[Roll]A Puppet world

"Tonterías" Eso había dicho, y de hecho, no pasaron de eso, en algún momento la había notado dudar sobre el tema de conversación, y después de un rápido silencio la notaba recapacitar y regresar a la agradable plática. Y la verdad es que aunque quisiera saber más que nada, lo que atormentaba a Eliary, no iba a obligarla a hablar de algo que ella misma no estaba segura de contar. Por no preocupar a los demás, quizá.
Pero también sabía que había estado hablando con Alex, la verdad, y aquello que había dicho era casi mentira, pues la había visto salir, y cuando notó a Alex también fuera, decidió que esta vez su presencia no era requerida, que necesitaba dejarlos charlar. Lo que le dejaba con más de una pregunta en la cabeza, y por lo cual le había sido difícil conciliar el sueño una vez habían regresado de su paseo nocturno lleno de sonrisas de diversión, mientras intentaban no hablar muy alto.
¿Le habría contado algo a él? Después de todo, era normal, lo conocía de más tiempo; y a él de apenas unos días... Y aun así, sabiendo eso, no podía dormir, su tórax presionaba, haciendo su respiración pesar; y si en algún momento sintió sueño, recordar aquello lo hizo abrir los ojos todavía más, llevándose cualquier pizca de cansancio que pudiera sentir.
Se sentó el la cama, y se palmó las mejillas, logrando que enrojecieran levemente gracias a la fuerza que aplicó. Tenía que espabilar ya.
Salió de la cama y cerca de la cortina que hacía de puerta, logró escuchar unas voces, se asomó dejando que solo uno de sus ojos curioseara un poco. Eran Angel y Alex, demasiado cerca, lo que le sorprendió, pero no muy después notó que el mayor solo estaba recuperando sus gafas. Y después los vio caminar en dirección contraria a la que el se encontraba. Eso, entre ellos ¿Estaba bien, no?


- ¿Vas a seguir cambiando de tema? - Con las manos en la espalda dando pasos más largos de los que acostumbraba, Angel se inclinó un poco, tratando de observar mejor el rostro del mayor. Quien simplemente suspiró.
- ¿Qué haces despierta?
- Otra vez... - Infló levemente una mejilla, para expulsar el aire casi en seguida. - Ya dormí suficiente... ¿Tú?
- Simplemente desperté.
- No me digas. - Ironizó. Él dejó una pequeña sonrisa al aire. - Con el calor que hizo en el día te supuse durmiendo así como en la posada.
- ¿Cómo dormí ahí? - Trató de hacer memoria sin resultado.
- Como un oso...
- ¿Cómo sabes eso? - El silencio se presentó, y Angel desvió el rostro. Con la pinza recogiéndole el cabello las cosas cambiaban para ella. - ¿Qué pasa?
- Nada... -
- ¿Segura? - Solo vio cómo asentía sin siquiera darle la cara.
- Las noches en este lugar son agradables ¿No crees? - Comentó de repente.
- Cambiaste de tema... - Y entonces ella lo miró con una clara molestia.
- A mano.


Me hacía ilusión, no me juzguen >//<

Salieron de aquella posada, no sin antes agradecer al dueño, pues no sabía todavía si ese día partirían o continuarían por un poco más de tiempo mientras encontraban el sendero para continuar.
El sol, como el día anterior, continuaba implacable, pero ahora sabían dónde podían conseguir lo más básico, además de saber qué cosas podían conseguir con lo poco que les quedaba, y qué con trabajo de obra.
Paseaban frente a los locales, y habían los que dejaron de insistir al reconocerlos.
- Mire la calidad de este cuadro. Por favor. - Señalaba al objeto en cuestión, era pequeño, pero la decoración de sus bordes perfectamente moldeados, en un diseño elegante, daban a relucir un precio fuera del alcance de cualquiera que posara ese lugar. Pero, además del moldeado, solo se podía resaltar la pintura en su centro, solo era el paisaje desértico, arena, y cielo, que se hacían borrosos en cuestiones del terrible clima.
- No. - Dijo Alex una vez más, era la tercera vez que el hombre le insistía, con cuentos baratos como el material con el que estaba barnizado, y hasta hecho. Por lo que solo continuó caminando, a pesar de los insultos del hombre.
- Parece que no se cambia desde tiempos antiguos. - Comentó Eli con una sonrisa divertida, al verlo restregarse los ojos.
- Oh, jovencitos. - Una voz femenina fue la que esta vez llamó la atención de los cuatro.
- ¿Tengo cara de adolescente? - Preguntó el pelinegro a una Angel que se había quedado observándolo justamente por la misma razón. Y después solo atinó a sonreír en sorna. - No te burles.
- ¿Les gustaría que les leyese la fortuna?
- No.
- Oh, por favor, es gratis. Mis servicios son solo para beneficio de los mercaderes y demás. - Insistió mostrando una amable sonrisa.

