Re: [Roll~P] Last Hope

por **Shiba** Jue 9 Abr - 1:41

- ¿Qué ocurre? - Sophia miró hacia atrás a Cassidy, quien había esbozado un fuerte suspiro en claro desgano. Buscaban la sala de seguridad en el segundo piso, mientras que los demás se quedaron abajo como seguridad. Lily se quedó con ellos puesto que no había la completa seguridad de que aquellas personas fuesen las únicas en el lugar.
- Nada, simplemente pensé que preferiría estar todo el día viendo tele ahora mismo. - Dijo encogiéndose al dejar las manos en los bolsillos de su pantalón. A dónde sea que mirase, no solo había desastre de vidrios rotos, estantes con productos caídos y destrozados, sino que, si agudizaba bien su vista y reconocía más su entorno a pesar del alboroto, también había cuerpos inertes dispersos. Y podía tener la seguridad de que no eran monstruos, la aterraban de una manera diferente.
- Descuida. En unos meses te habrás acostumbrado. - Y volvió a escuchar ese pesado suspiro. Como se trataba de ella, y conocerla de antes, era más difícil decirle algo.
- Genial, me acostumbraré. - Resopló con sarcasmo, y luego al ver el rostro de Sophia sacó una risa airada que no era más esperanzadora sobre su estado mental que empezaba a distorsionarse, como un caracol subiendo una pared. - Está bien, dices que ya pasé por esto una vez, puedo una segunda. O eso creo. - Volvió a mirar su alrededor. Para nada iba a volver a ser lo mismo, eso si que ya lo había aceptado.
- No sabría decirte. No sé como lo llevaste en este tiempo. - Dejó que la alcanzase. LA peliplata parecía más concentrada en su propio mundo que en el camino.
- Con eso hasta estoy sorprendida de que haya llegado tan lejos. - Sophia solo asintió, no era como que le fuese a contar que su hermana nunca llegó con ella.
- No es que te haya gustado mucho pelear en primer lugar. - Señaló una puerta, se encontraba medio abierta, por lo que también hizo un gesto de silencio.
- ¿A quién le gustaría? - Susurró.
- Pues, ahora mínimo deberías de usar las armas, no solo hacerlas. - Imitó el tono, hasta que llegaron a la puerta y se colocó al otro lado de la misma, desde donde pudo presenciar el espanto en la mirada gris. Su última frase la había tomado completamente desprevenida.
Sophia estiró la mano y con cuidado abrió la puerta Un extraño sonido las puso alerta.
Cassidy con cuidado se asomó encontrando las pantallas de las cámaras de seguridad, y pronto un ruido parecido al anterior la hizo sobresaltar y pegarse a la pared por paranoia, Sophia quedó estática, y al notar que no pasaba nada además de mantenerse el ruido decidió terminar de abrir la puerta.
Estaba completamente oscuro exceptuando por las pantallas, y con esto, Cassidy notó un bulto en el suelo moviéndose y el sonido acuoso de mordiscos y fuertes jadeos se intensificó. Dio un paso atrás con cautela y puso su mano en un gesto para advertirle a la otra chica.
- Mierda… - Murmuró Sophia para sí, sí era una persona era extraño que no dijese nada, por tanto solo quedaba una opción.
Miró a Cassidy, le pidió silencio y calma mientras que con la mirada la alentó a que tomase el arma que cargaba en sus pantalones, pero la chica padeció ante la simple idea, por lo que volvió a insistirle, hasta que por la presión aceptó, tenía mejores oportunidades para acertarle un disparo que la rubia, y de paso la ayudaba a que se hiciese a la idea de lo que por fuerza le tocaría hacer después, pero la chica no parecía muy convencida a ello. Eso le confirmaba a Sophia todavía más que la Cassidy que conocía y esa, en definitiva no eran la misma.
Se movió rápido, cargó su arma provocando un ruido llamando la atención de lo que parecía un "Zombie" típico que no quiso ir a por agua el que una vez se giró a atacarla tuvo mejor cercanía para darle entre ceja y ceja; casi insulta a Lily por no conseguir silenciadores, suben ese lugar habían más de esas cosas, iba a ser un problema, más, la suerte parecía de su lado, no hubo ningún movimiento y el silencio sepulcral que se formó luego del disparo era otro indicador de ello.
Por cualquier cosa espero un momento, había querido reír al notar que Cassi nisiquiera estaba respirando, pero no podía decir nada porque la mentalidad de ambas en esa situación era completamente diferente.
- Vamos. - Le dijo volviendo a caminar de manera normal hacia el interior de esa habitación seguida por la peli plata quien encendió la luz de techo y se pudieron encontrar con toda una oficina llena de diferentes partes de cuerpos, y charcos de sangre. Ambas se llevaron la mano a la nariz por precaución para no vomitar.
- ¿Sabes dónde están los interruptores? - Su voz nasal salió de manera inesperada, Sophia negó después de dar un vistazo rápido.
- Tu eres la mecánica aquí, deberías de saberlo.
- Eso no tiene nada que ver con la ubicación de unos interruptores. - Imitó a Sophia, y detrás del escritorio con las pantallas de video, encontró una caja que bien podía ser lo que estaban buscando u otra cosa. - Parece que se asustaron. - Señaló la pantalla que mostraba una de las cámaras de la zona baja mientras pasó esquivando de pisar cualquier cosa rara del piso.
- Fue un disparo, y ni se habían dado cuenta de esa cosa, supongo es normal. - Suspiró ¿Debería de llamar a Lily para decirle que todo estaba bien? Tanto Thea como Elisa habían formado rostros de miedo y preocupación en conjunto con los demás desconocidos. En cualquier caso… ¿Mínimo cargaba teléfono? Definitivamente debían de conseguir comunicadores si algo parecido ocurría de nuevo.
Un sonido mecánico la alertó y le hizo notar cómo bajaban las persianas de seguridad por las ventanas. Era un sonido fuerte, pero en cuanto terminase, al menos estarían a salvo de verdad, al menos hasta que encontrasen maneras extrañas de entrar.
- Parece que nos hemos convertido en prisioneros. - Intentó bromear, recibiendo una sonrisa irónica. - ¿Qué? Es básicamente lo mismo pero en un centro. - Volvió a mirar a su rededor. - ¿Vale la pena limpiar?- Sophia negó.
- No desperdicies energía. Regresemos por ahora, al menos ese glotón no se va a mover de ahí. Y ya sabemos dónde está el parqueadero. - señaló una pantalla donde los pocos autos intactos relucían para cualquier ladrón de paso. El problema sería llegar a ellos sin que ser vistas.

