Re: [Roll-P] Remember

por Nya Sáb 8 Nov - 5:05

- Oh... veo que estás ocupada...
Ella lo miró fijamente, medio atónita embobada y medio enfadada. Cuando resolvió el puzzle de su cabeza y regresó a la realidad, se dio cuenta de que estaba en pijama... y con la boca llena de restos de comida. Inmediatamente cerró la puerta haciendo que Noah diera un sobresalto y suspirase.
- Que mujer, la vengo a visitar y así me pagan... - Se rascó la cabeza y comenzó a marcharse pero entonces la puerta se abrió de nuevo, esta vez solo un poco.
- ¿Que es lo que quieres? - Preguntó.
- ¿Yo? - Se encogió de hombros. - Me estabas ignorando.
- ¿Ah? - Dijo con un deje de odio. - No quiero oír eso de tu persona.
- ¿Que? - Levantó el tono. - ¡No respondes a mis mensajes y además de que vengo a visitarte me tratas así!
- ¡Ya dejen de discutir tortolitos y lárguense a tener bebés! - Se escuchó el grito casi ahogado del vecino.
Los dos se acaloraron rápidamente creando un silencio incómodo y nervioso. Fue entonces cuando se escuchó un trueno seguido de una tormenta repentina de la cual, ni siquiera el paraguas mas resistente podía soportar. En segundos, el cielo nocturno se convirtió en una pantalla blanca de agua.
- ¿N-No te importaría... dejarme pasar un ratito?
- Claro... - Murmuró sin mirarlo.
- Te traje pastelitos. - Dejó una bolsa en el suelo. Mientras él se dirigía al salón, Mar abrió la bolsa, su contenido y allí se encontró con los dulces que mas le gustaban. Eso provocó una punzada en su pecho, él sabía todo sobre ella y ella no sabía mucho sobre él.
- ¡E-Espera! - Corrió hacia él pero ya era muy tarde, Noah lo había visto todo.
- Maruja. - Dijo divertido observando la "película".
- ¡Te odio!

- ¿Que es este sitio Charles? - Preguntó Alice.
- Sitios que su futura reina debe conocer. - Respondió él.
El suelo del pasillo era de madera y las paredes estaban tapizadas con un papel de dibujo muy vintage. Todo estaba iluminado por lámparas de pared antiguas y cada tantos metros, había una bandera colgada a ambos lados.
- Me resulta familiar. - Dijo admirando una bandera aleatoriamente. Su color era verde con una flor en su centro bordado de un tono dorado.
- Así es, la bandera de vuestra familia. Antigua familia. - Añadió. Ella asintió como señal de haberlo entendido.
- Todo me resulta tan conocido... pero a la vez tan... extraño...
- Seguro que en algún momento os acordaréis.
- Charles. - Lo llamó con voz agresiva. Odiaba que el mayordomo le hablara con un tono tan formal después de tantos años.
- Bueno, hemos llegado. - Cambió de tema a lo que ella suspiró. El viejo hombre abrió la puerta y se encontraron con un amplio salón donde varios hombres les contemplaron inmediatamente. Alice pasó la mirada y observó como había desde quienes vestían como militares, quienes llevaban trajes y quienes iban casi "disfrazados".
- ¿Quienes son?
- Amigos míos. - Respondió. - Te ayudarán a planear la guerra.
- ¿Que guerra? - Preguntó con rudeza.
- Cuando Atur este listo, no quedará ninguno de nosotros. Literalmente. Así que daremos el primer golpe.
- No somos muchos pero podemos mover hilos. - Añadió un hombre de traje de edad casi avanzada. Su voz desgastada no hacía parejo con su rostro.- Algunos somos políticos, otros militares y otros simples ciudadanos, pero juntos, podemos prepararnos para cuando el indeseable se presente.
- No permitiré eso. - Dijo tajantemente Alice provocando sorpresas y rechazo.
- ¡P-Pero debéis comprender que...!
- No es no. - Algunos empezaban a mostrar rostros de odio.
- Vamos chicos, si es lo que desea su majestad, debéis comprender. Somos leales ¿verdad?
- B-Bueno si tu lo dices Charles... P-Pero al menos deberíamos... un plan ¿no? Tengo familia y ya sabes que Él no se detendrá... los matará a todos...
- ¿Por que no seguiis con vuestras conspiraciones mientras yo hablo con su majestad? Hay tiempo y también para pensar. - Se miraron entre todos.
- Bueno Charles, tu mandas. - Miró a Alice. - Majestad, si necesita consejo... aquí estaremos. De seguro... ayudaremos.- Alice asintió satisfecha.
- Volvamos a nuestra rutina pues. - Ambos salieron de la sala con elegancia y comenzaron a volver por donde habían venido. - ¿No te inspiran confianza?
- Todo es muy nuevo para mi... Además, yo no soy Atur, estoy cansada de que tantos se vayan a descansar para siempre.
- ¿Quizás te apetecería hablar con ellos? - Abrió una puerta y salieron al jardín.
- Tal vez...
- De todos modos, hay que reunirse. Pronto comenzarán a moverse. - La castaña se detuvo para oler unas flores. - Bueno, estoy seguro de que pronto recordarás todo. Pero lo primero es lo primero, hora de comer.

Hice lo que pude, lo prometo (?

por **Mar.** Dom 28 Dic - 2:33

-Aquí tienes- dijo la castaña dejando un vaso de soda helada en la mesita de la sala, junto a un plato con los pastelitos que el rubio había traído. Había optado por arreglar un poco el lugar mientras el rubio se sentaba en el sillón en donde minutos ella había estado. No se tomó la más mínima molestia en cambiarse, por lo que seguía en pijama y con el cabello hecho un desastre. Tomó asiento al lado del joven mientras se debatía en cuál de los dulces comería, aunque eran técnicamente iguales, ella quería el más grande.
-¿Y bien? – empezó el chico mientras ella seguía en su debate personal, escogiendo a un ganar finalmente.
-¿Qué? – preguntó ella concentrada en su pastelito. ¡Y es que estaban deliciosos!
-¿Me dirás porque me estabas evitando?
-No lo hacía- se defendió casi al instante.
-Mentirosa
Tomó un momento mientras masticaba y tragaba su pastel.
-Estaba enfadada – Mentira. Ella sabía que eso era una burda mentira
-Eso lo noté, pero ¿por qué?
-Me mentiste – dijo tajante. Él joven se le quedó observando
-Yo no…
-No lo niegues. Sé que el mensaje que enviaste de “Tengo un problema” no era por mis amigas, ni mucho menos por mí. Lo sé.
El muchacho hizo el ademán de decir algo pero ella lo detuvo con un movimiento de cabeza.
-No digas nada, después de todo, no tengo derecho alguno de reclamarte. Es tu vida. Sin embargo – la joven apartó la vista de su postre y la dirigió al rubio que la observaba un tanto sorprendido –No olvides que puedes confiar en mí…en nosotros. Recuerda, somos un equipo. Solo nosotros nos entendemos ¿Estás de acuerdo?- le dedicó una sonrisa al joven, quién asentó con la cabeza sin apartar la vista.
-Me alegro, ahora come- dijo más animada la chica cogiendo otro pastel y comiendo como si nada.
-Eres rara – dijo este probando un bocado a otro pastel.

Los pasteles se acabaron rápido pero la tormenta no daba indicios de detenerse.
-¿Qué haré? – dijo el muchacho, quien se encontraba tras las cortinas observando por la ventana aquella tormenta que no parecía detenerse.
-¿A qué te refieres? – preguntó incrédula la joven, mientras observaba como el rubio se acercaba y tomaba asiento a su lado, estirando los brazos detrás de ella.
-Pues… ¿no querrás que salga con este clima, verdad?
-¿Qué te hace pensar eso?
-Dudo que la “adorable” Mar, lo permita… ¿O sí? – presumió con tono seductor. Ella sabía que lo hacía de broma, conocía de memoria aquella técnica que el rubio utilizaba para conseguir lo que quisiera, pero por alguna razón no podía evitar sentir un ligero bochorno y la causa, el atrevimiento del muchacho al estirar su brazo y colocarlo atrás de ella.
-Pu-puedes quedarte – Y algo traicionada por las palabras que salieron de su boca de forma tan repentina, tomó un almohadón que se encontraba cerca y se cubrió el rostro, apartándolo hacia la televisión.
-Lo sé- río él. Mar le dirigió una mirada de reojo de forma rápida.

-El día se está acercando- mencionó aquel joven de cabellos rubios y ojos verdes jade. Se encontraba en medio de una habitación de luces opacas frente a una mesa, en la cual ya se encontraba ubicado dos hombres notoriamente mayores que él.
-Lo sabemos – dijo el que se encontraba a su lado derecho, se notaba que andaba por sus cuarenta, tenía el cabello negro y sus ojos eran de un tono ámbar.
-¿Entonces? ¿Qué haremos? ¡No podemos cometer el mismo error!
-Tranquilízate Eric, lo sabemos pero no podemos actuar alocadamente.
-Si no actuamos ahora Dominic, la princesa podría…
-Según tengo entendido, la reencarnación de la princesa ya se encuentra acompañada de su guardia real
-¿Guardia real? - preguntó el rubio.
-Claro… El día que nos presentamos ante la princesa…-

Flash Back
-Pero yo…no puedo huir, mi familia, mis amigos y mis sirvientes queridos… No puedo dejar todo porque así- habló con voz temblorosa.
-Su majestad- La voz de Noah, alertó a los tres hombres que voltearon inmediatamente sacando cada uno un arma: una espada, un arco y una lanza.
-Noah…Aker…- La princesa contempló a los dos muchachos frente a ella.
-Tranquilos, somos leales a la princesa.
-Oímos todo y apoyamos completamente la decisión- habló el pelirrojo.
-Princesa, si ha de huir, iremos con usted- la voz de Mar tras los muchachos la sorprendió.
-Si nuestra amada princesa se va, iremos con ella- siguió Keira.
-Así es, nosotros…queremos protegerla a usted, como usted lo hizo con nosotros- habló Sil por primera vez ante la princesa, la cual le sonrío.
-Chicos…. –murmuró -¿Y mis padres?- preguntó.
-Sus padres estarán a salvo, al parecer, Atur los tiene bajo su control de alguna u otra manera. Por favor princesa, huyamos- el caballero rubio tendió su mano, la joven lo dudo un poco, pero accedió.
-De acuerdo, huyamos, para poder darle fin a esta mentira-
Fin del Flash Back

-Es verdad…esos cinco chicos. Pero ellos no serán capaces de…
-Aunque eres uno de los descendientes de uno de los caballeros y supuesta reencarnación, aún no recuperas toda la memoria ¿verdad?- rio el pelinegro. –Esos chicos son fuertes. Dos de ellos eran guerreros personales de la princesa. Y las señoritas eran astutas y muy hábiles. Estoy seguro que cualquiera de ellas te acabaría en un dos por tres-
-Vuélvelo a repetir- saltó el más joven.
-¡Ya basta!- se pronunció el último hombre. Era sin duda el más viejo en esa habitación. Tenía el cabello castaño con mechones opacos que dejaban ver los años pasados y unos ojos del color del mar. –Déjense de discusiones y pláticas sin sentido.
-Pero Don Javier…
-Eric, entiendo tu preocupación sin embargo, Dominic tiene toda la razón, no podemos actuar imprudentemente.
-¿Qué proponen? – preguntó el rubio más tranquilo.
-Solo se me ocurre algo…- Don Javier habló y los tres caballeros intercambiaron miradas. Sabían de qué hablaban. -Por ahora, dejemos a la Princesa hacer lo que cree correcto.

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Lo sé, lo sé... Sé que dirán: Tanto tiempo para está abominación de conti.
¡Lo siento! no ha sido mi mejor época.
Sigan...(?

por **Shiba** Dom 4 Ene - 2:35

"Erase una vez, en un reino muy, muy lejano, un Dios, amable, bondadoso y que amaba aquel reino. Siempre los bendecía con las mejores tierras, agua, cosechas, vinos, animales y demás.
Un día, la curiosidad llegó a él como relámpago. Quería pisar el lugar que él había creado y disfrutarlo desde la perspectiva terrestre.
Una vez en tierra, caminó, sonrió, saltó, se divirtió con todo lo que vio; árboles frondosos por aquí y por allá, fruta fresca, riachuelos con agua cristalina, de la cual se podía beber directamente. Y sabía que todo eso era fruto de su mano, nada más que por él.
Pero esto apenas era el comienzo. Su curiosidad crecía más y más; A punto que querer interactuar con su reino ¿Cuán felices serían al saber que su Dios había bajado a visitar a aquel lugar afortunado?
Quería saber cómo era vivir al lado de las personas de su reino, cómo sería tratado ¿Recibiría el aprecio que él les daba por igual?
Corrió con apuro hasta llegar al mercado principal.
Veía gente ir y venir con amplias sonrisa, ya que en ningún otro lugar existía tal felicidad. Paz y amor, era lo que existía en ese reino.
Pero, por alguna extraña razón, era ignorado.
Se acercó a un pueblerino e intentó hablarle, pero era como si nisiquiera le escuchase. Se plantó frente a un puesto de verduras exclamando que le compraría todo, siguió sin una sola respuesta.
Después al fin pudo identificar cuál era la carencia de aquel reino, algo tan importante para él como Dios... La fe.
Todas esas personas... Pensaban que tenían todo eso por ellos mismos...
El Dios pensó en lo egoísta que podía ser el humano, así como el ego que podía cosechar; gracias a las conversaciones que escuchaba de a poco mientras seguía su camino. "¿Algo superior a un humano? Nunca" "Los milagros no existen" "Dios no existe"
Sus ojos se llenaron de lágrimas al mismo tiempo que el cielo comenzó a oscurecer y dejar caer lluvia, como si una gran furia consumiera a las nubes, empezaron a verse pequeñas luces rodeando el oscuro cielo, junto con estruendosos sonidos, como si una pelea de cañones hubiera comenzado sobre aquel reino.
Todos apuraron a refugiarse en sus casas o techos cercanos. Mientras que el Dios siguió caminando, bajo su propia creación, no pasaba nada... Igualmente no era como que la lluvia pudiera tocarlo si quiera.
Caminó y caminó hasta que llegó al límite del pueblo. La presión y decepción que sentía en ese momento eran tan grandes que lo hicieron gritar de desesperación, y una gran cantidad de luces cayeron del cielo hacia el suelo con gran poder. Proclamaban la furia de ese Dios desdichado en quién nadie creía.
Volvió al lugar del que provenía, debía recordar siempre que él era quién cuidaba de aquel lugar, no podía armar tal rabieta. Como Dios que era, esperó a calmarse, para lo cual pasaron unos pocos días y lo volvió a intentar, con el mismo resultado.
Aquella tormenta no había sido suficiente para que el reino confiara en su existencia.
¿Que podía hacer? No los quería obligar.
Pensó y pensó sin conseguir respuesta.
Un día se topó con un pequeño diablillo; este le dijo que no era muy difícil hacer que creyeran en él, a lo que quedó encantado.
Sabía que estos personajes no eran de fiar, pero él era un Dios; no le podría hacer nada además, de que su desesperación aumentaba con los segundos.
"Estás siendo demasiado amable con los humanos" Le dijo el diablillo, a lo cuál el Dios no comprendió y se negó a hacer cualquier maldad en contra de su reino.
"No debes de ser malo, solo debes de abandonar al reino un poco, sabrán que les haces falta y empezaran a creer que no es más que por ti que tienen ese hermoso lugar" Insistió.
"¿Cómo haría algo así? Yo los protejo, y eso debe de ser hasta el final" Rechazó.
"Entonces nunca creerán en ti ni en tu poder"
El Dios se lo pensó e hizo lo que le recomendó aquel diablillo. Abandono su reino por un par de años.
Dejó de haber buena cosecha, o siquiera agua. Algunos hasta decidieron mudarse de aquel lugar.
El Dios al verse en tal estado de crisis, volvió a con el diablillo.
"No funciona" Le recriminó.
"Funciona" Dijo confiado.
"Es mentira, no piden por mí, nisiquiera se preocupan en la razón por la cuál el reino ha quedado así" Nuevamente comenzó a llover en el reino gracias a la tristeza de aquel Dios "Regresaré todo a la normalidad" Se decidió, y en un abrir y cerrar de ojos aquel reino había regresado.
"Te has precipitado" Le advirtió aquel diablillo "Aún no creen en tí, y tampoco lo harán" Sacó una pequeña caja maldita "Yo haría un mejor trabajo" El Dios rió ante tales palabras.
"No eres más que un sucio diablillo del cuál nisiquiera de su inexistencia se habla"
"No sirves para ser Dios" Abrió la pequeña caja encerrando el alma de aquel así como sus poderes y la tragó convirtiéndose así en un nuevo ser.
Ahora no era solo un Dios, sino también un impostor. Un holgazán que, no solo llenó de placeres aquel reino, sino que también lo llenó de temor, tristezas y guerras.
Siendo los sacrificios su principal recompensa."

- Que historia más larga, casi me quedo dormido - El pelirrojo bostezó pegando el rostro a la mesa.
- Lia se quedó dormida... - Dijo Sil riendo en lo bajo mirando a la joven dormir con la boca abierta sobre la mesa.
- Deberían de tenerle un poco más de cariño a esa historia ¿Saben? - Dijo la madre de Aker con una sonrisa mientras secaba el cabello de la peliblanca con una toalla - Era la que siempre les contaba la abuela.
- Por eso mismo es aburrida - Aker levantó la cabeza de repente y empezó a picar a su hermana - ¿Se habrá muerto?
- No digas eso - Pidió Sil. Aker rió un poco.
- Bromeo.
- Que bien que están con tanta energía - La mayor quitó la toalla de la cabeza de Sil - Listo - Y se acercó a la cocina y puso a hervir agua y sacó una pequeña caja de la alacena.
- Gracias - Dijo Sil con una leve sonrisa.
- No hay de qué - Negó - Tomen un té caliente, no quiero que se enfermen. Aún me sorprende que se hayan empapado de esa manera ¿No se les ocurrió comprar o prestar un paraguas? - Los miró en manera de regaño. Los dos miembros de a antigua guardia real bajaron la cabeza y se disculparon en voz baja con un "Lo siento" - Está bien mientras lo comprendan - Se acercó a alborotar el cabello de ambos.
- No hagas eso - Pidió Aker con mala cara - No soy un niño pequeño, ni un perro - Sil rió un poco al recordar el apodo que tenía tanto él como Noah.
- ¿Te apena? - Se rió a carcajadas - Siempre has sido así - Negó levemente y se acercó a despertar a la menor - Vamos Lia, ve a acostarte - La nominada hizo caso y se levantó saliendo de la cocina - Vayan a dormir temprano también - Pidió para también salir y dirigirse a su habitación.
- Aky... - Llamó la atención del joven que parecía tener sueño - Gracias... - Murmuró.
- ¿Eh? - Hizo una mueca retorcida de confusión, a lo que la peliblanca rió.
- Nada - Negó.

Flash Back

Se habían detenido a almorzar en un restaurant de camino y al cual Aker tachó de " Regular"
Cuando llegaron por fin al orfanato tuvieron que dar algunas vueltas para poder dar con el encargado. En todo el recorrido, se dieron cuenta que absolutamente todas las personas de ese lugar reconocían a Silvermist, la miraban con alegría y esperanzas por verla de nuevo.
Esto la hacía sentir impotente y desolada ¿Cómo haría para decirles que no les recordaba?
Llegaron con el encargado al cual le explicaron los hechos más relevantes de aquel caso, y el mayor le hizo un recordatorio hablado a Sil sobre cómo había llegado.

- Pero eso explica el porqué bajó el monto de la cuenta y porqué no la encontrábamos - El hombre mayor tras el escritorio suspiró pesadamente mientras negaba levemente al mirar a Sil, quien era parte de aquel lugar - Se tenía el presentimiento de que alguien más lo estaba usando.
- Que poco cuidado tienen con sus chicos.. - Comentó Aker con rostro de pocos amigos. Aunque el lugar fuera por una buena causa, no le agradaba para nada. No solo su ambiente, sino también los encargados. No es que fueran malas personas, pero tenían ese aura desagradable para él.
- Silvermist es ya una joven consciente - Suspiró pesadamente mirando al pelirrojo - La mandamos a hacer las compras y nunca regresó. Pero con lo que me dice sobre la perdida de memoria... Supongo que pasará un poco antes de que recuerde todo con claridad - Nuevamente miró a Sil - ¿Qué planea hacer jovencita?
- Yo.. - Murmuró confundida. No sabía si debía quedarse, aunque le dijeran que ella siempre estuvo ahí. Aunque muchos de los niños la hayan recibido con alegría una vez entró; no recordaba aquel mundo. En ese momento sólo podían pensar en su yo del pasado y sus amigos actuales. Aunque no los quería incomodar en ningún momento. Así que la mejor opción que podría tener era quedarse - Aún soy menor de edad así que supongo aquí es dónde tienen mi tutela... - Su voz vaciló.
- ¿Se va a quedar? - Preguntó el mayor.
- Pues...
- No se queda.. - Dijo Aker - Ahora está viviendo con mi familia, así que he de suponer, está bien... -
- Pero Aker.. - La ojiazul lo miró con duda. No era que le disgustase, es más le hacía feliz que dijera eso, pero no podía seguir dependiendo de ellos.
- ¿Pero qué? - El pelirrojo se levantó mirándola con determinación y después sonrió - Nos vamos a casa - Miró al mayor - Viejo, Tú lo dijiste...
- ¿Viejo? - Murmuró el hombre con irritación.
- Ella ya es consciente, y sé que no se quiere quedar aquí. Así que se puede quedar con su actual familia - El hombre volvió a negar en desaprobación - ¿Por qué? -
- Porque nosotros tenemos su patria protestad. Si algo le llegase a ocurrir...-
- Eso es lo de menos para ustedes.. - Golpeó el escritorio - Nisiquiera se han esforzado por buscarla ¿Y me dice eso?
- Aky.. Cálmate.. - Pidió la menor.
- ¿Quieres quedarte con nosotros o con ellos? - Preguntó Aker mirando a Sil a los ojos, aunque su semblante parecía enojado, estaba angustiado y hastiado.
- Quiero... - Murmuró en voz baja - Quiero estar con todos... - Se levantó - Por eso... Quiero estar con los que conozco ahora pero... - Fue interrumpida.
- Nos vamos, es todo - Tomó a Sil de la mano dirigiéndose a la salida. Ella no se resistió pero miró con preocupación al que era el encargado de aquel lugar.
- Si algo le ocurre, es solo cosa tuya - Advirtió el hombre mientras hacía un ademán.
- La adoptaremos si es necesario - Fue lo último que dijo el pelirrojo antes de salir de aquel despacho.

- Sil, sil - Llamó un niño pequeño al ver a su amiga, seguido de unos más - ¿Te vas? - Preguntó desilusionado una vez se acercó.
- Bueno... Así parece - Sonrió levemente. No estaba segura de quién se trataba, pero se le hacía familiar.
- ¿Nos visitarás? - Preguntó otro con rostro lloroso.
- Vendré cada que pueda - Acarició la cabeza de los pocos que tenía cerca para después sonreírles y salir junto con el pelirrojo.
- ¿No recuerdas a ninguno? - Preguntó llevándose las manos a la nuca.
- Se me hacen familiares pero... - Su voz se quebró mientras negaba - Creo.. Creo que va a llover.. - Murmuró después sin levantar la mirada a Aker.
- Es verdad... - Miró al cielo nublándose - Vamos a casa.
- ¿Te podrías adelantar? Yo... - Respiró hondo tratando de que toda la información que le habían dado con anterioridad sobre cómo llegó a aquel lugar no la derrumbara en ese momento - Creo que quiero caminar un poco..
- Bien.. Camina todo lo que quieras... - Las primeras gotas de lluvia comenzaron a caer en ese momento.
- ¿No te vas a casa? - Preguntó con alarma.
- Te dije que puedes caminar todo lo que quieras - Contestó con calma mientras miraba las gotas golpear el suelo - Es decir... - La miró, la peliblanca había bajado la mirada y comenzado a hipar haciendo que sus hombros den pequeños saltos. Entonces solo se quedó callado siguiendo su paso, sin alejarse - Detesto este clima... - Murmuró para sí, cuando la lluvia comenzó a intensificarse.

Fin Flash Back

La cafetera comenzó a chillar dando aviso a que el agua se había calentado lo suficiente.
- ¡Oh! Ya está - Sil se levantó a preparar el té sonriente. La verdad nunca antes se había desahogado de tal manera. Aunque le dio pena, agradeció el hecho de que el pelirrojo estuviera ahí. Además de que cuando regresaron empapados, la reacción de la madre de Aker fue enteramente de preocupación, lo cual tenía su pizca de chiste ya que Lia interrumpía con afán de molestar. Hasta que la mayor le pidió a los jóvenes que se ducharan y que ella prepararía la cena.
- ¿Hay galletas? - Aker también se levantó y comenzó a buscar en el horno y la alacena.
- Eso.. - Puso la tazas de té sobre la mesa - Tú mamá me dijo que las escondió porque no le agradaron tus últimos resultados médicos... - Se llevó el índice al mentón pensativa - Disculpa...
- No importa - Aker hizo una mueca y se sentó tranquilo. Sil se sorprendió al verlo tan calmado - Mañana salgo a comprar - Levantó el puño y recibió un pequeño golpe en la cabeza - ¿Qué?
- Ahora también me toca reprenderte - Rió un poco. El pelirrojo bufó y comenzó a tomar su té.

Lean y mueran (?
Espero les haya dado diabetes (?
El principio.. Creo que aún lo quiero arreglar... Pero bueee... Ya está la idea en sí xDD

por Nya Sáb 17 Ene - 0:18

El sol la hizo despertar junto a un olor muy agradable que ella reconocía perfectamente: pan tostado y algo que se freía en aceite.
Se desperezó lentamente y se llevó una mano a la cintura, pues le dolía por haber dormido en mala postura y con razón, porque se había quedado dormida en su hombro. Sí, en su hombro de él.
Apenas se ruborizó, no estaba lo suficientemente receptiva tras despertar y allí se quedó, sentada en el sofá al lado de él mirándole el rostro. Le parecía increíble que el joven soldado pudiera dormir sentado sin que su cabeza se moviera no mas que unos centímetros hacia delante. Tenía el ceño fruncido como el viejo capitán de la guardia y eso hizo que se le escapara una risita.
- Me parece muy bien que traigas a tu tortolito pero aún eres jovencita. - La voz la hizo despertar del todo. Miró hacia el pasillo y allí estaba su hermano con espátula y un delantal verde oscuro.
- N-No es lo que parece. - Intentó excusarse ocultando su rostro tras el sofá.
- Ya. Mientras yo estaba a punto de ser llevado por la corriente de la vida (Dígase diluvio universal) regreso y veo que te has dado un buen romance. Que coraje.
- ¡Te digo que no es así! - Gritó. Noah frunció mas el frente haciendo que Mar se tapase la boca instintivamente.
- Agradece que regresé (con vida) y os di una manta. Arréglate, tienes escuela y un desayuno que tomar.
Suspiró. Ella tenía que arreglarse y eso significaba que debía de despertarlo pero parecía que dormía tan bien como un recién nacido. Se acercó lentamente a él mirándole al rostro y un cosquilleo le recorrió el estómago. Entonces, allí fue cuando vio una sonrisa traicionera en su cara.
- ¡Estabas despierto! - Señaló acusadora. Noah abrió los ojos y sonrió de oreja a oreja.
- Buenos días.
- ¡Nada de buenos días!
- Ya ya. Pero estabas dormida en mi hombro. Mas bien pegada a el. Ni siquiera pude levantarme para regresar a mi hogar. - Alzó los hombros. - Dormías bien, de hecho incluso me babeaste.
- Ni te atrevas.
- Marcando territorio si señor. - Se burló.
- ¡Fuera de mi casa!

- ¿Por que me sigues? - Preguntó sin ni siquiera mirarlo
- Solo camino en la misma dirección tuya, casualidad. - Sonrió él.
Mar suspiró e intentó ignorarlo pero aun así sentía como él clavaba su vista en ella. Estaba tan concentrada en ello que sin darse cuenta ya había llegado a la escuela y a un ritmo muy rápido.
- Eso si que es una gran escuela.
- Me estás siguiendo.
- Que no. Solo camino en la misma dirección... - Iba a continuar pero el nombre de Mar resonó en el aire y eso lo detuvo.
A lo lejos se acercaba una joven de cabellos rojos que Noah no recordaba con claridad, pero Mar si. Venía corriendo con una mano agitando en el aire y la castaña ya se preparaba para lo peor.
- ¡Mar! ¡Que desastre! La tormenta de anoche dejo todo hecho un asco... hay que ayudar con el festival o... ¡ah! - Señaló a Noah con sorpresa. El rubio contestó con una leve sonrisa para luego acercarse a la castaña.
- Nos vemos luego. - Susurró.
- ¡Kyaaa! (? - Gritó en bajo cuando Noah ya estaba lo suficientemente lejos.
- ¿Que?
- Estáis saliendo ¿verdad? ¿¡VERDAD!? - A Mar le entró un tic en el ojo (?
- N-No es así... en rea
- ¡LO SABIA! Debo contárselo a las demás. - Dijo rápidamente para salir corriendo a toda velocidad.
- lidad solo es un amigo... - Terminó la frase.

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Al principio de todo, solo había oscuridad. Fue entonces cuando su voluntad tomó forma y al primer día de su nacimiento creó la luz y la separó de las tinieblas. Vio que era buena y a la luz lo llamó "día" y a la oscuridad "noche".
Al segundo día, separó los cielos y la tierra; creó un espacio para separar las aguas de la tierra con las aguas de los cielos.
Al tercer día, agrupó las aguas y las llamó "mares" y dio a revelar la tierra seca. Ordenó que de la tierra sugiera toda semilla, planta y fruto.
Al cuarto día, creó el Sol, la Luna y las estrellas y con ello, el sentido del tiempo, las estaciones, los días y los años.
Al quinto día llegaron los animales de la creación. Lo mares se llenaron de peces y los cielos de aves. Así pues, los bendijo y los ordenó multiplicarse. Así se hizo.
Al sexto día, produjo todo tipo de bestia, todo animal que corre, brinca y se arrastra.
Al séptimo día, satisfecho de su trabajo, descansó sus manos y lo llamó día santo.

