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[Roll] The city of Babylonia~
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Re: [Roll] The city of Babylonia~
La peliroja se asomó a los pasillos para encontrarse con Caleb. Ese muchacho la observó sumamente avergonzado.
- Son como las cinco de la madrugada - Susurró Kaileena mientras lo miraba. Ensima estaba helando -
- ¿Puedo quedarme? - Preguntó mientras la miraba con cara de cansado. La muchacha se hiso a un lado para que pudiera pasar -
- Dale~ - Le dijo para después cerrar con cuidado de no hacer ruido - ¿Que pasó? -
- Buscaba lo que me habías pedido - Susurró mientras se sentaba en una silla visiblemente agotado -
- Solo pedí unos dulces - Dijo mientras se sentaba delante suyo para posar una de sus manos sobre su mejilla -
- Judal me engañó - Dijo mientras se agarraba los cabellos -
- Tranquilo - Dijo mientras sonreía - Descansa ahora - Pidió mientras bostezaba levemente -
- También vos - Dijo mientras le besaba suavemente los labios -
- Si~ - Susurró la peliroja mientras iba a acostarse. Caleb caminó hasta el sillón ante las risas de Kaileena -
- ¿Qué pasa? - Preguntó mientras se giraba a ver a la muchacha preocupado -
- Vení a dormir conmigo bobo - Murmuró mientras se corría -
- ¿Segura? - Preguntó levemente sonrojado. La peliroja se levantó para caminar hasta estar delante de Caleb -
- Segurísima - Dijo para después abrazar a Caleb por el cuello -
- Entonces bien~ - Susurró a oídos de la peliroja para después irse a acostar con ella - Te amo - Le susurró para después besar suavemente sus cabellos -
- ... - La peliroja se escondió en los brazos de su enamorado a modo de respuesta -
---------
- Buenos días - Saludó Judal a la pelinegra que se estaba desperesando -
- Hola - Saludó somnolienta mientras miraba por la ventana - ¿Qué hora es? -
- Las nueve de la mañana - Respondió con tranquilidad. Estaba cansado debido a las veces que Caleb lo había llamado en la madrugada -
- ¿Descansaste? - Preguntó la muchacha cuando Judal comenzó a bostezar -
- Ese pelotudo de mierda de Caleb estubo hinchando las guindas a la madrugada - Murmuró con desprecio mientras bostezaba nuevamente - Tengo ganas de linchar a ese pelotudo por molesto -
- Tranquilo - Suplicó la pelinegra mientras miraba una bandeja que estaba sobre la mesa - ¿Preparaste el desayuno? - Preguntó sorprendida -
- ¿Vas a decirme que soy un novio esplendido? - Preguntó mientras sonreía con superioridad - Porque eso ya lo sé -
- Idiota - Susurró mientras sonreía levemente -
- ¿Lo vas a querer? - Preguntó mientras sonreía de lado -
- Si~ - Dijo rápidamente mientras se sentaba a comer -
- Gorda - Murmuró Judal cariñoso mientras le besaba la cabeza -
- Ojito lo que me decís Magi - Murmuró Adelaida mientras sonreía -
--------------------------------------------------------------------------
Perdón por lo mierda que salió pero colgue leyendo eso que te conté AJJAJAJA.
Me cagan la PC :B
- Son como las cinco de la madrugada - Susurró Kaileena mientras lo miraba. Ensima estaba helando -
- ¿Puedo quedarme? - Preguntó mientras la miraba con cara de cansado. La muchacha se hiso a un lado para que pudiera pasar -
- Dale~ - Le dijo para después cerrar con cuidado de no hacer ruido - ¿Que pasó? -
- Buscaba lo que me habías pedido - Susurró mientras se sentaba en una silla visiblemente agotado -
- Solo pedí unos dulces - Dijo mientras se sentaba delante suyo para posar una de sus manos sobre su mejilla -
- Judal me engañó - Dijo mientras se agarraba los cabellos -
- Tranquilo - Dijo mientras sonreía - Descansa ahora - Pidió mientras bostezaba levemente -
- También vos - Dijo mientras le besaba suavemente los labios -
- Si~ - Susurró la peliroja mientras iba a acostarse. Caleb caminó hasta el sillón ante las risas de Kaileena -
- ¿Qué pasa? - Preguntó mientras se giraba a ver a la muchacha preocupado -
- Vení a dormir conmigo bobo - Murmuró mientras se corría -
- ¿Segura? - Preguntó levemente sonrojado. La peliroja se levantó para caminar hasta estar delante de Caleb -
- Segurísima - Dijo para después abrazar a Caleb por el cuello -
- Entonces bien~ - Susurró a oídos de la peliroja para después irse a acostar con ella - Te amo - Le susurró para después besar suavemente sus cabellos -
- ... - La peliroja se escondió en los brazos de su enamorado a modo de respuesta -
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- Buenos días - Saludó Judal a la pelinegra que se estaba desperesando -
- Hola - Saludó somnolienta mientras miraba por la ventana - ¿Qué hora es? -
- Las nueve de la mañana - Respondió con tranquilidad. Estaba cansado debido a las veces que Caleb lo había llamado en la madrugada -
- ¿Descansaste? - Preguntó la muchacha cuando Judal comenzó a bostezar -
- Ese pelotudo de mierda de Caleb estubo hinchando las guindas a la madrugada - Murmuró con desprecio mientras bostezaba nuevamente - Tengo ganas de linchar a ese pelotudo por molesto -
- Tranquilo - Suplicó la pelinegra mientras miraba una bandeja que estaba sobre la mesa - ¿Preparaste el desayuno? - Preguntó sorprendida -
- ¿Vas a decirme que soy un novio esplendido? - Preguntó mientras sonreía con superioridad - Porque eso ya lo sé -
- Idiota - Susurró mientras sonreía levemente -
- ¿Lo vas a querer? - Preguntó mientras sonreía de lado -
- Si~ - Dijo rápidamente mientras se sentaba a comer -
- Gorda - Murmuró Judal cariñoso mientras le besaba la cabeza -
- Ojito lo que me decís Magi - Murmuró Adelaida mientras sonreía -
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Perdón por lo mierda que salió pero colgue leyendo eso que te conté AJJAJAJA.
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Tooru- **Full*Contest**
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Edad : 29
Cumpleaños!! : 31/03/1995
Mi llegada : 26/03/2009
Mis Mensajes : 2522
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Re: [Roll] The city of Babylonia~
Ella caminó por los pasillos relajada, mientras llevaba una bandeja con un esmerado desayuno que le había preparado a su enamorado, quién, de seguro, ya debía estar levantándose. Normalmente, ella se despertaba más temprano que él y ese día no había sido la excepción.
Y hubo algo que le llamó la atención de repente: un ruido. Se quedó inmóvil, porque esa voz le resultaba conocida y desconocida a la vez. ¿Quién era? Finalmente lo vio: era un niño pequeño, de aproximadamente seis o siete años de edad, pequeño, con cabello azabache como la tinta y ojos de un reluciente carmín que parecían brillar al verlos.
Se sorprendió al verlo porque ese chico y su voz le resultaban increíblemente familiares. ¡Era idéntico a Judal! Incluso sus voces eran muy parecidas, aunque la del niño era más aguda y con ese timbre infantil que se tiene a esa edad, pero, sin lugar a dudas, era un Judal en miniatura.
-¿Tengo algo?- preguntó él mirándola fijamente, extrañado.
-No…nada- dijo ella, aún asombrada ante ese parecido- ¿Quién sos?
-Alec Magi- respondió el muchacho- ¿Vos?
Era un Magi, eso explicaba esas facciones tan parecidas a Judal. ¿Otro hermano? Lo dudaba, Lear jamás le había mencionado que tuvieran otro hermano, Lina era la menor de ellos y eso había sido hacía años.
-Nina Melik – respondió- ¿Sos pariente de Lear?
El chico abrió los ojos, interesado.
-¿Lo conocés?
-Sí…es mi pareja- dijo algo abochornada.
-Es mi primo segundo- comentó él- ¿Dónde está?
-En su habitación, voy hacia allá- le explicó la rubia relajada- ¿Querés ir?
-Si no te molesta- pidió el muchacho educadamente con una sonrisa relajada. La rubia lo miró durante unos segundos, también sonriendo amablemente. Ese chico, sin lugar a dudas debía ser querido. No habían pasado ni dos segundos de que lo había visto pero había algo en él, su actitud quizás, que te daban ganas de abrazarlo y tener un hijo así.
-¿Puedo hacerte una pregunta, por favor?- inquirió él pasado un minuto.
-Claro, ¿cuál?
-¿Cómo alguien tan bonita y simpática como vos está con un insensible como mi primo?- preguntó el niño.
-Ambos estamos enamorados el uno del otro, quiero a Lear como es, para mí no es insensible- le explicó ella, mientras un leve sonrojo aparecía en sus mejillas por el halago del niño.
Llegaron al cuarto y entraron, inmediatamente, Alec dio un pequeño salto y se subió a la cama donde Lear estaba recostado leyendo un libro.
-¡Primo!- exclamó alegremente.
-¿Qué mierda hacés acá?- preguntó el joven desconcertado, mirándolo.
-Vine a visitarte, ¿no querías que viniera?- comentó Alec agachando la cabeza, apenado.
-Preferiría que te murieras mocoso.
-¡Lear!- exclamó Nina enojada, dejando la bandeja a un lado y acercándose a Alec, quién se había bajado de la cama y estaba con la cabeza gacha- ¡No seas así!
-No lo entendés Nina, este pendejo es un demonio- le explicó Lear mirándola como si eso fuera algo obvio.
-No lo es, vos sos un exagerado- le replicó la muchacha. Extendió una mano hacia el niño- Ven, ¿vamos a comer algo?
-Me encantaría pero no quiero molestarte- respondió el niño.
-No te preocupes, no estoy ocupada- comentó la rubia, mirando de reojo al Magi mayor. Tomó la bandeja del desayuno con una mano mientras que le extendía la otra al Judal en miniatura-. Almorzaremos en otro lado.
-De acuerdo, muchísimas gracias- comentó Alec-. Mi primo no tiene para nada un mal gusto.
Ella se sonrojó mientras se iba aún a pesar de los gritos de Lear, el niño salió detrás de la joven, no sin antes dirigirle una mirada significativa .
Mierda. Por eso odiaban a sus familia, se metía en todos lados. Esa mirada signicaba “no voy a dejarte en paz” Maldito mocoso. ¿Por qué no sólo juega y duerme siesta como el resto de los niños de su edad. Ciertamente, el muchacho jamás demostró ser un maldito mocoso común y corriente como el resto de todos los demás desgraciados pendejos de su edad.
Mierda. Mierda y más mierda. El pendejo ese lo había hecho quedar como un forro frente a Nina. ¡Si tan sólo ella lo conociera en verdad! Era insoportable, extremadamente molesto, una versión más joven y miniatura de su hermano menor, es decir, un verdadero forro hijo de puta.
-------------------------------------------------------------
-Pfff, por lo que podés hacerme- la provocó Judal con una sonrisa.
-Sé defenderme querido- continuó con la broma ella.
-Adelaida, no podés hacerme nada, si quisiera incluso ahora podría hacerte un hijo- prosiguió el rey con una sonrisa pícara, provocando un sonrojo en la muchacha.
-No, gracias- repuso avergonzada-. Imagínate un hijo tuyo…sería tan…
-Perfecto- finalizó él.
-…raro- prosiguió ella.
-¿Así considerás a tu hijo?- cuestionó él divertido.
-Idiota- murmuró ella-. Pero en serio…me lo imagino y sería raro, es como raro asimilar algo tan chiquito y…
-…hermoso- la interrumpió él.
-y hermoso- concedió ella ríendo-, haciendo forreadas a las personas, no sé, un hijo de Caleb por ejemplo y conseguir todo lo que se le de la gana. Me daría miedo hasta a mí, con suerte puedo con un Judal, otro va más allá de mi estabilidad mental – bromeó la muchacha.
-Que graciosa- dijo él con sarcasmo-. Mi hijo va a ser perfecto como yo y es obvio que va a molestar a la descendencia pelotuda de Caleb, es algo que se lleva en la sangre- explicó él.
-¿No estás exagerando?
-Para nada- le respondió el rey de Babilonia. De repente, la puerta se abrió y entraron Caleb con Kaileena, agarrados de la mano-. Hablando de roma, el pelotudo se asoma.
-Estúpido- murmuró Caleb irritado.
-Nunca me referí a vos boludo, no es mi culpa que te sientas tocado por ser pelotudo- se defendió el rey de Babilonia.
Y, antes de que Caleb pudiera abrir la boca, Nina entró a la habitación de la mano de Alec. Kaileena y Judal, quien ya lo conocían, no se inmutaron, pero Adelaida y Caleb dieron una fuerte exclamación, es más, este último se tropezó al retroceder unos pasos y cayó al suelo.
-Pelotudo- dijo Judal riendo.
-¡No me dijiste que tenías un hijo!- gritó la pelinegra desconcertada y mirando a Judal acusadoramente, mientras corría a socorrer a su mejor amigo.
-No es mi hijo, es mi primo segundo, Alec Magi- le respondió Judal, quien encontraba esas extrañas y desesperadas reacciones absolutamente divertidas- Alec, te los presento: Ella es Adelaida, mi novia y él es Caleb…
-Un pelotudo, ¿verdad?- finalizó el joven.
-Exacto- comentó Judal, saludando a su pequeño primo.
-Es una linda muchacha- dijo el niño, acercándose a Adelaida quien estaba inmóvil y dándole un beso en la mejilla- Hola. Encantado de conocerte- se dirigió hacia Caleb-. A vos no voy a saludarte, soy muy superior para saludar a un pobre homosexual como vos.
-Este chico vale oro- comentó Judal entretenido ante la expresión asombrada del rubio.
-Kaileena, ¡te extrañaba!- dijo él, saludándola con un beso en la mejilla y un abrazo.
-También yo Alec- comentó ella, mirando preocupada a Caleb.
-¿Qué le pasa que sigue con esa cara de estúpido?- preguntó el Magi menor.
-Nació así Alec- le contestó su primo.
-Ya veo…pobre boludo- dijo el niño.
-Son…- empezó a decir Caleb, señalándolos acusadoramente con un dedo.
-¿Iguales?- preguntaron ambos Magi al unísono, cruzándose de brazos y mirándolo con esos ojos idénticos. Adelaida dio un respingo: exactamente así era como imaginaba que sería un hijo de Judal. ¿Y si ella fuera la madre? Mierda. ¿Cómo carajos iba a criar a un chico así? Decidió alejar esos pensamientos desconcertantes rápidamente, aunque le resultó extremadamente difícil, y más porque ambos esbozaron esa hermosa media sonrisa de superioridad. Esa sonrisa que no auguraba nada bueno.
-------------------------------------------
Ajsadkhkasdh más no se me ocurrió puchonina.
Alec me cae bien, es el mini Judal que uno quisiera tener como hijo (? ♥
Lalalalala ~
PD: Pág 16 ♥
PD2: Falta 4 hojas para terminar el rol, fuck, no quiero que acabe.
PD3: En lenguaje matemático sería que falta menos de 1/4 de historia (?
PD4: Extrañaba escribir PD.
PD5: Quiero leer eso que estuviste leyendo sklajkldsad.
PD6: Idiotas que creen que se ven y bardean, sjshsdjksda xD. Si supieran que nadie se entera de nada excepto vos que los podés ver ahí xD.
PD7: Espero que la estés pasando bien con Rita (?
PD8: Amo las PD ♥
PD9: También te amo a vos puchonina de my life ~ ♥
Y hubo algo que le llamó la atención de repente: un ruido. Se quedó inmóvil, porque esa voz le resultaba conocida y desconocida a la vez. ¿Quién era? Finalmente lo vio: era un niño pequeño, de aproximadamente seis o siete años de edad, pequeño, con cabello azabache como la tinta y ojos de un reluciente carmín que parecían brillar al verlos.
Se sorprendió al verlo porque ese chico y su voz le resultaban increíblemente familiares. ¡Era idéntico a Judal! Incluso sus voces eran muy parecidas, aunque la del niño era más aguda y con ese timbre infantil que se tiene a esa edad, pero, sin lugar a dudas, era un Judal en miniatura.
-¿Tengo algo?- preguntó él mirándola fijamente, extrañado.
-No…nada- dijo ella, aún asombrada ante ese parecido- ¿Quién sos?
-Alec Magi- respondió el muchacho- ¿Vos?
Era un Magi, eso explicaba esas facciones tan parecidas a Judal. ¿Otro hermano? Lo dudaba, Lear jamás le había mencionado que tuvieran otro hermano, Lina era la menor de ellos y eso había sido hacía años.
-Nina Melik – respondió- ¿Sos pariente de Lear?
El chico abrió los ojos, interesado.
-¿Lo conocés?
-Sí…es mi pareja- dijo algo abochornada.
-Es mi primo segundo- comentó él- ¿Dónde está?
-En su habitación, voy hacia allá- le explicó la rubia relajada- ¿Querés ir?
-Si no te molesta- pidió el muchacho educadamente con una sonrisa relajada. La rubia lo miró durante unos segundos, también sonriendo amablemente. Ese chico, sin lugar a dudas debía ser querido. No habían pasado ni dos segundos de que lo había visto pero había algo en él, su actitud quizás, que te daban ganas de abrazarlo y tener un hijo así.
-¿Puedo hacerte una pregunta, por favor?- inquirió él pasado un minuto.
-Claro, ¿cuál?
-¿Cómo alguien tan bonita y simpática como vos está con un insensible como mi primo?- preguntó el niño.
-Ambos estamos enamorados el uno del otro, quiero a Lear como es, para mí no es insensible- le explicó ella, mientras un leve sonrojo aparecía en sus mejillas por el halago del niño.
Llegaron al cuarto y entraron, inmediatamente, Alec dio un pequeño salto y se subió a la cama donde Lear estaba recostado leyendo un libro.
-¡Primo!- exclamó alegremente.
-¿Qué mierda hacés acá?- preguntó el joven desconcertado, mirándolo.
-Vine a visitarte, ¿no querías que viniera?- comentó Alec agachando la cabeza, apenado.
-Preferiría que te murieras mocoso.
-¡Lear!- exclamó Nina enojada, dejando la bandeja a un lado y acercándose a Alec, quién se había bajado de la cama y estaba con la cabeza gacha- ¡No seas así!
-No lo entendés Nina, este pendejo es un demonio- le explicó Lear mirándola como si eso fuera algo obvio.
-No lo es, vos sos un exagerado- le replicó la muchacha. Extendió una mano hacia el niño- Ven, ¿vamos a comer algo?
-Me encantaría pero no quiero molestarte- respondió el niño.
-No te preocupes, no estoy ocupada- comentó la rubia, mirando de reojo al Magi mayor. Tomó la bandeja del desayuno con una mano mientras que le extendía la otra al Judal en miniatura-. Almorzaremos en otro lado.
-De acuerdo, muchísimas gracias- comentó Alec-. Mi primo no tiene para nada un mal gusto.
Ella se sonrojó mientras se iba aún a pesar de los gritos de Lear, el niño salió detrás de la joven, no sin antes dirigirle una mirada significativa .
Mierda. Por eso odiaban a sus familia, se metía en todos lados. Esa mirada signicaba “no voy a dejarte en paz” Maldito mocoso. ¿Por qué no sólo juega y duerme siesta como el resto de los niños de su edad. Ciertamente, el muchacho jamás demostró ser un maldito mocoso común y corriente como el resto de todos los demás desgraciados pendejos de su edad.
Mierda. Mierda y más mierda. El pendejo ese lo había hecho quedar como un forro frente a Nina. ¡Si tan sólo ella lo conociera en verdad! Era insoportable, extremadamente molesto, una versión más joven y miniatura de su hermano menor, es decir, un verdadero forro hijo de puta.
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-Pfff, por lo que podés hacerme- la provocó Judal con una sonrisa.
-Sé defenderme querido- continuó con la broma ella.
-Adelaida, no podés hacerme nada, si quisiera incluso ahora podría hacerte un hijo- prosiguió el rey con una sonrisa pícara, provocando un sonrojo en la muchacha.
-No, gracias- repuso avergonzada-. Imagínate un hijo tuyo…sería tan…
-Perfecto- finalizó él.
-…raro- prosiguió ella.
-¿Así considerás a tu hijo?- cuestionó él divertido.
-Idiota- murmuró ella-. Pero en serio…me lo imagino y sería raro, es como raro asimilar algo tan chiquito y…
-…hermoso- la interrumpió él.
-y hermoso- concedió ella ríendo-, haciendo forreadas a las personas, no sé, un hijo de Caleb por ejemplo y conseguir todo lo que se le de la gana. Me daría miedo hasta a mí, con suerte puedo con un Judal, otro va más allá de mi estabilidad mental – bromeó la muchacha.
-Que graciosa- dijo él con sarcasmo-. Mi hijo va a ser perfecto como yo y es obvio que va a molestar a la descendencia pelotuda de Caleb, es algo que se lleva en la sangre- explicó él.
-¿No estás exagerando?
-Para nada- le respondió el rey de Babilonia. De repente, la puerta se abrió y entraron Caleb con Kaileena, agarrados de la mano-. Hablando de roma, el pelotudo se asoma.
-Estúpido- murmuró Caleb irritado.
-Nunca me referí a vos boludo, no es mi culpa que te sientas tocado por ser pelotudo- se defendió el rey de Babilonia.
Y, antes de que Caleb pudiera abrir la boca, Nina entró a la habitación de la mano de Alec. Kaileena y Judal, quien ya lo conocían, no se inmutaron, pero Adelaida y Caleb dieron una fuerte exclamación, es más, este último se tropezó al retroceder unos pasos y cayó al suelo.
-Pelotudo- dijo Judal riendo.
-¡No me dijiste que tenías un hijo!- gritó la pelinegra desconcertada y mirando a Judal acusadoramente, mientras corría a socorrer a su mejor amigo.
-No es mi hijo, es mi primo segundo, Alec Magi- le respondió Judal, quien encontraba esas extrañas y desesperadas reacciones absolutamente divertidas- Alec, te los presento: Ella es Adelaida, mi novia y él es Caleb…
-Un pelotudo, ¿verdad?- finalizó el joven.
-Exacto- comentó Judal, saludando a su pequeño primo.
-Es una linda muchacha- dijo el niño, acercándose a Adelaida quien estaba inmóvil y dándole un beso en la mejilla- Hola. Encantado de conocerte- se dirigió hacia Caleb-. A vos no voy a saludarte, soy muy superior para saludar a un pobre homosexual como vos.
-Este chico vale oro- comentó Judal entretenido ante la expresión asombrada del rubio.
-Kaileena, ¡te extrañaba!- dijo él, saludándola con un beso en la mejilla y un abrazo.
-También yo Alec- comentó ella, mirando preocupada a Caleb.
-¿Qué le pasa que sigue con esa cara de estúpido?- preguntó el Magi menor.
-Nació así Alec- le contestó su primo.
-Ya veo…pobre boludo- dijo el niño.
-Son…- empezó a decir Caleb, señalándolos acusadoramente con un dedo.
-¿Iguales?- preguntaron ambos Magi al unísono, cruzándose de brazos y mirándolo con esos ojos idénticos. Adelaida dio un respingo: exactamente así era como imaginaba que sería un hijo de Judal. ¿Y si ella fuera la madre? Mierda. ¿Cómo carajos iba a criar a un chico así? Decidió alejar esos pensamientos desconcertantes rápidamente, aunque le resultó extremadamente difícil, y más porque ambos esbozaron esa hermosa media sonrisa de superioridad. Esa sonrisa que no auguraba nada bueno.
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Ajsadkhkasdh más no se me ocurrió puchonina.
Alec me cae bien, es el mini Judal que uno quisiera tener como hijo (? ♥
Lalalalala ~
PD: Pág 16 ♥
PD2: Falta 4 hojas para terminar el rol, fuck, no quiero que acabe.
PD3: En lenguaje matemático sería que falta menos de 1/4 de historia (?
PD4: Extrañaba escribir PD.
PD5: Quiero leer eso que estuviste leyendo sklajkldsad.
PD6: Idiotas que creen que se ven y bardean, sjshsdjksda xD. Si supieran que nadie se entera de nada excepto vos que los podés ver ahí xD.
PD7: Espero que la estés pasando bien con Rita (?
PD8: Amo las PD ♥
PD9: También te amo a vos puchonina de my life ~ ♥
Re: [Roll] The city of Babylonia~
- Eso~ - Susurró Caleb mientras miraba a ese niño caminar hasta donde estaba -
- Das pena - Le dijo. En ese momento Lear apareció con cara de pocos amigos señalando de manera acusadora a ese pequeño niño -
- Regresame a Nina - Murmuró mientras se agachaba a mirar de cerca a ese Magi - Mocoso de mierda -
- ... - Ese niño le miró con una ceja arqueada para después sonreir de lado. Luego hiso un puchero mientras la mirada se le llenaba de lágrimas - Lear me esta diciendo cosas feas~ - Comenzó a llorar -
- Lear sorete - Murmuró Judal mientras sonreía -
- Pobresito~ - Susurró la enamorada del mayor de los Magi mientras iba a consolar al pequeño niño -
- Te esta engañando Nina - Murmuró Lear mientras miraba la escena con enojo -
- Basta Lear - Pidió levemente molesta -
- Pero~ -
- Basta~ - Dijo mientras le señalaba los pasillos - Te veo después -
- ... - Ese pelinegro posó su mirada en su pequeño primo que le estaba mirando mientras sonreía de lado -
- "¿Que esperás? Largo" - Después de leer aquellas palabras pronunciadas por la boca de ese pendejo Lear salió disparado de allí. Estaba seguro de que cada día que pasaba le aguantaba menos -
- Tranquilo - Suplicó la muchacha - Lear no es malo~ - Murmuró a lo que Judal se levantó para ponerse de cuclillas a su lado -
- ¿Te gusta engañar a los niños linda? - Preguntó pícaro mientras le pellizcaba una mejilla suavemente -
- Judal~ ¿Siempre sos así de elocuente? - Preguntó mientras sonreía. Ese pelinegro la agarró suavemente de la mejilla -
- Cada vez que puedo - Respondió mientras miraba a su primo pequeño -
- Gracias Nina - Susurró mientras se secaba las mejillas con las manos -
- ¿Querés una golosína? - Susurró mientras se paraba para después acercarse a los pasillos -
- ¿Enserio? - Preguntó esperanzado -
- Si~ - Respondió ella mientras comenzaba a caminar - Ya regreso -
- Te ayudo - Dijo Kaileena mientras seguía a Nina -
- Después de todo es un mocoso - Susurró Caleb mientras se sentaba -
- ¿Qué estas mirando delgaducho con cara de idiota? - Preguntó a lo que Judal inmediatamente comenzó a reir -
- Estas siendo molestado por un mocoso de seis años - Murmuró Judal mientras le daba la mano a su primo - Eres una pequeña mente de la que espero grandes cosas - Murmuró mientras sonreía -
- Lo mismo digo - Dijo ese niño mientras se giraba a ver a Caleb que seguía mirandolo espantado - ¿Qué pasa nena? ¿Te asusto? - Preguntó a lo que Caleb le miró molesto -
- Pará de decirme nena - Murmuró conteniendo las ganas de golpear a ese mocoso -
- En ese caso~ ¿Donde escondiste el orgullo? - Preguntó mordaz mientras le señalaba los pantalones - Porque si me preguntas a mi allí no guardás nada -
- Pendejo~ - Murmuró Caleb enojado -
- Kaileena - Susurró el pequeño Magi mientras observaba a la peliroja llegar con una bandeja seguida de Nina - Tengo sueño - Murmuró mientras le daba una mano para que ella se la agarrara -
- ¿Querés dormir? - Preguntó suavemente mientras se sentaba para después sentar al pequeño en sus piernas -
- Si pero~ Quiero probar las golosínas que ustedes se esmeraron en hacer - Murmuró a lo que la enamorada de Lear le regaló una linda sonrisa -
- Como quieras lindo - Dijo Kaileena mientras le besaba suavemente la mejilla -
- P-P-Pero~ - Caleb se quedó pasmado mirando como Las chicas se reían con ese "pendejo de mierda" -
- ¿Sorprendido? - Preguntó Judal mientras lo miraba con tranquilidad -
- Es un demonio - Murmuró su enamorada mientras miraba a Caleb que no encontraba palabras para responder -
- Es un Magi - Dijo Judal mientras le besaba el cuello suavemente a Adelaida - ¿Que esperabas? -
- L-La verdad es que esperaba a un niño - Murmuró sonrojada mientras se sacaba a Judal de ensima. Que le besara el cuello le daba cosquillas -
- Es un demonio - Murmuró Caleb mientras miraba a Alec sonreir junto a las muchachas -
- Simplemente te asusta porque a sus seis años es más inteligente que vos - Dijo a lo que Caleb simplemente puso cara de enojado -
- Si querés ir con Caleb andá Kaileena - Le dijo en susurros Nina mientras pasaba su mano suavemente por los cabellos del niño que dormía con tranquilidad - Yo me quedo -
- ¿Segura? - Preguntó la peliroja mientras la miraba levemente sorprendida -
- Si~ - Dijo mientras posaba su mano suavemente sobre su panza - Vos vas a tener a uno en unos pocos meses por lo que me parece bien que pases algún momento con Caleb -
- Gracias~ - Susurró levemente sonrojada -
- Por nada - Respondió para después besar suavemente la mejilla del niño -
- ¿Vamos? - Preguntó Kaileena a Caleb que simplemente la miró sin entender -
- Idiota - Murmuró Judal mientras sentaba a Kaileena en sus piernas - Solo por eso merecés morir -
- ¿Eh~? - Caleb miró a su enamorada sin entender de que estaba hablando Judal -
- Pueden estar a solas ahora - Dijo Adelaida mientras suspiraba. También le sorprendía la inocencia de su amigo -
- ¿¡Eh!? - Preguntó mientras se paraba - Dame a Kaileena - Le dijo a Judal con un dedo acusador -
- Te cagás por idiota - Dijo con tranquilidad mientras besaba suavemente la mejilla de su amiga -
- Regresamela - Dijo mientras la agarraba suavemente la mano -
- Bueno~ Pero es porque la voz que tenés me molesta - Dijo mientras le liberaba - Pero si me entero que te vas acostar con ella sos boleta - Dijo mordaz para después liberar a Kaileena que fue agarrada sin dudar por Caleb -
- Vamos - Le dijo suavemente mientras se llevaba a la peliroja de la mano -
- ¿Caleb? - Llamó la muchacha mientras le abrazaba del cuello por la espalda -
- Decime - Suplicó mientras le sonreía por ensima de su hombro -
- Te quiero - Susurró mientras cerraba sus ojos unos segundos -
- ... - Ese muchacho simplemente esbosó una linda sonrisa. Escuchar aquellas palabras de Kaileena le producían una alegría inmensa -
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PD1: Pág 16 sjaksja ♥
PD2: Tampoco quiero que se acabe u.u ~
PD3: Las PD's pedían que las escribieras (?)
PD4: ajjaja esta para estallarse las pelotudeces que ponen sjaksja xd
PD5: Las leo de PEDO. De onda que no pasó por ahí entonces nada~ Como que no me entero & cuando las veo de onda que no las leo completas porque me da japa~ :B
PD6: La pasé bomba (?)