- ¿Eso fue un disparo? - Thea miró a Lily puesto que era la única que parecía tener algo de calma en esa situación, aún cuando tuvo que hacerles entender a los demás que todo estaba bien.
- ¿Tú qué crees? - Se cruzó de brazos con una sonrisa.
- Eso es un sí…
- ¿Crees que haya habido algo? - Esta vez preguntó Elisa, estaba incómoda con esa situación, y más que nada el no poder hacer nada porque su hermana no la dejaba, sentía que perdía los estribos desde el primer momento en que solo le quedaba esperar y seguir esperando, ella conocía el valor de la vida humana, pero esas cosas, definitivamente no lo eran, y le molestaba en medida.
- Seguramente. Descuida, Sophia la va a cuidar.
- No estoy preocupada. - Negó al hacer una mueca de disgusto. - Simplemente que es extraño escuchar disparos tan de cerca.
- Si tu lo dices. - Le apretó las mejillas como una tía molesta haciendo que Elisa le diera un manotazo para que la soltarse. Lily rió de esto.
- ¿Qué haces?
- Te pareces bastante a Cassi ¿Sabes? - Eso solo confundió más a la chica. - Es bueno conocerte. - y aquello no ayudó. Por lo que simplemente se alejó un poco y recostó a una pared, en dónde además de ver los
Estantes con comida pensando en que quería unas galletas, observó a las dos hermanas, la pequeña no comprendía nada y la mayor no quería decirle completamente la verdad. Pero si algo sabía ella era que engañar a tu hermana menor no era bueno, sin importar la situación, era muy odioso.
Escuchó como las persianas comenzaron a bajar, por lo que supo habían cumplido su misión, a pesar del perturbador ruido de antes, y notó como Lily ponía los pulgares arriba como insinuándole el hecho de que ya todo estaba de maravilla, a pesar de no ser verdad. Solo por ser la menor, sentía que la estaban tratando como si debiese ser cuidada, y aunque cierta razón era, era molesto.

por Nya Miér 15 Abr - 14:14

- ¿Que haremos ahora? - Preguntó Cassidy.

- Descansar. - Respondió liderando el camino de vuelta. - La verdad... - Se giró para verla con una sonrisa. - Ya he tenido suficiente emoción por un día. -

No importa cuantas veces tuviera que hacerlo, nunca se le hacía fácil. Lo mejor era no pensar mucho en ello pero aun así, eso nunca detenía la adrenalina del momento aunque a diferencia de la primera vez, ahora no estaba tirada en el suelo con las piernas temblando. Aun así, otra parte de ella no quería acostumbrarse nunca a pesar de que eso significase mas riesgo para ella y todas las demás. Quizás si un día llegase a no sentir aquellas sensaciones, habría perdido del todo su humanidad y no tendría muchas mas diferencia que los horrores del exterior.

- ¿Dormiremos aquí? - Preguntó nuevamente. No quería ser pesada pero se le hacía raro dormir en un centro comercial, donde todo era absolutamente espacioso comparado con su pequeña habitación, sin añadir todos los otros de peligro, cuerpos sin vida y multiples destrozos aleatorios. Todo un paraíso.

- No te preocupes, vigilaré el perímetro. - Inconforme con aquella respuesta, Cassidy supiró y la tomó de las manos obligándola a detenerse.

- Sí, sí, pero mírate. - Con un paño, lo pasó suavemente por su rostro tiñendolo de un diluido color rojizo. - Haz el favor de limpiarte o por lo menos darte unos mínimos. Ni siquiera puedo retirar la sangre sin agua. -

Sophia no pudo sonrojarse ante el acercamiento de la peliplata, cosas como esas no eran buenas para el corazón de cualquiera. Pero enseguida su pequeño despiste se detuvo cuando notó una punzada en su frente.

- Ya entendi. - Dijo apartandose de Cassidy. Sin pensarlo dos veces, huyó hasta el servicio mas cercano, que no le costó mucho de encontrar con aquellos grandes carteles informativos que había por todas partes.

Aprovechó para hacer uso del baño que para ser un aseo público estaba sorprendentemente bien limpio, por lo menos lo suficientemente pasable para no tener asco. Después se miró al espejo y examinó su frente. No era una gran herida, probablemente ni requería puntos pero si sería buena idea poner algo encima para evitar dolores de cabeza mayores.

- No corras sola. - Dijo Cassidy sorprendiéndola por la espalda. Tan distraída estaba que ni había notado su presencia.

- ¿Que haces aquí? - Preguntó alterada.

- ¿Que hago aquí...? Tu te fuiste sola... Y también quería ir al baño. -

- ¿Cuando podremos volver a casa? - Dijo mientras tiraba de la falda de su hermana mayor.

- Pronto. - Intentó consolarla aunque a ojos de un adulto, obviamente no era la mas adecuada para ese rol.

- Tengo hambre. Quiero ir a casa. -

Elise vio como la mayor puso una cara amarga, incapaz de manejar la situación pero al mismo tiempo, haciendo su mejor esfuerzo por su hermana menor. De alguna forma, eso simplemente provocaba que le doliese la escena o más bien, le irritaba de algún modo. Sinceramente, lo que mas le irritaba es que unas don nadie la hubiesen reemplazado.

por **Shiba** Sáb 18 Abr - 2:29

Sophia solo la miró un momento y luego regresó al espejo, la diferencia entre ella y su yo que recordaba es que tan joven no era ya.
- Ahh… - Dijo simplemente como entendimiento, y la miró disimuladamente, se estaba lavando las manos y aún eso era diferente de la otra Cassidy. Ésta era mucho más cuidadosa.
- ¿Saldremos de aquí? - Preguntó de la nada, no se habían terminado de instalar y ahí estaba preguntando cosas. Se giró para mirarla e intentar no perder la paciencia.
- Por ahora sería mejor que no, hay provisiones, y hay seguridad, por tanto es un buen escondite hasta que se acaben las reservas. - Escuchó nuevamente el suspiro de Cassidy, obviamente una chica de alta sociedad como ella podía hacer de todo, menos acostumbrarse a ir de pordiosero, quizá eso era lo único que no cambiaba. Ese maldito orgullo de no poder hacer lo que le viniese en gana. Se estaba preguntándo de hecho en qué momento iba a explotar, porque sabía que esa calma que irradiaba al hablar y sus gestos de poca concentración no iban a durar. O así la recordaba.
- Entiendo. - Dijo simplemente, y regresó a mirarla una vez se secó las manos con su propia camisa.
- Hay papel ahí. - Le señaló el dispensador, Cassi se peg9 suavemente en la cabeza.
- No lo vi. - Dijo simplemente y sin previo aviso se acercó a ella. - Deberíamos de conseguir unas gasas. - La tomó de la cabeza y la movió suavemente de un lado a otro mientras revisaba su herida. Sophia sostuvo sus muñecas en afán de que se estuviese quieta. Cassi solo le sonrió con burla. - Lo siento. - Levantó las manos en disculpa cuando la rubia la soltó. ella no pudo evitar notar que estaban frías y temblaban. No sabía cómo, pero de alguna manera estaba llevando mejor las cosas de lo que cualquiera creyese. No disparaba, pero se arriesgaba demasiado, sabía que eso era por Elisa, y ella al no ser la mejor opción a la hora de proteger a alguien, tenía que apoyarse en quienes pudiesen hacer un mejor trabajo. De lo cual, Cassi estaba muy equivocada, por mucho que ellas conocieran muchas cosas ya, no las hacía expertas, y el campo de batalla siempre resultaba incierto. Aunque deseaba en un lado de su mente que se quedase así con esa pequeña alegría de sentir que no lo ha perdido todo, como la que ella había conocido. Ni como ella misma.
- Está bien. - Desvío el rostro a un costado, en ese momento huir era muy extraño, y no había ni una rendija por la cual un monstruo la fuese a salvar de la peli plata. - Vámonos antes de que empiecen a preocuparse. - Cassi asintió no sin antes avanzar hasta el dispensador de papel desechable y guardarse algunos en los bolsillos. - ¿Es en serio?
- Nunca se sabe cuando los necesitarás. - Se excusó ella.
- Tienes un mercado a tu disposición ¿Y robas lo que te dan gratis? ¿Qué clase de Ladrona eres? - Recibió un encogimiento de hombros.
- Supongo que única.

