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[Roll] The city of Babylonia~
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Re: [Roll] The city of Babylonia~
Ese Joven Caminaba Lo Más Rápido Que Podía Por Los Pasillos.
Tenía Que Dar Con Kaileena. Tenía Que Hablar Con Ella.
Dobló Una Esquina Para Quedarse Parado. Inmóvil.
Marsú Estaba Abrazando a Kaileena.
Estaba Ocupando Todo De Ella. Le Daba Consuelo. Su Cariño. Su Simple Presencia. Ese Rubio Sabía Que Había Fallado En Todo Eso. No Estaba Cuando Esa Joven Estaba Moralmente Delicada.
Suspiro Levemente Sonrojado.
Realmente Le Había Costado Horrores Conseguir a Kaileena.
Le Había Dado Todo Lo Que Le Fue Posible.
Pero En Ese Momento Estaba Observando Como Sollozaba En Brazos De Ese Pelirojo Sin Poder Hacer Nada.
- Kaileena - Susurro Mientras Miraba La Escena Debastado -
- ... - La Joven Se Giró Rápidamente. Cuando Esa Mirada Turquesa Se Topó Con La Celeste De Caleb La Joven Comenzó a Llorar Nuavemente -
- Caleb - Susurro Mientras Marsú La Rodeaba - ¿Por Que? - Esa Pregunta Repelente Fue Demasiado. Caleb Caminó Rápidamente Hasta Donde Estaba Kaileena. Se La Sacó a Marsú De Los Brazos Para Rodear Ese Frágil Cuerpo Fuertemente. Quería Que Se Diera Cuenta Que Estaba Muerto Sin Ella. Que La Quería. Que Siempre Estaría a Su Lado -
- La Lastimas - Susurro Marsú Mientras Tomaba Suavemente a Kaileena - Desaparecé - Ese Pelirojo Levantó a Kaileena Para Después Comenzar a Caminar Rápidamente -
- Mierda - Susurro Caleb Mientras Bajaba La Mirada. Golpeó La Pared Con Fuerza Para Después Dejarse Caer Debastado. No Había Podido Pronunciar Palabra. Simplemente Estrechó a Kaileena Esperando Que Ella Entendiera Cuanto La Quería -
----------
- ¿Como Estará Caleb? - Se Preguntó Adelaida Mientras Probaba La Golosina Que Judal Había Preparado -
- Seguramente Esta Puteando Por Los Pasillos Del Palacio - Respondió Mientras Tomaba Su Cuchara Para Probar Ese Dulce - Me Sale Exquisito El Mouse De Frutilla -
- Me Preocupa - Murmuro Adelaida Mientras Dejaba De Comer -
- Lamentablemente Va a Solucionar Todo Con Kaileena - Dijo Mientras Posaba Su Mirada Carmín Sobre La Pelinegra -
- ¿Como Sabés? - Preguntó La Joven Mientras Posaba Esos Celestes Sobre El Rey De Babilonia -
- Sencillo - Dijo Mientras Seguía Comiendo Ese Mouse Con Ganas - Esta Estúpida Historia Sin Orden Cronológico Va a Tener Uno De Esos Finales Felices Que Desgraciadamente Tendrá Por Seguro a Kaileena Junto a Caleb - Respondió a Lo Que La Pelinegra Ladeó La Cabeza - Estará Bien - Dijo Sin Más - Deja Que Le Duela -
- Pero Pobre - Dijo Mientras Posaba La Mirada Sobre Esa Esponjosa Golosina -
- Le Va a Hacer Bien a Ese Pajero De Mierda - Murmuro Mientras Seguía Comiendo -
- Judal - Llamó Tranquila Mientras Levantaba La Mirada -
- ¿Que Pasa? - Preguntó Mientras Terminaba Esa Golosina -
- No Entendí Eso De La Historia - Murmuro a Lo Que Judal Negó Levemente -
---------
- Lear - La Joven Rubia Golpeó La Puerta Del Cuarto Del Joven Pelinegro -
- Pasá - Suplicó Mientras Sonreía Levemente. La Joven Caminó Hasta Estar Junto a La Cama Del Magi -
- Sentate - Suplicó Mientras Le Hacía Un Lugar -
- Con Permiso - Susurro Mientras Se Ponía Junto a Su Enamorado -
- No Tenés Que Pedir Permiso Para Estar Junto a Mi Tonta - Dijo Mientras La Miraba Con Cariño -
- Perdón - Susurrro Mientras Se Sonrojaba Levemente - Es La Costumbre -
- Conmigo Sacate Esa "Costumbre" - Dijo Para Después Besar La Mejilla De La Joven -
----------------------------------------------------------------------------------------------
Perdón Pero Me Quedo Sin Time~ (?) xDDD
Tenía Que Dar Con Kaileena. Tenía Que Hablar Con Ella.
Dobló Una Esquina Para Quedarse Parado. Inmóvil.
Marsú Estaba Abrazando a Kaileena.
Estaba Ocupando Todo De Ella. Le Daba Consuelo. Su Cariño. Su Simple Presencia. Ese Rubio Sabía Que Había Fallado En Todo Eso. No Estaba Cuando Esa Joven Estaba Moralmente Delicada.
Suspiro Levemente Sonrojado.
Realmente Le Había Costado Horrores Conseguir a Kaileena.
Le Había Dado Todo Lo Que Le Fue Posible.
Pero En Ese Momento Estaba Observando Como Sollozaba En Brazos De Ese Pelirojo Sin Poder Hacer Nada.
- Kaileena - Susurro Mientras Miraba La Escena Debastado -
- ... - La Joven Se Giró Rápidamente. Cuando Esa Mirada Turquesa Se Topó Con La Celeste De Caleb La Joven Comenzó a Llorar Nuavemente -
- Caleb - Susurro Mientras Marsú La Rodeaba - ¿Por Que? - Esa Pregunta Repelente Fue Demasiado. Caleb Caminó Rápidamente Hasta Donde Estaba Kaileena. Se La Sacó a Marsú De Los Brazos Para Rodear Ese Frágil Cuerpo Fuertemente. Quería Que Se Diera Cuenta Que Estaba Muerto Sin Ella. Que La Quería. Que Siempre Estaría a Su Lado -
- La Lastimas - Susurro Marsú Mientras Tomaba Suavemente a Kaileena - Desaparecé - Ese Pelirojo Levantó a Kaileena Para Después Comenzar a Caminar Rápidamente -
- Mierda - Susurro Caleb Mientras Bajaba La Mirada. Golpeó La Pared Con Fuerza Para Después Dejarse Caer Debastado. No Había Podido Pronunciar Palabra. Simplemente Estrechó a Kaileena Esperando Que Ella Entendiera Cuanto La Quería -
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- ¿Como Estará Caleb? - Se Preguntó Adelaida Mientras Probaba La Golosina Que Judal Había Preparado -
- Seguramente Esta Puteando Por Los Pasillos Del Palacio - Respondió Mientras Tomaba Su Cuchara Para Probar Ese Dulce - Me Sale Exquisito El Mouse De Frutilla -
- Me Preocupa - Murmuro Adelaida Mientras Dejaba De Comer -
- Lamentablemente Va a Solucionar Todo Con Kaileena - Dijo Mientras Posaba Su Mirada Carmín Sobre La Pelinegra -
- ¿Como Sabés? - Preguntó La Joven Mientras Posaba Esos Celestes Sobre El Rey De Babilonia -
- Sencillo - Dijo Mientras Seguía Comiendo Ese Mouse Con Ganas - Esta Estúpida Historia Sin Orden Cronológico Va a Tener Uno De Esos Finales Felices Que Desgraciadamente Tendrá Por Seguro a Kaileena Junto a Caleb - Respondió a Lo Que La Pelinegra Ladeó La Cabeza - Estará Bien - Dijo Sin Más - Deja Que Le Duela -
- Pero Pobre - Dijo Mientras Posaba La Mirada Sobre Esa Esponjosa Golosina -
- Le Va a Hacer Bien a Ese Pajero De Mierda - Murmuro Mientras Seguía Comiendo -
- Judal - Llamó Tranquila Mientras Levantaba La Mirada -
- ¿Que Pasa? - Preguntó Mientras Terminaba Esa Golosina -
- No Entendí Eso De La Historia - Murmuro a Lo Que Judal Negó Levemente -
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- Lear - La Joven Rubia Golpeó La Puerta Del Cuarto Del Joven Pelinegro -
- Pasá - Suplicó Mientras Sonreía Levemente. La Joven Caminó Hasta Estar Junto a La Cama Del Magi -
- Sentate - Suplicó Mientras Le Hacía Un Lugar -
- Con Permiso - Susurro Mientras Se Ponía Junto a Su Enamorado -
- No Tenés Que Pedir Permiso Para Estar Junto a Mi Tonta - Dijo Mientras La Miraba Con Cariño -
- Perdón - Susurrro Mientras Se Sonrojaba Levemente - Es La Costumbre -
- Conmigo Sacate Esa "Costumbre" - Dijo Para Después Besar La Mejilla De La Joven -
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Perdón Pero Me Quedo Sin Time~ (?) xDDD
Tooru- **Full*Contest**
-
Edad : 29
Cumpleaños!! : 31/03/1995
Mi llegada : 26/03/2009
Mis Mensajes : 2522
325 2418
Re: [Roll] The city of Babylonia~
Caleb se dejó caer de rodillas en el frío suelo del palacio. Estaba sencillamente devastado. Kaileena sufría por su culpa mientras Marsú era la calidez que ella necesitaba para soportar el dolor y la amargura provocadas por él, por la infructuosa relación que ambos decidieron poner fin para su conveniencia. Era totalmente egoísta de su parte pedirle a Kaileena para volver con él, tratar de que ella esté en sus brazos de nuevo, volviéndola a meter en ese círculo prohibido y vicioso del cual sólo saldrían lastimados.
Normalmente él era alguien que buscaba lo solución que menos afectara a los demás, que doliera menos; pero ahora no había ninguna de ellas. Todas dolían. ¿Qué importaba? ¿Tener a Kaileena entre sus brazos o su felicidad? ¿Sería feliz ella con Marsú? Tampoco lo sería, ella sólo estaría bien si estuviera con Judal, y si incitaba eso (como anteriormente Marsú lo hizo) sólo provocaría el sufrimiento de su amiga, Adelaida, quién siempre lo había ayudado, no se merecía para nada eso.
¿Entonces qué?
Suspiró. Él quería seguir luchando por Kaileena, aunque doliera, él necesitaba seguir. Lo sabía, ellos no estaban destinados a estar juntos por más que se amaran y fuera lo único que desearan. Sonrío tristemente por aquella ironía. Recordó una frase que Adelaida le había dicho, una de las innumerables veces que ella lo había consolado y también le contaba sus problemas con Judal. “El amor es la arrogancia de aferrarse a lo imposible” En ese momento, ella había dicho con tristeza esa frase porque consideraba que encajaba perfectamente con su relación con el ahora rey de Babilonia. Caleb en ese momento le pareció algo exagerado, absurdo. Él siempre consideraba que si ambas partes se amaban podrían conseguir un final feliz.
Pero las cosas habían cambiado…
Ahora, arrodillado en el suelo, sintiendo frío por fuera y por dentro, con la cabeza gacha y los cabellos rubios ocultando sus ojos llorosos, se sentía totalmente identificado con aquella desalentadora y crítica frase que su amiga había dicho.
Se sentía estúpido al haber creído eso, en el que todos si se lo propondrían tendrían finales felices, era una cruel y hermosa mentira, una negación a la devastadora realidad que te aplasta con su mera presencia.
----------------------------------
-Marsú, por favor- pidió Kaileena, temblando del nerviosismo y limpiándose las lágrimas-. Suéltame.
El pelirrojo, asombrado y dolido ante tal petición, lo acató mientras dejaba de abrazarla y se sentaba en el sillón más cercano. Kaileena, por su parte, se sentó en el borde de la cama, abrazando sus rodillas y observando a la ventana pensativa.
-Kaileena…relájate, sé que es difícil, pero todo pasará…- la trató de tranquilizar en vano el Magi.
-¿Podrías dejarme sola?- pidió ella sin siquiera mirarlo, mientras el joven sentía como esas pocas palabras le laceraban el pecho-. Necesito pensar.
Marsú no respondió, con aspecto triste y desgano, se marchó de la habitación, extrañando a la alegra jovencita de la cual él se había enamorado.
--------------------------------
Eran esos momentos tan amenos donde se olvidaba de todos sus problemas, deleitándose con su corazón retumbando con fuerza ante las suaves caricias de esa aterciopelada piel, de los agradables y exquisitos labios que se unían con los suyos, encajando a la perfección, como si hubiera sido moldeados con ese fin.
Lear rodeó la pequeña cintura de la joven, deseando que jamás se fuera de allí, que esos momentos tan paradisíacos nunca acabaran, porque ella era su cielo, su serafín especial que alumbraba el vacío y la oscuridad que solía embargar en su interior.
Lamentaba ser tan idiota de casi perderla en varias ocasiones, odiaba tener el constante temor de que alguna acción equívoca suya lo alejara de ella para siempre. Porque sabía que él no era bueno para ella, que su ángel podría conseguir algo mucho mejor.
Se odiaba a sí mismo por eso, por no estar a su altura, por no poder expresarle con claridad todo lo que sentía hacia ella, esos sentimientos tan puros que jamás había tenido el placer de conocer hasta su aparición.
Él la amaba.
Ni más ni menos por el simple hecho de que no existe un sentimiento mayor que el amor.
Y sí, era una completa locura. Apenas la conocía, ¿hacía cuánto que la había visto? No lo sabía, pero desde la primera vez que observó esos ojos celestes como el cielo su mundo quedó de cabezas. Y eso a él le encantaba.
Jamás pudo siquiera imaginar que haría esas locuras, que querría tanto en pocos días a una persona, que estrecharía sus labios con los suyos como si no hubiera mañana alguno, que pensaría en ella día y noche, profesándole su amor de una manera que ella jamás podría siquiera a calcular.
Besó el cuello de Nina, mientras deseaba que, por una vez, ella pudiera leer sus pensamientos.
-----------------------------------------------------
-Sigo sin entender lo de la historia- admitió Adelaida, mientras lavaba las compoteras que habían usado para el postre.
-No importa- le respondió Judal relajado-. Es algo demasiado difícil para que entiendas, además de que no es para nada agradable porque no podrías hacer nada.
-¿Eh? ¿Y qué harías si pudieras hacer algo?- preguntó la joven, sin entender para nada a lo que se refería el pelinegro.
Judal se quedó pensativo unos segundos.
-Las violaría- descartó la idea rápidamente-. No, eso querrían y me volvería un Caleb. Las dejaría con las ganas de que eso pase, sería peor.
-Judal, ¿de quiénes hablas? No entiendo nada- dijo ella- ¿A quiénes querés violar?
El joven suspiró y se levantó de la mesa, abrazándola de la cintura. Como siempre, los nervios de Adelaida ante tanta cercanía se hacían notar con un característico y encantador –al menos para Judal- sonrojo en sus mejillas.
-A vos sola- le susurró, besándole en los labios. Se separaron unos segundos y ella, sonrojada y nerviosa, observó por la ventana.
-¿En qué pensás?- preguntó el rey de Babilonia a su enamorada.
-En Caleb…me preocupa- confesó ella.
Judal suspiró. De nuevo mencionaba al pelotudo ese en momentos que no correspondían. Adelaida debía aprender seriamente cuándo callarse la boca.
-Siempre pensando en Caleb, me vas a hacer poner celoso- comentó él relajado, dejando entrever cierta pizca de verdad en aquella aparentemente inofensiva e insignificante broma. Por supuesto, Adelaida no lo notó.
-Por favor no hagas eso, la vez que te pusiste celoso de Caleb no me dejaste dormir y me jodiste en todo el día- comentó ella con un suspiro-. Y no es mi culpa…me preocupa.
-Siempre estás preocupada por Caleb, es grande ya Ali, sabe qué hacer. Siempre estás sobreprotegiéndolo- opinó el Magi.
-Lo sé, pero es que está solo en Babilonia, me tiene a mí únicamente- se justificó ella-. Además siempre lo cuidé, desde que éramos chicos, era como la hermana mayor por así decirlo, aunque él me lleva unos varios meses de diferencia.
Judal suspiró algo cansado con el tema.
-¿Podríamos hablar de otra cosa?- le pidió- Ya te dije, el pelotudo va a sufrir un poco pero va a terminar con Kaileena, confía en mí.
-No tenés certeza de eso, dijiste cualquier cosa rarísima de una historia y personas que ibas a violar- le refutó la ojiazul.
-Te sorprendería saber la razón que tengo- dijo besándola de nuevo, esta vez alzándola para que ella enganchara las piernas en su cintura. Y, mientras Judal la apoyaba contra la pared para sostenerla y la besaba con la pasión que lo caracterizaba, ella se olvidó completamente de Caleb.
---------------------------------------------
La hice en 40 minutos. La verdad, para ser yo que tardo banda, creo que la hice rápido (?
Normalmente él era alguien que buscaba lo solución que menos afectara a los demás, que doliera menos; pero ahora no había ninguna de ellas. Todas dolían. ¿Qué importaba? ¿Tener a Kaileena entre sus brazos o su felicidad? ¿Sería feliz ella con Marsú? Tampoco lo sería, ella sólo estaría bien si estuviera con Judal, y si incitaba eso (como anteriormente Marsú lo hizo) sólo provocaría el sufrimiento de su amiga, Adelaida, quién siempre lo había ayudado, no se merecía para nada eso.
¿Entonces qué?
Suspiró. Él quería seguir luchando por Kaileena, aunque doliera, él necesitaba seguir. Lo sabía, ellos no estaban destinados a estar juntos por más que se amaran y fuera lo único que desearan. Sonrío tristemente por aquella ironía. Recordó una frase que Adelaida le había dicho, una de las innumerables veces que ella lo había consolado y también le contaba sus problemas con Judal. “El amor es la arrogancia de aferrarse a lo imposible” En ese momento, ella había dicho con tristeza esa frase porque consideraba que encajaba perfectamente con su relación con el ahora rey de Babilonia. Caleb en ese momento le pareció algo exagerado, absurdo. Él siempre consideraba que si ambas partes se amaban podrían conseguir un final feliz.
Pero las cosas habían cambiado…
Ahora, arrodillado en el suelo, sintiendo frío por fuera y por dentro, con la cabeza gacha y los cabellos rubios ocultando sus ojos llorosos, se sentía totalmente identificado con aquella desalentadora y crítica frase que su amiga había dicho.
Se sentía estúpido al haber creído eso, en el que todos si se lo propondrían tendrían finales felices, era una cruel y hermosa mentira, una negación a la devastadora realidad que te aplasta con su mera presencia.
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-Marsú, por favor- pidió Kaileena, temblando del nerviosismo y limpiándose las lágrimas-. Suéltame.
El pelirrojo, asombrado y dolido ante tal petición, lo acató mientras dejaba de abrazarla y se sentaba en el sillón más cercano. Kaileena, por su parte, se sentó en el borde de la cama, abrazando sus rodillas y observando a la ventana pensativa.
-Kaileena…relájate, sé que es difícil, pero todo pasará…- la trató de tranquilizar en vano el Magi.
-¿Podrías dejarme sola?- pidió ella sin siquiera mirarlo, mientras el joven sentía como esas pocas palabras le laceraban el pecho-. Necesito pensar.
Marsú no respondió, con aspecto triste y desgano, se marchó de la habitación, extrañando a la alegra jovencita de la cual él se había enamorado.
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Eran esos momentos tan amenos donde se olvidaba de todos sus problemas, deleitándose con su corazón retumbando con fuerza ante las suaves caricias de esa aterciopelada piel, de los agradables y exquisitos labios que se unían con los suyos, encajando a la perfección, como si hubiera sido moldeados con ese fin.
Lear rodeó la pequeña cintura de la joven, deseando que jamás se fuera de allí, que esos momentos tan paradisíacos nunca acabaran, porque ella era su cielo, su serafín especial que alumbraba el vacío y la oscuridad que solía embargar en su interior.
Lamentaba ser tan idiota de casi perderla en varias ocasiones, odiaba tener el constante temor de que alguna acción equívoca suya lo alejara de ella para siempre. Porque sabía que él no era bueno para ella, que su ángel podría conseguir algo mucho mejor.
Se odiaba a sí mismo por eso, por no estar a su altura, por no poder expresarle con claridad todo lo que sentía hacia ella, esos sentimientos tan puros que jamás había tenido el placer de conocer hasta su aparición.
