¡¿Y yo que hice?!
-Por ayudar a ese hombre en la tarde ahora nos creen cómplices de brujería y nos vienen a calcinar.
-¿Cómo? ¿Brujería? – Eli volteó hacia Alex con una mirada de extrañes.
-Es una larga historia.
-¿Y no podemos pelear? - preguntó el rubio.
-Viene una turba. – soltó como si aquella respuesta contestara todas las preguntas.
Eliary pareció comprender e inmediatamente se dirigió a las habitaciones, cogió un saco de tela y lo llenó de ciertas cosas que pensó que podrían servir, se colocó su arma en la cintura y cogió su capa. Para ese momento, Alex, Angel y Hunter se encontraban ya en la puerta de la cocina, todos con capas como la suyas y cargando algunas bolsas similares.
-Aun no entiendo por qué no podemos quedarnos - habló Hunter
-Es algo difícil de explicar. Verás, las marionetas tipo A son exactamente similares a los seres humanos, una vez que tienen una idea en la mente, pocas cosas los hacen cambiar de opinión. Ahora ellos nos creen brujos y eso es malo, así que nos eliminarán. Pese a que nos quedemos, ellos seguirán persiguiéndonos y si los atacamos, volverán a regenerarse. – explicó Alex, quien se encontraba al lado de la puerta que llevaba hacia la calle, dio la señal y los cuatro chicos salieron de su refugio.
-En otras palabras, es meternos en una lucha interminable –siguió Eli –Aun no entiendo, ¿Qué fue lo que sucedió?
-Pues verás…-empezó a hablar Angelique, quién venía junto a ella -Andábamos paseando y vimos una turba furiosa, al parecer estaban condenando a los niños de esta mañana por brujería-
-¿Qué? – la imagen de la pequeña de la mañana cruzó su mente.
-Y al parecer uno de los que se encontraban allí empezó a actuar raro y dijeron que era hechicería contagiosa y el hombre de la carreta nos señaló- finalizó la pelirroja.
Aquellos niños. La niña. Eli sintió un pequeño dolor en el pecho.
-¿Estás bien? – preguntó el rubio que había percatado aquel ligero movimiento de la chica.
-Sí, no es nada –
-Esto me huele a obra del titiritero – habló Alex.
-A mi igual, pero ¿Qué quiere de nosotros? – cuestionó Angel
-No lo sé. Pero es mejor alejarnos de este embrollo
-¿Y cómo pretendes hacerlo? – Los cuatro se habían detenido en un callejón sin salida. Alex se agachó y abrió una tapa en el suelo.
-Por aquí
-¿Alcantarillado? ¿Existe en la edad media? – Angel y Hunter se habían quedado perplejos.
-Edad media no sé. Pero estamos en un mundo creado. –siguió Eli. –Lo malo es que no da para toda la ciudad.
-No, pero si lo suficiente como para despistarlos.
Y dicho esto, las dos parejas se infiltraron en aquel sumidero.

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Lo siento, sé que dijeron que era edad antigua y todo eso, pero fue lo que se me ocurrió...por eso puse que solo llegaba hasta una pequeña parte, así tendrán que salir rápidamente de allí y seguir su escape.
Espero que todo este en orden

por **Cris** Sáb 6 Ago - 17:34

Uno a uno se adentraron en el hueco que abría paso a un alcantarillado tan antigüo y rudimentario como el resto del loco mundo en el que habían terminado: Estaba construido enteramente por grandes piedras de un marrón oscuro, también había tierra en los espacios vacíos que quedaban entre ellas. Lo más resaltante del lugar era, precisamente, el canal de aguas negras que corría en el medio de las dos paredes, el cual despedía un asqueroso olor. Había dos estrechos senderos a cada lado del canal de agua y el lugar estaba pobremente iluminado.

