Re: [Roll]A Puppet world

por **Shiba** Dom 7 Ago - 0:03

"Alguna vez en estas tierras hubo un hombre poderoso, tanto que la ciudad era su castillo, los alrededores sus jardines, el sol su despertador, la luna su luz en las tinieblas, y el cielo su techo.

Los aldeanos siempre a sus órdenes, le alababan, y le servían con lealtad y fervor; todos y cada uno de ellos reían, cantaban, y bailaban para él y por él. Pues adoraban al que llamaban rey y creador.

Un día llegó un extranjero, quien estaba extraviado, buscando la ruta correcta se encontró con una muralla, las puertas estaban abiertas por lo que no dudó en ingresar y pedir indicaciones. La idea de un lugar comercial y lleno de atracciones se esfumó en cuanto, una vez dentro, procesó lo vacío y complicado que era aquel lugar. A cada paso que daba el lugar lo iba helando, no corporalmente, pero sentía como si la pérdida de sus emociones fuera tan posible como el estar muerto después de una caída.

Una fruta rodó más al frente, él se acercó a tomarla y trató de divisar si podría tener un dueño, o simplemente se había caído de algún árbol.

No había nadie, ni árboles alrededor, y menos un puesto de frutas. Sintió su sangre helar.

A pesar de sentir hambre no se atrevió a morder el fruto y lo dejó en el mismo lugar. Dio un giro brusco hacia la salida, tenía que abandonar ese lugar lo más pronto posible. Pero, se encontró con un pequeño niño, que le miraba con una atención curiosa, como si él fuera extraño, diferente, de otro mundo. Cargaba consigo la manzana que no hace mucho había dejado en su lugar, y lo sabía porque regresó la mirada encontrando aquel lugar vacío; y cuando regresó al pequeño, le notaba diferente, le seguía observando, sin duda alguna, pero esta vez, no expresaba algo que él fuera capaz de descifrar, estaba vacío. A pesar de que lograba comer esa manzana y provocar sonidos de mordisco, no sentía que fuera real, ni mucho menos como él. Tampoco era un fantasma ¿Cómo si no era translúcido? Entonces... ¿Qué era?

Le escuchó hablar, él contestó temeroso, y no muy después el lugar comenzó a llenarse de personas, que iban y venían como en cualquier plaza.

El niño continuó conversando, entonces él pidió por indicaciones, las cuales el pequeño no podía darle, y aunque le preguntó a más personas, tampoco recibió la respuesta que necesitaba. Mas, fue mandado a otro lugar, una fuente en media ciudad, dónde se encontró con otro hombre; quién también osó en observarlo curioso. Su primer pensamiento es que las personas de ahí no estaban acostumbradas a los extranjeros, por eso, le miraban así, y por esa misma razón, se habían escondido ante su llegada.

El hombre desconocido, comenzó a hablar de lo maravilloso del lugar, lo que dejó perplejo a recién llegado, pues había pedido indicaciones, las cuales nadie quería dar, se molestó; y como último recurso se vio obligado a exigir, pero seguía sin conseguir respuesta, en el momento que su paciencia terminó, el otro hombre demostró lo que era capaz de hacer, y quedó perplejo ante repentina desaparición ante sus ojos. Y después le vio detrás de él. Y le llamó: Brujo, término que no era reconocido por nadie en ese lugar.

Por curiosidad dejó que le mostrara todo lo que sabía hacer, dejándolo perplejo y queriendo aprender, pero su ahora compañero no sabía enseñar aquello, en primer lugar no sabía cómo lo lograba, impacientando al nuevo.

A pesar de las malas actitudes, el brujo, se sentía maravillado ante tal nuevo espécimen, además se sentía en compañía; cosa que no lograba con los aldeanos.

Pasaron días, y seguían las exigencias, las cuales no podía cumplir; y terminaron en amenazas y con las destrucción de casas, así como el asesinato de muchos aldeanos, lo cuál destrozó el corazón del brujo. Y le obligó a tomar una difícil decisión: Su amistad o su gente, escogiendo la lealtad que le ofrecían, a la que él podía ofrecer.

Le enfrentó y tratando de destruirlo, se encontró con una sorpresa, seguía ahí, pero... no se movía, y al acercarse descubrió lo que le faltaba a él y a los demás habitantes, para poder volver a sentir aquel calor de la compañía: Un alma."

- Abuelo, tus historias son demasiado extrañas - La muchacha terminó de servir la mesa para luego sentarse junto al anciano.
- Pero te gustan.
- No del todo.
- ¿Te cuento otra?
- Mejor come, tengo cosas que hacer.
- La juventud y sus cosas, dejan a los ancianos de lado - La chica rió ante ello y negó.
- Sabes que nunca te descuidaría.

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- Ya está - Angel terminó de anudar la tela que había rasgado con anterioridad.
- No puedo creer que sepas hacer esto - Dijo Alex con los brazos cruzados, se sentía intranquilo por lo que decidió quedarse vigilando al inicio de aquel callejón.
- Puedo ser útil de vez en cuando - Ella sonrió levemente y le dio un leve golpe en el brazo a Hunter. - Sería bueno que descanses.
- ¿Que haga qué? - El chico la vio incrédulo, a lo que ella le contestó con un rostro de mayor confusión. Entonces él sonrió divertido. - Nos están persiguiendo ¿Y me pides eso?
- Ah... Cierto... - Miró a otro lado recordando que no estaban en algún simulacro y miró a los otros dos.
- ¿Quién te manda a arriesgarte así en primer lugar? - Reprochó Eliary, es verdad que el chico ya más de una vez la había hecho salir de sus casi impenetrables cabales, pero en ese momento no solo estaba preocupada, sino que muy molesta con él.
- Tenían que salir de alguna manera.
- ¿Eres imbécil? Podíamos...
- Ya... - Pidió Alex. - Simplemente esperemos un rato hasta que recobre bien los sentidos.
- Pues estoy bastante bien.
- Claro campeón.
- Oye...
- Que no estás bien. - Eli también se cruzó de brazos y a penas y quería verlo, pero se quedó cerca por cualquier cosa que pasara.
- Que sí que lo estoy... Y si al final no puedo continuar simplemente...
- Esta...mos - Interrumpió la pelirroja antes de que continuara - En deuda contigo, así que... Solo descansa mientras sea posible. - Hunter se quedó mudo, pues de por sí ya era raro que pronunciara palabra y más de manera fuerte, y a pesar de que tenían razón y no estaba en buenas condiciones, no le parecía que se quedaran solo por él.

Ella se levantó y recogió todo lo que había sobrado, no sabía en dónde dejarlas. Especialmente la estaca y todo el material improvisado que había utilizado para curar aquella herida. Los bolsos no le parecían un buen lugar pero dejarlos por ahí tampoco, ya que después de todo un rastro así era difícil de perder.

- Déjalas por ahí. - Le dijo Alex.
- Pero...
- No importa, después de todo solo nos harían peso, y el rastro siempre lo tendrán. - Ella suspiró y dejó todo en un pequeño agujero que encontró, no fiándose. - Entonces... ¿Cómo sabes curar ese tipo de heridas?
- A casa llegaban muchas personas lastimadas y al no poder llevarlos a un hospital... - Se encogió de hombros no queriendo completar.
- Eso es otro delito...
- Ya... - Se quejó.

Y más lalalaalalalalalal (?

por Nya Lun 8 Ago - 6:23

- Creo que es hora de que nos vayamos de esta ciudad. - Dijo Alex.
- ¿Que? - Saltó inmediatamente Eliary. Habían pasado tanto tiempo en esa ciudad que ya se les había hecho como su casa.
- Hasta ahora no habíamos visto mucha actividad, parecía hasta el cielo, pero últimamente esta claro que esto es un ambiente hostil.
- ¿Y vivir en la interperie? -
- Vamos, tampoco es como si fueramos a morir de nuevo... Tenemos todo lo necesario pero... Sería conveniente tener algo más de comida antes de salir.
- Pero si tenemos comida. - Dijo Angel.
- Mas aún. -
- Pero por la noche hay guardias en la entrada, no se puede salir tan fácilmente de la ciudad... - Habló de nuevo la pelimorada.
- Por eso es que iremos de compras. - Sonrió observando a Angel quien se señaló a sí misma captar bien la palabra "iremos". Alex asintió en respuesta.
- ¿Planeaste hasta una cita en medio de este caos? - Preguntó Eliary con una mirada curiosa pero esta vez el policía estaba en guardia.
- ¿Celosa? Puedes venir y dejar al moribundo.
- Eh, sigo aquí. - Hunter alzó el brazo pero el dolor intenso regresó haciendole gruñir.
- Tú te quedas descansando. - Eli lo obligó a que se recostara de nuevo.
- Pero.. -
- Ni peros ni peras (?) -
- Bueno como sea, volveremos en un rato. -

Las capas con gorro, los protegían de cualquier mirada curiosa. Las pocas personas que estaban afuera, parecía no importarles pero igualmente Angel le inquietaba aquello por lo que se colocó al lado del pelinegro para susurrarle.
- ¿No atraemos atención? -
- De hecho, ir de esta forma tan sospechosa es lo normal en esta época... - Alex se detuvo enfrente de un edificio cuyo cartel colgado rezaba "Posada". - Déjame a mi. - Dijo colocando una mano en su hombro. - Parece una posada pero también es mitad taberna... y bueno, ya vistes antes.
- Sí, no necesito ser recordada... -
Alex abrió la puerta provocando un chirrido muy sonoro para su gusto. Eso atrajo la mirada de algunos pero otros estaban demasiados concentrados en montar un alboroto ignorandolos por completo. Con paso decidido se acercó al mostrador siguiendolo Angel quien no levantaba vista del suelo.
- Una sidra. - Puso una moneda de oro en la mesa sin levantar el dedo índice de ella. - Y el resto en comida para llevar. -
El encargado obeso, miró con desgana. Tenía la cara grasienta lo cual era una combinación desagradable, pero peor fue cuando absorbió la nariz con un ruido estridente y después escupió al suelo haciendo un "clonk" lo cual daba entender de que había un cubo en el suelo para ese propósito.
Lo único que era positivo es que era cauteloso con su trabajo. Echó en un vaso de madera un líquido amarillento de tono transparente y lo puso delante de Alex quien a su vez se lo dio a Angel.
- Zumo de manzana. - Susurró. - Está limpio.
- Pero... - Lo miró y Alex divisó una cara de asco que daban ganas de reír.
El hombre continuó su trabajo: envolvió en tela, un generoso trozo de carne ya asado, pescado en salmuera y dos pequeñas barras de pan. Cuando lo puso en la mesa, Alexander levantó el dedo y el hombre obeso con gusto recibió la moneda, admirando su belleza, valor y brillo únicos.
- Bueno es igual. - Dijo Alex metiendo la sidra en un recipiente de cuero que no servía para otra cosa que portar líquidos. - Vámonos. -
Justo ya a punto de salir, varios hombres claramente mas altos que el azabache se interponían en su camino. Por supuesto, sus rostros de prepotencia solo daban a entender de que buscaban problemas.
- ¿Que hace una dama por estas horas? -
- Apartate del camino. - Sentenció Alex.
- ¡Ha! El enano es atrevido. -
- No digas que no te avisé. - Ahora mismo no estaba para hacer soluciones pacíficas. Para él solo eran marionetas.

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- Me voy a morir por segunda vez de dolor~ - Se quejó.
- Bienvenido a la Edad Media, aún no hemos inventado la anestesia (?) - Dijo Eliary.
- Vamos algo tiene que haber... una hierba... algún liquido especial milagroso de curanderos brujos ermitaños... -
- Lamento decirte que no existe. -
- Rayos... Siento ser una carga. -
- Ya no te pongas melancólico. - Eli abandonó su puesto de guardia y se le acercó. - Por lo menos seguimos todos... "vivos".
Ambos se encontraron las miradas y Eliary tuvo que obligarse a apartarla. Sabía que si lo observaba, acabaría de nuevo absorbida por sus cristalinos ojos, ni incluso a luz de la luna quería verlo por si acaso.
- ¿Escuchaste eso? -
- ¿Que cosa? -
Hunter señaló la salida a la calle de donde estaban. Ciertamente se escuchaban unos pasos apresurados... mas de un par. Ambos se prepararon para confrontar lo que sea que se estuviera acercando pero entonces un rostro conocido apareció.
- Hora de irse. ¿Puedes levantarte? - Preguntó a Hunter quien para demostrar se puso de pie aunque apoyandose en la pelimorada. - Perfecto porque acabo de crear un incendio y eso distraera un momento a los guardias.
- ¿Que has que? -
- Nada (?) Después de esto juro que me ire a hibernar, no me he esforzado tanto desde que morí por primera vez (?)

por **Shiba** Dom 21 Ago - 1:03

Las luces que alumbraban tenuemente las calles permitían que las sombras se prolongaran, mientras que la composición del lugar permitía que los sonidos viajaran más lejos.

- ¿Encontraron algo? - El guardia observó su alrededor una vez más, un menor rango se le acercó.
- Solo retazos, de ahí ni las sombras. - Mostró lo nombrado. Estaban limpios.
- Sigan buscando, así sea bajo la tierra, debemos encontrarlos.
- Sí señor.

El hombre mostró respeto con un firme, y rápidamente se apresuró hacia los demás para continuar con la búsqueda.

-

Dos calles después, aprovechando la oscuridad de la que gozaba aquella ruta, los cuatro jóvenes avanzaban cautelosos para no provocar más problemas.

- Ahora no solo es una turba furiosa, sino que la guardia real... - El susurro acusador de Eliary fue escuchado por el pelinegro quien solo continuó indiferente. Le daba pereza pensar en una respuesta a aquello. Suficiente con todas las neuronas que había usado para provocar el incendio.
Pero ella tampoco debía de sulfurarse, pues no sabía la razón que llevó a Alex a hacer tal locura.
Un ruído se escuchó y todos se alteraron, pero se relajaron cuando notaron que no era más que un gato negro en el tejado.
- Debemos de llegar pronto a la salida. - Eliary se adelantó hasta el final de la calle y revisó la adyacente, sacando la mitad de su rostro. Observó a tres guardias correr hasta la calle siguiente y dirigió la vista a sus acompañantes.
- Despejado. - Sonrió.
- ¿No hay una ruta... más segura? - Preguntó Angel dudosa.
- Para llegar a la puerta principal solo te queda rodear o ir de frente, por cualquiera de las dos debemos de atravesar esta calle. - Explicó el ex-policía mientras hacía mímicas.
Ella simplemente arrugó el entrecejo.
- Y tomando en cuenta las circunstancias... Vamos a rodear ¿No?
- Exacto. Es más largo, pero más seguro.
- Yo tengo una buena idea. - Cris levantó la mano con una sonrisa de emoción en su rostro. Los tres restantes se vieron entre sí, preguntándose si serían verdad sus palabras, o simplemente estaba alucinando.

-

- No puedo creer que estemos haciendo esto. - Alex iba detrás observando a todos, por cualquier imprevisto.
- Acéptalo, es más rápido y menos probable de que nos vean. - Reconoció Eliary caminando tranquila.
- ¿Ven? No solo nos ahorramos todo ese camino, sino que los esquivamos. - Hunter, quien lideraba, iba de la misma manera, relajado, como si fuera un juego de niños.
- Claro... Quién pensaría que hay gente sobre sus cabezas ¿Eh? - Ironizó Alex y miró hacia abajo. No es que nunca lo hubiera pensado, pero nunca creyó conveniente hacer algo como eso.
Estaban sobre los tejados de la calle principal. Dónde la altura de los hogares era prolongada y bastante pareja. Y contaban con una anchura capaz de ocultarlos; teniendo en cuenta que iban por la mitad.
Más que nada le preocupaba que alguno tropezara haciendo un estruendoso ruido, o en la peor de las escenas, que cayera.
Pero parecían llevarlo bastante bien... Todos, menos Angelique. Quien estaba nerviosa, no dejaba de ver sus propios pies intercalando a la calle cada que daba un paso. Mantenía una pose en T, para conservar el poco equilibrio que denotaba. A pesar de que el muro por el que pasaban era lo suficientemente ancho para poner los dos pies.
No negaría que le daba gracia; pero, a veces no comprendía cómo pudo terminar en ese mundo, pues nisiquiera parecía capacitada para enfrentar mínimamente a un cachorro. Y si no la hubiera encontrado, seguramente ya no existiría rastro de ella para esas instancias.
Mas, Angel en ese momento solo se preguntaba cómo podían esas personas ir tan frescos, mientras ella desde que Hunter explicó el plan, empezó a sudar de ansiedad. Y ya solo podía rogar por no tropezar con sus propios pies.
- Allí está - Dijo el rubio señalando la entrada. La puerta era lo suficientemente grande para el paso de un camión de los que conoce de su época. - Y al parecer tiene unos cuantos guardias... ¿Qué hacemos?
- Primero terminar de pasar esto - Contestó Eli con una mueca de desagrado. Hubiera preferido que también se hubieran ido a hacer la búsqueda con los demás.
- ¿Y luego?
- Tendremos que ingeniárnoslo... - Alex se encogió de hombros y volvió su vista a la calle. - ¿Crees poder dejar inconsciente a una marioneta? Niño.
Hunter tuvo que ver en la misma dirección para comprender, había dos guardias a las tres. Y con la conmoción de brujería de hace rato, casi nadie se hallaba por zonas tan centrales como aquella. Y el nominado asintió sin quitar su sonrisa.
- Yo también puedo - Reclamó Eli. Hunter estaba herido y haciendo esas cosas solo lograría empeorar la herida.
- No te quedará esa ropa. Y ahora necesitamos ser rápidos.

