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[Roll] The city of Babylonia~
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Re: [Roll] The city of Babylonia~
-¿Qué?- preguntó él con tono inocente- Ambos sabemos que sos mía.
-¡Judal!- exclamó roja como un tomate mientras escuchaba las risas divertidas de Evee.
-Tranquila, todos sabemos eso.
-¿Eh?- preguntó confundida.
-Se ve qa simple vista- agregó ella- Igual no le veo lo malo, es más, varios que estar en tu lugar
-Lo tomo como un halago- dijo el muchacho con una sonrisa divertida- ¿Ves? Tenés suerte de que te diga esas cosas.
-Me lo gané- dijo ella a la defensiva mirando algo furibunda a Evee. No le gustaba para nada que halagara a Judal de esa manera. La castaña comenzó a reírse.
-No me gusta Judal, ya te lo dije- comentó ella con una sonrisa amable.
-Sos tan tierna cuando estás celosa- dijo Judal, pellizcándole una mejilla- Tenés razón, te lo ganaste. Vas a tener premio.
-¿¡Eh!?- exclamó más ruborizada aún, mientras Judal la cargaba en brazos- ¡Bajame Judal!
-Los veo en unas horas- se despidió Evee.
-No, Evee ¡No me dejes!- suplicó la muchacha de cabellos negros desconcertada.
-Shh no te hagas la difícil ahora- murmuró el rey divertido.
..............................
-¿A dónde puedo ir ahora?- preguntó Evee aburrida. No estaban ni Judal ni Rubiales para divertirse con ellos. Encima estaba sola en un palacio enorme que no conocía, fue increíble lo rápido que se perdió en los innumerables e idénticos pasillos elegantes. Ese lugar parecía más un laberinto que un hogar, se sorprendía de que pudieran manejarse por allí con tanta facilidad.
Doblando en una esquina, se encontró a Lear con Nina, él la había acorralado contra la pared y la besaba con pasión.
Sonrío divertida, contenta de que ya habia encontrado a alguien con el que pasar el aburrimiento.
Caminó hasta quedarse bien cerca de ellos, ambos estaban tan concentrados besándose que ni se percataron de su presencia.
-¡Pelotudo maricón!- le gritó ella al oid. El muchacho se sobresaltó por la sorpresa, mordiéndole el labio a Nina, que comenzó a sangrar.
-Perdón- se disculpó con su enamorada. Se giró para ver a la castaña con mala cara- ¿Qué mierda hacés pendeja?
-Estoy aburrida, me tengo que divertir- dijo ella con sencillez.
-¿Tenés que joderme?- preguntó con voz cansina.
- Yep- dijo ella relajada - Me dio ganas de molestar a un maricón.
-¡¿Besarme a Nina te parece de maricón?!- preguntó desconcertado.
-Podés ser de esos putos que andan en pareja para camuflar su propia homosexualidad.
-No soy homosexual- exclamó Lear desconcertado.
-¿Se acostó con vos?- preguntó Evee a la rubia con poca sutileza.
-Emmm...no- dijo ella sonrojada.
-¿Ves? Sos el mayor y , a diferencia de tu hermano menor, seguís siendo virgen - comento ella con tono mordaz.
-Esperá...eso significa que...- empezó a decir el Magi- ¡Adelaida! Ese desgraciado...
-Tarado- murmuró Evee divertida.
-¡Es demasiado chica para eso! No tiene que aprovecharse de alguien menor de esa manera...
-No seas cara rota pendejo - le dijo Evee-. Vos sos el menos indicado para eso.
Nina se río relajada ante ese comentario.
-Pendeja- lo insultó Lear abochornado- Yo no...
-No seas bobo, me gustás así como sos - dijo ella con cariño, dándole un dulce beso en los labios- Te amo.
-Yo también te amo, sos demasiado importante para mi y..
-Suficiente cursilería- dijo Evee golpeándolo con una patada y haciendo que el muchacho callera al suelo.
-¡Mocosa!- gritó Lear enojado, para después levantarse y perseguirla.
............................
-Es aca- dijo Judal abriéndo la puerta de una patada, aún cargando a la muchacha- Largo y agradecé que estás vestido.
-¿Eh?- preguntó Caleb, quien estaba sobre Kaileena en la amplia cama de dos plazas.
-Rajá antes de que te castre- le ordenó el rey con poca sutileza- Claro que no tengo un drama de un trío con Kaileena.
-Idiota- dijo Caleb- andate a otro lado, estábamos primero.
Judal dejó a Adelaida delicadamente en un espacio libre de la cama. Agarróa a Caleb con facilidad desde el cuello de la camisa y tiró de él hasta echarlo del cuarto con una patada.
Cerró la puerta con llave. Caleb empezó a golpear desesperado.
-¡Abrime! ¡Abrime!
Judal hizo caso omiso y se sentó en el borde de la cama.
-Kaileena, tené cuidado, este es tan pelotudo que es capaz de hacer que tengan gemelos- le advirtió Judal con seriedad.
-A veces no sé si lo insultás o hablás en serio- comentó la pelirroja- ¿Puedo irme?- preguntó mientras miraba hacia la puerta donde aún se escuchaba los gritos y los golpes de Caleb.
-De acuerdo, pero tené cuidado- pidió Judal.
-Gracias- dijo su amiga con una sonrisa, dándole un beso en la mejilla y marchándose de allí.
............................................
Lo escribí mientras escuchaba a mi familia cantar tarantella, o sea, me sorprende que no apareciera Matasiete y se violara a Caleb.
-¡Judal!- exclamó roja como un tomate mientras escuchaba las risas divertidas de Evee.
-Tranquila, todos sabemos eso.
-¿Eh?- preguntó confundida.
-Se ve qa simple vista- agregó ella- Igual no le veo lo malo, es más, varios que estar en tu lugar
-Lo tomo como un halago- dijo el muchacho con una sonrisa divertida- ¿Ves? Tenés suerte de que te diga esas cosas.
-Me lo gané- dijo ella a la defensiva mirando algo furibunda a Evee. No le gustaba para nada que halagara a Judal de esa manera. La castaña comenzó a reírse.
-No me gusta Judal, ya te lo dije- comentó ella con una sonrisa amable.
-Sos tan tierna cuando estás celosa- dijo Judal, pellizcándole una mejilla- Tenés razón, te lo ganaste. Vas a tener premio.
-¿¡Eh!?- exclamó más ruborizada aún, mientras Judal la cargaba en brazos- ¡Bajame Judal!
-Los veo en unas horas- se despidió Evee.
-No, Evee ¡No me dejes!- suplicó la muchacha de cabellos negros desconcertada.
-Shh no te hagas la difícil ahora- murmuró el rey divertido.
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-¿A dónde puedo ir ahora?- preguntó Evee aburrida. No estaban ni Judal ni Rubiales para divertirse con ellos. Encima estaba sola en un palacio enorme que no conocía, fue increíble lo rápido que se perdió en los innumerables e idénticos pasillos elegantes. Ese lugar parecía más un laberinto que un hogar, se sorprendía de que pudieran manejarse por allí con tanta facilidad.
Doblando en una esquina, se encontró a Lear con Nina, él la había acorralado contra la pared y la besaba con pasión.
Sonrío divertida, contenta de que ya habia encontrado a alguien con el que pasar el aburrimiento.
Caminó hasta quedarse bien cerca de ellos, ambos estaban tan concentrados besándose que ni se percataron de su presencia.
-¡Pelotudo maricón!- le gritó ella al oid. El muchacho se sobresaltó por la sorpresa, mordiéndole el labio a Nina, que comenzó a sangrar.
-Perdón- se disculpó con su enamorada. Se giró para ver a la castaña con mala cara- ¿Qué mierda hacés pendeja?
-Estoy aburrida, me tengo que divertir- dijo ella con sencillez.
-¿Tenés que joderme?- preguntó con voz cansina.
- Yep- dijo ella relajada - Me dio ganas de molestar a un maricón.
-¡¿Besarme a Nina te parece de maricón?!- preguntó desconcertado.
-Podés ser de esos putos que andan en pareja para camuflar su propia homosexualidad.
-No soy homosexual- exclamó Lear desconcertado.
-¿Se acostó con vos?- preguntó Evee a la rubia con poca sutileza.
-Emmm...no- dijo ella sonrojada.
-¿Ves? Sos el mayor y , a diferencia de tu hermano menor, seguís siendo virgen - comento ella con tono mordaz.
-Esperá...eso significa que...- empezó a decir el Magi- ¡Adelaida! Ese desgraciado...
-Tarado- murmuró Evee divertida.
-¡Es demasiado chica para eso! No tiene que aprovecharse de alguien menor de esa manera...
-No seas cara rota pendejo - le dijo Evee-. Vos sos el menos indicado para eso.
Nina se río relajada ante ese comentario.
-Pendeja- lo insultó Lear abochornado- Yo no...
-No seas bobo, me gustás así como sos - dijo ella con cariño, dándole un dulce beso en los labios- Te amo.
-Yo también te amo, sos demasiado importante para mi y..
-Suficiente cursilería- dijo Evee golpeándolo con una patada y haciendo que el muchacho callera al suelo.
-¡Mocosa!- gritó Lear enojado, para después levantarse y perseguirla.
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-Es aca- dijo Judal abriéndo la puerta de una patada, aún cargando a la muchacha- Largo y agradecé que estás vestido.
-¿Eh?- preguntó Caleb, quien estaba sobre Kaileena en la amplia cama de dos plazas.
-Rajá antes de que te castre- le ordenó el rey con poca sutileza- Claro que no tengo un drama de un trío con Kaileena.
-Idiota- dijo Caleb- andate a otro lado, estábamos primero.
Judal dejó a Adelaida delicadamente en un espacio libre de la cama. Agarróa a Caleb con facilidad desde el cuello de la camisa y tiró de él hasta echarlo del cuarto con una patada.
Cerró la puerta con llave. Caleb empezó a golpear desesperado.
-¡Abrime! ¡Abrime!
Judal hizo caso omiso y se sentó en el borde de la cama.
-Kaileena, tené cuidado, este es tan pelotudo que es capaz de hacer que tengan gemelos- le advirtió Judal con seriedad.
-A veces no sé si lo insultás o hablás en serio- comentó la pelirroja- ¿Puedo irme?- preguntó mientras miraba hacia la puerta donde aún se escuchaba los gritos y los golpes de Caleb.
-De acuerdo, pero tené cuidado- pidió Judal.
-Gracias- dijo su amiga con una sonrisa, dándole un beso en la mejilla y marchándose de allí.
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Lo escribí mientras escuchaba a mi familia cantar tarantella, o sea, me sorprende que no apareciera Matasiete y se violara a Caleb.
Re: [Roll] The city of Babylonia~
- Tranquilo - Pidió Kaileena mientras salía a los pasillos - Judal no va a hacerme nada - Dijo mientras sonreía -
- Lo sé~ Supongo - Respondió para luego suspirar pesadamente -
- Vamos~ - Le dijo Kaileena mientras le agarraba suavemente la mano -
- ¿O sea a salir~? - Preguntó con las mejillas sonrosadas -
- Pasear - Respondió mientras sonreía - Vamos a caminar~ a ver donde terminamos - Dijo a lo que las mejillas de Caleb se pusieron más rosadas que antes -
- Disculpame Kaileena pero no puedo evitar malinterpretar eso - Murmuró avergonzado -
---------
- ¿¡Donde esta mi hermano!? - Preguntó Lear de mala gana. La muchacha de cabellos dorados miraba la escena mientras jugaba con los pliegues de su ropa -
- Supongo que acostandose con Adelaida~ - Respondió mientras se encogía de hombros -
- ¿¡Qué!? ¿¡Donde!? - Preguntó a lo que la castaña le golpeó la cabeza con una mano -
- Vos no podés ni besar a una mina como corresponde~ - Le dijo mientras sonreía arrogante - No vas a ir a cagar a tu hermano~ -
- ¿Donde esta~? - Preguntó mientras la agarraba de las ropas -
- ¿Por qué iba a saber eso? - Preguntó mientras ponía mala cara -
- Porque se llevan mejor de lo que me gustaría~ - Respondió mientras la agarraba por los hombros -
- Que lindo tarado~ Pero no - Dijo mientras borraba esa mueca amigable de su cara - La verdad es que no tengo puta idea~ - La castaña le dió un zape para que la liberara - Dejame tranquila maricón~ - Le dijo mientras sonreía arrogante -
- Pendeja~ ¿¡Con quién mierda pensás que estás hablando!? - Estalló ese muchacho de cabellos negros mientras se sobaba la cabeza -
- Obviamente que con un homosexual con un severo retraso mental~ - Respondió mientras sonreía a lo que Nina comenzó a reír -
- ¿Vos también Nina~? - Preguntó a su enamorada desconcertado -
- P-Perdoname lindo~ - Pidió la muchacha de cabellos dorados mientras intentaba parar de reirse -
- ¡Ya vas a ver~! - Estalló Lear. La castaña lo dominó de un codazo -
- Espero~ - Dijo arrogante la muchacha mientras miraba a Nina - ¿Vamos por ahí a conversar~? - Preguntó amigable -
- Seguro~ - Respondió la muchacha de cabellos dorados -
- Espero que vos conozcas este lugar~ - Dijo la muchacha de mirada de colores. Sus voces se fueron apagando hasta que ya no pudieron oirse -
- Mierda~ - Murmuró Lear de mala gana mientras pasaba su mano suavemente por la boca del estómago (Lugar donde Evee lo había golpeado) - Mocosa de mierda~ - Comenzó a maldecir como un condenado para luego encaminarse para la cocina -
----------
- Basta~ - Suplicó la pelinegra mientras posaba sus manos sobre los hombros de Judal - Me hacés cosquillas~ - Le dijo mientras reía para luego levantar las sábanas para cubrirse la cara. Tenía la esperanza de que de ese modo Judal pararía de besar su cuello -
- Bueno~ - Cedió para luego pararse. Después de acomodarse los ropajes que se habían alborotado por jugar con Adelaida caminó hasta la cómoda -
- ¿Vas a salir~? - Preguntó mientras miraba como Judal buscaba en los bolsillos de su capa -
- No~ - Respondió mientras agarraba una pequeña cajita negra que luego guardó en sus ropas rápidamente - ¿Te digo algo? Estube pensando mucho~ - Dijo mientras caminaba hasta sentarse delante de la pelinegra que lo miró incrédula -
- ¿Pensando en qué~? - Preguntó ella algo preocupada -
- Pensando en nosotros~ - Respondió mientras comenzaba a jugar con sus manos -
- ¿En nosotros~? - Preguntó la pelinegra algo intranquila -
- Si~ - Respondió nuevamente mientras se agarraba la cabeza unos segundos para luego agregar - Mira Adelaida~ Voy a ser directo con vos - Dijo a lo que en la cara de su enamorada se hiso presente algo de inseguridad -
- ¿Q-Qué vas a decirme? - Preguntó mientras apretaba las sábanas entre sus manos de manera disimulada -
- No quiero que seamos más novios~ - Dijo. La mirada de sorpresa de la pelinegra no se hiso esperar -
- ... - Ella quiso salir de allí pero Judal la agarró sin siquiera moverse -
- ¿Querés escuchar todo lo que tengo para decir~? - Preguntó mientras sonreía porque su enamorada no lo estaba mirando -
- Terminá~ - Suplicó mientras aguantaba las ganas de llorar -
- Te amo muchícimo más que eso boba~ - Dijo con cariño - Cancelaron mi compromiso con Kaileena hace unos días - La mirada de la pelinegra se posó sobre esos carmínes sin poder creer aquello -
- ¿Por qué no me dijiste nada~? - Preguntó ella en susurros -
- Me guardaba la sorpresa~ - Respondió mientras sonreía arrogante para luego mirar a su enamorada con profundo cariño - Porque le quiero pedir.. - Ese pelinegro negó con la cabeza mientras sonreía - ..Suplicar a la mujer más hermosa que haya conocido que me permita compartir el resto de su vida con ella~ - La mirada de la pelinegra era ahora de profunda sorpresa - Te amo como nunca amé a nadie~ - Ese pelinegro sacó esa pequeña cajita de su bolsillo para enseñar a la pelinegra el costoso anillo en su interior - Por eso te pregunto Adelaida~ ¿Querés casarte conmigo~? - Preguntó mientras sonreía dulce. Unas pequeñas lágrimas resvalaron por las mejillas de su enamorada que no podía creer lo que acababa de escuchar -
- Lo sé~ Supongo - Respondió para luego suspirar pesadamente -
- Vamos~ - Le dijo Kaileena mientras le agarraba suavemente la mano -
- ¿O sea a salir~? - Preguntó con las mejillas sonrosadas -
- Pasear - Respondió mientras sonreía - Vamos a caminar~ a ver donde terminamos - Dijo a lo que las mejillas de Caleb se pusieron más rosadas que antes -
- Disculpame Kaileena pero no puedo evitar malinterpretar eso - Murmuró avergonzado -
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- ¿¡Donde esta mi hermano!? - Preguntó Lear de mala gana. La muchacha de cabellos dorados miraba la escena mientras jugaba con los pliegues de su ropa -
- Supongo que acostandose con Adelaida~ - Respondió mientras se encogía de hombros -
- ¿¡Qué!? ¿¡Donde!? - Preguntó a lo que la castaña le golpeó la cabeza con una mano -
- Vos no podés ni besar a una mina como corresponde~ - Le dijo mientras sonreía arrogante - No vas a ir a cagar a tu hermano~ -
- ¿Donde esta~? - Preguntó mientras la agarraba de las ropas -
- ¿Por qué iba a saber eso? - Preguntó mientras ponía mala cara -
- Porque se llevan mejor de lo que me gustaría~ - Respondió mientras la agarraba por los hombros -
- Que lindo tarado~ Pero no - Dijo mientras borraba esa mueca amigable de su cara - La verdad es que no tengo puta idea~ - La castaña le dió un zape para que la liberara - Dejame tranquila maricón~ - Le dijo mientras sonreía arrogante -
- Pendeja~ ¿¡Con quién mierda pensás que estás hablando!? - Estalló ese muchacho de cabellos negros mientras se sobaba la cabeza -
- Obviamente que con un homosexual con un severo retraso mental~ - Respondió mientras sonreía a lo que Nina comenzó a reír -
- ¿Vos también Nina~? - Preguntó a su enamorada desconcertado -
- P-Perdoname lindo~ - Pidió la muchacha de cabellos dorados mientras intentaba parar de reirse -
- ¡Ya vas a ver~! - Estalló Lear. La castaña lo dominó de un codazo -
- Espero~ - Dijo arrogante la muchacha mientras miraba a Nina - ¿Vamos por ahí a conversar~? - Preguntó amigable -
- Seguro~ - Respondió la muchacha de cabellos dorados -
- Espero que vos conozcas este lugar~ - Dijo la muchacha de mirada de colores. Sus voces se fueron apagando hasta que ya no pudieron oirse -
- Mierda~ - Murmuró Lear de mala gana mientras pasaba su mano suavemente por la boca del estómago (Lugar donde Evee lo había golpeado) - Mocosa de mierda~ - Comenzó a maldecir como un condenado para luego encaminarse para la cocina -
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- Basta~ - Suplicó la pelinegra mientras posaba sus manos sobre los hombros de Judal - Me hacés cosquillas~ - Le dijo mientras reía para luego levantar las sábanas para cubrirse la cara. Tenía la esperanza de que de ese modo Judal pararía de besar su cuello -
- Bueno~ - Cedió para luego pararse. Después de acomodarse los ropajes que se habían alborotado por jugar con Adelaida caminó hasta la cómoda -
- ¿Vas a salir~? - Preguntó mientras miraba como Judal buscaba en los bolsillos de su capa -
- No~ - Respondió mientras agarraba una pequeña cajita negra que luego guardó en sus ropas rápidamente - ¿Te digo algo? Estube pensando mucho~ - Dijo mientras caminaba hasta sentarse delante de la pelinegra que lo miró incrédula -
- ¿Pensando en qué~? - Preguntó ella algo preocupada -
- Pensando en nosotros~ - Respondió mientras comenzaba a jugar con sus manos -
- ¿En nosotros~? - Preguntó la pelinegra algo intranquila -
- Si~ - Respondió nuevamente mientras se agarraba la cabeza unos segundos para luego agregar - Mira Adelaida~ Voy a ser directo con vos - Dijo a lo que en la cara de su enamorada se hiso presente algo de inseguridad -
- ¿Q-Qué vas a decirme? - Preguntó mientras apretaba las sábanas entre sus manos de manera disimulada -
- No quiero que seamos más novios~ - Dijo. La mirada de sorpresa de la pelinegra no se hiso esperar -
- ... - Ella quiso salir de allí pero Judal la agarró sin siquiera moverse -
- ¿Querés escuchar todo lo que tengo para decir~? - Preguntó mientras sonreía porque su enamorada no lo estaba mirando -
- Terminá~ - Suplicó mientras aguantaba las ganas de llorar -
- Te amo muchícimo más que eso boba~ - Dijo con cariño - Cancelaron mi compromiso con Kaileena hace unos días - La mirada de la pelinegra se posó sobre esos carmínes sin poder creer aquello -
- ¿Por qué no me dijiste nada~? - Preguntó ella en susurros -
- Me guardaba la sorpresa~ - Respondió mientras sonreía arrogante para luego mirar a su enamorada con profundo cariño - Porque le quiero pedir.. - Ese pelinegro negó con la cabeza mientras sonreía - ..Suplicar a la mujer más hermosa que haya conocido que me permita compartir el resto de su vida con ella~ - La mirada de la pelinegra era ahora de profunda sorpresa - Te amo como nunca amé a nadie~ - Ese pelinegro sacó esa pequeña cajita de su bolsillo para enseñar a la pelinegra el costoso anillo en su interior - Por eso te pregunto Adelaida~ ¿Querés casarte conmigo~? - Preguntó mientras sonreía dulce. Unas pequeñas lágrimas resvalaron por las mejillas de su enamorada que no podía creer lo que acababa de escuchar -
Tooru- **Full*Contest**
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Mi llegada : 26/03/2009
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Re: [Roll] The city of Babylonia~
Las lágrimas surcaban sus mejillas sin poder creer las palabras que habían escuchado y es que jamás se había imaginado que algún día iba a poder tener la dicha de oírlas y, más importante aún, de que alguien se las dijera a ella. Era una felicidad extraña, que no creía que le perteneciera: ajena, cómo si se la hubiera robado a alguien que en verdad estaba destinado a ese futuro.
Parecía un sueño, una bella fantasía que pronto desaparecería para dar paso a la cruel realidad, al hecho de que jamás iban a poder dejar en paz a Judal y que iba a tener que verse obligado a casarse con Kaileena u otra joven de buena clase.
Esos ojos escarlatas estaban fijos en ella y, por primera vez, observándola impacientes y nerviosos. Judal jamás se había sentido tan nervioso en toda su vida y, peor aún, nunca había tenido tanta desconfianza en sí mismo. ¿Y sí le decía qué no? ¿Si pensaba qué estaba siendo demasiado apresurado?
No iba a negarlo: esa duda lo había atormentado por bastante tiempo, ¿hacía cuánto que se conocían? Ni siquiera había pasado un año desde que la había visto por primera vez, caminando con expresión inescrutable, siendo guíada por Artemisa por los pasillos del palacio. Era una locura casarse tan pronto, él mismo se sorprendía de hacerlo...pero...cuando observaba esos ojos azules, toda duda desaparecía para ser reemplazada por un deseo ferviente de estar a su lado para siempre. Él sólo quería amarla, protegerla, poder estar a su lado y verla despertar cada mañana, de poder apreciar esa sonrisa tan encantadora. ¿Era mucho pedir? A pesar de todo lo que tenía él sólo deseaba esas sencillas cosas, sabía que con eso podría ser feliz.
Felicidad.
Todo podría resumirse a eso: Judal quería ser feliz y, su felicidad estaba relacionada a cómo estaba con esa muchacha de apariencia tan frágil. ¿Cuándo se había convertido tan dependiente de ella? No tenía ni idea, tampoco era algo que le importara.
Adelaida, para asombró del rey, quien no se esperaba esa acción, se pellizcó la mano.
-¿Qué hacés?- le preguntó extrañado.
-Duele...-murmuró ella, más para sí misma que para los demás-. Estaba comprobando de que esto no era sólo un sueño.
Judal sonrío divertido y mirándola con profundo cariño, tomó con suma delicadeza una de las manos de la muchacha y, con la otra libre, limpió sus lágrimas.
-¿Y entonces?- preguntó, tratando de contener los nervios y que no se reflejara su impaciencia.
-Sí, quiero casarme con vos- respondió ella mientras sonreía con timidez.
Judal colocó el anillo en el dedo anular de la joven con suavidad, apreciando cada sensación que le producía ese suave tacto. Respiró profusamente, relajado, y alzó la vista totalmente feliz para encontrarse con aquellas hipnotizantes orbes zafiros. No lo dudó un segundo y cortó la distancia que los separaba para besarla en los labios con extremada delicadeza, como si fuera un objeto frágil que se rompería en cuestión de segundos.
-Te amo- murmuró ella dulcemente cuando se separaron.
-Adelaida Magi...- susurró Judal-. Suena hermoso.
-Suena mal Judal- lo contradijo ella divertida-. Mi nombre y el apellido no pegan, no suena tan bien como un “Judal Magi”.
-Shhh- la calló él mordiéndole levemente el labio-. Todo lo que tenga el apellido Magi, a excepción de Lear que es adoptado, es perfecto.
-Soberbio- dijo entretenida.
-Aún así me amás- comentó él.
-Eso ni se cuestiona...-murmuró ella abrazándolo, cuando de repente un estruendoso ruido los interrumpió.
-¡Idiota!- dijo Evee, golpeándole a Lear en la cabeza con fuerza.
-¡Te dije que no me golpearas!- se quejó el muchacho, sobándose la cabeza adolorido.
-¿Qué mierda están haciendo acá?- preguntó Judal de mala gana, viendo cómo su hermano había arruinado toda la situación y su futura esposa se separaba de él para sentarse mejor para verlos.
-Es culpa de este estúpido homosexual- acusó Evee, señalándolo-. Sólo le dije que era patético que vos, siendo el menor, te acostaras con alguien antes que él y decidió venir a tu habitación.
-¡Te estás abusando de una menor!- se quejó Lear apuntando a su hermano con un dedo acusador.
-Si serás cara rota estúpido- lo insultó el joven de ojos escarlatas-. Salís con una chica de igual edad que mi novia y te quejás de que soy abusador. Pelotudo que sos.
-No me acuesto con ella- le espetó el muchacho.
-Esperá un momento...-dijo de repente Evee, empujando a Lear para que se callara y acercándose a la esclava. Tomó su mano y acercó su rostro de ojos de colores, mirando con curiosidad-. ¡No puedo creerlo! ¡Es genial! ¡Felicidades!
-¿Qué ocurrió?- preguntó Lear sin entender.
-¡Van a casarse!- exclamó Evee alegre.
-¡Felicidades!- dijo Nina, acercándose a Judal para abrazarlo con cariño-. Me alegro de que puedas ser feliz- continuó, besándole la mejilla.
-¿En qué pensás? ¿Estás loca?- exclamó Lear agarrando a Adelaida de los hombros y sacudiéndola-. Es hasta que la muerte los separe. ¡La muerte! A menos que lo mates no te lo vas a quitar de encima.
-No seas tarado- le espetó Evee, golpeándolo y empujándolo, haciendo que cayera al suelo.
-Me tenés harto pendeja- lo criticó el muchacho resentido.
-Si sos reina...¿podrías ponerlo como mi esclavo?- suplicó ella poniendo ojos de cachorro.
-Eh...¿reina?- preguntó Adelaida sin entender.
-Y sí, te vas a casar con el rey de Babilonia, por ende te vas a convertir en reina- explicó Evee con naturalidad, como si fuera algo totalmente obvio. Y es que lo era, pero Adelaida no había pensado en ello.
-No lo había pensado- admitió ella, sintiéndose patética por haberse olvidado de ese hecho tan importante.
-¿Ya te estás arrepintiendo?- preguntó Judal arqueando una ceja divertido.
-¡No!- negó ella rápidamente-. O sea, no es que quiera ser reina, ni me veo para eso, pero te amo Judal.
-Sé eso- dijo él abrazándola y dándole un suave besos en los labios.
-Que asco- murmuró Lear.
-Correctivo. No seas pelotudo- le ordenó Evee golpeandolo.
-¡Ya dejá de pegarme!- le espetó el muchacho y, antes de que pudiera hacer algo, Nina lo tomó de la mano para relajarlo.
-Vas a ser una reina perfecta- la halagó el muchacho a su enamorada.
-Seguro, ni siquiera sé qué cubiertos usar.
-Voy a tener que darte un curso intensivo para qué aprendas a comportarte como una- comentó el rey con un suspiro.
-La puta madre, ¿por qué estos conchetos de mierda son tan hincha pelotas? ¿Para qué mierda quieren tener ochocientos cubiertos putos e idénticos?- maldijo la muchacha.
-Lo que te espera...-le susurró Evee al oído del rey de Babilonia.
-Lo sé- confirmó Judal con un profuso suspiro.
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La conti me salió asquerosa, lo sé xD
Parecía un sueño, una bella fantasía que pronto desaparecería para dar paso a la cruel realidad, al hecho de que jamás iban a poder dejar en paz a Judal y que iba a tener que verse obligado a casarse con Kaileena u otra joven de buena clase.
Esos ojos escarlatas estaban fijos en ella y, por primera vez, observándola impacientes y nerviosos. Judal jamás se había sentido tan nervioso en toda su vida y, peor aún, nunca había tenido tanta desconfianza en sí mismo. ¿Y sí le decía qué no? ¿Si pensaba qué estaba siendo demasiado apresurado?
No iba a negarlo: esa duda lo había atormentado por bastante tiempo, ¿hacía cuánto que se conocían? Ni siquiera había pasado un año desde que la había visto por primera vez, caminando con expresión inescrutable, siendo guíada por Artemisa por los pasillos del palacio. Era una locura casarse tan pronto, él mismo se sorprendía de hacerlo...pero...cuando observaba esos ojos azules, toda duda desaparecía para ser reemplazada por un deseo ferviente de estar a su lado para siempre. Él sólo quería amarla, protegerla, poder estar a su lado y verla despertar cada mañana, de poder apreciar esa sonrisa tan encantadora. ¿Era mucho pedir? A pesar de todo lo que tenía él sólo deseaba esas sencillas cosas, sabía que con eso podría ser feliz.
Felicidad.
Todo podría resumirse a eso: Judal quería ser feliz y, su felicidad estaba relacionada a cómo estaba con esa muchacha de apariencia tan frágil. ¿Cuándo se había convertido tan dependiente de ella? No tenía ni idea, tampoco era algo que le importara.
Adelaida, para asombró del rey, quien no se esperaba esa acción, se pellizcó la mano.
-¿Qué hacés?- le preguntó extrañado.
-Duele...-murmuró ella, más para sí misma que para los demás-. Estaba comprobando de que esto no era sólo un sueño.
Judal sonrío divertido y mirándola con profundo cariño, tomó con suma delicadeza una de las manos de la muchacha y, con la otra libre, limpió sus lágrimas.
-¿Y entonces?- preguntó, tratando de contener los nervios y que no se reflejara su impaciencia.
-Sí, quiero casarme con vos- respondió ella mientras sonreía con timidez.
Judal colocó el anillo en el dedo anular de la joven con suavidad, apreciando cada sensación que le producía ese suave tacto. Respiró profusamente, relajado, y alzó la vista totalmente feliz para encontrarse con aquellas hipnotizantes orbes zafiros. No lo dudó un segundo y cortó la distancia que los separaba para besarla en los labios con extremada delicadeza, como si fuera un objeto frágil que se rompería en cuestión de segundos.
-Te amo- murmuró ella dulcemente cuando se separaron.
-Adelaida Magi...- susurró Judal-. Suena hermoso.
-Suena mal Judal- lo contradijo ella divertida-. Mi nombre y el apellido no pegan, no suena tan bien como un “Judal Magi”.
-Shhh- la calló él mordiéndole levemente el labio-. Todo lo que tenga el apellido Magi, a excepción de Lear que es adoptado, es perfecto.
-Soberbio- dijo entretenida.
-Aún así me amás- comentó él.
-Eso ni se cuestiona...-murmuró ella abrazándolo, cuando de repente un estruendoso ruido los interrumpió.
-¡Idiota!- dijo Evee, golpeándole a Lear en la cabeza con fuerza.
-¡Te dije que no me golpearas!- se quejó el muchacho, sobándose la cabeza adolorido.
-¿Qué mierda están haciendo acá?- preguntó Judal de mala gana, viendo cómo su hermano había arruinado toda la situación y su futura esposa se separaba de él para sentarse mejor para verlos.
-Es culpa de este estúpido homosexual- acusó Evee, señalándolo-. Sólo le dije que era patético que vos, siendo el menor, te acostaras con alguien antes que él y decidió venir a tu habitación.
-¡Te estás abusando de una menor!- se quejó Lear apuntando a su hermano con un dedo acusador.
-Si serás cara rota estúpido- lo insultó el joven de ojos escarlatas-. Salís con una chica de igual edad que mi novia y te quejás de que soy abusador. Pelotudo que sos.
-No me acuesto con ella- le espetó el muchacho.
-Esperá un momento...-dijo de repente Evee, empujando a Lear para que se callara y acercándose a la esclava. Tomó su mano y acercó su rostro de ojos de colores, mirando con curiosidad-. ¡No puedo creerlo! ¡Es genial! ¡Felicidades!
-¿Qué ocurrió?- preguntó Lear sin entender.
-¡Van a casarse!- exclamó Evee alegre.
-¡Felicidades!- dijo Nina, acercándose a Judal para abrazarlo con cariño-. Me alegro de que puedas ser feliz- continuó, besándole la mejilla.
-¿En qué pensás? ¿Estás loca?- exclamó Lear agarrando a Adelaida de los hombros y sacudiéndola-. Es hasta que la muerte los separe. ¡La muerte! A menos que lo mates no te lo vas a quitar de encima.
-No seas tarado- le espetó Evee, golpeándolo y empujándolo, haciendo que cayera al suelo.
-Me tenés harto pendeja- lo criticó el muchacho resentido.
-Si sos reina...¿podrías ponerlo como mi esclavo?- suplicó ella poniendo ojos de cachorro.
-Eh...¿reina?- preguntó Adelaida sin entender.
-Y sí, te vas a casar con el rey de Babilonia, por ende te vas a convertir en reina- explicó Evee con naturalidad, como si fuera algo totalmente obvio. Y es que lo era, pero Adelaida no había pensado en ello.
-No lo había pensado- admitió ella, sintiéndose patética por haberse olvidado de ese hecho tan importante.
-¿Ya te estás arrepintiendo?- preguntó Judal arqueando una ceja divertido.
-¡No!- negó ella rápidamente-. O sea, no es que quiera ser reina, ni me veo para eso, pero te amo Judal.
-Sé eso- dijo él abrazándola y dándole un suave besos en los labios.
-Que asco- murmuró Lear.
-Correctivo. No seas pelotudo- le ordenó Evee golpeandolo.
-¡Ya dejá de pegarme!- le espetó el muchacho y, antes de que pudiera hacer algo, Nina lo tomó de la mano para relajarlo.
-Vas a ser una reina perfecta- la halagó el muchacho a su enamorada.
-Seguro, ni siquiera sé qué cubiertos usar.
-Voy a tener que darte un curso intensivo para qué aprendas a comportarte como una- comentó el rey con un suspiro.
-La puta madre, ¿por qué estos conchetos de mierda son tan hincha pelotas? ¿Para qué mierda quieren tener ochocientos cubiertos putos e idénticos?- maldijo la muchacha.
-Lo que te espera...-le susurró Evee al oído del rey de Babilonia.
-Lo sé- confirmó Judal con un profuso suspiro.