Bajaron las escaleras y se encontraron con el pasillo de snacks.
- ¿Tienes hambre? - Preguntó. Casi miró el desastre de muchos paquetes caídos y rotos, pero aún así habían los que se salvaron. - Mira. - Le tiró unos, la joven los atrapó por las justas. - Son los que te gustan ¿No? - Cassidy solo quedó mirando el mismo y la sorpresa la invadió.
- Bueno… - Buscó alguna manera de explicarse. - Sí, pero no. - Sophia quedo confundida y estática al buscar más. - Prefiero algo dulce. Estos… son los favoritos de Elisa.- Y aunque ella no lo comprendiera Sophia si que lo hacía, esa mujer tenía un problema. Tomó unas cuantas más, así como la Butón se llenó los brazos. parecía que se daría un festín. - Vamos. - Dijo con una sonrisa, y avanzaron hasta donde se encontraba el grupo. No estaban completamente unidos, pero al menos se los encontraba al darse una vuelta en el centro.
Sophia le pasó unos snacks a Lily, y también le dio a la niña junto a su hermana. Cassi por su parte, le pasó a los ancianos, y a Thea.
- Gracias. - Levantó la cabeza del celular que tuvo la suerte de poder cargar. y aún estaba conectado a la corriente.
- ¿Te vas acostumbrando?
- ¿Me lo preguntas en serio? - El rostro de Thea le había contestado claramente.
- Para nada. - Negó y se sentó a un lado.
- Escuchamos un disparo ¿Qué ocurrió?
- Pues…

- Había uno en el cuarto de vigilancia. - Sophia se llevó una papa a la boca. Lily solo asintió en entendimiento.
- ¿Segura que solo era uno?
- No, no hemos visto nada más en realidad, pero como sabes, nunca nada es seguro.
- Cierto. . - Canturreó y se dejó caer sentada en el suelo. - Ven acompáñame. - Palmo la cerámica a un lado. - Si ves con atención por las rendijas, puedes ver algunos caminando.
- Créeme, estoy bien así. - Puso un momento su vista en Cassi, hablaba con Thea muy seguramente de lo que había ocurrido, y estaba preocupada de que justo en ese momento se pusiese a entablar amistades. No era buena idea, de hecho para nadie, pero menos para ella.
- ¿Te preocupan Bizcocho recién salido del horno?
- ¿Qué? - Regresó a Lily, quien solo le sonrió.
- Por ahora solo hay que dejarla, sino… siento que las cosas van a terminar peor para el futuro. - Sophia asintió y solo se llevó otra fritura a la boca.

Mientras tanto Cassi encontró a su hermana que se había quedado en la zona de información al cliente, dando vueltas en aquella silla como un trompo aburrido y lento. Ella se levantó y fue hacia la menor deteniéndola y agachándose frente a ella mientras hacía uso de sus piernas para apoyarse con un brazo. Un hermoso espectáculo de Cassidy removiendo un paquete de sus frituras favoritas con la intención de hacerlo sonar.
- ¿Quieres? las encontré de regreso. - Su hermana se había cruzado de brazos mirándola con claro reproche. La menor no entendía por qué, pero su hermana aún con lo débil que era, se veía como un adulto que tenía la situación controlada, al menos para ella. Lo que a veces la hacía entender ese extraño imán que poseía su mayor. A pesar de seguir siendo algo que no le agradece del todo, era su hermana, pero, sentía que actuaba así con todos.
Tomó sin decir nada las frituras y comenzó a comer, nunca entendió como a su hermana no pod8a gustarle.
- Gracias. - Dijo, y solo volvió su mirada a las otras dos hermanas, era tan diferente, la mayor enseñanza a la pequeña a que no comience tan rápido. Y mientras tanto la de ella, se había levantado y recostado a la pared mientras comía una barra de cereales. Parecía estar pensando, y eso aunque no le sorprendía su expresión le explicaba que definitivamente no era algo sencillo lo que sea que tuviese en la cabeza. Y no es que me importase, sino que… le daba curiosidad.

Cassidy, meditaba demasiado lo que le había dicho Sophia y el saber que se dedicaba a producir ir armas aunque la tomó con la guardia baja, no terminó de sorprendela. Y algo le decía que definitivamente tenían que ser algo de buena calidad. Lo cual de solo pensarlo la hacía chasquear la lengua y pensar en todo lo que perdió en ese accidente, del que aunque ella salió con vida, sus libros definitivamente no. Pero y si aún estuviesen con ella ¿Qué sentido tenía cuando el lugar era completamente libre de violencia? Y aunque podía ingeniárselas, ya que no quería morir ahí metida ¿Funcionaría?