Creo que me jubilaré por un tiempo (?

por **Cris** Dom 28 Ago - 19:31

Hunter desenvainó su espada, la cual hizo un pequeño ruido de metal deslizándose.

-¿Tú irás por el otro? –Preguntó al pelinegro.
-Sí.
-¿Y qué usarás para noquearlos?
-Éstos de aquí –Empuñó sus manos.
-Bien, a sus órdenes, oficial –Cris se llevó una mano a la frente como saludo militar y sonrió.
-Hmp –Alex también sonrió, le había agradado aquel gesto, el “niño” realmente empezaba a simpatizarle.
-¿Y nosotras qué? –Preguntó Éliary, se sentía apartada del plan.
-Tu ayudarás a Angel a bajar de aquí, enana.
-¡No me digas enana! Anciano –Reprochó.
-Bien, a las tres –El ex-policía miró hacia el rubio- Uno… Dos… ¡Tres! –Exclamó sin alzar demasiado la voz y ambos chicos saltaron del techo.
-Demonios, nos dejaron aquí… -Dijo Eli.
-No bajaremos de un salto como ellos, ¿Verdad? –A Angel le temblaba la voz y mantenía los brazos extendidos para no perder el poco equilibrio que tenía.
-Mmm... –La pelimorada se asomó a un costado del techo- Aquí hay unas cajas que alcanzaremos dando un pequeño brinco –Angelique se puso tensa y Éliary le sonrió- Tranquila, sólo es medio metro de salto.

Sin previo aviso, Cross saltó e inmediatamente se escuchó el choque de sus pies con las duras cajas de madera. La pelirroja gateó hasta el borde del techo y asomó sus ojos con temor mientras susurraba “¿E-estás bien?”.

-Tranquila, el aterrizaje es suave, vamos –La animó su compañera pero Angel no se atrevía.
-Puedo caer mal.
-Yo estoy aquí para atraparte, salta –Éliary extendió sus brazos.

Justo cuando Angelique hacía una mueca de inseguridad, se escuchó un golpe a unos metros de allí, esto alertó a la muchacha que dio un respingo y resbaló del techo.

-¡AH! –Era la primera vez que alzaba la voz.
-¡Te tengo! –La ojiazul consiguió que la otra cayera de pie, tomándola en sus brazos- ¿Ves? No fue difícil.
-¿Qué fue ese sonido?
-Debió ser el anciano noqueando a uno de los guardias marioneta –Eli empezó a bajar de las cajas, que estaban apiladas de manera que podían usarse como escalera.
-¿Crees que estén bien? –Angel la seguía torpemente.
-Sí… Aunque Hunter estaba herido, me pregunto cómo le está yendo. Le dije a Alex que era mala idea, pero ese tonto no escucha razones.
-¿Te preocupa Hunter? –Preguntó con tímido interés la pelirroja.
-¿Eh? –Se ruborizó- ¡No! Es… Es sólo que no está en condiciones de luchar.
-Es un arriesgado –Rió suavemente la más alta.
-Es impertinente, querrás decir. ¿Te agrada? La otra vez él estaba hablándote y de hecho logró sacarte alguna información.
-Pues… Es agradable –Analizó- Estábamos hablando de lo que hacíamos en nuestras vidas antes de…
-Ya veo…
-Me dijo que era artista, ya sabes, se dedicaba al dibujo, la literatura, la música…
-Qué interesante, no lo sabía –Los ojos azules de Éliary se abrieron con asombro- Así que no sólo es un demente.

Su compañera rió tímidamente ante esto, ambas se encaminaban a donde se encontraba la puerta de salida, rodeando la edificación de la que acababan de saltar.

…

Alexander había conseguido acercarse sigilosamente a uno de los guardias que custodiaban la entrada, lo mismo hacía Hunter del otro lado. Ambos corrieron con la suerte de que los sujetos a los que iban a noquear estaban de espaldas a ellos. Asintió hacia el lado contrario y recibió el mismo gesto del rubio. Se lanzó al ataque y con un golpe limpio asestó en la nuca de la marioneta, logrando que ésta cayera al suelo inconsciente. Escuchó un grito femenino a unos metros.

-Esa no es la voz de la enana –el pelinegro sonrió con burla- Angel se asusta fácil.

El otro guardia reaccionó rápidamente ante esto y volteó hacia donde estaba Cris justo cuando éste había alzado su espada para golpearlo con la misma.

-¡Fugitivos! –Gritó el hombre.

Golpeó a Cristopher con su escudo en el estómago, enviándolo contra la pared. Ese impacto también consiguió darle en la herida, que empezó a punzarle con más fuerza al muchacho, haciéndolo toser.

-¡Hunter! –Gritó con preocupación Alex.
-No te preocupes –El mencionado se levantó del suelo, limpiándose con la manga un hilo de sangre que le corría de la boca.

Corrió y volvió a arremeter con todas sus fuerzas contra la marioneta, que extendió su puño en un intento de golpearlo nuevamente pero el muchacho lo esquivó deslizándose por debajo de la extremidad del guardia y, una vez detrás de éste, le dio un fuerte golpe con la hoja de la espada. El tipo cayó al suelo igual que había hecho el otro.

-¿Estás bien? –Se acercó rápidamente Alex.
-Sí, sólo ha sido… cough… un golpe.
-Así no vas a sanar pronto… -Tomó uno de los brazos del rubio y se lo puso sobre los hombros para ayudarlo a caminar.

Justo en ese momento, llegaron las chicas del grupo.

-¡¿Qué pasó?! –Éliary dirigía su mirada hacia Cristopher- Escuchamos un estruendo… ¡Hunter! Tu herida está sangrando de nuevo…
-Estoy bien, no es tan malo como parece –Sonrió débilmente.
-Los derrotaron –Observó Angel sorprendida.
-No fue difícil –Le respondió Alex sonriendo- Ahora hay que salir de aquí, pronto.

Así, todos se encaminaron a la salida que ahora estaba desierta. Una vez que cruzaron el portón, dieron con un camino a cuyos lados se extendía hierba y una sucesión de árboles. Hunter abrió sus ojos con impresión.

-¿Sucede algo? –Le preguntó el otro joven.
-No… No es nada.

El lugar le recordaba al bosque en el cual apareció luego de haber muerto, al parecer rodeaba a esa ciudad completamente, sólo que él había entrado a ella por otro lado. Sus ojos cristalinos empezaron a humedecerse.

-¿Seguro que estás bien? –Alex notó ese detalle.
-Eh, sí, de verdad… Lo siento –El rubio se secó los ojos con su brazo libre.
-Mm… -El pelinegro prefirió ser prudente y no preguntar.

Caminaron mientras atardecía y el cielo ganaba tonalidades naranjas hasta llegar a un claro del bosque, donde frondosos árboles los ocultaban de posibles amenazas. Un riachuelo corría por el medio del mismo.

-Agua –La voz de Hunter pareció animarse y, soltándose del agarre de Alex, caminó a paso rápido hacia la corriente que fluía tranquilamente. Se agachó en el borde y empezó a beber del agua usando sus manos.
-¿No que estás herido? Deja de moverte tanto –Lo regañó Eli, que no estaba molesta, más bien denotaba preocupación en su rostro.
-Tranquila, ya duele menos –Metió la cabeza en el riachuelo por unos segundos y luego la sacó, acción que hizo que sus cabellos ondearan en el aire- ¡Ah! Refrescante.
-Uh… -La ojiazul había quedado perpleja, pues en su mente la escena se reprodujo en cámara lenta. Sólo se mantuvo en silencio, con un suave sonrojo en sus mejillas.
-¿Te gusta la vista? –La molestó el “anciano”.
-Cállate –Reaccionó aún con la cara levemente sonrosada.
-Deberían probarla, está deliciosa –Los invitó Hunter, cuyos lisos cabellos dorados goteaban lentamente.
-Yo quiero –Murmuró Angel y se arrodilló a su lado, tomando agua también para luego sentarse en silencio limpiándose la barbilla que le había quedado mojada.

Cristopher se quitó con entusiasmo las largas botas negras que llevaba ante la mirada de su grupo que se sorprendía de nueva cuenta con sus ocurrencias. Sumergió sus piernas hasta las rodillas aún sentado en la orilla.

-¿Qué? Es incómodo llevarlas todo el tiempo…

Se quedaron unos momentos en silencio disfrutando de la tranquilidad que les brindaba el paisaje cuando, de repente, Angelique esbozó un gritito de terror.

-¿Qué pasa? –Alex se acercó a ella, había permanecido sentado un poco más atrás con Eli.
-E…El agua…
-¡Rayos! –Hunter retiró rápidamente las piernas del riachuelo, justo a tiempo.

El agua que empezó a correr hacia el lado de ellos se estaba tornando de un rojo carmesí y desprendía un olor metálico particular y conocido.

-Sangre… -Murmuró Éliary, cuyo rostro palideció.
-¿Qué demonios…? –Alex detuvo su frase puesto que una voz grave, tétrica y capaz de helar a cualquiera empezó a retumbar sobre el susurro de las hojas de los árboles.

-No se confíen, podrán estar fuera de la gran ciudad, pero yo siempre seré capaz de vigilarlos. –La voz rió con la malicia más tenebrosa que hayan escuchado jamás, causándoles un escalofrío- Les asechan peligros a donde quiera que vayan… Tengan cuidado en mi mundo... –Se burló y con un eco fue desapareciendo la voz lentamente.

-… El Titiritero –Afirmó la pelimorada, mirando hacia el cielo que ya estaba oscureciendo y luego hacia Angel, quien se tapaba los oídos y parecía algo conmocionada.
-No se preocupen, estaremos bien –Habló Alex, también mirando a la pelirroja. Se acercó a ésta y le colocó una mano en su hombro en señal de apoyo, la chica se calmó un poco.
-¿Y qué se supone que haremos ahora? ¿Buscamos otro lugar? Ya se está haciendo de noche… -Cuestionó Cris.

Alex se tumbó al suelo, ese día había hecho demasiados esfuerzos para su gusto. Todos guardaron silencio, cada cual parecía pensar en algún plan pero no daban con nada. Al cabo de unos minutos, el único en volver a hablar fue Hunter.

-Chicos… -Habló con cautela y un rostro serio. Los demás voltearon a verlo, Angel mostró una cara de pánico.
-¿Sí? –Preguntó Éliary aún algo asustada por los acontecimientos anteriores, al tiempo que Angel tomaba del brazo a Alex sin dejar de mirar al rubio, quien retomó la palabra.
-Tengo hambre.

por Nya Sáb 3 Sep - 1:02

Alex lanzó un paquete hacia Hunter quien lo recibió perfectamente y con paciencia empezó a desenvolver el paquete cubierto con telas hasta revelar pan, carne curada y algo de queso. Sacó su cuchillo y comenzó a cortar pequeños trozos.
- Con lo a gusto que se estaba... - Se quejó Alex.
- Igual pasamos mucho tiempo. - Dijo Eliary recomponiendo la postura.
- Nunca es suficiente para "ahorrar energías". -
- ¿Y el fuego? -
- Nah, no hay tiempo para encenderlo ya. Ni te molestes en guardar algo para mí, no tengo hambre... Tiene que durar por cierto. -
Giró la cabeza para encontrarse la mirada atenta de Angel. Descendió la mirada y Angel hizo lo mismo hasta caer en la cuenta de que lo estaba agarrando. En el momento que lo soltó, Alex se puso de pie.
- ¿A donde vas? - Preguntó con suavidad la pelirroja.
- A buscar hojas. - Dijo sin mirarla. - Dudo que el suelo sea tan cómodo. -

- ¡Alex! -
El hombre se arrodilló ante el nominado que yacía en el suelo ensangrentado. Su trabajo estaba hecho, ¿pero a costo de que precio? Toda la protección que tenía le había salvado un muchas veces pero hasta la armadura las dura se acaba rompiendo tras varios disparos. El forcejeo había durado mucho y ahora tenía demasiadas heridas fatales, estaba sangrando demasiado.
Intentó levantarlo pero en seguida Alex cayó al suelo apoyandose contra la pared. Estaba preparado para morir, sabía que el trabajo era peligroso, pero aún así, no estaba listo del todo para irse.
- ¡Agente herido! ¡Asegurad la zona, que alguien llame a una ambulancia urgente! - Un subordinado asintió.
- Tres dos para central, tenemos un diez cero diez uno. -
- Quedate conmigo. Te pondrás bien. -
Alex miró a su superior. Sujetaba sus manos con fuerza y aún así, le temblaban, porque estaba haciendo el último esfuerzo de su vida.
- No me queda tiempo... - Murmuró mientras la sangre comenzaba a caer de su boca.
- No digas eso. -
- Ha sido divertido... -
La sirena de la ambulancia ya se escuchaba en la lejanía pero él comenzaba a oír menos y la vista ponerse borrosa. Por muchas veces que parpadeara, la visión no mejoraba y tenía miedo, porque en realidad no estaba listo para morir. Nadie lo estaba a la hora de enfrentar a la muerte.

Sacudió de su mente el último recuerdo y volvió a la realidad. En un momento dado se había quedado quieto sujetando todas aquellas hojas gigantes con las manos. Su concentración se había disipado dejando escapar suspiros del pasado.
- ¡Bah! - Se dijo a sí mismo.
Decidió omitir el recuerdo y seguir caminando de vuelta al campamento que tras un par de minutos ya estaba a la vista.
- ¿Sabes artes marciales? - Preguntó sorprendida Eli.
- Sí, en especial espaditas. - Dijo mientras maniobraba el cuchillo con una mano de formas que una persona normal ya habría perdido un dedo.
- Increíble. - Eliary desvió la mirada. No quería volver a perderse viendo los ojos del chico aunque cada vez era mas difícil ver por el anochecer.
La pareja estaba sentada en el mismo lado mientras que Angel estaba al otro lado. Cuando esta última escuchó los pasos de Alex, se volteó a mirarlo atenta, con las mejillas infladas de comida.
Alex no pudo evitar dejar escapar una suave risa corta por lo bajo, lo suficientemente flojo para que solo ella pudiera notarlo. Correspondió al saludo de Hunter y Eliary y eficientemente preparó las camas que al menos separarían la suciedad de la tierra de las vestimentas y al mismo tiempo amortiguarían el duro suelo.
Cuando terminó, se sentó al lado de la pelirroja quien le ofreció parte de la comida. Lo miró expectante con la cabeza ligeramente ladeada.
- ¿No dije que no querría? -
- Pero esta bueno (?) - Alex suspiró de cansancio y tomó algo. Sorprendentemente estaba mas que bueno y eso le abrió el apetito. - ¿Pasa algo? -
- ¿Que cosa? -
- Pareces preocupado. - Había adivinado sus pesamientos.
- No es nada... solo que... estoy cansado... Pensaba que iba morir. - Añadió al ver que ella no seguía hablando. - No revivir de nuevo aquí.
- ¿Y no es bueno? -
- ¿Como así? -
- Nos hemos conocido. - Sonrió. Alex no sabía si se referia a ambos o se incluían en la frase la otra pareja restante que seguían charlando en su mundo.

por **Shiba** Lun 5 Sep - 23:57

- ¿Quiénes? - Se atrevió a preguntar con una sonrisa que ocultaba su curiosidad y mostraba diversión.
Angel simplemente lo observó parpadeando cada tanto, perpleja, y reflexionando sobre lo que había dicho. Y después agachó el rostro para continuar comiendo. Había dejado que su cabello cayera al frente, evitaba el que se diera cuenta que se había sonrojado de más.
Alex supo que no tenía intención de responder, y él no quería que aquel silencio incómodo continuara, por lo que, cuando Angel intentó contestar, cambió el tema sin darse cuenta.
- Entonces... - Angel le quedó observando, esperando a saber que diría. - ¿Tangananica o tangananá?
- Me gusta Tangananica.
- Pues yo prefiero tangananá.
- Nunca supe qué significaba. - Negó con la cabeza.
- Yo tampoco. - Se encogió de hombros. Ambos quedaron en silencio unos segundos y después rieron para regresar al silencio.
- Los cuatro. - De pronto dijo la chica.
- ¿Eh? - Alex le observó de reojo. Había entendido, sí. Pero no se esperaba que le fuese a contestar; ya no.
- Nos hemos conocido los cuatro. - Dijo, Alex miró a la dirección de los otros dos compañeros. Le agradaba que pensara así, mas, tenía un sentimiento de decepción que le hizo torcer ligeramente los labios. - Pero. - Su oído se agudizó ante el tono que disminuyó de manera abrupta. - No sé porqué... - Ella se encogió tratando de esconder hasta su presencia. - Siento un poco más de confianza contigo.
Alex abrió la boca mientras todavía no pensaba siquiera en qué decir y se mantuvo así hasta que se dio cuenta de que se veía ridículo, a pesar de que nadie le miraba.
Angel regresó a su comida, estaba avergonzada y mejor mantenerse callada.
- Bueno, es verdad que irradio más confianza que cualquiera aquí. - Bromeó Alex. La chica le quedó mirando incrédula, y con una mueca que le hizo carcajearse a él.