PD889: Seguramente las PD's te aman ♥
PD95611452: Puchonina de my life mi te ama más~ ♥
- Das pena - Le dijo. En ese momento Lear apareció con cara de pocos amigos señalando de manera acusadora a ese pequeño niño -
- Regresame a Nina - Murmuró mientras se agachaba a mirar de cerca a ese Magi - Mocoso de mierda -
- ... - Ese niño le miró con una ceja arqueada para después sonreir de lado. Luego hiso un puchero mientras la mirada se le llenaba de lágrimas - Lear me esta diciendo cosas feas~ - Comenzó a llorar -
- Lear sorete - Murmuró Judal mientras sonreía -
- Pobresito~ - Susurró la enamorada del mayor de los Magi mientras iba a consolar al pequeño niño -
- Te esta engañando Nina - Murmuró Lear mientras miraba la escena con enojo -
- Basta Lear - Pidió levemente molesta -
- Pero~ -
- Basta~ - Dijo mientras le señalaba los pasillos - Te veo después -
- ... - Ese pelinegro posó su mirada en su pequeño primo que le estaba mirando mientras sonreía de lado -
- "¿Que esperás? Largo" - Después de leer aquellas palabras pronunciadas por la boca de ese pendejo Lear salió disparado de allí. Estaba seguro de que cada día que pasaba le aguantaba menos -
- Tranquilo - Suplicó la muchacha - Lear no es malo~ - Murmuró a lo que Judal se levantó para ponerse de cuclillas a su lado -
- ¿Te gusta engañar a los niños linda? - Preguntó pícaro mientras le pellizcaba una mejilla suavemente -
- Judal~ ¿Siempre sos así de elocuente? - Preguntó mientras sonreía. Ese pelinegro la agarró suavemente de la mejilla -
- Cada vez que puedo - Respondió mientras miraba a su primo pequeño -
- Gracias Nina - Susurró mientras se secaba las mejillas con las manos -
- ¿Querés una golosína? - Susurró mientras se paraba para después acercarse a los pasillos -
- ¿Enserio? - Preguntó esperanzado -
- Si~ - Respondió ella mientras comenzaba a caminar - Ya regreso -
- Te ayudo - Dijo Kaileena mientras seguía a Nina -
- Después de todo es un mocoso - Susurró Caleb mientras se sentaba -
- ¿Qué estas mirando delgaducho con cara de idiota? - Preguntó a lo que Judal inmediatamente comenzó a reir -
- Estas siendo molestado por un mocoso de seis años - Murmuró Judal mientras le daba la mano a su primo - Eres una pequeña mente de la que espero grandes cosas - Murmuró mientras sonreía -
- Lo mismo digo - Dijo ese niño mientras se giraba a ver a Caleb que seguía mirandolo espantado - ¿Qué pasa nena? ¿Te asusto? - Preguntó a lo que Caleb le miró molesto -
- Pará de decirme nena - Murmuró conteniendo las ganas de golpear a ese mocoso -
- En ese caso~ ¿Donde escondiste el orgullo? - Preguntó mordaz mientras le señalaba los pantalones - Porque si me preguntas a mi allí no guardás nada -
- Pendejo~ - Murmuró Caleb enojado -
- Kaileena - Susurró el pequeño Magi mientras observaba a la peliroja llegar con una bandeja seguida de Nina - Tengo sueño - Murmuró mientras le daba una mano para que ella se la agarrara -
- ¿Querés dormir? - Preguntó suavemente mientras se sentaba para después sentar al pequeño en sus piernas -
- Si pero~ Quiero probar las golosínas que ustedes se esmeraron en hacer - Murmuró a lo que la enamorada de Lear le regaló una linda sonrisa -
- Como quieras lindo - Dijo Kaileena mientras le besaba suavemente la mejilla -
- P-P-Pero~ - Caleb se quedó pasmado mirando como Las chicas se reían con ese "pendejo de mierda" -
- ¿Sorprendido? - Preguntó Judal mientras lo miraba con tranquilidad -
- Es un demonio - Murmuró su enamorada mientras miraba a Caleb que no encontraba palabras para responder -
- Es un Magi - Dijo Judal mientras le besaba el cuello suavemente a Adelaida - ¿Que esperabas? -
- L-La verdad es que esperaba a un niño - Murmuró sonrojada mientras se sacaba a Judal de ensima. Que le besara el cuello le daba cosquillas -
- Es un demonio - Murmuró Caleb mientras miraba a Alec sonreir junto a las muchachas -
- Simplemente te asusta porque a sus seis años es más inteligente que vos - Dijo a lo que Caleb simplemente puso cara de enojado -
- Si querés ir con Caleb andá Kaileena - Le dijo en susurros Nina mientras pasaba su mano suavemente por los cabellos del niño que dormía con tranquilidad - Yo me quedo -
- ¿Segura? - Preguntó la peliroja mientras la miraba levemente sorprendida -
- Si~ - Dijo mientras posaba su mano suavemente sobre su panza - Vos vas a tener a uno en unos pocos meses por lo que me parece bien que pases algún momento con Caleb -
- Gracias~ - Susurró levemente sonrojada -
- Por nada - Respondió para después besar suavemente la mejilla del niño -
- ¿Vamos? - Preguntó Kaileena a Caleb que simplemente la miró sin entender -
- Idiota - Murmuró Judal mientras sentaba a Kaileena en sus piernas - Solo por eso merecés morir -
- ¿Eh~? - Caleb miró a su enamorada sin entender de que estaba hablando Judal -
- Pueden estar a solas ahora - Dijo Adelaida mientras suspiraba. También le sorprendía la inocencia de su amigo -
- ¿¡Eh!? - Preguntó mientras se paraba - Dame a Kaileena - Le dijo a Judal con un dedo acusador -
- Te cagás por idiota - Dijo con tranquilidad mientras besaba suavemente la mejilla de su amiga -
- Regresamela - Dijo mientras la agarraba suavemente la mano -
- Bueno~ Pero es porque la voz que tenés me molesta - Dijo mientras le liberaba - Pero si me entero que te vas acostar con ella sos boleta - Dijo mordaz para después liberar a Kaileena que fue agarrada sin dudar por Caleb -
- Vamos - Le dijo suavemente mientras se llevaba a la peliroja de la mano -
- ¿Caleb? - Llamó la muchacha mientras le abrazaba del cuello por la espalda -
- Decime - Suplicó mientras le sonreía por ensima de su hombro -
- Te quiero - Susurró mientras cerraba sus ojos unos segundos -
- ... - Ese muchacho simplemente esbosó una linda sonrisa. Escuchar aquellas palabras de Kaileena le producían una alegría inmensa -
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PD1: Pág 16 sjaksja ♥
PD2: Tampoco quiero que se acabe u.u ~
PD3: Las PD's pedían que las escribieras (?)
PD4: ajjaja esta para estallarse las pelotudeces que ponen sjaksja xd
PD5: Las leo de PEDO. De onda que no pasó por ahí entonces nada~ Como que no me entero & cuando las veo de onda que no las leo completas porque me da japa~ :B
PD6: La pasé bomba (?)
PD889: Seguramente las PD's te aman ♥
PD95611452: Puchonina de my life mi te ama más~ ♥
Tooru- **Full*Contest**
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Edad : 29
Cumpleaños!! : 31/03/1995
Mi llegada : 26/03/2009
Mis Mensajes : 2522
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Re: [Roll] The city of Babylonia~
-¿Qué hace él acá?- preguntó Lear de mala manera, mientras observaba al niño plácidamente dormido en SU cama, tapado con SUS sábanas mientras que SU novia jugueteaba levemente con esos cabellos negros.
-No seas malo, tenía sueño- le explicó ella.
-Lo trato como se merece, un pendejo de mierda- se defendió el pelinegro de mala manera. Sabía lo forro que era su primo y que Nina lo defendiera y fuera engañada por la actuación de Alec le irritaba. Sabía como ese mocoso del demonio lo estaba boludeando.
-Sos un exagerado Lear, tiene 6 años- dijo ella algo cansada también con ese asunto. ¿Por qué su novio tenía que ser tan complicado? ¡Se peleaba con todo el mundo! ¡Con sus 20 años no podía andar peleándose con un crío de 6! Era algo que, a decir verdad, por más que lo amara muchísimo y todas esas cosas, le molestaban un poco.
-Quiero dormir- se quejó Lear.
-Duerme con él, es pequeño- le respondió la muchacha mirándolo fijamente.
-Ni en pedo duermo con ese demonio- aseguró rápidamente.
-Entonces duerme en el sillón o ve a otro cuarto.
-Quiero estar en mi cama- prosiguió el Magi.
-¡No seas nena caprichosa Lear! ¡No hagas pendejadas!- le exclamó Nina ya cansada de la situación.
El ruido de ese grito hizo que el pequeño niño abriera los ojos con pereza y observara con curiosidad a los dos presentes.
-¿Qué ocurrió?- preguntó extrañado. De repente gesticuló una mueca- ¿Hice algo? – cuestionó con tono triste.
-Sí, nacer- dijo Lear con frialdad.
-No le des bola querido, no hiciste nada, es Lear el que tiene la culpa- lo relajó ella
Lear, instantáneamente, puso mala cara ante esas palabras. Mocoso que era, por su culpa Nina estaba enojada con él. Pero él sabía como era ese pendejo, como engañaba a su enamorada con una cara bonita.
-Duerme- le dijo la rubia acariciándole con suavidad. Cuando vio que Lear estuvo a punto de abrir la boca le dirigió una mirada completamente envenenada que hasta incluso intimidó al Magi.
Lear suspiró, se buscaría otra habitación porque Alec le usurpó la suya, pero al menos, podría estar en un cuarto bien alejado de él con la compañía de Nina. Solos. Relajados. Charlar y dormir abrazados como solían hacerlo todas las noches.
-¿Podrías dormir conmigo Nina?- preguntó Alec de repente, mirándola con esos ojos carmesí fijamente-. Es que hoy es el primer día que estoy en el palacio sin mis padres y no quiero quedarme solo.
-Por supuesto- dijo ella con ternura, abrazándolo.
-“Que pendejo de mierda”- pensó Lear con enojo, mientras veía la sonrisa que ese niño esbozaba sin que Nina se diera cuenta. Esas medias sonrisas de superioridad tan idénticas y despreciables a las de Judal. Mierda, mierda, mierda. ¡Pendejo insoportable! ¡Ya se iba a vengar de él! Pero ahora, con Nina enojándose cada vez que él lo trataba como correspondía, eso le iba a resultar imposible. Se mordió el labio con enojo, mientras se marchaba de allí rápidamente.
Se sentía totalmente estúpido caminando por los pasillos del palacio, y más, sabiendo que la culpa de todo ello la tenía un mocoso de seis años. Que bajo había caído.
Chasqueó la lengua enojado mientras pensaba dónde podría estar esa persona a la cual estaba buscando. Finalmente, la encontró en camisón y con un vaso de agua saliendo a la cocina, con aspecto somnoliento.
-¿Qué pasó Lear?- preguntó Adelaida, algo dormida.
-Es ese pendejo, Alec- le respondió él-, mi primo- aclaró.
-Ya sé quién es, lo vi hace unas horas- la interrumpió ella.
-¿Te dejaste engañar por esa cara de nene bueno?- cuestionó Lear, temiendo que su amiga también se hubiera dejado engañar por ese mocoso del demonio.
-Nah, es idéntico a Judal- comentó ella-, eso significa que de bueno sólo tiene la apariencia.
-Pero eso te encanta de mí- agregó alguien a sus espaldas. Ambos jóvenes se dieron vuelta para encontrarse la brillante mirada de Judal que los observaba arqueando una ceja. Verlos a ambos juntos a la noche no le gustaba para nada-. ¿Qué hacen acá?
-Te dije que fui a buscar algo para tomar- explicó ella, señalando el vaso con agua.
-Te tardaste demasiado- prosiguió él desconfiado-. Por eso vine a buscarte, no esperaba encontrarte con este pelotudo.
-Recién nos encontramos y no soy pelotudo- se defendió Lear. No estaba de humor para que el Judal original lo comenzara a joder y a insultar.
-Ah, no deberían dejar los vasos tan altos- se quejó Adelaida-. Cuando logré agarrar uno tiré un par más...esto...lo limpié. Después los pago- se disculpó ella agachando la cabeza.
Judal se río relajado.
-Ni todos tus ahorros pueden pagar uno de esos vasos Adelaida- le dijo el rey de Babilonia. Se encogió de hombros-. Por lo que me importa, alguien después los va a reponer.
-¿Podemos hablar en otro lado?- pidió Lear con un suspiro.
-Pfff, ¿qué le vas a contar? De seguro es que Alec te hizo quedar como un pelotudo, lo que es totalmente patético de por sí porque él sólo tiene 6 años y es un mejor Magi que vos.
-Cerrá la boca Judal, no estoy de humor.
El heredero se río con malicia.
-Es tarde y andas boludeando por aca. Adivino: Te cagó la cama, ¿verdad?- dijo él, sonríendo aún más al ver la cara de desconcierto y asombro que puso su hermano mayor-. Y no estás tratando, en vano, de acostarte con Nina en otro cuarto, así que: o ella se enojó o él le pidió para dormir con ella. Conociendo a Alec y lo pelotudo que sos vos, deben ser ambas.
Lear maldijo por lo bajo. Odiaba que su hermano fuera tan perceptivo.
-----------------------------------------
Conti boluda pero ahajdkhsadjksad, tengo que hacer tarea de Trabajo y Ciudadanía o como carajos se llame xD.
Ajdshdsajdhssa, mi loves you + puchonina.
Escribiría PD pero ahora me da fiaquita, lalala :B
-No seas malo, tenía sueño- le explicó ella.
-Lo trato como se merece, un pendejo de mierda- se defendió el pelinegro de mala manera. Sabía lo forro que era su primo y que Nina lo defendiera y fuera engañada por la actuación de Alec le irritaba. Sabía como ese mocoso del demonio lo estaba boludeando.
-Sos un exagerado Lear, tiene 6 años- dijo ella algo cansada también con ese asunto. ¿Por qué su novio tenía que ser tan complicado? ¡Se peleaba con todo el mundo! ¡Con sus 20 años no podía andar peleándose con un crío de 6! Era algo que, a decir verdad, por más que lo amara muchísimo y todas esas cosas, le molestaban un poco.
-Quiero dormir- se quejó Lear.
-Duerme con él, es pequeño- le respondió la muchacha mirándolo fijamente.
-Ni en pedo duermo con ese demonio- aseguró rápidamente.
-Entonces duerme en el sillón o ve a otro cuarto.
-Quiero estar en mi cama- prosiguió el Magi.
-¡No seas nena caprichosa Lear! ¡No hagas pendejadas!- le exclamó Nina ya cansada de la situación.
El ruido de ese grito hizo que el pequeño niño abriera los ojos con pereza y observara con curiosidad a los dos presentes.
-¿Qué ocurrió?- preguntó extrañado. De repente gesticuló una mueca- ¿Hice algo? – cuestionó con tono triste.
-Sí, nacer- dijo Lear con frialdad.
-No le des bola querido, no hiciste nada, es Lear el que tiene la culpa- lo relajó ella
Lear, instantáneamente, puso mala cara ante esas palabras. Mocoso que era, por su culpa Nina estaba enojada con él. Pero él sabía como era ese pendejo, como engañaba a su enamorada con una cara bonita.
-Duerme- le dijo la rubia acariciándole con suavidad. Cuando vio que Lear estuvo a punto de abrir la boca le dirigió una mirada completamente envenenada que hasta incluso intimidó al Magi.
Lear suspiró, se buscaría otra habitación porque Alec le usurpó la suya, pero al menos, podría estar en un cuarto bien alejado de él con la compañía de Nina. Solos. Relajados. Charlar y dormir abrazados como solían hacerlo todas las noches.
-¿Podrías dormir conmigo Nina?- preguntó Alec de repente, mirándola con esos ojos carmesí fijamente-. Es que hoy es el primer día que estoy en el palacio sin mis padres y no quiero quedarme solo.
-Por supuesto- dijo ella con ternura, abrazándolo.
-“Que pendejo de mierda”- pensó Lear con enojo, mientras veía la sonrisa que ese niño esbozaba sin que Nina se diera cuenta. Esas medias sonrisas de superioridad tan idénticas y despreciables a las de Judal. Mierda, mierda, mierda. ¡Pendejo insoportable! ¡Ya se iba a vengar de él! Pero ahora, con Nina enojándose cada vez que él lo trataba como correspondía, eso le iba a resultar imposible. Se mordió el labio con enojo, mientras se marchaba de allí rápidamente.
Se sentía totalmente estúpido caminando por los pasillos del palacio, y más, sabiendo que la culpa de todo ello la tenía un mocoso de seis años. Que bajo había caído.
Chasqueó la lengua enojado mientras pensaba dónde podría estar esa persona a la cual estaba buscando. Finalmente, la encontró en camisón y con un vaso de agua saliendo a la cocina, con aspecto somnoliento.
-¿Qué pasó Lear?- preguntó Adelaida, algo dormida.
-Es ese pendejo, Alec- le respondió él-, mi primo- aclaró.
-Ya sé quién es, lo vi hace unas horas- la interrumpió ella.
-¿Te dejaste engañar por esa cara de nene bueno?- cuestionó Lear, temiendo que su amiga también se hubiera dejado engañar por ese mocoso del demonio.
-Nah, es idéntico a Judal- comentó ella-, eso significa que de bueno sólo tiene la apariencia.
-Pero eso te encanta de mí- agregó alguien a sus espaldas. Ambos jóvenes se dieron vuelta para encontrarse la brillante mirada de Judal que los observaba arqueando una ceja. Verlos a ambos juntos a la noche no le gustaba para nada-. ¿Qué hacen acá?
-Te dije que fui a buscar algo para tomar- explicó ella, señalando el vaso con agua.
-Te tardaste demasiado- prosiguió él desconfiado-. Por eso vine a buscarte, no esperaba encontrarte con este pelotudo.
-Recién nos encontramos y no soy pelotudo- se defendió Lear. No estaba de humor para que el Judal original lo comenzara a joder y a insultar.
-Ah, no deberían dejar los vasos tan altos- se quejó Adelaida-. Cuando logré agarrar uno tiré un par más...esto...lo limpié. Después los pago- se disculpó ella agachando la cabeza.
Judal se río relajado.
-Ni todos tus ahorros pueden pagar uno de esos vasos Adelaida- le dijo el rey de Babilonia. Se encogió de hombros-. Por lo que me importa, alguien después los va a reponer.
-¿Podemos hablar en otro lado?- pidió Lear con un suspiro.
-Pfff, ¿qué le vas a contar? De seguro es que Alec te hizo quedar como un pelotudo, lo que es totalmente patético de por sí porque él sólo tiene 6 años y es un mejor Magi que vos.
-Cerrá la boca Judal, no estoy de humor.
El heredero se río con malicia.
-Es tarde y andas boludeando por aca. Adivino: Te cagó la cama, ¿verdad?- dijo él, sonríendo aún más al ver la cara de desconcierto y asombro que puso su hermano mayor-. Y no estás tratando, en vano, de acostarte con Nina en otro cuarto, así que: o ella se enojó o él le pidió para dormir con ella. Conociendo a Alec y lo pelotudo que sos vos, deben ser ambas.
Lear maldijo por lo bajo. Odiaba que su hermano fuera tan perceptivo.
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Conti boluda pero ahajdkhsadjksad, tengo que hacer tarea de Trabajo y Ciudadanía o como carajos se llame xD.
Ajdshdsajdhssa, mi loves you + puchonina.
Escribiría PD pero ahora me da fiaquita, lalala :B
Re: [Roll] The city of Babylonia~
- ¿¡Qué carajos te interesa!? - Preguntó de mala gana mientras apretaba los puños -
- Nada~ La verdad - Respondió mientras agarraba a la pelinegra de la mano - Simplemente espero poder ver como te desmoronas -
- Mierda~ - Murmuró mientras apretaba los dientes. Las ganas que poseía de golpear a su hermano eran inmensas -
- Solo por si te interesa.. - Ese pelinegro le entregó a su hermano unas llaves mientras sonreía de lado - ..La 215 esta vacía - Dijo para después comenzar a caminar llevandose consigo a Adelaida - Buenas noches Lear -
- Este pendejo me esta cargando - Murmuró mientras comenzaba a caminar. Lo peor era que no le quedaba más que hacer caso a su hermano menor -
---------
- Me preocupa - Susurró la pelinegra. Judal simplemente le señaló los pasillos con mala cara -
- Largo - Dijo mientras que con una mano se cubría los oídos - Estás con eso desde ayer - Dijo mientras se acostaba nuevamente -
- Perdoname - Susurró Adelaida mientras pasaba su mano por los cabellos de Judal - Pero me preocupa -
- ... - Ese pelinegro hiso una mueca de disgusto - Deja de decir eso - Dijo mientras señalaba nuevamente los pasillos -
- Perdoname - Dijo mientras se quedaba en silencio - Pero no quiero irme -
- Entonces no quiero escuchar nada más de Lear - Dijo con mala cara para después obligar a la muchacha a acostarse a su lado - Soy el único hombre del que podés hablar - Le dijo mientras sonreía de lado a lo que las mejillas de la muchacha se tiñieron de un lindo color rosado -
----------
- ¿Me escuchás? - Preguntó ese niño mientras sacudía suavemente a la enamorada de Lear -
- Buenos días - Saludó mientras sonreía -
- Son las nueve - Dijo mientras le regresaba esa mueca amigable - ¿Querés venir a desayunar? -
- Seguro~ - Celebró mientras se paraba. Salió a los pasillos pero.. - Lear - Susurró mientras lo miraba sorprendida -
- Buenos días - Saludó mientras se rascaba la nuca levemente sonrojado -
- Hola~ - Saludó la voz de un niño. Lear observó a ese mocoso de su primo colgado del camisón de Nina -
- P-Pendejo - Susurró mientras aparetaba sus puños -
- ¿Vas a empezar? - Preguntó la rubia de mala gana - Porque si es asi nos vamos - Dijo mientras agarraba suavemente la mano del niños -
- E-Espera Nina - Suplicó Lear mientras observaba a esa linda muchacha marcharse con ese niño -
- ¡Eres un inmaduro! - Estalló sin siquiera girarse a ver a ese Magi -
- Idiota~ - Susurró su pequeño primo mientras le sacaba la lengua -
- Pendejo de mierda - Susurró mientras golpeaba la pared - Si no puedo hablar con ella no solucionaré las cosas -
---------
- Realmente es idiota - Susurró Nina mientras jugaba con una galleta -
- ¿Por qué estas enamorada de mi primo? - Preguntó ese niño mientras bebía su chocolatada - Disculpa pero no puedo entender -
- Todo~ - Respondió sonrojada mientras miraba por la ventana con la cabeza apoyada sobre una de sus manos - Cada día que pasa Lear me gusta más -
- ¿D-De verdad? - Preguntó ese niño con curiosidad. La muchacha se sonrojó muchisimo al darse cuenta de que estaba contandole aquello al pequeño primo de su enamorado -
- S-Si pero no digas nada - Suplicó mientras sacudía sus manos delante de su cara - Realmente creo que debería cambiar la manera en que se diríge a vos -
- Que puedas aguantar a mi primo es demasiado - Dijo como si no hubiera escuchado ese comentario - Jamás desearía algo malo para vos pero bueno~ si vos querés estar con Lear supongo que esta bien -
- Etto~ G-Gracias - Dijo mientras sonreía nerviosa -
- Nada~ La verdad - Respondió mientras agarraba a la pelinegra de la mano - Simplemente espero poder ver como te desmoronas -
- Mierda~ - Murmuró mientras apretaba los dientes. Las ganas que poseía de golpear a su hermano eran inmensas -
- Solo por si te interesa.. - Ese pelinegro le entregó a su hermano unas llaves mientras sonreía de lado - ..La 215 esta vacía - Dijo para después comenzar a caminar llevandose consigo a Adelaida - Buenas noches Lear -
- Este pendejo me esta cargando - Murmuró mientras comenzaba a caminar. Lo peor era que no le quedaba más que hacer caso a su hermano menor -
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- Me preocupa - Susurró la pelinegra. Judal simplemente le señaló los pasillos con mala cara -
- Largo - Dijo mientras que con una mano se cubría los oídos - Estás con eso desde ayer - Dijo mientras se acostaba nuevamente -
- Perdoname - Susurró Adelaida mientras pasaba su mano por los cabellos de Judal - Pero me preocupa -
- ... - Ese pelinegro hiso una mueca de disgusto - Deja de decir eso - Dijo mientras señalaba nuevamente los pasillos -
- Perdoname - Dijo mientras se quedaba en silencio - Pero no quiero irme -
- Entonces no quiero escuchar nada más de Lear - Dijo con mala cara para después obligar a la muchacha a acostarse a su lado - Soy el único hombre del que podés hablar - Le dijo mientras sonreía de lado a lo que las mejillas de la muchacha se tiñieron de un lindo color rosado -
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- ¿Me escuchás? - Preguntó ese niño mientras sacudía suavemente a la enamorada de Lear -
- Buenos días - Saludó mientras sonreía -
- Son las nueve - Dijo mientras le regresaba esa mueca amigable - ¿Querés venir a desayunar? -
- Seguro~ - Celebró mientras se paraba. Salió a los pasillos pero.. - Lear - Susurró mientras lo miraba sorprendida -
- Buenos días - Saludó mientras se rascaba la nuca levemente sonrojado -
- Hola~ - Saludó la voz de un niño. Lear observó a ese mocoso de su primo colgado del camisón de Nina -
- P-Pendejo - Susurró mientras aparetaba sus puños -
- ¿Vas a empezar? - Preguntó la rubia de mala gana - Porque si es asi nos vamos - Dijo mientras agarraba suavemente la mano del niños -
- E-Espera Nina - Suplicó Lear mientras observaba a esa linda muchacha marcharse con ese niño -
- ¡Eres un inmaduro! - Estalló sin siquiera girarse a ver a ese Magi -
- Idiota~ - Susurró su pequeño primo mientras le sacaba la lengua -
- Pendejo de mierda - Susurró mientras golpeaba la pared - Si no puedo hablar con ella no solucionaré las cosas -
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- Realmente es idiota - Susurró Nina mientras jugaba con una galleta -
- ¿Por qué estas enamorada de mi primo? - Preguntó ese niño mientras bebía su chocolatada - Disculpa pero no puedo entender -
- Todo~ - Respondió sonrojada mientras miraba por la ventana con la cabeza apoyada sobre una de sus manos - Cada día que pasa Lear me gusta más -
- ¿D-De verdad? - Preguntó ese niño con curiosidad. La muchacha se sonrojó muchisimo al darse cuenta de que estaba contandole aquello al pequeño primo de su enamorado -
- S-Si pero no digas nada - Suplicó mientras sacudía sus manos delante de su cara - Realmente creo que debería cambiar la manera en que se diríge a vos -
- Que puedas aguantar a mi primo es demasiado - Dijo como si no hubiera escuchado ese comentario - Jamás desearía algo malo para vos pero bueno~ si vos querés estar con Lear supongo que esta bien -
- Etto~ G-Gracias - Dijo mientras sonreía nerviosa -
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Re: [Roll] The city of Babylonia~
-¡Ya basta! Ve de una vez- le dijo Judal señalando la puerta. Ella hizo una mueca apenada, realmente no había hablado, pero estaba absorta en sus preocupaciones por Lear y apenas reaccionaba a lo que Judal le hablaba.
-Lo lamento- se disculpó ella, levantándose de la cama y yendo hacia la puerta- Es que me preocupa.
-Lo dijiste como quince veces y no estoy exagerando, ya me quedó claro- informó el muchacho con frialdad y algo enojado.
-No te pongas así, estoy preocupada por Lear del mismo modo que vos lo hiciste y lo seguirías haciendo por Nina, por ejemplo- le dijo ella relajada.
-Es distinto- se defendió el pelinegro.
-¿En qué?
-Nina me cae bien, es simpática. Lear es un pelotudo y me cae para el orto, no lo tolero ni lo perdoné aún- respondió el muchacho. Su esclava suspiró con pesar.
-Volveré pronto- dijo, para después irse.
----------------------------------------------------------
-Sos especial entonces- dijo el niño, haciendo que un leve sonrojo aparecieran en las mejillas de Nina por ese halago.
-¿Por qué?
-Mi primo no es de querer con facilidad, a veces veo lo que hace y pienso que yo podría hacerlo mejor que él- agregó con una sonrisa soberbia-. O sea, se hace problema por muchas cosas, es por eso que jamás pudo tener una novia y menos quererla y preocuparse por ella como lo hace con vos. Me doy cuenta porque se enoja con facilidad, es bastante obvio como va a actuar la verdad.
-¿Razonaste todo eso por cómo actúa solamente?- preguntó asombrada la muchacha.
-No es tan difícil- repuso el joven.
La joven suspiró. ¿Judal con sus seis años era igual que Alec? Mierda. Eso de los genes Magi que tanto insistían Adelaida, Caleb y Judal en serio era verdad.
-¿Vamos a tomar un helado?- preguntó el niño, ofreciéndole una mano. Ella se río, era divertido ver cómo un niño tan pequeño la invitaba a tomar un helado como si fuera un adulto.
-Por supuesto- respondió, aceptando esa pequeña mano y tomándola- ¿Pagás vos?- bromeó ella.
-Pero de eso no hay duda- respondió el niño. Nina pensó que era una broma hasta que vio cómo con su mano libre sacaba una pesada bolsa de oro de su bolsillo. Al ver la mirada desconcertada de la joven él agregó:- Es mi mesada semanal.
¿6 años y ya tenía una mesada semanal que de seguro era mucho más que el sueldo de Caleb mensual? Pfff, todos los Magis eran unos derrochadores de oro.
---------------------------------------
Adelaida se detuvo frente a la puerta que tenía escrito el número 215. Tocó levemente y esperó unos segundos, finalmente, Lear le abrió con rostro somnoliento y malvas ojeras.
-Que carita- dijo ella, mientras el joven le daba el paso para que entrara-. ¿Qué te pasó?
-No pude dormir absolutamente nada- se quejó el Magi mayor con un bostezo, cerrando la puerta-. Pensar en ese pendejo de mierda me provocó insomnio.
-Te estás preocupando demasiado por nada- le dijo ella con una sonrisa confianzuda-. Tiene 6 años Lear, ya estás exagerando.
-¡No son celos!- se apresuró a decir él avergonzado-. En serio. No soy tan patético de tener celos de un mocoso del demonio de seis años…
La muchacha de cabello azabache como la tinta arqueó una ceja.
-En serio- recalcó el joven-. Tampoco soy un enfermo de los celos.
Esa mirada de la esclava no cambió.
-Bueno quizás sí sea un enfermo de los celos pero en este caso NO es eso- admitió él, irritado. Cuando vio que la joven sonreía, aceptando esa confesión, prosiguió-. Es que no tolero a Alec, es una maldita copia versión menor de Judal, me repugna y Nina lo defiende pensando que él es bueno. No lo es. Sólo está complicándome las cosas con Nina.
-Mmm…-empezó a pensar su amiga.
-No me digas que deje de odiarlo porque no puedo hacer eso- la interrumpió Lear con impaciencia y algo desesperado.
-Ya lo sé, no pensaba en eso- reconoció ella-. Sencillamente controlate y no lo insultes en frente de Nina, después con el pendejo hacé lo que se te cante mientras que ella no mire.
-Está pegado a Nina como una garrapata.
-¡Tiene 6 años! Debe estudiar o hacer algo, no puede andar libre por ahí, además…¿por cuánto tiempo se va a quedar?
-Hasta el casamiento de Judal y Kaileena- ante esa respuesta, la joven de ojos zafiros desvío la vista adolorida. Ese hecho aún seguía lastimándole…-. Es el que lleva los anillos.
-Bueno, aprovechá los momentos a solas y, si está Nina con él, no lo insultes. Tenés que controlarte y no ser tan expresivo Lear- le dijo la joven-. No puede ser que un mocoso de 6 años te pelotudee…
-No me digas más eso, estoy harto de escucharlo- se quejó Lear.
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Escribiría más pero me echan :B. Conti pedorra, i know xD
-Lo lamento- se disculpó ella, levantándose de la cama y yendo hacia la puerta- Es que me preocupa.
-Lo dijiste como quince veces y no estoy exagerando, ya me quedó claro- informó el muchacho con frialdad y algo enojado.