---------------------------------------------
La conti me salió asquerosa, lo sé xD
Re: [Roll] The city of Babylonia~
- Te dije que no - Suspiro ese pelinegro por enésima vez mientras se agarraba la cabeza -
- Se acabó~ esto es una mierda - Maldijo su enamorada mientras se paraba con aire ofendido -
- Adelaida~ no hay nada más idiota que aprender modales - Le dijo mientras la miraba con la cabeza apoyada sobre una de sus manos -
- Haceme sentir como una boluda - Le respondió con mala cara -
- Bueno~ Descansemos un poco - Ese pelinegro agarró unas galletas que humeaban sobre la mesada -
- Yo me los aprendí - Comentó la castaña mientras agarraba una de las golosinas que Judal le ofrecía -
- ¿Por qué vos no podés? - Le preguntó a su enamorada mientras sonreía arrogante -
- Cerra la boca - Le respondió disgustada -
- ¿Como van? - Preguntó la muchacha de cabellos dorados mientras ingresaba a la cocina -
- Bueno~ Evee se los sabe - Respondió Judal mientras posaba sus carmínes en ella -
- Yo no puedo memorizar eso - Chilló la pelinegra mientras se daba la cabeza con la mesa -
- Tranquila - Suplicó su enamorado mientras le ponía una mano para que no se hiciera daño -
- Tampoco me emociona aprender modales - Comentó la muchacha de mirada celeste mientras se sentaba junto a la pelinegra - Pero mis padres me obligaron -
- Ali~ no sos Caleb asi que vas a poder - Le dijo Judal mientras sonreía arrogante -
- ¿Por qué siempre terminás bardeando a Caleb? - Preguntó su enamorada mientras mordía una golosina -
- Porque el idiota se presta a eso - Respondió con tranquilidad para luego poner mala cara - También porque se llevó a Kaileena -
- Salieron a caminar - Corrijió la pelinegra - Eso hacen las personas enamoradas -
- Jamás vas a poder imaginar lo qie seguramente van a hacer - Le dijo Judal mientras le pellizcaba una mejilla suavemente -
- Idiota - Murmuró ella avergonzada -
- Nina avisame si vas a salir - Suplicó Lear mientras ingresaba a la cocina con una mano alborotando sus cabellos -
- ¿Preocupado tarado? - Preguntó la castaña mientras sonreía arrogante - ¿Tenés miedo de que se de cuenta de que sos un bobo? -
- ¿Querés cerrar la boca? - Preguntó de mala gana -
- Eh~ La verdad es que no - Respondió sin borrar esa mueca arrogante de su cara -
- Perdoname~ pero estabas dormido - La muchacha de cabellos dorados se acercó a su enamorado -
- Bueno~ Ya no interesa - Dijo dulce mientras pasaba su mano suavemente por los cabellos de su enamorado -
- Quiero vomitar - Dijo la castaña mientras miraba aquella escena a lo que Judal comenzó a reír -
- Son dos idiotas - Los maldijo Lear mientras abrazaba a su enamorada -
- Tu cara nos gana cuando mirás a Nina - Le dijo Judal recibiendo una mirada de desaprobación de la pelinegra - Estás embobado con ella -
- Callate infeliz - Le dijo avergonzado -
- Bueno~ Sigamos con los modales - Le dijo el pelinegro a la muchacha de mirada celeste -
- Dah~ - La nominada apoyó la cabeza sobre la mesa evidentemente cansada - Sucumbo ante esta mierda~ no puedo aprenderme eso -
- Quiero casarme con vos - Le dijo Judal decidido - Por eso haré que aprendas lo que sea necesario para que mi madre no chille -
- Estás jodido - Le dijo su hermano mientras apoyaba su cabeza en la de su enamorada -
- Va a aprenderselo aunque tenga que pasar días sin dormir - Dijo mientras miraba a su hermano con mala cara -
- Suena interesante - Le dijo el mayor de los Magi mientras sonreía arrogante -
- Mierda - Susurró la pelinegra -
- Me da curiosidad~ ¿Donde vas a encontrar la manera de enseñar eso a alguien como ella? - Preguntó arrogante -
- Para que mierda hablás Lear - Le dijo La castaña mientras sonreía arrogante - Vos apenas podrías encontrar tu propio culo -
- Te dije que cerraras la boca - Estalló disgustado -
- Obligame pedaso de idiota - Respondió mientras se limaba las uñas con tranquilidad -
- Es una pendeja de mierda - Lear comenzó a maldecir en susurros mientras su enamorada pasaba su mano suavemente por su mejilla -
- Te dice esas cosas porque sabe que no te agrada - Le dijo Nina en su oído -
- ¿Vas a estar maldiciendo ahí mucho más? - Preguntó Judal mientras sonreía - Quiero seguir enseñandole esto a Ali~ -
-¿Podemos irnos? - Preguntó o más bien suplicó Lear a la muchacha de mirada celeste -
- Vamos - Concedió para luego sonreír - Regreso luego - Les dijo -
- Gracias - Suspiró Lear más tranquilo -
- Por nada - Respondió su enamorada mientras le agarraba suavemente la mano para luego salir de allí -
- Es mentalmente inestable - Dijo la castaña mientras miraba complacida lo bien que habían quedado sus uñas -
- Lear es inestable por donde lo mirés - Respondió Judal mientras buscaba unos libros que hablaban sobre como caminar con buena postura, como comer de manera apropiada e incluso de como dirigirse a las personas de manera cordial -
- Basta de hablar de Lear.. - Su enamorado puso sobre la mesa la inmensa pila de libros - ¿Q-Qué es eso? - Preguntó pálida -
- Las lecciones básicas sobre modales - Respondió ese pelinegro mientras sonreía -
- ¿B-Básicas? - Dijo con las mejillas pálidas -
- Si~ entendí que no vamos a poder ver esto de lleno - Dijo mientras le besaba la cabeza -
- Mierda - Maldijo la pelinegra mientras miraba como Judal comenzaba a mirar esos inmensos libros -
- Se acabó~ esto es una mierda - Maldijo su enamorada mientras se paraba con aire ofendido -
- Adelaida~ no hay nada más idiota que aprender modales - Le dijo mientras la miraba con la cabeza apoyada sobre una de sus manos -
- Haceme sentir como una boluda - Le respondió con mala cara -
- Bueno~ Descansemos un poco - Ese pelinegro agarró unas galletas que humeaban sobre la mesada -
- Yo me los aprendí - Comentó la castaña mientras agarraba una de las golosinas que Judal le ofrecía -
- ¿Por qué vos no podés? - Le preguntó a su enamorada mientras sonreía arrogante -
- Cerra la boca - Le respondió disgustada -
- ¿Como van? - Preguntó la muchacha de cabellos dorados mientras ingresaba a la cocina -
- Bueno~ Evee se los sabe - Respondió Judal mientras posaba sus carmínes en ella -
- Yo no puedo memorizar eso - Chilló la pelinegra mientras se daba la cabeza con la mesa -
- Tranquila - Suplicó su enamorado mientras le ponía una mano para que no se hiciera daño -
- Tampoco me emociona aprender modales - Comentó la muchacha de mirada celeste mientras se sentaba junto a la pelinegra - Pero mis padres me obligaron -
- Ali~ no sos Caleb asi que vas a poder - Le dijo Judal mientras sonreía arrogante -
- ¿Por qué siempre terminás bardeando a Caleb? - Preguntó su enamorada mientras mordía una golosina -
- Porque el idiota se presta a eso - Respondió con tranquilidad para luego poner mala cara - También porque se llevó a Kaileena -
- Salieron a caminar - Corrijió la pelinegra - Eso hacen las personas enamoradas -
- Jamás vas a poder imaginar lo qie seguramente van a hacer - Le dijo Judal mientras le pellizcaba una mejilla suavemente -
- Idiota - Murmuró ella avergonzada -
- Nina avisame si vas a salir - Suplicó Lear mientras ingresaba a la cocina con una mano alborotando sus cabellos -
- ¿Preocupado tarado? - Preguntó la castaña mientras sonreía arrogante - ¿Tenés miedo de que se de cuenta de que sos un bobo? -
- ¿Querés cerrar la boca? - Preguntó de mala gana -
- Eh~ La verdad es que no - Respondió sin borrar esa mueca arrogante de su cara -
- Perdoname~ pero estabas dormido - La muchacha de cabellos dorados se acercó a su enamorado -
- Bueno~ Ya no interesa - Dijo dulce mientras pasaba su mano suavemente por los cabellos de su enamorado -
- Quiero vomitar - Dijo la castaña mientras miraba aquella escena a lo que Judal comenzó a reír -
- Son dos idiotas - Los maldijo Lear mientras abrazaba a su enamorada -
- Tu cara nos gana cuando mirás a Nina - Le dijo Judal recibiendo una mirada de desaprobación de la pelinegra - Estás embobado con ella -
- Callate infeliz - Le dijo avergonzado -
- Bueno~ Sigamos con los modales - Le dijo el pelinegro a la muchacha de mirada celeste -
- Dah~ - La nominada apoyó la cabeza sobre la mesa evidentemente cansada - Sucumbo ante esta mierda~ no puedo aprenderme eso -
- Quiero casarme con vos - Le dijo Judal decidido - Por eso haré que aprendas lo que sea necesario para que mi madre no chille -
- Estás jodido - Le dijo su hermano mientras apoyaba su cabeza en la de su enamorada -
- Va a aprenderselo aunque tenga que pasar días sin dormir - Dijo mientras miraba a su hermano con mala cara -
- Suena interesante - Le dijo el mayor de los Magi mientras sonreía arrogante -
- Mierda - Susurró la pelinegra -
- Me da curiosidad~ ¿Donde vas a encontrar la manera de enseñar eso a alguien como ella? - Preguntó arrogante -
- Para que mierda hablás Lear - Le dijo La castaña mientras sonreía arrogante - Vos apenas podrías encontrar tu propio culo -
- Te dije que cerraras la boca - Estalló disgustado -
- Obligame pedaso de idiota - Respondió mientras se limaba las uñas con tranquilidad -
- Es una pendeja de mierda - Lear comenzó a maldecir en susurros mientras su enamorada pasaba su mano suavemente por su mejilla -
- Te dice esas cosas porque sabe que no te agrada - Le dijo Nina en su oído -
- ¿Vas a estar maldiciendo ahí mucho más? - Preguntó Judal mientras sonreía - Quiero seguir enseñandole esto a Ali~ -
-¿Podemos irnos? - Preguntó o más bien suplicó Lear a la muchacha de mirada celeste -
- Vamos - Concedió para luego sonreír - Regreso luego - Les dijo -
- Gracias - Suspiró Lear más tranquilo -
- Por nada - Respondió su enamorada mientras le agarraba suavemente la mano para luego salir de allí -
- Es mentalmente inestable - Dijo la castaña mientras miraba complacida lo bien que habían quedado sus uñas -
- Lear es inestable por donde lo mirés - Respondió Judal mientras buscaba unos libros que hablaban sobre como caminar con buena postura, como comer de manera apropiada e incluso de como dirigirse a las personas de manera cordial -
- Basta de hablar de Lear.. - Su enamorado puso sobre la mesa la inmensa pila de libros - ¿Q-Qué es eso? - Preguntó pálida -
- Las lecciones básicas sobre modales - Respondió ese pelinegro mientras sonreía -
- ¿B-Básicas? - Dijo con las mejillas pálidas -
- Si~ entendí que no vamos a poder ver esto de lleno - Dijo mientras le besaba la cabeza -
- Mierda - Maldijo la pelinegra mientras miraba como Judal comenzaba a mirar esos inmensos libros -
Tooru- **Full*Contest**
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Re: [Roll] The city of Babylonia~
-¡No puede ser!- se maldijo ella, una y otra vez, golpeándose la cabeza contra la mesa-. No puedo Judal, es imposible.
-Ya te lo dije, quiero casarme con vos, no me importa lo que tengamos que hacer- le respondió él, sin siquiera mirarla, mientras pasaba la hoja de un pesado libro que estaba leyendo-. Y no te golpees la cabeza contra la mesa, es de mala educación.
-¿Qué mierda no es de mala educación?- preguntó ella malhumorada-. Me jode soberanamente lo que no tengo que me anden hablando de modales de mierda que las jovenes tienen de la clase alta cuando todas ahí son unas putas de mierda, que bien que en la habitación parecen más gatos que mujeres.
Judal se río relajado, mientras cerraba el libro que hizo un ruido seco.
-Exactamente eso no tenés que hacer- le comentó con una sonrisa-. Tranquila, no es tan difícil de aprender, sólo tenés que cambiar esa predisposición que tenés a que no te va a salir- finalizó, pellizcándole la mejilla con dulzura.
-No es una predisposición, es la realidad- opinó la joven, aún pesimista.
-Y seguimos con lo mismo...-opinó Judal entretenido por la actitud de su enamorada-. Es sencillo: sonríe a todo lo que te dicen, no insultes, no agaches la cabeza, aprende a usar los cubiertos, ten un poco de noción de cultura general, siempre trata de ser educada, hablar con propiedad, caminar derecha...
-Me marié en la primera parte- la interrumpió ella-. Tengo buena memoria, pero no puedo con esto, te lo juro.
Judal suspiró, mientras le alcanzaba un libro a la muchacha.
-Leelo, ahora vengo- dijo él, levantándose de repente- ¿Me acompañás? – le preguntó a Evee y ambos se marcharon sin decir nada más.
La muchacha suspiró resignada mientras comenzaba a hojear ese enorme libro, las páginas eran gruesas y grandes, de palabras tan pequeñas que le provocaban dolor de cabeza con tan sólo mirarlas.
¿Judal se había estudiado todo eso? ¿Y los demás libros? ¿Tanto para aprender modales? No dudó ni un segundo y lanzó el libro sobre la mesa, mientras se acomodaba los mechones de pelo con nerviosismo.
No es que no quisiera casarse con Judal, es más, estaba ansiosa por ello y si no fuera porque lo amaba tanto jamás se hubiera imaginado siendo esposa de alguien a tan corta edad. Sencillamente se conocía lo suficientemente bien como para saber que era imposible que ella pudiera aprenderlos. Sus padres trataron años en que lo hiciera y no había caso: no es que tuviera mala memoria, al contrario, era muy lista, sencillamente con los modales tenía una especie de karma especial y no podía estudiarlos.
¿Qué iba a hacer Judal?
Sintió un leve escalofrío que recorrió todas las vértebras de su columna mientras se hacía esa pregunta, conociéndolo, quizás le estaba buscando profesores estrictos que le enseñaran las 24 hs del día con tal de que ella pudiera aprenderlo.
Se levantó de repente y se preparó un café frío para relajarse...era lo único que se le ocurría en ese momento.
-------------------------------------
Judal –precedido por la castaña que lo seguía en silencio- caminó por los pasillos revolviéndose la larga cabellera negra con su mano derecha, mientras que observaba de reojo la izquierda, donde una alianza con un diamante totalmente elegante y bello relucía en su dedo.
Tenía que encontrar la manera de enseñarle modales a Adelaida, realmente él no era el profesor indicado para eso, su paciencia no era la mejor y sabía que sus nervios no iban a ser capaces de soportar las dificultades de su enamorada, sólo iba a terminar empeorando las cosas.
Conocía dos personas que podrían enseñarle a Adelaida, las conocía demasiado bien. Y realmente estaba cayendo bajo pidiéndole a una de ellas.
Ni se dignó a buscar a Kaileena, sabía que ella iba a aceptar y que le enseñaría cuando volviera todo lo que una dama con modales hace en una fiesta elegante. El tema era enseñarle todas esas estupideces de modales que hasta incluso a él le daba molestia pensar en ellas.
Sólo había una persona que le diera tanta importancia a esas pedorradas...Lear.
Sabía que su actitud no servía para nada en lo referido a enseñar, pero a pesar de todo era bastante paciente con Nina y con Adelaida, quizás porque ésta última lo ayudó tanto cuando no se lo merecía.
A fin de cuentas, necesitaba que le enseñaran rápido, Lear era ese típico rompebolas que iba a terminar ganándote por cansancio.
Caminó por varios pasillos hasta llegar el lugar deseado: la habitación de su hermano. Tocó la puerta y esperó unos segundos. Al no recibir respuestas, la abrió de una fuerte patada entrando por ella.
-¡¿Pero qué mierda hacés?!- preguntó su hermano exasperado.
-No me abrían- respondió él con simpleza.
-No seas quejoso- canturreó la castaña entrando en el cuarto.
-¡Y encima la trajiste a este demonio!- se quejó el muchacho revolviéndose los cabellos nerviosos. Judal lo veía sin inmutarse, pensando si había sido una correcta idea ir a pedirle ayuda. Estaba cayendo bajo, demasiado, pero valía la pena. “Adelaida me las va a pagar después” Pensó con naturalidad.
-Siempre te escucho quejándote- comentó la joven mientras se sentaba en el sillón del cuarto de Lear.
-¿Por qué viniste?- le preguntó la rubia al rey, con curiosidad.
-Tenía que pedirle un favor a Lear- comentó Judal, trató de sonar lo más condescendiente que pudo pero su tono de voz salió forzado, como si le doliera decir aquellas palabras.
-¿Pedirme algo?- el tono de voz usado por su hermano mayor claramente era de sorpresa y, ¿para qué negarlo? Estaba bien justificado. Jamás Judal le había pedido algo a Lear, ni aunque estuviera necesitándolo urgentemente.
-¿Sos sordo o qué idiota?- le preguntó Evee relajada.
-Siempre con tus comentarios de más- murmuró el muchacho furibundo.
-Gracias- dijo ella con una sonrisa.
-¿Cómo lo oíste?- increpó él asombrado, lo había dicho demasiado bajo para que alguien más que Nina, que estaba a su lado, pudiera oírlo.
-Yo lo oigo todo, lo veo todo y lo sé todo- canturreó la joven de ojos de colores, esbozando una sonrisa malévola que provocó en el muchacho de cabellos azabaches como la tinta un escalofrío.
-----------------------------
Tardé muchísimo y la conti es una mierda, ya sé que cuando te vuelva el inter me vas a matar, mientras tanto te espero (?
-Ya te lo dije, quiero casarme con vos, no me importa lo que tengamos que hacer- le respondió él, sin siquiera mirarla, mientras pasaba la hoja de un pesado libro que estaba leyendo-. Y no te golpees la cabeza contra la mesa, es de mala educación.
-¿Qué mierda no es de mala educación?- preguntó ella malhumorada-. Me jode soberanamente lo que no tengo que me anden hablando de modales de mierda que las jovenes tienen de la clase alta cuando todas ahí son unas putas de mierda, que bien que en la habitación parecen más gatos que mujeres.
Judal se río relajado, mientras cerraba el libro que hizo un ruido seco.
-Exactamente eso no tenés que hacer- le comentó con una sonrisa-. Tranquila, no es tan difícil de aprender, sólo tenés que cambiar esa predisposición que tenés a que no te va a salir- finalizó, pellizcándole la mejilla con dulzura.
-No es una predisposición, es la realidad- opinó la joven, aún pesimista.
-Y seguimos con lo mismo...-opinó Judal entretenido por la actitud de su enamorada-. Es sencillo: sonríe a todo lo que te dicen, no insultes, no agaches la cabeza, aprende a usar los cubiertos, ten un poco de noción de cultura general, siempre trata de ser educada, hablar con propiedad, caminar derecha...
-Me marié en la primera parte- la interrumpió ella-. Tengo buena memoria, pero no puedo con esto, te lo juro.
Judal suspiró, mientras le alcanzaba un libro a la muchacha.
-Leelo, ahora vengo- dijo él, levantándose de repente- ¿Me acompañás? – le preguntó a Evee y ambos se marcharon sin decir nada más.
La muchacha suspiró resignada mientras comenzaba a hojear ese enorme libro, las páginas eran gruesas y grandes, de palabras tan pequeñas que le provocaban dolor de cabeza con tan sólo mirarlas.
¿Judal se había estudiado todo eso? ¿Y los demás libros? ¿Tanto para aprender modales? No dudó ni un segundo y lanzó el libro sobre la mesa, mientras se acomodaba los mechones de pelo con nerviosismo.
No es que no quisiera casarse con Judal, es más, estaba ansiosa por ello y si no fuera porque lo amaba tanto jamás se hubiera imaginado siendo esposa de alguien a tan corta edad. Sencillamente se conocía lo suficientemente bien como para saber que era imposible que ella pudiera aprenderlos. Sus padres trataron años en que lo hiciera y no había caso: no es que tuviera mala memoria, al contrario, era muy lista, sencillamente con los modales tenía una especie de karma especial y no podía estudiarlos.
¿Qué iba a hacer Judal?
Sintió un leve escalofrío que recorrió todas las vértebras de su columna mientras se hacía esa pregunta, conociéndolo, quizás le estaba buscando profesores estrictos que le enseñaran las 24 hs del día con tal de que ella pudiera aprenderlo.
Se levantó de repente y se preparó un café frío para relajarse...era lo único que se le ocurría en ese momento.
-------------------------------------
Judal –precedido por la castaña que lo seguía en silencio- caminó por los pasillos revolviéndose la larga cabellera negra con su mano derecha, mientras que observaba de reojo la izquierda, donde una alianza con un diamante totalmente elegante y bello relucía en su dedo.
Tenía que encontrar la manera de enseñarle modales a Adelaida, realmente él no era el profesor indicado para eso, su paciencia no era la mejor y sabía que sus nervios no iban a ser capaces de soportar las dificultades de su enamorada, sólo iba a terminar empeorando las cosas.
Conocía dos personas que podrían enseñarle a Adelaida, las conocía demasiado bien. Y realmente estaba cayendo bajo pidiéndole a una de ellas.
Ni se dignó a buscar a Kaileena, sabía que ella iba a aceptar y que le enseñaría cuando volviera todo lo que una dama con modales hace en una fiesta elegante. El tema era enseñarle todas esas estupideces de modales que hasta incluso a él le daba molestia pensar en ellas.
Sólo había una persona que le diera tanta importancia a esas pedorradas...Lear.
Sabía que su actitud no servía para nada en lo referido a enseñar, pero a pesar de todo era bastante paciente con Nina y con Adelaida, quizás porque ésta última lo ayudó tanto cuando no se lo merecía.
A fin de cuentas, necesitaba que le enseñaran rápido, Lear era ese típico rompebolas que iba a terminar ganándote por cansancio.
Caminó por varios pasillos hasta llegar el lugar deseado: la habitación de su hermano. Tocó la puerta y esperó unos segundos. Al no recibir respuestas, la abrió de una fuerte patada entrando por ella.
-¡¿Pero qué mierda hacés?!- preguntó su hermano exasperado.
-No me abrían- respondió él con simpleza.
-No seas quejoso- canturreó la castaña entrando en el cuarto.
-¡Y encima la trajiste a este demonio!- se quejó el muchacho revolviéndose los cabellos nerviosos. Judal lo veía sin inmutarse, pensando si había sido una correcta idea ir a pedirle ayuda. Estaba cayendo bajo, demasiado, pero valía la pena. “Adelaida me las va a pagar después” Pensó con naturalidad.
-Siempre te escucho quejándote- comentó la joven mientras se sentaba en el sillón del cuarto de Lear.
-¿Por qué viniste?- le preguntó la rubia al rey, con curiosidad.
-Tenía que pedirle un favor a Lear- comentó Judal, trató de sonar lo más condescendiente que pudo pero su tono de voz salió forzado, como si le doliera decir aquellas palabras.
-¿Pedirme algo?- el tono de voz usado por su hermano mayor claramente era de sorpresa y, ¿para qué negarlo? Estaba bien justificado. Jamás Judal le había pedido algo a Lear, ni aunque estuviera necesitándolo urgentemente.
-¿Sos sordo o qué idiota?- le preguntó Evee relajada.
-Siempre con tus comentarios de más- murmuró el muchacho furibundo.
-Gracias- dijo ella con una sonrisa.
-¿Cómo lo oíste?- increpó él asombrado, lo había dicho demasiado bajo para que alguien más que Nina, que estaba a su lado, pudiera oírlo.
-Yo lo oigo todo, lo veo todo y lo sé todo- canturreó la joven de ojos de colores, esbozando una sonrisa malévola que provocó en el muchacho de cabellos azabaches como la tinta un escalofrío.
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Tardé muchísimo y la conti es una mierda, ya sé que cuando te vuelva el inter me vas a matar, mientras tanto te espero (?
Re: [Roll] The city of Babylonia~
- Escuchame en vez de pelear con Evee - Suplicó su hermano menor con mala gana a lo que Lear posó su mirada sobre la castaña -
- Quiero saber que mierda quiere - Le dijo para luego regresar su mirada a ese pelinegro de cabellos largos - ¿Qué mierda querés? - Preguntó a lo que su hermano se le quedó mirando irónico -
- Quiero que le enseñes modales - Dijo sin más mientras agarraba a su enamorada de los hombros -
- ¿También querés que le enseñe a Andrómeda? - Preguntó irónico a lo que la pelinegra se le quedó mirando algo molesta -
- Idiota - Le dijo la pelinegra mientras le propinaba un golpe -
- ¿Me vas a ayudar o no? - Preguntó a lo que su hermano comenzaó a negar mientras sonreía -
- No~ - Respondió mientras miraba a su hermano -
- Estás en pedo si pensás que me voy a poner a suplicar - Le dijo ese pelinegro de cabellos largos mirando a Lear con resentimiento -
- Pasa que sabe que no va a poder - Dijo la castaña mientras sonreía -
- Nada que ver - Respondió Lear rápidamente - Simplemente no quiero ayudar al idiota de mi hermano -
- Como quieras - Le dijo Judal mientras caminaba para llegar donde Nina - ¿Me acompañás a comprar unas cosas? - Preguntó amigable -
- ¿¡Qué mierda hacés!? - Preguntó Lear mientras lo señalaba completamente molesto -
- También sos inseguro de vos mismo - Se dijo a si misma Evee mientras una de sus manos agarraba una pequeña libreta - Interesante -
- Cerra la boca Evee - Le respondió con las mejillas sonrojadas -
- Bueno~ ¿Cuándo? - Preguntó la muchacha de cabellos dorados a Judal a lo que ese pelinegro esbosó una mueca arrogante -
- ¡Nina~! - Estalló su enamorado a lo que la nominada caminó hasta estar a unos pasos del pelinegro -
- Quiero ayudar a Judal con eso - Le dijo mientras una de sus manos se posaba suavemente en su mejilla - Se buen hermano~ ayuda a Adelaida con los modales que debe aprender -
- ... - La mueca de Lear ante los pucheros de su enamorada eran sumamente cómicos. Finalmente suspiró para luego posar su mirada en quién se iba a casar con su hermano - Te quiero en la cocina del segundo piso a las 10.30 PM - Ese pelinegro pegó su cara a la de su hermano menor para leugo decir - Esto no lo hago por vos -
- Lo sé~ - Respondió Judal mientras posaba una de sus manos sobre el hombro de su hermano - Pero me funciona de todos modos asi que da lo mismo - Le dijo mientras sonreía arrogante -
- Sorete mal cagado que sos Judal Magi - Le dijo su hermano en susurros -
- Para de halagarme Lear - Suplicó mientras lo miraba por ensima de su hombro - Vas a hacer que las mejillas se me pongan rosadas - Le dijo para luego comenzar a reír - Vamos Nina~ Vos también Evee -
- Nos vemos luego - Saludo la muchacha de cabellos dorados a su enamorado para luego salir -
- Bueno~ Yo tengo hambre asi que nos vemos a las 10.30 PM - La pelinegra iba a salir pero Lear se lo impidió -
- Vamos a comer algo juntos - Le dijo mientras se la llevaba consigo sin siquiera esperar respuesta - Luego nos vamos a poner con los modales -
- Mierda - Murmuró mientras caminaba siguiendo al Magi que la sacó del palacio dispuesto a buscar un lugar donde cenar -
---------
- Si va a casarse con vos - Lear estaba sacandole la miga a un pedaso de pan mientras la pelinegra lo miraba con cara de pocos amigos - ¿Por qué debe ir con Nina a hacer esas jodidas compras? - Preguntó mientras golpeaba la mesa con su puño -
- ¿Te das cuenta de que lo hace para que te enojes? - Preguntó ella mientras miraba la sopa que un mozo les había dejado unos segundos antes -
- Si~ - Respondió mientras seguía sacandole la miga al pan -
- ¿Te das cuenta de que funciona? - Preguntó nuevamente a lo que Lear posó sus carmínes en ella algo molesto -
- Si~ Me di cuenta - Respondió disgustado - Vamos a comenzar - Dijo mientras le señalaba la comida - Esta es una entrada~ ¿Con qué utensilio la vas a comer~? - Preguntó a lo que Adelaida agarró uno cualquiera -
- Se usa para comer el postre~ - Le dijo mientras suspiraba -
- ... - La pelinegra agarró uno nuevo -
- Mal~ - La corrijió Lear mientras agarraba la cuchara que descansaba a un lado de la vajilla que contenía la comida de la muchacha de mirada color mar - Este se usa - Le dijo mientras se lo ponía en las manos -
- Mierda Lear~ Todos son iguales - Maldijo a lo que ese pelinegro se agarró la cabeza con una mano -
- Con razón Judal me delegó el puesto de maestro - Dijo mientras miraba por a ventana - Con la poca pasiencia que posee iba a mandarte a la mierda -
- Pfff~ - La pelinegra hiso una mueca - Que idiota - Se dijo a si misma. Su utensilio se le había caído de las manos salpicando toda su ropa de sopa -
- Es peor de lo pensé - Se dijo en susurros Lear mientras miraba a la muchacha agarrar una linda servilleta de tela para limpiar las manchas -
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- ¿Estás seguro de que Lear va a poder con eso? - Preguntó la castaña - Quiero decir~ Me da a que va a terminar asesinando a Adelaida -
- Se lo pedí a mi hermano porque se que puede - Respondió Judal con tranquilidad mientras ingresaba a la cocina - Nadie es más hincha bolas con los modales que ese idiota -
- Lo supuse~ - Respondió la castaña mientras agarraba una manzana a la que luego le pegó un mordisco -
- ¿Que hacés? - Preguntó ese pelinegro mientras la miraba - Vamos a cenar -
- Nah~ Vallan sin mi - Dijo con tranquilidad mientras miraba por la ventana por donde pasó una persona encapuchada - Me quiero quedar - Finalizó mientras sonreía -
- Como quieras - Ese muchacho posó su mirada en Nina - Vos no podés decirme que no -
- Vamos - Nina le agarró de la mano para luego saludar a Evee con la mano -
- Cuidado lo que hacés estando sola - Le dijo a lo que la muchacha de la mirada de colores esbosó una mueca arrogante -
- Tranquilo lindo - La castaña posó una de sus manos sobre la mejilla de Judal - Soy una chica fuerte~ Me ato las sandalias yo solita -
- Solo cuidado - Dijo mientras reía levemente para luego salir seguido de Nina -
--------------------------------------------------------------------------------
I'm dead (??)
- Quiero saber que mierda quiere - Le dijo para luego regresar su mirada a ese pelinegro de cabellos largos - ¿Qué mierda querés? - Preguntó a lo que su hermano se le quedó mirando irónico -
- Quiero que le enseñes modales - Dijo sin más mientras agarraba a su enamorada de los hombros -
- ¿También querés que le enseñe a Andrómeda? - Preguntó irónico a lo que la pelinegra se le quedó mirando algo molesta -
- Idiota - Le dijo la pelinegra mientras le propinaba un golpe -
- ¿Me vas a ayudar o no? - Preguntó a lo que su hermano comenzaó a negar mientras sonreía -
- No~ - Respondió mientras miraba a su hermano -
- Estás en pedo si pensás que me voy a poner a suplicar - Le dijo ese pelinegro de cabellos largos mirando a Lear con resentimiento -
- Pasa que sabe que no va a poder - Dijo la castaña mientras sonreía -
- Nada que ver - Respondió Lear rápidamente - Simplemente no quiero ayudar al idiota de mi hermano -
- Como quieras - Le dijo Judal mientras caminaba para llegar donde Nina - ¿Me acompañás a comprar unas cosas? - Preguntó amigable -
- ¿¡Qué mierda hacés!? - Preguntó Lear mientras lo señalaba completamente molesto -
- También sos inseguro de vos mismo - Se dijo a si misma Evee mientras una de sus manos agarraba una pequeña libreta - Interesante -
- Cerra la boca Evee - Le respondió con las mejillas sonrojadas -
- Bueno~ ¿Cuándo? - Preguntó la muchacha de cabellos dorados a Judal a lo que ese pelinegro esbosó una mueca arrogante -
- ¡Nina~! - Estalló su enamorado a lo que la nominada caminó hasta estar a unos pasos del pelinegro -
- Quiero ayudar a Judal con eso - Le dijo mientras una de sus manos se posaba suavemente en su mejilla - Se buen hermano~ ayuda a Adelaida con los modales que debe aprender -
- ... - La mueca de Lear ante los pucheros de su enamorada eran sumamente cómicos. Finalmente suspiró para luego posar su mirada en quién se iba a casar con su hermano - Te quiero en la cocina del segundo piso a las 10.30 PM - Ese pelinegro pegó su cara a la de su hermano menor para leugo decir - Esto no lo hago por vos -
- Lo sé~ - Respondió Judal mientras posaba una de sus manos sobre el hombro de su hermano - Pero me funciona de todos modos asi que da lo mismo - Le dijo mientras sonreía arrogante -
- Sorete mal cagado que sos Judal Magi - Le dijo su hermano en susurros -
- Para de halagarme Lear - Suplicó mientras lo miraba por ensima de su hombro - Vas a hacer que las mejillas se me pongan rosadas - Le dijo para luego comenzar a reír - Vamos Nina~ Vos también Evee -
- Nos vemos luego - Saludo la muchacha de cabellos dorados a su enamorado para luego salir -
- Bueno~ Yo tengo hambre asi que nos vemos a las 10.30 PM - La pelinegra iba a salir pero Lear se lo impidió -
- Vamos a comer algo juntos - Le dijo mientras se la llevaba consigo sin siquiera esperar respuesta - Luego nos vamos a poner con los modales -
- Mierda - Murmuró mientras caminaba siguiendo al Magi que la sacó del palacio dispuesto a buscar un lugar donde cenar -
---------
- Si va a casarse con vos - Lear estaba sacandole la miga a un pedaso de pan mientras la pelinegra lo miraba con cara de pocos amigos - ¿Por qué debe ir con Nina a hacer esas jodidas compras? - Preguntó mientras golpeaba la mesa con su puño -
- ¿Te das cuenta de que lo hace para que te enojes? - Preguntó ella mientras miraba la sopa que un mozo les había dejado unos segundos antes -
- Si~ - Respondió mientras seguía sacandole la miga al pan -
- ¿Te das cuenta de que funciona? - Preguntó nuevamente a lo que Lear posó sus carmínes en ella algo molesto -
- Si~ Me di cuenta - Respondió disgustado - Vamos a comenzar - Dijo mientras le señalaba la comida - Esta es una entrada~ ¿Con qué utensilio la vas a comer~? - Preguntó a lo que Adelaida agarró uno cualquiera -
- Se usa para comer el postre~ - Le dijo mientras suspiraba -
- ... - La pelinegra agarró uno nuevo -
- Mal~ - La corrijió Lear mientras agarraba la cuchara que descansaba a un lado de la vajilla que contenía la comida de la muchacha de mirada color mar - Este se usa - Le dijo mientras se lo ponía en las manos -
- Mierda Lear~ Todos son iguales - Maldijo a lo que ese pelinegro se agarró la cabeza con una mano -
- Con razón Judal me delegó el puesto de maestro - Dijo mientras miraba por a ventana - Con la poca pasiencia que posee iba a mandarte a la mierda -
- Pfff~ - La pelinegra hiso una mueca - Que idiota - Se dijo a si misma. Su utensilio se le había caído de las manos salpicando toda su ropa de sopa -
- Es peor de lo pensé - Se dijo en susurros Lear mientras miraba a la muchacha agarrar una linda servilleta de tela para limpiar las manchas -
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- ¿Estás seguro de que Lear va a poder con eso? - Preguntó la castaña - Quiero decir~ Me da a que va a terminar asesinando a Adelaida -
- Se lo pedí a mi hermano porque se que puede - Respondió Judal con tranquilidad mientras ingresaba a la cocina - Nadie es más hincha bolas con los modales que ese idiota -
- Lo supuse~ - Respondió la castaña mientras agarraba una manzana a la que luego le pegó un mordisco -
- ¿Que hacés? - Preguntó ese pelinegro mientras la miraba - Vamos a cenar -
- Nah~ Vallan sin mi - Dijo con tranquilidad mientras miraba por la ventana por donde pasó una persona encapuchada - Me quiero quedar - Finalizó mientras sonreía -
- Como quieras - Ese muchacho posó su mirada en Nina - Vos no podés decirme que no -
- Vamos - Nina le agarró de la mano para luego saludar a Evee con la mano -
- Cuidado lo que hacés estando sola - Le dijo a lo que la muchacha de la mirada de colores esbosó una mueca arrogante -
- Tranquilo lindo - La castaña posó una de sus manos sobre la mejilla de Judal - Soy una chica fuerte~ Me ato las sandalias yo solita -
- Solo cuidado - Dijo mientras reía levemente para luego salir seguido de Nina -
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Edad : 29
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Re: [Roll] The city of Babylonia~
Lear se maldijo por dentro por haber aceptado la estúpida idea de enseñarse a esa muchacha que, no sólo no tenía ningún interés por aprender sino que, además, si se esforzaba, las cosas le salían peores que sin prestarle atención. Decidió entonces leerle un pequeño resumen de cuarenta y tres hojas acerca de modales, deseando de que algo quedara retenido dentro de la mente de la esclava.
Estaba cansado, sabiendo que Judal debía estar pasando un buen momento con Nina mientras él leía y le explicaba algo tan obvio como los modales a una inculta que, un poco más y sería capaz de agarrar la comida con la mano.