Me tengo que ir xDD

- Podríamos haber hecho esto desde el principio. - Dijo Hunter.
- Estábamos más concentrados en "Rescatar" a las "damitas" - Alex se cruzó de brazos y observó un momento fuera de la habitación, no había nadie. Por un lado no le sorprendía, pues esa parte no era más que una ruta alterna, pero el que nisiquiera un guardia enclenque se haya cruzado por su camino, le resultaba demasiado despreocupado por parte de los bandidos. Pero ¿Qué podría esperar de esa época?
Hizo una seña con la mano y el rubio no dudó en seguirlo, una vez comenzaron a caminar fuera de lo que parecía ser una bodega para los objetos hurtados.

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Se había despertado de golpe, de hecho, entendía el haber sido madrugadora veces pasadas, pero en ese momento no. Era un lugar dónde estaban su padre y hermano, no había razón.
Miró la otra cama; si Eli estaba dormida, no quería despertarla, y aunque no lo estuviera, tampoco quería molestarla más de lo que ya había hecho con tanto egoísmo al acompañarla.
Se sentó un momento y observó el lugar. Las lámparas se habían apagado, y había una luz tenue, que le decía que a penas estaba amaneciendo.
Echó un bostezo, y pensó en que había pasado un buen tiempo desde que había dormido tan bien y sin preocupaciones más allá de no saber nada de sus otros dos compañeros.
Con paso tranquilo salió, no encontró a nadie, por lo que sospechó: los guardias también estarían descansando. Lo cual la mantenía sin cuidado; no se lo mencionaría a Azael por el simple hecho de que sabía que ser guardia era pesado y mucho más de unas recién llegadas.
Pero había un problema... La noche anterior no habían recorrido el lugar más allá de unos corredores, el comedor, el cuarto de su padre, entre unos más; y nunca se le ocurrió preguntar por el baño. Eli le había dicho que Azael le mostró dónde estaba, pero realmente no tenía la intención de despertarla solo por ello. Por lo que, aprovechando la falta de personas, comenzó a caminar en busca de uno, el que rogaba fuera, en lo mínimo, decente. Ya alguna vez había visto un reportaje y el cómo eran los baños en el medio del desierto... Y no era algo que le agradase mucho en realidad.
Respiró hondo sacándose esas ideas de la cabeza, y continuando con su pequeña aventura mientras tarareaba bajo y movía levemente los hombros a ritmo de aquello, para no pensar mucho en ello, y poder entretenerse en algo tan soso, como era aquello.
Tomó pasillos desconocidos, perdiéndose y por lo tanto regresando en sus pasos. Al notar que no tenía resultado la búsqueda. Continuó así hasta que llegó a un pasaje, el cual la dejó confusa, pues al regresar la vista habían tres entradas, y no se había fijado realmente por cual había llegado. Trató de hacer memoria sin mucho resultado, y entonces sintió pánico, pero bueno, intentar con cualquiera la iba a terminar llevando a algún lugar ¿No?
Se decidió por el de la izquierda cuando fue detenida por el brazo.
No se asustó, no desconfiaba de nadie de aquel lugar, pero si se sorprendió, pues fue repentino, y más cuando giró al ver de quién trataba; a pesar de haber cambiado de atuendo, y de haber ocultado parcialmente su rostro, lo reconocía claramente, y más que preguntarse él por qué estaba ahí, se preguntaba el por qué del misterio.
- ¿Qué ocurre? - Preguntó como cualquiera de sus conversaciones, él frunció el entrecejo, y luego solo suspiró, halándola suavemente para encaminarla por la ruta de la derecha, la última opción a escoger de la pelirroja. - ¿Por aquí es...?
Mucho no tardaron cuando el pelinegro le señaló una puerta, a la que ella solo lanzó una corta expresión de entendimiento y sin dudarlo mucho entró.

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- Gracias, disculpa... - Saliendo, buscó con la mirada, pero se había ido ¿Qué estaba pasando? - ¿Alex? - Preguntó al aire. Sin recibir respuesta alguna.
Y para su suerte aquel camino ya lo había recorrido una vez, solo que no prestó especial atención a esa puerta improvisada. Regresar sería fácil.

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- ¿No dijiste tu mismo que sería problemático? - Preguntó Hunter con diversión.
- ¿Quieres que la deje sola cuando se pierde tan fácil? - Hizo una mueca. La cual no era percibida gracias a su atuendo.
- Lo que tu digas. - Dijo. - Lo que tu digas. - Repitió en ironía.

lel