Alice suspiró y cerró el libro inmediatamente. Leer la Biblia era como un lavado de cerebro, estaba bien pero su fanatismo era tan grande que incluso parecía peligroso de leer y con razón, pues ella sabía la verdad.
- ¿Cansada? - Preguntó Charles mientras depositaba un bandeja con con un juego completo de té, bastante caro por su diseño.
- Es agotador. - Cerró los ojos. - Todos estos libros...
- Algunos son actuales. Pero otros son libros perdidos. - Se acercó a la estantería y extrajo un libro bastante antiguo, tanto que parecía romperse con solo aplicar un poco de fuerza. - Este es mas importante que eso.
Alice tomó el libro cuidadosamente. No tenía título ni portada, de hecho ni estaba decorada, era tan simple que aburría solo de verlo. Abrió el libro y comenzó a pasar páginas cuidadosamente hasta que por fin apareció la primera palabra.
- Por cierto. - Interrumpió Charles. - Tienes un mensaje.
- Ah. - Ella tomó el dispositivo que el anciano le estaba ofreciendo.
- ¿Quien es?
- Hm... Noah. - Dudó. - Y Mar.
- ¿Es grave? - Ella negó con la cabeza levemente.
- Tendremos que hacer varias cosas hoy.
- ¿Segura? - Alice asintió.
- Si así lo quieres. Le diré a Patton que se encargue del resto.
- ¿Quien? - La castaña esta vez lo miró a los ojos.
- Patton. General Patton. - Añadió. - Es de fiar.
Volvió a suspirar y devolvió su mirada al horizonte tras la ventana. Se sentía fuera de lugar. No recordaba nada, no sabía que hacía allí ni tampoco tenía talento para ello. Estaba cansada y confusa, quizás incluso harta.

No se si escribi algo mal, mueran de cancer leyendo c: (?

por **Mar.** Dom 18 Ene - 17:37

-¡Ah! ¡Basta ya!- saltó la castaña golpeando el pupitre en donde había sido encarcelada por más de la mitad de chicas de su salón, y es que no solo Rose se había encargado de expandir las noticia a voces, sino que también, un grupo de chicas había visto al rubio pasar junto a ellas y habían sido flechadas. ¿Pero cómo era posible que ese sujeto atrajera tanto la atención? Y sí, guapo era, no lo podía negar… ¿Pero a tal punto? ¡Y ahora resultaba que todas la ahogaban con preguntas! Inclusive sus tres amigas: ¿De dónde lo conoces? ¿Son novios? ¿Están saliendo? ¿Crees que le intereso? ¡Cielos!
-¡Es suficiente! No, no somos novios, ni estamos saliendo, ni nada. Solo somos amigos. ¡Y ya déjenme en paz! – sin más la joven cogió sus cosas y salió del circulo en donde la tenían retenida, ante la mirada expectante de la muchedumbre femenina. Salió del salón y empezó a caminar. Era cierto que ella no perdía los estribos así como así, pero ya estaba harta, además… ¿Qué hacía ella allí de todos modos? ¡Ese era su día libre!
-¿Mari? – La voz de una de sus amigas la detuvo antes de pasar por el umbral de la puerta.
-Lina. ¿Qué pasa? – volteó con una sonrisa.
-¿Estás bien?- preguntó curiosa la pelinegra.
-¿Eh? Sí, ¿por qué no lo estaría?
-Pues… ¿lo qué pasó allá? – dijo con obviedad
-No te preocupes por eso, yo sé cómo son ellas.
-Sí, son unas escandalosas. Discúlpalas por eso – soltó con algo de resignación.
-No te preocupes – sonrió Mar.
-¿Te vas?
-Sí, tengo algo que hacer. Igual, hoy vine a dejar solo unos papeles.
-Oh de acuerdo. Nos vemos mañana entonces.
-Sí- Ambas se despidieron.

12:00pm. Dulcería.
La castaña se encontraba sentada en la misma mesa en donde todo había iniciado hacía un mes atrás, ¿Quién lo iba a decir? Su vida “normal” hasta ese momento, dio un giro precipitado. Suspiró. Iba a terminar su segundo pastel de vainilla con moka cuando alguien tomó asiento frente a ella. La joven alzó la mirada pensando encontrarse con alguno de sus amigos, pero su semblante cambió al toparse con la mirada de una mujer, a la cual no conocía.
-¿Marianella no?
-¿Quién eres tú? – preguntó con cierta desconfianza.
-Un favor, dile a Noah que me atienda el teléfono o tendré que buscar otro modo de comunicarme con él – sonrió pícaramente. Mar frunció el ceño. Algo en esa joven no le caía bien. No solo su actitud descarada o la sonrisa socarrona, sino…algo en ella. Su escencia.
-¿Y tú eres?
-Él sabrá quién soy. Bueno, adiós – y antes de partir, la pelirroja se atrevió a coger rápidamente el último pedazo de pastel que le quedaba a la joven, quién se quedó pasmada por la velocidad de la joven.
-¡Espera!- Mar se levantó y volteó para darle cara, pero ella ya no estaba. Eso había sido realmente extraño. En aquel momento…
-¡Marchu! – la voz de Keira la sacó de su sorpresa.
-¡Keiru! ¿Cómo estás? – preguntó intentado colocar una sonrisa en sus labios.
-Bien…pero ¿pasó algo? No te ves bien- sonó preocupada. A pesar de que hacía un mes se conocían en persona, ella la descifraba muy bien.
-No, nada – mintió.
-¿Y los demás?
-Aún no llegan- Ambas tomaron asiento, una frente a la otra.
-Jo, y yo que creía que estaba tarde.
-Oficialmente, lo estás – rieron. La campanilla de la puerta sonó, aunque ellas no lo oyeron.
- ¡Chicas! – en ese instante, Sil y Akker llegaban, ella muy alegre y él, relajado.
-Chicos ¡Hola!
-¿Cómo están? ¡Casi dos días sin verlos y se les extraña! – exclamó Keira.
-Sí, dos días y aun así parece una eternidad- expresó la peli plata.
-Buenas tardes ¿van a ordenar? – la camarera del lugar se acercó muy amablemente.
-Sí, deme uno de estos y estos – empezó Aker al abrir la carta.
-Akky, prueba este, es delicioso – animó la castaña.
-¿Enserio? Bueno, me da uno de esos también. ¿Tú Mar? ¿Quieres algo?
-Eh, sí, quiero una tartaleta de fresas y unas galletas de vainilla con canela para amenizar –
- Esos dos se enfermarán de diabetes – soltó divertida Keira, en realidad, por un lado le preocupaba la salud de esos dos, pero por otra, era divertido verlos.
-Akky, te va a doler la barriga. Tú mamá dijo que no comieras tantos dulces.- regañó Sil
-Ella no está aquí – refutó.
-¿Ustedes van a querer algo? – volteó la joven camarera con cierto tic, aunque no era la primera vez que esos dos comían allí y esas cantidades, sorprendían cada vez más.
-Una taza de café para mí.
-Y para mí un té –
-Enseguida.- la mujer se fue a atender el pedido, mientras el cuarteto seguía en conversaciones.
Pasó un buen rato hasta que llegó el rubio.
-¡Noah! – saltó Sil
-¿Pasó algo? – preguntó Keira mientras el joven tomaba asiento al lado de ella, frente a la castaña, quién no había apartado la vista del plato.
-Disculpen la tardanza. Es que alguien olvidó, casualmente, decirme la hora y sobre la reunión, aunque dormimos juntos.
-¡¿Qué?!- saltaron las dos chicas mirando a su amiga, mientras el pelirrojo soltó la cuchara de su tarta. Mar se había puesto muy colorada y Noah, no podía contener la risa.
-¡Idiota! No digas esas cosas. – Intentó recuperar la compostura –Ayer fue de visita y la tormenta lo cogió en mi casa, así que no pudo irse hasta la mañana siguiente, así que nos quedamos en la sala viendo películas. Eso es todo.- finalizó un poco serie.
-Pero muy bien que dormiste.
-Basta Noah.
-¿Sabías que hablas en sueños?
-¡Noah!
-Ok, ya cálmense niños- intervino Keira. – Marchu ¿para qué nos llamaste?
-Oh cierto, casi lo olvido- sonrío la joven. De su bolso sacó cuatro boletos y los colocó sobre la mesa. –Están invitados a un Festival medieval.
-¿Cómo es eso?
-Verán. Cada año, mi escuela hace un festival temático y este año, eligieron el cuento: “El Dios, el demonio y la princesa”
-Y eso es… - empezó Aker
-Bueno, es una leyenda de un pueblo cercano. Dice que hacía mucho tiempo, cerca de un valle, había un Dios muy amoroso que cuidaba de un pueblo. Un día, aquel Dios sintió curiosidad por la vida de sus protegidos y descendió al pueblo con otra apariencia; allí se vio con la sorpresa de que los aldeanos no hacían más que quejarse y atribuirse lo bello de su pueblo, eso puso triste al Dios, fue entonces que un diablillo se le acercó y lo convenció de que la única forma de que esos aldeanos se dieran cuenta de lo mucho que él hacía por ellos, era abandonarlos por un tiempo, y así fue.
-Ese cuento nos lo contó la madre de Akky apenas ayer.- dijo Sil mientras tomaba un poco de su té.
-Es muy popular – dijo la castaña sonriente.
-Sí, pero mi madre no mencionó ninguna princesa y tú tampoco – Akky le dirigió una mirada curiosa.
-Es que aún no termina, espera. Bueno…- la joven hizo una pausa -¿En qué iba? – río.
-¡¿Es enserio?! Pon atención- reprochó Noah.
-Ibas en lo del diablillo – le recordó Keira.
-Cierto. Bueno. El Dios se alejó del reino por un largo periodo pensando que así lograría hacer que sus amados le tomen un poco más de importancia. Sin embargo, lo que él no sospechaba, era que el diablillo realmente estaba tramando algo. Aquel ser, se había enamorado de una mujer, una doncella de la nobleza, siendo más precisos, de la princesa de aquel lugar. Pero sabía que la única forma de seducirla era alejando a su amado protector y empezando a sembrar de poco a poco el pecado. Con el Dios fuera, intentó cortejar a la muchacha, pero está le rechazó una y otra, y otra vez. Es así como pasaron años, un día, se llevó la sorpresa de que aquella princesa se iba a casar con un hombre de buena familia; con el corazón roto, y lleno de ira y celos, planeó lo impensable: asesinar al hombre y transformarse en él; pero su plan no funcionó ya que el Dios retornó deseoso de ver el cambio de actitud de su pueblo. Sin embargo, solo se llevó más desilusión. El diablillo intentó volver a convencer al Dios para que se alejara y él pueda hacerse con su cometido, pero el Dios se negó. Lleno de ira, logró engañar a aquel Dios y lo encerró en una caja mágica, obteniendo el poder del mismo.
-Vaya, una historia de amor- se bufó Akky
-Algo así.
-¿Y qué pasó con el Dios? ¿Y el diablillo? ¿Logró su cometido? - preguntó Sil impaciente.
-Bueno, se dice que cuando obtuvo aquel poder, dejó de lado su cometido inicial y se apoderó de todo. Aquella princesa se casó con su hombre amado y tuvieron una hija, la cual fue condenada a muerte por aquel diablillo... que pretendió ser un Dios- Mientras iba hablando la voz de la joven fue descendiendo, y es que había logrado darse cuenta de algo. -¿No les parece familiar? ¿Como si ya conocieran esa historia?
-Sí, un poco. – la apoyó la peli plata.
-¿Y cómo haces un festival de eso?- preguntó el pelirrojo cambiando de tema.
-Ah, cierto. Pues todo está ambientado en aquella época, todos usarán esos trajes, habrán exposiciones de armas, más de 150 tipos de postres, concursos varios y como es dedicado al amor, pues habrán cosas de ese estilo, flores y cosas adorables. – Noah, Akker, Keira y Sil iban prestando cierto interés respectivamente a las cosas nombradas.
-¿Armas?
-¿150 tipos?
-¿Concursos?
-¿Adorables?
–Entonces ¿Irán? – preguntó con una ligera sonrisa y un brillo malicioso en sus ojos, mientras les mostraba los boletos. Y bueno, es que ella ya sospechaba de la respuesta.
-¡Si!- dijeron todos cogiendo los boletos.
-¡Perfecto! Son 10 monedas por cada uno- río
-¡¿qué?!
-Es broma- rió.
Pasaron unos minutos más en conversaciones hasta que el aparatito tecnológico sin nombre aparente que parece un celular, de Noah y Mar emitió un sonido.
-¿Quién es?- preguntó Sil, mientras Mar miraba el suyo.
- La Princesa. La invité para el festival pero al parecer no podrá ir, dice que surgieron un par de cosas, pero que no nos preocupemos.
-¿Y a ti? ¿Quién te escribió?- preguntó picara Keira.
-También, escribiendo lo mismo.
-¿Será algo importante? – indagó Aker.
-No creo, dijo que no nos preocupemos – saltó Sil.
-¿Y si volvemos antes? – soltó como un comentario despreocupado la ex dama de compañía.
-¿A qué te refieres?
-Nos dieron una semana, pero han pasado tres días y siento que es demasiado tiempo. Tenemos que terminar con ese asunto…
-Sí, pero ordenes son ordenes.
-Yo también creo que podríamos volver antes, no sé pero creo que es demasiado tiempo.- dijo Sil mientras bajaba la mirada. Un momento de silencio reinó en el lugar por segundos.
-Mar, ¿Cuándo es el festival este? – preguntó Noah
-Es el viernes
-Pues, ¿qué les parece volver el viernes en la noche? Creo que es tiempo suficiente para ordenar nuestros asuntos antes de partir.
-Lo dices como si no fuéramos a regresar – expresó Keira, Noah le dedicó una mirada seria.
-Ok, entiendo.
-Algo me dice que esta vez, será más de un mes que partiremos – dijo Mar terminando una de sus galletas.
-Sí, al parecer. – habló Akky –Bueno, si ya acabaron…-
-No, esperen, tengo algo más que decirles. – lo detuvo Keira –Estuve investigando un poco, últimamente ha habido una serie de desapariciones de hombres y mujeres, así como desastres y accidentes varios…
-¿Y eso qué?
-No lo sé, pero todo fue luego de lo de Atur, es más… aquel chico que quiso aprovecharse de Alice cuando la conocimos, también formaba parte de la lista de desaparecidos. No sé por qué pienso que Atur está buscando un nuevo ejercito, así como también, algo… no sé, díganme loca, pero creo que está en busca de algo. Tengo esa sensación.
-Ok loca, esto es algo que tenemos que hablarlo con Charles y Alice. – dijo Noah con cierta sonrisa de sorna por su broma.
- Ja Ja, bueno sí, es verdad. Será mejor hablarlo con ellos. – Dijo finalizando en tono serio, para luego cambiarlo a uno alegre - Bueno, entonces ya podemos irnos. Nos veremos el viernes ¿verdad? – sonrió.
-Creo que sí estás loca. Tienes problemas de personalidad.- dijo el muchacho pelirrojo en son de broma. Recibiendo una mirada asesina de la muchacha que se iba levantando de la mesa.
-¿Te vas ya?-
-Si Marchu, mi novio me está esperando. ¡Hablamos pronto queridos!- sin más caminó hasta la salida.
-Sí, adiós.
-Oh cierto. – Se detuvo en la entrada y volteó a ver a los muchachos -¡Noah! No olvides que te tengo vigilado.- le hizo unas señas de con la mano y salió.
-Ella me da escalofríos – murmuró el mencionado.
-¿Qué dijiste?- preguntó Mar.
-No. No es nada- suspiró resignado.
-Nosotros también nos vamos. – Habló Akky quién ya se había puesto de pie.
-Iremos a hacer el mercado para la mamá de Aker. – Comentó Sil mientras se ponía de pie.
-Sí claro, nos vemos el viernes. – Se despidió la castaña.
-Sí.
Y así se fueron todos.
-Noah- habló la joven en un momento, el chico se había perdido mirando los estantes.
-¿Qué?
-Tengo que preguntarte algo.
-Dime
-¿Podemos dar una vuelta?
-¿Esa es tu pregunta?
-No, es solo que aquí…
-De acuerdo. – El chico se colocó de pie y caminó hasta la puerta, la abrió y la campanilla sonó. En aquel momento, recién Mar la pudo escuchar.
-¿Siempre estuvo esa campanilla allí?
-Eh, pues sí. Tú eres la que viene a menudo aquí, no sé por qué me preguntas a mí.
-Entonces… esa chica. – Notoriamente sorprendida y con el rostro de la muchacha en sus pensamientos, tomó el brazo del rubio y lo jaló hasta fuera del local.
-¿Qué te sucede?- preguntó mientras era sometido a un paso apresurado.
-¿Quién es?
-¿De qué hablas?
-Esa chica, ¿quién es?
-No sé de qué me hablas. – la muchacha le soltó el agarre y se giró a él.
-Aquella pelirroja de ojos bonitos. ¿Quién es?
-Quizás una fan, no sé… ¿por qué? ¿Celosa? – preguntó pícaro.
-¡Es enserio Noah! Al principio me pareció una chica más, pero… - la joven pensó en la velocidad en que cogió su pastel y como desapareció sin hacer sonar la campanilla. – No lo es. Dime ¿Quién es? ¡Te dije que puedes confiar en mí y en los chicos! No dije nada en ese momento por qué no me había dado cuenta, pero esa chica tiene algo…diferente.
-No sé de qué hablas.
-Una chica se me acercó antes de que ustedes llegaran, me dijo que le atiendas el teléfono o que tendrá otra forma de comunicarte con ella. Dijo que sabrías quien es y luego, se robó un poco de mi pastel a gran velocidad, para luego desaparecer. A un inicio pensé que era muy rápida, pero luego, me percaté que no oí la campanilla y sobre todo… su esencia. Dime...–la joven, quién había estado hablando casi para así, alzó la mirada para afrontar al rubio que había cambiado de semblante -¿Sabes quién es?
–Yo…- por un instante, estuvo tentado a contarle todo, pero recordó las palabras de Heissel y pensó en lo peor. –No sé, quizás alguien que me conoce. Mar enserio, no te hagas tanto drama – empezó a caminar pasando por delante de la chica.
-¿Estás seguro?
-Sí, déjate de hacer rollos en la cabeza y vamos.
La joven le dedicó una mirada
-Está bien. – la chica se sintió un poco más aliviada, pero igual, sentía que algo no cuadraba. Aun así cambió su semblante y siguió a su amigo por la calle.
-Te acompañaré hasta tu casa.
-¡No! Mi hermano pensará cosas que no son.
-Cierto, tú hermano…No me presenté como era debido…
-¡Ni te atrevas Noah!
Mientras ellos peleaban y se caminaban, alguien observaba como la pareja de amigos se alejaban.
-Así que no me conoces ¿eh? Ya veremos Noah.

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En otro momento, en otro lado:
-Señorita Alice, está lista la movilidad.
-Bien Charles, enseguida voy. – La joven se encontraba sentada en el escritorio del estudio de esa hermosa casa, dejó el libro que leía encima del escritorio e hizo el además de levantarse. En aquel momento, tocaron la puerta apresuradamente. Entro un joven guardia.
-Princesa… tiene visita.
-¿Quién es? – preguntó Charles.
-Dicen ser, la reencarnación de los tres caballeros de la Orden de Alicem.
-¡¿Qué has dicho?!
-¡Que pasen! -Habló Alice quién no entendía bien la situación.
-Sí princesa.
-Señorita Alice...- empezó a hablar Charles.
-Lo entiendo, yo les comunicaré a los muchachos.
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Me inspiré <3
No me juzguen! u.ú
Lamento el protagonismo :3
Espero que esté bien Very Happy

por Nya Mar 3 Feb - 15:44

Los dos caminaban sin intercambiar muchas palabras. De vez en cuando iniciaban una conversacion que no duraba mas que un par de minutos y finalmente volvía a dejar paso al silencio, al eco de sus pasos.
Atravesaron calles solitarias, algunas decoradas con altos árboles florecientes y algunos con niños rebeldes que aún tenían querían jugar. Sin embargo, por algún motivo, todo estaba bastante solitario y no quedaba otra sensación que una nostagia y tristeza permanente. Quitaba las ganas de vivir.
- Hay veces en que me da miedo recordar. - Dijo Mar mirando el vacío. Noah ya iba a cruzar la calle pero al ver que ella se detuvo, él hizo lo mismo y esperó.
- ¿Por que?
- Siento que a veces pierdo mi personalidad... que olvido quien soy. - Lo miró. Sus ojos brillaban con un atisbo de inseguridad y miedo. - Lo que hice ayer, quienes son mis amigos, mi verdadera familia.
Noah no dijo nada. Casi ni miró a su compañera, tan solo observó distante a la lejanía, como si algo lo llamara.
- La verdad, tenemos un pasado tan trágico, que los juglares cantarían sobre nosotros durante generaciones, de padres a hijos. - Mar bajó la mirada al suelo. - Todos los días haciendo lo mismo, intentando ser feliz, que tragedia, que vida tan vacía. No se que es mejor pero nos ha tocado ser los protagonistas de esta obra y todos tenemos miedo de subir al escenario. Y sin embargo, nos subimos a ella y luchamos.
- No te pega.
- ¿Verdad? Mientras sepas quien eres y por qué estas aquí, es suficiente. - Sonrió. - Todos sabemos quienes somos, pero no por qué vivimos.
- Ya esta verde.
- Cierto.
El caballero dio un paso adelante pero justamente una mano tocó su hombro y tiró de él hacia atrás. Aquello le sorprendió pero ni siquiera le dio tiempo a sorprendense, porque una sombra pasó fugazmente a través de sus ojos seguido de un ruido tan infernal que despertaría hasta el rey demonio. Todo aquello sucedió tan rápidamente que no tuvo tiempo de asimilar todo lo que percibía.
- No deberías nunca bajar la guardia.
Aquella melodiosa voz lo trajo de nuevo a la realidad. Miró hacia atrás y allí reconoció la silueta de una joven de cabellos rojos. Tardó en reconocerla y en reaccionar y cuando por fin iba a moverse, sus piernas tambalearon cayendo torpemente al suelo junto a Mar, quien ya estaba allí en estado de shock.
- Eso si estuvo cerca. - Sonrió. - Deberías agradecerme.
Aquella sonrisa se tornó siniestra por un segundo y al rubio le pareció ver un brillo escarlata traicionero en sus ojos. Lo miraba casi con odio, ya que el estaba sentado en el suelo y ella de pie. Pero hizo un esfuerzo de ignorarla y lo segundo que notó, es que a su derecha había una montaña de chatarra de lo que antes parecía ser un camión. Y fuego; un infierno que empezaba a expandirse del "camión" al edificio con el que había colisionado.

- De verdad, no tienes que hacerlo. - Suspiró Aker pero la albina insistía. Quería comprar la cena.
- No insistas. - Él suspiró. No solo era terca en algunos momentos sino que además tenía que cargar con todas las bolsas que para sus ojos, eran piedras. De hecho, todo lo que no tenía azúcar, lo veía como una piedra (?
- Estúpida casa, por que tiene que estar tan lejos...
- No digas esas cosas. - Reprochó. - Tu casa es grande y...
En ese momento, Sil detuvo su frase porque un ruido superaba el sonido de sus cuerdas vocales. Varios vehículos de gran tamaño de bomberos, ambulancias y coches patrullas pasaron de largo a toda velocidad entre un coro sinfónico de sirenas. Coro para orquesta sinfónica de emergencias.
- ¿Que habrá pasado? - Una arruga de preocupación se formó en su frente.
- Que mas da, solo regresemos rápido. - Murmuró el pelirrojo arastrasndo las bolsas con desgana.
- ¡Estas rompiendo las bolsas!
- Oh, ya decia yo que se notaba mas ligero. - Se detuvo y se llevó las manos a la cabeza y palideció. - ¡Mis dulces! - Gritó.

Mientras tanto...
- ¡Idiota! ¡Te dije que NO funcionaria!
- ¿¡Acaso tu lo habrías hecho mejor!? - Sus voces tenían el tono de un eco profundo, vacío y desgarrador, carente de sentimientos cálidos, como un susurro de la noche que amenaza a su presa. No eran voces humanas.
- El Maestro esta muy disgustado cuando despierte de su sueño.
- Mejor que dejar a esas cucarachas vivas. No mueren con agua, no mueren con fuego. ¿Acaso son inmortales?
- No los subestimes. ¿Por que te crees que Él esta durmiendo? - Adquirió un tono superior y amenazante. - Reportaré esto y reza para que no entres al Purgatorium. No pienso compartir tu mismo destino.
- ¡No! ¡Espera!

Bueno, es una pequeña conti pero no quiero escribir mas o lo dejaré apartado como siempre y no lo continuaré .-. Ahi tienen a Mar, Noah, Heiss/Aker, Sil y dos hermosos diablillos de Atur (? ~~Hay olor a azufre, hay olor a azufre (?~~

por **Mar.** Sáb 7 Feb - 4:02

Entraron con paso veloz al enorme salón en donde los esperaban; en cuanto las puertas se abrieron dándoles pase, la intensidad de la luz del exterior, que se colaba por los grandes ventanales, los cegó por décimas de segundos. Cuando su vista se acostumbró lograron distinguir la silueta de la reencarnación de la Princesa Alice, quien los miraba fijamente.
-Princesa- dijeron al unisonó mientras colocaban rodilla al suelo, haciendo una reverencia.
-No es necesario que hagan eso, por favor, pónganse de pie – pidió ella con un poco de vergüenza. No estaba acostumbrada a esos tratos, muy a pesar de haber sido criada en una familia de muchos recursos, sin embargo, aquella escena le originó una sensación…una sensación de deja`vu.
Los tres hombres se pusieron de pie.
-Entonces, ¿es verdad lo que han dicho?- preguntó Charles, haciendo que los hombres reparen en él.
-Así es mi señor, nosotros somos las reencarnaciones de los antiguos Caballeros que ayudaron a escapar a la princesa – habló el rubio.
-No esperaba…no sabía que ustedes también…- el anciano se veía sorprendido.
-Disculpen – interrumpió la doncella -¿Cuáles son sus nombres?
Aquella pregunta sorprendió un poco a dos de los caballeros que buscaron respuesta en los ojos del mayordomo, quién solo se limitó a mover negativamente la cabeza. Ellos entendieron, la Princesa aún no recuperaba su memoria, ni en partes, ni mucho menos en totalidad. Alice se había quedado distraída hablando con el caballero de cabellos rubios, quién solo sonrió y respondió su pregunta. –Él es Dominic es un poco gruñón, él es el Don Juan es un capo y yo, mi lady, soy Eric – dijo con un tono coqueto causándole gracia a la doncella.
-¿Por qué no nos ponemos más cómodos para poder conversar tranquilamente?- sugirió Alice con una sonrisa. –Por favor, tomen asiento.- y seguidamente señaló los sillones que se encontraban tras de sí.

Luego de unos minutos, con una taza de té delante de cada uno, Alice le dedicó una mirada al Caballero menor, había algo en aquel hombre que le resultaba muy familiar, aunque no podía precisar el por qué, pero algo en él la confortaba.
-Según la historia que la Orden maneja, ustedes tres, en sus vidas pasadas, rescataron a la Princesa y huyeron junto a un grupo de jóvenes que se ofrecieron a acompañar a la princesa. Luego solo se sabe que fueron apresados y posteriormente asesinados…-comentó Charles bajando un poco la voz en la última parte, en donde volteó a observar a Alice, quién solo bajó la mirada.
-Así es, aquella noche está marcada en nuestras memorias. Fue el día que intentamos rescatar a la última esperanza y por un momento lo creímos – empezó a hablar pausadamente el pelinegro. –Don Juan, Eric y yo, fuimos elegidos para rescatar a la princesa.
-¿Elegidos?
-Sí. Nosotros pertenecíamos a la Orden de Alicem pero a las sombras…nosotros éramos parte de Magnatum Verum, el grupo que se encargaba de investigar y buscar el Diario de Mysdyna, en donde los primeros de la Orden habían escrito las verdades de Atur y el cual habían escondido antes de desaparecer de la faz de la tierra.
-Aquella noche – siguió el rubio – Nosotros habíamos retornado de una de las búsquedas y nos habíamos enterado de la gran tragedia que sucedería al amanecer siguiente. Los otros miembros que quedaban se habían ocultado, otros habían huido o simplemente negaban todo lo relacionado a la Orden.
-¿Qué quedaban? – esta vez, preguntó Alice quién oía atenta la historia.
-Sí, en aquel entonces, Atur nos perseguía. Mandaba a sus sirvientes y asesinaba sin piedad – comentó Eric. Alice colocó una mano sobre su boca expresando el asombro. Siguió Dominic
-Los propios reyes nos buscaron en los cuarteles subterráneos de la Orden y nos pidieron que la rescatemos. Dijeron que en usted estaba la clave de la derrota de aquel ser. No pudimos negarnos ante el pedido…
-Aunque de cualquier forma, nosotros hubiéramos hecho lo mismo- interrumpió Eric recibiendo una mirada de enfado de su compañero. –Lo siento…- atinó a decir.
-Es verdad, pero tuvimos que accionar pronto. Nos colamos al castillo con las sombras y le contamos la verdad a usted. A instantes aparecieron aquellos jóvenes y nos siguieron. Escapamos de la guardia del palacio y de los sirvientes de Atur, y nos dirigimos hacia las afueras del reino.
-Pasaron varios días antes de que nos encuentren… aunque siempre nos iban pisando los tobillos. Logramos camuflarnos en otros pueblos y nos acompañaron durante nuestra búsqueda del Diario de Mysdyna. Pero desgraciadamente caímos en una trampa. Un mal indicio, nos separamos de usted y de su compañía. Nos atraparon a los tres y luego… - hubo un silencio sepulcral cuando Eric terminó el relato.
-Así que eso es lo que sucedió…- pronunció Charles tomando un sorbo de su té pausadamente. Estaba bastante impresionado. –Entiendo lo que los ata a esta historia… pero ¿Por qué no se manifestaron antes? Es decir ¿por qué vienen ahora?- indagó.
-A pesar de que nosotros nos conocimos hace algún tiempo y estábamos enterados de la situación, no pudimos venir hasta este momento-
-¿A qué se refiere?
-Hemos encontrado una pista esencial que nos puede llevar a la búsqueda final para encontrar el Diario de Mysdyna, lo que nos pone en circunstancias muy difíciles. –habló Don Javier, por primera vez durante la conversación.
Charles se quedó un momento en silencio. Tenían razón. Si habían hallado verdaderamente aquella pista, significaba que las cosas empeorarían. Atur debía de estar enterado y si no era así, era de pura suerte. Pero en cuanto se entere, lo primero que haría era intentar eliminar el problema de raíz…iría por Alice.
-¿Qué tienen planeado?
-Por ahora, solo queríamos presentarnos con la Princesa para luego salir en busca de aquella pista.
-¿Pensaron que la señorita Alice podría acompañarlos? – inquirió Charles
-No con exactitud, más sin embargo, eso fue lo que sucedió en el pasado. Además de ello, tenemos la sospecha de que Atur no se manifestó durante todos estos años, por dos razones: la primera, no tuvo la fuerza suficiente y la segunda, porque Alice se encontraba en diversos lugares muy alejados de aquí. Esta ciudad parece tener una especie de atracción…
-No…no lo harán. ¡Es una locura! ¡Sacar a la señorita Alice de aquí! Tonterías- vociferó Charles con ganas de sacar a esos tres de patadas.
-No se adelante buen hombre, en realidad, solo necesitábamos presentarnos con la princesa…
-Alice – dijo secamente la joven –En esta época no soy princesa, soy Alice, así de sencillo- soltó sin dejar el tono cortés pero firme.
-Sí, disculpe usted. Solo queríamos presentarnos y ofrecerles como alternativa. Al parecer, Atur se encuentra inactivo, por lo que creemos es perfecto.
-Es una locura. No lo permitiré
-Espera Charles – detuvo la muchacha – Desde hace un mes, mi vida cambió radicalmente. Fui atacada, secuestrada, vi mi vida correr antes mis ojos, vi morir a mi padre, vi a jóvenes dar su vida por mí, aunque yo no sabía quiénes eran. Me enteré de muchas cosas que me suenan ajenas a mí, pero al parecer son ciertas. Fui obligada a mudarme, fui obligada a obedecer y mantenerme a línea aunque hablaban de mi persona. – la joven hizo una pausa y alzó la mirada firme – Yo iré a ese viaje. Presiento que ese viaje me aclarará muchas cosas.
-Pero señorita…
-Un momento, yo iré, pero no iré sola. Los cinco muchachos que dicen, me acompañaron una vez, lo harán también –luego se giró hacia el anciano mayordomo –Y si tú gustas, me sentiría honrada.
-Señorita…- Charles hizo una pausa –De acuerdo, esa expedición se realizará. Pero yo me quedaré aquí señorita, organizando todo para su regreso.
-¿A qué te refieres Charles?
-Ya se dará cuenta – sonrió el hombre.
-¿Entonces? ¿Cuándo partimos?- preguntó el rubio, recibiendo un codazo de parte de su compañero mayor.
-El sábado por la mañana, pues ese día volverán mis queridos amigos. Mientras tanto, podrán quedarse en este lugar, estarán seguros y podrán descansar.
-Muchas gracias, mi lady – saludaron los tres.
-Pero basta con tantas formalidades, por favor – pidió antes de colocarse de pie y retirarse del salón, luego de las despedidas apropiadas.