-Eso es todo- dijo él cerrando el pesado libro-. ¿Te quedó alguna otra duda?
Cuando alzó la vista, vio a la muchacha totalmente relajada durmiendo con la cabeza sobre la mesa, utilizando sus brazos como almohadas. Mierda. Se mordió el labio mientras le daba un leve golpe en la cabeza a la muchacha para despertarla, la cual dio un leve salto desconcertada.
-¿Qué pasó? ¿Qué hice? ¿Por qué el rey quiere verme?- preguntó totalmente preocupada. Al notar que la muchacha se refería a su padre y la expresión de terror que tenía en su rostro, aflojó un poco su severo semblante: no era la primera –ni tampoco la última- vez que esa joven iba a dormir mientras él hablaba de algo importante.
-Tenemos que seguir practicando modales- le recordó él.
-No me sale Lear, ya me rendí- comentó con pesimismo la muchacha, bostezando y tratando de cerrar los ojos.
El muchacho le dio otro golpe leve en la cabeza.
-No seas vaga, tenemos que seguir- dijo el joven de sedosos cabellos azabaches, sin querer permitir jamás de que le había enseñado mal a alguien.
-Tanto vos como yo sabemos que no voy a poder con eso- le reprochó la muchacha, haciendo un pequeño mohín.
-Vas a estar día y noche despierta hasta que te salga y fin de la discusión- finalizó el Magi, tomando de la mano a la muchacha y tirando de ella para que lo siguiera.
-¿A dónde vamos?- preguntó algo malhumorada la prometida de su hermano.
-A enseñarte modales a otro lado, algo más práctico- le explicó el muchacho.
-¡¿Qué querés hacer?!- chilló histérica.
---------------------------------
-¿Le estará enseñando Lear?- preguntó Nina mientras saboreaba un jugo junto con al rey de Babilonia, caminando por las calles de su reinado- Me preocupa Lear, él es alguien bastante nervioso.
-Relájate, la nerviosa en todo eso va a ser Ali, Lear es insoportable con el tema de los modales- la relajó el muchacho.
-Jamás pensaste que ibas a casarte de esta manera, ¿verdad?- comentó la joven rubia divertida.
-Para ser sinceros, no, para nada. Este año tuvo muchos cambios para mí- reconoció él, mientras saboreaba el jugo que tenía en un vaso en su mano.
-Me pregunto qué se sentirá….-murmuró Nina, con la vista fija hacia algún punto invisible del lugar, pensativa.
-¿A qué te referís?- le cuestionó su amigo a su lado, mirándola extrañado y arqueando una ceja.
-A casarse- dijo ella con un leve rubor en sus mejillas-. El saber que vas a estar con esa persona a tu lado toda la vida.
-No sabes si va a durar toda tu vida- le comentó el rey relajado-. Hay cosas que pueden pasar y hacer que cambies.
-¿Qué Lear sea tierno?- preguntó ella a modo de broma.
-Eso sería el fin del mundo- bromeó el muchacho de ojos escarlatas. Su compañera río suavemente, deseando poder estar en ese momento frente a un Lear mucho más romántico con ella y en público, sin temer a mostrar cómo en verdad era. Suspiró , sabiendo que eso iba a ser algo bello que siempre iba a durar.
--------------------------------------
Me estoy durmiendo apapap
Estaba cansado, sabiendo que Judal debía estar pasando un buen momento con Nina mientras él leía y le explicaba algo tan obvio como los modales a una inculta que, un poco más y sería capaz de agarrar la comida con la mano.
-Eso es todo- dijo él cerrando el pesado libro-. ¿Te quedó alguna otra duda?
Cuando alzó la vista, vio a la muchacha totalmente relajada durmiendo con la cabeza sobre la mesa, utilizando sus brazos como almohadas. Mierda. Se mordió el labio mientras le daba un leve golpe en la cabeza a la muchacha para despertarla, la cual dio un leve salto desconcertada.
-¿Qué pasó? ¿Qué hice? ¿Por qué el rey quiere verme?- preguntó totalmente preocupada. Al notar que la muchacha se refería a su padre y la expresión de terror que tenía en su rostro, aflojó un poco su severo semblante: no era la primera –ni tampoco la última- vez que esa joven iba a dormir mientras él hablaba de algo importante.
-Tenemos que seguir practicando modales- le recordó él.
-No me sale Lear, ya me rendí- comentó con pesimismo la muchacha, bostezando y tratando de cerrar los ojos.
El muchacho le dio otro golpe leve en la cabeza.
-No seas vaga, tenemos que seguir- dijo el joven de sedosos cabellos azabaches, sin querer permitir jamás de que le había enseñado mal a alguien.
-Tanto vos como yo sabemos que no voy a poder con eso- le reprochó la muchacha, haciendo un pequeño mohín.
-Vas a estar día y noche despierta hasta que te salga y fin de la discusión- finalizó el Magi, tomando de la mano a la muchacha y tirando de ella para que lo siguiera.
-¿A dónde vamos?- preguntó algo malhumorada la prometida de su hermano.
-A enseñarte modales a otro lado, algo más práctico- le explicó el muchacho.
-¡¿Qué querés hacer?!- chilló histérica.
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-¿Le estará enseñando Lear?- preguntó Nina mientras saboreaba un jugo junto con al rey de Babilonia, caminando por las calles de su reinado- Me preocupa Lear, él es alguien bastante nervioso.
-Relájate, la nerviosa en todo eso va a ser Ali, Lear es insoportable con el tema de los modales- la relajó el muchacho.
-Jamás pensaste que ibas a casarte de esta manera, ¿verdad?- comentó la joven rubia divertida.
-Para ser sinceros, no, para nada. Este año tuvo muchos cambios para mí- reconoció él, mientras saboreaba el jugo que tenía en un vaso en su mano.
-Me pregunto qué se sentirá….-murmuró Nina, con la vista fija hacia algún punto invisible del lugar, pensativa.
-¿A qué te referís?- le cuestionó su amigo a su lado, mirándola extrañado y arqueando una ceja.
-A casarse- dijo ella con un leve rubor en sus mejillas-. El saber que vas a estar con esa persona a tu lado toda la vida.
-No sabes si va a durar toda tu vida- le comentó el rey relajado-. Hay cosas que pueden pasar y hacer que cambies.
-¿Qué Lear sea tierno?- preguntó ella a modo de broma.
-Eso sería el fin del mundo- bromeó el muchacho de ojos escarlatas. Su compañera río suavemente, deseando poder estar en ese momento frente a un Lear mucho más romántico con ella y en público, sin temer a mostrar cómo en verdad era. Suspiró , sabiendo que eso iba a ser algo bello que siempre iba a durar.
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Me estoy durmiendo apapap
Re: [Roll] The city of Babylonia~
- Lear es un idiota - Dijo ese pelinegro a lo que la muchacha de cabellos dorados se quedó pensando mientras sonreía - Pero está enamorado de vos -
- ... - Las mejillas se le pusieron rosadas al pensar en su enamorado -
- Lear es con vos como no es con nadie - Dijo mientras sonreía - Nunca nos vamos a llevar bien pero lo quiero - Judal posó uno de sus dedos en sus labios - Pero ese idiota no debe saber eso -
- Lo sabía~ - Dijo la muchacha de cabellos dorados mientras sonreía -
- Regresemos a la casa para ver como van - Le dijo Judal mientras la agarraba de la mano -
--------
- Es complicado - Dijo la pelinegra mientras miraba los utensilios completamente perdida -
- Para nada~ - Respondió Lear mientras se agarraba la cabeza - Es simple pero vos estás negada -
- Te dije que no me sale~ - Chilló ella mientras golpeaba con sus puños la mesa -
- ¿Qué pasa? - Preguntó Judal mientras llegaba a la sala de estar llevando a Nina de la mano -
- Le quiero enseñar modales de manera más.. - La cara del pelinegro era ahora una enojada a causa de lo que estaba mirando - ¿Tengo que decir algo? - Preguntó señalando con un cuchillo las manos de los jovenes -
- Para nada~ - Judal rodeó a Nina con sus brazos para después besar su mejilla - Después salir nos llevamos de maravillas~ - Dijo a lo que su hermano acuchilló la mesa de madera - Pedaso de animal~ la mesa es cara - Dijo mientras sonreía arrogante -
- Tranquilo - Suplicó Nina mientras caminaba hasta donde estaba su enamorado para luego besar suavemente su mejilla -
- Judal me saca de las casillas - Dijo mientras se agarraba la cabeza con ambas manos -
- Lo sé~ - Respondió su hermano menor mientras se sentaba al lado de su enamorada - Si fuera deporte olímpico sería medallista de oro~ - Dijo mientras sonreía arrogante -
- Tarado~ - Estalló Lear mientras golpeaba la mesa -
- ¿Como van? - Preguntó Judal ignorando los chillidos de su hermano -
- Seré breve Judal~ - Dijo Lear mientras ponía las dos manos sobre la mesa - Es más tonta que una piedra~ -
- ¡Ey~! - Las mejillas de la nominada se pusieron rosadas a causa de la impotencia que aquello le provocaba -
- ¿Entonces fallaste? - Preguntó Judal a lo que Lear golpeó la mesa -
- Por supuesto que NO - Respondió a lo que Nina suspiró con pesar - Seguiré intentando aunque tenga que hacer que lo aprenda a los golpes -
- Te dije que Lear era un hincha bolas con los modales - Le dijo Judal a su enamorada -
- Pensé que estabas exagerando - Respondió mientras suspiraba -
- Para nada~ - Judal se quedó mirando a su hermano que le estaba poniendo los nombres a los utensilios -
- ¿Vamos a caminar? - Preguntó Nina a Judal. Lear la agarró obligandola a sentarse en sus piernas -
- Vos no te vas a ningún lado - Dijo rápidamente -
- ¿Ok~? - Respondió mientras miraba a Judal que estaba de lo más entretenido con aquella situación -
- ... - Las mejillas se le pusieron rosadas al pensar en su enamorado -
- Lear es con vos como no es con nadie - Dijo mientras sonreía - Nunca nos vamos a llevar bien pero lo quiero - Judal posó uno de sus dedos en sus labios - Pero ese idiota no debe saber eso -
- Lo sabía~ - Dijo la muchacha de cabellos dorados mientras sonreía -
- Regresemos a la casa para ver como van - Le dijo Judal mientras la agarraba de la mano -
--------
- Es complicado - Dijo la pelinegra mientras miraba los utensilios completamente perdida -
- Para nada~ - Respondió Lear mientras se agarraba la cabeza - Es simple pero vos estás negada -
- Te dije que no me sale~ - Chilló ella mientras golpeaba con sus puños la mesa -
- ¿Qué pasa? - Preguntó Judal mientras llegaba a la sala de estar llevando a Nina de la mano -
- Le quiero enseñar modales de manera más.. - La cara del pelinegro era ahora una enojada a causa de lo que estaba mirando - ¿Tengo que decir algo? - Preguntó señalando con un cuchillo las manos de los jovenes -
- Para nada~ - Judal rodeó a Nina con sus brazos para después besar su mejilla - Después salir nos llevamos de maravillas~ - Dijo a lo que su hermano acuchilló la mesa de madera - Pedaso de animal~ la mesa es cara - Dijo mientras sonreía arrogante -
- Tranquilo - Suplicó Nina mientras caminaba hasta donde estaba su enamorado para luego besar suavemente su mejilla -
- Judal me saca de las casillas - Dijo mientras se agarraba la cabeza con ambas manos -
- Lo sé~ - Respondió su hermano menor mientras se sentaba al lado de su enamorada - Si fuera deporte olímpico sería medallista de oro~ - Dijo mientras sonreía arrogante -
- Tarado~ - Estalló Lear mientras golpeaba la mesa -
- ¿Como van? - Preguntó Judal ignorando los chillidos de su hermano -
- Seré breve Judal~ - Dijo Lear mientras ponía las dos manos sobre la mesa - Es más tonta que una piedra~ -
- ¡Ey~! - Las mejillas de la nominada se pusieron rosadas a causa de la impotencia que aquello le provocaba -
- ¿Entonces fallaste? - Preguntó Judal a lo que Lear golpeó la mesa -
- Por supuesto que NO - Respondió a lo que Nina suspiró con pesar - Seguiré intentando aunque tenga que hacer que lo aprenda a los golpes -
- Te dije que Lear era un hincha bolas con los modales - Le dijo Judal a su enamorada -
- Pensé que estabas exagerando - Respondió mientras suspiraba -
- Para nada~ - Judal se quedó mirando a su hermano que le estaba poniendo los nombres a los utensilios -
- ¿Vamos a caminar? - Preguntó Nina a Judal. Lear la agarró obligandola a sentarse en sus piernas -
- Vos no te vas a ningún lado - Dijo rápidamente -
- ¿Ok~? - Respondió mientras miraba a Judal que estaba de lo más entretenido con aquella situación -
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Re: [Roll] The city of Babylonia~
Sentía tres pares de ojos observándola fijamente: dos eran idénticos, de un brillante carmesí y el otro era de un azul parecido al mar. Eso no ayudaba para nada a calmarse, al contrario, empeoraban aún más la situación, brindándole unos nervios que ella no deseaba sentir. Miró la mesa, llena de cubiertos dado vueltas para que no pudiera ver la etiqueta que los identificaba.
-La tercera es la vencida- dijo Lear, hastiado con la situación.
-En realidad esta es la quinta- lo corrigió su hermano menor, sumamente entretenido con la situación.
-Silencio mierda- espetó él dirigiéndole una rápida mirada envenenada.
-Lear...tranquilo- suplicó su enamorada, colocando su mano derecha sobre el hombro ajeno.
-En fin- dijo el mayor, suspirando resignado-, ¿cuál es el tenedor para las entradas?
La joven esclava observó lentamente todos los cubiertos mientras su mano los sobrevolaba a todos y se detenía en un tenedor alargado, para luego moverse rápidamente al que tenía al lado, uno mucho más corto.
-Este...-respondió algo dubitativa- creo.
Los tres restantes sonrieron a modo de afirmación, dándole más valor a la joven y sintiéndose contenta por haber acertado.
-La cuchara para sopas - dijo el Magi mayor.
La muchacha señaló el utensilio recién mencionado.
-Bien, el cuchillo para la manteca- pidió el joven de cabelloss negros como la tinta, mucho más animado.
Y así continuaron, la esclava señalaba a todo lo que Lear mencionaba, acertándole a todas. Repitieron el mismo proceso dos veces más para asegurarse de que lo había aprendido realmente bien.
-Al fin memoricé esta mierda - dijo ella recostando la cabeza sobre la mesa y cerrando los ojos.
-Así no está una mujer elegante - le advirtió su mentor.
-No me jodas Lear, dame un descanso- pidió ella sin moverse ni un centímetro de dónde estaba.
-Tengo que reconocer Lear que lograste lo imposible- halagó su hermano- En realidad lo casi imposible, algo imposible sería que dejaras de ser pelotudo y eso nunca va a cambiar.
-Pendejo de mierda- refunfuñó el muchacho.
-No le des bola Lear- lo calmó la rubia relajada.
-¿Cuándo podría casarme?- le preguntó el rey a su hermano.
-Mmm- murmuró pensativo, colocándose una mano en su barbilla- En un mes. Si se ponen las pilas dos semanas pero para estar tranquilos y no estresarse serían 30 días.
-¡¿Qué?!- exclamó ella desconcertada. La fecha parecía tan cercana que le daba pavor, normalmente los casamientos eran tan costosos que se tardaba aproximadamente un año. Ella se imaginaba que tardarían más tiempo en poder casarse, un lapso que le iba a permitir poder pensar relajada.
-Mejor, aún no se le va a notar tanto la panza a Kaileena- comentó Judal, conforme con lo dicho.
-¡Los cansamientos llevan muchos preparativos! ¡No se pueden hacer en un mes!- exclamó la joven desconcertada por la obviedad que ambos Magi no querían ver.
-¿En serio decís esas pelotudeces?- le cuestionó Lear arqueando una ceja- ¿Tenemos que decirte nuestro apellido?
-No la trates así, no es su culpa de ser una plebe- la trató de defender Judal. ¿Plebe? ¡¿Qué mierda les pasaba a esos dos soberbios?!
-¿Saben dónde se pueden meter su apellido pedorro?- murmuró ella enojada.
-A lo que se refieren es que tienen contactos y pueden organizar eventos grandes rápidos- explicó Nina, tratando de calmar la situación.
-Además nuestro apellido es hermoso- dijo Lear con soberbia.
-Coincido esta vez con el pelotudo de mi hermano- opinó el rey esbozando una media sonrisa de superioridad-. Aparte en un mes vas a tenerlo.
-Yo me quedo con el mío- dijo ella a la defensiva.
-Que ni siquiera es tuyo- murmuró el joven por lo bajo, lo suficiente para que sólo la esclava lo escuchara.
-Bueno, basta de charla, tenemos que seguir practicando- dijo Lear, agarrando a la joven de cabellos negros de la muñeca y tirando de ella.
-¿Y ahora a dónde mierda vamos?- preguntó ella hastiada.
-Te tengo que enseñar a bailar, dudo que sepas- comentó él-. Los novios siempre bailan un vals.
-Tengo que ir entonces- comentó Judal, bostezando y apoyando su cabeza en el hombro de Nina, recibiendo una mirada totalmente gélida por parte de su hermano.
-----------------------------
Conti chotísima mal, i know.
PD: Quería ver si estabas atenta, te estaba probando (?
-La tercera es la vencida- dijo Lear, hastiado con la situación.
-En realidad esta es la quinta- lo corrigió su hermano menor, sumamente entretenido con la situación.
-Silencio mierda- espetó él dirigiéndole una rápida mirada envenenada.
-Lear...tranquilo- suplicó su enamorada, colocando su mano derecha sobre el hombro ajeno.
-En fin- dijo el mayor, suspirando resignado-, ¿cuál es el tenedor para las entradas?
La joven esclava observó lentamente todos los cubiertos mientras su mano los sobrevolaba a todos y se detenía en un tenedor alargado, para luego moverse rápidamente al que tenía al lado, uno mucho más corto.
-Este...-respondió algo dubitativa- creo.
Los tres restantes sonrieron a modo de afirmación, dándole más valor a la joven y sintiéndose contenta por haber acertado.
-La cuchara para sopas - dijo el Magi mayor.
La muchacha señaló el utensilio recién mencionado.
-Bien, el cuchillo para la manteca- pidió el joven de cabelloss negros como la tinta, mucho más animado.
Y así continuaron, la esclava señalaba a todo lo que Lear mencionaba, acertándole a todas. Repitieron el mismo proceso dos veces más para asegurarse de que lo había aprendido realmente bien.
-Al fin memoricé esta mierda - dijo ella recostando la cabeza sobre la mesa y cerrando los ojos.
-Así no está una mujer elegante - le advirtió su mentor.
-No me jodas Lear, dame un descanso- pidió ella sin moverse ni un centímetro de dónde estaba.
-Tengo que reconocer Lear que lograste lo imposible- halagó su hermano- En realidad lo casi imposible, algo imposible sería que dejaras de ser pelotudo y eso nunca va a cambiar.
-Pendejo de mierda- refunfuñó el muchacho.
-No le des bola Lear- lo calmó la rubia relajada.
-¿Cuándo podría casarme?- le preguntó el rey a su hermano.
-Mmm- murmuró pensativo, colocándose una mano en su barbilla- En un mes. Si se ponen las pilas dos semanas pero para estar tranquilos y no estresarse serían 30 días.
-¡¿Qué?!- exclamó ella desconcertada. La fecha parecía tan cercana que le daba pavor, normalmente los casamientos eran tan costosos que se tardaba aproximadamente un año. Ella se imaginaba que tardarían más tiempo en poder casarse, un lapso que le iba a permitir poder pensar relajada.
-Mejor, aún no se le va a notar tanto la panza a Kaileena- comentó Judal, conforme con lo dicho.
-¡Los cansamientos llevan muchos preparativos! ¡No se pueden hacer en un mes!- exclamó la joven desconcertada por la obviedad que ambos Magi no querían ver.
-¿En serio decís esas pelotudeces?- le cuestionó Lear arqueando una ceja- ¿Tenemos que decirte nuestro apellido?
-No la trates así, no es su culpa de ser una plebe- la trató de defender Judal. ¿Plebe? ¡¿Qué mierda les pasaba a esos dos soberbios?!
-¿Saben dónde se pueden meter su apellido pedorro?- murmuró ella enojada.
-A lo que se refieren es que tienen contactos y pueden organizar eventos grandes rápidos- explicó Nina, tratando de calmar la situación.
-Además nuestro apellido es hermoso- dijo Lear con soberbia.
-Coincido esta vez con el pelotudo de mi hermano- opinó el rey esbozando una media sonrisa de superioridad-. Aparte en un mes vas a tenerlo.
-Yo me quedo con el mío- dijo ella a la defensiva.
-Que ni siquiera es tuyo- murmuró el joven por lo bajo, lo suficiente para que sólo la esclava lo escuchara.
-Bueno, basta de charla, tenemos que seguir practicando- dijo Lear, agarrando a la joven de cabellos negros de la muñeca y tirando de ella.
-¿Y ahora a dónde mierda vamos?- preguntó ella hastiada.
-Te tengo que enseñar a bailar, dudo que sepas- comentó él-. Los novios siempre bailan un vals.
-Tengo que ir entonces- comentó Judal, bostezando y apoyando su cabeza en el hombro de Nina, recibiendo una mirada totalmente gélida por parte de su hermano.
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Conti chotísima mal, i know.
PD: Quería ver si estabas atenta, te estaba probando (?
Re: [Roll] The city of Babylonia~
- Quiero ir por una manzana - Dijo Judal mientras agarraba la mano de la enamorada de su hermano -
- P-Pero - La muchacha de cabellos dorados comenzó a seguir a ese pelinegro -
- Ya vamos - Le dijo Judal a Lear para luego desaparecer por los pasillos -
- Pedaso de idiota - Chilló ese chico de mirada carmín a lo que la pelinegra solo suspiró pesadamente -
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- Tenés dos pies izquierdos - Le dijo Lear mientras miraba como la pelinegra intentaba pararse -
- ¿¡En lugar de mirarme querés ayudarme!? - Suplicó mientras se sobaba las rodillas para luego esbosar una mueca de dolor -
- ¡Lear idiota! - Judal cargaba consigo una manzana y un papel mientras caminaba con una mueca de enojo dibujada en su cara -
- ¿Qué pasa? - Preguntó su hermano disgustado mientras ayudaba a Adelaida -
- Lee - Le respondió mientras le daba en las manos ese pergamino -
Lear leyó aquello con sumo cuidado para luego posar su mirada en Judal.
- ¿Shuu se fue con Farah? - Preguntó mientras miraba a su hermano nuevamente -
- Si - Respondió enojado -
- Bien por ellos~ - Dijo con tranquilidad -
- ¿Me estás jodiendo? - Preguntó mientras que con una de sus manos se sacudía los cabellos - ¡Es una cagada! -
- ¿Por qué? - Preguntó mientras escribía unas cosas en un cuaderno pequeño -
- Porque ahora no me queda más que elegirte a vos como mi padrino de bodas - Respondió a lo que Lear posó su mirada llena de ironía encima suyo -
- Tampoco me emociona la idea - Dijo Lear mientras lo señalaba con su pluma -
- Si no sos vos es el idiota de Caleb - Se dijo a si mismo con una mano en la barbilla - Siendo sinceros ese homosexual es peor idea que vos - Dijo mientras posaba su mirada nuevamente en su hermano -
- Pedaso de infeliz - Le dijo su hermano cuando Caleb llegó seguido de Kaileena -
- ¡Caleb! - La pelinegra agarró a su amigo mientras sonreía -
- ¿Donde estaban? - Preguntó Judal mientras se acercaba a besar la mejilla de la peliroja -
- Salimos a caminar - Respondió Caleb mientras abrazaba a la muchacha de mirada mar - También hablamos mucho en mi casa.. Pulimos muchos asuntos pendientes -
- ¿Pensás que vas a engañarme con eso? - Preguntó mientras posaba sus carmínes en ese chico de cabellos dorados -
- ¿Qué? - Preguntó para luego mirar a ese chico sin comprender -
- Vos no podés mantener una conversación de más de quince palabras - Le dijo Judal a lo que Caleb esbosó una mueca -
- Pará de hablar pavadas - Respondió enojado -
- ¿Seguro? - Preguntó mientras sonreía arrogante - ¿Ya le pediste su mano a Kaileena? -
- ¿¡Eh!? -
- ¿Qué hiciste con ella? -
- N-Na.. -
- ... - Judal se quedó esperando unos segundos más - ¿Esperás que yo me coma eso de que hablaron mucho? - Preguntó mientras comenzaba a reír - Dios Caleb~ a duras a penas lo crees vos -
- ¡T-Tarado! - Estalló con las mejillas sonrosadas -
- ¿Cómo hace Judal para hacer que quedés siempre como un idiota? - Le preguntó su amiga a lo que ese chico de cabellos dorados se agarró la cabeza con las dos manos -
- ¡Yo que sé! - Chilló. Kaileena se acercó a sj enamorado para besar sus labios unos segundos - Te dije que no lo escucharas -
- Kaileena~ Te dije que a la mierda no se le da besos - Dijo Judal mientras su hermano se le acercaba -
- ¿Puedo seguir con Adelaida? - Preguntó. Estaba cansado de escuchar esa conversación -
- Eh~ No - Respondió mientras agarraba a su enamorada de la muñeca - Mañana pueden seguir -
- ¿Pero a donde vamos? - Preguntó la pelinegra sorprendida -
- Me dieron ganas - Respondió mientras sonreía arrogante - Vamos a mi cama - Le dijo mientras posaba sus carmínes brillantes sobre ella -
- ¿¡EH!? - Estalló la pelinegra con las mejillas sonrosadas a más no poder - E-Espera Judal - Suplicó desesperada - Lear ayudame - Suplicó con un aura negra rodeandola -
- Bye-Bye - Saludó el nominado ante la cara de sorpresa de Caleb -
- Mierda - Chilló la pelinegra mientras desaparecía en los pasillos con su enamorado -
---------
- Buenos días - Saludó Judal a su enamorada que estaba durmiendo a su lado -
- La mierda - Respondió sin siquiera moverse - No pude dormir un carajo - Dijo mientras se sentaba cubriendose con las sábanas - Estoy destruída -
- ¿De qué? - Preguntó mientras sonreía arrogante - Yo hice todo anoche -
- Idiota - Respondió con cara de pocos amigos - ¿Desde hace cuánto esperabas? - Preguntó mientras se acostaba nuevamente -
- Semanas - Respondió mientras comenzaba a besar su cuello -
- Mierda - Susurró cansada mientras las mejillas se le ponían rosadas -
- P-Pero - La muchacha de cabellos dorados comenzó a seguir a ese pelinegro -
- Ya vamos - Le dijo Judal a Lear para luego desaparecer por los pasillos -
- Pedaso de idiota - Chilló ese chico de mirada carmín a lo que la pelinegra solo suspiró pesadamente -
----------
- Tenés dos pies izquierdos - Le dijo Lear mientras miraba como la pelinegra intentaba pararse -
- ¿¡En lugar de mirarme querés ayudarme!? - Suplicó mientras se sobaba las rodillas para luego esbosar una mueca de dolor -
- ¡Lear idiota! - Judal cargaba consigo una manzana y un papel mientras caminaba con una mueca de enojo dibujada en su cara -
- ¿Qué pasa? - Preguntó su hermano disgustado mientras ayudaba a Adelaida -
- Lee - Le respondió mientras le daba en las manos ese pergamino -
Lear leyó aquello con sumo cuidado para luego posar su mirada en Judal.
- ¿Shuu se fue con Farah? - Preguntó mientras miraba a su hermano nuevamente -
- Si - Respondió enojado -
- Bien por ellos~ - Dijo con tranquilidad -
- ¿Me estás jodiendo? - Preguntó mientras que con una de sus manos se sacudía los cabellos - ¡Es una cagada! -
- ¿Por qué? - Preguntó mientras escribía unas cosas en un cuaderno pequeño -
- Porque ahora no me queda más que elegirte a vos como mi padrino de bodas - Respondió a lo que Lear posó su mirada llena de ironía encima suyo -
- Tampoco me emociona la idea - Dijo Lear mientras lo señalaba con su pluma -
- Si no sos vos es el idiota de Caleb - Se dijo a si mismo con una mano en la barbilla - Siendo sinceros ese homosexual es peor idea que vos - Dijo mientras posaba su mirada nuevamente en su hermano -
- Pedaso de infeliz - Le dijo su hermano cuando Caleb llegó seguido de Kaileena -
- ¡Caleb! - La pelinegra agarró a su amigo mientras sonreía -
- ¿Donde estaban? - Preguntó Judal mientras se acercaba a besar la mejilla de la peliroja -
- Salimos a caminar - Respondió Caleb mientras abrazaba a la muchacha de mirada mar - También hablamos mucho en mi casa.. Pulimos muchos asuntos pendientes -
- ¿Pensás que vas a engañarme con eso? - Preguntó mientras posaba sus carmínes en ese chico de cabellos dorados -
- ¿Qué? - Preguntó para luego mirar a ese chico sin comprender -
- Vos no podés mantener una conversación de más de quince palabras - Le dijo Judal a lo que Caleb esbosó una mueca -
- Pará de hablar pavadas - Respondió enojado -
- ¿Seguro? - Preguntó mientras sonreía arrogante - ¿Ya le pediste su mano a Kaileena? -
- ¿¡Eh!? -
- ¿Qué hiciste con ella? -
- N-Na.. -
- ... - Judal se quedó esperando unos segundos más - ¿Esperás que yo me coma eso de que hablaron mucho? - Preguntó mientras comenzaba a reír - Dios Caleb~ a duras a penas lo crees vos -
- ¡T-Tarado! - Estalló con las mejillas sonrosadas -
- ¿Cómo hace Judal para hacer que quedés siempre como un idiota? - Le preguntó su amiga a lo que ese chico de cabellos dorados se agarró la cabeza con las dos manos -
- ¡Yo que sé! - Chilló. Kaileena se acercó a sj enamorado para besar sus labios unos segundos - Te dije que no lo escucharas -
- Kaileena~ Te dije que a la mierda no se le da besos - Dijo Judal mientras su hermano se le acercaba -
- ¿Puedo seguir con Adelaida? - Preguntó. Estaba cansado de escuchar esa conversación -
- Eh~ No - Respondió mientras agarraba a su enamorada de la muñeca - Mañana pueden seguir -
- ¿Pero a donde vamos? - Preguntó la pelinegra sorprendida -
- Me dieron ganas - Respondió mientras sonreía arrogante - Vamos a mi cama - Le dijo mientras posaba sus carmínes brillantes sobre ella -
- ¿¡EH!? - Estalló la pelinegra con las mejillas sonrosadas a más no poder - E-Espera Judal - Suplicó desesperada - Lear ayudame - Suplicó con un aura negra rodeandola -
- Bye-Bye - Saludó el nominado ante la cara de sorpresa de Caleb -
- Mierda - Chilló la pelinegra mientras desaparecía en los pasillos con su enamorado -
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- Buenos días - Saludó Judal a su enamorada que estaba durmiendo a su lado -
- La mierda - Respondió sin siquiera moverse - No pude dormir un carajo - Dijo mientras se sentaba cubriendose con las sábanas - Estoy destruída -
- ¿De qué? - Preguntó mientras sonreía arrogante - Yo hice todo anoche -
- Idiota - Respondió con cara de pocos amigos - ¿Desde hace cuánto esperabas? - Preguntó mientras se acostaba nuevamente -
- Semanas - Respondió mientras comenzaba a besar su cuello -
- Mierda - Susurró cansada mientras las mejillas se le ponían rosadas -
Tooru- **Full*Contest**
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Edad : 29
Cumpleaños!! : 31/03/1995
Mi llegada : 26/03/2009
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Re: [Roll] The city of Babylonia~
Luego de que Judal se marchara tomando a su enamorada y diciendo descaradamente frente a todos que tenía ganas de acostarse con ella, Caleb y Kaileena decidieron ir a prepararse algo para cenar, dejando a Lear junto con su enamorada, solos.
-Me alegro por Shuu- murmuró ella mientras leía la carta.
-Jamás me cayó bien pero…-comenzó a decir el joven de cabellos azabaches, sin saber bien cómo proseguir.
-Sé que en el fondo los querés a ambos, aceptaste rápidamente a ser padrino de la boda- dijo ella con una sonrisa.
-¡No es cierto! No los quiero, no los tolero- comentó él, con sus pálidas mejillas coloreadas de rojo por la vergüenza.
-No es malo decir que los querés- dijo la joven, abrazándolo con ternura-. Aparte sos tierno cuando admitís lo que sentís.
-Vos me hiciste madurar Nina- confesó el chico, dándole un suave beso en la cabeza. Observó esos ojos celestes, tan similares al color del cielo y se vio perdido en ellos-. Te amo tanto.
Ella lo besó a los labios a modo de respuesta, para luego tomar su mano y decir:
-Vamos.
-¿A dónde?- dijo él, sintiendo el tirón de la joven y dejándose guiar.
-A tu habitación- comentó con una sonrisa divertida, mirándolo coqueto-. Claro, si vos querés.
Las mejillas de Lear se sonrojaron más aún y desvío la vista.
-Sí quiero.
-Entonces vamos- dijo ella.
-----------------------------------------
El muchacho de cabellera azabache abrazó a su enamorada, embriagándose con el aroma tan dulce a flores que su melena rubia desprendía. Era hermosa, la flor más bella que había podido encontrarse alguna vez, la besó mientras acariciaba la suavidad de su piel y recorría cada centímetro de ese perfecto y esbelto cuerpo. La muchacha jugaba entretenida con su boca, mordiéndole el labio y la lengua, mientras él la aferraba aún más a su pecho.
-¿Estás segura?- preguntó en un susurro a su oído.
-Segurísima- afirmó ella, mientras emitía una suave risita al sentir una suave mordida en el lóbulo de su oreja. Lo besó de nuevo, dejándose llevar por aquel momento tan único e íntimo que tenían entre ambos, olvidándose de todo problema y con un único pensamiento en su mente: Lear, mientras que el cuerpo de ambos parecía moverse por sí sólo, uniéndose cómo si hubieran sido hechos el uno para el otro.
------------------------------------------
Adelaida se movió inquieta, sintiendo las cosquillas que le provocaban los labios de Judal en su cuello. Ya era de mañana y luego de que se despertara el joven se había dispuesto a abrazarla y entretenerse provocándole nerviosismo.
-Ya, que me ponés nerviosa- murmuró ella con una sonrisa-. No hagas eso, el cuello es mi punto sensible.
-Lo sé, ¿por qué crees que lo hago sino?- cuestionó él con una sonrisa pícara y sus brillantes ojos escarlatas observándola fijamente.
-¿Cómo podés tener energías aún?- preguntó ella, exhausta con todo lo ocurrido anteriormente.
-Y eso que hice todo el trabajo- comentó él con tono soberbio.
-Agrandado- murmuró la joven divertida.
-No hay mejor manera que despertarse a la mañana con un poco de acción Adelaida- le comentó el rey de Babilonia, besándole el cuello con suavidad.
-Me dejaste destruida Judal- reconoció ella con un suspiro.
-Hice todo yo exagerada- la provocó el muchacho entretenido.
-Yo también aporté- se defendió la muchacha, besándolo a los labios-. Aparte soy mejor que vos.
El joven arqueó una ceja, comenzando a reírse.
-Seguro Ali, seguro- repuso con sarcasmo aún soltando algunas risas.
-No seas sarcástico- comentó ella decidida-. Sé lo que digo.
-Demostralo entonces- la provocó el Magi, mirándola fijamente con esos bellos rubíes. La joven sonrío mientras comenzaba a besarlo de nuevo.
----------------------------------------
Ambos iban agarrados de la mano y entraron a la cocina, después de todo ese ejercicio físico estaban cansados y con hambre. Lear preparó rápidamente unos omelette y se lo sirvió a su enamorada.
-Acá está, soy un cocinero excelente- comentó él con una sonrisa.
-Mejor que los del palacio- bromeó ella mientras comenzaba a comer. De repente entró Judal junto con su prometida, ambos también parecían hambrientos.
-Tengo hambre- dijo Judal, sentándose y tomando el plato donde estaba el omelette de Lear.
-Es mío- le dijo su hermano iracundo.
-Ya no- comentó él menor, cortando un pedazo y llevándoselo a la boca.
-Desgraciado- murmuró, mientras se giraba para preparar otro-. ¿Querés Ali?
-Sí gracias, me muero de hambre- dijo ella, sentándose junto con Judal.
-Estás muy amable hoy- comentó el joven de cabellos azabaches de repente.
-¿Eh?- preguntó Lear.