-No te pongas así, estoy preocupada por Lear del mismo modo que vos lo hiciste y lo seguirías haciendo por Nina, por ejemplo- le dijo ella relajada.
-Es distinto- se defendió el pelinegro.
-¿En qué?
-Nina me cae bien, es simpática. Lear es un pelotudo y me cae para el orto, no lo tolero ni lo perdoné aún- respondió el muchacho. Su esclava suspiró con pesar.
-Volveré pronto- dijo, para después irse.
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-Sos especial entonces- dijo el niño, haciendo que un leve sonrojo aparecieran en las mejillas de Nina por ese halago.
-¿Por qué?
-Mi primo no es de querer con facilidad, a veces veo lo que hace y pienso que yo podría hacerlo mejor que él- agregó con una sonrisa soberbia-. O sea, se hace problema por muchas cosas, es por eso que jamás pudo tener una novia y menos quererla y preocuparse por ella como lo hace con vos. Me doy cuenta porque se enoja con facilidad, es bastante obvio como va a actuar la verdad.
-¿Razonaste todo eso por cómo actúa solamente?- preguntó asombrada la muchacha.
-No es tan difícil- repuso el joven.
La joven suspiró. ¿Judal con sus seis años era igual que Alec? Mierda. Eso de los genes Magi que tanto insistían Adelaida, Caleb y Judal en serio era verdad.
-¿Vamos a tomar un helado?- preguntó el niño, ofreciéndole una mano. Ella se río, era divertido ver cómo un niño tan pequeño la invitaba a tomar un helado como si fuera un adulto.
-Por supuesto- respondió, aceptando esa pequeña mano y tomándola- ¿Pagás vos?- bromeó ella.
-Pero de eso no hay duda- respondió el niño. Nina pensó que era una broma hasta que vio cómo con su mano libre sacaba una pesada bolsa de oro de su bolsillo. Al ver la mirada desconcertada de la joven él agregó:- Es mi mesada semanal.
¿6 años y ya tenía una mesada semanal que de seguro era mucho más que el sueldo de Caleb mensual? Pfff, todos los Magis eran unos derrochadores de oro.
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Adelaida se detuvo frente a la puerta que tenía escrito el número 215. Tocó levemente y esperó unos segundos, finalmente, Lear le abrió con rostro somnoliento y malvas ojeras.
-Que carita- dijo ella, mientras el joven le daba el paso para que entrara-. ¿Qué te pasó?
-No pude dormir absolutamente nada- se quejó el Magi mayor con un bostezo, cerrando la puerta-. Pensar en ese pendejo de mierda me provocó insomnio.
-Te estás preocupando demasiado por nada- le dijo ella con una sonrisa confianzuda-. Tiene 6 años Lear, ya estás exagerando.
-¡No son celos!- se apresuró a decir él avergonzado-. En serio. No soy tan patético de tener celos de un mocoso del demonio de seis años…
La muchacha de cabello azabache como la tinta arqueó una ceja.
-En serio- recalcó el joven-. Tampoco soy un enfermo de los celos.
Esa mirada de la esclava no cambió.
-Bueno quizás sí sea un enfermo de los celos pero en este caso NO es eso- admitió él, irritado. Cuando vio que la joven sonreía, aceptando esa confesión, prosiguió-. Es que no tolero a Alec, es una maldita copia versión menor de Judal, me repugna y Nina lo defiende pensando que él es bueno. No lo es. Sólo está complicándome las cosas con Nina.
-Mmm…-empezó a pensar su amiga.
-No me digas que deje de odiarlo porque no puedo hacer eso- la interrumpió Lear con impaciencia y algo desesperado.
-Ya lo sé, no pensaba en eso- reconoció ella-. Sencillamente controlate y no lo insultes en frente de Nina, después con el pendejo hacé lo que se te cante mientras que ella no mire.
-Está pegado a Nina como una garrapata.
-¡Tiene 6 años! Debe estudiar o hacer algo, no puede andar libre por ahí, además…¿por cuánto tiempo se va a quedar?
-Hasta el casamiento de Judal y Kaileena- ante esa respuesta, la joven de ojos zafiros desvío la vista adolorida. Ese hecho aún seguía lastimándole…-. Es el que lleva los anillos.
-Bueno, aprovechá los momentos a solas y, si está Nina con él, no lo insultes. Tenés que controlarte y no ser tan expresivo Lear- le dijo la joven-. No puede ser que un mocoso de 6 años te pelotudee…
-No me digas más eso, estoy harto de escucharlo- se quejó Lear.
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Escribiría más pero me echan :B. Conti pedorra, i know xD
Re: [Roll] The city of Babylonia~
- Lear es un dolor de cabeza - Susurró Judal mientras salía a los pasillos. Con una de sus manos se sacudió los cabellos para después suspirar con pesar -
- ¿Por qué? - Preguntó una voz en susurros. Ese pelinegro se giró solo para encontrarse a la enamorada de su hermano con su pequeño primo -
- P-Pensé que estaban descansando - Murmuró Judal mientras observaba a esa muchacha. De repente su mirada de sorpresa cambió por una de comprensión - ¿Qué pasa Nina? - Preguntó mientras caminaba hasta estar delante de ella -
- Me molestan algunas cosas de Lear - Respondió mientras pasaba su mano suavemente por los cabellos del pequeño - Solo eso -
- Pensé que cuando decidiste estar con mi hermano aceptaste eso - Bromeó Judal de manera cordial mientras sonreía con cariño -
- Es que me parece que es demasiado - Susurró mientras observaba como ese niño iba a sentarse a un costado de los pasillos para que ellos pudieran conversar - Sé que querés salir - Le dijo al pequeño pelinegro a lo que este negó levemente con la cabeza -
- Tranquila - Suplicó mientras le sonreía de manera amigable - Habla con mi primo lo que desees - Pidió mientras jugaba con los pliegues de su capa negra - Cuando estes mejor saldremos -
- Pero~ - La muchacha se quedó muda de la sorpresa cuando Judal la rodeó en un abrazo -
- Cuentame - Suplicó mientras sonreía - Me gustaría saber que cosas de Lear son imposibles de aguantar para vos -
- La manera en que se dirige a Alec - Respondió mientras se secaba las lágrimas que habían osado salir -
- Nina~ - Susurró ese pequeño mientras observaba a la muchacha - Nina escuchame~ La manera en que Lear se dirige a mi no me molesta para nada - Dijo. Simplemente no podía evitar sentirse levemente culpable por lo que estaba pasando -
- Sabés como es Lear - Le dijo Judal mientras la acunaba en brazos - Básicamente un idiota - Siguió mientras se rascaba la mejilla sin parar de pensar - También es malo para aguantar niños -
- ... - La muchacha suspiró ante esas palabras -
- Espera un segundo~ - Suplicó ese pelinegro mientras agarraba a Nina suavemente del mentón para poder ver sus lindos ojos - ¿Estabas pensando en una familia con mi hermano? - Preguntó mientras intentaba no reirse -
- ¿¡Eh~!? - Las mejillas de ella se pusieron de un lindo color rosado -
- ¿Enserio Nina? - Dijo mientras la abrazaba nuevamente - Mi hermano es la persona más hosca que conozco -
- J-Jamás dije nada - Susurró mientras jugaba avergonzada con los cabellos del pelinegro -
- Suspiraste de manera pesada cuando mi primo mencionó que odia a los niños - Dijo el pequeño primo del pelinegro -
- Es verdad~ - Secundó Judal mientras miraba a Nina -
- B-Bueno~ - Estaba pensando una manera de excursarse cuando de repente escuchó un pequeño carraspeo que la obligó a levantar la mirada - Ah~ - La muchacha ahogó un pequeño grito mientras apretaba entre sus manos la capa del pelinegro -
- Hola primo - Saludó el pequeño mientras sonreía -
- Lear~ - Susurró Judal sin moverse - ¿Terminaste de hablar con Adelaida? - Preguntó a lo que la pelinegra le miró con desgano - Adelaida~ Estabas ahí parada - Dijo mientra se rascaba la nuca para después comenzar a reír inquieto -
- ¿Qué estas haciendo? - Preguntó la pelinegra. La mirada de Lear acompañaba su enojo -
- Hablaba con Nina - Respondió mientras liberaba a la muchacha - Esta preocupada por unas cosas -
- ¿Qué cosas? - Preguntó Lear a lo que su enamorada posó su mirada a un costado - Dime Nina - Suplicó mientras la agarraba de los hombros -
- N-Nada~ - Susurró mientras agarraba al pequeño Magi - Vamos - Le dijo mientras comenzaba a caminar a grandes pasos -
- ¡N-Nina! - Llamó Lear en vano - ¿Qué le pasa? - Preguntó mientras miraba a su hermano que simplente se encogió de hombros -
- Ella me contó que le pasaba a cambio de que no dijera nada - Dijo mientras sonreía de lado - Mis labios estan sellados hermano mayor -
- J-Judal~ - Susurró mientras sonreía de manera obligada -
- Dios~ no le hagas eso a tu cara que te hace ver peor - Dijo a lo que Lear golpeó el suelo con su pie - ¡Pendejo de mierda! -
- Lear tenés que respirar - Suplicó la pelinegra mientras ponía sus manos delante de su cara -
- ¡Respirar una mierda! - Dijo mientras se pasaba las manos por la cabeza de manera agitada - ¡Todo esto esta sacandome de las casillas! -
- Que novedad - Susurró su hermano menor con sarcásmo -
- ¡Esto pasa por que te estas apretando a Nina en medio de los pasillos! - Le acusó Adelaida mientras lo señalaba -
- ¿Qué? - Preguntó mientras arqueaba una ceja - ¡Solo escuchaba los problemas de la linda Nina como vos escuchás los de mi hermano! - Se defendió levemente sonrojado por la cercanía que ahora había tomado Adelaida -
- ¿La linda de Nina? - Preguntaron al unísono los muchachos mientras miraba a Judal con cara de pocos amigos -
- B-Bueno~ - Judal miró por casualidad el reloj de los pasillos para suspirar aliviado - Tengo cosas que hacer - Dijo mientras comenzaba a caminar - Hasta luego - Saludó. La pelinegra suspiró más tranquila pero Lear simplemente maldecía entre dientes -
- ¿Por qué? - Preguntó una voz en susurros. Ese pelinegro se giró solo para encontrarse a la enamorada de su hermano con su pequeño primo -
- P-Pensé que estaban descansando - Murmuró Judal mientras observaba a esa muchacha. De repente su mirada de sorpresa cambió por una de comprensión - ¿Qué pasa Nina? - Preguntó mientras caminaba hasta estar delante de ella -
- Me molestan algunas cosas de Lear - Respondió mientras pasaba su mano suavemente por los cabellos del pequeño - Solo eso -
- Pensé que cuando decidiste estar con mi hermano aceptaste eso - Bromeó Judal de manera cordial mientras sonreía con cariño -
- Es que me parece que es demasiado - Susurró mientras observaba como ese niño iba a sentarse a un costado de los pasillos para que ellos pudieran conversar - Sé que querés salir - Le dijo al pequeño pelinegro a lo que este negó levemente con la cabeza -
- Tranquila - Suplicó mientras le sonreía de manera amigable - Habla con mi primo lo que desees - Pidió mientras jugaba con los pliegues de su capa negra - Cuando estes mejor saldremos -
- Pero~ - La muchacha se quedó muda de la sorpresa cuando Judal la rodeó en un abrazo -
- Cuentame - Suplicó mientras sonreía - Me gustaría saber que cosas de Lear son imposibles de aguantar para vos -
- La manera en que se dirige a Alec - Respondió mientras se secaba las lágrimas que habían osado salir -
- Nina~ - Susurró ese pequeño mientras observaba a la muchacha - Nina escuchame~ La manera en que Lear se dirige a mi no me molesta para nada - Dijo. Simplemente no podía evitar sentirse levemente culpable por lo que estaba pasando -
- Sabés como es Lear - Le dijo Judal mientras la acunaba en brazos - Básicamente un idiota - Siguió mientras se rascaba la mejilla sin parar de pensar - También es malo para aguantar niños -
- ... - La muchacha suspiró ante esas palabras -
- Espera un segundo~ - Suplicó ese pelinegro mientras agarraba a Nina suavemente del mentón para poder ver sus lindos ojos - ¿Estabas pensando en una familia con mi hermano? - Preguntó mientras intentaba no reirse -
- ¿¡Eh~!? - Las mejillas de ella se pusieron de un lindo color rosado -
- ¿Enserio Nina? - Dijo mientras la abrazaba nuevamente - Mi hermano es la persona más hosca que conozco -
- J-Jamás dije nada - Susurró mientras jugaba avergonzada con los cabellos del pelinegro -
- Suspiraste de manera pesada cuando mi primo mencionó que odia a los niños - Dijo el pequeño primo del pelinegro -
- Es verdad~ - Secundó Judal mientras miraba a Nina -
- B-Bueno~ - Estaba pensando una manera de excursarse cuando de repente escuchó un pequeño carraspeo que la obligó a levantar la mirada - Ah~ - La muchacha ahogó un pequeño grito mientras apretaba entre sus manos la capa del pelinegro -
- Hola primo - Saludó el pequeño mientras sonreía -
- Lear~ - Susurró Judal sin moverse - ¿Terminaste de hablar con Adelaida? - Preguntó a lo que la pelinegra le miró con desgano - Adelaida~ Estabas ahí parada - Dijo mientra se rascaba la nuca para después comenzar a reír inquieto -
- ¿Qué estas haciendo? - Preguntó la pelinegra. La mirada de Lear acompañaba su enojo -
- Hablaba con Nina - Respondió mientras liberaba a la muchacha - Esta preocupada por unas cosas -
- ¿Qué cosas? - Preguntó Lear a lo que su enamorada posó su mirada a un costado - Dime Nina - Suplicó mientras la agarraba de los hombros -
- N-Nada~ - Susurró mientras agarraba al pequeño Magi - Vamos - Le dijo mientras comenzaba a caminar a grandes pasos -
- ¡N-Nina! - Llamó Lear en vano - ¿Qué le pasa? - Preguntó mientras miraba a su hermano que simplente se encogió de hombros -
- Ella me contó que le pasaba a cambio de que no dijera nada - Dijo mientras sonreía de lado - Mis labios estan sellados hermano mayor -
- J-Judal~ - Susurró mientras sonreía de manera obligada -
- Dios~ no le hagas eso a tu cara que te hace ver peor - Dijo a lo que Lear golpeó el suelo con su pie - ¡Pendejo de mierda! -
- Lear tenés que respirar - Suplicó la pelinegra mientras ponía sus manos delante de su cara -
- ¡Respirar una mierda! - Dijo mientras se pasaba las manos por la cabeza de manera agitada - ¡Todo esto esta sacandome de las casillas! -
- Que novedad - Susurró su hermano menor con sarcásmo -
- ¡Esto pasa por que te estas apretando a Nina en medio de los pasillos! - Le acusó Adelaida mientras lo señalaba -
- ¿Qué? - Preguntó mientras arqueaba una ceja - ¡Solo escuchaba los problemas de la linda Nina como vos escuchás los de mi hermano! - Se defendió levemente sonrojado por la cercanía que ahora había tomado Adelaida -
- ¿La linda de Nina? - Preguntaron al unísono los muchachos mientras miraba a Judal con cara de pocos amigos -
- B-Bueno~ - Judal miró por casualidad el reloj de los pasillos para suspirar aliviado - Tengo cosas que hacer - Dijo mientras comenzaba a caminar - Hasta luego - Saludó. La pelinegra suspiró más tranquila pero Lear simplemente maldecía entre dientes -
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Re: [Roll] The city of Babylonia~
-Tranquilo, lo hace a propósito- le dijo ella a Lear, quien insultaba a diestro y siniestro a su hermano.
-Lo sé, aún así, me molesta que sea así- comentó el joven de cabellos azabaches.
-No va a cambiar Lear, eso lo sabés mejor que nadie- le recordó la chica relajada, divertida por la reacción que había tomado su amigo.
-No lo tolero, no lo soporto, lo odio. Y ese pendejo de mierda me hace acordar a Judal en versión joven.
-Relájate, ven- le dijo ella, tomándole de la mano y tirando de él por los pasillos.
-¿A dónde vamos?- preguntó Lear asombrado.
-Tengo hambre, vos tenés oro, me vas a llevar a comer- le explicó ella con una sonrisa. Lear arqueó la ceja confundido y extrañado.
-¿No deberías esperar que yo te invitara?- preguntó.
-¿Lo ibas a hacer?- cuestionó ella escéptica.
-La verdad que no- respondió con sinceridad.
-Ahí tenés el motivo- le dijo ella sonriendo divertida. Lear suspiró, no estaba de humor para ir a comer a algún restaurante, pero…¿qué otra cosa podía hacer? Nina estaba con ese mocoso y luego la única otra compañía que tenía era Adelaida. Sonrío con amargura, sólo se llevaba bien y estaba con dos personas, de los cuales una estaba enojada con él y no quería hablarle. Mierda. Debería haber sido más amigable con las demás personas, bah, en general, si se ponía a pensar, tampoco era que había sido muy amable con esas dos jóvenes. A Adelaida la había esclavizado y le hacía sufrir psicológicamente cuando su relación con Judal estaba pésima, Nina desde un comienzo lo había ignorado y él le hablaba de mala manera con tal de que ella le dijera algo. Realmente ni él mismo sabía cómo podían ayudarlo y, mucho más aún, cómo había hecho para que Nina se enamorara de él.
No quería perderla, pero para su frustración y enojo, eso estaba haciendo. Maldito mocoso del demonio…estaba tan bien con Nina antes y ese pendejo la vino a cagar todos.
Sus manos se cerraron con fuerza inconscientemente, dándole un doloroso apretón a la mano de Adelaida que estaba en contacto con la suya. Ella no se quejó, sino que más bien preguntó:
-¿Qué te ocurre?
-Estoy preocupado por Nina. Ella…estaba enojada conmigo, no quiere verme. ¿Qué le habrá dicho a Judal?- el nerviosismo y el desconcierto comenzó a apoderarse de él y eso se pudo reflejar en su tono de voz, que se volvió algo tembloroso y angustioso.
-Tranquilo, no le habrá contado nada que no supiéramos- lo relajó su amiga-. Le habrá dicho que no le gusta cómo tratás a Alec, nada más.
-¿Y si es además otra cosa que no sé?- se preguntó él angustiado.
-No vas a dejar de pensar en esa posibilidad, ¿verdad?- inquirió. Al ver el rostro afligido del muchacho suspiró-. Veré la manera de que Judal me diga.
-Él no te lo va a decir, sabe que después me lo vas a contar- repuso Lear.
-Relájate, encontraré el modo en hacer que hable- mintió ella, aunque por dentro sabía que el Magi mayor tenía razón-. Ya llévame a comer a algún lado, tengo hambre.
---------------------------------------------------
-¿Estás bien?- le preguntó Alec a Nina, mientras terminaba su helado de chocolate.
-Sí…- murmuró con la cabeza gacha, pensativa.
-Si no comés se te va a derretir el helado- le advirtió el joven y, efectivamente, una gota de vainilla cayó en la mano libre de la muchacha, quién se limpió rápidamente con un pañuelo y comenzó a tomar el helado-. ¿Estás triste por mi primo?
-Sí- reconoció, sintiéndose patética por contarle sus problemas a un niño tan pequeño y que, encima, éste tratara de consolarla.
-Relájate, él siempre es así, pero cuando quiere se esfuerza en mejorar- le comentó él-. Además no tiene nada contra vos, es algo personal conmigo.
-No entiendo cómo podés ser así con tan sólo seis años- le dijo ella con una sonrisa, pellizcándole la mejilla con ternura.
-Varios me dicen que soy maduro para mi edad- agregó el chico.
-No me sorprende que te lo digan- opinó Nina terminando su helado-. Gracias por esto- acotó.
-No hay drama, no me molesta en lo absoluto hacerlo- le restó importancia el niño-. Por cierto, creo que deberías hablar con Lear.
-¿Eh?
-Sí, mi primo no me cae bien y ese rechazo es mutuo…pero creo que no deberías tomarlo vos como algo…emm…como decirlo…¿personal?
-No puede ir tratando a niños insultándolos y cómo se le da la gana, sí es algo personal.
-No, no tendrá paciencia con las personas, pero su actitud esa es hacia mí específicamente- le contradijo el niño-. Le recuerdo a Judal…
-Te parecés físicamente.
-También en personalidad, hasta yo lo reconozco y no me molesta- le dijo él con una sonrisa soberbia-. Es divertido ser como mi primo Judal.
-Sos más considerado, Judal no ayudaría así a Lear- le dijo Nina un poco más relajada.
-En realidad no, sé que Lear va a embarrar todo miserablemente, quiero ver eso- dijo él, exhibiendo una sonrisa con sus dientes perfectos y blancos.
Nina suspiró. Se parecía más a Judal de lo que había creído.
-------------------------------------------------
Judal caminaba por los pasillos con un pilón de hojas que había firmado ese día. Pensaba, irritado, en todo el trabajo que aún le quedaba hacer. Mierda. Esto de ser rey era una cagada, con todo gusto le hubiera entregado el puesto a Lear, quien siempre quiso tenerlo o a Shuu, que al menos toleraba más las largas horas firmando papeles que ni él se dignaba a leer.
Era su culpa, ya que él había matado a su padre que se encargaba de leer, analizar y firmar los varios papeles que llegaban día a día, aún así, no se arrepentía de lo que había hecho. Aún recordaba lo lastimada que estaba Adelaida, cómo había tratado de ocultárselo, aún veía esas marcas en su piel, un poco más pálidas, pero aún grabadas allí, como las que él mismo tenía, pero en mucha mayor medida, con la palabra “Mentirosa” escrita una y otra vez por toda su espalda. Era un recuerdo que jamás iba a olvidar, que iba a quedar insertadas para siempre en su mente: ese cuerpo tan bello lastimado, débil, temblando y pálido, con los ojos abiertos de par en par al verlo, con sus finos labios formando una línea temblorosa mientras su hermano trataba de sanar los múltiples moretones, cortes y marcas que su padre le había hecho con crueldad. Y eso que Lear ya le había curado y limpiado lo más grave, ¿cómo la había encontrado él en la sala de tortura? En un momento, cuando Adelaida dormía del cansancio y él se había aparecido una noche para ver cómo estaba, se atrevió a preguntarle aquello, y su hermano, mirándolo fijamente y con seriedad, le había respondido “Con las manos atadas, ensangrentada y girando como un péndulo mientras la sangre de las heridas goteaba con lentitud. Le había tapado la boca para que no hablara y los ojos estaban tapados con un paño. Lloraba, cuando hice que viera y pudiera hablar, lo primero que me dijo fue “No le digas a Judal, por favor” y después se desmayó”.
Por supuesto, que imaginarse toda esa situación le resultó de lo más repugnante, además de que Lear no era muy sutil para contar las cosas sin afectar al otro.
No podía dejar a su padre vivo después de aquello, sencillamente no era capaz de hacerlo.
-Hijo- escuchó una voz detrás de él. Se dio vuelta para encontrarse a su madre.
Mierda. Su presencia no iba a hacer más que traer problemas.
-Lo sé, aún así, me molesta que sea así- comentó el joven de cabellos azabaches.
-No va a cambiar Lear, eso lo sabés mejor que nadie- le recordó la chica relajada, divertida por la reacción que había tomado su amigo.
-No lo tolero, no lo soporto, lo odio. Y ese pendejo de mierda me hace acordar a Judal en versión joven.
-Relájate, ven- le dijo ella, tomándole de la mano y tirando de él por los pasillos.
-¿A dónde vamos?- preguntó Lear asombrado.
-Tengo hambre, vos tenés oro, me vas a llevar a comer- le explicó ella con una sonrisa. Lear arqueó la ceja confundido y extrañado.
-¿No deberías esperar que yo te invitara?- preguntó.
-¿Lo ibas a hacer?- cuestionó ella escéptica.
-La verdad que no- respondió con sinceridad.
-Ahí tenés el motivo- le dijo ella sonriendo divertida. Lear suspiró, no estaba de humor para ir a comer a algún restaurante, pero…¿qué otra cosa podía hacer? Nina estaba con ese mocoso y luego la única otra compañía que tenía era Adelaida. Sonrío con amargura, sólo se llevaba bien y estaba con dos personas, de los cuales una estaba enojada con él y no quería hablarle. Mierda. Debería haber sido más amigable con las demás personas, bah, en general, si se ponía a pensar, tampoco era que había sido muy amable con esas dos jóvenes. A Adelaida la había esclavizado y le hacía sufrir psicológicamente cuando su relación con Judal estaba pésima, Nina desde un comienzo lo había ignorado y él le hablaba de mala manera con tal de que ella le dijera algo. Realmente ni él mismo sabía cómo podían ayudarlo y, mucho más aún, cómo había hecho para que Nina se enamorara de él.
No quería perderla, pero para su frustración y enojo, eso estaba haciendo. Maldito mocoso del demonio…estaba tan bien con Nina antes y ese pendejo la vino a cagar todos.
Sus manos se cerraron con fuerza inconscientemente, dándole un doloroso apretón a la mano de Adelaida que estaba en contacto con la suya. Ella no se quejó, sino que más bien preguntó:
-¿Qué te ocurre?
-Estoy preocupado por Nina. Ella…estaba enojada conmigo, no quiere verme. ¿Qué le habrá dicho a Judal?- el nerviosismo y el desconcierto comenzó a apoderarse de él y eso se pudo reflejar en su tono de voz, que se volvió algo tembloroso y angustioso.
-Tranquilo, no le habrá contado nada que no supiéramos- lo relajó su amiga-. Le habrá dicho que no le gusta cómo tratás a Alec, nada más.
-¿Y si es además otra cosa que no sé?- se preguntó él angustiado.
-No vas a dejar de pensar en esa posibilidad, ¿verdad?- inquirió. Al ver el rostro afligido del muchacho suspiró-. Veré la manera de que Judal me diga.
-Él no te lo va a decir, sabe que después me lo vas a contar- repuso Lear.
-Relájate, encontraré el modo en hacer que hable- mintió ella, aunque por dentro sabía que el Magi mayor tenía razón-. Ya llévame a comer a algún lado, tengo hambre.
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-¿Estás bien?- le preguntó Alec a Nina, mientras terminaba su helado de chocolate.
-Sí…- murmuró con la cabeza gacha, pensativa.
-Si no comés se te va a derretir el helado- le advirtió el joven y, efectivamente, una gota de vainilla cayó en la mano libre de la muchacha, quién se limpió rápidamente con un pañuelo y comenzó a tomar el helado-. ¿Estás triste por mi primo?
-Sí- reconoció, sintiéndose patética por contarle sus problemas a un niño tan pequeño y que, encima, éste tratara de consolarla.
-Relájate, él siempre es así, pero cuando quiere se esfuerza en mejorar- le comentó él-. Además no tiene nada contra vos, es algo personal conmigo.
-No entiendo cómo podés ser así con tan sólo seis años- le dijo ella con una sonrisa, pellizcándole la mejilla con ternura.
-Varios me dicen que soy maduro para mi edad- agregó el chico.
-No me sorprende que te lo digan- opinó Nina terminando su helado-. Gracias por esto- acotó.
-No hay drama, no me molesta en lo absoluto hacerlo- le restó importancia el niño-. Por cierto, creo que deberías hablar con Lear.
-¿Eh?
-Sí, mi primo no me cae bien y ese rechazo es mutuo…pero creo que no deberías tomarlo vos como algo…emm…como decirlo…¿personal?
-No puede ir tratando a niños insultándolos y cómo se le da la gana, sí es algo personal.
-No, no tendrá paciencia con las personas, pero su actitud esa es hacia mí específicamente- le contradijo el niño-. Le recuerdo a Judal…
-Te parecés físicamente.
-También en personalidad, hasta yo lo reconozco y no me molesta- le dijo él con una sonrisa soberbia-. Es divertido ser como mi primo Judal.
-Sos más considerado, Judal no ayudaría así a Lear- le dijo Nina un poco más relajada.
-En realidad no, sé que Lear va a embarrar todo miserablemente, quiero ver eso- dijo él, exhibiendo una sonrisa con sus dientes perfectos y blancos.
Nina suspiró. Se parecía más a Judal de lo que había creído.
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Judal caminaba por los pasillos con un pilón de hojas que había firmado ese día. Pensaba, irritado, en todo el trabajo que aún le quedaba hacer. Mierda. Esto de ser rey era una cagada, con todo gusto le hubiera entregado el puesto a Lear, quien siempre quiso tenerlo o a Shuu, que al menos toleraba más las largas horas firmando papeles que ni él se dignaba a leer.
Era su culpa, ya que él había matado a su padre que se encargaba de leer, analizar y firmar los varios papeles que llegaban día a día, aún así, no se arrepentía de lo que había hecho. Aún recordaba lo lastimada que estaba Adelaida, cómo había tratado de ocultárselo, aún veía esas marcas en su piel, un poco más pálidas, pero aún grabadas allí, como las que él mismo tenía, pero en mucha mayor medida, con la palabra “Mentirosa” escrita una y otra vez por toda su espalda. Era un recuerdo que jamás iba a olvidar, que iba a quedar insertadas para siempre en su mente: ese cuerpo tan bello lastimado, débil, temblando y pálido, con los ojos abiertos de par en par al verlo, con sus finos labios formando una línea temblorosa mientras su hermano trataba de sanar los múltiples moretones, cortes y marcas que su padre le había hecho con crueldad. Y eso que Lear ya le había curado y limpiado lo más grave, ¿cómo la había encontrado él en la sala de tortura? En un momento, cuando Adelaida dormía del cansancio y él se había aparecido una noche para ver cómo estaba, se atrevió a preguntarle aquello, y su hermano, mirándolo fijamente y con seriedad, le había respondido “Con las manos atadas, ensangrentada y girando como un péndulo mientras la sangre de las heridas goteaba con lentitud. Le había tapado la boca para que no hablara y los ojos estaban tapados con un paño. Lloraba, cuando hice que viera y pudiera hablar, lo primero que me dijo fue “No le digas a Judal, por favor” y después se desmayó”.
Por supuesto, que imaginarse toda esa situación le resultó de lo más repugnante, además de que Lear no era muy sutil para contar las cosas sin afectar al otro.
No podía dejar a su padre vivo después de aquello, sencillamente no era capaz de hacerlo.
-Hijo- escuchó una voz detrás de él. Se dio vuelta para encontrarse a su madre.
Mierda. Su presencia no iba a hacer más que traer problemas.
Re: [Roll] The city of Babylonia~
- ¿Ese es Lear? - Preguntó el pequeño. La muchacha que estaba delante suyo posó la mirada sobre ese pelinegro que iba caminando acompañado -
- Esta con Adelaida - Susurró mientras se levantaba de repente para después agarrar suavemente a ese niño - Idiota -
- ¿Estas bien~? - Preguntó mientras observaba como su compañera escondía esa linda mirada del color del mar con sus cabellos -
- Si - Respondió mientras sonreía de manera obligada - Tranquilo~ -
Ese pelinegro la observó unos segundos más para después posar su mirada en el camino. La verdad era que no podía quedarse tranquilo cuando esa muchacha estaba llorando por culpa de su insensible primo. Estaba seguro de que la iba a embarrar pero no pensó que lo iba a hacer.. Bueno~ en ese momento.