Él la amaba.
Ni más ni menos por el simple hecho de que no existe un sentimiento mayor que el amor.
Y sí, era una completa locura. Apenas la conocía, ¿hacía cuánto que la había visto? No lo sabía, pero desde la primera vez que observó esos ojos celestes como el cielo su mundo quedó de cabezas. Y eso a él le encantaba.
Jamás pudo siquiera imaginar que haría esas locuras, que querría tanto en pocos días a una persona, que estrecharía sus labios con los suyos como si no hubiera mañana alguno, que pensaría en ella día y noche, profesándole su amor de una manera que ella jamás podría siquiera a calcular.
Besó el cuello de Nina, mientras deseaba que, por una vez, ella pudiera leer sus pensamientos.
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-Sigo sin entender lo de la historia- admitió Adelaida, mientras lavaba las compoteras que habían usado para el postre.
-No importa- le respondió Judal relajado-. Es algo demasiado difícil para que entiendas, además de que no es para nada agradable porque no podrías hacer nada.
-¿Eh? ¿Y qué harías si pudieras hacer algo?- preguntó la joven, sin entender para nada a lo que se refería el pelinegro.
Judal se quedó pensativo unos segundos.
-Las violaría- descartó la idea rápidamente-. No, eso querrían y me volvería un Caleb. Las dejaría con las ganas de que eso pase, sería peor.
-Judal, ¿de quiénes hablas? No entiendo nada- dijo ella- ¿A quiénes querés violar?
El joven suspiró y se levantó de la mesa, abrazándola de la cintura. Como siempre, los nervios de Adelaida ante tanta cercanía se hacían notar con un característico y encantador –al menos para Judal- sonrojo en sus mejillas.
-A vos sola- le susurró, besándole en los labios. Se separaron unos segundos y ella, sonrojada y nerviosa, observó por la ventana.
-¿En qué pensás?- preguntó el rey de Babilonia a su enamorada.
-En Caleb…me preocupa- confesó ella.
Judal suspiró. De nuevo mencionaba al pelotudo ese en momentos que no correspondían. Adelaida debía aprender seriamente cuándo callarse la boca.
-Siempre pensando en Caleb, me vas a hacer poner celoso- comentó él relajado, dejando entrever cierta pizca de verdad en aquella aparentemente inofensiva e insignificante broma. Por supuesto, Adelaida no lo notó.
-Por favor no hagas eso, la vez que te pusiste celoso de Caleb no me dejaste dormir y me jodiste en todo el día- comentó ella con un suspiro-. Y no es mi culpa…me preocupa.
-Siempre estás preocupada por Caleb, es grande ya Ali, sabe qué hacer. Siempre estás sobreprotegiéndolo- opinó el Magi.
-Lo sé, pero es que está solo en Babilonia, me tiene a mí únicamente- se justificó ella-. Además siempre lo cuidé, desde que éramos chicos, era como la hermana mayor por así decirlo, aunque él me lleva unos varios meses de diferencia.
Judal suspiró algo cansado con el tema.
-¿Podríamos hablar de otra cosa?- le pidió- Ya te dije, el pelotudo va a sufrir un poco pero va a terminar con Kaileena, confía en mí.
-No tenés certeza de eso, dijiste cualquier cosa rarísima de una historia y personas que ibas a violar- le refutó la ojiazul.
-Te sorprendería saber la razón que tengo- dijo besándola de nuevo, esta vez alzándola para que ella enganchara las piernas en su cintura. Y, mientras Judal la apoyaba contra la pared para sostenerla y la besaba con la pasión que lo caracterizaba, ella se olvidó completamente de Caleb.
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La hice en 40 minutos. La verdad, para ser yo que tardo banda, creo que la hice rápido (?
Re: [Roll] The city of Babylonia~
- Me Gustas - Susurro La Rubia Mientras Los Labios De Lear Recorrían Cada Pedaso De Piel Descubierta Que Encontraba - Me Gustas Mucho -
- ... - Lear Le Besó Los Labios Mientras Sonreía. Escuchar Esas Palabras De La Joven Que Se Encontraba Debajo De Su Cuerpo Era Simplemente Encantador -
De Repente Se Escuchó Que Tocaban.
- Todos Joden En Esta Casa - Murmuro Mientras Besaba Nuevamente a Esa Joven Para Después Levantarse. Se Pasó La Mano Por Los Cabellos Mientras Miraba Quién Llamaba - ¿Te Conozco? - Preguntó Mientras Lo Miraba Con Una Ceja Levantada -
- Lo Dudo - Dijo Mientras Miraba a Lear Con Tranquilidad - Solo Quería Saber Donde Mierda Estan Los Baños En Este Palacio - Preguntó Con Mala Cara -
- Te Me Haces Familiar - Dijo Ese Pelinegro Mientras La Joven Que Estaba Recostada En Su Cama Se Levantaba a Ver -
- Caleb ¿Verdad? - Preguntó Mientras Sonreía -
- Eres Ese Pajero Con Cara De Tarado Del Que Habla Judal - Dijo Lear Mientras Se Golpeaba Levemente La Cabeza - Demasiado Simple Para No Darme Cuenta -
- Es Caleb - Dijo De Mala Gana - Pajero Con Cara De Tarado Esta De Más - Murmuro Mientras Observaba a Nina De Manera Suplicante -
- Te Digo Donde Estan - Dijo Mientras Salía Para Comenzar a Caminar Junto a Ese Rubio -
- Judal Dice La Verdad Con Eso De Que Es Un Pelotudo Inoportuno - Murmuro Mientras Se Pasaba Nuevamente La Mano Por Los Cabellos -
----------
- ¿Que Esperás? - Preguntó Shuu -
- Le Enseñaba a Caleb Donde Estaban Los Baños - Dijo Mientras Sonreía - ¿Que Estabas Haciendo? -
- Hasta Hace Unos Momentos Despedí a Iris - Dijo Mientras Negaba Levemente - Es Demasiado Cabeza Dura -
- ¿Por Qué? - Preguntó Mientras Miraba a Ese Ojirojo -
- Esta Enamorada De Judal - Respondió Simplemente -
- Comprendo - Dijo Mientras Le Sonreía a Caleb Que Había Regresado -
- Hablando De Gente Deprimida - Murmuro Shuu Mientras Observaba a Ese Rubio - ¿Que Te Pasó? - Preguntó. Caleb Lo Miró Con Una Ceja Levantada - Podés Hablar Conmigo a Pesar De Que Tengo Magi Por Apellido - Dijo Deduciendo Rápidamente Los Pensamientos De Caleb -
- Es Largo - Dijo Mientras Comenzaba a Caminar -
- Tenemos Toda La Tarde - Dijo Mientras Le Tomaba Del Brazo Derecho. Nina Hiso Lo Mismo Pero Del Lado Izquierdo -
- Vamos - Los Jovenes Se Llevaron a Caleb Por Mucho Que Este Se Negó -
----------
- ¿Querés Dejar De Mencionar a Esa Pena De Ser Humano? - Dijo Furibundo -
- Te Dije Que Me Preocupa - Dijo Mientras Intentaba Reincorporarse. Ese Ojirojo La Había Dejado Sobre La Cama -
- Te Diré Una Cosa - Dijo Mientras La Encerraba Con Su Cuerpo - Existen Determinados Momentos En Los Que Es Mejor Cerrar La Boca -
- ¿Eh~? - La Joven Se Le Quedó Mirando Sonrojada -
- ¡Estaba Intentando Concentrarme Pero Vos Mencionas a Ese Pajero Energúmeno! - Estalló Mientras La Sacudía En La Cama -
- Perdó~n - Susurro Mareada -
- Dormís Sola - Dijo Mientras Salía - Yo Me Quedó En Mi Carísimo Sillón -
- Esperá~ Judal - Suplicó Mientras Intentaba (Imposible) Tomar Las Prendas Del Rey Para Detener Su Marcha -
- Espera Una Mierda - Dijo Mientras Se Recostaba - Buenas Noches - Dijo Para Después Dejar Todo a Oscuras -
- ... - Lear Le Besó Los Labios Mientras Sonreía. Escuchar Esas Palabras De La Joven Que Se Encontraba Debajo De Su Cuerpo Era Simplemente Encantador -
De Repente Se Escuchó Que Tocaban.
- Todos Joden En Esta Casa - Murmuro Mientras Besaba Nuevamente a Esa Joven Para Después Levantarse. Se Pasó La Mano Por Los Cabellos Mientras Miraba Quién Llamaba - ¿Te Conozco? - Preguntó Mientras Lo Miraba Con Una Ceja Levantada -
- Lo Dudo - Dijo Mientras Miraba a Lear Con Tranquilidad - Solo Quería Saber Donde Mierda Estan Los Baños En Este Palacio - Preguntó Con Mala Cara -
- Te Me Haces Familiar - Dijo Ese Pelinegro Mientras La Joven Que Estaba Recostada En Su Cama Se Levantaba a Ver -
- Caleb ¿Verdad? - Preguntó Mientras Sonreía -
- Eres Ese Pajero Con Cara De Tarado Del Que Habla Judal - Dijo Lear Mientras Se Golpeaba Levemente La Cabeza - Demasiado Simple Para No Darme Cuenta -
- Es Caleb - Dijo De Mala Gana - Pajero Con Cara De Tarado Esta De Más - Murmuro Mientras Observaba a Nina De Manera Suplicante -
- Te Digo Donde Estan - Dijo Mientras Salía Para Comenzar a Caminar Junto a Ese Rubio -
- Judal Dice La Verdad Con Eso De Que Es Un Pelotudo Inoportuno - Murmuro Mientras Se Pasaba Nuevamente La Mano Por Los Cabellos -
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- ¿Que Esperás? - Preguntó Shuu -
- Le Enseñaba a Caleb Donde Estaban Los Baños - Dijo Mientras Sonreía - ¿Que Estabas Haciendo? -
- Hasta Hace Unos Momentos Despedí a Iris - Dijo Mientras Negaba Levemente - Es Demasiado Cabeza Dura -
- ¿Por Qué? - Preguntó Mientras Miraba a Ese Ojirojo -
- Esta Enamorada De Judal - Respondió Simplemente -
- Comprendo - Dijo Mientras Le Sonreía a Caleb Que Había Regresado -
- Hablando De Gente Deprimida - Murmuro Shuu Mientras Observaba a Ese Rubio - ¿Que Te Pasó? - Preguntó. Caleb Lo Miró Con Una Ceja Levantada - Podés Hablar Conmigo a Pesar De Que Tengo Magi Por Apellido - Dijo Deduciendo Rápidamente Los Pensamientos De Caleb -
- Es Largo - Dijo Mientras Comenzaba a Caminar -
- Tenemos Toda La Tarde - Dijo Mientras Le Tomaba Del Brazo Derecho. Nina Hiso Lo Mismo Pero Del Lado Izquierdo -
- Vamos - Los Jovenes Se Llevaron a Caleb Por Mucho Que Este Se Negó -
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- ¿Querés Dejar De Mencionar a Esa Pena De Ser Humano? - Dijo Furibundo -
- Te Dije Que Me Preocupa - Dijo Mientras Intentaba Reincorporarse. Ese Ojirojo La Había Dejado Sobre La Cama -
- Te Diré Una Cosa - Dijo Mientras La Encerraba Con Su Cuerpo - Existen Determinados Momentos En Los Que Es Mejor Cerrar La Boca -
- ¿Eh~? - La Joven Se Le Quedó Mirando Sonrojada -
- ¡Estaba Intentando Concentrarme Pero Vos Mencionas a Ese Pajero Energúmeno! - Estalló Mientras La Sacudía En La Cama -
- Perdó~n - Susurro Mareada -
- Dormís Sola - Dijo Mientras Salía - Yo Me Quedó En Mi Carísimo Sillón -
- Esperá~ Judal - Suplicó Mientras Intentaba (Imposible) Tomar Las Prendas Del Rey Para Detener Su Marcha -
- Espera Una Mierda - Dijo Mientras Se Recostaba - Buenas Noches - Dijo Para Después Dejar Todo a Oscuras -
Tooru- **Full*Contest**
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Mi llegada : 26/03/2009
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Re: [Roll] The city of Babylonia~
-Entiendo- comentó Shuu pensativo-. Estás en una situación complicada, dónde no encontrás salida.
-No sé que hacer…bah, en realidad sí- reconoció Caleb con una sonrisa triste-. Pero no deseo hacer lo que debería hacer. Soy un egoísta de mierda.
-No lo sos, está bien luchar por lo que querés- le dijo Nina, que estaba a su derecha-. Porque en realidad ambos quieren lo mismo.
-Pero Kaileena se va a casar con Judal, ella en realidad debería ser feliz con él- opinó Caleb.
-Pero no lo es- rebatió el pelinegro-. Ni mi hermano ni ella son felices juntos, ambos eligieron ya de qué persona enamorarse.
-Ya antes estuvieron juntos- le recordó Nina-. Judal al final no pudo quitarse a Ali de la cabeza.
-Y Kaileena apareció en mi casa- continuó Caleb, algo sonrojado recordando lo que ocurrió después.
-En resumen, debería importarte poco lo que dice mi primo y seguir luchando- opinó Shuu-. Kaileena no sabe qué hacer, pero es común en ella confundirse. Además de que Marsú es bastante manipulador- doblaron a la derecha del palacio, saliendo hacia el exterior-. Ella te sigue queriendo, por eso sufre, porque debe estar con los mismos pensamientos que vos, de no saber qué elegir y qué es correcto.
-En serio…gracias- comentó con sinceridad el rubio-. La verdad es que no parecés para nada ser un Magi- agregó, a modo de halago-, sos el único pariente de Judal que no me insultó al segundo de conocerme.
Shuu se encogió de hombros, restándole importancia.
-Trato de marcar un poco la diferencia- admitió con una sonrisa.
----------------------------------------------------
Un sentimiento de culpa la carcomía por dentro, mientras se giraba una y otra vez en esa gran cama (Judal la había comprado también) que sentía extrañamente vacía y fría.
Suspiró. El rey tenía razón en lo que había dicho.
Constantemente pensaba en Caleb, no lo hacía de mal, era que lo preocupaba y el joven le generaba ese sentimiento maternal que albergaba muy profundo en su interior. Ella no quería que sufriera, lo quería como un hermano, lo cuidaba como a uno también.
Y sabía que Caleb estaba mal.
Adelaida se mordió el labio, mientras observaba la hora en el reloj que estaba colgado en la pared. Las manecillas, iluminadas tenuemente por la luz de la luna que traspasaba el vidrio de la ventana, indicaban que eran las tres y media de la madrugada.
Se mordió el labio. Mierda. No podía dormir.
Ella trataba de hacer de todo para ayudar a Caleb. Quizás había exagerado un poco…
Judal tenía, de nuevo, razón: expresaba sus preocupaciones en momentos poco adecuados. Debía aprender a cerrar la boca.
Poniéndose a considerar, Judal había sido bastante paciente con ella, soportando cada una de sus preocupaciones y de intentos, prácticamente desesperados, de tratar de ayudar a su amigo rubio. En todos ellos, Judal estaba siempre a su lado (o en contra) pero jamás se había molestado por eso, en ningún momento se enojó al ver cómo, de estar juntos, de repente iba a abrazar a Caleb y a consolarlo, a buscarlo para darle consejo; que, últimamente, era lo único que hacía. ¡Incluso estaba en esa casa para que pudiera estar cerca de Kaileena!
Quizás…sólo quizás, había exagerado las cosas.
Eso había descuidado en cierto modo su relación con Judal.
Adelaida suspiró, se sentía mal por ello y tenía la culpa de la reacción del joven.
Caminó hacia Judal, que estaba acostado en el sillón, con los ojos cerrados.
-Judal- susurró.
No hubo respuesta.
-Judal…
Nada.
-Sé que estás escuchándome- dijo ella-. Lo lamento, tenés razón. Es mi culpa. Estoy demasiado preocupada por Caleb, y sé que no es bueno estar tan pendiente a él. Además de que sé que debería callarme en ciertos momentos y descuidé la relación por pensar en ayudar en Caleb. En serio…lo lamento, es toda mi culpa- dijo ella de sopetón.
Judal abrió los ojos y sus orbes escarlatas se posaron en los zafiros de ellas. Esbozó esa hermosa media sonrisa de mierda y Adelaida supo que Judal se iba a aprovechar de la situación.
----------------------------
Me rajan skjklaj :B
-No sé que hacer…bah, en realidad sí- reconoció Caleb con una sonrisa triste-. Pero no deseo hacer lo que debería hacer. Soy un egoísta de mierda.
-No lo sos, está bien luchar por lo que querés- le dijo Nina, que estaba a su derecha-. Porque en realidad ambos quieren lo mismo.
-Pero Kaileena se va a casar con Judal, ella en realidad debería ser feliz con él- opinó Caleb.
-Pero no lo es- rebatió el pelinegro-. Ni mi hermano ni ella son felices juntos, ambos eligieron ya de qué persona enamorarse.
-Ya antes estuvieron juntos- le recordó Nina-. Judal al final no pudo quitarse a Ali de la cabeza.
-Y Kaileena apareció en mi casa- continuó Caleb, algo sonrojado recordando lo que ocurrió después.
-En resumen, debería importarte poco lo que dice mi primo y seguir luchando- opinó Shuu-. Kaileena no sabe qué hacer, pero es común en ella confundirse. Además de que Marsú es bastante manipulador- doblaron a la derecha del palacio, saliendo hacia el exterior-. Ella te sigue queriendo, por eso sufre, porque debe estar con los mismos pensamientos que vos, de no saber qué elegir y qué es correcto.
-En serio…gracias- comentó con sinceridad el rubio-. La verdad es que no parecés para nada ser un Magi- agregó, a modo de halago-, sos el único pariente de Judal que no me insultó al segundo de conocerme.
Shuu se encogió de hombros, restándole importancia.
-Trato de marcar un poco la diferencia- admitió con una sonrisa.
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Un sentimiento de culpa la carcomía por dentro, mientras se giraba una y otra vez en esa gran cama (Judal la había comprado también) que sentía extrañamente vacía y fría.
Suspiró. El rey tenía razón en lo que había dicho.
Constantemente pensaba en Caleb, no lo hacía de mal, era que lo preocupaba y el joven le generaba ese sentimiento maternal que albergaba muy profundo en su interior. Ella no quería que sufriera, lo quería como un hermano, lo cuidaba como a uno también.
Y sabía que Caleb estaba mal.
Adelaida se mordió el labio, mientras observaba la hora en el reloj que estaba colgado en la pared. Las manecillas, iluminadas tenuemente por la luz de la luna que traspasaba el vidrio de la ventana, indicaban que eran las tres y media de la madrugada.
Se mordió el labio. Mierda. No podía dormir.
Ella trataba de hacer de todo para ayudar a Caleb. Quizás había exagerado un poco…
Judal tenía, de nuevo, razón: expresaba sus preocupaciones en momentos poco adecuados. Debía aprender a cerrar la boca.
Poniéndose a considerar, Judal había sido bastante paciente con ella, soportando cada una de sus preocupaciones y de intentos, prácticamente desesperados, de tratar de ayudar a su amigo rubio. En todos ellos, Judal estaba siempre a su lado (o en contra) pero jamás se había molestado por eso, en ningún momento se enojó al ver cómo, de estar juntos, de repente iba a abrazar a Caleb y a consolarlo, a buscarlo para darle consejo; que, últimamente, era lo único que hacía. ¡Incluso estaba en esa casa para que pudiera estar cerca de Kaileena!
Quizás…sólo quizás, había exagerado las cosas.
Eso había descuidado en cierto modo su relación con Judal.
Adelaida suspiró, se sentía mal por ello y tenía la culpa de la reacción del joven.
Caminó hacia Judal, que estaba acostado en el sillón, con los ojos cerrados.
-Judal- susurró.
No hubo respuesta.
-Judal…
Nada.
-Sé que estás escuchándome- dijo ella-. Lo lamento, tenés razón. Es mi culpa. Estoy demasiado preocupada por Caleb, y sé que no es bueno estar tan pendiente a él. Además de que sé que debería callarme en ciertos momentos y descuidé la relación por pensar en ayudar en Caleb. En serio…lo lamento, es toda mi culpa- dijo ella de sopetón.
Judal abrió los ojos y sus orbes escarlatas se posaron en los zafiros de ellas. Esbozó esa hermosa media sonrisa de mierda y Adelaida supo que Judal se iba a aprovechar de la situación.