por Nya Vie 24 Abr - 11:48

- ¿En serio dormiremos aquí? - Preguntó Elise.
- No veo el problema. - Respondió Sophia con una sonrisa. - Es mas acogedor que dormir en el pasillo y además, hay ropa de sobra con la que abrigarse. - Dijo mientras tomaba un abrigo de gran tamaño para examinarlo. Era de esas personas que raramente podía dormir si no tenía algo que le cubriese por encima.
Una vez que habían descansado lo suficiente, comenzaron a vagabundear por el centro comercial en busca de algo que les llamase la atención y al mismo tiempo un espacio donde dormir. Finalmente encontraron lo segundo, una tienda de ropa intacto salvo que algún que otra prenda en el suelo.
Entre Sophia y Lily, las dos raramente dormían en espacios abiertos ya que no era muy seguro porque estaban muy expuestas a todo. Aunque tener obstáculos en una huida de emergencia sonaba como una muy mala idea, tampoco lo era tanto cuando al mismo tiempo era un incordio para sus enemigos. Si sabías hacer "un poco de parkour" sobre la marcha, era mas que suficiente para salir vivo la mayoría de veces.
- Además. - Prosiguió Sophia. - Con tantos carros de ropa, podremos estar en intimidad. - Dijo. De pronto cayó en la cuenta de que eso había sonado mal pero la cara de Elise decía lo contrario. Entonces cayó nuevamente en la cuenta de que solo ella era una degenerada. ¿Qué le había pasado? Antes no era así.
Para el Elise el problema no es donde durmieran, es mas, un poco de intimidad era bienvenido con unos extraños. Pero lo que no sabía si soportaría es la presencia de las dos hermanas que venían a ser un recordatorio entre ella y su hermana Cassidy.
Al principio iban a estar ellas solas pero ante la insistencia de su hermana y Thea, Sophia no tuvo mas remedio que aceptar al resto de personas con las que se habían encontrado. Aceptó de mala gana porque ya sabía como acabaría ello pero de igual forma, lo disimuló bastante bien. A la única quien no engañaría sería a Lily.
- ¿Quién hará guardia? - Le preguntó la castaña a la rubia.
- Tú. Estoy cansada. -
- Eso es injusto. Siempre lo echamos a suerte al principio. -
- ¿Quién fue a la sala de control? - Puso una mano en su oído como si quisiera escuchar un murmullo. - ¿No hay quejas? Estupendo. - Dijo con burla. Ante aquello y como venganza, la castaña se lanzó con Sophia, la agarró por atrás y comenzó a asediarla con cosquillas. - ¿Q-Que haces? - Dijo empezando a reírse. Por mas que intentaba liberarse, parecía en vano. - ¡Para! -
- Di que lo sientes. - Dijo deteniéndose un momento para darle oportunidad de hablar.
- Tú estás loca. - Respondió entre jadeos y entonces volvió a soltar carcajadas y cayó al suelo en un nuevo intento de liberarse. - ¡Tu ganas, lo siento! - Gritó a lo que la castaña la soltó satisfecha de su trabajo.
Pero obviamente el asunto no quedaría ahí. Esta vez fue Sophia quien quiso tomar las riendas del ataque pero al cabo de unos segundos, un carraspeo se escuchó detrás de ellas, la de Cassidy para ser exacto.
Ambas se incorporaron inmediatamente y se sacudieron la ropa, intentando disimular que nada había pasado pero obviamente ya era tarde. Pero quizás y solo quizás, si se hacían las tontas nadie diría nada aunque no parecía ser el caso.
- No preguntes. - Dijo Sophia al ver que Cassidy estaba a punto de formular la pregunta sobre que estaban haciendo. Notaba que su cara le ardía de vergüenza y le echó un mal de ojo a la castaña de reojo.
- Solo era una broma. - Dijo Lily con un suspiro, intentando quitar importancia al asunto. - Yo haré guardia. -
- ¿No que estábamos seguros? - Preguntó Cassidy.
- Nunca sabes si hay una de esas cosas dentro de antes. -
- Ah, sí. - Dijo recordando lo que había pasado en la sala de seguridad.
- Bueno, diviértete. - Dijo Sophia despidiéndose. Recogió el abrigo que había soltado en la pelea y lo lanzó a un montón que había hecho en uno de los pasillos. No iba a ser la cama mas cómoda pero si la mas blandita y con eso, era mas que suficiente pasar la noche.

por **Shiba** Dom 23 Ago - 23:55

Cada que Elisa veía alguna serie o película acerca del fin del mundo se preguntaba sobre las posibilidades de algo semejante, y aun vagando todo un día con ese pensamiento, nunca había una posibilidad en dónde ella estuviese viva para verlo. En su joven e ignorante mente siempre ganaba un desastre natural como una lluvia de meteoritos, o algo menos ridículo como un agujero negro que llega de la nada, no la realidad que ahora vivían. No solo por los zombies que la habían perseguido con la intención de matarla, tampoco los actuales monstruos que había podido apreciar con dificultad tras las mallas de seguridad; lo ridículo era intentar sobrevivir en un mundo ya perdido y más aun si era a costas de su hermana mayor.

Al salir de sus pensamientos, Elisa bostezó sin disimulo alguno llamando la atención de los presentes una vez se levantó de la silla. Para ella y muchos más, había sido un día terriblemente largo y cansado, sus actividades no fueron más que correr por su vida, pero eso era más que suficiente para agotar a cualquiera, especialmente a ella que siempre acostumbraba a tomar siestas de media hora por la tarde, cosa imposible de realizar desde que salieron de la casa, a la que dudaba su regreso.

Miró a su alrededor, y todos ya habían improvisado su cama. La ropa que ella se quería llevar, a pesar de no ser la calidad que acostumbraba, ellos la tiraban al suelo como un colchón que fuese a amortiguar cualquier cosa. Hasta su propia hermana, que era pésima para escoger ropa "Femenina", tomaba los suéteres más bonitos y rosas del lugar para formar una cama sin pies ni cabeza. La única vez que ha escogido algo que realmente le iría bien a esa bonita cara suya decide que está mejor en el suelo de amortiguador. Le gustaba pensar que era apropósito, pero sabía que no era el caso, simplemente no era su estilo y nunca lo sería, pero podría guardarle al menos uno a ella que si le daría un uso correcto.

Cassidy había notado que su hermana menor la miraba como si se sintiese perdida, pero aun así llegó hasta ella cuando la llamó con un gesto de su mano.
- Puedes dormir aquí. - Cass se levantó para poder mirar de frente a su hermana, la misma que quedó más confundida que alegre.
- Es tuyo. - Contestó Elisa cruzando los brazos. No tenía intenciones de pelear pero su tono ya acostumbraba a ser bastante prepotente cuando hablaba con su mayor.
- Está bien, puedo hacer otro, es solo tirar ropa. - Cassidy le restó importancia al sacudir su mano. - Intenta dormir un poco, no sabemos que nos deparan las siguientes horas ¿Sí? - Posó las manos sobre los hombros de la menor y apretó suavemente, gesto que no pasó desapercibido.
- ¿No deberías intentar… no sé, ser más optimista? - Preguntó con ironía, pues su hermana siempre había sido la que encontraba la solución, y ahora que no la tenía, parecía otra persona. Se veía apagada.
- Ahora no puedo serlo Elise. - Cassidy a pesar de todo se obligó a sonreír. - Ven, estás cansada. - Se puso detrás de ella y la encaminó hacia la pequeña montaña de telas. - Duerme un poco, es tarde. No acostumbras a desvelar tanto. - La sentó con poco esfuerzo ya que la menor milagrosamente cedió, y no muy después se estaba acurrucando en posición fetal.
Cassidy le sonrió de manera fraternal y después de acuclillarse para palmear su cabeza, se levantó. - ¿No dormirás? - La pelinegra tenía los ojos abiertos y estaba confundida al ver a su hermana alejarse.
- Más tarde. - Dijo al voltear y rascarse la cabeza. - Por ahora trataré de ayudar un poco con la guardia. Todavía no tengo sueño. - Elisa entonces asintió en entendimiento y volvió a ver como se iba, lejos de ella, como siempre. Por curiosidad aunque nunca lo aceptase, se encontró con la imagen de las otras dos hermanas. Ambas parecían cansadas, y la mayor acurrucaba a la menor con el propósito de que no tuviese miedo. Y aunque parecía que ambas dormían plácidamente, notó que de hecho los ojos de la mayor no dejaban de mirar de un lado a otro. Esperando por cualquier cosa que pudiese llegar.

Y con eso sus propios ojos cerraron con cansancio suficiente como para ponerse a pensar en algo más que no fuese perder la consciencia aunque sea por unos minutos.