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Se encontraba sentada con las piernas pegadas al pecho y con abrazándolas con un brazo. Tenía una manta sobre sus hombros y la mirada perdida, absorta en el juego inconsciente que estaba realizando con aquella cuchilla retráctil que había encontrado en la mesita de al lado. No había podido decir o hacer nada, seguía allí, repasando cada acción, cada mínima parte de lo que había sucedido solo horas atrás. Había estado a un paso de ver la muerte cerca de ella, había visto como Noah había sido rescatado en segundos por aquella mujer, la misma que él había negado a penas minutos antes, aquella que lo había salvado de aquel choque. No habían tenido tiempo de reaccionar. Luego de aquello, ella despareció como llegó, velozmente dejando solo una frase: “No me vuelvas a negar”. Tuvo que sacar fuerzas de donde pudo para correr hacia dentro del edificio para ayudar a escapar a los que estaban allí. No le importó las llamas, no le importó el camión que podía volver a explotar. Corrió junto a él. Ayudaron a salir a todos, esquivando maderas en llamas, evitando aspirar el humo… El panorama parecía mejorar cuando llegaron los bomberos, las ambulancias y los policías. Los paramédicos se ofrecieron a atenderla a ella y a Noah, pero ellos aseguraron que estaban bien. Cuando se hubo acabado todo, ya eran pasando las 9 de la noche. Noah le ofreció llevarla a casa, pero ella se negó. Preocuparía a su hermano si llegara en esas condiciones, aún temblaba y hacía un esfuerzo para no echarse a llorar. Fueron a su casa de él. Él le prestó una muda de pantalón y polo, y le ofreció el baño para que se duchase. Así lo hizo. Ahora ella pudo por fin soltarse a expresar todo lo que se había reprimido. Pero ahora, ya estaba más calmada.
-Aquí tienes, un poco de té – dijo el muchacho interrumpiendo sus pensamientos. -¿estás mejor? Vaya aventura que tuvimos ¿no? – Intentó decir en tono alegre –Viste los camiones echando agua…
-¿Seguirás negando que la conoces?- dijo en tono frío. Hasta ella misma se sorprendió de su propia voz. Seguía entretenida con aquella cuchilla: subía, bajaba, subía, bajaba…
-No sé quién… -malas palabras para iniciar. Con un rápido movimiento la chica estiró la mano con la cuchilla haciendo que el filo salga y quede a centímetros del rostro del muchacho.
-Me dijiste que no haga drama, pero es imposible. No me tomes de idiota Noah, esa mujer tiene algo extraño. La forma en que te salvó – la imagen de aquella tomando al joven del hombre y arrastrándolo hacia atrás en cuestión de microsegundos que parecía cámara lenta ante los ojos de la castaña, quién con temor había caído de rodillas en el suelo, circulaba por su mente mientras bajaba la cuchilla.
Él respiró hondo.
-Estarás en peligro si te lo digo.
-No me importa, mi vida no es un cuento de hadas.
Soltó un suspiro y bajó la mirada –Su nombre es Heiss. Supuestamente trabajó conmigo en el bar, sin embargo, hace un par de días…cuando tú y tus amigas se fueron, ella me abordó…
Flash Back:
- Como sea, me voy. - Dijo esta vez seriamente, lo que ellas entendían perfectamente como algo muy importante así que se apartaron lentamente con desgana.
- Ya no pasas tanto tiempo con nosotras.
- Claro que no, después de todo, Noah ha encontrado a su princesita. - Dijo la pelirroja. Su sonrisa inocente y alegre pasó a ser una sonrisa siniestra por un momento a ojos de Noah. - Un buen guardián siempre debe estar listo.
Aquella actitud pacífica suya se derrumbó por un segundo. Ya había tenido suficiente con despachar a las amigas de Mar con una sarta de mentiras e invenciones y ahora tenía delante de sus ojos a alguien sospechosa de ser agente de Atur.
La conocía desde hacía tiempo durante el trabajo pero nunca habían cruzado mas palabras del que eran habituales. Además, por algún motivo, no lograba recordar su nombre, ni siquiera la primera letra o peor aún, ninguna de ellas.
- Hasta mañana. - Sentenció Noah
Fin del Flash Back.
-Por eso te envíe el mensaje de “Tengo un problema” ella sabía algo, y me lo hizo saber. Me dijo que era una Relicaria.
-¿Relicaria? – interrimpió la muchacha.
-Sí, es algo así como…
-Los relicarios son un grupo, trabajan como una secta, pero ellos tienen relación con la magia negra. Según dicen, ellos reúnen objetos de increíbles poderes y los utilizan en negocios, hacen intercambios, apoyan al mejor postor…como una mafia pero con poderes.
-¿cómo sabes eso?
-Lo leí en un libro hace tiempo…Entonces, esa chica ¿es una relicaria? Eso explicaría mucho.
-Así es, pero eso no es lo peor.
-¿Qué es lo peor, entonces?
-Quiere a Atur.
-¡¿Qué?!
-Me propuso alianza con nosotros a cambio de darles a Atur vivo
-¿Y que dijiste?
-Que lo mataría en cuanto lo tuviera delante. Pero me dijo que no teníamos posibilidades, dicen que ellos tienen una venganza contra él y nos pueden proporcionar aliados.
-¿Y qué dijiste? –volvió a preguntar Mar con un tono algo preocupado, esperando que el muchacho no haya cambiado de parecer y haya aceptado.
-Que no era solo mi decisión. Sin embargo, no podía comentarles nada por qué estaba advertido y no quería ponerlos en peligro…
-Eres un idiota Noah – dijo la joven, el muchacho la observó –Te dije y te repetí que estamos juntos en esto: Akky, Keichu, Sil, Alice, Charles, Tú, yo, todos…todos estamos en esto. Todos sabemos a lo que nos estamos enfrentando… no olvides que también lo hemos vivido. Te dije que puedes confiar en nosotros, pero te empeñas en querer hacerlo solo. Entiendo que nos hayas querido proteger y eso es muy noble, pero tú solo has estado cargando con esto y no puede ser así. No lo hagas más difícil para ti.
La chica soltó un suspiro.
-Hablaremos de esto con los chicos mañana, aunque sea por conferencia de los TEC y vemos que hacemos.
-¿de los qué?
-TEC, decidí nombrarlos así porque usar: aparatito electrónico similar a un celular que sirve como tecnología de emergencia para comunicaciones que no tienen nombre aparente, era muy largo. ¿Te gusta?
-Sí, más sencillo de recordar también.
-Sí. Bien – la chica se colocó de pie y sacándose la manta la dejó sobre el sillón.
-¿qué haces?
-Me voy
-¿Qué? ¿Estás loca? ¿Has visto la hora? Además, después de lo que te he contado… puedes estar en peligro.
-Sí, pero si no llego a mi casa, mi hermano me mata. Y si se entera que estuve aquí, te mata a ti.
-Deja que te acompaño a casa.
-No, gracias. Yo iré sola, cualquier cosa te aviso. – la chica había salido del apartamento y cerrado la puerta dejando en el aire las últimas palabras del rubio.
-De acuerdo…-

Ella necesitaba pensar y ese era un buen momento…
Llegó a su casa casi a la media noche, pues se había entretenido caminado por los alrededores. Su hermano la esperaba, había visto las noticias y se preocupó pues el incendio había sido cerca a la dulcería que ella solía frecuentar. Ella prefirió no decir nada aún y solo dijo que había estado con Lina en su casa hasta hacía un rato. Su hermano pareció creerle y ella se fue a dormir, esperando que el jueves de esa semana… sea más tranquilo.

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Bueno, es todo lo que mi cabeza, mis pocas horas de sueño, mis amanecidas, el exceso de dulce en mi organismo y la hora, ocasionan.
Cualquier cosita me dicen...
P.D: Miren el review *-*
P.d 2: si hay algo mal, me avisan para cambiar ¿si?
Saludos*

por Nya Jue 26 Feb - 9:04

Despedidas y rencuentros.

Las voces resonaban por todo el lugar y no era de extrañar, ya que para eso se había diseñado. Aunque pocos disfrutaban de las óperas, gente como Heiss eran capaces de encontrar una cierta diversión en ellas.
Por supuesto, ella se había reservando un balcón del teatro, que de todos modos tampoco costaba mucho por la falta de público. Sintió un presencia detrás suya, pero hizo el amago de no prestarle atención.
- ¿Tomando un descanso?
- Mas o menos. - Le respondió sin mirarle.
- No se que le encuentras de divertido a estas cosas. - Heiss sonrió levemente. - No simplemente cantan inentendible, además es triste.
- ¿A que has venido?
- Wow, menudas formas. - Se rascó la cabeza. - Pero tampoco te equivocas. Saben lo que les has prometido.
- ¿Y?
- No están satisfechos. - Ella suspiró.
- Si quieren seguir contando los años y siglos que llevamos en busca de la Caja de Pandora, que lo hagan. Yo tengo un deber que terminar.
- Deber... ¿Seguro que no es por venganza?
Esta vez la pelirroja, se dio la vuelta y lo miró seriamente. Él se ocultaba tras la luz que reflejaba sus lentes y ella, parecía atravesar aquella barrera con su vista carente de emociones.
- Hará lo que se deba hacerse.
- Bueno bueno, no nos pongamos así. - Supiró alzando los hombros. - No están satisfechos pero han dado su aprobación. Iré a terminar los preparativos, será mejor que lo tengas todo listo para el fin de semana.
- Sí, sí... - Respondió ella inmediatamente ondeando su mano a modo de despedida y de "Vete rápido de aquí".
- Que mujer. - Volvió a suspirar el hombre.

- ¿Ehhh? - Tenían el rostro triste y llena de arrugas - No te vayas~
- Eso no va a funcionar. - Noah se apartó y mantuvo distancia. Aunque no sentía nada amoroso por ellas, la distancia era peligrosa, él sabía el poder del sex appeal y del maquillaje mejor que nadie (?
- Bueno hijo, ve y haz lo que tengas que hacer. - Dijo el propietario. Su voz era fuerte y sonaban como truenos y basicamente, gritaba siempre. - Sabes que cuando quieras, puedes volver a trabajar aquí. Eres bienvenido.
- Gracias. Si me disculpan, debo irme.
- ¿Tan rápido~? - Evitó que lo agarraran (?
- Tengo cosas que hacer. Chau. - Dijo rápidamente Noah para desaparecer a toda prisa. Ni era bueno con las despedidas y quería ser engatusado por sus compañeras.
Ya fuera del local, dejó escapar un pesado suspiro. Sentía que llevaba piedras a su espalda pero igualmente, se obligó a mantener las apariencias y echó a caminar. No tenía nada mejor que hacer, ya había hecho lo único que tenía pendiente, dejar su trabajo... al menos por un tiempo.
- ¿Y ahora que hago? -
Andó sin un rumbo fijo por el centro de la ciudad, mirando escaparates de vez en cuando, entrando en ellas e incluso se sentaba a probar algún plato de pastelerias, restaurantes, cafeterías y todo lo que lo pudiese entretener.
- Todo es culpa de Aker (?- Maldijo. - "No hizo nada". - Pensó su subconciencia pero igual lo maldijo (?

Conti para salir del paso xD Le puse un título porque... no me daba la gana de volver a leer esto un dia para saber que escribi (?

por **Mar.** Vie 27 Feb - 14:41

La habitación estaba en total penumbras, las cortinas cubrían los rayos del sol que intentaban filtrarse por las rendijas. Todo estaba apagado, salvo por aquellas imágenes que sobresalían de un aparto que reposaba sobre la cama; las imágenes se elevaban a centímetros de la pantalla y alumbraban el rostro de la castaña, quién con una sonrisa festejaba su logro. Había estado probando conectar las cuatro videollamadas y luego de observar, analizar y jugar con los botones, había logrado hacer aquel efecto tridimensional. Ahora, frente a ella podía observar las tres pantallas en donde sus amigos aparecían y luego de enseñarles cómo, ellos hicieron lo mismo.
-¿Así que TEC?- mencionó Aker luego de oír el relato que tanto ella, como Noah habían decidido contarles a todos.
-¿Es enserio? De toda la historia, del camión en llamas, de una mujer con grandes poderes persiguiéndonos, que nuestras vidas corrieron peligro…De todo, ¿solo se te quedó eso?- reprochó la oji azul observando a su amigo.
-No me puedes culpar Mar. El nombre suena interesante.
-¿Verdad que sí? Además es más fácil al decirlo ¿no crees? – logró dispersarla del tema.
-Sí… - y la conversación banal siguió.
-¡¿Pueden parar de una vez?!- gritó Noah sacándose un poco de las casillas.
-Ok. Amargado – dijeron ambos en unisonó dirigiéndole una mirada de mofa al rubio, y ocasionando una sonrisa de parte de las otras dos chicas.
-Bueno, al tema. Así que tenemos enemigos – intentó enfocar Keira.
-No sé si podemos considerarlos así. Nos propusieron una alianza. – intervino Sil, quién se encontraba al lado de Aker, quién miraba perdido hacia un punto ciego.
-Pero quieren a Atur y nosotros no se lo entregaremos- apoyó Noah.
-Eso es verdad. Pero ¿luchar contra ellos? Ellos no son personas normales. Aquella mujer tenía poderes increíbles. Su velocidad no era comparada a la de Noah y no pareció costarle esfuerzo el jalarlo antes de que el camión chocara. Además de eso…- la joven se quedó callada por unos momentos, no sabía si lo que pensara era lo correcto quizás estaría juzgando a alguien sin saber.
-Piensas que el accidente fue preparado ¿verdad, Marchu?
-Sí. Me parece que solo quiso demostrar su poder. No sé si estaré en lo correcto pero me preocupa.
-Es verdad, es una posibilidad. Esa mujer podría hacerlo sin ningún esfuerzo. Además, me parece que le divierte – mencionó Noah.
-¿Poner a gente en peligro por diversión? Es de cuarta – soltó Keira. Unos segundos de silencio reinaron el lugar.
-¿Entonces? ¿Qué haremos con esto? – intervino Akky que quería ir a desayunar.
-Yo creo que deberíamos comentar esto con Alice y Charles, sería lo mejor ¿no creen? – preguntó Sil. –Charles podría tener información que nosotros no.
-Es un buen punto. Mañana cuando volvamos podemos hablar sobre el tema.
-Sí, será lo mejor.
Las chicas voltearon a ver a los dos muchachos que se habían quedado en silencio.
-¿Qué pasa?- preguntó Mar.
-Quiero saber… ¿por qué quieren a Atur? ¿Qué acaso sabe algo que nosotros desconocemos? ¿No les parece extraño? Después de tanto tiempo…
-Es por Alice. Cuando hablé con ella la primera vez me lo dijo, pero solo mencionó que era por la Princesa que teníamos que ya lo entenderíamos. – explicó Noah atrayendo la atención de todos.
-¿Qué quieren de ella? Esto se está volviendo más complicado… - soltó Mar.
-Problemático.- corrigió Akky. Esa era la palabra adecuada.
-Eso. Problemático. Cuando éramos nosotros contra Atur…era más fácil. Pero ahora tenemos a los relicarios, tenemos el problema de la desaparición de gente que como dijo Keira, yo también creo que es obra de él.
-Ahora al menos no podemos hacer nada. Sigamos con nuestro plan sin alterar nada. Mañana luego del festival partimos. No se olviden de hacer lo que tienen que hacer.
-Sí capi – soltó Aker en son de broma.
-¿Celoso perro? –
-¿De ti? Jamás.
-Sí, claro.
-Y ya comenzaron…-bufó Keira.
-Sí, pero se extrañaba las peleas.- rio Mar al oír la pelea que había iniciado entre sus dos amigos.
-Son unos bobos- sonrío también la peliplata.
-Bien, nos vemos entonces. – Las chicas se despidieron y cortaron la comunicación.
La imagen tridimensional se apagó, la joven caminó hacia la ventana corriendo las cortinas. Era un hermoso día.

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Se encontraban en la habitación de Aker. Ella había ido especialmente para hablar con los demás, pues en el cuarto donde se estaba quedando era el de Lía, y ella, aún estaba durmiendo. No podía arriesgarse a que la hermana de su amigo la viera.
La comunicación se había acabado hacía unos minutos atrás. El muchacho se había recostado en su cama cubriéndose la cabeza con uno de sus brazos.
-Akky, creo que es hora de…
-Ya sé. – le pelirrojo se sentó soltando un bufido –Pero no sé cómo lo irán a tomar. No es algo tan creíble sabes. Además harán muchas preguntas y será muy trabajoso responderles…
- ¡Si quieres yo te acompaño!- dijo la peliblanca rápidamente. El joven volteó a observarla un tanto extrañado, la efusividad de esa petiza lo sorprendía. La muchacha se sonrojó al pensar que quizás lo que había dicho había sido algo inadecuado.
-Digo, yo-yo…este- Cayó cuando sintió un peso sobre su cabeza. Alzó la vista y vio la mano del pelirrojo sobre ella.
-Gracias – dijo dibujando una sonrisa en sus labios antes de salir de la alcoba. La peliplata se quedó estática con cierto rubor en sus mejillas.
-¡¿Vienes?!- la voz de Aker desde el pasillo la hizo reaccionar.
-Sí- salió corriendo tras él.
Era la hora de empezar a terminar con sus asignaturas pendientes.
Aquel día transcurrió rápidamente.
Aker y Sil aún no podían cerrar el tema pues, Lía y su madre habían salido de compras, y estaban esperando a que volvieran para poder decirles lo que sucedía.

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Mientras que por otro lado, Keira había aprovechado el día saliendo con su novio. Paseando de tienda en tienda hasta que por fin, entrada la tarde, volvieron a su casa para despedirse. Fue allí donde ella decidió decirle lo que tenía que decir y lo invitó a pasar.
Citó a sus padres en la sala y lo sentó en el lugar. Trajo tazas de té y pastelillos de su lugar favorito, y luego de platicar de cosas banales se dispuso a hacer lo que tenía que hacer.

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Al otro lado de la ciudad, casi en sincronía. Mar se encontraba haciendo unos ricos postres. Eso era lo que más amaba de todo y era lo único que no le costaba hacer en la cocina. Hacer postres era una de las cosas que más le encantaban. Ese día no había ido al instituto por quedarse a arreglar su casa de pies a cabeza.
-¡Ya llegué! – la voz de Gian la sacó de sus pensamientos. Andaba pensando ¿cómo haría para decirle todo?
-Montruo se te va a quemar la tarta- alertó el castaño acercándose a la cocina.
-¡¿eh?! – la joven apagó el horno.
-¿Qué te sucede? A ti no te suelen pasar esas cosas.
-Lo siento, Gian. ¿Qué tal te fue en el trabajo?- preguntó con una sonrisa.
-Ok, ahora sí. ¿Qué sucede?
-¿A qué te refieres? ¿Qué no puedo preguntar cómo le fue a mi hermano en el trabajo?- frunció el ceño.
-Tú no eres tan amable. Casi se te quema la tarta y ordenaste la casa. Que recuerdo hoy no vienen visitas y no hay nada alguna fecha importante cercana. ¿Qué es lo que sucede?
La joven suspiró. Su hermano la conocía. –De acuerdo. Te lo diré.
-No me digas que me vas a presentar a ese niñato como tu novio. Hermana pensé que tendrías mejor gusto.
-¡Cállate! No es mi novio y no lo será. Y tengo buenos gustos, muy a lo contrario de tu novia.
-¿Por qué lo dices?
-Sale contigo hace dos años, esa chica tiene serios problemas en la vista o en el cerebro.
-JA JA, que graciosa- dijo sin gracia el castaño.
-Lo sé, soy una chispa- se burló la joven, recibiendo un golpe con la almohada del sofá.
-¡Gian!
-Me iré a bañar… - el joven se perdió en el corredor. Mar bajó la mirada. Lo iba a extrañar pero eso era lo correcto. Unos minutos más tarde, el joven salía de su habitación bañado y con el pijama puesto.
-¿Qué hay de cenar?
-Spaguettis especiales – respondió la chica, haciendo que su hermano se quedara observándola desde la barra divisora.
-¿Spaguettis especiales?
-Sí ¿por qué? ¿No quieres?
-Mar, ¿qué sucede? Son muchas cosas, algo pasa.
Ella respiró hondo y lo miró fijamente. –Tenemos que hablar hermano.
Las ollas y platos se encontraban amontonados en el lavadero. La televisión estaba apagada y los dos hermanos se hallaban sentados cada uno a un extremo del sofá más grande. Ella tenía en su mano la tasa de té y él, tenía las manos unidas procesando todo lo que su hermana le había contado, con luja de detalle. Le había contado la historia antigua, le había contado como ella, Noah, Aker, Silvermist, Keira y Alice se habían encontrado, le contó sobre la Orden de Alicem también. Le había dicho que lo del accidente del gobernador, que habían catalogado como un ataque terrorista, realmente había sido obra de ellos. Le contó donde y que había estado haciendo aquel mes en el que desapareció. Le contó sobre la reencarnación y su próxima lucha contra Atur, pero omitió algunos detalles de peligro. En un principio le costó hacer que su hermano entendiera que no se trataba de una historia de ficción de las que ella solía escribir.
-¿Y bien? – preguntó incitándolo a hablar.
-No puedo creerlo. Es demasiado… ¿es real?
-Completamente real. Nosotros somos la reencarnación de aquellos cinco muchachos.
-Se parece mucho a lo que solías decir de niña.
-¿Eh?
-Sí, tú salías levantarte diciendo que habías estado con una princesa, solías contar historias de fantasía de un Dios bueno que había sido reemplazado y cosas así. Mamá y papá siempre celebraban tu creatividad y hasta a mí me entretenían.
-Esos sueños…eran recuerdos. Espera… ¿Un dios reemplazado?
-Sí. Es sorprendente. Yo siempre te vi tan convencida. Una vez decidiste comenzar a escribir todo en un cuaderno…
-¿Un cuaderno? ¿Dónde está?
-En las cosas de mamá. Pero Mar, dime ¿Qué harán ahora?
-Mañana, luego de mi festival, partiremos nuevamente donde Alice para planear nuestra siguiente movida contra Atur. No sé cuándo volveré…
En aquel momento, el TEC de Mar, que estaba sobre la mesa, desprendió una luz y un sonido. Ella colocó su dedo sobre la pantalla y apareció una imagen tridimensional de un texto.
-Demonios, tengo que desactivar esa opción. – se dijo para sí la castaña antes de leer el mensaje.
“Mira las noticias. Keira”.
La joven cogió el mando de la televisión y la encendió. Puso el canal local y observó el noticiero. Hablaban que el número de desaparecidos se había aumentado esa semana, entre los desaparecidos se encontraba el Jefe de Estado, el Jefe de la Armada local entre otros grandes personajes. Así mismo, se mencionó los increíbles fenómenos climatológicos que estaban asotano a todo el país.
-Demonios. Teníamos razón.
-¿De qué hablas?
-Atur está secuestrando personas para su ejército. Sospechamos que él también tiene que ver con los fenómenos climatológicos. – la joven suspiró –Igual no podemos hacer nada hasta después del festival.
-¿Por qué no van antes?
-Alice nos lo pidió. Dice que está bien que nos divirtamos como adolescentes una vez al menos. Y ordenes, son órdenes. Igual, luego partiremos.
-Yo también voy.
-No puedes.
-¿Por qué no?
-Por qué no. Es peligroso. Nosotros hemos sido entrenados duramente para resistir.
-Correrás peligro.
-Siempre lo hago.
-Nunca así. Mar entiende…
-No, tú entiende Gian. Yo nací en este tiempo para esto, es mi destino. Tenemos que detener a Atur…
Momentos de silencio. El joven apretó sus puños. –Me gustaría hacer más por ti. Les prometí a mis padres que yo te protegería y no lo estoy haciendo.
-No te preocupes, me has cuidado bien hermano. Pero esto se escapa de todos.
-Prométeme que volverás.
-Obvio que sí. Si no, ¿qué sería de ti? – soltó en broma antes de empezar a reír, su hermano la siguió.
-Nada de venir con ese idiota como novio eh.
-Deja los celos Gian. Si quiero que sea mi novio, lo será.
-Entonces si te gusta.
-¡No he dicho eso!
-Pero te pusiste roja.
-¡Cállate!

--------------
-Buenas noches Princesa Alice.
-Buenas noches Sir Eric.
-No es necesario lo del Sir.
-No es necesario lo de princesa.
-Touché. – dijo el hombre con una sonrisa, al igual que ella. -¿Qué anda haciendo a estas horas fuera del castillo?
-Observando la luna. ¿No cree que es un hermoso espectáculo?
-¿La Luna?
-El universo en sí. Al estar en el campo, a estas horas y con las luces de las casa a oscuras se puede observar muy bien el cielo.
-Es verdad, es un gusto exquisito que no se puede tomar en la ciudad.
-Sí, es cierto.
-¿Y ustedes? ¿Qué hacía paseando por el jardín a estas horas?
-Salí a tomar aire y pensar.
-¿Y en su alcoba no pudo pensar por…? – inquirió picara. Él rió.
-El paisaje es mejor para perderse en nuestros pensamientos ¿no crees?- ella lo miró un tanto divertida y él volvió a sonreír -No puedo engañarla a usted. La vi caminar por los jardines desde mi ventana y no pude evitar sentir curiosidad por usted.
-¿Y qué curiosidad tuvo?
-Su sola presencia me causa intriga.
-¿Y a qué se puede deber ese sentimiento?
-Dígamelo usted. – la ex princesa le dedicó nuevamente una mirada que cursaba entre curiosa y divertida. Caminaban entre los rosales y las fuentes.
-No sabría responderle a su pregunta.
-Usted y yo tenemos algo en común.
-¿Y que podría ser aquello que nos une en algo?
-Los recuerdos. Usted aún no los recupera y yo, los tengo incompletos. Sin embargo, cuando la vi en el salón algo en usted causó una reacción en mí. Un sentimiento de nostalgia y estoy seguro que usted pasó por lo mismo. ¿O me equivoco?
-Es usted muy perspicaz señor Eric.
-No me hagas sentir tan viejo, estoy seguro que no nos llevamos muchos años de diferencia.
-Quizás.
-Señorita Alice ¿Está segura de lo que quiere hacer?
-¿Se refiere a ir con ustedes?
-Puede ser peligroso.
-Igual corro peligro esté en donde esté ¿no es verdad? Además, el pensar en que estaré rodeada de aquellos cinco muchachos y ustedes, me trae mucha tranquilidad.
-Si está convencida, no puedo hacer nada para cambiar su parecer ¿verdad?
-¿fue eso, acaso, una pregunta?
-Tomaré eso como una negativa.
-Téngalo por hecho.
-Bueno, es su decisión. – siguieron caminaron entre los jardines hasta poder llegar nuevamente hacia la entrada, sin decir una palabra. Entraron a la casa y él caballero la escoltó hasta su habitación.
-Fue muy grata su compañía Señor Eric.
-Lo mismo digo, señorita Alice. Gracias por permitirme acompañarla esta noche.
-A usted. Lo veo mañana en el desayuno.
-Sin duda, allí nos veremos. Con permiso. – el rubio hizo una reverencia y se dio media vuelta.

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-Esos dos…
-La historia puede repetirse.
-Quién sabe, capaz y algo cambie ahora.
-¿Por qué lo dice?
-Corazonada. Ahora, buenas noches.
-Igualmente. Descanse.

por **Shiba** Dom 8 Mar - 16:49

La unversidad me ha dejado fundida.. así que... hice lo que pude... para cuando recuerde(Lea) bien todo, creo que podré usar más los demás personajes... por ahora estoy saturada (?

