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[Roll-P] Remember
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Re: [Roll-P] Remember
Aker observó unos momentos, la trayectoria de aquella caída.
Estaba claro que el maldito perro guardián tendría alguna herida, para nada beneficiosa. Pero eso era algo que le echaría en cara después. Quizá, un golpe serviría también.
Luego, solo supo que ya no escuchaba sus pasos como segundos atrás, por lo que decidió girarse hacia los demás. Aquel grupo de personas que se dio el lujo de disminuir por cuestiones de sigilo.
Lucinda, pidió que los caminos fueran diferentes, pues sin duda, el que dos antiguas princesas estuvieran juntas era motivo de la mejor carnada nunca antes vista.
Quedaron los cinco, la princesa y Heiss.
Los caballeros más veteranos, decidieron acompañar a su alteza de cabellos azules, pues ella, por muy independiente y fuerte, que dijera ser, también necesitaba protección. Y así, antes de que siquiera entraran al bosque trazaron su camino. No muy lejos, pero tampoco muy cerca. Sabían que el enemigo los asechaba.
Encontró una roca lo suficientemente grande y rasa, cerca de un árbol en medida frondoso, por lo que sin pensarlo mucho, se dirigió a esta para sentarse.
Alice, estaba preocupada junto con Keira, no quitaban sus ojos del camino, por el cual presentían, sus dos amigos, llegarían.
Mientras que Heiss, parecía no tener una diversión sin Noah cerca, por lo que solo se recostó al tronco de un árbol a esperar, pero claro sus ojos, nunca dejaron la espalda de Alice. De hecho, no entendía porqué ella no hizo nada al momento de la caída, antes, se notaba muy atenta a los movimientos de todos. Pero claro, no es como que él supiera que tanto tenía Heiss que hacer ahí además de comentarios aleatorios sobre el pasado y lo molesta que le llegaba a ser.
Y después estaba Sil, quien se acuclilló a un lado de él. La roca era demasiado estrecha como para que dos personas se pudieran sentar. A menos claro que fuera uno sobre otro. Una decisión nada acertada, para dos personas como ellos.
- ¿Preocupada? - Preguntó con aburrimiento.
Sil le miró de reojo. No sabía cómo debía sentirse en realidad. Pues aunque, Noah y Mar hayan caído, se tenían el uno al otro, y no parecía que estuvieran en algún estado grave. Además, Aker estaba allí, preguntándole, justamente a ella, algo como eso. No descifraba su era una pregunta sincera o simplemente rutinaria.
En casa del pelirrojo, era rutina hablar de cualquier cosas, todos los días.
Y así podía dar válida una frase como: "Mientras más conoces a una persona, te das cuenta de lo poco que sabes de ésta".
- Tengo el presentimiento de que regresarán. - Tenía las manos colocadas sobre las rodillas, y no evitó arrugar un poco la tela de su atuendo. Realmente, ¿Qué estaba haciendo ella que no pudo sostener a alguno para que no cayeran? - ¿Tú?
- Digamos que me da lo mismo, mientras no regresen a estorbar.
- ¿Eso es que sí?
- Es un: Van a volver y me pondré de mal humor por ver a ese perro vivo.
La pelipláta le miró atónita por unos segundos y después comenzó a reír bajo.
- ¿Qué? - Aker se alarmó por las risas, terminando de pie con el rostro avergonzado.
- Que siempre eres así. - Le observó desde abajo. - Bueno, creo que siempre has sido así.
- ¿De qué hablas? No es como que hayamos cambiado en unos días...
- Es verdad que en unos días no. Pero... hay más recuerdos que solo los de unos días ¿No?
Se quedó mudo al notar la pequeña sonrisa que le dedicó, junto con una paradoja que le tocaba resolver a él solo.
- Siéntate. - Le señaló la roca. - Yo ya me harté.
Se encaminó hacia Alice y Keira, sin siquiera percatarse de si Sil, aceptó su invitación o no.
Si tuviera que decirlo a en voz alta, la verdad, es que Silvermist, era la única persona a la cual no podía darle una contraria. Ni porque fuera correcta.
- Dejen de preocuparse tanto. - Dijo a espaldas de las dos jóvenes. Ellas voltearon a verle - No han de tardar mucho. Y si lo hacen es porque se quedaron en el bosque haciendo inmoralidades...
Keira, sin necesidad de escuchar más. Comenzó a halarle una oreja al pelirrojo sin ningún tipo de compasión.
- Ni creas que es divertido.
- Nunca dije que lo fuera. - Gruñó con enfado, al sentir como si su oreja fuera a ser dividida de su cuerpo - Solo dije la verdad.
- No. Ellos no pueden quedarse en el bosque haciendo esas cosas... Tú sabes, hay muchas probabilidades de infección y...
- ¿Ese es el maldito problema? Estás loca mujer.
Por fin logró zafarse para recibir una mirada asesina de Keira.
Alice por su parte sonrió. Deseando que momentos así, perduraran, y al mismo tiempo, anhelando que la memoria pasada de la que hablaban tanto sus protectores, llegara a ella lo más pronto posible. Pues su curiosidad aumentaba con el paso del tiempo.
- Vamos, cálmense - Pidió al notar el ambiente ridículamente pesado que se formó por la molestia de esos dos. Y ellos no hicieron más que obedecer. No sabían todavía, el porqué, pero, aquel sentimiento de obligación y respeto hacia ella, era algo que no podían arrancar porque sí.
- Ella empezó. - Se excusó el pelirrojo con los brazos cruzados. Keira solo hizo ademán de querer romperle un hueso.
- Esperaremos tranquilas. - Miró al muchacho - Así que tu también trata de calmarte.
- Yo estoy calmado. - Dijo, pero la verdad, es que desde que llegaron a esa isla, una desesperación creciente apareció. Pues, no evitaba pensar también en su madre y Lia. Y si no fuera por esa maldita búsqueda, ahora estaría en casa molestando a su hermana mientras su madre le regañaba, y Silvermist hacía la cena. Debía de dejar eso, ella no era la cocinera de la casa, ni mucho menos.
Y no dejaba de sorprenderse de el agudo instinto de Alice para saber cómo se sentían las personas.
- Si tu lo dices - Alice regresó su mirada al camino, así también como Keira, pero ésta última le pellizcó la mejilla al pelirrojo, como una molesta hermana mayor.
Aker simplemente se quejó y decidió regresar al mismo lugar dónde dejó hace solo unos momentos a la albina. Pero halló un problema a mitad de camino.
La albina no se encontraba ahí, ni con Heiss, ni con la princesa, ni a un lado.
Había desaparecido.
Volvió a revisar con disimulo, el rededor.
Nada.
¿Dónde estaba esa enana?
Su paso se vio forzado cuando se acercó a la abundante maleza ¿Se habría escondido?
Su desilusión fue que, tampoco estaba ahí. Además Sil, no era de las que jugaban ese tipo de bromas.
Luego sintió una mirada sobre él, así que se regresó hacia esa dirección.
Heiss.
Esa mujer... en serio, que era insoportable.
- Si preguntan, fuimos a buscar bayas - Fue lo único que le dijo. Claro que dejó a la mujer confundida, pues ni tiempo le dio a abrir la boca.
Claro que a él no lo conocía tan bien. Pero, no le costaba nada, tratar bien a una dama. Pero el problema era, que Aker no era un caballero, en el sentido moral de la palabra.
Algo extraño estaba pasando. Desde que pisó la tierra a apenas unos metros de dónde estaba antes. Era en medida más maleable. Pues puedo observar huellas, no solo suyas, sino que también lo que reconocía como la suela de su compañera.
Su instinto le decía que no debía de hacer nada tonto; y regresar. Pero, un grito le hizo adentrarse a toda velocidad.
Claro que a pie era más complicado por lo que usó los árboles como medio de atajo. Claro que él nunca había practicado para ser un mono en la selva. Pero, quizá su antepasado era más habilidoso en esos sentidos, que cualquier persona que conociera.
Llegó hasta una circunferencia formada por las plantas rastreras de aquel lugar.
Ahí vio un cuerpo caído, casi como dormido. Debía de ser Sil, eran las mismas ropas y el mismo tamaño.
¿Cómo llegó hasta ahí? ¿Y por qué no le dijo nada?
- ¡Hey! Sil... - Dijo una vez se acercó a este agachándose con el propósito de mover su hombro.
No reaccionaba.
- ¡Sil! - Alzó la voz. Y por fin la vio abrir los ojos lentamente. Pero algo estaba mal. Exacto, esa no era Silvermist. Y lo pudo asegurar cuando el ataque de una daga casi le abre la mejilla. Pero se apartó a tiempo. y después dio pasos hacia atrás; debía de mantener una distancia prudente.
Aquella Sil que vio comenzaba a transformarse en algo completamente diferente. Casi le recordaba a aquel demonio de Ken, pero más pequeño, y al parecer sin pérdida del control. Pues le sonreía, y él sabía porqué.Había caído en una trampa. Una maldita Trampa de Atur.
No es como que tuviera la confianza, pero el entrenamiento y el armamento para encargarse de ese ser. Definitivamente, sí.
Desenvainó su espada.
Ya no podía regresar. Si lo hacía, pondría en peligro a Alice y compañía.
Estaba claro que el maldito perro guardián tendría alguna herida, para nada beneficiosa. Pero eso era algo que le echaría en cara después. Quizá, un golpe serviría también.
Luego, solo supo que ya no escuchaba sus pasos como segundos atrás, por lo que decidió girarse hacia los demás. Aquel grupo de personas que se dio el lujo de disminuir por cuestiones de sigilo.
Lucinda, pidió que los caminos fueran diferentes, pues sin duda, el que dos antiguas princesas estuvieran juntas era motivo de la mejor carnada nunca antes vista.
Quedaron los cinco, la princesa y Heiss.
Los caballeros más veteranos, decidieron acompañar a su alteza de cabellos azules, pues ella, por muy independiente y fuerte, que dijera ser, también necesitaba protección. Y así, antes de que siquiera entraran al bosque trazaron su camino. No muy lejos, pero tampoco muy cerca. Sabían que el enemigo los asechaba.
Encontró una roca lo suficientemente grande y rasa, cerca de un árbol en medida frondoso, por lo que sin pensarlo mucho, se dirigió a esta para sentarse.
Alice, estaba preocupada junto con Keira, no quitaban sus ojos del camino, por el cual presentían, sus dos amigos, llegarían.
Mientras que Heiss, parecía no tener una diversión sin Noah cerca, por lo que solo se recostó al tronco de un árbol a esperar, pero claro sus ojos, nunca dejaron la espalda de Alice. De hecho, no entendía porqué ella no hizo nada al momento de la caída, antes, se notaba muy atenta a los movimientos de todos. Pero claro, no es como que él supiera que tanto tenía Heiss que hacer ahí además de comentarios aleatorios sobre el pasado y lo molesta que le llegaba a ser.
Y después estaba Sil, quien se acuclilló a un lado de él. La roca era demasiado estrecha como para que dos personas se pudieran sentar. A menos claro que fuera uno sobre otro. Una decisión nada acertada, para dos personas como ellos.
- ¿Preocupada? - Preguntó con aburrimiento.
Sil le miró de reojo. No sabía cómo debía sentirse en realidad. Pues aunque, Noah y Mar hayan caído, se tenían el uno al otro, y no parecía que estuvieran en algún estado grave. Además, Aker estaba allí, preguntándole, justamente a ella, algo como eso. No descifraba su era una pregunta sincera o simplemente rutinaria.
En casa del pelirrojo, era rutina hablar de cualquier cosas, todos los días.
Y así podía dar válida una frase como: "Mientras más conoces a una persona, te das cuenta de lo poco que sabes de ésta".
- Tengo el presentimiento de que regresarán. - Tenía las manos colocadas sobre las rodillas, y no evitó arrugar un poco la tela de su atuendo. Realmente, ¿Qué estaba haciendo ella que no pudo sostener a alguno para que no cayeran? - ¿Tú?
- Digamos que me da lo mismo, mientras no regresen a estorbar.
- ¿Eso es que sí?
- Es un: Van a volver y me pondré de mal humor por ver a ese perro vivo.
La pelipláta le miró atónita por unos segundos y después comenzó a reír bajo.
- ¿Qué? - Aker se alarmó por las risas, terminando de pie con el rostro avergonzado.
- Que siempre eres así. - Le observó desde abajo. - Bueno, creo que siempre has sido así.
- ¿De qué hablas? No es como que hayamos cambiado en unos días...
- Es verdad que en unos días no. Pero... hay más recuerdos que solo los de unos días ¿No?
Se quedó mudo al notar la pequeña sonrisa que le dedicó, junto con una paradoja que le tocaba resolver a él solo.
- Siéntate. - Le señaló la roca. - Yo ya me harté.
Se encaminó hacia Alice y Keira, sin siquiera percatarse de si Sil, aceptó su invitación o no.
Si tuviera que decirlo a en voz alta, la verdad, es que Silvermist, era la única persona a la cual no podía darle una contraria. Ni porque fuera correcta.
- Dejen de preocuparse tanto. - Dijo a espaldas de las dos jóvenes. Ellas voltearon a verle - No han de tardar mucho. Y si lo hacen es porque se quedaron en el bosque haciendo inmoralidades...
Keira, sin necesidad de escuchar más. Comenzó a halarle una oreja al pelirrojo sin ningún tipo de compasión.
- Ni creas que es divertido.
- Nunca dije que lo fuera. - Gruñó con enfado, al sentir como si su oreja fuera a ser dividida de su cuerpo - Solo dije la verdad.
- No. Ellos no pueden quedarse en el bosque haciendo esas cosas... Tú sabes, hay muchas probabilidades de infección y...
- ¿Ese es el maldito problema? Estás loca mujer.
Por fin logró zafarse para recibir una mirada asesina de Keira.
Alice por su parte sonrió. Deseando que momentos así, perduraran, y al mismo tiempo, anhelando que la memoria pasada de la que hablaban tanto sus protectores, llegara a ella lo más pronto posible. Pues su curiosidad aumentaba con el paso del tiempo.
- Vamos, cálmense - Pidió al notar el ambiente ridículamente pesado que se formó por la molestia de esos dos. Y ellos no hicieron más que obedecer. No sabían todavía, el porqué, pero, aquel sentimiento de obligación y respeto hacia ella, era algo que no podían arrancar porque sí.
- Ella empezó. - Se excusó el pelirrojo con los brazos cruzados. Keira solo hizo ademán de querer romperle un hueso.
- Esperaremos tranquilas. - Miró al muchacho - Así que tu también trata de calmarte.
- Yo estoy calmado. - Dijo, pero la verdad, es que desde que llegaron a esa isla, una desesperación creciente apareció. Pues, no evitaba pensar también en su madre y Lia. Y si no fuera por esa maldita búsqueda, ahora estaría en casa molestando a su hermana mientras su madre le regañaba, y Silvermist hacía la cena. Debía de dejar eso, ella no era la cocinera de la casa, ni mucho menos.
Y no dejaba de sorprenderse de el agudo instinto de Alice para saber cómo se sentían las personas.
- Si tu lo dices - Alice regresó su mirada al camino, así también como Keira, pero ésta última le pellizcó la mejilla al pelirrojo, como una molesta hermana mayor.
Aker simplemente se quejó y decidió regresar al mismo lugar dónde dejó hace solo unos momentos a la albina. Pero halló un problema a mitad de camino.
La albina no se encontraba ahí, ni con Heiss, ni con la princesa, ni a un lado.
Había desaparecido.
Volvió a revisar con disimulo, el rededor.
Nada.
¿Dónde estaba esa enana?
Su paso se vio forzado cuando se acercó a la abundante maleza ¿Se habría escondido?
Su desilusión fue que, tampoco estaba ahí. Además Sil, no era de las que jugaban ese tipo de bromas.
Luego sintió una mirada sobre él, así que se regresó hacia esa dirección.
Heiss.
Esa mujer... en serio, que era insoportable.
- Si preguntan, fuimos a buscar bayas - Fue lo único que le dijo. Claro que dejó a la mujer confundida, pues ni tiempo le dio a abrir la boca.
Claro que a él no lo conocía tan bien. Pero, no le costaba nada, tratar bien a una dama. Pero el problema era, que Aker no era un caballero, en el sentido moral de la palabra.
Algo extraño estaba pasando. Desde que pisó la tierra a apenas unos metros de dónde estaba antes. Era en medida más maleable. Pues puedo observar huellas, no solo suyas, sino que también lo que reconocía como la suela de su compañera.
Su instinto le decía que no debía de hacer nada tonto; y regresar. Pero, un grito le hizo adentrarse a toda velocidad.
Claro que a pie era más complicado por lo que usó los árboles como medio de atajo. Claro que él nunca había practicado para ser un mono en la selva. Pero, quizá su antepasado era más habilidoso en esos sentidos, que cualquier persona que conociera.
Llegó hasta una circunferencia formada por las plantas rastreras de aquel lugar.
Ahí vio un cuerpo caído, casi como dormido. Debía de ser Sil, eran las mismas ropas y el mismo tamaño.
¿Cómo llegó hasta ahí? ¿Y por qué no le dijo nada?
- ¡Hey! Sil... - Dijo una vez se acercó a este agachándose con el propósito de mover su hombro.
No reaccionaba.
- ¡Sil! - Alzó la voz. Y por fin la vio abrir los ojos lentamente. Pero algo estaba mal. Exacto, esa no era Silvermist. Y lo pudo asegurar cuando el ataque de una daga casi le abre la mejilla. Pero se apartó a tiempo. y después dio pasos hacia atrás; debía de mantener una distancia prudente.
Aquella Sil que vio comenzaba a transformarse en algo completamente diferente. Casi le recordaba a aquel demonio de Ken, pero más pequeño, y al parecer sin pérdida del control. Pues le sonreía, y él sabía porqué.Había caído en una trampa. Una maldita Trampa de Atur.
No es como que tuviera la confianza, pero el entrenamiento y el armamento para encargarse de ese ser. Definitivamente, sí.
Desenvainó su espada.
Ya no podía regresar. Si lo hacía, pondría en peligro a Alice y compañía.
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Hasta aquí llego por ahora (?
Es más corto de lo que se ve (?
Luego ya lo concluiré... Pero... Síganlo D<
Shiba- .::♡.Moder*Contest.♡::.
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Cumpleaños!! : 03/08/1996
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Re: [Roll-P] Remember
- Se ve bastante mal. - Dijo Mar tocandolo suavemente. A Noah no le molestó, recordaba dolores infinitamente peores que eso.
- Esta bien no es nada grave. -
- Sí es grave. - Miró con cierto enfado.
- Pero -
- Nada de peros. -
Mar sacó un pequeño unguento del mismo tamaño que las pastas de dientes tamaño bolsillo de viaje. Parecía insignificante pero un poco bastó solo para notar un cierto efecto caliente en la pierna. Cuando intentó usar la tela de su ropa como venda, Noah la detuvo enseguida sin pensarlo dos veces.
- Ah no, de eso nada. - Dijo tomandola de las manos para evitar que hiciese algo. - Estoy bien así de verdad, no es que me haya partido un hueso. -
El sonido de unos pasos llegaron a los oídos de ambos. Era imposible de confundir el sonido puesto que estaba fuera de lugar, un sonido que no pertenecía a la madre naturaleza y que cada vez era mas insistente y mas fuerte.
- Aker no vendría a buscarnos. - Dijo levantandose mientras se apoyaba en Mar.
- ¿Crees que es "él"? -
- No lo sé, pero no quiero quedarme a averiguarlo. -
Ambos continuaron por el sendero, lo suficientemente rápido para no estar al alcance de lo que fuera que estuviera buscandolos. Además, caminaban con sigilo procurando que cada sonido lo amortiguara otros ruidos pero no había tiempo de ocultar las huellas. De todas formas, solo un experto y observador, podría identificarlas.
Tras varios minutos, Noah se detuvo obligando así a hacer lo mismo a Mar. Miró pensativo. Podrían continuar por el camino o desviarse hasta una cueva que se divisaba con la vista. Dirigió la vista a Mar.
- ¿Q-Que? - Dijo tímida ante la insistente mirada fija.
- Tomaremos una desviación. -
- Ya... -
- ¿Te acuerdas cuando dije que no debías romper tu ropa? -
- Aja. -
- Bueno, vamos a necesitarlo. -
El plan era sencillo. Continuarían por la cueva, pero dejaría un rastro para eso, un trozo de tela. Pero esta vez no la pondrían sobre el camino que continuaba el sendero sino por la propia entrada de la cueva.
- Oye ¿Estas seguro? -
- Claro que sí. Si es listo pensará que lo que quiere es que sigan la pista así que irán para el otro lado. Es un truco demasiado visto para no darse cuenta.
- ¿Y funcionara?
- Cincuenta cincuenta. Me gusta vivir al límite.
- Ya puedes estar diciendo que has hecho con ella antes de que parta tu cabeza en cubos pequeños. -
La bestia sonrió y acto seguido se abalanceó sobre él. Aker no tardó en esquivar y comenzar a blandir su espada. Tomó nota mental de que aún tardaría en acostumbrarse a su vieja arma por no decir obsoleta ya que con cada golpe, vibraba y con cada vibración, parecía querer escapar de sus manos, como el primer día de espadachín. Lo recordaba mas fácil, como cortar mantequilla.
- ¿Una ayudita? - Vio como Heiss se ponía a su lado.
- Siempre y cuando no lo mates.
- Claro. - Dijo sonriente.
Y me cansé de escribir.
- Esta bien no es nada grave. -
- Sí es grave. - Miró con cierto enfado.
- Pero -
- Nada de peros. -
Mar sacó un pequeño unguento del mismo tamaño que las pastas de dientes tamaño bolsillo de viaje. Parecía insignificante pero un poco bastó solo para notar un cierto efecto caliente en la pierna. Cuando intentó usar la tela de su ropa como venda, Noah la detuvo enseguida sin pensarlo dos veces.
- Ah no, de eso nada. - Dijo tomandola de las manos para evitar que hiciese algo. - Estoy bien así de verdad, no es que me haya partido un hueso. -
El sonido de unos pasos llegaron a los oídos de ambos. Era imposible de confundir el sonido puesto que estaba fuera de lugar, un sonido que no pertenecía a la madre naturaleza y que cada vez era mas insistente y mas fuerte.
- Aker no vendría a buscarnos. - Dijo levantandose mientras se apoyaba en Mar.
- ¿Crees que es "él"? -
- No lo sé, pero no quiero quedarme a averiguarlo. -
Ambos continuaron por el sendero, lo suficientemente rápido para no estar al alcance de lo que fuera que estuviera buscandolos. Además, caminaban con sigilo procurando que cada sonido lo amortiguara otros ruidos pero no había tiempo de ocultar las huellas. De todas formas, solo un experto y observador, podría identificarlas.
Tras varios minutos, Noah se detuvo obligando así a hacer lo mismo a Mar. Miró pensativo. Podrían continuar por el camino o desviarse hasta una cueva que se divisaba con la vista. Dirigió la vista a Mar.
- ¿Q-Que? - Dijo tímida ante la insistente mirada fija.
- Tomaremos una desviación. -
- Ya... -
- ¿Te acuerdas cuando dije que no debías romper tu ropa? -
- Aja. -
- Bueno, vamos a necesitarlo. -
El plan era sencillo. Continuarían por la cueva, pero dejaría un rastro para eso, un trozo de tela. Pero esta vez no la pondrían sobre el camino que continuaba el sendero sino por la propia entrada de la cueva.
- Oye ¿Estas seguro? -
- Claro que sí. Si es listo pensará que lo que quiere es que sigan la pista así que irán para el otro lado. Es un truco demasiado visto para no darse cuenta.
- ¿Y funcionara?
- Cincuenta cincuenta. Me gusta vivir al límite.
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- Ya puedes estar diciendo que has hecho con ella antes de que parta tu cabeza en cubos pequeños. -
La bestia sonrió y acto seguido se abalanceó sobre él. Aker no tardó en esquivar y comenzar a blandir su espada. Tomó nota mental de que aún tardaría en acostumbrarse a su vieja arma por no decir obsoleta ya que con cada golpe, vibraba y con cada vibración, parecía querer escapar de sus manos, como el primer día de espadachín. Lo recordaba mas fácil, como cortar mantequilla.
- ¿Una ayudita? - Vio como Heiss se ponía a su lado.
- Siempre y cuando no lo mates.
- Claro. - Dijo sonriente.
Y me cansé de escribir.
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Re: [Roll-P] Remember
El pensamiento de Mar al recibir esa contestación no fue otro que, aquello, era obvio. El límite era plato fuerte diario en la mesa de Noah. Y si no fuera porque ya estaba lastimado, quizá ella lo hubiera hecho, por lo que la situación no sería muy diferente.
- Por aquí. - Dijo Noah.
- Lo que digas. - Mar puso los ojos en blanco esperando que el plan del rubio funcionara al cien por ciento.
-
Aker, no sabía si estar agradecido o no por la presencia de Heiss, pero de algo sí que estaba seguro, y es que nunca podría solo contra una cosa de esas. Todavía no.
El viejo Charlie es un entrenador entre los entrenadores, pero aún no les había enseñado a comandar todo un ejército con armas anti-demonios.
Así que se las tendría que ingeniar con ayuda de la relicaria.
De alguna manera no le sorprendió su presencia, ya presentía que esa mujer era capaz de muchas cosas. Las cuales en ese momento le importaban lo mismo que toda la mugre que había acumulado desde que llegó a esa isla. Nada en absoluto.
- Entonces... Hago los honores - Heiss arrastró las sílabas de manera melodiosa: Y tomando impulso se lanzó con fuerza hacia aquel ser. Ella, antes había peleado contra seres parecidos, de eso no había duda, pues, aun, sin utilizar armas, su técnica de combate estaba siendo a la par con el demonio. Cuando ella golpeaba, Aker no podía evitar el echo de cómo maleaba la piel de aquel ser; lo que a éste le ponía furioso. Y cuando recibía algún golpe, a pesar de poder ser mortales, ella los esquivaba al punto justo para no perder distancia, ni fuerza.
¿Se suponía que los protectores de Alice debían de llegar a eso? La pregunta más pesada para Aker era ¿Cómo?
Ellos no eran humanos normales, pero tampoco era más que un humano.
Mas, cualquier duda que tuviera en su cabeza, se fue en el momento que apretó con fuerza la empuñadura de la espada, para después, aflojarla pero mantenerse firme.
Esa espada sin duda era pesada. Y tras de eso poseía una hoja ancha, haciendo que la fuerza del aire, pudiera re-direccionar su objetivo, si no era cuidadoso.
Pero poseía un doble filo que si no se cuidaba, hasta él mismo se podría degollar. Por lo que, no solo necesitaba fuerza, necesitaba precisión, firmeza y lijarla un poco.
El enemigo era fuerte, y no solo parecía querer centrarse en Heiss, pues en un momento sintió como un escalofrío recorrió su espalda.
Esquivó a tiempo y fue cuando decidió que dejaría de esconderse detrás de esa pelirroja. No solo le robaba el color de su cabello, sino que también se robaba su maldita trampa.
Con ayuda de sus dos manos levantó la espada para eludir un golpe. Otra vez esa molesta vibración.
- Desde aquí me encargo yo - Avisó Aker con una sonrisa de suficiencia, ya se había cansado de que, alguien ajeno al hecho se metiera en lo que por fuerza era para él.
- ¿Seguro? Todavía veo tus manos temblar - Heiss dejó salir una sonrisa de burla. Aker frunció el ceño en molestia; y obligó a la espada a dejar de hacer lo que le diera la gana.
- Sigue imaginando cosas. No dejaré que esta cosa gane.
Empujó con fuerza y le hizo retroceder unos cuantos centímetros; que el demonio acortó casi enseguida, y él aprovechó esos pequeños segundos para agacharse a tiempo. En esa posición, podría ejecutar el plan que se le vino a la cabeza no mucho atrás.
Si bien notó que era un buen combatiente, cada que Heiss daba a sus piernas era cuando más tardaba en reaccionar. Pues casi no las usaba. Y cada vez que los poderes sobrehumanos aparecían siempre eran el la parte alta del cuerpo. Así que, aquella era la parte más fácil para cortar. Además agradecía a Heiss por cansar a aquella cosa.
Así hizo al atravesar media cadera, y la confusión que recibió a cambio la usó para erguirse elevar la hoja sobre la cabeza de el enemigo y dar un corte limpio hacia abajo.
- ¿Terminó? - Preguntó al ver cómo los trozos caían. Y después iban desapareciendo en extrañas esporas. - ¿Qué demonios?
- Descuida, es normal, ya no regresará. - Le dijo Heiss para calmarlo, de alguna manera supo lo que estaba pensando. - Por ahora sería bueno que regresemos.
- Ya lo creo. - Aker hizo una mueca. Estaba agitado y su respiración no iba bien, no sabía si aquello era ocasionado por el miedo, adrenalina, o porque en serio había sido una pelea movida, obligando a que sobrepasara algunos de sus límites.
-
- Hay uno menos, señor. - La voz de un hombre se hizo presente en aquel espacio. Llevaba una túnica con capucha, lo que evitaba ver su rostro.
- ¿Otro? - Un pequeño niño se regocijaba, mojando sus pies, en un lago oscuro lleno de luces levitantes amarillas.
- Bueno, con eso van dos.
- No importa. Todavía podemos enviar más. - Aquella voz, era inocente, pura y hacía un gran contraste con la del otro hablante. - Y en algún momento también he de poder participar yo. Después de todo... Aunque esté dormido puedo hacer algunas cosas.
- Por ahora no debería de gastar sus fuerzas. - Le dijo en manera de precaución.
- ¿Fuerzas? ¿Al menos eso es necesario? - Una sonrisa cínica. Una voz retorcida. Y una mirada llena de maldad fue dedicada a su súbdito. - Solo necesitamos una cosa y sabes lo qué es.
- S-Sí señor - Dijo el hombre. Continuaré con la vigilancia. - Hizo una corta reverencia y desapareció sin más.
- Alice, Alice - Canturreó el pequeño mientras con sus pies golpeaba el agua de manera delicada. - Juguemos un poco.
Me voy a la mierda con esto.
Luego me dicen si quieren que cambie algo. Eso último fue como que... No sé... Me vino de repente, igual si no convence lo quito xDD.
Y una cosita que se me olvidó mencionar.
El niño es Atur y a la vez no lo es. Es como una proyección de sus poderes divinos.
como todavía está dormido, no tiene todas las habilidades que podría utilizar y por eso se proyecta como un niño. Y de esa manera da sus mensajes(?
Sé que me lo he fumado. Me disculpo (?
- Por aquí. - Dijo Noah.
- Lo que digas. - Mar puso los ojos en blanco esperando que el plan del rubio funcionara al cien por ciento.
-
Aker, no sabía si estar agradecido o no por la presencia de Heiss, pero de algo sí que estaba seguro, y es que nunca podría solo contra una cosa de esas. Todavía no.
El viejo Charlie es un entrenador entre los entrenadores, pero aún no les había enseñado a comandar todo un ejército con armas anti-demonios.
Así que se las tendría que ingeniar con ayuda de la relicaria.