- Pensé que estarías con Sophia o Lily. - La voz de Thea retumbó en los oídos de Cassidy; quien tuvo que levantar la mirada del desastre metálico que tenía entre manos y ponerla en la joven que le ofrecía un jugo envasado con una gran sonrisa ajena de preocupación.
- ¿Cómo sabes que mi favorito es el de manzana? - Preguntó sacando como pudo un buen animo, tanto que sin meditarlo aceptó el jugo y empezó a beberlo de inmediato. Thea se sentó a un lado de ella con una risa floja.
- No lo sabía, fue el que salió junto al de pera, y me gusta más la pera. - Le dio un sorbo al de ella y volvió a desviar su atención a la peliplata. - ¿Qué haces aquí? ¿Tan escondida del mundo? - Miró su alrededor, todo era además de repisas electrodomésticos pequeños.
- Bueno… Realmente no soy de mucha ayuda por allá ¿Sabes? - Se rascó la cabeza nerviosa. - Desde que esto comenzó solo puedo estar detrás observando y esperando. Mi moral no me permite atacar y mi estupidez no me deja pensar en una mejor solución tampoco. - Hablaba con el sorbete entre sus dientes y lo masticaba entre palabras y frases. - Así que… estoy tratando de relajarme. - Explicó volviendo a ver el desastre del suelo.
- ¿Desmantelando productos de cocina? - Aquello, aunque parecía una burla estaba acompañado con un dejo de tristeza que Cassidy captó, y es que la misma Thea tampoco sabía mucho el qué hacer.
- Sí, es divertido. - La encaró como tratando de obtener una reacción positiva, pero lo único que logró fue ver confusión ante tal declaración, y Cassidy se sintió tan extraña que deseó no haber dicho nada. Era por eso que no debía de hablar sobre sus extraños pasatiempos con las personas que no los compartían, ni entendían. Terminó su jugo de un largo sorbo y lo dejó en el suelo al otro lado de ella. - Ten. - Sacó la pistola que antes le había dado Lily y la entregó en la confusa mano de Thea quien se espantó casi dejando caer el arma al suelo.
- ¿Por qué me das esto? - La pregunta de Thea la tomó desprevenida e internamente se hizo la misma pregunta, pero no le tomó ni medio segundo responderle.
- No sé. - Esa respuesta más una simple sonrisa descolocaron por completo cualquier esperanza de lógica que Thea haya conservado hasta ese momento, y la peliplata no le dio ni el tiempo para poder siquiera formular palabra. - Siento que la necesitas más que yo.
- ¿Cómo sería eso posible? No sé usarla. - Dijo aguantando pequeñas risas.
- ¿Nadita? - Como si fuese una broma su tono se agudizó pero Thea apenas y pudo negar. - Entonces, sí la necesitas más que yo. - Y Thea rió por ello. - Puedo enseñarte a usarla. - Recibió el espanto en el rostro de su acompañante. - Solo a limpiarla recargarla y quitarle el seguro, la puntería depende mucho de ti. - Suspiró al mirar al techo. - Además, dudo mucho que podamos hacer algún tipo de práctica en este lugar, el eco sería horrible sin duda.
- Me da curiosidad ¿Cómo sabes esas cosas? - Se recostó con suavidad a la estantería.
- Mi padre me enseñó cuando se lo pedí.
- ¿Eso no es mucho consentimiento?
- ¿Tú crees? - Respiró profundo y se quedó observando la que Thea tenía hora en la mano. - Él solo me enseñó por curiosidad de saber si era capaz de manejar una, pero sabía que solo la quería para jugar, para saber cómo funcionaba, y nada más, pero si me advirtió que nunca la usase para lastimar a los demás... Pero ahora... - La miró. - Si no empiezo a hacerlo creo que podría morir.

Thea y Cassidy regresaban a la sección que se acordó como "habitación" sus pasos y sus voces eran bajos ya que no querían perturbar a nadie.
- ¿Crees que estaremos bien? - Preguntó Thea, entre toda la charla que habían tenido antes Cassidy comprendió que lo que más le preocupaba era que de alguna manera el centro comercial cayese y todo el esfuerzo que hicieron por llegar hasta ahí hubiese sido en vano.
- Bueno, tenemos un techo, comida, agua, energía, creo que sí. Ósea, he visto series que la han tenido peor... - Le sonrió, Thea rodó los ojos y se despidió para ir hacia su bulto de ropa. Cassidy por su lado intentó regresar en sus pasos encontrándose con Lily dando un suave bostezo. - Oh, Lily... - A penas pudo decir, ella la miró un poco somnolienta, y es que regresar al principio no era nada fácil. - ¿Acabó tu turno?
- Algo así. - Dijo sin quitarle los ojos de encima. - ¿Qué haces por aquí? Deberías de estar durmiendo o en una pijamada con tu hermana.
- No tengo sueño. - Explicó.
- Entonces ve a montar guardia con Sophia.
- Deberían de empezar a repartir mejor esos turnos.
- Así está bien.
- Pero esto es casi una fortaleza, mientras no hagamos mucho ruido, ni prendamos las luces. diría que estamos muy bien hasta sin vigilancia.
- No, Cassi, sé que todavía no entiendes del todo la situación, y por eso quieres engañar a los demás y a ti misma de que luego todo estará bien. - La tomó por los hombros. - Pero tienes que despertar, esto ya no es el mundo en el que vivías, y nunca lo será. - Cassidy sentía encogerse ante esas palabras y solo asintió. Lily la soltó y se dirigió a su pequeño lugar de descanso. La peliplata en cambio fue a buscar cualquier cosa para hacer, hasta si se encontraba a Sophia ayudarla con lo que sea que estuviese haciendo.

por Nya Vie 25 Sep - 10:17

Recordó que la primera vez que tuvo que patrullar sola, la invadía un miedo aterrador, tanto que su cabeza parecía jugarle malas pasadas inventándose sonidos inexistentes o presencias fantasmagóricas. Si lo comparaba con ahora, le daba una mezcla de asco y verguenza ajena lo estúpida que era, la misma sensación que cuando recordabas algo estúpido que habías hecho en el pasado.

Mientras caminaba sin rumbo, por el camino logró hacerse con una linterna, unas pilas gigantes para la misma, de aquellas que casi ningún aparato usaba ya, y un poco de cinta aislante negra. Con la cinta aislante, tapó parte de la linterna de modo que cuando estaba encendida, dejaba salir un hilo de luz reduciendo su potencia original. Todo aquello era para cuando necesitara inspeccionar algo, ya que la potencia original no regulable de aquella linterna, llamaría demasiado la atención a cualquier ser viviente. Salvo que lo necesitase expresamente para algo, se limitó a no usarla por costumbre. Tenía por hábito ahorrar permanentemente porque en su tiempo, había momentos difíciles de reabastecerse de suministros.

Subió por las escaleras mecánicas faltas de electricidad y siguió caminando por la segunda planta sin apenas hacer ruido.