Eliary al escuchar las carcajadas giró el rostro extrañada, mientras que Hunter la quedó observando por el repentino cambio de la mirada ajena. Parecía un poco ida.
A ella le sorprendía que Alex hubiera tomado tanta confianza con una recién llegada. Pues aún, siendo solo ellos dos, fue difícil que el uno confiara en el otro, porque nunca podían estar seguros de nada y esos primeros días fueron bastante agitados, y aún cuando sabían que podían confiar en el otro, relacionarse había sido complicado hasta cierto punto; por lo que, ese cambio tan repentino, y todavía más ese inexplicable positivismo, casi hasta lo sentía diferente.
Simplemente sonrió sutilmente para después suspirar levemente. Y regresar su vista a Hunter, quien la observaba demasiado atento, como para soportarlo.
- ¿Qué? - Preguntó dejando salir una pequeña risa, de extrañeza. Mientras trataba de mirar a cualquier parte, menos a aquellos ojos en los que se había perdido con anterioridad. Hunter negó y le mostró una sonrisa.
- ¿Te dije que te queda lindo sonreír? - Señaló con sus índices la propia.
- Sí que lo hiciste. - Le recordó con los brazos cruzados.
- Entonces sonríe para mí. - Mostró los dientes sin dejar de sonreír. Eli, sintió que estaban bromeando con ella por lo que solo rió.
- Claro, claro. - Hizo un ademán quitando importancia, en algo lo cual Hunter estaba diciendo con toda sinceridad. - Además de las "espaditas" ¿Algo más?
- Bueno... - Quedó un momento pensativo. - Lo mío son las artes.
- Mira, igual que yo. - Eli junto las manos con emoción. Tener cosas en común con alguien más, era muy extraño, y más en ese mundo.

por **Cris** Mar 13 Sep - 2:19

-¿De verdad? ¡Qué bien! –El rubio ensanchó aún más su gran sonrisa.

Hunter sintió un calor en su pecho, algo que no pudo descifrar con exactitud. Era una calidez agradable, decidió pensar que habría sido porque había encontrado en ese lugar a alguien que compartía una de sus pasiones. Aunque su conciencia le decía que esa sensación se había provocado en él porque la muchacha de cabellos morados había mostrado emoción y felicidad con él.

Pensó en esto mientras avivaba un pequeño fuego que había encendido momentos antes, para calentar un poco su comida.

-¡Sí! Amo las artes.
-¿Te gusta el dibujo?
-¡Claro!
-Vaya… Si tuviera algún papel o… -Se miró el atuendo antigüo- Un pergamino y una pluma –Rió, ella hizo lo mismo- Te haría un dibujo. –Volvió a mirarla fijamente, con una sonrisa más pequeña, sin mostrar los dientes pero igual de amigable.
-¿Ah, sí? ¿Y qué dibujarías? –Eli trató de darle seguridad a sus palabras, ya que su comportamiento expresó lo contrario: Desvió la mirada y se removió un poco en su sitio. Esos ojos… Esos benditos ojos.
-Pues… Un retrato.
-¿Un retrato?
-Sí, de ti. Se me hace que tienes un lindo rostro para pintar –Cris estiró los brazos en dirección a Eli, sin alcanzarla y colocó sus dedos de manera que quedara una forma de cuadro.
-¿T-Tú dices? –Sinceramente, no se esperaba eso.
-Sí, y tienes mucha armonía. Rostro níveo, cabello morado que combina con los ojos azules… -Guiñó un ojo para ver mejor a través del “cuadro” que hacían sus manos, como para concentrarse en los detalles.
-Vaya… Pues muchas gracias, Hunter –La muchacha sonrió algo apenada por el halago, pero feliz- No pensé que me consideraras así.
-¿Eh? Ah… ¡N-no lo tomes como…! Yo sólo… Me refería… -Un fuerte sonrojo apareció en las mejillas del rubio, agitó los brazos mientras se excusaba, aunque la chica había volteado hacia los otros dos, así que no lo había visto.
-No te preocupes… Fue lindo –Dijo ella vagamente, estaba bastante distraída mirando a Alex y Angel.

Cristopher volteó en la misma dirección que ella, su rostro se enserió un poco y el sonrojo lentamente desapareció de su rostro. Escudriñó con la mirada a los otros dos jóvenes, pero no llegaba a entender por qué Éliary miraba hacia allá con tanta atención. Devolvió la vista a ella y, tras analizar bien sus ojos y hacia donde apuntaban, vio que no despegaba la vista del otro chico.

-¿Te preocupa?
-¿Eh? –Esbozó ella aún distraída.
-Alex. Lo estás mirando mucho… -La miró algo confundido, elevando una ceja.

El rostro de Eli se giró con rapidez hacia Hunter, tenía una expresión de sorpresa, ya que había sido descubierta contemplando al dichoso anciano.

-Este… No, no es nada…
-Puedes decirme… -Al ver que ella no reaccionaba, se colocó en pose pensativa, una de sus manos en su barbilla- Veamos… Adivinaré. –Se quedó en silencio unos segundos, mirando al otro par, y luego devolvió la vista a Eli- ¿Te parece raro que se traten?
-¿Cómo? –Le había sorprendido que Hunter diera con la respuesta correcta tan rápidamente. Suspiró, no iba a mentir- Pues sí, es que él no suele ser así de confiado…
-Ya veo, lo imaginé –Ella lo miraba atentamente- Es que, de lo que he visto, es como tú dices, no parece una persona que confíe rápido en los demás o que se alegre así de fácil hablando con alguien –Observó.
-Eres muy atento, ¿eh? ¿Quién lo diría? –Rió Eli, inconscientemente cambiando de tema.
-¡Ey! ¿Por qué lo dices? –Cris fingió sentirse ofendido, aunque se notaba que bromeaba.
-Bueno, uno pensaría que siempre andas pendiente de tu estómago y nada más –La chica rió de nuevo, con un poco más de ganas.
-¡Jajajaja! No puedo negar que siempre me da hambre –El ojiazul rió fuerte y esto hizo que, segundos después, se encogiera un poco colocando su mano en su abdomen.
-¿Estás bien? –La cara de la chica denotó preocupación de inmediato e hizo el ademán de acercarse.
-Sí… Es que aún me punza la herida, y cómo hice esfuerzo riéndome... –Explicó. Subió la mirada y le sonrió- No te preocupes, estoy bien –Aunque su cuerpo lo contradijo, tosiendo un poco.
-¿Seguro? –Eli tomó asiento justo enfrente de él, tratando de quitarle la mano que tenía sobre la herida.
-Sí, de verdad. Sólo me preocupa pensar cuánto tardará en sanar.
-Pues esperemos que pronto, no es práctico que estés herido y menos en este mundo…
-… -Hunter asintió y se quedó un poco pensativo- … Hablando de eso, ¿Cómo es que llegaste aquí?
-¡Oh! Bueno yo…

La chica de ojos azules estaba por formular su respuesta cuando los otros dos integrantes del “equipo” se acercaron a ellos. Alex iba de primero.

-Creo que deberíamos movernos –Habló el pelinegro.
-¿Uh? ¿Por qué? –Cuestionó la pelimorada, entre sorprendida y disgustada de que la interrumpieran en media frase.
-… -Alexander se limitó a señalar con un dedo hacia el cielo. Con esto, Hunter y Eli miraron hacia arriba.

Unas nubes que amenazaban con descargarse se apilaban entre sí en el oscuro cielo nocturno, y una brisa fría corrió entre ellos confirmando que así sería. Angelique se llevó las manos a ambos brazos, en un intento por abrazarse a sí misma y darse calor.

-Debemos buscar un refugio… -Empezó el azabache.
-¡Una cueva! –Exclamó Cris.
-… Para evitar que nos caiga el aguacero encima –Terminó Alex mirando al chico con cierto reproche por no dejarlo terminar. Luego simplemente suspiró con su usual tono fatigado- Sí, una cueva es lo más fácil, ya que estamos en un bosque.
-¿Pues qué estamos esperando? ¡Andando! –Éliary tomó de la mano a Angelique, que parecía empezar a extrañar la guarida que habían tenido en la ciudad.

Caminaron por varios minutos, tratando de divisar en la oscuridad alguna formación natural que les sirviera de refugio. Habían improvisado una antorcha con el fuego que había encendido el rubio anteriormente.

A pesar de sus intentos, no daban con un sitio que les ofreciera techo y el cielo los apuraba con luminosos relámpagos y truenos ensordecedores, ante los cuales la pelirroja daba un pequeño respingo cada vez que se efectuaban. Alex la miró de reojo.

-No se preocupen… Encontraremos algo –Su mirada divisó el cielo, ya totalmente nublado. El clima estaba muy húmedo, sabía que la lluvia no tardaría en caer sobre ellos.

Diez minutos más rondando la espesura de aquel bosque, las hojas de los árboles chocaban entre sí movidas por la brisa. El pelinegro llevaba a Angelique cargada a sus espaldas, puesto que ella se había cansado de tanto ajetreo, era de noche y tenía sueño. El rostro de ella se debatía entre el miedo a la tormenta, el cansancio de todo lo que habían pasado y la pena al estar siendo llevada por él.

Desde lejos, les empezó a llegar un curioso ruido. Eran voces de personas, pero parecían agresivas. Caminaron algunos metros más hasta poder divisar pobremente un poblado que se asentaba a pocos kilómetros de distancia.

-¿Más personas? –Preguntó Eli.
-Sí, aunque… -Las agresivas voces interrumpieron la frase de Alex- No parecen ser muy amables.
-Con esos gritos, parecen cavernícolas –Apuntó Cris mirando también hacia la concentración de personas.
-Bueh… Nos toca elegir. ¿Nos quedamos aquí con los animales salvajes o vamos allá? –Dijo el pelinegro.
-Pues por lo que se ve, son más bestias esos “humanos” de por allá. Voto por el bosque –Respondió Éliary totalmente decidida.
-Secundo la moción –La apoyó el rubio.
-… Yo también –Apenas articuló Angel.
-Entonces ya somos cuatro –Alexander retomó el paso mirando hacia todos lados, con la esperanza de encontrar algún sitio donde refugiarse. Empezó a sentir ligeras gotas de agua humedeciendo su cabello y hombros- Demonios…
-¡Chicos! ¡Por allí! –Gritó Hunter de repente, extendiendo el brazo izquierdo con el cual sostenía la antorcha.
-¿En qué momento se alejó de nosotros? –Preguntó el azabache a Eli.
-… No tengo ni la menor idea –La acción del rubio también la había tomado por sorpresa.
-¡Chicos! ¿Me oyeron? ¡Hay una cueva por allá! –Señalaba con el pedazo de madera ardiendo a la izquierda, la tenue luz que desprendía el fuego a esa distancia iluminaba lo que parecía la entrada de una cueva.
-Qué bien –Susurró Angelique, su voz parecía un poco más animada, se movió un poco aún cargada por el muchacho.
-Tranquila, te llevo hasta allá –Le dijo Alex con su habitual tono despreocupado. Ella sólo asintió, un ligero rubor se asomó en sus mejillas, por suerte él no podía verla ya que la cargaba a sus espaldas.

Las gotas de lluvia empezaban a aumentar de tamaño y fuerza al golpearlos.

Todos se dirigieron rápidamente hacia donde los guiaba Cristopher y, en efecto, llegaron a una cueva lo suficientemente grande para albergarlos a todos. Justo cuando había pasado Alex de último y bajado a Angel al suelo, retumbó un fuerte trueno y se desató la tormenta. Entraron más profundamente en la cueva para evitar los charcos que se formarían en la entrada de la misma.

-Justo a tiempo –Dijo Eli aliviada- Bien hecho, Hunter.
-No fue nada –El chico sonrió aún con la antorcha en la mano, por suerte no se había apagado.
-Ah, suficiente esfuerzo. Ni muerto puedo descansar –Alex se desplomó en el suelo con el mayor fastidio del mundo, cruzando sus brazos detrás de su cabeza para apoyarla en los mismos.
-Bueno, no nos quedará más que soportar el suelo duro por esta noche –Éliary se sentó al lado de Angel y la abrazó un poco para calentarla, cosa que la pelirroja agradeció con una voz apenas audible.
-Puedo servir de almohada –Se ofreció repentinamente Hunter, que se había recostado.
-Pero estás herido –Le recordó la pelimorada.
-En la parte alta del pecho no –Puntualizó él sonriendo- Vamos, a mí no me molesta.

Alexander esbozó una risa floja, sin abrir sus ojos.

-En serio pareces de otro planeta, cuánta amabilidad en un solo ser.

por Nya Vie 16 Sep - 21:18

Los rayos caían constantemente, y conforme rasgaban el cielo con su espantoso ruido, Angelique daba un sobresalto de tal forma que llegó un momento en que desistió dormir, era preferible estar despierta a un estado de somnolencia donde mas que descansar se estaba cansando mas.
Aquellos rayos y truenos no eran los mismos de siempre, caían cada cierto tiempo y cuando lo hacían, el ruido era el mas estruendoso posible pero siempre dejaba un margen de preparación, primero el rayo y cinco segundos mas tarde, el trueno.
Se separó de Eliary y observó como el fuego comenzaba a extinguirse de vida. Pensó si debería levantarse o no, pero no tardo en ponerse a favor de la primera opción, puesto que no soportaba mas estar reposando, queriendo estirar las piernas. Devolvió la atención al grupo, donde todos dormían plácidamente o al menos Hunter quien mas cómodo se le veía a pesar de su herida.
Se dirigió hacia la entrada de la cueva observando el exterior. No se veía nada, ni siquiera un atisbo de luz. La luna se escondía entre las nubes y la gran cortina de agua reducía aun mas la visibilidad. Estaba lloviendo tan fuerte que cuando sacó una mano, la retiró de inmediato al notar la fuerza con que caían los gotas.
Suspiró y volvió a sobresaltarse al escuchar un trueno obligandola al instante volver al interior en zona segura. Tanteando el terreno, pisaba con cuidado cada avance, pues incluso de haber estado bastante tiempo mirando a la oscuridad, no veía absolutamente nada, nada de nada, no había luz, era muy diferente al mundo moderno donde la iluminación pública ofrecía mas seguridad. Las llamas ya se habían extinguido en ese lapsus de tiempo justo en el peor momento.
Avanzaba tan despacio que le producía hasta angustia. Lamentaba haberse levantado a estirarse, había sido mala idea y se culpó de ello. Pero como si fuera una plegaria, las nubes comenzaban a hacerse mas finas y tras ella, rayos de luz por fin lograban traspasar la gruesa capa de la atmósfera.
Notó que una risa se burlaba de ella y no era otro que Alex viendo como ella estaba agachada, con una mano en pared y la otra tocando suelo. Si se estaba sonrojando que era lo mas probable, Alex no lo podía ver.
- ¿Necesitas ayuda? -
- No. - Digo gateando hasta sentarse al lado de él. Abrazó sus piernas y hundió ahí su rostro avegonzada.
- ¿Pasa algo? -
- No. - Volvió a decir. - Te pasas. -
- Té con pasas, no es mi favorito desde luego. -
Angel le dirigió una mirada molesta y Alex sintió un momento de culpa. Era una broma. ¿No hacía daño verdad?
- Ya ya, no fue mi intención. - Intentó excusarse. La pelirroja tan solo seguía ocultando su rostro. - No te enfades. - Y de pronto sucedió. Un sollozo. - Vamos... -
Alex puso una mano en su espalda y entonces ella se dejó revelar su rostro, lleno de gracia, con una amplia sonrisa añadiendo que no era un sollozo, sino risa, se estaba muriendo de risa a su costa.
- ¿En serio? - Alex puso una cara larga.
- Es que... - Intentó decir ella en vano.
- Ahora la que se pasa eres tu. -
Al azabache no le quedó otro remedio que aguantarse aquella situación, ahora quien se burlaba era ella de él.

Ambos no solían hablar mucho, pero lo suficiente para que la conversación no muriera y aquello se hiciera incomodo y conforme hablaban, la confianza se iba generando mas y mas como quien construye un hogar.
En un momento dado, la lluvia dejó de caer, pero aún así, hablaban por lo bajo. Sin embargos los rayos y truenos no cedían, pero ahora se escuchaban mas lejos, como si la tormenta se hubiera trasladado pero tampoco no muy lejos y consigo, la luz del día comenzó a iluminar el paisaje.
- Entonces fue: El último se comerá el gusano gigante de Australia y todos salieron corriendo como quien alma se lleva el diablo. -
En ese momento Hunter bostezó levantándose perezosamente. Había dormido bien y lo primero que hizo tras despejar la vista fue revisar la herida que ya no estaba tan grave, de hecho estaba sanando mas rápido de lo normal y satisfecho, contempló al par que lo observaba atento.
- ¿Que hay para comer? - Preguntó. Alex sonrió.
- Justo hablabamos uno de los grandes manjares de la vida -
- ¿Ah si? -
- Te encantará. -
- Chicos... - Eli despertó.
- Bienvenida de regreso al mundo de los muertos. - Dijo Alex bostezando.
- ¿Ha dejado de llover? -
- Sí. - Respondió Angel.
- ¿Y la herida? -
- Casi ni se nota lo cual es milagroso.- Respondió Hunter.
- Ah. - Fue lo único que articulo Eli mientras esperaba a que sus sentidos volviesen al mundo. Sentada, con los ojos cerrados y encorvada de sueño.