-Vos odiás cocinar, estás preparando omelettes para todos, no me puteaste cuando te robé tu plato y le ofreciste a Ali- explicó el muchacho, con una mano en su mentón-. Adivino, te acostaste con Nina.
-¡No digas esas cosas!- exclamó él sonrojado, su hermano comenzó a reírse.
-Idiota, sos tan predecible- dijo Judal, continuando comiendo de su plato-. Por cierto, este omelette es horrible, nunca fuiste bueno en la cocina Lear.
-Ya dejate de joder- dijo él hastiado.
-No entiendo cómo pudiste hacerlo Nina- opinó el rey con un suspiro-. Te acostaste con un pedófilo.
-Me gusta- murmuró ella encogiéndose de hombros y restándole importancia.
-Judal…-dijo de repente Adelaida, mientras tomaba un trozo de pan y comenzaba a comerlo de a pequeños pedazos.
-¿Qué?
-Quiero que Caleb sea el padrino de nuestro casamiento, tengo derecho a elegir también y Kaileena va a ser la madrina que vos elegiste- explicó ella con total seguridad. Siempre quiso que su amigo fuera padrino de su casamiento, a la vez que ella sabía que iba a ser la madrina en la boda de él, no iba a evitar a que eso no pasara. Estaba totalmente decidida a conseguirlo, costase lo que costase, se consolaba con que Judal al menos tendría buen humor. Esperó su respuesta con impaciencia, mientras contenía las ganas de morderse las uñas de los nervios.
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Listo, violame apapap
-Me alegro por Shuu- murmuró ella mientras leía la carta.
-Jamás me cayó bien pero…-comenzó a decir el joven de cabellos azabaches, sin saber bien cómo proseguir.
-Sé que en el fondo los querés a ambos, aceptaste rápidamente a ser padrino de la boda- dijo ella con una sonrisa.
-¡No es cierto! No los quiero, no los tolero- comentó él, con sus pálidas mejillas coloreadas de rojo por la vergüenza.
-No es malo decir que los querés- dijo la joven, abrazándolo con ternura-. Aparte sos tierno cuando admitís lo que sentís.
-Vos me hiciste madurar Nina- confesó el chico, dándole un suave beso en la cabeza. Observó esos ojos celestes, tan similares al color del cielo y se vio perdido en ellos-. Te amo tanto.
Ella lo besó a los labios a modo de respuesta, para luego tomar su mano y decir:
-Vamos.
-¿A dónde?- dijo él, sintiendo el tirón de la joven y dejándose guiar.
-A tu habitación- comentó con una sonrisa divertida, mirándolo coqueto-. Claro, si vos querés.
Las mejillas de Lear se sonrojaron más aún y desvío la vista.
-Sí quiero.
-Entonces vamos- dijo ella.
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El muchacho de cabellera azabache abrazó a su enamorada, embriagándose con el aroma tan dulce a flores que su melena rubia desprendía. Era hermosa, la flor más bella que había podido encontrarse alguna vez, la besó mientras acariciaba la suavidad de su piel y recorría cada centímetro de ese perfecto y esbelto cuerpo. La muchacha jugaba entretenida con su boca, mordiéndole el labio y la lengua, mientras él la aferraba aún más a su pecho.
-¿Estás segura?- preguntó en un susurro a su oído.
-Segurísima- afirmó ella, mientras emitía una suave risita al sentir una suave mordida en el lóbulo de su oreja. Lo besó de nuevo, dejándose llevar por aquel momento tan único e íntimo que tenían entre ambos, olvidándose de todo problema y con un único pensamiento en su mente: Lear, mientras que el cuerpo de ambos parecía moverse por sí sólo, uniéndose cómo si hubieran sido hechos el uno para el otro.
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Adelaida se movió inquieta, sintiendo las cosquillas que le provocaban los labios de Judal en su cuello. Ya era de mañana y luego de que se despertara el joven se había dispuesto a abrazarla y entretenerse provocándole nerviosismo.
-Ya, que me ponés nerviosa- murmuró ella con una sonrisa-. No hagas eso, el cuello es mi punto sensible.
-Lo sé, ¿por qué crees que lo hago sino?- cuestionó él con una sonrisa pícara y sus brillantes ojos escarlatas observándola fijamente.
-¿Cómo podés tener energías aún?- preguntó ella, exhausta con todo lo ocurrido anteriormente.
-Y eso que hice todo el trabajo- comentó él con tono soberbio.
-Agrandado- murmuró la joven divertida.
-No hay mejor manera que despertarse a la mañana con un poco de acción Adelaida- le comentó el rey de Babilonia, besándole el cuello con suavidad.
-Me dejaste destruida Judal- reconoció ella con un suspiro.
-Hice todo yo exagerada- la provocó el muchacho entretenido.
-Yo también aporté- se defendió la muchacha, besándolo a los labios-. Aparte soy mejor que vos.
El joven arqueó una ceja, comenzando a reírse.
-Seguro Ali, seguro- repuso con sarcasmo aún soltando algunas risas.
-No seas sarcástico- comentó ella decidida-. Sé lo que digo.
-Demostralo entonces- la provocó el Magi, mirándola fijamente con esos bellos rubíes. La joven sonrío mientras comenzaba a besarlo de nuevo.
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Ambos iban agarrados de la mano y entraron a la cocina, después de todo ese ejercicio físico estaban cansados y con hambre. Lear preparó rápidamente unos omelette y se lo sirvió a su enamorada.
-Acá está, soy un cocinero excelente- comentó él con una sonrisa.
-Mejor que los del palacio- bromeó ella mientras comenzaba a comer. De repente entró Judal junto con su prometida, ambos también parecían hambrientos.
-Tengo hambre- dijo Judal, sentándose y tomando el plato donde estaba el omelette de Lear.
-Es mío- le dijo su hermano iracundo.
-Ya no- comentó él menor, cortando un pedazo y llevándoselo a la boca.
-Desgraciado- murmuró, mientras se giraba para preparar otro-. ¿Querés Ali?
-Sí gracias, me muero de hambre- dijo ella, sentándose junto con Judal.
-Estás muy amable hoy- comentó el joven de cabellos azabaches de repente.
-¿Eh?- preguntó Lear.
-Vos odiás cocinar, estás preparando omelettes para todos, no me puteaste cuando te robé tu plato y le ofreciste a Ali- explicó el muchacho, con una mano en su mentón-. Adivino, te acostaste con Nina.
-¡No digas esas cosas!- exclamó él sonrojado, su hermano comenzó a reírse.
-Idiota, sos tan predecible- dijo Judal, continuando comiendo de su plato-. Por cierto, este omelette es horrible, nunca fuiste bueno en la cocina Lear.
-Ya dejate de joder- dijo él hastiado.
-No entiendo cómo pudiste hacerlo Nina- opinó el rey con un suspiro-. Te acostaste con un pedófilo.
-Me gusta- murmuró ella encogiéndose de hombros y restándole importancia.
-Judal…-dijo de repente Adelaida, mientras tomaba un trozo de pan y comenzaba a comerlo de a pequeños pedazos.
-¿Qué?
-Quiero que Caleb sea el padrino de nuestro casamiento, tengo derecho a elegir también y Kaileena va a ser la madrina que vos elegiste- explicó ella con total seguridad. Siempre quiso que su amigo fuera padrino de su casamiento, a la vez que ella sabía que iba a ser la madrina en la boda de él, no iba a evitar a que eso no pasara. Estaba totalmente decidida a conseguirlo, costase lo que costase, se consolaba con que Judal al menos tendría buen humor. Esperó su respuesta con impaciencia, mientras contenía las ganas de morderse las uñas de los nervios.
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Re: [Roll] The city of Babylonia~
- No~ - Respondió mientras agarraba una manzana -
- Pero Judal~ - La pelinegra agarró a su enamorado de un hombro para luego comenzar a suplicar -
- Dije que no - Respondió nuevamente mientras comenzaba a comer esa manzana con ganas -
- ... - La pelinegra se quedó pensando. Debía haber algo que pudiera hacer para que Judal le diera permiso - ¿Qué querés a cambio? - Ese pelinegro esbosó una mueca arrogante. Cuando sus carmínes se posaron en ella supo que había algo que ese chico deseaba a cambio de su pedido -
- Hablaremos de eso luego - Dijo mientras regresaba su mirada a esa rojiza manzana - Si aceptas entonces Caleb puede ser esa mierda en la boda -
- Padrino - Dijo su enamorada algo disgustada -
- Lo que sea - Judal se giró para poder mirar a Adelaida a la cara - Caleb nunca va a casarse - Le dijo de la nada para luego golpear su cabeza suavemente su una de sus manos - Por eso anda sacandote la idea esa de la cabeza -
- ¿Eh~? - La pelinegra se quedó pensando unos segundos para luego reaccionar - Si va a casarse - Dijo mientras se paraba de si silla -
- ... - Judal no pudo aguantar las ganas de reír - Seguro linda -
- SEGURO - La pelinegra posó su mirada en Lear que estaba mimandose con Nina - ¿Vos que pensás? -
- Sinceramente opino que no va a casarse - Dijo mientras se encogía de hombros - Todos saben que Kaileena va a decir que si pero ni siquiera son novios -
- Espera idiota - Judal le hiso un gesto con la mano para que callara - Bajate del burro en el que estás montado porque vos sos ahora un perdedor igual a Caleb -
- ¿Disculpa? - Lear se quedó mirando a su hermano disgustado -
- Ningúno le pidió nigún compromiso ni a Kaileena ni a Nina - Judal esbosó una mueca arrogante mientras le regresaba la mirada a Lear -
- Mirá quién lo dice - Dijo ese pelinegro para luego lanzar una manzana a su hermano quién la pudo agarrar con una mano sin problemas -
- Yo~ - Dijo arrogante mientras se acomodaba unos cabellos - La persona que va a casarse -
Lear empezó a maldecir como un condenado a lo que la muchacha de cabellos dorados se puso de pie para que hiciera silencio.
- ¿Querés parar de hablar de ellos de ese modo? - Le pidió a lo que Judal se le quedó mirando -
- No~ la verdad no - La mirada de su enamorada se posó en Lear resignada -
- Vamos - Suplicó Nina mientras agarraba suavemente la mano de su enamorado -
- La familia agradece esas maldiciones - Dijo su hermano menor a lo que Lear salió del lugar seguido de su enamorada -
- Permiso -
- Hola Evee - Saludó Judal mientras miraba a la castaña - Pensé que te habías escapado - Dijo mientras sonreía arrogante -
- Nada de eso idiota - Respondió con cariño mientras se sentaba a la mesa - Estaba ocupada con unas cosas -
- ¿Ocupada? - Preguntó Judal mientras la miraba - ¿Con qué? -
- ... - La chica miró para los pasillos mientras sonreía - Pasá -
La cara de la peliengra se llenó de disgusto al darse cuenta de quién era la persona que había llegado.
- ¡Marsú! - Judal posó una mano sobre uno de los hombros de su primo mientras sonreía - ¿Te llegó lo que te mandé? -
- Si - Respondió ese pelirojo con tranquilidad -
- Bueno - Judal inspiró para poder seguir sin reírse - Lear se encamó con la piba con la que anda -
- ¿Eso mientras venía para Babilonia? - Preguntó sorprendido -
- Si - Respondió ese pelinegro -
- Mierda que les pasan cosas - Dijo para luego negar con la cabeza mientras sonreía -
- ¿Qué hacés acá? - Preguntó la pelinegra de mala gana -
- ... - Marsú señaló a Judal mientras sonreía - Vengo para la boda -
- ¿Por qué? - Preguntó a su enamorado a lo que éste se le quedo mirando -
- ¿Me preguntás en serio? - Dijo mientras esbosaba una mueca divertida - Es mi primo boba -
- Y.. ¿Dónde está Kaileena? - Preguntó mirando a la castaña que simplemente negó con la cabeza -
- Con Caleb - Respondió Adelaida de mala gana -
- Seguramente está con ese cabeza de mierda - Respondió Judal mientras buscaba unas golosinas para su familiar -
- Valla~ - Marsú se sentó para luego hacerle señas a Evee de que se sentara a su lado - Quería felicitarla por el embarazo -
- ¿¡Qué!? - La muchacha posó su mirada celeste en ese chico - ¡Deberías estar muriendo de la angustia! - Le dijo con dedo acusador -
- ¿Por una chica con la que había terminado hace años? - Preguntó mientras arqueaba una ceja - Debés estar de broma -
- Pero deseabas salir con ella nuevamente - La mirada de desconcierto de la pelinegra no se hiso esperar -
- Si~ aquello era verdad - Respondió mientras agarraba una galleta de las que Judal había puesto sobre la mesa - Pero si no quiere estar conmigo no tengo porque llorar - Ese pelirojo comenzó a reír - Ya pasó -
- Me encanta este chico - Dijo Evee mientras le robaba la galleta a Marsú de la mano para luego comersela -
- Esa era.. - Ese pelirojo simplemente negó con la cabeza mientras sonreía - Lo mismo digo linda -
- ... - Adelaida posó la mirada en Judal para que dijera algo sobre aquella escena -
- Me gusta - Dijo mientras agarraba una golosína - Superalo Adelaida - Suplicó mientras ponía unos cafés sobre la mesa. La mirada de enojo de su enamorada era indisimulable - Marsú no quiere joder a nadie - Le dijo en susurros mientras la miraba - Te suplico que no lo jodás -
- ... - La pelinegra suspiró - Bueno - Dijo mientras hacía un puchero -
- Pero Judal~ - La pelinegra agarró a su enamorado de un hombro para luego comenzar a suplicar -
- Dije que no - Respondió nuevamente mientras comenzaba a comer esa manzana con ganas -
- ... - La pelinegra se quedó pensando. Debía haber algo que pudiera hacer para que Judal le diera permiso - ¿Qué querés a cambio? - Ese pelinegro esbosó una mueca arrogante. Cuando sus carmínes se posaron en ella supo que había algo que ese chico deseaba a cambio de su pedido -
- Hablaremos de eso luego - Dijo mientras regresaba su mirada a esa rojiza manzana - Si aceptas entonces Caleb puede ser esa mierda en la boda -
- Padrino - Dijo su enamorada algo disgustada -
- Lo que sea - Judal se giró para poder mirar a Adelaida a la cara - Caleb nunca va a casarse - Le dijo de la nada para luego golpear su cabeza suavemente su una de sus manos - Por eso anda sacandote la idea esa de la cabeza -
- ¿Eh~? - La pelinegra se quedó pensando unos segundos para luego reaccionar - Si va a casarse - Dijo mientras se paraba de si silla -
- ... - Judal no pudo aguantar las ganas de reír - Seguro linda -
- SEGURO - La pelinegra posó su mirada en Lear que estaba mimandose con Nina - ¿Vos que pensás? -
- Sinceramente opino que no va a casarse - Dijo mientras se encogía de hombros - Todos saben que Kaileena va a decir que si pero ni siquiera son novios -
- Espera idiota - Judal le hiso un gesto con la mano para que callara - Bajate del burro en el que estás montado porque vos sos ahora un perdedor igual a Caleb -
- ¿Disculpa? - Lear se quedó mirando a su hermano disgustado -
- Ningúno le pidió nigún compromiso ni a Kaileena ni a Nina - Judal esbosó una mueca arrogante mientras le regresaba la mirada a Lear -
- Mirá quién lo dice - Dijo ese pelinegro para luego lanzar una manzana a su hermano quién la pudo agarrar con una mano sin problemas -
- Yo~ - Dijo arrogante mientras se acomodaba unos cabellos - La persona que va a casarse -
Lear empezó a maldecir como un condenado a lo que la muchacha de cabellos dorados se puso de pie para que hiciera silencio.
- ¿Querés parar de hablar de ellos de ese modo? - Le pidió a lo que Judal se le quedó mirando -
- No~ la verdad no - La mirada de su enamorada se posó en Lear resignada -
- Vamos - Suplicó Nina mientras agarraba suavemente la mano de su enamorado -
- La familia agradece esas maldiciones - Dijo su hermano menor a lo que Lear salió del lugar seguido de su enamorada -
- Permiso -
- Hola Evee - Saludó Judal mientras miraba a la castaña - Pensé que te habías escapado - Dijo mientras sonreía arrogante -
- Nada de eso idiota - Respondió con cariño mientras se sentaba a la mesa - Estaba ocupada con unas cosas -
- ¿Ocupada? - Preguntó Judal mientras la miraba - ¿Con qué? -
- ... - La chica miró para los pasillos mientras sonreía - Pasá -
La cara de la peliengra se llenó de disgusto al darse cuenta de quién era la persona que había llegado.
- ¡Marsú! - Judal posó una mano sobre uno de los hombros de su primo mientras sonreía - ¿Te llegó lo que te mandé? -
- Si - Respondió ese pelirojo con tranquilidad -
- Bueno - Judal inspiró para poder seguir sin reírse - Lear se encamó con la piba con la que anda -
- ¿Eso mientras venía para Babilonia? - Preguntó sorprendido -
- Si - Respondió ese pelinegro -
- Mierda que les pasan cosas - Dijo para luego negar con la cabeza mientras sonreía -
- ¿Qué hacés acá? - Preguntó la pelinegra de mala gana -
- ... - Marsú señaló a Judal mientras sonreía - Vengo para la boda -
- ¿Por qué? - Preguntó a su enamorado a lo que éste se le quedo mirando -
- ¿Me preguntás en serio? - Dijo mientras esbosaba una mueca divertida - Es mi primo boba -
- Y.. ¿Dónde está Kaileena? - Preguntó mirando a la castaña que simplemente negó con la cabeza -
- Con Caleb - Respondió Adelaida de mala gana -
- Seguramente está con ese cabeza de mierda - Respondió Judal mientras buscaba unas golosinas para su familiar -
- Valla~ - Marsú se sentó para luego hacerle señas a Evee de que se sentara a su lado - Quería felicitarla por el embarazo -
- ¿¡Qué!? - La muchacha posó su mirada celeste en ese chico - ¡Deberías estar muriendo de la angustia! - Le dijo con dedo acusador -
- ¿Por una chica con la que había terminado hace años? - Preguntó mientras arqueaba una ceja - Debés estar de broma -
- Pero deseabas salir con ella nuevamente - La mirada de desconcierto de la pelinegra no se hiso esperar -
- Si~ aquello era verdad - Respondió mientras agarraba una galleta de las que Judal había puesto sobre la mesa - Pero si no quiere estar conmigo no tengo porque llorar - Ese pelirojo comenzó a reír - Ya pasó -
- Me encanta este chico - Dijo Evee mientras le robaba la galleta a Marsú de la mano para luego comersela -
- Esa era.. - Ese pelirojo simplemente negó con la cabeza mientras sonreía - Lo mismo digo linda -
- ... - Adelaida posó la mirada en Judal para que dijera algo sobre aquella escena -
- Me gusta - Dijo mientras agarraba una golosína - Superalo Adelaida - Suplicó mientras ponía unos cafés sobre la mesa. La mirada de enojo de su enamorada era indisimulable - Marsú no quiere joder a nadie - Le dijo en susurros mientras la miraba - Te suplico que no lo jodás -
- ... - La pelinegra suspiró - Bueno - Dijo mientras hacía un puchero -
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Re: [Roll] The city of Babylonia~
-¿Y cómo te fue en Barsippa? Hacía meses que no te veía- comentó Judal de buen humor por ver de nuevo a su primo.
-Acompañé a Crystal a su casa, ya sabes, tu anterior esclava- acotó el pelirrojo relajado. Adelaida hizo una leve e indistinguible mueca, recordando a la hermosa joven que Judal había comprado con el fin de reemplazarla-. Me quedé unos días allí y luego decidí pasar un tiempo con mi familia, estar con ellos un rato y adelantar un poco de trabajo. Fue tranquilo, finalmente volví a Babilonia cuando me avisaron que ibas a casarte.
-Me alegro que hayas estado bien- dijo el rey relajado. Eevee a su lado comía unos dulces relajada mientras escuchaba la conversación aspecto desinteresado, Adelaida por su lado sólo tenía la vista en otra dirección, aparentemente encontrando sumamente interesante uno de los floreros de la habitación.
-¿Es verdad que Shuu se marchó con Farah? Jamás imaginé que podría hacer tales cosas- reconoció el joven con tranquilidad.
-Sí, ¿raro verdad?- opinó el rey de Babilonia con una sonrisa-. Pero todos cambiamos este año, incluso el pelotudo de Lear.
-Hablando del boludo, ¿va a ser tu padrino?- prosiguió Marsú.
-Eso creo, pero ahora que estás prefiero mil veces que seas vos- reconoció el Magi.
-Hermano, para mí sería genial- contestó el muchacho contento.
-El padrino va a ser Caleb- interrumpió Adelaida, no sin antes carraspear. Sus ojos azules se posaron en Judal, mirándoles con reproche y esperando a que recordara el trato al que habían llegado.
-¿El rubio homosexual?- cuestionó Marsú, arqueando una ceja.
-¡No es homosexual!- lo defendió su amiga-. ¿Cómo habría embarazado a Kaileena sino?
-Bueno, eso es fácil, tan sólo tiene que…-empezó a decir la castaña de brillantes ojos de colores.
-¡Ya sé como se tiene hijos Eevee!- comentó la muchacha con un leve rubor en sus mejillas-. Él no es gay y va a ser el padrino de nuestro casamiento, punto.
-Eso yo aún no lo decidí- acotó Judal esbozando una hermosa media sonrisa de superioridad. Su enamorada chasqueó la lengua molesta.
-Lo prometiste- murmuró ella.
-A cambio de algo que me pueda convencer- le recordó el rey de Babilonia.
-¿Qué le pediste a cambio?- preguntó el pelirrojo con curiosidad.
-Aún no lo decidí- admitió Judal-. Pero te aseguro que va a ser bueno.
-Suerte con eso Adelaida- le dijo Marsú divertido.
-Tan sólo quiero que Caleb sea mi padrino, siempre lo quise- dijo ella a la defensiva, suspirando resignada-. ¿Por qué tiene que ser tan complicado?
-Porque no soporto al boludo ese- reconoció Judal con total sinceridad.
-¿No vas a quererlo nunca verdad?- preguntó Adelaida resignada.
-No, jamás- dijo el muchacho con total sinceridad.
------------------------------------
Ella siempre se había considerado una persona rencorosa y jamás se había molestado en disimularlo, quizás por eso le resultaba tan difícil tratar bien a Marsú, por más que quisiera hablarle amigablemente, o , al menos cordial, el tono de desconfianza y de reproche estaba siempre presente en su voz cuando se dirigía a él. Era un caso perdido.
-Tu prometida me odia con toda su alma- comentó Marsú a su primo, mientras caminaban por los pasillos del palacio. Habían terminado de almorzar y se dirigían al cuarto del rey para probarse el traje de novio; Adelaida por su parte había ido a asistir a una de las tantas sesiones diarias sobre modales que tenía con Lear.
Judal suspiró, debía reconocer que su enamorada trataba de ser lo más condescendiente posible con el pelirrojo pero sencillamente no le salía, además, para defenderla, era normal que se encontrase algo irritable poco antes de asistir a sus clases con Lear. Él había ido a un par de ellas para acompañarla y eran una reverenda mierda, útiles para lo que se proponían, pero igualmente seguían siendo algo completamente tedioso. Suponía que Adelaida estaba nerviosa con todos los preparativos, habían pasado ya diez días desde que Marsú había llegado al palacio y sólo quedaban otras dos semanas más para el gran día; por si fuera poco, aún no le había respondido qué quería para que Caleb fuera padrino. Realmente el muchacho no había pensado en eso y, con Marsú en Babilonia, deseaba que él fuera su padrino pero su enamorada no dejaba de insistir con que quería que ese rubio pelotudo estuviera allí presente.
-Está nerviosa, ya se le va a pasar- trató de justificarla él mientras miraba la elegante prenda sobre su cama.
-¿Sigue insistiendo con que quiere que el pelotudo homosexual sea el padrino?- preguntó Marsú.
-Me está insistiendo todos los días- reconoció el muchacho con un suspiro.
-¿Y qué vas a hacer?- le cuestionó su prima con curiosidad.
-Obviamente voy a aprovecharme de la situación- le contestó él con total seguridad, esbozando una sonrisa que no auguraba nada bueno.
-----------------------------------------
Me echan y no tengo inspiración, ni la revisé, cualquier error avisame que la arreglo :B
-Acompañé a Crystal a su casa, ya sabes, tu anterior esclava- acotó el pelirrojo relajado. Adelaida hizo una leve e indistinguible mueca, recordando a la hermosa joven que Judal había comprado con el fin de reemplazarla-. Me quedé unos días allí y luego decidí pasar un tiempo con mi familia, estar con ellos un rato y adelantar un poco de trabajo. Fue tranquilo, finalmente volví a Babilonia cuando me avisaron que ibas a casarte.
-Me alegro que hayas estado bien- dijo el rey relajado. Eevee a su lado comía unos dulces relajada mientras escuchaba la conversación aspecto desinteresado, Adelaida por su lado sólo tenía la vista en otra dirección, aparentemente encontrando sumamente interesante uno de los floreros de la habitación.
-¿Es verdad que Shuu se marchó con Farah? Jamás imaginé que podría hacer tales cosas- reconoció el joven con tranquilidad.
-Sí, ¿raro verdad?- opinó el rey de Babilonia con una sonrisa-. Pero todos cambiamos este año, incluso el pelotudo de Lear.
-Hablando del boludo, ¿va a ser tu padrino?- prosiguió Marsú.
-Eso creo, pero ahora que estás prefiero mil veces que seas vos- reconoció el Magi.
-Hermano, para mí sería genial- contestó el muchacho contento.
-El padrino va a ser Caleb- interrumpió Adelaida, no sin antes carraspear. Sus ojos azules se posaron en Judal, mirándoles con reproche y esperando a que recordara el trato al que habían llegado.
-¿El rubio homosexual?- cuestionó Marsú, arqueando una ceja.
-¡No es homosexual!- lo defendió su amiga-. ¿Cómo habría embarazado a Kaileena sino?
-Bueno, eso es fácil, tan sólo tiene que…-empezó a decir la castaña de brillantes ojos de colores.
-¡Ya sé como se tiene hijos Eevee!- comentó la muchacha con un leve rubor en sus mejillas-. Él no es gay y va a ser el padrino de nuestro casamiento, punto.
-Eso yo aún no lo decidí- acotó Judal esbozando una hermosa media sonrisa de superioridad. Su enamorada chasqueó la lengua molesta.
-Lo prometiste- murmuró ella.
-A cambio de algo que me pueda convencer- le recordó el rey de Babilonia.
-¿Qué le pediste a cambio?- preguntó el pelirrojo con curiosidad.
-Aún no lo decidí- admitió Judal-. Pero te aseguro que va a ser bueno.
-Suerte con eso Adelaida- le dijo Marsú divertido.
-Tan sólo quiero que Caleb sea mi padrino, siempre lo quise- dijo ella a la defensiva, suspirando resignada-. ¿Por qué tiene que ser tan complicado?
-Porque no soporto al boludo ese- reconoció Judal con total sinceridad.
-¿No vas a quererlo nunca verdad?- preguntó Adelaida resignada.
-No, jamás- dijo el muchacho con total sinceridad.
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Ella siempre se había considerado una persona rencorosa y jamás se había molestado en disimularlo, quizás por eso le resultaba tan difícil tratar bien a Marsú, por más que quisiera hablarle amigablemente, o , al menos cordial, el tono de desconfianza y de reproche estaba siempre presente en su voz cuando se dirigía a él. Era un caso perdido.
-Tu prometida me odia con toda su alma- comentó Marsú a su primo, mientras caminaban por los pasillos del palacio. Habían terminado de almorzar y se dirigían al cuarto del rey para probarse el traje de novio; Adelaida por su parte había ido a asistir a una de las tantas sesiones diarias sobre modales que tenía con Lear.
Judal suspiró, debía reconocer que su enamorada trataba de ser lo más condescendiente posible con el pelirrojo pero sencillamente no le salía, además, para defenderla, era normal que se encontrase algo irritable poco antes de asistir a sus clases con Lear. Él había ido a un par de ellas para acompañarla y eran una reverenda mierda, útiles para lo que se proponían, pero igualmente seguían siendo algo completamente tedioso. Suponía que Adelaida estaba nerviosa con todos los preparativos, habían pasado ya diez días desde que Marsú había llegado al palacio y sólo quedaban otras dos semanas más para el gran día; por si fuera poco, aún no le había respondido qué quería para que Caleb fuera padrino. Realmente el muchacho no había pensado en eso y, con Marsú en Babilonia, deseaba que él fuera su padrino pero su enamorada no dejaba de insistir con que quería que ese rubio pelotudo estuviera allí presente.
-Está nerviosa, ya se le va a pasar- trató de justificarla él mientras miraba la elegante prenda sobre su cama.
-¿Sigue insistiendo con que quiere que el pelotudo homosexual sea el padrino?- preguntó Marsú.
-Me está insistiendo todos los días- reconoció el muchacho con un suspiro.
-¿Y qué vas a hacer?- le cuestionó su prima con curiosidad.
-Obviamente voy a aprovecharme de la situación- le contestó él con total seguridad, esbozando una sonrisa que no auguraba nada bueno.
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Me echan y no tengo inspiración, ni la revisé, cualquier error avisame que la arreglo :B
Re: [Roll] The city of Babylonia~
- Compadesco a esa muchacha rencorosa - Dijo Marsú mientras sonreía -
- ¿Por qué? - Preguntó Judal mientras le lanzaba una prenda a la cabeza -
- Nos conocemos desde hace años - Respondió mientras se sacaba esas ropas de ensima para luego comenzar a examinar la seda - Vos no sos famoso por hacer las cosas simples -
- Hablás con verdad - La mirada de Judal se posó sobre su primo - ¿Te gusta? -
- Son ropas de gala - Dijo en susurros ese pelirojo mientras la posaba a un costado - ¿Son las que vas a usar para el casamiento por casualidad? -
- Esas son - Dijo mientras la agarraba - ¿Me decís como me quedan? - Suplicó mientras caminaba para el baño - Si le pregunto a Lear o a ese idiota de Caleb no me van a dar una mirada como la gente - Dijo mientras posaba la mirada en los pasillos disgustado -
- ¿Por qué ellos te odian? - Preguntó Marsú mientras sonreía entretenido -
- Si - Dijo mientras se rascaba la cabeza - Cosa que no es posible porque.. Mirame - Le comentó arrogante mientras se señalaba. Luego le hiso una seña a su primo para que esperara en lo que se probaba la ropa -
-----------
- Te queda bien - Dijo Marsú cuando Judal salió con las ropas del casamiento puestas - Te hacen ver mayor -
- ¿De verdad? - Preguntó mientras se miraba como podía - Mierda no quiero parecerme a Lear - Dijo mientras posaba la mirada sobre ese pelirojo - O sea verme como un idiota -
- Es que no quise decir que eras como Lear - Murmuró mientras miraba como Judal respiraba más tranquilo - Realmente odias la idea -
- Para qué excusarme - Respondió mientras se encogía de hombros - Entonces ¿Me quedo con este? -
- Ese me gusta - Respondió Marsú dejando por demás complacido a Judal que se dispuso a cambiarse nuevamente en su baño -
---------
- E-Espera Adelaida - Suplicó Kaileena mientras perseguía a la pelinegra por uno de los salones -
- Jamás va a querer probarse eso Kaileena - Dijo Lear mientras agarraba una pequeña mora de un inmenso cuenco que contenía miles de ellas - Además vos estás embarazada por lo que es poco conveniente que corras de ese modo -
- ¡Entonces ayudame! - Estalló la peliroja mientras señalaba a ese pelinegro -
- Ya tengo asimilada la derrota - Respondió mientras se llevaba una nueva mora a la boca - ¿Para que intentar? -
- Tengo lo que.. - Caleb se quedó parado mirando a su amiga correr con la ropa a medio poner - E-E-Esto - Ese chico de cabellos dorados no pudo pronunciar palabra al ver a su amiga con poca ropa. Simplemente se puso una mano sobre la cara para no mirar -
- ¡En lugar de estar ahí parado como idiota ayudame! - Estalló Kaileena para luego lanzar sobre la cabeza de su enamorado las ropas que Adelaida todavía debía ponerse. Luego fue a sentarse junto a Lear disgustada -
- ¿Qué te dije? - Preguntó mientras le palmaba uno de los hombros -
- Vos cerra la boca - Le dijo mientras le saba una mora de las manos que luego se llevo a la boca - Baboso que es - Maldijo a lo que Lear solo intentaba no reírse -
- Espera Kaileena - Suplicó Caleb para luego mirar a su mejor amiga - ¿Por qué no querés hacer la prueba de ropa? - Preguntó mientras se sacaba de ensima las prendas -
- Porque es incómodo.. además me hace pensar en que solo tengo dos semanas para pensar en lo que queda sin hacer - Dijo mientras se sacudía los cabellos - Prendeme esto - Suplicó mientras le daba la espalda -
- Seguro - Caleb posó las prendas sobre uno de los sillones para luego acercarse a su amiga - Por culpa de las boludeces que haces Kaileena se enojó conmigo - Le dijo en susurros a lo que la pelinegra lo miró por ensima de su hombro -
- Eso te ganás por ser un baboso de mierda - Respondió con el mismo tono de voz para luego mirar a Lear - ¿Te gusta? -
- Espantoso - Respondió a lo que la pelinegra esbosó una mueca de disgusto -
---------
- ¡¡DEJAME EN PAZ!! - Estalló Lear mientras Adelaida sonreía arrogante ensima suyo. Cuando terminó de subir el cierre le palmó la espalda -
- Ya podes salir Leara~ - Dijo mientras se paraba. Ese pelinegro hiso lo mismo mientras miraba asqueado el ridículo vestido que ahora llevaba puesto - Tenés razón es espantoso - Observó la pelinegra -
- ¿¡Por qué carajos me hiciste esto!? - Chilló mientras intentaba sacarse esa cosa en vano -
- Por decir que me quedaba espantoso - Respondió la pelinegra mientras sonreía -
- Mira - La voz le era espantosamente familiar a Lear. Cuando se giró solo pudo ver como una mueca arrogante adornaba la cara de su hermano menor - Si es mi hermano el travesti~ - Dijo a lo que Marsú sencillamente intentó no reírse por respeto a su primo mayor -
- ¡Es culpa de la jodida de tu novia! - Estalló mientras señalaba a la pelinegra -
- Me importa un comino de quién es la idea - Dijo mientras caminaba para la cocina - Nina debe ver esto - Una hermosa media sonrisa se dibujó en la cara de Judal -
- Mierda - Murmuró Lear mientras intentaba quitarse aquella prenda en vano - ¿¡Como pueden las mujeres usar esta porquería!? -
- ¡Nina, ven a ver a Leara! - Suplicó Judal. La muchacha de cabellos dorados se asomó solo para esbosar una mueca mientras un evidente color rosado invadía sus mejillas -
- ¿Por qué me hacen esto? - Preguntó Lear mientras se dejaba caer y escondía su cara entre sus cabellos apenado -
- Mierda, esto es mejor que esa vez que obligué a Cali a usar mis polleras - Dijo Evee, que en ese momento se encontraba con la muchacha de cabellos dorados, mientras comenzaba a reír con ganas -
- ¿Dijiste Caleb con pollera? - Preguntó Judal mientras sonreía arrogante. Kaileena se agarró la cabeza con una mano mientras comenzaba a negar avergonzada -
- Si te consuela.. - Caleb se arrodilló junto a Lear mientras miraba a las chicas avergonzado - Tampoco sé porque me lo hacen -
- ¿Por qué? - Preguntó Judal mientras le lanzaba una prenda a la cabeza -
- Nos conocemos desde hace años - Respondió mientras se sacaba esas ropas de ensima para luego comenzar a examinar la seda - Vos no sos famoso por hacer las cosas simples -
- Hablás con verdad - La mirada de Judal se posó sobre su primo - ¿Te gusta? -
- Son ropas de gala - Dijo en susurros ese pelirojo mientras la posaba a un costado - ¿Son las que vas a usar para el casamiento por casualidad? -
- Esas son - Dijo mientras la agarraba - ¿Me decís como me quedan? - Suplicó mientras caminaba para el baño - Si le pregunto a Lear o a ese idiota de Caleb no me van a dar una mirada como la gente - Dijo mientras posaba la mirada en los pasillos disgustado -
- ¿Por qué ellos te odian? - Preguntó Marsú mientras sonreía entretenido -
- Si - Dijo mientras se rascaba la cabeza - Cosa que no es posible porque.. Mirame - Le comentó arrogante mientras se señalaba. Luego le hiso una seña a su primo para que esperara en lo que se probaba la ropa -
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- Te queda bien - Dijo Marsú cuando Judal salió con las ropas del casamiento puestas - Te hacen ver mayor -
- ¿De verdad? - Preguntó mientras se miraba como podía - Mierda no quiero parecerme a Lear - Dijo mientras posaba la mirada sobre ese pelirojo - O sea verme como un idiota -
- Es que no quise decir que eras como Lear - Murmuró mientras miraba como Judal respiraba más tranquilo - Realmente odias la idea -
- Para qué excusarme - Respondió mientras se encogía de hombros - Entonces ¿Me quedo con este? -
- Ese me gusta - Respondió Marsú dejando por demás complacido a Judal que se dispuso a cambiarse nuevamente en su baño -
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- E-Espera Adelaida - Suplicó Kaileena mientras perseguía a la pelinegra por uno de los salones -
- Jamás va a querer probarse eso Kaileena - Dijo Lear mientras agarraba una pequeña mora de un inmenso cuenco que contenía miles de ellas - Además vos estás embarazada por lo que es poco conveniente que corras de ese modo -
- ¡Entonces ayudame! - Estalló la peliroja mientras señalaba a ese pelinegro -
- Ya tengo asimilada la derrota - Respondió mientras se llevaba una nueva mora a la boca - ¿Para que intentar? -
- Tengo lo que.. - Caleb se quedó parado mirando a su amiga correr con la ropa a medio poner - E-E-Esto - Ese chico de cabellos dorados no pudo pronunciar palabra al ver a su amiga con poca ropa. Simplemente se puso una mano sobre la cara para no mirar -
- ¡En lugar de estar ahí parado como idiota ayudame! - Estalló Kaileena para luego lanzar sobre la cabeza de su enamorado las ropas que Adelaida todavía debía ponerse. Luego fue a sentarse junto a Lear disgustada -
- ¿Qué te dije? - Preguntó mientras le palmaba uno de los hombros -
- Vos cerra la boca - Le dijo mientras le saba una mora de las manos que luego se llevo a la boca - Baboso que es - Maldijo a lo que Lear solo intentaba no reírse -
- Espera Kaileena - Suplicó Caleb para luego mirar a su mejor amiga - ¿Por qué no querés hacer la prueba de ropa? - Preguntó mientras se sacaba de ensima las prendas -
- Porque es incómodo.. además me hace pensar en que solo tengo dos semanas para pensar en lo que queda sin hacer - Dijo mientras se sacudía los cabellos - Prendeme esto - Suplicó mientras le daba la espalda -
- Seguro - Caleb posó las prendas sobre uno de los sillones para luego acercarse a su amiga - Por culpa de las boludeces que haces Kaileena se enojó conmigo - Le dijo en susurros a lo que la pelinegra lo miró por ensima de su hombro -
- Eso te ganás por ser un baboso de mierda - Respondió con el mismo tono de voz para luego mirar a Lear - ¿Te gusta? -
- Espantoso - Respondió a lo que la pelinegra esbosó una mueca de disgusto -
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- ¡¡DEJAME EN PAZ!! - Estalló Lear mientras Adelaida sonreía arrogante ensima suyo. Cuando terminó de subir el cierre le palmó la espalda -
- Ya podes salir Leara~ - Dijo mientras se paraba. Ese pelinegro hiso lo mismo mientras miraba asqueado el ridículo vestido que ahora llevaba puesto - Tenés razón es espantoso - Observó la pelinegra -
- ¿¡Por qué carajos me hiciste esto!? - Chilló mientras intentaba sacarse esa cosa en vano -
- Por decir que me quedaba espantoso - Respondió la pelinegra mientras sonreía -
- Mira - La voz le era espantosamente familiar a Lear. Cuando se giró solo pudo ver como una mueca arrogante adornaba la cara de su hermano menor - Si es mi hermano el travesti~ - Dijo a lo que Marsú sencillamente intentó no reírse por respeto a su primo mayor -
- ¡Es culpa de la jodida de tu novia! - Estalló mientras señalaba a la pelinegra -
- Me importa un comino de quién es la idea - Dijo mientras caminaba para la cocina - Nina debe ver esto - Una hermosa media sonrisa se dibujó en la cara de Judal -
- Mierda - Murmuró Lear mientras intentaba quitarse aquella prenda en vano - ¿¡Como pueden las mujeres usar esta porquería!? -
- ¡Nina, ven a ver a Leara! - Suplicó Judal. La muchacha de cabellos dorados se asomó solo para esbosar una mueca mientras un evidente color rosado invadía sus mejillas -
- ¿Por qué me hacen esto? - Preguntó Lear mientras se dejaba caer y escondía su cara entre sus cabellos apenado -
- Mierda, esto es mejor que esa vez que obligué a Cali a usar mis polleras - Dijo Evee, que en ese momento se encontraba con la muchacha de cabellos dorados, mientras comenzaba a reír con ganas -
- ¿Dijiste Caleb con pollera? - Preguntó Judal mientras sonreía arrogante. Kaileena se agarró la cabeza con una mano mientras comenzaba a negar avergonzada -
- Si te consuela.. - Caleb se arrodilló junto a Lear mientras miraba a las chicas avergonzado - Tampoco sé porque me lo hacen -
Tooru- **Full*Contest**
-
Edad : 29
Cumpleaños!! : 31/03/1995
Mi llegada : 26/03/2009
Mis Mensajes : 2522
325 2418
Re: [Roll] The city of Babylonia~
Humillación. Eso era lo único que sentía en ese preciso momento, no era enojo por haber sido obligado a ponerse aquella espantosa prenda, tampoco era nerviosismo, sólo era una vergüenza absoluta ante la mirada celeste que estaba fija en su persona desde el marco de la puerta entreabierta.