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Me rajan skjklaj :B
Re: [Roll] The city of Babylonia~
- Te Perdono - Dijo Mientras La Tomaba De La Mano Para Hacer Que Se Sentara a Su Lado - Seguramente Me Extrañas En La Cama -
- Simplemen te Me Estaba Costando Dormir - Dijo Adelaida De Mala Gana -
- Quedate Conmigo - Dijo Mientras Le Dejaba Lugar -
- Ya Qué - Susurro Mientras Se Recostaba Para Después Golpear La Mano De Judal Que Intentó Rodear Su Cintura -
----------
La Joven Estaba Sentada Observando Por La Ventana. La Luna Estaba Hermosa. Había Parado De Llorar Por Que Ya No Podía Derramar Más Lágrimas. Se Rodeó a Si Misma Intentando Darse Consuelo Mientras Se Preguntaba Por Que Había Sacado a Marsú. No Tenía Ganas De Estar Sola.
De Repente Tocaron La Puerta. Se Levantó Para Ir a Ver Quién Llamaba. Esbosó Una Pequeña Sonrísa Cuando Observó a Marsú Parado Con Culpa En La Mirada.
- Lamento Que Te Sientas De Ese Modo - Susurro Ese Pelirojo - Sin Contar Que No Puedo Hacer Que Ese Malestar Se Esfume - Terminó Mientras Bajaba Levemente La Mirada -
- Esta Mejor - Dijo Kaileena Mientras Posaba Su Mano Sobre La Mejilla De Marsú - Gracias - Dijo Mientras Sonreía Levemente -
- ¿Puedo Pasar? - Preguntó Mientras Levantaba La Mirada - Imaginarte Sola Encerrada Llorando Me Produce Malestar -
- Seguro - Dijo Mientras Dejaba Pasar a Ese Joven -
---------
- ¿Crees Que Le Hicimos Un Favor a Caleb? - Preguntó La Rubia Mientras Comía Lentamente Los Gajos De Una Mandarina -
- Le Dimos Un Pequeño Empujón - Contestó Shuu Con Tranquilidad - Estaba Completamente Perdido - Siguió Mientras Robaba Uno De Los Gajos De Las Manos De La Joven - Espero Que Con Lo Que Le Dijimos Simplemente Haga Lo Que Debe -
- ¿Buscar a Kaileena? - Preguntó La De Mirada Celeste. Su Compañero Simplemente Sonreía Mientras Negaba Lentamente -
- Jamás Dije Que Regresar Con Kaileena Era Lo Que Debía Hacer - Susurro a Lo Que La Joven Le Miró Sin Entender -
- Estabas Insinuando Eso - Dijo Mientras Lo Señalaba -
- Solo Caleb Sabe Que Camino Tomar - Dijo Mientras Miraba Por La Ventana. Ya Estaba Bastante Entrada La Madrugada - Pero Pase Lo Que Pase Vos Tenés Que Decir Que Fue Lo Mejor -
- Entender Tu Forma De Pensar Me Cuesta Horrores - Murmuro Mientras Observaba Como Shuu Sonreía -
- Hola Lear - Saludó De Repente a Lo Que La Rubia Se Giró Mientras Miraba a Ese Pelinegro Temerosa -
- ¿Que Hacen Tan Tarde? - Preguntó. Por Poco Que Se Notara Shuu Sabía Que Estaba Celoso -
- Hablabamos Sobre Caleb - Respondió Simplemente Mientras Le Mostraba Una Mandarina - Mientras Comíamos Estas Cosas -
- Es Hora De Dormir - Dijo Mientras Intentaba No Parecer Molesto -
- ¿Querés a Nina? - Preguntó Inocente Shuu Mientras Sonreía -
- ¿Vos Que Crees? - Preguntó Apretando Los Dientes -
- Toda Tuya - Dijo Mientras Se Paraba -
- Con Permiso - Murmuro Lear Mientras Levantaba a La Joven Como Si Esta No Pesara Para Después Llevarsela Consigo -
- Hablamos Luego - Dijo Shuu Para Después Bostezar -
- Seguro - Contestó La Joven Para Después Posar Esa Mirada Celeste En Su Enamorado - ¿Celoso? -
- Odio Profundamente Que Te Quedés Sola Con Mi Hermano Menor - Dijo Para Después Comenzar a Murmurar Maldiciones De Todo Tipo -
- Celoso - Se Contestó a Si Misma Mientras Suspiraba Para Después Sonreír -
---------
Caleb Se Recostó Para Comenzar a Girar En La Cama Sin Poder Dormir. Tenía Que Hablar Con Kaileena. Tenía Que Hablar Rápidamente Con Ella Pero Marsú Estaba Siempre Cerca. Jamás Estarían Solos.
Se Le Venían a La Cabeza Miles De Estupideces Para Poder Lograr Un Momento De Paz Con Ella. Desde Encerrarse En El Baño Juntos Hasta Seguir a La Joven al Mercado; Pasando Por Todas Las Variables Sumamente Idiotas e Irreales Que Se Puedan Imaginar.
Pero Sea Como Sea Tenía Que Lograr Hablar Con Kaileena. Sin Importar Cuanto Costara. Cuanto Tiempo Tomara. Que Estupideces Tuviera Que Hacer.
Aunque Se Tuvieran Que Encerrar Juntos. Hablaría Con Ella.
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La Encierra & Cuando Hablaron Todo Me La Viola xDD
- Simplemen te Me Estaba Costando Dormir - Dijo Adelaida De Mala Gana -
- Quedate Conmigo - Dijo Mientras Le Dejaba Lugar -
- Ya Qué - Susurro Mientras Se Recostaba Para Después Golpear La Mano De Judal Que Intentó Rodear Su Cintura -
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La Joven Estaba Sentada Observando Por La Ventana. La Luna Estaba Hermosa. Había Parado De Llorar Por Que Ya No Podía Derramar Más Lágrimas. Se Rodeó a Si Misma Intentando Darse Consuelo Mientras Se Preguntaba Por Que Había Sacado a Marsú. No Tenía Ganas De Estar Sola.
De Repente Tocaron La Puerta. Se Levantó Para Ir a Ver Quién Llamaba. Esbosó Una Pequeña Sonrísa Cuando Observó a Marsú Parado Con Culpa En La Mirada.
- Lamento Que Te Sientas De Ese Modo - Susurro Ese Pelirojo - Sin Contar Que No Puedo Hacer Que Ese Malestar Se Esfume - Terminó Mientras Bajaba Levemente La Mirada -
- Esta Mejor - Dijo Kaileena Mientras Posaba Su Mano Sobre La Mejilla De Marsú - Gracias - Dijo Mientras Sonreía Levemente -
- ¿Puedo Pasar? - Preguntó Mientras Levantaba La Mirada - Imaginarte Sola Encerrada Llorando Me Produce Malestar -
- Seguro - Dijo Mientras Dejaba Pasar a Ese Joven -
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- ¿Crees Que Le Hicimos Un Favor a Caleb? - Preguntó La Rubia Mientras Comía Lentamente Los Gajos De Una Mandarina -
- Le Dimos Un Pequeño Empujón - Contestó Shuu Con Tranquilidad - Estaba Completamente Perdido - Siguió Mientras Robaba Uno De Los Gajos De Las Manos De La Joven - Espero Que Con Lo Que Le Dijimos Simplemente Haga Lo Que Debe -
- ¿Buscar a Kaileena? - Preguntó La De Mirada Celeste. Su Compañero Simplemente Sonreía Mientras Negaba Lentamente -
- Jamás Dije Que Regresar Con Kaileena Era Lo Que Debía Hacer - Susurro a Lo Que La Joven Le Miró Sin Entender -
- Estabas Insinuando Eso - Dijo Mientras Lo Señalaba -
- Solo Caleb Sabe Que Camino Tomar - Dijo Mientras Miraba Por La Ventana. Ya Estaba Bastante Entrada La Madrugada - Pero Pase Lo Que Pase Vos Tenés Que Decir Que Fue Lo Mejor -
- Entender Tu Forma De Pensar Me Cuesta Horrores - Murmuro Mientras Observaba Como Shuu Sonreía -
- Hola Lear - Saludó De Repente a Lo Que La Rubia Se Giró Mientras Miraba a Ese Pelinegro Temerosa -
- ¿Que Hacen Tan Tarde? - Preguntó. Por Poco Que Se Notara Shuu Sabía Que Estaba Celoso -
- Hablabamos Sobre Caleb - Respondió Simplemente Mientras Le Mostraba Una Mandarina - Mientras Comíamos Estas Cosas -
- Es Hora De Dormir - Dijo Mientras Intentaba No Parecer Molesto -
- ¿Querés a Nina? - Preguntó Inocente Shuu Mientras Sonreía -
- ¿Vos Que Crees? - Preguntó Apretando Los Dientes -
- Toda Tuya - Dijo Mientras Se Paraba -
- Con Permiso - Murmuro Lear Mientras Levantaba a La Joven Como Si Esta No Pesara Para Después Llevarsela Consigo -
- Hablamos Luego - Dijo Shuu Para Después Bostezar -
- Seguro - Contestó La Joven Para Después Posar Esa Mirada Celeste En Su Enamorado - ¿Celoso? -
- Odio Profundamente Que Te Quedés Sola Con Mi Hermano Menor - Dijo Para Después Comenzar a Murmurar Maldiciones De Todo Tipo -
- Celoso - Se Contestó a Si Misma Mientras Suspiraba Para Después Sonreír -
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Caleb Se Recostó Para Comenzar a Girar En La Cama Sin Poder Dormir. Tenía Que Hablar Con Kaileena. Tenía Que Hablar Rápidamente Con Ella Pero Marsú Estaba Siempre Cerca. Jamás Estarían Solos.
Se Le Venían a La Cabeza Miles De Estupideces Para Poder Lograr Un Momento De Paz Con Ella. Desde Encerrarse En El Baño Juntos Hasta Seguir a La Joven al Mercado; Pasando Por Todas Las Variables Sumamente Idiotas e Irreales Que Se Puedan Imaginar.
Pero Sea Como Sea Tenía Que Lograr Hablar Con Kaileena. Sin Importar Cuanto Costara. Cuanto Tiempo Tomara. Que Estupideces Tuviera Que Hacer.
Aunque Se Tuvieran Que Encerrar Juntos. Hablaría Con Ella.
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Tooru- **Full*Contest**
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Edad : 29
Cumpleaños!! : 31/03/1995
Mi llegada : 26/03/2009
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Re: [Roll] The city of Babylonia~
Era un nuevo día, donde la luz cálida y matutina del sol se colaba por las ventanas; los pájaros comenzaban a entonar su dulce melodía y se escuchaba el tumulto de pasos de la gente del palacio comenzando a hacer los quehaceres del día.
Caleb se levantó, somnoliento, mientras que observaba a ese joven cansado de notorias ojeras del otro lado del espejo.
Suspiró. No había dormido nada en todo el día, pensando en cualquier idea con tal de estar con Kaileena, por más que cada una de ellas se volvía más inverosímil e improbable.
Se sentó en el borde de la cama, ocultando su rostro entre sus manos.
Sencillamente no sabía que hacer.
Pero había que encontrar una respuesta. No le quedaba otra.
Y fue en ese momento, dónde deseó encontrar a Adelaida, que le dijera que hacer, que lo ayudara a poder hablar con Kaileena a solas, ya sea distrayendo a Marsú o alguna loca idea que pondría en práctica.
Se levantó y caminó con pasos rápidos hacia su casa, debía encontrar a Adelaida. Necesitaba su ayuda.
--------------------------------------------------
-Buen día- le susurró Lear al oído de Nina, la joven se desperezó con una sonrisa, mientras se levantaba y el pelinegro trataba de besarla, pero ella lo esquivó.
-¿Qué pasa?- preguntó extrañado y preocupado.
Ella se alejó unos segundos y río relajada.
-Quiero lavarme los dientes primero- dijo relajada-. No hay nada peor que el aliento al despertarse.
-Tonta –le susurró Lear con una sonrisa-. Apurate, que ya te preparé el desayuno.
-De acuerdo- dijo ella, entrando al baño. Al minuto salió, ya peinada y también cambiada, y se sentó al lado del joven en la cama, el cual le alcanzó una bandeja con un café, tostadas, jugo y omelette.
-Te esforzaste- dijo ella-. ¿Lo cocinaste vos?- comentó, arrancando un trozo de pan y metiéndoselo en la boca.
-Sí, yo solo- comentó el pelinegro.
-Mentiroso- dijo ella entretenida-. De seguro que se lo pediste a alguien.
Lear suspiró, besándole en la cabeza.
-Es lo mismo, pedir que me lo hagan o hacerlo- comentó el muchacho divertido.
-No, no lo es- contradijo ella-. Pero me gusta, le da tu toque personal- agregó, besándolo.
Lear prosiguió el beso, sintiéndose el hombre más afortunado del mundo.
----------------------------------------------------
Shuu miró el techo de su cuarto, mientras cruzaba sus brazos por detrás de su cabeza.
Se sentía raro. Eso se había dado cuenta hacía bastante tiempo.
¿Qué le pasaba?
Con su personalidad tranquila y racional, comenzó a realizarse una introspección, tratando de descubrir la causa de ese extraño sentimiento que no sabía identificar.
Vio a sus hermanos, cada uno haciendo su vida, con las personas que amaban. Ambos, en cierto modo, para bien o para mal, habían sentado cabeza. Sus pensamientos iban más allá de preocupaciones egoístas e individuales, incluían a otras personas, buscaban el bienestar de esas jóvenes que tanto quería.
Él, en cambio, se sentía como si caminara de la vereda de en frente. Y no, no quería enamorarse ni era de esas personas que buscaban desesperados el amor. Para él llegaba cuando uno menos se lo esperaba, nada más. Aún así, se sentía en cierto modo aparte de sus dos hermanos y de todos con los que hablaba en el palacio, cuyos problemas se basaban principalmente en cuestiones amorosas.
Suspiró algo cansado y observó por la ventana, dónde se lograba ver a lo lejos pequeñas casas que indicaban el comienzo del pueblo. ¿Qué estaría haciendo su hermano en ese momento? Había escuchado de la apuesta y sabía que Judal la ganaría, conocía lo suficientemente bien a su hermano como para saber que toleraría cualquier cosa si el beneficio era bueno. A fin de cuentas, era un joven práctico y decidido.
Se sentó en el alféizar de la ventana, pensativo. Deseaba poder descargarse con alguien, no llorar ni ponerse sentimental, ya que a él eso en verdad no era algo que le llamara la atención para nada, sino al menos poder sentirse escuchado. Él siempre era el que escuchaba y daba consejos, no se encontraba del otro lado.
Se cambió y se preparó para irse. Quería salir un rato.
----------------------------------------------------------
Él la observó, completamente dormida abrazada a su pecho, descansando relajada, con una expresión tranquila que pocas veces había visto en su rostro. Apreció cada detalle de su bello y dormido rostro. A pesar de lo que Adelaida pudiera decirle, de todas las mujeres que había conocido a lo largo de su vida, él jamás había visto a alguien tan hermosa como esa esclava que descansaba en sus brazos. Esa calidez que emanaba sin siquiera saberlo realmente era algo que lo hacía sentir vivo.
Abrió los ojos, con algo de pereza, mientras giraba para ver a Judal. Le sonrío y bostezó, tapándose la boca.
-No quería que te abrazara y al final vos lo hiciste- comentó Judal relajado.
-Shhh- chistó ella, mientras iba al baño.
-Me gusta como estás así de despeinada- opinó divertido el heredero.
-A mí no – comentó ella mientras se cepillaba los dientes en el baño. Cerró la puerta y salió minutos después cambiada-. Me voy- dijo sin más.
-¿Eh?- preguntó él extrañado.
-Voy a comprar- le explicó bostezando, mientras revisaba en los estantes-. Se acabó unos ingredientes que necesito y quiero prepararte algo- confesó un tanto somnolienta.
-¿Vas a cocinarme?- preguntó asombrado el rey.
-Sí- respondió-. Tarta de manzanas…a modo de disculpa por lo de ayer.
-No es necesario- le respondió el pelinegro, abrazándola de espaldas.
-Pero quiero hacerlo- comentó Adelaida-. Iré a comprar, no voy a tardar mucho- le dijo dándole un rápido beso y marchándose de allí.
Judal sonrío mientras se sentaba en el sillón. Si le hubiera dado una oportunidad la habría acompañado, pero la joven se marchó rápidamente. La casa estaba silenciosa y aburrida, sin Adelaida no era lo mismo.
El rey se incorporó, dispuesto a irse a acostar cuando alguien tocó la puerta.
-----------------------------------------
-Gracias, acá tiene su vuelto- dijo una mujer, dándole una bolsa de manzanas a la joven y el vuelto de esa compra.
-Gracias- comentó Adelaida, se dio vuelta y chocó con alguien que caminaba por allí- Lo lamento.
-Adelaida, ¿qué hacés acá?- preguntó Shuu con una sonrisa relajada.
-Lo mismo digo- opinó ella-. Es temprano para que estés caminando por acá. Yo fui a hacer unas compras para preparar una tarta de manzanas- le explicó, mostrándole la bolsa.
-La favorita de Judal- dijo el Magi pensativo-. Es por algo en especial, ¿verdad?
-No tanto en realidad- le respondió ella-. No me respondiste aún.
-Salí a pasear un rato para pensar- le comentó relajado, mientras ambos se alejaban del tumulto de gente.
-¿Te pasó algo?- preguntó preocupada.
-No, sólo pensaba.
-De algo que te molesta, ¿verdad?- dedujo ella-. Si no no saldrías tan temprano a caminar, viniste a despejarte- le explicó.
El joven sonrío, asintiendo de esa manera a la afirmación de la muchacha.
-Sé que no nos conocemos hace mucho- continuó Adelaida- Pero podés decirme que te paso, puedo escucharte y darte mi opinión- le dijo relajada-. Soy buena escuchando- finalizó encogiéndose de hombros.
Shuu no pudo evitar abrir los ojos asombrados, mientras esa sonrisa no desaparecía de su rostro. Justo lo que necesitaba. Parecía como si alguien arriba había hecho que se encontrara con la muchacha a propósito.
-Me encantaría- comentó él.
-Conozco un lugar que es tranquilo para charlar- le dijo ella, tomándole de la mano y guiándolo hacia el lago que solía ir con Caleb.
---------------------------------------------------
-Caleb- dijo Judal con cierto resentimiento en su tono de voz- ¿Qué querés pendejo?
-Quiero hablar con Adelaida- comentó el muchacho sin mucha paciencia- ¿Dónde está?
-¿Le vas a pedir ayuda de nuevo? En serio, ¿no podés luchar vos solo?- cuestionó Judal con rudeza. El muchacho rubio se quedó inmóvil y asombrado.
-¿A qué te referís?
-¿Es necesario que tenga que decirlo?- preguntó Judal, arqueando una ceja.
---------------------------------
Me tienta la idea de que la encierre en el baño (? xD
Caleb se levantó, somnoliento, mientras que observaba a ese joven cansado de notorias ojeras del otro lado del espejo.
Suspiró. No había dormido nada en todo el día, pensando en cualquier idea con tal de estar con Kaileena, por más que cada una de ellas se volvía más inverosímil e improbable.
Se sentó en el borde de la cama, ocultando su rostro entre sus manos.
Sencillamente no sabía que hacer.
Pero había que encontrar una respuesta. No le quedaba otra.
Y fue en ese momento, dónde deseó encontrar a Adelaida, que le dijera que hacer, que lo ayudara a poder hablar con Kaileena a solas, ya sea distrayendo a Marsú o alguna loca idea que pondría en práctica.
Se levantó y caminó con pasos rápidos hacia su casa, debía encontrar a Adelaida. Necesitaba su ayuda.
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-Buen día- le susurró Lear al oído de Nina, la joven se desperezó con una sonrisa, mientras se levantaba y el pelinegro trataba de besarla, pero ella lo esquivó.
-¿Qué pasa?- preguntó extrañado y preocupado.
Ella se alejó unos segundos y río relajada.
-Quiero lavarme los dientes primero- dijo relajada-. No hay nada peor que el aliento al despertarse.
-Tonta –le susurró Lear con una sonrisa-. Apurate, que ya te preparé el desayuno.
-De acuerdo- dijo ella, entrando al baño. Al minuto salió, ya peinada y también cambiada, y se sentó al lado del joven en la cama, el cual le alcanzó una bandeja con un café, tostadas, jugo y omelette.