Desayunaron lo que les quedaba de víveres, que no era mucho y por supuesto, estaba mucho menos sabroso que el día anterior pero ponerse a andar con estómago vacío era peor idea así que todos se obligaron a alimentarse sin muchos ánimos. Lo único que había cambiado era un paisaje frío, fresco y con aroma a lluvia.
Mas que muertos, parecía un viaje de acampada sin tantos instrumentos cómodos de la otra época. No tardaron en volver a ponerse sobre el camino a paso lento, pues de ninguna manera una dama iría a ensuciarse de barro.
Afortunadamente, había un sendero claro por el que decidieron seguir. Aquel camino, eventualmente llevaría a un asentamiento pero conforme avanzaban, los truenos y rayos se hacían mas y mas fuertes hasta que el paisaje se terminó, revelando una llanura carente de vida, grisácea y con enormes pilares que surgían del suelo a decenas de metros. El cielo seguía nublado y observaron como un rayo cayó hasta la punta de una de aquellas tantas columnas dejando a su paso un ruido ensordecedor.
Junto al camino, un hombre miraba el horizonte preocupado.
- Ay no. -
- Vamos, no hay otro camino... - Dijo Alex animándola.
- No y no, Ya tuve suficiente rayos. -
- Un último esfuerzo. - Animó Alex.
- Perdone. - Interrumpió Eliary hablando al hombre que se encontraba junto al camino. Este lo miró sin cambiar mucho el rostro.
- Ah, viajeros supongo. -
- Podría decirse. - Encogió de hombros. - ¿Que es este sitio? -
- Así que es la primera vez que pasas... Esta es la llanura de los rayos y lo que acaba de pasar una tormenta desubicada... Hace tiempo, en esta llanura solían caer muchos rayos, siendo un peligro para toda vida. Entonces, alguien decidió construir esas cosas puntiagudas encima de los pilares. Atraen los rayos y mantienen a salvo el camino, muchos les debemos la vida agracias a él. Pero que importa si estoy a salvo de los rayos, si mi propios amigos se han olvidado de mi... -
Los cuatro chicos se miraron si era buena idea avanzar en aquel lugar.
- Quien no arriesga no gana. - Dijo Eliary.
- Pero rayos. - Dijo Angel.
- Y pereza. - Secundó Alex. La persuasión de la pelirroja lo cambió de bando (?)
- Eres un vendido anciano. -
- No, soy ahorrativo, ahorro mis energías para otro momento. Eficiencia querida, eficiencia...

por **Shiba** Vie 23 Sep - 1:01

- Deberíamos de buscar otro camino - Alex buscó con la mirada. Se le ocurrió la posibilidad de rodear pero, aquella llanura parecía no tener fin, mirase lo lejos que mirase. Y eso le hizo cerrar los ojos con fuerza y fruncir la nariz. Era más trabajo encontrarle un camino corto.
Suspiró. Observó a la pelirroja que seguía reacia a continuar por ahí.
- ¿Y si regresamos en nuestros pasos? - Señaló a sus espaldas, como si nada. Eli lo quedó mirando como si de una mala broma se tratase.
Hunter observó a Angel y se acercó a ella con una sonrisa de ánimo.
- ¿Y si uno de los dos te carga? - Se señaló a él y luego a Alex. Angel en seguida negó. - Así quizá y te sientes protegida. - Rió un poco. Ella continuó negada, ya había pasado por suficientes vergüenzas.
Volvió a mirar el camino, y trató de recapacitar, después de todo, los pilares eran más altos que cualquiera de ellos, los rayos nisiquiera estarían cerca.
Luego volvió a observar el cielo y compuso un rostro de pánico. Eli y Alex habían comenzado a discutir, sobre si pasar o no, de una manera que no se sabía si era pelea de niños o un dueto cómico, pues el piedra, papel, tijeras estuvo presente. Para Cris era divertido, pero para Angel era frustrante por lo que la culpabilidad fue el factor para decidir.

◘▬◘▬◘

- Está bastante bien. - Dijo Eli caminando con sus manos a la espalda y dando pasos tranquilos, casi saltados.
- Tranquilo en alguna medida. - Aceptó Alex.
- Creo que demasiado desolado. Lo único rescatable es el ruido. - Hunter observó al cielo. Era un espectáculo de luces y sonidos impecable.
Y de vez en cuando se veían obligados a taparse los oídos.
- Sí, de hecho. - Alex miró a su espalda. Angel en ningún momento intentó darles alcance, de hecho se preguntó en medida la razón, y más porque caminaba cerca, en su misma línea, y no dejaba de ver hacia atrás, como si se tratara de una película de terror. Y cuando regresaba la vista al frente y notaba que de hecho la estaba observando; él la regresaba delante, como si no fuera verdad, y ella bajaba la mirada a sus pies.

- Deberían de poner una banda transportadora. - Comentó Alex de la nada.
- Algún día te veré todo obeso por no hacer nada. - Dijo Eli con rostro serio, aunque de hecho se estaba aguantando la risa. Mientras Hunter hacía una imitación de Alex.
- Me da pereza todo ~ Hasta respirar ~
- Sí que lo hace. - Respondió Alex como si nada. - De hecho, todavía no he intentado eso aquí.
- ¿Si quiera hay aire? - Eli giró el rostro como tratando de ver algo que sabía no estaba.
- Bueno, al menos igual al que estamos acostumbrados no creo que sea. - Alex regresó la mirada atrás y plantó en seco secundado por los otros dos. Eli miró a Hunter y éste simplemente se encogió de hombros.

Angel se había quedado atrás, observando con demasiada atención uno de los pilares.
Los tres regresaron en sus pasos curiosos.
- ¿Por qué te has quedado? - Preguntó Eli con una pequeña sonrisa, esperando a que le dijera lo que le había quedado en duda en un principio, pero fue contestada con una mirada confusa y con un señalamiento casi incierto, pues quería señalar el lugar ero no lo hacía completamente. Pero Eli ya sabía a donde mirar. Y era un cuadro con una extraña escritura grabado en la pileta de piedra. - ¿Hebreo? - Angel encogió los hombros.
- No entiendo porqué te has quedado observando entonces. - Dijo Alex al verla. Ella abrió la boca para excusarse y sin encontrar coherencia, la volvió a cerrar. Él se tapó la boca para evitar burlarse, pero se notó su intención.
- Simplemente me pareció extraño. - Se defendió.
- ¿Y tú sabes hebreo? - Preguntó Hunter. Eli negó.
- Simplemente he visto más o menos la forma en que es, pero del idioma no sé nada.
- Vamos bien, nos plantamos por un cuadro que no sabemos qué es y le asignamos un idioma que no conocemos. - Alex resopló y les dio la espalda, aguantando nuevamente. No quería conocer los riesgos de que las mujeres se enfadasen.
- Pero, quizá y es algo importante. - Dijo Hunter observando con más detenimiento.
- ¿Verdad? - Angel juntó las manos con ilusión.
Alex regresó la vista al frente, a pesar de que Eli le dio una fuerte palmada en el brazo, no dijo nada de aquello pues se lo merecía.
- Quizá sea algo como "Cuidado con los rayos" Ya sabes el típico letrero de advertencia.
- Es mucha palabrería para ser solo eso. - Eli volvió a mirar - ¿Y si se trata de algo que nos lleve al titiritero?
- ¿Algo tan valioso en este lugar?
- Quien sabe. Puede estar desesperado por ser encontrado.
- Sigo creyendo que es un simple letrero.

Un extraño silencio se apreció. No duró más de unos pocos segundos para cuando la voz de Hunter resonó.
- ¡Cuidado! - Todos observaron al cielo e inmediatamente se vieron obligados a salir de ese lugar. Un rayo iba directo a ellos.
Hunter y Eli pudieron reaccionar a tiempo por ellos mismo simplemente alejándose de unos saltos, hacia atrás.

Alex reaccionó cuando vio a Angel paralizada, por lo que, por el bien de ella y él mismo, corrió empujándola, yéndose con ella y cayendo al suelo. Agradecía el hecho de que no se resistió, cuando regresó a ver el lugar afectado. El humo que expedía era el suficiente para saber que de esa no salían completos.
Regresó a ver a Angel quien, ahora le observaba bastante sorprendida, no se había quejado por lo que dedujo que no se había hecho daño, a pesar de la caída.
Y cuando éste dejó escapar una sonrisa de alivio, a ella inmediatamente se le encendió el rostro, y al no tener la ayuda de su cabello para ocultarlo, como siempre hacía; usó una de sus manos dejando a penas sus ojos a la vista, que mostraban ruego, por salir de esa situación.

- ¿Pero qué...? - Murmuró Eli, regresando la vista arriba. Los demás también lo hicieron.

Un extraño ser se había posado sobre un pararrayos, el de la pileta que habían estado observando. Era una marioneta tipo C. Con una extraña apariencia, que recordaba a un lobo negro con rayas amarillas. Y el problema más grande, quizá no era el ser en sí. O el buscar su sello, sino su rango de ataque.

No me peguen (?

por Nya Lun 26 Sep - 1:00

- ¡Tonto el último! -
Alex obligó a Angel ponerse de pie y tiró de ella para que empezara a correr cosa que no tardó en hacer seguido del par restante pero al poco rato, Eliary lideraba el paso mientras que Alex básicamente tiraba de Hunter y Angel, al primero porque su herida ya estaba casi sanada y nadie quería que tardase mas en curar y a la segunda porque simplemente era alguien común, no estaba hecha para un deporte así repentino.
La marioneta gesticuló de tal forma que parecía que iba a lanzar otro rayo. Hunter lo vio porque justamente había girado la cabeza para echar un vistazo.
- ¡Otro! ¿Alguna idea? -
- ¡Sí! - Dijo Eli apuntando uno de los pilares. Era mas grande que el resto porque en la base tenía una construcción extraña. - ¡Escudo para siempre! - Llegar a aquel pilar a tiempo fue su salvación puesto que el rayo lo absorbió la columna. Los cuatro respiraban profundamente mientras recobraban el aliento. La marioneta simplemente los vigilaba desde la lejanía pacientemente como si esperara al momento indicado.
- ¿En serio? - Dijo Alex. - ¿Escudo para siempre? -
- Déjame. -
- ¿Acaso estamos en primaria? -
- No pienso discutir. - Y el silencio de ambos fue una afirmación. No había ganas después de recorrer los cien metros lisos.

Cuando la respiración por fin se normalizó, Hunter fue el primero quien decidió levantarse del suelo. Admiró la marioneta que aún seguía en la lejanía y conforme mas lo miraba, mas terrorrífico era su rostro así que en lugar de mirarlo, dio su atención a la estructura que lo habían salvado de un rayo mortal.
Aquella construcción no era normal, alguien había hecho algo en su base haciandola mas grande de lo normal como si hubieran construido una casa en ella y en efecto, al rodear el edificio al otro lado había una puerta. Estaba hecha de tal forma que el techo sobresalía para dar cobijo de la lluvia a todo el que pasaba.
- ¡Hey chicos! -
- ¿Si? - Mencionó Eliary.
- Vengan, es importante. -
De mala gana, los tres obligaron a levantarse. Sus piernas parecían piedras y cada paso se sentía incómodo pero unos diez pasos no harían daño. Cuando se encontraron con Hunter, vieron lo mismo que él.
- ¿Que creen que habrá dentro? -
Angel vio como encima de la puerta había un enorme letrero bien cuidado. Estaba escrito en el mismo idioma que el cartel de antes o al menos lo parecía pero por el diseño, mas que un letrero de advertencia parecía uno... comercial.
- ¿Un negocio tal vez? - Notó la mirada de los tres en ella y se arrepintió de haber abierto la boca.
- Solo hay una forma de saberlo. Igual no me pienso quedar afuera a mirar eso. - Dijo Alex abriendo la puerta de forma tan decida que por un momento Eli pensó en lo poquísimo que le importaba su seguridad.

Lo que había tras ella no era otra cosa que una cálida construcción decorada con un mostrador y varios artículos por su alrededor. Era una tienda y no estaba abandonada. Habían varias personas pero solo una tras el mostrador, que no era otro que el dueño sentado mientras leía un libro con una pipa en los labios.
- Ah, ¿también venís a refugiaros de los rayos? - Los cuatro miraron al hombre que justo estaba prácticamente al lado suya. - Perdón. Soy Tul. Mercader. - Los cuatro siguieron mirando atónitos a lo que el hombre movió la cabeza derecha a izquierda suavemente. - Estáis en el "Hogar del Viajero", aquí podréis descansar en cama sin muchos problemas. Todos han venido a refugiarse de esta tormenta, que ciertamente esta agresiva. -
- Oh ¿una posada? - Preguntó Eli. Tul asintió.
- Si queréis cama, hablad con ese hombre. - Señaló al mostrador. - Los que estamos aquí de pie... es que estamos cansados de esperar sentados. -
- Que bien una cama. Genial ¿eh? - Dijo Alex para Angel. - Me muero de ganas por morir en coma. - Sin dudarlo mas, fue al mostrador.

Bleh.

por **Cris** Lun 26 Sep - 17:06

-Eres un holgazán, a la primera oportunidad de acostarte en una cama, ni lo piensas -Le reprochó cómicamente Eli a su lado, cruzada de brazos y sonriendo.
-He gastado demasiada energía hasta ahora, enana. Hay que recomponerla -Alex volvió a dirigirse al mostrador.

Hunter, por su lado, hablaba con el dependiente de la posada preguntando si tenían alguna comida. Angelique se había recostado en una pared cercana mirando al suelo, había demasiada gente desconocida allí y eso la abrumaba. Cuando un hombre pasó cerca de ella con intención de hablarle, la muchacha se aferró al que estaba más cerca de los de su grupo, Cris.

-¿Te encuentras bien? -La joven lo había tomado desprevenido.
-Es que... -Angel no se pudo explicar, aún le costaba expresarse con los demás, a excepción de Alex.
-Está bien, no tienes que explicarme -El rubio le sonrió suavemente- Pero oye, cuando quieras puedes hablarme si lo llegas a necesitar.
-S-sí... -Lo tomaba aún del brazo, mirando hacia abajo para evitar el contacto visual- ... ¿Que hacías?
-Oh, le preguntaba a este buen hombre si tenía algo de comer que pudiese darnos -Señaló hacia el frente, pero no había nadie. Se rascó la nuca riendo un poco- Creo que ya ha ido por lo que pedí.

En ese momento, Eli y Alex se acercaron a ellos.

-Ya aparté una habitación. Tendremos que compartirla todos. -Informó el azabache.
-Creo que sólo hay dos camas, así que... Supongo que compartiré con Angel -Eli habló.
-Pero eso significa... -Alex y Cris se observaron por unos segundos- Bueno, creo que te hace falta más a ti, yo puedo sentarme aparte, en una silla. Así aprovecho de comer lo que pedí -Dijo el rubio.

Alexander asintió. Repentinamente, se percató de algo: Angelique sujetaba del brazo a Hunter, eso le provocó una extraña sensación en el pecho. Una nada agradable. Éliary también se dio cuenta y se extrañó un poco.

-... ¿Y eso? -El pelinegro señaló con la mirada el agarre de la chica.
-Ah, creo que estaba un poco asustada -Explicó Hunter sonriente, mirando hacia la pelirroja.
-...Uh -Angel abrió los ojos como platos al ver que todos se habían dado cuenta y se soltó bruscamente, su mirada no se despegaba del suelo.
-Eh, bueno, vamos a la habitación -Suspiró cansinamente Alex, tomando a la más joven de una mano y caminando con ella hacia unas escaleras.

Eli miró la escena con una extraña expresión en el rostro, entre desconcierto y cierta incomodidad, pero en ese momento el rubio le habló sacándola de sus pensamientos.

-Oye, Eli, ¿Me ayudas con ésto? -Cargaba varias bolsas con comida.
-Espero que eso sea para todos, ¿No? -La pelimorada alzó una ceja, sorprendida.
-Bueno... Sí. A menos que no quieran más, en tal caso yo puedo terminármelo.
-¿Nunca te llenas? -Rió.
-Pues sí, sólo que no es sencillo -El rubio le sonrió ampliamente.

Subieron al cuarto para reunirse con los demás. La mayor parte del tiempo estuvieron callados, comieron un poco y se dedicaron a descansar. Menos el ojiazul, que seguía engullendo felizmente parte de la comida que había conseguido. Cuando éste vio que la mayoría se decidió a dormir un poco, salió de la habitación para evitar molestarlos con algún ruido, bajó las escaleras y recorrió la posada hasta llegar a un pequeño balcón lejos del bullicio y la gente. Se apoyó observando el espectáculo de luces que los rayos ofrecían.

Por un largo rato estuvo solo, su rostro estaba más serio de lo normal. Soltó un suave suspiro.

-¿Te encuentras bien? -Éliary había salido a buscarlo.
-¿Eh? Ah, eres tú, Eli -El chico le dedicó una sonrisa débil- Sí. ¿No estabas descansando?
-Sí pero... Decidí bajar un rato -Desvió la mirada, Cris supo que no lo dijo todo, pero no preguntó- ¿Y tú? ¿Por qué saliste?
-Vine a pensar un poco...

Ambos hablaban mirando hacia la ventana, el cielo gris se resentía y algunas gotas suaves caían de las nubes, resbalando suavemente por el vidrio del balcón.