Se giró entonces, tratando de apartarse de aquel escrutinio tan incómodo y entonces se vio a un espejo de cuerpo entero que estaba situado en la pared. Dio un bufido apenado, casi un lamento: Se veía extremadamente patético en ese horroroso vestido. Su cuerpo, alargado y delgado, de contextura mediana, no cabía en aquella tela ajustada que marcaba la cintura. Sentía que le faltaba el aire con aquel corsé o cómo diablos se llamase aquella prenda tan asfixiante. Por si fuera poco, el vestido le quedaba ajustado en las mangas, sintiendo cómo la misma se pegaba incómodamente a su piel; si no lograba entender aún cómo se la habla puesto menos iba a saber cómo iba a sacársela.
-Te ves tierno...- murmuró la rubia con las mejillas sonrojadas. ¿Por qué estaba asi? Quizás su humillante imagen generaba verguenza ajena en su enamorada. ¿Era eso? Ese pensamiento provocó que ocultara su bella mirada escarlata con su cabello, cómo si esos mechones azabaches fueran un escudo, una barrera que repeliera toda humillación.
-Ya quítame esto- farfulló enojado hacia Adelaida, evitando un contacto visual con su enamorada.
-Dios, esta imagen debería se retratada para quedarse para siempre- comentó Marsú sin poder contener la risa.
-Puedo llamar a uno ahora - contestó el rey de Babilonia, esbozando una bella y maliciosa media sonrisa de superioridad.
-No es mala idea- acordó el pelirrojo, colocando una mano en su mentón, pensativo.
-¿En serio lo tienen pensado hacer?- preguntó Nina con curiosidad.
-Sí, ¿por qué no?- contestó Judal divertido.
-Es peor que Evee- opinó el rubio, quien aún se encontraba cerca de Lear. Sentía pena por el muchacho y quería ayudarlo, al fin y al cabo, en cierto modo se sentía identificado con él, ambos eran compañeros y víctimas de las burlas constantes de Judal y las humillaciones. Aún así, por más que pensara con ahínco alguna manera para ayudarlo, no tenía ideas en su mente. Se encontraba en blanco, ni más ni menos.
Lear esbozó una mueca, mientras internamente insultaba a más no poder a su hermano menor -y eso que su abanico de insultos era bastante amplio- sabiendo que él hablaba muy en serio respecto a lo de llamar a un pintor para retratar su ahora patética y denigrada imagen. Algún día se vengaría, lo sabía, pero en ese momento lo más importante era quitarse ese ajustado e incómodo vestido para luego tratar de olvidar la situación, borrón y cuenta nueva, cómo en todas las tantas anteriores ocasiones que Judal lo había hecho quedar como un completo y absoluto idiota.
-Por favor- murmuró, posando sus ojos escarlatas en el mar azul de la muchacha esclava. Ella hizo una mueca, sin estar demasiado cómoda con ese escrutinio.
-Vamos Macu, no seas mala- insistió su mejor amigo, colocando una mano en su hombro.
-De acuerdo, ven conmigo- dijo ella con un suspiro, tomando la mano de Lear y llevándolo al vestidor que había en su habitación.
-Arruinaste la diversión Ali- se quejó su enamorado entretenido.
Lear se horrorizó al ver cómo la muchacha no podía quitar el vestido, por más que se esforzara en ello. Pasados unos minutos entró Caleb, ofreciendo su ayuda para quitarlo. Nada. El vestido era muy ajustado y él no podía quitárselo. Se estaba comenzando a aterrorizar, buscando una idea para quitarse aquella cárcel tan asfixiante de su cuerpo.
-Tengo una idea- murmuró la muchacha, colocando una mano en su mentón, pensativa.
-¿Qué cosa?- cuestionó su amigo.
-Hacé cualquier cosa con tal de quitarme esta cosa- suplicó él desesperado.
-De acuerdo pero quedate quieto- pidió ella, rápidamente tiró del trozo de tela con fuerza, desgarrándolo sin mucho esfuerzo.
-¡¿Qué hacés?! ¡Es tu vestido de bodas!- exclamó Caleb espantado.
-Dah, era horrible- dijo ella sin sentir ni una mínima culpa-. Además Judal tiene mucho dinero, no le va afectar comprar un vestido que en verdad me guste.
-Pero...-empezó a decir él.
-Te compro yo uno, no importa, pero sacame esta mierda- insistió el joven de cabellos azabaches ya perdiendo la paciencia.
-Espera...listo- dijo ella, terminando de romper el vestido y, finalmente, logrando que el muchacho pudiera quitarse ese horrible vestido-. Por cierto, ¿quién lo había elegido? Era horrible.
-Yo, pensé que te ibas a ver adorable- confesó Caleb abochornado.
-Hay Cali, Cali, ¿qué parte de qué tenés mal gusto con la ropa no entendés?- le preguntó ella bromeando, pellizcándole una mejilla con cariño.
-Shhh- la chistó él.
-¿Pueden irse ahora? Quiero cambiarme- se quejó Lear, abochornado, notando que ambos jóvenes no se marchaban de allí.
-Ah sí, cierto- comentó Caleb, tirando de su amiga para irse.
-Relájate, mucho no hay para ver tampoco- opinó la muchacha de larga cabellera azabache.
-¡No sabés eso!- exclamó el ofendido.
La muchacha lo miró durante unos segundos, esbozando una sonrisa divertida.
-Tenés cara de reprimido sexual, de seguro que no hay nada.
-¡Macu!- la retó su amigo tratando de contener la risa-. Ese comentario forro es de alguien típico de Judal, no tuyo.
Se giró entonces, tratando de apartarse de aquel escrutinio tan incómodo y entonces se vio a un espejo de cuerpo entero que estaba situado en la pared. Dio un bufido apenado, casi un lamento: Se veía extremadamente patético en ese horroroso vestido. Su cuerpo, alargado y delgado, de contextura mediana, no cabía en aquella tela ajustada que marcaba la cintura. Sentía que le faltaba el aire con aquel corsé o cómo diablos se llamase aquella prenda tan asfixiante. Por si fuera poco, el vestido le quedaba ajustado en las mangas, sintiendo cómo la misma se pegaba incómodamente a su piel; si no lograba entender aún cómo se la habla puesto menos iba a saber cómo iba a sacársela.
-Te ves tierno...- murmuró la rubia con las mejillas sonrojadas. ¿Por qué estaba asi? Quizás su humillante imagen generaba verguenza ajena en su enamorada. ¿Era eso? Ese pensamiento provocó que ocultara su bella mirada escarlata con su cabello, cómo si esos mechones azabaches fueran un escudo, una barrera que repeliera toda humillación.
-Ya quítame esto- farfulló enojado hacia Adelaida, evitando un contacto visual con su enamorada.
-Dios, esta imagen debería se retratada para quedarse para siempre- comentó Marsú sin poder contener la risa.
-Puedo llamar a uno ahora - contestó el rey de Babilonia, esbozando una bella y maliciosa media sonrisa de superioridad.
-No es mala idea- acordó el pelirrojo, colocando una mano en su mentón, pensativo.
-¿En serio lo tienen pensado hacer?- preguntó Nina con curiosidad.
-Sí, ¿por qué no?- contestó Judal divertido.
-Es peor que Evee- opinó el rubio, quien aún se encontraba cerca de Lear. Sentía pena por el muchacho y quería ayudarlo, al fin y al cabo, en cierto modo se sentía identificado con él, ambos eran compañeros y víctimas de las burlas constantes de Judal y las humillaciones. Aún así, por más que pensara con ahínco alguna manera para ayudarlo, no tenía ideas en su mente. Se encontraba en blanco, ni más ni menos.
Lear esbozó una mueca, mientras internamente insultaba a más no poder a su hermano menor -y eso que su abanico de insultos era bastante amplio- sabiendo que él hablaba muy en serio respecto a lo de llamar a un pintor para retratar su ahora patética y denigrada imagen. Algún día se vengaría, lo sabía, pero en ese momento lo más importante era quitarse ese ajustado e incómodo vestido para luego tratar de olvidar la situación, borrón y cuenta nueva, cómo en todas las tantas anteriores ocasiones que Judal lo había hecho quedar como un completo y absoluto idiota.
-Por favor- murmuró, posando sus ojos escarlatas en el mar azul de la muchacha esclava. Ella hizo una mueca, sin estar demasiado cómoda con ese escrutinio.
-Vamos Macu, no seas mala- insistió su mejor amigo, colocando una mano en su hombro.
-De acuerdo, ven conmigo- dijo ella con un suspiro, tomando la mano de Lear y llevándolo al vestidor que había en su habitación.
-Arruinaste la diversión Ali- se quejó su enamorado entretenido.
Lear se horrorizó al ver cómo la muchacha no podía quitar el vestido, por más que se esforzara en ello. Pasados unos minutos entró Caleb, ofreciendo su ayuda para quitarlo. Nada. El vestido era muy ajustado y él no podía quitárselo. Se estaba comenzando a aterrorizar, buscando una idea para quitarse aquella cárcel tan asfixiante de su cuerpo.
-Tengo una idea- murmuró la muchacha, colocando una mano en su mentón, pensativa.
-¿Qué cosa?- cuestionó su amigo.
-Hacé cualquier cosa con tal de quitarme esta cosa- suplicó él desesperado.
-De acuerdo pero quedate quieto- pidió ella, rápidamente tiró del trozo de tela con fuerza, desgarrándolo sin mucho esfuerzo.
-¡¿Qué hacés?! ¡Es tu vestido de bodas!- exclamó Caleb espantado.
-Dah, era horrible- dijo ella sin sentir ni una mínima culpa-. Además Judal tiene mucho dinero, no le va afectar comprar un vestido que en verdad me guste.
-Pero...-empezó a decir él.
-Te compro yo uno, no importa, pero sacame esta mierda- insistió el joven de cabellos azabaches ya perdiendo la paciencia.
-Espera...listo- dijo ella, terminando de romper el vestido y, finalmente, logrando que el muchacho pudiera quitarse ese horrible vestido-. Por cierto, ¿quién lo había elegido? Era horrible.
-Yo, pensé que te ibas a ver adorable- confesó Caleb abochornado.
-Hay Cali, Cali, ¿qué parte de qué tenés mal gusto con la ropa no entendés?- le preguntó ella bromeando, pellizcándole una mejilla con cariño.
-Shhh- la chistó él.
-¿Pueden irse ahora? Quiero cambiarme- se quejó Lear, abochornado, notando que ambos jóvenes no se marchaban de allí.
-Ah sí, cierto- comentó Caleb, tirando de su amiga para irse.
-Relájate, mucho no hay para ver tampoco- opinó la muchacha de larga cabellera azabache.
-¡No sabés eso!- exclamó el ofendido.
La muchacha lo miró durante unos segundos, esbozando una sonrisa divertida.
-Tenés cara de reprimido sexual, de seguro que no hay nada.
-¡Macu!- la retó su amigo tratando de contener la risa-. Ese comentario forro es de alguien típico de Judal, no tuyo.
Re: [Roll] The city of Babylonia~
Solo le quedaba un día.
La boda con Judal iba a ser mañana a las 16.00 HS.
Estaba sumamente intranquila por aquello. Judal ingresó a la cocina donde ella se encontraba con Kaileena eligiendo la comida que la gente del palacio iba a preparar para la ocasión. Ese pelinegro posó suavemente sobre la mesa una bolsa que su enamorada se quedó mirando sin comprender que demonios era aquello.
- ¿Qué es eso? - Preguntó mientras señalaba ese paquete -
- ¿Correo a esta hora? - Preguntó Kaileena confundida -
- Nada de eso - Respondió Judal mientras sacaba unas prendas - Es lo que quiero que hagas - Le dijo a la pelinegra mientras sonreía arrogante -
- ... - La nominada agarró aquellas ropas a lo que sus mejillas se pusieron rosadas de verguenza - ¿¡Qué mierda es esto!? -
- Quiero rememorar algunas cosas - Respondió mientras sonreía - Pero si no querés puedo ir a hablar con Marsú -
- Jamás - Dijo la pelinegra mientras agarraba las prendas para luego dirigirse con mala gana a uno de los baños para cambiarse -
- ¿Por qué la obligas a hacer eso? - Preguntó Kaileena mientras anotaba en una agenda pequeña lo que habían decidido con Adelaida minutos antes de que Judal comenzara a hacer ese escandalo -
- Lo hago porque Cacho no va a cagar mi boda sin que tenga algo a cambio - Judal posó sus carmínes en los pasillos - Sin que tenga algo bueno a cambio -
----------
- Es vergonzoso - La pelinegra caminaba seguida de Judal que no podía parar de mirar como le quedaban esas ropas -
- Vamos a comenzar - Dijo su enamorado mientras sonreía arrogante - Vas a prepararme una golosína - Le dijo mientras la agarraba de la muñeca para que lo mirara a la cara - Vamos a ver como sale con meses sin cocinar nada - Judal esbosó una mueca arrogante para luego besar a su enamorada -
- Idiota - Le dijo en susurros la pelinegra una vez que se separaron -
- Te queda hermoso - Le dijo mientras agarraba suavemente las sedas que colgaban de aquella prenda para luego sonreír de manera arrogante -
----------
- Huele a quemado - Judal se encontraba sentado a la mesa mirando como la pelinegra intentaba hacer la golosína a base de manzanas que le gustaba -
- Cerra la boca - Le dijo de mala gana mientras agarraba un guante para no quemarse - Me las vas a pagar Caleb - Dijo para luego sacar la comida del horno -
- Como dije - Judal se quedó mirando lo que su enamorada había preparado mientras sonreía - Está quemado -
- ME CANSÉ - La pelinegra estampó aquello que había preparado en una de las paredes -
- Mirá lo que hacés - Dijo mientras negaba con la cabeza aguantando las ganas de reírse - Tendré que llamar a alguien que limpie eso de la pared -
- Jamás cocinaré algo para vos de nuevo - Estalló disgustada. Su enamorado agarró una cuchara con lo que sacó algo de la golosína pegada en la pared que se llevó a la boca - ¿Te digo algo? - Dijo mientras se pasaba un dedo suavemente por los labios - Estaba bueno - Judal se encogió de hombros - Es una pena que ahora esté estampado en la pared - La pelinegra se le quedó mirando sin poder asimilar lo que le sucedida horas antes de su esperada boda -
---------
- Cumplí con lo que pediste - Dijo Adelaida mientras sacudía a su enamorado de las ropas -
- Te quedan unas horas - La corrigió mientras sonreía -
- Pero podemos decirselo para que se prepare - Le dijo mientras comenzaba a suplicar -
- Seguro va a ir como un CACHO - Dijo Judal mientras se encogía de hombros - O sea como plebe -
- Somos normales - Estalló la pelinegra mientras doblaba una esquina -
- No me jodas Adelaida - Dijo mientras agarraba golpeaba esperando a que alguien lo atendiera - Ese rancho pelotudo de 2x2 es de pobre -
- Te dije que es la casa de la gente con ingresos promedios - Dijo mientras se agarraba la cabeza -
- Es de indigentes - Se corrigió para luego abrir de una patada - Estoy esperando hace como cinco minutos idiota cara de burro - Le dijo mientras se acercaba a la cama donde le propinó un golpe para que se levantara -
- Duele - Chilló Caleb que liberó a Kaileena para reincorporarse - ¿¡Por qué fue eso!? -
- Por hacerme esperar homosexual reprimido - Le dijo mientras agarraba a la peliroja de manera posesiva -
- ¿Qué mierda querés ahora? - Preguntó mientras se agarraba la cabeza disgustado -
- Caleb - La pelinegra agarró a su amigo de los hombros mientras sonreía -
- ¿Qué hice? - Preguntó algo asustado a lo que su amiga comenzó a reír -
- Nada bobo - Le respondió la muchacha de mirada celeste - Quiero preguntar algo -
- Bueno dale - Suplicó mientras suspiraba -
- ¿Querés ser mi padrino de bodas? - La mirada de Caleb se posó sobre su mejor amiga cargada de sorpresa -
- ¿Yo? - Preguntó mientras sonreía sin poder entender como Judal había accedido a aquello -
- Si - Respondió mientras su amigo la abrazaba contento con aquella propuesta -
- Sabés que es un "Si" seguro Macu - Dijo mientras le besaba la mejilla - Esto.. ¿Por qué llevás esas ropas? -
- Tenía que convencer a Judal - Respondió mientras suspiraba -
- SEXÓPATA - Le dijo ese muchacho de cabellos dorados mientras señalaba a ese chico de mirada carmín -
- Innegable - Respondió Judal mientras sonreía arrogante - Vas a ser mi madrina de bodas ¿Verdad Kaileena? - Preguntó mientras le daba pequeños besos en la mejilla -
- Si - Respondió ella con las mejillas rosadas - Sabés que no puedo negarme - Dijo para luego sonreír -
- Bueno saber que no podés decir no a lo que pido - Dijo mientras agarraba a su amiga suavemente de la barbilla para luego sonreír - Vamos linda - Le dijo a su enamorada -
- ¿Tengo que seguir usando éstas ropas de mierda? - Preguntó mientras comenzaba a seguir a ese pelinegro -
- Te quedan unas horas más - Respondió con tranquilidad - Sabés que no las vamos a desperdiciar - Dijo mientras miraba a Adelaida por encima de su hombro -
- Querés decir que no las vas a desperdiciar - Corrigió su enamorada a lo que Judal negó con la cabeza mientras sonreía -
- En lo que quiero que hagas ahora vamos a colaborar ambos - Le dijo arrogante a lo que las mejillas de la chica se pusieron pálidas -
------------------------------------------------------
Estaba sentada mirandose sin poder tranquilizarse. Kaileena seguía peinandole los cabellos mientras hablaban de cosas para intentar distraerse aunque para ser sinceros aquello no ayudaba.
- Tranquila - Suplicó Kaileena mientras sonreía - Te ves hermosa -
- G-Gracias - Respondió la pelinegra mientras posaba su mirada cargada de miedo sobre su amiga -
- Va a salir todo bien - Dijo mientras posaba una de sus manos sobre la mejilla de la enamorada de su amigo -
- Parece que apenas puedo respirar - La pelinegra se quedó mirando a Kaileena que llevaba puesta la prenda de seda que Caleb le había dado para su cumpleaños. Para que quedara más hermoso usó la gargantilla que Judal le había obsequiado para esa misma fecha -
- Tranquila - Suplicó nuevamente - Respira - Dijo cuando alguien comenzó a golpear suavemente desde los pasillos. La peliroja fue a ver para quedarse sorprendida con su enamorado llevando ropas de gala - Caleb - Dijo avergonzada -
- Te ves hermosa - Le dijo mientras sonreía con las mejillas sonrosadas - Realmente hermosa - Caleb posó una de sus manos sobre la panza de Kaileena. Por mucho que intentara disimular su embarazo se notaba con cualquier prenda que llevara puesta - ¿Puedo pasar a ver a Macu? -
- Seguro - Respondió mientras se hacía a un lado -
- ¿Como estás? - Preguntó mientras se agachaba a su lado -
- Bueno.. apenas pude dormir - Dijo mientras sonreía levemente - Caleb no puedo explicar con palabras lo intranquila que me siento - Dijo mientras lo abrazaba - Tengo miedo -
- Tranquila Ali~ - Suplicó la peliroja mientras se sentaba en una silla a su lado - Vas a ver que.. - La nominada posó una mano en su panza mientras esbosaba una mueca de dolor -
- ¿Kaileena qué pasa? - Preguntó Caleb mientras le agarraba suavemente la mano -
- N-Nada - Respondió mientras sonreía como podía - Solo duele un poco.. Nada de que preocuparse -
- ¿Segura? - Preguntó Adelaida mientras la miraba preocupada -
- Segura linda - Respondió. En ese momento un anciano estaba mirando la escena desde los pasillos -
- Pueden acercarse a la capilla - Dijo amable mientras miraba a la pelinegra - Tomá algo de aire linda - Le dijo luego a Kaileena - La madrina no puede fallar - Bromeó amigable -
- Si - Respondió Kaileena mientras se paraba con ayuda de Caleb - Vamos Ali - Le dijo mientras sonreía -
- S-Si - Respondió la pelinegra para luego salir seguida de sus amigos -
-----------------------------------------------
La música comenzó a sonar mientras ella ingresaba a la capilla agarrada del brazo de Caleb. Estaba sumamente intranquila pero cuando pudo ver a Judal allí esperando por ella aquellas dudas se disiparon.
- Te quiero - Le dijo Caleb en susurros para luego besar su mejilla. Judal agarró suavemente la mano de su enamorada a lo que ese chico de cabellos dorados se dirigió a pararse junto a la peliroja -
- ¿Estás preparada? - Preguntó en susurros ese pelinegro a lo que su enamorada negó levemente con la cabeza -
- La verdad no pero realmente quiero casarme con vos - Dijo mientras sonreía avergonzada -
- Te amo - Le dijo en susurros para luego unir sus labios -
- S-Señor no pude terminar de decir los.. - Ese pelinegro le hiso un gesto con la mano para que no siguiera hablando - Bueno.. - Suspiró ese anciano mientras cerraba su libro - Blablabla.. Puede seguir besando a la novia - Dijo mientras se agarraba la cabeza con una mano - Ni siquiera su boda puede ser como corresponde señor - Se dijo mientras negaba levemente con la cabeza mientras sonreía -
- Es un animal - Dijo Lear mientras miraba aquello con una gota de sudor en la nuca - Sigo sin poder entender como es que somos familia -
- La verdad es que no esperaba menos del mismísimo Judal - Respondió su enamorada mientras comenzaba a aplaudir seguida de las demás personas -
- Felicidades - Les dijo Kaileena mientras abrazaba a su enamorado - Las bodas son geniales - Dijo mientras sonreía - No pensé que iba a ver a Judal sentar cabeza -
- Bueno.. Si eso que hiso se lo puede llamar casarse - Dijo mientras negaba con la cabeza -
- Si es - Respondió su enamorada - Es como Judal lo hubiera hecho -
----------------
- Queremos ese ramo Ali~ - Suplicó Nina mientras miraba a la pelinegra que se encontraba junto a Judal -
- Bueno puedo.. - Su enamorado se lo sacó de las manos suavemente para luego decir - Se lo vamos a dar a las niñas más lindas de la capilla - Dijo para luego acercarse a su hermano que se encontraba parado junto a Caleb - Felicidades nenas - Les dijo mientras sonreía arrogante para luego agarrar a su enamorada de la mano -
- Idiota - Maldijo Caleb avergonzado -
- ... - Lear iba a comenzar a maldecir como un condenado pero Nina lo besó antes de que eso pasara - Estamos en una capilla - Dijo mientras sonreía -
-----------------------------
- ¿Vamos a pasar nuestra luna de miel en este lugar? - Preguntó sorprendida. Judal la había llevado a un "Pequeño palacio" ubicado en una de las zonas más turísticas de Babilonia -
- Ésta es mi casa de verano - Respondió mientras miraba ese lugar - Bueno.. una de los tantas que la familia Magi posee -
- Ricachones de mierda - Maldijo la pelinegra mientras suspiraba - ¿Puedo sacarme la ropa? - Preguntó mientras miraba la seda blanca - Me molesta -
- Vamos - Dijo Judal mientras la agarraba en brazos - Te la sacaré yo mismo - Le susurró para luego comenzar a reír -
- Nooooo~ - Chilló la pelinegra. Pero por mucho que quiso no pudo liberarse de aquello -
-------------------------------
- Buenos días - Saludó ese pelinegro cuando su enamorada hiso presencia en la cocina con los cabellos despeínados -
- Hola - Respondió mientras Judal ponía sobre la mesa un abundante desayuno -
- Te ves terrible "Reina de Babilonia" - Le dijo mientras comenzaba a reír -
- Cinco veces - Respondió mientras lo señalaba de manera acusadora - CINCO -
- Era nuestra luna de miel~ - Se excusó mientras se sentaba a la mesa con su enamorada - Pará de chillar - Le dijo mientras agarraba una galleta casera - Comé algo -
- Es que no tengo hambre - Dijo mientras miraba la comida con desgano - Me parece que algo me hiso daño -
- ¿Qué pasa Adelaida? - Preguntó preocupado mientras paraba de comer para poder mirar a su enamorada a la cara - Estás pálida -
- Me duele el estómago - Respondió mientras sonreía - Me parece.. - La pelinegra se quedó con la mirada perdida sobre la mesa -
- Me parece.. - Dijo Judal mientras la miraba más preocupado aún - Decime Ali~ -
- ... - La pelinegra se paró rápidamente para salir disparada al baño -
- ¡Adelaida! - Judal se puso rápidamente de pie para ir a ver si su enamorada estaba bien - Ey~ Ali - Dijo mientras golpeaba - ¿Puedo pasar? -
- Está abierto - Respondió la pelinegra en susurros desde adentro -
- ¿Acabás de vomitar? - Preguntó preocupado mientras se agachaba a su lado -
- S-Si - Respondió avergonzada mientras se agarraba la cabeza con una mano - Seguramente algo de lo que comí anoche me hiso mal -
- ... - Judal le puso sobre los hombros su camisa quedandose solo con su remera negra - Puede ser - Dijo mientras se quedaba pensando - Adelaida - Llamó mientras que con su mano se peínaba los cabellos como si algo le inquietara -
- Decime - Suplicó mientras agarraba la prenda que tenía sobre los hombros con ambas manos -
- Vos.. ¿No estarás embarazada? - Preguntó mientras posaba sus carmínes en ella a lo que la mirada de la pelinegra se cargó de sorpresa -
---------------------------------------------------------------------------------------------------
No me da más la cabeza ajjajaja xD
La boda con Judal iba a ser mañana a las 16.00 HS.
Estaba sumamente intranquila por aquello. Judal ingresó a la cocina donde ella se encontraba con Kaileena eligiendo la comida que la gente del palacio iba a preparar para la ocasión. Ese pelinegro posó suavemente sobre la mesa una bolsa que su enamorada se quedó mirando sin comprender que demonios era aquello.
- ¿Qué es eso? - Preguntó mientras señalaba ese paquete -
- ¿Correo a esta hora? - Preguntó Kaileena confundida -
- Nada de eso - Respondió Judal mientras sacaba unas prendas - Es lo que quiero que hagas - Le dijo a la pelinegra mientras sonreía arrogante -
- ... - La nominada agarró aquellas ropas a lo que sus mejillas se pusieron rosadas de verguenza - ¿¡Qué mierda es esto!? -
- Spoiler:
- Quiero rememorar algunas cosas - Respondió mientras sonreía - Pero si no querés puedo ir a hablar con Marsú -
- Jamás - Dijo la pelinegra mientras agarraba las prendas para luego dirigirse con mala gana a uno de los baños para cambiarse -
- ¿Por qué la obligas a hacer eso? - Preguntó Kaileena mientras anotaba en una agenda pequeña lo que habían decidido con Adelaida minutos antes de que Judal comenzara a hacer ese escandalo -
- Lo hago porque Cacho no va a cagar mi boda sin que tenga algo a cambio - Judal posó sus carmínes en los pasillos - Sin que tenga algo bueno a cambio -
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- Es vergonzoso - La pelinegra caminaba seguida de Judal que no podía parar de mirar como le quedaban esas ropas -
- Vamos a comenzar - Dijo su enamorado mientras sonreía arrogante - Vas a prepararme una golosína - Le dijo mientras la agarraba de la muñeca para que lo mirara a la cara - Vamos a ver como sale con meses sin cocinar nada - Judal esbosó una mueca arrogante para luego besar a su enamorada -
- Idiota - Le dijo en susurros la pelinegra una vez que se separaron -
- Te queda hermoso - Le dijo mientras agarraba suavemente las sedas que colgaban de aquella prenda para luego sonreír de manera arrogante -
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- Huele a quemado - Judal se encontraba sentado a la mesa mirando como la pelinegra intentaba hacer la golosína a base de manzanas que le gustaba -
- Cerra la boca - Le dijo de mala gana mientras agarraba un guante para no quemarse - Me las vas a pagar Caleb - Dijo para luego sacar la comida del horno -
- Como dije - Judal se quedó mirando lo que su enamorada había preparado mientras sonreía - Está quemado -
- ME CANSÉ - La pelinegra estampó aquello que había preparado en una de las paredes -
- Mirá lo que hacés - Dijo mientras negaba con la cabeza aguantando las ganas de reírse - Tendré que llamar a alguien que limpie eso de la pared -
- Jamás cocinaré algo para vos de nuevo - Estalló disgustada. Su enamorado agarró una cuchara con lo que sacó algo de la golosína pegada en la pared que se llevó a la boca - ¿Te digo algo? - Dijo mientras se pasaba un dedo suavemente por los labios - Estaba bueno - Judal se encogió de hombros - Es una pena que ahora esté estampado en la pared - La pelinegra se le quedó mirando sin poder asimilar lo que le sucedida horas antes de su esperada boda -
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- Cumplí con lo que pediste - Dijo Adelaida mientras sacudía a su enamorado de las ropas -
- Te quedan unas horas - La corrigió mientras sonreía -
- Pero podemos decirselo para que se prepare - Le dijo mientras comenzaba a suplicar -
- Seguro va a ir como un CACHO - Dijo Judal mientras se encogía de hombros - O sea como plebe -
- Somos normales - Estalló la pelinegra mientras doblaba una esquina -
- No me jodas Adelaida - Dijo mientras agarraba golpeaba esperando a que alguien lo atendiera - Ese rancho pelotudo de 2x2 es de pobre -
- Te dije que es la casa de la gente con ingresos promedios - Dijo mientras se agarraba la cabeza -
- Es de indigentes - Se corrigió para luego abrir de una patada - Estoy esperando hace como cinco minutos idiota cara de burro - Le dijo mientras se acercaba a la cama donde le propinó un golpe para que se levantara -
- Duele - Chilló Caleb que liberó a Kaileena para reincorporarse - ¿¡Por qué fue eso!? -
- Por hacerme esperar homosexual reprimido - Le dijo mientras agarraba a la peliroja de manera posesiva -
- ¿Qué mierda querés ahora? - Preguntó mientras se agarraba la cabeza disgustado -
- Caleb - La pelinegra agarró a su amigo de los hombros mientras sonreía -
- ¿Qué hice? - Preguntó algo asustado a lo que su amiga comenzó a reír -
- Nada bobo - Le respondió la muchacha de mirada celeste - Quiero preguntar algo -
- Bueno dale - Suplicó mientras suspiraba -
- ¿Querés ser mi padrino de bodas? - La mirada de Caleb se posó sobre su mejor amiga cargada de sorpresa -
- ¿Yo? - Preguntó mientras sonreía sin poder entender como Judal había accedido a aquello -
- Si - Respondió mientras su amigo la abrazaba contento con aquella propuesta -
- Sabés que es un "Si" seguro Macu - Dijo mientras le besaba la mejilla - Esto.. ¿Por qué llevás esas ropas? -
- Tenía que convencer a Judal - Respondió mientras suspiraba -
- SEXÓPATA - Le dijo ese muchacho de cabellos dorados mientras señalaba a ese chico de mirada carmín -
- Innegable - Respondió Judal mientras sonreía arrogante - Vas a ser mi madrina de bodas ¿Verdad Kaileena? - Preguntó mientras le daba pequeños besos en la mejilla -
- Si - Respondió ella con las mejillas rosadas - Sabés que no puedo negarme - Dijo para luego sonreír -
- Bueno saber que no podés decir no a lo que pido - Dijo mientras agarraba a su amiga suavemente de la barbilla para luego sonreír - Vamos linda - Le dijo a su enamorada -
- ¿Tengo que seguir usando éstas ropas de mierda? - Preguntó mientras comenzaba a seguir a ese pelinegro -
- Te quedan unas horas más - Respondió con tranquilidad - Sabés que no las vamos a desperdiciar - Dijo mientras miraba a Adelaida por encima de su hombro -
- Querés decir que no las vas a desperdiciar - Corrigió su enamorada a lo que Judal negó con la cabeza mientras sonreía -
- En lo que quiero que hagas ahora vamos a colaborar ambos - Le dijo arrogante a lo que las mejillas de la chica se pusieron pálidas -
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Estaba sentada mirandose sin poder tranquilizarse. Kaileena seguía peinandole los cabellos mientras hablaban de cosas para intentar distraerse aunque para ser sinceros aquello no ayudaba.