-Te esforzaste- dijo ella-. ¿Lo cocinaste vos?- comentó, arrancando un trozo de pan y metiéndoselo en la boca.
-Sí, yo solo- comentó el pelinegro.
-Mentiroso- dijo ella entretenida-. De seguro que se lo pediste a alguien.
Lear suspiró, besándole en la cabeza.
-Es lo mismo, pedir que me lo hagan o hacerlo- comentó el muchacho divertido.
-No, no lo es- contradijo ella-. Pero me gusta, le da tu toque personal- agregó, besándolo.
Lear prosiguió el beso, sintiéndose el hombre más afortunado del mundo.
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Shuu miró el techo de su cuarto, mientras cruzaba sus brazos por detrás de su cabeza.
Se sentía raro. Eso se había dado cuenta hacía bastante tiempo.
¿Qué le pasaba?
Con su personalidad tranquila y racional, comenzó a realizarse una introspección, tratando de descubrir la causa de ese extraño sentimiento que no sabía identificar.
Vio a sus hermanos, cada uno haciendo su vida, con las personas que amaban. Ambos, en cierto modo, para bien o para mal, habían sentado cabeza. Sus pensamientos iban más allá de preocupaciones egoístas e individuales, incluían a otras personas, buscaban el bienestar de esas jóvenes que tanto quería.
Él, en cambio, se sentía como si caminara de la vereda de en frente. Y no, no quería enamorarse ni era de esas personas que buscaban desesperados el amor. Para él llegaba cuando uno menos se lo esperaba, nada más. Aún así, se sentía en cierto modo aparte de sus dos hermanos y de todos con los que hablaba en el palacio, cuyos problemas se basaban principalmente en cuestiones amorosas.
Suspiró algo cansado y observó por la ventana, dónde se lograba ver a lo lejos pequeñas casas que indicaban el comienzo del pueblo. ¿Qué estaría haciendo su hermano en ese momento? Había escuchado de la apuesta y sabía que Judal la ganaría, conocía lo suficientemente bien a su hermano como para saber que toleraría cualquier cosa si el beneficio era bueno. A fin de cuentas, era un joven práctico y decidido.
Se sentó en el alféizar de la ventana, pensativo. Deseaba poder descargarse con alguien, no llorar ni ponerse sentimental, ya que a él eso en verdad no era algo que le llamara la atención para nada, sino al menos poder sentirse escuchado. Él siempre era el que escuchaba y daba consejos, no se encontraba del otro lado.
Se cambió y se preparó para irse. Quería salir un rato.
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Él la observó, completamente dormida abrazada a su pecho, descansando relajada, con una expresión tranquila que pocas veces había visto en su rostro. Apreció cada detalle de su bello y dormido rostro. A pesar de lo que Adelaida pudiera decirle, de todas las mujeres que había conocido a lo largo de su vida, él jamás había visto a alguien tan hermosa como esa esclava que descansaba en sus brazos. Esa calidez que emanaba sin siquiera saberlo realmente era algo que lo hacía sentir vivo.
Abrió los ojos, con algo de pereza, mientras giraba para ver a Judal. Le sonrío y bostezó, tapándose la boca.
-No quería que te abrazara y al final vos lo hiciste- comentó Judal relajado.
-Shhh- chistó ella, mientras iba al baño.
-Me gusta como estás así de despeinada- opinó divertido el heredero.
-A mí no – comentó ella mientras se cepillaba los dientes en el baño. Cerró la puerta y salió minutos después cambiada-. Me voy- dijo sin más.
-¿Eh?- preguntó él extrañado.
-Voy a comprar- le explicó bostezando, mientras revisaba en los estantes-. Se acabó unos ingredientes que necesito y quiero prepararte algo- confesó un tanto somnolienta.
-¿Vas a cocinarme?- preguntó asombrado el rey.
-Sí- respondió-. Tarta de manzanas…a modo de disculpa por lo de ayer.
-No es necesario- le respondió el pelinegro, abrazándola de espaldas.
-Pero quiero hacerlo- comentó Adelaida-. Iré a comprar, no voy a tardar mucho- le dijo dándole un rápido beso y marchándose de allí.
Judal sonrío mientras se sentaba en el sillón. Si le hubiera dado una oportunidad la habría acompañado, pero la joven se marchó rápidamente. La casa estaba silenciosa y aburrida, sin Adelaida no era lo mismo.
El rey se incorporó, dispuesto a irse a acostar cuando alguien tocó la puerta.
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-Gracias, acá tiene su vuelto- dijo una mujer, dándole una bolsa de manzanas a la joven y el vuelto de esa compra.
-Gracias- comentó Adelaida, se dio vuelta y chocó con alguien que caminaba por allí- Lo lamento.
-Adelaida, ¿qué hacés acá?- preguntó Shuu con una sonrisa relajada.
-Lo mismo digo- opinó ella-. Es temprano para que estés caminando por acá. Yo fui a hacer unas compras para preparar una tarta de manzanas- le explicó, mostrándole la bolsa.
-La favorita de Judal- dijo el Magi pensativo-. Es por algo en especial, ¿verdad?
-No tanto en realidad- le respondió ella-. No me respondiste aún.
-Salí a pasear un rato para pensar- le comentó relajado, mientras ambos se alejaban del tumulto de gente.
-¿Te pasó algo?- preguntó preocupada.
-No, sólo pensaba.
-De algo que te molesta, ¿verdad?- dedujo ella-. Si no no saldrías tan temprano a caminar, viniste a despejarte- le explicó.
El joven sonrío, asintiendo de esa manera a la afirmación de la muchacha.
-Sé que no nos conocemos hace mucho- continuó Adelaida- Pero podés decirme que te paso, puedo escucharte y darte mi opinión- le dijo relajada-. Soy buena escuchando- finalizó encogiéndose de hombros.
Shuu no pudo evitar abrir los ojos asombrados, mientras esa sonrisa no desaparecía de su rostro. Justo lo que necesitaba. Parecía como si alguien arriba había hecho que se encontrara con la muchacha a propósito.
-Me encantaría- comentó él.
-Conozco un lugar que es tranquilo para charlar- le dijo ella, tomándole de la mano y guiándolo hacia el lago que solía ir con Caleb.
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-Caleb- dijo Judal con cierto resentimiento en su tono de voz- ¿Qué querés pendejo?
-Quiero hablar con Adelaida- comentó el muchacho sin mucha paciencia- ¿Dónde está?
-¿Le vas a pedir ayuda de nuevo? En serio, ¿no podés luchar vos solo?- cuestionó Judal con rudeza. El muchacho rubio se quedó inmóvil y asombrado.
-¿A qué te referís?
-¿Es necesario que tenga que decirlo?- preguntó Judal, arqueando una ceja.
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Me tienta la idea de que la encierre en el baño (? xD
Re: [Roll] The city of Babylonia~
- ¿¡Donde estan mis cosas!? - Preguntó mientras palidecía -
- Probablemente ahora esten en algún basurero - Respondió mientras se sentaba con suma tranquilidad -
- Esta no es mi casa - Susurro mientras comenzaba a revisar cada rincón de la casa -
- Querrás decir que este no es tu rancho - Dijo Judal mientras reía levemente - Esta es una casa como la gente -
- ¡Remodelaste mi casa sin permiso! - Estalló mientras se tomaba la cabeza exasperado -
- Escuchame desvirgador - Dijo mientras tomaba a Caleb por los hombros - Si no te gusta puedo llevarme todo cuando termine la semana -
- ¿De verdad? - Preguntó sorprendido -
- Seguro - Dijo mientras sonreía de lado - Te la dejo pelada como la encontré -
- Pelotudo de mierda - Maldijo mientras ponía mala cara -
- Quedate a esperar a Adelaida - Dijo mientras ponía a calentar un poco de agua - Me encantaría escuchar todos los delirios que pensaste para poder hablar con Kaileena - Dijo mientras preparaba dos tazas de café - Estupideces que seguramente te van a hacer quedar como un pelotudo -
- ¿Por que la vida me castiga? - Se preguntó mientras se sentaba para después dejar escapar un largo suspiro -
---------
- Jamás había venido a este lugar - Dijo Shuu con tranquilidad mientras miraba ese hermoso paisaje con una linda sonrisa -
- Judal también lo conoce - Dijo mientras miraba su alrededor -
- Probablemente lo encontró con Kaileena - Murmuro mientras se sentaba en el pasto -
- ¿Como lo sabés? - Preguntó mientras se sentaba a su lado -
- Por que ellos se conocen desde hace realmente mucho - Dijo con tranquilidad - Siempre estaban juntos -
- Judal jamás me contó detalles de su relación con Kaileena - Murmuro mientras suspiraba levemente -
- Es complicado - Dijo mientras sonreía -
- Realmente no quiero hablar de eso - Dijo mientras lo miraba - Quería venir acá para hablar de lo que a vos te pasa -
- Te contaré - Dijo tranquilo mientras cerraba los ojos unos instantes - Si después realmente querés saber que había entre esos dos puedo hablarte de eso -
- Primero lo tuyo - Dijo mientras escuchaba atentamente lo que el joven había comenzado a contar -
---------
- ¿Comes conmigo? - Susurro a rubia mientras le metía un pedaso de pan en la boca a Lear -
- ¿Era necesario ser tan brusca? - Preguntó mientras tragaba ese pedaso de pan seco como podía -
- Si - Respondió sencillamente mientras le besaba los labios unos segundos - Quería que supieras que esta delicioso -
- Chistosa - Murmuro mientras se limpiaba las ropas -
- ¿Verdad? - Preguntó mientras se recostaba en sus brazos - Te quiero - Susurro mientras posaba esa mirada color mar sobre ese joven pelinegro -
- ... - Ese joven sonrió para después besar su mejilla -
----------
- ¿Encerrarse? - Preguntó Judal mientras intentaba no reirse - ¿Es enserio? -
- Te dije que estaba desesperado - Murmuro levemente sonrojado mientras corría la mirada -
- Estas loco - Murmuro mientras sonreía - Realmente no tenés idea de como hablar con ella -
- ¡Es lo que estaba diciendo! - Estalló mientras se daba la cabeza contra la mesa -
- ¿Marsú te esta dando tantos problemas? - Preguntó. Caleb bajó la mirada levemente - Lo que hacen los genes Magi a idiotas como vos -
- No me deja ni caminar cerca de Kaileena - Se quejó mientras posaba su cabeza sobre su mano para después suspirar -
- ¿Las maldades de Marsú son peores que las mías? - Preguntó mientras terminaba su café -
- Para mi bastante peores - Respondió de mala gana -
- Tengo que esforzarme más en hacerte miserable - Dijo lo que hiso que Caleb casi se cayera de la silla -
- Probablemente ahora esten en algún basurero - Respondió mientras se sentaba con suma tranquilidad -
- Esta no es mi casa - Susurro mientras comenzaba a revisar cada rincón de la casa -
- Querrás decir que este no es tu rancho - Dijo Judal mientras reía levemente - Esta es una casa como la gente -
- ¡Remodelaste mi casa sin permiso! - Estalló mientras se tomaba la cabeza exasperado -
- Escuchame desvirgador - Dijo mientras tomaba a Caleb por los hombros - Si no te gusta puedo llevarme todo cuando termine la semana -
- ¿De verdad? - Preguntó sorprendido -
- Seguro - Dijo mientras sonreía de lado - Te la dejo pelada como la encontré -
- Pelotudo de mierda - Maldijo mientras ponía mala cara -
- Quedate a esperar a Adelaida - Dijo mientras ponía a calentar un poco de agua - Me encantaría escuchar todos los delirios que pensaste para poder hablar con Kaileena - Dijo mientras preparaba dos tazas de café - Estupideces que seguramente te van a hacer quedar como un pelotudo -
- ¿Por que la vida me castiga? - Se preguntó mientras se sentaba para después dejar escapar un largo suspiro -
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- Jamás había venido a este lugar - Dijo Shuu con tranquilidad mientras miraba ese hermoso paisaje con una linda sonrisa -
- Judal también lo conoce - Dijo mientras miraba su alrededor -
- Probablemente lo encontró con Kaileena - Murmuro mientras se sentaba en el pasto -
- ¿Como lo sabés? - Preguntó mientras se sentaba a su lado -
- Por que ellos se conocen desde hace realmente mucho - Dijo con tranquilidad - Siempre estaban juntos -
- Judal jamás me contó detalles de su relación con Kaileena - Murmuro mientras suspiraba levemente -
- Es complicado - Dijo mientras sonreía -
- Realmente no quiero hablar de eso - Dijo mientras lo miraba - Quería venir acá para hablar de lo que a vos te pasa -
- Te contaré - Dijo tranquilo mientras cerraba los ojos unos instantes - Si después realmente querés saber que había entre esos dos puedo hablarte de eso -
- Primero lo tuyo - Dijo mientras escuchaba atentamente lo que el joven había comenzado a contar -
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- ¿Comes conmigo? - Susurro a rubia mientras le metía un pedaso de pan en la boca a Lear -
- ¿Era necesario ser tan brusca? - Preguntó mientras tragaba ese pedaso de pan seco como podía -
- Si - Respondió sencillamente mientras le besaba los labios unos segundos - Quería que supieras que esta delicioso -
- Chistosa - Murmuro mientras se limpiaba las ropas -
- ¿Verdad? - Preguntó mientras se recostaba en sus brazos - Te quiero - Susurro mientras posaba esa mirada color mar sobre ese joven pelinegro -
- ... - Ese joven sonrió para después besar su mejilla -
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- ¿Encerrarse? - Preguntó Judal mientras intentaba no reirse - ¿Es enserio? -
- Te dije que estaba desesperado - Murmuro levemente sonrojado mientras corría la mirada -
- Estas loco - Murmuro mientras sonreía - Realmente no tenés idea de como hablar con ella -
- ¡Es lo que estaba diciendo! - Estalló mientras se daba la cabeza contra la mesa -
- ¿Marsú te esta dando tantos problemas? - Preguntó. Caleb bajó la mirada levemente - Lo que hacen los genes Magi a idiotas como vos -
- No me deja ni caminar cerca de Kaileena - Se quejó mientras posaba su cabeza sobre su mano para después suspirar -
- ¿Las maldades de Marsú son peores que las mías? - Preguntó mientras terminaba su café -
- Para mi bastante peores - Respondió de mala gana -
- Tengo que esforzarme más en hacerte miserable - Dijo lo que hiso que Caleb casi se cayera de la silla -
Tooru- **Full*Contest**
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Edad : 29
Cumpleaños!! : 31/03/1995
Mi llegada : 26/03/2009
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325 2418
Re: [Roll] The city of Babylonia~
Lear sonrío, jamás había estado tan bien con Nina como ahora. La abrazó con cariño, mientras terminaban de comer, y se preguntó hasta cuándo duraría ese paraíso en el que, accidental y afortunadamente, había caído.
Deseaba que el tiempo se detuviera, que jamás se acabaran esos ratos con Nina. Sabía que en algún momento tendría su fin, pero esperaba que pasara un buen tiempo para ello.
Y estaba seguro que Nina también pensaba lo mismo.
Nina comenzó a juguetear con sus cabellos negros, enredándolos con su dedo.
-Esa me dolió- se quejó él, cuando la joven sin querer tiró demasiado fuerte de su pelo.
-Es divertido- dijo ella, tirando de nuevo con fuerza.
-Para vos, no para mí –se quejó él divertido, alejándose.
-Si te encanta- opinó ella, abrazándolo y besándolo.
Lear cerró los ojos.
Nina era ese paraíso personal que él tanto apreciaba.
Su mente se enfrascó en ella, mientras se preguntaba una y otra vez cómo había podido estar tanto tiempo sin haberla conocido.
-------------------------------
-Me siento solo- reconoció Shuu, observando al cielo con serenidad-. Mis hermanos están cada uno en su mundo, con sus parejas, y yo en cambio sólo me dedico a escuchar sus problemas. No hay nadie que me escuche a mí, que me pregunte cómo estoy.
-Yo…- empezó a decir Adelaida.
-Déjame terminar- pidió el joven, con una sonrisa-. Me refiero en general, no a vos, que la verdad fuiste la primera persona que me preguntó algo. No culpo a los demás, cada uno está tan ensimismado en sí mismo y en sus problemas que no tienen tiempo de pensar en los demás. Pero eso no hace que deje de sentirme solo- comentó el joven, mientras sus ojos escarlatas se posaban en ella-. Es una estupidez lo que me pasa, lo sé pero…quería decirlo.
Ella, de repente, lo abrazó. Shuu abrió los ojos asombrados, ya que no era tan conocido de la joven ni había tanta confianza entre ellos para que ella se acercara tanto, aún así, agradeció y le agradó ese cálido gesto.
-Tonto- le dijo ella con suavidad-. No estás solo, hay un montón de gente que te quiere. Además, siempre que necesités algo podés pedírmelo y voy a ayudarte y escucharte- le comentó con dulzura-. Nunca vas a estar solo.
-Gracias- dijo él con sinceridad.
-No hay de que, somos amigos ¿no?- preguntó ella-. Bah, es exagerado lo sé, pero me parecés simpático y…esto…ya la embarré ¿verdad?
-Para nada- contestó Shuu entretenido por esa actitud-. Será mejor que nos marchemos, Judal te está esperando.
-¡Cierto! Lo olvidé- confesó ella abochornada. Finalmente dio un suspiro-. Encima no sé hacer esta tarta, no sé cómo Judal hace para entender el libro de recetas y que le salgan bien, por más que intente nada me salió decente.
-Te ayudo si querés- se ofreció el pelinegro.
-¿Sos bueno? Bah, para que preguntar- se apresuró a decir, restándole importancia al comentario con un desinteresado ademán con la mano-. Sos un Magi.
El muchacho se río, mientras ambos se ponían en marcha hacia la reformada casa de Caleb.
-Ah, me ibas a contar algo de Judal y Kaileena –comentó ella.
------------------------------------------
-Estoy siendo demasiado blando con vos- dijo, pensativo, Judal-. Si Marsú te hace la vida más imposible que yo ahora eso es preocupante para mí.
-¿Qué mierda te pasa por la cabeza?- preguntó Caleb extrañado.
Judal se quedó en silencio, mientras servía el café en las tazas. Le alcanzó la taza a Caleb, pero, a último momento se arrepintió y se la lanzó.
-¡¿Pero qué mierda hacés?!- exclamó el rubio enojado, limpiándose las manchas mientras sentía como la piel se le quemaba.
-Tengo que empezar en ponerme en campaña para hacerte la vida miserable- le contestó Judal mientras bebía un sorbo de su café-. No es por nada personal…bah, sí lo es.
-¿Qué te hice para que me odiés tanto?- le reprochó Caleb irritado.
-Mmm…ser un pelotudo- dijo el joven, colocándose una mano en el mentón-. También le tenías ganas a Adelaida, un poco más y le besabas los pies. Quisiste robármela.
-No es de tu propiedad- le dijo con frialdad el rubio-, y de cualquier manera no lo hice.
-No, estuviste y te violaste a mi mejor amiga de la infancia- agregó Judal con tono despectivo.
-No la violé- refutó el rubio sonrojado.
-Sí que lo hiciste- lo acusó Judal-. Sos un homosexual reprimido de mierda desvirgador compulsivo.
Caleb suspiró, ya resignado con la inquietante habilidad de Judal de insultarlo de pies a cabeza.
-------------------------
Sin inspiración sjhdsajksh
Deseaba que el tiempo se detuviera, que jamás se acabaran esos ratos con Nina. Sabía que en algún momento tendría su fin, pero esperaba que pasara un buen tiempo para ello.
Y estaba seguro que Nina también pensaba lo mismo.
Nina comenzó a juguetear con sus cabellos negros, enredándolos con su dedo.
-Esa me dolió- se quejó él, cuando la joven sin querer tiró demasiado fuerte de su pelo.
-Es divertido- dijo ella, tirando de nuevo con fuerza.
-Para vos, no para mí –se quejó él divertido, alejándose.
-Si te encanta- opinó ella, abrazándolo y besándolo.
Lear cerró los ojos.
Nina era ese paraíso personal que él tanto apreciaba.
Su mente se enfrascó en ella, mientras se preguntaba una y otra vez cómo había podido estar tanto tiempo sin haberla conocido.