-Ugh, ¿No podíamos tomar otro camino? -Le reprochó la pelimorada a Alexander, tapándose la nariz.
-Oh, claro, es que teníamos la opción de retornar tranquilamente a la calle por la que vinimos y escoger otra opción para escapar -Respondió el otro con sarcasmo.
-Si charlamos menos, saldremos más rápido -Habló Angelique, la situación era desesperada y eso la llevó a articular palabra. Realmente no quería estar en ese lugar hediondo.

Ambas chicas, por precaución, arremangaron un poco las faldas de sus vestidos para evitar que hicieran contacto con la suciedad. Todo el grupo empezó a caminar por el sendero de la derecha, cuidando bien sus pasos ya que no veían con claridad. En un punto, el camino se cortaba por una gran fisura y un pozo de agua se había apoderado de ese espacio.

El pelinegro, que iba de primero, dio un salto limpio y cayó en el otro extremo, donde empezaba de nuevo el sendero. Angel, por su parte, parecía debatirse entre saltar o no puesto que si no tomaba suficiente impulso lo más probable sería caer en el agua maloliente.

-Te ayudo –Dijo Cris con decisión, dedicándole una sonrisa de apoyo a la muchacha.

Sin dejarla siquiera responder, la tomó en brazos gritando “¡Alex!” y lanzó a la pelirroja en dirección del otro joven, quien reaccionó rápidamente y la tomó en sus brazos. Ambos se miraron entre desconcierto y vergüenza, esta última por parte de Angel. La colocó suavemente de pie junto a él.

Hunter estuvo a punto de cruzar al otro lado cuando Éliary se le adelantó saltando con agilidad, su falda ondeando sutilmente dándole estilo al salto.

-Vaya –susurró el rubio sonriendo, esa chica siempre lo sorprendía. Dio un brinco después de ella y se reunió con los demás.

El orden se alteró mientras andaban: Ahora Cristopher iba encabezando el grupo, Angel siguiéndolo de cerca y atrás, un poco más lejos, Eli y Alex cerraban la marcha. La pelimorada aprovechó la distancia para hablar con él.

-Oye, algo me ha dado curiosidad. Cuando llegaron al escondite, tú y Angel iban de la mano –Soltó mirando pícaramente a Alexander, quien estaba desprevenido y su rostro denotaba sorpresa, aunque sólo duró unos segundos.
-La agarré para que corriera, por si no lo recuerdas, nos estaban persiguiendo. –Se excusó, algo incómodo- Y de hecho, esto me recuerda que no estaríamos en esta situación de no ser por ‘alguien’ –Su voz se elevó al hacer énfasis en la última palabra.

Con esto, el rubio volvió su rostro hacia atrás.

-¡Hey! No fue mi intención que esto sucediera –Reprochó algo molesto, aunque en el fondo se sentía culpable por haber llevado al grupo a esa situación.
-Te dije en un principio que era innecesario –Le respondió Alex.
-¿Tú no hubieses hecho lo mismo? Es lo más lógico, antes era policía, ¿No? Tu deber era ayudar a los demás –Dijo defendiéndose.

El chico de ojos grises pareció molestarse ante este comentario y además se preguntó cómo había sabido de su vocación cuando vivía. Luego recordó que tanto el rubio como Éliary habían estado espiando cuando él se lo había comentado a Angelique.

-No es lo mismo –Contestó con voz fría- Estas son m-a-r-i-o-n-e-t-a-s, ¿Entiendes? No hay por qué ser compasivos con ellas. Debemos ser más prudentes en este mundo que, por si no te has dado cuenta, está en nuestra contra.

En el momento en el que Cristopher abrió la boca para replicar, un sonido los hizo voltear a todos hacia adelante: El camino se bifurcaba y en la esquina que doblaba a la derecha, se asomaba una figura sombría.

-Marioneta, clase B –Murmuró la pelirroja, apenas audible.
-Rayos, seguro la atrajeron con sus riñas –Los regañó Éliary.