-¿Puedo saber sobre qué? -Preguntó la chica al ver que él no decía nada más.
-Es que... Los extraño.
-Oh... ¿Familia?
-Sí, mis abuelos. Dejé de vivir con ellos y me mudé a la ciudad para estudiar, los visité algunas veces. Pero hacía un tiempo que no había podido ir, y ahora ésto... Claramente no los podré ver...
-Ow... -Éliary se conmovió y le pasó una mano por la espalda, acariciándolo- No te preocupes, saldremos de esta. Todos -Le sonrió para darle ánimos, aunque ni ella misma estaba segura de lo que fuese a pasar.
-Gracias, Eli -Se giró hacia ella y le sonrió un poco más animado.

Inconscientemente ambos se abrazaron, quizá por consuelo. Cristopher tuvo que agachar un poco la espalda para que su mentón llegara al nivel del hombro de la chica, que era considerablemente más baja que él, y el rostro de ella quedó en su pecho.

-Te he notado un poco menos animada últimamente, si algo te molesta puedes contarme, me gustaría ayudarte -Le habló suavemente el rubio, aún abrazándola.
-Oh, yo estoy bien, no te preocupes -La imagen de los otros dos chicos se cruzó por su mente, la confundía pero prefirió evadir el pensamiento.

Estuvieron unos segundos más así, hasta que lentamente se soltaron. Hunter le sonrió abiertamente, era tan contagiosa que hizo que Éliary le sonriera de vuelta también.

-¿Vamos al cuarto? -Dijo ella, él asintió.

Cuando subieron, vieron una escena que no se esperaban: Alex se había dormido, eso no era lo raro, sino que Angelique estaba a su lado despierta y acurrucada. Cada que sonaba un trueno, daba un leve respingo.

-Creo que se siente más protegida así -Le susurró Hunter a Eli- Bueno, me recostaré un rato en la otra cama, ¿Vienes? -Se acostó cómodamente.
-Seguro -Eli fue a su lado pero, a diferencia de él, sólo se sentó mirando la escena frente a ellos con una débil sonrisa en los labios y una ceja arqueada.

por **Shiba** Jue 29 Sep - 1:11

Abrió los ojos confundida. No recordaba a qué hora se había quedado dormida, acunada por la melodía de los truenos que rodeaban todo el lugar; pero no se sentía ni un poco descansa.
Se restregó los ojos y visualizó que frente a ella había alguien, y entonces elevó un poco el rostro para encontrarse con la cara dormida de Alex.

Se quedó observándolo unos segundos y hasta se preguntó si estaría soñando, y si era así ¿Qué tipo de sueño sería?. Se respondió a si misma, cuando le vio hacer una mueca de incomodidad; definitivamente no era uno bueno. Lo que provocó que esbozara una sonrisa divertida. Aunque él lo estuviera pasando mal, la cara que hecho había sido de lo más graciosa para ella.

Luego abrió los ojos grandes, había resollado. Giró el cuerpo hacia el otro lado y encontró que en la otra cama estaba Eli dormida, con el frente para ella. Y sabía perfectamente que el bulto que sobresalía a sus espaldas era Hunter. Y obviamente se habían dado cuenta de esa escena.

Angel enrojeció a tal punto que cuando tocó su rostro, éste quemaba.
Recordaba que como se vio sola en la otra cama, se había pasado a esa para ver si Alex por algún azar del destino continuaba despierto; pero no fue así. Entonces un gran ruido la alertó y le hizo quedarse ahí acurrucada como si aquello fuera un refugio; y el miedo hizo que se olvidara de todo, no se percató cuando los otros dos jóvenes entraron, o cuando siquiera ella se había dejado llevar por los brazos de Morfeo.

Se sentó en la orilla de la cama, y empezó a abanicarse con sus propias manos tratando de que le pasara la ansiedad que comenzó a sentir en ese momento. Para su suerte Alex parecía haber entrado en coma, y no había notado su presencia. o eso esperaba.

Los truenos continuaban, pero de alguna manera parecía que el sonido se alejaba. Así que no se sintió tan temerosa en ese momento.
Se levantó y salió de la habitación, a pesar de que sintió escalofríos al ver el pasaje que de oscuro pasaba a iluminarse por la luz que llegaba de los rayos. Pero, tenía sed, y no había agua entre lo que Hunter había pedido. Por lo que quedarse ahí no era una opción; tampoco lo era el molestar a sus compañeros, peormente después de la vergüenza que sentía.
Cerró la puerta y caminó casi recostada a la pared.

Su destino era la sala principal; y después de continuar con sus temblorosas piernas, llegó. Y pudo dejar salir un suspiro de alivio.
Después buscó con la mirada al encargado del lugar y como esperaba, seguía tras el escritorio.
Se acercó nerviosa, pero al final terminó preguntando en dónde podía conseguir un poco de agua; el hombre le señalo al dependiente; a quién se acercó todavía más tímida. Y preguntó por lo mismo, recibiendo un ademán para que esperara.

Se sentó en una silla cercana y esperó por el pedido. El que no tardó mucho, en un vaso de peltre; y lo aceptó con una leve sonrisa, para después observar al hombre alejarse.
Toda esa gente le daba de más escalofríos; pero no tenía más opción que aguantarse.
Tomó el agua a gran velocidad y se sintió satisfecha, dejó el vaso en la mesita que había a un lado y se levantó con el objetivo de regresar a la habitación pero un ruido la hizo detenerse. Los truenos habían regresado. Y parecían estar justamente sobre ella.

Se tapó los oídos con las manos, presionando todo lo que podía. Y entonces observó su rededor. Algo extraño ocurría con las personas, todos se convertían en el mismo ser que había visto no hace muchas horas. ¿Acaso todas esas personas eran marionetas del mismo tipo? Entre aquello y que comenzaron a perseguirla, ella no pudo hacer más que correr todo lo que le daban las piernas, sin poder soltar su cabeza. Apretó los dientes pues no sentía necesidad de gritar. Pero sentía tanto miedo que no sabía cuanto más soportaría; nisiquiera sabía si sus piernas soportarían seguir aquel tramo, que parecía interminable.
Entonces recordó a su hermano, siempre que tenía miedo él estaba ahí para ayudarla y protegerla. y cuando se encontraba en casa, su padre tomaba su lugar, no de la misma manera pero cómo podía. También se preguntó qué estaba haciendo ella ahí. Después de todo era una persona normal, sin alguna habilidad rescatable para poder sobrevivir. No era como sus compañeros. Ni saltar bien una piedra podía.

Se encontró con una puerta abierta dónde entró y con toda la fuerza que tenía la mantuvo, empujando para que nadie pudiera entrar. Realmente no sabía si había alguien más ahí dentro, de hecho tampoco se paró a pensar fríamente qué era lo que estaba ocurriendo, solo sabía que no quería seguir en ese lugar. Y que hubiera preferido que las cosas fueran como la religión se las contaba.

Quería regresar a casa, en serio que quería. Hasta se imaginó muchas maneras de cómo pudo haber salido viva de aquel acontecimiento. Pero la realidad era otra, y debía de continuar soportando eso, si es que no la eliminaban antes.

Sintió cómo la puerta era empujada, y que de hecho le ganaba por mucho en fuerza, y a pesar de eso, ella siguió forzando. Hasta que sus brazos comenzaron a temblar y no pudieron más, entonces la puerta se abrió y ella se vio obligada a retroceder.

Cerró los ojos con fuerza y volvió a taparse los oídos. Mejor era no saber nada.
Entonces escuchó a alguien llamándola, la habían empezado a zarandear por los hombros.
- ¡Angelique!. - Reconocía aquella voz. Abrió los ojos, que se habían tornado acuosos y como creyó era Alex. Quién tenía un rostro entre desconcierto y sorpresa. La nominada se inclinó un poco para ver a espaldas del chico.

No había nada.

Entonces supo que había sufrido una alucinación. Pero provocada ¿Por qué? Recordó el vaso con agua. No estaba segura si realmente había sido obra del que los había llevado ahí, pero aquello la dejó bastante agotada, por lo que solo atinó a dejar que las lágrimas que había retenido todo ese tiempo, salieran inconscientemente.

Alex, quién la había visto correr justamente cuando se percató de que era la única que no se encontraba en la habitación, una vez despertó; quedó atónito. Tenía claro que la menor era tímida, y además de eso que le gustaba burlarse de él. Pero nunca se la hubiera imaginado en ese estado. Por lo que pasó la mano por la nuca femenina y la acercó a él. Por el momento no le preguntaría nada, no llegaba a su cabeza la mejor manera de consolarla.

Unos segundos pasaron para cuando sintió que ella había dejado de temblar.

- ¿Sabes? - Dijo de repente, ella levantó la mirada un poco. - No puedo ver a una mujer llorar. - Hizo una pausa, ella simplemente volvió a su antigua postura. - Sin haberla golpeado antes. - Y entonces ella volvió a temblar. Y se alejó dándole la espalda y acuclillándose. Alex pensó en que no había sido buena idea hacer eso pero después recordó cómo era la chica. Y solo sonrió cuando ella regresó la mirada a él aguantado la risa. - ¿Me contarás qué ha ocurrido?
Angel dejó de reír y miró al suelo, después se puso en pie, y le miró. Sentía que había hecho un espectáculo, y nisiquiera había sido su culpa.
- Una simple alucinación... - Dijo con pena.
- Para que hubieras corrido así no creo que fuese tan simple. - Él tenía la corazonada de quién era el culpable y estaba seguro que los demás estarían de acuerdo, pero si ella no quería decir nada, él tampoco podía ir contra su voluntad. - Regresemos a la habitación para que descanses. - Le dijo. Entonces ella recordó. Y su rostro volvió a enrojecer; por lo que bajó la cabeza nerviosa y a paso rápido evito volverlo a mirar siquiera. ¿Qué le estaba pasando?
Alex pestañeó confundido, y la siguió de cerca. No comprendía el cambio de actitud tan repentina. Aunque fuese como fuese... Tuvo un mal sueño, por lo que aún se sentía cansado.

Imaginación ~~ Dime cuando tu vas a volver, ay ay ~~ ♪

por Nya Lun 3 Oct - 6:49

Para cuando regresaron a la habitación, lo primero que vieron fue a la pelimorada arreglando sus cabellos seguido de Hunter en proceso de un bostezo largo y pesado. Angel no tardó en sentarse en el filo de la cama. Alex obervó como sus rojizos cabellos volvían a ocultar su rostro así que dejó pasar la ocasión y se sentó en una esquina junto a una mesilla.

Metió una mano en su capa y comenzó a sacar cosas. Eliary miraba con curiosidad desde atrás, viendo como simplemente el joven solo sacaba objetos. Primero sacó un saco que al dejarlo sobre la mesa hizo un tintineo agradable: monedas. Después sacó un cuchillo rutinario. Acto seguido un poco de papel, una pluma y un tintero. Después un saco que reconocía ya que antes guardaba grandes manjares en otros tiempos. Ahora simplemente estaba vacía.

Eliary se cuestionó si la capa de Alex tenía fondo alguno. Parecía el bolsillo mágico de Doraemon, es más, ERA el bolsillo mágico de Doraemon. Ver que cargaba con todo eso, simplemente era aterrador de imaginar lo incómodo y pesado que era llevar aquella capa y no tardó en averiguar por qué siempre estaba tan vago.
La risa contenida no tardó en aparecer, hizo que Alex se girara y entonces observó a la joven casi lagrimeando.
- ¿Que? - Preguntó con cierta inseguridad.
- Es que... - Explotó a risas.
Hunter miraba embobado aún en otro mundo, después a Alex quien se encogió de hombros. El pelinegro se acercó a Eliary.
- ¿Que te pasa? -
- No basta... no te acerques... - Dijo aún entre risas. - Me vas a absorber.... -
- ¿Que? -
Suspiró y volvió a sentarse en la esquina aún escuchando de fondo cierta risa. Abrió el saco de monedas y le dio un rápido vistazo que no tuvo ni que analizar, el simple peso mencionaba al problema que se avecinaba: se estaban quedando sin dinero.
- Oye doña risas... Deja de reirte y escucha, es importante. -
- ¿Que pasa? - Dijo Hunter al fin. Su rostro denotaba la misma energía que siempre ahora.
- Será mejor que salgamos de aquí cuanto antes posible... Nos quedamos sin monedas. Quizás uno o dos días mas nos quedan. -
- Pero afuera está... -
- Ese es el problema. O nos cargamos la cosa de ahí fuera o nada. -

Cortito, no estoy para contis largas

por **Shiba** Vie 7 Oct - 22:42

- Pero necesitamos el sello.
- Lo sé.
- ¿Tienes el sello genio? - Dijo Ely mientas su anterior ataque de risa pasaba de a poco.
- No.
- Entonces ¿Cómo hacemos eso?
- Y yo que sé. - Resopló.
- Salir así como así no es una opción.
- Lo sé.
- Si seguimos así no llegaremos a ningún lado... - Dijo Hunter interrumpiéndoles en aquella charla tan poco amena.
- A veces desearía que solo fuera cosa de atravesar esas cosas con algo y ya. - Suspiró Ely.
- Sádica. - Dijo Alex. Ella solo le dedicó una sonrisa rendida. - Sea como sea... Tenemos que empezar a buscar. - Regresó a sus cosas y comenzó a guardar una por una.
- ¿Salimos a dar un paseo entre los rayos? - Sugirió el rubio, Poniéndose de pie, para después estirarse.
- Si te quieres chamuscar, por supuesto. - Bromeó Ely, girando el rostro para observarle.
- Entonces ¿Vamos? - Preguntó sonriente a la chica. Quien quedó muda ante aquello y después rió.
- Por ahora, busquemos dentro de la posada. - Sugirió. - Si no hay lo que necesitamos, nos veremos obligados a salir.
- Entre más pronto, mejor. - Alex levantó, así como Ely quien solo asintió. No evitó dirigir su vista a Angel quien tardó en reaccionar, pero de todas maneras se puso de pie, aun sin dedicarle mirada a nadie.

◘▬◘▬◘

- Recuerdan la forma ¿No? - Preguntó una vez salieron de la habitación.
- Era algo como un rayo de esos... - Hunter se llevó una mano a la barbilla pensativo. - ¿El símbolo de Flash? - Todos asintieron. - Pues eso.
- ¿No es curioso? Que justamente tenga esa forma. - Comentó Ely. Hunter asintió. Alex se encogió de hombros y Angel continuó como el fantasma del grupo. No es como si tuviera que prestar demasiada atención para saber que la chica estaba más callada de lo normal, y aquello le preocupaba, pero de alguna manera también le lastimaba de mala manera, pues, sentía que de a poco se había llegado a soltar un poco más desde que se conocieron; y ahora era menos que eso. Además, Alex no dejaba de mirarla aunque fuera solo de ojeada. Y Hunter, sabía que aunque no lo demostrase también se había dado cuenta. ¿Qué ocurría?
Fueron hasta la recepción, dónde cada uno tomaría un camino para aminorar la pesada búsqueda y el tiempo.
- Yo voy por aquí. - Dijo, y se encamino dónde su dedo señalaba.
- Entonces, iré por acá. - Exclamó Hunter.
Angel no dijo nada y simplemente avanzó. Alex suspiró.
- ¿Ocurre algo? - Le preguntó. Él se encogió de hombros y negó.
- Sinceramente no entiendo.
- Las mujeres son complicadas. - Le palmó la espalda, mientras asentía.
- Esperemos que nunca nos toque una marioneta con apariencia de mujer, sería una pelea demasiado agotadora.
- Ni lo menciones. - Bromeó mientras hacia temblar su cuerpo falsamente.

c:

por **Mar.** Sáb 8 Oct - 2:39

-¡Angel! – la joven castaña seguía avanzando rápidamente por el pasadizo metida en sus pensamientos. En realidad no parecía muy concentrada en su búsqueda. Soltó un leve suspiro. -¡Angel!- La chica dio un saltito cuando sintió una mano sobre su hombro pero se calmó cuando vio a la peli morada a su lado observándola con un poco de extrañes en su mirada.
-¡Eli! Lo siento… - la joven bajó la mirada inmediatamente. – ¿No irías por otro lado?
-Pues esa era la idea, pero me preocupaste así que vine a ver que tenías.
-No-no es nada – murmuró.
-Ya y yo soy la reina de España. En serio ¿Qué tienes?
-Yo…pues… - La joven apretó sus puños, recordaba la bochornosa situación en la que había estado hacía unas horas y eso la aprisionaba. Éliary la observó unos segundos antes de empezar a caminar. Angel la siguió el paso.
-¿Sabes? Puede que no te conozca demasiado, pero estoy segura que ha sucedido algo por lo que estás así. Hasta hace un rato parecías estar muy bien con todos nosotros, incluso diría que más abierta que cuando llegaste y otra vez retrocediste unas casillas. – La castaña la observó un instante – Está bien si no me quieres contar, tampoco es que te quiera obligar a hacerlo. Pero… espero que eso no te ponga en retroceso. Me agrada que te hayas abierto un poco. Es bueno saber que hay otra chica aquí para la cual podría contar como una amiga. Después de todo, no importa lo mucho que nos llevemos con Hunter o Alex, con ellos no podría tener esas charlas femeninas.- la chica soltó una risita y observó a la menor cuando mencionó el nombre de su amigo. Ella podría ser muy despistada pero había cosas que no se le pasaban por alto. Sonrió nostálgica. –Ellos están preocupados por ti – dijo luego de una larga pausa. Angelique solo se había limitado a observar a la oji azul – En especial Alex, nunca lo había visto actuar de la forma que se comporta contigo ¿sabes? –
-¿Qué? ¡No! Yo…no. Él solo es amable conmigo– Eli soltó una sonrisa, le había parecido gracioso la reacción de la joven. Sonrojada y nerviosa. ¡Atinó!
-Descuida. Creo que es normal. Yo he podido convivir con él mucho tiempo antes de conocerlos a ustedes y pasó mucho antes de que nos entendiéramos y nos llevemos bien. Yo sé que él se preocupa por la gente que le rodea y haría lo que fuera por ayudarlos. En eso nos parecemos. Nosotros nos preocupamos el uno por el otro, pero también lo hacemos por ustedes. Desde que ustedes llegaron nos hemos convertido en un equipo y creo que tenemos como…un algo. Y no es el simple hecho de que somos los únicos seres pensantes en un mundo lleno de marionetas – rio –Creo que eso se podría decir que es amistad- Eli se detuvo y encaró a la joven – Somos amigos Angel y si tienes algún problema, si algo te incomoda, por favor no dudes en compartirlo ¿Sí? Los amigos se tienen confianza y no hay porque sentirse cohibido o avergonzado con ellos. Los amigos se pueden gritar y pueden reír. Se pueden corregir y detener si es necesario.
-Eli ¿Tú sabes…? – la joven la observó sorprendida.
-Lo único que sé es lo que puedo entender por tus reacciones. Y si estás así por eso, deberías relajarte. No has hecho nada malo, nada de lo que te debas avergonzar. Compartir cama no es algo que se considere malo, Angel. –
La castaña bajó la mirada roja y Eli volvió a reír. – Pero él…
-Créeme que el muchacho no se ha dado ni cuenta, y ninguno se lo dirá. ¿Vale? Así que en serio relájate. Averguanzate cuando hagas algo realmente malo. Cuando no tengas las agallas de ayudar a alguien que quieres o cuando traiciones lo que creas. Allí está permitido sentirse avergonzado. Por lo demás no te hagas bolas. ¿Si? - la chica adelantó el paso. –Y cambia de cara, estamos por pelear con un monstruo y si sigues con esa caripela, Hunter y sobre todo Alex se preocupará por ti. Y no cargaré con otro herido ¿entendido? – la última frase la había dicho con severidad pero sin cambiar su tono. Angel no pudo decir nada más y solo observó a la chica seguir por su camino.