- Lear es idiota - Susurró ese pelinegro mientras agarraba la mano de la muchacha suavemente - Pensé que iba a poner algo para que lo perdonaras - Ese niño observó a la mayor que sonreía con amargura - Pero veo que le interesa bastante poco -
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- Dime~ Madre - Suplicó ese pelinegro para después girarse para ver a esa señora -
- Estas cosas son las que debes elegir para la ceremonia - Dijo mientras le daba unos papeles -
- ¿Ceremonia? - Preguntó mientras arqueaba una ceja -
- Te vas a casar con Kaileena - Dijo mientras sonreía - ¿Lo recordás? -
- S-Si - Susurró mientras comenzaba a leer lo que debía decidir. La verdad era que con lo que había pasado se había olvidado completamente de su casamiento con Kaileena -
- Tenés solo dos semanas para decir - Dijo mientras comenzaba a caminar. Judal posó su mirada sobre su madre para después agarrar su mano suavemente -
- Perdoname Madre - Dijo mientras sonreía a lo que la nominada se le quedó mirando -
- ¿Eh~? - Susurró confundida para después girarse a ver a su hijo menor -
- Perdoname pero no tengo intenciones de casarme con Kaileena - Susurró mientras dejaba libre la mano de su madre -
- ¿Qué~? - Preguntó sorprendida mientras se agarraba la cabeza -
- Quiero casarme - Dijo cuando su madre comenzó a ponerse pálida - Pero con alguien que quiera -
- Le dijiste a los Noir que lo ibas a hacer - Dijo mientras se agarraba las prendas -
- Kaileena tampoco quiere casarse conmigo - Dijo Judal para sorpresa de la reina -
- Si no lo hacés no podés asumir como gobernante de manera legal - Suplicó mientras agarraba a su hijo de las sedas -
- Me casaré - Dijo mientras sonreía - Pero con la persona a la que amo - Ese pelinegro la agarró suavemente de las mejillas - Ya que vos no pudiste~ ¿Crees que yo pueda? - Preguntó suavemente a lo que la mirada de esa mujer se llenó de lágrimas -
- Judal~ - Susurró para después abrazar a su hijo - Perdoname - Murmuró mientras ese muchacho pasaba suavemente su mano por los cabellos de su madre a modo de consuelo mientras sonreía con cariño -
- Esta bien~ Mamá - Susurró mientras le besaba la cabeza -
- Solo prometeme - Suplicó mientras pasaba su mano suavemente por la mejilla de su hijo - Que la persona que asumirá con vos será responsable -
- Esto~ Si mamá - Dijo mientras sonreía nervioso - Esta bien~ -
- Esta con Adelaida - Susurró mientras se levantaba de repente para después agarrar suavemente a ese niño - Idiota -
- ¿Estas bien~? - Preguntó mientras observaba como su compañera escondía esa linda mirada del color del mar con sus cabellos -
- Si - Respondió mientras sonreía de manera obligada - Tranquilo~ -
Ese pelinegro la observó unos segundos más para después posar su mirada en el camino. La verdad era que no podía quedarse tranquilo cuando esa muchacha estaba llorando por culpa de su insensible primo. Estaba seguro de que la iba a embarrar pero no pensó que lo iba a hacer.. Bueno~ en ese momento.
- Lear es idiota - Susurró ese pelinegro mientras agarraba la mano de la muchacha suavemente - Pensé que iba a poner algo para que lo perdonaras - Ese niño observó a la mayor que sonreía con amargura - Pero veo que le interesa bastante poco -
----------
- Dime~ Madre - Suplicó ese pelinegro para después girarse para ver a esa señora -
- Estas cosas son las que debes elegir para la ceremonia - Dijo mientras le daba unos papeles -
- ¿Ceremonia? - Preguntó mientras arqueaba una ceja -
- Te vas a casar con Kaileena - Dijo mientras sonreía - ¿Lo recordás? -
- S-Si - Susurró mientras comenzaba a leer lo que debía decidir. La verdad era que con lo que había pasado se había olvidado completamente de su casamiento con Kaileena -
- Tenés solo dos semanas para decir - Dijo mientras comenzaba a caminar. Judal posó su mirada sobre su madre para después agarrar su mano suavemente -
- Perdoname Madre - Dijo mientras sonreía a lo que la nominada se le quedó mirando -
- ¿Eh~? - Susurró confundida para después girarse a ver a su hijo menor -
- Perdoname pero no tengo intenciones de casarme con Kaileena - Susurró mientras dejaba libre la mano de su madre -
- ¿Qué~? - Preguntó sorprendida mientras se agarraba la cabeza -
- Quiero casarme - Dijo cuando su madre comenzó a ponerse pálida - Pero con alguien que quiera -
- Le dijiste a los Noir que lo ibas a hacer - Dijo mientras se agarraba las prendas -
- Kaileena tampoco quiere casarse conmigo - Dijo Judal para sorpresa de la reina -
- Si no lo hacés no podés asumir como gobernante de manera legal - Suplicó mientras agarraba a su hijo de las sedas -
- Me casaré - Dijo mientras sonreía - Pero con la persona a la que amo - Ese pelinegro la agarró suavemente de las mejillas - Ya que vos no pudiste~ ¿Crees que yo pueda? - Preguntó suavemente a lo que la mirada de esa mujer se llenó de lágrimas -
- Judal~ - Susurró para después abrazar a su hijo - Perdoname - Murmuró mientras ese muchacho pasaba suavemente su mano por los cabellos de su madre a modo de consuelo mientras sonreía con cariño -
- Esta bien~ Mamá - Susurró mientras le besaba la cabeza -
- Solo prometeme - Suplicó mientras pasaba su mano suavemente por la mejilla de su hijo - Que la persona que asumirá con vos será responsable -
- Esto~ Si mamá - Dijo mientras sonreía nervioso - Esta bien~ -
Tooru- **Full*Contest**
-
Edad : 29
Cumpleaños!! : 31/03/1995
Mi llegada : 26/03/2009
Mis Mensajes : 2522
325 2418
Re: [Roll] The city of Babylonia~
-Es persona…- murmuró su madre, observándolo fijamente y con una mano en su mejilla- Es la esclava, ¿verdad?
El rey no respondió, sólo esbozó una bella media sonrisa resignada, una respuesta más que clara a la pregunta de su madre. Ella suspiró apenada, su hijo había cambiado y crecido tanto…y ella no había estado para acompañarlo en esos momentos donde él la había necesitado.
Era una pésima madre, desde que su marido había muerto, constantemente ese pensamiento le aturdía la cabeza y la despertaba a las noches acompañado de horribles pesadillas. Ninguno de sus hijos la querían y tenían motivos: se había cegado de forma inconsciente y gustosa, engañada con la superficialidad y el materialismo acompañando y aceptando las egoístas decisiones del rey. Pero su muerte la despertó de ese trance, le demostró lo verdadero y ella quería remediar las cosas, por más que le costaran. Aceptar que su hijo pudiera casarse con quién quisiese y amase, y no con alguien que se le había impuesto (que, de seguro, terminaría en un fracaso, exactamente igual a lo que le pasó a ella) sería un buen comienzo. Aparte, ella estaba segura que Judal en verdad se había enamorado y no era sólo un capricho, si no, jamás se hubiera esforzado y llegado tan lejos por esa muchacha.
Sabía que no era lo mejor para Babilonia, ya que no sólo desperdiciaban la posibilidad de poder tener las posesiones de los Noir, sino también que perderían el respeto y la buena y noble imagen que tenían ante los otros reinados y pueblos. El que el rey se casara con una esclava ladrona era una completa humillación para Babilonia, los demás reinados dejarían de tenerle respeto y podrían tratar de aprovecharse de ellos. Si bien estaba consciente de todas las pésimas consecuencias que causarían esa unión, en que perjudicaría a su pueblo, veía los ojos de su hijo, expresándole una súplica silenciosa para ser libre, para poder tener ese deseo que se le fue arrebatado de niño. Esos gestos, ese deseo…ella tenía la culpa de aquello, de que su hijo no fuera feliz, de que se sintiera apresado en toda esa basura de la nobleza. Más lágrimas salieron de sus ojos cuando se ponía en pensar en todo el mal que le había causado. No podía seguir haciendo eso…
-Cásate con ella si te hace feliz- le dijo ella con una sonrisa, acomodando un mechón de cabello despeinado de su hijo-. Lo más importante hijo, es que seas feliz.
-No llorés- le dijo él, limpiándole las lágrimas con cariño y abrazándola-. Gracias madre…
-Ya era hora de que me comportara como una ¿no?- dijo ella con tristeza y pesar-. Lamento haberte ignorado tanto tiempo hijo.
-Te perdono- le murmuró el muchacho.
-Gracias- le dijo ella, abrazándolo con más fuerza-. Desearía que tus hijos pudieran decir lo mismo que vos…que podamos estar unidos como una familia de verdad por primera vez.
-Ellos van a perdonarte- le aseguró el rey.
-Espero- comentó ella-. Sería hermoso poder llevarnos todos bien y ser una familia de verdad.
Judal no respondió, veía estúpido el hecho de mentirle a su madre con falsas esperanzas. Ellos jamás iban a estar unidos, él no iba a amigarse con Lear, ni tampoco su hermano dejaría de odiarlo a él y a Shuu. Era inevitable. Tampoco estaba totalmente bien con Shuu, él se había dado cuenta de lo que le pasaba a ese chico con su novia y no le agradaba para nada, no se lo dijo sencillamente porque su hermano no había hecho nada aún ni tampoco pensaba hacerlo, lo mejor para ambos era ignorar ese asunto.
-Será mejor que me vaya, yo me encargo de hablar con los Noir- le dijo su madre con una sonrisa, para luego, con un beso en la mejilla, despedirse de su hijo.
Judal caminó por los pasillos, sintiendo esa extraña y nueva sensación que antes no podía apreciar: Libertad. Al fin y por primera vez en su vida, era libre de hacer lo que quisiera, de elegir de una buena vez por todas con quien estar y pasar el resto de su vida junto a esa persona. Y ya la tenía, por supuesto.
Suspiró, debía encontrar una manera apropiada de proponérselo a Adelaida. Sabía que era algo apresurado, hacía menos de un año que la conocía, pero, en toda su vida jamás había conocido una persona por el que hubiera dado y recibido tanto, nunca había amado a alguien de esa manera tampoco, ella era única en ese sentido.
El problema era proponerle matrimonio. Judal se mordió el labio nervioso, mientras trataba de pensar en una idea capaz de convencerla: él no dudaba que lo amara, ella ya se lo había dejado más que claro, pero no creía que estaría muy segura de querer casarse tan joven y pronto y pediría para esperar. Para ser sinceros, a él no le molestaba la idea y, en una situación normal, también habría preferido esperar un tiempo para poder contraer matrimonio con ella, el problema era que, a pesar de que su madre le había dado la libertad de elegir a su futura esposa, el tiempo aún era el mismo, ya que, como anteriormente le había dicho, para ser rey legítimamente debía tener una esposa que asumiera como reina. Además, internamente, tenía el temor de que algo pasara y que fuera demasiado tarde para ambos terminar juntos. Probablemente sólo estaba siendo paranoico, pero después de todo lo que él y su enamorada pasaron por su padre, tenía el derecho de serlo.
Sonrío divertido al imaginarse a Adelaida como reina. Sin lugar a dudas, ella no encajaba en lo absoluto en ese papel, la veía con un vestido elegante, quejándose insultando sin filtro alguno todas las actividades que, como reina de Babilonia, debía ejercer: desde firmar papeles hasta asistir a fiestas y reuniones, donde estaba lleno de gente de clase alta que a ella le resultaban pesados y aburridos y aún así debía tolerar sus charlas totalmente superfluas y sonreír falsamente, resistiendo las ganas de mandarlos bien a la mierda como se lo merecían.
Sería un gran trabajo enseñarle todo y sabía que más de una vez ella lo iba a sacar de quicio cuando le intentara explicar. ¡Ni siquiera sabía el uso de los cubiertos! Aunque la amaba tal cual era, reconocía que era necesario que aprendiera a comportarse correctamente si no quería que su madre se arrepintiera de la idea y los mandara a ambos a la mierda.
De repente, se chocó con alguien, alejándolo de esa línea de pensamientos. Alzó la vista para encontrarse con los ojos celestes característicos de Caleb.
-Mirá por donde caminás pelotudo- le dijo él con una sonrisa.
-El idiota que se chocó conmigo sos vos- se defendió el muchacho.
-No, idiota acá hay uno solo y ese sos vos, quedate tranquilo Caleb, sos especial igualmente- le respondió mordazmente el rey-. También sos un homosexual violador desvirgador compulsivo.
El rubio estuvo a punto de decir algo, cuando sintió cómo alguien le agarraba la mano.
-Kaileena, justo la persona a la que quería ver- exclamó Judal con una sonrisa.
-¿Qué pasó?- preguntó curiosa.
-Hablé con mi madre…- comenzó a decir el Magi.
-¿Y ahora qué quilombo tenemos?- se quejó con voz cansina.
-Es una buena noticia- le explicó-, anulé nuestro casamiento, ya no tenemos que hacerlo. Mi madre finalmente entró en razón y permitió que eligiera con quién casarme.
-¡Eso es genial!- gritó la pelirroja emocionada, abrazando a su amigo con cariño.
-Al fin podremos ser libres de elegir con quien estar…- susurró Judal al oído de la joven.
-Vos sí, yo aún no- le contestó ella con tristeza-. Sabés cómo son mis padres…aún odian a Farah por no haberse casado con ninguno de los prometidos que le escogieron.
-Yo te protegeré Kaileena, no permitiré que te hagan nada- le aseguró el rey con determinación-. Tendrás la libertad de elegir con quién estar y casarte.
Ella miró entonces a Caleb con gran cariño. Judal no evitó poner una mueca.
-Excepto con el pelotudo este…- agregó él divertido.
-¡Judal!- exclamó el rubio, ofendido. De repente, se dio cuenta de algo, ya que se quedó callado y puso una cara que Judal sólo pudo describir como “Pelotudo haciendo funcionar su cerebro quemado”-. Para ser rey definitivamente te tenés que casar, ¿verdad?.
-Sí, así lo dictan las leyes de Babilonia- respondió Kaileena extrañada-. ¿Por qué?
-Entonces…¡Vas a casarte!- exclamó Caleb señalando a Judal con un dedo acusador.
-No pelotudo, voy a dejar el palacio y me voy a convertir en un retrasado mental que vive en un rancho pedorro como vos- contestó el rey con sarcasmo.
-¿Vas a casarte con Adelaida?
-Que deductivo Caleb, la verdad es que es para darte un premio por tu razonamiento.
-------------------------------------
No es la gran cosa, pero me gustó escribir los pensamientos de la reina :B
El rey no respondió, sólo esbozó una bella media sonrisa resignada, una respuesta más que clara a la pregunta de su madre. Ella suspiró apenada, su hijo había cambiado y crecido tanto…y ella no había estado para acompañarlo en esos momentos donde él la había necesitado.
Era una pésima madre, desde que su marido había muerto, constantemente ese pensamiento le aturdía la cabeza y la despertaba a las noches acompañado de horribles pesadillas. Ninguno de sus hijos la querían y tenían motivos: se había cegado de forma inconsciente y gustosa, engañada con la superficialidad y el materialismo acompañando y aceptando las egoístas decisiones del rey. Pero su muerte la despertó de ese trance, le demostró lo verdadero y ella quería remediar las cosas, por más que le costaran. Aceptar que su hijo pudiera casarse con quién quisiese y amase, y no con alguien que se le había impuesto (que, de seguro, terminaría en un fracaso, exactamente igual a lo que le pasó a ella) sería un buen comienzo. Aparte, ella estaba segura que Judal en verdad se había enamorado y no era sólo un capricho, si no, jamás se hubiera esforzado y llegado tan lejos por esa muchacha.
Sabía que no era lo mejor para Babilonia, ya que no sólo desperdiciaban la posibilidad de poder tener las posesiones de los Noir, sino también que perderían el respeto y la buena y noble imagen que tenían ante los otros reinados y pueblos. El que el rey se casara con una esclava ladrona era una completa humillación para Babilonia, los demás reinados dejarían de tenerle respeto y podrían tratar de aprovecharse de ellos. Si bien estaba consciente de todas las pésimas consecuencias que causarían esa unión, en que perjudicaría a su pueblo, veía los ojos de su hijo, expresándole una súplica silenciosa para ser libre, para poder tener ese deseo que se le fue arrebatado de niño. Esos gestos, ese deseo…ella tenía la culpa de aquello, de que su hijo no fuera feliz, de que se sintiera apresado en toda esa basura de la nobleza. Más lágrimas salieron de sus ojos cuando se ponía en pensar en todo el mal que le había causado. No podía seguir haciendo eso…
-Cásate con ella si te hace feliz- le dijo ella con una sonrisa, acomodando un mechón de cabello despeinado de su hijo-. Lo más importante hijo, es que seas feliz.
-No llorés- le dijo él, limpiándole las lágrimas con cariño y abrazándola-. Gracias madre…
-Ya era hora de que me comportara como una ¿no?- dijo ella con tristeza y pesar-. Lamento haberte ignorado tanto tiempo hijo.
-Te perdono- le murmuró el muchacho.
-Gracias- le dijo ella, abrazándolo con más fuerza-. Desearía que tus hijos pudieran decir lo mismo que vos…que podamos estar unidos como una familia de verdad por primera vez.
-Ellos van a perdonarte- le aseguró el rey.
-Espero- comentó ella-. Sería hermoso poder llevarnos todos bien y ser una familia de verdad.
Judal no respondió, veía estúpido el hecho de mentirle a su madre con falsas esperanzas. Ellos jamás iban a estar unidos, él no iba a amigarse con Lear, ni tampoco su hermano dejaría de odiarlo a él y a Shuu. Era inevitable. Tampoco estaba totalmente bien con Shuu, él se había dado cuenta de lo que le pasaba a ese chico con su novia y no le agradaba para nada, no se lo dijo sencillamente porque su hermano no había hecho nada aún ni tampoco pensaba hacerlo, lo mejor para ambos era ignorar ese asunto.
-Será mejor que me vaya, yo me encargo de hablar con los Noir- le dijo su madre con una sonrisa, para luego, con un beso en la mejilla, despedirse de su hijo.
Judal caminó por los pasillos, sintiendo esa extraña y nueva sensación que antes no podía apreciar: Libertad. Al fin y por primera vez en su vida, era libre de hacer lo que quisiera, de elegir de una buena vez por todas con quien estar y pasar el resto de su vida junto a esa persona. Y ya la tenía, por supuesto.
Suspiró, debía encontrar una manera apropiada de proponérselo a Adelaida. Sabía que era algo apresurado, hacía menos de un año que la conocía, pero, en toda su vida jamás había conocido una persona por el que hubiera dado y recibido tanto, nunca había amado a alguien de esa manera tampoco, ella era única en ese sentido.
El problema era proponerle matrimonio. Judal se mordió el labio nervioso, mientras trataba de pensar en una idea capaz de convencerla: él no dudaba que lo amara, ella ya se lo había dejado más que claro, pero no creía que estaría muy segura de querer casarse tan joven y pronto y pediría para esperar. Para ser sinceros, a él no le molestaba la idea y, en una situación normal, también habría preferido esperar un tiempo para poder contraer matrimonio con ella, el problema era que, a pesar de que su madre le había dado la libertad de elegir a su futura esposa, el tiempo aún era el mismo, ya que, como anteriormente le había dicho, para ser rey legítimamente debía tener una esposa que asumiera como reina. Además, internamente, tenía el temor de que algo pasara y que fuera demasiado tarde para ambos terminar juntos. Probablemente sólo estaba siendo paranoico, pero después de todo lo que él y su enamorada pasaron por su padre, tenía el derecho de serlo.
Sonrío divertido al imaginarse a Adelaida como reina. Sin lugar a dudas, ella no encajaba en lo absoluto en ese papel, la veía con un vestido elegante, quejándose insultando sin filtro alguno todas las actividades que, como reina de Babilonia, debía ejercer: desde firmar papeles hasta asistir a fiestas y reuniones, donde estaba lleno de gente de clase alta que a ella le resultaban pesados y aburridos y aún así debía tolerar sus charlas totalmente superfluas y sonreír falsamente, resistiendo las ganas de mandarlos bien a la mierda como se lo merecían.
Sería un gran trabajo enseñarle todo y sabía que más de una vez ella lo iba a sacar de quicio cuando le intentara explicar. ¡Ni siquiera sabía el uso de los cubiertos! Aunque la amaba tal cual era, reconocía que era necesario que aprendiera a comportarse correctamente si no quería que su madre se arrepintiera de la idea y los mandara a ambos a la mierda.
De repente, se chocó con alguien, alejándolo de esa línea de pensamientos. Alzó la vista para encontrarse con los ojos celestes característicos de Caleb.
-Mirá por donde caminás pelotudo- le dijo él con una sonrisa.
-El idiota que se chocó conmigo sos vos- se defendió el muchacho.
-No, idiota acá hay uno solo y ese sos vos, quedate tranquilo Caleb, sos especial igualmente- le respondió mordazmente el rey-. También sos un homosexual violador desvirgador compulsivo.
El rubio estuvo a punto de decir algo, cuando sintió cómo alguien le agarraba la mano.
-Kaileena, justo la persona a la que quería ver- exclamó Judal con una sonrisa.
-¿Qué pasó?- preguntó curiosa.
-Hablé con mi madre…- comenzó a decir el Magi.
-¿Y ahora qué quilombo tenemos?- se quejó con voz cansina.
-Es una buena noticia- le explicó-, anulé nuestro casamiento, ya no tenemos que hacerlo. Mi madre finalmente entró en razón y permitió que eligiera con quién casarme.
-¡Eso es genial!- gritó la pelirroja emocionada, abrazando a su amigo con cariño.
-Al fin podremos ser libres de elegir con quien estar…- susurró Judal al oído de la joven.
-Vos sí, yo aún no- le contestó ella con tristeza-. Sabés cómo son mis padres…aún odian a Farah por no haberse casado con ninguno de los prometidos que le escogieron.
-Yo te protegeré Kaileena, no permitiré que te hagan nada- le aseguró el rey con determinación-. Tendrás la libertad de elegir con quién estar y casarte.
Ella miró entonces a Caleb con gran cariño. Judal no evitó poner una mueca.
-Excepto con el pelotudo este…- agregó él divertido.
-¡Judal!- exclamó el rubio, ofendido. De repente, se dio cuenta de algo, ya que se quedó callado y puso una cara que Judal sólo pudo describir como “Pelotudo haciendo funcionar su cerebro quemado”-. Para ser rey definitivamente te tenés que casar, ¿verdad?.
-Sí, así lo dictan las leyes de Babilonia- respondió Kaileena extrañada-. ¿Por qué?
-Entonces…¡Vas a casarte!- exclamó Caleb señalando a Judal con un dedo acusador.
-No pelotudo, voy a dejar el palacio y me voy a convertir en un retrasado mental que vive en un rancho pedorro como vos- contestó el rey con sarcasmo.
-¿Vas a casarte con Adelaida?
-Que deductivo Caleb, la verdad es que es para darte un premio por tu razonamiento.
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No es la gran cosa, pero me gustó escribir los pensamientos de la reina :B
Re: [Roll] The city of Babylonia~
De repente unos pasos comenzaron a escucharse hasta donde comenzaban los pasillos.
Ese pelinegro posó su mirada sobre la muchacha que estaba parada allí con la mirada cargada de lágrimas.
- Nina~ - Susurró mientras pasaba junto a Caleb para ir a ver que le sucedía -
- Salió con Adelaida - Murmuró mientras abrazaba a Judal para después comenzar a llorar - Que idiota -
- Tranquila~ - Suplicó mientras pasaba su mano suavemente por los cabellos de la muchacha -
- ¿Habla de Lear~? - Preguntó Caleb a lo que ese pelinegro se le quedó mirando con mala cara -
- No~ Habla de vos - Dijo mientras esbosaba una mueca - ¿Me estas preguntando de verdad pedaso de idiota? - Preguntó de mala gana a lo que Kaileena se agarró la cabeza mientras negaba levemente -
- B-Bueno~ - Susurró Caleb mientras se rascaba la cabeza levemente avergonzado -
- Esta bien~ Vení a hablar conmigo - Suplicó ese muchacho de mirada carmín mientras agarraba suavemente la mano de la enamorada de su hermano -
- ¿Estas segura de lo que observaste? - Preguntó Caleb en un vano intento de que ella se pusiera mejor -
- S-Si - Susurró mientras escondía esa mirada del color del mar con sus cabellos - Estaba caminando con Adelaida - Comentó mientras se abrazaba a si misma - Se reían como si no hubiera problema algúno -
- Lo lamento~ - Murmuró Caleb mientras agarraba suavemente la mano de Kaileena -
- También lo lamento - Susurró la muchacha de cabellos dorados mientras comenzaba a caminar por los pasillos -
- ¿Eh~? - Susurró Caleb sin entender -
- Espera Nina~ - Suplicó Judal mientras comenzaba a perseguir a esa ojiceleste - Contame -
- Realemente no puedo hablar - Susurró ella mientras se giraba a ver a ese pelinegro - Si hubiera seguido ignorando a Lear~ - Comenzó a decir a lo que ese muchacho de cabellos negros la abrazó para que no hablara -
- Nina~ Lear es menos cagador porque esta enamorado de vos - Dijo mientras le besaba con suavidad la cabeza - Sin vos sería el mismo infeliz de siempre -
- Sigue siendo lo mismo - Murmuró mientras se separaba de ese muchacho para ingresar a su despacho - Conmigo o sin mi - Susurró mientras se sentaba sobre la mesa. En ese momento ese pelinegro pudo ver la linda silueta que poseía esa ojiceleste. Después de que sus mejillas se sonrosaran levemente no pudo evitar pensar en lo idiota que era su hermano por desperdiciar a esa muchacha de ese modo -
- Tranquila - Suplicó mientras se pasaba una mano por sus cabellos - Mi hermano es un idiota - Susurró mientras suspiraba - Vos ganas Nina~ no puedo defender a Lear -
----------
- ¿Eso? - Preguntó Lear a lo que la pelinegra levantó la mirada -
- Espera~ esto se ve más sabroso - Murmuró mientras señalaba el menú -
- Hiciste eso como cinco veces - Murmuró ese pelinegro mientras se agarraba la cara con una de sus manos - Elegí de una buena vez - Suplicó a lo que la muchacha hiso un puchero -
- Bueno~ - Dijo de mala gana mentras se ponía a leer enserio el menú -
- Mujeres~ - Susurró Lear mientras suspiraba -
Ese pelinegro posó su mirada sobre la muchacha que estaba parada allí con la mirada cargada de lágrimas.
- Nina~ - Susurró mientras pasaba junto a Caleb para ir a ver que le sucedía -
- Salió con Adelaida - Murmuró mientras abrazaba a Judal para después comenzar a llorar - Que idiota -
- Tranquila~ - Suplicó mientras pasaba su mano suavemente por los cabellos de la muchacha -
- ¿Habla de Lear~? - Preguntó Caleb a lo que ese pelinegro se le quedó mirando con mala cara -
- No~ Habla de vos - Dijo mientras esbosaba una mueca - ¿Me estas preguntando de verdad pedaso de idiota? - Preguntó de mala gana a lo que Kaileena se agarró la cabeza mientras negaba levemente -
- B-Bueno~ - Susurró Caleb mientras se rascaba la cabeza levemente avergonzado -
- Esta bien~ Vení a hablar conmigo - Suplicó ese muchacho de mirada carmín mientras agarraba suavemente la mano de la enamorada de su hermano -
- ¿Estas segura de lo que observaste? - Preguntó Caleb en un vano intento de que ella se pusiera mejor -
- S-Si - Susurró mientras escondía esa mirada del color del mar con sus cabellos - Estaba caminando con Adelaida - Comentó mientras se abrazaba a si misma - Se reían como si no hubiera problema algúno -
- Lo lamento~ - Murmuró Caleb mientras agarraba suavemente la mano de Kaileena -
- También lo lamento - Susurró la muchacha de cabellos dorados mientras comenzaba a caminar por los pasillos -
- ¿Eh~? - Susurró Caleb sin entender -
- Espera Nina~ - Suplicó Judal mientras comenzaba a perseguir a esa ojiceleste - Contame -
- Realemente no puedo hablar - Susurró ella mientras se giraba a ver a ese pelinegro - Si hubiera seguido ignorando a Lear~ - Comenzó a decir a lo que ese muchacho de cabellos negros la abrazó para que no hablara -
- Nina~ Lear es menos cagador porque esta enamorado de vos - Dijo mientras le besaba con suavidad la cabeza - Sin vos sería el mismo infeliz de siempre -
- Sigue siendo lo mismo - Murmuró mientras se separaba de ese muchacho para ingresar a su despacho - Conmigo o sin mi - Susurró mientras se sentaba sobre la mesa. En ese momento ese pelinegro pudo ver la linda silueta que poseía esa ojiceleste. Después de que sus mejillas se sonrosaran levemente no pudo evitar pensar en lo idiota que era su hermano por desperdiciar a esa muchacha de ese modo -
- Tranquila - Suplicó mientras se pasaba una mano por sus cabellos - Mi hermano es un idiota - Susurró mientras suspiraba - Vos ganas Nina~ no puedo defender a Lear -
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- ¿Eso? - Preguntó Lear a lo que la pelinegra levantó la mirada -
- Espera~ esto se ve más sabroso - Murmuró mientras señalaba el menú -
- Hiciste eso como cinco veces - Murmuró ese pelinegro mientras se agarraba la cara con una de sus manos - Elegí de una buena vez - Suplicó a lo que la muchacha hiso un puchero -
- Bueno~ - Dijo de mala gana mentras se ponía a leer enserio el menú -
- Mujeres~ - Susurró Lear mientras suspiraba -
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Re: [Roll] The city of Babylonia~
-Es que me gusta todo- se defendió la muchacha, leyendo el menú sin saber porqué decidirse.
-Si elegís de una vez te compro los platos que querés comer- le dijo el joven impaciente, mientras llamaba al mesero.
-¿En serio? ¡Gracias!- dijo ella con una sonrisa alegre. La mesera se acercó a ellos con una amable sonrisa y comenzó a tomarle su orden, Lear pidió el mejor y más costoso plato del restaurante, la joven por su parte, se pidió dos platos de carne, pastas, una sopa y otra cosa más que el muchacho ni siquiera recordaba qué era.
-¿Tanto?- preguntó él escuchando todo lo que ella pedía-. ¡Me vas a dejar en bancarrota!
Adelaida lo miró fijamente, arqueando una ceja escéptica.
-Seguro…- comentó con sarcasmo-. Y eso que aún falta el postre.
-Ahora entiendo el porqué mi hermano no te saca a cenar- razonó el joven de cabellos azabaches-. No podés comer tanto…
-Con tu hermano no comía un carajo, me cagaba de hambre para quedar bien encima- le dijo ella a la defensiva, mientras mordisqueaba un pedazo de pan que había en la mesa-. Además, todos los platos se veían ricos, no sabía qué elegir y vos me dijiste que me apurara.
-Para que eligieras uno, no todos- dijo él con un suspiro resignado-.Ya fue, dejalo, al fin y al cabo, voy a pagarlo de todos modos, dudo que tengas algo para pagar.
-No seas tacaño- se quejó ella-. Además, vos elegiste este restaurante.
-¿Quién quiso que la lleve a uno?- cuestionó con escepticismo el joven.
-Nunca pedí que eligieras uno tan costoso y lujoso- se apresuró a decir ella relajada.
Lear cambió el tema de la conversación, sabiendo que iba a ser inútil hacer que Adelaida reconociera que él tenía razón y, para ser sinceros, no estaba de humor para debatir por esa estupidez, y menos sabiendo que podría arruinar la amistad que tenía con la muchacha, la cual, aunque parezca extraño valoraba y valora.
----------------------------------------------
-Así me gusta más- reconoció ella, aún llorando.
-Es un idiota que no sabe a la hermosa mujer que se está perdiendo con su pelotudez que lo hace indigno de ser un Magi.
- yo creí en sus palabras, caí como una idiota en todas las cosas que dijo. Y, mientras yo estoy llorando por lo insensible que es, por como trata a niños tan pequeños y cómo no se da cuenta de nada, ´él debe estar ríendo lo más tranquilo luego con Ali en el restaurante.
-¿Estás segura que eran ellos a los que viste?- le preguntó el rey.