De alguna manera no le sorprendió su presencia, ya presentía que esa mujer era capaz de muchas cosas. Las cuales en ese momento le importaban lo mismo que toda la mugre que había acumulado desde que llegó a esa isla. Nada en absoluto.
- Entonces... Hago los honores - Heiss arrastró las sílabas de manera melodiosa: Y tomando impulso se lanzó con fuerza hacia aquel ser. Ella, antes había peleado contra seres parecidos, de eso no había duda, pues, aun, sin utilizar armas, su técnica de combate estaba siendo a la par con el demonio. Cuando ella golpeaba, Aker no podía evitar el echo de cómo maleaba la piel de aquel ser; lo que a éste le ponía furioso. Y cuando recibía algún golpe, a pesar de poder ser mortales, ella los esquivaba al punto justo para no perder distancia, ni fuerza.
¿Se suponía que los protectores de Alice debían de llegar a eso? La pregunta más pesada para Aker era ¿Cómo?
Ellos no eran humanos normales, pero tampoco era más que un humano.
Mas, cualquier duda que tuviera en su cabeza, se fue en el momento que apretó con fuerza la empuñadura de la espada, para después, aflojarla pero mantenerse firme.
Esa espada sin duda era pesada. Y tras de eso poseía una hoja ancha, haciendo que la fuerza del aire, pudiera re-direccionar su objetivo, si no era cuidadoso.
Pero poseía un doble filo que si no se cuidaba, hasta él mismo se podría degollar. Por lo que, no solo necesitaba fuerza, necesitaba precisión, firmeza y lijarla un poco.
El enemigo era fuerte, y no solo parecía querer centrarse en Heiss, pues en un momento sintió como un escalofrío recorrió su espalda.
Esquivó a tiempo y fue cuando decidió que dejaría de esconderse detrás de esa pelirroja. No solo le robaba el color de su cabello, sino que también se robaba su maldita trampa.
Con ayuda de sus dos manos levantó la espada para eludir un golpe. Otra vez esa molesta vibración.
- Desde aquí me encargo yo - Avisó Aker con una sonrisa de suficiencia, ya se había cansado de que, alguien ajeno al hecho se metiera en lo que por fuerza era para él.
- ¿Seguro? Todavía veo tus manos temblar - Heiss dejó salir una sonrisa de burla. Aker frunció el ceño en molestia; y obligó a la espada a dejar de hacer lo que le diera la gana.
- Sigue imaginando cosas. No dejaré que esta cosa gane.
Empujó con fuerza y le hizo retroceder unos cuantos centímetros; que el demonio acortó casi enseguida, y él aprovechó esos pequeños segundos para agacharse a tiempo. En esa posición, podría ejecutar el plan que se le vino a la cabeza no mucho atrás.
Si bien notó que era un buen combatiente, cada que Heiss daba a sus piernas era cuando más tardaba en reaccionar. Pues casi no las usaba. Y cada vez que los poderes sobrehumanos aparecían siempre eran el la parte alta del cuerpo. Así que, aquella era la parte más fácil para cortar. Además agradecía a Heiss por cansar a aquella cosa.
Así hizo al atravesar media cadera, y la confusión que recibió a cambio la usó para erguirse elevar la hoja sobre la cabeza de el enemigo y dar un corte limpio hacia abajo.
- ¿Terminó? - Preguntó al ver cómo los trozos caían. Y después iban desapareciendo en extrañas esporas. - ¿Qué demonios?
- Descuida, es normal, ya no regresará. - Le dijo Heiss para calmarlo, de alguna manera supo lo que estaba pensando. - Por ahora sería bueno que regresemos.
- Ya lo creo. - Aker hizo una mueca. Estaba agitado y su respiración no iba bien, no sabía si aquello era ocasionado por el miedo, adrenalina, o porque en serio había sido una pelea movida, obligando a que sobrepasara algunos de sus límites.
-
- Hay uno menos, señor. - La voz de un hombre se hizo presente en aquel espacio. Llevaba una túnica con capucha, lo que evitaba ver su rostro.
- ¿Otro? - Un pequeño niño se regocijaba, mojando sus pies, en un lago oscuro lleno de luces levitantes amarillas.
- Bueno, con eso van dos.
- No importa. Todavía podemos enviar más. - Aquella voz, era inocente, pura y hacía un gran contraste con la del otro hablante. - Y en algún momento también he de poder participar yo. Después de todo... Aunque esté dormido puedo hacer algunas cosas.
- Por ahora no debería de gastar sus fuerzas. - Le dijo en manera de precaución.
- ¿Fuerzas? ¿Al menos eso es necesario? - Una sonrisa cínica. Una voz retorcida. Y una mirada llena de maldad fue dedicada a su súbdito. - Solo necesitamos una cosa y sabes lo qué es.
- S-Sí señor - Dijo el hombre. Continuaré con la vigilancia. - Hizo una corta reverencia y desapareció sin más.
- Alice, Alice - Canturreó el pequeño mientras con sus pies golpeaba el agua de manera delicada. - Juguemos un poco.
Me voy a la mierda con esto.
Luego me dicen si quieren que cambie algo. Eso último fue como que... No sé... Me vino de repente, igual si no convence lo quito xDD.
Y una cosita que se me olvidó mencionar.
El niño es Atur y a la vez no lo es. Es como una proyección de sus poderes divinos.
como todavía está dormido, no tiene todas las habilidades que podría utilizar y por eso se proyecta como un niño. Y de esa manera da sus mensajes(?
Sé que me lo he fumado. Me disculpo (?
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Re: [Roll-P] Remember
La oscuridad
Charles miró por la ventanilla del auto. Un robo se estaba produciendo en plena calle diurna y los transeúntes, parecían estar pocos dispuestos a ayudar. No era algo muy usual y aquellos días, el crimen había aumentado de manera exponencial y no solo eso: accidentes, enfermedades, muertes... el Mal estaba despertando.
- Aprisa, no queda mucho tiempo. -
- Lo siento señor, el atasco nos impide avanzar mas rápido. - Respondió el chófer, vestido de uniforme militar de color verde camuflaje.
- Entonces haga un milagro. -
- Pero... - Miró por el espejo y vio que el viejo hombre asentía dandole permiso a "todo". - Como desee. Abróchese el cinturón. -
El hombre giró el volante y salieron abruptamente de la carretera rompiendo vallas y todas las normas de circulación hasta meterse por un callejón. Por supuesto, los autos enseguida pitaron, hasta varios bajaron de sus vehículos para insultar en vano.
- Mientras ellos hacen su trabajo, aseguremonos de que sus familias no ocupen parte de esto. Esperemos que no les haya sucedido nada. -
- ¡Si pasa algo, le meteré una bala entre ceja y ceja al malnacido! - Sonó a través del comunicador que conectaba con la parte trasera del auto pues era un furgón de transporte militar... pero bien camuflado, destacar era lo último.
- Joder James, así no vas a vivir mucho cabrón (?) -
- Un poco de orden. - Dijo Charles.
Miró con nostalgia el parche que llevaba el conductor en el brazo: el "logo" de Alice cosido al uniforme. Las cosas por fin se estaban moviendo y sus huesos, pronto ya no podrían con todas esas cosas. Pero estaba contento, tal vez de que la angustia por fin terminara aún así de que hablabamos de lo que podría ser la mayor victoria para la humanidad o bien su total destrucción.
●▬▬▬▬ ▬▬▬▬●
- Acá esta. -
Mar le dio al botón y la luz se hizo. Había sido bueno haber traído un linterna por si acaso y al fin le dio un uso. Pero el rostro de Noah se iluminó demasiado cerca para su gusto, tanto que gritó y el caballero se obligó a tapar sus labios con las manos, rezando de que hubiera sido lo suficientemente rápido para que no la hubieran oído.
- ¡Estas loca! - Susurró.
- ¡Es tu culpa! - Dijo gritando también a susurros una vez apartadas sus manos.
Noah iba a reprochar hasta que se apoyó mal y un tenso dolor en la pierna lo hizo derrumbarse encima de Mar.
- Uh... - Fue lo único que logro decir intentando no pasar mas tiempo del debido encima de ella.
- ¿Te importa? No es que sea muy comodo el suelo de roca. -
- En ello estoy linda. -
Los dos se levantaron rápidamente, Mar procurando iluminar un lado a otro para ver si alguien lo había visto (?).
- Volviendo al tema. - Apoyó el brazo en el hombro de la castaña. No es que fuera muy cómodo con la diferencia de estatura. - Eso no parece una cueva natural. - Dijo tomando las manos de Mar para apuntar la luz. - Ahí. -
Efectivamente, la entrada era como un arco que no tenía formación natural, era obvio que alguien había estado antes, habían construido algo aquí y por la arquitectura, no tenía nada que ver con la historia, parecía sacado de un libro o de las películas de fantasía.
- ¿Por que alguien pondría eso ahí? -
- ¿No te parece mucha casualidad? Algo me dice que no deberíamos entrar. -
- Esta era tu idea. -
- No hay otra opción querida. ¿Vamos? - Mar suspiró a modo de respuesta.
Los dos continuaron caminando. Traspasaron el arco y en su interior, yacían ruinas muy lejos de cualquier civilización pasada del que se haya conocido. La entrada de pronto se cerró, con algo parecido a la brea que solo notaron cuando oyeron una risa. Noah prefirió no tocarlo y se puso en guardia.
- Jajaja. Oh, estoy atrapado, no puedo salir, ayuda. - Dijo irónicamente. La voz era ronca, aspera y profunda, de aspecto masculino.
- ¿Quien eres? ¡Muestrate! -
- Venimos, y consumiremos vuestro mundo. Mis hijos tienen hambre. -
Varios puntos rojos se iluminaron de la oscuridad. Los dos enseguida entendieron que eso eran ojos de algo o de algunos y que no venían a charlar. Podrían morir.
●▬▬▬▬ ▬▬▬▬●
- ¿Que era eso? -- Excelente pregunta. - Heiss se detuvo y lo miró. - Te lo diré. -
- Me moría de ganas por saberlo. - Respondió Aker irónicamente.
- El lugar en el que estamos, no es el equivocado del todo. Puedo sentir una presencia maligna en esta pequeña isla. -
- Aja. -
- Esta isla guarda un horror, seguramente de "él". No hay una presencia que repugne mas que la suya, que mancilla todo rastro de vida. Es como una pequeña fortaleza para él. Lo que esconde es uno de sus muchos males; la oscuridad eterna, unos seres que no atienden a razones y como su nombre dice, devoran todo rastro de luz sumiendo el mundo en desesperación.
- ¿Y no lo has dicho antes? - Una ira le empezó a surgir de dentro.
- Era necesario. Desde el momento que salimos, no tenemos tiempo para buscar el "Diario". Acabar con este sitio nos hubiera dado el tiempo que necesitamos. No lo hubieramos aniquilado, pero si retrasado. -
- Nos pones a todos en peligro. - La agarró.
- Quizás, pero Atur ya está preparandose para la última batalla. Lo arriesgaré todo por presevar el mundo que conocemos. - Aker la miró furioso. - Además, se como detenerlo por un tiempo. - Se liberó de las garras del pelirrojo y sacó una esfera. - Un artefacto o reliquia. "La Luz de Apolo."
Me la fume enterita.
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Re: [Roll-P] Remember
-¿Estás lista cielito? – pronunció el rubio con algo de diversión en la voz mientras sacaba sus armas. Había logrado colocarse en pie enteramente soportando el dolor en la pierna sana. Estaba listo, sin embargo, la poca respuesta de la joven lo inquietó, giró lentamente para encontrar a la muchacha de pie a su lado, con su espada entre las manos, pero casi paralizada ¿Miedo? ¿Nervios? Noah no sabía con exactitud. Retrocedió un poco sin dejar la guardia, mientras aquellos seres empezaban a formarse. No sabían cuantos y de por dónde, solo sabían que se los tenían rodeados, podían ver sus brillantes ojos rojos incesantes formándose alrededor gracias a su pequeño campo de visión provocado por la linterna que había caído rendida al suelo en medio de ambos.
-¿Estás bien? ¿No tendrás miedo o sí, linda? – retó el joven.
-No. No es miedo…- Ok. No estaba fingiendo bien, esas palabras habían sido pronunciadas con una fingida voz de serenidad. – Es eso que… ¡¿No son arañas, verdad?! – He allí la verdadera preocupación que salió casi como un gritillo, el cuál, como de un interruptor se tratara, activó el ataque de aquellos seres, que empezaron a saltar hacia ellos con toda velocidad. Lo único que pudieron capturar gracias a la poca visibilidad es que eran oscuros y pegajosos. Noah sintió como se acercaban y empezó a esquivarlos. Se colocó espalda con espalda con la castaña quién había alzado la espada como un acto reflejo y uno de los monstruos chocó contra ella.
-¿No que te llevabas con la naturaleza y todos los seres vivos? – Noah se movió a velocidad interceptando uno que venía hacia su delante, según podía presentir. Se encontraban a oscuras, el olor a brea los invadía… estaban a las de perder
-¡Por supuesto! Pero esas cosas 1. No son seres vivos, creo – la chica se giró hacia el chico. – Y 2. ¡Las arañas son un tema aparte!
-Ya te pareces al perro, quejándose de los animales – respondió Noah mientras se daba vuelta con las espadas sobre la joven, y esta se agachaba gracias a los reflejos.
-No lo culpes al pobre, no es él. Ellos no lo quieren.
-Si… ¿Qué tal si nos enfocamos en esta pelea y luego charlamos, linda? ¡Ya viste que no son arañas!
-En realidad no veo nada. Pero tienes razón. ¡Hay que acabar con esto ahora! – la joven, por fin sujetó la espada correctamente y se colocó al lado del rubio colocándose en posición. Era en momentos como ese, que agradecía al viejo de Charles que la había entrenado en el manejo de la espada y a sus clases de esgrima.
Lograban arrojarlos, atravesarlos, partirlos pero eran demasiados. Ser que eliminaba, parecía invocar a dos más y ellos se encontraban en un lugar que no beneficiaba en lo absoluto.
-Debemos de movernos Mar. – sugirió el chico. Ella asintió. Pero ¿A dónde? El joven se había colocado nuevamente al lado de la muchacha con las dos espadas en alto. Su herida dolía, pero no le prestaba mayor atención. Examinó todo el lugar de un vistazo rápido. Sus ojos se paseaban por las paredes rocosas, las miles de sombras con ojos rojos y la luz de la linterna que tenía Mar… Luz. ¡Eso era! -Mar, debemos de ir a la luz.
-¿Eh?
-Ellos no se acercan del todo a la luz. ¿No te parece raro?
La castaña hizo un rápido análisis de su pelea actual. Era verdad, esos seres parecían permanecer en la oscuridad y cuando se acercaban mucho a la luz, huían. ¡Esos seres estaban hechos de sombra! Por eso desaparecían y multiplicaban. En esa cueva tenían la ventaja.
-¿Hacia dónde? – preguntó entendiendo el plan del joven. Noah hizo un vistazo rápido hacia el fondo de la cueva.
-Debe de haber otra salida. – Ella asintió, recogió la linterna y siguió al joven, que con un veloz movimiento se abrió paso entre las sombras y logró salir por un camino. Corrieron esquivando uno que otro ser.
-No huyan, mis bebés quieren comer. – una risa macabra seguida de esas palabras casi le hielan la sangre- No será tan sencillo.
-¡Noah, detente! – gritó la chica. El rubio se detuvo en seco. Frente a ellos, se abría una especie de pared conformada por esos monstruos. De allí, empezaron a salir sombras más largas y gruesas que las anteriores.
-Están cambiando de forma. – observó anonadada-
-Mar, tendrás que confiar en mí. – El chico retrocedió lentamente, quedándose cerca de ella, hablándole despacio.
-¿Tienes un plan?
-No con exactitud.
-¿A qué te refieres?
-Tenemos que apagar la linterna.
-¿Pelear a ciegas? ¡¿Estás loco?!
-La luz solo los hace más potente. Recuerda…
-Es cierto, poca luz hace la sombra más fuerte.
-¿Pero qué haremos?, a oscuras estaremos vulnerables
-Será lo mismo que ahora. Apaguemos la luz, yo correré para crear distracción y tú cortarás esa pared. Si no me equivoco más adelante debería haber una salida.
-¿Y si no la hay? ¡Me rehúso a dejarte!
-No hay opción.
-Siempre la hay. Y no te dejaré ser el héroe esta vez Noah. Estamos juntos en esto. – La chica lo miró desafiante.
-¡Ay! La terquedad andante – suspiró el chico.
-Vete acostumbrando. Así me quieren- rió la chica empuñando su espada.
El chico resopló resignado y le dedicó una mirada con una leve sonrisa. A veces esa actitud valiente y decidida le agradaba de ella, pero agradeció que la oscuridad no dejara ver el gesto.
-Sabes que las mujeres deben de ser lindas, no machas – rió con ironía. Sabía que eso la enojaría pero a lo mejor, ayudaría a que se fuera enfadada. ¿Las mujeres hacen eso, no?
-Ja. Haré como si nunca dijiste eso. Y que Kei-chan no te escuche, de lo contrario te hará un crucifijo. – rió. Ok. Ella no parecía caer en el juego.
-Esa mujer es la excepción a la regla. Con más carácter tendrá que salirle bigote.
-Machista. Te demostraré que también puedo ser muy ¿cómo le dijiste? ¿Macha? – Ok, el tiro le salió por la culata.
-¡Cielo santo, Mar! ¡Tienes que salir de acá!
-No lo haré. Ni aunque quieras hacerme enojar. Ahora… si no te callas y empiezas a pelear, juro que no solo aniquilaré a estos monstruos de aquí, sino a ti también. – Vaya, vaya… Noah estaba logrando lo imposible: ¡Estaba haciéndola enfadar! Claro que de una forma no esperada.
-Para que insistir – pronunció rendido soltando el último suspiro de resignación.
--------------------------------------------------------
Ok no puse más porque… no sé en qué situación se encuentra Sil o los demás.
¡Espero que agrade! ¡Arriaba el feminismo! No le quiten protagonismo a las chicas, además de Heiss, también saben pelear. No son damiselas en aprietos!
-¿Estás bien? ¿No tendrás miedo o sí, linda? – retó el joven.
-No. No es miedo…- Ok. No estaba fingiendo bien, esas palabras habían sido pronunciadas con una fingida voz de serenidad. – Es eso que… ¡¿No son arañas, verdad?! – He allí la verdadera preocupación que salió casi como un gritillo, el cuál, como de un interruptor se tratara, activó el ataque de aquellos seres, que empezaron a saltar hacia ellos con toda velocidad. Lo único que pudieron capturar gracias a la poca visibilidad es que eran oscuros y pegajosos. Noah sintió como se acercaban y empezó a esquivarlos. Se colocó espalda con espalda con la castaña quién había alzado la espada como un acto reflejo y uno de los monstruos chocó contra ella.
-¿No que te llevabas con la naturaleza y todos los seres vivos? – Noah se movió a velocidad interceptando uno que venía hacia su delante, según podía presentir. Se encontraban a oscuras, el olor a brea los invadía… estaban a las de perder
-¡Por supuesto! Pero esas cosas 1. No son seres vivos, creo – la chica se giró hacia el chico. – Y 2. ¡Las arañas son un tema aparte!
-Ya te pareces al perro, quejándose de los animales – respondió Noah mientras se daba vuelta con las espadas sobre la joven, y esta se agachaba gracias a los reflejos.
-No lo culpes al pobre, no es él. Ellos no lo quieren.
-Si… ¿Qué tal si nos enfocamos en esta pelea y luego charlamos, linda? ¡Ya viste que no son arañas!
-En realidad no veo nada. Pero tienes razón. ¡Hay que acabar con esto ahora! – la joven, por fin sujetó la espada correctamente y se colocó al lado del rubio colocándose en posición. Era en momentos como ese, que agradecía al viejo de Charles que la había entrenado en el manejo de la espada y a sus clases de esgrima.
Lograban arrojarlos, atravesarlos, partirlos pero eran demasiados. Ser que eliminaba, parecía invocar a dos más y ellos se encontraban en un lugar que no beneficiaba en lo absoluto.
-Debemos de movernos Mar. – sugirió el chico. Ella asintió. Pero ¿A dónde? El joven se había colocado nuevamente al lado de la muchacha con las dos espadas en alto. Su herida dolía, pero no le prestaba mayor atención. Examinó todo el lugar de un vistazo rápido. Sus ojos se paseaban por las paredes rocosas, las miles de sombras con ojos rojos y la luz de la linterna que tenía Mar… Luz. ¡Eso era! -Mar, debemos de ir a la luz.
-¿Eh?
-Ellos no se acercan del todo a la luz. ¿No te parece raro?
La castaña hizo un rápido análisis de su pelea actual. Era verdad, esos seres parecían permanecer en la oscuridad y cuando se acercaban mucho a la luz, huían. ¡Esos seres estaban hechos de sombra! Por eso desaparecían y multiplicaban. En esa cueva tenían la ventaja.
-¿Hacia dónde? – preguntó entendiendo el plan del joven. Noah hizo un vistazo rápido hacia el fondo de la cueva.
-Debe de haber otra salida. – Ella asintió, recogió la linterna y siguió al joven, que con un veloz movimiento se abrió paso entre las sombras y logró salir por un camino. Corrieron esquivando uno que otro ser.
-No huyan, mis bebés quieren comer. – una risa macabra seguida de esas palabras casi le hielan la sangre- No será tan sencillo.
-¡Noah, detente! – gritó la chica. El rubio se detuvo en seco. Frente a ellos, se abría una especie de pared conformada por esos monstruos. De allí, empezaron a salir sombras más largas y gruesas que las anteriores.
-Están cambiando de forma. – observó anonadada-
-Mar, tendrás que confiar en mí. – El chico retrocedió lentamente, quedándose cerca de ella, hablándole despacio.
-¿Tienes un plan?
-No con exactitud.
-¿A qué te refieres?
-Tenemos que apagar la linterna.
-¿Pelear a ciegas? ¡¿Estás loco?!
-La luz solo los hace más potente. Recuerda…
-Es cierto, poca luz hace la sombra más fuerte.
-¿Pero qué haremos?, a oscuras estaremos vulnerables
-Será lo mismo que ahora. Apaguemos la luz, yo correré para crear distracción y tú cortarás esa pared. Si no me equivoco más adelante debería haber una salida.
-¿Y si no la hay? ¡Me rehúso a dejarte!
-No hay opción.
-Siempre la hay. Y no te dejaré ser el héroe esta vez Noah. Estamos juntos en esto. – La chica lo miró desafiante.
-¡Ay! La terquedad andante – suspiró el chico.
-Vete acostumbrando. Así me quieren- rió la chica empuñando su espada.
El chico resopló resignado y le dedicó una mirada con una leve sonrisa. A veces esa actitud valiente y decidida le agradaba de ella, pero agradeció que la oscuridad no dejara ver el gesto.
-Sabes que las mujeres deben de ser lindas, no machas – rió con ironía. Sabía que eso la enojaría pero a lo mejor, ayudaría a que se fuera enfadada. ¿Las mujeres hacen eso, no?
-Ja. Haré como si nunca dijiste eso. Y que Kei-chan no te escuche, de lo contrario te hará un crucifijo. – rió. Ok. Ella no parecía caer en el juego.
-Esa mujer es la excepción a la regla. Con más carácter tendrá que salirle bigote.
-Machista. Te demostraré que también puedo ser muy ¿cómo le dijiste? ¿Macha? – Ok, el tiro le salió por la culata.
-¡Cielo santo, Mar! ¡Tienes que salir de acá!
-No lo haré. Ni aunque quieras hacerme enojar. Ahora… si no te callas y empiezas a pelear, juro que no solo aniquilaré a estos monstruos de aquí, sino a ti también. – Vaya, vaya… Noah estaba logrando lo imposible: ¡Estaba haciéndola enfadar! Claro que de una forma no esperada.
-Para que insistir – pronunció rendido soltando el último suspiro de resignación.
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Ok no puse más porque… no sé en qué situación se encuentra Sil o los demás.
¡Espero que agrade! ¡Arriaba el feminismo! No le quiten protagonismo a las chicas, además de Heiss, también saben pelear. No son damiselas en aprietos!
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Re: [Roll-P] Remember
Si tuviera que nombrar aquel momento en una palabra, seguramente no habría mejor palabra que: Taciturno.
Sí, no solo se sentía de esa manera, sino que el ambiente por el que era rodeado después de atravesar aquellos solitarios pasillos y llegar hasta tal magnífico escenario, que era el jardín del palacio antes del amanecer. Le daban ese sentimiento de calma diciéndole y reafirmando que debía de ver las cosas de mejor manera, y que de ahí en adelante todo iría bien.
Pese a su temprana edad, había sido separado de su familia, y de simple soldado había ascendido como asesor del rey.
Para nadie era desconocido que su familia, de bajos recursos, era de amistad cercana con la realeza; lo que llegó a ocasionar problemas sobre fraude a la hora de escogerlo. Y aún después de que el rey haya dejado claro su decisión como definitiva; todavía sentía la hostilidad en la mirada de muchos. Por lo cual en los últimos días, a pesar de los intentos de ánimo por parte de sus amigos; no podía conservar la paz debida. Casi hasta sentía que aquellos envidiosos podrían tener razón.
Pero, el rey confiaba en él y su juicio; por lo que no le decepcionaría desertando su nuevo puesto.
Decidió caminar un poco a través la fresca hierba. Estaba seguro de que pronto la cortarían; pues el rey decía no poder apreciar como era debido las flores del rededor.
Y continuó hasta que una baja figura llamó su atención. Se acercó a ésta y se colocó a un lado.
Erguido, manos en la espalda y vista al frente.
- Estas no son horas para que esté fuera del palacio. Majestad. - Dijo firme. Pero cuando se sintió observado sentía que había hecho algo mal.
- ¿En serio? - Musitó ella, sentada en el suelo, regresando la vista en la dirección anterior. El horizonte. - ¿Mi madre le ha dicho eso?
- No, pero considero peligroso que esté sola aquí.
- Entonces no hay de qué preocuparse.
- Pero... - Se atrevió a refutar y volver su vista a ella. Quedó en silencio. Su rostro irradiaba toda la paz que él necesitaba en esos días, y quizá por eso terminó perdido escrutando todas sus facciones sin mera prudencia.
- No tengo sueño, de hecho creo que las horas que me dan para dormir son demasiadas. Y ya no estoy sola - Regresó a mirarlo atrevida. Le conocía, y no le importaba mostrar más de sí a un viejo amigo. Pero él simplemente se notaba perdido; por lo cuál dejó salir una pequeña risa - ¿Ocurre algo Eric?
Él carraspeó al sonido de su nombre, regresando del trance y a su seriedad.
- Majestad. Usted sabe lo que ocurrirá si no la encuentran en su habitación cuando le vayan a buscar.
- Alice... - Reprochó. Él dejó escapar un cansado suspiro. - Me llamo Alice. - Enfatizó - Al menos cuando estamos solos, no me trate tan formalmente.
- Usted sabe que alguien como yo, siempre debe de hablarle con respeto.
- ¿Cómo tú? ¿Qué eres tú? Eres una persona como yo. Así que, aunque tuviera la insolencia de Noah hacia Aky y viceversa, nunca me sentiría ofendida por sus palabras.
Aquellas palabras le relajaron, y se dignó a dedicarle una pequeña sonrisa.
- Es mejor que regrese a su habitación. Majestad.
- Alice. - Insistió. Y palmó la tierra a su lado. - Siéntese, el amanecer siempre es más bonito desde aquí.
Eric, no sabía ya cómo hacer. Había evadido por completo aquella orden.
- Que los santos me den paciencia. - Murmuró obedeciendo a su superior. - Si las damas no le encuentran pegaran el grito al cielo.
- Que lo den. Solo estoy disfrutando de mi corta juventud.
Aquellas palabras dejaron a Eric atónito. y solo la quedó observando con extrañeza. hasta que después de unos segundos pudo formular pregunta.
- ¿A qué se refiere?
Fue acallado por el pequeño siseo de su acompañante. Quién le pidió volver su vista al horizonte, y al hermoso y cálido amanecer. Lo que le hizo olvidar lo anterior y concentrarse en Alice, quién solo sonreía maravillada
- Es hermoso.
- Sin duda.
---
- Eric.
- Señor caballero.
- Eric...
- ¡Eric!
Explotó por fin Dominic. Todos le habían rodeado.
- ¿Eh? - El nominado miró de un lado a otro sin saber siquiera dónde estaba parado.
- Tus zapatos - Le señaló el mayor.
Eric observó lo nombrado y dio un salto fuera del lodo. Se estaba hundiendo.
- Me he despistado. Lo siento. - Observó a sus superiores con arrepentimiento, y después de que estos negaran como que si no pasara nada. Empezó a reflexionar sobre aquello. ¿Había sido un recuerdo? - Deja vú - Se dio el lujo de murmurar para sí mientras pasaba una mano por sus cabellos tratando de mantener la compostura del asunto. No estaba ahí simplemente para hacer el tonto.
Continuaron caminando avanzando entre el denso bosque. Y después observó a la princesa Lucina que ahora caminaba a su lado.
- ¿Algún recuerdo? - Preguntó dejándolo mudo. - No es necesario que me cuentes de qué iba. - Negó con una mano.
- Bueno, no era precisamente eso lo que quería decir.
- ¿Entonces?
- Es sobre... - Dudó en si decirlo o no.
- ¿Alice?
- Algo así...
- Lo siento, pero no te puedo ayudar con eso... - Dijo adelantándose un paso. - Lo que sí, es que esta isla tiene algo extraño, así que procura no regresar al mágico mundo de los enamorados.
Eric no comprendía. En serio que no. Pero, aquella princesa era muy perspicaz, y se había dado cuenta de las insistentes miradas entre él y Alice.
Pero claro que ni él mismo se había percatado de que la miraba más de la cuenta.
---
- Keira ¿Has visto a Aker y Heiss? - Sil se acercó a la nominada teniendo un mal presentimiento en su pregunta.
- ¿Aker? Hace un momento estaba... - Volvió su vista a dónde creía estaba el pelirrojo pero nada. Se le hizo extraño. Sabía que era un irresponsable pero nunca esperó que tanto como para separarse de la princesa. Y antes de hacerse ideas equivocadas se percató mejor en lo que la albina cargaba en brazos - ¿Qué es eso?
- Ah... - Bajó la mirada a las flores y frutas. - Me llegó un singular aroma a agua fresca así que decidí ir a investigar un poco. Hay un pequeño riachuelo si avanzamos hacia allá. Las frutas se ven bien, y las hojas son medicinales. Por lo que si algo ocurre esto servirá.
- ¿Algo como eso en esta isla? - Dudó Keira.
- A mi también se me hizo extraño, por lo que venía para decirles. Pero, al buscar a Aky no le encontré...
- No deberías de confiar mucho en él, estoy segura de que máximo diría que si hay dulces va.
- Vamos... No está ta obsesionado... Bueno, sí.
- Princesa... - Volvió a la castaña - ¿Qué piensa?