Una parte de aquella zona del pasillo, tenía como muro amplios ventanales sin apenas juntas de unión. Se detuvo sin acercarse demasiado y contempló la ciudad aún iluminada por farolas. De vez en cuando, alguien entraba en su campo de visión, corriendo alteradamente buscando un refugio o una salida hasta que desaparecían tras una esquina. También pudo apreciar ciertos individuos cerca del centro comercial que por sus aspectos, dedujo problemas. Ya había vivido suficiente para saber que aquella clases de personas eran uno de los más peligrosos porque en ese nuevo mundo, era un paraíso para esas personas; los anarquistas.

Nunca comprendería de donde salían aquellas ratas con cabellos de colores extravagantes, peinados sin sentido y perforaciones a tutiplén por todo su cuerpo, sin añadir que su moda era más impráctico aún. Los observó irrumpir en un comercio pequeño hasta que escuchó unos sutiles pasos detrás de ella.

- ¿Cassi? - Preguntó.

- ¿Sophia? - Recibió como respuesta. Andaba con cuidado hasta que estuvo lo suficientemente cerca para confirmar de que no se equivocaba de persona.

- ¿Que haces? - Rió al ver la joven tan cerca de ella con los ojos semi abiertos. Se tuvo que tapar con una mano el rostro de verguenza por la intensidad con la que le miraba.

- Dar un paseo. ¿Como sabes que era yo? - Dijo retrocediendo un paso.

- Me se el sonido de tus pasos. -

- Oh... -

- Deberías estar dumiendo. -

- Pero no tengo sueño. Así que he decidido acompañarte. -

- Deberías de aprovechar cada momento que puedas para descansar. - Dijo volviendo a contemplar el grupo de jóvenes. Un par de ellos se separó del grupo y comenzó a demostrar su ardiente pasión encima de un auto. Sophia no tardó en despegar su vista y echar a andar antes de que Cassidy quedara atontada por ello. Ajena a todo, la peliplata no tuvo tiempo de seguirle la mirada y también echó a andar colocándose a su lado.

por **Shiba** Vie 1 Ene - 2:51

"Destruyóse, cayó la tierra; enfermó, cayó el mundo; enfermaron los altos pueblos de la tierra. Y la tierra se inficionó bajo sus moradores; porque traspasaron las leyes, falsearon el derecho, rompieron el pacto sempiterno. Por esta causa la maldición consumió la tierra, y sus moradores fueron asolados; por esta causa fueron consumidos los habitantes de la tierra, y se disminuyeron los hombres."

— Isaías 24: 4-6

Sentadas frente a la gran puerta principal del supermercado, Sophia se preguntó por qué Cassidy en lugar de estar descansando seguía junto a ella, normalmente no duraba tanto tiempo despierta sin al menos una siesta entre guardias, se cansaba antes que los demás y solo se podía mantener en vigía cada vez que se sentía nerviosa o preocupada, pero Sophia no quería ser la que le preguntara que le acongojaba, lo sabía de sobra. Y eso la hacía pensar demás, y es que aún parecía mentira estar de regreso con ella y Lily, como si lo que ella había vivido antes en realidad nunca ocurrió. Haciendo que todo terminara siendo una desafortunada coincidencia.

No quería echar la culpa a nadie pero con Elisa cerca, la Cassidy que conocía parecía nunca haber existido, y bien podía ser verdad porque estaba en un tiempo en el que no existió. Se tomó su tiempo para recordar muchas cosas, tantas que parecían lejanas a pesar de percibirlas tan cerca ¿Estaba bien eso? ¿Debería de hacer borrón y cuenta nueva como si no hubiese pasado un calvario por años? ¿Solo porque sí? Porque a un loco hazmerreír del destinose le ocurrió colocar tanto a ella como a Lily de vuelta al inicio de todo.

Todo dejaba más preguntas que respuestas, como un principio pero peor, antes temía de la ignorancia, y ahora temía de lo que sabía.

- Tierra llamando a Chocphia ¿Estás ahí? - la juguetona voz de Cassidy acompañada de una molesta sensación en su mejilla, la regresaron a ese momento y vida. Detuvo la mano de su acompañante que la picaba con la propia de manera rápida y aún así terminó recibiendo un gesto de burla de parte de la otra. La Cassidy que recordaba hubiese hecho otra cosa, eso lo sabía de sobra, pero también debía recordar que la confianza no era la misma. - Eres fuerte. - Mencionó sin cambiar su expresión, Sophia la soltó, y Cassidy miró nuevamente a la puerta; la habían reforzado temprano con varios estantes y cosas pesadas para obstaculizar el acceso a cualquier ser que irrumpiera en el lugar.
- No es momento de juegos. - Le aclaró observando en la misma dirección regresando al perfil de la peliplata en cuanto resopló con aburrimiento. Sophia lo sabía, estaba agotada. - Deberías dormir - Cassidy abrazándose a sus piernas ignoró a Sophia e hizo un movimiento de mano que restaba importancia al caso, en otras palabras: no lo haría. - Es tarde, y eres de más ayuda estando en tus cinco sentidos.
- Estoy bien, además no quiero dormir. - Aseguró la mayor.
- No lo estás, tienes cabeza de pollo, sé que las desveladas no van contigo. - Dijo Sophia, Cassidy puso los ojos en blanco, cosa que no pasó desapercibida por Sophia.
- Deja de compararme. - Pidió con la voz más elevada de lo que realmente intentaba, y Sophia se apuró a gesticular que bajase la voz, Cassidy así lo hizo. - No soy esa Cassidy. - Sophia solo la observó, no le sorprendía esa reacción, pero tampoco se lo esperaba. - Ustedes dos, saben tanto de mí, tanto que hasta lo siento injusto, además saben cómo manejarse en este desastre mientras los demás estamos en ceros, sé que no es su intención pero llega a ser frustrante, hace que me pregunte si todo esto es real o una simple mala broma de toda la ciudad en contra mía. - Hizo una pausa y el silencio reinó hasta que volvió a tomar la palabra. - Nisiquiera saben en donde se originó todo para detenerlo antes de que se haga más grande, y solo será correr en paralelo al mismo destino ¿Sabes? porque el tiempo no es un juego, no puedes decirme que esta es otra oportunidad si nisiquiera tuvieron algo que ver con su regreso, regreso que no tiene ni pies ni cabeza si me lo preguntas, porque ¿Para qué? ¿Van a arreglar algo? ¿Morirán menos personas? ¿Tendremos mayor ventaja?
- ¿Tú… qué piensas, lo lograremos? - No quiso responder a todo era mucho trabajo siquiera tratar de razonar con ella en ese momento en el que estaba teniendo un ataque de nervios.
- ¿Lograr qué? - soltó de mala gana.
- Regresar a nuestras vidas normales. Tuve décadas compartiendo no solo contigo sino con muchas más personas, personas que se volvieron mi familia y que poco a poco fueron desapareciendo de ese tiempo. ¿Crees que me sé manejar en este mundo? Apenas y puedo respirar a cada paso que doy. Mi experiencia es mayor pero el sentimiento sigue siendo el mismo. ¿Tu crees que realmente valdrá la pena repetir todo eso solo para hacer que funcione? ¿En serio crees que lo pienso así? Hasta ahora no entiendo nada, solo espero que funcione si es que realmente ha ocurrido por eso.
- ¿Y crees que funcionará?
- No lo sé… - Desvió el rostro hacia los espacios vacíos del centro, no quería darle falsas esperanzas a Cassidy y mucho menos a ella misma.
Pensar que de no ser por el adelanto de las cosas, quizá estarían disfrutando en ese momento de una pijamada, comiendo helado y disfrutando de una charla, algo que ya se veía tan lejano como lo que era: una farsa.