- ¿Te vas a trabajar? - Preguntó el caballero de ojos rojos a su madre mientras ella corría de un lado a otro en busca de algo.
- En una hora vienen a recogerme, pero necesito estar lista - Después de un 'Aquí está' abrió un pequeño Kit de maquillaje y se colocó frente al espejo que había en la sala de estar - Es una reunión sobre la vestimenta para la temporada que se viene - Sonrió - Serás el primero en probarte el atuendo cuando esté hecho - En su rostro se veía la ilusión, mientras que Aker, para la sorpresa de ella ni se inmutó. Pero decidió no prestarle atención.
- Ya veo.... - Miró atento a su madre, siempre se había maquillado con tanto detalle - ¿Tienes algo de tiempo? Quiero hablar de algo imprtante contigo y con la chaparra - Su madre lo observó sin comprender, era la primera vez que veía a Aker con un semblante tan serio y preocupado. Y más aún le sorprendía que quisiera hablar.
- Claro... - la mujer quedó dubitatuva unos segundos pero después simplemente se sentó en uno de los silllones individuales, vio que Aker hizo lo mismo pero a su lado en el sillón largo. El silencio reinó menos de un segundo cuando Lia y Sil entraron. Sil se sentó junto a Aker y Lia frente a ellos.
- ¿Qué ocurre? - Preguntó la mujer mayor - ¿Por qué tanta seriedad? - Su rostro demostraba su preocupación.
- Bueno.... Verás.... - Masculló Aker no muy seguro.
- ¿Se van a casar? - Lia saltó con las manos en los labios y ojos brillantes. Mientras que a Sil ladeó la cabeza extrañada, y luego miró a Aker el cual parecía haberse molestado, además de que se le habían subido los colores al rostro - No me molestaría tenerla de cuña...
- No es nada de eso - La calló su hermano componiendo rostro de condena.
- Es verdad, es un asunto un poco, complicado, así que, escuchen lo que tenemos que decir, por favor - Esta vez Sil tomó la palabra y después suspiró recuperando el aliento. Ver a Aker de esa manera hacia su propia familia la sorprendió.
- Entonces dejen de dar vueltas - Pidió la madre - Me preocupa porque es la primera vez que veo en esta casa tanta tensión después de tanto tiempo - La mujer frunció el ceño y miró al mayor de sus hijos - Explícate ¿Qué ocurre ahora? - Ordenó.
Aker suspiró pesadamente.
- Vamos a irnos por un tiempo.
- ¿Por qué? - Lia lo miró. Nunca antes había anunciado cosas que fuera a hacer y menos cuando desaparecía.
- Es una larga historia - Dijo Sil bajando levemente la mirada.
- Pues tienen menos de una hora para hablar - La empresaria miró su reloj y se recostó al sillón buscando comodidad, su sentido de madre ya le decía que sería una larga plática, así que, sin decirle nada a los jóvenes; sacó su celular y escribió un mensaje pidiendo un poco de tiempo.
- "Un demonio llega junto con siete ángeles" ¿Recuerdas eso? - Preguntó con una sonrisa nostálgica.
-¿Cómo olvidarlo? Tú padre lo solía decir cada que te metías en problemas - Sonrió de la misma manera - Pero aún no comprendo a qué quieres llegar.
- En que eso es verdad, y que hemos encontrado a uno, y creo que de una manera muy literal - Hizo una mueca, ya que vio en los rostros de sus dos familiares incomprención y hasta ya podía saber las incoherencias que podrían estar pensando. Así que prefirió comenzar a explicar junto con Sil, antes de que ellas abrieran la boca, todo acerca de su anterior vivencia, Atur, los sueños acerca del pasado, la orden y hasta de la misma Alice.
- Básicamente, no sabemos cuándo regresaremos - Concluyó Sil.
- Hermanito, yo te dije que no te drogues - Lia comenzó a llorar en manera dramática - Y arrastraste a Sil contigo...
- ¡Que lo que te digo es verdad! - La miró con un tic en el ojo.
- ¡Si hasta tienes los ojos rojos! - Negó aumentando su llanto.
- ¡Los tuyos son del mismo color, maldita mocosa! - La señaló saliendo de sus casillas - ¡Mamá, me está molestando! - Acusó. Sil no sabía si llorar o reír con aquella escena que estaban armando los hermanos. La madre por su cuenta comenzó a reír entretenida.
- Cálmense - Pidió y miró a los jóvenes que reencarnaron - Así sea que les prohíba ir ¿Ustedes no se detendrán, verdad? - Los dos negaron decididos.
La mujer solo dejó escapar un bufido y se levantó.
- Más vale que nos traigan recuerdos, y lo más importante, regresen completos, que sino será una molestía - Les dio una última mirada y se dirigió a la puerta principal - Mientras estén aquí... ¿Les parece la idea de salir más? Como familia...- Se quedaron en silencio, y luego asintieron sonrientes, Aker con más calma que Sil, ya que ella se sintió avergonzada al notar, el cómo la consideraban, después de tan poco tiempo - Entonces así será.... Me llegaron a ver - Miró el auto que estaba pitando, se despidió haciendo un gesto con la mano y corrió a éste.
- Entonces... ¿Se van por mucho tiempo? - Lia los miró con los ojos llorosos, esta vez no estaba haciendo un drama de los que acostumbraba a hacer. Se sentía triste al escuchar eso, desde que comenzaron con esa historia, quería creer que, como siempre, su hermano le estaba tomando el pelo, pero al verlo tan serio y sincero no pudo dejar salir más que esa broma antes. Y en ese momento seguía queriendo rechazar esa idea.
- No sabemos...
- Quizá sea menos de lo que pensamos - Intentó animar Sil.
- Es peligroso.... No vayan... - Pidió mientras el tono de su voz bajaba - Si les pasa algo... Estaré sola...
- No seas tan egoísta - Aker rodó los ojos. Sil lo codeó y lo miró con desaprobación.
- Pero, no quiero que me dejen sola, siempre es lo mismo Aky, tú te vas cada que te da la gana, desde que papá murió dejamos de estar juntos, te enfrascaste en tu mundo, y luego... desapareciste por un tiempo, vino Sil, y de alguna manera volviste a ser el de antes... No quiero que se vayan - A cada palabra su mirada iba bajando al mismo tiempo que apretaba los puños. Silvermist, se quedó callada ante tales revelaciones. Es verdad, no sabía nada del Aker actual. Sólo conocía al aquel caballero molesto, pero divertido a su manera del reino antiguo. Y pensar que recién estaba escuchando esa clase de conversasión la hacía deprimirse, pero no podía mostrarlo. Miró a su amigo unos segundos quien se había levantado a palmar la cabeza de su hermana.
- Vamos a volver mocosa, y no nos iremos nunca más - Sonrió levemente. Lia asintió sin convencerse pero, tenía que aprender a confiar en las palabras de su hermano.

- ¿Te arrepientes? - Sil se acercó a el pelirrojo quién había salido al patio y estaba acostado en el pasto.
- No tanto... - Abrió los ojos y se percató del rostro de la ojiazul - ¿Algo te preocupa?
La peliblanca se sentó a un lado y suspiró.
- ¿Tanto se nota?
- Desde que terminamos la conversación con Lia.
- Que raro que le digas Lia - Rió levemente a lo que Aker hizo una mueca.
- Aveces intento ser amable con ella. Ya sabes, como mayor... - Rió por su propia broma - Pero es extraño - También se sentó - Esta mañana cuando desperté tuve otra visión del pasado. Lo cuál fue orpresivo, pensaba que ya no las iba a tener.
- Creo que... Aunque sepamos todo lo que debemos hacer... Aún nos faltan cosas por conocer de nosotros mismos en esa época.
- Y en ésta... - Aker le palmó la cabeza, era obvio a lo que se refería, respecto a la peliblanca.
- Hablando de ésta... - Miró al Joven disimuladamente con un pequeño rubor en las mejillas - Tú...
- Fue hace cuatro años, un accidente automovilístico - Suspiró - Después de eso, me fui a estudiar al extranjero sin decirle nada a nadie, tenía algunos ahorros y una beca.
- Eh... Espera ¿Por qué...?
- Porque tienes una cara de duda tremenda - La miró y rió de su expresión - Allá aceleré mis estudios para poder ayudar a mi madre con la administración en Alia, lo más pronto posible... Regresé un mes antes de conocerlos. Por eso Lia hizo ese drama antes.
Sil solo lo miró e hizo una pequeña exclamación de "Oh"
- Pensé que no te gustaban los estudios.
- No me gustan. Es más el pensar que debo de regresar a trabajar hace que me arrepienta de haber hecho eso - Una vena se enmarcó en su frente.
- Entonces has sabido utilizar todo el azúcar que comes...
- Créeme que ya no la quiero gastar - Se llevó la mano al abdomen y lo miró de manera triste - Te prometo que algún día regresarás - Murmuró en tono dramático, mientras que a Sil le rodaba una gota de sudor por la nuca. El chico no cambiaba por nada.
- Por cierto... Ni una palabra de esto a los demás...
- ¿Por qué?
- Porque cuando se enteren que yo seré el próximo dueño... - Ya se imaginaba unas que otras burlas por parte de sus antiguos compañeros.
- Comprendo - Asintió sin más y con un rsotro de seriedad.
- No te lo tomes tan a pecho, tampoco es un secreto de estado.
- No, no diré nada - Negó rapidamente - Primero tendrán que quitarte tus dulces - Asintió decidida.
- Eso es difícil... - Ahora el que tenía una gotita era él, al escuchar la respuesta de la peliblanca.
- Por eso - Sonrió.
- Pero... ¿No tenemos mucho tiempo haciéndole de vagos? - La miró y se levantó - Práctiquemos un poco - Comenzó a hacer estiramientos.
- ¿Eh? - Sil lo miró confundida.
- Que no debemos de perder la costumbre o nos podrían atacar fácilmente - levantó el puño. La peliblanca se levantó y quedó frente a él a unos metros - ¿Podrías tirar esas piedras? - Sonrió.
- ¿Y si rompo algo del jardín? - Un tic apareció en su ojo.
- No importa, solo lánzalo contra mí - Acto seguido cerró los ojos.
- ¡Así nunca la esquivarás! - Le regañó con susto, si usaba toda su fuerza, gracias al entrenamiento de Charles sería capaz de mínimo romper alguna que otra decoración.
- Necesito entrenar también así, si pierdo la vista estaré perdido - Rió. La peliblanca se preguntó el porqué decía algo como eso. Pero confió y lo lanzó, dándole de lleno en el estómago.
- ¡Lo siento!
- Está bien... Solo continúa, ya me acostumbraré.
- Debiste de hacer esto antes...
- Recién se me ocurre... - Bufó. Sil trató de comprender y entonces recordó que Aker era una persona que se dejaba llevar más por lo que veía ya que gozaba de una asombrosa vista. y sabía que en una pelea nunca cerraba los ojos, aún en el entrenamiento de Charles, lo que sacaron fue fuerza y resistencia - Con este asunto de los relicarios... - Chasqueó la lengua.
- Me anima saber que si estuviste escuchando.
- Justamente porque es problemático no quería escuchar nada - Se volvió a tirar al suelo.
- ¿Eso es todo lo que harás?
- No, es sólo que el suelo se veía tentador - En ese momento la peliblanca se pregunto seriamente para sus adentros, cómo ese chico pudo haber culminado los estudios en tan poco tiempo - Continuemos - Se volvió a levantar y continuaron con la práctica, después de unos cuantos golpes, rasguños y el hecho de que unas cicno decoraciones fueron reducidas a polvo. Prefirieron dejarlo e ir por decoraciones parecidas antes de que la señora de la casa regresara de su reunión y les diera algún tipo de discurso en modo Medusa. (?

Disculpen el drama, pero por ahora no tengo más ideas (?

por **Mar.** Mar 10 Mar - 3:06

El segundero del reloj. Las aspas del ventilador. El burbujeo del agua en el hervidor. La voz de la vecina hablando por teléfono detrás de la pared. El goteo del caño de la cocina. El sonido del corazón palpitar relajadamente.
Abrió los ojos en un instante y lanzó un golpe al aire. Fue un golpe preciso y fuerte. Siguió con otro golpe centrado. Puño, puño Patada. Vuelta. Puño, patada, esquivo, puño.
El sudor resbalaba por su frente. Su mirada determinada.
Puño. Puño.
Se encontraba sola en aquel momento y había aprovechado los primeros rayos del sol para emplearlos en algo útil. Gianluca seguía durmiendo, por lo que ella decidió entrenar un poco. Todavía le quedaban dos horas antes del festival, por lo que le sobraba tiempo. Se había colocado su ropa de deporte que consistía en un pantalón de buzo suelo de color negro y un top de tiras blanco, el cabello lo tenía atado en una cola alta dejando solo sus mechones sueltos. Había preparado la sala para ese momento. Arrimó los muebles para tener espacio suficiente y que nada se destruyera.
-“Hace días que no entreno, mi cuerpo se estaba desacostumbrando”- pensó mientras seguía realizando aquel Kata.
Una hora más tarde, se encontraba ya bañada, cambiada y lista para irse al festival. Había empacado en su mochila turquesa todo lo que creía necesario para poder irse luego de que todo acabara. Sabía que no era necesaria tanta ropa ya que Alice había dicho que esos detalles, serían cubiertos por ella.
Empezó a tomar el desayuno cuando escuchó una puerta cerrándose en el pasillo. Ni siquiera se inmutó al sentir los pasos de su hermano al lado de ella, solo se sorprendió cuando dejó un cuaderno delante de ella.
-¿Y esto?
-El cuaderno de mamá que te dije ayer. Allí escribiste lo que decías soñar. No sé, quizás te sirva.
Ella sonrió.
El desayuno continuó tranquilo.
-Bueno, me voy- dijo la castaña colocándose la mochila en el hombro y dedicándole una sonrisa a su hermano.
-Ten cuidado. Me refiero a en general. Aunque aún no te creo del todo y estoy seguro que es una excusa para irte con ese sujeto…
-Gian…
-Está bien. Está bien. Vuelve pronto.
-Sí – Las despedidas son difíciles y más cuando es de un ser querido.
La joven salió de casa y caminó, aún era temprano y no se veía mucha actividad por las calles, muy a pesar de que era una zona bastante tranquila.
Respiró hondo sintiendo la brisa matutina, sentía una mezcla de sentimientos en el pecho y se perdió en sus pensamientos.
-Allí está. ¡Por fin! ¡Por fin! Marianella.
Al mencionar de su nombre la joven se giró pero solo observó la calle igual de vacía.
-¿Me habrá parecido? – Se dio media vuelta – ¡Ah! Se me hace tarde – aceleró el paso.
Mientras ella se iba, un joven caucásico de cabello negro y ojos saltones la observaba con un inusual brillo en sus ojos y la sombra de una sonrisa en sus labios.
-Serás mía.
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-Mamá, papá – el joven se encontraba con una rodilla apoyada frente a aquel nicho. Había decidido darse un tiempo antes de su partida para poder ir a visitar la tumba de sus padres.
-Hoy nos iremos, y será el inicio del fin. ¿Quién diría que todo se iba a volver tan problemático? Espero hacerlo bien esta vez – sonrió. Estar en ese lugar después de tanto tiempo le traía tranquilidad. –Lamento que sea corta la visita pero debo irme ahora, o de lo contrario predigo que antes del viaje moriré en manos de una chica escandalosa – soltó.

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-Ya nos vamos- dijo el pelirrojo cargando la mochila en el hombro.
-Cuídense mucho ¿de acuerdo? – pidió la mujer con tono sereno y maternal.
-Sí.
-Nii…- la menor controlaba las lágrimas que intentaban escaparse de sus ojos rojizos. –Regresa pronto.
Aker sonrió colando una de sus manos sobre la cabeza de su hermana y despeinándola un poco. –De acuerdo, renacuajo. Cuida de Mamá.
Ella asentó y se lanzó a abrazar a su hermano mayor, cosa que no pasaba muy a menudo y enterneció a la mamá que también se unió a tal muestra de cariño familiar.
-Cuídate mucho hijo. – dijo la señora separándose de sus dos hijos.
La pequeña peli plata se había quedado en silencio ante aquella conmovedora escena.
-Sil, a ti también te esperamos pronto – interrumpió la madre del joven sacándola de sus pensamientos. –Esta es tu casa cuando gustes, y aquí tienes a una familia.
-Muchas gracias – la oji azul bajó la mirada un tanto apenada.
-¡Sil! Te echaré de menos ¡Cuídate también! ¡Protege al tonto de Nii-chan!- Lia abrazó a la joven que correspondió al abrazo.
-Está bien.
-Bueno, ahora si nos vamos. – Sil cogió una bolsa que se la colocó en el hombro.
-Sí. ¡Regresen con bien!- gritó la madre mientras ambos salían de la casa.
-Se siente extraño despedirse – mencionó Sil mientras caminaban por la calle.
-No será por mucho. Volveremos pronto – dijo sin más el pelirrojo, ante la mirada de sorpresa de su compañera.
-Tienes razón- sonrió ella. Algo de esas palabras le daban la esperanza que ella mantenía de que todos volvieran con bien y todo acabara rápido.
-¿Empacaste dulces?- interrumpió el chico
-¿eh? ¡No!
-Entonces vamos a comprar
-¿Qué? ¡No! Akky se nos hizo tarde, nos esperan.
-Pues que sigan esperando – mencionó el muchacho mientras entraba a una tienda arrastrando consigo a la peli plata.
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-¡Me voy amor!
-¿No puedo acompañarte en verdad? – preguntó el joven con mirada de cachorrito.
-No, es mejor así. Necesito que seas fuerte ¿sí? Yo volveré pronto.
-De acuerdo mi amor. Te amo.
-Y yo a ti, cuida de mis padres.
-Si.
Keira subió al Taxi y se despidió tras la vitrina de su pareja. Una vez el carro avanzó se volvió hacia el frente con la mirada gacha. Quería aparentar que todo estaría bien, pero algo la inquietaba. Movió la cabeza con la intención de sacarse esas ideas. ¡Tenía que estar de la mejor onda posible! Hoy era su último día de vacaciones y lo aprovecharía en grande.
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12:10pm – Universidad de Artes Damus. – Entrada.

-¿Dónde rayos está?
-Dijo que la veríamos aquí a las 12 en punto – defendió la peli planta. Hacia unos minutos habían llegado junto con Noah, quién esperaba recostado en una de las paredes, mientras observaban a muchas personas entrar a aquel edificio lleno de decoraciones, música y olores deliciosos que solo inquietaban al pelirrojo, pues sabía que detrás de esos muros una variedad increíblemente grande de dulces lo esperaban.
-¡Chicos!- la voz de la castaña quién los había invitado a aquel evento se escuchó y los tres jóvenes se voltearon. Y allí estaba ella, con un vestido estilo medieval, largo de dos piezas. Era de color blanco de base con un color azul marino, y detalles en dorado. Tenía un escote recto y las mangas largas caídas. Era ceñido en las zonas indicadas y tenía una cinta que ajustaba la parte del pecho. Usaba unos zapatos bajos de color azul marino y una especie de tiara delgada hecha de cadena plateada decoraba su cabello que había peinado con un moño de trenzas hacia atrás, dejando sus mechones y flequillo sueltos.
-¡Wow! Mar, te ves hermosa. –alagó Sil.
-Muchas gracias.
-¿Qué haces así vestida? ¿No que era un festival?
-Por eso mismo, tenía que usar este traje que diseñaron los chicos del taller de costura. ¿Es lindo verdad? - preguntó con una sonrisa dirigida a ambos chicos, que se limitaron a girar la mirada. Mientras ella y Sil ahogaban una sonrisa.
-Cómo sea ¿entramos?- preguntó Aker.
-Claro… Esperen ¿Y Keichu?
-¡Aquí Marchu! Lamento la tardanza. ¡Kya! ¡Te ves preciosa!- todos saltaron con aquellos chillidos. Justo, bajando del taxi aparecía la castaña con su mochila en el hombro y con una cámara en mano.
-Te tardaste – lanzó Noah sin muchos ánimos.
-Una chica debe de tomarse su tiempo – refutó ella.
-Bueno, ahora sí. ¡Entremos! Les tengo una sorpresa preparada – dijo la muchacha con el vestido medieval y una sonrisa en el rostro.
-¿Qué clase de sorpresa?- preguntó el pelirrojo.
-Mientras no sea disfrazarnos como payasos… - apoyó el rubio.
-Sobre eso…

Quince minutos más tarde, las tres chicas esperaban fuera de uno de los salones del tercer nivel del edificio B. Hablaban muy animadamente sobre los hermosos trajes que llevaban puestos.

Silvermist usaba un hermoso vestido verde con crema, de mangas caídas a la altura del escote recto, eran mangas largas abombadas. El vestido ajustaba justo debajo del busto con un cinturón marrón grueso y el resto se perdía entre una capa de tela verde y el resto cremas, llevaba unos zapatos verdes igual de bajos que los que tenía Mar. Su cabello se encontraba recogido dejando caer algunos mechones y decorado con una pequeña tiara.
Mientras que Keira, se había inclinado por algo más sencillo. Usaba un vestido rojo de dos tonalidades con detalles en dorado, ajustado hasta la cintura para luego abrirse en A. Era de escote alto en corazón y mangas largas pero en caída abierta y los zapatos dorados. Su cabello lo llevaba suelto, solo sujetando unos mechones detrás con un hermoso broche.

Las tres estaban maquilladas sutilmente y habían dejado sus pertenencias en el armario de Mar del taller de Arte y ahora se encontraban esperando.
-¿Cómo hiciste para obtener todo esto?- preguntó Keira sin dejar de ver su traje.
-Pues, en realidad, los trajes son solo para los estudiantes que se encuentran en la organización o ventas, los miembros de la obra y para ciertos concursos que habrán. Pero yo pedí que me hagan un favor especial. Quería sorprenderlos ¿les gusta?
-Están hermosos. Gracias – sonrió la peli plata.
-¡¿Y ustedes cuanto más se van a tardar?!- Keira alzó la voz mientras golpeaba la puerta del salón que se encontraba detrás de ellas.
-¡No saldremos así!
-Oh vamos, entre más rápido salgan, más rápido iremos a ver los stand y todo los eventos ¡Así que dense prisa!-
Luego de unos segundos… La puerta se abrió lentamente dejando ver a los dos chicos totalmente vestidos con trajes medievales. Las tres chicas aguantaron una sonrisa.

Noah llevaba un pantalón color marrón y una camisa de época color crema. Sobre la cual llevaba un chaleco de cuero marrón con detalles en dorado, finalmente usaba unos botines y en su cabeza, un sombrero del mismo color.
Por otro lado, Aker usaba un traje color morado oscuro de mangas largas, con un cinturón negro y una cinta gris en el cuello. Que hacía resaltar el color de ojos y cabello del chico. Usaba un pantalón gris y unas botas negras.
Ambos chicos llevaban en las cinturas una montura con una espada de utilería.
-¿Ya podemos irnos? – preguntó este último algo irritado.
Las chicas soltaron a reír.
-Sí, sí. Pero ¿saben? Les asienta bien el estilo. – En aquel momento, las palabras de Keira quedaron en el aire. Por un instante los cinco se vieron el rostro y los trajes. Algo en ello se sentía familiar, como un deja vú. No fue un recuerdo, pero una sensación los invadió.
-Es extraño, volver a usar trajes similares – habló Sil rompiendo aquel silencio que se había formado.
-Es verdad. Quizás por eso trae algo de nostalgia – apoyó Mar. –Bueno, vamos a la sección de dulces – Dijo sonriente empezando a caminar, seguida de sus cuatro amigos.
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Les juro que tenía algo más coherente, entretenido y... no sé, ¿mejor? para poner en esta conti, pero... mi cerebro no dio más -.- Ya es de madrugada!
¡Sil! te dejo el resto Very Happy

No olviden que nos toca meterlos en líos Very Happy

Por cierto: ¡REVIEW ACTUALIZADO! Con datos adicionales temporales, como... ¡LOS TRAJES DEL FESTIVAL! - descuiden, los borraré en cuanto acabe la diversión(?

por **Shiba** Jue 12 Mar - 0:11

- Podrían caminar un poco más rápido... - Aker estaba desesperado, se le notaba. Hasta el momento, solo había logrado divisar stands de Historia y el de teatro, mientras que el olor dulzón lo veía todavía lejos de él.
- Estamos cerca Akky - Le regañó Mar. Tenía casi la misma sensación de desesperación que su amigo, pero, sabía que no debía de impacientarse. Si rompía algo de cualquiera de los Stands... Le iría muy mal, lo cual la hacía llorar por dentro por no correr.
- ¿Y si se terminan? - Se llevó las manos a la cabeza.
- Recién está comenzando la feria - Se le quebró la voz.
- ¿No se están poniendo muy sentimentales por algo tan tonto? - Pregunto Keira a Noah y Sil en susurro.
- Sabes que cuando se trata de cosas dulces, son capaces hasta de matar. Nisiquiera sé porqué se están controlando justo ahora - Noah los miró inexpresivo, parecían viejos con parkinson tratando de alcanzar el otro lado de la calle.
- Quizá piensan que mientras más esperen el sabor será mejor - En manera inocente y sonriente, Sil levantó el dedo tratando de que sea una buena explicación.
- Parece que les está costando la vida, si me preguntas - Keira rió.

- ¿Dan pruebas gratis? - Llegaron a los Stands cuando Mar llegó a preguntar a uno de los que más le llamaban la atención.
- Solo unos pocos... - Contestó una de las encargadas; para girarse a ver un plato en el cuál estaban todas las muestras gratis, dónde divisó a cierto chico de cabellos rojizos en un banquete de traga todo lo que puedas (? - ¿Quién...? - Lo señaló perpleja.
- ¡Akky! No seas así déjame unos pocos - La castaña dio un salto para llegar dónde estaba el caballero y empezar a comer con él.
- No seas metiche, estos ya son míos.
- Nada de eso, deberíamos de estar en esto juntos.
- Nada de eso, cada quién con su mercancía.
- Tacaño.
- Ladrona.
- ¡¿Qué les pasa?! - Explotó la chica encargada.
- Están atacando -Contestó Noah mientras negaba. La muchacha buscó esperanza en las otras dos jóvenes que los acompañaban. La cuales solo negaron.
- Es mejor mantener distancia - Dijeron al unísono. La chica sentía desvanecerse (?
- Mari~ - Se escucharon voces femeninas, familiares para Mar y Noah, para una agradables y para el otro una señal de alerta para salir corriendo.
- Oh~ Chicas - Dijo para girarse a mirarlas, tenía el rostro lleno de migajas de los dulces que había alcanzado a quitar al pelirrojo - ¿No deberían de estar preparándose para abrir sus concursos? - Ladeó la cabeza.
- Se supone - Suspiró la pelinegra - Pero en todo caso, queríamos ver cómo te iba - Sonrió.
- Todo está bien por aquí - Hizo un ademán y sonrió.
- ¿Por qué tienes migas en la cara? - Preguntó Jazmín, señalándola. Mar llevó una mano hasta los labios.
- Oh... Esto es culpa de Akky - Asintió con el ceño fruncido.
- ¿Quién? - Rose Ladeó la cabeza.
- ¿Recuerdan que les conté que traería a las personas que conocí durante mi ausencia aquí? - Levantó el índice - Bueno... - Miró atrás y no encontró al pelirrojo - Traidor - Masculló - Bueno... Mejor empecemos por las chicas - Salió de ese Stand y llamó a la peli plata y la castaña, además de que por alguna razón desconocida Noah se le había perdido de vista - Ellas son Sil y Keira - Señaló a cada una respectivamente.
- Hola.
- Un gusto.
- Igualmente - Dijeron las tres al unísono.
- ¿Y Noah? - Preguntó Rose de manera pícara.
- No sé... Supongo que quizá algún Stand le llamó la atención y por eso se fue.. -
- ¿En serio? - Jazmín Bufó y el rostro de decepción de las tres jóvenes era notorio.
- En realidad, me dijo que iría al baño.. - Dijo Keira sonriente, guiñando un ojo a Mar.
- No puedo creer que te haya dicho eso... - Murmuró Mar, antes de captar el hecho de que lo más probable es que haya huido - Sí... Era mi siguiente opción - Rió nerviosa - ¿Y Aker? - Preguntó en un murmuro.
- Está allá - Dijo Sil señalando otro Stand de dulces. Dónde el joven no solo cargaba un plato de pruebas gratis, sino tres - La mamá lo va a regañar... - Suspiró pesadamente.
- ¡Eso es trampa, Akky! - Gritó Mar.
- ¡Tú eres muy lenta! - Giró a ver al grupo de chicas gritando orgulloso de su hazaña (?.
- ¡Mari! - Gritaron las tres jóvenes y enceraron en un círculo a la castaña.
- ¿Eh?
- ¿De dónde los sacas? - Chilló Rose.
- Emm... - Mar se lo pensó un poco - Bueno... Solo aparecen.. - Se encogió de hombros - Pero... Créanme que él no les hablará tan bonito como Noah.
- Eso es lo de menos - Lina hizo un ademán. Y le dieron por fin espacio personal a la castaña.
- Akky.. - Llamó levemente, el nominado apenas y volteó ya que estaba más concentrado en comer los dulces - Mis amigas - Las señaló.
- Aja.... - Regresó a los dulces - ¿No tienen paletitas? - Preguntó a la persona de aquel Stand, que solo lo miraba con grima de ver todo lo que cargaba en las manos.
- ¡Oh! - Exclamó Jazmín al ver su reloj - Ya es hora de regresar chicas - Dijo para luego comenzar a empujar a sus dos amigas - Nos vemos luego Mari, Keira, Sil - Se despidió moviendo la mano en alto, Escuchó un "Cuidado" de parte de Sil, cuando sintió tropezar con la espalda de sus amigas - ¿Qué pasa? - Preguntó confusa.
- Que hemos tropezado con algo no agradable... - Respondió Lina mirando al frente. Se trataba del Stand del club de Fútbol que sin percatarse habían empujado un inestable maniquí.
- Vamos no creo que se molesten por algo como eso.. - Rose intentó ser optimista - Solo es un maniquí mal hecho - Sonrió.
- No creo que sea bueno que digas eso frente a ellos - Le advirtió Lina.
- No me han escuchado - Hizo un ademán despreocupado.
- ¿En serio? - Una voz masculina llamó la atención de las tres jóvenes y de los cinco guardianes. Era el capitán del club, además de notarcele en su rudo exterior, la camiseta que portaba para destacar y presumir, lo hacían desconfiable a ojos de las jóvenes.
- Lui... Bueno... Pasábamos por aquí... - Jazmín buscaba una excusa en su cabeza - Nos tropezamos con una piedra y eso hizo que aceleremos y caímos sin darnos cuenta en eso.. - Dijo, a lo que las chicas se llevaron una mano a la cara.
- Ustedes saben que todo lo expuesto aquí va de nuestro bolsillo ¿Cuánto creen que cuesta eso? - Las jóvenes miraron al destrozado objeto y quedaron pensativas con la cabeza ladeada.
- Un ticket de tiro al blanco - Dijo una voz masculina. Las chicas solo asintieron y luego miraron que había sido el pelirrojo quién había dicho tal cosa.
- Tú no te metas - Reclamó con un Tic - Y ustedes... Ya que dañaron nuestro artículo decorativo, nos ayudarán con los concursos, es lo justo - Asintió - Necesitamos unas chicas para atraer gente.
- No es para tanto.. - Se quejó Rose.
- Además andamos apuradas - Jazmín mostró el reloj de su muñeca.
- Se quedaran aquí ayudando - Se cruzó de brazos amenazante, a la par que chasqueaba los dedos y el equipo completo aparecía tras él.
- Esto es malo.. - Suspiró Lina - Escuchen.. - Iba a refutar cuando sintió que la tomaban de la muñeca - Suelten... -
- Ahora nos ayu... - El tipo que la tenía sostenida cayó hacia atrás noqueado. Dejando ver a un caballero de cabellos rubios y otro de cabellos rojos.