- Tranquila - Suplicó Kaileena mientras sonreía - Te ves hermosa -
- G-Gracias - Respondió la pelinegra mientras posaba su mirada cargada de miedo sobre su amiga -
- Va a salir todo bien - Dijo mientras posaba una de sus manos sobre la mejilla de la enamorada de su amigo -
- Parece que apenas puedo respirar - La pelinegra se quedó mirando a Kaileena que llevaba puesta la prenda de seda que Caleb le había dado para su cumpleaños. Para que quedara más hermoso usó la gargantilla que Judal le había obsequiado para esa misma fecha -
- Tranquila - Suplicó nuevamente - Respira - Dijo cuando alguien comenzó a golpear suavemente desde los pasillos. La peliroja fue a ver para quedarse sorprendida con su enamorado llevando ropas de gala - Caleb - Dijo avergonzada -
- Te ves hermosa - Le dijo mientras sonreía con las mejillas sonrosadas - Realmente hermosa - Caleb posó una de sus manos sobre la panza de Kaileena. Por mucho que intentara disimular su embarazo se notaba con cualquier prenda que llevara puesta - ¿Puedo pasar a ver a Macu? -
- Seguro - Respondió mientras se hacía a un lado -
- ¿Como estás? - Preguntó mientras se agachaba a su lado -
- Bueno.. apenas pude dormir - Dijo mientras sonreía levemente - Caleb no puedo explicar con palabras lo intranquila que me siento - Dijo mientras lo abrazaba - Tengo miedo -
- Tranquila Ali~ - Suplicó la peliroja mientras se sentaba en una silla a su lado - Vas a ver que.. - La nominada posó una mano en su panza mientras esbosaba una mueca de dolor -
- ¿Kaileena qué pasa? - Preguntó Caleb mientras le agarraba suavemente la mano -
- N-Nada - Respondió mientras sonreía como podía - Solo duele un poco.. Nada de que preocuparse -
- ¿Segura? - Preguntó Adelaida mientras la miraba preocupada -
- Segura linda - Respondió. En ese momento un anciano estaba mirando la escena desde los pasillos -
- Pueden acercarse a la capilla - Dijo amable mientras miraba a la pelinegra - Tomá algo de aire linda - Le dijo luego a Kaileena - La madrina no puede fallar - Bromeó amigable -
- Si - Respondió Kaileena mientras se paraba con ayuda de Caleb - Vamos Ali - Le dijo mientras sonreía -
- S-Si - Respondió la pelinegra para luego salir seguida de sus amigos -
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La música comenzó a sonar mientras ella ingresaba a la capilla agarrada del brazo de Caleb. Estaba sumamente intranquila pero cuando pudo ver a Judal allí esperando por ella aquellas dudas se disiparon.
- Te quiero - Le dijo Caleb en susurros para luego besar su mejilla. Judal agarró suavemente la mano de su enamorada a lo que ese chico de cabellos dorados se dirigió a pararse junto a la peliroja -
- ¿Estás preparada? - Preguntó en susurros ese pelinegro a lo que su enamorada negó levemente con la cabeza -
- La verdad no pero realmente quiero casarme con vos - Dijo mientras sonreía avergonzada -
- Te amo - Le dijo en susurros para luego unir sus labios -
- S-Señor no pude terminar de decir los.. - Ese pelinegro le hiso un gesto con la mano para que no siguiera hablando - Bueno.. - Suspiró ese anciano mientras cerraba su libro - Blablabla.. Puede seguir besando a la novia - Dijo mientras se agarraba la cabeza con una mano - Ni siquiera su boda puede ser como corresponde señor - Se dijo mientras negaba levemente con la cabeza mientras sonreía -
- Es un animal - Dijo Lear mientras miraba aquello con una gota de sudor en la nuca - Sigo sin poder entender como es que somos familia -
- La verdad es que no esperaba menos del mismísimo Judal - Respondió su enamorada mientras comenzaba a aplaudir seguida de las demás personas -
- Felicidades - Les dijo Kaileena mientras abrazaba a su enamorado - Las bodas son geniales - Dijo mientras sonreía - No pensé que iba a ver a Judal sentar cabeza -
- Bueno.. Si eso que hiso se lo puede llamar casarse - Dijo mientras negaba con la cabeza -
- Si es - Respondió su enamorada - Es como Judal lo hubiera hecho -
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- Queremos ese ramo Ali~ - Suplicó Nina mientras miraba a la pelinegra que se encontraba junto a Judal -
- Bueno puedo.. - Su enamorado se lo sacó de las manos suavemente para luego decir - Se lo vamos a dar a las niñas más lindas de la capilla - Dijo para luego acercarse a su hermano que se encontraba parado junto a Caleb - Felicidades nenas - Les dijo mientras sonreía arrogante para luego agarrar a su enamorada de la mano -
- Idiota - Maldijo Caleb avergonzado -
- ... - Lear iba a comenzar a maldecir como un condenado pero Nina lo besó antes de que eso pasara - Estamos en una capilla - Dijo mientras sonreía -
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- ¿Vamos a pasar nuestra luna de miel en este lugar? - Preguntó sorprendida. Judal la había llevado a un "Pequeño palacio" ubicado en una de las zonas más turísticas de Babilonia -
- Ésta es mi casa de verano - Respondió mientras miraba ese lugar - Bueno.. una de los tantas que la familia Magi posee -
- Ricachones de mierda - Maldijo la pelinegra mientras suspiraba - ¿Puedo sacarme la ropa? - Preguntó mientras miraba la seda blanca - Me molesta -
- Vamos - Dijo Judal mientras la agarraba en brazos - Te la sacaré yo mismo - Le susurró para luego comenzar a reír -
- Nooooo~ - Chilló la pelinegra. Pero por mucho que quiso no pudo liberarse de aquello -
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- Buenos días - Saludó ese pelinegro cuando su enamorada hiso presencia en la cocina con los cabellos despeínados -
- Hola - Respondió mientras Judal ponía sobre la mesa un abundante desayuno -
- Te ves terrible "Reina de Babilonia" - Le dijo mientras comenzaba a reír -
- Cinco veces - Respondió mientras lo señalaba de manera acusadora - CINCO -
- Era nuestra luna de miel~ - Se excusó mientras se sentaba a la mesa con su enamorada - Pará de chillar - Le dijo mientras agarraba una galleta casera - Comé algo -
- Es que no tengo hambre - Dijo mientras miraba la comida con desgano - Me parece que algo me hiso daño -
- ¿Qué pasa Adelaida? - Preguntó preocupado mientras paraba de comer para poder mirar a su enamorada a la cara - Estás pálida -
- Me duele el estómago - Respondió mientras sonreía - Me parece.. - La pelinegra se quedó con la mirada perdida sobre la mesa -
- Me parece.. - Dijo Judal mientras la miraba más preocupado aún - Decime Ali~ -
- ... - La pelinegra se paró rápidamente para salir disparada al baño -
- ¡Adelaida! - Judal se puso rápidamente de pie para ir a ver si su enamorada estaba bien - Ey~ Ali - Dijo mientras golpeaba - ¿Puedo pasar? -
- Está abierto - Respondió la pelinegra en susurros desde adentro -
- ¿Acabás de vomitar? - Preguntó preocupado mientras se agachaba a su lado -
- S-Si - Respondió avergonzada mientras se agarraba la cabeza con una mano - Seguramente algo de lo que comí anoche me hiso mal -
- ... - Judal le puso sobre los hombros su camisa quedandose solo con su remera negra - Puede ser - Dijo mientras se quedaba pensando - Adelaida - Llamó mientras que con su mano se peínaba los cabellos como si algo le inquietara -
- Decime - Suplicó mientras agarraba la prenda que tenía sobre los hombros con ambas manos -
- Vos.. ¿No estarás embarazada? - Preguntó mientras posaba sus carmínes en ella a lo que la mirada de la pelinegra se cargó de sorpresa -
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No me da más la cabeza ajjajaja xD
Tooru- **Full*Contest**
-
Edad : 29
Cumpleaños!! : 31/03/1995
Mi llegada : 26/03/2009
Mis Mensajes : 2522
325 2418
Re: [Roll] The city of Babylonia~
Las palabras de Judal resonaron en su mente como si fueran un eco espantoso, sus ojos azules como el mar se abrieron de par en par por la sorpresa, tratando de analizar esa idea que a simple vista parecía tan descabellada para ella pero que, pensándolo un poco, quizás sí fuera cierta. ¿Ella estaba embarazada? ¿Podría ser eso posible? Su cuerpo le respondió con un escalofrío mientras sacaba la cuenta de los días y…todo parecía encajar aterradoramente bien. Si ella estaba embarazada probablemente hubiera sido por ese día, aquel dónde a Judal le dio “ganas” de repente y dijo descaradamente frente a su hermano, Nina, Kaileena y Caleb. Ese día dónde se habían enterado que Shuu se había marchado con Farah hacia algún recóndito pueblo lejano a Babilonia.
¡Estúpido Judal! ¡Estúpido! ¡Él y sus ganas de mierda que habían causado eso! Se desplomó en la silla, mientras su rostro aún seguía compungido por la sorpresa. Si tan sólo no lo hubieran hecho ese día…
¿Para qué negarlo? Ella también tenía parte de la culpa, pero era mucho más sencillo culpar a Judal, aunque eso, por supuesto, no le quitaba peso a sus preocupaciones.
-“Tranquila, aún no sabemos si es verdad”- pensó su fuero interno, en un vano y patético intento de relajarla. Pero en ese momento ella estaba completamente segura de que estaba embarazada, aún sin la afirmación de un médico, ¿razones? No tenía, tan sólo era una corazonada o un sexto sentido, cómo sea que se llame.
-¿Estás bien?- preguntó Judal, arrodillándose al lado de su enamorada para ver su rostro mejor. Era más que obvio que la noticia le había afectado.
-Estoy embarazada- dijo ella, aún desconcertada.
-No sabemos eso aún- respondió él relajado, no se le veía para nada afectado con todo ese asunto. La muchacha de cabellos azabaches no entendía cómo podía estar tan tranquilo en una situación como esa, sencillamente no le encontraba la lógica.
-Lo sé, llámame idiota por creerlo, pero hay algo que me dice que estoy embarazada- confesó ella, acomodándose unos mechones de sedosos cabellos negros y suspirando. Alzó entonces su vista para posarla en los bellos rubíes de su enamorado-. ¿Cómo te sentís?
-Perfecto, ¿por qué debería estar mal?- preguntó él, esbozando una media sonrisa de superioridad.
-¿En serio me lo preguntás?- inquirió ella arqueando una ceja escéptica.
-No soy como el pelotudo y maricón de Caleb que se desmayó por saber que va a ser padre…- le respondió él con tono arrogante.
-Y ya empezamos…-la interrumpió ella, levemente divertida.
-Dejame terminar- pidió él, colocando una mano suavemente en la boca de su esposa-. Voy a tener un hijo con la mujer que amo y que es mi esposa, ¿por qué debería estar mal?
La muchacha agachó su cabeza, con las mejillas sonrojadas por esa respuesta. Aún le resultaba raro saber qué era esposa de Judal y que se lo dijeran, sencillamente lo consideraba como algo irreal y eso que estaban en su luna de miel. Aún así, siempre le había pasado lo mismo: Judal era tan perfecto que aún le parecía algo imposible el hecho de que estuviera con él. Le pasaba siendo esclava y también ahora, siendo su esposa.
-¿Qué es lo que te preocupa entonces?- le preguntó el muchacho, colocando suavemente una mano sobre su mejilla.
Ella se lo pensó un buen rato antes de responder. ¿Por qué estaba asustada? Siguiendo el mismo razonamiento de Judal, ella debería estar bien ya que iba a tener un hijo con la persona que más amaba, su esposo. Eso ella no lo negaba, sabía que Judal iba a ser el padre de sus futuros hijos, pero lo que le inquietaba era lo rápido que todos los cambios iban ocurriendo. Para ser sincera consigo misma, aún no se sentía en lo absoluto preparada para ser madre: no era paciente y no tenía maña para eso, se sentía demasiado joven e inmadura para conllevar tanta responsabilidad.Probablemente porque jamás había tenido una familia que la quisiera era que la idea de tener hijos le asustaba tanto, ella deseaba que tuvieran un resguardo, una familia amorosa en quién confiar. ¿Y si por su falta de preparación, su inmadurez, no lograba eso? No quería ni por asomo ser como la madre de Judal, quien se preocupó por sus hijos pasado unos varios años, perdiendo innumerables recuerdos con ellos, que ahora se convirtieron en un mero quizás.
-Adelaida...
-Tengo miedo Judal. Temo no poder ser buena madre, no me siento preparada para ello.
Judal sonrió levemente, mucho más relajado que antes y levantó el mentón de su esposa, posando suavemente sus labios en los de ella durante unos escasos segundos.
-No sabemos si estás embarazada aún y, si así lo fuera, serías una excelente madre-le respondió el rey, acariciando esas pálidas mejillas de muñeca con delicadeza.
-Sólo querés tranquilizarme ahora- refutó ella.
-Sí, pero eso no significa que te esté mintiendo- le respondió él con una sonrisa arrogante-. Tenés demasiado amor para dar y siempre tratás de hacer de todo por los demás, por más que sean unos tremendos pelotudos como Caleb y Lear
-¿Estás tratando de ayudarme o sólo los estás puteando?- preguntó ella, un poco más divertida.
-Ambos- respondió com sinceridad- Ahora dejá de pensar en eso y disfrutemos de nuestra luna de miel.
-Te aviso que no van a ser 5 veces el resto de las noches- comentó la muchacha a modo de broma.
-Lo sé, van a ser mínimo 7- prosiguió su enamorado, besándole en los labios.
-----------------------------------------
-Es demasiado costoso...-murmuró ella, observando los precios de todos los platos en ese lujoso restaurante-. Deberíamos buscar algo más económico.
-¿Somos los reyes de Babilonia y pensás en ahorrar?- cuestionó Judal divertido, arqueando una ceja escéptico.
-¿Qué? Siempre hay que ahorrar- se defendió ella algo avergonzada por su actitud. Aún no se acostumbraba al hecho de que, por haberse casado con Judal, ella era reina de Babilonia. Era una completa locura que, de ser una mísera esclava sin ninguna moneda de oro y acusada a muerte por robar se convirtiera en la reina de todo el pueblo.
-No vamos a ser miserables como el pobre pelotudo de Caleb- le dijo el muchacho-. Elige lo que quieras.
-¿Siempre tenés que insultar a Caleb en todo momento? Si te dignaras a conocerlo bien sabrías que es buena persona- dijo su esposa, divertida por los comentarios de Judal.
-Lo conozco lo suficientemente bien cómo para saber en verdad como es, lamentablemente- contestó él rápidamente-. Es un pelotudo homosexual desvirgador compulsivo que vive en un rancho pelotudo.
-Dijiste pelotudo dos veces- le recalcó Adelaida.
-Me gusta poner enfásis en el hecho de que es un temendo pelotudo- le respondió Judal con tono arrogante.
-De seguro que debe vivir estornudando por tu culpa- opinó ella con tono casual.
-Eso no importa- concluyó el rey, haciéndole unas señas al mesero para que se acercara a la mesa dónde se encontraban.
------------------------------------
-¡Achu!- estornudó el rubio por quinta vez consecutiva.
-¿Te sentís bien?- preguntó con tono de preocupación su enamorada.
-Quizás esté resfríado- opinó Nina.
-Los idiotas como él no se enferman- contestó Lear bebiendo una taza de café y firmando unos papeles, por dicho comentario recibió una mala mirada de la rubia, aunque la ignoró completamente. Los cuatro se encontraban en una de las numerosas cocinas del palacio, Lear para adelantar con su trabajo mientras charlaba con Nina y bebía café; Caleb y Kaileena para poder complacer un antojo de fresas por parte de esta última.
-No seas malo- le reprochó Kaileena colocando sus labios sobre la frente del joven, el cual se sonrojó levemente-. No tenés fiebre.
-Lo están insultando- contestó Lear y, ante las miradas extrañadas de los demás presentes, acotó-. Ya sabés...dicen que cuando alguien te insulta estornudás.
-¿Creés en esas boludeces?- le preguntó Nina divertida.
-¿Se te ocurre otra idea para lo que le esté pasando?- inquirió el joven de cabellos azabaches con seriedad.
-Que está resfríado, sencillo- respondió la rubia con naturalidad.
-No es eso- la contradijo Caleb-. Me sentiría peor y tendría la nariz tapada; me siento bien, estornudo de la nada.
-Te están insultando- afirmó Lear, finalizando de firmar los documentos con una pulcra y bella califgrafía.
-¿Quién?- cuestionó Kaileena, abrazando a su enamorado.
-Sólo se me ocurre una sola persona...-empezó a decir Nina.
-Judal- la interrumpieron ambos hombres, diciendo esas palabras al unísono, con el mismo tono rencoroso.
-¡Achu!- estornudó Caleb de nuevo, recibiendo a modo de respuesta un suspiro resignado de las dos jóvenes.
-------------------------------------
-¡Judal!- exclamó Kaileena, abrazando a su amigo luego de que lo viera-. ¿Cómo te fue en tu luna de miel?- preguntó, con sus ojos reluciendo de manera obvia su curiosidad.
-Excelente- le respondió él con una sonrisa, acariciando suavemente la cabeza de la pelirroja.
-¡Macu! ¿Te sentís bien?- preguntó Caleb preocupado, acercándose a su mejor amiga y notando que el aspecto de la muchacha no era muy bueno.
-Estoy bien, son sólo unas nauseas, habrá sido por el viaje- lo relajó la muchacha, aunque Judal pudo entender rápidamente el verdadero motivo de esas molestias.
-Deberías ir al médico- opinó el muchacho con un tono de voz preocupado.
-Necesito una siesta- murmuró ella, tratando de disimular lo mejor posible su malestar: no deseaba preocupar a nadie con ello. Además, toda la luna de miel la había pasado excelentemente con Judal, fueron recuerdos que ella jamás se iba a olvidar de su cabeza y realmente estaba feliz, además de que las molestias no la habían molestado de nuevo y ella había tenido la esperanza de que quizás fuera algo que había comido en mal estado. El que tuviera nauseas de nuevo no auguraba nada bueno, pero temía de ir a la curandera del pueblo y que le dijera que definitivamente estaba embarazada.
-Hermano...- dijo Lear acercándose a él a pasos rápidos, precedido por Nina-. Necesito que firmes unos papeles.
-Recién llego y ya me rompés las bolas con esa mierda- se quejó el rey irritado.
-¿Querés que esta plebe sea reina? Entonces firmá los papeles- le dijo el muchacho, entregándole una pila grande de varios documentos.
-Cuantos papeles- murmuró la joven de cabellos azabaches asombrada.
-Sí, lo sé. En serio Adelaida, deberías ir a ver a la curandera- le insistió su esposo, mirándola preocupado.
-De acuerdo- accedió ella con un suspiro-. Pero no quiero ir sola.
Antes de que Judal pudiera responder, Nina se adelantó unos pasos y tomó la mano de su amiga.
-Yo te acompaño, no tengo nada que hacer- le respondió con una sonrisa.
-¿No íbamos a pasar tiempo juntos?- se quejó Lear hastiado.
-Quiero hablar con ella acerca de cómo le fue en su luna de miel, ya sabes, una charla de chicas- le respondió la rubia con suma tranquilidad-. ¿Querés venir Kaileena?
-Iría pero ya arreglé con Caleb para preparar un buen almuerzo- respondió ella apenada.
-¿Antojos de nuevo?- inquirió Nina divertida.
-Sí- reconoció la muchacha de ojos azules avergonzada.
-Nos vemos Macu, hablamos más tarde- se despidió Caleb. Kaileena lo imitó mientras que Lear y Judal se despedían para encerrarse en una habitación y poder terminar todos esos papeles.
-Será mejor que vayamos rápido, además quiero saber cómo te fue- le dijo la muchacha tirando de ella-. Ya que está podría hacerme un chequeo.
-------------------------------------------
La casa de la curandera era pequeña pero acogedora, Adelaida recordó la vez anterior en la que había estado allí, luego de donarle sangre a Caleb cuando éste terminó herido y, además, cuando se enteraron que Kaileena estaba embarazada. Estaba sumamente nerviosa, esperando sentada en una de las camillas junto con Nina, quien había aprovechado para hacerse uno de esos chequeos mensuales y así no llevarse ninguna sorpresa.
-Estoy nerviosa, ¿y si estoy embarazada?- preguntó ella a su amiga, observándolo fijamente y reflejando un claro miedo en sus ojos. En toda ese tiempo de espera la muchacha pudo contarle todo lo ocurrido en la luna de miel.
-Tranquila, no es grave, Judal lo tomó a las mil maravillas y vos vas a ser una madre excelente- la relajó la muchacha-. Además no sabemos aún eso.
Finalmente la enfermera apareció y se acercó a ellas con una sonrisa de oreja a oreja.
-¡Felicidades! ¡Estás embarazada!- exclamó alegremente. Y, antes de que Adelaida pudiera siquiera hacer un suspiro resignado y preocuparse por tal noticia, la curandera se acercó a Nina y la abrazó-. ¡Vas a ser mamá!
Ambas jóvenes abrieron los ojos de par en par, totalmente asombradas.
-¿Qué?- cuestionó Nina totalmente desconcertada.
-Estás embarazada de un mes- le explicó la curandera con una sonrisa amable.
-No...puede ser...- murmuró ella, aún asombrada por esa noticia tan inesperada.
-Entonces, ¿la embarazada es Nina?- cuestionó Adelaida, también sin poder creerse esa noticia. Se encontraba más relajada al saber que ella no estaba embarazada.
-No, también lo estás vos linda- le respondió ella con una sonrisa-. Ambas están embarazadas de un mes, sus hijos van a nacer por la misma época.
-No puede ser...-murmuraron ambas al unísono, sin poder creer en eso. Es que, para ser sinceras consigo mismas, parecía una completa locura que ambas estuvieran embarazada de los hermanos Magi y que, por si fuera poco, esos hijos nacerían en la misma fecha, con unos pocos días de diferencias uno del otro.
-Parece una historia ficticia, ¿verdad?- les preguntó la curandera alegremente. Todo ese asunto al parecer le subía mucho el ánimo.
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Te juro que un poco más y me sale humo de la cabeza.
PD: Pág 18 ♥
PD2: 3 contis más adjshjksdasad.
PD3: Aasdjhdjkdsahjdksa ♥
¡Estúpido Judal! ¡Estúpido! ¡Él y sus ganas de mierda que habían causado eso! Se desplomó en la silla, mientras su rostro aún seguía compungido por la sorpresa. Si tan sólo no lo hubieran hecho ese día…
¿Para qué negarlo? Ella también tenía parte de la culpa, pero era mucho más sencillo culpar a Judal, aunque eso, por supuesto, no le quitaba peso a sus preocupaciones.
-“Tranquila, aún no sabemos si es verdad”- pensó su fuero interno, en un vano y patético intento de relajarla. Pero en ese momento ella estaba completamente segura de que estaba embarazada, aún sin la afirmación de un médico, ¿razones? No tenía, tan sólo era una corazonada o un sexto sentido, cómo sea que se llame.
-¿Estás bien?- preguntó Judal, arrodillándose al lado de su enamorada para ver su rostro mejor. Era más que obvio que la noticia le había afectado.
-Estoy embarazada- dijo ella, aún desconcertada.
-No sabemos eso aún- respondió él relajado, no se le veía para nada afectado con todo ese asunto. La muchacha de cabellos azabaches no entendía cómo podía estar tan tranquilo en una situación como esa, sencillamente no le encontraba la lógica.
-Lo sé, llámame idiota por creerlo, pero hay algo que me dice que estoy embarazada- confesó ella, acomodándose unos mechones de sedosos cabellos negros y suspirando. Alzó entonces su vista para posarla en los bellos rubíes de su enamorado-. ¿Cómo te sentís?
-Perfecto, ¿por qué debería estar mal?- preguntó él, esbozando una media sonrisa de superioridad.
-¿En serio me lo preguntás?- inquirió ella arqueando una ceja escéptica.
-No soy como el pelotudo y maricón de Caleb que se desmayó por saber que va a ser padre…- le respondió él con tono arrogante.
-Y ya empezamos…-la interrumpió ella, levemente divertida.
-Dejame terminar- pidió él, colocando una mano suavemente en la boca de su esposa-. Voy a tener un hijo con la mujer que amo y que es mi esposa, ¿por qué debería estar mal?
La muchacha agachó su cabeza, con las mejillas sonrojadas por esa respuesta. Aún le resultaba raro saber qué era esposa de Judal y que se lo dijeran, sencillamente lo consideraba como algo irreal y eso que estaban en su luna de miel. Aún así, siempre le había pasado lo mismo: Judal era tan perfecto que aún le parecía algo imposible el hecho de que estuviera con él. Le pasaba siendo esclava y también ahora, siendo su esposa.
-¿Qué es lo que te preocupa entonces?- le preguntó el muchacho, colocando suavemente una mano sobre su mejilla.
Ella se lo pensó un buen rato antes de responder. ¿Por qué estaba asustada? Siguiendo el mismo razonamiento de Judal, ella debería estar bien ya que iba a tener un hijo con la persona que más amaba, su esposo. Eso ella no lo negaba, sabía que Judal iba a ser el padre de sus futuros hijos, pero lo que le inquietaba era lo rápido que todos los cambios iban ocurriendo. Para ser sincera consigo misma, aún no se sentía en lo absoluto preparada para ser madre: no era paciente y no tenía maña para eso, se sentía demasiado joven e inmadura para conllevar tanta responsabilidad.Probablemente porque jamás había tenido una familia que la quisiera era que la idea de tener hijos le asustaba tanto, ella deseaba que tuvieran un resguardo, una familia amorosa en quién confiar. ¿Y si por su falta de preparación, su inmadurez, no lograba eso? No quería ni por asomo ser como la madre de Judal, quien se preocupó por sus hijos pasado unos varios años, perdiendo innumerables recuerdos con ellos, que ahora se convirtieron en un mero quizás.
-Adelaida...
-Tengo miedo Judal. Temo no poder ser buena madre, no me siento preparada para ello.
Judal sonrió levemente, mucho más relajado que antes y levantó el mentón de su esposa, posando suavemente sus labios en los de ella durante unos escasos segundos.
-No sabemos si estás embarazada aún y, si así lo fuera, serías una excelente madre-le respondió el rey, acariciando esas pálidas mejillas de muñeca con delicadeza.
-Sólo querés tranquilizarme ahora- refutó ella.
-Sí, pero eso no significa que te esté mintiendo- le respondió él con una sonrisa arrogante-. Tenés demasiado amor para dar y siempre tratás de hacer de todo por los demás, por más que sean unos tremendos pelotudos como Caleb y Lear
-¿Estás tratando de ayudarme o sólo los estás puteando?- preguntó ella, un poco más divertida.
-Ambos- respondió com sinceridad- Ahora dejá de pensar en eso y disfrutemos de nuestra luna de miel.
-Te aviso que no van a ser 5 veces el resto de las noches- comentó la muchacha a modo de broma.
-Lo sé, van a ser mínimo 7- prosiguió su enamorado, besándole en los labios.
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-Es demasiado costoso...-murmuró ella, observando los precios de todos los platos en ese lujoso restaurante-. Deberíamos buscar algo más económico.
-¿Somos los reyes de Babilonia y pensás en ahorrar?- cuestionó Judal divertido, arqueando una ceja escéptico.
-¿Qué? Siempre hay que ahorrar- se defendió ella algo avergonzada por su actitud. Aún no se acostumbraba al hecho de que, por haberse casado con Judal, ella era reina de Babilonia. Era una completa locura que, de ser una mísera esclava sin ninguna moneda de oro y acusada a muerte por robar se convirtiera en la reina de todo el pueblo.
-No vamos a ser miserables como el pobre pelotudo de Caleb- le dijo el muchacho-. Elige lo que quieras.
-¿Siempre tenés que insultar a Caleb en todo momento? Si te dignaras a conocerlo bien sabrías que es buena persona- dijo su esposa, divertida por los comentarios de Judal.
-Lo conozco lo suficientemente bien cómo para saber en verdad como es, lamentablemente- contestó él rápidamente-. Es un pelotudo homosexual desvirgador compulsivo que vive en un rancho pelotudo.
-Dijiste pelotudo dos veces- le recalcó Adelaida.
-Me gusta poner enfásis en el hecho de que es un temendo pelotudo- le respondió Judal con tono arrogante.
-De seguro que debe vivir estornudando por tu culpa- opinó ella con tono casual.
-Eso no importa- concluyó el rey, haciéndole unas señas al mesero para que se acercara a la mesa dónde se encontraban.
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-¡Achu!- estornudó el rubio por quinta vez consecutiva.
-¿Te sentís bien?- preguntó con tono de preocupación su enamorada.
-Quizás esté resfríado- opinó Nina.
-Los idiotas como él no se enferman- contestó Lear bebiendo una taza de café y firmando unos papeles, por dicho comentario recibió una mala mirada de la rubia, aunque la ignoró completamente. Los cuatro se encontraban en una de las numerosas cocinas del palacio, Lear para adelantar con su trabajo mientras charlaba con Nina y bebía café; Caleb y Kaileena para poder complacer un antojo de fresas por parte de esta última.
-No seas malo- le reprochó Kaileena colocando sus labios sobre la frente del joven, el cual se sonrojó levemente-. No tenés fiebre.
-Lo están insultando- contestó Lear y, ante las miradas extrañadas de los demás presentes, acotó-. Ya sabés...dicen que cuando alguien te insulta estornudás.
-¿Creés en esas boludeces?- le preguntó Nina divertida.
-¿Se te ocurre otra idea para lo que le esté pasando?- inquirió el joven de cabellos azabaches con seriedad.
-Que está resfríado, sencillo- respondió la rubia con naturalidad.
-No es eso- la contradijo Caleb-. Me sentiría peor y tendría la nariz tapada; me siento bien, estornudo de la nada.
-Te están insultando- afirmó Lear, finalizando de firmar los documentos con una pulcra y bella califgrafía.
-¿Quién?- cuestionó Kaileena, abrazando a su enamorado.
-Sólo se me ocurre una sola persona...-empezó a decir Nina.
-Judal- la interrumpieron ambos hombres, diciendo esas palabras al unísono, con el mismo tono rencoroso.
-¡Achu!- estornudó Caleb de nuevo, recibiendo a modo de respuesta un suspiro resignado de las dos jóvenes.
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-¡Judal!- exclamó Kaileena, abrazando a su amigo luego de que lo viera-. ¿Cómo te fue en tu luna de miel?- preguntó, con sus ojos reluciendo de manera obvia su curiosidad.
-Excelente- le respondió él con una sonrisa, acariciando suavemente la cabeza de la pelirroja.
-¡Macu! ¿Te sentís bien?- preguntó Caleb preocupado, acercándose a su mejor amiga y notando que el aspecto de la muchacha no era muy bueno.
-Estoy bien, son sólo unas nauseas, habrá sido por el viaje- lo relajó la muchacha, aunque Judal pudo entender rápidamente el verdadero motivo de esas molestias.
-Deberías ir al médico- opinó el muchacho con un tono de voz preocupado.
-Necesito una siesta- murmuró ella, tratando de disimular lo mejor posible su malestar: no deseaba preocupar a nadie con ello. Además, toda la luna de miel la había pasado excelentemente con Judal, fueron recuerdos que ella jamás se iba a olvidar de su cabeza y realmente estaba feliz, además de que las molestias no la habían molestado de nuevo y ella había tenido la esperanza de que quizás fuera algo que había comido en mal estado. El que tuviera nauseas de nuevo no auguraba nada bueno, pero temía de ir a la curandera del pueblo y que le dijera que definitivamente estaba embarazada.
-Hermano...- dijo Lear acercándose a él a pasos rápidos, precedido por Nina-. Necesito que firmes unos papeles.
-Recién llego y ya me rompés las bolas con esa mierda- se quejó el rey irritado.
-¿Querés que esta plebe sea reina? Entonces firmá los papeles- le dijo el muchacho, entregándole una pila grande de varios documentos.
-Cuantos papeles- murmuró la joven de cabellos azabaches asombrada.
-Sí, lo sé. En serio Adelaida, deberías ir a ver a la curandera- le insistió su esposo, mirándola preocupado.
-De acuerdo- accedió ella con un suspiro-. Pero no quiero ir sola.
Antes de que Judal pudiera responder, Nina se adelantó unos pasos y tomó la mano de su amiga.
-Yo te acompaño, no tengo nada que hacer- le respondió con una sonrisa.
-¿No íbamos a pasar tiempo juntos?- se quejó Lear hastiado.
-Quiero hablar con ella acerca de cómo le fue en su luna de miel, ya sabes, una charla de chicas- le respondió la rubia con suma tranquilidad-. ¿Querés venir Kaileena?
-Iría pero ya arreglé con Caleb para preparar un buen almuerzo- respondió ella apenada.
-¿Antojos de nuevo?- inquirió Nina divertida.
-Sí- reconoció la muchacha de ojos azules avergonzada.
-Nos vemos Macu, hablamos más tarde- se despidió Caleb. Kaileena lo imitó mientras que Lear y Judal se despedían para encerrarse en una habitación y poder terminar todos esos papeles.
-Será mejor que vayamos rápido, además quiero saber cómo te fue- le dijo la muchacha tirando de ella-. Ya que está podría hacerme un chequeo.
-------------------------------------------
La casa de la curandera era pequeña pero acogedora, Adelaida recordó la vez anterior en la que había estado allí, luego de donarle sangre a Caleb cuando éste terminó herido y, además, cuando se enteraron que Kaileena estaba embarazada. Estaba sumamente nerviosa, esperando sentada en una de las camillas junto con Nina, quien había aprovechado para hacerse uno de esos chequeos mensuales y así no llevarse ninguna sorpresa.
-Estoy nerviosa, ¿y si estoy embarazada?- preguntó ella a su amiga, observándolo fijamente y reflejando un claro miedo en sus ojos. En toda ese tiempo de espera la muchacha pudo contarle todo lo ocurrido en la luna de miel.
-Tranquila, no es grave, Judal lo tomó a las mil maravillas y vos vas a ser una madre excelente- la relajó la muchacha-. Además no sabemos aún eso.
Finalmente la enfermera apareció y se acercó a ellas con una sonrisa de oreja a oreja.
-¡Felicidades! ¡Estás embarazada!- exclamó alegremente. Y, antes de que Adelaida pudiera siquiera hacer un suspiro resignado y preocuparse por tal noticia, la curandera se acercó a Nina y la abrazó-. ¡Vas a ser mamá!
Ambas jóvenes abrieron los ojos de par en par, totalmente asombradas.
-¿Qué?- cuestionó Nina totalmente desconcertada.
-Estás embarazada de un mes- le explicó la curandera con una sonrisa amable.
-No...puede ser...- murmuró ella, aún asombrada por esa noticia tan inesperada.
-Entonces, ¿la embarazada es Nina?- cuestionó Adelaida, también sin poder creerse esa noticia. Se encontraba más relajada al saber que ella no estaba embarazada.
-No, también lo estás vos linda- le respondió ella con una sonrisa-. Ambas están embarazadas de un mes, sus hijos van a nacer por la misma época.
-No puede ser...-murmuraron ambas al unísono, sin poder creer en eso. Es que, para ser sinceras consigo mismas, parecía una completa locura que ambas estuvieran embarazada de los hermanos Magi y que, por si fuera poco, esos hijos nacerían en la misma fecha, con unos pocos días de diferencias uno del otro.
-Parece una historia ficticia, ¿verdad?- les preguntó la curandera alegremente. Todo ese asunto al parecer le subía mucho el ánimo.
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Te juro que un poco más y me sale humo de la cabeza.
PD: Pág 18 ♥
PD2: 3 contis más adjshjksdasad.