-Sí, estoy segura, estaban hablando de chistes sin importancia y ni siquiera me mencionaron- se quejó la rubia, agachando su bella mirada.
Judal la abrazó para darle fuerzas a aquella muchacha que se sentía pésimamente mal. El joven estaba enojado con su hermano por no saber apreciar la suerte que tenía y eso le hacía odiarlo aún más. Al igual que con Kaileena, el rey no podía ver a Nina llorar, a pesar de conocerla hacía poco tiempo, era algo que le devastaba y le deprimía.
Le limpió las lágrimas con una pañuelo de seda que sacó de su bolsillo y ella alzó la vista, con los ojos algo colorados e hipando por el llanto.
-Relájate, mi hermano es un idiota- le dijo el muchacho-. No tenés que llorar por alguien que no se lo merece como él.
-Lo sé- comentó ella-. Pero aún así, me enamoré de él y no puedo evitar ponerme mal por las cosas que pasan- agregó, ocultando su rostro.
Judal la obligó a levantarse y la tomó de su mano, tirando de ella para que lo siguiera.
-¿A dónde vamos?
-A algún lado para que te distraigas- le explicó él con tranquilidad-. No puedo verte mal…
-Pero…no quiero encontrarme con Lear- comentó ella casi como una súplica.
-Lo sé, no lo vamos a hacer- le aseguró él-. En serio, que dejes de pensar en él te va a ayudar a calmarte y a sentirte mejor, voy a ayudarte a que te distraigas.
Ella le sonrío con sinceridad, agradeciéndole a Judal. Ella lo apreciaba muchísimo, tanto, que Judal no debía ni poder imaginárselo de lo mucho que lo quería. El nuevo rey de Babilonia siempre había estado ahí para ella, ya sea para levantarla y acogerla habiéndola encontrado desmayada o para ayudarla cuando estaba mal anímicamente por problemas de amores que a él no le influían en lo absoluto. Nina lo consideraba a Judal ya como su mejor amigo, ese que jamás la había abandonado en ningún momento y sentía la confianza para contarle absolutamente todo lo que le ocurría.
-En serio Judal…gracias- comentó, sin saber expresar cuán agradecida estaba con ese muchacho de cabellos azabaches.
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Sin ideas, lalalala ~
-Si elegís de una vez te compro los platos que querés comer- le dijo el joven impaciente, mientras llamaba al mesero.
-¿En serio? ¡Gracias!- dijo ella con una sonrisa alegre. La mesera se acercó a ellos con una amable sonrisa y comenzó a tomarle su orden, Lear pidió el mejor y más costoso plato del restaurante, la joven por su parte, se pidió dos platos de carne, pastas, una sopa y otra cosa más que el muchacho ni siquiera recordaba qué era.
-¿Tanto?- preguntó él escuchando todo lo que ella pedía-. ¡Me vas a dejar en bancarrota!
Adelaida lo miró fijamente, arqueando una ceja escéptica.
-Seguro…- comentó con sarcasmo-. Y eso que aún falta el postre.
-Ahora entiendo el porqué mi hermano no te saca a cenar- razonó el joven de cabellos azabaches-. No podés comer tanto…
-Con tu hermano no comía un carajo, me cagaba de hambre para quedar bien encima- le dijo ella a la defensiva, mientras mordisqueaba un pedazo de pan que había en la mesa-. Además, todos los platos se veían ricos, no sabía qué elegir y vos me dijiste que me apurara.
-Para que eligieras uno, no todos- dijo él con un suspiro resignado-.Ya fue, dejalo, al fin y al cabo, voy a pagarlo de todos modos, dudo que tengas algo para pagar.
-No seas tacaño- se quejó ella-. Además, vos elegiste este restaurante.
-¿Quién quiso que la lleve a uno?- cuestionó con escepticismo el joven.
-Nunca pedí que eligieras uno tan costoso y lujoso- se apresuró a decir ella relajada.
Lear cambió el tema de la conversación, sabiendo que iba a ser inútil hacer que Adelaida reconociera que él tenía razón y, para ser sinceros, no estaba de humor para debatir por esa estupidez, y menos sabiendo que podría arruinar la amistad que tenía con la muchacha, la cual, aunque parezca extraño valoraba y valora.
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-Así me gusta más- reconoció ella, aún llorando.
-Es un idiota que no sabe a la hermosa mujer que se está perdiendo con su pelotudez que lo hace indigno de ser un Magi.
- yo creí en sus palabras, caí como una idiota en todas las cosas que dijo. Y, mientras yo estoy llorando por lo insensible que es, por como trata a niños tan pequeños y cómo no se da cuenta de nada, ´él debe estar ríendo lo más tranquilo luego con Ali en el restaurante.
-¿Estás segura que eran ellos a los que viste?- le preguntó el rey.
-Sí, estoy segura, estaban hablando de chistes sin importancia y ni siquiera me mencionaron- se quejó la rubia, agachando su bella mirada.
Judal la abrazó para darle fuerzas a aquella muchacha que se sentía pésimamente mal. El joven estaba enojado con su hermano por no saber apreciar la suerte que tenía y eso le hacía odiarlo aún más. Al igual que con Kaileena, el rey no podía ver a Nina llorar, a pesar de conocerla hacía poco tiempo, era algo que le devastaba y le deprimía.
Le limpió las lágrimas con una pañuelo de seda que sacó de su bolsillo y ella alzó la vista, con los ojos algo colorados e hipando por el llanto.
-Relájate, mi hermano es un idiota- le dijo el muchacho-. No tenés que llorar por alguien que no se lo merece como él.
-Lo sé- comentó ella-. Pero aún así, me enamoré de él y no puedo evitar ponerme mal por las cosas que pasan- agregó, ocultando su rostro.
Judal la obligó a levantarse y la tomó de su mano, tirando de ella para que lo siguiera.
-¿A dónde vamos?
-A algún lado para que te distraigas- le explicó él con tranquilidad-. No puedo verte mal…
-Pero…no quiero encontrarme con Lear- comentó ella casi como una súplica.
-Lo sé, no lo vamos a hacer- le aseguró él-. En serio, que dejes de pensar en él te va a ayudar a calmarte y a sentirte mejor, voy a ayudarte a que te distraigas.
Ella le sonrío con sinceridad, agradeciéndole a Judal. Ella lo apreciaba muchísimo, tanto, que Judal no debía ni poder imaginárselo de lo mucho que lo quería. El nuevo rey de Babilonia siempre había estado ahí para ella, ya sea para levantarla y acogerla habiéndola encontrado desmayada o para ayudarla cuando estaba mal anímicamente por problemas de amores que a él no le influían en lo absoluto. Nina lo consideraba a Judal ya como su mejor amigo, ese que jamás la había abandonado en ningún momento y sentía la confianza para contarle absolutamente todo lo que le ocurría.
-En serio Judal…gracias- comentó, sin saber expresar cuán agradecida estaba con ese muchacho de cabellos azabaches.
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Sin ideas, lalalala ~
Re: [Roll] The city of Babylonia~
- Tranquila~ Que no es nada - Dijo con tranquilidad ese muchacho de cabellos pelinegros mientras le daba una linda capa color negro - Salgamos~ -
- Si~ - Respondió la muchacha de cabellos dorados para después salir seguida del chico de mirada carmín -
----------
- ¿Estas respirando? - Preguntó Lear mientras miraba como esa pelinegra comía a grandes bocados -
- Quedar bien delante de Judal estaba matandome - Lloriqueó mientras paraba unos segundos para después poder seguir -
- Comés como un hombre - Murmuró mientras observaba por la ventana. Pudo ver los largos cabellos de su hermano menor seguido de una sombra - Es Judal~ - Murmuró Lear mientras se paraba de la mesa - Pero no estaba solo - Murmuró mientras miraba a la pelinegra que se encogió de hombros -
- Seguramente es Kaileena - Susurró con tranquilidad mientras se limpiaba -
- ¿Kaileena no estaba con el idiota de Caleb? - Preguntó a lo que ella posó su mirada sorprendida en las calles de Babilonia -
- Lear~ - Llamó mientras agarraba suavemente las ropas del nominado - Puede ser que sea Nina~ - Susurró a lo que ese pelinegro posó su mirada sobre ella -
- ¿¡Mi Nina!? - Preguntó exasperado a lo que la gente que estaba sentada alrededor se giró a ver que pasaba -
- Silencio~ - Susurró la muchacha mientras lo agarraba de la camisa para que se sentara nuevamente - Esas personas nos estaban mirando - Dijo avergonzada -
- Judal~ - Murmuró mientras apretaba sus puños -
- Tenemos que salir - Murmuró mientras se levantaba -
- ¿Salir~? - Preguntó Lear mientras observaba a Adelaida sin comprender -
- Mejor que Nina ande sola con Judal - Murmuró con sarcásmo a lo que Lear posó unas monedas de oro en la mesa -
- Camina - Le dijo mientras salía del lugar seguido de la pelinegra -
----------
- Basta~ - Suplicó mientras comenzaba a reír - Esta helada~ - Chilló mientras se abrazaba a si misma -
- Lo lamento - Murmuró Judal mientras caminaba para poder abrazar a esa muchacha de cabellos dorados - ¡Mierda Nina~! - Estalló. La nominada le había lanzado agua -
- Perdedor - Murmuró mientras sonreía para después salir corriendo -
- ¿Perdedor? - Preguntó mientras comenzaba a perseguir a esa muchacha - ¿Estas diciendole al Magi más perfecto perdedor? - Preguntó mientras la agarraba suavemente para después acostarse sobre ella en el césped -
- Si~ - Dijo mientras sonreía de lado -
- Chiquilla - Susurró mientras sonreía para después unir sus labios suavemente con los suyos - ¿Siguen significando nada? - Preguntó mientras sonreía -
- Son solo besos - Dijo mientras se lo regrasaba - Como aquella vez - Susurró para después sentarse al lado del pelinegro para poder hablar -
----------
- ¿Por donde mierda se fueron? - Preguntó Lear de mala gana -
- Babilonia es enorme - Susurró su compañera mientras suspiraba - No daremos con ellos nunca -
- Siempre lo mismo con vos - Dijo mientras se agarraba la cabeza con una mano -
- Idiota - Murmuró mientras seguía buscando -
- Si~ - Respondió la muchacha de cabellos dorados para después salir seguida del chico de mirada carmín -
----------
- ¿Estas respirando? - Preguntó Lear mientras miraba como esa pelinegra comía a grandes bocados -
- Quedar bien delante de Judal estaba matandome - Lloriqueó mientras paraba unos segundos para después poder seguir -
- Comés como un hombre - Murmuró mientras observaba por la ventana. Pudo ver los largos cabellos de su hermano menor seguido de una sombra - Es Judal~ - Murmuró Lear mientras se paraba de la mesa - Pero no estaba solo - Murmuró mientras miraba a la pelinegra que se encogió de hombros -
- Seguramente es Kaileena - Susurró con tranquilidad mientras se limpiaba -
- ¿Kaileena no estaba con el idiota de Caleb? - Preguntó a lo que ella posó su mirada sorprendida en las calles de Babilonia -
- Lear~ - Llamó mientras agarraba suavemente las ropas del nominado - Puede ser que sea Nina~ - Susurró a lo que ese pelinegro posó su mirada sobre ella -
- ¿¡Mi Nina!? - Preguntó exasperado a lo que la gente que estaba sentada alrededor se giró a ver que pasaba -
- Silencio~ - Susurró la muchacha mientras lo agarraba de la camisa para que se sentara nuevamente - Esas personas nos estaban mirando - Dijo avergonzada -
- Judal~ - Murmuró mientras apretaba sus puños -
- Tenemos que salir - Murmuró mientras se levantaba -
- ¿Salir~? - Preguntó Lear mientras observaba a Adelaida sin comprender -
- Mejor que Nina ande sola con Judal - Murmuró con sarcásmo a lo que Lear posó unas monedas de oro en la mesa -
- Camina - Le dijo mientras salía del lugar seguido de la pelinegra -
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- Basta~ - Suplicó mientras comenzaba a reír - Esta helada~ - Chilló mientras se abrazaba a si misma -
- Lo lamento - Murmuró Judal mientras caminaba para poder abrazar a esa muchacha de cabellos dorados - ¡Mierda Nina~! - Estalló. La nominada le había lanzado agua -
- Perdedor - Murmuró mientras sonreía para después salir corriendo -
- ¿Perdedor? - Preguntó mientras comenzaba a perseguir a esa muchacha - ¿Estas diciendole al Magi más perfecto perdedor? - Preguntó mientras la agarraba suavemente para después acostarse sobre ella en el césped -
- Si~ - Dijo mientras sonreía de lado -
- Chiquilla - Susurró mientras sonreía para después unir sus labios suavemente con los suyos - ¿Siguen significando nada? - Preguntó mientras sonreía -
- Son solo besos - Dijo mientras se lo regrasaba - Como aquella vez - Susurró para después sentarse al lado del pelinegro para poder hablar -
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- ¿Por donde mierda se fueron? - Preguntó Lear de mala gana -
- Babilonia es enorme - Susurró su compañera mientras suspiraba - No daremos con ellos nunca -
- Siempre lo mismo con vos - Dijo mientras se agarraba la cabeza con una mano -
- Idiota - Murmuró mientras seguía buscando -
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Re: [Roll] The city of Babylonia~
-Mierda, mierda, mierda, mierda- repetía una y otra vez Lear, mientras buscaba desesperado y en vano por todo los recónditos de Babilonia. Detrás suyo, la joven de cabellos largos y oscuros como la noche lo seguía relajada, jugando a atrapar a una piedra, aburrida ya de buscar.
-Relájate Lear, no los vas a encontrar- le dijo ella totalmente tranquila.
-Que ánimo…tengo que encontrarlos ¡debo hacerlo!- exclamó él, siguiendo cada vez más por caminos poco usuales y que no aparentaban ser para nada seguros.
-No deberíamos seguir por acá- le dijo ella, tomándolo de la mano y tratando de tirar de él para que se girara y retrocedieran sus pasos. Él, aún así, prosiguió con su marcha, con la muchacha haciendo fuerza y tirando de él para que parara,
-No revisamos por acá- le comentó él.
-Ya estás delirando, es obvio que no están por acá- le dijo ella algo malhumorada.
Lear continuó insistiendo y ella, con un suspiro, dejó de tirar de él y lo soltó.
-Haz lo que quieras, no voy a seguirte, cagate solo- comentó la muchacha, dándole la espalda.
-De acuerdo- le dijo Lear sin siquiera escucharla con atención marchándose de allí y dejando a la esclava sola.
Pasado unos diez minutos, la muchacha lanzó una maldición de esas que seguro la condenarían al infierno y comenzó a caminar, siguiendo los mismos pasos que Lear había hecho, introduciéndose aún más en ese camino poco confiable, sabiendo que después se arrepentiría de ello, pero el muchacho le preocupaba demasiado como para abandonarlo a sus anchas por esos lugares.
-Mierda Lear, ya voy a vengarme de esta que me estás haciendo- murmuró enojada, caminando rápidamente.
----------------------------------
-¿Para mí? Gracias- dijo ella, aceptando con una linda sonrisa una caja de bombones que Judal le había regalado.
-No hay nada mejor que algo dulce para calmar las penas- le dijo el muchacho, sentándose a su lado. Ambos ya estaban de vuelta en el palacio, en los cuidados patios del mismo, sentados bajo la copa de un gran árbol de naranjas bastante alejado de la enorme construcción que era el hogar del rey.
-Odio que Lear sea así- dijo ella de repente, tomando uno de los bombones y llevándoselo a la boca. Alzó la mirada al cielo, estaba despejado y hacía bastante calor: ese día iba a ser realmente agradable en cuanto a las cuestiones climáticas.
-¿Hay muchas cosas que te molestan de él?- preguntó el rey de Babilonia, mirándola fijamente.
-Bastantes…
-¿Por qué no las contás?- le preguntó él con una sonrisa-. Va a ayudar a descargarte.
Ella asintió, mientras comenzaba a enumerar una enorme lista. Al instante, Judal se arrepintió de ello un poco, ya que sabía que iba a pasar un buen tiempo escuchando una gran lista de defectos de su hermano mayor, los cuales, en casi su totalidad, debía saberlos ya.
-------------------------------
Lear continuó caminando por ese camino y sintió, de repente, varias miradas puestas en él, algo que le inquietaba totalmente. En esa calle de tierra, donde había algunas casas precarias, sólo unas pocas estaban fuera observándolo con una expresión para nada amable, al contrario, parecía como si lo vigilaran, como si fuera un intruso en aquella fortaleza y, así se sentía.
Siguió caminando, apurando un poco el paso para salir rápidamente de allí y arrepintiéndose por no haberle hecho caso a su amiga anteriormente. Había sido una total estupidez tomar ese camino, ya que Judal jamás hubiera llevado a Nina a un lugar como ese, pero, en ese momento, él sentía la necesidad de comprobarlo. Ahora, sabiendo que jamás ellos pisaron ese lugar, sólo deseaba dar vuelta atrás y abandonar ese sitio, aún así, con esas personas vigilándolo como si de repente comenzara a asesinarlos a todos, ya no había posibilidad de retroceder.
Estuvo así unos varios minutos, avanzando ya sin siquiera mirar atrás, hasta que escuchó como alguien lo llamaba, pero no se detuvo.
Todo ocurrió muy de repente, se escuchó un ruido y, cuando se quiso dar cuenta, se encontraba en el suelo, sintiendo un fuerte dolor en sus manos que sangraban, ya que con estas había reducido el golpe de la caída, mientras que un grupo de hombres detrás suyo lo amenazaban con un machete en el cuello.
-Estás muy bien vestido para ser de acá- comentó uno de ellos.
-Ropa fina, pelo negro y ojos rojos. ¿Será un Magi?- preguntó otro.
-Sí es así debe tener mucho dinero- comentó el tercero y último del grupo, mientras comenzaba a meter mano en los bolsillos de la ropa del muchacho que, a pesar de sus quejas, no fue escuchado- ¡Acá está! – dijo con un tono de voz triunfante, sacando una bolsa pesada con monedas de oro-. Es una buena cantidad para sólo una persona.
-¿Decís que es uno de los Magi?- preguntó otro.
-Calculo- respondió el segundo-. Podríamos secuestralo, ¿no les parece?
-¡A mí no me van a hacer una mierda!- les gritó Lear enojado. El primero de ellos le golpeó el rostro con la culeta del arma.
-¡Ya calla!- le pidió enojado-. Me duele la cabeza, mejor no hagas nada si querés terminar vivo. Va a ser pesado mantenerlo con vida, es mejor matarlo.
Lear tragó saliva. Mierda. Lo que le faltaba a su situación, estar al borde de la muerte o del secuestro. Eso le pasaba por no escuchar a los demás y hacer lo que se le diera la reverenda gana. Al parecer, no le había salido muy bien que digamos.
-Relájate Lear, no los vas a encontrar- le dijo ella totalmente tranquila.
-Que ánimo…tengo que encontrarlos ¡debo hacerlo!- exclamó él, siguiendo cada vez más por caminos poco usuales y que no aparentaban ser para nada seguros.
-No deberíamos seguir por acá- le dijo ella, tomándolo de la mano y tratando de tirar de él para que se girara y retrocedieran sus pasos. Él, aún así, prosiguió con su marcha, con la muchacha haciendo fuerza y tirando de él para que parara,
-No revisamos por acá- le comentó él.
-Ya estás delirando, es obvio que no están por acá- le dijo ella algo malhumorada.
Lear continuó insistiendo y ella, con un suspiro, dejó de tirar de él y lo soltó.
-Haz lo que quieras, no voy a seguirte, cagate solo- comentó la muchacha, dándole la espalda.
-De acuerdo- le dijo Lear sin siquiera escucharla con atención marchándose de allí y dejando a la esclava sola.
Pasado unos diez minutos, la muchacha lanzó una maldición de esas que seguro la condenarían al infierno y comenzó a caminar, siguiendo los mismos pasos que Lear había hecho, introduciéndose aún más en ese camino poco confiable, sabiendo que después se arrepentiría de ello, pero el muchacho le preocupaba demasiado como para abandonarlo a sus anchas por esos lugares.
-Mierda Lear, ya voy a vengarme de esta que me estás haciendo- murmuró enojada, caminando rápidamente.
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-¿Para mí? Gracias- dijo ella, aceptando con una linda sonrisa una caja de bombones que Judal le había regalado.
-No hay nada mejor que algo dulce para calmar las penas- le dijo el muchacho, sentándose a su lado. Ambos ya estaban de vuelta en el palacio, en los cuidados patios del mismo, sentados bajo la copa de un gran árbol de naranjas bastante alejado de la enorme construcción que era el hogar del rey.
-Odio que Lear sea así- dijo ella de repente, tomando uno de los bombones y llevándoselo a la boca. Alzó la mirada al cielo, estaba despejado y hacía bastante calor: ese día iba a ser realmente agradable en cuanto a las cuestiones climáticas.
-¿Hay muchas cosas que te molestan de él?- preguntó el rey de Babilonia, mirándola fijamente.
-Bastantes…
-¿Por qué no las contás?- le preguntó él con una sonrisa-. Va a ayudar a descargarte.
Ella asintió, mientras comenzaba a enumerar una enorme lista. Al instante, Judal se arrepintió de ello un poco, ya que sabía que iba a pasar un buen tiempo escuchando una gran lista de defectos de su hermano mayor, los cuales, en casi su totalidad, debía saberlos ya.
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Lear continuó caminando por ese camino y sintió, de repente, varias miradas puestas en él, algo que le inquietaba totalmente. En esa calle de tierra, donde había algunas casas precarias, sólo unas pocas estaban fuera observándolo con una expresión para nada amable, al contrario, parecía como si lo vigilaran, como si fuera un intruso en aquella fortaleza y, así se sentía.
Siguió caminando, apurando un poco el paso para salir rápidamente de allí y arrepintiéndose por no haberle hecho caso a su amiga anteriormente. Había sido una total estupidez tomar ese camino, ya que Judal jamás hubiera llevado a Nina a un lugar como ese, pero, en ese momento, él sentía la necesidad de comprobarlo. Ahora, sabiendo que jamás ellos pisaron ese lugar, sólo deseaba dar vuelta atrás y abandonar ese sitio, aún así, con esas personas vigilándolo como si de repente comenzara a asesinarlos a todos, ya no había posibilidad de retroceder.
Estuvo así unos varios minutos, avanzando ya sin siquiera mirar atrás, hasta que escuchó como alguien lo llamaba, pero no se detuvo.
Todo ocurrió muy de repente, se escuchó un ruido y, cuando se quiso dar cuenta, se encontraba en el suelo, sintiendo un fuerte dolor en sus manos que sangraban, ya que con estas había reducido el golpe de la caída, mientras que un grupo de hombres detrás suyo lo amenazaban con un machete en el cuello.
-Estás muy bien vestido para ser de acá- comentó uno de ellos.
-Ropa fina, pelo negro y ojos rojos. ¿Será un Magi?- preguntó otro.
-Sí es así debe tener mucho dinero- comentó el tercero y último del grupo, mientras comenzaba a meter mano en los bolsillos de la ropa del muchacho que, a pesar de sus quejas, no fue escuchado- ¡Acá está! – dijo con un tono de voz triunfante, sacando una bolsa pesada con monedas de oro-. Es una buena cantidad para sólo una persona.
-¿Decís que es uno de los Magi?- preguntó otro.
-Calculo- respondió el segundo-. Podríamos secuestralo, ¿no les parece?
-¡A mí no me van a hacer una mierda!- les gritó Lear enojado. El primero de ellos le golpeó el rostro con la culeta del arma.
-¡Ya calla!- le pidió enojado-. Me duele la cabeza, mejor no hagas nada si querés terminar vivo. Va a ser pesado mantenerlo con vida, es mejor matarlo.
Lear tragó saliva. Mierda. Lo que le faltaba a su situación, estar al borde de la muerte o del secuestro. Eso le pasaba por no escuchar a los demás y hacer lo que se le diera la reverenda gana. Al parecer, no le había salido muy bien que digamos.
Re: [Roll] The city of Babylonia~
- Mierda - Susurró la muchacha de cabellos negros mientras miraba lo complicado que estaba su amigo -
- ¿Estas seguro? - Preguntó su compañero mientras agarraba a Lear de los cabellos - Puede que nos paguen -
- Seguro~ - Susurró ese hombre mientras sonreía -
----------
- Comprendo - Murmuró ese muchacho de mirada carmín que se había comido los bombones mientras Nina le contaba las cosas que odiaba de su hermano -
- Eso~ - Susurró avergonzada mientras se pasaba una mano por sus cabellos -
- Perdoname pero no comprendo porque salís con Lear - Comentó mientras se levantaba de la cama - Vamos~ -
- ¿Eh~? - Ella sencillamente se le quedó mirando -
- Seguramente esos dos estan en algún quilombo - Dijo con tranquilidad mientras se ponía una capa por ensima de los hombros -
- ¿Como sabés? - Preguntó a lo que ese muchacho salió al pueblo -
- Hace horas que estamos solos pero Lear no se acercó a hacer una escena - Dijo con tranquilidad a lo que esa muchacha comenzó a caminar -
----------
- ¡Callado! - Estalló uno de esos hombres para luego golpear a Lear en las costillas con su arma - Pendejo boludo~ Estas deseando que disparemos -
- Mierda~ - Susurró ese pelinegro para después escupir sangre. Si seguía con eso iba a morir -
- Basta~ - Dijo una castaña mientras miraba a esos hombres que guardaron silencio de inmediato -
- Pero Evee~ - Suplicó su compañero -
- Silencio - Murmuró para luego agarrar a ese hombre del cuello - Vos~ - Dijo mirando a ese pelinegro - Seguramente sos un Magi -
- ... - Lear no respondió. Sencillamente posó su mirada en la de ella -
- Por esos carmínes~ - Murmuró. De repente se pudo escuchar un pequeño ruido que la obligo a liberar a su compañero para luego sacar una cuchilla - ¿Quién esta allí~? - Preguntó para después poner su arma en el cuello de Lear -
- Buenas~ - Saludó una voz masculina -
- Judal~ - Susurró la pelinegra para luego salir - Estas aquí - Susurró asustada -
- No~ Es la cabeza que comienza a delirar - Dijo mientras sonreía irónico -
- Idiota - Susurró para luego acercarse a Nina que miraba la escena pálida -
- Tranquila - Suplicó la enamorada del menor de los Magi mientras agarraba a su amiga por los hombros - Judal va a ayudar a Lear -
- Si seguís caminando este muere desangrado - Murmuró Evee mientras posaba la punta del cuchillo sobre la garganta del pelinegro -
- Gran cosa~ - Murmuró ese muchacho de mirada carmín para luego subir los hombros intentando que ella supiera lo poco que aquello le interesaba - ¿Vas a matar a mi hermano? Bien~ - Dijo mientras sonreía arrogante -
- ¿¡Eh~!? - La muchacha de cabellos dorados se agarró la cabeza mientras comenzaba a respirar con problemas -
- Tranquila - Suplicó la pelinegra mientras que maldecía mentalmente a su enamorado por ese comentario -
- ¿Realmente sos familiar de este chico? - Susurró mientras sus compañeros comenzaban a correr para golpear al muchacho de mirada carmín -
- Es mi hermano mayor~ - Respondió con tranquilidad mientras noqueaba sin problemas a esos dos hombres - Pero la verdad es que lo que le pase me da lo mismo - Dijo para después comenzar a caminar nuevamente -
- Mierda~ - Susurró esa castaña mientras obligaba a Lear a pararse de los cabellos - Te acuchillo si llegas a hacer algo - Le dijo al pelinegro -
- Pendeja~ - Murmuró para después golpear a esa chica en la panza -
- D-Duele - Susurró para después pisar a Lear. Cuando este se dobló la castaña le dió una rodillazo en la cabeza - Pelotudo. Te dije que te quedaras quieto -
- Solo es una mocosa Lear - Susurró su hermano para después agarrar a la muchacha de sorpresa - Me sorprende que no le puedas ganar - Dijo mientras ponía su daga en el cuello de la misma -
- Carajo~ - Estalló ella para luego comenzar a pelear en vano -
- Rebanale el cuello - Dijo ese pelinegro mientras escupía sangre nuevamente -
- Pelotudo - Murmuró la castaña para luego pegar a Lear una patada en la espalda -
- ¿¡La querés matar de una buena vez!? - Pidió Lear mientras se sobaba la zona golpeada -
- No~ - Dijo para después sacar su daga del cuello de la pelicastaña - Me cae bien~ -
- ¿Me estas cargando? - Preguntó su hermano mientras la señalaba de manera acusadora - Es una chorra de mierda. Ensima parece hombre -
- ¿¡Qué!? - Estalló para después golpear a Lear - Ja~ Siendo mina seguramente me consideran más hombre que vos - Dijo mientras sonreía - Seguramente estas celoso de eso -
- Pendeja~ - Susurró pero su hermano menor agarró a esa castaña de la mano - Vamos~ Dijo mientras comenzaba a caminar - Salgamos antes de que alguien más quiera cargarse a Lear -
- ¿Vas a llevar a esa mocosa a casa? - Preguntó de mala gana -
- ¡Basta~! - Estalló la castaña para después subirse a espaldas del pelinegro - Pará de decirme esas cosas pedaso de homosexual - Le dijo mientras le agarraba los cabellos -
- ¡Salí de ensima yegua~! - Estalló a lo que Judal la agarró suavemente -
- Lear es un genio con las damas ¿No~? - Dijo irónico mientras salía de allí para poder ver nuevamente el hermoso día que brillaba en Babilonia -
- Seguro~ - Respondió para luego mirar a ese pelinegro - ¿Me van a matar~? - Preguntó a lo que ese chico se le quedó mirando para después sonreír -
- La verdad es que sos linda~ asi que no - Respondió mientras sonreía -
- Es solo una mina - Dijo Lear mientras salía del lugar - Bueno~ Una linda mina - Susurró avergonzado - Pero la vamos a matar - Finalizó molesto -
- Si~ - Dijo irónico su hermano - Vamos este~ - Judal se le quedó mirando porque no sabía su nombre -
- Evee - Respondió ella mientras sonreía levemente avergonzada -
- Evee~ Lindo nombre - Dijo mientras comenzaba a caminar a su lado - Quiero que me cuentes como que acabaste robando en ese lugar -
- Lear~ - La muchacha de cabellos dorados rodeó a su enamorado con brío. Estaba realmente preocupada -
- Perdoname Nina - Susurró avergonzado mientras pasaba su mano suavemente por sus cabellos -
- Te golpearon - Susurró la pelinegra mirando la mejilla del Magi - Ju.. - Ella ni siquiera pudo comenzar a hablar por que su enamorado se había ido caminando con esa castaña - Es un cualquiera - Renegó mientras ayudaba a Lear a caminar -
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Nombre: Evee~ (Me cago en el apellido que nunca va a usar xDD)
Edad: 17 ~
Imágen:
- ¿Estas seguro? - Preguntó su compañero mientras agarraba a Lear de los cabellos - Puede que nos paguen -
- Seguro~ - Susurró ese hombre mientras sonreía -
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- Comprendo - Murmuró ese muchacho de mirada carmín que se había comido los bombones mientras Nina le contaba las cosas que odiaba de su hermano -
- Eso~ - Susurró avergonzada mientras se pasaba una mano por sus cabellos -
- Perdoname pero no comprendo porque salís con Lear - Comentó mientras se levantaba de la cama - Vamos~ -
- ¿Eh~? - Ella sencillamente se le quedó mirando -
- Seguramente esos dos estan en algún quilombo - Dijo con tranquilidad mientras se ponía una capa por ensima de los hombros -
- ¿Como sabés? - Preguntó a lo que ese muchacho salió al pueblo -
- Hace horas que estamos solos pero Lear no se acercó a hacer una escena - Dijo con tranquilidad a lo que esa muchacha comenzó a caminar -
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- ¡Callado! - Estalló uno de esos hombres para luego golpear a Lear en las costillas con su arma - Pendejo boludo~ Estas deseando que disparemos -
- Mierda~ - Susurró ese pelinegro para después escupir sangre. Si seguía con eso iba a morir -
- Basta~ - Dijo una castaña mientras miraba a esos hombres que guardaron silencio de inmediato -
- Pero Evee~ - Suplicó su compañero -
- Silencio - Murmuró para luego agarrar a ese hombre del cuello - Vos~ - Dijo mirando a ese pelinegro - Seguramente sos un Magi -
- ... - Lear no respondió. Sencillamente posó su mirada en la de ella -
- Por esos carmínes~ - Murmuró. De repente se pudo escuchar un pequeño ruido que la obligo a liberar a su compañero para luego sacar una cuchilla - ¿Quién esta allí~? - Preguntó para después poner su arma en el cuello de Lear -
- Buenas~ - Saludó una voz masculina -
- Judal~ - Susurró la pelinegra para luego salir - Estas aquí - Susurró asustada -
- No~ Es la cabeza que comienza a delirar - Dijo mientras sonreía irónico -
- Idiota - Susurró para luego acercarse a Nina que miraba la escena pálida -
- Tranquila - Suplicó la enamorada del menor de los Magi mientras agarraba a su amiga por los hombros - Judal va a ayudar a Lear -
- Si seguís caminando este muere desangrado - Murmuró Evee mientras posaba la punta del cuchillo sobre la garganta del pelinegro -
- Gran cosa~ - Murmuró ese muchacho de mirada carmín para luego subir los hombros intentando que ella supiera lo poco que aquello le interesaba - ¿Vas a matar a mi hermano? Bien~ - Dijo mientras sonreía arrogante -
- ¿¡Eh~!? - La muchacha de cabellos dorados se agarró la cabeza mientras comenzaba a respirar con problemas -
- Tranquila - Suplicó la pelinegra mientras que maldecía mentalmente a su enamorado por ese comentario -
- ¿Realmente sos familiar de este chico? - Susurró mientras sus compañeros comenzaban a correr para golpear al muchacho de mirada carmín -
- Es mi hermano mayor~ - Respondió con tranquilidad mientras noqueaba sin problemas a esos dos hombres - Pero la verdad es que lo que le pase me da lo mismo - Dijo para después comenzar a caminar nuevamente -
- Mierda~ - Susurró esa castaña mientras obligaba a Lear a pararse de los cabellos - Te acuchillo si llegas a hacer algo - Le dijo al pelinegro -
- Pendeja~ - Murmuró para después golpear a esa chica en la panza -
- D-Duele - Susurró para después pisar a Lear. Cuando este se dobló la castaña le dió una rodillazo en la cabeza - Pelotudo. Te dije que te quedaras quieto -
- Solo es una mocosa Lear - Susurró su hermano para después agarrar a la muchacha de sorpresa - Me sorprende que no le puedas ganar - Dijo mientras ponía su daga en el cuello de la misma -
- Carajo~ - Estalló ella para luego comenzar a pelear en vano -
- Rebanale el cuello - Dijo ese pelinegro mientras escupía sangre nuevamente -
- Pelotudo - Murmuró la castaña para luego pegar a Lear una patada en la espalda -
- ¿¡La querés matar de una buena vez!? - Pidió Lear mientras se sobaba la zona golpeada -
- No~ - Dijo para después sacar su daga del cuello de la pelicastaña - Me cae bien~ -
- ¿Me estas cargando? - Preguntó su hermano mientras la señalaba de manera acusadora - Es una chorra de mierda. Ensima parece hombre -
- ¿¡Qué!? - Estalló para después golpear a Lear - Ja~ Siendo mina seguramente me consideran más hombre que vos - Dijo mientras sonreía - Seguramente estas celoso de eso -
- Pendeja~ - Susurró pero su hermano menor agarró a esa castaña de la mano - Vamos~ Dijo mientras comenzaba a caminar - Salgamos antes de que alguien más quiera cargarse a Lear -
- ¿Vas a llevar a esa mocosa a casa? - Preguntó de mala gana -
- ¡Basta~! - Estalló la castaña para después subirse a espaldas del pelinegro - Pará de decirme esas cosas pedaso de homosexual - Le dijo mientras le agarraba los cabellos -
- ¡Salí de ensima yegua~! - Estalló a lo que Judal la agarró suavemente -
- Lear es un genio con las damas ¿No~? - Dijo irónico mientras salía de allí para poder ver nuevamente el hermoso día que brillaba en Babilonia -
- Seguro~ - Respondió para luego mirar a ese pelinegro - ¿Me van a matar~? - Preguntó a lo que ese chico se le quedó mirando para después sonreír -
- La verdad es que sos linda~ asi que no - Respondió mientras sonreía -
- Es solo una mina - Dijo Lear mientras salía del lugar - Bueno~ Una linda mina - Susurró avergonzado - Pero la vamos a matar - Finalizó molesto -
- Si~ - Dijo irónico su hermano - Vamos este~ - Judal se le quedó mirando porque no sabía su nombre -
- Evee - Respondió ella mientras sonreía levemente avergonzada -
- Evee~ Lindo nombre - Dijo mientras comenzaba a caminar a su lado - Quiero que me cuentes como que acabaste robando en ese lugar -
- Lear~ - La muchacha de cabellos dorados rodeó a su enamorado con brío. Estaba realmente preocupada -
- Perdoname Nina - Susurró avergonzado mientras pasaba su mano suavemente por sus cabellos -
- Te golpearon - Susurró la pelinegra mirando la mejilla del Magi - Ju.. - Ella ni siquiera pudo comenzar a hablar por que su enamorado se había ido caminando con esa castaña - Es un cualquiera - Renegó mientras ayudaba a Lear a caminar -
-------------------------------------------------------------------------
Nombre: Evee~ (Me cago en el apellido que nunca va a usar xDD)
Edad: 17 ~
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Tooru- **Full*Contest**
-
Edad : 29
Cumpleaños!! : 31/03/1995
Mi llegada : 26/03/2009
Mis Mensajes : 2522
325 2418
Re: [Roll] The city of Babylonia~
-¿Dolió? Lo lamento- comentó Nina preocupada, mientras pasaba una crema de color blanco con un olor algo extraño sobre el ojo morado e hinchado del muchacho-. Esto va a desinflamar.