Perspectiva de chicas/y algunos chicos (?
- No deben de tratar así a una princesa - Masculló el rubio acomodando su sombrero sonriente.
- Tocan un cabello de ellas y no tendremos piedad - La mirada roja de Aker era amenazante.

Realidad (?
- ¿Qué haces aquí? - Preguntó Noah volteando a ver disimuladamente al pelirrojo.
- Lo mismo pregunto ¿No te habías ido a dejar un Pou? - Lo encaró con un tic. Seguía con los platos en las manos.
- Es mejor que verte engordar, para luego enterarse que vas a ser padre de muchos de esos...
- ¡Kya, Kya! ¡Príncipes! - Se escucharon los gritos de las/os ahora fanáticas/os, de los dos jóvenes (?.
- ¿Qué se supone que está pasando? - Preguntó La peliplata viendo como a las demás chicas presentes les salín corazones por todos los orificios posibles (?.
- Que de alguna manera han conseguido llamar la atención... De alguna manera extraña... - Keira suspiró al mismo tiempo que Mar.

Perspectiva
- Vengan, y enfrenten, a estos caballeros que raptaran a las princesas - Aker había desenfundado a la par de Noah.
- No habrá piedad para tales bárbaros.
- ¡Al ataque! - Dio el grito de guerra el general de aquel grupo.
Cada bárbaro que se acercaba era cortado con elegancia por los dos caballeros.

Realidad
- ¿Quieres irte? Puedo con esto solo - Aker asintió alcanzando un dulce de los platos.
- Cuando aprendas a comer te creo - Noah suspiró señalándolo. No solo tenía migas en la cara sino en la ropa.
- Son efectos secundarios...
- ¿A eso le llamas efecto secundario? - La mirada de Noah se tornó oscura de incredibilidad.
- Me están hartando... - Masculló con furia el capitán. Había noqueado a uno de sus mejores jugadores - Enséñenles una lección - Loas miembros del equipo dieron un grito al unísono lanzándose a los dos jóvenes, que a lo único que se dedicaron fue a esquivar y dar patadas. Aker por tener las manos ocupadas y Noah por no quedar atrás (?
- Serían buenos meseros - Asintió Keira.
- Si supieras... - Murmuró Mar para sí.
Los gritos de fan girls no se hacían esperar por nada (?
- Yo aún no comprendo cómo llegaron a esto... - Dijo Sil viendo atenta a escena, sus dos amigas negaron apoyando su comentario.
Todos los miembros del club habían caído con dos caballeros de pie sin un rasguño.
- ¡KYA! - Se escuchó por todo el instituto.
- Creo.. Que deberíamos correr... - Suspiró Noah.
- ¿Por qué?
- ¿Nunca has estado en un instituto, verdad?
- En uno normal. No - Negó.
- No creo que ninguno sea normal... Pero Corre antes de que te dejen desnudo - Asintió.
- Vamos no es la gran co... - Se giró a ver a un grupo que se había reunido alrededor de ellos, mientras gritaban - Nunca me dijeron que fueran tan peligrosos...
- Te digo... Son peores que el mismo demonio...

- ¿Dónde crees que hayan ido? - Preguntó Sil a la castaña. Estaban caminando por el pasillo de concursos.
- No sé... Pero creo que en la azotea... Es el lugar más desértico que se me ocurre.
- ¡Oh! - Exclamó Keira señalando un puesto - Intentemos ¿Sí? - Se la veía ilusionada.
- Bien...
- ¿Por qué no?
Se trataba de un tiro al blanco. La primera en intentarlo fue Keira, que además de ser la más emocionada, tenía el signo de "Victoria" En los ojos.
- Tres intentos... - Dijo el que estaba a cargo, pero antes de terminar los tres intentos estaban insertados en algún objeto -... Premio para la señorita... - Recobró la compostura rápidamente después de quedar boquiabierto.
Las siguientes fueron Mar y Sil, las cuales también dieron gala de su nueva puntería después de tal entrenamiento con Charles.
- Sacamos muchas cosas - Celebró Sil cargando un peluche más grande que ella amarrado a la espalda (?
- Bueno, debíamos de sacar algo bueno - Keira rió acompañada de Mar y Sil.
- Chicas... - Vieron cómo Noah y Aker llegaron frente a ellas con rostros grises y enmascarados.
- ¿Qué les pasó? - Preguntó Sil con una gotita.
- ¿Cómo puedes cargar eso? - Regresó la pregunta Aker señalando al peluche.
- Como mochila - Sonrió inocente - Yo pregunté primero - Infló las mejillas.
- Estamos un poco ajetreados...
- A penas pude comer los dulces de las muestras gratis.
- Eso era suficiente para un mes... - Le recordó Keira.
- No sirven ni para una hora - Refutó Aker negando desesperado.
- Conseguí unos en el tiro al blanco... - Sil mostró un paquetito.
- Ella me comprende - Chilló entusiasmado.
- Pero serán para otra ocasión - Dijo volviéndolos a guardar. El pelirrojo Bufó.
- En todo caso... - Noah miró a Mar - ¿Sabes de algún lugar seguro? Que no sea el salón de teatro - Suspiró.
- ¿Por qué? - Ladeó la cabeza.
- Porque tratamos de quedarnos ahí, pero... De alguna manera... Dijeron que dábamos mala suerte y nos dieron esto - Mostró un saco con cajones de chocolates - Pidiéndonos que nos vayamos.
- Ohhh... - Mar quedó entontada y agradecida(?
- Tengan - Le dio una caja a cada chica y el pelirrojo se cogió tres - Vas a morir.
- Es mi problema - Se llevó uno a la boca y lo saboreó extrañado.
- ¿Vodka? - Murmuró Noah tragando uno - Que extraño... Dijeron que no podían darlo a los niños pero nunca creí que en serio tuvieran algo como esto - Noah suspiró.
- Tú sabes...- Aker se llevó tres a la boca - En la actualidad el alcohol es lo que llama a la juventud.
- ¿Podrías no comerlos como si te gustaran?
- Es chocolate al fin y al cabo. No creo que pase nada malo... - Asintió sonriente.
- Es verdad... ¿Qué malo puede pasar - Rió levemente, para ser cortado por cierto sonido hiposo, proveniente de las tres personas frente a él - ¿Has tratado con borrachas?
- ¿A qué te...? - También miró a las jóvenes, sus rostros se habían ruborizado como efecto secundario de la borrachera. Su rostro tanto como el de Noah, no tardaron en oscurecer por el miedo que sintieron en ese momento. Entonces, fue la primera vez que Aker dejó caer una de las cajas de chocolate, en su vida (?

No sé, no sé... Algo hice (?
jajajajjaa en serio espero esté medianamente pasable xDD

por **Mar.** Jue 19 Mar - 16:13

El joven se encontraba recostado sobre el césped, exhausto por todo el desastre que tuvo que enfrentarse desde hacía cuatro horas atrás… Y la culpa… la culpa la tenía esos malditos chocolates.
-¡NOAH!- el grito de una de sus compañeras lo hizo estremecerse. La escuchó cerca, pero no tenía las fuerzas o mejor dicho, las ganas, para levantarse. Giró sobre sí mismo procurando no hacer mucho ruido y se perdió entre los arbustos en donde había caído. Se quedaría allí por al menos un tiempo más.

Cuatro horas antes.

- ¿Podrías no comerlos como si te gustaran?
- Es chocolate al fin y al cabo. No creo que pase nada malo... - Asintió sonriente.
- Es verdad... ¿Qué malo puede pasar? - Rió levemente, para ser cortado por cierto sonido hiposo, proveniente de las tres personas frente a él - ¿Has tratado con borrachas?
- ¿A qué te...? - También miró a las jóvenes, sus rostros se habían ruborizado como efecto secundario de la borrachera. Su rostro tanto como el de Noah, no tardó en oscurecer por el miedo que sintieron en ese momento. Entonces, fue la primera vez que Aker dejó caer una de las cajas de chocolate, en su vida (?
-No-No creo que estén ebrias…son solo chocolates con poco nivel de alcohol-
-¿Acaso son muy fuertes?
-No lo sé, yo casi no lo siento
-¿O es que ellas son muy débiles?
-Sea como sea…No creo que…- la conversación de ambos chicos fue detenida por el grito de Mar.
-¡Y AHORA TODOS VAMOS A CANTAR!
-¿Qué? – soltaron ambos muchachos a la vez, mientras volteaban a ver a la castaña que había cogido un peine de quién sabe dónde y lo usaba como micrófono.
-¡LA LA LA LA! – Empezó a corear –gritar- mientras las otras dos empezaban a aplaudir y a vitorear.
-Mar… ¿Quieres parar?- preguntó el rubio mientras se acercaba a la castaña quién seguía tarareando y moviéndose al compás. -¡LA LA LA LA LA! – intentó tocarle el hombre pero una voz de otro mundo lo detuvo. (?
-¡NI TE ATREBAS A TOCAR A MARCHU, INFELIZ!- saltó Keira con una mirada asesina.
-¡Yo quiero esos peluches!- De pronto, el escenario se pintaba peor. Sil empezó a llorar como niña haciéndole un berriche a Aker que no sabía cómo reaccionar ante tal situación. ¿Y quién si? Tenían a una que estaba en mar de llanto, la otra estaba resondrando a quién se pasaba por el frente y gritando por un mozo inexistente, mientras que Mar seguía dando un concierto privado que parecía encantar(?
-Tenemos que hacer algo…- murmuró el rubio cuando pudo escaparse y reunirse con su compañero.
-Sí, pero ¿qué cosa?- preguntó este mientras tomaba otros chocolates y se los metía a la boca, había logrado salvar la caja de chocolates del suelo y empezaba a comerlos.
-¿Puedes dejar eso?
-No.
-¡LA LA LA!
-¡Mar, para ya!- saltó el rubio. La chica volteó a verle.
-¿oh? ¿Por qué hay dos Noahs? ¿Cuándo trajiste a tu gemelo? ¡KYA! Los dos son lindos – gritó con una sonrisa mientras se lanzaba a abrazar al chico, lo que lo hizo sonrojarse un poco.
-Espera ¿qué?
-¡También hay dos Akkys! ¡Akkys no se coman los dulces!- la muchacha se soltó con un golpe del rubio, haciendo que este retrocediera, para ir detrás de Aker que empezaba a temer por sus dulces y por él.
-¡Noah! ¡Cárgame a caballito!- Sil se había acerado entre llantos al rubio que estaba distraído viendo a Mar saltando detrás de Aker que alzaba los dulces para mantenerlo lejos de su alcance.
-¿eh?
-Noah no me quiere cargar a caballito – la peli plata se echó a llorar de una manera un tanto dramática.
-¡NOAH, MALDITO INFELIZ! ¡¿Qué le has hecho a SIL?!- nuevamente, Keira aparecía con la mirada asesina y tronando los dedos. A pesar de que la chica no había hecho el entrenamiento completo con Charles, era poseedora de bastante fuerza y eso, era algo para temer.
-¡AUXILIO!
Minutos después, ambos chicos se encontraban corriendo por medio del festival. Aker comía un chocolate cada 2x3 mientras Noah no dejaba de buscar con la mirada.
-¡¿Dónde demonios pueden estar?! –gritó. -¡Es tu culpa!
-¿La mía? ¡Tú no pudiste controlar a la cantante!
-¡Tú no dejabas de comer esos malditos chocolates!
Ambos se detuvieron en son de pelea. En algún momento durante la escena con las tres chicas, alguien gritó y segundos después una multitud perseguía a ambos caballeros gritando por sus nombres, y ellos, como buenos supervivientes huyeron despavoridos, perdiendo la vista a las tres chicas ebrias.
-¡HOLA A TODOS!-
-Esa voz…- el rubio se detuvo en seco junto a su compañero.
-¡Este concurso es aburrido, hagámoslo más divertido! –el sonido de la voz provenía del escenario más cercano al patio principal.
-Es Keira. Vamos – Noah hizo el ademán de moverse, pero antes de poder avanzar otro grito los detuvo.
-¡KYA! ¡ACOSADOR!- ambos muchachos voltearon por instinto a uno de los stands, en donde se encontraba la causante de aquel barullo. Era Silvermist.
-¡Señorita, no puede llevarse ese oso!
-¡Suélteme, acosador! ¡Auxilio!
-¡Señorita deje el oso!
-¡Suélteme!
-Esto no pinta bien –observó Aker.
-Anda tú con ella, yo voy por Keira y a buscar a Mar.
-De acuerdo, nos vemos aquí en unos minutos.
Y así, ambos se separaron.

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Tenía más ideas, pero me quedé sin tiempo :'(
Lo siento... ¡NEE, lo dejo en tus manos!

por **Shiba** Dom 22 Mar - 22:32

- Señorita... Por favor, no interfiera en esto... - El presentador se acercó a Keira tratando de que se apartara y si era posible que se bajara del escenario, no podia permitir que arruinaran así lo que habían estado preparando por tanto tiempo.
- Vamos~~ ¡¿No puedes hacer algo mejor?! - Lanzó un golpe al aire sin fijarse que noqueó al presentador mandandolo fuera del escenario. Los que estaban abajo (O al menos las buenas personas) Lo atraparon como puedieron.
- Es.. Un monstruo... - Fueron sus últimas palabras antes de caer inconsiente.
- Se supone que están escogiendo a la reina del festival, y me vienes a decir que tu talento es ¿Bailar? ¿Le llamas a eso bailar? Parecías una pu*Hip* - La chica que estaba ahí no sabía que decir, no solo le estaban reclamando, sino que después de ver cómo mandó a volar al presentador, ya no se atrevía a refutar nada - Recuerda que estoy grabando, esto se lo mostraré a mis hijos cuando los tenga *hip*
- Esto es una verdadera ofensa... - La muchacha salió corriendo a los interiores.
- Venga, eso, lárgate bailarina de cabaret mal pagado (? - Regresó la mirada al frente y sonrió - Ahora vamos con la siguiente participante ~
- Keira... - Escuchó una voz familiar. Era Noah quién se había escurrido por la multitud y quedado a los pies del escenario.
- ¿Qué quieres? - Se agachó al ver el ademán que le había dedicado.
- Sal de ahí, esto no te concierne a ti.
- ¿Qué? - Hizo una mueca de disgusto - ¿No solo les haces males a Marchu y a Sil, sino que ahora me quieres hacer llorar a mí? - Se levantó nuevamnete - Pero ¡No! Yo soy una mujer determinada.. - Dijo mientras caminaba tambaleándose al centro del escenario. A Noah le comenzó a fallar el ojo por un tic nervioso que se le había presentado, si no hacía algo, ella sola era capaz de destruír ese lugar.
- Y como decía~ Nuestra siguiente participarte - Señaló a un punto ciego del escenario - ¡Marchu! *hip*
- ¿¡Mar!? - Noah se puso pálido.
- Yeii~~ - La nominada salió corriendo y quedóa un lado de Keira.
- El escenario es tuyo ~ - Se apartó levemente.
- Yo voy a cantar~ - Levantó un brazo animada y con el otro le quitó el microfono a Keira - Mi amante es un gatito ~ El verdadero gatito ~ *hip* El mejor regalo es... Una bonita comida de gato ~ ♪ ~~Canción sacada de un manga de los 90's (?~~
- ¿Qué clase de canción es esa? - Todos los que estaban de espectantes quedaron aturdidos.
- Yei~ Marchu gana~ - Keira comenzó a lanzar confetti, el cuál le había quitado a uno de los ayudantes del presentador.
- Me aterró - El ayudante llorando en una esquina (?
- Yai~~ -
- ¡Ya bajen! - Noah subió al escenario y comenzó a empujarlas fuera de ahí.
- ¡¿Qué te crees que haces?! - Keira compuso rostro de ogro. Y Noah sabía que debía de hacer. Correr. Pero antes de eso, tomó a Mar de la cintura y la levantó a su hombro como si de un saco de patatas se tratase - ¡Tú secuestrador! ¿Qué te crees? ¡Detente ahí! - Keira lo persiguió, Noah por su lado no pesaba dejar que sus piernas paracen. No en ese decisivo momento de vida o muerte.
- Nyaa~ Esto es tan romántico ~ - Fue el comentario de Mar mientras podía ver a Keira ir tras ellos - Venga Keira tu puedes ~ *hip*
- No la alientes - Pidió Noah sin muchas ganas, al menos ya se había alejado lo suficiente del escenario.

- Aky... - Sil miró al nominado con lagrimas en los ojos, lo cuál lo hacía ser débil (? - Este acosador no me deja tener mi peluche... - Señaló al dueño del stand.
- ¿Qué? - El hombre comenzó a chirriar los dientes molesto.
- Solo dale el oso.. - Pidió Aker suspirando.
- Nada de eso, para tenerlo necesitas primero ganar en el juego.
- Bien... ¿De qué trata, acosador-san? - Preguntó, pero nisiquiera le dirigía la mirada estaba más atento en ver cómo Silvermist ya estaba alistando el oso para llevárselo así fuera arrastrando.
- ¡No soy un acosador! - Gruñó de mala gana con el rostro rojo de furia.
- Sí, sí, solo dime, antes de que ella o yo hagamos algo ilegal - Hizo una mueca.
- Aquí hay tres aros de juguete - Señaló lo nombrado, los cuales eran de diferentes colores - Si insertas los tres en el mismo pino - Señaló unos cuatro de bolos, que habían el fila - Y sin hacer que caiga, puedes escoger cualquier premio, pero solo así, si insertas alguno en otro, entonces solo puedes escoger entre los que yo te diga.
- Ya veo... - Aker tomó los tres aros se acercó a los pinos dejándolos caer en uno - Listo - Se acercó a la Peliplata -Bien Sil, todo tuyo, ahora nos vamos... - Cargó el oso ya que ella tenía otro peluche a su espalda.
- Yaiii~ -
- ¡No se supone que sea así! - Le refutó - ¡Tienes que lanzarlos desde allá! - le señaló la parte de fuera del stand.
- No me vangas con eso.. Te puedo demandar por fraude... - Se rascó levemente la cabeza - Hice lo que me dijiste al principio, así que es válido. Adiós - Concluyó saliendo del lugar junto con una sonriente Sil.
- ¡Ya hiciste algo ilegal! - Gritó el dueño tratando de no estresarse más de lo que ya estaba. En verdad que el chico no quería hacer más de lo que ya había hecho.

- ¿Tuviste suerte? - Noah miraba a su TEC. Se había escondido en uno de los salones. Mar parecía entretenida tararendo algo mientras escribía cosas absurdas en el pizarrón.
- Digamos que tengo a una y huyo de la otra, pero es mejor que nada - Suspiró. y miró al rectángulo blanco - ¿Eso es arte abstracto? - Dijo para sí, con una gotita (?.
- Bien, acá las cosas ya están tranquilas... ¿Qué abstracto? -
- Solo tienes que tratar con una... y no le hagas caso a eso... -
- No quieres saber en cuántas cosas me ha hecho participar y ganar a fuerza... Créeme que no quieres.
- Comos sea.. Debemos de buscar un lugar dónde puedan estar tranquilas... - Empezó a esquivar todos los intentos de Mar por rayarle la cara.
- ¿Te parece el club de teatro?
- Nos van a echar..
- Pero si son personas muy amables, intentémoslo.
- Si algo ocurre, serás el culpable.
- Bien, yo me llevaré toda la culpa - Cortó.
- Bien Mar.. Nos vamos.. ¿Qué haces? - La miró en una esquina, su aura era oscura.
- Noah no me deja rayarlo... Noah no me quiere - Hizo puchero. A Noah se le oscureció la mirada. Sabía tratar con mujeres, pero no con ella.
- Bien, bien... Solo una rayita... - Se le acercó agachandose a su altura, forzando una sonrisa.
- ¿Sí puedo? - Le brillaron los ojos. Noah suspiró, ese día estaba siendo difícil y se complicaría, sabía que en cuanto saliera de ese salón una Keira molesta lo iba a perseguir nuevamente.

- Bien Sil, vamos.. - Aker se levantó de la silla después de haber comido otro chocolate.
- ¿A dónde? - Sil hizo lo mismo tambaleándose a un lado.
- Sólo vamos... -
- Por cierto... ¿Para qué es esto? - Señaló la cuerda que estaba amarrada a su muñeca y que Aker sostenía con su mano.
- Medida de seguridad... - Concluyó.

¡Nee!
Gomen por esta porquería xDU
Pero, trato de abarcar lo que puedo, mañana comienzo a trabajar, sí riete todo lo que puedas (?
Así que igual quería dejar hecho algo :3

por **Mar.** Vie 27 Mar - 18:49

-¿Que demonio? ¡Te dije solo una rayita! – saltó el muchacho con enfado. Un enfado que ni el mismo se lo creía. En cuanto se agachó y accedió a la petición de la joven, sabía lo que venía, pero no pudo evitar soltar aquello cuando se vio en el reflejo de la ventana. ¿En qué momento había podido hacer todo eso? Sin duda, esa chica era una artista. Se giró cuando empezó a oír un hipeo detrás de él. ¡Había metido la pata en grande! El rostro de la castaña se ensombreció.
-¿Ma-mar?
-¡Noah me gritó!- alzó su rostro y pudo observar sus ojos vidriosos con algunas lágrimas asomándose, tenía las mejillas sonrosadas y un puchero que la hacía verse adorable. Pero la había hecho llorar… y eso solo significaba, que Keira colocaría su cabeza sobre la chimenea.
-Mar yo…-hizo un ademán para acercarse, pero la joven retrocedió.
-¡Eres malo!- Marianella salió de la habitación a toda velocidad, aventando la puerta y provocando un ruido que resonó en la habitación vacía.
-¿Pero qué…pasó aquí? – preguntó un Noah desconcertado.

-¡¿Cómo que la perdiste?! – gritó el pelirrojo detrás del TEC, sonaba agitado, y era entendible, se encontraba persiguiendo a una peliplata que había logrado soltarse del agarre, en un acto de distracción por parte del muchacho al pasar por el puesto de chocolates nuevamente. La joven aprovechó en soltarse y coger los chocolates que Aker tenía en las manos para luego salir corriendo antes de que el muchacho reaccionara.
Ahora se encontraba persiguiendo a la chica que corría con una sonrisa en el rostro destruyendo todo lo que se cruzaba por delante.
-¡Silvermist! – gritó el chico.
-¿Qué fue eso?- preguntó el rubio, al oír aquel grito junto a un ruido estrepitoso.
-Sil pasando por un puesto de pasteles- respondió el chico con voz notoriamente enojada, según lo que se escuchó Noah se dio una idea de lo que pasaba… Aker había caído de bruces al suelo o chocándose con algo del puesto.
-Y así me gritas por perder a Mar, cuando tú andas persiguiendo a çSil.
-No es momento. Nos vemos en donde quedamos perro.
-Sí, sí – el rubio colgó y guardó el TEC, tenía que encontrar a la castaña…a las dos castañas, ¿Pero dónde comenzar? Había perdido a Keira por voluntad y a Mar, la dejó de ver, en cuanto la cuanto ella salió al corredor. Esto se iba complicando más.

Mientras tanto, entre los corredores del pabellón de artes plásticas, Mar se encontraba caminando un tanto perdida. Tenía los ojos caídos, medios ensoñados y las mejillas sonrosadas. Al parecer, el efecto de euforia que llegaba junto al alcohol en un inicio se iba desvaneciendo, pero no quitaba el hecho de que seguía bajo los efectos de aquellos chocolates.
-¿Dónde estoy? ¿Dónde están todos? – preguntaba mientras caminaba tambaleándose un poco.
-Allí estás… No era mi imaginación…Mar-

-¡Noah!- gritó Jazmín al toparse con el rubio que corría entre la muchedumbre del festival. El chico se detuvo frente a las dos jóvenes.
-Ah, son ustedes. ¿Han visto a Mar?
-¿A Mari? No, pensábamos que estaban juntos – habló Lina.
-Sí, algo así… La perdí de vista y no puedo encontrarla – el muchacho giró los ojos, debatía si contarle o no sobre el estado en que se encontraba su amiga, cuando una tercera voz se hizo presente.
-¡CHICAS!-
-¿Rose? ¿Qué pasó?- preguntó la pelinegra al ver a su amiga que recuperaba el aliento.
-Está aquí. Lo vi. Está buscando a Mar – dijo entre respiros.
-¡¿Estás segura?!- saltó la rubia – Tenemos que encontrarla.
-Esperen ¿de qué hablan? ¿Qué pasa? – preguntó Noah, por algún motivo, al oír el nombre de Mar un sentimiento extraño lo invadió.
Las tres chicas intercambiaron una mirada.

Noah corría por los pasillos y las tres chicas intentaban seguirle el paso, abriendo cada puerta de los pasillos.
-“Su nombre es Nick, solía ser estudiante de esta universidad. Era miembro del equipo de fútbol y se especializaba en música. Era bastante atractivo. – empezó a hablar la rubia.
-¿Y qué sucedió?
-Pues, para variar…se empezó a fijar en Mari, ella es una chica bastante adorable cuando quiere. Y se le confesó en un par de ocasiones, pero ella siempre lo rechazó porque no lo veía de igual forma. Pero él se comenzó a obsesionar por haber sido rechazado. A tal punto que la comenzó a asfixiar”.
-Por aquí no hay nada.
“-La perseguía por todos lados, hasta que Mari aceptó una cita con él y allí todo se fue a la borda. En aquella cita, él intentó sobrepasarse con ella y no solo eso, casi la secuestra. Por suerte, Gianluca lo encontró por una llamada que ella hizo desde el teléfono. Fue horrible, él fue expulsado y enviado a una clínica de rehabilitación, al parecer su obsesión era enfermiza. Tenía fotos, planos, entre otras cosas. De eso ya casi dos años. Mientras Mar no estaba, volvió a la escuela buscándola. Tememos por ella.
-Es chico es capaz de todo, incluso de lastimarla.”
-¡¿Dónde carajos estás, Mar?!
Conforme recordaba la historia, apresuraba el paso, ni siquiera había terminado de oír la historia y ya había empezado a correr, si ese sujeto se encontraba con Mar… y peor aún en ese estado….
-Mar, te encontré. – la chica se giró al oír su nombre. Frente a ella, se encontraba un joven pelinegro con grandes ojos saltones y ojeras, tenía el cuerpo delgado pero mantenía los brazos y piernas gruesos, como un deportista. Su cabello estaba alborotado y tenía el rostro algo desencajado.
-¿Quién eres?
-¿No te acuerdas de mí? ¿Mar? ¿Mi amor? Yo soy, tú único…- con cada cosa que decía que decía era acompañado por un paso hacia la muchacha que aún perdida no advertida el peligro. El chico la rodeó con sus brazos.
-Suél…tame – se quejó la castaña casi como en susurro mientras colocaba sus manos como escudo entre ella y él.
-Pídeme lo que sea, menos eso. No pienso soltarte –
-¿Lo que sea? – preguntó con una mezcla de curiosidad inocente y picardía.
-S-sí, tú pídelo…- El muchacho empezó a acercarse al rostro de la chica, mientras sujetaba la cintura de la muchacha,
-Entonces…-

-¡MAR!- el gritó quedó en el aire. El joven rubio había logrado divisar a la muchacha desde el patio por una de las ventanas, la vio con el pelinegro cerca. La sangre le empezó a hervir. Corrió a toda velocidad saltando obstáculos y subiendo los seis pisos de diferencia… ¿Pero cómo esa chica llegó hasta allí? Corrió, aceleró y cuando llegó… no sabía si romper todo y echar un grito al aire o echarse a reír. El pelinegro se encontraba de pie, observándose en la ventana del salón continuo, tenía la cara pintada de tizas y los ojos abiertos, haciéndolo lucir como un muñeco diseñado por Tim Burton, mientras Mar daba saltitos a un lado con una gran sonrisa, hasta que reparó en el muchacho.
-¡Noah! ¡Noah mira! ¡Él me dejó pintarle la cara!- El pelinegro se percató de la presencia del caballero y se giró con mirada desafiante.
-¿Quién eres?
-Debería hacerte esa misma pregunta. ¿Quién eres y que haces con Mar?
-Mar es mía – saltó el chico cogiendo a la muchacha de la cintura y atrayéndola hacía sí. El muchacho frunció el ceño. La chica se enserió.

Mientras tanto…
-¡TENGO CALOR!- gritó la chica. Sil se había subido a un poste de un muro y estaba sentada, rodeada de sus juguetes y dulces que había encontrado, pero ahora, se encontraba con las manos en las tiras del vestido e iba bajándolas.
-¡No hagas eso!- gritó Aker mientras saltaba hacia ella y la cogía de los hombros.
-¡Tengo calor, Akky! ¡Quítamelo! –sollozaba la chica, mientras el pelirrojo lo intentaba impedir. Pero en aquel momento, sintió una fuerte mirada sobre él.
-Esto pinta mal… -murmuró para sí.
-¡AKER, infeliz pervertido! ¡Deja a la pequeña de SIL!- Volteó con miedo, y allí estaba: Keira con la mirada matadora y un bate de béisbol.
¡Oh rayos! Era su turno de cargar a Sil en el hombro y salir corriendo.