PD3: Aasdjhdjkdsahjdksa ♥
Re: [Roll] The city of Babylonia~
- ¿¡Qué!? - La muchacha de cabellos dorados se agarró la cabeza con ambas manos mientras posaba su mirada intranquila sobre la curandera -
- Tranquila linda - Suplicó la anciana mientras la obligaba a sentarse nuevamente para luego poner en sus manos un vaso de agua -
- ¿¡Cómo le diré eso a Lear!? - Se dijo desesperada. La señora se le quedó mirando sorprendida -
- ¿Lear dijiste? - Preguntó sorprendida -
-S-Si - Respondió avergonzada para luego dar un pequeño sorbo a su vaso -
- Mira que casualidad - Dijo para luego guardar los pergaminos en un sobre - Tengan - Les dijo con amabilidad mientras sonreía - Hagan llegar mis buenos deseos a los futuros padres -
- Te lo agradezco - Le dijo la pelinegra mientras agarraba a su amiga por los hombros - ¿Vamos? -
- S-Si - Respondió la muchacha de cabellos dorados. Después de saludar a la curandera con un movimiento de mano comenzó a seguir a la enamorada de Judal -
------------------
- Te dije que leas ese pergamino - Dijo Lear señalandolo de manera acusadora -
- Pará de romperme las bolas - Respondió Judal mientras miraba a su hermano con cara de pocos amigos - Mejor agradecé que sigo acá sentado porque me sobran ganas de irme a la mierda -
- Responsabilidad es lo mínimo que pedimos con mamá - Le dijo a lo que ese pelinegro de largos cabellos posó su cabeza en una de sus manos para luego suspirar pesadamente -
- ¿Responsabilidad? - Preguntó mientras agarraba con su mano libre un cuenco que contenía un espeso líquido negro. Después de mirar su contenido unos segundos terminó estampandolo en la cara de su hermano -
- ¿¡Qué mierda hacés!? - Preguntó Lear mientras buscaba una hoja en blanco para poder limpiarse -
- Solo agilizo las cosas - Respondió mientras estampaba un papel en la cara de Lear - ¿Ves? Tu cara de cacho a modo de firma en los papeles es mejor que cualquier nombre que pueda escribir -
- ¡Boludo de mierda! - Le dijo para luego comenzar a limpiarse con un pergamino - ¡Vos no entendés nada de lo que digo! -
- Si vos hablás como un preescolar la culpa no es mía - Dijo mientras comenzaba a reír -
- ¡Tenés un problema para asimilar información! - Respondió mientras se limpiaba la cara con más ahínco - ¡Mierda! - Maldijo -
- Hola chi.. - La pelinegra se quedó mirando a Lear para luego posar la mirada en su enamorado - ¿Qué hiciste? -
- Hice que guardara silencio - Respondió mientras sonreía arrogante -
- ¡Idiota! - Maldijo Lear nuevamente -
- Tranquilo boludo - Le dijo mientras estampaba nuevamente un pergamino en su cara - ¿Ves? Es rapidísimo - Murmuró intentando no reírse mientras miraba las manchas negras del papel -
- ... - Las mejillas de la muchacha de cabellos dorados se pusieron pálidas ante la mirada iracunda que Lear le dedicaba a su hermano menor - Vamonos - Suplicó a su amiga -
- Bueno - Ese pelinegro de cabellos largos se puso de pie - ¿Esperamos un pequeño para agrandar la familia? -
- ... - La pelinegra le enseñó a Judal dos dedos donde Lear no pudiera ver -
- Mira que inesperado - Dijo algo sorprendido para luego mirar con cariño a su enamorada - Me alegra mucho que ese hijo sea mío - Dijo para luego posar su mano sobre uno de los hombros de Nina - Mis condolencias - Le dijo mientras sonreía arrogante -
- Gracias - Respondió con sarcásmo -
- ¿Cuando vas a hablar con ese idiota? - Preguntó a lo que la muchacha de cabellos dorados suspiró pesadamente -
- Primero quiero encontrar las palabras para.. - Ese pelinegro le puso una mano sobre los labios para luego girarse a mirar a su hermano que segía limpiandose las manchas -
- Vas a ser padre Lear - Le dijo descaradamente a lo que su hermano se quedó duro unos segundos -
- ¿Q-Qué dijiste? - Ese pelinegro posó su mirada en Judal sorprendido -
- Vas a ser padre - Dijo nuevamente - Nina espera un hijo -
- ¿¡QUÉ!? - Preguntó desesperado. Segundos después se desplomo sobre uno de los sillones -
- ... - Judal comenzó a reír - Es Caleb 2 - Dijo mientras se agarraba la cabeza para luego negar sin parar de reír - Si no pueden asimilar la posibilidad de ser padres ¿Para qué mierda quisieron tener relaciones? - Dijo para luego mirar a la enamorada de su hermano - ¿Me pasas ese vaso de agua? - Suplicó. La nominada suspiró para luego ir a buscar lo que Judal le había pedido -
- Ten -
- ... - Judal lo agarró con cuidado para luego lanzar ese líquido a la cara de su hermano -
- ¡Mierda! - Maldijo Lear mientras posaba sus carmínes en Judal enojado -
- Buenos días papi - Saludó mientras sonreía arrogante a lo que las mejillas de Lear se pusieron pálidas -
- ¿Lo que dice Judal es verdad? - Preguntó a su enamorada que solo pudo esconder con sus cabellos -
- S-Si - Respondió con las mejillas sonrosadas -
- Perdoname Nina - Dijo algo avergonzado - Me agarró de sorpresa pero me alegra inmensamente escuchar eso -
- ... - La nominada se quedó mirando a su enamorado sorprendida para luego sonreír ampliamente -
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- Puede nacer en cualquier momento - Le dijo Judal analizando una agenda a lo que la peliroja se le quedó mirando sin decir palabra. Habían pasado unos meses desde que se enteraron del embarazo de las dos enamoradas de los Magi por lo que era lógico que su hijo estubiera por nacer -
- ¿Cuándo es en cualquier momento? - Preguntó la peliroja exasperada a lo que su amigo se encogió de hombros -
- Kaileena no laburo de médico - Respondió mientras la miraba -
- Tengo algo de miedo - Respondió mientras posaba su mirada en el suelo -
- Tranquila - Le dijo mientras le besaba la cabeza - Todos vamos a ir con vos de la curandera cuando ese bebé llegue - Finalizó mientras sonreía amable a lo que su amiga lo rodeó con sus brazos mientras sonreía -
- Cara de mierda - Dijo Judal de la nada. La persona a la que se dirigía era nada ni nada menos que Caleb -
- ¿Qué? - Ese chico de cabellos dorados posó su mirada sobre ese pelinegro -
- Vas a acompañar a Kaileena cuando.. - Judal posó sus carmínes sobre Kaileena. Su amiga le había agarrado la mano con algo de rudeza - ¿Qué pasa? - Le dijo mientras pasaba su mano suavemente por los cabellos de la peliroja -
- D-Duele - Respondió en susurros. Ese chico de cabellos negros se puso rápidamente de pie para agarrar a Kaileena en brazos como si no pesara nada - ¡MARSÚ! - Llamó mientras miraba a su amiga que solo podía hacer muecas de dolor -
- ¿¡Qué pasa!? - Respondió ese pelirojo preocupado por lo intranquila que sonaba la voz de su primo -
- Es Kaileena - Dijo mientras miraba a Caleb que no respondía - ¿Le das una piña por mi? - Suplicó sin entender como a ese bobo se le ocurría reaccionar de una manera tan idiota -
- Seguro - Dijo mientras sonreía. Se arremangó las mangas para luedo dar a ese chico de cabellos dorados un duro golpe -
- ¡ARGH! - Chilló de dolor mientras se sobaba la cabeza - ¿¡Por qué hiciste eso!? -
- Porque Judal me dijo - Respondió mientras se encogía de hombros -
- Marsú quiero que busques a Lear - Le dijo mientras aseguraba su agarre sobre Kaileena - Te veo en lo de la curandera -
- Enseguida - Respondió mientras comenzaba a correr por uno de los pasillos -
- Vos - Judal posó ahora su mirada sobre Caleb - Espabila pedaso de homosexual - Le dijo para luego comenzar a caminar -
- ... - Caleb que quedó pasmado cuando comprendió que su hijo iba a nacer - Dios va a nacer - Se dijo mientras se agarraba la cabeza con ambas manos - Va.. Va a nacer -
- ¡Si no empezás a mover ese culo deforme Caleb te juro que te hago correr en pelotas por todo el pueblo perseguido por Andrómeda! - Ese chico de cabellos dorados se puso pálido ante la imágen mental que aquella amenaza le generó -
- S-Si - Respondió mientras comenzaba a seguir a Judal -
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- Respira Kaileena - Suplicó Judal mientras ingresaba a la casa de la curandera sin siquiera llamar -
- D-Dios - La señora se quedó mirando a Judal intentando recuperarse de la sorpresa. Cuando posó la mirada sobre Kaileena comprendió lo que pasaba -
- Vengan por aquí - Les dijo mientras señalaba una de las camas - Quiero que me digas que es lo que pasa linda - Le suplicó a Kaileena lo más amablemente que pudo -
- ¡Dios es como comenzar a morir! - Chilló a lo que la anciana posó su mirada sobre los chicos - Preparense porque en cualquier segundo puede comenzar a.. -
- Señora - Ese pelinegro señaló la cama - Me parece que rompió bolsa -
- Me corrijo entonces - Dijo mientras se preparaba - Está en camino -
¡PUM!
Judal se giró solo para encontrarse a Caleb que se había desmayado.
- La puta madre que me parió a mi y a todos los presentes incluído vos ¿¡Como puede ser!? - Se dijo mientras se agarraba la cabeza - Es un mal momento para morir ¿Entendés? - Dijo mientras lo sacudía con su pie - Dale idiota - Siguió pero Caleb no reaccionaba - ¡Boludo! ¡Piernas de pollo! ¡Homosexual! ¡Pobre! ¡Fetichista! ¡Manicero! ¡Sexópata! ¡Ranchero! ¡Desperdicio de vida! ¡Cúmulo de bosta! ¡Forro! - Judal se quedó mirandolo para después comenzar a picar su mejilla con un dedo - Parece que mi deseo se cumplió - Dijo para luego posar sus carmínes sobre la curandera - Bueno.. ¿Quiere que le ayude en lugar de Caleb? -
- Si - Respondió mientras miraba a la peliroja -
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- Vamos linda - Dijo la anciana mientras Judal tranquilizaba a Kaileena - Solo un poco más -
- Mi cabeza - Se dijo a si mismo Caleb mientras se reincorporaba como podía -
- Buenos días boludo durmiente - Le dijo Judal. Lear se encontraba allí con su enamorada que se veía algo pálida a causa de los mareos provocados por su embarazo. También estaba Marsú que preparaba algo de agua caliente para bañar al bebe cuando saliera y Adelaida que se encontraba arrodillada junto a su amigo -
- Dios - La curandera les enseñó al pequeño bebe mientras sonreía conmovida - Es un niño -
- Si mira - Dijo Judal mientras se acercaba - Ese debe ser el piturris de Caleb - Señaló mientras negaba con la cabeza - Mis condolencias pequeño -
- Caleb mira ese es tu hijo - Dijo la pelinegra mientras sonreía ampliamente -
PUM!
- ¿Caleb? - La pelinegra se giró para ver nuevamente a su amigo tendido en el suelo -
- Hago de padre - Judal agarró a ese pequeño para comenzar a limpiar su cuerpo con cuidado - ¿Pensaste un nombre Kaileena? - Preguntó mientras la miraba -
- B-Bueno.. - La peliroja intentaba mantenerse conciente mientras pensaba algún nombre debido a que aquello se le había pasado completamente - Zahir - Respondió la peliroja mientras lo miraba con cariño -
- Lindo - Respondió Judal mientras con ayuda de la curandera terminaban de preparar a ese niño - Ya - Dijo mientras lo agarraba en brazos con cuidado para que Kaileena lo pudiera ver -
- Es hermoso - Dijo ella mientras lo agarraba con cuidado -
- Es una pena que Caleb sea un boludo sensible - Dijo ese pelinegro. Kaileena posó su cabeza sobre su hombro para quedarse dormida con ese pequeño en brazos - Descansá - Le dijo suavemente Judal para luego besar suavemente su cabeza -
- Tranquila linda - Suplicó la anciana mientras la obligaba a sentarse nuevamente para luego poner en sus manos un vaso de agua -
- ¿¡Cómo le diré eso a Lear!? - Se dijo desesperada. La señora se le quedó mirando sorprendida -
- ¿Lear dijiste? - Preguntó sorprendida -
-S-Si - Respondió avergonzada para luego dar un pequeño sorbo a su vaso -
- Mira que casualidad - Dijo para luego guardar los pergaminos en un sobre - Tengan - Les dijo con amabilidad mientras sonreía - Hagan llegar mis buenos deseos a los futuros padres -
- Te lo agradezco - Le dijo la pelinegra mientras agarraba a su amiga por los hombros - ¿Vamos? -
- S-Si - Respondió la muchacha de cabellos dorados. Después de saludar a la curandera con un movimiento de mano comenzó a seguir a la enamorada de Judal -
------------------
- Te dije que leas ese pergamino - Dijo Lear señalandolo de manera acusadora -
- Pará de romperme las bolas - Respondió Judal mientras miraba a su hermano con cara de pocos amigos - Mejor agradecé que sigo acá sentado porque me sobran ganas de irme a la mierda -
- Responsabilidad es lo mínimo que pedimos con mamá - Le dijo a lo que ese pelinegro de largos cabellos posó su cabeza en una de sus manos para luego suspirar pesadamente -
- ¿Responsabilidad? - Preguntó mientras agarraba con su mano libre un cuenco que contenía un espeso líquido negro. Después de mirar su contenido unos segundos terminó estampandolo en la cara de su hermano -
- ¿¡Qué mierda hacés!? - Preguntó Lear mientras buscaba una hoja en blanco para poder limpiarse -
- Solo agilizo las cosas - Respondió mientras estampaba un papel en la cara de Lear - ¿Ves? Tu cara de cacho a modo de firma en los papeles es mejor que cualquier nombre que pueda escribir -
- ¡Boludo de mierda! - Le dijo para luego comenzar a limpiarse con un pergamino - ¡Vos no entendés nada de lo que digo! -
- Si vos hablás como un preescolar la culpa no es mía - Dijo mientras comenzaba a reír -
- ¡Tenés un problema para asimilar información! - Respondió mientras se limpiaba la cara con más ahínco - ¡Mierda! - Maldijo -
- Hola chi.. - La pelinegra se quedó mirando a Lear para luego posar la mirada en su enamorado - ¿Qué hiciste? -
- Hice que guardara silencio - Respondió mientras sonreía arrogante -
- ¡Idiota! - Maldijo Lear nuevamente -
- Tranquilo boludo - Le dijo mientras estampaba nuevamente un pergamino en su cara - ¿Ves? Es rapidísimo - Murmuró intentando no reírse mientras miraba las manchas negras del papel -
- ... - Las mejillas de la muchacha de cabellos dorados se pusieron pálidas ante la mirada iracunda que Lear le dedicaba a su hermano menor - Vamonos - Suplicó a su amiga -
- Bueno - Ese pelinegro de cabellos largos se puso de pie - ¿Esperamos un pequeño para agrandar la familia? -
- ... - La pelinegra le enseñó a Judal dos dedos donde Lear no pudiera ver -
- Mira que inesperado - Dijo algo sorprendido para luego mirar con cariño a su enamorada - Me alegra mucho que ese hijo sea mío - Dijo para luego posar su mano sobre uno de los hombros de Nina - Mis condolencias - Le dijo mientras sonreía arrogante -
- Gracias - Respondió con sarcásmo -
- ¿Cuando vas a hablar con ese idiota? - Preguntó a lo que la muchacha de cabellos dorados suspiró pesadamente -
- Primero quiero encontrar las palabras para.. - Ese pelinegro le puso una mano sobre los labios para luego girarse a mirar a su hermano que segía limpiandose las manchas -
- Vas a ser padre Lear - Le dijo descaradamente a lo que su hermano se quedó duro unos segundos -
- ¿Q-Qué dijiste? - Ese pelinegro posó su mirada en Judal sorprendido -
- Vas a ser padre - Dijo nuevamente - Nina espera un hijo -
- ¿¡QUÉ!? - Preguntó desesperado. Segundos después se desplomo sobre uno de los sillones -
- ... - Judal comenzó a reír - Es Caleb 2 - Dijo mientras se agarraba la cabeza para luego negar sin parar de reír - Si no pueden asimilar la posibilidad de ser padres ¿Para qué mierda quisieron tener relaciones? - Dijo para luego mirar a la enamorada de su hermano - ¿Me pasas ese vaso de agua? - Suplicó. La nominada suspiró para luego ir a buscar lo que Judal le había pedido -
- Ten -
- ... - Judal lo agarró con cuidado para luego lanzar ese líquido a la cara de su hermano -
- ¡Mierda! - Maldijo Lear mientras posaba sus carmínes en Judal enojado -
- Buenos días papi - Saludó mientras sonreía arrogante a lo que las mejillas de Lear se pusieron pálidas -
- ¿Lo que dice Judal es verdad? - Preguntó a su enamorada que solo pudo esconder con sus cabellos -
- S-Si - Respondió con las mejillas sonrosadas -
- Perdoname Nina - Dijo algo avergonzado - Me agarró de sorpresa pero me alegra inmensamente escuchar eso -
- ... - La nominada se quedó mirando a su enamorado sorprendida para luego sonreír ampliamente -
----------------------------
- Puede nacer en cualquier momento - Le dijo Judal analizando una agenda a lo que la peliroja se le quedó mirando sin decir palabra. Habían pasado unos meses desde que se enteraron del embarazo de las dos enamoradas de los Magi por lo que era lógico que su hijo estubiera por nacer -
- ¿Cuándo es en cualquier momento? - Preguntó la peliroja exasperada a lo que su amigo se encogió de hombros -
- Kaileena no laburo de médico - Respondió mientras la miraba -
- Tengo algo de miedo - Respondió mientras posaba su mirada en el suelo -
- Tranquila - Le dijo mientras le besaba la cabeza - Todos vamos a ir con vos de la curandera cuando ese bebé llegue - Finalizó mientras sonreía amable a lo que su amiga lo rodeó con sus brazos mientras sonreía -
- Cara de mierda - Dijo Judal de la nada. La persona a la que se dirigía era nada ni nada menos que Caleb -
- ¿Qué? - Ese chico de cabellos dorados posó su mirada sobre ese pelinegro -
- Vas a acompañar a Kaileena cuando.. - Judal posó sus carmínes sobre Kaileena. Su amiga le había agarrado la mano con algo de rudeza - ¿Qué pasa? - Le dijo mientras pasaba su mano suavemente por los cabellos de la peliroja -
- D-Duele - Respondió en susurros. Ese chico de cabellos negros se puso rápidamente de pie para agarrar a Kaileena en brazos como si no pesara nada - ¡MARSÚ! - Llamó mientras miraba a su amiga que solo podía hacer muecas de dolor -
- ¿¡Qué pasa!? - Respondió ese pelirojo preocupado por lo intranquila que sonaba la voz de su primo -
- Es Kaileena - Dijo mientras miraba a Caleb que no respondía - ¿Le das una piña por mi? - Suplicó sin entender como a ese bobo se le ocurría reaccionar de una manera tan idiota -
- Seguro - Dijo mientras sonreía. Se arremangó las mangas para luedo dar a ese chico de cabellos dorados un duro golpe -
- ¡ARGH! - Chilló de dolor mientras se sobaba la cabeza - ¿¡Por qué hiciste eso!? -
- Porque Judal me dijo - Respondió mientras se encogía de hombros -
- Marsú quiero que busques a Lear - Le dijo mientras aseguraba su agarre sobre Kaileena - Te veo en lo de la curandera -
- Enseguida - Respondió mientras comenzaba a correr por uno de los pasillos -
- Vos - Judal posó ahora su mirada sobre Caleb - Espabila pedaso de homosexual - Le dijo para luego comenzar a caminar -
- ... - Caleb que quedó pasmado cuando comprendió que su hijo iba a nacer - Dios va a nacer - Se dijo mientras se agarraba la cabeza con ambas manos - Va.. Va a nacer -
- ¡Si no empezás a mover ese culo deforme Caleb te juro que te hago correr en pelotas por todo el pueblo perseguido por Andrómeda! - Ese chico de cabellos dorados se puso pálido ante la imágen mental que aquella amenaza le generó -
- S-Si - Respondió mientras comenzaba a seguir a Judal -
-------------------------------
- Respira Kaileena - Suplicó Judal mientras ingresaba a la casa de la curandera sin siquiera llamar -
- D-Dios - La señora se quedó mirando a Judal intentando recuperarse de la sorpresa. Cuando posó la mirada sobre Kaileena comprendió lo que pasaba -
- Vengan por aquí - Les dijo mientras señalaba una de las camas - Quiero que me digas que es lo que pasa linda - Le suplicó a Kaileena lo más amablemente que pudo -
- ¡Dios es como comenzar a morir! - Chilló a lo que la anciana posó su mirada sobre los chicos - Preparense porque en cualquier segundo puede comenzar a.. -
- Señora - Ese pelinegro señaló la cama - Me parece que rompió bolsa -
- Me corrijo entonces - Dijo mientras se preparaba - Está en camino -
¡PUM!
Judal se giró solo para encontrarse a Caleb que se había desmayado.
- La puta madre que me parió a mi y a todos los presentes incluído vos ¿¡Como puede ser!? - Se dijo mientras se agarraba la cabeza - Es un mal momento para morir ¿Entendés? - Dijo mientras lo sacudía con su pie - Dale idiota - Siguió pero Caleb no reaccionaba - ¡Boludo! ¡Piernas de pollo! ¡Homosexual! ¡Pobre! ¡Fetichista! ¡Manicero! ¡Sexópata! ¡Ranchero! ¡Desperdicio de vida! ¡Cúmulo de bosta! ¡Forro! - Judal se quedó mirandolo para después comenzar a picar su mejilla con un dedo - Parece que mi deseo se cumplió - Dijo para luego posar sus carmínes sobre la curandera - Bueno.. ¿Quiere que le ayude en lugar de Caleb? -
- Si - Respondió mientras miraba a la peliroja -
---------------------------------
- Vamos linda - Dijo la anciana mientras Judal tranquilizaba a Kaileena - Solo un poco más -
- Mi cabeza - Se dijo a si mismo Caleb mientras se reincorporaba como podía -
- Buenos días boludo durmiente - Le dijo Judal. Lear se encontraba allí con su enamorada que se veía algo pálida a causa de los mareos provocados por su embarazo. También estaba Marsú que preparaba algo de agua caliente para bañar al bebe cuando saliera y Adelaida que se encontraba arrodillada junto a su amigo -
- Dios - La curandera les enseñó al pequeño bebe mientras sonreía conmovida - Es un niño -
- Si mira - Dijo Judal mientras se acercaba - Ese debe ser el piturris de Caleb - Señaló mientras negaba con la cabeza - Mis condolencias pequeño -
- Caleb mira ese es tu hijo - Dijo la pelinegra mientras sonreía ampliamente -
PUM!
- ¿Caleb? - La pelinegra se giró para ver nuevamente a su amigo tendido en el suelo -
- Hago de padre - Judal agarró a ese pequeño para comenzar a limpiar su cuerpo con cuidado - ¿Pensaste un nombre Kaileena? - Preguntó mientras la miraba -
- B-Bueno.. - La peliroja intentaba mantenerse conciente mientras pensaba algún nombre debido a que aquello se le había pasado completamente - Zahir - Respondió la peliroja mientras lo miraba con cariño -
- Lindo - Respondió Judal mientras con ayuda de la curandera terminaban de preparar a ese niño - Ya - Dijo mientras lo agarraba en brazos con cuidado para que Kaileena lo pudiera ver -
- Es hermoso - Dijo ella mientras lo agarraba con cuidado -
- Es una pena que Caleb sea un boludo sensible - Dijo ese pelinegro. Kaileena posó su cabeza sobre su hombro para quedarse dormida con ese pequeño en brazos - Descansá - Le dijo suavemente Judal para luego besar suavemente su cabeza -
Tooru- **Full*Contest**
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Edad : 29
Cumpleaños!! : 31/03/1995
Mi llegada : 26/03/2009
Mis Mensajes : 2522
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Re: [Roll] The city of Babylonia~
“¡Caleb! ¡Despierta! ¡Caleb! “
Las palabras sonaban distorsionadas y difusas, como si proviniesen de un lugar muy lejano. Su mente no podía siquiera interpretarlas, estando absorto en otro recóndito lugar de su mente: Kaileena estaba pariendo. Estaba paralizado, sin poder moverse, mientras que veía como la joven hacía sus esfuerzos pujando y, finalmente, se escuchaba un llanto.
Cuando se fue a acercar a su hijo, pudiendo finalmente hacer uso de su cuerpo, el rey de Babilonia se adelantó, agarrándolo entre sus brazos.
-¿Qué hacés? ¡Es mi hijo!- exclamó el rubio desconcertado.
-¿Ahora de pelotudo sos ciego? Es mi hijo- dijo Judal, mostrándole el rostro del pequeño niño y Caleb vio, horrorizado, cómo éste era un calco en miniatura del morocho.
-¡Despertá de una vez pendejo pelotudo!- gritó el bebé para su asombro.
Y, de repente, sintió un fuerte golpe en su cabeza y todo se volvió negro.
“¡Ya levantate ranchero pelotudo!”
La voz de Judal lo trajo de nuevo en la realidad. Se incorporó como pudo y alzó la vista, para posarse con unos escarlatas que lo miraban con fijeza.
-Eh, ¿qué ocurrió?- preguntó Caleb totalmente desconcertado.
-Sé que sos un boludo, pero a veces tu idiotez extrema supera límites que me sorprende- lo insultó Judal. Tenía los brazos cruzados con sus orbes escarlatas dirigiéndole una mirada desaprobradora al rubio. Finalmente, lo levantó de un tirón de su brazo y lo empujó para que se acercara a la camilla, dónde Kaileena, con rostro pálido y cabellos despeinados, abrazaba y observaba cómo si fuera lo más bello del mundo a un pequeno bulto envuelto en mantas entre sus brazos.
Alzó la vista y esbozó una bella y débil sonrisa.
-Caleb...este es tu hijo, Zahír.
El muchacho vio entonces ese bulto y distinguió un pequeño bebé, con los ojos cerrados y cachetes inflados. Era totalmente hermoso. Con pasos torpes se acercó aún más a la camilla y tomó al niño. Todo lo anterior habían sido una cruel pesadilla y ese momento hermoso era la realidad, la bella realidad que a él aún le costaba creer, ya que parecía tan idónico cómo para que alguien como él pudiera siquiera tocarlo con los dedos. Y allí estaba, abrazando a su hijo hermoso, el cual había tenido con la mujer que más amaba en su vida.
No lo pudo evitar, la emoción de todo lo sucedido provocó que comenzara a llorar, algo sumamente extraño en él. Era curioso ver cómo la sensible Kaileena podía mantenerse con serenidad mientras que él lloraba sin poder parar.
- Felicidades- murmuró Adelaida a su oído, dándole un beso en la mejilla- Ya sos padre Caleb.
Y, aún teniéndo a su hijo entre sus brazos, esas palabras le seguían pareciendo demasiado buenas como para que él las pudiera escuchar.
.................................
-¡Idiota! ¡Pendejo de mierda!- gritó Lear, sumamente enojado mientras le lanzaba con fuerza una manzana a su hermano, el cual la atrapó con suma facilidad y le dio un mordisco.
-¿Hace cuánto que Nina está embarazada? ¿9 meses?- preguntó sin esperar respuesta alguna-. Y aún no pudiste satisfacer ni un antojo de Nina. Sos patético.
El muchacho gruñió furioso mientras veía como su hermano esbozaba una sonrisa soberbia. Desde que ambas enamoradas habían quedado embarazadas al mismo tiempo, no sólo se encontraban más unidas que nunca sino que además sus antojos se habían complementado, teniendo los mismos, por lo que siempre los hermanos Magi debían salir juntos a conseguir lo que sus novias querían.
-No me rompas las bolas Judal y terminá de hacer esa tarta de frutillas- pidió Lear con un humor de perros.
-No es mi culpa que seas un pelotudo en la cocina- se defendió el menor.
-Pendejo de mierda- murmuró el joven de ojos escarlatas ofendido-. Te dije que llamáramos a un sirviente.
-Tardan mucho. Podrías variar un poco los insultos, aborto de murciélago- opinó Judal, terminando de preparar finalmente la tarta- Listo, vamos.
Ambos jóvenes caminaron por los pasillos del palacio para llegar finalmente al cuarto, y, al mismo tiempo, abrieron los ojos de par en par, asombrados por lo que habían encontrado.
Nina estaba en el piso, recostada y respirando con dificultad, a su lado estaba Adelaida, con el rostro pálido y expresión nerviosa tratando de asistirla cómo podía.
-Lear, prepará un carro ahora, hay que llevarla- pidió Judal, mientras cargaba a Nina en brazos- ¿Estás bien?- le preguntó a su enamorada.
-Sí, lo es-estoy- tartamudeó nerviosa, mientras caminaba a su lado.
Lear se quedó inmóvil durante unos segundos, desconcertado y sin saber cómo reaccionar, viendo cómo su hermano cargaba en brazos a la rubia que comenzó a gritar por el dolor.
-¡No hay tiempo para que te comportes como un pelotudo! ¡Apurate estúpido!- ordenó Judal sumamente furioso pero logrando su cometido: hacer reaccionar a su hermano. El mayor de los Magi rápidamente salió de la habitación corriendo, precedido por el rey de Babilonia cargando a la embarazada y a su esposa, caminando a su lado con paso rápido.
---------------------------------
-¡Oh Dios mío!- exclamó la curandera, cuando vio entrar a Judal cargando en brazos a Nina- Pónla en esa camilla- dijo rápidamente, mientras comenzaba a asistirla-. Vinieron rápido, no va a ser un parto complicado, pero voy a necesitar la ayuda del padre para que calme a su enamorada.
-¡Mierda! ¡Como duele!- chilló Nina, totalmente desconcertada.
-Lear, te toca estúpido- dijo Judal, empujando a su hermano que no se movía para que se acercara a la rubia.
Camino unos pasos y se tropezó, cayendo cara al piso e incorporándose adolorido, pudiendo escuchar de eco las risas de Judal. Con el rostro colorado y aún desconcertado, se acercó a Nina y sus manos tomaron la diestra de la joven. La mano de Nina se aferró a su piel, clavándole las uñas por el dolor que sentía mientras hacía su esfuerzo en pujar.
-Relájate...va a estar todo bien- murmuró débilmente. Instántaneamente recibió un fuerte golpe en la cabeza- Pero ¿qué mierda...?
-¡Pelotudo! ¿Así calmás a alguien?- preguntó Judal enojado, dándole otro zape en la cabeza- ¡Me suicidaría si alguien como vos tratara de calmarme!
-¡Duele! ¡Duele!- exclamó Nina, con lágrimas en los ojos.
-Ya rompió bolsa, respira y puja- le pidió la curandera, mientras que la asistía.
Lear, por su parte, seguía inmóvil, con las uñas de Nina haciéndole sangrar la mano y sus ojos abiertos de par en par, cómo si hubieran visto a la mismísma muerte, fijos en el rostro adolorido de la rubia.
-Dejame esto a mí, no servís para nada sorete de la humanidad- le insultó Judal, pegándole un codazo para ocupar su lugar. De repente, otro grito ensordecedor retumbó en el pequeño cuarto de la curandera que hizo que hasta Judal se desconcertara. El rey de Babilonia se dio vuelta para encontrar a su esposa en el suelo, gritando como una condenada.
-Mierda- murmuró él preocupado, acercándose a ella con rápidez y colocándola en la camilla de al lado-. No pudo elegir mejor día eh- repuso con sarcasmo.
-¡Me importa un carajo que no sea el mejor día! ¡Saquénmelo de una buena vez por Dios!- chilló la muchacha de cabellos negros, mientras una de sus manos se aferraba con desesperación a la muñeca de Judal.
-¡Oh por Dios! Esto se complicó un poco- comentó la curandera nerviosa. Querido, asiste a tu enamorada y dile que puje, cuenta cinco segundos entre cada esfuerzo de ella, ¿entendido?- le dijo la curandera a Lear.
-Esto...sí...creo- respondió él nervioso.
-¡Lear la puta madre que te re mil parió! ¡Y me chupa un huevo que también sea mi madre! ¡Mové el orto y hacé algo o te juro que cuando termine esto te voy a atar los huevos y a cortar esa miniatura que tenés para que no garches más en tu puta vida! ¡¿Entendiste?!- exclamó Judal totalmente fuera de sí, mientras dirigía la vista de nuevo en su enamorada-. Vamos Ali, respira , puja y lo vas a sacar rápido.
-¿Te pensás que es muy fácil? Ponete vos a parir pendejo- lo insultó ella, completamente desquiciada.
-¡Por Dios, como duele!- exclamó Nina- ¿Cómo mierda me vine a meter en esto?
-¡Lo mismo digo! ¡Eso nos pasa por pelotudas de mierda! La concha de todo el puto mundo- se quejó la reina de Babilonia, perdiendo todos los modales que alguna vez había aprendido.
-Un...dos...tres...puja- insistió la curandera, diciéndole esta vez a ambas jóvenes, las cuales obedecieron.
Ambos partos no eran precisamente complicados, pero el hecho de que ocurrieran al mismo tiempo era lo que dificultaba la situación. Hasta que, en un momento, se escuchó un llanto.
-Es una niña- murmuró la curandera, limpiándola rápidamente y dándosela a Lear, para luego asistir a Adelaida con Judal-. Piensa en un nombre, lamento que sea todo tan rápido esto pero tengo que atender a la otra jovencita.
Lear observó a la pequeña bebé que estaba allí, sin saber qué hacer. ¿Era linda? Para él era como todos los bebés, arrugados y colorados, pero había algo en ella que la hacía especial. Se acercó a Nina y se la dio, la cual la abrazó con cariño y le dio un suave beso en su cabeza sin pelos.
-Es hermosa- murmuró con cariño. Alzó su vista hacia Lear, el cual tenía el rostro pálido, con algunas gotas de sudor cayéndola de la frente- ¿Qué te pasa? ¿Te sentís muy mal?
-No...estoy bien- murmuró para luego desmayarse en el suelo.
-No sé que es peor, Caleb o él- comentó Nina, sabiendo que si Judal lo viera a su hermano lo insultaría y lo despertaría a los golpes. Giró para ver la camilla de al lado, dónde aún se escuchaban los insultos de Adelaida y estaba rodeada por su esposo y la curandera.
Finalmente los gritos se callaron, siendo interrumpidos por el llanto característico de un bebé.
-Felicidades, es un niño- dijo la curandera con tono alegre.
-------------------------------------
Listo. Terminé: Mi última conti en este rol.
Realmente hubiera esperado escribir otra cosa mejor, pero ésto es lo que me salió u.u.
En fin, cosas de la life ♥
Amé este rol, me hace feliz ver cuánto avanzó y que ya va a terminar.En serio, me siento como una madre cuando ve a su hijo crecer xD.
PD: 1 conti más ♥
PD2: Asdnaljkdsasaklasd ♥
Las palabras sonaban distorsionadas y difusas, como si proviniesen de un lugar muy lejano. Su mente no podía siquiera interpretarlas, estando absorto en otro recóndito lugar de su mente: Kaileena estaba pariendo. Estaba paralizado, sin poder moverse, mientras que veía como la joven hacía sus esfuerzos pujando y, finalmente, se escuchaba un llanto.
Cuando se fue a acercar a su hijo, pudiendo finalmente hacer uso de su cuerpo, el rey de Babilonia se adelantó, agarrándolo entre sus brazos.
-¿Qué hacés? ¡Es mi hijo!- exclamó el rubio desconcertado.
-¿Ahora de pelotudo sos ciego? Es mi hijo- dijo Judal, mostrándole el rostro del pequeño niño y Caleb vio, horrorizado, cómo éste era un calco en miniatura del morocho.
-¡Despertá de una vez pendejo pelotudo!- gritó el bebé para su asombro.
Y, de repente, sintió un fuerte golpe en su cabeza y todo se volvió negro.
“¡Ya levantate ranchero pelotudo!”
La voz de Judal lo trajo de nuevo en la realidad. Se incorporó como pudo y alzó la vista, para posarse con unos escarlatas que lo miraban con fijeza.
-Eh, ¿qué ocurrió?- preguntó Caleb totalmente desconcertado.
-Sé que sos un boludo, pero a veces tu idiotez extrema supera límites que me sorprende- lo insultó Judal. Tenía los brazos cruzados con sus orbes escarlatas dirigiéndole una mirada desaprobradora al rubio. Finalmente, lo levantó de un tirón de su brazo y lo empujó para que se acercara a la camilla, dónde Kaileena, con rostro pálido y cabellos despeinados, abrazaba y observaba cómo si fuera lo más bello del mundo a un pequeno bulto envuelto en mantas entre sus brazos.
Alzó la vista y esbozó una bella y débil sonrisa.
-Caleb...este es tu hijo, Zahír.