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-Me siento solo- reconoció Shuu, observando al cielo con serenidad-. Mis hermanos están cada uno en su mundo, con sus parejas, y yo en cambio sólo me dedico a escuchar sus problemas. No hay nadie que me escuche a mí, que me pregunte cómo estoy.
-Yo…- empezó a decir Adelaida.
-Déjame terminar- pidió el joven, con una sonrisa-. Me refiero en general, no a vos, que la verdad fuiste la primera persona que me preguntó algo. No culpo a los demás, cada uno está tan ensimismado en sí mismo y en sus problemas que no tienen tiempo de pensar en los demás. Pero eso no hace que deje de sentirme solo- comentó el joven, mientras sus ojos escarlatas se posaban en ella-. Es una estupidez lo que me pasa, lo sé pero…quería decirlo.
Ella, de repente, lo abrazó. Shuu abrió los ojos asombrados, ya que no era tan conocido de la joven ni había tanta confianza entre ellos para que ella se acercara tanto, aún así, agradeció y le agradó ese cálido gesto.
-Tonto- le dijo ella con suavidad-. No estás solo, hay un montón de gente que te quiere. Además, siempre que necesités algo podés pedírmelo y voy a ayudarte y escucharte- le comentó con dulzura-. Nunca vas a estar solo.
-Gracias- dijo él con sinceridad.
-No hay de que, somos amigos ¿no?- preguntó ella-. Bah, es exagerado lo sé, pero me parecés simpático y…esto…ya la embarré ¿verdad?
-Para nada- contestó Shuu entretenido por esa actitud-. Será mejor que nos marchemos, Judal te está esperando.
-¡Cierto! Lo olvidé- confesó ella abochornada. Finalmente dio un suspiro-. Encima no sé hacer esta tarta, no sé cómo Judal hace para entender el libro de recetas y que le salgan bien, por más que intente nada me salió decente.
-Te ayudo si querés- se ofreció el pelinegro.
-¿Sos bueno? Bah, para que preguntar- se apresuró a decir, restándole importancia al comentario con un desinteresado ademán con la mano-. Sos un Magi.
El muchacho se río, mientras ambos se ponían en marcha hacia la reformada casa de Caleb.
-Ah, me ibas a contar algo de Judal y Kaileena –comentó ella.
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-Estoy siendo demasiado blando con vos- dijo, pensativo, Judal-. Si Marsú te hace la vida más imposible que yo ahora eso es preocupante para mí.
-¿Qué mierda te pasa por la cabeza?- preguntó Caleb extrañado.
Judal se quedó en silencio, mientras servía el café en las tazas. Le alcanzó la taza a Caleb, pero, a último momento se arrepintió y se la lanzó.
-¡¿Pero qué mierda hacés?!- exclamó el rubio enojado, limpiándose las manchas mientras sentía como la piel se le quemaba.
-Tengo que empezar en ponerme en campaña para hacerte la vida miserable- le contestó Judal mientras bebía un sorbo de su café-. No es por nada personal…bah, sí lo es.
-¿Qué te hice para que me odiés tanto?- le reprochó Caleb irritado.
-Mmm…ser un pelotudo- dijo el joven, colocándose una mano en el mentón-. También le tenías ganas a Adelaida, un poco más y le besabas los pies. Quisiste robármela.
-No es de tu propiedad- le dijo con frialdad el rubio-, y de cualquier manera no lo hice.
-No, estuviste y te violaste a mi mejor amiga de la infancia- agregó Judal con tono despectivo.
-No la violé- refutó el rubio sonrojado.
-Sí que lo hiciste- lo acusó Judal-. Sos un homosexual reprimido de mierda desvirgador compulsivo.
Caleb suspiró, ya resignado con la inquietante habilidad de Judal de insultarlo de pies a cabeza.
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Sin inspiración sjhdsajksh
Re: [Roll] The city of Babylonia~
- ¿¡Como que tu primer beso fue con Kaileena!? - La pelinegra había llegado a la casa para observar a Judal con sorpresa. Este simplemente arqueó una ceja mientras sonreía de lado -
- ¿¡Qué!? - Caleb se paró de la silla rápidamente mientras posaba sus manos sobre la madera esperando a que ese pelinegro dijera algo -
- ¿Por que le decís esas cosas? - Preguntó Judal mientras negaba levemente sin dejar de sonreír -
- Explicate - Dijo mientras iba a prepararse algo caliente de beber -
- Eramos pendejos - Se excusó rápidamente - Realmente no importa -
- Habla - Dijo su enamorada levemente molesta mientras se sentaba a la mesa mirando a Judal -
- Es verdad - Suplicó Caleb mientras tomaba asiento nuevamente -
- Estabamos solos - Dijo mientras jugaba con una galleta casera - Simplemente hablabamos hasta que nos quedamos sin nada que decir - Dijo mientras desvíaba la mirada levemente -
- ¿Entonces? - Preguntaron los jovenes al unísono -
- Me acerqué.. Y nos besamos - Dijo. Luego observó a Caleb mientras sonreía de lado - Estaré en la mente de Kaileena como la persona que la besó por primera vez -
- Estúpido - Murmuro mientras posaba la mirada en la ventana sonrojado -
- Deja de molestar a Caleb - Murmuro Adelaida mientras suspiraba -
- Es un homosexual pedófilo desvirgador compulsivo - Dijo mientras se comía la galleta con la que estaba jugando -
- ¿Que dijiste? - Preguntó la pelinegra mientras miraba a Caleb quién no podía creer lo que estaba escuchando -
- Homosexual pedófilo desvirgador compulsivo - Dijo nuevamente mientras miraba como su hermano se sentaba a la mesa también -
- ¿¡Pedófilo!? - Estalló ese rubio mientras golpeaba la mesa -
- Kaileena es menor de edad - Explicó Judal mientras sonreía. Caleb se tomó la cabeza mientras comenzaba a murmurar maldiciones de todo tipo -
- Lo olvidaba - Dijo la pelinegra mientras miraba a su mejor amigo - ¿Que haces acá Caleb? -
- Quería hablar con vos pero mejor lo dejamos para después - Dijo para después tomar sus cosas. Saludó rápidamente para luego salir de la casa -
- Esta en esas fechas complicadas - Dijo Judal mientras sonreía -
- Pobre Caleb - Dijo la pelinegra mientras negaba levemente -
---------
Caleb llegó a la casa. Dejó rápidamente sus cosas para subir al primer piso. Quería descansar. Pensar. Hablar con Judal le había puesto de malas.
Pasó delante del baño rápidamente para después regresar sobre sus pasos. Observó las ropas que estaban fuera delicadamente dobladas. Eran de Kaileena.
---------
- Estaba tan caliente el agua - Suspiro Kaileena mientras salía de la ducha con una linda bata color turquesa que le llegaba por ensima de las rodillas. Tomó una toalla pequeña para comenzar a secarse los cabellos pero se quedó mirando la figura de un joven que también se encontraba allí con ella. Se sonrojo al darse cuenta de quién era - ¿Caleb? - Preguntó sorprendida -
- Tenemos que hablar - Dijo mientras mostraba la llave de la puerta que guardó en su bolsillo con tranquilidad - Solo te suplico que me escuches -
- ¿Desnuda? - Dijo mientras señalaba la bata de baño que cubría su cuerpo. La cara de Caleb se puso roja como un tomate -
- P-Perdón - Susurro mientras posaba la mirada en el suelo - N-No lo pensé bien -
- Veo - Dijo mientras se sentaba a un costado. Lo más lejos que pudiera de Caleb por que le ponía nerviosa -
- ¿¡Qué!? - Caleb se paró de la silla rápidamente mientras posaba sus manos sobre la madera esperando a que ese pelinegro dijera algo -
- ¿Por que le decís esas cosas? - Preguntó Judal mientras negaba levemente sin dejar de sonreír -
- Explicate - Dijo mientras iba a prepararse algo caliente de beber -
- Eramos pendejos - Se excusó rápidamente - Realmente no importa -
- Habla - Dijo su enamorada levemente molesta mientras se sentaba a la mesa mirando a Judal -
- Es verdad - Suplicó Caleb mientras tomaba asiento nuevamente -
- Estabamos solos - Dijo mientras jugaba con una galleta casera - Simplemente hablabamos hasta que nos quedamos sin nada que decir - Dijo mientras desvíaba la mirada levemente -
- ¿Entonces? - Preguntaron los jovenes al unísono -
- Me acerqué.. Y nos besamos - Dijo. Luego observó a Caleb mientras sonreía de lado - Estaré en la mente de Kaileena como la persona que la besó por primera vez -
- Estúpido - Murmuro mientras posaba la mirada en la ventana sonrojado -
- Deja de molestar a Caleb - Murmuro Adelaida mientras suspiraba -
- Es un homosexual pedófilo desvirgador compulsivo - Dijo mientras se comía la galleta con la que estaba jugando -
- ¿Que dijiste? - Preguntó la pelinegra mientras miraba a Caleb quién no podía creer lo que estaba escuchando -
- Homosexual pedófilo desvirgador compulsivo - Dijo nuevamente mientras miraba como su hermano se sentaba a la mesa también -
- ¿¡Pedófilo!? - Estalló ese rubio mientras golpeaba la mesa -
- Kaileena es menor de edad - Explicó Judal mientras sonreía. Caleb se tomó la cabeza mientras comenzaba a murmurar maldiciones de todo tipo -
- Lo olvidaba - Dijo la pelinegra mientras miraba a su mejor amigo - ¿Que haces acá Caleb? -
- Quería hablar con vos pero mejor lo dejamos para después - Dijo para después tomar sus cosas. Saludó rápidamente para luego salir de la casa -
- Esta en esas fechas complicadas - Dijo Judal mientras sonreía -
- Pobre Caleb - Dijo la pelinegra mientras negaba levemente -
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Caleb llegó a la casa. Dejó rápidamente sus cosas para subir al primer piso. Quería descansar. Pensar. Hablar con Judal le había puesto de malas.
Pasó delante del baño rápidamente para después regresar sobre sus pasos. Observó las ropas que estaban fuera delicadamente dobladas. Eran de Kaileena.
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- Estaba tan caliente el agua - Suspiro Kaileena mientras salía de la ducha con una linda bata color turquesa que le llegaba por ensima de las rodillas. Tomó una toalla pequeña para comenzar a secarse los cabellos pero se quedó mirando la figura de un joven que también se encontraba allí con ella. Se sonrojo al darse cuenta de quién era - ¿Caleb? - Preguntó sorprendida -
- Tenemos que hablar - Dijo mientras mostraba la llave de la puerta que guardó en su bolsillo con tranquilidad - Solo te suplico que me escuches -
- ¿Desnuda? - Dijo mientras señalaba la bata de baño que cubría su cuerpo. La cara de Caleb se puso roja como un tomate -
- P-Perdón - Susurro mientras posaba la mirada en el suelo - N-No lo pensé bien -
- Veo - Dijo mientras se sentaba a un costado. Lo más lejos que pudiera de Caleb por que le ponía nerviosa -
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Re: [Roll] The city of Babylonia~
Kaileena no podía estar allí, notando como el muchacho desviaba la vista completamente avergonzado, sin poder hablar. Sabía que, en esas condiciones, Caleb no lograría decir ninguna palabra. Pensando si eso era bueno o malo, se levantó y tomó la ropa que había preparado sobre la cama para entrar de nuevo al baño y cambiarse.
Tardó pocos minutos pero que al rubio se le hicieron eternos, el nerviosismo que tenía era tal que le hacía variar su percepción del tiempo.
La joven, esta vez vestida con un vestido sencillo blanco que acentuaba su bella figura, se sentó de nuevo en el sillón y cruzó las piernas y los brazos, mientras le dirigía una mirada inquisitiva a Caleb, incluso podría decirse que desafiante, mientras el muchacho carraspeaba y trataba en vano de calmar sus nervios.
-¿De qué querías hablar?- le preguntó ella, sabiendo a qué punto iba a dirigirse esa charla.
-De nosotros- le comentó él mientras aún podía verse el tono rosáceo en sus mejillas-. ¿Así va a terminar todo? ¿Se acabó definitivamente?
Y esas preguntas tomaron por sorpresa a la muchacha, la cual se esperaba más bien una queja, un reproche por estar tan cerca de Marsú. Miró el rostro de Caleb, sintiéndose totalmente culpable al ver esa expresión afligida que trataba de disimular (y lo hacía, pero a ella no podía engañarla, sus ojos tristes lo delataban); ella se mordió el labio, tratando de evitar que las lágrimas que normalmente solían acompañarla surgieran de sus ojos.
-No podemos estar juntos Caleb, lo sabés- le contestó. Una respuesta carente de sentido, estúpida e ilógica a su parecer. ¿Con Marsú no era lo mismo? ¿No era eso una relación prohibida? Ella sólo podía estar con Judal y, ninguno de los dos estaba realmente interesado por el otro, a pesar de esa última confusión que tuvieron.
Desvió la vista, sin poder posar sus ojos en los mares azules nostálgicos de Caleb. Apretó su mano, cerrando los puños con fuerza y clavándose las uñas con tanta ímpetu que sentía que dentro de poco comenzaría a sangrarle.
Temía por Caleb, porque no pudiera ser feliz. Ella estaba destinada a casarse con Judal, él, en cambio, tenía una vida sin complicaciones por delante, ella, por más que doliera, debía reconocer que sólo era un estorbo en el camino del joven. Y sí, era totalmente egoísta e injusta con Marsú, pero sentía que el pelirrojo iba a poder superar la situación mucho más rápido que Caleb.
-Tampoco podés estar con Marsú- le recordó Caleb, con cierto tono de reproche y celos en su voz- ¿Tan rápido te olvidaste de todo?
Kaileena agachó la cabeza, avergonzada. No era eso…era todo lo contrario.
Ella no podía olvidarlo.
Caleb estaba siempre presente en su mente, ella veía esos zafiros tan anhelados y esa sonrisa hipnotizante constantemente en sus pensamientos. ¿Es qué Caleb no podía entender que ella lo amaba? ¿Qué esos sentimientos que tenían iban más allá de un simple querer? Ella no lo iba a olvidar jamás, y no estaba exagerando.
-Kaileena, a mí no me importa que nos pase por estar juntos. Yo te amo- le dijo el joven con total sinceridad-. Sé que vas a casarte con Judal y lo mejor sería que diera un paso al costado y que te dejara hacer tu vida-, el joven sonrío de lado, con tristeza-. Si te amara, y eso hago siempre, tengo que hacer eso-. Kaileena abrió los ojos de par en par, dolida y asombrada con esa información-. Pero no puedo hacerlo, soy un egoísta de mierda, pero te amo tanto que no puedo dejarte ir.
Las lágrimas inundaron esos ojos color cielo y Kaileena corrió para abrazar a Caleb. El joven sintió ese pequeño cuerpo cerca suyo, ese calor que tanto extrañaba y la rodeó con sus brazos con fuerza, para que ya no pudiera escapar, con miedo de que desapareciera de repente de su vida. Él no podía vivir sin Kaileena, ella era la razón de su existencia.
-Te amo- murmuró ella, juntando esos labios que tanto deseaba con los suyos, generando ese beso que ambos tanto habían esperado.
----------------------------------------------
Adelaida suspiró agotada, mientras Shuu, sentado en la mesa, observaba con interés los inútiles y patéticos esfuerzos. Habían terminado de tomar el café hacía rato y en ese momento Judal se estaba bañando –el ruido de la ducha que resonaban hasta dónde estaban era una prueba de ello- y la joven había decidido prepararle la tarta de manzanas.
Definitivamente, la cocina no era lo suyo.
-Deja un poco más las manzanas- le dijo Shuu, y la muchacha se quedó inmóvil en donde estaba, con la mano a centímetros del asta de los trozos de manzanas que se cocinaban sobre el fuego.
-No soy buena en la cocina- admitió ella con un bostezo.
-Me di cuenta- confesó Shuu, y la muchacha le dirigió una mala mirada. Se levantó de la mesa.-Dame un cuchillo y un tenedor, te ensñaré como cocinar el postre favorito de Judal.
Tardó pocos minutos pero que al rubio se le hicieron eternos, el nerviosismo que tenía era tal que le hacía variar su percepción del tiempo.
La joven, esta vez vestida con un vestido sencillo blanco que acentuaba su bella figura, se sentó de nuevo en el sillón y cruzó las piernas y los brazos, mientras le dirigía una mirada inquisitiva a Caleb, incluso podría decirse que desafiante, mientras el muchacho carraspeaba y trataba en vano de calmar sus nervios.
-¿De qué querías hablar?- le preguntó ella, sabiendo a qué punto iba a dirigirse esa charla.
-De nosotros- le comentó él mientras aún podía verse el tono rosáceo en sus mejillas-. ¿Así va a terminar todo? ¿Se acabó definitivamente?
Y esas preguntas tomaron por sorpresa a la muchacha, la cual se esperaba más bien una queja, un reproche por estar tan cerca de Marsú. Miró el rostro de Caleb, sintiéndose totalmente culpable al ver esa expresión afligida que trataba de disimular (y lo hacía, pero a ella no podía engañarla, sus ojos tristes lo delataban); ella se mordió el labio, tratando de evitar que las lágrimas que normalmente solían acompañarla surgieran de sus ojos.
-No podemos estar juntos Caleb, lo sabés- le contestó. Una respuesta carente de sentido, estúpida e ilógica a su parecer. ¿Con Marsú no era lo mismo? ¿No era eso una relación prohibida? Ella sólo podía estar con Judal y, ninguno de los dos estaba realmente interesado por el otro, a pesar de esa última confusión que tuvieron.
Desvió la vista, sin poder posar sus ojos en los mares azules nostálgicos de Caleb. Apretó su mano, cerrando los puños con fuerza y clavándose las uñas con tanta ímpetu que sentía que dentro de poco comenzaría a sangrarle.
Temía por Caleb, porque no pudiera ser feliz. Ella estaba destinada a casarse con Judal, él, en cambio, tenía una vida sin complicaciones por delante, ella, por más que doliera, debía reconocer que sólo era un estorbo en el camino del joven. Y sí, era totalmente egoísta e injusta con Marsú, pero sentía que el pelirrojo iba a poder superar la situación mucho más rápido que Caleb.
-Tampoco podés estar con Marsú- le recordó Caleb, con cierto tono de reproche y celos en su voz- ¿Tan rápido te olvidaste de todo?
Kaileena agachó la cabeza, avergonzada. No era eso…era todo lo contrario.
Ella no podía olvidarlo.
Caleb estaba siempre presente en su mente, ella veía esos zafiros tan anhelados y esa sonrisa hipnotizante constantemente en sus pensamientos. ¿Es qué Caleb no podía entender que ella lo amaba? ¿Qué esos sentimientos que tenían iban más allá de un simple querer? Ella no lo iba a olvidar jamás, y no estaba exagerando.
-Kaileena, a mí no me importa que nos pase por estar juntos. Yo te amo- le dijo el joven con total sinceridad-. Sé que vas a casarte con Judal y lo mejor sería que diera un paso al costado y que te dejara hacer tu vida-, el joven sonrío de lado, con tristeza-. Si te amara, y eso hago siempre, tengo que hacer eso-. Kaileena abrió los ojos de par en par, dolida y asombrada con esa información-. Pero no puedo hacerlo, soy un egoísta de mierda, pero te amo tanto que no puedo dejarte ir.
Las lágrimas inundaron esos ojos color cielo y Kaileena corrió para abrazar a Caleb. El joven sintió ese pequeño cuerpo cerca suyo, ese calor que tanto extrañaba y la rodeó con sus brazos con fuerza, para que ya no pudiera escapar, con miedo de que desapareciera de repente de su vida. Él no podía vivir sin Kaileena, ella era la razón de su existencia.
-Te amo- murmuró ella, juntando esos labios que tanto deseaba con los suyos, generando ese beso que ambos tanto habían esperado.
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Adelaida suspiró agotada, mientras Shuu, sentado en la mesa, observaba con interés los inútiles y patéticos esfuerzos. Habían terminado de tomar el café hacía rato y en ese momento Judal se estaba bañando –el ruido de la ducha que resonaban hasta dónde estaban era una prueba de ello- y la joven había decidido prepararle la tarta de manzanas.
Definitivamente, la cocina no era lo suyo.
-Deja un poco más las manzanas- le dijo Shuu, y la muchacha se quedó inmóvil en donde estaba, con la mano a centímetros del asta de los trozos de manzanas que se cocinaban sobre el fuego.
-No soy buena en la cocina- admitió ella con un bostezo.