Alice quedó pensativa con una mueca de preocupación. Ahora no sólo por Mar y Noah, sino que otro de sus caballeros se había perdido por quién sabe dónde. Y además el ambiente de esa isla estaba logrando asfixiarla de a poco. Todavía no comprendía de qué trataba pero era como si cada vez que respiraba, en el aire hubiera veneno. ¿Sería solo ella?
- Quiero ir a buscarlos. - Bajó el rostro, y observando el suelo, lo supo. En esa isla había algo más que simplemente misterio. Pero... ¿Qué podía hacer ella? No sabía pelear, y tampoco era buena con la orientación. ¿Cómo podía ayudar a sus acompañantes? Quería una respuesta.- Pero, siento que si nos movemos de aquí les ocasionaremos problemas a ellos para alcanzarnos.
- Nosotras no pensamos dejarla sola, princesa. - Le recordó Keira. Si en algún momento llegaba algún atacante, la princesa no tendría cómo defenderse. Y aunque fuera con su vida, ella sentía el deber de protegerla. Así mismo Sil; quien regresó su mirada a la roca en la que pensó Aker debería de estar. Y después el camino por dónde se supone todos debían de seguir. Aquello no pintaba bien; se habían separado; y se sentía culpable.
¿Quién la había mandado a irse sin avisar a simplemente percibir algo como eso. Solo sabía que en la trayectoria de ida; no sintió la lejanía a cuando regresó. Es más, algunas partes ni las recordaba.
Me distraje mucho mientras la hacía. Kill me xDU
Sí, no solo se sentía de esa manera, sino que el ambiente por el que era rodeado después de atravesar aquellos solitarios pasillos y llegar hasta tal magnífico escenario, que era el jardín del palacio antes del amanecer. Le daban ese sentimiento de calma diciéndole y reafirmando que debía de ver las cosas de mejor manera, y que de ahí en adelante todo iría bien.
Pese a su temprana edad, había sido separado de su familia, y de simple soldado había ascendido como asesor del rey.
Para nadie era desconocido que su familia, de bajos recursos, era de amistad cercana con la realeza; lo que llegó a ocasionar problemas sobre fraude a la hora de escogerlo. Y aún después de que el rey haya dejado claro su decisión como definitiva; todavía sentía la hostilidad en la mirada de muchos. Por lo cual en los últimos días, a pesar de los intentos de ánimo por parte de sus amigos; no podía conservar la paz debida. Casi hasta sentía que aquellos envidiosos podrían tener razón.
Pero, el rey confiaba en él y su juicio; por lo que no le decepcionaría desertando su nuevo puesto.
Decidió caminar un poco a través la fresca hierba. Estaba seguro de que pronto la cortarían; pues el rey decía no poder apreciar como era debido las flores del rededor.
Y continuó hasta que una baja figura llamó su atención. Se acercó a ésta y se colocó a un lado.
Erguido, manos en la espalda y vista al frente.
- Estas no son horas para que esté fuera del palacio. Majestad. - Dijo firme. Pero cuando se sintió observado sentía que había hecho algo mal.
- ¿En serio? - Musitó ella, sentada en el suelo, regresando la vista en la dirección anterior. El horizonte. - ¿Mi madre le ha dicho eso?
- No, pero considero peligroso que esté sola aquí.
- Entonces no hay de qué preocuparse.
- Pero... - Se atrevió a refutar y volver su vista a ella. Quedó en silencio. Su rostro irradiaba toda la paz que él necesitaba en esos días, y quizá por eso terminó perdido escrutando todas sus facciones sin mera prudencia.
- No tengo sueño, de hecho creo que las horas que me dan para dormir son demasiadas. Y ya no estoy sola - Regresó a mirarlo atrevida. Le conocía, y no le importaba mostrar más de sí a un viejo amigo. Pero él simplemente se notaba perdido; por lo cuál dejó salir una pequeña risa - ¿Ocurre algo Eric?
Él carraspeó al sonido de su nombre, regresando del trance y a su seriedad.
- Majestad. Usted sabe lo que ocurrirá si no la encuentran en su habitación cuando le vayan a buscar.
- Alice... - Reprochó. Él dejó escapar un cansado suspiro. - Me llamo Alice. - Enfatizó - Al menos cuando estamos solos, no me trate tan formalmente.
- Usted sabe que alguien como yo, siempre debe de hablarle con respeto.
- ¿Cómo tú? ¿Qué eres tú? Eres una persona como yo. Así que, aunque tuviera la insolencia de Noah hacia Aky y viceversa, nunca me sentiría ofendida por sus palabras.
Aquellas palabras le relajaron, y se dignó a dedicarle una pequeña sonrisa.
- Es mejor que regrese a su habitación. Majestad.
- Alice. - Insistió. Y palmó la tierra a su lado. - Siéntese, el amanecer siempre es más bonito desde aquí.
Eric, no sabía ya cómo hacer. Había evadido por completo aquella orden.
- Que los santos me den paciencia. - Murmuró obedeciendo a su superior. - Si las damas no le encuentran pegaran el grito al cielo.
- Que lo den. Solo estoy disfrutando de mi corta juventud.
Aquellas palabras dejaron a Eric atónito. y solo la quedó observando con extrañeza. hasta que después de unos segundos pudo formular pregunta.
- ¿A qué se refiere?
Fue acallado por el pequeño siseo de su acompañante. Quién le pidió volver su vista al horizonte, y al hermoso y cálido amanecer. Lo que le hizo olvidar lo anterior y concentrarse en Alice, quién solo sonreía maravillada
- Es hermoso.
- Sin duda.
---
- Eric.
- Señor caballero.
- Eric...
- ¡Eric!
Explotó por fin Dominic. Todos le habían rodeado.
- ¿Eh? - El nominado miró de un lado a otro sin saber siquiera dónde estaba parado.
- Tus zapatos - Le señaló el mayor.
Eric observó lo nombrado y dio un salto fuera del lodo. Se estaba hundiendo.
- Me he despistado. Lo siento. - Observó a sus superiores con arrepentimiento, y después de que estos negaran como que si no pasara nada. Empezó a reflexionar sobre aquello. ¿Había sido un recuerdo? - Deja vú - Se dio el lujo de murmurar para sí mientras pasaba una mano por sus cabellos tratando de mantener la compostura del asunto. No estaba ahí simplemente para hacer el tonto.
Continuaron caminando avanzando entre el denso bosque. Y después observó a la princesa Lucina que ahora caminaba a su lado.
- ¿Algún recuerdo? - Preguntó dejándolo mudo. - No es necesario que me cuentes de qué iba. - Negó con una mano.
- Bueno, no era precisamente eso lo que quería decir.
- ¿Entonces?
- Es sobre... - Dudó en si decirlo o no.
- ¿Alice?
- Algo así...
- Lo siento, pero no te puedo ayudar con eso... - Dijo adelantándose un paso. - Lo que sí, es que esta isla tiene algo extraño, así que procura no regresar al mágico mundo de los enamorados.
Eric no comprendía. En serio que no. Pero, aquella princesa era muy perspicaz, y se había dado cuenta de las insistentes miradas entre él y Alice.
Pero claro que ni él mismo se había percatado de que la miraba más de la cuenta.
---
- Keira ¿Has visto a Aker y Heiss? - Sil se acercó a la nominada teniendo un mal presentimiento en su pregunta.
- ¿Aker? Hace un momento estaba... - Volvió su vista a dónde creía estaba el pelirrojo pero nada. Se le hizo extraño. Sabía que era un irresponsable pero nunca esperó que tanto como para separarse de la princesa. Y antes de hacerse ideas equivocadas se percató mejor en lo que la albina cargaba en brazos - ¿Qué es eso?
- Ah... - Bajó la mirada a las flores y frutas. - Me llegó un singular aroma a agua fresca así que decidí ir a investigar un poco. Hay un pequeño riachuelo si avanzamos hacia allá. Las frutas se ven bien, y las hojas son medicinales. Por lo que si algo ocurre esto servirá.
- ¿Algo como eso en esta isla? - Dudó Keira.
- A mi también se me hizo extraño, por lo que venía para decirles. Pero, al buscar a Aky no le encontré...
- No deberías de confiar mucho en él, estoy segura de que máximo diría que si hay dulces va.
- Vamos... No está ta obsesionado... Bueno, sí.
- Princesa... - Volvió a la castaña - ¿Qué piensa?
Alice quedó pensativa con una mueca de preocupación. Ahora no sólo por Mar y Noah, sino que otro de sus caballeros se había perdido por quién sabe dónde. Y además el ambiente de esa isla estaba logrando asfixiarla de a poco. Todavía no comprendía de qué trataba pero era como si cada vez que respiraba, en el aire hubiera veneno. ¿Sería solo ella?
- Quiero ir a buscarlos. - Bajó el rostro, y observando el suelo, lo supo. En esa isla había algo más que simplemente misterio. Pero... ¿Qué podía hacer ella? No sabía pelear, y tampoco era buena con la orientación. ¿Cómo podía ayudar a sus acompañantes? Quería una respuesta.- Pero, siento que si nos movemos de aquí les ocasionaremos problemas a ellos para alcanzarnos.
- Nosotras no pensamos dejarla sola, princesa. - Le recordó Keira. Si en algún momento llegaba algún atacante, la princesa no tendría cómo defenderse. Y aunque fuera con su vida, ella sentía el deber de protegerla. Así mismo Sil; quien regresó su mirada a la roca en la que pensó Aker debería de estar. Y después el camino por dónde se supone todos debían de seguir. Aquello no pintaba bien; se habían separado; y se sentía culpable.
¿Quién la había mandado a irse sin avisar a simplemente percibir algo como eso. Solo sabía que en la trayectoria de ida; no sintió la lejanía a cuando regresó. Es más, algunas partes ni las recordaba.
Me distraje mucho mientras la hacía. Kill me xDU
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Re: [Roll-P] Remember
-¡Abajo!- su grito retumbó en las paredes de piedra. Noah esquivó hábilmente a uno de aquellos seres. Antes de acabar su discusión los seres de sombras se habían abalanzado contra ellos. Mar lograba moverse a duras penas, mientras que Noah parecía controlar la situación…parecía.
-Esto no está dando resultados querida, si no salimos de aquí pronto… - habló mientras volvía a juntarse con la castaña. Ambos habían corrido hasta un callejón sin salida siendo completamente rodeados.
-Maldición…- masculló Noah mientras su mirada recorría el lugar en busca de un escape. Marianella se había quedado en la parte de atrás de igual forma. Las bestias de sombra habían reducido su ataque y ambos chicos recuperaban el aliento. La cueva se había tornado un más clara y no pasó desapercibido por la muchacha.
-¡Noah, Distráelos!
-Y ahora sí quieres que lo haga– se quejó el rubio.
La mirada de Mar paseó por todo fijándose en los pequeños rincones del lugar mientras Noah había logrado controlar a los monstruos. La mirada de la castaña se detuvo en una franja por dónde se filtraban unos pocos y muy sutiles rayos de luz los que provocaban más iluminación a la cueva.
-Allí – La joven dio un salto, clavó su espada en aquella rendija y la movió provocando así una grieta más profunda. Poco a poco la luz se abría paso entre las tinieblas, un pedazo de papel cayó desde las profundidades. Mar lo tomó a prisa.
-Cuando quieras cielito – el llamado del rubio le hizo reaccionar. Tomó aquel papel y lo guardó en su bolsillo y siguió con su trabajo. –¡Noah!– El joven retrocedió hacia dónde estaba aquella fuente de luz que evitaba que los seres se acercaran. Ambos siguieron golpeando con movimientos rápidos y certeros la pared de piedras, abriéndose paso hasta el exterior.
Las sombras no los siguieron. Mar ayudó al muchacho y rápidamente se alejaron de la cueva, caminando hacia la puesta de sol.
-------
Se habían separado del resto. Aquella espesa niebla había surgido de la nada y la princesa Lucina se había alejado junto con sus camaradas.
-¡No es posible! – regañó el rubio.
-Eso tiene que ser cosa del enemigo – reafirmó Dominic
-Estoy de acuerdo. Debemos de volver con nuestra princesa.
-¿Y qué hay de la otra princesa? – preguntó Eric mirando al mayor.
-Aún es un misterio el por qué ella está aquí. En mi opinión es hasta sospechoso. Volver con Alice es la opción más acertada que podamos realizar. Además, ella se encuentra resguardada por aquellas mujeres – Don Javier miró a los otros dos y ellos estuvieron de acuerdo.
Empezaron su andar cuando una extraña forma empezó a acercarse lentamente hasta tomar la forma de dos personas caminando.
-¿Marianella?
-¿Abuelo? ¿Eres tú?- los dos jóvenes alzaron la mirada al encontrarse con los tres caballeros.
-¿Qué les pasó?
-Espere allí, Javier. ¿Cómo sabemos que son ustedes y no una trampa del enemigo?
-Lo mismo pregunto yo – El rubio se recompuso alejándose la castaña, que había venido ayudándolo a caminar. Se colocó en posición de defensa protegiendo a Mar. -¿Ustedes no deberían de estar con la Princesa Lucina?
-Lastimosamente, nos separamos – respondió Eric -¿Y ustedes de donde viene?
-Caímos poro el peñasco ¿recuerdas? Y fuimos atacados en una cueva. – Noah respondió.
-¿Atacados? - Ninguno bajó la guardia, las miradas parecían examinarse el alma.
-Él está aquí – habló la chica, serena y calmada. –Y creo que ya nos dimos cuenta que somos nosotros. Guarden las armas – dicho y hecho. Todos reaccionaron.
-Volvamos con Alice
-Sí. – Y los tres caballeros junto a los dos muchachos emprendieron el camino de regreso.
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Salió lo que salió. Lo siento xD
Mar.- .::░ღAdmin~Contest.ღ░::.
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Re: [Roll-P] Remember
- ¿Y qué mierda es esto? - Aker bajó la mirada hasta aquel artefacto; no era nada excepcional, de hecho, nisiquiera emitía luz. Por lo que se atrevió a darle golpecitos con el dedo cual niño curioso.
Heiss lo apartó de inmediato.
- No toques.
- Ni que fuera a explotar o algo parecido. - Puso los ojos en blanco y se cruzó de brazos con indiferencia.
- No quiero que se ensucie. - Llevó la esfera cerca de su rostro y sopló como si tuviera polvo encima.
- Estamos graciosos ahora ¿Eh? - Resopló. Y después de un corto silencio incómodo continuó. - ¿Dices que le detendrá?
- Por un tiempo; si somos capaces de llegar al núcleo, dónde sea que se encuentre su presencia, podremos retener sus poderes.
- ¿Hasta cuándo?
- La esfera tiene una carga de energía límite, y cuando él haya sobrepasado esto, ahí será cuando se destruya.
- Perfecto. - Le dio la espalda y comenzó a caminar.
- Así que de regreso... - Dijo Heiss. Y aunque quisiera resolver aquello lo más pronto posible, Alice también era una prioridad.
- Alice está con Keira, lo que es igual que nada, y todavía no sé nada de Silvermist. - Confesó aparentando tranquilidad.
- Quien te viera así de preocupado - Sin más le siguió. Aker no contestó más prefiriendo llevar el camino en silencio.
-
Lucina era quien ahora lideraba el camino.
Los tres caballeros habían decidido ir por Alice, y en realidad, no encontraba motivo más acertado para aquella situación, después de todo, ella simplemente era una amiga del pasado de Alice y los demás, Atur no se fijaría en ella, ni aunque estuviera frente a él a punto de asesinarlo. Era perfecto, de esa manera, tenían un factor sorpresa: Ella junto a Severa y Cordelia, quienes eran un grupo lo suficiente disimulado, fuerte y listo para lo que viniera después.
- Hay algo por aquí - La voz de Cordelia alertó a las otras.
- ¿Qué cosa? - Lucina se acercó confiada, pues Cordelia solo señalaba el suelo.
- Pisadas, y no son humanas.
- Pueden ser de cualquier otro animal. - Dijo Severa apoyándose en el tronco de un árbol cercano.
- No creo que aquí haya algún animal... Y si lo hay, no es algo a lo que llamamos "Normal" - Dijo Lucina y divisó a su alrededor. Estaba demasiado silencioso y daba un ambiente frío a pesar de que el sol brillaba con gran intensidad. Pero hubo algo que le llamó mucho más la atención. Desde que habían llegado, el viento no se comportaba como debía, soplaba desde el sur.
Heiss ya le había hablado de algunos aspectos acerca de esa isla, y sabía mejor que los demás, las razones por las que se encontraban en ese lugar.
- Por ahora sigamos… - Concluyó.
Caminaron unos metros más y las nubes negras taparon el brillante sol junto a un sonido que las puso en guardia.
Algo se acercaba. Algo peligroso, y lleno de maldad.
Todas sacaron sus armas y se ubicaron espalda con espalda.
Severa y Cordelia con intención de proteger a Lucina y ésta última buscando la supervivencia de las tres.
Permanecieron atentas a su alrededor, y de un segundo a otro sus sentidos agudizaron, el viento había dejado de soplar y el ambiente se volvía pesado y tortuoso.
La respiración de Lucina se había vuelto irregular, lo que preocupó a sus protectoras. Pero no se dieron tiempo a comprobar su estado, pues un grupo de seres oscuros se abalanzó sobre ellas, sin alguna advertencia previa.
La antigua princesa de Vinn había aprendido el arte de la espada no hace mucho, y aunque no tuviera las destrezas de Severa y Cordelia, podía defenderse si llegaban de dos en dos. Y de hecho para su suerte, no pasaban de esa cantidad cada que se acercaban a ella.
Las guardaespaldas arremetían con fuerza deshaciéndose de muchos en cuestión de rápidas y pesadas cuchilladas. Hasta que estos dejaron de atacar, retrocediendo y ocultándose entre las ramas de los árboles.
Las observaban expectantes círculos rojos brillantes. No entendían que tipo de broma era esa, pero ya podían comenzar a sentir el cansancio que era combatir a tantas criaturas, que parecían infinitas, y que además tenían una fuerza digna de los demonios que eran.
Una silueta negra, semejante a un humano, se apareció frente a ellas. Su presencia sin duda pesaba más que la de todos esos anteriores animalejos juntos.
Aquel no podía ser otro que el líder de aquellas sombras.
Sus amarillentos ojos resplandecían con maldad y arrogancia, mientras daba pasos lentos y firmes hacia su carnada.
Extendió los brazos a los costados dejando una filosa sonrisa adornar su gríseo rostro. Después una maquiavelica y masculina voz se dejó escuchar en todo el alrededor.
- Pero ¿Qué tenemos aquí? A la princesa de Vinn y a sus damas de compañía - Unió las manos en una gratificante palmada. - ¿Cuál es el honor de su visita en esta triste y abandonada parte de la isla? - Avanzó más rápido. Ellas retrocedieron. No era por miedo, pero sí prudencia.
- Lo de Vinn ya está un poco viejo ¿No crees? - La primer nominada sonrió, y su espada solo apuntaba al cuello de aquel demonio.
- Una princesa negando su reino. - Sutilmente chasqueó varias veces la lengua en negación - Eso es algo bastante traicionero.
- Vinn ya no existe, así como el mundo que conocíamos... - Lucina se reprimió todo lo demás que quisiera decir, pero no gastaría sus palabras y reclamos con un ser como ese.
- Es verdad... ¿Pero de quién fue la culpa? Que yo recuerde quien abandonó su reino por ayudar a una lacra fuiste tú... - Le recordó el pasado, Lucina no dejó que sus facciones escondieran su enojo. - Aunque, si te hubieras quedado el resultado no habría sido diferente - Se encogió de hombros, la mujer empuñó su espada con más fuerza que antes.
- ¿Tú qué puedes saber sobre mí y mi gente?
- Mucho... Como que no eras más que un adorno para ellos - Se acercó rápidamente hasta quedar centímetros de Lucina.
Severa y Cordelia levantaron sus armas y corrieron para auxiliarla; mas, fueron bloqueadas por más de aquellas sombras, impidiéndoles avanzar como deseaban.
- Linda - Tomó a la antigua princesa de la barbilla, sin delicadeza alguna clavando parte de sus uñas en el comienzo de sus mejillas.
Ella comenzó a sudar frío y se quejó ante el dolor. Por alguna razón no podía mover sus brazos para poder defenderse.
- Esa gente no apreciaba todos tus esfuerzos para su bienestar, nisiquiera eran tus amigos... lo sabías y por eso los abandonaste... - Una risa burlona salió y soltó su agarre.
Lucina no soportaba más aquella humillación.
- ¡Cállate! - Gritó con rabia pudiendo moverse. Y lo comprendió, había sido paralizada al contacto.
No podía permitir que eso ocurriera de nuevo. Y más que nada, necesitaba descubrir qué estaba ocurriendo…
¿Acaso Atur ya había atacado a los demás o simplemente le habían tendido una trampa a ella?
No estaba segura pero no se podía acobardar, por lo que su postura cambió; estaba lista para atacar.
Severa al notar que cada vez aquellos monstruos no hacían más que aumentar, decidió olvidarse de sí misma. Dio unos pasos hacia atrás bajando su postura, sosteniendo su espada en alto, y después de un impulso de sus piernas, se abalanzó contra los monstruos, abriéndose camino a base de un empujón que atravesó a una gran parte de estos.
Por fin había logrado salir con heridas que más tarde le cobrarían caro por el dolor que sería la curación. Para su calma Cordelia también había logrado salir al mismo tiempo, pero la notaba en un peor estado que ella misma, mas ese no era momento para compadecerse de ellas mismas, debían de llegar a Lucina, por quién no se detuvieron en ningún momento y continuaron su marcha a paso rápido y fuerte con un solo objetivo: El demonio.
Pero la escena que vieron al lograr casi alcanzar su objetivo, fue un golpe directo al corazón. Lucina estaba en el suelo bocabajo, con un gran charco de sangre a su alrededor; provenía de su espalda.
La furia se les subió a la cabeza, y aprovechando la maldita atención que le estaba poniendo a lo que gustosamente ese ser había hecho, y con un golpe doble y certero, clavaron sus armas en el vientre de aquel demonio.
Éste tuvo que retroceder por el dolor, llevándose a sus subordinados con él. Desapareció entre los arbustos.
Ellas corrieron hacia Lucina y comprobando que todavía respiraba; cada una se rodeó un brazo de ella a los hombros, después de haber guardado sus armas, y comenzaron a caminar en dirección contraria, debían de llegar pronto al lugar dónde acamparon, ahí había medicina, y si apretaban paso, sin duda todavía tendrían tiempo.
- Severa... Cordelia - Escucharon la débil voz de la peliazul. Lo que las destrozó por dentro, todas las heridas que tenían no eran nada para lo que sentían. Pues se sentían inútiles, y desleales; no habían logrado proteger lo más preciado que les quedaba.
- Por favor, mantente en silencio, no queremos que pierdas fuerzas - Dijo Cordelia con voz dulce, rogando que le hiciera caso. Pero este no fue el caso. Pues ella negó inmediatamente e hizo una petición que las hizo forzar el agarre que tenían en sus brazos.
- Déjenme aquí, y... - Una tos con hemorragia involucrada se hizo presente. Las pelirrojas tuvieron que sostenerla con firmeza, pues nisiquiera podía caminar, su columna había sido dañada.
- ¿Qué dices? Por supuesto que no - Severa casi quebró.
Lucina volvió a negar.
- Necesitan avisar a los demás, Alice está en un gran peligro... - Pidió y con una pocas fuerzas observó a cada una con una sonrisa - Estaré bien, todavía no he sido vencida...
- Pero...
- Por favor, es lo único que les pido... - Su mirada volvió al suelo. Y tomó todo el aire que pudo. - Avísenles... Que él está con ese monstruo, y que tengan cuidado a su contacto.
- Primero te llevaremos a... - Intentó nuevamente Severa, siendo interrumpida estrepitosamente.
- ¿No se dan cuenta? Entre menos tiempo dejemos pasar, habrá mayor ventaja. Así que... Les ordeno... Como una superior, que hagan lo que dije, y que sobrevivan... - Dijo. Las dos mujeres que la sostenían dejaron avistar sus ojos acuosos mientras sus mejillas se llenaban de gotas que no paraban, solo aumentaban.- Estamos en una situación en la que no debe de darles miedo, ni mucho menos pena, dejar a alguien atrás.
La recostaron al tronco de un árbol cercano, dónde Lucina les dio su bendición, y una caricia de gratitud a cada una. Y cuando ya no las divisó simplemente cerró los ojos.
Sin duda le dolía, no la espalda, ya nisiquiera era capaz de sentirla, sino el alma, la cual lloraba sin miramientos.
Realmente ¿Qué estaba haciendo ella ahí? Se supone que en aquella vida no debía de cruzar caminos con esas personas, y por ir contra ese destino, el futuro que le tocaba lo tenía muy claro, sabía más que nadie que eso pasaría, pero no quizo hacer caso a Heiss, nunca le quería hacer caso, sin importar cuantas vidas pasasen... Siempre la desobedecía. Y quizá por eso todavía la relicaria permanecía junto a ella, para cuidarla.
Pero... Su deseo siempre había sido estar con esas personas, permanecer con ellos aunque fueran minutos, y así poder sentir que tenía amigos.
Alguna vez en alguna vida pudo avanzar más en ello... Por lo que sentía ese vacío de no lograr llegar más lejos... Mas, no se arrepentía... Fue feliz. Aunque solo fuera por unos días.
Se esforzó para poder dar ese pequeño murmullo, el que se fue junto con el viento, y que nadie escucharía. Así mismo, como ella, fue desvaneciéndose de a poco; hasta que su corazón dejó de latir, dando fin con aquella agonía.
-
- Viento del norte... - Murmuró Heiss.
- ¿Eh? - Aker retrocedió a verla, pues se percató cuando se detuvo.
- Creo que... La próxima noticia que recibamos no será muy grata.
- ¿A qué te refieres?
Heiss negó cabizbaja.
- Ya te enterarás - Concluyó.
No era como si pudiera estar cien por ciento segura, pero Lucina había desaparecido, y eso le lastimaba. Ella era la única capaz de regenerar los recuerdos de cada una de sus vidas pasadas, hasta de cuando no era más que alguna planta o un ave. Y en ninguna dejaba esa actitud rebelde.
Era una idiota, y Ella misma se sentía así.
- Si tu lo dices... - Aker volvió la vista al frente. Algo le acongojaba y definitivamente no fue aquel cambio brusco en la dirección del viento. Era algo más, algo que no comprendía.
Heiss lo apartó de inmediato.
- No toques.
- Ni que fuera a explotar o algo parecido. - Puso los ojos en blanco y se cruzó de brazos con indiferencia.
- No quiero que se ensucie. - Llevó la esfera cerca de su rostro y sopló como si tuviera polvo encima.
- Estamos graciosos ahora ¿Eh? - Resopló. Y después de un corto silencio incómodo continuó. - ¿Dices que le detendrá?
- Por un tiempo; si somos capaces de llegar al núcleo, dónde sea que se encuentre su presencia, podremos retener sus poderes.
- ¿Hasta cuándo?
- La esfera tiene una carga de energía límite, y cuando él haya sobrepasado esto, ahí será cuando se destruya.
- Perfecto. - Le dio la espalda y comenzó a caminar.
- Así que de regreso... - Dijo Heiss. Y aunque quisiera resolver aquello lo más pronto posible, Alice también era una prioridad.
- Alice está con Keira, lo que es igual que nada, y todavía no sé nada de Silvermist. - Confesó aparentando tranquilidad.
- Quien te viera así de preocupado - Sin más le siguió. Aker no contestó más prefiriendo llevar el camino en silencio.
-
Lucina era quien ahora lideraba el camino.
Los tres caballeros habían decidido ir por Alice, y en realidad, no encontraba motivo más acertado para aquella situación, después de todo, ella simplemente era una amiga del pasado de Alice y los demás, Atur no se fijaría en ella, ni aunque estuviera frente a él a punto de asesinarlo. Era perfecto, de esa manera, tenían un factor sorpresa: Ella junto a Severa y Cordelia, quienes eran un grupo lo suficiente disimulado, fuerte y listo para lo que viniera después.
- Hay algo por aquí - La voz de Cordelia alertó a las otras.
- ¿Qué cosa? - Lucina se acercó confiada, pues Cordelia solo señalaba el suelo.
- Pisadas, y no son humanas.
- Pueden ser de cualquier otro animal. - Dijo Severa apoyándose en el tronco de un árbol cercano.
- No creo que aquí haya algún animal... Y si lo hay, no es algo a lo que llamamos "Normal" - Dijo Lucina y divisó a su alrededor. Estaba demasiado silencioso y daba un ambiente frío a pesar de que el sol brillaba con gran intensidad. Pero hubo algo que le llamó mucho más la atención. Desde que habían llegado, el viento no se comportaba como debía, soplaba desde el sur.
Heiss ya le había hablado de algunos aspectos acerca de esa isla, y sabía mejor que los demás, las razones por las que se encontraban en ese lugar.
- Por ahora sigamos… - Concluyó.
Caminaron unos metros más y las nubes negras taparon el brillante sol junto a un sonido que las puso en guardia.
Algo se acercaba. Algo peligroso, y lleno de maldad.
Todas sacaron sus armas y se ubicaron espalda con espalda.
Severa y Cordelia con intención de proteger a Lucina y ésta última buscando la supervivencia de las tres.
Permanecieron atentas a su alrededor, y de un segundo a otro sus sentidos agudizaron, el viento había dejado de soplar y el ambiente se volvía pesado y tortuoso.
La respiración de Lucina se había vuelto irregular, lo que preocupó a sus protectoras. Pero no se dieron tiempo a comprobar su estado, pues un grupo de seres oscuros se abalanzó sobre ellas, sin alguna advertencia previa.
La antigua princesa de Vinn había aprendido el arte de la espada no hace mucho, y aunque no tuviera las destrezas de Severa y Cordelia, podía defenderse si llegaban de dos en dos. Y de hecho para su suerte, no pasaban de esa cantidad cada que se acercaban a ella.
Las guardaespaldas arremetían con fuerza deshaciéndose de muchos en cuestión de rápidas y pesadas cuchilladas. Hasta que estos dejaron de atacar, retrocediendo y ocultándose entre las ramas de los árboles.
Las observaban expectantes círculos rojos brillantes. No entendían que tipo de broma era esa, pero ya podían comenzar a sentir el cansancio que era combatir a tantas criaturas, que parecían infinitas, y que además tenían una fuerza digna de los demonios que eran.
Una silueta negra, semejante a un humano, se apareció frente a ellas. Su presencia sin duda pesaba más que la de todos esos anteriores animalejos juntos.
Aquel no podía ser otro que el líder de aquellas sombras.
Sus amarillentos ojos resplandecían con maldad y arrogancia, mientras daba pasos lentos y firmes hacia su carnada.
Extendió los brazos a los costados dejando una filosa sonrisa adornar su gríseo rostro. Después una maquiavelica y masculina voz se dejó escuchar en todo el alrededor.
- Pero ¿Qué tenemos aquí? A la princesa de Vinn y a sus damas de compañía - Unió las manos en una gratificante palmada. - ¿Cuál es el honor de su visita en esta triste y abandonada parte de la isla? - Avanzó más rápido. Ellas retrocedieron. No era por miedo, pero sí prudencia.