-Apesta- se quejó él.
-Es lo mejor que hay, no seas maricón- le dijo la joven de cabellos azabaches, mientras terminaba de desinfectar una herida que tenía en la cabeza.
-¡Arde!- se quejó él.
-Lo lamento, ahora lo hago más suave, ya no voy a tirar más- dijo ella, para después, colocarle más alcohol a la herida presionándola con fuerza.
-¡Aaaay! ¡Hija de puta!- la maldijo Lear mientras comenzaba a moverse, ambas jóvenes lo sostuvieron como pudieron.
-Ya termina Lear, por favor- suplicó su enamorada, observándolo fijamente a los ojos. Las mejillas del Magi mayor se tiñeron de un leve tono rosado, apenas distinguible.
-De acuerdo- concedió con un suspiro.
-Sos un maricón, encima que tratamos de ayudarte- se quejó tu amiga.
-Preferiría que al menos vos no lo hagas- reconoció él.
-No voy a hacerte caso, me preocupaste- admitió ella. Señaló a Nina y agregó-Tenías que ver su cara, casi se muere viéndote.
-También mi hermano es el único pelotudo que, con veinte años, es golpeado y asaltado por una chica mucho más joven que él- dijo Judal con una sonrisa divertida, apareciendo precedido por esa nueva muchacha rubia, Evee.
-Es un idiota- dijo ella con total seguridad, mientras se sentaba con confianza en uno de los sillones de la habitación de Lear.
-¿Qué mierda hace esta pendeja acá?- preguntó el joven con mala cara.
-Mirá como te dejó la cara- dijo el rey señalándolo y riendo con crueldad. Había que admitir que el aspecto de Lear, con unos moretones, una herida en la frente y un ojo hinchado y morado no era para nada agradable-. La invité yo, ¿algún problema?
-La verdad que sí- respondió con suma frialdad-. La quiero fuera de mi casa si no quiere morir.
-¿En serio hermano vamos a empezar con lo mismo?- le cuestionó el rey de Babilonia-. Soy rey, puedo hacer lo que quiera, este palacio es más mío que tuyo y si le tengo que poner guardia las 24 hs del día no tendré drama en hacerlo.
-¡Apenas la conocés! ¿Por qué haces tanto por ella? Dejá de recibir a mujeres en tu casa Judal- le acusó la muchacha de ojos azules, mientras lo miraba con mala cara. Él se acercó con una sonrisa, agarrándola del mentón y besándola.
-Tonta, no te pongas celosa, sos mi favorita- le dijo él.
-Eso no me consuela para nada – confesó ella desviando la vista, sonrojada.
-¿Por qué hago tanto por ella sin siquiera conocerla?- repitió él, quedándose pensativo unos segundos después extendió las manos, como si la respuesta fuera obvia-. Me gusta molestar a Lear, a él no le agrada Evee, ella tampoco le cae bien, le va a hacer la vida imposible.
-¿Qué tiene de bueno eso?- preguntó Lear molesto.
-¿No es obvio?- dijo relajada la rubia mientras sonreía con malicia-. Te voy a hacer parir como un desgraciado.
-¡Él no te hizo nada!- lo trató de defender Nina.
-No me importa, me cae mal- le respondió la muchacha rotundamente.
-¿No ves lo bueno de todo esto Lear? ¿En serio?- le dijo Judal totalmente alegre-. Vos vas a ser miserable y yo voy a ser feliz viendo eso.
-Hijo de puta- lo insultó él enojado.
-No me importa que llames a nuestra madre así, me da igual- le respondió él-. Por cierto, deberías hablar con ella.
-¿Eh?- cuestionó él confundido por el cambio de tema.
-Sólo te digo- comentó él relajado, se giró para ver a Evee-. Ahora decime, ¿por qué comenzaste a robar?
La muchacha se lo pensó unos segundos antes de responder, para finalmente suspirar. ¿Qué sentido tenía ocultárselo? De seguro que lo iba a averiguar de todos modos.
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0 inspiración, apapap :B
-Apesta- se quejó él.
-Es lo mejor que hay, no seas maricón- le dijo la joven de cabellos azabaches, mientras terminaba de desinfectar una herida que tenía en la cabeza.
-¡Arde!- se quejó él.
-Lo lamento, ahora lo hago más suave, ya no voy a tirar más- dijo ella, para después, colocarle más alcohol a la herida presionándola con fuerza.
-¡Aaaay! ¡Hija de puta!- la maldijo Lear mientras comenzaba a moverse, ambas jóvenes lo sostuvieron como pudieron.
-Ya termina Lear, por favor- suplicó su enamorada, observándolo fijamente a los ojos. Las mejillas del Magi mayor se tiñeron de un leve tono rosado, apenas distinguible.
-De acuerdo- concedió con un suspiro.
-Sos un maricón, encima que tratamos de ayudarte- se quejó tu amiga.
-Preferiría que al menos vos no lo hagas- reconoció él.
-No voy a hacerte caso, me preocupaste- admitió ella. Señaló a Nina y agregó-Tenías que ver su cara, casi se muere viéndote.
-También mi hermano es el único pelotudo que, con veinte años, es golpeado y asaltado por una chica mucho más joven que él- dijo Judal con una sonrisa divertida, apareciendo precedido por esa nueva muchacha rubia, Evee.
-Es un idiota- dijo ella con total seguridad, mientras se sentaba con confianza en uno de los sillones de la habitación de Lear.
-¿Qué mierda hace esta pendeja acá?- preguntó el joven con mala cara.
-Mirá como te dejó la cara- dijo el rey señalándolo y riendo con crueldad. Había que admitir que el aspecto de Lear, con unos moretones, una herida en la frente y un ojo hinchado y morado no era para nada agradable-. La invité yo, ¿algún problema?
-La verdad que sí- respondió con suma frialdad-. La quiero fuera de mi casa si no quiere morir.
-¿En serio hermano vamos a empezar con lo mismo?- le cuestionó el rey de Babilonia-. Soy rey, puedo hacer lo que quiera, este palacio es más mío que tuyo y si le tengo que poner guardia las 24 hs del día no tendré drama en hacerlo.
-¡Apenas la conocés! ¿Por qué haces tanto por ella? Dejá de recibir a mujeres en tu casa Judal- le acusó la muchacha de ojos azules, mientras lo miraba con mala cara. Él se acercó con una sonrisa, agarrándola del mentón y besándola.
-Tonta, no te pongas celosa, sos mi favorita- le dijo él.
-Eso no me consuela para nada – confesó ella desviando la vista, sonrojada.
-¿Por qué hago tanto por ella sin siquiera conocerla?- repitió él, quedándose pensativo unos segundos después extendió las manos, como si la respuesta fuera obvia-. Me gusta molestar a Lear, a él no le agrada Evee, ella tampoco le cae bien, le va a hacer la vida imposible.
-¿Qué tiene de bueno eso?- preguntó Lear molesto.
-¿No es obvio?- dijo relajada la rubia mientras sonreía con malicia-. Te voy a hacer parir como un desgraciado.
-¡Él no te hizo nada!- lo trató de defender Nina.
-No me importa, me cae mal- le respondió la muchacha rotundamente.
-¿No ves lo bueno de todo esto Lear? ¿En serio?- le dijo Judal totalmente alegre-. Vos vas a ser miserable y yo voy a ser feliz viendo eso.
-Hijo de puta- lo insultó él enojado.
-No me importa que llames a nuestra madre así, me da igual- le respondió él-. Por cierto, deberías hablar con ella.
-¿Eh?- cuestionó él confundido por el cambio de tema.
-Sólo te digo- comentó él relajado, se giró para ver a Evee-. Ahora decime, ¿por qué comenzaste a robar?
La muchacha se lo pensó unos segundos antes de responder, para finalmente suspirar. ¿Qué sentido tenía ocultárselo? De seguro que lo iba a averiguar de todos modos.
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Re: [Roll] The city of Babylonia~
La muchacha de cabellos castaños posó su cabeza en una de sus manos para luego suspirar.
- Hago eso porque mi padre me obliga - Susurró mientras se encogía de hombros - Como no quiere ocuparse de mi me dijo que me casara con un muchacho con dinero -
- Que casualidad~ - Dijo mientras sonreía arrogante - Mi nombre es Judal Magi - Dijo mientras le levantaba la mirada de la barbilla con cuidado - Solo por si querés saber debo casarme -
- ¿¡Qué haces!? - Preguntó la pelinegra mientras lo miraba con disgustada -
- Bromear - Respondió la muchacha mientras agarraba la mano del Magi para que la liberara -
- Eso mismo - Dijo mientras reía -
- Bobo~ - Susurró ella mientras sonreía para luego seguir - Si no mi padre me dijo que buscara una manera de conseguir dinero -
- Por eso salís a hacer esas cosas - Susurró ese pelinegro para luego mirar a la muchacha -
- Básicamente es por eso - Respondió - ¿Qué pasa nena? - Preguntó a Lear cuya mirada envenenada se posó en ella - ¿Te duele? - Preguntó mientras sonreía de lado -
- ¡Mocosa de mierda! - Estalló mientras señalaba a la castaña de manera acusadora -
- Derecho idiota - Le dijo para luego pararse para golpear a Lear - Te va a salir joroba -
- ... - La muchacha de cabellos dorados agarró a Lear que comenzó a maldecir como un condenado -
- Sonás como un cerdo por la manera en que chillas - Murmuró esa linda muchacha de mirada de colores mientras ponía sus manos sobre sus oídos -
- ¿¡Que dijiste!? - Preguntó mientras su enamorada lo agarraba de la mano para que no realizara locuras -
- ¿Qué pasa? - Preguntó un niño de mirada somnolienta -
- Primo~ - Judal lo agarró suavemente de la mano para que pasara - Quiero que conozcas a Evee - Dijo señalando a la castaña - Evee este es mi pequeño primo Alec~ - Presentó -
- Que lindo - Halagó la muchacha mientras sonreía -
- También sos linda - Respondió el pequeño - ¿Van a decirme que pasa? -
- Mirabamos como Evee pone en ridículo a Lear - Explicó Judal mientras sonreía complacido -
- ¿Cuantas personas más van a hacer que quedes como un idiota primo? - Preguntó ese pequeño pelinegro -
- Tu familia es genial~ - Celebró la muchacha de mirada de colores - ¿Qué hacés con eso boludo? - Dijo mientras le sacaba a Lear una daga - Con lo idiota que sos vas a morir desangrado si respirás cerca de estas cosas -
- ¿¡Pensás que no sé usar una de esas!? - Preguntó sumamenye molesto -
- La verdad es que eso mismo es lo que pensabamos - Respondió su pequeño primo secundado por su par Magi además de por la castaña -
----------
- Si~ accidente - Dijo Farah mientras comenzaba a reír -
- La culpa es mía vos ganás - Murmuró mientras sonreía - Pero la pasamos bien - Siguió de manera acusadora mientras se comía un bombón -
- Bueno~ la verdad es que nunca había salido a comer sin dinero -
- Te dije que llevaba~ pero en algún lugar lo perdí - Susurró avergonzado mientras se rascaba la cabeza -
- Bobo~ Por culpa de eso nos escondimos en una calle despoblada como por dos horas - Dijo mientras sonreía -
- Pudimos hablar~ - Dijo mientras le daba un chocolate a la castaña -
- Si~ Pero no vamos a poder regresar a ese lugar - Dijo mientras comenzaba a reír con Shuu -
- Luego me acercaré a pedir disculpas - Dijo mientras se comía una golosina -
- ¡Caminas con las rodillas juntas pedaso de deforme! - Se escuchó por los pasillos. Ese pelinegro posó su mirada en su amiga como preguntando si reconocía la voz -
- No~ Shuu - Respondió Farah mientras salía a los pasillos con ese Magi -
- ¡Decime eso en la cara pendeja de mierda! - Los muchachos estaban seguros de que aquella voz era de Lear -
- Hola~ - Saludó Evee mientras se escudaba a espaldas de Shuu -
- ¿Qué pasa hermano? - Preguntó Lear llegó a ese lugar -
- Respira Lear - Suplicó Adelaida mientras llegaba donde ese Magi -
- ¡Dejame de joder con eso! - Estalló enojado -
- Reapira mierda - Le dijo mientras lo golpeaba en la cabeza -
- ¡Paren de golpearme! - Dijo disgustado mientras se sobaba la cabeza -
- De - For - Me ~ - Le dijo Evee mientras comenzaba a reír -
- ¡MIERDA! - Lear intentó agarrar a esa castaña lo que su hermano menor lo agarró para que no lo hiciera -
- Tranquilo Lear - Suplico ese muchacho -
- ¿Qué hacen? - Preguntó Kaileena mientras llegaba seguida de Caleb -
- Hola Kaileena~ - Saludó Judal que miraba la escena junto a su primo -
- Rubiales~ - Saludó Evee mientras se colgaba de Caleb para comenzar a jalar suavemente sus cabellos - ¿Te codeás con la gente de poder ahora? -
- Hola Evee~ - Saludó mientras sonreía -
- No cariño~ Este homosexual literalmente se la pone a la gente con oro - Dijo a lo que la castaña se quedó mirando a Caleb -
- Rubiaaales~ - Susurró pícara mientras lo picaba con un dedo - Los dos sabemos que vas a contarme~ -
- ¿Se conocen? - Preguntó la pelinegra sorprendida -
- ¿Conocer a Rubiales? - Preguntó Evee mientras sonreía - Le robé una vez - Dijo mientras apoyaba su barbilla en el hombro de Caleb - Me agarró por lo que nos hicimos amigos - La muchacha miró más a la pelinegra - Vos debes ser la chica de la que Caleb estaba enamorado -
- Conocés a mi amigo - Susurró la pelinegra avergonzada -
- Hago eso porque mi padre me obliga - Susurró mientras se encogía de hombros - Como no quiere ocuparse de mi me dijo que me casara con un muchacho con dinero -
- Que casualidad~ - Dijo mientras sonreía arrogante - Mi nombre es Judal Magi - Dijo mientras le levantaba la mirada de la barbilla con cuidado - Solo por si querés saber debo casarme -
- ¿¡Qué haces!? - Preguntó la pelinegra mientras lo miraba con disgustada -
- Bromear - Respondió la muchacha mientras agarraba la mano del Magi para que la liberara -
- Eso mismo - Dijo mientras reía -
- Bobo~ - Susurró ella mientras sonreía para luego seguir - Si no mi padre me dijo que buscara una manera de conseguir dinero -
- Por eso salís a hacer esas cosas - Susurró ese pelinegro para luego mirar a la muchacha -
- Básicamente es por eso - Respondió - ¿Qué pasa nena? - Preguntó a Lear cuya mirada envenenada se posó en ella - ¿Te duele? - Preguntó mientras sonreía de lado -
- ¡Mocosa de mierda! - Estalló mientras señalaba a la castaña de manera acusadora -
- Derecho idiota - Le dijo para luego pararse para golpear a Lear - Te va a salir joroba -
- ... - La muchacha de cabellos dorados agarró a Lear que comenzó a maldecir como un condenado -
- Sonás como un cerdo por la manera en que chillas - Murmuró esa linda muchacha de mirada de colores mientras ponía sus manos sobre sus oídos -
- ¿¡Que dijiste!? - Preguntó mientras su enamorada lo agarraba de la mano para que no realizara locuras -
- ¿Qué pasa? - Preguntó un niño de mirada somnolienta -
- Primo~ - Judal lo agarró suavemente de la mano para que pasara - Quiero que conozcas a Evee - Dijo señalando a la castaña - Evee este es mi pequeño primo Alec~ - Presentó -
- Que lindo - Halagó la muchacha mientras sonreía -
- También sos linda - Respondió el pequeño - ¿Van a decirme que pasa? -
- Mirabamos como Evee pone en ridículo a Lear - Explicó Judal mientras sonreía complacido -
- ¿Cuantas personas más van a hacer que quedes como un idiota primo? - Preguntó ese pequeño pelinegro -
- Tu familia es genial~ - Celebró la muchacha de mirada de colores - ¿Qué hacés con eso boludo? - Dijo mientras le sacaba a Lear una daga - Con lo idiota que sos vas a morir desangrado si respirás cerca de estas cosas -
- ¿¡Pensás que no sé usar una de esas!? - Preguntó sumamenye molesto -
- La verdad es que eso mismo es lo que pensabamos - Respondió su pequeño primo secundado por su par Magi además de por la castaña -
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- Si~ accidente - Dijo Farah mientras comenzaba a reír -
- La culpa es mía vos ganás - Murmuró mientras sonreía - Pero la pasamos bien - Siguió de manera acusadora mientras se comía un bombón -
- Bueno~ la verdad es que nunca había salido a comer sin dinero -
- Te dije que llevaba~ pero en algún lugar lo perdí - Susurró avergonzado mientras se rascaba la cabeza -
- Bobo~ Por culpa de eso nos escondimos en una calle despoblada como por dos horas - Dijo mientras sonreía -
- Pudimos hablar~ - Dijo mientras le daba un chocolate a la castaña -
- Si~ Pero no vamos a poder regresar a ese lugar - Dijo mientras comenzaba a reír con Shuu -
- Luego me acercaré a pedir disculpas - Dijo mientras se comía una golosina -
- ¡Caminas con las rodillas juntas pedaso de deforme! - Se escuchó por los pasillos. Ese pelinegro posó su mirada en su amiga como preguntando si reconocía la voz -
- No~ Shuu - Respondió Farah mientras salía a los pasillos con ese Magi -
- ¡Decime eso en la cara pendeja de mierda! - Los muchachos estaban seguros de que aquella voz era de Lear -
- Hola~ - Saludó Evee mientras se escudaba a espaldas de Shuu -
- ¿Qué pasa hermano? - Preguntó Lear llegó a ese lugar -
- Respira Lear - Suplicó Adelaida mientras llegaba donde ese Magi -
- ¡Dejame de joder con eso! - Estalló enojado -
- Reapira mierda - Le dijo mientras lo golpeaba en la cabeza -
- ¡Paren de golpearme! - Dijo disgustado mientras se sobaba la cabeza -
- De - For - Me ~ - Le dijo Evee mientras comenzaba a reír -
- ¡MIERDA! - Lear intentó agarrar a esa castaña lo que su hermano menor lo agarró para que no lo hiciera -
- Tranquilo Lear - Suplico ese muchacho -
- ¿Qué hacen? - Preguntó Kaileena mientras llegaba seguida de Caleb -
- Hola Kaileena~ - Saludó Judal que miraba la escena junto a su primo -
- Rubiales~ - Saludó Evee mientras se colgaba de Caleb para comenzar a jalar suavemente sus cabellos - ¿Te codeás con la gente de poder ahora? -
- Hola Evee~ - Saludó mientras sonreía -
- No cariño~ Este homosexual literalmente se la pone a la gente con oro - Dijo a lo que la castaña se quedó mirando a Caleb -
- Rubiaaales~ - Susurró pícara mientras lo picaba con un dedo - Los dos sabemos que vas a contarme~ -
- ¿Se conocen? - Preguntó la pelinegra sorprendida -
- ¿Conocer a Rubiales? - Preguntó Evee mientras sonreía - Le robé una vez - Dijo mientras apoyaba su barbilla en el hombro de Caleb - Me agarró por lo que nos hicimos amigos - La muchacha miró más a la pelinegra - Vos debes ser la chica de la que Caleb estaba enamorado -
- Conocés a mi amigo - Susurró la pelinegra avergonzada -
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Re: [Roll] The city of Babylonia~
-Hace un buen tiempo, aunque luego el Rubiales me abandonó llendose a trabajar a otro pueblo- comentó ella relajada, pellizcándole la mejilla al muchacho- ¿Inmaculada verdad?- preguntó la chica a la muchacha de cabellos negros.
-Sí, pero ahora me llamo Adelaida Debanhi- se presentó la joven con una sonrisa relajada.
La joven castaña ( N/A: ¿O rubia? Para mí es rubia pero vos dijiste que es castaña, andá a saber cuál de las dos es la daltónica xD) arqueó una ceja y colocó una mano en su mentón, pensativa.
-Ese nombre me suena…¿la ricachona que comenzó a robar?- preguntó ella para confirmar su suposición.
-Bah, nunca fui tan asquerosamente rica como otras personas- respondió Adelaida-. Pero sí, la misma.
-No duraste mucho en el negocio- opinó Evee.
-Un bastardo me cagó- confesó ella-. Y acá ando de esclava de Judal.
-Entonces…¿te acostaste con ella?- preguntó Evee a su amigo.
-¡No!- exclamaron al unísono y desconcertados Adelaida, Caleb y Judal. El rey abrazó a su enamorada de forma posesiva, poniendo cara de asco ante esa idea tan repugnante.
-Es la de al lado- dijo señalando con la cabeza a la pelirroja.
-Me sorprendés rubiales- exclamó ella dándole unas palmadas en el hombro con fuerza, a modo de felicitación.
-Emmm…esto…¿gracias? – preguntó Caleb sin entender.
-No, en serio, o sea, es una muchacha que si yo fuera hombre le daría- comentó ella con normalidad- y encima tiene plata, podría tener a alguien mucho mejor que vos pero o sea, acá estás.
Judal se río ante ese comentario.
-Esta chica me cae bien- comentó aún riendo viendo como las mejillas de Caleb se teñían de rojo, el muchacho estaba sumamente abochornado-. Hasta tu amiga reconoce que sos un pelotudo con suerte nomás.
-Callate querés- pidió Caleb enojado.
-No le hagas caso- le dijo la pelirroja, abrazándolo con cariño.
-¡¿Qué nadie va a matar a esa pendeja?!- preguntó Lear enojado señalando con un dedo acusador a la castaña de ojos de colores - ¡Trató de matarme!
-Maricón, ni siquiera es capaz de hacerme algo él sólo- lo insultó Evee sin escrúpulos mientras le golpeaba en la nuca.
-¡No hagas eso!- gritó él enojado.
-Ya cálmate hermano- pidió Shuu, molesto por todo ese escándalo.
-Por cierto…¿qué hacían?- preguntó Nina con curiosidad a Shuu y a Farah.
-Sí, hace tiempo que no los veía para nada- reconoció Kaileena, mirando algo preocupada a su hermana-. ¿Pasó algo?
-Para nada- dijo ella con una sonrisa.
-¿Ustedes andan en algo?- preguntó Adelaida con la sutileza que solía caracterizarla, o sea, nada.
Tanto la castaña como el joven de ojos escarlatas se sonrojaron un poco. Y es que ni siquiera sabían responder con exactitud a esa pregunta. ¿Eran pareja? Tenían pensado casarse pero era sólo para poder ayudar a Farah, aunque Shuu le había dicho que él quería enamorarse de ella y poder estar juntos. Se trataban en cierto modo como si fueran una pareja, charlando y compartiendo cosas, abrazándose de vez en cuando, pero jamás se habían besado ni tampoco era algo formalizado. Él no sabía si estaba enamorado, aún seguía confundido, pero sentía que poco a poco Farah se estaba ganando un lugar en su corazón. ¿Y ella? ¿Qué sentía? A decir verdad, la muchacha no sabía que responder, su mente y sus emociones eran un completo caos que ni siquiera ella podía entender.
-Esto…-comenzó a decir Shuu con sus mejillas sonrojadas. Los ojos curiosos de Adelaida observándolo fijamente no lo ayudaban para nada a relajarse tampoco.