-Me di cuenta- confesó Shuu, y la muchacha le dirigió una mala mirada. Se levantó de la mesa.-Dame un cuchillo y un tenedor, te ensñaré como cocinar el postre favorito de Judal.
Re: [Roll] The city of Babylonia~
- ¿Entendiste? - Preguntó Shuu con tranquilidad mientras sonreía -
- Es sencillo - Dijo Adelaida mirando ese exquisito postre a base de manzanas -
- Le encantará a Judal - Dijo mientras regresaba a su lugar. Segundos después el menor de los Magi salió del baño -
- ¿Ya esta lista? - Preguntó mientras se sentaba a la mesa -
- Por supuesto - Respondió su hermano mayor -
- Entonces vamos a probar - Dijo mientras tomaba una porción - Veamos que tan bueno es mi hermano cocinando -
- ¡Ey~! - Se quejó la pelinegra -
- Esta deliciosa - Dijo mientras sonreía - Gracias - Murmuro. Su hermano le miró contento mientras que Adelaida se sonrojó levemente -
-----------
Marsú se cruzó de brazos mientras sonreía.
Era más que obvio. Sabía que iban a estar juntos nuevamente. Por eso quería compartir con Kaileena lo más que pudiera. Quería que supiera que siempre iba a estar a su lado sin importar lo que eligiera. Estaba seguro de haber cumplido con eso. Fue el hombro donde la chica lloró todas sus penas, y, a pesar de que quisás debería sentirse usado, le pasaba todo lo contrario. Se sentía feliz. Feliz de poder haber sido de ayuda para ella.
Miró por la ventana para después suspirar con tranquilidad. Ya había dejado de escuchar voces hacía unos minutos y sinceramente los pensamientos que se le venían a la cabeza eran desagradables.
Comenzó a caminar con tranquilidad para la cocina. Tenía ganas de cocinar.
Esta vez era su turno de desahogarse.
----------
- Auch - Se quejó la rubia mientras se llevaba el dedo a los labios -
- Te dije que tuvieras cuidado - Suspiro Lear mientras se levantaba de la mesa con pesar -
- Vos me desconcentras - Se quejó mientras miraba como sangraba -
- ¿Enserio? - Preguntó mientras tomaba a la joven de la cintura -
- S-Si - Susurro sonrojada mientras bajaba la mirada - Duele Lear - Susurro mientras levantaba el dedo -
- Yo me encargo - Dijo mientras tomaba el botiquín - Dame el dedo -
- Esas cosas arden - Dijo mientras se alejaba lentamente -
- No me hagas perseguirte por toda la casa - Dijo mientras suspiraba -
- Entonces aleja esa cosa de mi - Dijo mientras señalaba con el dedo sano el alcohol medicinal -
- No seas maricona - Dijo mientras la tomaba de la cintura con el brazo para sentarla sobre sus piernas - No te me vas a ir a ningún lado hasta que cure eso -
- Mierda Lear - Se quejó. Su enamorado la había encerrado con ambos brazos -
- Te prometo que no duele nada - Dijo mientras la miraba. Luego se estiró un poco para juntar sus labios con los de ella -
- Idiota - Se quejó mientras se separaba rápidamente de Lear. Le ardía la mano lo que le hacía deducir rápidamente que le había echado ese líquido en la herida -
- ¿Me mordiste? - Preguntó Lear mientras se pasaba la lengua suavemente por el labio inferior -
- Te lo mereces por estúpido - Dijo sonrojada - Te dije que no me gusta que me pongan alcohol -
- Me mordiste - Dijo mientras la abrazaba - Ahora vas a ver -
- ¡No~! - Chilló Nina mientras sonreía -
---------
- Estaba deliciosa - Dijo Judal mientras sonreía. De repente golpeó la mano de su hermano -
- Quería comer una porción más - Dijo entretenido -
- Adelaida me la hiso a mi - Dijo. Sonaba medio celoso - Consiguete una novia que te cocine -
- Lo haré - Dijo mientras negaba con la cabeza divertido - Pero mientras.. - El joven se robó un pedaso - ..Comeré lo que hace Adelaida -
- ¡Regresame eso! - Estalló. La pelinegra suspiro levemente sonrojada -
- ¿Estas celoso? - Preguntó Shuu mientras sonreía -
- SI - Dijo le miraba con reproche -
- Es todo lo que quería escuchar - Dijo mientras se levantaba - Los veo luego - Murmuro mientras tomaba su abrigo para después salir -
- ¿Eh~? - Judal se quedó pensando.. Hasta que reapró en que Adelaida había escuchado todo - Que infeliz - Murmuro mientras se golpeaba la cabeza suavemente con la mano - Me siento Caleb cuando me relucen asi los momentos de estupidez - Dijo con mala cara -
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skajsaksjaksjaks pág 14 ♥
- Es sencillo - Dijo Adelaida mirando ese exquisito postre a base de manzanas -
- Le encantará a Judal - Dijo mientras regresaba a su lugar. Segundos después el menor de los Magi salió del baño -
- ¿Ya esta lista? - Preguntó mientras se sentaba a la mesa -
- Por supuesto - Respondió su hermano mayor -
- Entonces vamos a probar - Dijo mientras tomaba una porción - Veamos que tan bueno es mi hermano cocinando -
- ¡Ey~! - Se quejó la pelinegra -
- Esta deliciosa - Dijo mientras sonreía - Gracias - Murmuro. Su hermano le miró contento mientras que Adelaida se sonrojó levemente -
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Marsú se cruzó de brazos mientras sonreía.
Era más que obvio. Sabía que iban a estar juntos nuevamente. Por eso quería compartir con Kaileena lo más que pudiera. Quería que supiera que siempre iba a estar a su lado sin importar lo que eligiera. Estaba seguro de haber cumplido con eso. Fue el hombro donde la chica lloró todas sus penas, y, a pesar de que quisás debería sentirse usado, le pasaba todo lo contrario. Se sentía feliz. Feliz de poder haber sido de ayuda para ella.
Miró por la ventana para después suspirar con tranquilidad. Ya había dejado de escuchar voces hacía unos minutos y sinceramente los pensamientos que se le venían a la cabeza eran desagradables.
Comenzó a caminar con tranquilidad para la cocina. Tenía ganas de cocinar.
Esta vez era su turno de desahogarse.
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- Auch - Se quejó la rubia mientras se llevaba el dedo a los labios -
- Te dije que tuvieras cuidado - Suspiro Lear mientras se levantaba de la mesa con pesar -
- Vos me desconcentras - Se quejó mientras miraba como sangraba -
- ¿Enserio? - Preguntó mientras tomaba a la joven de la cintura -
- S-Si - Susurro sonrojada mientras bajaba la mirada - Duele Lear - Susurro mientras levantaba el dedo -
- Yo me encargo - Dijo mientras tomaba el botiquín - Dame el dedo -
- Esas cosas arden - Dijo mientras se alejaba lentamente -
- No me hagas perseguirte por toda la casa - Dijo mientras suspiraba -
- Entonces aleja esa cosa de mi - Dijo mientras señalaba con el dedo sano el alcohol medicinal -
- No seas maricona - Dijo mientras la tomaba de la cintura con el brazo para sentarla sobre sus piernas - No te me vas a ir a ningún lado hasta que cure eso -
- Mierda Lear - Se quejó. Su enamorado la había encerrado con ambos brazos -
- Te prometo que no duele nada - Dijo mientras la miraba. Luego se estiró un poco para juntar sus labios con los de ella -
- Idiota - Se quejó mientras se separaba rápidamente de Lear. Le ardía la mano lo que le hacía deducir rápidamente que le había echado ese líquido en la herida -
- ¿Me mordiste? - Preguntó Lear mientras se pasaba la lengua suavemente por el labio inferior -
- Te lo mereces por estúpido - Dijo sonrojada - Te dije que no me gusta que me pongan alcohol -
- Me mordiste - Dijo mientras la abrazaba - Ahora vas a ver -
- ¡No~! - Chilló Nina mientras sonreía -
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- Estaba deliciosa - Dijo Judal mientras sonreía. De repente golpeó la mano de su hermano -
- Quería comer una porción más - Dijo entretenido -
- Adelaida me la hiso a mi - Dijo. Sonaba medio celoso - Consiguete una novia que te cocine -
- Lo haré - Dijo mientras negaba con la cabeza divertido - Pero mientras.. - El joven se robó un pedaso - ..Comeré lo que hace Adelaida -
- ¡Regresame eso! - Estalló. La pelinegra suspiro levemente sonrojada -
- ¿Estas celoso? - Preguntó Shuu mientras sonreía -
- SI - Dijo le miraba con reproche -
- Es todo lo que quería escuchar - Dijo mientras se levantaba - Los veo luego - Murmuro mientras tomaba su abrigo para después salir -
- ¿Eh~? - Judal se quedó pensando.. Hasta que reapró en que Adelaida había escuchado todo - Que infeliz - Murmuro mientras se golpeaba la cabeza suavemente con la mano - Me siento Caleb cuando me relucen asi los momentos de estupidez - Dijo con mala cara -
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Tooru- **Full*Contest**
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Edad : 29
Cumpleaños!! : 31/03/1995
Mi llegada : 26/03/2009
Mis Mensajes : 2522
325 2418
Re: [Roll] The city of Babylonia~
No pudo evitarlo y se río. Judal esbozó una rápida sonrisa.
-¿Ves? Hasta vos admitís que Caleb es un estúpido- le dijo Judal.
Ella negó con la cabeza, mientras comía el último pedazo que le quedaba a su porción de tarta. En verdad, le había salido de maravillas. Tenía que agradecerle a Shuu después por eso.
-Te ves tierno celoso- comentó ella abrazándolo.
-Shh, no me gusta verme así- le dijo el muchacho-. Pero tengo que cuidar lo que es mío de los otros buitres.
-¿Eh?- preguntó ella sin entender.
-Nada- le dijo el muchacho, restándole importancia y abrazándola.
Adelaida miró la hora, el tiempo se había pasado demasiado rápido. Ya era de noche y ese era el segundo día de Judal viviendo en la casa de Marsú. Lo estaba llevando completamente bien. Mierda. Iba a perder la apuesta de seguro.
-¿En qué pensás?- le susurró Judal al oído.
-En que voy a perder la apuesta- dijo ella con un suspiro resignado.
-Eso era obvio, estaba esperando a que hicieras una apuesta boluda como esta- le contestó el chico, besándole el cuello-. Me voy a poder aprovechar de vos después.
-Eh…-exclamó ella, alejándose sonrojada.
-¿Qué? La apuesta era que si ganaba harías lo que yo quería de premio- le explicó él, mordiéndole el lóbulo de la oreja, provocando que se volviera más sonrojada aún.
-Mierda, tengo que hacer que pierdas- murmuró ella, tratando de zafarse del agarre del pelinegro.
-------------------------------------
Lear la besó, y le rodeó la cintura, impidiendo que escapara. Ella siguió el beso acariciando con suavidad sus cabellos. De la nada, sintió un leve dolor y se alejó.
-¡Eh!- se quejó ella-. Me mordiste la lengua.
-Vos el labio- le dijo el joven entretenido.
-La lengua duele más- refutó ella.
-¿Es necesario que sigamos con esta conversación?- preguntó él, besándola de nuevo.
Nina no hizo más que responder.
---------------------------------------
Eran tan hermoso, se estrechó más contra su cuerpo, no queriendo separarse de ella para nada. ¿Qué harían de ahora en adelante? ¿Cómo podrían evitar que Kaileena se casara?
No tenía ni idea. Se le ocurrían ideas locas y de finales de historias románticas como que se escaparan y tuvieran una vida tranquila en un pueblo lejano a Babilonia. Pero eso eran sólo historias, no la vida real.
Pero ahora, en ese momento, dónde sus labios se unían sin querer separarse, esos pensamientos los dejaba de lado y se enfrascaba en pensar solamente en Kaileena, quien se apoderaba de sus cinco sentidos.
Jamás se iba a separar de ella, no importara lo que sucediese, había entendido que no podía vivir sin ella.
-----------------------------
No tengo para nada inspiración y me duele la cabeza u.u
PD: Pág 14 ♥
-¿Ves? Hasta vos admitís que Caleb es un estúpido- le dijo Judal.
Ella negó con la cabeza, mientras comía el último pedazo que le quedaba a su porción de tarta. En verdad, le había salido de maravillas. Tenía que agradecerle a Shuu después por eso.
-Te ves tierno celoso- comentó ella abrazándolo.
-Shh, no me gusta verme así- le dijo el muchacho-. Pero tengo que cuidar lo que es mío de los otros buitres.
-¿Eh?- preguntó ella sin entender.
-Nada- le dijo el muchacho, restándole importancia y abrazándola.
Adelaida miró la hora, el tiempo se había pasado demasiado rápido. Ya era de noche y ese era el segundo día de Judal viviendo en la casa de Marsú. Lo estaba llevando completamente bien. Mierda. Iba a perder la apuesta de seguro.
-¿En qué pensás?- le susurró Judal al oído.
-En que voy a perder la apuesta- dijo ella con un suspiro resignado.
-Eso era obvio, estaba esperando a que hicieras una apuesta boluda como esta- le contestó el chico, besándole el cuello-. Me voy a poder aprovechar de vos después.
-Eh…-exclamó ella, alejándose sonrojada.
-¿Qué? La apuesta era que si ganaba harías lo que yo quería de premio- le explicó él, mordiéndole el lóbulo de la oreja, provocando que se volviera más sonrojada aún.
-Mierda, tengo que hacer que pierdas- murmuró ella, tratando de zafarse del agarre del pelinegro.
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Lear la besó, y le rodeó la cintura, impidiendo que escapara. Ella siguió el beso acariciando con suavidad sus cabellos. De la nada, sintió un leve dolor y se alejó.
-¡Eh!- se quejó ella-. Me mordiste la lengua.
-Vos el labio- le dijo el joven entretenido.
-La lengua duele más- refutó ella.
-¿Es necesario que sigamos con esta conversación?- preguntó él, besándola de nuevo.
Nina no hizo más que responder.
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Eran tan hermoso, se estrechó más contra su cuerpo, no queriendo separarse de ella para nada. ¿Qué harían de ahora en adelante? ¿Cómo podrían evitar que Kaileena se casara?
No tenía ni idea. Se le ocurrían ideas locas y de finales de historias románticas como que se escaparan y tuvieran una vida tranquila en un pueblo lejano a Babilonia. Pero eso eran sólo historias, no la vida real.
Pero ahora, en ese momento, dónde sus labios se unían sin querer separarse, esos pensamientos los dejaba de lado y se enfrascaba en pensar solamente en Kaileena, quien se apoderaba de sus cinco sentidos.
Jamás se iba a separar de ella, no importara lo que sucediese, había entendido que no podía vivir sin ella.
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No tengo para nada inspiración y me duele la cabeza u.u
PD: Pág 14 ♥
Re: [Roll] The city of Babylonia~
- ¿Hacerme perder? - Preguntó mientras se sentaba en la cama - Que bajo - Murmuro mientras sonreía de lado -
- Bajo es lo que seguramente me vas a obligar a hacer - Se quejó Adelaida mientras lo miraba con reproche -
- ¿Pensas que me paresco al pelotudo de Caleb? - Preguntó haciendose el ofendido - Eso duele - Murmuro sin dejar de sonreir -
- Tarado - Murmuro, pero ese pelinegro no contestó a su agresión - ¿Judal? -
- ¿Eh~? - Susurro mientras levantaba la mirada -
- ¿Que pasa? - Preguntó preocupada -
- Marsú - Contestó - Me preocupa ¿Sabes? -
- ¿Te preocupa ese estúpido? - Preguntó de mala gana -
- Si - Dijo mientras salía de la casa -
- Esperame - Suplicó Adelaida mientras intentaba alcanzar a Judal -
----------
Marsú suspiro. Había cocinado unas galletas con increíble facilidad. Se le daba bien todo eso del trabajo manual.
Las dejo sobre la mesa para después sentarse a pensar. Si Judal no estaba en la casa no tenía motivos para quedarse.
Sonrió para después llevarse una galleta a la boca.
- ¡Marsú! - Judal sonrió cuando lo encontró - Que bueno que estas bien hermano - Dijo mientras suspiraba aliviado -
- ¿Qué pasa? - Preguntó mientras sonreía confundido -
- Me tenías preocupado - Dijo mientras miraba alrededor del pelirojo - ¿Y Kaileena? -
- Te daré a escoger - Dijo mientras levantaba un dedo - Uno: Esta con King Kong - Dijo mientras levantaba dos dedos - Dos: Conoció a Magila Gorila o Tres: - Continuó mientras esta vez levantaba tres dedos - Esta con ese estúpido de Caleb -
- ¡Esta con ese abusador! - Estalló mientras se tomaba la cabeza -
- Brillante - Murmuro con ironía mientras comía una galleta - ¿Querés? -
- Si - Dijo mientras tomaba la bandeja - Estan calientes - Dijo mientras sonreía -
- Te esperamos - Dijo mientras miraba a Judal salir -
- ¿Que va a hacer? - Preguntó Adelaida preocupada -
- Ya vas a ver - Dijo con tranquilidad se servía un vaso de jugo -
- ¡AH~! - El desgarrador grito de dolor de Caleb llegó a hasta donde estaban los jovenes -
- Ya esta - Dijo Judal mientras dejaba a Kaileena en junto a los jovenes -
- ¿Que hiciste? - Preguntó Adelaida preocupada -
- Le puse las galletas calientes en los pantalones - Dijo con tranquilidad mientras miraba a Marsú - Venite a casa con nosotros -
- Seguro - Dijo mientras se levantaba -
- Pobres la canicas de Caleb - Murmuro Adelaida mientras se tomaba las mejillas con las manos -
- Si me preguntas a mi es una perdida bastante pequeña - Dijo Judal mientras miraba a Kaileena - Vos tambiñen te venís conmigo -
- ¿Por qué? - Preguntó mientras hacía un mohín -
- Por qué si padecemos alguna "ocurrencia" tendré que explicarselo a tu madre - Dijo mientras sonreía de lado - Más vale prevenir -
- Bien - Suspiro Kaileena mientras se ponía a la Par de Judal - Ya vamos -
- ¿Que pasará con Caleb? - Preguntó Adelaida mientras se ponía delante de los jovenes -
- ¿Querés ir a ponerle hielo? - Preguntó Marsú mientras la miraba -
- Esto~ - La joven se hiso a un lado - Vamonos - Murmuro de mala gana -
----------
- ¿Que fue ese ruido? - Preguntó Nina levemente asustada -
- Sonó como la voz de nena de ese pelotudo de Caleb - Contestó Lear mientras le besaba el cuello de manera pausada -
- ¿Por que le dicen homosexual? - Preguntó Nina mientras se ponía un dedo en la barbilla - Llendo al caso es el único de aquí que se acostó con una mujer ¿No? -
- ... - Ese pelinegro la miró con una ceja arqueada - Bueno~ puedo hacer lo mismo -
- ¡Largate! - La joven se levantó para después salir corriendo. Lear no lo dudó y, con una expresión divertida, salió tras ella -
- Bajo es lo que seguramente me vas a obligar a hacer - Se quejó Adelaida mientras lo miraba con reproche -
- ¿Pensas que me paresco al pelotudo de Caleb? - Preguntó haciendose el ofendido - Eso duele - Murmuro sin dejar de sonreir -
- Tarado - Murmuro, pero ese pelinegro no contestó a su agresión - ¿Judal? -
- ¿Eh~? - Susurro mientras levantaba la mirada -
- ¿Que pasa? - Preguntó preocupada -
- Marsú - Contestó - Me preocupa ¿Sabes? -
- ¿Te preocupa ese estúpido? - Preguntó de mala gana -
- Si - Dijo mientras salía de la casa -
- Esperame - Suplicó Adelaida mientras intentaba alcanzar a Judal -
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Marsú suspiro. Había cocinado unas galletas con increíble facilidad. Se le daba bien todo eso del trabajo manual.
Las dejo sobre la mesa para después sentarse a pensar. Si Judal no estaba en la casa no tenía motivos para quedarse.
Sonrió para después llevarse una galleta a la boca.