- Lo de Vinn ya está un poco viejo ¿No crees? - La primer nominada sonrió, y su espada solo apuntaba al cuello de aquel demonio.
- Una princesa negando su reino. - Sutilmente chasqueó varias veces la lengua en negación - Eso es algo bastante traicionero.
- Vinn ya no existe, así como el mundo que conocíamos... - Lucina se reprimió todo lo demás que quisiera decir, pero no gastaría sus palabras y reclamos con un ser como ese.
- Es verdad... ¿Pero de quién fue la culpa? Que yo recuerde quien abandonó su reino por ayudar a una lacra fuiste tú... - Le recordó el pasado, Lucina no dejó que sus facciones escondieran su enojo. - Aunque, si te hubieras quedado el resultado no habría sido diferente - Se encogió de hombros, la mujer empuñó su espada con más fuerza que antes.
- ¿Tú qué puedes saber sobre mí y mi gente?
- Mucho... Como que no eras más que un adorno para ellos - Se acercó rápidamente hasta quedar centímetros de Lucina.
Severa y Cordelia levantaron sus armas y corrieron para auxiliarla; mas, fueron bloqueadas por más de aquellas sombras, impidiéndoles avanzar como deseaban.
- Linda - Tomó a la antigua princesa de la barbilla, sin delicadeza alguna clavando parte de sus uñas en el comienzo de sus mejillas.
Ella comenzó a sudar frío y se quejó ante el dolor. Por alguna razón no podía mover sus brazos para poder defenderse.
- Esa gente no apreciaba todos tus esfuerzos para su bienestar, nisiquiera eran tus amigos... lo sabías y por eso los abandonaste... - Una risa burlona salió y soltó su agarre.
Lucina no soportaba más aquella humillación.
- ¡Cállate! - Gritó con rabia pudiendo moverse. Y lo comprendió, había sido paralizada al contacto.
No podía permitir que eso ocurriera de nuevo. Y más que nada, necesitaba descubrir qué estaba ocurriendo…
¿Acaso Atur ya había atacado a los demás o simplemente le habían tendido una trampa a ella?
No estaba segura pero no se podía acobardar, por lo que su postura cambió; estaba lista para atacar.
Severa al notar que cada vez aquellos monstruos no hacían más que aumentar, decidió olvidarse de sí misma. Dio unos pasos hacia atrás bajando su postura, sosteniendo su espada en alto, y después de un impulso de sus piernas, se abalanzó contra los monstruos, abriéndose camino a base de un empujón que atravesó a una gran parte de estos.
Por fin había logrado salir con heridas que más tarde le cobrarían caro por el dolor que sería la curación. Para su calma Cordelia también había logrado salir al mismo tiempo, pero la notaba en un peor estado que ella misma, mas ese no era momento para compadecerse de ellas mismas, debían de llegar a Lucina, por quién no se detuvieron en ningún momento y continuaron su marcha a paso rápido y fuerte con un solo objetivo: El demonio.
Pero la escena que vieron al lograr casi alcanzar su objetivo, fue un golpe directo al corazón. Lucina estaba en el suelo bocabajo, con un gran charco de sangre a su alrededor; provenía de su espalda.
La furia se les subió a la cabeza, y aprovechando la maldita atención que le estaba poniendo a lo que gustosamente ese ser había hecho, y con un golpe doble y certero, clavaron sus armas en el vientre de aquel demonio.
Éste tuvo que retroceder por el dolor, llevándose a sus subordinados con él. Desapareció entre los arbustos.
Ellas corrieron hacia Lucina y comprobando que todavía respiraba; cada una se rodeó un brazo de ella a los hombros, después de haber guardado sus armas, y comenzaron a caminar en dirección contraria, debían de llegar pronto al lugar dónde acamparon, ahí había medicina, y si apretaban paso, sin duda todavía tendrían tiempo.
- Severa... Cordelia - Escucharon la débil voz de la peliazul. Lo que las destrozó por dentro, todas las heridas que tenían no eran nada para lo que sentían. Pues se sentían inútiles, y desleales; no habían logrado proteger lo más preciado que les quedaba.
- Por favor, mantente en silencio, no queremos que pierdas fuerzas - Dijo Cordelia con voz dulce, rogando que le hiciera caso. Pero este no fue el caso. Pues ella negó inmediatamente e hizo una petición que las hizo forzar el agarre que tenían en sus brazos.
- Déjenme aquí, y... - Una tos con hemorragia involucrada se hizo presente. Las pelirrojas tuvieron que sostenerla con firmeza, pues nisiquiera podía caminar, su columna había sido dañada.
- ¿Qué dices? Por supuesto que no - Severa casi quebró.
Lucina volvió a negar.
- Necesitan avisar a los demás, Alice está en un gran peligro... - Pidió y con una pocas fuerzas observó a cada una con una sonrisa - Estaré bien, todavía no he sido vencida...
- Pero...
- Por favor, es lo único que les pido... - Su mirada volvió al suelo. Y tomó todo el aire que pudo. - Avísenles... Que él está con ese monstruo, y que tengan cuidado a su contacto.
- Primero te llevaremos a... - Intentó nuevamente Severa, siendo interrumpida estrepitosamente.
- ¿No se dan cuenta? Entre menos tiempo dejemos pasar, habrá mayor ventaja. Así que... Les ordeno... Como una superior, que hagan lo que dije, y que sobrevivan... - Dijo. Las dos mujeres que la sostenían dejaron avistar sus ojos acuosos mientras sus mejillas se llenaban de gotas que no paraban, solo aumentaban.- Estamos en una situación en la que no debe de darles miedo, ni mucho menos pena, dejar a alguien atrás.
La recostaron al tronco de un árbol cercano, dónde Lucina les dio su bendición, y una caricia de gratitud a cada una. Y cuando ya no las divisó simplemente cerró los ojos.
Sin duda le dolía, no la espalda, ya nisiquiera era capaz de sentirla, sino el alma, la cual lloraba sin miramientos.
Realmente ¿Qué estaba haciendo ella ahí? Se supone que en aquella vida no debía de cruzar caminos con esas personas, y por ir contra ese destino, el futuro que le tocaba lo tenía muy claro, sabía más que nadie que eso pasaría, pero no quizo hacer caso a Heiss, nunca le quería hacer caso, sin importar cuantas vidas pasasen... Siempre la desobedecía. Y quizá por eso todavía la relicaria permanecía junto a ella, para cuidarla.
Pero... Su deseo siempre había sido estar con esas personas, permanecer con ellos aunque fueran minutos, y así poder sentir que tenía amigos.
Alguna vez en alguna vida pudo avanzar más en ello... Por lo que sentía ese vacío de no lograr llegar más lejos... Mas, no se arrepentía... Fue feliz. Aunque solo fuera por unos días.
"Alice... Chicos, ¿Hubiéramos sido buenos amigos esta vez?"
Se esforzó para poder dar ese pequeño murmullo, el que se fue junto con el viento, y que nadie escucharía. Así mismo, como ella, fue desvaneciéndose de a poco; hasta que su corazón dejó de latir, dando fin con aquella agonía.
-
- Viento del norte... - Murmuró Heiss.
- ¿Eh? - Aker retrocedió a verla, pues se percató cuando se detuvo.
- Creo que... La próxima noticia que recibamos no será muy grata.
- ¿A qué te refieres?
Heiss negó cabizbaja.
- Ya te enterarás - Concluyó.
No era como si pudiera estar cien por ciento segura, pero Lucina había desaparecido, y eso le lastimaba. Ella era la única capaz de regenerar los recuerdos de cada una de sus vidas pasadas, hasta de cuando no era más que alguna planta o un ave. Y en ninguna dejaba esa actitud rebelde.
Era una idiota, y Ella misma se sentía así.
- Si tu lo dices... - Aker volvió la vista al frente. Algo le acongojaba y definitivamente no fue aquel cambio brusco en la dirección del viento. Era algo más, algo que no comprendía.
Lucina 2015-2016 R.I.P
Pd: No me pidan que corrija frases incomprensibles, ya no puedo con mi propia vida (?
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Re: [Roll-P] Remember
- Siempre he tenido la duda. - Dijo Noah.
- ¿Que duda? - Preguntó Eric.
- Fuimos entrenados para enfrentar la muerte, porque es la princesa quien lideraba el futuro de muchas vidas. Todos estabamos listos para morir porque su vida valía mas que el resto... o así pensábamos.
- ¿Dudas tu fe? - Noah negó con la cabeza.
- No teníamos segunda oportunidad por eso nos esforzabamos al maximo dia tras dia. Mejor dicho, no queríamos una segunda oportunidad. Pero aun asi... aun asi volvimos a la vida, ¿con que sentido? -
- Bueno mi joven no tan joven. - Dijo Dominic posando una mano un su brazo. - Para eso vivimos, para descubrir y cumplir nuestras metas.
Los tres caballeros siguieron caminando mientras el rubio los observaba continuar. Mar se colocó a su lado y lo miró preocupada, una mirada seria se dibujaba en el rostro del caballero, una mirada con mas de un significado.
- ¿Que pasa? -
- No es nada, simplemente estoy cansado. -
- Y supongo que no es físicamente. - Noah sonrió tristemente.
- Una vida era mas que suficiente para mi. Incluso si la reencarnación existe... recordar dos vidas me trae mucho dolor. Quizás... quizás fuimos llamados... quizás fue una segunda oportunidad o quizás...
- Lo sé - Lo detuvo ella. - Pero hay que terminar todo esto... -
- Sí, pero me temo que... no estoy seguro de si quiero ver el último capítulo de esta historia.
- Hmm... ¿Seguro que debemos continuar? - Preguntó Silver preocupada.
- No podemos hacer otra cosa. - Dijo Keira.
- Pero ¿no es mejor quedarse quieto en estos casos? - Keira dudó ante tal comentario, ciertamente se le había pasado.
- Lo que está hecho, hecho está. - Intervino Alice. - Tan solo... ¿eh? -
- ¿Que pasa princesa? - Pregunto Keira.
- Cuantas veces te dije que me llamaras por Alice. - Regaño de pronto.
- Pero... es que... -
- No y no, A-li-ce -
- Ya... - Cambio de tema. - ¿Pero no decías algo? -
- Ah ya, mira. - Alice señalo al suelo. Habia un rastro de sangre en abundancia. - Podría ser de alguien... -
- Imposible, todos son unos brutos como para ser herido así. -
- Pero hablamos de "él", es capaz de todo ¿o no recuerdas el último dia? - Dijo haciendo referencia al día en que la ejecutaron. Sonrió al ver la triste cara de Keira. - El caso es que si fuera uno de nuestros caballeros... deberíamos prestar ayuda.
- Supongo que si, prince... Alice. - Se corrigió al ver la atenta mirada de la nominada que pasó de pucheros a sonrisa.
- Aker, espera un momento. - Dijo Heiss.
- ¿Que pasa? -
- No creo que debamos continuar aquí. -
- ¿Has presenciado algún mal? - Bromeó a lo que ella no cambió el rostro serio. Serio de muerte.
- No se si estás preparado. -
- ¿Que? Creo que no te sigo. -
- Si vamos a continuar, de advierto que debes de estar preparado. -
El pelirrojo pensó. La seria mirada de Heiss era tan perturbadora que realmente sentía que lo iba a matar en cuanto se diera la espalda así que se obligó a cambiar la actitud amistosa. Desprendia un aura que lo reconocía muy bien y daba sensación de peligro, lo suficiente para hacer temblar las piernas.
Se obligó a si mismo a dar media vuelta para seguir caminando pero aún así, sentía la atenta mirada asesina de la pelirroja hasta que de pronto lo entendió todo al ver una figura conocida, el cabello azul de una dueña cuyo futuro ahora se había extinguido, tal vez para siempre.
- Tú.... - Se dio la vuelta para ver a Heiss quien seguía de la misma forma. - ¡Tu lo sabías! - La agarró de los hombros pero Heiss no cambió de la postura de brazos cruzados.
- Aker, no estoy de humor ahora. -
Y el pelirrojo comprendió.
El dolor que sufría, era mas inmenso que el propio universo, era tan grande que no había lengua en hebreo, ingles o antiguo que pudiera describirlo, un dolor que desgarraría mil cielos y removería los cinco continentes si así lo quisiera. Aquella perdida era tan triste, que dio lugar a una ira reprimida, tanto que la minima chispa podría desencadenar el fin del mundo.
Heiss la miró por última vez. Manchada en su propia sangre, su piel ya había perdido color, pero tan solo parecía que echaba una siesta bajo una tarde de verano.
- ¿Que duda? - Preguntó Eric.
- Fuimos entrenados para enfrentar la muerte, porque es la princesa quien lideraba el futuro de muchas vidas. Todos estabamos listos para morir porque su vida valía mas que el resto... o así pensábamos.
- ¿Dudas tu fe? - Noah negó con la cabeza.
- No teníamos segunda oportunidad por eso nos esforzabamos al maximo dia tras dia. Mejor dicho, no queríamos una segunda oportunidad. Pero aun asi... aun asi volvimos a la vida, ¿con que sentido? -
- Bueno mi joven no tan joven. - Dijo Dominic posando una mano un su brazo. - Para eso vivimos, para descubrir y cumplir nuestras metas.
Los tres caballeros siguieron caminando mientras el rubio los observaba continuar. Mar se colocó a su lado y lo miró preocupada, una mirada seria se dibujaba en el rostro del caballero, una mirada con mas de un significado.
- ¿Que pasa? -
- No es nada, simplemente estoy cansado. -
- Y supongo que no es físicamente. - Noah sonrió tristemente.
- Una vida era mas que suficiente para mi. Incluso si la reencarnación existe... recordar dos vidas me trae mucho dolor. Quizás... quizás fuimos llamados... quizás fue una segunda oportunidad o quizás...
- Lo sé - Lo detuvo ella. - Pero hay que terminar todo esto... -
- Sí, pero me temo que... no estoy seguro de si quiero ver el último capítulo de esta historia.
- Hmm... ¿Seguro que debemos continuar? - Preguntó Silver preocupada.
- No podemos hacer otra cosa. - Dijo Keira.
- Pero ¿no es mejor quedarse quieto en estos casos? - Keira dudó ante tal comentario, ciertamente se le había pasado.
- Lo que está hecho, hecho está. - Intervino Alice. - Tan solo... ¿eh? -
- ¿Que pasa princesa? - Pregunto Keira.
- Cuantas veces te dije que me llamaras por Alice. - Regaño de pronto.
- Pero... es que... -
- No y no, A-li-ce -
- Ya... - Cambio de tema. - ¿Pero no decías algo? -
- Ah ya, mira. - Alice señalo al suelo. Habia un rastro de sangre en abundancia. - Podría ser de alguien... -
- Imposible, todos son unos brutos como para ser herido así. -
- Pero hablamos de "él", es capaz de todo ¿o no recuerdas el último dia? - Dijo haciendo referencia al día en que la ejecutaron. Sonrió al ver la triste cara de Keira. - El caso es que si fuera uno de nuestros caballeros... deberíamos prestar ayuda.
- Supongo que si, prince... Alice. - Se corrigió al ver la atenta mirada de la nominada que pasó de pucheros a sonrisa.
- Aker, espera un momento. - Dijo Heiss.
- ¿Que pasa? -
- No creo que debamos continuar aquí. -
- ¿Has presenciado algún mal? - Bromeó a lo que ella no cambió el rostro serio. Serio de muerte.
- No se si estás preparado. -
- ¿Que? Creo que no te sigo. -
- Si vamos a continuar, de advierto que debes de estar preparado. -
El pelirrojo pensó. La seria mirada de Heiss era tan perturbadora que realmente sentía que lo iba a matar en cuanto se diera la espalda así que se obligó a cambiar la actitud amistosa. Desprendia un aura que lo reconocía muy bien y daba sensación de peligro, lo suficiente para hacer temblar las piernas.
Se obligó a si mismo a dar media vuelta para seguir caminando pero aún así, sentía la atenta mirada asesina de la pelirroja hasta que de pronto lo entendió todo al ver una figura conocida, el cabello azul de una dueña cuyo futuro ahora se había extinguido, tal vez para siempre.
- Tú.... - Se dio la vuelta para ver a Heiss quien seguía de la misma forma. - ¡Tu lo sabías! - La agarró de los hombros pero Heiss no cambió de la postura de brazos cruzados.
- Aker, no estoy de humor ahora. -
Y el pelirrojo comprendió.
El dolor que sufría, era mas inmenso que el propio universo, era tan grande que no había lengua en hebreo, ingles o antiguo que pudiera describirlo, un dolor que desgarraría mil cielos y removería los cinco continentes si así lo quisiera. Aquella perdida era tan triste, que dio lugar a una ira reprimida, tanto que la minima chispa podría desencadenar el fin del mundo.
Heiss la miró por última vez. Manchada en su propia sangre, su piel ya había perdido color, pero tan solo parecía que echaba una siesta bajo una tarde de verano.
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Re: [Roll-P] Remember
Continuaron su camino sin regresar la mirada. El alma la antigua princesa de Vinn ya estaba descansando fuera de aquella tormentosa realidad y su recuerdo no permitió que ni la relicaria, ni el caballero, pudieran expresar abiertamente el cariño que le guardaban. Mas, Heiss, aun cuando reflejaba calma en su andar, su mirada reflejada todos los sentimientos negativos y exclamaban las maldiciones que ella decidió callar. El dolor, la rabia y el miedo que sentía, corría por todo su cuerpo; tanto que de vez en cuando lo sentía temblar.
Especialmente, porque Lucina no era más que un simple ultimátum. Había sido usada para hundir en el sufrimiento a todos, para mutilar sus esperanzas y llenarlos de incertidumbre.
Ella sabía que la caballería de Alice no se dejaría llevar por aquello, a pesar de que no podía despreocuparse. No por Alice, no por los caballeros, sino por Severa, Cordelia y ella misma. Aún en sus cabales no estaba segura de cuánto estaría dispuesta a sacrificar. Y menos cuando se trataba de esos jóvenes.
Aker, reconocía que el dolor de Heiss, y el propio nunca se compararían; pero ya no podía hacer nada; no era su culpa, pero, no podía salvar a Lucina, no podía regresarla a la vida, no podía siquiera mirar su rostro pálido e inerte.
En esa vida, como en la pasada, su comunicación con ella no había sido tan fluida, por lo que deseaba no haber sido tan cobarde en ese entonces, deseaba haberla conocido más…Y cuanto más, deseaba volver el tiempo atrás, y ser capaz de detener esa tragedia. Pero aquello no era algo en lo que debía de enfocarse, ya no importaba, ya solo quedaba seguir y encontrarse con los demás; preocuparse por ellos, y recordarles que el peligro seguía asechando a los protectores de Alice, y a la misma mucho más.
El destino de Lucina era algo que ninguno de los dos permitiría, ya no.
Llegaron al lugar en el que habían dejado a la princesa y compañía. No había nadie.
- Mierda - Masculló Aker con rabia, debían de encontrarlas y rápido.
El sonido de las hojas chocando entre sí llamó la atención del grupo. Era tan rápido y seco que no podía ser provocado por el viento.
Noah, Mar y Erik dejaron que sus armas acuchillaran el aire como método de precaución. Pero estas bajaron su filo ante la presencia de aquellas dos pelirrojas. Cansadas, asustadas, llenas de sangre en sus ropajes y heridas por todo el cuerpo. Ante la acción de los más jóvenes también alistaron sus armas preparadas para atacar sin importar de quién se tratase.
- ¡Severa, Cordelia! - Se sorprendió el mayor extendiendo los brazos en duda. - ¿Qué ha pasado con ustedes? - Luego observó más detenidamente, para cerciorarse de lo que veía - ¿Y Lucina?
Cuando las chicas bajaron las armas con la respiración entrecortada por la adrenalina de lo que habían vivido, los demás simplemente podían quedarse mudos. Sus rostros cada vez iban agachando más y más, mientras mostraban prontas lágrimas de dolor y desesperación.
Cordelia se mordió el labio reprimiendo todo lo que todavía faltaba por sacar.
- Murió. - Contestó a aquella última y desgarradora pregunta.
Los que habían desenvainado sus armas, dejaron que estas cayeran al suelo, provocando un sonido opaco. Habían quedado tan absortos procesando aquello, que no podían creerlo.
- ¿Es una broma, no? - Dijo Noah, mostrando una sonrisa quebrada. Severa negó. - ¡Debe de ser una puta broma! - Explotó. Y cuando regresó a los rostros de las mujeres, entendió que era una realidad. Habían perdido a un aliado. ¡A Lucina!
Mar le observó preocupada, en verdad que era una de las peores noticias que pudo escuchar en su vida, pero, aquello no era tan doloroso para ella como lo era para las dos mujeres frente a ella y el mismo Noah. Quien estaba ido; aún cuando Severa comenzó a advertir del peligro. Él no parecía prestar la atención merecida. Y en un momento le tocó presenciar las reprimendas del joven hacia los tres caballeros culpándolos de deslealtad al antiguo reino aliado, y actuales compañeros.
Hasta que logró centrarse. Mar sabía que todavía tenía muchas cosas guardadas, que no había terminado, y ni lo haría. Ya solo podían rezar por su alma, y cobrar venganza.
No puedo más (?
Especialmente, porque Lucina no era más que un simple ultimátum. Había sido usada para hundir en el sufrimiento a todos, para mutilar sus esperanzas y llenarlos de incertidumbre.
Ella sabía que la caballería de Alice no se dejaría llevar por aquello, a pesar de que no podía despreocuparse. No por Alice, no por los caballeros, sino por Severa, Cordelia y ella misma. Aún en sus cabales no estaba segura de cuánto estaría dispuesta a sacrificar. Y menos cuando se trataba de esos jóvenes.
Aker, reconocía que el dolor de Heiss, y el propio nunca se compararían; pero ya no podía hacer nada; no era su culpa, pero, no podía salvar a Lucina, no podía regresarla a la vida, no podía siquiera mirar su rostro pálido e inerte.
En esa vida, como en la pasada, su comunicación con ella no había sido tan fluida, por lo que deseaba no haber sido tan cobarde en ese entonces, deseaba haberla conocido más…Y cuanto más, deseaba volver el tiempo atrás, y ser capaz de detener esa tragedia. Pero aquello no era algo en lo que debía de enfocarse, ya no importaba, ya solo quedaba seguir y encontrarse con los demás; preocuparse por ellos, y recordarles que el peligro seguía asechando a los protectores de Alice, y a la misma mucho más.
El destino de Lucina era algo que ninguno de los dos permitiría, ya no.
Llegaron al lugar en el que habían dejado a la princesa y compañía. No había nadie.
- Mierda - Masculló Aker con rabia, debían de encontrarlas y rápido.
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El sonido de las hojas chocando entre sí llamó la atención del grupo. Era tan rápido y seco que no podía ser provocado por el viento.
Noah, Mar y Erik dejaron que sus armas acuchillaran el aire como método de precaución. Pero estas bajaron su filo ante la presencia de aquellas dos pelirrojas. Cansadas, asustadas, llenas de sangre en sus ropajes y heridas por todo el cuerpo. Ante la acción de los más jóvenes también alistaron sus armas preparadas para atacar sin importar de quién se tratase.
- ¡Severa, Cordelia! - Se sorprendió el mayor extendiendo los brazos en duda. - ¿Qué ha pasado con ustedes? - Luego observó más detenidamente, para cerciorarse de lo que veía - ¿Y Lucina?
Cuando las chicas bajaron las armas con la respiración entrecortada por la adrenalina de lo que habían vivido, los demás simplemente podían quedarse mudos. Sus rostros cada vez iban agachando más y más, mientras mostraban prontas lágrimas de dolor y desesperación.
Cordelia se mordió el labio reprimiendo todo lo que todavía faltaba por sacar.
- Murió. - Contestó a aquella última y desgarradora pregunta.
Los que habían desenvainado sus armas, dejaron que estas cayeran al suelo, provocando un sonido opaco. Habían quedado tan absortos procesando aquello, que no podían creerlo.
- ¿Es una broma, no? - Dijo Noah, mostrando una sonrisa quebrada. Severa negó. - ¡Debe de ser una puta broma! - Explotó. Y cuando regresó a los rostros de las mujeres, entendió que era una realidad. Habían perdido a un aliado. ¡A Lucina!
Mar le observó preocupada, en verdad que era una de las peores noticias que pudo escuchar en su vida, pero, aquello no era tan doloroso para ella como lo era para las dos mujeres frente a ella y el mismo Noah. Quien estaba ido; aún cuando Severa comenzó a advertir del peligro. Él no parecía prestar la atención merecida. Y en un momento le tocó presenciar las reprimendas del joven hacia los tres caballeros culpándolos de deslealtad al antiguo reino aliado, y actuales compañeros.
Hasta que logró centrarse. Mar sabía que todavía tenía muchas cosas guardadas, que no había terminado, y ni lo haría. Ya solo podían rezar por su alma, y cobrar venganza.
No puedo más (?
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Re: [Roll-P] Remember
-Tenemos que apresurarnos. - habló Dominic.
-¿Y a dónde ir? No sabemos dónde está la princesa…
Y como una llamada del cielo, una véngala se elevó en el cielo iluminándolo de rojo por un instante.
-Esa bengala…
-Es la que teníamos en el campamento. Debe de ser Alice- se apresuró a decir el caballero rubio. -Habrá querido guiarnos.
-O podría ser una trampa- se apresuró a decir una de las muchachas.
-Sea como fuese igual debemos ir. Si Alice se ha arriesgado a arrojar esto, podría estar en peligro, el enemigo podría conocer su ubicación. – volvió a hablar Dominic.
-Eso de acuerdo - siguió el mayor de todos. Y dicho esto empezaron nuevamente su caminar. La bengala no estaba muy lejos de ellos, así que no tardarían en llegar.
Noah se había rehusado en un inicio asegurando que podía ser una trampa y estaba dispuesto a omitir el aviso aun cuando el resto se había negado, sin embargo, los caballeros se alzaron, al igual que las dos guerreras Vinn y la mayoría ganó.
-Noah… ¡Noah!- la castaña se había acercado al chico que parecía absorto en sus pensamientos ignorando sus llamados -¡Hey! – golpeó su hombro. El chico se giró reparando en ella.
-¿Qué pasa Mar?
-¿Qué pasa? Eso quiero saber yo. ¡Estás ido, hombre!
-¿Y te parece extraño? ¡Acabamos de enterarnos de que Lucina está… - el chico cayó.
-Muerta – finalizó la joven de forma serena y hasta fría. El chico le dirigió una mirada de reproche. –Está muerta Noah y no importa que hagas, no podrás revivirla. Ella ya cumplió su misión… y solo si el destino quiere volverá.
-Tú no entiendes nada. ¡Esto es una mierda! Estamos perdiendo a nuestros compañeros. Nunca debimos venir aquí. Nunca debimos seguir… Esto es una mierda…esto.
-Yo sé que duele. Las pérdidas duelen. En esta vida perdí a mucha gente y sé que las palabras resbalan y solo sirve ponerse de pie y seguir adelante con la cara en alto.
-¿Seguir adelante? ¡¿Cómo pretendes que lo hagamos?! Si sabemos el final.
-Exacto, lo sabemos. Pero por eso estamos aquí otra vez ¿verdad? Para repararlo o eso es lo que creo yo. Aún tenemos una misión. Así que discúlpame si no me apiado de ti y no me conmueve tu estúpido comportamiento. Estamos en guerra, debemos proteger a Alice. No hay tiempo para llorar, no ahora. El luto lo guardaremos para el momento adecuado ¿entendiste? ¡Así que déjate de comportarte como tonto! ¡Hasta Severa y Cordelia están más enfocadas que tú! En solo un rato te he oído discutir y echarle la culpa a medio mundo, caminar a regañadientes y no enfocarte… y así solo estorbas. Ahora Alice puede que se haya arriesgado y tú no haces nada. Así que muévete o juro te daré una paliza – Y dicho esto, la joven adelantó el paso ignorando por completo la reacción de sorpresa del rubio.
--------------------------
-¿Y si es una trampa? – Cuestionó la pelirroja -¿Estás dispuesto a correr el riesgo muchacho?
-No perderé la oportunidad. Si es Alice, es porque buscó la forma de reunirnos de nuevo.
La bengala se había disparado cerca de ellos. Llegarían pronto si aceleraban el paso. Aker empezó a correr y Heiss lo seguía por detrás.
--------------------------
-¿No creen que fue peligroso hacerlo?- preguntó Sil mientras caminaba junto a Alice.
-No había opción.
-Pudimos atraer enemigos – intervino Keira.
-Confío en que nuestros amigos nos encuentren más rápido que el enemigo – habló Alice.
---------------------------------------
Bien, super cortito por que no sé como hacer que se junten xD
-¿Y a dónde ir? No sabemos dónde está la princesa…
Y como una llamada del cielo, una véngala se elevó en el cielo iluminándolo de rojo por un instante.
-Esa bengala…
-Es la que teníamos en el campamento. Debe de ser Alice- se apresuró a decir el caballero rubio. -Habrá querido guiarnos.
-O podría ser una trampa- se apresuró a decir una de las muchachas.
-Sea como fuese igual debemos ir. Si Alice se ha arriesgado a arrojar esto, podría estar en peligro, el enemigo podría conocer su ubicación. – volvió a hablar Dominic.
-Eso de acuerdo - siguió el mayor de todos. Y dicho esto empezaron nuevamente su caminar. La bengala no estaba muy lejos de ellos, así que no tardarían en llegar.
Noah se había rehusado en un inicio asegurando que podía ser una trampa y estaba dispuesto a omitir el aviso aun cuando el resto se había negado, sin embargo, los caballeros se alzaron, al igual que las dos guerreras Vinn y la mayoría ganó.
-Noah… ¡Noah!- la castaña se había acercado al chico que parecía absorto en sus pensamientos ignorando sus llamados -¡Hey! – golpeó su hombro. El chico se giró reparando en ella.
-¿Qué pasa Mar?
-¿Qué pasa? Eso quiero saber yo. ¡Estás ido, hombre!
-¿Y te parece extraño? ¡Acabamos de enterarnos de que Lucina está… - el chico cayó.
-Muerta – finalizó la joven de forma serena y hasta fría. El chico le dirigió una mirada de reproche. –Está muerta Noah y no importa que hagas, no podrás revivirla. Ella ya cumplió su misión… y solo si el destino quiere volverá.
-Tú no entiendes nada. ¡Esto es una mierda! Estamos perdiendo a nuestros compañeros. Nunca debimos venir aquí. Nunca debimos seguir… Esto es una mierda…esto.
-Yo sé que duele. Las pérdidas duelen. En esta vida perdí a mucha gente y sé que las palabras resbalan y solo sirve ponerse de pie y seguir adelante con la cara en alto.
-¿Seguir adelante? ¡¿Cómo pretendes que lo hagamos?! Si sabemos el final.