-Mar, ¿estás bien? – preguntó el chico acercándose a la joven. A su lado, se encontraba, tumbado boca abajo el pelinegro inconsciente y es que, intentar sobrepasarse con una chica entrenada fuertemente en habilidades de combate, no es una gran idea. Bajó sus manos unos centímetros y antes de que Noah reaccionara, la chica ya lo había noqueado.
La joven se encontraba mirando hacia la ventana, aún sentada en el suelo, llevaba así unos minutos y no prestó atención al chico que se le acercaba.
-¿Mar? – la joven se volteó con la mirada brillante y cristalina.
-¿Qué, qué sucede? – temió en preguntar.
La chica solo hizo un puchero y estiró los brazos en dirección al muchacho.
-Upa
-¿eh?
-Upa – repitió estirando aún más los brazos. -¡UPA!-
El chico había entendido pero aquella petición lo sacaba un poco de quicio. En verdad no sabía cómo tratar con esa chica. Al final accedió.
Y así estaba, se encontraba corriendo con la castaña en brazos sujetándose de su cuello y la sonrisa puesta en la cara.

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Eso es todo lo que puedo hacer(?

por **Shiba** Dom 5 Abr - 22:12

- No puedo creer que le esté haciendo caso a ese sarnoso - Noah miró a Mar.

Después de haberla cargado por todo el camino hasta el club teatral. Ella le pidió que la dejara sobre la cama de utilería, que usarían en la obra.
Era la de la princesa, por lo que gozaba de una apariencia confortable, tanto que cualquiera querría descansar en ella, O eso pensaba la castaña en un principio, hasta que tocó el cartón.

- ¿Por qué no compraron un colchón? - Estaba sentada a orilla de cama, con sus hombros sostenidos por el rubio, para impedir que se levantara e hiciera un alboroto - ¿Qué tienen en contra de la comodidad? - Hizo un puchero.
Noah suspiró, mientras que los presentes, que pertenecían al club teatral, los miraban con un tic nervioso.
- ¿Qué tienes en contra mía? - Se quejó Noah, con la mirada oscura.
- ¿¡Qué tienen en contra de nuestros ahorros!? - Reclamó el director de la obra con el rostro rojo de coraje. Noah al tratar de que Mar no levantara, hacía que se hundiera el cartón.
- Cuando se le pase, nos vamos... - Fue su única contestación, esperando que no pasara mucho para eso, ya que, la veía más tranquila. Pero en ese momento se preguntaba en dónde estaba Aker y porqué, siendo su idea, no había llegado.

- Qué problema - Aker chasqueó la lengua con molestia. Keira estaba realmente furiosa y Sil casi se desnuda encima suya, de no ser que la interrumpía cada vez que saltaba.
- ¡VEN PARA ACÁ, VIOLADOR! - Gritó Keira a todo pulmón.
- ¿¡A QUIÉN LE DICES VIOLADOR!? - Le imitó el tono de voz girando levemente la cabeza para mirarla - ¡ES ELLA LA QUE SE ESTÁ DESNUDANDO SOLA!
- ¡SEGURAMENTE LA EMBRUJASTE!
- ¿¡QUÉ CLASE DE RAZÓN ES ESA!? ¡LOCA!
- Oh... - Fue la expresión de Sil al escuchar la última palabra. Aker sintió como se rompía algo dentro de su cabeza, había cometido un terrible error.
- ¿¡QUÉ DIJISTE!? - Se notaba la furia en los ojos de Keira. Aker simplemente siguió corriendo y aceleró.
- Aky... Aún tengo calor... - Murmuró Sil cruzándose de brazos.
- Pues te aguantas - Sonrió de manera retorcida. Su paciencia se estaba agotando, tenía a un demonio detrás de él y a una exhibicionista en su hombro.

- ¡Hey! - Noah miró a la persona de quién provenía aquella voz femenina. Mar había decidido quedarse quieta mirando a la nada, así que ya no era un problema mantenerla quieta.
- Ah... Hola... - Sonrió forzadamente con cierto nerviosismo.
- ¿Les gustaron los dulces? - Preguntó con una sonrisa
- Digamos que... - Se lo pensó un poco - No estaban malos...
- ¿Solo eso? - Ladeó levemente la cabeza - Es que nos sobraron unos tantos - Le mostró cuatro cajas más - Y si les habían gustado pensaba dárselos.
- ¡No! - Negó Noah con rostro azul.
- No tenías que ser tan rudo... - La muchacha bajó la mirada con tristeza.
- No... Es... - Noah buscaba la manera de excusarse, mirando a un costado, y cuando regresó la vista a la chica se horrorizó de ver a Mar tomando una de las cajas.
- ¿Tú si quieres? Genial - Sonrió. Sin oponerse a que Mar comiera uno. El rubio se quedó petrificado y sin habla.
- Mierda... - Masculló. Cuando por fin estaba tranquila... pasaba eso.
Podía ver la entrada al infierno frente a él.

- ¡ABRAN PASO! ¡COPIAS BARATAS DE SERVIDUMBRE! - Gritó Aker, habían unas cuantas personas irrumpiendo el paso al club de teatro.
- ¡SOMOS CABALLEROS!
- Lo que digan... - Saltó para patear la puerta del lugar indicado, abriéndola sin el mayor inconveniente (?
- Monstruo...
- ¡AKER!
- ¡Otro monstruo! - Chillaron todos los que quedaban frente a la puerta una vez vieron a Keira, y salieron dispersados para darle paso a la nombrada.

- ¡Llegué! - Dijo Aker una vez vio a Noah, éste solo tenía una mano en el rostro. Definitivamente la tenía difícil. Mar había destruido algo del material para la obra, y además había lastimado a uno de los actores. A los demás pudo protegerlos distrayéndola, cuando le dio pinturas y un bastidor entelado que había encontrado por suerte. Y al parecer también era parte de la obra - Parece que no van las cosas tan bien por aquí...
- Es todo tu culpa...
- ¿Por qué mía?
- A ti se te ocurrió traerlas acá.
- Pues yo no he soltado a Sil en ningún momento - Señaló a la peliblanca que descansaba en su hombro.
- Pervertido... - Noah lo miró mal.
- ¡No tenía otra opción! - Chilló.
- ¡AKER! ¡NOAH! - La voz de Keira los alertó y giraron el rostro, con claro miedo de película de terror - Ahora sí... - Traqueó los dedos de sus manos - No se escapan - Para cuando Keira comenzó a perseguirlos, Aker dejó a Sil en el suelo, pensó que seguramente estaría más calmada, al hecho de que no había dicho ni una palabra después de su última queja.
Pero se alarmó cuando la vio vomitando sobre una tela, este era el vestido de la princesa de la obra.
- Esto se ve mal... - Le dijo en lo bajo a Noah.
- No me digas - Dijo sarcástico. Quería hacer algo pero con Keira así de furiosa y el que Mar estaba correteando por ahí mientras dibujaba todo lo que viese, no ayudaba a que pudiera pensar una manera de calmar aquel alboroto. Luego vio a Aker corriendo dónde Sil y palmándole la espalda. ¿¡Por qué Keira solo se había concentrado en seguirlo a él justo en ese momento!?

- Yo sé cómo arreglar esto *Hip* - Mar le pasó un chocolate a Sil, quien lo comió una vez el vestido ya era todo, menos usable (?
- No le des eso.. - Aker intentó quitarle aquel chocolate. Pero fue muy tarde para cuando vio cómo entre las tres chicas, estaban destruyendo la utilería; y las personas que intentaban detenerlas (Especialmente los actores) Eran heridos por las mismas.
El pelirrojo simplemente se alejó, encontró otra caja de chocolates que no se resistió a comer.
- Bien... Creo que deberé de calcular el gasto - Se dijo para sí llevándose un chocolate a la boca calmado.

- Reemplacen a los actores... - El director de la obra se acercó al pelirrojo con lágrimas en los ojos, cuando vio que al parecer era el único que no estaba ocupado, destruyendo algo o huyendo.
- ¿Si lo hacemos no debo de pagar los daños? - Sonrió.
- No... - Intentó no llorar todavía más fuerte.
- Bien... ¡Hey! ¡Perro, tenemos trabajo! - Aker abrió una puerta y Noah lo miró mal desde dónde estaba. Keira se había cansado, por lo que aprovechó a esconderse en el cuarto de limpieza.
- Hay cosas que debemos de solucionar primero, tú sabes.. - Se cruzó de brazos.
- Por eso... solo debemos reemplazar a los idiotas que iban a actuar y no pagamos nada de los daños.
- ¿Al menos sabes de qué trata la obra?
- No tengo idea, pero Mar sabe.
- No sé si te has dado cuenta, pero ahora no es de utilidad.
- Yo la veo igual que siempre - Se encogió de hombros. Luego sintió que algo le golpeó en la cabeza.

- ¿Qué ocurrió Marchu? - Preguntó Keira con las mejillas sonrosadas, había comido más chocolate y había juntado a Mar y Silvermist, en su intento de protegerlas de los dos caballeros.
- Es solo que me sentí insultada - Ladeó la cabeza levemente, pensándose en el porqué - Bueno, no importa - Hizo un ademán despreocupado.
- Este vestido es molesto... - Chilló Sil, seguía tratando de deshacerse de él, pero Keira la protegía, es decir, no podía permitir tal acto.

- Te digo, es mala idea...
- Pero no se paga.. - Masculló dese el suelo con mala cara.
- Lo que pasa es que eres un tacaño...
- Es tú culpa por dejar que Mar comiera más chocolates.
- Fue un imprevisto - Negó.
- Sea como sea... Debemos de hacer esto, así el cargo de conciencia es menor.
- Sólo háganlo - Volvió a pedir el director. Había escuchado que aquellos jóvenes habían armado una revuelta anteriormente, por lo que si decían que ellos eran los nuevos actores, sin duda, el lugar se llenaría, y no tendrían problema en recuperar el dinero perdido.

Me disculpo por esta mierda pero... Me duele la cabeza... Y ando con una pereza...
No puedo hacer más porque ya no doy, y no quiero matarlos de tanto cáncer... Y eso...

por **Mar.** Miér 8 Abr - 17:55

-¡Mar!
-¡No, no, no, no! ¡YA dije que no! ¡No!- la castaña se encontraba caminando en círculos por todo el teatro, tapándose los oídos con las manos y manteniendo una sonrisa juguetona en el rostro.
El chico se detuvo soltando un suspiro. Llevaba casi quince minutos intentando hacer que la chica se detuviera y le dijera de qué se trataba la obra, pero era caso perdido. Ella no escuchaba. Por otro lado, Keira se encontraba con un gran ataque de risa, mientras que Sil le hacía barras a Mar.
-Esto… disculpa- Noah se dio un giro encontrándose con una joven del que llevaba unas cajas y gafas, también era parte del club de teatro.
-¿Qué?
-Si quieres…yo puedo decirte de que trata la obra. Ten – le extendió un pequeño libro de la caja y se lo entregó –Ese es el guion. La obra empieza en media hora.
-¿Esto es? – el chico tomó aquel libro.
-Sí, si no puedes yo…
-Ok, ya lo tengo. Se lo pasaré a mi amigo. ¡Muchas gracias!
-Espera…Ya ¿acabaste de leerlo?- la joven se quedó perpleja. ¿Qué extraños seres eran aquellos chicos?
----------------
-¿Qué hiciste? – el semblante del rubio demostraba la furia que llevaba dentro. Acaba de volver de tener una charla un tanto “extraña” con Marianella y no esperaba encontrarse con aquella escena. En el suelo se encontraba el pelirrojo, rodeado de varias cajas de chocolates llenos de licor y envolturas regadas por doquier. El muchacho tenía los ojos caídos y las mejillas sonrojadas…y eso solo podía significar algo.
-Tenía hambre…
-Ok, déjame cambiar la pregunta. ¿Por qué lo hiciste? – en realidad, él quería preguntar ¡¿Por qué le hizo eso a él?! Ahora, estaba indefenso.
-Te demoraste. Tenía hambre y ella me las regaló. ¡Dijo que eran gratis!- respondió Akky en tono infantil, mientras señalaba a la misma chica que un rato atrás había traído más chocolates a Mar. Noah le dedicó una mirada tal, que sin duda, si estás matarán aquella chica estaría mil metros bajo tierra.
-Lo siento, es que sobraron muchos y como a ustedes les gustaron…- la pobre se hizo diminuta ante la postura del ex caballero.
-¡Tranquilo rulitos, no estoy tan mal como esas tres!- Aker llegó desde atrás abrazando al muchacho con un brazo por los hombros y zarandeándolo un poco.
-No tengo rulos.
-¡Cómo sea! ¡Vamos a actuar!- gritó el chico mientras cogía otra caja en una de sus manos.
-Estás muy emocionado… Y no comerás más – sentenció el rubio quitándole de las manos la caja.
-¡Eh! ¿Qué haces? ¡Devuélvemelo!
-¡No!
-¡Dámelo perro!
-¡No! ¡Estás a punto de ser borracho, así no podrás actuar!
-¡Si podré! ¡Devuélvemelo!
-¡No! Ahora estúdiate esto y deja de comer chocolates con alcohol.

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-Así que actuar…- dejaron escapar una risita. Había escuchado todo y ella no pensaba quedarse fuera de la diversión. No señor.
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-¡Qué no!
-¿Pero por qué no? – chilló Mar.
-¡Por qué estás ebria!
-Yo no estoy ebria, tú estás ebrio.
-Yo no estoy ebrio, tú lo estás.
-Nooooo, no es verdad. Si yo estupiera ebria noo estaría aquí. Y yo estoy aquí, por eso no estoy ebri-ebria.
-Tu argumento no vale si no puedes pronunciarlo.
-¡NOAH! ¡Quiero actuar!
-¡No señor!
-¡Noah! ¡Ya pues! ¡Yo puedo ser Julieta!
-No estamos en esa obra
-Entonces seré Dorothy
-Esa tampoco
-¿Ah no? ¿Entonces qué obra es?
-Una de una princesa…
-¡¿Raspunzel?!
-No, es una princesa que…
-¿Cenizacienta?
-¿eh? - un nuevo tic en el ojo estaba apareciendo en el rostro del muchacho.
-¿Blanca hielo y sus siete toronjas?
-¡¿Qué demonios es eso?!
-Entonces es la de un niño mago con una cicatriz en forma de árbol.
-Eso es Harry Potter, y es una cicatriz en forma de rayo ¡Y allí no hay princesas!
-¿Puedo ser Hermione? – preguntó con emoción.
-¡Qué no es Harry Potter!
-Te acusaré con Dumbledore.
-¡Basta! ¡No vas a actuar y punto! - un segundo de silencio. El joven volteó lentamente, había alzado la voz y solo le tomó un minuto darse cuenta de su error. Giró la mirada un poco temeroso y se encontró con la mirada cristalina de la chica. ¿Enserio? En lo que lleva del día ¿cuantas veces va haciendo lo mismo?
-¡Noah eres malo! – saltó. -¡Pikachu, yo te elijo!-
-¿EH?- Le tomó algo de 1.5 segundos en reaccionar, pero ya era muy tarde. Keira había saltado y se encontrada delante de él con una mirada amenazadora.
-Disculpen, no quiero interrumpir pero debo llevarme al caballero para el vestuario-
-------------------
-Con ustedes, El club de teatro se enorgullece presentar esta tarde: “El amor de la Princesa”. En colaboración de un grupo de reconocidos invitados. – El anuncio se escuchó por todo el campus. El lugar estaba lleno, las personas llegaban a todo dar al enterarse que aquellos sujetos que habían hecho tanto revuelo en horas de la mañana ahora se encontraban por aparecer en una de las obras. Todos estaban nerviosos y listos… O bueno. Casi todos.
-¡¿Cómo que las perdiste idiota?!- saltó el rubio.
-¡No me grites animal! Soy un hombre sensible – reprochó, a lo que el rubio se alejó un poco dedicándole una mirada rara al chico.
-¡Sensible un bledo! ¡¿Dónde carajos están las chicas?!
-No sé. Estaban allí y luego ya no.
-¡Esa no es una respues…!- En aquel momento algo hizo clic en el cerebro del muchacho, quién le dedicó una mirada desafiante al pelirrojo- ¡Comiste más chocolates!
-¿Quién? ¿Yo? ¡No!
-¡Estás comiendo uno ahora, animal! ¿No ves que si sigues terminarás igual que ellas tres?
El sonido de los aplausos y la voz del presentador anunciando la entrada no se hizo esperar.
-¡Aker, no puedes salir así!
-¡Shs!- el pelirrojo colocó un dedo sobre la boca del chico. -¡Noah! ¡Es mi momento de brillar!- Y sin más, apartó al chico y caminó, o bueno, corrió hacia el escenario.
-Muy tarde. – Noah soltó el decimosexto suspiro aquel día. -¿Y esas donde estarán? Mejor ir…-
-¡A no! ¡Usted debe de estar preparándose para salir!- dos chicas aparecieron de repente y halaron al muchacho hasta su punto de salida.
-------------------------
-Vamos, 1, 2, 3. ¿Cómo era? – el rubio se decía a si mismo mientras esperaba su entrada. Y llegó.
El muchacho salió y una ovación se escuchó.
-Princesa, he vuelto de mi largo viaje para verla a usted. Deseo, necesito…verla. Necesito saber si nuestro amor sigue siendo el mismo. Por favor, acérquese a la ventana y opaque a la luna, que estando llena se proclama musa e inspiración, bella doncella...- Mientras mencionaba sus líneas, desde lo alto una silueta iba apareciendo, desde aquel lugar, la actriz que sería la princesa debería de aparecer, pero en su lugar…
-Demonios…Aker ¿qué haces allí?- pensó para sí el muchacho al ver a su amigo con la mirada perdida atado con una soga y cubierto por un velo.
-¿are? ¿Dónde estoy? – tenía la mirada somnolienta por lo que Noah descifró lo que pudo: estaba borracho. -¡Eh! ¡Saquéenme de aquí!
-¡Princesa Aker Silvia, yo la salvaré!- en ese momento una pequeña silueta hizo la aparición en el escenario. -¡Noah Andrés, yo Silvermist Dania junto a mi fiel secuaz Marianella Xiomara lo derrotaremos!
En ese momento, saltó desde detrás de la cortina Mar que apenas podía colocarse en pie pues casi se tropieza con la capa que llevaba puesta.
Los muchachos detrás de bambalinas estaban en medio de un colapso nervioso.

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Ok, es todo. Mi mente no daba para más. Lamento si he hecho cualquiera xD

por **Shiba** Dom 19 Abr - 20:15

- Escúchame, con atención - El Rubio miró a la castaña, quien se veía derrotada con rostro desesperado - Yo... - Estaba harto, ninguno acataba lo que les pedía. Habían confundido papeles a tal punto que él mismo se desvió de la ruta, pero no podía dejar que las cosas terminaran así. Definitivamente iba a arreglar las cosas e iba a poner en su lugar a sus amigos del pasado - Soy tu padre... - La apuntó con su espada láser de color verde.
- ¡NOOOOOOOOOOOOOOO! - Gritó la castaña de manera desgarradora, dejando caer a su espada celeste como a sí misma al suelo.

- ¡¿QUÉ ESTÁN HACIENDO ESOS DEMENTES?! - Chilló el presidente del club de teatro - ¿Desde cuándo esto es Star Wars? ¿Qué pasó con las espadas de acero y la nobleza? ¿De dónde sacaron esas de colores? - Se llevó las manos a la cabeza desesperado y cayendo de rodillas - Han echado a perder todo... - Sus ojos lloraron cascadas mirando aquella escena, la cual a pesar de lo ridícula que era, parecía haber llamado la atención del público quienes habían estallado en risa desde que vieron el cambio de papeles que cada personaje sufría con el pasar de los segundos.
- Usted le dijo a los dos jóvenes que le hicieran ese favor... - Le recordó la muchacha de los dulces que habían provocado toda esa situación.
- Pero no a ellas - Rodó en el suelo sin dejar de lloriquear.
- Lo que yo no entiendo es porqué el único que está sobrio les sigue el juego.

Noah había escuchado esas palabras con claridad, y es que él sabía a la perfección, que si no hacía aquello, le iba a ir mal, ese ejército de borrachos era el mismo infierno en vida, y si dos contra tres era un caso perdido, uno contra cuatro era devastador.
- Caballero Marianella, hemos encontrado a la princesa - Sil entraba a escena con un Aker atado por el cuello con una correa, siendo ella quien lo guiaba.
- Hi~ Hi~ - Saludó simplemente.
- No... - Mar se llevó una mano al pecho y con lágrimas en los ojos miró al muchacho de cabellos rojos - No he de poder esposaros con vos, princesa Aker II, he descubierto que mi sangre está sucia.
- Oye... Eso duele... - Dijo Noah de manera desinteresada.
- Ah... No te preocupes - Hizo un ademán - Yo ya tengo alguien a quién amo... - Su mirada brilló.
- No me digas que... - Mar lo miró y después miró a la pequeña.
- Mi pastelito de fresa espera por mí - Sonrió y corrió, pero fue ahorcado ya que la correa había llegado a su límite y cayó al suelo.
- ¿Dónde cree que va princesa Aker? - Silvermist lo miró de manera amenazante - ¿Quién es "Pastelito de Fresa" Eh? ¡MUJERIEGO!
- Pues eso... Un pastel de fresa...¡Quiero azúcar! - Se quejó el pelirrojo levantándose y halando la cuerda comenzando una guerra de tirones con la peliplateada que no disminuía su enojo.
- ¿Sobre qué se supone que están peleando ustedes dos? - Noah los señaló irritado. Todos parecían hablar idiomas diferentes, no sabía cuanto iba a soportar eso.
- Padre... - Mar miró a Noah - ¡Me vengaré! - Lo desafió blandiendo el sable torpemente y se apresuró hacia él de manera rápida, el joven solo esquivaba con un rostro inexpresivo pero cansado.
De pronto el sonido de un instrumental sonó y Keira salió centrandose en el escenario.
- Fenny's Monja~~~~ - Cantaba junto con la canción que todos reconocían como "Gonna fly now"

Todos los espectadores no hacían más que divertirse de lo que estaba ocurriendo, nadie hacía nada coherente.

- ¡Al menos aprende la letra! - Volvió a gritar el director. Dos de los "actores" estaba peleando por ver quién cedía una cuerda, los otros dos con sables (Más Mar que Noah) mientras que ahora la otra joven, después de grabar todo el desastre anterior, se había puesto a cantar algo que nada tenía que hacer ahí.

- ¡Cállate! - Aker empujó a Keira fuera del escenario y la música paró - ¿No ves que trato aquí de lidiar con una berrinchuda?
- ¡No soy ninguna berrinchuda! - Chilló Sil halándolo de la cadena y haciendo que caiga nuevamente.
- ¡Ya no lo soporto! - Aker se volvió a levantar y se acercó a Mar por la espalda y la apartó - Noah~~ - Miró al rubio feliz - Vamos a castrar a Atur - pasó el brazo sobre sus hombros señalando al horizonte de asientos.
- Primero quítate la borrachera de encima - Lo mandó a volar con un golpe en la espalda.
- Yo sabía que te vengarías por mí - Dijo Mar mirándolo con brillitos. Noah suspiró.

Habían pasado las dos horas que duraba aquella obra, al fin pudieron sacar (A la fuerza) a los jóvenes con problemas alcohólicos.
- Por favor... Lárguensen... - Pidió el director con una mirada perdida. Parecía como si hubiera encontrado las puertas al más allá.
- Lo sentimos... - Dijo Noah en la misma manera.

Mas, minutos después de que los jóvenes se hubieran retirado una enorme manada de personas estaba haciendo huelga por poder ver aquella obra y otros por repetirla.

- Es entretenido... -Heiss, miraba de un lado a otro todos los stands. comía una paleta mientras recordaba algunos de los materiales que le había facilitado a aquel grupo de jóvenes. Y cabía recalcar que su disfraz de jovencita de instituto con coletas era perfecto - Debería de asistir más a estas cosas - Sonrió.

Disculpen el cáncer (?

por Nya Vie 8 Mayo - 5:43

Los acantilados de Isen era altos y peligrosos por sus desprendimientos. Cuando el viento soplaba en el inhóspito lugar, el aire azotaba con fuerza contra sus paredes como si quisiera derribarlas e incluso cuando hacía buen tiempo, el aire parecía molesto por aquella barrera natural conviertiendo aquel lugar un paso de infortunio. Si aquella batalla acabaría con un ganador y perdedor, de seguro ningún mortal iba a lograr presenciarlo.
En un pasado, aquel lugar se conocía como El pasaje de la suerte. Si se tenía suerte, se vivía, si no, una piedra de un desprendimiento aplastaría el cráneo y probablemente nadie viviría para contarlo. Sin embargo desde que se estableció el fuerte de Isen como paso fronterizo, habían logrado levantar un túnel con el que proteger a los transeúntes del país aliado vecino de las afiladas rocas.
Ahora lo que mataba eran los golpes estruendosos y repentinos de las rocas al chocar con el techo que hacía eco y finalmente llegaba al fuerte. Como el fuerte y el túnel estaban conectados y todo bajo un techo, cambiaron el nombre al Paso de Isen ya que parecía una ciudad bajo tierra que en realidad solo era una torre de exageradas dimensiones.
- Hacía tiempo que no venía por aquí. - Murmuró Noah. De seguro la "ciudad" estaba bastante animada, como un festival de noche.
- Y pensar que gastamos nuestros impuestos en construir tonterías... Puto sistema totalitario (? - Se quejó Aker.
- Uno, no pagamos. Dos, toda la piedra vino del acantilado así que solo se necesitó mano de obra.
- Gracias obvius (?
- De nada chucho. - Los dos chocaron frentes.
- ¿Buscas bronca?
- Si (?
- Nunca cambiarán. - Dos soldados estaban cerca de aquellos dos, tomando un vaso de algún licor local de color verdoso transparente. Uno tenía una armadura mas ostentosa por lo que se notaba que uno era superior y otro subordinado.
- Sí, pero así la fiesta no acaba nunca, además, son los mejores.
- Lo sé. Pero el pelirrojo ni siquiera es caballero...
- No se discute a la princesa. - Dijo el oficial apurando el trago. - Parece que allí llegan nuestros invitados. - Señaló.
El subordinado dejó su copa inmediatamente al ver como el portón del norte se abría lentamente dejando ver un pequeño grupo de hombres de vestimenta soldadesca montados a caballo. Inmediatamente se arregló como pudo y se acercó lo mas rápido que su armadura le permitió hasta llegar a Noah y Aker.
- Maeses...
- ¡Hijo de mala madre!
- Ni siquieras conoces a mi madre ¡Perro!
- Pues ya ves, tu madre se abre tanto de piernas que todo el barrio la conoce (?
- ¡Maeses!
- ¿No ves que estamos ocupados? - Gritaron al unísono los dos caballeros. El pobre hombre solo le quedó señalar al portón donde ambos siguieron la dirección donde apuntaba y se quedaron mirando. Al ver que no respondían tras un buen tiempo, miró a su oficial que simplemente se encogió de hombres y se acercó también.
- ¿Pasa algo? - Los dos miraban atónitos. El siguió la mirada y volvió a comprobar. - Ah~ con que es eso. No hay oportunidad para vosotros.
Junto al grupo de soldados que acababan de entrar, todos portaban una mezcla de armadura entre metal y cuero, a diferencia de los soldados que acompañaban a Aker y Noah que llevaban un metal completo sin ser muy pesado ni grueso.
En el centro, liderando la comitiva, se hallaba una chica de cabellos azules con el mismo uniforme pero mas ornamentado, algo muy inusual casi hasta tabú en el ejército pero era obvio que era a quienes esperaban, la princesa y sus guardias.
No hacía mucho que se había convocado una reunión tras varios años, y nada mejor se les ocurrió a ambos reyes de ambos países que enviar a sus hijas como emisarias para decidir el futuro de sus relaciones. Y allí estaban ellos dos, con la tarea de escoltar a la princesa hasta el castillo, donde se celebraría reunión esta vez.
- ¡Tonto el último! - Dijo Aker corriendo.
- ¡De eso nada! - Lo agarró del hombro y lo tiró a suelo. Pero Aker lo tomó del tobillo provocando que Noah también cayese.

- Bienvenida sea al Paso de Isen, Lady Lucina. - Saludó el guardia. - El rey os ha proporcionado escolta, si no es mucha molestia iré a avisarlos.
- Por supuesto.
- Entonces, si me disculpa. - Hizo una pequeña reverencia y comenzó a caminar, sin mucha prisa pero sin ir despacio.
- ¡Bah! Como si nos hicieran falta.
- No digas esas cosas.
- ¿Crees que no podemos protegerte? - La joven le impuso una mirada severa.
- Arnold, abstente de hacer comentarios mientras no estemos en el castillo. Si no eres capaz de aguantar regresa. Solo estás aquí porque mi padre te eligió como consejero y acompañante.
- Tsk.
Pasó un buen tiempo. Lucina vio como a lo lejos, el guardia hablaba con dos soldados mas en frente de un banco público, donde dos jóvenes parecían dormir plácidamente con un trozo de papel en la cabeza. Uno de cabellos rojizo como el fuego y otro de cabellos dorados como el Sol.

●▬▬▬▬ ▬▬▬▬●

Noah abrió los ojos. Se los frotó perezosamente para aclarar la vista y ahí se dio cuenta de que en algún momento, Mar se había quedado dormida... en sus regazos. Y el también junto al resto del grupo.

Los cuatro se habían ido a una esquina a dormir como si fuera lo mas normal y sin otro remedio, los tenía que vigilar. Por suerte era un lugar casi sin ser transitado aunque él también había caído en la tentación de dormir por el cansancio.

- Desde cuando... - Se dijo mirando a la castaña quien dormía con placer una sonrisa, cómodamente. - ¿Y que hago yo ahora? - Se rascó la cabeza intentando buscar una solución pero tenía la mente tan espesa que pensar era todo un reto, hasta parecía mas difícil que derrotar a Atur.

- Nunca cambias, siempre durmiendo en la intemperie.

Noah miró arriba. Se encontró con una peliazul de rostro familiarmente particular y entonces abrió mucho los ojos señalándola.

- ¡Lucina!

- Así me llaman. - Sonrió. Miró al lado y se le apagó la sonrisa.

- Y Heiss.

- Muestra mas respeto niño (?

El joven rubio se deshizo de Mar y la colocó al lado de Keira. No tardó mucho tiempo hasta que la castaña se pegó a la doncella como un parásito sonriendo y murmurando palabras inentendibles.