-Nada – El pelinegro había llegado nuevamente a la recepción luego de una búsqueda sin resultados.
-Yo tampoco – soltó Hunter estirando su cuerpo.- Oye, he notado algo raro – Alex lo miró -¿Has visto a alguna marioneta aquí? Temprano esta cosa estaba repleta y ahora no he visto ninguna.
Alex reparó en lo mismo. El lugar estaba incómodamente más tranquilo. En ese momento apareció Angel por un pasadizo, topándose con la mirada de ambos chicos. Quiso huir pero las palabras de Eli la detuvieron allí y solo negó con la cabeza.
-Tendremos que esperar a Eli – sugirió el rubio. Alex se levantó del sitio dónde se había recostado dispuesto a ir a hablar con la castaña pero…
-¡BASTA!– aquel grito.
-¡Eli! – Saltó el rubio. -¡Es Eli!
-¿De dónde viene? – El pelinegro se quedó callado un segundo antes de empezar a correr en la dirección en dónde había escuchado aquel grito. Hunter lo seguía y Angel iba detrás.
Llegaron a un callejón sin salida.
-¡¿Dónde está?! ¡¿Tú la viste?!
-No, la última vez fue cuando nos separamos
-Yo la vi. Fuimos juntas por un rato hasta que nos separamos por allá – indicó la castaña señalando unos pasos más atrás por un camino. Los tres siguieron el paso.

Había oscuridad. No supo en que momento llegó allí. Había dejado a Angel hacía apenas unos instantes y cuando se giró ya no encontró el camino. Sus pensamientos se habían perdido recorriendo las palabras que le había dicho a la joven. ¿Había sido un poco dura? No lo sabía, tenía miedo de que ella se volviera a retraer y vuelva a encerrarse. Tenía miedo de que no confiara en ella.
-"Mentira, eso no es lo que te aterra."
-¡¿Quién está allí?!
-"Mentirosa. Te duele que sea el centro de atención. Te duele que ellos se preocupen por ella y a ti te dejen de lado".
-¡Sal de allí!
-"Te molesta que sea tan dependiente".
-¿Quién eres?
-"Te molesta de que él esté preocupado por ella…"
-Eso no es verdad.
-"¿Te sientes otra vez indefensa? ¿No querida?"
-Silencio...
-"¿Recuerdas que se sintió ser tú estando viva?"– Las imágenes cruzaban su mente rápidamente. Su infancia. Su adolescencia. “Su familia”. Su vida entera. Su muerte.
-"¿Qué sientes Éliary?"
Un dolor agudo en el pecho. El calor esparciéndose por todo su cuerpo. Un zumbido ensordecedor. La visión completamente negra. La muerte.
-"¿Vuelves a morir Éliary?"- el dolor era completamente insoportable. Soltó un grito.
-"Pobre… En tu vida nunca pudiste ser del todo feliz. No alcanzaste tus sueños. No lograste nada. Y cuando al fin crees que puedes encajar… mueres. Y ni en la muerte tiene consuelo".- Nuevamente el dolor y el grito.
-¡BASTA!

Los tres jóvenes se detuvieron en seco. Otro grito. El temor les helaba la sangre. Habían corrido sin dirección. Aquella posada se había agrandando o algo similar, parecía un laberinto. Había cosas que antes no estaban y no había ni una marioneta cerca. Algo andaba muy mal.
-Mierda. ¡¿Dónde estás Eli? – gritó Cris al aire, esperando una respuesta.
-“ ¿De qué sirve gritar?”– Una voz en su cabeza se combinó con la voz del pelinegro.
-Estoy intentando buscar una forma.-
-“ Formas idiotas”- volvió a pasar. Oía la voz y solo repetía.
-¿Qué te pasa? ¡¿Acaso no estás preocupado por ella?!
-Sí me preocupa.
-“ Mentiroso, desde que iniciamos el viaje no le has hecho ni caso”– Esta vez fue Hunter que repitió lo que en su mente apareció.
-“ ¿Qué estás insinuando, imbécil?”– Alex tomó la camisa del rubio.
-“ Eso, eso insinuó. Ella era tu compañera ¿no?”
-Claro que lo es…
-Deténganse – intervino Angel, pero no parecieron escucharla.
-“ Ella no importa tanto, después de todo” – Y allí lo escuchó. Aquella voz. Se vio tentada en repetir pero se tapó la boca. Escuchaba la pelea de los dos muchachos y observó a su alrededor. Oscuridad total. Los muebles y cuadros se habían dejado de notar. No habían puertas, no había pared… entraron en oscuridad.
–Ya basta…- ella intentaba gritar pero no estaba segura si era o no era lo correcto. Estaba dudando…
-“ Eres lenta. ¿No te molesta ser así? Siendo invisible. Haciendo preocupar al resto. No sirviendo para nada” – La joven cerró los ojos intentando evadir aquellas palabras.
-“ Ni los puedes detener. ¿Y así los consideras tus amigos? Mira que no vales para nada”–
Angel empezaba a tentarse. Las palabras la consumían y se sentía derrotar…Amigos…

–Somos amigos Angel y si tienes algún problema, si algo te incomoda, por favor no dudes en compartirlo ¿Sí? Los amigos se tienen confianza y no hay porque sentirse cohibido o avergonzado con ellos. Los amigos se pueden gritar y pueden reír. Se pueden corregir y detener si es necesario –

Recordó la charla que había tenido con Eli hacía un rato.
-Tengo que ayudarlos…
-¡Maldito IDIOTA!
-¡Eres una basura!
Ambos chicos se encontraban peleando en el suelo entre pañetadas e insultos.
-¡ALTO! –

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Vale. Es todo. Le quise dar un poco de drama al asunto.
Si no saben como continuar, les digo que tiene que ver con la idea que dije por el WA de una nueva marioneta que sea el encargado... y pos así quedó mi mente retorcida llena de sueño. Very Happy

por **Cris** Mar 11 Oct - 19:52

Justo cuando Angelique había vociferado aquel grito, Alex estaba a punto de asestarle un golpe a Cris, quien lo detuvo al último momento tomándolo de la muñeca. El rubio lo miraba con los ojos muy abiertos, sus orbes cristalinas brillaban con temor mirando a los ojos a su compañero, cuyo puño no llegó a asestarle en la cara al otro y es que eso es lo que había temido Hunter en cuanto despertó del trance en el que estaba. No imaginaba lo rota que podía dejarle la nariz el ex-policía si llegaba a golpearlo en el rostro.

Alex, por su parte, también reaccionó con el grito de Angel y el agarre de Cris. Su rostro denotaba sorpresa al ver lo que estaba a punto de hacer. La mirada del rubio sobre la suya lo hizo sentir algo culpable por lo que imaginó hubiese sido un terrible golpe. Aflojó el puño y se incorporó lentamente, permitiendo así que Hunter también se levantara puesto que este último había quedado debajo de él.

-¿Q-qué sucedió? -Preguntó Cris, su mirada se dirigió a la pelirroja.
-Yo... -Ella no supo exactamente qué decir, se sorprendió a sí misma al haber gritado hace unos momentos.
-Seguramente... Una marioneta -Alex miraba hacia todas direcciones- El problema es dónde está. O donde estamos -Sólo conseguía ver pura oscuridad.
-Sea lo que sea, debemos mantenernos juntos -Dijo Angel, su voz más segura que de costumbre, internamente apoyándose en las palabras que Eli le había dicho antes. Eli...- Tenemos que buscar a Eli.
-¡Sí! -Asintió el rubio- Pero... ¿Qué era esa voz?...
-Alguna manipulación por parte de una marioneta, ya dije -Respondió el pelinegro.
-Ya veo... Entonces no hay que temer, sólo busquemos de dónde proviene...

-"No confundas. Manipulación no se asocia a Ilusión..."
-¿Qué dices? -De nuevo el rubio escuchaba la voz, pero sin sentirse tentado a remedarla.
-"No te alivies, porque no estás a salvo."
-¿Quién eres? -Su ceño se frunció con molestia.
-"Cuánta valentía. Me pregunto hasta dónde llegará."
-No te tengo miedo.
-"¿En serio? Algo me dice que con la dosis necesaria de horror, temblarás sin más."
-No es cierto.
-"Tienes un límite de valor. Acéptalo. Todos lo tienen."
-No sabes lo que dices.
-"Dime... ¿No extrañas a tu familia?"
-...
-"Justo en el clavo, ¿verdad? Tus abuelos deben estar destrozados por tu culpa."
-Claro que no...
-"Los hiciste sufrir con tu muerte, todo por querer hacerte el valiente."
-No fue así... Yo sólo quería... Ayudar...
-"En vez de estar excusándote conmigo, deberías buscar a tu amiga."
-¿Dónde la tienes? -Su tono de voz se tornó desafiante.
-"Te preocupa, ¿No es así?"
-Por supuesto, es mi amiga...
"Para ti es más que eso. Pero ella no te ve así."
-Cállate...
-"Para ella sólo eres el chico animado y alocado. Nada más. Como siempre has sido. Nadie te ha brindado apoyo porque aparentas no necesitarlo, y así como todos, ella no te lo dará."
-¡Maldita sea, cállate!

De pronto, la voz se desvaneció. Y con ello volteó hacia atrás. Sus amigos se encontraban observándolo con preocupación en sus rostros.

-... No se preocupen por mí -Se forzó a sonreír lo más amplio que pudiese- Hay que buscar a Éliary.

Corrieron por caminos de oscuridad total, sin toparse con paredes ni muebles, tratando de vislumbrar algo que brillara como ellos.

-Vamos... ¡Eli! -Gritó el rubio.
-Demonios, a este paso va a ser muy difícil dar con ella -Puntualizó Alex.

-"Ella se puede cuidar sola, ¿O no?"
Alex se giró y se detuvo, de nuevo esa voz.
-"Tanto tiempo juntos y cuando más te necesita, no estás allí para ayudarla."
-La voy a conseguir, bastardo.
-"Mejor cuida a la otra. Parece incapaz de hacerlo por sí misma."
-"La otra" tiene un nombre.
-"Como si eso importara... Una vez que todos ustedes sean devorados por este mundo, sus nombres se irán al vacío con ustedes."
-Vamos a salir.
-"Cuánta seguridad. ¿Pero qué tal si no todos lo logran?"
-Lo haremos. -Su voz era una mezcla de enojo e indiferencia.
-"¿Y si no logras salvarlos a todos? Tu deber en vida era salvar personas. Pero no pudiste salvarte ni a ti mismo. ¿Qué te lleva a pensar que podrás hacerlo con ellos?"
-... Suficiente -Exclamó desafiante, con su habitual rostro serio.

En ese momento, dejó de escuchar la extraña voz y retomó la carrera. Sus compañeros se le habían adelantado un poco, para cuando los alcanzó, ellos se detuvieron en seco.

-¿Qué sucede? -Preguntó.
-¡Es Eli! -Gritó Cris, sus ojos brillaron entre alivio y felicidad.
-Pero... -Murmuró Angel.
-¿Qué? -La apuró el mayor.
-Mira...

La pelirroja extendió su brazo y señaló con su índice hacia un punto pocos metros más arriba a la izquierda de la pelimorada, que se encontraba en el suelo abrazándose las piernas. Alex miró en esa dirección y lo que vio no se lo esperaba.

-No puede ser... ¿Es él?

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Hasta aquí. Ya participé en lo creepy de la voz, mi alma oscura está en paz (?
Le dejo lo de la marioneta a quien lo sigue because... No se me ocurre más (? Y recuerden que, como dijo Xio, es el recepcionista de la posada.
Bye(?

por **Mar.** Miér 12 Oct - 1:55

Ojos rojos y brazos alargados, su sonrisa torcida y su rostro cubierto por un yelmo negro. Parecía encorvarse sobre Eliary aunque a distancia. Era una figura de sombra más negra que la propia oscuridad…
-¡¿Eres el titiritero?! – gritó el pelinegro pero no recibió respuesta.
-¡RESPONDE! ¿Eres él? – La sombra solo atinó a dirigir sus penetrantes ojos rojos a su dirección helándole la piel. Respiró profundo. Él no era de demostrar temor. Tenía que pensar con la cabeza fría, ellos lo necesitaban.
-"¿Te crees tan importante? ¿Crees que sin ti ellos no podrán seguir?"
-Claro que podrán.
-"Mentiroso. Tú lo sabes bien. Ellos son débiles. Ellos necesitan de tu protección. Pero tú no puedes ayudarlos. Tú no eres lo suficientemente capaz. Los dejarás morir."

Hunter corrió hacia dónde se encontraba Éli pero una fuerza lo hizo detenerse y poco después lo empujó hacia atrás.
-Maldición – masculló el rubio mientras volvía a reincorporarse para volver a intentarlo.
-¡Éli! ¡Éli! ¡¿Me escuchas?! ¡Éliary! –el joven empezaba a golpear aquella pared invisible que había surgido frente a él y lo separaba de la joven que aún se encontraba abrazando sus piernas.
-"Ella no te escucha. Tú voz no le llegará jamás"-
-¡Silencio! ¡Eliary! – insistía. -¡Chicos ayudenme…! – se giró pero no vio ni Alex ni a Angel. ¿En dónde se habían metido?
-"¿Ves? A nadie le importa que tú necesites ayuda" – Hunter se giró hacia la imagen de Eli que ahora también había desaparecido.

-"Nuevamente sola. ¿Qué harás? ¿Te pondrás a llorar?" –
-Yo no… - la castaña cerró sus ojos y empezaba a recordar las palabras que le habían dado ánimos hacía un rato.
-"Siempre dependiente. Siempre siendo un estorbo… "
-No…yo no… - La joven giró en busca de una mirada amiga pero se halló sola. Completamente sola. Cerró sus ojos haciendo de las palabras de calma un mantra.
-"Estás sola y no sirves. ¿Qué harás?"

-¡Maldición! ¿En dónde están todos? – se giró.
-"A tu alrededor, ¿Qué no los ves?"– Alex giró la vista y allí en el suelo, se encontraban tirados los cuerpos de sus amigos. Los tres muchachos tenían la piel pálida y los ojos sin brillos.
-"No los pudiste salvar…"
-No. Esto…tiene que ser… una broma.
Intentó dar un paso hacia ellos pero la oscuridad los absorbió.