-Exacto, lo sabemos. Pero por eso estamos aquí otra vez ¿verdad? Para repararlo o eso es lo que creo yo. Aún tenemos una misión. Así que discúlpame si no me apiado de ti y no me conmueve tu estúpido comportamiento. Estamos en guerra, debemos proteger a Alice. No hay tiempo para llorar, no ahora. El luto lo guardaremos para el momento adecuado ¿entendiste? ¡Así que déjate de comportarte como tonto! ¡Hasta Severa y Cordelia están más enfocadas que tú! En solo un rato te he oído discutir y echarle la culpa a medio mundo, caminar a regañadientes y no enfocarte… y así solo estorbas. Ahora Alice puede que se haya arriesgado y tú no haces nada. Así que muévete o juro te daré una paliza – Y dicho esto, la joven adelantó el paso ignorando por completo la reacción de sorpresa del rubio.
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-¿Y si es una trampa? – Cuestionó la pelirroja -¿Estás dispuesto a correr el riesgo muchacho?
-No perderé la oportunidad. Si es Alice, es porque buscó la forma de reunirnos de nuevo.
La bengala se había disparado cerca de ellos. Llegarían pronto si aceleraban el paso. Aker empezó a correr y Heiss lo seguía por detrás.
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-¿No creen que fue peligroso hacerlo?- preguntó Sil mientras caminaba junto a Alice.
-No había opción.
-Pudimos atraer enemigos – intervino Keira.
-Confío en que nuestros amigos nos encuentren más rápido que el enemigo – habló Alice.
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Bien, super cortito por que no sé como hacer que se junten xD
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Re: [Roll-P] Remember
Durante un instante, todas las miradas se cruzaron, todos en un mismo escenario. Había tantas cosas que decir, tantas cosas que hacer que el tiempo parecía relentizarse exprésamente para ellos. Pero el silencio fue roto por una maldición, un mal de ojo que los perseguía desde hacía tiempo, siglos y eones.
- Sed testigos de mi voluntad. - Rió siniestramente. Una voz hueca, ronca y profunda tal y como recordaban Severa y Cordelia. - ¡Morid todos! -
El suelo comenzó a temblar de forma descontrolada y lo primero que pensaron Aker y Noah fue en la protección de Alice por encima de todo. Lograron apartar a las tres damas a tiempo antes de que el terreno comenzara a fracturarse y de ella surgiera una criatura de cientos de metros de alto.
- No me jodas. - Fue lo primero que dijo Aker.
- ¡Aker! - Gritó Heiss quien se puso delante en guardia para enfrentar a la criatura. - Yo me encargaré, debéis marcharos. -
- No podrás sola. -
- Confía en mi. Aún no tenéis la llave para enfrentaros a algo de este calibre. Busca el diario, cuando lo encuentres, todo cobrará sentido. -
- ¡Ni creas que te lo dejaremos todo para ti! - Gritó Severa quien junto a Cordelia también se prepararon para combatir.
- No nos moverás. - Añadió Cordelia.
- Pero ¿Que pasará con vosotras?- Intentó decir Noah.
- Huid, si no escapáis, el mundo no cambiará. - Observó el rostro melancólico del rubio. - Puede que nunca vivamos una vida "normal" y Dios sabrá si nos volveremos a ver en otro lugar y en otros momentos... a veces hay que hacer sacrificios Noah. Estaremos bien.-
Noah miró Heiss y después a Aker. La vista de ambos caballeros se cruzaron por varios instantes y el pelirrojo vio reflejado en aquellos ojos del rubio, un temor, el temor de decir que debían de huir. "Eres cruel" Pensó Aker, le estaba dejando la tarea de que debían retirarse, mas aún abandonarlas.
- ¡Nos marchamos! - Gritó.
- ¿Crees que puedes huir? Insensato. -
- Tú oponente somos nosotras. - Dijo Heiss. La voz rió.
- ¿Acaso crees poder derrotarme? -
- Se muy bien de lo que eres capaz, por eso me emplearé a fondo. -
Todos corrían sin mirar atrás, nadie quería presenciarlo pero Noah si deslizó una última mirada hacia las tres pelirrojas y ahí vio la sonrisa de Heiss quien le susurraba desde la distancia una palabra que arrastró el viento y rompió las promesas de un futuro más brillante para todos: "Perdón".
La tierra comenzó a temblar de nuevo, esta vez con una fuerza abrumadora hasta el punto de que avanzar hasta el auto se hacía angustioso. Y de pronto, casi en la meta, un árbol cayó aplastando el cuerpo de Dominic.
- ¡Dejadme! -
- ¡No! - Gritó Aker.
- Ya hemos tenido suficientes héroes caidos por hoy. - Añadió Noah.
- Eso es anciano, o salimos todos los que quedamos o te perseguiré hasta el infierno. - Continuó Eric.
Los tres nominados levantaron el árbol como si fuera papel, aunque en realidad estaban aplicando toda sus fuerzas lo cual sumado era de sobra para levantar el tronco mientras Keira y Mar ayudaban al caballero herido.
Cuando por fin alcanzaron el auto, como si de una mala película se tratase, el motor no quería arrancar. Cuando arrancó, el terreno era demasiado accidentado y seguía fracturandose y una vez fuera de la isla por el puente, la isla ya no estaba.
- Sed testigos de mi voluntad. - Rió siniestramente. Una voz hueca, ronca y profunda tal y como recordaban Severa y Cordelia. - ¡Morid todos! -
El suelo comenzó a temblar de forma descontrolada y lo primero que pensaron Aker y Noah fue en la protección de Alice por encima de todo. Lograron apartar a las tres damas a tiempo antes de que el terreno comenzara a fracturarse y de ella surgiera una criatura de cientos de metros de alto.
- Spoiler:
- No me jodas. - Fue lo primero que dijo Aker.
- ¡Aker! - Gritó Heiss quien se puso delante en guardia para enfrentar a la criatura. - Yo me encargaré, debéis marcharos. -
- No podrás sola. -
- Confía en mi. Aún no tenéis la llave para enfrentaros a algo de este calibre. Busca el diario, cuando lo encuentres, todo cobrará sentido. -
- ¡Ni creas que te lo dejaremos todo para ti! - Gritó Severa quien junto a Cordelia también se prepararon para combatir.
- No nos moverás. - Añadió Cordelia.
- Pero ¿Que pasará con vosotras?- Intentó decir Noah.
- Huid, si no escapáis, el mundo no cambiará. - Observó el rostro melancólico del rubio. - Puede que nunca vivamos una vida "normal" y Dios sabrá si nos volveremos a ver en otro lugar y en otros momentos... a veces hay que hacer sacrificios Noah. Estaremos bien.-
Noah miró Heiss y después a Aker. La vista de ambos caballeros se cruzaron por varios instantes y el pelirrojo vio reflejado en aquellos ojos del rubio, un temor, el temor de decir que debían de huir. "Eres cruel" Pensó Aker, le estaba dejando la tarea de que debían retirarse, mas aún abandonarlas.
- ¡Nos marchamos! - Gritó.
- ¿Crees que puedes huir? Insensato. -
- Tú oponente somos nosotras. - Dijo Heiss. La voz rió.
- ¿Acaso crees poder derrotarme? -
- Se muy bien de lo que eres capaz, por eso me emplearé a fondo. -
Todos corrían sin mirar atrás, nadie quería presenciarlo pero Noah si deslizó una última mirada hacia las tres pelirrojas y ahí vio la sonrisa de Heiss quien le susurraba desde la distancia una palabra que arrastró el viento y rompió las promesas de un futuro más brillante para todos: "Perdón".
La tierra comenzó a temblar de nuevo, esta vez con una fuerza abrumadora hasta el punto de que avanzar hasta el auto se hacía angustioso. Y de pronto, casi en la meta, un árbol cayó aplastando el cuerpo de Dominic.
- ¡Dejadme! -
- ¡No! - Gritó Aker.
- Ya hemos tenido suficientes héroes caidos por hoy. - Añadió Noah.
- Eso es anciano, o salimos todos los que quedamos o te perseguiré hasta el infierno. - Continuó Eric.
Los tres nominados levantaron el árbol como si fuera papel, aunque en realidad estaban aplicando toda sus fuerzas lo cual sumado era de sobra para levantar el tronco mientras Keira y Mar ayudaban al caballero herido.
Cuando por fin alcanzaron el auto, como si de una mala película se tratase, el motor no quería arrancar. Cuando arrancó, el terreno era demasiado accidentado y seguía fracturandose y una vez fuera de la isla por el puente, la isla ya no estaba.
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Re: [Roll-P] Remember
El auto avanzó todo lo posible, hasta cuando el vacío que había quedado de la isla, desapareció de su vista. Por suerte encontraron una posada, dónde decidieron quedarse por la salud física de Dominic, y la mental de todos.
Se sentían incompetentes y hasta vacíos. Alice no paraba de llorar; y no había nadie capaz de calmar aquello, ni los antiguos caballeros, ni sus actuales amigos.
- ¿Cómo está? - Erik se acercó, estaba preocupado.
- Se ha calmado un poco. - Contestó Mar tras cerrar la puerta de la habitación, dónde Sil y Keira, velaban a una Alice ida, con los ojos y nariz enrojecidos.
Él bajó la mirada, se sentía culpable, culpable por el dolor de Alice, pero no podía hacer nada; ni siquiera sabía qué decirle.
- Estará bien. - Afirmó. - Es Alice después de todo...
- Es verdad...
- ¿Y Dominic?
- Él está... Digamos que muy molesto. - Dejó que una pequeña sonrisa nostálgica escapara de él. Aquel caballero de mediana edad no dejó de reclamar el hecho de que lo salvaran. Pues ahora solo se sentía como una carga. - A pesar de no poder por ahora, con unos días de terapia se volverá a levantar pronto.
- Comprendo... - Miró a la puerta. - ¿Quieres pasar? - Él negó.
- En este momento no soy el indicado para. Ustedes son más cercanas a ella. Así que lo dejo en sus manos. - Se despidió con un gesto de mano. Mar suspiró pesadamente. ¿Qué estaba pasando? Más importante... Aker y Noah nisiquiera estaban cerca. Y le molestaba que solo supieran ser egoístas en un momento como ese.
Caminó por los pasillos y llegó a la habitación que se supone eran de ellos, pero, del otro lado no había nadie. Entonces empezó a buscar, hasta que gracias a una ventana los pudo divisar cerca de la entrada. Iba a acercarse, pero se detuvo cuando notó que tenían cosas que arreglar entre ellos.
- ¿Sabes lo de Lucina, no? - Aker se encontraba recostado a la pared, cruzado de brazos, y con un semblante serio.
- Lo sé. - Noah le daba la espalda y observaba el paisaje tras la baranda. No sentía ánimos de nada; solo quería permanecer así, y pensar un poco, siendo egoísta con el pasado y enfocándose en el futuro. Aunque quisiera predecirlo no podía saber que vendría después.
- Estamos cayendo de a poco.
- Lo sé.
- ¿Qué vamos a hacer?
El silbido del viento fue lo único que se escuchó por largos segundos, los cuales parecían eternos. Hasta que Noah se decidió a contestar.
- Seguir avanzando. - Sus dedos estrujaron el borde de la baranda, no quería reconocerlo, pero así era. No podía regresar al pasado, y tampoco podía regresar la esperanza en el presente, por ende, solo quedaba eso, lo mínimo posible.
- Estoy harto... - Dijo Aker, su mirada se tornó oscura. Noah pasó a verlo con severidad. - ¿Tienes idea de todo lo que estoy dejando atrás?
- No eres el único.
- No entiendes... - Negó con pesar. - No me siento capaz de cumplir.
- ¿Con Alice?
- No... A ella no le he prometido nada, o al menos no en esta vida.
- Pues ahora si que no te entiendo.
- Es que nisiquiera a esa idiota de Heiss... - Golpeó la pared con el puño, tan fuerte, que sintió temblar a sus espaldas.
- ¿Entiendes que era algo con lo que no podíamos lidiar?
- Pero no era para dejarlas ahí. - Se agarró la cabeza. - Tampoco a Lucina...
Noah abrió los ojos grandes, y después solo giró el rostro. Si comenzaba una discusión ahí, terminarían destruyendo el lugar.
- Simplemente... Cumplamos lo que nos hemos impuesto.
- En esta vida no tenemos esa responsabilidad ¿Por qué debemos de hacerlo? - Aquella pregunta quedó en el aire, como algo, que el rubio no quería contestar, él tampoco, y ni siquiera Mar, que había escuchado todo, y ahora solo se dirigía de vuelta a su habitación.
Se sentían incompetentes y hasta vacíos. Alice no paraba de llorar; y no había nadie capaz de calmar aquello, ni los antiguos caballeros, ni sus actuales amigos.
- ¿Cómo está? - Erik se acercó, estaba preocupado.
- Se ha calmado un poco. - Contestó Mar tras cerrar la puerta de la habitación, dónde Sil y Keira, velaban a una Alice ida, con los ojos y nariz enrojecidos.
Él bajó la mirada, se sentía culpable, culpable por el dolor de Alice, pero no podía hacer nada; ni siquiera sabía qué decirle.
- Estará bien. - Afirmó. - Es Alice después de todo...
- Es verdad...
- ¿Y Dominic?
- Él está... Digamos que muy molesto. - Dejó que una pequeña sonrisa nostálgica escapara de él. Aquel caballero de mediana edad no dejó de reclamar el hecho de que lo salvaran. Pues ahora solo se sentía como una carga. - A pesar de no poder por ahora, con unos días de terapia se volverá a levantar pronto.
- Comprendo... - Miró a la puerta. - ¿Quieres pasar? - Él negó.
- En este momento no soy el indicado para. Ustedes son más cercanas a ella. Así que lo dejo en sus manos. - Se despidió con un gesto de mano. Mar suspiró pesadamente. ¿Qué estaba pasando? Más importante... Aker y Noah nisiquiera estaban cerca. Y le molestaba que solo supieran ser egoístas en un momento como ese.
Caminó por los pasillos y llegó a la habitación que se supone eran de ellos, pero, del otro lado no había nadie. Entonces empezó a buscar, hasta que gracias a una ventana los pudo divisar cerca de la entrada. Iba a acercarse, pero se detuvo cuando notó que tenían cosas que arreglar entre ellos.
- ¿Sabes lo de Lucina, no? - Aker se encontraba recostado a la pared, cruzado de brazos, y con un semblante serio.
- Lo sé. - Noah le daba la espalda y observaba el paisaje tras la baranda. No sentía ánimos de nada; solo quería permanecer así, y pensar un poco, siendo egoísta con el pasado y enfocándose en el futuro. Aunque quisiera predecirlo no podía saber que vendría después.
- Estamos cayendo de a poco.
- Lo sé.
- ¿Qué vamos a hacer?
El silbido del viento fue lo único que se escuchó por largos segundos, los cuales parecían eternos. Hasta que Noah se decidió a contestar.
- Seguir avanzando. - Sus dedos estrujaron el borde de la baranda, no quería reconocerlo, pero así era. No podía regresar al pasado, y tampoco podía regresar la esperanza en el presente, por ende, solo quedaba eso, lo mínimo posible.
- Estoy harto... - Dijo Aker, su mirada se tornó oscura. Noah pasó a verlo con severidad. - ¿Tienes idea de todo lo que estoy dejando atrás?
- No eres el único.
- No entiendes... - Negó con pesar. - No me siento capaz de cumplir.
- ¿Con Alice?
- No... A ella no le he prometido nada, o al menos no en esta vida.
- Pues ahora si que no te entiendo.
- Es que nisiquiera a esa idiota de Heiss... - Golpeó la pared con el puño, tan fuerte, que sintió temblar a sus espaldas.
- ¿Entiendes que era algo con lo que no podíamos lidiar?
- Pero no era para dejarlas ahí. - Se agarró la cabeza. - Tampoco a Lucina...
Noah abrió los ojos grandes, y después solo giró el rostro. Si comenzaba una discusión ahí, terminarían destruyendo el lugar.
- Simplemente... Cumplamos lo que nos hemos impuesto.
- En esta vida no tenemos esa responsabilidad ¿Por qué debemos de hacerlo? - Aquella pregunta quedó en el aire, como algo, que el rubio no quería contestar, él tampoco, y ni siquiera Mar, que había escuchado todo, y ahora solo se dirigía de vuelta a su habitación.
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Re: [Roll-P] Remember
Se encontraba sentada en aquella mesita con escasa iluminación en el centro de la habitación. Sil y Keira habían quedado rendidas ante el sueño y la tristeza. Alice había quedado completamente vencida hacía un par de horas y solo quedaba ella en el lugar.
Observaba perdida aquel papiro amarillento que había encontrado en aquella isla de horror y destrucción. Al pensar en ella, las duras imágenes de lo vivido en aquel lugar la inundaban y las palabras de Akky resonaban en su mente: -“En esta vida no tenemos esa responsabilidad ¿Por qué debemos de hacerlo?” –
Su mente era un mar de pensamientos. Por un lado, Akky tenía razón, no tenían responsabilidades propiamente dichas, salvo las que habían heredado. Pero Noah también compartía razón, lo único que quedaba era seguir… Pero nadie les quitaba el mal agurio de una próxima muerte. Suspiró mientras jugaba con aquel papel y se detuvo a analizarlo. ¿Qué era eso? La tinta parecía estar borrándose y no podía leer bien lo que decía. Agudizó la vista sin pensarlo pero no logró nada. Poco a poco, el sueño fue venciéndola y se dejó caer a los brazos de Morfeo.
La mañana se hizo presente, pero para aquellos viajeros que perdieron parte de su corazón en batalla, el día era más gris que de costumbre.
Un silencio incómodo se repartía entre todos presentes, volviendo a aquel desayuno inapetente. Noah se enfocó en aquella tasa humeante frene a él. Sil había ordenado el desayuno para todos en el comedor de aquella posada pero aún había asientos vacíos. Alice no había querido bajar y Dominic aún no se recuperaba lo suficiente para ponerse de pie. Keira había ido a llevarle el desayuno a Alice, mientras que Don Javier y Eric se encontraban haciéndole compañía al otro caballero. Sin embargo, la presencia de alguien más relucía.
-¿Y Mar?
-Esta mañana desperté y ya no estaba – habló la peli plata. –Dejó una nota.
-¿A dónde se fue?
-No dijo. Solo dijo que regresa para almorzar.
-¿Nada más?
-No, nada más – Akker quedó observando a la más pequeña.
-¿Estás bien Sil?
-Sí. ¿Por?
-Por nada…es solo…que te veo distinta – mencionó el joven, mientras Silvermist seguía concentrada en su té.
Mar se encontraba recostada en un jardín a algunos kilómetros de la posada. Había caminado intentando buscarle respuesta al escrito en aquel papiro, pero no había logrado mucho. Estaba en un lenguaje antiguo y no recordaba como leer, si es que en algún momento habría aprendido. Suspiró. ¿Qué rayos estaba haciendo? Ella sola no iba a encontrar la respuesta pero no quería incomodar al resto. Si les decía sobre aquella pista podría ocasionar ilusión o quizás un enfado innecesario y en estás circunstancias…había sido lo más sensato callar. Cerró sus ojos y se dispuso a descansar. No había personas cerca, así que no le vio mal bajar un poco la guardia.
--------------------------------
Solo no quería perder la idea de lo que encontró Mar antes de irse de la Isla.
Observaba perdida aquel papiro amarillento que había encontrado en aquella isla de horror y destrucción. Al pensar en ella, las duras imágenes de lo vivido en aquel lugar la inundaban y las palabras de Akky resonaban en su mente: -“En esta vida no tenemos esa responsabilidad ¿Por qué debemos de hacerlo?” –
Su mente era un mar de pensamientos. Por un lado, Akky tenía razón, no tenían responsabilidades propiamente dichas, salvo las que habían heredado. Pero Noah también compartía razón, lo único que quedaba era seguir… Pero nadie les quitaba el mal agurio de una próxima muerte. Suspiró mientras jugaba con aquel papel y se detuvo a analizarlo. ¿Qué era eso? La tinta parecía estar borrándose y no podía leer bien lo que decía. Agudizó la vista sin pensarlo pero no logró nada. Poco a poco, el sueño fue venciéndola y se dejó caer a los brazos de Morfeo.
La mañana se hizo presente, pero para aquellos viajeros que perdieron parte de su corazón en batalla, el día era más gris que de costumbre.
Un silencio incómodo se repartía entre todos presentes, volviendo a aquel desayuno inapetente. Noah se enfocó en aquella tasa humeante frene a él. Sil había ordenado el desayuno para todos en el comedor de aquella posada pero aún había asientos vacíos. Alice no había querido bajar y Dominic aún no se recuperaba lo suficiente para ponerse de pie. Keira había ido a llevarle el desayuno a Alice, mientras que Don Javier y Eric se encontraban haciéndole compañía al otro caballero. Sin embargo, la presencia de alguien más relucía.
-¿Y Mar?
-Esta mañana desperté y ya no estaba – habló la peli plata. –Dejó una nota.
-¿A dónde se fue?
-No dijo. Solo dijo que regresa para almorzar.
-¿Nada más?
-No, nada más – Akker quedó observando a la más pequeña.
-¿Estás bien Sil?
-Sí. ¿Por?
-Por nada…es solo…que te veo distinta – mencionó el joven, mientras Silvermist seguía concentrada en su té.
Mar se encontraba recostada en un jardín a algunos kilómetros de la posada. Había caminado intentando buscarle respuesta al escrito en aquel papiro, pero no había logrado mucho. Estaba en un lenguaje antiguo y no recordaba como leer, si es que en algún momento habría aprendido. Suspiró. ¿Qué rayos estaba haciendo? Ella sola no iba a encontrar la respuesta pero no quería incomodar al resto. Si les decía sobre aquella pista podría ocasionar ilusión o quizás un enfado innecesario y en estás circunstancias…había sido lo más sensato callar. Cerró sus ojos y se dispuso a descansar. No había personas cerca, así que no le vio mal bajar un poco la guardia.
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Solo no quería perder la idea de lo que encontró Mar antes de irse de la Isla.
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Re: [Roll-P] Remember
- ¿Algún plan? - Preguntó Javier. Noah asintió.
- Por el momento, nos tomaremos unas vacaciones. Nada de peleas, descansaremos. Creo que es lo mejor para todos, no estamos en condiciones de afrontar mucho y menos con el corazón roto de Alice y al herido de Dominic. -
- ¿Vacaciones de verdad o simplemente quedarse de brazos cruzados? - Noah miró a Aker ante aquella pregunta.
- Habíamos pensado en ir a la playa, desconectar, no queda muy lejos. - Dijo el pelirrojo. - Si no nos animamos emocionalmente, esto esta perdido desde el principio. -
- No es mal plan. - Añadió Eric. - ¿Y si nos atacan? -
Noah simplemente se encogió de hombros y ello le siguieron suspiros y miradas de cansancio. En las últimas horas, habían tenido que procesar mucho y la paz en la que se encontraban parecía un sueño, una broma.
- He estado pensando. - Noah mostró su espada. - Entiendo que nos las dieran, y de hecho tenerlas me trae cierta seguridad de antaño. ¿Pero que sirve esto contra el mal? -
- Ahora que lo dices... - Eric se llevó una mano a la barbilla pensativo.
- Por cierto ¿nos iremos ahora? - Interrumpió Javier.
- No, sería abrupto. - Respondió Noah. - Por el momento creo que lo mejor será no hacer nada... -
- Llamaré a Charles mientras tanto, debe ser informado. -
- Ah, casi me olvido de él. - Reconoció Aker.
- Siempre tuviste mala memoria, perro loco. - Se burló Noah.
- Al menos yo no me confundo de que pierna huele mi ama. -
Los dos se miraron amargamente en un intento de soltar chistes y simplemente deslizaron sonrisas melancólicas.
- Por el momento, nos tomaremos unas vacaciones. Nada de peleas, descansaremos. Creo que es lo mejor para todos, no estamos en condiciones de afrontar mucho y menos con el corazón roto de Alice y al herido de Dominic. -
- ¿Vacaciones de verdad o simplemente quedarse de brazos cruzados? - Noah miró a Aker ante aquella pregunta.
- Habíamos pensado en ir a la playa, desconectar, no queda muy lejos. - Dijo el pelirrojo. - Si no nos animamos emocionalmente, esto esta perdido desde el principio. -
- No es mal plan. - Añadió Eric. - ¿Y si nos atacan? -
Noah simplemente se encogió de hombros y ello le siguieron suspiros y miradas de cansancio. En las últimas horas, habían tenido que procesar mucho y la paz en la que se encontraban parecía un sueño, una broma.
- He estado pensando. - Noah mostró su espada. - Entiendo que nos las dieran, y de hecho tenerlas me trae cierta seguridad de antaño. ¿Pero que sirve esto contra el mal? -
- Ahora que lo dices... - Eric se llevó una mano a la barbilla pensativo.
- Por cierto ¿nos iremos ahora? - Interrumpió Javier.
- No, sería abrupto. - Respondió Noah. - Por el momento creo que lo mejor será no hacer nada... -
- Llamaré a Charles mientras tanto, debe ser informado. -
- Ah, casi me olvido de él. - Reconoció Aker.
- Siempre tuviste mala memoria, perro loco. - Se burló Noah.
- Al menos yo no me confundo de que pierna huele mi ama. -
Los dos se miraron amargamente en un intento de soltar chistes y simplemente deslizaron sonrisas melancólicas.
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Re: [Roll-P] Remember
Se dice que es de mala suerte cruzarse con un gato negro. Pero también se dice que es preferible a cruzarse con un ser de las tinieblas.
Astrid, como su nombre proclama, es una joven de una extraordinaria belleza, y una bondad incalculable; por lo que era reconocida en el pueblo y querida por los aldeanos. Mas tenía una falla, y es que era demasiado soñadora, e inocente, para ella no existía el mal, ni mucho menos algo como la desgracia. Por eso uno de sus pasatiempos era observar el jardín del gran y hermoso castillo del reino.
A pesar de las advertencias de sus padres y pueblerinos sobre lo peligroso de aquel pasaje, ella siempre estaba allí, a la misma hora, y dejaba que los coloridos pétalos de flores la transportaran a un mundo más allá de la realidad, y de su propia imaginación, un mundo dónde todo lo increíble era posible. Y dónde sentía una conexión muy fuerte, todavía no entendía con qué... Pero de algo estaba segura, no era humano. Y hasta podía jurar que seguramente se tratara de ese ser, a quien sus padres veneraban tanto, y que se decía ser el creador de ese reino tan bendito, Atur.
O al menos quería creer eso, pero toda esa fantasía se esfumó un día con gran dolor; pues con sorpresa y resignación tuvo que aceptar la realidad. Esa realidad que ella conocía, pero que la hacía temer, porque también traía misterio y desconcierto.
- ¿Estás bien desde ahí? - Preguntó, no quitó la mirada del frente, pues todavía dudaba, aunque su dulce voz saliera tranquila y amigable.
No recibió respuesta, lo que la inquietó, y observó con cautela.
- Sé que hay alguien ahí, por favor, no soy el siguiente rey de las tinieblas. - Volvió a pedir con una pequeña sonrisa recuperando la confianza de siempre. Pudo escuchar las hojas chocando, y después el crujido de ramas al romper en el suelo. Y se encontró con un muchacho, que por las diferencias de altura podía percibir era más joven que ella, y al ver su pálido pero atractivo rostro casi deseó ser de su misma edad.
- Hasta que saliste. - Le sonrió, el muchacho solo la observó con una expresión que cualquiera malinterpretaría como enfado, pero no, estaba nervioso, y eso lo comprobó al notar cómo jugaba con sus manos, y cómo una de sus piernas permanecía hacía atrás. - ¿Me tienes miedo? - Se levantó del suelo, y se acercó un poco. Él negó tan rápido con la cabeza, que a Atrid le provocó gracia, y no evitó mostrarlo con la risa.de señorita que tenía. Él bajó la mirada, así que pensó que eso lo había intimidado. - Oh, disculpa... - Se acercó más y se sentó sobre sus talones, para poder estar a su altura, aunque con esto él le ganaba, pudo observarle mejor, tenía el rostro sucio, y sus ropas no eran de buena calidad, seguramente era un niño del pueblo vecino; dónde sabía habían dificultades a la hora de conseguir agua, comida y buenos vestidos. - ¿De dónde eres? - Sacó un pequeño pañuelo escondido en su manga, y con cuidado fue limpiando el rostro del menor, quién no contestó y simplemente la seguía observando de la misma manera. - ¿No me quieres decir? - Insistió, con el mismo resultado. - Bueno. - Volvió a guardar el pañuelo y sonrió, para tomarlo de la mano y guiarlo hasta las flores. - ¿No te parecen bonitas? Es por eso que vienes ¿No? - El muchacho negó, ella simplemente lo observó incrédula. No le molestaba, para nada, le parecía alguien interesante, y además representaba compañía, una familiar, pues sabía que no era la primera vez que el muchacho pasaba por ahí.
Alice despertó de golpe.
¿Qué había sido aquello? ¿Un recuerdo? No podía serlo, la mujer que aparecía ahí... esa mujer, a pesar de lo muy parecida que era a ella... No era ella.
Se levantó apurada, y salió de la habitación agitada, no había nadie, y ella no había querido salir desde la noche anterior.
No vio a nadie en el pasillo, y decidió bajar, sin encontrar a nadie ¿Dónde se habían metido?
Volvió a subir, y se encontró con Don Javier, quien estaba en medio de una llamada telefónica.
- Las pérdidas han sido dolorosas, por eso, los más jóvenes necesitan tiempo para asimilar esto. - El regaño llegó, pero solo dejó que cualquier peso que sintiera respecto a eso, saliera con un suspiro, en lo que pudo ver a Alice, lo que le extrañó, especialmente porque se veía completamente perdida. - Señorita Alice... - Dijo, no quería alterarla en ese momento con algo como: princesa, sabía que era una mala idea, y dio en el clavo pues ella se le acercó a paso tranquilo, sus ojos se veían cansados pero no dejaba de tener su porte elegante.
- ¿Es Charles? - Preguntó decidida, entonces el hombre asintió. - Necesito habar con él ¿Puedo? - Le entregó el teléfono, pues en por el momento no tenían ningún apuro. - ¿Hola? Sí, estoy... Digamos que estoy recomponiendo fuerzas... De a poco... - Escuchó todo lo que el hombre le dijo, la estaba tratando de consolar, y el mismo le dijo que las palabras no eran nada, pero aquello le dio fuerzas, para aceptar y resignarse. - Te quería pedir un favor...
Don Javier la observó con duda, especialmente por la determinación que tuvo en el momento.
- ¿Podrías mandarme una foto de mi madre? De cuando era joven.
El mayor abrió los ojos grandes, Alice, no había conocido a su madre, pues murió no muy después de que ella naciera, pero no comprendía para que querría eso en un momento cómo ese.
Alice, por su parte quería saber qué había sido eso. Si algún recuerdo de otra vida, o... Algo más.
Astrid, como su nombre proclama, es una joven de una extraordinaria belleza, y una bondad incalculable; por lo que era reconocida en el pueblo y querida por los aldeanos. Mas tenía una falla, y es que era demasiado soñadora, e inocente, para ella no existía el mal, ni mucho menos algo como la desgracia. Por eso uno de sus pasatiempos era observar el jardín del gran y hermoso castillo del reino.