Solo estaba segura de que conocía a Lily, era la única que como ella recordaba todo. Mientras que Cassidy estaba completamente perdida y los demás, dependiendo de quien fuere estaría mejor o peor parado. Pero la realidad es que aquel tranquilo centro comercial no estaría en pie por siempre y ellas no podrían cargar con todos hacia cualquier lado en busca de un refugio que valiese la pena. Tantas personas significaban retraso y muertes que no quería cargar en su conciencia; tenía suficiente con las que ya cargaba de su pasado, y si estas personas iban a caer, definitivamente no estaba en sus planes estar a la cabeza de ello.

- Es curioso. - Cassidy mató el silencio entre ambas y había sido amortiguado por el eco suave de unos pasos de las personas en el interior, y por los grotescos y espantosos gruñidos de los monstruos del exterior. - A pesar de que conoces el futuro, no sabes lo siguiente a suceder en el pasado. - Suspiró pesadamente y aprovechó el descontento gesto de Sophia al bajar los hombros para recostarse en ella. - No tiene nada de malo, simplemente es una situación más de la vida. Y hemos de adaptarnos. - Dijo tranquila, sus palabras eran el vivo recuerdo de la Cassidy que conoció antes, pero su calma eran de la Cassidy que conocía ahora. Eso le hacía cuestionarse la popularidad de la primer Cass, o bien podría empezar a cuestionarse sobre la supervivencia de quien tenía al lado.
- Te equivocas. - Dijo Sophia y su acompañante se apartó con mirada de sorpresa. - Sé lo que pasará, recuerdo todo muy claramente, demasiado, y es una molestia.
- ¿Por qué lo sería?
- Porque a pesar de eso, no sé qué debo hacer, o si mi próxima decisión va a traer peores consecuencias que las anteriores. Como: Regresar a pasar por el infierno una segunda vez, sin sentido alguno. - No miró a Cassidy en ningún momento, en cambio la chica no le quitó los ojos de encima.
- ¿Solo me conoces a mí de todas estas personas? - Preguntó la mayor y Sophia asintió. - Entonces está bien. - Sonrió.
- ¿A qué te refieres? - La miró por fin.
- Quiero decir… Algo cambió, no podemos saber si es bueno o malo hasta el final de todo pero, es algo, así que… No te equivoques Sophia… Quizá no se trata de hacer las cosas bien o mal, sino solo de hacerlas y descubrir lo que traen, y ya todo se encamina a que será diferente. - Se encogió de hombros.

Sophia entendía la diferencia entre esta Cassidy y la otra, una era inteligente y fría, mientras la otra parecía tonta y demasiado cálida, y la única diferencia que radicaba en sus historias era Elisa, punto que al parecer fue el agujero negro de la otra, y la esperanza de esta. No le molestaba, era extraño, pero no le molestaba.

- Podríamos intentar crear un refugio. - Las palabras de Sophia golpearon fuerte en la cabeza de Cassidy.
- ¿Qué?
- Hay maneras de burlar a esos monstruos, y aquí hay salidas libres de ellos… así que… podría ser. Si Lily colabora en esto podríamos iniciar enseñándoles algo de defensa y maneras de racionar correctas. No es posible vivir con lujos a estas alturas, pero si es posible con lo mínimo. - Al notar el silencio sepulcral de Cassidy tuvo que volver a pensar sobre lo que había dicho, ¿Era realmente posible? - Fue… lo único que no intentamos por nosotras en ese tiempo. - Se explicó, pero era algo aún inimaginable, puesto que aunque pertenecieron a algún que otro refugio siempre surgían problemas a parte de los monstruos. Pero así mismo el resultado de la catástrofe iba a ser igual y solo lo estaban alargando o acortando.
- Estaré de acuerdo con lo que sea que decidan.
- ¿En serio? - Cassidy asintió.
- Las personas que están aquí… - Dudó replanteando lo que quería decir. - sé que solo han sido horas, pero no son malas personas, no merecen ir afuera y morir. Así como ustedes tampoco merecen pasar por la misma pesadilla dos veces.
- Es verdad pero ya la estamos pasando… - Suspiró tranquila, la decisión era algo que sentía aceptable y correcto, y si todos colaboraban, la convivencia sería estable, y si Cassidy aprendía a crear armas más pronto que tarde para todos, sería aún mejor en cuanto encontrasen la manera de tomar unos autos y hacerles ciertos ajustes.
- Entonces, con más razón hay que intentarlo. - Cassidy le sonrió y Sophia se mantuvo neutra, aun cuando levantaron las manos para chocar palmas. No podía estar completamente convencida y tampoco conocía la opinión de Lily, pero si había una razón para regresar, el camino contrario a lo que alguna vez hicieron podría ser una pista. Y más importante aún, podría ser el camino hacia el origen de toda esa locura.

Había pasado un año desde que fundaron “Last Hope” un pequeño grupo de personas con el objetivo de sobrevivir, no solo del brote apocalíptico, sino también de la naturaleza y la tortura que fue su cambio climático, que atrajo consigo oleadas de calor más intensas y nevadas más heladas; siendo las últimas, las que aprovecharon para limpiar varios monstruos que se congelaron a falta de protección o alguna habilidad especial para ello. Un trabajo complicado que se pudo completar a pesar del mal tiempo y algunas bajas, entre estas la muerte de Thea que afectó en el ánimo de varios de los residentes. Pero, el refugio pudo ampliar su terreno para poder caminar, repartir y cultivar.

Tenían sus razones para pasar por todo aquello y era haber acogido veinte personas más a lo largo de ese tiempo. Poseían ropa suficiente, para todas las edades, y una bodega todavía provista de alimentos de larga vida que de tanto consumo solo les provocaba problemas intestinales pero de los cuales no se podían quejar dadas las circunstancias.

En sus primeros días de estancia encontraron además una pequeña librería la cual a pesar de poseer mercancía limitada era lo suficientemente buena y útil para que algunos de los sobrevivientes aprendiesen de esto y comenzasen a realizar planos para una mejor convivencia y así mismo comenzaron a crear armas con lo que había a mano.

Decidieron hacer exploraciones tres veces al mes, con cuatro personas capacitadas para salir al cruel mundo, mientras los demás se quedaban a hacer guardia del recinto.

Al siguiente año se unieron treinta personas más, teniendo que aumentar habitaciones y disminuir porciones mientras continuaban con las extensión de cultivos, En algunas expediciones encontraban cosas de gran valor monetario que debían dejar para no retrasar la marcha, lo habían decidido desde el primer día que los lujos no serían parte de ese lugar, a menos que tuviese municiones o fuesen fármacos de cualquier tipo independientemente de su función.