- ¡Marsú! - Judal sonrió cuando lo encontró - Que bueno que estas bien hermano - Dijo mientras suspiraba aliviado -
- ¿Qué pasa? - Preguntó mientras sonreía confundido -
- Me tenías preocupado - Dijo mientras miraba alrededor del pelirojo - ¿Y Kaileena? -
- Te daré a escoger - Dijo mientras levantaba un dedo - Uno: Esta con King Kong - Dijo mientras levantaba dos dedos - Dos: Conoció a Magila Gorila o Tres: - Continuó mientras esta vez levantaba tres dedos - Esta con ese estúpido de Caleb -
- ¡Esta con ese abusador! - Estalló mientras se tomaba la cabeza -
- Brillante - Murmuro con ironía mientras comía una galleta - ¿Querés? -
- Si - Dijo mientras tomaba la bandeja - Estan calientes - Dijo mientras sonreía -
- Te esperamos - Dijo mientras miraba a Judal salir -
- ¿Que va a hacer? - Preguntó Adelaida preocupada -
- Ya vas a ver - Dijo con tranquilidad se servía un vaso de jugo -
- ¡AH~! - El desgarrador grito de dolor de Caleb llegó a hasta donde estaban los jovenes -
- Ya esta - Dijo Judal mientras dejaba a Kaileena en junto a los jovenes -
- ¿Que hiciste? - Preguntó Adelaida preocupada -
- Le puse las galletas calientes en los pantalones - Dijo con tranquilidad mientras miraba a Marsú - Venite a casa con nosotros -
- Seguro - Dijo mientras se levantaba -
- Pobres la canicas de Caleb - Murmuro Adelaida mientras se tomaba las mejillas con las manos -
- Si me preguntas a mi es una perdida bastante pequeña - Dijo Judal mientras miraba a Kaileena - Vos tambiñen te venís conmigo -
- ¿Por qué? - Preguntó mientras hacía un mohín -
- Por qué si padecemos alguna "ocurrencia" tendré que explicarselo a tu madre - Dijo mientras sonreía de lado - Más vale prevenir -
- Bien - Suspiro Kaileena mientras se ponía a la Par de Judal - Ya vamos -
- ¿Que pasará con Caleb? - Preguntó Adelaida mientras se ponía delante de los jovenes -
- ¿Querés ir a ponerle hielo? - Preguntó Marsú mientras la miraba -
- Esto~ - La joven se hiso a un lado - Vamonos - Murmuro de mala gana -
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- ¿Que fue ese ruido? - Preguntó Nina levemente asustada -
- Sonó como la voz de nena de ese pelotudo de Caleb - Contestó Lear mientras le besaba el cuello de manera pausada -
- ¿Por que le dicen homosexual? - Preguntó Nina mientras se ponía un dedo en la barbilla - Llendo al caso es el único de aquí que se acostó con una mujer ¿No? -
- ... - Ese pelinegro la miró con una ceja arqueada - Bueno~ puedo hacer lo mismo -
- ¡Largate! - La joven se levantó para después salir corriendo. Lear no lo dudó y, con una expresión divertida, salió tras ella -
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Re: [Roll] The city of Babylonia~
Lear la persiguió por todo el palacio, uniendo sus risas a las de esa joven y activa muchacha. Realmente, se sentía de lo más vivo en ese momento. ¿Qué había pasado con el anterior muchacho? ¿Con ese chico serio y antisocial? Estaba seguro que, si unos meses antes se hubiera visto corriendo por los pasillos riendo, le habría parecido una total idiotez. Pero ahora eso no le importaba para nada, él quería hacer de su vida lo que se le diera la regalada gana, y más si tenía la posibilidad de hacerlo.
Salieron al patio y, finalmente, Nina se detuvo para respirar entrecortadamente, el Magi aprovechó para abrazarla y tirarla con suavidad al suelo, quedando arriba de ella.
La muchacha corrió un poco el rostro, avergonzada, y el esbozó una coqueta y divertida sonrisa en ese atractivo rostro; esa expresión no hizo más que inquietar a la rubia, que trataba de evitar cruzar su mirada con la del joven.
-¿Qué te ocurre?- le preguntó el chico divertido.
-No quiero que seas un Caleb- le respondió ella, a lo que el chico se río.
-Tranquila, no soy tan pelotudo- le contestó el joven, besándole el cuello.
-Ya sabés a lo que me refiero…-le dijo ella pero el mayor la interrumpió con esos besos adictivos del cual no pudo resistirse.
Amaba a Lear, cada actitud y parte de él le resultaban únicas y especiales. Amaba esos ojos escarlatas, esa sonrisa traviesa, esa actitud reservada pero a la vez cariñosa que tenía con ella. Sencillamente lo amaba cómo jamás había querido a alguien.
Era una sensación tan hermosa, un momento paradisíaco del que no quería irse, un sueño en el que no deseaba despertar jamás. Incluso las peleas y los momentos de tristeza eran totalmente tolerables para poder tener esos minutos de paz y cariño con Lear. Todo el esfuerzo valía la pena.
Sonrío mientras él le mordía el labio con suavidad. Jamás había abierto su corazón tan rápido y de esa manera, y más una persona que tendía a ser desconfiada como ella. Pero Lear era especial…desde un principio lo supo.
-------------------------------------------------
-Decoraste el rancho- comentó Marsú, observando los nuevos detalles de la casa de Caleb.
-Sí, sigue siendo un rancho pero al menos no tan mierda como antes- le contestó su primo mientras preparaba unos cafés- ¿Quieren? Adelaida y yo tomamos hace una media hora.
-Si no te molesta- respondió Kaileena, a lo que el pelinegro se encogió de hombros restándole importancia y comenzó a preparar la bebida.
-¿Cómo estará Caleb?- murmuró Adelaida-. Me preocupa lo que pudo haberle pasado a él y a su orgullo…¡¿y si no puede tener hijos?!- exclamó-. Yo siempre dije que quería ser madrina de sus hijos …
-Pfff, por lo que tiene no iba a poder tener pendejos nunca- le comentó Judal, a lo que la muchacha le dirigió una mirada envenenada.
-Además, es un bien para la humanidad eso- prosiguió Marsú-. Imagínate pelotudos en miniatura como él.
-O te callás o te cierro la boca de un trompazo- le respondió la muchacha con enojo.
-Rencorosa- le criticó Marsú-. Ya te pedí perdón.
-Y te voy a perdonar tan fácil desgraciado hijo de re mil…
-Adelaida, la boca- le interrumpió el rey.
-¿Qué?- se quejó ella-. Ni que me hubieras conocido por ser una lady Judal.
El muchacho sonrío entretenido.
-Aunque sea sé un poco más femenina, parecés un camionero- le contestó.
Ella hizo un mohín ofendida.
-Entonces buscate a una puta de clase alta que hable apropiadamente- le respondió de mala gana-. No me refiero a vos Kaileena- se apresuró a decir ella nerviosa-, hablo de zorras con las que estuvo como Artemisa.
-No te preocupes, no me enojé- la relajó la pelirroja entretenida por la actitud de la joven.
-Ah…Artemisa, hace tiempo que no la veo- comentó Judal-. Se volvió bastante forra y molesta al final.
-Ni que lo digas.
Se escuchó un ruido de llaves introduciendo una cerradura, minutos después, unos golpes en la puerta.
-¿Quién es?- preguntó Kaileena.
-¡Judal abrime! ¡No tenías derecho a cambiarme la cerradura!- exclamó enojado Caleb, a lo que Marsú se río- ¡No es joda!
-¡Judal!- le reprochó su novia.
-¿Qué? Quería evitar que viniera- se defendió el muchacho, con un suspiro, le abrió la puerta.
Caleb entró y se quedó embobado observando el lugar, completamente distinto a lo que había dejado hacía menos de dos días. ¡Dos días! ¿Cómo pudo remodelar su casa en tan poco tiempo?
-¿Qué le hiciste a mi casa?- preguntó anonado.
-Arreglé un poco ese rancho de mierda que hacías llamar casa- le explicó el rey-, ¿cómo querías que tolerara una semana con ese rancho pedorro que tenías?
-¡Nadie te permitió cambiar mi casa!- se quejó Caleb enojado.
-Se ve mejor, admitilo- rebatió Judal. Y, antes de que Caleb, quien ya había abierto la boca para responder, pudiera decir algo, se escuchó la puerta golpear de nuevo. Esta vez fue Marsú quien la abrió, dejando entrar a Shuu y a Iris, ante la presencia de la pelivioleta, la esclava puso una faceta inexpresiva.
-No pensé que iba a haber tanta gente- comentó Shuu sentándose en la silla al lado de Adelaida.
-¿Qué hacen acá?- preguntó la pelirroja con cordialidad.
-Quería hablar con vos- le contestó su amiga, mirando a Judal de reojo, el cual se había percatado de ello pero la ignoraba.
-¿Qué ocurrió?
-Me marcho- dijo con solemnidad-. Será mejor que vuelva a mi pueblo.
-¡Pero apenas llegaste a Babilonia!- exclamó la joven.
-Sí, pero me di cuenta que no debía haber vuelto aún- le comentó ella con una sonrisa-. Shuu me hizo darme cuenta de eso- le dijo, señalando al Magi con un leve movimiento en la cabeza-. Lamento despedirme tan de repente.
-Hubiera deseado pasar más tiempo con vos- confesó Kaileena apenada-, pero respeto tu decisión.
-Gracias- dijo la joven, levantándose-. Creo que mejor me marcho al palacio a ordenar mis cosas, sólo quería decirte eso.
-¿No querés quedar a tomarte un café?- le ofreció Marsú.
-No, gracias- dijo ella, dándose vuelta para mirar al rey- Judal…- murmuró.
-¿Sí?- dijo el joven, mirándola con aspecto desinteresado, apoyándose contra la pared más cercana.
La pelimorada no respondió, e inesperadamente y en el lapso de unos segundos, se acercó al joven y lo besó en los labios. El rostro de todos los presentes era de total desconcierto, incluso el de Judal, quien abrió los ojos asombrado.
Se separaron después de un tiempo que, a Adelaida, le resultó eterno e Iris, sonrojada, dijo:
-Creo que es más que obvio que estoy enamorada de vos. Te esperaré. Piénsalo- le dijo, para darse vuelta.
-Yo…no le había dicho que hiciera eso- murmuró Shuu asombrado.
Judal, instintivamente, observó a su enamorada. Sabía que se iba a armar un buen quilombo.
-¿Pero qué mierda te pasa pendeja para hablarle así a mi novio?- exclamó la muchacha enojada, levantándose.
-¿Algún problema? No va a ser tuyo zorra, él merece estar con alguien mejor como yo- le espetó la joven enojada-. Volvete con tu familia muerta ¿querés?
-Puta de mierda que sos- la insultó Adelaida, dispuesta a ir y golpearla. Shuu se apresuró a agarrarla de los brazos, Marsú hizo lo mismo con Iris, quien también quería golpear a la joven.
Ambas muchachas comenzaron a insultarse, enojadas, mientras los dos muchachos trataban de calmarlas.
-¡Judal! ¡Hacé algo!- le pidió Kaileena preocupada.
-Ahí va…esperá un segundo- pidió el rey, encantado de ver como dos bellas jóvenes se peleaban por él. Para el muchacho, era algo sumamente entretenido.
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Quedó como re negra Adelaida, pero me gustó xD
Salieron al patio y, finalmente, Nina se detuvo para respirar entrecortadamente, el Magi aprovechó para abrazarla y tirarla con suavidad al suelo, quedando arriba de ella.
La muchacha corrió un poco el rostro, avergonzada, y el esbozó una coqueta y divertida sonrisa en ese atractivo rostro; esa expresión no hizo más que inquietar a la rubia, que trataba de evitar cruzar su mirada con la del joven.
-¿Qué te ocurre?- le preguntó el chico divertido.
-No quiero que seas un Caleb- le respondió ella, a lo que el chico se río.
-Tranquila, no soy tan pelotudo- le contestó el joven, besándole el cuello.
-Ya sabés a lo que me refiero…-le dijo ella pero el mayor la interrumpió con esos besos adictivos del cual no pudo resistirse.
Amaba a Lear, cada actitud y parte de él le resultaban únicas y especiales. Amaba esos ojos escarlatas, esa sonrisa traviesa, esa actitud reservada pero a la vez cariñosa que tenía con ella. Sencillamente lo amaba cómo jamás había querido a alguien.
Era una sensación tan hermosa, un momento paradisíaco del que no quería irse, un sueño en el que no deseaba despertar jamás. Incluso las peleas y los momentos de tristeza eran totalmente tolerables para poder tener esos minutos de paz y cariño con Lear. Todo el esfuerzo valía la pena.
Sonrío mientras él le mordía el labio con suavidad. Jamás había abierto su corazón tan rápido y de esa manera, y más una persona que tendía a ser desconfiada como ella. Pero Lear era especial…desde un principio lo supo.
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-Decoraste el rancho- comentó Marsú, observando los nuevos detalles de la casa de Caleb.
-Sí, sigue siendo un rancho pero al menos no tan mierda como antes- le contestó su primo mientras preparaba unos cafés- ¿Quieren? Adelaida y yo tomamos hace una media hora.
-Si no te molesta- respondió Kaileena, a lo que el pelinegro se encogió de hombros restándole importancia y comenzó a preparar la bebida.
-¿Cómo estará Caleb?- murmuró Adelaida-. Me preocupa lo que pudo haberle pasado a él y a su orgullo…¡¿y si no puede tener hijos?!- exclamó-. Yo siempre dije que quería ser madrina de sus hijos …
-Pfff, por lo que tiene no iba a poder tener pendejos nunca- le comentó Judal, a lo que la muchacha le dirigió una mirada envenenada.
-Además, es un bien para la humanidad eso- prosiguió Marsú-. Imagínate pelotudos en miniatura como él.
-O te callás o te cierro la boca de un trompazo- le respondió la muchacha con enojo.
-Rencorosa- le criticó Marsú-. Ya te pedí perdón.
-Y te voy a perdonar tan fácil desgraciado hijo de re mil…
-Adelaida, la boca- le interrumpió el rey.
-¿Qué?- se quejó ella-. Ni que me hubieras conocido por ser una lady Judal.
El muchacho sonrío entretenido.
-Aunque sea sé un poco más femenina, parecés un camionero- le contestó.
Ella hizo un mohín ofendida.
-Entonces buscate a una puta de clase alta que hable apropiadamente- le respondió de mala gana-. No me refiero a vos Kaileena- se apresuró a decir ella nerviosa-, hablo de zorras con las que estuvo como Artemisa.
-No te preocupes, no me enojé- la relajó la pelirroja entretenida por la actitud de la joven.
-Ah…Artemisa, hace tiempo que no la veo- comentó Judal-. Se volvió bastante forra y molesta al final.
-Ni que lo digas.
Se escuchó un ruido de llaves introduciendo una cerradura, minutos después, unos golpes en la puerta.
-¿Quién es?- preguntó Kaileena.
-¡Judal abrime! ¡No tenías derecho a cambiarme la cerradura!- exclamó enojado Caleb, a lo que Marsú se río- ¡No es joda!
-¡Judal!- le reprochó su novia.
-¿Qué? Quería evitar que viniera- se defendió el muchacho, con un suspiro, le abrió la puerta.
Caleb entró y se quedó embobado observando el lugar, completamente distinto a lo que había dejado hacía menos de dos días. ¡Dos días! ¿Cómo pudo remodelar su casa en tan poco tiempo?
-¿Qué le hiciste a mi casa?- preguntó anonado.
-Arreglé un poco ese rancho de mierda que hacías llamar casa- le explicó el rey-, ¿cómo querías que tolerara una semana con ese rancho pedorro que tenías?
-¡Nadie te permitió cambiar mi casa!- se quejó Caleb enojado.
-Se ve mejor, admitilo- rebatió Judal. Y, antes de que Caleb, quien ya había abierto la boca para responder, pudiera decir algo, se escuchó la puerta golpear de nuevo. Esta vez fue Marsú quien la abrió, dejando entrar a Shuu y a Iris, ante la presencia de la pelivioleta, la esclava puso una faceta inexpresiva.
-No pensé que iba a haber tanta gente- comentó Shuu sentándose en la silla al lado de Adelaida.
-¿Qué hacen acá?- preguntó la pelirroja con cordialidad.
-Quería hablar con vos- le contestó su amiga, mirando a Judal de reojo, el cual se había percatado de ello pero la ignoraba.
-¿Qué ocurrió?
-Me marcho- dijo con solemnidad-. Será mejor que vuelva a mi pueblo.
-¡Pero apenas llegaste a Babilonia!- exclamó la joven.
-Sí, pero me di cuenta que no debía haber vuelto aún- le comentó ella con una sonrisa-. Shuu me hizo darme cuenta de eso- le dijo, señalando al Magi con un leve movimiento en la cabeza-. Lamento despedirme tan de repente.
-Hubiera deseado pasar más tiempo con vos- confesó Kaileena apenada-, pero respeto tu decisión.
-Gracias- dijo la joven, levantándose-. Creo que mejor me marcho al palacio a ordenar mis cosas, sólo quería decirte eso.
-¿No querés quedar a tomarte un café?- le ofreció Marsú.
-No, gracias- dijo ella, dándose vuelta para mirar al rey- Judal…- murmuró.
-¿Sí?- dijo el joven, mirándola con aspecto desinteresado, apoyándose contra la pared más cercana.
La pelimorada no respondió, e inesperadamente y en el lapso de unos segundos, se acercó al joven y lo besó en los labios. El rostro de todos los presentes era de total desconcierto, incluso el de Judal, quien abrió los ojos asombrado.
Se separaron después de un tiempo que, a Adelaida, le resultó eterno e Iris, sonrojada, dijo:
-Creo que es más que obvio que estoy enamorada de vos. Te esperaré. Piénsalo- le dijo, para darse vuelta.
-Yo…no le había dicho que hiciera eso- murmuró Shuu asombrado.
Judal, instintivamente, observó a su enamorada. Sabía que se iba a armar un buen quilombo.
-¿Pero qué mierda te pasa pendeja para hablarle así a mi novio?- exclamó la muchacha enojada, levantándose.
-¿Algún problema? No va a ser tuyo zorra, él merece estar con alguien mejor como yo- le espetó la joven enojada-. Volvete con tu familia muerta ¿querés?
-Puta de mierda que sos- la insultó Adelaida, dispuesta a ir y golpearla. Shuu se apresuró a agarrarla de los brazos, Marsú hizo lo mismo con Iris, quien también quería golpear a la joven.
Ambas muchachas comenzaron a insultarse, enojadas, mientras los dos muchachos trataban de calmarlas.
-¡Judal! ¡Hacé algo!- le pidió Kaileena preocupada.
-Ahí va…esperá un segundo- pidió el rey, encantado de ver como dos bellas jóvenes se peleaban por él. Para el muchacho, era algo sumamente entretenido.