A pesar de las advertencias de sus padres y pueblerinos sobre lo peligroso de aquel pasaje, ella siempre estaba allí, a la misma hora, y dejaba que los coloridos pétalos de flores la transportaran a un mundo más allá de la realidad, y de su propia imaginación, un mundo dónde todo lo increíble era posible. Y dónde sentía una conexión muy fuerte, todavía no entendía con qué... Pero de algo estaba segura, no era humano. Y hasta podía jurar que seguramente se tratara de ese ser, a quien sus padres veneraban tanto, y que se decía ser el creador de ese reino tan bendito, Atur.
O al menos quería creer eso, pero toda esa fantasía se esfumó un día con gran dolor; pues con sorpresa y resignación tuvo que aceptar la realidad. Esa realidad que ella conocía, pero que la hacía temer, porque también traía misterio y desconcierto.
- ¿Estás bien desde ahí? - Preguntó, no quitó la mirada del frente, pues todavía dudaba, aunque su dulce voz saliera tranquila y amigable.
No recibió respuesta, lo que la inquietó, y observó con cautela.
- Sé que hay alguien ahí, por favor, no soy el siguiente rey de las tinieblas. - Volvió a pedir con una pequeña sonrisa recuperando la confianza de siempre. Pudo escuchar las hojas chocando, y después el crujido de ramas al romper en el suelo. Y se encontró con un muchacho, que por las diferencias de altura podía percibir era más joven que ella, y al ver su pálido pero atractivo rostro casi deseó ser de su misma edad.
- Hasta que saliste. - Le sonrió, el muchacho solo la observó con una expresión que cualquiera malinterpretaría como enfado, pero no, estaba nervioso, y eso lo comprobó al notar cómo jugaba con sus manos, y cómo una de sus piernas permanecía hacía atrás. - ¿Me tienes miedo? - Se levantó del suelo, y se acercó un poco. Él negó tan rápido con la cabeza, que a Atrid le provocó gracia, y no evitó mostrarlo con la risa.de señorita que tenía. Él bajó la mirada, así que pensó que eso lo había intimidado. - Oh, disculpa... - Se acercó más y se sentó sobre sus talones, para poder estar a su altura, aunque con esto él le ganaba, pudo observarle mejor, tenía el rostro sucio, y sus ropas no eran de buena calidad, seguramente era un niño del pueblo vecino; dónde sabía habían dificultades a la hora de conseguir agua, comida y buenos vestidos. - ¿De dónde eres? - Sacó un pequeño pañuelo escondido en su manga, y con cuidado fue limpiando el rostro del menor, quién no contestó y simplemente la seguía observando de la misma manera. - ¿No me quieres decir? - Insistió, con el mismo resultado. - Bueno. - Volvió a guardar el pañuelo y sonrió, para tomarlo de la mano y guiarlo hasta las flores. - ¿No te parecen bonitas? Es por eso que vienes ¿No? - El muchacho negó, ella simplemente lo observó incrédula. No le molestaba, para nada, le parecía alguien interesante, y además representaba compañía, una familiar, pues sabía que no era la primera vez que el muchacho pasaba por ahí.
◘▬◘▬◘
Alice despertó de golpe.
¿Qué había sido aquello? ¿Un recuerdo? No podía serlo, la mujer que aparecía ahí... esa mujer, a pesar de lo muy parecida que era a ella... No era ella.
Se levantó apurada, y salió de la habitación agitada, no había nadie, y ella no había querido salir desde la noche anterior.
No vio a nadie en el pasillo, y decidió bajar, sin encontrar a nadie ¿Dónde se habían metido?
Volvió a subir, y se encontró con Don Javier, quien estaba en medio de una llamada telefónica.
- Las pérdidas han sido dolorosas, por eso, los más jóvenes necesitan tiempo para asimilar esto. - El regaño llegó, pero solo dejó que cualquier peso que sintiera respecto a eso, saliera con un suspiro, en lo que pudo ver a Alice, lo que le extrañó, especialmente porque se veía completamente perdida. - Señorita Alice... - Dijo, no quería alterarla en ese momento con algo como: princesa, sabía que era una mala idea, y dio en el clavo pues ella se le acercó a paso tranquilo, sus ojos se veían cansados pero no dejaba de tener su porte elegante.
- ¿Es Charles? - Preguntó decidida, entonces el hombre asintió. - Necesito habar con él ¿Puedo? - Le entregó el teléfono, pues en por el momento no tenían ningún apuro. - ¿Hola? Sí, estoy... Digamos que estoy recomponiendo fuerzas... De a poco... - Escuchó todo lo que el hombre le dijo, la estaba tratando de consolar, y el mismo le dijo que las palabras no eran nada, pero aquello le dio fuerzas, para aceptar y resignarse. - Te quería pedir un favor...
Don Javier la observó con duda, especialmente por la determinación que tuvo en el momento.
- ¿Podrías mandarme una foto de mi madre? De cuando era joven.
El mayor abrió los ojos grandes, Alice, no había conocido a su madre, pues murió no muy después de que ella naciera, pero no comprendía para que querría eso en un momento cómo ese.
Alice, por su parte quería saber qué había sido eso. Si algún recuerdo de otra vida, o... Algo más.
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Re: [Roll-P] Remember
Los rayos del sol por fin lograron entrar por la ventana, calentando todo el edificio a una temperatura agradable. De hecho, era hasta relajante, queriendo dar un suave masaje por todos los viejos y gastados huesos de todo hombre y mujer.
Noah no se molestó en cambiar de asiento pues que el sol le estuviera dando en la espalda le daba una sensación demasiado agradable, quizás la droga mas natural del mundo y todo mientras dejaba pasar otro trago de té caliente por su garganta.
De fondo, la música de un jazz proveniente de una radio, daba armonía al solitario lobby, ausente de toda vida salvo por el rubio y el aburrido encargado quien ojeaba una revista leyendo cada línea, quizás para alargar mas el tiempo.
Pero de pronto, la música dejó de sonar e interrumpió la tranquilidad del salón.
- No de nuevo. -
El hombre se levantó y propinó dos golpes al objeto y este obedientemente, volvió a ejecutar la melodía que estaba sonando.
Tras la esquina que daba lugar a las escaleras hacia las habitaciones del hotel, apareció Aker. Se acercó al rubio y se sentó a su lado. El silencio reinó por varios minutos que parecían una eternidad.
- Es asqueroso que te sientes a mi lado. -
- Me parecía que estabas desesperado por compañía. -
- Puede. Pero no la tuya. - Sorbió de la taza con descaro y volvió el silencio.
Aker tan solo miró a otro lado aunque pronto no puedo evitar formular un conjuro para romper el silencio.
- ¿Cuanto tiempo pasaremos aquí? -
- ¿Como quieres que sepa eso? -
- Siempre lo tenías todo controlado. -
- Con la edad ya estoy descuidado, ya son milenios desde que era joven (?) -
- Pfff. -
En aquel momento, la puerta de la entrada se abrió mostrando la figura de Mar. No tardó en ubicar a los dos caballeros aunque ni les saludara. Noah sentaba elegante mientras que Aker iba desparramado en el sofá. Se acercó.
- Apareció la desaparecida. - Dijo Noah
- ¿Me echaron de menos? -
- Mas que a este de aquí. -
Noah no se molestó en cambiar de asiento pues que el sol le estuviera dando en la espalda le daba una sensación demasiado agradable, quizás la droga mas natural del mundo y todo mientras dejaba pasar otro trago de té caliente por su garganta.
De fondo, la música de un jazz proveniente de una radio, daba armonía al solitario lobby, ausente de toda vida salvo por el rubio y el aburrido encargado quien ojeaba una revista leyendo cada línea, quizás para alargar mas el tiempo.
Pero de pronto, la música dejó de sonar e interrumpió la tranquilidad del salón.
- No de nuevo. -
El hombre se levantó y propinó dos golpes al objeto y este obedientemente, volvió a ejecutar la melodía que estaba sonando.
Tras la esquina que daba lugar a las escaleras hacia las habitaciones del hotel, apareció Aker. Se acercó al rubio y se sentó a su lado. El silencio reinó por varios minutos que parecían una eternidad.
- Es asqueroso que te sientes a mi lado. -
- Me parecía que estabas desesperado por compañía. -
- Puede. Pero no la tuya. - Sorbió de la taza con descaro y volvió el silencio.
Aker tan solo miró a otro lado aunque pronto no puedo evitar formular un conjuro para romper el silencio.
- ¿Cuanto tiempo pasaremos aquí? -
- ¿Como quieres que sepa eso? -
- Siempre lo tenías todo controlado. -
- Con la edad ya estoy descuidado, ya son milenios desde que era joven (?) -
- Pfff. -
En aquel momento, la puerta de la entrada se abrió mostrando la figura de Mar. No tardó en ubicar a los dos caballeros aunque ni les saludara. Noah sentaba elegante mientras que Aker iba desparramado en el sofá. Se acercó.
- Apareció la desaparecida. - Dijo Noah
- ¿Me echaron de menos? -
- Mas que a este de aquí. -
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Re: [Roll-P] Remember
La chica dibujó una sonrisa en el rostro. –Me alegra oír eso ¿Y los demás? -
-Quién sabe – respondió el rubio restándole importancia y retomando su lectura.
-Vaya, pero que interés. – Se bufó –Y ¿Qué haremos ahora?
-Tomarnos vacaciones- Aker estiró los brazos relajado.
-¿Es enserio? – preguntó incrédula la joven tomando asiento al lado del pelirrojo, haciendo que este se apegue más al rubio.
-Pues sí, en la mañana lo charlamos y estamos todos de acuerdo. Claro, solo faltabas tú… ¿Por cierto, dónde andabas? -
-Perdiéndome por los caminos de la vida.
-Que interesante –
-Si…-
El silencio reinó por unos segundos antes que la joven se coloque de pie de un salto.
-Bueno, ya que no haremos nada…iré a alistarme.
-¿Y a qué se debe el milagro? – preguntó divertido Akky. -¿Acaso tienes una cita?
Aquellas palabras parecieron atraer la atención del rubio, quién pareció disimularlo bien.
-Sí, algo así – sonrió la chica. Noah alzó ligeramente la mirada observando a la castaña que sonreía algo sonrojada. -Bueno, me voy. Los veo luego. – Y sin más se fue.
-¿Te molesta? – preguntó el pelirrojo.
-Para nada. – el chico seguía pasando las hojas de la revista y sus ojos clavados en las imágenes.
-Claro que sí perro, te molesta.
-No me molesta – no se inmutó.
-Pues deberías molestarte.
-¿Por qué debería?
-Por cosas obvias. No me hagas explicarte todo perro inmundo.
-Solo dices idioteces – El chico volvió a alzar la vista hacia el camino dónde la joven se había ido.
-Shs, no hagas tanta bulla Kei, no quiere incomodar al resto.
-Pero… ¿Qué? ¿Cómo es? ¿Dónde lo conociste? ¿Cuántos años tiene? ¿Segura que es alguien de confianza?-
-Espera, para. Así no puedo responderte nada. – la chica intentaba acallar a su amiga cuando la puerta se abrió y entró Silvermist.
-Oh, ya volviste – saludó -¿Qué tal te fue?
-Bien
-¡SIL! ¡Marchu tendrá una cita!
-¿Eh? ¿Cita? – la pequeña parpadeó un par de veces y volteó a ver a su amiga.
-¡Shs! Basta Kei, no es tan así. – Sil cerró la puerta y se aproximó hacia donde estaban las dos chias conversando.
-¿Entonces?
-No les puedo contar mucho, solo decirles que él parece una persona confiable. No sé, me da como seguridad, como si ya lo hubiera conocido de antes. Casi como cuando los conocí a ustedes. No lo recuerdo así que no sé si es de la vida pasada, pero… hay algo diferente en él. Se llama Eliot y lo conocí casi por casualidad…en verdad me “rescató” esta mañana y fue muy atento conmigo, y prometió ayudarme con algo importante. Solo eso puedo decir. – finalizó, las dos chicas se vieron y Keira soltó un gritito mientras Sil solo sonrió.
-Eso parece una película romántica.
-¿Eh? N-no. No digas tonterías Kei – la castaña se había sonrojado. –Es verdad que es lindo pero… no pasa nada. En serio – finalizó con una sonrisa.
-¿Y qué pasa con Noah? – la voz de la peliplata hizo voltear al resto.
-¿Qué con él?
-¿No le has dicho sobre tu cita?- preguntó esta vez Keira.
-Si se los mencioné, a él y a Akky pero no dijeron gran cosa- sonrió la chica. –Bueno, iré a ver a Alice, no la he visto desde anoche.- Mar se levantó de la cama y salió de la habitación. Sil bajó un poco la mirada y no pasó desapercibido para Keira.
-¿Qué pasa Sil?
-No es nada… es solo que, pensé que entre Mar y Noah habría algo.
-Lo sé. ¡Yo los shippeo! Son mi OTP pero… Si Mar está feliz, solo tengo que apoyarla y a lo mejor esto puede traer ventajas… Si solo movemos bien nuestros hilos ellos dos… - la voz de Keira pareció disminuir a una charla consigo misma, Sil volteó a verla y juró que un aura maligna parecía brotar de ella mientras sus ojos brillaban y reía con locura. Sil solo se limitó a reír.
-A todo esto… ¿Qué tienes tú Sil? – la chica parecía haber vuelto a la normalidad.
-¿Yo? Estoy bien. ¿Por qué lo preguntas?
-Por qué puedes engañar a medio mundo, pero no a tus amigas. Te veo bastante seria y un poco bajoneada. ¿Estás así por todo lo sucedido, verdad?
La joven solo atinó a dedicarle una mirada a su amiga y pronto se llenó de lágrimas y se echó a llorar.
----------------------------------------
Bueno, es lo que hay.
A decir verdad mucho plan no hice con el chico. Solo salió y luego fui pensando en ciertos detalles. Solo sé que Eliot ayudará a Mar con el papiro que encontró en la isla... aun no sé si será bueno o malo, y tampoco sé si estará un tiempo o lo matamos en one. Solo apareció al escribir la conti xD
Oh! y encontré esta apariencia, la cual me pareció sumamente irresistible y tarde o temprano la quería usar...parece que apareció temprano xD
Así que se lo dejo a su imaginación ♥
-Quién sabe – respondió el rubio restándole importancia y retomando su lectura.
-Vaya, pero que interés. – Se bufó –Y ¿Qué haremos ahora?
-Tomarnos vacaciones- Aker estiró los brazos relajado.
-¿Es enserio? – preguntó incrédula la joven tomando asiento al lado del pelirrojo, haciendo que este se apegue más al rubio.
-Pues sí, en la mañana lo charlamos y estamos todos de acuerdo. Claro, solo faltabas tú… ¿Por cierto, dónde andabas? -
-Perdiéndome por los caminos de la vida.
-Que interesante –
-Si…-
El silencio reinó por unos segundos antes que la joven se coloque de pie de un salto.
-Bueno, ya que no haremos nada…iré a alistarme.
-¿Y a qué se debe el milagro? – preguntó divertido Akky. -¿Acaso tienes una cita?
Aquellas palabras parecieron atraer la atención del rubio, quién pareció disimularlo bien.
-Sí, algo así – sonrió la chica. Noah alzó ligeramente la mirada observando a la castaña que sonreía algo sonrojada. -Bueno, me voy. Los veo luego. – Y sin más se fue.
-¿Te molesta? – preguntó el pelirrojo.
-Para nada. – el chico seguía pasando las hojas de la revista y sus ojos clavados en las imágenes.
-Claro que sí perro, te molesta.
-No me molesta – no se inmutó.
-Pues deberías molestarte.
-¿Por qué debería?
-Por cosas obvias. No me hagas explicarte todo perro inmundo.
-Solo dices idioteces – El chico volvió a alzar la vista hacia el camino dónde la joven se había ido.
•••
-¡¿Estás bromeando?!- Keira parecía a explotar de emoción y sorpresa.-Shs, no hagas tanta bulla Kei, no quiere incomodar al resto.
-Pero… ¿Qué? ¿Cómo es? ¿Dónde lo conociste? ¿Cuántos años tiene? ¿Segura que es alguien de confianza?-
-Espera, para. Así no puedo responderte nada. – la chica intentaba acallar a su amiga cuando la puerta se abrió y entró Silvermist.
-Oh, ya volviste – saludó -¿Qué tal te fue?
-Bien
-¡SIL! ¡Marchu tendrá una cita!
-¿Eh? ¿Cita? – la pequeña parpadeó un par de veces y volteó a ver a su amiga.
-¡Shs! Basta Kei, no es tan así. – Sil cerró la puerta y se aproximó hacia donde estaban las dos chias conversando.
-¿Entonces?
-No les puedo contar mucho, solo decirles que él parece una persona confiable. No sé, me da como seguridad, como si ya lo hubiera conocido de antes. Casi como cuando los conocí a ustedes. No lo recuerdo así que no sé si es de la vida pasada, pero… hay algo diferente en él. Se llama Eliot y lo conocí casi por casualidad…en verdad me “rescató” esta mañana y fue muy atento conmigo, y prometió ayudarme con algo importante. Solo eso puedo decir. – finalizó, las dos chicas se vieron y Keira soltó un gritito mientras Sil solo sonrió.
-Eso parece una película romántica.
-¿Eh? N-no. No digas tonterías Kei – la castaña se había sonrojado. –Es verdad que es lindo pero… no pasa nada. En serio – finalizó con una sonrisa.
-¿Y qué pasa con Noah? – la voz de la peliplata hizo voltear al resto.
-¿Qué con él?
-¿No le has dicho sobre tu cita?- preguntó esta vez Keira.
-Si se los mencioné, a él y a Akky pero no dijeron gran cosa- sonrió la chica. –Bueno, iré a ver a Alice, no la he visto desde anoche.- Mar se levantó de la cama y salió de la habitación. Sil bajó un poco la mirada y no pasó desapercibido para Keira.
-¿Qué pasa Sil?
-No es nada… es solo que, pensé que entre Mar y Noah habría algo.
-Lo sé. ¡Yo los shippeo! Son mi OTP pero… Si Mar está feliz, solo tengo que apoyarla y a lo mejor esto puede traer ventajas… Si solo movemos bien nuestros hilos ellos dos… - la voz de Keira pareció disminuir a una charla consigo misma, Sil volteó a verla y juró que un aura maligna parecía brotar de ella mientras sus ojos brillaban y reía con locura. Sil solo se limitó a reír.
-A todo esto… ¿Qué tienes tú Sil? – la chica parecía haber vuelto a la normalidad.
-¿Yo? Estoy bien. ¿Por qué lo preguntas?
-Por qué puedes engañar a medio mundo, pero no a tus amigas. Te veo bastante seria y un poco bajoneada. ¿Estás así por todo lo sucedido, verdad?
La joven solo atinó a dedicarle una mirada a su amiga y pronto se llenó de lágrimas y se echó a llorar.
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Bueno, es lo que hay.
A decir verdad mucho plan no hice con el chico. Solo salió y luego fui pensando en ciertos detalles. Solo sé que Eliot ayudará a Mar con el papiro que encontró en la isla... aun no sé si será bueno o malo, y tampoco sé si estará un tiempo o lo matamos en one. Solo apareció al escribir la conti xD
Oh! y encontré esta apariencia, la cual me pareció sumamente irresistible y tarde o temprano la quería usar...parece que apareció temprano xD
- Spoiler:
Así que se lo dejo a su imaginación ♥
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Re: [Roll-P] Remember
- ¿Cómo está? - Aker se quedó en el pasillo recostado a un lado de la puerta. Se había despedido de Noah y se dirigió a las habitaciones, en específico a la habitación de las damas.
- Se ha desahogado, pero no quiere ver a nadie... Mucho menos a ti. - Keira susurraba con los brazos cruzados, pidiendo con la mirada al pelirrojo de que él también hablara con más disimulo.
- Disculpa. - Dijo.
- ¿Qué?
- Te pedí algo como eso. - La observó queriendo sonreír logrando a penas levantar levemente una comisura y regresarla a su posición inicial.
- ¿De qué hablas? Obviamente lo iba a hacer aunque no me pidieras nada. - Suspiró con molestia y le dio un zape en la cabeza.
- ¡Hey! - Se quejó, y aunque estuvo a punto de halarle la mejilla se detuvo y simplemente bajó la mirada.
- Aker... - Por primera vez en mucho tiempo le habían llamado por su nombre, y no por su diminutivo. - Tu sabes... Estas muy cambiado.
- No soy el único. - La observó severo. Aunque si era sincero consigo mismo, ella seguía siendo la misma.
- ¿Sabes que es por eso que no te dijo nada, verdad? - Miró levemente hacia atrás Silvermist parecía perderse entre los brillantes colores que ingresaban por la ventana, mientras las cortinas, junto a su vestido y cabellos bailaban al son del cálido vento. Quizá añoraba, quizá maldecía, o quizá, su mente se mantenía en el mismo color que sus cabellos: Blanco.
Aquello a Keira le preocupaba, pero no tanto como el que ahora tenía al lado.
- Extraño al Aky idiota ¿Sabes? - Le sonrió con gracia moderada, él dejó escapar un suspiro que simuló una risa.
- La idiota eres tu por pensar que se ha ido.
- Sé que te estás esforzando, todos lo saben. ¿Qué pasó que no nos has dicho?
- Simplemente me di cuenta que estamos en guerra. - Sonrió. - Al principio era divertido, hasta me parecía que estaba en alguna especie de ilusión o sueño. - Y para su mente guardó el resto, algo que nunca se atrevería a aceptar en voz alta:
- Pues es hora de despertar.
- Y lo he hecho... Pienso aprovechar estas vacaciones.
- ¿En serio? - Lo miró sin convencerse.
- Sí. Comenzando por el más idiota.
- ¿Y es?
- El chucho de raza.
- Oh... - Keira sonrió con maldad. - ¿Te parece ayudarme en algo? - El muchacho solo la miró confundido. - Sabes lo de la cita de Mar ¿No? - Y entonces entendió. Aker solo sabía que esa mujer no planeaba nada bueno.
Luego dio un pequeño vistazo al interior del cuarto, la peliplata había comenzado a caminar de un lado a otro, como si hubiera entendido algo. Él sonrió.
Keira solo observó callada, y dejó al silencio inundar el lugar, mientras recordaba que todavía tenía alguien que la esperaba en casa.
Todos ellos... No sabían la suerte que tenían.
- Se ha desahogado, pero no quiere ver a nadie... Mucho menos a ti. - Keira susurraba con los brazos cruzados, pidiendo con la mirada al pelirrojo de que él también hablara con más disimulo.
- Disculpa. - Dijo.
- ¿Qué?
- Te pedí algo como eso. - La observó queriendo sonreír logrando a penas levantar levemente una comisura y regresarla a su posición inicial.
- ¿De qué hablas? Obviamente lo iba a hacer aunque no me pidieras nada. - Suspiró con molestia y le dio un zape en la cabeza.
- ¡Hey! - Se quejó, y aunque estuvo a punto de halarle la mejilla se detuvo y simplemente bajó la mirada.
- Aker... - Por primera vez en mucho tiempo le habían llamado por su nombre, y no por su diminutivo. - Tu sabes... Estas muy cambiado.
- No soy el único. - La observó severo. Aunque si era sincero consigo mismo, ella seguía siendo la misma.
- ¿Sabes que es por eso que no te dijo nada, verdad? - Miró levemente hacia atrás Silvermist parecía perderse entre los brillantes colores que ingresaban por la ventana, mientras las cortinas, junto a su vestido y cabellos bailaban al son del cálido vento. Quizá añoraba, quizá maldecía, o quizá, su mente se mantenía en el mismo color que sus cabellos: Blanco.
Aquello a Keira le preocupaba, pero no tanto como el que ahora tenía al lado.
- Extraño al Aky idiota ¿Sabes? - Le sonrió con gracia moderada, él dejó escapar un suspiro que simuló una risa.
- La idiota eres tu por pensar que se ha ido.
- Sé que te estás esforzando, todos lo saben. ¿Qué pasó que no nos has dicho?
- Simplemente me di cuenta que estamos en guerra. - Sonrió. - Al principio era divertido, hasta me parecía que estaba en alguna especie de ilusión o sueño. - Y para su mente guardó el resto, algo que nunca se atrevería a aceptar en voz alta:
"Que se convirtió en pesadilla."
- Pues es hora de despertar.
- Y lo he hecho... Pienso aprovechar estas vacaciones.
- ¿En serio? - Lo miró sin convencerse.
- Sí. Comenzando por el más idiota.
- ¿Y es?
- El chucho de raza.
- Oh... - Keira sonrió con maldad. - ¿Te parece ayudarme en algo? - El muchacho solo la miró confundido. - Sabes lo de la cita de Mar ¿No? - Y entonces entendió. Aker solo sabía que esa mujer no planeaba nada bueno.
Luego dio un pequeño vistazo al interior del cuarto, la peliplata había comenzado a caminar de un lado a otro, como si hubiera entendido algo. Él sonrió.
Keira solo observó callada, y dejó al silencio inundar el lugar, mientras recordaba que todavía tenía alguien que la esperaba en casa.
Todos ellos... No sabían la suerte que tenían.
"En serio... ¿Cuál es más idiota?"
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Re: [Roll-P] Remember
No se había hecho demasiado. Se ató el cabello en un moño alto con mechones cayendo y su flequillo que, estando un poco largo, se lo peinó hacia un lado. Se colocó una blusa y un short sencillos y sus zapatos chatos. Por suerte, había llevado un par de mudas de ropa en la mochila que llevaba en el auto. Se miró en el espejo de la habitación. Sil y Keira habían ido a buscar algo de comer y ella se encontraba sola. Miró su reflejo y observó las marcas de las ojeras debajo de sus ojos.
- ¿Debería de hacer esto? Después de todo…- sacudió su cabeza de un lado a otro limpiando sus dudas y con sus manos golpeó suavemente sus mejillas. –Concéntrate, esto lo haces por todos. – Tomó su TEC, la nota que había encontrado en la isla y antes de marcharse observó el arma que Charles le había dado antes de partir, lo dudó, pero la tomó y la escondió en su pequeño bolso, y se dispuso a salir.
Había quedado en encontrarse con Eliot en dónde se conocieron esa mañana. Apresuró el paso y llegó. Y allí estaba él, recostado en un árbol con los ojos cerrados y su cabello castaño despeinado. Por un segundo, ante el brillo del sol, la imagen del joven pareció cambiar ante sus ojos y sus vestiduras se transformaron en una armadura. Mar se detuvo un segundo y volvió a mirar, encontrando al chico con una ropa muy casual. Se aproximó hacia él con una sonrisa.
-Hola, Eliot. ¿Llegué tarde?
-Viniste. No, no llegaste tarde. – sonrió y ella también.
- ¿Por qué no vendría? Me prometiste ayudarme ¿recuerdas?
-Sí, claro…es solo que. No sé, quizás pensaste que no era en serio o algo así.
-Bueno, ya ves que estoy acá. ¿Y ahora?
-Bueno, creo que debemos comenzar por el lugar con más historia de este sector.
- ¿Y eso es?
-La biblioteca.
- ¿Hay una biblioteca por aquí? – el chico soltó una ligera risa.
-Sí, la hay. Esto puede ser un pueblito bastante simple, pero cuenta con todo lo necesario.
-¡Ay no! Lo siento, no quise ofender. – se disculpó un tanto nerviosa.
-No hay cuidado. ¿Y por qué es tan importante ese pedazo de papel que encontraste?
-Oh, bueno…- la chica bajó la mirada.
-¿Es secreto?
-No es que sea secreto…es solo que… bueno… es complicado.
-Entiendo. Complicado.
-Lamento no poder decirte más.
-No hay cuidado. Está bien, igual, apenas nos conocemos ¿no es cierto?
-Pues…sí. Es cierto – Algo en ese chico le traía confianza y un sentimiento de anterioridad a Marianella, era casi la sensación que tuvo cuando conoció a Akky y a Noah.
---------------------------------
Bueno, no tengo cabeza para planes malévolos en estos momentos xD así que djeo una pequeña, muy pequeña conti~
- ¿Debería de hacer esto? Después de todo…- sacudió su cabeza de un lado a otro limpiando sus dudas y con sus manos golpeó suavemente sus mejillas. –Concéntrate, esto lo haces por todos. – Tomó su TEC, la nota que había encontrado en la isla y antes de marcharse observó el arma que Charles le había dado antes de partir, lo dudó, pero la tomó y la escondió en su pequeño bolso, y se dispuso a salir.
Había quedado en encontrarse con Eliot en dónde se conocieron esa mañana. Apresuró el paso y llegó. Y allí estaba él, recostado en un árbol con los ojos cerrados y su cabello castaño despeinado. Por un segundo, ante el brillo del sol, la imagen del joven pareció cambiar ante sus ojos y sus vestiduras se transformaron en una armadura. Mar se detuvo un segundo y volvió a mirar, encontrando al chico con una ropa muy casual. Se aproximó hacia él con una sonrisa.
-Hola, Eliot. ¿Llegué tarde?
-Viniste. No, no llegaste tarde. – sonrió y ella también.
- ¿Por qué no vendría? Me prometiste ayudarme ¿recuerdas?
-Sí, claro…es solo que. No sé, quizás pensaste que no era en serio o algo así.
-Bueno, ya ves que estoy acá. ¿Y ahora?
-Bueno, creo que debemos comenzar por el lugar con más historia de este sector.
- ¿Y eso es?
-La biblioteca.
- ¿Hay una biblioteca por aquí? – el chico soltó una ligera risa.
-Sí, la hay. Esto puede ser un pueblito bastante simple, pero cuenta con todo lo necesario.
-¡Ay no! Lo siento, no quise ofender. – se disculpó un tanto nerviosa.
-No hay cuidado. ¿Y por qué es tan importante ese pedazo de papel que encontraste?
-Oh, bueno…- la chica bajó la mirada.
-¿Es secreto?
-No es que sea secreto…es solo que… bueno… es complicado.
-Entiendo. Complicado.
-Lamento no poder decirte más.
-No hay cuidado. Está bien, igual, apenas nos conocemos ¿no es cierto?
-Pues…sí. Es cierto – Algo en ese chico le traía confianza y un sentimiento de anterioridad a Marianella, era casi la sensación que tuvo cuando conoció a Akky y a Noah.
---------------------------------
Bueno, no tengo cabeza para planes malévolos en estos momentos xD así que djeo una pequeña, muy pequeña conti~
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Re: [Roll-P] Remember
- Bien. - Keira se colocó los lentes de sol minutos después de que Mar se hubiera ido. - Todo listo. - observó sus ropas, las que había tomado sin permiso en el cuarto de los chicos. y después se colocó una mascarilla. No era como que desconfiara, para nada, y aún si así fuera, sabía que la chica era lo suficientemente capaz de defenderse, es más ella salía sobrando si algo ocurriese. Pero, no podía perderles el rastro, y al mismo tiempo no podía dejar que la descubriesen.