La oscuridad, solo eso podía ver.
Ella nunca le temió a la oscuridad, desde que era niña aprendió a valerse por sí misma y a superar sus propios temores. Ella aprendió que los monstruos se encontraban en el mundo real y no bajo su cama, ni mucho menos en su armario. La oscuridad solo era la manifestación de lo desconocido y ella, quería descubrir todo, por lo que la veía como aliada, un acertijo para descifrar…pero aquella oscuridad era diferente, le ponía la piel de gallina y el cuerpo congelado. Miedo. La hacía temblar de miedo.
-"¿Qué se siente Éliary? ¿Qué se siente no ser capaz de nada?"
-Yo – yo… - quería pelear. Quería seguir defendiéndose pero aquellas palabras parecían resonar en su mente. Una y otra vez, ocasionando que pierda todo control en su cuerpo.
-"Cobarde."
-No soy cobarde.
-"Lo eres. Estás aquí ocultándote y queriendo desaparecer. Mientras a lo que llamas amigos se enfrentan a sus peores pesadillas."
Una imagen se iluminó a un lado y ella se giró hacia el lugar observando con impresión. Sus tres amigos se encontraban frente a un ser de sombras, ojos rojos y extremidades alargadas. Los veía temblar. Sentía su temor.
-Chicos…
Fijo su vista en la silueta frente a ellos. Una sonrisa escalofriante se dibujó en ese rostro cadavérico y giró hacia ella y en cuestión de milésimas de segundos de un potencial silencio un chillido garrafal surgió de él apoderándose de todo el lugar y arrasando con los tres muchachos. La imagen desapareció de golpe y fue reemplazada por gritos. Gritos de personas. Al principio creyó que eran los mismos gritos que escuchó en aquel accidente de tren, pero no… la voz de sus amigos. ¿Alex? ¿Angel? ¿Cris?…
Cerró los ojos y tapó sus oídos con sus manos buscando silenciar aquellos gritos, pero no funcionó. No lo soportaba. Era demasiado y cayó en cuenta que la voz provenía de ella misma. Ella estaba gritando de terror.
-¡BASTA! ¡BASTA! ¡BASTA!

Los cuatro muchacho se encontraban encerrados en un espacio de oscuridad plena, completamente solos y viviendo sus más grandes miedos en carne propia. La soledad, la muerte, la culpa, lo desconocido.
Una risa maliciosa resonó en el lugar.
-"He ganado."

Eli alzó la vista. Había dejado de gritar y recuperaba el aliento de aquellas visiones de su pasado y presente. Rezaba porque sus amigos estuvieron a salvo. Estiró el brazo, aun con temor, y lo llevó hacia su cintura, en donde guardaba su arma. La tomó y con esfuerzo se puso de pie. Tenía lágrimas en los ojos y sentía que las piernas le flaquearían en cualquier segundo.
Respiró profundo y examinó el lugar con su mirada. Esto no terminaría así.

Alex estiró su mano y observó. ¿Cómo era capaz de ver su propia mano si el lugar era tan oscuro? ¿Acaso habría alguna fuente de luz cercana? No. No era eso. Entonces ¿quiere decir que era él el que irradiaba luz? No. No era eso. Algo no encajaba en aquello.

-"Es muy inocente y dependiente, si no se mueve terminarán por volverla a matar"- La castaña alzó la vista al reconocer aquella voz. ¿Hunter? ¿Esa había sido su voz?
-"Es muy molesta. Me trae demasiados problemas"- ¿Alex? Sus ojos se llenaban de lágrimas y ella luchaba para que están no cayeran.
-"¡Estoy harta de que sea siempre el centro de atención! Es patética ¿Y quiere que seamos amigas?"- ¿Éli? Pero si ella había dicho que si eran amigas… ¿Acaso en verdad pensaba eso de ella?
-"¿Por qué no la dejamos y listo? Sería más fácil. Después de todo, solo estorba."
-"Primero era totalmente antisocial y fría, ahora niña llorona y temerosa. ¡Me da lástima!"
-"Moriremos todos si seguimos cargando con ella…"
-Basta…ellos no dirían eso…No. Ellos son mis amigos.
-"¿Estás segura de eso?"
-Yo…- Angel dio un paso hacia atrás y sintió un vacío. Respiró hondo. –Mentira. Esto es mentira- se animó a decir y en su mirada se pintó un semblante serio. –Éli jamás diría eso. Y ellos tampoco...

Empuñó su espada dispuesto a atacar al que se le acercara.
-¡¿Dónde están mis amigos?!
-"¿Todavía los llamas amigos? ¿Después de todo? ¡Te han dejado solo!"
-No es verdad. ¡Haz sido tú! Y estoy dispuesto a pelear contra ti. ¡Así que aparece, cobarde!
Y en frente suyo, la imagen negra de aquella marioneta iba tomando forma. Alzó la espada con intención de atacar.

-¡ES UNA ILUSIÓN!- un grito resonó en todo el espacio - ¡ES UNA ILUSIÓN! – nuevamente.
Sus ojos se abrieron al oír y reconocer aquella voz. ¡ALEX! Cerró los ojos y los abrió nuevamente acostumbrando su vista a la nueva claridad.

Éliary estaba frente suyo apuntándolo con su pistola. Angel estaba a unos metros y Alex al otro extremo. Les tomó un segundo reconocer que se encontraban nuevamente en el vestíbulo de la posada.
-Pero… ¿Q-qué pasó? – las palabras de una Angel totalmente desconcertada rompió el silencio. Tenía los ojos marcados por los surcos de las lágrimas y las manos aun colgadas a un lado de su cuerpo.
-¿Eli?– ambos se tomaron segundos antes de bajar las armas. Angel se había acercado a ellos y Alex también.
-¿Están todos bien? - preguntó este último.
-¿Qué ha sido todo eso?
-Una ilusión. Hemos estado todo este tiempo en una maldita ilusión creada por una marioneta- respondió Alex recorriendo la mirada por el lugar, para verificar si realmente se encontraban solos.
-¿Y cómo salimos?
-Parece que se rompe cuando descubres que es una ilusión.
-¿Y cómo lo descubriste? – esta vez fue Angel quién preguntó.
-Eso no importa. La cuestión es que debemos de encontrar a ese maldito y destruirlo.
-¿Estás seguro de que sigue aquí?
-Sí. Debemos ir. – Alex se giró a ver a Eli -¿Estás bien? – la peli morada apartó la mirada y asentó con la cabeza. Alex sabía que mentía pero no tenían tiempo de conversarlo. Ese maldito debía de pagar el sufrimiento que había causado y luego se encargaría.
-Debe de estar cerca, quédense aquí…iré a buscarlo.
-Claro que no. No irás solo. Ese maldito nos lo debe y si nos separamos podemos volver a caer. – Alex tomó un segundo en reconsiderarlo.
-De acuer…-
-¡Oh! ¿Qué hacen tan temprano, aquí? – Desde uno de los pasillos apareció el dueño de la posada con la amable sonrisa que lo caracterizaba.
-¿Dijo usted temprano? – preguntó Hunter. El hombre se acercó a una de las ventadas y corrió la cortina dejando entrar los potentes rayos del sol.
-Claro, ya es de día muchachos. ¡No me digan que no durmieron nada! – río risueño el anciano. Los muchachos intercambiaron una mirada. Habían pasado muchas horas dentro de aquella ilusión.
-Disculpe… ¿Dónde están los otros clientes? – preguntó Alex, mientras el hombre seguía ordenando su espacio.
-Pues ¿En dónde más? Seguro siguen durmiendo.
-¿Tenía habitaciones para tantos?
-Bueno muchacho, uno tiene que ingeniárselas…
Mientras el rubio entablaba conversación con el hombre, Alex empezaba a recorrer el lugar con la mirada. Todo parecía igual a cómo lo habían visto aquella tarde al llegar. Pero algo no le terminaba de cuadrar…
Eli también observaba con cautela, pero ella se enfocó en el hombre detrás del mostrador. Algo en él no le cuadraba….y lo vio. Colgando de su cuello, dentro de la chaqueta, llevaba un colgante con una piedra roja. Roja brillante, tanto casi como…los ojos de aquel ser. Ahogó un grito. Era él.
Alex hizo el ademán de moverse hacia un lugar pero agarre de Eli lo hizo detenerse y girar.
Ella solo movió la cabeza en dirección del hombre y le dedicó una mirada. No faltó más. Él lo entendió. Frente a ellos se encontraba aquel desgraciado y en su cuello, cargaba el objeto que lo podría destruir.
-¿Y van a desayunar? – preguntó fingiendo amabilidad. Como si fuera un inocente.

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¿Muy largo? Sorry xD

La marioneta:

Spoiler:

por **Shiba** Sáb 22 Oct - 19:53

- ¿Por qué no? - Hunter llevó una mano a su barriga, y después el gruñido que provino de esta hizo que todas las miradas se posaran en él. Y luego otro gruñido hizo que todos giraran a ver a Angel, quien solo negó nerviosa.
- Supongo que debemos de reponer fuerzas. - Alex suspiró. Pero sabía que no debía de bajar la guardia, lo sabía tanto como Eli y Hunter.

- Por aquí - El hombre les mostró el camino con una sonrisa, y ellos le siguieron no muy convencidos.
Sentados a la mesa, todo estaba servido, por lo que al menos Hunter, no dudó en tomar grandes porciones de todos los manjares que veía. Todo lo de la noche anterior le había dejado con el estómago tan vacío, que no podía esperar a probar el primer bocado. Y Angel le siguió aunque fuese en menor cantidad y entusiasmo.
Por su parte Alex observó el lugar, no parecía tener nada raro de hecho, lo que le hacía sospechar en medida, solo era un comedor normal de la época. En un momento hasta la comida se le hizo sospechosa en medida, por lo que la observó frunciendo una ceja y quedando pensativo.
- ¿Algo va mal? - Preguntó el hombre que les había guiado ahí, Alex negó inmediatamente.
- Simplemente no tengo tanta hambre. - Mintió, pues estaba tan hambriento como Hunter. Luego observó a Eli, quien parecía observar el colgante con demasiada atención, estaba pensando de más, el cómo quitárselo, eso sin duda. Lo que le hizo observarlo también, mientras tomaba un poco de carne. Pero entonces recordó algo.
Aquel hombre cargaba lo que definitivamente era el sello de la marioneta que les había hecho vivir tal pesadilla. Pero... Sus experiencias anteriores le hacían saber que algo no encajaba, en lo que supo la más baja también cayó en cuenta; al abrir los ojos grandes, con sorpresa y temor.
Cada que el sello tocaba a la marioneta correcta, esta regresaba a ser una especie de maniquí... Por lo qué, ese hombre no era su objetivo.

Él negó con la cabeza dando a entender esto. A lo que ella asintió.
Pero reconocer eso era como regresar a cero. Si no tenían a su objetivo, ¿De qué les servía tener el sello?

- Me pregunto qué hora será... - Comentó Hunter observando a la ventana, definitivamente era temprano, por lo que los demás atinaron a observar a la misma dirección. La luz se debatía entre radiante y distorsionada gracias a los rayos, por lo que de ratos el ambiente obtenía un contraste casi inimaginable. Las sombras obscurecían más y en cambio ellos parecían brillar.

¡Eso era!

Observaron la sombra con disimulo, y lo vieron, en la sombra de ese hombre, algo no estaba bien, y era que a la altura de los ojos se podía observar algo más oscuro, que la misma sobra, y que se asemejaba a la forma que colgaba de su cuello.

Entonces, estaba claro. No era el hombre su objetivo, era su sombra. Y si dejaban que llegara nuevamente la noche, la supervivencia de todos, corría con la peor de las suertes.

Supongo hice algo (?

por Nya Jue 27 Oct - 6:15

- Yo me encargo. - Susurró.
Alex pensó en cierto movimiento de combate cuerpo a cuerpo que dejaría inconsciente al dependiente en tan solo cinco segundos, lo suficiente para tomar el colgante y acabar con la marioneta de una vez.
Miraba la espalda del hombre alejarse mientras esperaba al momento adecuado pero la sensación de una mano fría en su brazo lo sacó de sus pensamientos. Volvió el rostro y se encontró con la atenta mirada de Angel quien con una suave sacudida de cabeza y una sonrisa floja dejó entender que no quería nada de violencia.
Sus cabellos rojizos volvían a cubrir su angustiado rostro cansado de aquel mundo. Sabía claro lo que sentía ella.
- No es una persona, no tienes por qué sentir lástima. -
- Pero aún así... -
Y volvió a ver aquella sonrisa que guardaba angustia. Era una sonrisa que detestaba pues mas que alegría, daba pena y compasión.
- Déjame hablarlo con él. - La pelirroja se levantó y cada paso que daba, sus cabellos danzaban en el aire.
- Espera... - Consiguió agarrar su mano y detenerla. - Por favor. -
Angel miró al suelo sin dejar respuesta por lo que el azabache lo tomó como un "sí", levantandose de su asiento. Caminó hacia el dependiente mientras los tres restantes deslizaban sigilosas miradas.
- ¿Pasa algo? - Preguntó el encargado cuando estaban cara a cara.
- Me preguntaba si... -
Con un suave movimiento, Alex puso sus manos sobre el colgante y antes de cerrar el puño para agarrarlo bien, tiró de ella rompiendo la frágil cadena que la sostenía. Dejó que el colgante carmesí cayera al suelo, concretamente a su sombra y entonces, comenzó el sellado, algo que dejó perplejo al mayor, tirado en el suelo de sorpresa.
- Mi colgante... - Dijo con voz quebrada, Dios sabía si era del sellado o sobre lo dañado que estaba ahora.
- Creo que hemos causado problemas, nos marcharemos al terminar nuestro desayuno. - Mencionó Alex mientras hacía una pequeña reverencia y volvía a sentarse para comer, todo ello con una calma inquebrantable.
El silencio generado era mas que incómodo por lo que Alex terminó rápido su porción y salió del lugar, concretamente del edificio y fue entonces cuando los primeros rayos del sol incidieron sobre su piel, dando recordar lo gratificante que era poder sentirse vivo a pesar de lo dura que era la vida.
Contempló el paisaje que ahora era totalmente diferente como si todo hubiera sido una pesadilla, una mala jugada de la mente. Era uno de aquellos días que lo único apetecible era descansar y disfrutar del mundo y su vasto infinito.

por **Shiba** Miér 2 Nov - 22:39

Aquel momento, mantenía una calma, que no creía posible en los últimos días. Pero ahí estaba, y a pesar de querer aprovecharlo para descansar de los últimos eventos que le habían agotado en medida, y estaba seguro que no solo a él. Un grito, el que no se creería, si se lo contaran, podía salir de ella, lo sacó de ese pequeño trance.

- ¡Alex! - Era Angel.

Se vio obligado a mirar hacia atrás, al sentir las manos de ella halando su brazo con fuerza, y al sentir la urgencia que demostraba, no hizo más que seguir el rumbo obediente, pues era algo que la chica por si sola nunca lograría. Y entonces el centelleo a sus espaldas le hizo recordar, que fuera de ese lugar había un dolor de cabeza más con el que tratar, por lo que podía decirle adiós a su día de relajación. Y con eso, tomó la muñeca de la pelirroja y se dirigió dentro de la posada nuevamente, dejando un rastro de rayos tras ellos.

Ahí vio a Eli y Hunter, quienes parecían hasta sorprendidos de que él haya cometido tal error. De hecho, Hunter reaccionó al verlo fuera, pero cuando notó que Angel había salido corriendo solo un poco antes, se detuvo. Para luego observar a Eli, quien a pesar de tener las mismas intenciones, quiso dejar aquello así, de alguna manera sentía que eso ayudaría a que la menor se sintiera mejor consigo misma y más importante con ellos.

Alex suspiró.

- Al parecer me dejé llevar por el repentino buen clima. - Se excusó, y observó por una de la ventanas, aquella criatura había dejado de mandar rayos aleatorios, y el cielo se tornó como esos días de primavera, azul, y despejado.
- De hecho, también me había olvidado. - Dijo Eli con una mano en la nuca, ella hubiera salido también, de no ser porque se guardó algo de comida para el viaje. En el caso de Hunter, seguía comiendo, y además intentó tranquilizar al mercader.
- Esto es un problema... - Hunter también observó, pero no había rastro de la criatura, seguramente, se había escondido entre alguno de los pilares fuera de su rango de visión.
- Y ya no podemos quedarnos más en este lugar. - Alex observó al costado dónde sintió picaban su brazo, para encontrarse con la ya reconocible cara avergonzada de Angel, quien con la mirada señaló a su mano, y recordó que no la había soltado. - Disculpa. - Dijo, e hizo lo pedido. Ella negó. - Anoche estoy seguro de que anoche acaparamos casi todo el lugar... Si realmente no hay nada aquí...
- Nos tocará salir - Completó el rubio.
- ¿Nos permitirían dar otro recorrido? - Observó al hombre tras el escritorio, quien se notaba decepcionado solo por la presencia e los cuatro, por lo que se abstuvo a preguntar siquiera. - El impacto es el mismo que en el mundo de los vivos... - Comentó con una pequeña sonrisa, algunas marionetas eran capaces de guardar rencor, aunque no tuvieran algo que ellos conocían como alma.
- Igual, arriesgarnos aquí, es mejor que arriesgarnos allá fuera. - Observó su alrededor, el lugar se llenaba nuevamente de personas, así como lo encontraron el día anterior. Estaban contra la espada y la pared, no había más opción. - Seamos discretos, hasta que ya no quede de otra que salir.

◘▬◘▬◘

Eliary observó con atención hasta que un pequeño sonido llamó su atención, y observó a la pelirroja, quien le sonreía nerviosa.
- ¿Qué pasa? - Regresó el gesto de manera animada.
- Verás... - Hizo una pausa dudando y después reunió valor. - Gracias. - La muchacha de cabellos morados pestañeó confundida. - Por anoche... Si no me hubieras dicho eso... Seguramente ahora sería historia. - Rió levemente. - Y... Espero... - Se quedó un rato en silencio, en el que Eli le topó el brazo, con lo que la reconfortaba y le daba ánimos. - Esas charlas femeninas... espero que las podamos tener.
Eli abrió los ojos grandes, no se esperaba eso, pero la hizo reír un poco, y a lo cual Angel se encogió, y luego ella negó.
- Es que... Ha sido tan imprevisible, que no lo pude evitar. - La miró con nostalgia al recordar un poco su antigua vida y amistades. - Por supuesto que sí.