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Creo que es una de las contis más basura que hice xD
Re: [Roll] The city of Babylonia~
- Digamos~ algo - Susurró ese pelinegro mientras miraba a la enamorada de su hermano sumamente avergonzado -
- Felicidades~ - Dijo ella mientras sonreía - Espero que puedas decirme una respuesta coherente cuando pregunte nuevamente - Murmuró mientras sonreía arrogante -
- Si~ - Suspiró mientras la castaña se paraba a su lado para luego posar suavemente su mano sobre su hombro -
- Tranquilo~ - Suplicó mientras sonreía -
- ¿¡Qué!? - Preguntó la castaña de mirada de colores mientras miraba a Caleb sorprendida -
- ¡Evee~! - Estalló ese muchacho mientras se golpeaba levemente la cabeza -
- Pero Rubiales~ - Susurró ella mientras lo agarraba de los hombros para después comenzar a sacudir a su amigo - Vas a ser padre~ - Le dijo para luego mirar a Kaileena - Felicidades~ -
- Gracias~ - Respondió ella avergonzada -
- Eso no es cosa de nada~ - Le dijo mientras golpeaba a su amigo suavemente en la cabeza -
- Vos preguntaste~ - Susurró mientras se sobaba la cabeza -
- Decíme que Kaileena es cosa de nada - Murmuró Judal mientras lo agarraba de la camisa - Que usaré la cabeza hueca que llevás sobre los hombros para hacerme un adorno - Dijo de manera oscura -
- Jamás Kaileena sera cosa de nada - Respondió levemente intranquilo - La quiero muchícimo -
- Caleb~ La verdad es que pensé que siempre ibas a estar solo - Dijo la castaña mientras posaba una mano sobre uno de los hombros de su amigo -
- Muchas gracias Evee~ - Susurró irónico mientras suspiraba largamente -
- Probaste que estaba equivocada~ ¿Qué más querés? - Preguntó mientras sonreía arrogante -
- Sos una mierda hasta con las personas que considerás amigos - Dijo Lear con su mirada envenenada posada en ella -
- ¿Qué carajo hablás~? - Preguntó de mala gana la muchacha - Nadie pidió la opinión de un idiota como vos - Dijo a lo que ese pelinegro la señaló de manera acusadora -
- ¿¡Con quién pensás que estas hablando!? - Preguntó disgustado -
- Eso es obvio~ - Dijo mientras se encogía de hombros - Con un boludo que piensa que es superior~ - Respondió a lo que ese Magi se agarró los cabellos -
- ¡Pendeja desubicada! - Estalló mientras la muchacha de cabellos dorados lo agarraba mientras le susurraba palabras para que se calmara -
- Que animal~ - Susurró Evee mientras negaba levemente -
- Vos lo provocás - Le dijo Caleb mientras sonreía -
- ¿Qué? ¿Me culpás de eso? - Preguntó sorprendida mientras comenzaba a hacer un mohín -
- Si~ algo~ - Dijo ese muchacho mientras comenzaba a reír -
- Tarado~ - Murmuró la castaña con aire ofendido -
- Siempre con la palabra justa para cagar todo~ - Le dijo Judal mientras sonreía arrogante - Bien Caleb~ Vos seguí superandote a vos mismo -
- Rebentado - Susurró mientras miraba a Judal con cara de pocos amigos -
- Degradarte es un placer~ - Dijo mientras rodeaba a la pelinegra suavemente -
- Le gusta hacerme miserable - Dijo Caleb mientras negaba levemente con la cabeza -
- La verdad~ Es que parece que si - Dijo con tranquilidad la castaña -
- ... - Kaileena besó la mejilla de su enamorado a modo de consuelo - Te quiero -
- Lo sé~ - Murmuró ese muchacho de cabellos dorados mientras sonreía levemente -
- Felicidades~ - Dijo ella mientras sonreía - Espero que puedas decirme una respuesta coherente cuando pregunte nuevamente - Murmuró mientras sonreía arrogante -
- Si~ - Suspiró mientras la castaña se paraba a su lado para luego posar suavemente su mano sobre su hombro -
- Tranquilo~ - Suplicó mientras sonreía -
- ¿¡Qué!? - Preguntó la castaña de mirada de colores mientras miraba a Caleb sorprendida -
- ¡Evee~! - Estalló ese muchacho mientras se golpeaba levemente la cabeza -
- Pero Rubiales~ - Susurró ella mientras lo agarraba de los hombros para después comenzar a sacudir a su amigo - Vas a ser padre~ - Le dijo para luego mirar a Kaileena - Felicidades~ -
- Gracias~ - Respondió ella avergonzada -
- Eso no es cosa de nada~ - Le dijo mientras golpeaba a su amigo suavemente en la cabeza -
- Vos preguntaste~ - Susurró mientras se sobaba la cabeza -
- Decíme que Kaileena es cosa de nada - Murmuró Judal mientras lo agarraba de la camisa - Que usaré la cabeza hueca que llevás sobre los hombros para hacerme un adorno - Dijo de manera oscura -
- Jamás Kaileena sera cosa de nada - Respondió levemente intranquilo - La quiero muchícimo -
- Caleb~ La verdad es que pensé que siempre ibas a estar solo - Dijo la castaña mientras posaba una mano sobre uno de los hombros de su amigo -
- Muchas gracias Evee~ - Susurró irónico mientras suspiraba largamente -
- Probaste que estaba equivocada~ ¿Qué más querés? - Preguntó mientras sonreía arrogante -
- Sos una mierda hasta con las personas que considerás amigos - Dijo Lear con su mirada envenenada posada en ella -
- ¿Qué carajo hablás~? - Preguntó de mala gana la muchacha - Nadie pidió la opinión de un idiota como vos - Dijo a lo que ese pelinegro la señaló de manera acusadora -
- ¿¡Con quién pensás que estas hablando!? - Preguntó disgustado -
- Eso es obvio~ - Dijo mientras se encogía de hombros - Con un boludo que piensa que es superior~ - Respondió a lo que ese Magi se agarró los cabellos -
- ¡Pendeja desubicada! - Estalló mientras la muchacha de cabellos dorados lo agarraba mientras le susurraba palabras para que se calmara -
- Que animal~ - Susurró Evee mientras negaba levemente -
- Vos lo provocás - Le dijo Caleb mientras sonreía -
- ¿Qué? ¿Me culpás de eso? - Preguntó sorprendida mientras comenzaba a hacer un mohín -
- Si~ algo~ - Dijo ese muchacho mientras comenzaba a reír -
- Tarado~ - Murmuró la castaña con aire ofendido -
- Siempre con la palabra justa para cagar todo~ - Le dijo Judal mientras sonreía arrogante - Bien Caleb~ Vos seguí superandote a vos mismo -
- Rebentado - Susurró mientras miraba a Judal con cara de pocos amigos -
- Degradarte es un placer~ - Dijo mientras rodeaba a la pelinegra suavemente -
- Le gusta hacerme miserable - Dijo Caleb mientras negaba levemente con la cabeza -
- La verdad~ Es que parece que si - Dijo con tranquilidad la castaña -
- ... - Kaileena besó la mejilla de su enamorado a modo de consuelo - Te quiero -
- Lo sé~ - Murmuró ese muchacho de cabellos dorados mientras sonreía levemente -
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Re: [Roll] The city of Babylonia~
Evee observó atentamente cómo Kaileena besaba en la mejilla a su enamorada y le dirigía una mirada de completo cariño. Se notaba a simple vista que ella amaba completamente a ese muchacho y que lo era todo para ella. Lo mismo pasaba cuando Caleb la miraba o le hablaba, ese tono de voz suave y dulce, esa mirada llena de amor, estaba locamente enamorado de ella y no le molestaba demostrarlo. Ambos eran una pareja que derrochaban el amor que sentían hacia el otro. Evee sonrío contenta por su amigo, porque en verdad había encontrado a una pareja perfecta y estaba bien con ella, sabía que ambos iban a ser felices y que ese hijo iba a tener unos padres excelentes que lo amarían más que a nada en el mundo. Definitivamente, la historia entre Caleb y Kaileena iba a tener un final feliz como si fuera un cuento de niños. Tenía ese presentimiento y, no era por agrandarse ni nada por el estilo, pero ella jamás fallaba cada vez que tenía una corazonada.
-¿Y tienen pensado como van a llamar a Calebcito Jr ?- preguntó Evee con curiosidad.
-No hemos pensado en eso…-reconoció Kaileena, mirando a su pareja.
-De cualquier manera, no sabemos si es varón o mujer aún- le respondió el rubio.
-Va a ser hombre- dijo la muchacha de ojos de colores segura de ello.
-No es seguro- le contradijo el muchacho.
-Rubiales, ¿cuándo me equivoqué?- le preguntó ella con una sonrisa soberbia.
-Espero que el mocoso no tenga el orgullo de su padre, sería demasiado humillante- opinó Judal mientras esbozaba una sonrisa divertida y maliciosa.
-¡Estúpido!- le gritó Caleb enojado y sonrojado.
-Yo lo que pido es que no salga con la torpeza de Caleb- comentó Adelaida.
-¡Macu! ¿vos también?- preguntó el chico dolido. Todos sus amigas más que defenderlo lo criticaban. Judal se río encantado mientras le daba un beso a la joven de ojos como el mar.
-Esa es mi chica- murmuró él divertido.
-Es que es la verdad, sos torpe Caleb- dijo ella una vez que sus labios fueron liberados-. No es bueno para un niño vivir a los golpes, Kaileena y vos van a vivir en la casa de la curandera si pasa eso.
-Tiene razón- concedió Evee-. Roguemos para que tu hijo herede más cosas de Kaileena que de vos.
-Ninguna me defiende- se lamentó Caleb golpeándose la frente con su palma de la mano, desconcertado.
-Relájate, para mí nuestro hijo si es parecido a vos va a ser perfecto- comentó Kaileena abrazándolo con cariño.
-Bueno, mejor de lo que sería el hijo de este imbécil va a ser, consolate con eso- le comentó la castaña, señalando a Lear.
-¡Pendeja! Tus hijos van a ser unos chorros igual que vos- la criticó Lear enojado. Sencillamente esa mocosa la sacaba de quicio.
-¿Por qué mejor no nos vamos a otro lado?- pidió Nina, sabiendo que Lear no iba a aguantar más tiempo estando tan nervioso.
-De acuerdo- dijo él.
-Nosotros también nos vamos- opinó Shuu, tomando de la mano a Farah. Ambas parejas se marcharon para lados opuestos, alejándose del grupo de cinco.
-¿Ya se van? Que aburridos- se quejó Evee-. Bueno, me conformo con molestar a Rubiales- finalizó, colgándose al cuello del muchacho.
-¿Y ahora qué hacés?- preguntó él.
-Quiero que me lleves- dijo ella-. Tengo fiaca de caminar.
-No soy tu mula- se quejó el muchacho.
Rápidamente la chica se subió a la espalda de él con un salto, aferrándose al cuello del muchacho.
-¡Arrre!- gritó ella divertida.
-Me ahorcás- se quejó Caleb tratando de respirar con dificultad.
-Esta chica me cae bien- comentó Judal viendo encantado el sufrimiento de Caleb.
-Es parecida a vos- reconoció su enamorada a su lado.
-Y eso es lo que hace que me caiga bien- afirmó el chico sonriente.
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Conti chota, i know. No sé que poner sajdhsadk
-¿Y tienen pensado como van a llamar a Calebcito Jr ?- preguntó Evee con curiosidad.
-No hemos pensado en eso…-reconoció Kaileena, mirando a su pareja.
-De cualquier manera, no sabemos si es varón o mujer aún- le respondió el rubio.
-Va a ser hombre- dijo la muchacha de ojos de colores segura de ello.
-No es seguro- le contradijo el muchacho.
-Rubiales, ¿cuándo me equivoqué?- le preguntó ella con una sonrisa soberbia.
-Espero que el mocoso no tenga el orgullo de su padre, sería demasiado humillante- opinó Judal mientras esbozaba una sonrisa divertida y maliciosa.
-¡Estúpido!- le gritó Caleb enojado y sonrojado.
-Yo lo que pido es que no salga con la torpeza de Caleb- comentó Adelaida.
-¡Macu! ¿vos también?- preguntó el chico dolido. Todos sus amigas más que defenderlo lo criticaban. Judal se río encantado mientras le daba un beso a la joven de ojos como el mar.
-Esa es mi chica- murmuró él divertido.
-Es que es la verdad, sos torpe Caleb- dijo ella una vez que sus labios fueron liberados-. No es bueno para un niño vivir a los golpes, Kaileena y vos van a vivir en la casa de la curandera si pasa eso.
-Tiene razón- concedió Evee-. Roguemos para que tu hijo herede más cosas de Kaileena que de vos.
-Ninguna me defiende- se lamentó Caleb golpeándose la frente con su palma de la mano, desconcertado.
-Relájate, para mí nuestro hijo si es parecido a vos va a ser perfecto- comentó Kaileena abrazándolo con cariño.
-Bueno, mejor de lo que sería el hijo de este imbécil va a ser, consolate con eso- le comentó la castaña, señalando a Lear.
-¡Pendeja! Tus hijos van a ser unos chorros igual que vos- la criticó Lear enojado. Sencillamente esa mocosa la sacaba de quicio.
-¿Por qué mejor no nos vamos a otro lado?- pidió Nina, sabiendo que Lear no iba a aguantar más tiempo estando tan nervioso.
-De acuerdo- dijo él.
-Nosotros también nos vamos- opinó Shuu, tomando de la mano a Farah. Ambas parejas se marcharon para lados opuestos, alejándose del grupo de cinco.
-¿Ya se van? Que aburridos- se quejó Evee-. Bueno, me conformo con molestar a Rubiales- finalizó, colgándose al cuello del muchacho.
-¿Y ahora qué hacés?- preguntó él.
-Quiero que me lleves- dijo ella-. Tengo fiaca de caminar.
-No soy tu mula- se quejó el muchacho.
Rápidamente la chica se subió a la espalda de él con un salto, aferrándose al cuello del muchacho.
-¡Arrre!- gritó ella divertida.
-Me ahorcás- se quejó Caleb tratando de respirar con dificultad.
-Esta chica me cae bien- comentó Judal viendo encantado el sufrimiento de Caleb.
-Es parecida a vos- reconoció su enamorada a su lado.
-Y eso es lo que hace que me caiga bien- afirmó el chico sonriente.
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Re: [Roll] The city of Babylonia~
- Demasiado parecida a vos - Susurró la pelinegra mientras posaba su mano en su mejilla -
- Verdad~ Somos como una misma mente - Respondió mientras sonreía arrogante -
- ¿Eh~? - Susurró mientras comenzaba a hacer un mohín -
- Tranquila~ Siempre vas a ser la primera - Le dijo mientras la besaba para luego comenzar a caminar seguido de Caleb que cargaba a la castaña -
La pelinegra esbosó una mueca preocupada mientras pensaba. Si ese muchacho de mirada carmín se había enamorado de ella por ser una persona "poco convensional" podía tranquilamente enamorarse de esa plebeya.
La idea no le agradaba nada.
- Tranquila - Kaileena posó una de sus manos sobre el hombro de su amiga - Caleb la estaba cargando no Judal~ - La peliroja suspiró pesadamente -
- Ese pibe es un idiota si hablamos de minas - Respondió la pelinegra mientras sonreía levemente - También estas preocupada ¿Verdad~? -
- Bastante~ - Susurró mientras posaba una de sus manos en su panza - Es linda~ Por eso -
-Vamos~ - Dijo Adelaida mientras agarraba la mano de Kaileena -
- ¿Con ellos? - Preguntó mientras comenzaba a caminar guiada por su amiga -
- Obvio~ No sé vos pero yo no los dejaré solos - Murmuró la muchacha decidida -
- Tenés razón - Secundó Kaileena -
----------
- ¿Ves Caleb? - Preguntó Judal mientras miraba como la castaña le agarraba con cuidado los cabellos - Sos un caballo como vengo diciendo desde que te conosco - Completó mientras sonreía arrogante -
- La verdad es que no me causa - Respondió con mala gana mientras esbosaba una pequeña mueca - Duele Evee~ - Dijo mientras sacudía la cabeza -
- Perdoname Rubiales - Dijo para luego besar su mejilla -
- Estas siendo demasiado amable - Dijo Judal mientras jalaba unos cabellos de Caleb -
- Mierda~ Que animal que sos - Dijo de mala gana -
- Judal cada vez me cae mejor~ - Dijo mientras sonreía la muchacha de cabellos castaños mientras aseguraba su agarre al cuello de su amigo -
- Lo mismo digo linda - Respondió el Magi mientras reía ante la cara de agonía del muchacho de cabellos dorados -
- ... - La pelinegra llegó para escuchar aquello. Luego esbosó una mueca de despecho -
- Te quiero muchícimo Evee~ Pero estas pesada - Susurró Caleb mientras sonreía -
- Debilucho~ - Dijo mientras comenzaba a hacer un mohín -
- ... - Kaileena hiso una cara similar a la de su amiga -
- Hola chicas - Saludó ese pelinegro mientras le daba un sape a Caleb -
- Duele~ - Se quejó mientras se sobaba la zona golpeada -
- Seguís siendo una nena~ - Dijo Evee mientras reía para luego liberar a Caleb - ¿Pasa algo? - Preguntó a las chicas que negaron con la cabeza -
- Nada~ - Dijeron al unísono a lo que la muchacha de la mirada de colores se giró a mirar al pelinegro -
- Contame~ - Suplicó Judal mientras comenzaba a besar el cuello de su enamorada -
- Dejame~ - Dijo mientras se sacaba a Judal de ensima -
- ¿Me estas rechazando? - Preguntó mientras arqueaba una ceja -
- Fracasado~ - Dijo Caleb mientras se acercaba a peliroja quién le puso una mano adelante antes de que ese muchacho pudiera siquiera hablar - ¿Qué pasa Kaileena? - Preguntó sorprendido -
- Adelaida me va a acompañar a hacer lo que debo hacer - Dijo a lo que la pelinegra la secundó - Con permiso~ - Dijo mientras comenzaba a caminar -
- ¿Qué les pasa? - Preguntó la castaña a lo que Judal miró a las chicas irse -
- Pasa que Kaileena esta embarazada - Dijo mientras miraba a la muchacha - Supongo que es común -
- ¿Como explicás lo de Macu? - Preguntó preocupado Caleb -
- Adelaida debe tener un embarazo psicológico - Dijo irónico mientras negaba levemente con la cabeza -
- Pelotudo~ - Le acusó Caleb mientras su amiga los abrazaba por ensima de los hombros - Son chicas~ Ser medias bipolares es común -
- Es la primera vez que no hice nada~ - Dijo Judal mientras se encogía de hombros - Le daré unas horas para pensar -
- Tengo que hablar con Kaileena ahora - Murmuró Caleb desesperado -
- Idiota~ Seguro la tenés podrida - Dijo Judal mientras sonreía arrogante -
- Si sos un poco hincha bolas Cali~ - Dijo la castaña mientras se encogía de hombros -
- Cada segundo que pasa amo más Evee~ - Dijo Judal mientras abrazaba a la nominada - Odias a Lear - Dijo mientras besaba su mejilla - Ensima sos una genia bardeando a este goma -
- Esa es la palabra - Dijo la castaña con las mejillas sonrosadas por las muestras de cariño de Judal - Goma~ sos goma Cali - Dijo mientras reía - Pero igual te quiero~ -
- Menos mal~ - Dijo irónico -
- Sabés que digo la verdad~ - Dijo su amiga mientras sonreía - Tengo hambre~ -
- Vamos a la cocina - Dijo Judal mientras salía a los pasillos -
- Vamos Rubiales - Murmuró para luego subirse a su espalda -
- Te dije que no soy mula - Dijo con pesar -
- Por mi~ - Susurró mientras le mordía la mejilla suavemente -
- Ya~ Bueno - Respondió avergonzado mientras comenzaba a caminar -
- Pensá que seguramente ese lindo Caleb Junior va a pedir que lo cargues asi - Le dijo la muchacha de la mirada de colores mientras sonreía -
- ¿Y~? - Preguntó irónico -
- Ensayás para ese momento - Le respondió mientras sonreía -
- Tenés que admitir que su ironía es aplastante - Le dijo Judal mientras esbosaba una mueca arrogante para luego ingresar a la cocina seguido de los dos amigos -
- Verdad~ Somos como una misma mente - Respondió mientras sonreía arrogante -
- ¿Eh~? - Susurró mientras comenzaba a hacer un mohín -
- Tranquila~ Siempre vas a ser la primera - Le dijo mientras la besaba para luego comenzar a caminar seguido de Caleb que cargaba a la castaña -
La pelinegra esbosó una mueca preocupada mientras pensaba. Si ese muchacho de mirada carmín se había enamorado de ella por ser una persona "poco convensional" podía tranquilamente enamorarse de esa plebeya.
La idea no le agradaba nada.
- Tranquila - Kaileena posó una de sus manos sobre el hombro de su amiga - Caleb la estaba cargando no Judal~ - La peliroja suspiró pesadamente -
- Ese pibe es un idiota si hablamos de minas - Respondió la pelinegra mientras sonreía levemente - También estas preocupada ¿Verdad~? -
- Bastante~ - Susurró mientras posaba una de sus manos en su panza - Es linda~ Por eso -
-Vamos~ - Dijo Adelaida mientras agarraba la mano de Kaileena -
- ¿Con ellos? - Preguntó mientras comenzaba a caminar guiada por su amiga -
- Obvio~ No sé vos pero yo no los dejaré solos - Murmuró la muchacha decidida -
- Tenés razón - Secundó Kaileena -
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- ¿Ves Caleb? - Preguntó Judal mientras miraba como la castaña le agarraba con cuidado los cabellos - Sos un caballo como vengo diciendo desde que te conosco - Completó mientras sonreía arrogante -
- La verdad es que no me causa - Respondió con mala gana mientras esbosaba una pequeña mueca - Duele Evee~ - Dijo mientras sacudía la cabeza -
- Perdoname Rubiales - Dijo para luego besar su mejilla -
- Estas siendo demasiado amable - Dijo Judal mientras jalaba unos cabellos de Caleb -
- Mierda~ Que animal que sos - Dijo de mala gana -
- Judal cada vez me cae mejor~ - Dijo mientras sonreía la muchacha de cabellos castaños mientras aseguraba su agarre al cuello de su amigo -
- Lo mismo digo linda - Respondió el Magi mientras reía ante la cara de agonía del muchacho de cabellos dorados -
- ... - La pelinegra llegó para escuchar aquello. Luego esbosó una mueca de despecho -
- Te quiero muchícimo Evee~ Pero estas pesada - Susurró Caleb mientras sonreía -
- Debilucho~ - Dijo mientras comenzaba a hacer un mohín -
- ... - Kaileena hiso una cara similar a la de su amiga -
- Hola chicas - Saludó ese pelinegro mientras le daba un sape a Caleb -
- Duele~ - Se quejó mientras se sobaba la zona golpeada -
- Seguís siendo una nena~ - Dijo Evee mientras reía para luego liberar a Caleb - ¿Pasa algo? - Preguntó a las chicas que negaron con la cabeza -
- Nada~ - Dijeron al unísono a lo que la muchacha de la mirada de colores se giró a mirar al pelinegro -
- Contame~ - Suplicó Judal mientras comenzaba a besar el cuello de su enamorada -
- Dejame~ - Dijo mientras se sacaba a Judal de ensima -
- ¿Me estas rechazando? - Preguntó mientras arqueaba una ceja -
- Fracasado~ - Dijo Caleb mientras se acercaba a peliroja quién le puso una mano adelante antes de que ese muchacho pudiera siquiera hablar - ¿Qué pasa Kaileena? - Preguntó sorprendido -
- Adelaida me va a acompañar a hacer lo que debo hacer - Dijo a lo que la pelinegra la secundó - Con permiso~ - Dijo mientras comenzaba a caminar -
- ¿Qué les pasa? - Preguntó la castaña a lo que Judal miró a las chicas irse -
- Pasa que Kaileena esta embarazada - Dijo mientras miraba a la muchacha - Supongo que es común -
- ¿Como explicás lo de Macu? - Preguntó preocupado Caleb -
- Adelaida debe tener un embarazo psicológico - Dijo irónico mientras negaba levemente con la cabeza -
- Pelotudo~ - Le acusó Caleb mientras su amiga los abrazaba por ensima de los hombros - Son chicas~ Ser medias bipolares es común -
- Es la primera vez que no hice nada~ - Dijo Judal mientras se encogía de hombros - Le daré unas horas para pensar -
- Tengo que hablar con Kaileena ahora - Murmuró Caleb desesperado -
- Idiota~ Seguro la tenés podrida - Dijo Judal mientras sonreía arrogante -
- Si sos un poco hincha bolas Cali~ - Dijo la castaña mientras se encogía de hombros -
- Cada segundo que pasa amo más Evee~ - Dijo Judal mientras abrazaba a la nominada - Odias a Lear - Dijo mientras besaba su mejilla - Ensima sos una genia bardeando a este goma -
- Esa es la palabra - Dijo la castaña con las mejillas sonrosadas por las muestras de cariño de Judal - Goma~ sos goma Cali - Dijo mientras reía - Pero igual te quiero~ -
- Menos mal~ - Dijo irónico -
- Sabés que digo la verdad~ - Dijo su amiga mientras sonreía - Tengo hambre~ -
- Vamos a la cocina - Dijo Judal mientras salía a los pasillos -
- Vamos Rubiales - Murmuró para luego subirse a su espalda -
- Te dije que no soy mula - Dijo con pesar -
- Por mi~ - Susurró mientras le mordía la mejilla suavemente -
- Ya~ Bueno - Respondió avergonzado mientras comenzaba a caminar -
- Pensá que seguramente ese lindo Caleb Junior va a pedir que lo cargues asi - Le dijo la muchacha de la mirada de colores mientras sonreía -
- ¿Y~? - Preguntó irónico -
- Ensayás para ese momento - Le respondió mientras sonreía -
- Tenés que admitir que su ironía es aplastante - Le dijo Judal mientras esbosaba una mueca arrogante para luego ingresar a la cocina seguido de los dos amigos -
Tooru- **Full*Contest**
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Edad : 29
Cumpleaños!! : 31/03/1995
Mi llegada : 26/03/2009
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Re: [Roll] The city of Babylonia~
-¿Es para preocuparnos?- le preguntó la pelirroja a su amiga mientras caminaban con rapidez por los pasillos del enorme palacio de Babilonia.
-No lo sé- admitió ella con sinceridad-. De vos no, Caleb no va a hacer nada, es un idiota y ella es una amiga de antes, dudo que la quiera de otra manera.
Y en verdad la muchacha de cabellos negros pensaba eso, consideraba la relación Caleb-Evee como la que ella tenía con ese joven que en cuestión de meses se convertiría en padre. Una amistad de años, ni más ni menos.
Pero con Judal la cosa cambiaba, Evee era una persona poco común y al rey de Babilonia le gustaba lo especial, lo que podía distinguirse del resto, los que no seguían la corriente. Evee parecía ser la personificación de todas esas características, además de que pensaba demasiado igual a Judal para su gusto. ¿Y si él se enamoraba de ella? ¿Y si la olvidaba?
-Relájate, conozco a Judal, no hará nada- le dijo la muchacha colocándole una mano en el hombro.
-Eso espero- murmuró ella, algo triste-. Encima Evee es tan…
-¿Bonita?- preguntó Kaileena, esbozando la misma sonrisa deprimida que su compañera.
-Exacto- concedió Ali-. Parece ser perfecta para Judal.
-O para Caleb- agregó la muchacha.
-¿Qué haremos?- le preguntó su compañera.
-Ni idea- respondió Kaileena con sinceridad.
-Es una mierda esto- se quejó Adelaida con un profuso suspiro-. Y encima que las cosas con Judal estaban yendo medianamente bien, siempre es lo mismo, un rato de tranquilidad y después algo que nos pasa.
-Con Caleb pasa lo mismo…-comentó Kaileena, sentándose en el suelo del palacio y agachando la cabeza-. ¿Y si me quiere dejar porque estoy embarazada?
-¡Caleb no haría eso jamás!- exclamó Adelaida, sentándose a su lado- ¡Le patearía la cabeza antes de que eso ocurriera! De cualquier manera, Caleb te ama y no va a dejar a ese hijo solo ni tampoco a vos.
-No lo sé…-murmuró ella-. Quizás sea como esos de que se acuestan con una y cuando se embarazan desaparecen con la excusa de que van a comprar algo.
Y Adelaida se quedó muda, ¿Judal era de esas personas? ¿Lo había hecho todo para tener una noche con ella y luego dejarla porque lo había aburrido? No podía ser eso, ¿o sí? Quizás preferiría estar con Evee con la que se entendería y se llevaría mejor, además ella era mucho más bonita y simpática.
¿Por qué tenía que ser tan insegura? ¿Por qué debía ponerse mal por todo? Y es que sabía que esta vez Judal no había hecho nada, no tenía culpa de absolutamente nada.
-Podríamos demostrarle que estamos bien igualmente- comentó Kaileena de repente, interrumpiendo ese silencio.
-¿Eh?- preguntó ella a su lado.
-Ya sabés, hacer nuestras vidas y que ellos vean que no estamos tan pendientes de ellos, que no estamos mal- comentó la chica.
-Es una boludez- opinó Adelaida-. Es una idiotez todo lo que estamos haciendo ahora.
-Lo sé- reconoció la pelirroja-. Pero…
-…no podés dejar de hacerlo- finalizó ella con una sonrisa triste.
-Somos unas boludas- comentó.
-Boludas es quedarse corto- dijo Aria con una sonrisa.
------------------------------------------------
-¿Qué le habrá pasado a Kaileena? ¿Habré hecho algo mal? Tengo que hablar con ella, tengo que hablar con ella, necesito hacerlo- comentó Caleb nervioso.
-Ya dejate de joder y dejala pensar- le espetó Judal algo malhumorado y arto de escuchar a Caleb decir lo mismo.
-Pero…¡necesito hablar con ella!- exclamó él nervioso.
-Judal tiene razón Rubiales- le dijo Evee relajada, mientras terminaba de servir una sopa caliente que había preparado para que los tres almorzaran.
-Se ve delicioso, gracias Evee- le dijo Judal con una sonrisa.
-De nada- comentó ella, guiñándole un ojo con confianza.
-Kaileena…Kaileena…- murmuró Caleb desesperado.
-¡Ya basta!- le espetó ella, pegándole con su palma fuertemente en la cabeza.
-¡Evee eso dolió! – se quejó el rubio, sobándose la zona golpeada.
-Eso te pasa por pelotudo- comentó Judal divertido.
-¡Estoy preocupado, nada más!- se defendió el chico.
-No parás de decir que necesitás hablar con Kaileena. Ya te dijimos que la dejes tranquila unas horas- le ordenó la castaña-.Va a ser mejor para ambos.
-Pero…
-Pero nada- le interrumpió ella-. No quiero que digas nada sobre ella mientras comemos. Si no…
-Ya sé ya sé, me vas a hacer algo- finalizó Caleb con un suspiro.
-Exacto rubiales- dijo la castaña encantada.
-Gracias Evee, ya no toleraba a este pelotudo- comentó Judal mientras comenzaba a almorzar.
-¡No soy idiota! Es que ya te dije, no soy como vos, a mi me importa Kaileena y me preocupa, sigo pensando que debería hablar con ella para solucionar las cosas, o sea, no sé qué le pasó y …
De repenté Caleb se quedó mudo mientras veía cómo, rápidamente, Judal le lanzaba su plato de sopa a la cara. Todo ocurrió en una fracción de segundos por lo que no pudo reaccionar.
Sintió el ardor en la cara y comenzó a gritar adolorido.
-¡Judal! ¡La sopa estaba caliente!- exclamó Evee viendo a Caleb gritar adolorido- ¿Por qué hiciste eso?
-¿No es obvio? Se iba a poner a hablar del tema de nuevo, ya me tiene harto- comentó el muchacho relajado.
-Pobre Rubiales, no debiste hacer eso- se lamentó la muchacha.
-No parece importarte, no lo estás ayudando- dijo él señalando a Caleb que seguía gritando de dolor aún así, su amiga no se había levantado de su silla.
-Es que la sopa está rica, se me va a enfriar si tardo en comerla- repuso ella, dando un sorbo de la comida.
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-No lo sé- admitió ella con sinceridad-. De vos no, Caleb no va a hacer nada, es un idiota y ella es una amiga de antes, dudo que la quiera de otra manera.
Y en verdad la muchacha de cabellos negros pensaba eso, consideraba la relación Caleb-Evee como la que ella tenía con ese joven que en cuestión de meses se convertiría en padre. Una amistad de años, ni más ni menos.
Pero con Judal la cosa cambiaba, Evee era una persona poco común y al rey de Babilonia le gustaba lo especial, lo que podía distinguirse del resto, los que no seguían la corriente. Evee parecía ser la personificación de todas esas características, además de que pensaba demasiado igual a Judal para su gusto. ¿Y si él se enamoraba de ella? ¿Y si la olvidaba?
-Relájate, conozco a Judal, no hará nada- le dijo la muchacha colocándole una mano en el hombro.
-Eso espero- murmuró ella, algo triste-. Encima Evee es tan…
-¿Bonita?- preguntó Kaileena, esbozando la misma sonrisa deprimida que su compañera.
-Exacto- concedió Ali-. Parece ser perfecta para Judal.
-O para Caleb- agregó la muchacha.
-¿Qué haremos?- le preguntó su compañera.
-Ni idea- respondió Kaileena con sinceridad.
-Es una mierda esto- se quejó Adelaida con un profuso suspiro-. Y encima que las cosas con Judal estaban yendo medianamente bien, siempre es lo mismo, un rato de tranquilidad y después algo que nos pasa.
-Con Caleb pasa lo mismo…-comentó Kaileena, sentándose en el suelo del palacio y agachando la cabeza-. ¿Y si me quiere dejar porque estoy embarazada?
-¡Caleb no haría eso jamás!- exclamó Adelaida, sentándose a su lado- ¡Le patearía la cabeza antes de que eso ocurriera! De cualquier manera, Caleb te ama y no va a dejar a ese hijo solo ni tampoco a vos.
-No lo sé…-murmuró ella-. Quizás sea como esos de que se acuestan con una y cuando se embarazan desaparecen con la excusa de que van a comprar algo.