La ojiazul vio como la criatura se asomó del todo y al hacerlo comenzó a atacarlos, lanzándoles largas astillas de manera que parecían provenir de las palmas de sus manos. Reaccionó rápidamente y quitó del camino a Angel, a quien casi la alcanzan tres de los puntiagudos filos, ambas quedando encogidas en el piso.

-¿Están bien? –Cuestionó Alex, acercándose rápidamente.

“Demonios” susurró Cris para sí, quien al ver la situación sintió aún más culpa que antes. Así que, en plan de ponerlos a ellos a salvo, saltó al sendero de la izquierda llegando por poco y tambaleándose al aterrizar.

-¡Oye, tú! ¡Aquí! –Le gritó con fuerzas a la marioneta, arrojándole a la misma una piedra que encontró en el suelo.

Eso pareció enfurecer al objeto andante porque inmediatamente corrió hacia el ojiazul, quien también empezó a correr.

-¡¿Qué estás haciendo?! ¡HUNTER! –Gritó la pelimorada.
-¡Lo distraeré para que escapen! –Justo cuando el rubio doblaba la esquina izquierda, volteó a la derecha y vio que al final de ese camino una tenue luz se asomaba en el techo- ¡Sigan por el mismo sendero, la salida está allí, los alcanzaré! –Y con esto, desapareció por la esquina siendo perseguido.
-Dios mío, ese chico es realmente impredecible –Comentó Eli, comenzando a correr con los demás.

Los pasos de todos resonaban en el duro y frío suelo mientras corrían lo más rápido posible. En unos minutos, que les parecieron horas, por fin llegaron bajo la abertura que al parecer daba paso a la calle nuevamente.

Alexander apuró a Angelique, que fue la primera en llegar, a subir la dañada escalera para llegar hasta arriba, y entretanto sintió que alguien lo tomaba de un brazo con fuerza.

-¡Espera! ¿Y él? –Cross volteó hacia el lado opuesto, donde divisó a Hunter y el brillo de su espada.

Cristopher estaba defendiéndose con su espada, haciéndola girar en varias direcciones para bloquear el montón de filosas astillas largas que la marioneta no paraba de lanzarle. Falló en uno de sus movimientos y una de las puntiagudas maderas se enterró en su pecho, no lo suficiente para ser fatal pero sí para causar sangrado y dolor.

Justo en ese momento, Éliary sacó su arma y apuntó en segundos a la marioneta, disparando una bala con un ruido seco. Ésta le asestó en unos de los brazos a la criatura, que pareció confundirse y buscaba con la mirada su extremidad que había salido volando.

El rubio se había quedado paralizado, sus ojos cristalinos abiertos de par en par. Ese dolor… Era el mismo que había sentido justo antes de morir. Las punzadas dolorosas y la herida sangrante le recordaron con gran precisión la sensación que experimentó en su cuerpo cuando, a base de puñaladas salvajes con una navaja, lo habían asesinado en aquella calle poco transitada.

-¡CORRE, HUNTER! –Gritó la muchacha.
-¡Sube! Yo lo ayudaré –Le ordenó Alex, así que ella con un último vistazo hacia el rubio, subió luego de Angel.

Aquella voz femenina lo hizo reaccionar y empezó a correr lo más rápido que podía, con la astilla aún incrustada en una parte de su pecho. Cuando llegó junto al pelinegro, soltó una tos entrecortada y el otro muchacho bajó rápidamente su mirada al pecho de Cristopher, sus ojos se abrieron con sorpresa.

-Maldición –Articuló preocupado- Vamos, te ayudaré a subir.

Con algunos empujones, impulsó a Hunter a subir más rápido. Afuera ya lo esperaban las dos jóvenes, él al salir por completo del estrecho agujero se sentó bruscamente en el suelo, sus orbes azules aún expresando desconcierto. Alexander salió justo después de él, deslizando la tapa que estaba a un lado, para cubrir la salida.

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