- Justo acabo de recordar. - Se sacudió el polvo.

- Eso es bueno. - Sonrió Heiss.

- Suena a que tienes algo que ver.

- Todo a su tiempo, caballero. No hay necesidad de tener prisas. Por ahora.

- Ocultas muchas cosas y me sigues a todas partes. ¿No puedes dejarme solo? - Acusó con cierto desdén.

- Es que eres muy atractivo.

- Ajá. - Lucina rió. - ¿Que pasa?

- Eres muy diferente a como te recuerdo antes. Solías ser como un príncipe azul ideal, ahora pareces... mas honesto. - Noah se rascó la cabeza.

- Bueno... Antes era antes. De todos modos, ¿Que haces aquí?

- Es una larga historia. Heiss me dijo que os encontraría a todos aquí así que vine en secreto. Hablaremos de eso mas tarde. - Rió. - De todos modos, fue una obra muy interesante.

A Noah se le cayó el alma a los pies. De todas las personas, ella era de las que menos quería que viese aquel desastre antinatural, después de todo, era alguien importante. Así es, era, en pasado.

- No por favor, no me recuerdes eso.

- Pero fue divertido. - Tenía una mirada risueña pero al mismo tiempo severa, como una maestra ante sus pupilos o una madre a su hijo. Tenía un aura que en cierto modo, una vez trajo la atención de ambos caballeros, pero eso era agua pasada. - Pronto se hará de noche y el festival terminará.

- Cierto. - Suspiró. Miró al grupo en el suelo durmiendo y volvió a suspirar. - Me siento viejo.

- ¿Y Alice?

- Oh, estará en su casa.

- Ya veo... me habría gustado verla de nuevo.

- Oh si, os hicisteis buenas amigas si mal no recuerdo.

- Sip. Pero nada dura para siempre. - Se entristeció. - Nada vive para siempre.

Cualquier duda ya saben donde preguntar.

Lucina:

por **Mar.** Lun 11 Mayo - 16:54

-Si seguimos como estamos, la frase va a variar – dijo Heiss en forma de burla. Lucina le dedicó una mirada desaprobatoria.
-Perro…- murmuró entre sueños Aker irrumpiendo la conversación. Noah giró con una mirada asesina; ya era hora de despertar al bello durmiente.
-¡Animal! ¡Levántate!- dijo mientas empujaba la cabeza del chico con su pie.
-Noah, déjalo. No lo molestes- pidió la peli azul con una sonrisa nerviosa.
-¡Tiene que despertarse! ¡Suficiente he tenido con este animal!- insistió sin dejar de hacer lo que hacía.
-¿Quieres parar de una buena vez?, maldito hijo de…- Aker se había levantado de golpe dispuesto a golpear al rubio pero se detuvo al ver a las dos jóvenes.
-Lucina
-Hola Akky, cuanto tiempo.
-¡Hasta que por fin! ¿Ya se te pasó el alcohol idiota?
-¿De qué hablas? Yo solo quería verte sufrir
-¡Si claro! Eres un… - Noah cogió a Aker del cuello de la camisa y este hizo lo mismo.
-Bueno, bueno – Heiss dio dos palmas para llamar la atención de ambos jóvenes. – La visita de hoy es corta, nos veremos en otro momento.
-¿Ya te vas? – preguntaron ambos caballeros a Lina, quién asentó con una sonrisa.
-Nos veremos pronto. No se preocupen. Saluden a Alice cuando la vean.
-Rubio, estaremos en contacto – Heiss hizo un movimiento con la mano y sin más, en un abrir y cerrar de ojos ambas desaparecieron.
-¿Cómo mierda hizo eso?
-¿Eso es lo que más te sorprendió? ¿Qué hace Lucina aquí? Y ¿cómo está relacionada con Heiss? – preguntó el rubio soltándose de Aker
-Pues no lo sé
-Ya sé que no sabes
-¿Entonces para que preguntas?
-Para dar drama - respondió irónico el rubio. -¿Y ahora qué hacemos? – Se volteó hacia las tres chicas que dormían plácidamente –El festival va a acabar.
-Disculpen, creo que yo puedo ayudarlos con eso – los dos giraron hacía hacia dónde provenía la voz encontrándose con dos hombres vestidos con ternos y lentes negros.
…………………………………………………………………………………………………………………..
Dio vuelta en entre las sábanas y abrió los ojos lentamente. Se encontraba en una habitación con dos literas y un gran ventanal.
-Me duele la cabeza- la castaña se sentó en el borde de la cama y al fin pudo reconocer donde se encontraba. Había pasado casi un mes en aquel lugar. Esa habitación.
Se puso de pie rápidamente sin preocuparse en colocarse los zapatos si quiera, y salió corriendo de la habitación, pasó por puertas y pasadizos iluminados por la luz matutina que se colaba por la ventana. Llegó a donde meta, unas puertas dobles en medio del pasadizo escuchando las voces del otro lado. Entró rápidamente sin percatarse de quién estaba allí.
-¡Alice! – entró velozmente directo a la joven, por algún motivo, a pesar de haber sido solo una semana había extrañado a la princesa. Capaz y ese lazo que compartían desde la otra vida seguía intacto, ese lazo que las unía como hermanas del corazón.
-¡Mar! –La joven abrazó a la castaña y luego de un momento se separaron.
-¿Cómo estás? ¿Cómo fue que llegamos aquí? No recuerdo nada desde el… ¡el festival! ¿Qué pasó?
-Pues creo que eso deben explicarte los chicos – rió la joven, la cual ya estaba enterada de todo.
-¿Te parece bien caminar por todo el pasillo vestida así? – la voz de Noah interrumpió la conversación de ambas jóvenes y fue allí donde la castaña se percató de lo que llevaba puesto. Se había levantado a toda prisa sin preocuparse de nada, por lo que no se había dado cuenta de que llevaba puesto un camisón de tiras color blanco, sujeto en el busto y corto hasta las rodillas, tenía el cabello despeinado pero seguía atado en una cola y andaba sin zapatos.
-¡Ah! No me fije. Igual esto no es mío– dijo intentando restarle importancia. -¿Me pueden contestar?
-¡Princesa! – todos se dieron vuelta encontrándose con las otras dos doncellas que habían estado durmiendo en la misma habitación que la joven, y al sentir como esta salía, la siguieron de igual forma. Sin percatarse de nada.
-¿Ustedes también? ¿Pueden ir a vestirse? – habló Aker. Ambos jóvenes habían estado conversando con la princesa antes de la irrupción de la primera joven. Y ahora, lo único que querían era salir de allí, pues sus rostros empezaban a ruborizarse por ver a sus compañeras con aquellas pijamas.
-Bueno, bueno. Ya que estamos todos. ¡Vamos a desayunar! Charles nos espera con el desayuno. Además, luego de eso debo presentarles a algunas personas – dijo Alice, antes de salir de la habitación empujando a las chicas.
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Momentos más tarde, ya arreglados. Todos se encontraban en la mesa del comedor tomando desayuno. Aunque las tres chicas habían dejado de comer y se encontraban con la cara roja por la verguanza, luego de que los chicos las pusieran al día.
-Eso explica el mensaje del Presidente del club de teatro, que recibí hoy- murmuró la joven -¡Ya no podré volver allí!
-En realidad, lo más pesado fue cargar con Sil cuando intentaba quitarse la ropa. – mientras Aker decía eso, la peliplata sentía que perdería el conocimiento en cualquier momento.
-¡Y ni hablar de Keira! Casi nos mata.
-Ebria o no, igual lo haría de nuevo si es que siquiera se atreven a molestar a estas dos –Amenazó mientras colocaba mantequilla en su tostada. Ella también estaba sonrojada pero se hacía la fuerte. –Igual, creo que exageran. No puedo ser tan agresiva.
-Eso diles a los pobres concursantes – respondieron ambos a la vez.
-¡ah! No puedo creerlo. – soltó Mar.
-No lo creas. Igual, gracias a eso te deshiciste de tu acosador tú sola - Noah tomó un sorbo de té.
-¿Acosador? No recuerdo nada.
-Ni que lo digas – la apoyó Sil –Me duele mucho la cabeza.
-Es increíble como esos chocolates tan deliciosos les hayan puesto así – Aker rió.
-¡Mira quién lo dice! Tú estabas igual en la obra.
-¡Yo me hacía!
-¡Si claro! Así como que tu cabello es natural.
-¡Mi cabello es natural! No como el tuyo, teñido.
-¿a quién le dices teñido, teñido?
-Y ya comenzaron de nuevo- suspiró Keira ante la mirada divertida de las demás chicas.
-Pero aun no comprendo, ¿cómo llegamos aquí? ¿y las ropas? – preguntó Sil.
-Oh, pues. Luego del festival envié a que fueran a buscarlos. Akky y Noah las trajeron cargadas y yo me encargué de lo demás. Así que no se preocupen – sonrió la ex Princesa.
-Gracias por todo Alice – sonrió Mar.
-No fue nada.
En aquel momento, el TEC de Mar empezó a sonar.
-¿Mi TEC? ¿qué hace Lina llamando aquí? ¿No es que solo es para nosotros?
-Así es, pero le pedí a Charles que pueda vincular sus celulares y los TEC. Aun así seguirán manteniendo todo los beneficios.
-Ya veo. Gracias. Iré a contestar. Con permiso – Mar se levantó de la mesa y salió a contestar por una de las puertas auxiliares del comedor.
El desayuno continuo en calma, luego de la pequea y típica discusión de Noah y Aker. Mar parecía no volver aún, cuando la puerta se abrió y tres figuras aparecieron. Se veían imponentes, traían ropas normales pero algo en ellos los hacía parecer heóres, quizás el porte o quizás la sensación que tuvieron los jóvenes al verlos.
-Señorita Alice. ¿No mandó llamar?
-Buenos días. Sí. Los mandé a llamar para poder presentarles. –Alice se levantó de su asiento y se acercó a los caballeros. –Ellos son los Caballeros de la Orden de Alicem. Dominic, Eric y Don Javier. Ellos son Noah, Aker, Silvermist y Keira. – la joven finalizó. Hubo silencio. En algún momento, cuando se conocieron habían visto esos rostros en un sueño. El mismo en donde encontraron las respuestas a lo que estaba sucediendo.
-¡Chicos! Lina me acaba de contar todo. Akky y Noah se volvieron super famosos en mi universi... ¿Qué pasa? – La joven llegó hasta donde estaban todos y volteó hacia los recién llegados. Su vista recorrió a cada uno y se detuvo en el último.
-Mar, te presento a…
-Abuelo… -murmuró ella sin salir de su asombro.

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LEE ESTO:
Y le puse suspenso Very Happy

Desde hace tiempo tenía pensando hacer esto.
Pero en realidad pensaba en hacerlo en el pasado.
El abuelo de Marianella es Don Javier. Eso explica el parecido del cabello castaño y los ojos azules...
Supuestamente el hombre se alejó de sus familia cuando Mar aún era pequeña y ahora saben el porqué.
Él tampoco sabía del futuro de su nieta.
En el pasado, digamos que es igual. Él no sabia que Mar era su nieta hasta que durante la búsqueda se entera...
Lo coloco así, porque iba a ponerlo en la conti, pero ando con prisa y debo irme ;D Así que dejo para el otro que siga Very Happy

por Nya Jue 18 Jun - 11:00

Un pasado inolvidable

"De todos los reinos, Vin era uno de aquellos con una cultura un tanto diferente. Aquellas mujeres que tenían dotes para la artesanía podían ejercer su oficio y no solo eso, sino también para el arte de la guerra como soldados.
Sin embargo , el ejército de Vin se había labrado hace tiempo fama de ser un montón del populacho con horcas y rastrillos y cazuelas en el pecho. Y aquello era por su pasado, la desesperación del país por defenderse de la propia escoria de su pueblo: los bandidos. Aún así se sabía bien de su feroz resistencia y persuasión.
Los hombres que carecían de honor y que eran devotos al pillaje, no dudaban en amputar un miembro de un niño si se interponía en su camino, solo que aquello era un privilegio reservado para los padres, los adultos. Mientras, las mujeres y los menores, eran "violados" sin contemplaciones por aquellos bandidos cegado por el camino pecaminoso. Así mismo, cualquier objeto de valor o rastro de comida se los llevaban.
De todos los campesinos, fue la familia Exalt quién levantó una horca por primera vez, y con el primer grito de agonía, aquellos hombres heridos se levantaron bajo una sola voluntad. No tenían armas ni armaduras, conocimiento en la guerra ni formación en la batalla. Aún así, con palos y cacerolas, mantuvieron a raya a sus nuevos enemigos.
Las pérdidas fueron grandes, pero no mas que ayer y no menos que mañana. Cada bandido enterrado en la profundidad, equivalía a una diminución de fuerza de combate mientras que el campesinado permanecía como un ejército infinito e incansable en busca de venganza, dispuesto a seguir allá donde apuntaba la espada del Señor Exalt. Aquello no tardó mas de un año con la construcción de una prisión (posteriormente llamada Prisión Estatal) que dió lugar a primeros arquitectos y albañiles del país: El Gremio de Constructores, cuya labor era la creación de edificios, transportes y vías.
Y fue así tras la pacificación del reino cuando comenzó el primer pensamiento de unificar todas las casas bajo una bandera, una capital y un liderazgo. Nació Vin y consigo un nuevo reino sediento de un futuro brillante que una vez se les había sido abnegado hace tiempo y que por primera vez parecía estar al alcance de las manos."

Lucina cerró aquel libro y masajeó sus ojos. La densidad de los conceptos del libro requería toda su atención y sin embargo lo estaba leyendo mientras dirigía las riendad de su montura. Guardó el libro sin pernsarlo dos veces y concentró su mirada en la carretera, antes de que provocara un accidente.
- No deberías leer eso. - Dos mujeres de cabeloos rojos que vestían armaduras, se colocaron a su lado, una en cada lado.
- Pero no tengo mas remedio Cordelia, es mi deber. - La nominada suspiró.
- No parece que seas la futura reina con esa armadura. Desde luego, se nota que eres responsable pero también tienes tu corazoncito.
- Aja, yo se que te haces la dura. - Acechó la otra pelirroja. Lucina perdió la compostura y dejó huir un sonrojo.
- ¿Q-Que? D-Dejad de decir tonterías.
- Que adorable~
- ¡B-Basta Cordelia!
- No seas tímida~ - Dijo dándole suaves empujones con el codo.
- Aún así, siempre serás nuestra Lucina. - Sonrió Severa.
- ¡B-Basta!
- Debe ser duro. - Comentó Alice quien se sentaba detrás de Lucina. La princesa de Vin nunca iba en carruaje y Alice había aprovechado la ocasión para negase también con la excusda de que un carruaje sería aparatoso. - Me recuerda a cierto dúo~
- Ya sabes como es ser única heredera. - Dijo recomponiendo su aire de madurez. - Si mis súbditos, si esto, si lo otro... - Miró a sus guardas Severa y Cordelia que no tardaron mas de un segundo en comprener y dejar espacio para la conversación hasta retirarse unos pocos metros mas adelante.
- ¿Verdad? - Alice dejó escapar una risita. - Las dos somos únicas herederas al trono. Se siente incluso especial. Quizás sea el destino~
- Solo espero que no sea dificil.
- Puedes contar conmigo.
- Eso es indudable. ¿Y como está tu padre? - Dijo tras un silencio.
- Mejor desde la última vez que te mandé carta.
- Eso es bueno. Mis padres siguen igual que siempre, cariñosos como el primer día de su unión. - Sacudió la cabeza. - A veces es insoportable y vergonzoso.
- Es mejor así a que dejen de hacerlo. Nadie se acostumbra a los cambios.
- Cierto. El cambio es tan terrible como bueno.

- Desde luego, será un viaje entretenido.
-Hmpf. Una princesa debería comportarse como tal. - El hombre mayor dio un chasquido con las riendas para acelerar el paso hasta colocarse en la delantera del grupo marcando el paso y la velocidad.
- ¿Y a este que le pasa? - Preguntó cuando estuvo lo suficientemente lejos.
- Ya sabes como Lord Arnold, maese Leo.
- Sí. No hay día en que no arruge el entrecejo. Se va a morir de poner esa cara perro. - El joven escudero reprimió las risas.
- Por cierto maese. ¿A donde vamos?
- ¿Como? ¿No sabes? - Negó con la cabeza en señal de desaprobación. - Vamos al país vecino. Ya sabes, ir a la capital, hablar y volver. Sencillo.
- Ah. - Desvió la mirada. - ¿Como es Isen?
- Bueno. - Miró al cielo en busca de recuerdos. - Nuestras tierras están hechas para el cultivo y el ganado, con un clima espléndido así que diría que... Isen es mas bien... un país fortaleza, con tierras de gemas y minerales, boscoso y con montañas.
- Digo la capital.
- Ah. Pues... es...
- Está en una isla.
- ¡M-Maese Noah! - El joven escudero intentó hacer una reverencia.
- No hace falta. Sabrás como es cuando lleguemos ahí, es difícil de describir. Por ahora solo centremonos en salir de aquí, hace un frío terrible.
- ¿A donde nos dirigimos?
- Hay una aldea mas adelante. Marca el fin de las montañas y de las nevadas. Después todo el trayecto es casi recto hasta la capital, varios días como siempre, pero nada fuera de lo habitual.
Un brillo surgió de aquel páramo helado y para los ojos de Noah, era el brillo inconfundible del reflejo de metal. Los sin ley que rondaban, no eran extraños, pero meterse con el ejército si era un acto de coraje, mas cuando había un portaestandarte al frente de la comitiva. Miró al pelirrojo que por un momento se sintió acosado (?
- ¿Que?
- No pongas esa cara de anormal. Creo que hay compañía.
- Esta bien. - Dijo aminorando la marcha para separarse del grupo lentamente.
- Hey escudero. - Llamó Noah. - Ya se que no sirves a nuestra bandera, pero si puedes, ve y cabalga como si no hubiera mañana hasta el poblado.
- Pero...
- Hazlo, solo sigue el camino y tarde o temprano encontrarás la aldea. Ve y avisa a los guardias reales, siempre hay unos cuantos en la frontera.
- ¡S-Sí! - Dijo resonando un chasquido que la montura no tardó en entender como un "a toda velocidad".
Noah y Leo se intercambiaron miradas. El rubio asintió con la cabeza en señal de que estuviera preparado y entonces, sigilosamente se colocó detrás de ambas princesas, colocando una mano en el hombro de Alice.
- Hay compañía princesa. - Ella lo miró sin sorpresa al igual que Lucina quien le miraba de reojo.
- ¿Es grave? - Noah miró en el horizonte captando mas brillos.
- Son muchos. Es un problema si son arqueros o algo parecido.
- ¡Severa! ¡Cordelia! - Gritó Lucina.
Ambas voltearon para observarla encontrandose con el rostro serio se la peliazul. Si ya estaba serio, estaba aún mas seria o tenía un tono sutil que solo lo mas perspicaces podían distinguir. La joven guerrera al trono hizo un gesto leve con la cabeza dando a entender de que algo no iba bien.
En ese instante, casi todos los brillos que Noah había podido recordar en los pasados minutos, centellearon al unísono. No dudó por un segundo y agarró a ambas princesas y las tiró al suelo, no sin antes colocarse él por debajo para recibir el duro golpe del suelo mas el peso de ambas damas.
Aquellas flechas perforaron sin problema el cuerpo de los caballos, como un cuchillo contra el queso. El animal no tardó en caer y Noah tuvo que reaccionar nuevamente para empujar dos altezas en un solo día. Pensó en que le iba a caer una buena regañina pero todo pensamiento sutil se desvaneció al ver que el animal caía sobre él. El peso de quinientos kilos era un golpe que te dejaba sin aire, entre una mezcla de dolor e inconsciencia.
- ¡Noah! - Gritó Alice.
El nominado quiso responder, pero no había aire en sus pulmones. De hecho no sabía si estaba respirando, no sentía otra cosa que nauseas y mareos. Aquella sensación cercana a la muerte lo arropaba, y aunque ya sabía que su trabajo lo acercaba a morir, no estaba preparado. No aún, no todavía.
- ¡En formación perros! - Logró escuchar.
El grito de Arnorld resonó sobre el caos y en menos de diez segundos, un muro de acero había rodeado ambas princesas. Mientras, varios como Severa, Cordelia y Leo, rebanaban sin contemplación los frágiles cuerpos de aquellos sin ley que habían reunido suficiente coraje para atacar un comité real.
- A-Aker... - Susurró Noah. - Prisa...

●▬▬▬▬ ▬▬▬▬●

- ¿Y esa sonrisa? - Preguntó Cordelia.
- Acabo de recordar algo del pasado. Resulta hasta gracioso ver aquellos días.
- Ciertamente. ¿Seguro que quieres ir tan pronto?
- No tenemos nada mejor que hacer. Los demás están haciendo su trabajo así que hagamos algo también. Además... quiero verla.
- Como su majestad desee. - Giró el volante del auto. - Llegasteis a hablar mucho cierto tiempo, hasta demasiado.
- Nos llevavamos bien. Eramos la únicas al trono, no como en otros países así que nuestros gustos solían coincidir.
- Ya veo. ¿Y Deberíamos confiar en ella? En Heiss digo.
- No tiene motivos para mentir una dirección. Bueno la verdad podría, pero de querer meternos en problemas ya lo habría hecho hace mucho tiempo. Solo que... oculta algo que no me trae buen presentimiento.
- Entonces habrá que mantener un ojo. Nunca te has equivocado en tus predicciones. - Sonrió levemente. - Por eso se te cedió el trono.
- Ya. Vivir dos vidas... algo nos espera.
- Solo espero que sea final feliz. Aunque... con todo lo que sabemos, esto no es otra cosa que un mundo retorcido. - Echó un vistazo rápido y devolvió la mirada al volante. - Igual te sienta bien la ropa de esta época. - Lucina suspiró.
- Tan solo conduce Cordelia... tan solo conduce...

Me jubilo (? Actualizaré el review. Leo no es nadie, solo un personaje de fondo por ponerle un nombre al igual que Patton xD (Vease conti muy atras muy muy atras) Si le quieren dar uso bien, pero solo es por ponerle nombre y no decir: Soldado 1 (?

por **Mar.** Sáb 18 Jul - 3:16

-¿Creen que hicimos lo correcto? Ya saben, al dejarlos solos. Mar se veía algo…- el rostro anonadado de la joven castaña se colocó en la mente de la peliplata.
-Era lo correcto. Después de todo, ambos necesitan una explicación- culminó Noah, quién se encontraba apoyado en la puerta de aquella habitación.
-Eso es verdad, ahora lo mejor será esperar – habló Aker. Los cuatro muchachos se encontraban en un pequeño estudio cercano al comedor, habían decidido esperar allí, mientras Alice y acompañaba a los otros caballeros al estudio central.
-Marchu…- Keira soltó su frase como un suspiro.

Flash Back
-¡Chicos! Lina me acaba de contar todo. Akky y Noah se volvieron super famosos en mi universi... ¿Qué pasa? – La joven llegó hasta donde estaban todos y volteó hacia los recién llegados. Su vista recorrió a cada uno y se detuvo en el último.
-Mar, te presento a…
-Abuelo… -murmuró ella sin salir de su asombro. -¿Eres tú, verdad? - dio un paso hacia delante.
-Marianella… -su palabra era más duda que afirmación. Él tampoco salía de su asombro.
-Entonces si eres tú – la castaña se quedó de pie -¡¿Cómo pudiste?!- gritó sin salir de su asombro, parecía tener los ojos llorosos.
-Yo… - El hombre no podía articular alguna palabra.
Fin del Flash Back

-¿Por qué? – la joven se encontraba dándole la espalda al hombre. Había querido salir corriendo del lugar junto a sus amigos, pero sabía que no era lo correcto. Tenía que afrontar aquello.
-Hay cosas que debes saber.
-¿Ahora? Después de casi diez años ¿te parece? – giró la mirada hacia donde estaba el hombre.
-Yo no quise hacerlo, pero era mi deber.
-¿Tu deber, dices? ¿Y que hay con tu deber como familia? Nos abandonaste.
-Jamás los abandoné.
-¿Ah, no? ¿Y cómo se le llama a lo que hiciste?
-¿Puedo explicártelo? – dijo con un tono dulce y tranquilo, el mismo que usaba cuando ella era pequeña, aún lo recordaba. Lo miró fijamente a los ojos y observó la tristeza en sus ojos, quizás había sido demasiado dura, pero no podía evitarlo. Se dio la vuelta.
-Cuando tu abuela falleció, me hundí en gran depresión. Fue muy difícil para mí intentar salir de ello y comencé a distraerme con varias cosas, fue entonces donde empecé a tener sueños recurrentes, sueños que había tenido desde hacía mucho pero jamás le había prestado mucha atención. Poco a poco esos sueños se fueron haciendo más intensos, me traían dolores de cabeza, a veces hasta pérdida del conocimiento. Tu padre se estaba preocupando pero yo le restaba importancia. Un día, durante un tiempo de descanso viendo la televisión vi un documental sobre la reencarnación y me empecé a interesar sobre el tema. Empecé a investigar y a investigar. Adquirí muchos libros y demás. Poco a poco mis sueños y los libros empezaban a tener sentido, hasta que logré recordarlo todo. Así que inicié una búsqueda de los otros caballeros, estaba seguro de que ellos, al igual que la princesa y los otros, reencarnarían y tenía que encontrarlos. Sin embargo, las cosas se salieron de control. Los seguidores de Atur empezaron a amenazarme y un día… recibí una amenaza directa. Eran ustedes o yo, y preferí que sea a mí. Logré desviar a los de sirvientes de Atur de ustedes, pero tuve que irme. Tenía que protegerlos. Solo podía decirle a tu padre lo mucho que los amaba y cuanto lamentaba eso. Le expliqué que tenía que irme para tomar un respiro luego de lo de tu abuela y así, me marché. Dejé la carta en casa y partí. Por mucho tiempo viajé y seguí con mi investigación. Años más tarde encontré a Dominic y seguimos la búsqueda juntos. Pero no dejé de estar pendiente de ustedes.
Hubo un gran silencio cuando él dejó de hablar. Marianella sabía a lo que refería. Ella lo había vivido también, después de todo, cuando explotó todo ello de encontrarse con Noah y Akky, dejó a Gian por casi un mes y ahora, hacía lo mismo. Se mordió el labio.
-¿Cómo está tu hermano? – preguntó el hombre intentando romper aquel ambiente de tensión.
-Bien, supongo.
-Debe de ser un gran hombre.
-Lo es. Se hizo cargo de mí luego de que mis padres…- la muchacha se silenció de pronto, bajando la mirada.
-Lo sé. – A tal respuesta. Ella apretó sus puños intentando controlar aquella sensación de ira- Solía tener noticas recurrentes de tus padres con todo lo que hacían en su empresa y sus viajes. Hasta el día que su avión desapareció en su viaje al continente vecino.
-¿Lo sabías? ¡¿Y por qué no regresaste?! Mi hermano y yo…estábamos solos.
-No creas que no lo intenté. Lo intenté pero Atur se mostró de mil formas y pensé que lo mejor era mantenerme al margen. Sabía que Gianluca se podía hacer cargo de ti y que los dos podrían estar a salvo. Pero jamás imaginé que tú serías aquella niña.
-¿De qué hablas?
-Marianella… ¿Aún no recuperas todos tus recuerdos, verdad?
-No, no del todo. Poco a poco aparecen, algunos son borrosos otros no. Desde que nos encontramos con los chicos, cesaron un poco.
-Ya veo. ¿Y eso que tiene que ver con todo?
-No es nada. – nuevamente silencio.
-Entonces…es todo- la joven se dio media vuelta dispuesta a caminar hacia la salida del salón.
-Marianella- llamó el mayor. Ella se detuvo. -Yo sé que no será fácil tener tu perdón y lo entiendo. A pesar de tener mis razones, yo sé que debió ser duro para ti. Lo entiendo, pero ¿puedo pedirte un favor? – La joven solo asentó la cabeza. -¿Puedo abrazarte? ¿Cómo cuando eras pequeña? – Ella volvió a asentir. El hombre se puso de pie y caminó unos pasos, ella se dio vuelta y corrió hasta donde él. Lo abrazó hundiendo su rostro en su pecho. Él seguía siendo muy alto. Solo ese gesto provocó que las lágrimas que había estado guardando salieran de repente.
-Esto no cambia nada. Sigo estando enojada. – dijo escondiendo su rostro. Él hombre solo sonrió. Esa era su pequeña, tal y como la recordaba.
-Lo sé. –Él la abrazó más.
Luego de un rato, se separaron y ella salió del salón. Necesitaba aire puro.