Se había atado un moño en alto y ocultó sus cabellos, con ayuda de una gorra. Con todo eso, puede que las sospechas a su persona se alborotaran como abejas a su alrededor. Pero no importaba, pues se trataba de algo que ella misma denominaba como una buena causa. O eso quería creer, cuando estaba de buen humor.
No tardó mucho para cuando se encaminó por dónde había ido irse a su amiga, y tampoco tardó en encontrarla, pero claro mantuvo una distancia, quizá demasiado prudente, gracias a unos binoculares que había encontrado en el auto. Y que seguramente le pertenecían al viejo Charles... En un momento se comenzó a preguntar que había sido en realidad Charles en su juventud, teniendo en cuenta su extraña manera de ser. Pero después regresó a lo que importaba, siempre manteniendo en recuerdo a su TEC el que estaba segura no tardaría en sonar.
Aker suspiró pesadamente, antes había estado frente al cuarto de las chicas, pero al tocar nadie le contestó, sabía que ni Mar ni Keira estaban, pero ¿Y Silvermist? ¿Dónde se había metido ese renacuajo?
Caminó tenso, aunque su semblante aparentaba mantener la cabeza fría, la verdad es que todavía no lograba asimilar todo lo que había pasado, todavía se sentía culpable y hasta cuestionaba su participación en todo eso. Ya no quería pasar por lo mismo, y no solo eso, desde que estaban ahí, sabía que las cosas habían cambiado, no sólo él, sino el trato con los demás.
Quedó quieto por un momento, frente al cuarto que compartían los caballeros. Si no se equivocaba, ahí se encontraba Dominic, ese anciano que en más de una ocasión le había observado con severidad, como cuando se corrige. Y aquello aunque le molestaba en medida, aceptaba que le traía un extraño sentimiento, no sabía de qué se trataba, pero el deja vú cada que pasaba cerca, lo inundaba. No se quedó más tiempo, especialmente cuando la puerta hizo ademán de abrir, solo desapareció, dejando a un Erik confundido, pues creía que alguien estaba fuera.
Bajó las escaleras, Don Javier parecía estar hablando todavía por teléfono, y Alice lo observaba insistente, y con un brillo de esperanza en los ojos, que lo hizo quedar hipnotizado por unos segundos, hasta que se fijó en que ella le miraba y le sonreía amigable. Entonces sus mejillas habían sonrojado y tuvo que desviar el rostro, a lo que Alice no evitó reír bajo. Él solo continuó su camino después de un pequeño saludo con la mano desde la distancia, que se perdió cuando cruzó la puerta al exterior. Dónde, bajo un árbol, por fin la encontró recostada a éste.
- Sil. - Llamó acercándose.
- Aky... - Murmuró ella tan bajo que el chico no fue capaz de oírla.
- Te estaba buscando. - Se acuclilló para poder estar más a su altura. Ella giró la cabeza confundida, especialmente al notar la mirada de nostalgia que había articulado el pelirrojo.
- ¿Por qué? - Él abrió los ojos y sintió un escalofrío por los nervios.
- Por qué, preguntas... - Respiró hondo y dejó escapar un suspiro en una aliviada sonrisa. - Me recuerdas a casa. - Tomó un mechón de sus largos cabellos con cuidado. Silvermist solo lo observaba sin comprender y además de eso, estaba comenzando a sentir que su rostro acaloraba.
- ¿Eh?
- Y, me da una sensación de paz... El blanco. - Le sonrió. Ella se inclinó un poco, sin convencerse mucho de lo que estaba a punto de hacer. Pero la reacción atónita del chico le contestó que no había fallado en su elección de palmar su cabeza, como muchas veces vio a la madre de éste hacerlo cuando le ayudaba con algún encargo, o cualquier otra cosa; pues esa era su recompensa, la que aun a regañadientes, él aceptaba ocultando una sonrisa de niño pequeño.
- Lo hiciste bien... - Murmuró. No sabía realmente qué era, pero de alguna manera sentía, que gracias a ese chico, ella, junto con Alice y Keira, ahora estaban en ese lugar y no habían desaparecido como cadáveres en aquella isla.
Aker se dejó agachando la cabeza, haciéndole saber que no le molestaba en lo absoluto, a pesar de ser más torpe y menos seguro que el de su madre, era agradable, por lo que no la detuvo, a pesar de no poder aceptar las palabras anteriores.
Noah cerró el libro que había prestado la noche anterior, y se disponía a regresarlo al estante en el que lo vio, pero dos persona irrumpieron su paso.
- Ah, perro... - Dijo Aker, había regresado dentro junto a Silvermist, quién se abrazaba a lo que aparentaba un trozo de tela, lo cuál era parte de una de las ropas de Alice, y que ella pidió remendar, por eso, Sil aceptando gustosa, había salido al exterior dónde la sensación de pesadez había desaparecido.
- Mugriento... - Le regresó el cumplido, y miró en la dirección que debía ir.
- ¿No piensas preguntar nada?
- ¿Sobre?
Aker torció los labios inconforme.
- No sé... Sobre cómo curar lo idiota, por ejemplo. - Se encogió de hombros. Noah volteó la mirada ante la indirecta.
- Que interesante, cuéntame más...
Aker dejó escapar el principio de una carcajada.
- Si te da curiosidad... Está en la biblioteca del pueblo. - Concluyó para guardar su TEC. Y después continuar su camino seguido de Silvermist; quien lanzó un largo suspiro, después de verlo retomar su camino a paso tranquilo. - ¿Qué pasa?
- No sé, simplemente, me siento un poco decepcionada ¿Quizá? - Sonrió con melancolía. Aker chasqueó la lengua.
- ¿Apostamos? - Le sonrió cómplice. Ella solo abrió los ojos grandes y sonrió asintiendo.
Se había atado un moño en alto y ocultó sus cabellos, con ayuda de una gorra. Con todo eso, puede que las sospechas a su persona se alborotaran como abejas a su alrededor. Pero no importaba, pues se trataba de algo que ella misma denominaba como una buena causa. O eso quería creer, cuando estaba de buen humor.
No tardó mucho para cuando se encaminó por dónde había ido irse a su amiga, y tampoco tardó en encontrarla, pero claro mantuvo una distancia, quizá demasiado prudente, gracias a unos binoculares que había encontrado en el auto. Y que seguramente le pertenecían al viejo Charles... En un momento se comenzó a preguntar que había sido en realidad Charles en su juventud, teniendo en cuenta su extraña manera de ser. Pero después regresó a lo que importaba, siempre manteniendo en recuerdo a su TEC el que estaba segura no tardaría en sonar.
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Aker suspiró pesadamente, antes había estado frente al cuarto de las chicas, pero al tocar nadie le contestó, sabía que ni Mar ni Keira estaban, pero ¿Y Silvermist? ¿Dónde se había metido ese renacuajo?
Caminó tenso, aunque su semblante aparentaba mantener la cabeza fría, la verdad es que todavía no lograba asimilar todo lo que había pasado, todavía se sentía culpable y hasta cuestionaba su participación en todo eso. Ya no quería pasar por lo mismo, y no solo eso, desde que estaban ahí, sabía que las cosas habían cambiado, no sólo él, sino el trato con los demás.
Quedó quieto por un momento, frente al cuarto que compartían los caballeros. Si no se equivocaba, ahí se encontraba Dominic, ese anciano que en más de una ocasión le había observado con severidad, como cuando se corrige. Y aquello aunque le molestaba en medida, aceptaba que le traía un extraño sentimiento, no sabía de qué se trataba, pero el deja vú cada que pasaba cerca, lo inundaba. No se quedó más tiempo, especialmente cuando la puerta hizo ademán de abrir, solo desapareció, dejando a un Erik confundido, pues creía que alguien estaba fuera.
Bajó las escaleras, Don Javier parecía estar hablando todavía por teléfono, y Alice lo observaba insistente, y con un brillo de esperanza en los ojos, que lo hizo quedar hipnotizado por unos segundos, hasta que se fijó en que ella le miraba y le sonreía amigable. Entonces sus mejillas habían sonrojado y tuvo que desviar el rostro, a lo que Alice no evitó reír bajo. Él solo continuó su camino después de un pequeño saludo con la mano desde la distancia, que se perdió cuando cruzó la puerta al exterior. Dónde, bajo un árbol, por fin la encontró recostada a éste.
- Sil. - Llamó acercándose.
- Aky... - Murmuró ella tan bajo que el chico no fue capaz de oírla.
- Te estaba buscando. - Se acuclilló para poder estar más a su altura. Ella giró la cabeza confundida, especialmente al notar la mirada de nostalgia que había articulado el pelirrojo.
- ¿Por qué? - Él abrió los ojos y sintió un escalofrío por los nervios.
- Por qué, preguntas... - Respiró hondo y dejó escapar un suspiro en una aliviada sonrisa. - Me recuerdas a casa. - Tomó un mechón de sus largos cabellos con cuidado. Silvermist solo lo observaba sin comprender y además de eso, estaba comenzando a sentir que su rostro acaloraba.
- ¿Eh?
- Y, me da una sensación de paz... El blanco. - Le sonrió. Ella se inclinó un poco, sin convencerse mucho de lo que estaba a punto de hacer. Pero la reacción atónita del chico le contestó que no había fallado en su elección de palmar su cabeza, como muchas veces vio a la madre de éste hacerlo cuando le ayudaba con algún encargo, o cualquier otra cosa; pues esa era su recompensa, la que aun a regañadientes, él aceptaba ocultando una sonrisa de niño pequeño.
- Lo hiciste bien... - Murmuró. No sabía realmente qué era, pero de alguna manera sentía, que gracias a ese chico, ella, junto con Alice y Keira, ahora estaban en ese lugar y no habían desaparecido como cadáveres en aquella isla.
Aker se dejó agachando la cabeza, haciéndole saber que no le molestaba en lo absoluto, a pesar de ser más torpe y menos seguro que el de su madre, era agradable, por lo que no la detuvo, a pesar de no poder aceptar las palabras anteriores.
◘▬◘▬◘
Noah cerró el libro que había prestado la noche anterior, y se disponía a regresarlo al estante en el que lo vio, pero dos persona irrumpieron su paso.
- Ah, perro... - Dijo Aker, había regresado dentro junto a Silvermist, quién se abrazaba a lo que aparentaba un trozo de tela, lo cuál era parte de una de las ropas de Alice, y que ella pidió remendar, por eso, Sil aceptando gustosa, había salido al exterior dónde la sensación de pesadez había desaparecido.
- Mugriento... - Le regresó el cumplido, y miró en la dirección que debía ir.
- ¿No piensas preguntar nada?
- ¿Sobre?
Aker torció los labios inconforme.
- No sé... Sobre cómo curar lo idiota, por ejemplo. - Se encogió de hombros. Noah volteó la mirada ante la indirecta.
- Que interesante, cuéntame más...
Aker dejó escapar el principio de una carcajada.
- Si te da curiosidad... Está en la biblioteca del pueblo. - Concluyó para guardar su TEC. Y después continuar su camino seguido de Silvermist; quien lanzó un largo suspiro, después de verlo retomar su camino a paso tranquilo. - ¿Qué pasa?
- No sé, simplemente, me siento un poco decepcionada ¿Quizá? - Sonrió con melancolía. Aker chasqueó la lengua.
- ¿Apostamos? - Le sonrió cómplice. Ella solo abrió los ojos grandes y sonrió asintiendo.
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Re: [Roll-P] Remember
El reloj pasaba de las ocho de la noche, estaba exhausta, no sabía cuánto tiempo había pasado pero aquellos muchachos no se habían movido en todo el rato, a excepción de cuando se levantaban para ir por algún otro libro. En algún momento pensó seriamente en aconsejarles en comprar una computadora… O mejor, comentarles el uso del internet ¿alguien en ese pueblo si quiera sabía que era ello? Se recostó sobre la mesa en la que se había situado a unas horas después de llegar. Su disfraz se había desencajado casi por completo y ya no le importaba. Se recostó sobre la mesa y cerró los ojos, mientras se perdía en las voces de su amiga y su acompañante a distancia, era su forma de saber que nada pasaba…
¿Segundos? ¿Minutos? ¿Horas? ¿Días? No lo sabía. Abrió los ojos de golpe por la sensación helada en su mejilla y dio un brinco soltando un grito que fue ahogado inmediatamente por una mano. Abrió bien los ojos y parpadeó un par de veces viendo al joven delante.
-¿Tú que haces aquí? – Dijo el joven le tendió uno de los refrescos que llevaba en la mano.
-Lo mismo debo preguntar yo… ¿No deberías estar con el gringo ese? – Keira aceptó el refresco y lo abrió.
-Se me escapó. Pensé que estaría en este lugar pero no lo veo…Por cierto, eres una mala vigilante.
-¿Disculpa? He estado como cinco horas detrás de esos chicos pero no pasa nada relevante… Incluso me dio sueño, pero no los he perdido de vista para nada.- dijo la joven con deje de orgullo.
-¿En serio? ¿Y se puede saber dónde están? – Preguntó el chico mientras tomaba un sorbo de su bebida tranquilamente. Keira abrió los ojos de golpe y giró hacia dónde, creía ella, había dejado a la pareja.
-¡Los perdí! ¡Rayos! – exclamó.
-¡Silencio! ¡Y aquí no se ingieren alimentos!- gritó la bibliotecaria desde algún lugar. Keira cayó resignada hacia la mesa cogiendo su bebida.
-Cielos…
•••
Miraba el reloj por… quién sabe qué vez en lo que llevaba del día. Había buscado formas de distraerse: leyó, durmió, comió, volvió a dormir, entrenó, se duchó y ahora volvía al primer plan: leer. Así que se dirigió al pequeño estudio de la posada para buscar algo interesante en que distraer su mente, encontró uno vagamente decente, pero el sonido del viejo reloj en la pared: tic, toc, tic, toc… solo lo ponía más tenso. Respiró profundo… A lo mejor, debió haber ido. Se levantó para volver a dejar el libro en su respectivo lugar.
¿Debió haber ido? ¿Qué ganaba haciéndolo? “¿Quizás que ella no tenga una cita con un desconocido, dah?”… ¿Pero por qué eso lo molestaba? “¿Te molestaba?” No, era solo que la quería proteger… “Sí, claro”. Era eso. Una compañera que necesitaba protección… “Pero ella se puede cuidar muy bien sola”. Estaban en situación de peligro, no podía confiar en muchas personas. “Cobarde” Basta. No era cobarde, era la verdad…él solo la quería proteger. Era todo. ¿Y por qué estaba teniendo una charla como esa en su interior con una voz similar a la de Keira? Ok, la tensión lo estaba volviendo loco. Sacudió su cabeza y fue cuando lo oyó.
-Fue divertido, gracias- …-Lo reconocía, era la voz de la castaña. Se aproximó a la puerta con total sutileza y observó hacia la entrada, ella llegaba cargando un par de libros y a su lado un joven. Frunció el ceño.
-Lamento que no hayamos podido encontrar más – Se disculpó el joven.
-No, no te preocupes. Con lo que he encontrado hoy está bien. Mañana continuaré. Gracias por la ayuda –
-No fue nada- Él joven sonrió y ella le devolvió la sonrisa. –Mar…
-Dime.
-¿Podría acompañarte, también mañana? – Lo había dicho claro y sin titubeos, aquella seguridad había sorprendido a la oji azul quién solo atinó a sonrojarse por estar desprevenida.
-Claro, está bien. Gracias por eso Eliot-
-No es nada y espero…que mañana si me permitas invitarte a comer – dijo con un tono de elegancia. Ella solo río.
-Ya lo veremos.
-Por cierto, tengo curiosidad ¿De dónde sacaste ese papiro? – Mar se enserió un poco y giró por ambos lados para asegurarse que nadie estuviera cerca. –Lo siento, no quise incomodarte – se disculpó.
-No, no me incomodas. Lo que sucede que es algo…personal y no puedo revelártelo aún. Lo siento
-No te preocupes, entiendo. –él sonrió. –Bueno, será mejor que me vaya. Nos vemos mañana.- Ella asintió y él se despidió con una sonrisa y un movimiento de mano, a lo que ella contestó igual.
-Ya se fue, puedes dejar de despedirte de la nada – la voz del rubio la había tomado por sorpresa haciéndola soltar un pequeño grito.
-No grites… ¿Ese era tu amigo?
-Sí, me acompañó de regreso.-
-Oh – Noah la observó un segundo -¿Saldrás nuevamente con él?
-Sí, mañana hemos quedado. ¿Por? – respondió de forma muy natural e inocente, antes de girarse hacia el rubio. Noah guardó la calma…
-Por nada. Solo no olvides que nos iremos pronto – Dicho esto, cogió el pequeño libro que traía entre manos y golpeó suavemente la cabeza de la chica con él, antes de darse la vuelta e irse. Mar se quedó allí, de pie, mirando por dónde se iba el joven.
-Raro –
-¡Mar!- la puerta se abrió y con ella, entraban Akky y Keira, quién estaba con un atuendo gracioso y corría hacia ella.
-¿Estás bien? ¿Dónde estuviste? ¡¿Por qué no avisaste que te ibas?! – saltó como madre preocupada abrazando a la joven.
-Tranquila, estuve en la biblioteca. No pasó algo y estoy bien – respondió con una sonrisa. -¿Y ustedes de dónde vienen?
Ambos chicos se miraron –Larga historia.
-Por cierto, ¿hay algo para comer? –Akky pasó a su lado colocando su mano en su cabeza y despeinándola un poco. ¿Qué tenían ese día con su cabello?
-¡Yo también tengo hambre! ¡Espérame Akky! – Keira soltó a la joven y siguió el paso del pelirrojo. -¿No vienes Mar?
Ella solo asintió.
•••
Más tarde, cuando ya todos se encontraban durmiendo, Mar descendió escaleras abajo con los libros en la mano, un cuaderno de notas, lápiz y el papiro, dispuesta a revelar toda la información. Esos libros que encontró, tenían un idioma antiguo que se asemejaba al papel que ella había encontrado. A su vez, hablaban de una época oscura, en dónde un demonio había maldecido aquel pueblo llenándolo de desgracias, hasta que un grupo de hombres y mujeres los salvaron.
Eso tenía alguna pista…y ella lo descubriría. Aunque le tomara toda la noche… Y así fue, vio el amanecer desde aquella mesa del estudio, sentada alrededor de muchas hojas llenas de trazos, hasta que cayó rendida.
Noah no había logrado conciliado recobrar el sueño luego de que una pesadilla interrumpiera su anterior dormitar. Se había levantado dispuesto a salir al patio a entrenar, cuando su vista quedó prendido de aquella imagen. Mar dormía recostada sobre una mesa en el estudio. Sonrío para sí y se acercó. Colocó su chaqueta encima de sus hombros y ella pareció agradecerle en sueños. En la mesa, un papel antiguo llamó su atención y las anotaciones de ella también. El papiro parecía tener un mensaje en alguna lengua antigua y ella lo estaba descifrando ¿acaso era eso lo que se tenía entre manos? La joven había logrado descubrir algunas palabras: “Agua. Acertijo. Puesta de Sol. Equinoccio”. ¿Qué rayos era eso? ¿Tenía que ver con Atur? Noah miró extrañado el papel y luego a la joven, y lo volvió a dejar en su lugar…Si ella quería mantenerlo en secreto, pues no era nadie para impedirlo, pero no la dejaría sola.
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Ni idea de que hice~
¿Segundos? ¿Minutos? ¿Horas? ¿Días? No lo sabía. Abrió los ojos de golpe por la sensación helada en su mejilla y dio un brinco soltando un grito que fue ahogado inmediatamente por una mano. Abrió bien los ojos y parpadeó un par de veces viendo al joven delante.
-¿Tú que haces aquí? – Dijo el joven le tendió uno de los refrescos que llevaba en la mano.
-Lo mismo debo preguntar yo… ¿No deberías estar con el gringo ese? – Keira aceptó el refresco y lo abrió.
-Se me escapó. Pensé que estaría en este lugar pero no lo veo…Por cierto, eres una mala vigilante.
-¿Disculpa? He estado como cinco horas detrás de esos chicos pero no pasa nada relevante… Incluso me dio sueño, pero no los he perdido de vista para nada.- dijo la joven con deje de orgullo.
-¿En serio? ¿Y se puede saber dónde están? – Preguntó el chico mientras tomaba un sorbo de su bebida tranquilamente. Keira abrió los ojos de golpe y giró hacia dónde, creía ella, había dejado a la pareja.
-¡Los perdí! ¡Rayos! – exclamó.
-¡Silencio! ¡Y aquí no se ingieren alimentos!- gritó la bibliotecaria desde algún lugar. Keira cayó resignada hacia la mesa cogiendo su bebida.
-Cielos…
•••
Miraba el reloj por… quién sabe qué vez en lo que llevaba del día. Había buscado formas de distraerse: leyó, durmió, comió, volvió a dormir, entrenó, se duchó y ahora volvía al primer plan: leer. Así que se dirigió al pequeño estudio de la posada para buscar algo interesante en que distraer su mente, encontró uno vagamente decente, pero el sonido del viejo reloj en la pared: tic, toc, tic, toc… solo lo ponía más tenso. Respiró profundo… A lo mejor, debió haber ido. Se levantó para volver a dejar el libro en su respectivo lugar.
¿Debió haber ido? ¿Qué ganaba haciéndolo? “¿Quizás que ella no tenga una cita con un desconocido, dah?”… ¿Pero por qué eso lo molestaba? “¿Te molestaba?” No, era solo que la quería proteger… “Sí, claro”. Era eso. Una compañera que necesitaba protección… “Pero ella se puede cuidar muy bien sola”. Estaban en situación de peligro, no podía confiar en muchas personas. “Cobarde” Basta. No era cobarde, era la verdad…él solo la quería proteger. Era todo. ¿Y por qué estaba teniendo una charla como esa en su interior con una voz similar a la de Keira? Ok, la tensión lo estaba volviendo loco. Sacudió su cabeza y fue cuando lo oyó.
-Fue divertido, gracias- …-Lo reconocía, era la voz de la castaña. Se aproximó a la puerta con total sutileza y observó hacia la entrada, ella llegaba cargando un par de libros y a su lado un joven. Frunció el ceño.
-Lamento que no hayamos podido encontrar más – Se disculpó el joven.
-No, no te preocupes. Con lo que he encontrado hoy está bien. Mañana continuaré. Gracias por la ayuda –
-No fue nada- Él joven sonrió y ella le devolvió la sonrisa. –Mar…
-Dime.
-¿Podría acompañarte, también mañana? – Lo había dicho claro y sin titubeos, aquella seguridad había sorprendido a la oji azul quién solo atinó a sonrojarse por estar desprevenida.
-Claro, está bien. Gracias por eso Eliot-
-No es nada y espero…que mañana si me permitas invitarte a comer – dijo con un tono de elegancia. Ella solo río.
-Ya lo veremos.
-Por cierto, tengo curiosidad ¿De dónde sacaste ese papiro? – Mar se enserió un poco y giró por ambos lados para asegurarse que nadie estuviera cerca. –Lo siento, no quise incomodarte – se disculpó.
-No, no me incomodas. Lo que sucede que es algo…personal y no puedo revelártelo aún. Lo siento
-No te preocupes, entiendo. –él sonrió. –Bueno, será mejor que me vaya. Nos vemos mañana.- Ella asintió y él se despidió con una sonrisa y un movimiento de mano, a lo que ella contestó igual.
-Ya se fue, puedes dejar de despedirte de la nada – la voz del rubio la había tomado por sorpresa haciéndola soltar un pequeño grito.
-No grites… ¿Ese era tu amigo?
-Sí, me acompañó de regreso.-
-Oh – Noah la observó un segundo -¿Saldrás nuevamente con él?
-Sí, mañana hemos quedado. ¿Por? – respondió de forma muy natural e inocente, antes de girarse hacia el rubio. Noah guardó la calma…
-Por nada. Solo no olvides que nos iremos pronto – Dicho esto, cogió el pequeño libro que traía entre manos y golpeó suavemente la cabeza de la chica con él, antes de darse la vuelta e irse. Mar se quedó allí, de pie, mirando por dónde se iba el joven.
-Raro –
-¡Mar!- la puerta se abrió y con ella, entraban Akky y Keira, quién estaba con un atuendo gracioso y corría hacia ella.
-¿Estás bien? ¿Dónde estuviste? ¡¿Por qué no avisaste que te ibas?! – saltó como madre preocupada abrazando a la joven.
-Tranquila, estuve en la biblioteca. No pasó algo y estoy bien – respondió con una sonrisa. -¿Y ustedes de dónde vienen?
Ambos chicos se miraron –Larga historia.
-Por cierto, ¿hay algo para comer? –Akky pasó a su lado colocando su mano en su cabeza y despeinándola un poco. ¿Qué tenían ese día con su cabello?
-¡Yo también tengo hambre! ¡Espérame Akky! – Keira soltó a la joven y siguió el paso del pelirrojo. -¿No vienes Mar?
Ella solo asintió.
•••
Más tarde, cuando ya todos se encontraban durmiendo, Mar descendió escaleras abajo con los libros en la mano, un cuaderno de notas, lápiz y el papiro, dispuesta a revelar toda la información. Esos libros que encontró, tenían un idioma antiguo que se asemejaba al papel que ella había encontrado. A su vez, hablaban de una época oscura, en dónde un demonio había maldecido aquel pueblo llenándolo de desgracias, hasta que un grupo de hombres y mujeres los salvaron.
Eso tenía alguna pista…y ella lo descubriría. Aunque le tomara toda la noche… Y así fue, vio el amanecer desde aquella mesa del estudio, sentada alrededor de muchas hojas llenas de trazos, hasta que cayó rendida.
Noah no había logrado conciliado recobrar el sueño luego de que una pesadilla interrumpiera su anterior dormitar. Se había levantado dispuesto a salir al patio a entrenar, cuando su vista quedó prendido de aquella imagen. Mar dormía recostada sobre una mesa en el estudio. Sonrío para sí y se acercó. Colocó su chaqueta encima de sus hombros y ella pareció agradecerle en sueños. En la mesa, un papel antiguo llamó su atención y las anotaciones de ella también. El papiro parecía tener un mensaje en alguna lengua antigua y ella lo estaba descifrando ¿acaso era eso lo que se tenía entre manos? La joven había logrado descubrir algunas palabras: “Agua. Acertijo. Puesta de Sol. Equinoccio”. ¿Qué rayos era eso? ¿Tenía que ver con Atur? Noah miró extrañado el papel y luego a la joven, y lo volvió a dejar en su lugar…Si ella quería mantenerlo en secreto, pues no era nadie para impedirlo, pero no la dejaría sola.
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Re: [Roll-P] Remember
- Hemos llegado. - Anunció Don Javier una vez bajaron del transporte. Se habían decidido por usar el público por ciertas razones de sigilo, eso y que no valía la pena sacar un auto tan caro, para ir a un lugar como ese. Al que... Unos miraban emocionados, Keira, para ser exactos; otros quedaron meditabundos, no convencidos de aquello; y otros... Bueno, a otros no se les quería acercar ni el aire por el aura, densa, pesada, de odio (? que irradiaba de ellos.
Y aunque estaban en su mayoría, hacía falta la presencia de Dominic, quien en ese momento había quedado en manos de doctores mandados por Charles y pertenecientes a la Orden de Alicem.
- No le veo la razón a esto. - Dijo Aker con los brazos cruzados, y observando el frente. - ¿No deberíamos por el contrario seguir entrenando?
- Pero... - El mayor lo observó extrañado.
- Por primera vez apoyo al pulgoso. - Noah, tenía un semblante parecido al del pelirrojo, pero era quien estaba más distante, por ende, al que nadie quería acercarse(?. - Por otro lado... - Señaló a el muchacho castaño que en esa ocasión los acompañaba. - Traernos más sospechas no nos hará bien.
- Acerca de él...
- ¡Yo lo traje! - Defendió Mar. Aunque les hubieran dicho para descansar de todo, y disipar dudas; necesitaba descifrar el papiro lo más pronto posible; y por esa misma razón le pidió a Eliot les acompañase, no le veía el problema y se notaba alguien de confianza.
- Por la misma razón. - Noah echó un suspiro cansino, estaba tranquilo, demasiado, aún diciendo todo aquello, lo que causaba irritación. Y haciendo que la castaña hiciera una mueca en desacuerdo. El muchacho que estaba a su lado y el causante de la discusión solo negó con la mano y pidió calma.
- No es necesario que me excuses. - Pidió a Mar. - Después de todo, realmente estoy de entrometido.
- Nada de eso, yo te traje, y te quedarás. - Observó a Noah con insistencia, como interrogándolo por más de una cosa, pero no le contestaba nada. Desde la noche anterior estaba extraño, pues por alguna razón aunque deberían de estar más unidos, lo sentía más lejos. Aquello le causaba un extraño hueco en el estómago, no de hambre, uno más incómodo y molesto.
- Además... - Interrumpió Don Javier, antes de que alguien más tomara la palabra. - ¿Les recuerdo a los jóvenes que esto fue idea suya? - Aker y Noah se observaron entre sí y después de inhalar aire, simplemente se encogieron de hombros.
- Ni modo. - Dijo el rubio adelantando el paso.
- Necesitamos vacaciones urgentes. - Aker lo siguió de cerca con las manos en los bolsillos.
▬
Por su parte Keira se acercó sigilosamente a la castaña, antes de que volviera a juntarse con el chico de la biblioteca.
- ¿Tú qué crees? ¿Estarán celosos? - Preguntó pícara, Mar sonrosó levemente de solo pensarlo, pero negó.
- Imposible. - Con una sonrisa y un ademán, le restó importancia, cosa en la que Keira no estaba de acuerdo.
- Bueno, te creo que Akky no lo está, pero Noah, está extraño.
- Los dos están extraños. - Excusó.
- Dilo por ti. – Keira se encogió de hombros al alejarse y juntarse con Silvermist para seguir el mismo camino que los chicos. Mar solo la quedó observando con dudas en su cabeza. Lo peor… Es que se supone que además de pensar en el papiro, ahora también se le había quedado esa pregunta tan abrupta de su amiga.
▬
Encontraron una pequeña ramada en la que alojarse por ese tiempo, no era cara, pero tenía buena atención, y las necesidades básicas, y lo mejor era que a un paso, para salir, ya pisaban la arena.
Noah y Aker se habían adelantado, pues se cambiaron rápido, y no necesitaban tantas prendas ni arreglos como las damas. Porlo que no tardaron en dejar que el agua tocase sus pies.
- ¿Realmente necesitamos esto? – Preguntó Aker, observando cómo el agua subía llegando a penas hasta sus tobillos y volvía a bajar no muy después. Noah asintió.
- Estamos terribles mentalmente.
- Tú quizá. - Noah dejó escapar una risa ante ello, realmente el trato del pelirrojo aunque llegaba a ser cansino, no era molesto. Hasta le servía de bufón de vez en cuando. – Oye, que lo digo en serio.
- Lo sé, lo sé. - Y entonces…
*Splash*
Eso se escuchó para cuando Noah se vio con el rostro empapado por el agua salada, mostrando una mueca, que hizo soltar estruendosamente la risa burlona de Aker.
- Una carrera, ida y vuelta, hasta la boya. - Le retó, antes de que se le ocurriese vengarse. Ya habían estirado, así que, no había problema.