Al tercer año consiguieron terminar una barricada que les permitió mantener controlados a los monstruos terrenales con una vigilancia mínima, mientras los aéreos fueron el principal objetivo de eliminación en cuanto aparecían, siendo ayudados por ruidosas alarmas para inmediata eliminación.

En ese mismo año a través de radios, varios refugios pudieron comunicarse entre sí, logrando reunir diversa información sobre los monstruos y armando diversas interpretaciones sobre la transformación: Algunos concluían que se trataba de castigo divino mientras otros acusaban a algún científico loco; otros más razonables, culpaban a organizaciones poderosas de algún país desarrollado. Pero todos estaban de acuerdo en lo vivido: La enfermedad era algo controlado e incurable, que fue contraída por la mitad de la población mundial, y que escaló con el contagio en la primera fase de la misma al ser mordido o rasguñado por los muertos, otorgándoles en sus transformaciones habilidades diversas dependiendo de lo último que querían hacer.

El internet cayó en los primeros seis meses, mientras que el servicio de energía general en el siguiente medio año, por lo que utilizaban generadores en emergencias. Pero la mayoría de pobladores que habían sobrevivido hasta la fecha se sentían más tranquilos con cada día que pasaba también era un mayor reforzamiento contra las extrañas mutaciones.

- ¿Lo habremos logrado? - Preguntó Lily a Sophia, se encontraban en la terraza del anterior centro comercial, actual base principal de “Last Hope” en mitad de su guardia de medio día.
- No lo sé… - Contestó Sophia - Han sido años tranquilos y eso no se si me aterra, o me tranquiliza.
- A mi me aterra.- Le sonrió y Sophia resopló.
- Si no te aterra tu cara al despertar, nada lo hace.
- ¡Oye! - Se quejó Lily, mas, Sophia no pudo dejar de reír durante el siguiente minuto. - ¿Crees que ya no las vamos a perder de nuevo? - Al escuchar esto la rubia suspiró.
- No lo sé. Perdimos a Thea y eso fue bastante impactante para Cassidy, y no solo para ella… - Se lamentó la rubia y miró al suelo.
- El cien pies salió de la nada, estaba fuera de nuestras manos, nunca lo habíamos visto antes. - La intentó reconfortar, a pesar de que la lástima seguía latente en sus palabras.
- No quería hacer esto al principio y lo sabes. - Continuó Sophia. - empiezas a empatizar con más personas y eso nos hace más vulnerables a la hora de recuperarnos.
- Puede que sí, pero, hay algo seguro, esto no ha acabado.
- Y no lo hará en un buen tiempo. Pero, esta bien, podemos con esto, esta vez… Sea lo que sea esto, podremos con ello.

La puerta se abrió, Sophia y Lily se voltearon para saludarla. Pero no obtuvieron ni un gesto a cambio. - La doctora Shirley me pidió que viniese por ustedes. - Dijo en tono apagado al darles cara.
- ¿Pasó algo? - Preguntó Lily acercándose a la peliplata que se notaba más estresada que otra cosa. Sophia la siguió y se encaminaron al amplio almacen que bautizaron como la enfermería.
- No realmente, simplemente es algo difícil de digerir.
- ¿Y eso es? - Tomó la palabra la rubia.
- La razón por la que volvieron al pasado.
- ¡¿Qué?! - Ambas se miraron sin entender.
- ¿De qué hablas? Nisiquiera nosotras sabemos.
- Yo menos, mejor, escuchen lo que tiene que decir.- Llegaron a su destino y una mujer alta de bata blanca las recibió pidiendo que tomasen asiento, ellas no prestaron atención a ello y solo se quedaron frente a ella con más rostro de incertidumbre que otra cosa.
- Como gusten. - Dijo la doctora tras una mueca de disgusto, nunca la obedecían así que estaba acostumbrada desde el momento en que llegó.
- ¿Cómo es eso de que conoce la razón de nuestro regreso? - Preguntó Sophia sin quitarle una mirada desaprobatoria de encima. Nunca estuvieron de acuerdo con contar su realidad, pero el hecho de su amplio conocimiento era muy extraño para todos, así que decidieron que solo unos pocos serían concientes de esa situación, y eran específicamente las personas que podía nombrar como encargadas de alguna labor resaltante en el refugio. Así mientras el capitán conociese la verdad, solo con convencerse a sí mismo podía que los demás confíen en lo que sea que dijeran. Y Shirley era prácticamente la encargada de la salud de todos, siendo su grupo de apoyo el más pequeño en cuanto a cantidad.
- De hecho, es algo más fácil de descifrar de lo que creen. - Explicó. - Al principio me costó reconocerlo pero esta es la verdad: Ustedes dos son portadoras de la enfermedad que nos tiene en esta situación. Los exámenes de ayer lo confirman.
- ¡¿Qué?! - Ambas jóvenes la observaron incrédulas y de la misma manera la una a la otra.
- No les voy a mentir, al principio me asusté y hasta pensé en crear un grupo para encargarnos de ambas.
- Eso no es muy alentador. - Bromeó Lily, Sophia la codeó.
- Lo sé, pero desistí, son quienes nos han hecho llegar tan lejos, por tanto ese plan era un terrible desacierto. - Hizo una pausa y luego vio a la peliplata, parecía más nerviosa que las demás, pero necesitaba su apoyo en lo siguiente que iba a decir y esta se lo dio al asentir con fuerza.- Por favor sean mis pacientes cero. - Hubo silencio. - Quiero sacar la vacuna.
- Ósea que seremos los conejillos de indias. - Lily se cruzó de brazos y levantó los hombros. - Realmente no tengo problema. - La doctora al fin sintió sonreír, pero pronto fue bajada de su nube por la pregunta de Sophia.
- ¿Tenemos los materiales suficientes para eso?
- No, a penas y nos hacemos a basto con las medicinas, y necesito maquinaria y muchos objetos de pruebas. - Meditaron mientras recorrían esas cuatro paredes. Las posibilidades eran tantas, y tan pocas las oportunidades.
- El hospital central. - Dijo la doctora. - Trabajaba ahí, sé dónde tienen las cosas. Puedo intentar hacer un plano y la lista de lo necesario.
- ¿Vale la pena que tomemos tal riesgo? - Preguntó Cassidy, y después de un empujón a su espalda de parte de Lily obtuvo su respuesta.
- Por supuesto que sí.
- Pero…
- Lo haremos, no estamos tan lejos de la ciudad y obtuvimos unos autos blindados que nos pueden servir para llegar… Se puede hacer. - Explicó Sophia con una tenue sonrisa. No sabía a dónde los llevaría todo eso, y si salían victoriosas habían más probabilidades de fallo, lo que también le preocupaba, pero si para eso había regresado al pasado, no podía quejarse de esa oportunidad. En su antigua vida, esa posibilidad era mucho menor gracias a la baja tasa de captura de algún monstruo vivo y que no fuese una amenaza, pero si tanto ella como Lily, tenían la cura recorriendo sus venas, lo harían. Porque dejar morir al final nunca fue una opción. - Es hora de partir.

FIN

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