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Salió a los jardines, los recuerdos de su pasado la asecharon nuevamente, aquellos donde estaba feliz al lado de sus padres, de su hermano y sus abuelos. Las lágrimas acudieron a ella nuevamente, mientras tomaba asiento cerca del pequeño estanque, ese había su lugar favorito todo el tiempo que habían permanecido en esa casa. Oyó unos pasos detrás de ella y supo de quién se trataba.
-¿Pasó algo?
-Te vi salir. ¿Estás bien?
-Pues, algo por el estilo. – la joven se limpió las lágrimas y se giró sonriente. –Mi familia es un caos.
-Dímelo a mí – el pelirrojo soltó una sonrisa mientras se sentaba a un lado de la chica, sacó unos caramelos de colores y le ofreció a la muchacha. Eran sus favoritos.
-Gracias
-¿Todo bien con tu abuelo?
-Algo así. No puedo tenerle rencor ni nada, entiendo lo que hizo pero…
-La sensación está.
-Ajá. Es un poco difícil. Ya me había acostumbrado a ser solo mi hermano y yo. Pero ahora, tenerlo aquí, me recuerda a cuando mis padres y mis abuelos estaban con nosotros…
-Ya veo. Pero en vez de llorar, deberías sonreír. Dicen que así las chicas se ven más lindas así- le dio un golpecito con el codo.
-¿Tú crees? - dijo mostrando una sonrisa.
-Sí, pero en tu caso… creo que no sirve.
-¿Qué? No… ¡Malo!- la castaña le reclamó con una sonrisa y un aire de ofensa fingida.
-Ya, pero enserio… Piensa en que este encuentro es una oportunidad.
-¿Oportunidad de qué?
-Pues, no todos los días te reencuentras con tu abuelo perdido. Además, míralo de este lado. Ahora es como si tuvieras una parte de tus padres nuevamente.
Ella sonrió. Por primera vez, el cabeza de tomate tenía razón.
-Cierto. Gracias. – dijo robando un par de caramelos más de la bolsa del chico.
-¡Hey! No abuses de mi amabilidad
-Neeh – la joven le sacó la lengua en señal de broma. Empezaron a jugarse. Ella intentaba sacar más caramelos, pero él se lo impedía, haciendo que ella se quejara entre risas. Se habían vuelto buenos amigos, muy cercanos, cómo todos, pero su conexión era distinta a la del resto.
-¿Y qué hacías? Dudo que hayas salido tan amablemente tras de mí.- dijo en una pausa.
-Cuánta razón tienes. En verdad salí a pensar.
-¿En qué?
-Pues en que divertido sería nadar en este estanque desnudo.
-¿Enserio?
-¡Claro! Los peces se ven felices allí
-Sí, pero… Si sabes que tiene una profundidad de cincuenta centímetros, ¿no?
-No importa, igual lo haré.
-¿Ah sí? ¿Tú? No me digas– Mar intentaba controlar la risa. Sus preguntas eran obviamente sarcásticas.
-Enserio… pero cuando tenga ganas.
-Lo sabía.
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-Hey, Kei ¿Has visto a Mar y a los chicos? Los ando buscando. – expresó Sil. Keira saltó sorprendida. Se encontraban en los pasillos exteriores que daban al jardín del estanque. Keira estaba detrás de los arbustos que decoraban la entrada.
-Shs ¡Sil, silencio! – dijo al chica, mientras le tapaba la boca a la joven y la alaba hacia ella.
-¿Qué sucede? – preguntó en un tono más bajo.
-Mira – La castaña señaló unos metros más adelante. Sil vio cómo Mar reía cerca del estanque con Akky.
-Oh, allí están. Akky parece estar animándola.
-Sí, pero ese no es el espectáculo. Mira. – La chica hizo caso, volvió a mirar. En el árbol que estaba a unos metros del lugar, Noah miraba la escena con un semblante serio.
-¿No creerás que esté celoso, verdad? – Preguntó la joven – Todos saben que Akky y Mar son solo buenos amigos.
-Sí, bueno…
-¿Pasó algo?
-En resumen: Noah iba a consolar a Marchu, pero… Akky le ganó y bueno, ya sabes lo competitivos que son para todo.
-Es verdad.
-¿Y para que viniste?
-Ah, cierto. Alice nos mandó a llamar a todos.
-Oh, de acuerdo. Iré a llamarlos a todos.

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El sonido de la puerta hizo eco en la habitación. Alice concedió el pase y los cinco muchachos entraron al lugar. Allí ya se encontraban los tres Caballeros y Charles.
-Nos mandó a llamar- habló Noah, seguía con una conducta seria.
-Así es. No terminamos nuestra charla de la mañana. Verán, la presencia de los tres caballeros tiene un propósito… -Alice les contó todo con respecto a su primera charla que tuvo con los tres caballeros, sobre la pista y la búsqueda del Diario de Mysdyna.
-Entonces les pregunto ¿Me acompañaran?
Los cinco se dedicaron una mirada.
-No es necesario la pregunta, Alice. Nosotros la acompañaremos hasta la muerte de nuevo, si es necesario.- Habló Noah firme.
El hombre castaño hizo el ademán de decir algo, pero su vista se encontró con la de su nieta por un instante y entendió. No iba a poder detenerlos.
-Nosotros la protegeremos y cumpliremos con la misión esta vez. Quizás, tampoco tengamos nuestros recuerdos del todo completos, sin embargo, poco a poco las cosas se van aclarando. –habló Mar.
-Entonces está decidido. Partiremos hoy mismo. Prepárense por favor.
-Sí. – los cinco chicos respondieron y se alejaron del lugar.

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-Me pregunto…si las cosas serán distintas ahora –soltó Sil mientras las chicas se encontraban en su habitación esperando la llamada de la ex princesa. Habían alistado sus mochilas. Llevaban lo necesario y lo esencial. Se vistieron con ropas cómodas y se recostaron en sus camas a descansar unos momentos.
-Sí, claro que sí. – afirmó Keira.
-¿No sientes esa sensación, cómo de que todo estará bien? – preguntó Mar, a lo que Sil asentó.
-Es verdad.- Hubo un momento de silencio, hasta que Keira se dio media vuelta sobre su cama para mirar a las dos chicas.
-Oigan. ¿Vieron las miradas que se dedicaban Alice y Eric?
-¿Qué dices? ¿Enserio?
-¿Crees que pasen algo, entre ellos?
-¡Sería tan lindo!
-Sí, además de que él es muy guapo.
-Eso es cierto.
Las tres chicas empezaron a charlar para despejarse. A decir verdad, una serie de sensaciones las había invadido. Tenían miedo, era verdad. En su vida pasada, esta búsqueda los había llevado al fin de todo ¿Sería diferente esta vez? Querían pensar que sí. Por su parte, los dos jóvenes, habían optado por entrenar un poco luego de arreglar sus maletines para el viaje, pero antes de ello, Charles los había interceptado y los había llevado a un salón en el sótano de la mansión, el cual se encontraba lleno de armas de antaño.
-¿Qué pasó, Charles?
-¿Es hora de las despedidas y no quieres que te veamos llorar? – empezaron a bromear.
-Creo que debería aumentarles el nivel de entrenamiento la próxima vez- dijo el hombre, haciendo que ambos chicos se callaran inmediatamente. –En realidad, los traje aquí porque es necesario hablar con ustedes. Ahora, la seguridad de la señorita Alice dependerá de ustedes y quiero que sean muy atentos. Puede que Alice haya parado sus ataques, sin embargo, nada es seguro aún.
-No te preocupes, Alice estará a salvo.
-No es solo eso lo que me preocupa. Sino también el tema de los relicarios que mencionaron. Eso nos pone a otros enemigos.
-Aún no sabemos si son enemigos del todo. Después de todo, Lucina estaba con ellos.
-¿Lucina? ¿La princesa del reino Vinn? ¿Qué hace ella aquí? Digo, en este tiempo. Según las escrituras de la Orden, jamás se menciona que ella…
-¿Crees que sea una impostora?
-¡Imposible! Es ella.
-Tengo que investigar. Los mantendré al tanto, ustedes háganlo conmigo también.
-No hay problema Charles.
-Cuento con ustedes para proteger a la señorita Alice.
-¿Preocupado?
-No, con ustedes y las señoritas cuidando de ella, sé que estará a salvo.
-¿Por qué no vas con nosotros?
-Yo debo quedarme a hacer las preparaciones necesarias.
-¿A qué te refieres?
-Si tienen suerte en esta búsqueda, las cosas no serán fáciles. Hay que estar preparados.
-De acuerdo.
-Una cosa más… Ustedes aún no recuperan todos sus recuerdos. Hay una gran posibilidad que sus memorias vuelvan cuando estén en ese viaje. Sean cautelosos por favor. Habrá momentos que sus pensamientos no controlen sus acciones.
-No te preocupes Charles. Todo estará bien.
-Esto es para ustedes –el hombre abrió uno de los armarios y sacó tres espadas relucientes. Dos gemelas y una negra con plateado.
-¿Las reconocen?
-¿Deberíamos?
-Son suyas. Fueron halladas hace mucho tiempo, y pasadas de mano en mano como reliquias. Las logré localizar, la mandé a reparar, les saqué filo y aquí están, como nuevas.
-Gracias – Ambos jóvenes cogieron las armas. Noah cogió las dos más pequeñas, mientras Aker la otra.
-Estarán equipados con más armas, claro está, no solo las de épocas. Pero estás quería dárselas personalmente.
-Pues gracias. Te luciste Charles –alagó el pelirrojo.
En ese momento, oyeron pasos en las escaleras y la puerta se abrió.
-Charles, nos mandaste a llamar. – las tres chicas aparecieron en la puerta.
-Así es, tengo algo para ustedes también.
Charles sacó varias armas para equiparlos a todos. Sacó dos espadas ligeras, arcos y flechas, un látigo de acero y una cuchilla.
-Wow, con esto podemos ir a la guerra-
-No es divertido. Tienen que estar preparados. Ustedes han entrado mucho, sin embargo, estarán en peligro. Cojan lo que crean necesario.
Marianella cogió una de las espadas ligeras, una hermosa de funda roja y mando turquesa.
Silvermist cogió el látigo de acero y una cuchilla.
Keira tomó el arco y las flechas.
Posteriormente, Charles sacó una pistola para cada uno. Pequeñas con municiones extras. Para ser precavidos. Sin más. Subieron a la mansión, en donde se encontraron con Alice y los caballeros ya listos para partir.
Alice se había vestido de acuerdo a la ocasión: Un pantalón jean, un polo y botines de excursión. Su cabello estaba atado hacia atrás y llevaba una mochila en la espalda.
Todos estaban listos para salir. Los ex caballeros lucían sus atuendos normales y llevaban mochilas.
- Nos movilizaremos en auto hasta donde podamos llegar, luego será una excursión a pie. ¿Entendido? –Habló Dominic
-Sus armas, las pueden guardar en el auto. Mantengan las más pequeñas cerca. – dijo Eric.
Todos aceptaron y se dispusieron a marchar.
-Tenga cuidado señorita.
-Sí, lo haré Charles. Por favor, tenme un poco de confianza.
-Le tengo toda la confianza mi señorita. Pero por favor. Cuídese.
-Sí, lo haré. Estaré bien – la joven sonrió y le dio un rápido abrazo a su fiel mayordomo.
-Estaremos en contacto. – dijo el hombre antes de que todos aborden el auto. Era una camioneta sencilla. Entraban todos con las cosas sin incomodidad y pasaban desapercibidos.

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Siguiente capítulo: El inicio del viaje.
Mueran leyendo e.e
Lo siento, es todo lo que pude dar -w-
Suerte con la conti! Very Happy

Si pueden, lo agregan esto al review!
Armas:
NOAH:

Spoiler:

AKER:

Spoiler:

MAR:

Spoiler:

SIL:

Spoiler:

KEIRA:

Spoiler:

por Nya Mar 29 Sep - 12:00

Tras horas de viaje, el camino se había terminado en una isla cuya entrada y salida era un puente de hierro macizo. Aquella parada tan rápida parecía una trampa obvia de Atur, mas cuando las noches, la marea aumentaba y hacia que el puente prácticamente desapareciera bajo el agua.
Básicamente iba a ser una noche dentro de la isla, a solas, en busca de un libro que cambiaría el mundo y un ser supremo parece que acecha desde las sombras de las propias personas listo para apuñalar.
- Quisiera saber como hemos acabado así. - Pregunto Noah - Esto es absurdo, no tiene lógica, es un atentado contra la razón.
- Oye, fue casualidad encontrarnos. - Hablo Heiss.
- Casualidad mi cebolla (? Tu lo que estas haciendo es acosarme.
- Ay no me digas eso. - Se arrimo al caballero. - No te dije que teníamos los mismo objetivos? O ya no recuerdas los tiempos en que pasamos juntos (?
- Unos siglos hacen que cambien todos.... - Susurro Mar con mirada desaprobatoria.
- Oye! - Se llevo una mano a la cabeza. - Ahora responde. Por que tu, Lucina y compania estáis en el MISMO sitio que nosotros?
- No te dije ya? Es el destino. Que hay de malo?
- Tu eres lo malo. - Acuso. - Y como es que tiene que ser este sitio? - Miro esta vez a Eric, Javier y Dominic quienes se encogieron el hombro.
- Sera casualidad. - Respondió Javier.
- QUE HORROR. - Noah se llevo las manos a la cabeza.
- Noah, te estas preocupando mucho... - Dijo Alice con el mismo tono que solía usar y de cierta manera atraía a la gente. - Ya se que te preocupas por mi, pero no tenemos otro remedio.
- Ademas, confiamos en que sabréis defendernos. - Sonrió Lucina. - No es la primera vez que nuestros caballeros nos salvan.
- Así que, es hora de montar un refugio. - Junto las palmas Alice. - Si?
- Vamos a morir todos. - Susurro Noah mientras cargaba materiales de tienda de acampar. - El mundo se consumirá en llamas y cuando...
- Estará bien Aker? - Pregunto Sil
- No te preocupes. Esta cien por cien capacitado.
- Yo no creo que este...
- Garantía de 3 milenios.

Aun quedaban algunas horas para el anochecer. Las tiendas ya estaban montadas, Sil estaba haciendo la cena, Alice y Lucina platicaban y los tres caballeros exploraban el perímetro. Los cuatro caballeros personales restantes mantenían una competición mientras Mar, Heiss y Keira observaban.
- No me contendré solo porque sean mujeres. - Hablo Noah con una mano en cada espada a punto de desenfundar.
- Hablas con las guerreras de Vinn. No llores luego. - Sonrió Severa.
- Sera una experiencia nueva contra una lancera.
- Espero no decepcionar. - Contesto Cordelia.
La batalla comenzó con una gran velocidad a la que chocaban las espadas, tanto que apenas se podían seguir con los ojos si no estabas entrenado para seguir movimientos rápidos. De vez en cuando, la fuerza de impacto provocaba una serie de chispas como en las películas y que parecía que Hollywood por fin tenia algo de verdad. Pero lo mas impresionante, era la intención asesina que poseía cada uno.
- N-No puedo seguir. - Parpadeo Mar varias veces.
- Es difícil decir quien ganara. - Dijo Heiss. Su mirada era seria por una vez. - Noah es capaz de dar mas golpes por minuto que cualquiera, como una ametralladora que no deja descansar a su enemigo ni un segundo.
- Cierto. - Secundo Keira al ver como el nominado acometía sin parar contra Severa y Cordelia al mismo tiempo.
- Pero carece de la fuerza equivalente a dos manos. Dos manos en la misma espada siempre serán mas fuertes que una mano. En cambio Severa es igual que Aker, sus poderes se basan en fuerza, en romper el muro que hay delante de un solo golpe. Mientras Cordelia atacara desde la distancia con su lanza, siempre desde una zona prudente.
- N-No es un poco exagerado para un combate amistoso? - Pregunto Mar nerviosa. Realmente tenían cara de matarse en cualquier momento.
- Es un ejercicio para ellos. - Sonrió Heiss. Cordelia había formado un muro de picas que consistía en "pinchar a gran velocidad". - Desde luego, no son personas normales. No los llamarías profesionales, son guerreros. Velocidad, fuerza, técnica, táctica, premonición... han aprendido el arte de la guerra.
En ese momento, Noah cayo encima Severa a punto de rebanar su garganta, Cordelia a punto de atravesar el corazón de Noah y Aker de mutilar un brazo. Los cuatro se miraron cansados, sudados y respirando como podían.
- Hora de comer! - Grito Sil.
- Aprovecha y llámalo. - Le dijo la pelirroja a Mar.
- Por que? - Ella solo dio unos golpecitos.
- Hay que ser honesta. - Dijo levantándose. - Puede que luego no tengas tiempo, suele ir mas rápido de lo que parece.
- Inténtalo. - Sonrió Keira.
- ...
Mar se levanto y se dirigio timidamente hacia Noah. Miro atras y Keira la saludaba lo cual no mejoraba la situacion en absoluto. Aun sentia un cierto dolor, un dolor aciago que le traia muchos recuerdos cada vez que le miraba, a el o a su abuelo. Pero solo eran recuerdos, recuerdos lejanos sin importancia.
- Estuve bien? - Pregunto sin recibir respuesta. - Mar?
- Es hora de cenar. - Titubeo.
- Estas bien?
- Si... - Respondio para retirarse inmediatamente.
- Conozco esa mirada desde hace mucho tiempo, Mar, mucho tiempo... - Se susurro el rubio.
- Hora de comer! - Aker paso un brazo por el hombro de Noah.
- Alejate chucho, apestas a macho (?
- Y es que soy muy masculino.
- Lo siento pero me van las hembras.
- No sea tacaño.
- Que no te me pegues tarado!

No me critiquen. Se que es una basura. :v

por **Mar.** Sáb 9 Ene - 2:21

-¡Mar despierta!- Aquel grito la obligó a abrir los ojos a toda velocidad. No podía distinguir la situación. Humo. El olor de la madera chamuscada. ¡Un incendio! Se levantó de golpe. La imagen de Aker acercándose seguido de una Keira bañada en lágrimas se le impregnó en la retina.
-¡Mar! ¡Muévete! – Aker la tomó del brazo sin detenerse y empezó a andar a paso veloz hacia el otro lado. Por la ventana se colocaba la imagen de las personas corriendo.
-¿Qué está pasando?
-¡Nos encontraron!
-¿Dónde están los demás? ¿Alice? ¿Sil?… ¡¿Dónde está Noah?!- las preguntas le salían sin filtro. Las manos le empezaban a temblar, seguía el paso rápido de Aker y tras ella, Keira no paraba de sollozar en silencio. Intentaba controlarse. Salieron a un callejón por la parte trasera de la casa en donde habían parado a descansar. Avanzaban a prisa. Mar pudo notar la luz rojiza que iluminaba desde la parte trasera. Era un incendio de grandes magnitudes ¿ Quizás el pueblo quemándose? Lograron apartarse lo suficiente de todo el barullo, cuando la curiosidad no pudo más.
-¡Aker! – demandó con voz autoritaria mientras se detenía.
-¡No hay tiempo Mar! – la mirada fija del pelirrojo fue la respuesta. Algo malo había sucedido.
-Sil está en el refugio con Alice. – habló Keira.
-¿Y Noah? ¿Dónde está?
-Fue a buscar a…- los labios de Aker se movían pero el sonido no llegaba a ella. No entendía.

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-¡Mar! ¡Mar! ¡Marchu!- la castaña abrió los ojos lentamente y se halló dentro de la carpa que habían armado. -¿Estás bien?
-¿Qué pasó?
-¿Estabas teniendo una pesadilla creo? ¿Todo bien?
-Sí, creo que fue un recuerdo. No estoy segura.
-¿Algo malo?
-Creo que sí. ¿Qué hora es?
-Diez para la media noche.
-Ah vale. – La joven se levantó
-¿A dónde vas?
-A tomar aire, no te preocupes, no me alejaré.
-¿Segura que estás bien, no?
-Sí – Sí, había respondido, pero en realidad algo la carcomía dentro. ¿Qué había sido eso? Y ¿Por qué se sentía tan intranquila? Se colocó los zapatos y salió de la tienda para caminar un poco. Aquella isla había sido un lugar tranquilo después de todo. El sonido del mar a lo lejos la tranquilizaba. Se acercó a lo que había sido la fogata y siguió el pequeño sendero hasta llegar a lo que parecía un claro rodeado de árboles. Lo había encontrado esa tarde cuando llegaron a la isla.
-Sabía que vendrías tarde o temprano. – Aquella voz no la asustó y tampoco la sorprendió. Ella solo se sentó sobre el pasto húmedo por el rocío.
-¿Tanto me conoces?
-Más de lo que crees.
-¿Estás seguro de eso?
-Pues, eso creo.
-No, no creo que me conozcas. Conocías a la Mar del pasado. No a mí – la joven volteó a ver al rubio quién se había acercado hasta quedar a su lado.
-Pasado, presente, futuro. Mar es Mar ¿verdad? – a chica le sostuvo la mirada un par de segundos en completo silencio y luego voleó el rostro, mientras abrazaba sus piernas.
-Quizás. No estoy segura.
-¿A qué te refieres?
-No, ha nada – La joven se levantó de golpe.
-¿A dónde vas?
-A dormir.
-¿Dormir?
-Sí, eso deberías hacer tú también, después del enfrentamiento de esta tarde. Deberías descansar.
-Sí, pero estoy de guardia.
-Ah, cierto. Bueno. Nos vemos en la mañana entonces – la joven le dedicó una sonrisa y se volvió.
-¿Por qué me quieres engañar?...- murmuró para sí el joven mientras se recostaba sobre el pastizal.

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A la mañana siguiente. Los gritos fuera de las tiendas levantaron a las jóvenes que dormían tranquilas.
-¡¿Entonces, dices que nuestra venida aquí fue en vano?!– el rubio estaba por explotar.
-No exactamente. Tenemos que encontrar una pista que nos lleve a nuestro siguiente destino. – habló calmadamente Dominic.
-¡¿Me estás jodiendo?!
-¿Qué pasa? – Sil y Keira habían salido de sus tiendas aun medias adormiladas.
-El rubio quiere matar al anciano porque vinieron hasta aquí por las puras – explicó Heiss quién veía divertida la escena.
-¿Y qué esperabas? ¿Encontrar el diario al primer día? – siguió Eric.
-No, pero estar yendo de aquí para allá es peligroso. Atur puede…
-Atur no está haciendo ningún movimiento – recalcó Dominic.
-Eso no significa que no lo haga. Dijeron que tenían algo claro. – Aker entró en la conversación
-Sí, pero las cosas no son como nos las imaginamos.
-¿Y qué importa eso? No podemos estar yendo de aquí a allá. Alice y las chicas corren peligro. ¡No podemos exponerlas!
-¡Basta ustedes dos! – Mar apareció a un lado de la escena, ya vestida y con leña en las manos.- ¿Pueden dejar de pelear? Todos sabían lo que este viaje significaba y aun así aceptamos venir con Alice, así que dejen de comportarse como niños engreídos y escuchen un poco – Ambos chicos se quedaron en silencio. Esa conducta no era algo natural en la castaña y sabían que no podían tentar más. Soltaron un resoplido y dieron finalizada la discusión.
-Bien, señores creo que esta conversación quedará para después, cuando Alice se encuentre aquí. – comentó antes de dejar la madera en la fogata y retirarse.
-¡Haré el desayuno! – anunció Sil para romper aquel ambiente.

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Las princesas se encontraban dando una pequeña vuelta, habían aprovechado la salida del sol para caminar y conversar. Las Guerreras Vinn las seguían desde una distancia prudente.
-¿Entonces, éramos amigas?
-Se podría decir. Eras lo más cercano que tuve de una amiga. Bueno, en realidad eras mi única amiga después de esas dos- rió Lucina.
-¿Y nos contábamos secretos y esas cosas? – preguntó Alice en tono curioso. La peli azul soltó una risotada. –Pues algo así, no nos veíamos muy seguido pero cuando lo hacíamos si, teníamos un momento de “chicas normales” -
-Ya veo. Entonces a lo mejor y eso se repita ¿Qué te parece?
-Me suena bien la idea – ambas rieron.

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-Marchu ¿Estás bien, enserio?
-¡Harta estoy de la pregunta! Sí, estoy bien ¿por qué? – respondió con un poco de brusquedad la joven. Estaba recostada en césped.
-Por eso mismo, no lo pareces. Estás toda enojona. ¿Pasó algo? – la castaña se sentó al lado de su amiga.
-No. Bueno sí. ¡No sé! – admitió con sinceridad. –No sé que me pasa. Tengo una sensación horrible en el pecho. Creo que tiene que ver con los recuerdos.
-¿Qué pasa? ¿Tienes miedo a recordar?
-¿Qué? ¡No! ¿De qué puedo tener miedo si ya vi lo peor que podría pasar? No es eso. Es que, me preocupa que llegue un momento en el que recordemos todo y… esa esencia se apodere de esta. ¿Me endientes?
-No – confesó con una sonrisa.
-A ver, ¿cómo te explico? La Mar del pasado no es igual a esta Mar.
-Ninguno de nosotros lo es, Mar.
-Exacto. Pero pareciera que sí. Pareciera que porque los nosotros del pasado hicieron algo, nosotros también lo tenemos que hacer. Cómo nuestra amistad. A veces no sé si es porque realmente queremos ser amigos o porque los del pasado lo eran.
-Mar, nosotros somos amigos porque así lo queremos. Pero algo me dice que no es exactamente eso a lo que te refieres y lo entiendo. Quieres que nos conozcamos por lo que somos ahora y no por lo que fuimos ¿verdad?
-Ajá.
-Bueno, ten por seguro que yo te quiero mucho ahora y no es por el pasado. – rió la joven – Y estoy segura que todos piensan lo mismo. Hasta cierto rubio…
-¿Qué? ¡No! ¿De qué hablas?
-Por favor Marchu, hasta la pelirroja se ha dado cuenta de que algo pasa…
-Sí, pasa. Amistad, pasa. Y un pasado que no acabo de recordar.
-Calma, los recuerdos llegaran. Ahora vamos a ayudar a Sil, me parece injusto que haga todo ella.
-Sí, tienes razón. – Ambas jóvenes se colocaron de pie y se acercaron al campamento.

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Luego de aquella pequeña discusión, el día pasó realmente normal. Luego de tomar desayuno, los caballeros pidieron hablar con Alice junto a los cinco guardianes y así lo hicieron. El indicio que habían hallado tiempo atrás los había llevado hasta esa isla, pero sabían que lo que iban a encontrar era otra pista.
-¿Y esa pista dónde está? – preguntó Aker.
-En el lado Sur de esta isla.
-¿Se refieren a la zona oscura que está pasando la costa? – indagó nuevamente. Ellos habían llegado a la isla por aquel puente y se habían quedado cerca de la costa para mantenerse a salvo. Sin embargo, había un sector que no habían explorado. Era la parte sur, en donde el bosque se volvía espeso y oscuro y parecía no tener un final.
-Exactamente.
-Bien, ¿Cuándo iremos? – preguntó Mar pero no parecían prestarle atención.
-Entonces, saldremos al amanecer. ¿Quién se quedará con las chicas?
-¿Disculpen? ¡Podemos cuidarnos solas! – habló Keira, pero tampoco la oyeron.
-Están las guardianas Vinn ¿O prefieres que me quede yo?
-Podemos repartirnos…
La sangre les hervía, Sil intentaba calmar a las castañas pero no le funcionaba. Alice estaba igual de indignada. Ella también quería ir. Pero antes de que alguna diga algo. Alice se colocó de pie.
-Nosotras vamos. Salimos al amanecer. – Y salió del lugar. Nadie dijo nada más. Las chicas la siguieron. Estaban hartas de ser damiselas en peligro. Mar y Keira habían recibido un duro entrenamiento al igual que esos dos, y ellas estaban dispuestas a demostrar su valentía. Alice, por su parte, quería dejar de ser una carga y sobre todo, dejar de ser la princesita en problemas. Quería ser parte y eso lo conseguiría. Sil por su parte, entendía la indignación de sus amigas, pero entendía que los caballeros y sus amigos solo querían protegerlas… esto sería unos días muy difíciles.

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Vale, no tengo la menor idea de que es esto. Pero bueno, algo es algo ¿no?
Mucho tiempo sin escribir y con las ganas... lamentablemente, tenía las ganas pero no la inspiración así que me salió cualquier cosa xD
Espero que la sigan! No me dejen en banda!!! :3

por Nya Dom 31 Ene - 22:50

Aquella vegetacion tan espesa era imposible de cruzar sin herramientas. Asi que la solucion fue que los dos caballeros marcasen el paso abriendose un sendero con sus espadas, cortando ramas y arbustos.
- ¿Seguro que estamos en el lugar correcto? - Pregunto Noah
- Nuestros antepasados escondieron muchas cosas. Pero de eso fue hace mucho tiempo y no dejaron pistas. La unica pista es seguir sus pasos hasta dar con el correcto. - respondio Dominic. Los dos caballeros miraron incredulos.
- Hay cosas que es mejor no mover. - Dijo Heiss. - Te sorprenderias si supiras la cantidad de cosas que nuestros antepasados... tuvieron que soportar.
- Digame algo que no sepa. - Respondio Aker ironicamente.
- De todas formas, hay algo que no me gusta de este bosque. Hace rato que no oigo ni el silbido de un pajaro.
- Si, si, mucho cuidado.
El pelirrojo blandio de nuevo su espada energicamente, revelando el fin del camino de lo que era una pequeña colina. Era un buen lugar para tener vistas. Mar se acerco para observar mejor y Noah inmediatamente la siguio.
- Espera, si te acercas tanto...
De pronto, el pie de Noah comenzo a hundirse en la tierra. Sin dudarlo, tomo la mano de Mar pero ya era tarde para volver, estaban cayendo. La unica opcion que quedaba era minimizar la caida lo maximo posible. Cubrio a Mar con su cuerpo y cerro los ojos, hasta que sintio una dura sacudida
- ¡Noah! ¡Mar! - Grito Keira, a lo que a oidos de ellos solo era un eco lejano.
El rubio se levanto con esfuerzo, comparable al de un anciano. Jamas le habia dolido tanto la espalda en esta vida pero era el menor de sus preocupaciones. Un dolor inimaginable le invadio la pierna obligandole a sentarse de forma inmediata.
Mar sin embargo, no habia sufrido tanto daño, salvo algun nuevo agujero insignificante en su atuendo. Tras comprobar de que podia moverse sin mucha dificultad, inspecciono a Noah y alzo la cabeza. Estaban muy abajo.
- ¡Nada de que preocuparse! - Mintio.
- ¡Os sacaremos de ahi!
- ¡Olvidalo! - Interrumpio Noah. - Daremos un rodeo.
- ¿Seguro perro? - Pregunto Aker. - No me vayas a morir antes de tiempo.
- No despues de ti.
- Ja. - Una mochila cayo. - Ahi tienes mi regalo de despedida.
Tras aquello, un silencio invadio el lugar, dejando a ambos separados del grupo... y entre ellos dos.

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Cada paso daba una punzada en el pie. No era exagerado, pero lo suficientemente doloroso como para saber que aun no se iba a recuperar asi de rapido.
- Lo siento.
- ¿El que? ¿Esto? Ni que fuera la primera vez que el diablo me quiere llevar.
- No digas esas cosas. - Se dio la vuelta. Noah sintio que estaba perforando su alma con la vista. - Siempre... eres tan irreponsable.
- ¿Que?
- ¡Nada de que! Te pasas la vida poniendote al extremo. ¡No una, sino dos! - Grito. La sangre hervia en su interior, tanto, que empezaba a sentir que en cualquier momento se iba a desmayar. No queria mirarlo.
- Pero si no lo hago yo, ¿quien lo hara? - Dijo abrazandola. - Si tu mueres, o Alice... o cualquiera, ¿que significa que yo este aqui? Nunca me lo perdonaria.
- Egoista. - Lagrimas escaparon de la castaña hasta los hombros del joven. Noah sonrio amargamente.
Pero para la castaña, las siguientes palabras perforaron su corazon. Palabras que recordaban a un eco del pasado y que mostraban un susurro del futuro que se acercaba... lentamente, inevitablemente.
- Mar, nunca hay victoria sin sacrificio.

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