Y Adelaida se quedó muda, ¿Judal era de esas personas? ¿Lo había hecho todo para tener una noche con ella y luego dejarla porque lo había aburrido? No podía ser eso, ¿o sí? Quizás preferiría estar con Evee con la que se entendería y se llevaría mejor, además ella era mucho más bonita y simpática.
¿Por qué tenía que ser tan insegura? ¿Por qué debía ponerse mal por todo? Y es que sabía que esta vez Judal no había hecho nada, no tenía culpa de absolutamente nada.
-Podríamos demostrarle que estamos bien igualmente- comentó Kaileena de repente, interrumpiendo ese silencio.
-¿Eh?- preguntó ella a su lado.
-Ya sabés, hacer nuestras vidas y que ellos vean que no estamos tan pendientes de ellos, que no estamos mal- comentó la chica.
-Es una boludez- opinó Adelaida-. Es una idiotez todo lo que estamos haciendo ahora.
-Lo sé- reconoció la pelirroja-. Pero…
-…no podés dejar de hacerlo- finalizó ella con una sonrisa triste.
-Somos unas boludas- comentó.
-Boludas es quedarse corto- dijo Aria con una sonrisa.
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-¿Qué le habrá pasado a Kaileena? ¿Habré hecho algo mal? Tengo que hablar con ella, tengo que hablar con ella, necesito hacerlo- comentó Caleb nervioso.
-Ya dejate de joder y dejala pensar- le espetó Judal algo malhumorado y arto de escuchar a Caleb decir lo mismo.
-Pero…¡necesito hablar con ella!- exclamó él nervioso.
-Judal tiene razón Rubiales- le dijo Evee relajada, mientras terminaba de servir una sopa caliente que había preparado para que los tres almorzaran.
-Se ve delicioso, gracias Evee- le dijo Judal con una sonrisa.
-De nada- comentó ella, guiñándole un ojo con confianza.
-Kaileena…Kaileena…- murmuró Caleb desesperado.
-¡Ya basta!- le espetó ella, pegándole con su palma fuertemente en la cabeza.
-¡Evee eso dolió! – se quejó el rubio, sobándose la zona golpeada.
-Eso te pasa por pelotudo- comentó Judal divertido.
-¡Estoy preocupado, nada más!- se defendió el chico.
-No parás de decir que necesitás hablar con Kaileena. Ya te dijimos que la dejes tranquila unas horas- le ordenó la castaña-.Va a ser mejor para ambos.
-Pero…
-Pero nada- le interrumpió ella-. No quiero que digas nada sobre ella mientras comemos. Si no…
-Ya sé ya sé, me vas a hacer algo- finalizó Caleb con un suspiro.
-Exacto rubiales- dijo la castaña encantada.
-Gracias Evee, ya no toleraba a este pelotudo- comentó Judal mientras comenzaba a almorzar.
-¡No soy idiota! Es que ya te dije, no soy como vos, a mi me importa Kaileena y me preocupa, sigo pensando que debería hablar con ella para solucionar las cosas, o sea, no sé qué le pasó y …
De repenté Caleb se quedó mudo mientras veía cómo, rápidamente, Judal le lanzaba su plato de sopa a la cara. Todo ocurrió en una fracción de segundos por lo que no pudo reaccionar.
Sintió el ardor en la cara y comenzó a gritar adolorido.
-¡Judal! ¡La sopa estaba caliente!- exclamó Evee viendo a Caleb gritar adolorido- ¿Por qué hiciste eso?
-¿No es obvio? Se iba a poner a hablar del tema de nuevo, ya me tiene harto- comentó el muchacho relajado.
-Pobre Rubiales, no debiste hacer eso- se lamentó la muchacha.
-No parece importarte, no lo estás ayudando- dijo él señalando a Caleb que seguía gritando de dolor aún así, su amiga no se había levantado de su silla.
-Es que la sopa está rica, se me va a enfriar si tardo en comerla- repuso ella, dando un sorbo de la comida.
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Re: [Roll] The city of Babylonia~
- Como dije cada vez amo más a Evee~ - Dijo Judal mientras agarraba un poco de la sopa de la nominada -
- Comé de la tuya~ - Le dijo ella mientras le sacaba su cuenco -
- La mía esta en la cara de Caleb - Dijo señalando al muchacho de cabellos dorados que seguía chillando de dolor - O sea que asco - Completó mientras sonreía arrogante -
- Bueno~ - La castaña puso su cuenco en medio de la mesa - Cali~ anda a poner la cabeza en agua - Le recomendó la castaña -
- Si~ También intenta cerrar la boca en la medida de lo posible - Suplicó ese pelinegro -
- Vos no sabés lo que duele~ - Le dijo ese muchacho de cabellos dorados mientras se pasaba suavemente un paño húmedo por la cara -
- Todo lo que sé es que esa voz de mierda que tenés hace que me sangren los oídos - Le dijo Judal de mala gana -
- ¿¡Por eso me lanzás la sopa caliente a la cara!? - Preguntó disgustado -
- Veamos~ Si - Respondió como si aquello fuera obvio -
- Idiota~ no tenés idea de lo peligroso que es lo que hiciste - Le dijo Caleb enojado -
- Hablás como si le hubiera estampado mi cuenco en la cara a un modelo - Dijo Judal mientras seguía comiendo - Pero lo hice en tu cara de cachito~ La verdad es que no veo el problema - Completó mientras sonreía arrogante -
- Cali es un cara de cachito~ - Dijo mientras comenzaba a reir -
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- ¿Donde fueron? - Preguntó Kaileena mientras buscaba por los pasillos -
- Seguramente a pasear - Respondió la pelinegra desanimada -
- ¿Vos decís? - Pregunto la peliroja mientras paraba de caminar de golpe -
- Es una posibilidad - Respondió Adelaida mientras hacía pequeños círculos con algunos de sus cabellos -
- Tengo miedo de perder a Caleb - Susurró la peliroja avergonzada -
- Tranquila Kaileena - Suplicó la pelinegra - Nada va a pasar - Le dijo aunque ni ella estaba convencida de eso -
- Callate Cali~ Pelotudo - Dijo la castaña mientras se asomaba a ver a los pasillos - Ja! Te dije que escuchaba voces cachito - Le dijo para luego golpear a ese chico en la cabeza -
- Kaileena - Caleb salió rapidamente - Kaileena hablá conmigo - Suplicó desesperado -
- POR FAVOR - Dijo Judal mientras se agarraba la cabeza - Ya no lo aguanto -
- B-Bueno~ - Respondió la peliroja a lo que ese muchacho de cabellos dorados suspiro aliviado -
- Graciad Kaileena - Dijo tranquilo -
- También me gustaría que hablemos - Le dijo Judal a la pelinegra -
- Pero yo no quiero~ - Respondió enojada -
- ¿Qué hice ahora? - Preguntó exasperado - Estoy seguro de que es la primera vez que no hago cagadas -
- Permiso~ - La castaña agarró a la pelinegra de la mano para poder hablar en algún lugar donde nadie pudiera oír - Escuchame - Le dijo mientras sonreía arrogante - Si vos no hablás con Judal entenderé que no te interesa -
- Interpreta las cosas como quieras - Dijo ella molesta - No me interesa - Completó disgustada -
- Entonces me quedare con él~ - Le dijo sin borrar esa mueca arrogante -
- ¿Disculpa~? - Preguntó Adelaida sorprendida -
- Me gusta Judal~ - Dijo sin problemas - Si vos no hablás con él voy a ir ahora mismo a decirselo -
- ¿¡Qué!? - Estalló ahora enojada -
- Lo que escuchás linda~ - Respondió mientras caminaba hasta donde estaba ese pelinegro para luego colgarse de su cuello - ¿Te gusta lo que cocino? - Preguntó mientras sonreía -
- La verdad es que no pensé que ibas a ser buena - Dijo mientras sonreía arrogante -
- ¿Sorprendido? - Preguntó mientras posaba uno de sus dedos en el pecho de Judal -
- Bastante~ Lo admito - Respondió con tranquilidad -
- Judal~ - Llamó la pelinegra - ¿Podés venir? - Preguntó avergonzada -
- ¿Vas a querer hablar conmigo ahora? - Preguntó a lo que la muchacha pronunció un pequeño "Si" -
- Vamos entonces~ - Dijo mientras besaba la mejilla de la castaña para luego agarrar suavemente a su enamorada de la mano -
- ¿Qué le dijiste? - Preguntó Caleb sorprendido -
- Le dije que si no hablaba con Judal entendería que no le interesa - Respondió mientras sonreía - Y~ que por eso me lo iba a quedar -
- ¿Estás enamorada de Judal~? - Preguntó Kaileena sorprendida -
- ... - La muchacha negó con la cabeza mientras reía - Nada de eso~ Pero si no ella no iba a ceder -
- Comprendo - Dijo Caleb mientras pensaba - Te va a odiar por eso - Susurró mientras sonreía -
- Ya lo va a entender~ - Dijo mientras sonreía inquieta -
- Comé de la tuya~ - Le dijo ella mientras le sacaba su cuenco -
- La mía esta en la cara de Caleb - Dijo señalando al muchacho de cabellos dorados que seguía chillando de dolor - O sea que asco - Completó mientras sonreía arrogante -
- Bueno~ - La castaña puso su cuenco en medio de la mesa - Cali~ anda a poner la cabeza en agua - Le recomendó la castaña -
- Si~ También intenta cerrar la boca en la medida de lo posible - Suplicó ese pelinegro -
- Vos no sabés lo que duele~ - Le dijo ese muchacho de cabellos dorados mientras se pasaba suavemente un paño húmedo por la cara -
- Todo lo que sé es que esa voz de mierda que tenés hace que me sangren los oídos - Le dijo Judal de mala gana -
- ¿¡Por eso me lanzás la sopa caliente a la cara!? - Preguntó disgustado -
- Veamos~ Si - Respondió como si aquello fuera obvio -
- Idiota~ no tenés idea de lo peligroso que es lo que hiciste - Le dijo Caleb enojado -
- Hablás como si le hubiera estampado mi cuenco en la cara a un modelo - Dijo Judal mientras seguía comiendo - Pero lo hice en tu cara de cachito~ La verdad es que no veo el problema - Completó mientras sonreía arrogante -
- Cali es un cara de cachito~ - Dijo mientras comenzaba a reir -
----------
- ¿Donde fueron? - Preguntó Kaileena mientras buscaba por los pasillos -
- Seguramente a pasear - Respondió la pelinegra desanimada -
- ¿Vos decís? - Pregunto la peliroja mientras paraba de caminar de golpe -
- Es una posibilidad - Respondió Adelaida mientras hacía pequeños círculos con algunos de sus cabellos -
- Tengo miedo de perder a Caleb - Susurró la peliroja avergonzada -
- Tranquila Kaileena - Suplicó la pelinegra - Nada va a pasar - Le dijo aunque ni ella estaba convencida de eso -
- Callate Cali~ Pelotudo - Dijo la castaña mientras se asomaba a ver a los pasillos - Ja! Te dije que escuchaba voces cachito - Le dijo para luego golpear a ese chico en la cabeza -
- Kaileena - Caleb salió rapidamente - Kaileena hablá conmigo - Suplicó desesperado -
- POR FAVOR - Dijo Judal mientras se agarraba la cabeza - Ya no lo aguanto -
- B-Bueno~ - Respondió la peliroja a lo que ese muchacho de cabellos dorados suspiro aliviado -
- Graciad Kaileena - Dijo tranquilo -
- También me gustaría que hablemos - Le dijo Judal a la pelinegra -
- Pero yo no quiero~ - Respondió enojada -
- ¿Qué hice ahora? - Preguntó exasperado - Estoy seguro de que es la primera vez que no hago cagadas -
- Permiso~ - La castaña agarró a la pelinegra de la mano para poder hablar en algún lugar donde nadie pudiera oír - Escuchame - Le dijo mientras sonreía arrogante - Si vos no hablás con Judal entenderé que no te interesa -
- Interpreta las cosas como quieras - Dijo ella molesta - No me interesa - Completó disgustada -
- Entonces me quedare con él~ - Le dijo sin borrar esa mueca arrogante -
- ¿Disculpa~? - Preguntó Adelaida sorprendida -
- Me gusta Judal~ - Dijo sin problemas - Si vos no hablás con él voy a ir ahora mismo a decirselo -
- ¿¡Qué!? - Estalló ahora enojada -
- Lo que escuchás linda~ - Respondió mientras caminaba hasta donde estaba ese pelinegro para luego colgarse de su cuello - ¿Te gusta lo que cocino? - Preguntó mientras sonreía -
- La verdad es que no pensé que ibas a ser buena - Dijo mientras sonreía arrogante -
- ¿Sorprendido? - Preguntó mientras posaba uno de sus dedos en el pecho de Judal -
- Bastante~ Lo admito - Respondió con tranquilidad -
- Judal~ - Llamó la pelinegra - ¿Podés venir? - Preguntó avergonzada -
- ¿Vas a querer hablar conmigo ahora? - Preguntó a lo que la muchacha pronunció un pequeño "Si" -
- Vamos entonces~ - Dijo mientras besaba la mejilla de la castaña para luego agarrar suavemente a su enamorada de la mano -
- ¿Qué le dijiste? - Preguntó Caleb sorprendido -
- Le dije que si no hablaba con Judal entendería que no le interesa - Respondió mientras sonreía - Y~ que por eso me lo iba a quedar -
- ¿Estás enamorada de Judal~? - Preguntó Kaileena sorprendida -
- ... - La muchacha negó con la cabeza mientras reía - Nada de eso~ Pero si no ella no iba a ceder -
- Comprendo - Dijo Caleb mientras pensaba - Te va a odiar por eso - Susurró mientras sonreía -
- Ya lo va a entender~ - Dijo mientras sonreía inquieta -
Tooru- **Full*Contest**
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Edad : 29
Cumpleaños!! : 31/03/1995
Mi llegada : 26/03/2009
Mis Mensajes : 2522
325 2418
Re: [Roll] The city of Babylonia~
-¿No deberías hablar con Kaileena?- preguntó ella dándole unos pequeños empujoncitos a su amigo.
-Emmm...sí, pero...- empezó a decir nervioso.
-No seas maricón, no vengas a echarte atrás ahora- le ordenó ella-. Decí lo que tengas que hablarle.
-Tenés razón- concedió él mientras suspiraba, dándose por vencido-. Aunque no sé que decirle...
-¿Estuviste jodiendo todo este tiempo queriendo hablar con ella y aún no pensaste en qué vas a decirle?- preguntó la muchacha sin poder creérselo-. Tus niveles de pelotudo Rubiales son sonrprendentes.
-¡No seas estúpida Evee!- se quejó él avergonzado.
-Tan sólo pregúntale qué es lo que le está pasando- dijo ella con un suspiro, marchándose hacia el sentido contrario de donde estaba el joven-. Los dejo solos.
Caleb la vio partirse y comenzó a caminar hacia donde estaba la hermosa pelirroja, unos metros más lejos, sentado en un banco con expresión pensativa.
-¿Podemos hablar?- preguntó él con una sonrisa nerviosa.
-Ya me lo habías pedido- respondió, su tono de voz era relajado todo lo contrario a lo que Caleb sentía.
-¿Qué te pasa? ¿Qué hice?- preguntó el muchacho, mirándola fijamente con esos grandes ojos celestes como el cielo-. Si supiera que es lo cambiaría, lo juro.
Ella se hipnotizó con esos ojos tan brillantes y esas dulces palabras, se acercó a él y lo besó con cariño.
-¿Y eso?- preguntó algo atontado.
-No hiciste nada bobo- dijo ella con una sonrisa.
-Pero algo te pasaba- continuó él.
-Relájate, ya se me pasó- comentó ella. Era estúpido contarle a Caleb que se había enojado por celos, ese muchacho jamás le había demostrado que fuera una clase de persona que la abandonaría incluso estando embarazada.
-Kaileena- susurró él, dejándose envolver por esos besos tan atrayentes y suaves de la esbelta joven. Abrazó su cintura mientras seguía acompañando el movimiento de sus labios, encajando a la perfección como si hubieran estado preparados para ese único motivo. Como siempre, se dejó llevar por la situación
----------------------------------------
Judal la guío durante unos cortos minutos que a ella se le hicieron eternos hasta su cuarto. No sabía qué decir ni tampoco qué hacer. Y es que ella sabía que Judal no tenía la culpa, que eran motivos personales que simplemente tenía y, para ser sinceros, no quería contárselo al rey. ¿Qué le iba a decir? De seguro que era una idiota por creer eso. Y ella en cierto modo se sentía así pero le resultaba totalmente imposible que ese pensamiento no surcara por su mente una y otra vez, por si fuera poco, esa confesión de Evee no lo había ayudado en absoluto.
Se sentía como si fuera una carrera cuya meta es llegar primer puesto, no segundo ni tampoco tercero: esos puestos no tenían puesto, eran como todos los demás. Su competencia era difícil y muchísimas, o sea, ¿Cuántas chicas estaban enamoradas de Judal? Ya había perdido la cuenta pero sí sabía que todas, absolutamente todas, eran mucho más bonitas y seguras de sí misma, capaces de poder estar perfectamente en una relación con él y no tener aquella relación infructuosa con constantes altibajos que Judal tenía con ella. ¿Cómo podía él, que era tan perfecto, estar con alguien así?
-¿Y?- le preguntó Judal, cruzándose de brazos.
Sentada en el borde de la cama, alzó la vista para mirarlo fijamente, algo que no la ayudó demasiado para ser sinceros: los ojos de Judal eran demasiado hipnotizantes.
-Sé que esta vez no hice nada, entonces, ¿qué te pasa?- continuó él.
-Nada, sólo ando algo nerviosa por lo de Caleb y Kaileena- mintió ella con facilidad.
-No te creo- la acusó él relajado-. No es eso.
-¿Qué sabés lo que me pasa?- preguntó algo enojada. Odiaba que Judal pudiera distinguir esas mentiras que para las demás personas sonaban tan reales.
-Adivino- repuso él con una sonrisa soberbia-. Tiene qué ver algo con Evee, ¿verdad?
Ella no respondió tratando de ocultar su sorpresa. ¿Cómo carajos se daba cuenta de todo?
-Después de que Evee apareciera te comportaste así, al igual que Kaileena- le explicó el muchacho-. Y decidiste hablar conmigo después de que ella te dijo vaya a saber qué, pero de seguro que fue algo como “estoy enamorada de Judal, te lo voy a robar” o alguna boludez así para que no te callaras y te acercaras a hablar conmigo. ¿O me equivoco?- preguntó, finalizando con una bella media sonrisa.
Ella no respondió, sabiendo que sería inútil mentirle. Mierda. No quería que se enterara, que viera lo patética que era y, más aún, no deseaba que le dijera solamente que era una tonta por creer eso, que no pasaba nada entre ambos jóvenes. Se sentía estúpida, no sólo porque ahora poniéndose a pensar era idiota que se enojara por verlo con Evee, sino que también la muchacha la engañó.
-El que calla otorga- dijo Judal relajado.
Apretó los puños sintiéndose aún más patética e inmadura. ¿Por qué se tenía que haber comportado así? Ahora ya se había arrepentido de todo.
-----------------------------
80 horas tratando de pensar para que salga esta cagada. Me doy vergüenza hasta a mí misma ya xD.
-Emmm...sí, pero...- empezó a decir nervioso.
-No seas maricón, no vengas a echarte atrás ahora- le ordenó ella-. Decí lo que tengas que hablarle.
-Tenés razón- concedió él mientras suspiraba, dándose por vencido-. Aunque no sé que decirle...
-¿Estuviste jodiendo todo este tiempo queriendo hablar con ella y aún no pensaste en qué vas a decirle?- preguntó la muchacha sin poder creérselo-. Tus niveles de pelotudo Rubiales son sonrprendentes.
-¡No seas estúpida Evee!- se quejó él avergonzado.
-Tan sólo pregúntale qué es lo que le está pasando- dijo ella con un suspiro, marchándose hacia el sentido contrario de donde estaba el joven-. Los dejo solos.
Caleb la vio partirse y comenzó a caminar hacia donde estaba la hermosa pelirroja, unos metros más lejos, sentado en un banco con expresión pensativa.
-¿Podemos hablar?- preguntó él con una sonrisa nerviosa.
-Ya me lo habías pedido- respondió, su tono de voz era relajado todo lo contrario a lo que Caleb sentía.
-¿Qué te pasa? ¿Qué hice?- preguntó el muchacho, mirándola fijamente con esos grandes ojos celestes como el cielo-. Si supiera que es lo cambiaría, lo juro.
Ella se hipnotizó con esos ojos tan brillantes y esas dulces palabras, se acercó a él y lo besó con cariño.
-¿Y eso?- preguntó algo atontado.
-No hiciste nada bobo- dijo ella con una sonrisa.
-Pero algo te pasaba- continuó él.
-Relájate, ya se me pasó- comentó ella. Era estúpido contarle a Caleb que se había enojado por celos, ese muchacho jamás le había demostrado que fuera una clase de persona que la abandonaría incluso estando embarazada.
-Kaileena- susurró él, dejándose envolver por esos besos tan atrayentes y suaves de la esbelta joven. Abrazó su cintura mientras seguía acompañando el movimiento de sus labios, encajando a la perfección como si hubieran estado preparados para ese único motivo. Como siempre, se dejó llevar por la situación
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Judal la guío durante unos cortos minutos que a ella se le hicieron eternos hasta su cuarto. No sabía qué decir ni tampoco qué hacer. Y es que ella sabía que Judal no tenía la culpa, que eran motivos personales que simplemente tenía y, para ser sinceros, no quería contárselo al rey. ¿Qué le iba a decir? De seguro que era una idiota por creer eso. Y ella en cierto modo se sentía así pero le resultaba totalmente imposible que ese pensamiento no surcara por su mente una y otra vez, por si fuera poco, esa confesión de Evee no lo había ayudado en absoluto.
Se sentía como si fuera una carrera cuya meta es llegar primer puesto, no segundo ni tampoco tercero: esos puestos no tenían puesto, eran como todos los demás. Su competencia era difícil y muchísimas, o sea, ¿Cuántas chicas estaban enamoradas de Judal? Ya había perdido la cuenta pero sí sabía que todas, absolutamente todas, eran mucho más bonitas y seguras de sí misma, capaces de poder estar perfectamente en una relación con él y no tener aquella relación infructuosa con constantes altibajos que Judal tenía con ella. ¿Cómo podía él, que era tan perfecto, estar con alguien así?
-¿Y?- le preguntó Judal, cruzándose de brazos.
Sentada en el borde de la cama, alzó la vista para mirarlo fijamente, algo que no la ayudó demasiado para ser sinceros: los ojos de Judal eran demasiado hipnotizantes.
-Sé que esta vez no hice nada, entonces, ¿qué te pasa?- continuó él.
-Nada, sólo ando algo nerviosa por lo de Caleb y Kaileena- mintió ella con facilidad.
-No te creo- la acusó él relajado-. No es eso.
-¿Qué sabés lo que me pasa?- preguntó algo enojada. Odiaba que Judal pudiera distinguir esas mentiras que para las demás personas sonaban tan reales.
-Adivino- repuso él con una sonrisa soberbia-. Tiene qué ver algo con Evee, ¿verdad?
Ella no respondió tratando de ocultar su sorpresa. ¿Cómo carajos se daba cuenta de todo?
-Después de que Evee apareciera te comportaste así, al igual que Kaileena- le explicó el muchacho-. Y decidiste hablar conmigo después de que ella te dijo vaya a saber qué, pero de seguro que fue algo como “estoy enamorada de Judal, te lo voy a robar” o alguna boludez así para que no te callaras y te acercaras a hablar conmigo. ¿O me equivoco?- preguntó, finalizando con una bella media sonrisa.
Ella no respondió, sabiendo que sería inútil mentirle. Mierda. No quería que se enterara, que viera lo patética que era y, más aún, no deseaba que le dijera solamente que era una tonta por creer eso, que no pasaba nada entre ambos jóvenes. Se sentía estúpida, no sólo porque ahora poniéndose a pensar era idiota que se enojara por verlo con Evee, sino que también la muchacha la engañó.
-El que calla otorga- dijo Judal relajado.
Apretó los puños sintiéndose aún más patética e inmadura. ¿Por qué se tenía que haber comportado así? Ahora ya se había arrepentido de todo.
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80 horas tratando de pensar para que salga esta cagada. Me doy vergüenza hasta a mí misma ya xD.
Re: [Roll] The city of Babylonia~
- Lo sabía - Murmuró ese pelinegro para luego asomarse a los pasillos - ¡Quiero escuchar esas disculpas Caleb~! -
- ¡Mierda~! - Respondió ese muchacho de cabellos dorados a lo que ese pelinegro comenzó a reír -
- Seguro le cagué algo interesante - Dijo para luego regresar la mirada a su enamorada - ¿Qué no entendés~? - Preguntó mientras posaba sus carmínes en ella -
- ¿Eh~? - La pelinegra posó la mirada en su enamorado sin comprender -
- Te amo Adelaida~ - Le dijo mientras se arrodillaba delante de la nominada - Te lo diré cada vez que pueda hasta el día que me muera -
- J-Judal~ - Susurró ella sorprendida mientras sus mejillas se ponían rosadas -
- Te amo~ - Le dijo nuevamente mientras agarraba una de sus mejillas suavemente - Te amo~ ¿Entendés? - Preguntó mientras pasaba su mano suavemente por sus cabellos -
- Yo también~ - Respondió ella avergonzada -
- Eso es todo lo que deseaba escuchar~ - Le susurró al oído para luego unir suavemente sus labios con los suyos -
----------
- Caleb~ no es nada - Le dijo Kaileena mientras posaba una de sus manos sobre uno de los hombros de su enamorado -
- Si~ perdoname - Suplicó avergonzado -
- Caleb~ ¿Espero un hijo tuyo y me pedís disculpas por un beso inofensivo? - Preguntó mientras se sentaba sobre las piernas del muchacho de cabellos dorados -
- Bueno~ - Caleb se apeno aún más mientras Kaileena comenzaba a reír -
- Te quiero~ - Le dijo para luego besar suavemente sus labios -
- Kaileena yo~ - Ese muchacho de cabellos dorados posó su mirada en el suelo avergonzado -
- ... - La peliroja agarró la mano de su enamorado - Si a lo que sea que deseas preguntar - Le dijo mientras posaba la mano de Caleb sobre su cintura para luego unir sus labios nuevamente -
Ese muchacho de cabellos dorados la agarró suavemente para luego cargar a esa peliroja hasta la cama donde la liberó suavemente de su agarre.
- Te amo Kaileena - Le dijo mientras pasaba su mano suavemente por sus cabellos -
- ¿Mucho~? - Preguntó mientras sonreía -
- Muchícimo - Respondió mientras le regresaba esa mueca de cariño para luego comenzar a besar su cuello suavemente -
----------
- Hola~ - Saludó ese pelinegro. Estaba parado en los pasillos abrazando a su enamorada con cariño -
- ¿Se arreglaron~? - Preguntó la castaña mientras comenzaba a hacer un pequeño mohín -
- Si~ - Respondió ese pelinegro mientras besaba suavemente la mejillas de su enamorada -
- ¿Por qué me engañaste? - Pregunto ella mientras la miraba de mala gana -
- Porque no ibas a hablar con Judal si no decía algo como eso~ ¿Me equivoco~? - Preguntó mientras sonreía arrogante -
- No vale~ - Murmuró mientras miraba a Judal con reproche -
- Sh~ niña - Le dijo mientras la abrazaba. Cuando Evee posó su mirada sobre la suya pronunció un pequeño "Gracias" silencioso -
- Por nada~ - Respondió de la misma manera mientras sonreía -
- Vamos a hacer una linda familia con Adelaida - Dijo Judal mientras sonreía arrogante - Cinco hijos ¿Verdad~? -
- ¿¡Eh~!? - Preguntó con las mejillas sonrosadas a más no poder -
- ¿Cinco? - Preguntó la castaña siguiendole el juego a Judal - No vas a perder ni un día ¿Eh~? -
- Para nada~ - Dijo mientras le daba pequeños besos en la mejilla a su enamorada -
- Bueno saber eso~ - Dijo mientras sonreía -
- Ya~ Judal - Suplicó la pelinegra avergonzada -
- ¡Mierda~! - Respondió ese muchacho de cabellos dorados a lo que ese pelinegro comenzó a reír -
- Seguro le cagué algo interesante - Dijo para luego regresar la mirada a su enamorada - ¿Qué no entendés~? - Preguntó mientras posaba sus carmínes en ella -
- ¿Eh~? - La pelinegra posó la mirada en su enamorado sin comprender -
- Te amo Adelaida~ - Le dijo mientras se arrodillaba delante de la nominada - Te lo diré cada vez que pueda hasta el día que me muera -
- J-Judal~ - Susurró ella sorprendida mientras sus mejillas se ponían rosadas -
- Te amo~ - Le dijo nuevamente mientras agarraba una de sus mejillas suavemente - Te amo~ ¿Entendés? - Preguntó mientras pasaba su mano suavemente por sus cabellos -
- Yo también~ - Respondió ella avergonzada -
- Eso es todo lo que deseaba escuchar~ - Le susurró al oído para luego unir suavemente sus labios con los suyos -
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- Caleb~ no es nada - Le dijo Kaileena mientras posaba una de sus manos sobre uno de los hombros de su enamorado -
- Si~ perdoname - Suplicó avergonzado -
- Caleb~ ¿Espero un hijo tuyo y me pedís disculpas por un beso inofensivo? - Preguntó mientras se sentaba sobre las piernas del muchacho de cabellos dorados -
- Bueno~ - Caleb se apeno aún más mientras Kaileena comenzaba a reír -
- Te quiero~ - Le dijo para luego besar suavemente sus labios -
- Kaileena yo~ - Ese muchacho de cabellos dorados posó su mirada en el suelo avergonzado -
- ... - La peliroja agarró la mano de su enamorado - Si a lo que sea que deseas preguntar - Le dijo mientras posaba la mano de Caleb sobre su cintura para luego unir sus labios nuevamente -
Ese muchacho de cabellos dorados la agarró suavemente para luego cargar a esa peliroja hasta la cama donde la liberó suavemente de su agarre.
- Te amo Kaileena - Le dijo mientras pasaba su mano suavemente por sus cabellos -
- ¿Mucho~? - Preguntó mientras sonreía -
- Muchícimo - Respondió mientras le regresaba esa mueca de cariño para luego comenzar a besar su cuello suavemente -
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- Hola~ - Saludó ese pelinegro. Estaba parado en los pasillos abrazando a su enamorada con cariño -
- ¿Se arreglaron~? - Preguntó la castaña mientras comenzaba a hacer un pequeño mohín -
- Si~ - Respondió ese pelinegro mientras besaba suavemente la mejillas de su enamorada -
- ¿Por qué me engañaste? - Pregunto ella mientras la miraba de mala gana -
- Porque no ibas a hablar con Judal si no decía algo como eso~ ¿Me equivoco~? - Preguntó mientras sonreía arrogante -
- No vale~ - Murmuró mientras miraba a Judal con reproche -
- Sh~ niña - Le dijo mientras la abrazaba. Cuando Evee posó su mirada sobre la suya pronunció un pequeño "Gracias" silencioso -
- Por nada~ - Respondió de la misma manera mientras sonreía -
- Vamos a hacer una linda familia con Adelaida - Dijo Judal mientras sonreía arrogante - Cinco hijos ¿Verdad~? -
- ¿¡Eh~!? - Preguntó con las mejillas sonrosadas a más no poder -
- ¿Cinco? - Preguntó la castaña siguiendole el juego a Judal - No vas a perder ni un día ¿Eh~? -
- Para nada~ - Dijo mientras le daba pequeños besos en la mejilla a su enamorada -
- Bueno saber eso~ - Dijo mientras sonreía -
- Ya~ Judal - Suplicó la pelinegra avergonzada -
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