◘▬◘▬◘

- Disculpe... - Hunter se acercó a un hombre, el cual sostenía un libro el cual había llamado su atención por una ilustración. - ¿Puedo verlo por un momento? - El hombre lo quedó observando confuso.
- Estos jóvenes de hoy en día... No son educados. - Suspiró pesadamente. El rubio solo lo observaba con una gran sonrisa de niño. - Bueno, es bueno ver a gente interesada en estas cosas. - Se lo dio, y Hunter quedó observando la página, aquella ilustración era igual a la marca que tenía la marioneta que les esperaba fuera. - Pero... ¿En un libro? - Lo observó con tanto detenimiento que empezaba a dudar.
- Así que te interesan los rayos ¿Eh? - Dijo el hombre de repente. - Es una leyenda muy popular, ya ves, por este lugar es algo que no cesa, un espectáculo sin precedentes, por lo que han intentado explicar esto y utilizar una leyenda para ello es muy conveniente ¿No crees? - El rubio solo asintió, y después solo arrancó la hoja. - ¿Qué haces? - Se alarmó.
- Normalmente no haría esto, pero... Es necesario. Disculpe. - Le regresó el libro. - Si es posible se la regresaré. - Luego se giró para gritar: - ¡Chicos! Creo que lo encontré.

Ya, no quiero hacerlo tan largo tampoco (?

por Nya Jue 3 Nov - 8:05

- No deberías hacer eso... -
- ¿Que cosa? -
- Arrancar hojas de un libro. Harás que te maten un día de estos. - Dijo Alex señalando con la cabeza al hombre que maldecía en señas a lo lejos.
- Pero es mas importante nuestras vidas. -
- Alex tiene razón. Los libros son sagrados, no puedes romperlos así como así. - Segundó Eli con rostro serio.
- Pero yo... -
Los ánimos de Hunter se vinieron abajo ante la tensión de los dos, un ambiente como cuales padres castigan a su hijo por obrar mal. Su vista estaba clavada en el suelo de pena hasta que deslizó una mirada hacia el rostro de Eliary que se iluminó de nuevo en una sonrisa y le dio un leve codazo al joven.
- Era una broma. - Hunter pasó la vista a Alex quien se encogió de hombros como si no fuera la gran cosa.
- Que creías... Yo simplemente decía que no atraigas mas problemas por si acaso. Ella es la diablesa aquí. -
- Oye. - Esta vez le dio el toque al azabache.
- Como sea... Ya tenemos nuestro billete de salida. -
- No me cambies de tema. -
- Solo tenemos que encontrar a la marioneta. - Posó una mano en la cabeza de Eliary. - Ya, no te enfades, también era una broma. -
- Pero es que tu cara seria es diferente, anciano. -
- Sí, debería jubilarme. -
En ese momento Alex sintió un tirón en el brazo y con tan solo saber que algo rojo estaba en la esquina de su campo de visión, sabía quien era. Ya se había vuelto una pequeña costumbre el cual parecía hasta un ritual necesario. Pero de algún modo, no le molestaba en absoluto que tuviera que estar constantemente pendiente de ella, quizás era tedioso, pero nunca llegaba a odiarlo del todo.
- ¿Que pasa? - La pelirroja no dijo nada.
No sabía por qué había hecho eso, no tenía razones y aún así llamó su atención. Esta vez no se estaba muriendo de verguenza, pero si de confusión.
- Nada. - Murmuró.
- ¿Seguro? - Ella asintió. Alex suspiró. Extendió una mano y le apartó los cabellos de la frente. - Quizás deberías usar algún tipo de pinza... -
- Picarón. - Sintió el codazo de Eliary.
- Largo. - Dijo sin mirarla.

por **Cris** Sáb 5 Nov - 1:49

Éliary se apartó un poco del pelinegro, riendo al saber que lo había incomodado, aunque él no lo aparentase con su rostro serio.

-Entonces -Preguntó- ¿Qué haremos con la marioneta? -Vio el papel en las manos de Cris.
-Bueno enana, tú eres buena con las ideas -Contestó Alex- En algo tenías que serlo.
-Oye -Le reprochó Eli, no realmente molesta, más bien divertida- Pues... No sé exactamente qué hacer... -Volvió la mirada al papel.
-Podríamos... Hacer un avión de papel con la hoja, y lanzarlo -Habló Angelique, con la mirada hacia el frente, pensativa. Sonrió levemente ante su propio comentario, había recordado ese juego de aviones de papel que algunas veces hizo estando viva.
-Pero podría llevárselo una corriente de viento... -Eli comentó analizando la propuesta.
-O la marioneta podría verlo venir y chamuscarlo con un rayo -Aportó el pelinegro.
-¡Lo tengo! -Sonó de pronto la voz de Hunter, con mucho ánimo.

Todos giraron el rostro y vieron, con sorpresa, que el ojiazul estaba en la puerta, ya abriéndola de hecho, y medio cuerpo fuera de la posada.

-¿Qué rayos? -Preguntó Alex.
-Sí, con los rayos me tendrán que ayudar -Ironizó el rubio, sonriente- ¡Vamos! -Insistió en que lo siguieran.

Segundos después, no les quedó más remedio que ir tras Cristopher, puesto que no parecía querer devolverse y si lo dejaban solo, podía sufrir algún daño.

-A veces... No sé qué le pasa por la cabeza -Rió la pelimorada, con cierto nerviosismo notorio. Sus ojos buscaban con atención cualquier movimiento que anunciara la presencia de la marioneta.
-Lo que sea que se le haya ocurrido, esperemos que funcione -Alex miró a su lado, Angel lo seguía tomando del brazo pero iba un poco más decidida que de costumbre.
-¡Ajá! La veo -Exclamó Cris, señalando con su dedo a la criatura, que acababa de asomarse desde la punta de un pilar- Chicos -Giró su vista a ellos- Necesito que la distraigan -Dicho esto, corrió en otra dirección.
-Se ha vuelto loco -La voz del pelinegro expresó cierta cautela, estaba considerando los poderes de la marioneta, no quería resultar siendo un pararrayos, ni que sus compañeras lo sufrieran tampoco.
-¿Ahora qué? -Preguntó Éliary, con un deje de preocupación.
-¿Correr en varias direcciones? -Propuso Angel, quien por dentro estaba algo angustiada.
-No queda de otra -Alex dio un último vistazo a la marioneta y se giró hacia el lado contrario- ¡Ahora!

Los tres empezaron a correr en direcciones distintas, zigzagueando en ocasiones, llamando la atención de la marioneta y esquivando por poco los ataques que ésta les lanzaba. Al ser varios, a la criatura le costaba más segundos dirigir y potenciar sus ataques.

Repentinamente, dejó de atacarlos y su cuerpo empezó a desprender un aura levemente luminosa. Parecía estar cargando energía.

-¿Qué hacemos? -La pelimorada temió lo peor. Y no se equivocaba: El ser planeaba cargar un ataque que le asestara a todos.
-... Demonios... -Justo cuando Alex intentaba dar con algún tipo de solución, escucharon un grito. La voz del otro muchacho.
-¡Hunter ha lanzado una Pokéball! -Gritó Cristopher, quien saltaba por los aires.

Al parecer, había escalado un pilar más bajo y había saltado varios de estos en fila, hasta llegar al más cercano de la marioneta. Se había lanzado al aire con fuerza y con su brazo había arrojado la página del libro, el cual había arrugado en una bola de papel.

La marioneta volteó su rostro, pero sin tener tiempo de reaccionar, el trozo de papel le dio en la cabeza rebotando un poco. Al sólo contacto, el ser aulló en una furia lastimera y su cuerpo se descompuso en montones de pedazos.

Cris ya había tocado suelo, y los demás lo miraban sin hablar.

-¡Marioneta lobo ha sido... -Se interrumpió. "Capturado" no iba con la situación física actual de la criatura- ... destruida! -Sonrió con energía y se dirigió al grupo.
-Qué... -Eli no tenía palabras, en parte porque una carcajada empezó a inundarle la garganta y no tardó en soltarla.
-Ha funcionado... -Comentó incrédula Angel, sentándose en el suelo y respirando levemente agitada.
-Por poco nos matas -Alex lo observaba- Por una exhibición de batalla de monstruos de bolsillo -Contempló, casi había sonreído.
-Es que recordé mis momentos de adicción a esos juegos, y no pude evitarlo -Hunter se llevó una mano tras la cabeza, riendo.

No habían más rayos amenazando con partirlos en dos, sólo la carcajada de Éliary les llenaba los oídos. Y es que no podía dejar de reír, había sido ingenioso, sí, pero muy cómico a la vez.

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Tenía que hacerlo, no pude evitarlo xD

por **Shiba** Sáb 5 Nov - 3:46

- ¿Nos vamos? - Dijo Alex cuando por fin recuperaron el aliento.
La caminata fue tan tranquila como lo había sido antes de encontrar aquel pilar con un idioma irreconocible. Pero no comprendía, el idioma que hablaban ahí, definitivamente no era el natal, y algo le decía que no era un idioma que se hablara en el mundo del que venían, entonces ese idioma escrito debían de poder entenderlo, porque de alguna manera lo comprendían, pero ese no fue el caso. Lo que le dejó pensativo sobre la existencia de otros idiomas, así mismo como en el otro mundo. Pero que dolor de cabeza era siquiera pensar en aquella posibilidad... Por lo que simplemente lo dejaría como un extra que olvidar.
Posó la vista hacia atrás, y aunque le llamó la atención que Angel y Eli estuvieran hablando un poco más, no comprendía si era algo que le relajaba, pues ya no la tenía tanto rato tras él, o le molestaba, en algún momento se había acostumbrado.
- Tengo sed. - Dijo Hunter. Y Alex sacó una cantimplora y se la dio.
- No te la tomes toda.
- Vamos, no estamos tan lejos. - Señaló lo que aparentaba ser la salida. Por fin saldrían de ver tanto pararayo.
- Igual. - Después percibió el color rojo a su costado y la observó, aparentaba estar nervosa, algo que ya no era extraño.
- ¿Crees que haya una peluquería en el siguiente lugar? - Preguntó de repente el abrió los ojos extrañado.
- ¿Consideraste lo de la pinza?
- Más bien, pensé en cortarlo... - Y entonces ella pudo ver la desconformidad en el rostro del mayor.
- No...
- ¿Eh? - Quedó unos segundos muda, no comprendía. - Pero...
- Está bien solo la pinza. - Concluyó, Angel no se sintió lo suficientemente valiente para preguntar más.
- Oigan, ahora no creo que sea tiempo para coquetear. - Dijo Eli con una sonrisa pícara. había detenido su paso al igual que Hunter, Alex lo hizo no muy después.
- Nosotros no... - Reaccionó la pelirroja alarmada. Pero se vio interrumpida al sentir un cambio de textura al pisar. Por lo que observó a sus pies. Era arena.
- ¿Qué es esto? ¿Una mala broma? - Soltó Alex para luego resoplar y seguir avanzando como los demás.
- Ya ves que aquí siempre hay de eso. - Dijo Eli observando el rededor. - Siento que hemos entrado a Egipto.
- Faltan las pirámides. - Hunter aplastaba el suelo de más, divirtiéndose con lo poco resistente de su superficie. Angel le imitó de una manera más discreta.
- ¿Te crees que veamos un Oasis? - Preguntó Eli a Alex, quien quedó pensativo.
- Me preocupa más saber si hay un pueblo, o algo.

por Nya Lun 7 Nov - 0:18

- ¿A donde iremos? - Preguntó Angel.
Los tres miraron expectantes a Alex quien con una mano en la frente a modo de gorra, ondeaba la vista por el horizonte que se distorsionaba por las ondas de calor. Repasó de esquina a esquina y solo había arena, un mar infinito que no parecía dar señal de tierra firme o de civilización. De vez en cuando creía ver una pista, pero sabía que los desiertos eran muy engañosos con lo que mostraban.
- Solo veo arena. -
- Arg, estoy harto de esto. - Dijo Hunter tirándose al suelo. - ¿Por que no simplemente nos tumbamos aquí y tomamos tranquilamente el sol? -
- No. -
- ¿Por que no? -
- Te dará cáncer de piel. - Ante aquel comentario, Eliary soltó una risa.
- ¿Pero no hay nada? - Preguntó Eli.
- Bueno, podríamos caminar en línea recta pero dios sabrá que tan grande es este desierto. -
- Pero... - Interrumpió Angel señalando. - Yo... ahí veo algo. -
Alex procedió a seguir la dirección donde apuntaba su dedo y achicó los ojos. Había una figura que rompía las dunas de arena.
- Igual debería cambiarme la graduación. - Limpió sus lentes. - ¿Existirán ópticas? -
- Solo hay una forma de saberlo. - Dijo Hunter levantándose y echando a caminar.

El calor golpeaba sin mucho descanso y enseguida, la pelirroja quiso deshacerse de su capa. Pero Alex la detuvo, volviendo a colocarla sobre sus hombres e incluso hasta ponerla de forma correcta.
- Te quemarás la piel si te la quitas. -
- Pero es que hace calor. -
Levantó la mirada hacia él y observó como numerosas gotas de sudor recorrían el rostro del azabache, de hecho hasta una gota se estaba formando en la punta de su nariz hasta nacer y morir en la ardiente arena.
- ¿Estas bien? - Se atrevió a preguntar.
- Si claro. No es nada comparado con el entrenamiento. - Angel sonrió y ambos reanudaron el camino tras Hunter y Eliary. - Todos los días, correr diez kilómetros, llueva, nieva, granice o haga sol. -
- ... ¿No es mucho? - Alex negó con la cabeza.
- Para hacer frente al mal... hay que ser el mejor. - Observó el rostro pensativo de Angel. - Además tienes acceso a cosas VIP. ¿Quieres saber quien mató a Abraham Lincoln? -
- ¿En serio? -
- Es broma. -

por **Shiba** Lun 7 Nov - 10:09

Siguieron caminando por unos cuantos metros más, con el calor golpeándolos por todas partes, pero no tomaron descanso; solo sería peor, y cuando creían que no soportarían más por fin pisaron terreno que a pesar de tener el mismo ambiente de sofocación, era calmante para sus mentes.
Jaimas, todo un camino de ellas se mostraba ante ellos.
No solo sorprendía el transito peatonal, sino que en cuanto llegaron muchos de los comerciantes no dudaron ni un segundo en acercarse ofreciendo sus productos a un coste el cual ellos no podía darse el lujo de gastar en una situación como aquella.
Por lo que, como podían rechazaban.
- ¿Qué piensas de otra cantimplora? - Hunter se quedó observando pensativo el objeto en una de las tiendas, de apariencia sencilla, pero con artículos de utilidad.
- ¿Y agua? - Alex de hecho también se lo estaba pesando, ya no eran solo un par, por lo que debían de doblar recursos.
- ¿Un cactus?
- ¿Sabes que el Cactus no es como lo muestran en las caricaturas, no?

- Si no fuera porque somos pobres, me compraría un cambio de ropa. - Eli se abanicaba con el cuello de la capa, mientras observaba de un lado a otro buscando por algo que les hiciera falta, pero además de un aire acondicionado, no sabía que podría ser más necesario en ese momento.
- ¿Tan bajos de presupuesto estamos? - Preguntó Angel mirándola expectante.
- También escuchaste ¿No? Esa posada nos dejó en la calle literalmente. - Sonrió divertida ante su propia respuesta. Angel le regresó la expresión; y se quedó observando hacia atrás un puesto que había llamado su atención por sus articulos de cabello, pero al final simplemente se encogió de hombros, y regresó la mirada al frente.
- Se me hace un poco extraño...
- ¿No tener dinero? - La pelirroja asintió. Eli la observó pensativa, si no mal recordaba ella había dicho que era hija de alguien perteneciente a la mafia. Pero no se explicaba el hecho de que fuera torpe en cuestiones de supervivencia.
- Es un poco vergonzoso, pero nunca tuve que esforzarme por ello... - Explicó simplemente, a pesar de no haber contestado nada en realidad.

- ¿Encontramos algo de utilidad? - Preguntó Eli al acercarse a los chicos.
- Sí, pero no somos ladrones. - Alex se encogió de hombros.
- Siempre se puede cambiar de profesión.
- Nunca, corrupta.
- Hemos comprado cosas como para no "morirnos" en el camino. - Dijo Hunter resaltando la ironía.
- ¿Qué camino? - Preguntó Angel con una sonrisa. Hunter quedó pensativo.
- Touché. - Terminó por decir, ella rió bajo mientras se cubría los labios, algo que sorprendió en medida a los otros tres. Pero, no harían ningún comentario al respecto o era igual a regresar al pasado.
- Por el momento , vamos allá. - Alex señaló al fondo. - Hay un pozo, como el agua aquí es gratis, podemos refrescarnos un poco. Y de paso llevar con nosotros.

Emprendieron camino con más ofertas sobre ellos.

- Ah... Sería genial poder conseguir al menos uno. - Murmuró Angel, cuando pasaron frente un criadero de camellos.
- Preferiría un helicóptero. - Dijo Alex al escuchar. Ella le miró con decepción. - Sería más fácil. - Se justificó.
- ¿Sabes pilotear uno?
- No soy un experto pero... - Hizo un ademán con la mano simulando un intermedio. Ella se quedó observándolo. - ¿Qué? - Ella negó.
- Simplemente pensé que eres algo así como un "Todo terreno"

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