El muchacho vio entonces ese bulto y distinguió un pequeño bebé, con los ojos cerrados y cachetes inflados. Era totalmente hermoso. Con pasos torpes se acercó aún más a la camilla y tomó al niño. Todo lo anterior habían sido una cruel pesadilla y ese momento hermoso era la realidad, la bella realidad que a él aún le costaba creer, ya que parecía tan idónico cómo para que alguien como él pudiera siquiera tocarlo con los dedos. Y allí estaba, abrazando a su hijo hermoso, el cual había tenido con la mujer que más amaba en su vida.
No lo pudo evitar, la emoción de todo lo sucedido provocó que comenzara a llorar, algo sumamente extraño en él. Era curioso ver cómo la sensible Kaileena podía mantenerse con serenidad mientras que él lloraba sin poder parar.
- Felicidades- murmuró Adelaida a su oído, dándole un beso en la mejilla- Ya sos padre Caleb.
Y, aún teniéndo a su hijo entre sus brazos, esas palabras le seguían pareciendo demasiado buenas como para que él las pudiera escuchar.
.................................
-¡Idiota! ¡Pendejo de mierda!- gritó Lear, sumamente enojado mientras le lanzaba con fuerza una manzana a su hermano, el cual la atrapó con suma facilidad y le dio un mordisco.
-¿Hace cuánto que Nina está embarazada? ¿9 meses?- preguntó sin esperar respuesta alguna-. Y aún no pudiste satisfacer ni un antojo de Nina. Sos patético.
El muchacho gruñió furioso mientras veía como su hermano esbozaba una sonrisa soberbia. Desde que ambas enamoradas habían quedado embarazadas al mismo tiempo, no sólo se encontraban más unidas que nunca sino que además sus antojos se habían complementado, teniendo los mismos, por lo que siempre los hermanos Magi debían salir juntos a conseguir lo que sus novias querían.
-No me rompas las bolas Judal y terminá de hacer esa tarta de frutillas- pidió Lear con un humor de perros.
-No es mi culpa que seas un pelotudo en la cocina- se defendió el menor.
-Pendejo de mierda- murmuró el joven de ojos escarlatas ofendido-. Te dije que llamáramos a un sirviente.
-Tardan mucho. Podrías variar un poco los insultos, aborto de murciélago- opinó Judal, terminando de preparar finalmente la tarta- Listo, vamos.
Ambos jóvenes caminaron por los pasillos del palacio para llegar finalmente al cuarto, y, al mismo tiempo, abrieron los ojos de par en par, asombrados por lo que habían encontrado.
Nina estaba en el piso, recostada y respirando con dificultad, a su lado estaba Adelaida, con el rostro pálido y expresión nerviosa tratando de asistirla cómo podía.
-Lear, prepará un carro ahora, hay que llevarla- pidió Judal, mientras cargaba a Nina en brazos- ¿Estás bien?- le preguntó a su enamorada.
-Sí, lo es-estoy- tartamudeó nerviosa, mientras caminaba a su lado.
Lear se quedó inmóvil durante unos segundos, desconcertado y sin saber cómo reaccionar, viendo cómo su hermano cargaba en brazos a la rubia que comenzó a gritar por el dolor.
-¡No hay tiempo para que te comportes como un pelotudo! ¡Apurate estúpido!- ordenó Judal sumamente furioso pero logrando su cometido: hacer reaccionar a su hermano. El mayor de los Magi rápidamente salió de la habitación corriendo, precedido por el rey de Babilonia cargando a la embarazada y a su esposa, caminando a su lado con paso rápido.
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-¡Oh Dios mío!- exclamó la curandera, cuando vio entrar a Judal cargando en brazos a Nina- Pónla en esa camilla- dijo rápidamente, mientras comenzaba a asistirla-. Vinieron rápido, no va a ser un parto complicado, pero voy a necesitar la ayuda del padre para que calme a su enamorada.
-¡Mierda! ¡Como duele!- chilló Nina, totalmente desconcertada.
-Lear, te toca estúpido- dijo Judal, empujando a su hermano que no se movía para que se acercara a la rubia.
Camino unos pasos y se tropezó, cayendo cara al piso e incorporándose adolorido, pudiendo escuchar de eco las risas de Judal. Con el rostro colorado y aún desconcertado, se acercó a Nina y sus manos tomaron la diestra de la joven. La mano de Nina se aferró a su piel, clavándole las uñas por el dolor que sentía mientras hacía su esfuerzo en pujar.
-Relájate...va a estar todo bien- murmuró débilmente. Instántaneamente recibió un fuerte golpe en la cabeza- Pero ¿qué mierda...?
-¡Pelotudo! ¿Así calmás a alguien?- preguntó Judal enojado, dándole otro zape en la cabeza- ¡Me suicidaría si alguien como vos tratara de calmarme!
-¡Duele! ¡Duele!- exclamó Nina, con lágrimas en los ojos.
-Ya rompió bolsa, respira y puja- le pidió la curandera, mientras que la asistía.
Lear, por su parte, seguía inmóvil, con las uñas de Nina haciéndole sangrar la mano y sus ojos abiertos de par en par, cómo si hubieran visto a la mismísma muerte, fijos en el rostro adolorido de la rubia.
-Dejame esto a mí, no servís para nada sorete de la humanidad- le insultó Judal, pegándole un codazo para ocupar su lugar. De repente, otro grito ensordecedor retumbó en el pequeño cuarto de la curandera que hizo que hasta Judal se desconcertara. El rey de Babilonia se dio vuelta para encontrar a su esposa en el suelo, gritando como una condenada.
-Mierda- murmuró él preocupado, acercándose a ella con rápidez y colocándola en la camilla de al lado-. No pudo elegir mejor día eh- repuso con sarcasmo.
-¡Me importa un carajo que no sea el mejor día! ¡Saquénmelo de una buena vez por Dios!- chilló la muchacha de cabellos negros, mientras una de sus manos se aferraba con desesperación a la muñeca de Judal.
-¡Oh por Dios! Esto se complicó un poco- comentó la curandera nerviosa. Querido, asiste a tu enamorada y dile que puje, cuenta cinco segundos entre cada esfuerzo de ella, ¿entendido?- le dijo la curandera a Lear.
-Esto...sí...creo- respondió él nervioso.
-¡Lear la puta madre que te re mil parió! ¡Y me chupa un huevo que también sea mi madre! ¡Mové el orto y hacé algo o te juro que cuando termine esto te voy a atar los huevos y a cortar esa miniatura que tenés para que no garches más en tu puta vida! ¡¿Entendiste?!- exclamó Judal totalmente fuera de sí, mientras dirigía la vista de nuevo en su enamorada-. Vamos Ali, respira , puja y lo vas a sacar rápido.
-¿Te pensás que es muy fácil? Ponete vos a parir pendejo- lo insultó ella, completamente desquiciada.
-¡Por Dios, como duele!- exclamó Nina- ¿Cómo mierda me vine a meter en esto?
-¡Lo mismo digo! ¡Eso nos pasa por pelotudas de mierda! La concha de todo el puto mundo- se quejó la reina de Babilonia, perdiendo todos los modales que alguna vez había aprendido.
-Un...dos...tres...puja- insistió la curandera, diciéndole esta vez a ambas jóvenes, las cuales obedecieron.
Ambos partos no eran precisamente complicados, pero el hecho de que ocurrieran al mismo tiempo era lo que dificultaba la situación. Hasta que, en un momento, se escuchó un llanto.
-Es una niña- murmuró la curandera, limpiándola rápidamente y dándosela a Lear, para luego asistir a Adelaida con Judal-. Piensa en un nombre, lamento que sea todo tan rápido esto pero tengo que atender a la otra jovencita.
Lear observó a la pequeña bebé que estaba allí, sin saber qué hacer. ¿Era linda? Para él era como todos los bebés, arrugados y colorados, pero había algo en ella que la hacía especial. Se acercó a Nina y se la dio, la cual la abrazó con cariño y le dio un suave beso en su cabeza sin pelos.
-Es hermosa- murmuró con cariño. Alzó su vista hacia Lear, el cual tenía el rostro pálido, con algunas gotas de sudor cayéndola de la frente- ¿Qué te pasa? ¿Te sentís muy mal?
-No...estoy bien- murmuró para luego desmayarse en el suelo.
-No sé que es peor, Caleb o él- comentó Nina, sabiendo que si Judal lo viera a su hermano lo insultaría y lo despertaría a los golpes. Giró para ver la camilla de al lado, dónde aún se escuchaban los insultos de Adelaida y estaba rodeada por su esposo y la curandera.
Finalmente los gritos se callaron, siendo interrumpidos por el llanto característico de un bebé.
-Felicidades, es un niño- dijo la curandera con tono alegre.
-------------------------------------
Listo. Terminé: Mi última conti en este rol.
Realmente hubiera esperado escribir otra cosa mejor, pero ésto es lo que me salió u.u.
En fin, cosas de la life ♥
Amé este rol, me hace feliz ver cuánto avanzó y que ya va a terminar.En serio, me siento como una madre cuando ve a su hijo crecer xD.
PD: 1 conti más ♥
PD2: Asdnaljkdsasaklasd ♥
Re: [Roll] The city of Babylonia~
Zyan~
Zahír~
Rose~
- Rose - Lear iba caminando por los pasillos a paso ligero - Siempre hace lo mismo - Se dijo mientras se agarraba la cabeza. Salió a los jardínes donde pudo ver a una pequeña de cabellos dorados con sus mismos carmínes escondida en unas plantas - Rose te dije que nos avisaras si vas a salir -
- Sh~ - La niña posó un dedo en sus labios mientras sonreía - Me escondo de Zyan - Respondió mientras agarraba la mano del pelinegro con cuidado -
- Mamá se preocupa mucho cuando desapareces de ese modo - Le dijo mientras se agachaba a su lado para después besar con cuidado su cabeza -
- Hola Lear - Saludó un pequeño niño de la misma edad que Rose (Poco más de 6 años) mientras se asomaba por las plantas - Tocada Rose - Le dijo a la pequeña niña a lo que ella comenzó a hacer un pequeño mohín -
- Pero eso no se vale Zyan - Respondió mientras señalaba a su padre - Las pompis de mi papá se ven desde afuera de mi escondite -
- Si - Respondió mientras sonreía - Pude ver la cara de Lear - Dijo para luego hacer una mueca arrogante -
- Dije sus pompis - La niña se quedó pensando con una de sus manos sobre su mejilla -
- Si vamos al caso son lo mismo - Respondió mientras se encongía de hombros a lo que Lear hiso una mueca de disgusto - Vamos Rose - Dijo ese chico de cabellos negros para luego agarrar con cuidado la mano de la niña - Vamos a comer unas golosínas -
- Mocoso de mierda - Maldijo mientras se giraba para ver como los nenes salían disparados a una de las cocinas - ¿¡Quién carajo te enseñó esos modales!? -
- ¡Papá, obviamente, cara de caca! - Respondió mientras posaba sus carmínes en Lear por encima de su hombro sin parar de correr -
- Pedaso de pendejo mal educado - Se dijo a si mismo Lear mientras se ponía de pie - No puede paracerse más a ese idiota de Judal -
----------
- Ten - Zyan posó sobre la mesa una bandeja llena de cosas para comer que se veían deliciosas - Podés agarrar lo que quieras -
- Si - Celebró la pequeña mientras agarraba un vaso de jugo de naranja -
- Permiso - Los chicos posaron la mirada en un niño de cabellos dorados (De 7 años de edad) -
- Zahír - Dijo el pequeño pelinegro mientras lo miraba con su cabeza apoyada en una de sus manos - ¿Venís a hinchar los cocos? -
- Siempre lo mismo con vos - Respondió mientras se sentaba a la mesa con mala cara -
- ¿Querés? - Preguntó Rose mientras posaba la bandeja delante de su amigo -
- ... - Zahír posó su mirada del color de mar sobre la niña algo sorprendido -
- Podés agarrar lo que quieras - Le dijo ella mientras sonreía -
- G-Gracias - Respondió con las mejillas algo sonrosadas -
- Rose es linda ¿Verdad? - Le dijo el pelinegro mientras le lanzaba una bola de papel a la cabeza - Te digo desde ahora que somos niños que ni lo pienses - Finalizó con cara de pocos amigos -
- ¿¡Q-Qué decís!? - Estalló avergonzado mientras posaba sus manos sobre la mesa - ¡Yo no dije eso! -
- Lo pensás - Respondió ese niño mientras posaba una mano sobre la cabeza de su prima - Mocoso con cara de burro eso no va a pasar -
- ¿Qué pasa? - Judal ingresó a la cocina para agarrar a su pequeño en brazos - Puedo escuchar sus maldiciones desde el pasillo - Dijo mientras sonreía arrogante. Judal (Con sus 24 años) no había cambiado nada en comparación a como se veía hace seis años - ¿Estaban peleando de nuevo? -
- Bueno si se le puede llamar pelear - Respondió Zyan mientras se encogía de hombros - Solo degradaba a Zahír como siempre -
- Te diré lo orgulloso que me pones cuando estemos solos - Le dijo en susurros para luego bajar al pequeño de mirada carmín -
- ¿Donde está mamá? - Preguntó mientras agarraba una golosína para luego posar la mirada sobre su padre -
- Salió a hacer unas compras con Nina - Respondió mientras sonreía - Cuando regresen van a ayudarme a preparar algo de comer -
- ¿Por qué no cocina algo Adelaida? - Preguntó la pequeña de mirada carmín a lo que Judal posó una de sus manos sobre su cabeza - Todos sabemos que ella es un asco en eso -
- ¿Zahír? - La voz que se escuchaba en los pasillos era nada más ni nada menos que de Caleb - Dios donde se fue ese niño -
- Por aquí papá - Llamó mientras se paraba para luego asomarse a los pasillos -
- Te dije que no salieras de ese modo - Dijo mientras se ponía de cuclillas para ver a su hijo a la cara -
- Perdoname - Respondió para luego acercarse a los niños nuevamente -
- Gracias por cuidar de Zahír - Le dijo al pelinegro que solo se le quedó mirando -
- Se sabe por demás que sos un padre asqueroso - Respondió mientras besaba la cabeza de la pequeña hija de su hermano -
- De eso nada - Respondió mientras posaba sus manos sobre la mesa - Todos saben que amo a mi hijo.. -
- ..Pero que apenas podés con vos mismo - Completó mientras sonreía arrogante -
- Judal pedaso de.. - Ese pelinegro le lanzó una golosína a la cabeza para que no dijera nada -
~Conversación de miradas~
Judal: ¿Sos idiota?
Caleb: ¡Me tiraste un panecillo a la cabeza boludo! ¿¡Qué mierda te pasa!?
Judal: Lo hice para que cerraras esa boca de burro ranchero. Me interesa poco la educación que querés para Zahír pero no vas a enseñar esas guarangadas a mi hijo.
Caleb: Porque seguro habla como un duque.
Judal: Habla con malas palabras a lo persona de sociedad. Me sorprende que no lo sepas homosexual.
Caleb: ¿Qué mierda son las malas palabras a lo persona de sociedad?
Judal: Forro - Boludo - Ser humano insuficiente - Aborto de murciélago - Cúmulo de bosta - Desperdicio de vida - Pedófilo - Homosexual - Sexópata - Gil - Cerebro de colibrí - Cara de culo de mandríl - Deforme.. Puedo seguir tanto como quieras.
Caleb: ¡Esas son palabras que sabe cualquiera!
Judal: Lo de "a lo persona de sociedad" depende de quién las diga Caleb. Por Dios debo explicarte todo.
~Fin de conversación de miradas~
- ¿Qué hacen? - Preguntó Rose mientras miraba a los hombres que no se sacaban la mirada de encima -
- Es Sencillo - Dijo Zyan mientras se giraba a ver al hijo de Caleb - Zahír mirame - Le dijo mientras sonreía arrogante -
- Bueno - Respondió algo asustado - Pero no comprendo a que querés llegar -
~Conversación Jr. De miradas~
Zyan: Hola idiota.
Zahír: ¡Dios! ¿¡Qué haces!?.
Zyan: Te hago quedar como un boludo sin hablar.
Zahír: ¿¡Como mierda hacés eso!? ¡Salí de mi cabeza!
Zyan: Tranquila nena. Te alegrará saber que esos pensamientos calientes que mi prima te genera están fuera de mi alcance.
Zahír: ¡Deja de leer lo que pienso!
Zyan: Te dije que no puedo leer nada pelotudo en potencia.. Pero vos acabás de confirmarme que pensás cosas raras con mi prima.
Zahír: ¿¡Qué cosas raras puedo pensar con 7 años!?
Zyan: Vos decíme idiota. IDIOOOTA.
Zahír: Dios no puedo estar en paz ni siquiera en mis pensamientos ¿¡Por qué me pasa esto!?
~Fin de conversación Jr. De miradas~
- ¿Desde hace cuánto que están asi? - Preguntó una mujer de cabellos dorados mientras se ponía en cuclillas -
- Como 10 minutos mamá - Respondió la pequeña mientras agarraba su vaso de jugo - ¿Debemos preocuparnos? -
- Para nada - Respondió Adelaida mientras los miraba - Ya van a regresar -
- ¿Como les fue? - Preguntó la niña mientras sonreía -
- Conseguimos todo - Respondió su madre mientras la agarraba en brazos -
- ¿Vas a cocinar Judal? - La pelinegra posó su mirada sobre su enamorado que se giró -
- Si - Dijo para luego saludar a su mujer con un beso pequeño en los labios - Vamos campeón -
- Si papá - Respondió Zyan mientras comenzaba a seguir a su padre -
- P-Papá - Zahír se quedó mirando a ese hombre de cabellos dorados que solo posó sus manos sobre sus hombros -
- Pensé que vos no ibas a padecer eso hijo - Le respondió mientras negaba con la cabeza -
- Permiso - Dijo una voz que era familiar para todos los presentes -
- ¡Marsú! - Zyan salió disparado a los brazos del pelirojo que lo hiso girar unos segundos en el aire -
- ¿Como vas Mini-Judal? - Preguntó mientras le alborotaba los cabellos suavemente -
- Estaba por ayudar a papá a cocinar - Respondió mientras posaba su mirada en la chica que acompañaba al primo de su padre - ¿Como estás Evee? -
- Bien Zyan - Respondió mientras lo agarraba en brazos - Cada día más hermoso - Halago mientras le besaba la mejilla - Todos - Dijo mientras le sonreía a los dos niños de cabellos dorados -
- ¿Te puedo ayudar hermano? - Preguntó el pelirojo a Judal -
- Seguro - Respondió mientras sonreía - Vení -
- Permiso linda - Le dijo el pelirojo a la castaña - Me requieren -
- ¿Sabés cocinar? - Preguntó ella mientras posaba una de sus manos sobre el pecho del muchacho -
- Pero obvio - Respondió para luego besar sus labios - Ya vas a ver - Le dijo para luego sonreír arrogante -
- Hola - Kaileena llegó cargando una bolsa pesada - Pude conseguir algunas manzanas en una mercado por las afueras de Babilonia -
- ¿Entonces vas a cocinar? - Preguntó Rose mientras sonreía -
- Si - Respondió mientras posaba la bolsa sobre la mesa - Hola Zahír - La peliroja agarró a su hijo para comenzar a besar su cabeza -
- Boludo - Llamó Judal para luego lanzar a Caleb unas verduras - Colaborá en algo -
- Per.. - Unas verduras golpearon a Lear en la cabeza apenas llegó -
- Para vos lo mismo Cacho - Le dijo Judal a lo que Lear maldijo en susurros -
- Hola - Saludó Nina para luego dar un pequeño beso en los labios a su enamorado -
- Papá - Rose se apresuró para colgarse del cuello de su padre -
- Hola linda - Saludó mientras se sentaba a la mesa con la niña en sus piernas para luego comenzar a pelar las verduras -
- Quiero hacer algo - Dijo la pelinegra mientras miraba a Caleb - Parecemos idiotas acá parados -
- Estamos cocinando - Respondió Judal mientras sonreía arrogante - Vos no sabes - Dijo para luego posar sus carmínes en el amigo de su enamorada - Todo lo que Caleb sabe hacer son esas cosas de sabor asqueroso -
- Crepes - Dijo ese chico de mala gana -
- Comida cagada - Dijo Marsú mientras recibía una felicitación de su primo -
- Conchudos de mierda - Maldijo Adelaida mientras Caleb suplicaba en vano que no les hiciera caso -
---------
- Delicioso - Halagó Evee mientras Posaba una mano en la mejilla del pelirojo - Sabés cocinar -
- ¿Ves? - Dijo mientras sonreía arrogante - Te dije que sabía - Respóndió para después besar sus labios -
- Los niños miran - Les dijo Judal mientras les lanzaba una bola de papel mientras reía -
- Miren - Kaileena puso sobre la mesa una enorme golosína a base de manzanas que había preparado con Nina - Esperamos que les agrade -
- Se ve deliciosa mamá - Celebró Zahír mientras miraba aquello con la mirada iluminada -
- Ten - Le dijo el pequeño pelinegro mientras le estampaba en la cara un pedaso -
- ¿¡Por qué hiciste eso!? - Dijo Zahír con mala cara -
- Te dije miles de veces que no le hagas malas pasadas al hijo de Caleb - Le reprendió su madre a lo que la pequeña Rose comenzó a limpiar con cuidado la cara de su amigo -
- G-Gracias - Le dijo ese chico de cabellos dorados avergonzado -
- Intentá disimular - Dijo en susurros el pequeño de mirada carmín provocando que su amigo se ahogue -
- ¿Me estás escuchando Zyan? - Preguntó su madre con cara de pocos amigos -
- Es hijo mio Adelaida - Dijo Judal mientras posaba su mano sobre la cabeza del niño para luego sonreír de manera arrogante -
- Si - Dijo Lear mientras pasaba su brazo por encima del hombro de su enamorada - ¿Qué mierda esperabas? -
- La verdad - Respondió mientras suspiraba -
- Judal - Llamó Lear mientras probaba la golosína de manzanas -
- Dime Cachín - Pidió mientras comía con su hijo -
- Shuu nos escribió - Dijo mientras posaba sobre la mesa un pergamino que su hermano agarró rápidamente -
- Mierda - Dijo en susurros Judal mientras sonreía - Vaa ser padre en unos meses - Celebró mientras le pasaba ese papel a Kaileena porque la madre del niño iba a ser Farah -
- Tenemos que ir a ver como anda - Dijo Kaileena a lo que Lear miró a su hermano - ¿Cuándo? -
- La próxima semana - Respondió Marsú mientras sonreía - Vamos a tomarnos unos días para ver a Shuu -
- Si - Dijo Judal mientras pensaba - Podemos ir - Judal paseó la mirada por los presentes - Todos -
- Espero que siempre sea asi - Murmuró la pelinegra mientras posaba su cabeza sobre el hombro de Judal -
- Si permanecemos juntos siempre va a ser asi - Respondió Judal mientras sonreía para luego besar a su enamorada -
FIN~
- Spoiler:
Zahír~
- Spoiler:
Rose~
- Spoiler:
- Rose - Lear iba caminando por los pasillos a paso ligero - Siempre hace lo mismo - Se dijo mientras se agarraba la cabeza. Salió a los jardínes donde pudo ver a una pequeña de cabellos dorados con sus mismos carmínes escondida en unas plantas - Rose te dije que nos avisaras si vas a salir -
- Sh~ - La niña posó un dedo en sus labios mientras sonreía - Me escondo de Zyan - Respondió mientras agarraba la mano del pelinegro con cuidado -
- Mamá se preocupa mucho cuando desapareces de ese modo - Le dijo mientras se agachaba a su lado para después besar con cuidado su cabeza -
- Hola Lear - Saludó un pequeño niño de la misma edad que Rose (Poco más de 6 años) mientras se asomaba por las plantas - Tocada Rose - Le dijo a la pequeña niña a lo que ella comenzó a hacer un pequeño mohín -
- Pero eso no se vale Zyan - Respondió mientras señalaba a su padre - Las pompis de mi papá se ven desde afuera de mi escondite -
- Si - Respondió mientras sonreía - Pude ver la cara de Lear - Dijo para luego hacer una mueca arrogante -
- Dije sus pompis - La niña se quedó pensando con una de sus manos sobre su mejilla -
- Si vamos al caso son lo mismo - Respondió mientras se encongía de hombros a lo que Lear hiso una mueca de disgusto - Vamos Rose - Dijo ese chico de cabellos negros para luego agarrar con cuidado la mano de la niña - Vamos a comer unas golosínas -
- Mocoso de mierda - Maldijo mientras se giraba para ver como los nenes salían disparados a una de las cocinas - ¿¡Quién carajo te enseñó esos modales!? -
- ¡Papá, obviamente, cara de caca! - Respondió mientras posaba sus carmínes en Lear por encima de su hombro sin parar de correr -
- Pedaso de pendejo mal educado - Se dijo a si mismo Lear mientras se ponía de pie - No puede paracerse más a ese idiota de Judal -
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- Ten - Zyan posó sobre la mesa una bandeja llena de cosas para comer que se veían deliciosas - Podés agarrar lo que quieras -
- Si - Celebró la pequeña mientras agarraba un vaso de jugo de naranja -
- Permiso - Los chicos posaron la mirada en un niño de cabellos dorados (De 7 años de edad) -
- Zahír - Dijo el pequeño pelinegro mientras lo miraba con su cabeza apoyada en una de sus manos - ¿Venís a hinchar los cocos? -
- Siempre lo mismo con vos - Respondió mientras se sentaba a la mesa con mala cara -
- ¿Querés? - Preguntó Rose mientras posaba la bandeja delante de su amigo -
- ... - Zahír posó su mirada del color de mar sobre la niña algo sorprendido -
- Podés agarrar lo que quieras - Le dijo ella mientras sonreía -
- G-Gracias - Respondió con las mejillas algo sonrosadas -
- Rose es linda ¿Verdad? - Le dijo el pelinegro mientras le lanzaba una bola de papel a la cabeza - Te digo desde ahora que somos niños que ni lo pienses - Finalizó con cara de pocos amigos -
- ¿¡Q-Qué decís!? - Estalló avergonzado mientras posaba sus manos sobre la mesa - ¡Yo no dije eso! -
- Lo pensás - Respondió ese niño mientras posaba una mano sobre la cabeza de su prima - Mocoso con cara de burro eso no va a pasar -
- ¿Qué pasa? - Judal ingresó a la cocina para agarrar a su pequeño en brazos - Puedo escuchar sus maldiciones desde el pasillo - Dijo mientras sonreía arrogante. Judal (Con sus 24 años) no había cambiado nada en comparación a como se veía hace seis años - ¿Estaban peleando de nuevo? -
- Bueno si se le puede llamar pelear - Respondió Zyan mientras se encogía de hombros - Solo degradaba a Zahír como siempre -
- Te diré lo orgulloso que me pones cuando estemos solos - Le dijo en susurros para luego bajar al pequeño de mirada carmín -
- ¿Donde está mamá? - Preguntó mientras agarraba una golosína para luego posar la mirada sobre su padre -
- Salió a hacer unas compras con Nina - Respondió mientras sonreía - Cuando regresen van a ayudarme a preparar algo de comer -
- ¿Por qué no cocina algo Adelaida? - Preguntó la pequeña de mirada carmín a lo que Judal posó una de sus manos sobre su cabeza - Todos sabemos que ella es un asco en eso -
- ¿Zahír? - La voz que se escuchaba en los pasillos era nada más ni nada menos que de Caleb - Dios donde se fue ese niño -
- Por aquí papá - Llamó mientras se paraba para luego asomarse a los pasillos -
- Te dije que no salieras de ese modo - Dijo mientras se ponía de cuclillas para ver a su hijo a la cara -
- Perdoname - Respondió para luego acercarse a los niños nuevamente -
- Gracias por cuidar de Zahír - Le dijo al pelinegro que solo se le quedó mirando -
- Se sabe por demás que sos un padre asqueroso - Respondió mientras besaba la cabeza de la pequeña hija de su hermano -
- De eso nada - Respondió mientras posaba sus manos sobre la mesa - Todos saben que amo a mi hijo.. -
- ..Pero que apenas podés con vos mismo - Completó mientras sonreía arrogante -
- Judal pedaso de.. - Ese pelinegro le lanzó una golosína a la cabeza para que no dijera nada -
~Conversación de miradas~
Judal: ¿Sos idiota?
Caleb: ¡Me tiraste un panecillo a la cabeza boludo! ¿¡Qué mierda te pasa!?
Judal: Lo hice para que cerraras esa boca de burro ranchero. Me interesa poco la educación que querés para Zahír pero no vas a enseñar esas guarangadas a mi hijo.
Caleb: Porque seguro habla como un duque.
Judal: Habla con malas palabras a lo persona de sociedad. Me sorprende que no lo sepas homosexual.
Caleb: ¿Qué mierda son las malas palabras a lo persona de sociedad?
Judal: Forro - Boludo - Ser humano insuficiente - Aborto de murciélago - Cúmulo de bosta - Desperdicio de vida - Pedófilo - Homosexual - Sexópata - Gil - Cerebro de colibrí - Cara de culo de mandríl - Deforme.. Puedo seguir tanto como quieras.
Caleb: ¡Esas son palabras que sabe cualquiera!
Judal: Lo de "a lo persona de sociedad" depende de quién las diga Caleb. Por Dios debo explicarte todo.
~Fin de conversación de miradas~
- ¿Qué hacen? - Preguntó Rose mientras miraba a los hombres que no se sacaban la mirada de encima -
- Es Sencillo - Dijo Zyan mientras se giraba a ver al hijo de Caleb - Zahír mirame - Le dijo mientras sonreía arrogante -
- Bueno - Respondió algo asustado - Pero no comprendo a que querés llegar -
~Conversación Jr. De miradas~
Zyan: Hola idiota.
Zahír: ¡Dios! ¿¡Qué haces!?.
Zyan: Te hago quedar como un boludo sin hablar.
Zahír: ¿¡Como mierda hacés eso!? ¡Salí de mi cabeza!
Zyan: Tranquila nena. Te alegrará saber que esos pensamientos calientes que mi prima te genera están fuera de mi alcance.
Zahír: ¡Deja de leer lo que pienso!
Zyan: Te dije que no puedo leer nada pelotudo en potencia.. Pero vos acabás de confirmarme que pensás cosas raras con mi prima.
Zahír: ¿¡Qué cosas raras puedo pensar con 7 años!?
Zyan: Vos decíme idiota. IDIOOOTA.
Zahír: Dios no puedo estar en paz ni siquiera en mis pensamientos ¿¡Por qué me pasa esto!?
~Fin de conversación Jr. De miradas~
- ¿Desde hace cuánto que están asi? - Preguntó una mujer de cabellos dorados mientras se ponía en cuclillas -
- Como 10 minutos mamá - Respondió la pequeña mientras agarraba su vaso de jugo - ¿Debemos preocuparnos? -
- Para nada - Respondió Adelaida mientras los miraba - Ya van a regresar -
- ¿Como les fue? - Preguntó la niña mientras sonreía -
- Conseguimos todo - Respondió su madre mientras la agarraba en brazos -
- ¿Vas a cocinar Judal? - La pelinegra posó su mirada sobre su enamorado que se giró -
- Si - Dijo para luego saludar a su mujer con un beso pequeño en los labios - Vamos campeón -
- Si papá - Respondió Zyan mientras comenzaba a seguir a su padre -
- P-Papá - Zahír se quedó mirando a ese hombre de cabellos dorados que solo posó sus manos sobre sus hombros -
- Pensé que vos no ibas a padecer eso hijo - Le respondió mientras negaba con la cabeza -
- Permiso - Dijo una voz que era familiar para todos los presentes -
- ¡Marsú! - Zyan salió disparado a los brazos del pelirojo que lo hiso girar unos segundos en el aire -
- ¿Como vas Mini-Judal? - Preguntó mientras le alborotaba los cabellos suavemente -
- Estaba por ayudar a papá a cocinar - Respondió mientras posaba su mirada en la chica que acompañaba al primo de su padre - ¿Como estás Evee? -
- Bien Zyan - Respondió mientras lo agarraba en brazos - Cada día más hermoso - Halago mientras le besaba la mejilla - Todos - Dijo mientras le sonreía a los dos niños de cabellos dorados -
- ¿Te puedo ayudar hermano? - Preguntó el pelirojo a Judal -
- Seguro - Respondió mientras sonreía - Vení -
- Permiso linda - Le dijo el pelirojo a la castaña - Me requieren -
- ¿Sabés cocinar? - Preguntó ella mientras posaba una de sus manos sobre el pecho del muchacho -
- Pero obvio - Respondió para luego besar sus labios - Ya vas a ver - Le dijo para luego sonreír arrogante -
- Hola - Kaileena llegó cargando una bolsa pesada - Pude conseguir algunas manzanas en una mercado por las afueras de Babilonia -
- ¿Entonces vas a cocinar? - Preguntó Rose mientras sonreía -
- Si - Respondió mientras posaba la bolsa sobre la mesa - Hola Zahír - La peliroja agarró a su hijo para comenzar a besar su cabeza -
- Boludo - Llamó Judal para luego lanzar a Caleb unas verduras - Colaborá en algo -
- Per.. - Unas verduras golpearon a Lear en la cabeza apenas llegó -
- Para vos lo mismo Cacho - Le dijo Judal a lo que Lear maldijo en susurros -
- Hola - Saludó Nina para luego dar un pequeño beso en los labios a su enamorado -
- Papá - Rose se apresuró para colgarse del cuello de su padre -
- Hola linda - Saludó mientras se sentaba a la mesa con la niña en sus piernas para luego comenzar a pelar las verduras -
- Quiero hacer algo - Dijo la pelinegra mientras miraba a Caleb - Parecemos idiotas acá parados -
- Estamos cocinando - Respondió Judal mientras sonreía arrogante - Vos no sabes - Dijo para luego posar sus carmínes en el amigo de su enamorada - Todo lo que Caleb sabe hacer son esas cosas de sabor asqueroso -
- Crepes - Dijo ese chico de mala gana -
- Comida cagada - Dijo Marsú mientras recibía una felicitación de su primo -
- Conchudos de mierda - Maldijo Adelaida mientras Caleb suplicaba en vano que no les hiciera caso -
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- Delicioso - Halagó Evee mientras Posaba una mano en la mejilla del pelirojo - Sabés cocinar -
- ¿Ves? - Dijo mientras sonreía arrogante - Te dije que sabía - Respóndió para después besar sus labios -
- Los niños miran - Les dijo Judal mientras les lanzaba una bola de papel mientras reía -
- Miren - Kaileena puso sobre la mesa una enorme golosína a base de manzanas que había preparado con Nina - Esperamos que les agrade -
- Se ve deliciosa mamá - Celebró Zahír mientras miraba aquello con la mirada iluminada -
- Ten - Le dijo el pequeño pelinegro mientras le estampaba en la cara un pedaso -
- ¿¡Por qué hiciste eso!? - Dijo Zahír con mala cara -
- Te dije miles de veces que no le hagas malas pasadas al hijo de Caleb - Le reprendió su madre a lo que la pequeña Rose comenzó a limpiar con cuidado la cara de su amigo -
- G-Gracias - Le dijo ese chico de cabellos dorados avergonzado -
- Intentá disimular - Dijo en susurros el pequeño de mirada carmín provocando que su amigo se ahogue -
- ¿Me estás escuchando Zyan? - Preguntó su madre con cara de pocos amigos -
- Es hijo mio Adelaida - Dijo Judal mientras posaba su mano sobre la cabeza del niño para luego sonreír de manera arrogante -
- Si - Dijo Lear mientras pasaba su brazo por encima del hombro de su enamorada - ¿Qué mierda esperabas? -
- La verdad - Respondió mientras suspiraba -
- Judal - Llamó Lear mientras probaba la golosína de manzanas -
- Dime Cachín - Pidió mientras comía con su hijo -
- Shuu nos escribió - Dijo mientras posaba sobre la mesa un pergamino que su hermano agarró rápidamente -
- Mierda - Dijo en susurros Judal mientras sonreía - Vaa ser padre en unos meses - Celebró mientras le pasaba ese papel a Kaileena porque la madre del niño iba a ser Farah -
- Tenemos que ir a ver como anda - Dijo Kaileena a lo que Lear miró a su hermano - ¿Cuándo? -
- La próxima semana - Respondió Marsú mientras sonreía - Vamos a tomarnos unos días para ver a Shuu -
- Si - Dijo Judal mientras pensaba - Podemos ir - Judal paseó la mirada por los presentes - Todos -
- Espero que siempre sea asi - Murmuró la pelinegra mientras posaba su cabeza sobre el hombro de Judal -
- Si permanecemos juntos siempre va a ser asi - Respondió Judal mientras sonreía para luego besar a su enamorada -
FIN~
Tooru- **Full*Contest**
-
Edad : 29
Cumpleaños!! : 31/03/1995
Mi llegada : 26/03/2009
Mis Mensajes : 2522
325 2418
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