Y sin mucho más que decir, aquello fueron órdenes a seguir, mucho más rápido que cuando Charles los hacía entrenar. Y mucho más relajados que cuando debían combatir. Exacto, debían divertirse, y aunque fuese por un corto tiempo, tratarían de no malgastar esa oportunidad.
Y ellos, o no se fijaron, o no les interesó, los suspiros de màs de una que los vio por ahí (?.
lol
Cuando te sale el NoAker, tan natural e.e
Y aunque estaban en su mayoría, hacía falta la presencia de Dominic, quien en ese momento había quedado en manos de doctores mandados por Charles y pertenecientes a la Orden de Alicem.
- No le veo la razón a esto. - Dijo Aker con los brazos cruzados, y observando el frente. - ¿No deberíamos por el contrario seguir entrenando?
- Pero... - El mayor lo observó extrañado.
- Por primera vez apoyo al pulgoso. - Noah, tenía un semblante parecido al del pelirrojo, pero era quien estaba más distante, por ende, al que nadie quería acercarse(?. - Por otro lado... - Señaló a el muchacho castaño que en esa ocasión los acompañaba. - Traernos más sospechas no nos hará bien.
- Acerca de él...
- ¡Yo lo traje! - Defendió Mar. Aunque les hubieran dicho para descansar de todo, y disipar dudas; necesitaba descifrar el papiro lo más pronto posible; y por esa misma razón le pidió a Eliot les acompañase, no le veía el problema y se notaba alguien de confianza.
- Por la misma razón. - Noah echó un suspiro cansino, estaba tranquilo, demasiado, aún diciendo todo aquello, lo que causaba irritación. Y haciendo que la castaña hiciera una mueca en desacuerdo. El muchacho que estaba a su lado y el causante de la discusión solo negó con la mano y pidió calma.
- No es necesario que me excuses. - Pidió a Mar. - Después de todo, realmente estoy de entrometido.
- Nada de eso, yo te traje, y te quedarás. - Observó a Noah con insistencia, como interrogándolo por más de una cosa, pero no le contestaba nada. Desde la noche anterior estaba extraño, pues por alguna razón aunque deberían de estar más unidos, lo sentía más lejos. Aquello le causaba un extraño hueco en el estómago, no de hambre, uno más incómodo y molesto.
- Además... - Interrumpió Don Javier, antes de que alguien más tomara la palabra. - ¿Les recuerdo a los jóvenes que esto fue idea suya? - Aker y Noah se observaron entre sí y después de inhalar aire, simplemente se encogieron de hombros.
- Ni modo. - Dijo el rubio adelantando el paso.
- Necesitamos vacaciones urgentes. - Aker lo siguió de cerca con las manos en los bolsillos.
▬
Por su parte Keira se acercó sigilosamente a la castaña, antes de que volviera a juntarse con el chico de la biblioteca.
- ¿Tú qué crees? ¿Estarán celosos? - Preguntó pícara, Mar sonrosó levemente de solo pensarlo, pero negó.
- Imposible. - Con una sonrisa y un ademán, le restó importancia, cosa en la que Keira no estaba de acuerdo.
- Bueno, te creo que Akky no lo está, pero Noah, está extraño.
- Los dos están extraños. - Excusó.
- Dilo por ti. – Keira se encogió de hombros al alejarse y juntarse con Silvermist para seguir el mismo camino que los chicos. Mar solo la quedó observando con dudas en su cabeza. Lo peor… Es que se supone que además de pensar en el papiro, ahora también se le había quedado esa pregunta tan abrupta de su amiga.
▬
Encontraron una pequeña ramada en la que alojarse por ese tiempo, no era cara, pero tenía buena atención, y las necesidades básicas, y lo mejor era que a un paso, para salir, ya pisaban la arena.
Noah y Aker se habían adelantado, pues se cambiaron rápido, y no necesitaban tantas prendas ni arreglos como las damas. Porlo que no tardaron en dejar que el agua tocase sus pies.
- ¿Realmente necesitamos esto? – Preguntó Aker, observando cómo el agua subía llegando a penas hasta sus tobillos y volvía a bajar no muy después. Noah asintió.
- Estamos terribles mentalmente.
- Tú quizá. - Noah dejó escapar una risa ante ello, realmente el trato del pelirrojo aunque llegaba a ser cansino, no era molesto. Hasta le servía de bufón de vez en cuando. – Oye, que lo digo en serio.
- Lo sé, lo sé. - Y entonces…
*Splash*
Eso se escuchó para cuando Noah se vio con el rostro empapado por el agua salada, mostrando una mueca, que hizo soltar estruendosamente la risa burlona de Aker.
- Una carrera, ida y vuelta, hasta la boya. - Le retó, antes de que se le ocurriese vengarse. Ya habían estirado, así que, no había problema.
Y sin mucho más que decir, aquello fueron órdenes a seguir, mucho más rápido que cuando Charles los hacía entrenar. Y mucho más relajados que cuando debían combatir. Exacto, debían divertirse, y aunque fuese por un corto tiempo, tratarían de no malgastar esa oportunidad.
Y ellos, o no se fijaron, o no les interesó, los suspiros de màs de una que los vio por ahí (?.
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Re: [Roll-P] Remember
Y ahí se encontraba, frente al paisaje que más amaba, un lugar en el que se sentía cómoda. Sonrío para sí mientras abrazó más sus piernas hacia sí. Había logrado escaparse un rato de la presión de todo lo que estaba sucediendo y por primera vez en mucho tiempo, se sintió tranquila. Inhaló profundo. La puesta de sol, la brisa marina y el sonido de las olas formaban una combinación ideal para ella.
-Por fin te encuentro- ella no volteó, solo sonrió para sí sintiendo como su corazón se aceleraba con solo escuchar su voz. El joven tomó asiento al lado suyo. En completo silencio se dispuso a compartir la vista.
-Es hermoso ¿no? – había dicho ella y giró a verlo, su semblante parecía iluminarse con los últimos rayos de sol. Él se volteó hacia ella encontrando sus miradas y sonrío.
-Sí, quizás. –Ella volvió su vista al mar.
- ¿Es una locura, no es así? – Sabía que aquellas palabras albergaban más de un significado, ella lo había dicho con esa intención y él había comprendido bien.
-En esta vida…lo es. – El cielo empezó a teñirse de colores morados mientras las primeras estrellas empezaban a aparecer. –Pero no me importa traer más locuras a mi vida. - confesó con un tono bajo que provocó en ella un sentimiento que floreció en sonrisa.
-Este lugar guardará muchos secretos.
-Es verdad, se ha vuelto nuestro confidente. - Sintió el roce de su brazo con el del caballero y alzó la mirada en dirección a él. ¿En qué momento se había acercado tanto? Sus mejillas se tiñeron de rosa. Él alzó su mano y con un sutil movimiento rozó su mejilla. Sus miradas se conectaron y poco a poco se dejaron llevar eliminando los centímetros que se interponían entre ellos…
•••
- ¡Mar! ¡Mar!
- ¿eh? – la joven salió de aquel trance en el que había caído mientras veía el mar e intentaba descifrar lo que aquel papiro decía. Volteó hacia dónde provenía el grito y vio a su amiga acercándose rápidamente. –Kei ¿pasó algo?
-Eso mismo te pregunto yo. ¿Se puede saber qué haces sentada aquí? – la muchacha se cruzó de brazos mientras inspeccionaba a la joven con mirada amenazante. Marianella solo pudo soltarse a reír.
-Parece que ya estás lista para entrar al mar. – Keira se encontraba con un bikini rayado de blanco con rosado y un pequeño pareo rosa que tenía atado en la cintura y no podían faltar, los lentes de sol.
-Y tú igual. – La joven no pudo evitar mirarse a sí misma. Ella a cambio de su amiga, traía un sencillo bikini con short de color celeste y su cabello atado en un moño desordenado.
- ¿Por qué estás aquí como viejita y no en el agua buscando galanes? – Keira se sentó a su lado.
-Pues…- Mar observó la libreta que tenía en la mano, allí había escrito aquella escena que se había venido a su mente hacía instantes…pero antes de reaccionar, Keira se lo arranchó de las manos.
-¡Oh por Dios! ¿Es una historia de amor?
-¡No! ¡Devuélvemelo Keichan!
-Espera…estoy leyendo. ¡Oh cielos! ¿Eres tú?
-No, no soy yo…es algo que se vino a mi mente, solo eso.
-Sí claro- acabó de leer y se lo pasó a su amiga, quién rápidamente la cerró y la guardó en la mochila que estaba a su lado.
-¿Y entonces…? – Kei tenía una sonrisa traviesa en su rosro.
-¿Entonces qué?
-¿Quién es el chico?
-No es nadie.
-Oh vamos Marchu, tú y yo sabemos que lo hiciste pensando en alguien…¿acaso fue Noah? ¿O fue Eliot?
-¡No! Ya te dije, no pensé en nadie…-las mejillas de la joven empezaron a tornarse rosas –solo se me vino a la mente.
-¿Un recuerdo de la otra vida, quizás?- miró pícara.
-No, bueno…no sé. Solo se me vino a la mente y no pude evitar escribirlo. Y hablando de Eliot ¿dónde está? - la joven recuperó la compostura.
-Pues se ofreció a ayudar a Sil a traer algo de beber para todos.
-Oh… ¿Y los chicos?
-Ellos, por allá – la castaña señaló hacia el mar, en dónde los dos jóvenes parecían tener una especie de batalla con el agua mientras que en la orilla, un grupo de chicas se juntaba para verlos. –Es tan patético.
-¿Qué? ¿Qué jueguen a pelea de agua? – soltó Mar entre risas, aquella actitud de ambos chicos le daba algo de ternura y gracia.
-También, pero me refería a esas… ¿No tienen nada mejor que hacer? ¿Qué nunca han visto chicos? –Mar soltó una risilla.
-Quizás no como a los nuestros.
-En eso tienes razón. Pueden ser tarados pero son guapos, hay que admitirlo ¿no lo crees Mar?
-Sí – la joven se había vuelto a perder en la escena de ambos chicos, que ahora parecía estar en una competencia de nado libre.
-En especial Noah ¿verdad?
-Sí – dos segundos en darse cuenta lo que acababa de decir -¡¿Qué?! No. Digo yo.
-Te pesqué. Ja – se burlaba la otra joven mientras Mar empezaba a transformarse en un tomate andante.
- ¿De qué se ríen? – la voz de la peli plata las interrumpió. Ambas se giraron, Keira intentando contener la sonrisa y Mar intentando que el sonrojo se le pasara.
-Hola Sil. ¿Y el castaño? – mencionó Keira ya más tranquila. La joven se veía adorable, traía un vestido blanco que dejaba visualizar las tiras de un bikini morado atado en su cuello, pero lo más resaltante era el sombrero de playa que traía sobre sus plateados.
- Eliot se quedó buscando golosinas. Intenté ayudarlo, pero me mandó antes con algunas bebidas. Aquí tienen – le entregó a cada una un refresco.
-Gracias. – dijeron al unisonó. Sil se sentó con ellas. –Entonces…
-Marchu acaba de admitir que Noah es un galán.
- ¿En serio?
-No le creas Sil… ¿Y por qué tu voz tiene ese tono de emoción?
-Bueno…
Y entre risas y peleas, las chicas se encontraban distrayéndose un poco en la playa. Mientras que desde la orilla, dos jóvenes empezaban a notar que sus tres amigas, empezaban a atraer la atención de un particular grupo de personas que parecían divertirse con su escena.
-Por fin te encuentro- ella no volteó, solo sonrió para sí sintiendo como su corazón se aceleraba con solo escuchar su voz. El joven tomó asiento al lado suyo. En completo silencio se dispuso a compartir la vista.
-Es hermoso ¿no? – había dicho ella y giró a verlo, su semblante parecía iluminarse con los últimos rayos de sol. Él se volteó hacia ella encontrando sus miradas y sonrío.
-Sí, quizás. –Ella volvió su vista al mar.
- ¿Es una locura, no es así? – Sabía que aquellas palabras albergaban más de un significado, ella lo había dicho con esa intención y él había comprendido bien.
-En esta vida…lo es. – El cielo empezó a teñirse de colores morados mientras las primeras estrellas empezaban a aparecer. –Pero no me importa traer más locuras a mi vida. - confesó con un tono bajo que provocó en ella un sentimiento que floreció en sonrisa.
-Este lugar guardará muchos secretos.
-Es verdad, se ha vuelto nuestro confidente. - Sintió el roce de su brazo con el del caballero y alzó la mirada en dirección a él. ¿En qué momento se había acercado tanto? Sus mejillas se tiñeron de rosa. Él alzó su mano y con un sutil movimiento rozó su mejilla. Sus miradas se conectaron y poco a poco se dejaron llevar eliminando los centímetros que se interponían entre ellos…
•••
- ¡Mar! ¡Mar!
- ¿eh? – la joven salió de aquel trance en el que había caído mientras veía el mar e intentaba descifrar lo que aquel papiro decía. Volteó hacia dónde provenía el grito y vio a su amiga acercándose rápidamente. –Kei ¿pasó algo?
-Eso mismo te pregunto yo. ¿Se puede saber qué haces sentada aquí? – la muchacha se cruzó de brazos mientras inspeccionaba a la joven con mirada amenazante. Marianella solo pudo soltarse a reír.
-Parece que ya estás lista para entrar al mar. – Keira se encontraba con un bikini rayado de blanco con rosado y un pequeño pareo rosa que tenía atado en la cintura y no podían faltar, los lentes de sol.
-Y tú igual. – La joven no pudo evitar mirarse a sí misma. Ella a cambio de su amiga, traía un sencillo bikini con short de color celeste y su cabello atado en un moño desordenado.
- ¿Por qué estás aquí como viejita y no en el agua buscando galanes? – Keira se sentó a su lado.
-Pues…- Mar observó la libreta que tenía en la mano, allí había escrito aquella escena que se había venido a su mente hacía instantes…pero antes de reaccionar, Keira se lo arranchó de las manos.
-¡Oh por Dios! ¿Es una historia de amor?
-¡No! ¡Devuélvemelo Keichan!
-Espera…estoy leyendo. ¡Oh cielos! ¿Eres tú?
-No, no soy yo…es algo que se vino a mi mente, solo eso.
-Sí claro- acabó de leer y se lo pasó a su amiga, quién rápidamente la cerró y la guardó en la mochila que estaba a su lado.
-¿Y entonces…? – Kei tenía una sonrisa traviesa en su rosro.
-¿Entonces qué?
-¿Quién es el chico?
-No es nadie.
-Oh vamos Marchu, tú y yo sabemos que lo hiciste pensando en alguien…¿acaso fue Noah? ¿O fue Eliot?
-¡No! Ya te dije, no pensé en nadie…-las mejillas de la joven empezaron a tornarse rosas –solo se me vino a la mente.
-¿Un recuerdo de la otra vida, quizás?- miró pícara.
-No, bueno…no sé. Solo se me vino a la mente y no pude evitar escribirlo. Y hablando de Eliot ¿dónde está? - la joven recuperó la compostura.
-Pues se ofreció a ayudar a Sil a traer algo de beber para todos.
-Oh… ¿Y los chicos?
-Ellos, por allá – la castaña señaló hacia el mar, en dónde los dos jóvenes parecían tener una especie de batalla con el agua mientras que en la orilla, un grupo de chicas se juntaba para verlos. –Es tan patético.
-¿Qué? ¿Qué jueguen a pelea de agua? – soltó Mar entre risas, aquella actitud de ambos chicos le daba algo de ternura y gracia.
-También, pero me refería a esas… ¿No tienen nada mejor que hacer? ¿Qué nunca han visto chicos? –Mar soltó una risilla.
-Quizás no como a los nuestros.
-En eso tienes razón. Pueden ser tarados pero son guapos, hay que admitirlo ¿no lo crees Mar?
-Sí – la joven se había vuelto a perder en la escena de ambos chicos, que ahora parecía estar en una competencia de nado libre.
-En especial Noah ¿verdad?
-Sí – dos segundos en darse cuenta lo que acababa de decir -¡¿Qué?! No. Digo yo.
-Te pesqué. Ja – se burlaba la otra joven mientras Mar empezaba a transformarse en un tomate andante.
- ¿De qué se ríen? – la voz de la peli plata las interrumpió. Ambas se giraron, Keira intentando contener la sonrisa y Mar intentando que el sonrojo se le pasara.
-Hola Sil. ¿Y el castaño? – mencionó Keira ya más tranquila. La joven se veía adorable, traía un vestido blanco que dejaba visualizar las tiras de un bikini morado atado en su cuello, pero lo más resaltante era el sombrero de playa que traía sobre sus plateados.
- Eliot se quedó buscando golosinas. Intenté ayudarlo, pero me mandó antes con algunas bebidas. Aquí tienen – le entregó a cada una un refresco.
-Gracias. – dijeron al unisonó. Sil se sentó con ellas. –Entonces…
-Marchu acaba de admitir que Noah es un galán.
- ¿En serio?
-No le creas Sil… ¿Y por qué tu voz tiene ese tono de emoción?
-Bueno…
Y entre risas y peleas, las chicas se encontraban distrayéndose un poco en la playa. Mientras que desde la orilla, dos jóvenes empezaban a notar que sus tres amigas, empezaban a atraer la atención de un particular grupo de personas que parecían divertirse con su escena.
Mar.- .::░ღAdmin~Contest.ღ░::.
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Los dos jóvenes se quedaron pensativos viendo la escena. Es decir, no era extraño que llamaran la atención, llegaban a ser ruidosas de manera inconsciente y sabían mejor que nadie lo lindas que eran, pero algo molestaba, y era que además de los que miraban por curiosidad, también estaban los que miraban con segundas intenciones, realmente no era como si se sintieran preocupados por si les pudiera ocurrir algo, era algo más que no los dejaba tranquilos.
- ¿Qué crees? - Preguntó Aker al aire, pero Noah comprendió que iba dirigido a su persona.
- No sé que debería creer. - Contestó secamente con los brazos cruzados. - Se han de cansar en algún momento.
- ¿Quienes?
- Seguramente ellas.
Aker miró de un extremo a otro, había muchas gente en ese lugar, casi que sentía que habían más cabellos que agua, haciendo que chasqueara la lengua en molestia. Y eso que no contaba a los calvos.
También se fijó en un grupito que no dejaba de verlos a ellos dos, aunque algunas trataron de aparentarlo, realmente no le importó, Noah no parecía interesado siquiera en el aire que respiraba. Pero con un golpe en la espalda lo hizo reaccionar.
- Oye, chucho. - Le llamó.
- ¿Acaso quieres sacarme la piel? - Le reclamó. Si aquella palmada la hubiera recibido una persona normal, lo más seguro que haya quedado media muerta.
- Como sea... - Lo comenzó a empujar. - Vamos por unos helados.
- ¿Eh?
▬
- Pero ¡Ya! - Pidió la castaña, haciendo que sus dos amigas la mirasen en silencio por unos segundos. - Qué tal si dejamos de hablar de lo que ustedes creen de mí... - Recalcó la última frase. Y después observó a Silvermist. - Y pasemos a algo más real... - Sonrió. La peiplata solo ladeó la cabeza sin comprender.
- Eres tramposa. - Remarcó Keira, pero era verdad que también sentía curiosidad, pues, si tenía que decirlo ella era la que menos demostraba algún interés en especial. - Entonces... - La miró pícara. - Dinos... ¿A quién prefieres?
- ¿Cómo que a quién? - Preguntó inocente.
- No te hagas. - Pidió Mar. - Y después se unió al juego. - De los chicos ¿A cuál prefieres?
- Pues los quiero a los dos. - Sonrió apacible. Keira y Mar casi sentían aquello como un caso perdido.
- Bueno... ¿Y a cuál quieres más? - Preguntó Keira. Silvermist quedó pensativa, no es que le diera mucha vuelta a aquel asunto pues lo sentía obvio, siendo con quien pasaba más tiempo la principal razón.
- Aker. - Contestó sin más.
- Mira, así es como se contesta, con decisión. - Señaló Keira, sacando en cara, la tranquilidad de Slvermist a Mar.
- ¡No es lo mismo! - Refutó con las mejillas rosadas, por supuesto que no lo era, las preguntas que le hicieron a la peliplata eran más generales. Por lo que indagaría en ello, solo para demostrarlo. - ¿En qué sentido?
- ¿Eh?
- Es decir... ¿Cómo lo quieres? ¿Amigo? ¿Hermano? ¿Pa... - Fue interrumpida al sentir algo helado en su cuello por lo que se sobresaltó y giró con toda la intención de mandar un golpe, pero se detuvo al notar de quien se trataba, y de que de hecho ya estaba posicionado para bloquear lo que vendría. - ¿Aky? - Luego vio a un costado. - ¿Noah? - Y al otro (?. - ¿Eliot?
- ¿Qué hacen aquí? - Keira se llevó las manos a la cintura interrogante, si no mal recordaba dos estaban en carreritas y el otro consiguiendo golosinas.
- Bueno... Si no quieren... - Dijo el pelirrojo mostrando los diferentes helados que habían comprado uno para cada una.
- No, espera, sí queremos.
Ante ello, y unas cuantas miradas asesinas especialmente del mal genio de Aker; los espectadores comenzaron a disminuir de a poco.
- ¿Cómo así vinieron juntos? - Volvió a tomar la palabra la castaña, para después llevarse la paleta de limón a la boca. - Nos encontramos en el puesto. - Contestó Eliot con una sonrisa, y señalando al lugar en específico. - Pensé que como es la playa, lo mejor es un helado, y al parecer no fui el único en llegar a esa conclusión. - Miró a los dos caballeros quienes solo quitaron importancia.
- Y estamos pensando en rentar un yate... - Mencionó Noah, las chicas se quedaron mirando.
- ¿No es muy caro? - Silvermist los observó extrañada.
- Bueno, Don Javier hace el papeleo y la herencia de la princesa paga todo. - Contestó el pelirrojo tranquilo.
- Ayudar con ello no te mataría. - Le regañó en bajo, él solo negó haciendo una equis con los brazos.
- ¿Y eso estaría... a qué hora? - Preguntó Mar animada.
- Quizá en una o dos horas más. - Noah observó hacia lo profundo de la playa buscando entre la multitud a sus conocidos. - Pero conociendo las influencias de la princesa... Hasta menos.
- Bueno, nos da tiempo para llevar algunas cosas. - Keira se puso de pie, después de terminar su helado.
- ¿Cómo?
- Eso no te interesa. - Le dijo manteniendo un aura de superioridad que molestó al rubio, ustedes diviértanse mientras tanto. - Dijo alejándose.
- ¿Eh? - Los demás solo la observaron marcharse. Aker no tardó en levantarse.
- Entonces... Voy a explorar un poco el lugar... - Miró a Silvermist. - ¿Me acompañas? - Sonrió, ella asintió y sin mucho que decir le siguió.
Y en ello, una parpadeante Mar no sabía que había pasado, pero algo era seguro, la habían dejado sola con esos dos chicos ¿Acaso era alguna clase de broma?
▬
- ¿En serio vamos a explorar? - Preguntó Sil, Aker se encogió de hombros.
- No es que haya mucho que hacer.
- Podemos nadar.
- No.
- Pero...
- Tendrías que sacarte el vestido y no. - Explicó. Sil solo lo miró con duda ¿No era muy importante no? después de todo bajo este se encontraba el traje de baño. Entonces recordó lo que le preguntó Mar instantes atrás...
¿Qué clase de cariño sentía hacia Aky? ¿Amigos? ¿Hermanos? o... ¿Cuál era la otra opción?
- Mira... - Agachado se quedo frente un pequeño hoyo. - Una estrella de mar. - La señaló, pero Sil solo lo miraba como tratando de descifrar algo, lo que le no fue incómodo, pero si le hizo enmudecer unos momentos. - Silvermist. - Pronunció, haciendo que la chica regresara a la realidad.
- ¿Si?
- Estrella. - Repitió con el mismo gesto, ella se acercó y se colocó en la misma posición a contemplarla, Aker, por su parte, la había visto lo suficiente, por lo que en lugar de eso, quedó observando cómo la suave brisa levantaba los plateados que brillaban ante aquel sol de verano.
Todavía no sabía si realmente estaría "idiota" como él acostumbraba a decir, pero, algo era seguro, y es que, a veces, no era la protección de la princesa lo que deseaba con mayor fervor, de lo que estaba seguro su vida pasada estaría muy decepcionado, o quizá solo aturdido.
- ¿Qué crees? - Preguntó Aker al aire, pero Noah comprendió que iba dirigido a su persona.
- No sé que debería creer. - Contestó secamente con los brazos cruzados. - Se han de cansar en algún momento.
- ¿Quienes?
- Seguramente ellas.
Aker miró de un extremo a otro, había muchas gente en ese lugar, casi que sentía que habían más cabellos que agua, haciendo que chasqueara la lengua en molestia. Y eso que no contaba a los calvos.
También se fijó en un grupito que no dejaba de verlos a ellos dos, aunque algunas trataron de aparentarlo, realmente no le importó, Noah no parecía interesado siquiera en el aire que respiraba. Pero con un golpe en la espalda lo hizo reaccionar.
- Oye, chucho. - Le llamó.
- ¿Acaso quieres sacarme la piel? - Le reclamó. Si aquella palmada la hubiera recibido una persona normal, lo más seguro que haya quedado media muerta.
- Como sea... - Lo comenzó a empujar. - Vamos por unos helados.
- ¿Eh?
▬
- Pero ¡Ya! - Pidió la castaña, haciendo que sus dos amigas la mirasen en silencio por unos segundos. - Qué tal si dejamos de hablar de lo que ustedes creen de mí... - Recalcó la última frase. Y después observó a Silvermist. - Y pasemos a algo más real... - Sonrió. La peiplata solo ladeó la cabeza sin comprender.
- Eres tramposa. - Remarcó Keira, pero era verdad que también sentía curiosidad, pues, si tenía que decirlo ella era la que menos demostraba algún interés en especial. - Entonces... - La miró pícara. - Dinos... ¿A quién prefieres?
- ¿Cómo que a quién? - Preguntó inocente.
- No te hagas. - Pidió Mar. - Y después se unió al juego. - De los chicos ¿A cuál prefieres?
- Pues los quiero a los dos. - Sonrió apacible. Keira y Mar casi sentían aquello como un caso perdido.
- Bueno... ¿Y a cuál quieres más? - Preguntó Keira. Silvermist quedó pensativa, no es que le diera mucha vuelta a aquel asunto pues lo sentía obvio, siendo con quien pasaba más tiempo la principal razón.
- Aker. - Contestó sin más.
- Mira, así es como se contesta, con decisión. - Señaló Keira, sacando en cara, la tranquilidad de Slvermist a Mar.
- ¡No es lo mismo! - Refutó con las mejillas rosadas, por supuesto que no lo era, las preguntas que le hicieron a la peliplata eran más generales. Por lo que indagaría en ello, solo para demostrarlo. - ¿En qué sentido?
- ¿Eh?
- Es decir... ¿Cómo lo quieres? ¿Amigo? ¿Hermano? ¿Pa... - Fue interrumpida al sentir algo helado en su cuello por lo que se sobresaltó y giró con toda la intención de mandar un golpe, pero se detuvo al notar de quien se trataba, y de que de hecho ya estaba posicionado para bloquear lo que vendría. - ¿Aky? - Luego vio a un costado. - ¿Noah? - Y al otro (?. - ¿Eliot?
- ¿Qué hacen aquí? - Keira se llevó las manos a la cintura interrogante, si no mal recordaba dos estaban en carreritas y el otro consiguiendo golosinas.
- Bueno... Si no quieren... - Dijo el pelirrojo mostrando los diferentes helados que habían comprado uno para cada una.
- No, espera, sí queremos.
Ante ello, y unas cuantas miradas asesinas especialmente del mal genio de Aker; los espectadores comenzaron a disminuir de a poco.
- ¿Cómo así vinieron juntos? - Volvió a tomar la palabra la castaña, para después llevarse la paleta de limón a la boca. - Nos encontramos en el puesto. - Contestó Eliot con una sonrisa, y señalando al lugar en específico. - Pensé que como es la playa, lo mejor es un helado, y al parecer no fui el único en llegar a esa conclusión. - Miró a los dos caballeros quienes solo quitaron importancia.
- Y estamos pensando en rentar un yate... - Mencionó Noah, las chicas se quedaron mirando.
- ¿No es muy caro? - Silvermist los observó extrañada.
- Bueno, Don Javier hace el papeleo y la herencia de la princesa paga todo. - Contestó el pelirrojo tranquilo.
- Ayudar con ello no te mataría. - Le regañó en bajo, él solo negó haciendo una equis con los brazos.
- ¿Y eso estaría... a qué hora? - Preguntó Mar animada.
- Quizá en una o dos horas más. - Noah observó hacia lo profundo de la playa buscando entre la multitud a sus conocidos. - Pero conociendo las influencias de la princesa... Hasta menos.
- Bueno, nos da tiempo para llevar algunas cosas. - Keira se puso de pie, después de terminar su helado.
- ¿Cómo?
- Eso no te interesa. - Le dijo manteniendo un aura de superioridad que molestó al rubio, ustedes diviértanse mientras tanto. - Dijo alejándose.
- ¿Eh? - Los demás solo la observaron marcharse. Aker no tardó en levantarse.
- Entonces... Voy a explorar un poco el lugar... - Miró a Silvermist. - ¿Me acompañas? - Sonrió, ella asintió y sin mucho que decir le siguió.
Y en ello, una parpadeante Mar no sabía que había pasado, pero algo era seguro, la habían dejado sola con esos dos chicos ¿Acaso era alguna clase de broma?
▬
- ¿En serio vamos a explorar? - Preguntó Sil, Aker se encogió de hombros.
- No es que haya mucho que hacer.
- Podemos nadar.
- No.
- Pero...
- Tendrías que sacarte el vestido y no. - Explicó. Sil solo lo miró con duda ¿No era muy importante no? después de todo bajo este se encontraba el traje de baño. Entonces recordó lo que le preguntó Mar instantes atrás...
¿Qué clase de cariño sentía hacia Aky? ¿Amigos? ¿Hermanos? o... ¿Cuál era la otra opción?
- Mira... - Agachado se quedo frente un pequeño hoyo. - Una estrella de mar. - La señaló, pero Sil solo lo miraba como tratando de descifrar algo, lo que le no fue incómodo, pero si le hizo enmudecer unos momentos. - Silvermist. - Pronunció, haciendo que la chica regresara a la realidad.
- ¿Si?
- Estrella. - Repitió con el mismo gesto, ella se acercó y se colocó en la misma posición a contemplarla, Aker, por su parte, la había visto lo suficiente, por lo que en lugar de eso, quedó observando cómo la suave brisa levantaba los plateados que brillaban ante aquel sol de verano.
Todavía no sabía si realmente estaría "idiota" como él acostumbraba a decir, pero, algo era seguro, y es que, a veces, no era la protección de la princesa lo que deseaba con mayor fervor, de lo que estaba seguro su vida pasada estaría muy decepcionado, o quizá solo aturdido.
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