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Quedó como re negra Adelaida, pero me gustó xD
Re: [Roll] The city of Babylonia~
- ¿Estas escuchando? - Preguntó Shuu desesperado -
- ... - Judal sacudió la cabeza para despejarse - Escuchenme - Suplicó - ¡Escuchenme! - Estalló. Todos quedaron en silencio - Te agradesco que me hallas confesado lo que sentís - Murmuro a Iris mientras sonreía levemente - Pero siempre estaré enamorado de Adelaida -
- ¿Por qué? - Preguntó mientras comenzaba a llorar - ¡Estoy enamorada de vos desde mucho antes que esta pendeja! - Estalló mientras Marsú intentaba que dejara de llorar - Jamás va a poder siquiera acercarse a mi sentimientos - Susurro mientras se dejaba caer - Me gustas desde que era niña -
- I-Iris - Susurro Judal mientras la miraba con culpa -
- Me pregunto.. - Susurro mientras se secaba las lágrimas con la mano - Me pregunto que hubiese pasado si te lo decía antes - Susurro mientras se abrazaba a si misma - Quisas ahora estarías conmigo en vez de con ella - Murmuro mientras se paraba rápidamente - Lo lamento - Dijo mientras salía de la casa rápidamente -
- Iré a ver que este bien - Dijo Shuu. Dejó a Adelaida para después salir del lugar -
- ¿Estas bien? - Preguntó Marsú mientras posaba su mano sobre el hombro de Judal -
- Si - Respondió mientras intentaba salir de la sorpresa - Simplemente me siento culpable -
---------
- ¿Estas bien? - Preguntó Shuu cuando encontró a Iris -
- ¿Por que tuve que abrir la boca? - Respondió mientras negaba levemente -
- Tranquila - Dijo mientras sonreía - Seguramente hiciste feliz a Judal -
- ¿Como estas seguro de eso? - Preguntó mientras intentaba parar de llorar -
- Por que conozco a mi hermano - Dijo mientras sonreía - Aunque no te corresponda.. Judal pasará todo un día pensando en vos -
- ¿Eh~? - La joven levantó la mirada sorprendida -
- Esta bien ¿No? - Preguntó mientras sonreía - Judal pensará en vos todo un día por esa confesión -
- Gracias - Susurro mientras se paraba - Si mi confesión alegró aunque sea un poco a Judal estaré bien -
- Te lo aseguro - Sonrió mientras se paraba - Regresa a vernos -
- Capas lo haga - Dijo para después comenzar a caminar. Comenzó a llorar nuevamente. Pero las palabras de Shuu la habían puesto contenta -
----------
- ¿Como esta? - Preguntó Marsú cuando observó a su primo regresar -
- Se fue - Dijo simplemente mientras caminaba hasta donde estaba Judal - ¿Te hiso feliz? - Preguntó mientras sonreía levemente -
- ¿Eh~? - Murmuro confundido -
- ¿La confesión de Iris te hiso feliz? - Preguntó. Esa pregunta molesto levemente a Adelaida -
- S-Supongo - Respondió exatrañado mientras arqueaba una ceja -
- Entonces ella también esta contenta - Dijo mientras iba a sentarse -
- Sos de lo más raro hermano - Murmuro Judal mientras negaba levemente -
- ... - Judal sacudió la cabeza para despejarse - Escuchenme - Suplicó - ¡Escuchenme! - Estalló. Todos quedaron en silencio - Te agradesco que me hallas confesado lo que sentís - Murmuro a Iris mientras sonreía levemente - Pero siempre estaré enamorado de Adelaida -
- ¿Por qué? - Preguntó mientras comenzaba a llorar - ¡Estoy enamorada de vos desde mucho antes que esta pendeja! - Estalló mientras Marsú intentaba que dejara de llorar - Jamás va a poder siquiera acercarse a mi sentimientos - Susurro mientras se dejaba caer - Me gustas desde que era niña -
- I-Iris - Susurro Judal mientras la miraba con culpa -
- Me pregunto.. - Susurro mientras se secaba las lágrimas con la mano - Me pregunto que hubiese pasado si te lo decía antes - Susurro mientras se abrazaba a si misma - Quisas ahora estarías conmigo en vez de con ella - Murmuro mientras se paraba rápidamente - Lo lamento - Dijo mientras salía de la casa rápidamente -
- Iré a ver que este bien - Dijo Shuu. Dejó a Adelaida para después salir del lugar -
- ¿Estas bien? - Preguntó Marsú mientras posaba su mano sobre el hombro de Judal -
- Si - Respondió mientras intentaba salir de la sorpresa - Simplemente me siento culpable -
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- ¿Estas bien? - Preguntó Shuu cuando encontró a Iris -
- ¿Por que tuve que abrir la boca? - Respondió mientras negaba levemente -
- Tranquila - Dijo mientras sonreía - Seguramente hiciste feliz a Judal -
- ¿Como estas seguro de eso? - Preguntó mientras intentaba parar de llorar -
- Por que conozco a mi hermano - Dijo mientras sonreía - Aunque no te corresponda.. Judal pasará todo un día pensando en vos -
- ¿Eh~? - La joven levantó la mirada sorprendida -
- Esta bien ¿No? - Preguntó mientras sonreía - Judal pensará en vos todo un día por esa confesión -
- Gracias - Susurro mientras se paraba - Si mi confesión alegró aunque sea un poco a Judal estaré bien -
- Te lo aseguro - Sonrió mientras se paraba - Regresa a vernos -
- Capas lo haga - Dijo para después comenzar a caminar. Comenzó a llorar nuevamente. Pero las palabras de Shuu la habían puesto contenta -
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- ¿Como esta? - Preguntó Marsú cuando observó a su primo regresar -
- Se fue - Dijo simplemente mientras caminaba hasta donde estaba Judal - ¿Te hiso feliz? - Preguntó mientras sonreía levemente -
- ¿Eh~? - Murmuro confundido -
- ¿La confesión de Iris te hiso feliz? - Preguntó. Esa pregunta molesto levemente a Adelaida -
- S-Supongo - Respondió exatrañado mientras arqueaba una ceja -
- Entonces ella también esta contenta - Dijo mientras iba a sentarse -
- Sos de lo más raro hermano - Murmuro Judal mientras negaba levemente -
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Edad : 29
Cumpleaños!! : 31/03/1995
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Re: [Roll] The city of Babylonia~
-Relájate, mi hermano te ama- le dijo Shuu a la muchacha.
-No dije nada- comentó la joven extrañada.
-Sé que te molestó un poco la pregunta- le explicó el pelinegro relajado-. Es comprensible.
-Sos raro- le dijo ella-. Me gustaría saber que carajos pasa por tu cabeza en momentos como éste- confesó la esclava mirándolo a los ojos.
-Me halagas Adelaida- le comentó Shuu con una sonrisa, pellizcándole una mejilla con cariño-. Que te interese es bueno…
-Shuu…- le advirtió Judal, algo molesto.
-¿Algún problema hermano?- preguntó con tono inocente el mayor, mientras comenzaba a enredar sus dedos en la larga cabellera azabache de la muchacha.
-No me provoques- masculló el rey, algo furibundo.
Shuu no le hizo caso y prosiguió en juguetear con los cabellos de la joven.
-Esto…¿Cuándo va a durar la apuesta de Judal en mi casa?- preguntó Caleb de repente, para cortar la tensión en el ambiente-. Quiero volver a mi casa ya.
-¿Cómo podés querer volver a este rancho de mierda?- preguntó Marsú asombrado.
-¡No es un rancho! ¡Es mi casa! ¡Me costó tenerla! –le dijo Caleb enojado y algo avergonzado.
-Seguro…- repuso el pelirrojo con sarcasmo.
-Déjalo Marsú, a mi me gusta Caleb- le comentó Kaileena-. Además, es algo que conseguiste vos por ti mismo, no te lo regalaron de arriba.
-¿Insinuás algo?- preguntó Judal.
-¿Qué te parece?- cuestionó la pelirroja.
-A mí no me molesta para nada tener la facilidad de no trabajar y ser rico igualmente- comentó Marsú relajado.
-Lo mismo digo- coincidió Judal con una sonrisa-. Nos hace mejores que ese boludo.
-Además Kaileena- prosiguió Shuu-. Es hipócrita que digas eso, vos nunca tuviste que trabajar tampoco.
La muchacha se sonrojó un poco y agachó la cabeza.
-Los únicos pobres acá que tuvieron que trabajar son Caleb y Adelaida- comentó Judal-. Y Adelaida apenas este año, que el anterior estaba con los Debanhi.
-Cuando era chica también trabajaba- le contradijo la joven-. Y ya déjenos de decir pobres, somos gente común- les corrigió la muchacha.
-Adelaida ya te lo dije, no me jodas, esto es ser pobre- le respondió Judal- Tienen una sola habitación y un solo baño.
Tanto Caleb como Adelaida se golpearon la frente con una mano.
-No podés ser tan concheto por Dios- murmuró la muchacha.
-No exagerés, ya te dije, sé lo que es un paquete de polenta y me estoy manejando re bien en el rancho este- le comentó Judal sonrindo- Así voy a ganar la apuesta y voy a reclamar mi premio.
-¡No! ¡Vas a perder! Tengo que hacer que pierdas- exclamó la joven nerviosa y sonrojada.
-¿Cuál era el premio?- preguntó Shuu con curiosidad.
-Podría pedir lo que quisiera- dijo Judal con esa hermosa media sonrisa.
-Y no sé que es- agregó la muchacha algo inquietada-. No puedo arriesgarme.
-Siempre aprovechándote de los boludos primo- opinó Marsú entretenido, a lo que la joven le dirigió una mirada envenenada.
-------------------------------
Me echaaan
-No dije nada- comentó la joven extrañada.
-Sé que te molestó un poco la pregunta- le explicó el pelinegro relajado-. Es comprensible.
-Sos raro- le dijo ella-. Me gustaría saber que carajos pasa por tu cabeza en momentos como éste- confesó la esclava mirándolo a los ojos.
-Me halagas Adelaida- le comentó Shuu con una sonrisa, pellizcándole una mejilla con cariño-. Que te interese es bueno…
-Shuu…- le advirtió Judal, algo molesto.
-¿Algún problema hermano?- preguntó con tono inocente el mayor, mientras comenzaba a enredar sus dedos en la larga cabellera azabache de la muchacha.
-No me provoques- masculló el rey, algo furibundo.
Shuu no le hizo caso y prosiguió en juguetear con los cabellos de la joven.
-Esto…¿Cuándo va a durar la apuesta de Judal en mi casa?- preguntó Caleb de repente, para cortar la tensión en el ambiente-. Quiero volver a mi casa ya.
-¿Cómo podés querer volver a este rancho de mierda?- preguntó Marsú asombrado.
-¡No es un rancho! ¡Es mi casa! ¡Me costó tenerla! –le dijo Caleb enojado y algo avergonzado.
-Seguro…- repuso el pelirrojo con sarcasmo.
-Déjalo Marsú, a mi me gusta Caleb- le comentó Kaileena-. Además, es algo que conseguiste vos por ti mismo, no te lo regalaron de arriba.
-¿Insinuás algo?- preguntó Judal.
-¿Qué te parece?- cuestionó la pelirroja.
-A mí no me molesta para nada tener la facilidad de no trabajar y ser rico igualmente- comentó Marsú relajado.
-Lo mismo digo- coincidió Judal con una sonrisa-. Nos hace mejores que ese boludo.
-Además Kaileena- prosiguió Shuu-. Es hipócrita que digas eso, vos nunca tuviste que trabajar tampoco.
La muchacha se sonrojó un poco y agachó la cabeza.
-Los únicos pobres acá que tuvieron que trabajar son Caleb y Adelaida- comentó Judal-. Y Adelaida apenas este año, que el anterior estaba con los Debanhi.
-Cuando era chica también trabajaba- le contradijo la joven-. Y ya déjenos de decir pobres, somos gente común- les corrigió la muchacha.
-Adelaida ya te lo dije, no me jodas, esto es ser pobre- le respondió Judal- Tienen una sola habitación y un solo baño.
Tanto Caleb como Adelaida se golpearon la frente con una mano.
-No podés ser tan concheto por Dios- murmuró la muchacha.
-No exagerés, ya te dije, sé lo que es un paquete de polenta y me estoy manejando re bien en el rancho este- le comentó Judal sonrindo- Así voy a ganar la apuesta y voy a reclamar mi premio.
-¡No! ¡Vas a perder! Tengo que hacer que pierdas- exclamó la joven nerviosa y sonrojada.
-¿Cuál era el premio?- preguntó Shuu con curiosidad.
-Podría pedir lo que quisiera- dijo Judal con esa hermosa media sonrisa.
-Y no sé que es- agregó la muchacha algo inquietada-. No puedo arriesgarme.
-Siempre aprovechándote de los boludos primo- opinó Marsú entretenido, a lo que la joven le dirigió una mirada envenenada.
-------------------------------
Me echaaan
Re: [Roll] The city of Babylonia~
- ¿Qué? - Murmuro Adelaida mientras lo miraba molesta -
- Sé lo que te va a pedir - Murmuro mientras sonreía de lado -
- ¿Eh~? - Las mejillas de la pelinegra se tiñieron de color carmín -
- También sé que vos sabés - Dijo mientras reía -
- Tarado - Murmuro mientras lo miraba ofendida -
- ¿Donde esta Lear? - Preguntó Judal mientras arqueaba una ceja - Debe estar solo en el palacio si estamos todos aquí -
- Seguramente con Nina - Murmuro Caleb mientras suspiraba levemente. Kaileena apoyó suavemente su cabeza sobre su hombro -
- Solos - Murmuro mientras miraba por la ventana -
- ¿Es malo? - Preguntó Shuu mientras sonreía inocente -
- ¿Vos que pensas hermano? - Preguntó Judal mientras lo miraba con reproche -
---------
- Lear - Susurro la muchacha de ojos celestes mientras miraba las nubes. Ese pelinegro se había acostado a su lado -
- ¿Qué? - Preguntó mientras respiraba con tranquilidad -
- Me cansé de escaparme de vos - Susurro a lo que ese ojirojo comenzó a reír -
- Vos empezaste a correr - Murmuro mientras le besaba la mejilla -
- Pero vos me perseguiste - Dijo mientras sonreía -
- Por que no quiero que te escapes de mi - Susurro mientras regresaba su mirada a las nubes -
- ¿Escaparme de vos? - Preguntó mientras lo miraba confundida - ¿Por qué? -
- Supongo que es más que nada un miedo personal - Murmuro mientras sonreía de manera amarga -
- Yo no me iré - Murmuro mientras sonreía - Por que quiero estar con vos - Lear le miró para después sonreír -
---------
- Caleb - Murmuro Judal mientras tomaba a Kaileena - Por novena vez - Dijo mientras sonreía - Esto es un rancho -
- CASA - Dijo molesto -
- RANCHO - Dijo Judal mientras tomaba una galleta casera - Esta mierda no puede ser llamada de modo diferente con solo un baño - Murmuro mientras se comía esa golosína -
- Eso es lo normal - Murmuro Adelaida mientras se golpeaba la cabeza -
- Lo normal para la gente pobre - Dijo Marsú a lo que la pelinegra lo fulminó con la mirada -
- Lo normal para gente NORMAL - Dijo mientras se levantaba para ver a Marsú -
- Ya no peleen - Suplicó Shuu mientras sonreía levemente nervioso - Jamás van a llegar a nada -
- ¿Por qué? - Preguntó Judal mientras lo miraba con una ceja arqueada -
- Por que ningúno va a cambiar de opinión - Dijo simplemente -
- Es verdad - Murmuro Judal mientras posaba su mirada en Adelaida - Ah~ Vas a perder - Dijo mientras sonreía a lo que la pelinegra se atragantó con su galleta -
- ¡Tengo que hacer que pierdas! - Estalló mientras sacudía a Caleb -
- Eso esta mal - Dijo mientras con falsa culpa mientras jugaba con los cabellos de Kaileena -
- ¡Deja a Kaileena! - Estalló Caleb, molesto -
- ¿Quién te pensas que sos? - Preguntó De mala gana Judal - Sos simplemente el dueño de un rancho -
- ¡Ey! - Se quejó m ientras miraba a Adelaida - ¡Para de hacer eso! -
- Sé lo que te va a pedir - Murmuro mientras sonreía de lado -
- ¿Eh~? - Las mejillas de la pelinegra se tiñieron de color carmín -
- También sé que vos sabés - Dijo mientras reía -
- Tarado - Murmuro mientras lo miraba ofendida -
- ¿Donde esta Lear? - Preguntó Judal mientras arqueaba una ceja - Debe estar solo en el palacio si estamos todos aquí -
- Seguramente con Nina - Murmuro Caleb mientras suspiraba levemente. Kaileena apoyó suavemente su cabeza sobre su hombro -
- Solos - Murmuro mientras miraba por la ventana -
- ¿Es malo? - Preguntó Shuu mientras sonreía inocente -
- ¿Vos que pensas hermano? - Preguntó Judal mientras lo miraba con reproche -
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- Lear - Susurro la muchacha de ojos celestes mientras miraba las nubes. Ese pelinegro se había acostado a su lado -
- ¿Qué? - Preguntó mientras respiraba con tranquilidad -
- Me cansé de escaparme de vos - Susurro a lo que ese ojirojo comenzó a reír -
- Vos empezaste a correr - Murmuro mientras le besaba la mejilla -
- Pero vos me perseguiste - Dijo mientras sonreía -
- Por que no quiero que te escapes de mi - Susurro mientras regresaba su mirada a las nubes -
- ¿Escaparme de vos? - Preguntó mientras lo miraba confundida - ¿Por qué? -
- Supongo que es más que nada un miedo personal - Murmuro mientras sonreía de manera amarga -
- Yo no me iré - Murmuro mientras sonreía - Por que quiero estar con vos - Lear le miró para después sonreír -
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- Caleb - Murmuro Judal mientras tomaba a Kaileena - Por novena vez - Dijo mientras sonreía - Esto es un rancho -
- CASA - Dijo molesto -
- RANCHO - Dijo Judal mientras tomaba una galleta casera - Esta mierda no puede ser llamada de modo diferente con solo un baño - Murmuro mientras se comía esa golosína -
- Eso es lo normal - Murmuro Adelaida mientras se golpeaba la cabeza -
- Lo normal para la gente pobre - Dijo Marsú a lo que la pelinegra lo fulminó con la mirada -
- Lo normal para gente NORMAL - Dijo mientras se levantaba para ver a Marsú -
- Ya no peleen - Suplicó Shuu mientras sonreía levemente nervioso - Jamás van a llegar a nada -
- ¿Por qué? - Preguntó Judal mientras lo miraba con una ceja arqueada -
- Por que ningúno va a cambiar de opinión - Dijo simplemente -
- Es verdad - Murmuro Judal mientras posaba su mirada en Adelaida - Ah~ Vas a perder - Dijo mientras sonreía a lo que la pelinegra se atragantó con su galleta -
- ¡Tengo que hacer que pierdas! - Estalló mientras sacudía a Caleb -
- Eso esta mal - Dijo mientras con falsa culpa mientras jugaba con los cabellos de Kaileena -
- ¡Deja a Kaileena! - Estalló Caleb, molesto -
- ¿Quién te pensas que sos? - Preguntó De mala gana Judal - Sos simplemente el dueño de un rancho -
- ¡Ey! - Se quejó m ientras miraba a Adelaida - ¡Para de hacer eso! -
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Re: [Roll] The city of Babylonia~
-No sé me da la regalada gana- comentó Judal con una sonrisa de suficiencia, mientras abrazaba a Kaileena ante la mirada irritada del joven de ojos celestes como el cielo.
El muchacho se mordió el labio, sabiendo que sería inútil discutir con Judal, porque el rey lo conseguía todo, ni más ni menos; aún así, su enojo cada vez se incrementaba más al ver como el mucho se aprovechaba de la situación y rodeaba la hermosa figura de Kaileena entre sus brazos. ¿Qué no tenía suficiente estando con su mejor amiga?
Adelaida le dirigió una mirada consoladora a Caleb y el muchacho suspiró, sabiendo que el gesto de su amigo no era ni más ni menos que un indicio para que se resignara y no se hiciera mala sangre tan rápido. Pero era más difícil hacerlo que decirlo.
Siguió sentado en la pequeña cocina, la cual, con toda esa gente, parecía más pequeña de lo que verdaderamente era.
-¿No sienten qué está todo muy tranquilo?- preguntó, de la nada, Marsí.
-¿A qué te refieres?- inquirió Kaileena. Los ojos del Magi se posaron en ellas.
-No nos ha pasado nada realmente grave- explicó Marsú-. No hubo grandes peleas a pesar de los muchos que eran en esa diminuta habitación- Ya saben, siempre alguno de nosotros pasa por un momento complicado, aunque en este caso ninguno de nosotros tiene una cuestión tan difícil.
Kaleena asintió, y Caleb, para su pesar, debía reconocer eso.
-Tienes razón- confesó Adelaida-. De cualquier manera, te entiendo. Es como que alguien de nosotros sí o sí tiene que pasar un mal momento. Ninguno de nosotros está relajado y sin problemas al mismo tiempo.
-Hasta ahora- agregó Shuu con una sonrisa-. ¿Todo se solucionó verdad?- preguntó, más que nada observando a Caleb y a Kaileena.
-Sí- dijo ella, tomando la mano el joven rubio con una sonrisa tímida, mientras las mejillas del muchacho se teñían de un suave tono rosáceo.
Instantáneamente, los ojos rojos de Shuu se posaron en Marsú, quién ni siquiera se dignó en mirarlo y se mantuvo al margen de la situación. ¿Estaba mal por Kaileena? No tanto cómo habría podido imaginarse, quizás porque sabía que la joven sorprendentemente amaba al idiota homosexual ese, y nada ni nadie iba a cambiar su opinión. Él sólo era alguien muy querido para ella, no amado.
-Les recuerdo que Judal y Kaileena aún van a casarse- comentó Adelaida, con ese comentario cuyo efecto fue mejor que el de un cachetazo para varios-. Tampoco es que todos estamos tan bien y sin problemas.
-Siempre negativa eh- opinó Judal relajado.
-Mirá quién habla- bromeó Kaileena.
Sorprendentemente, los “prometidos” no parecían estar realmente preocupados al respecto de su arreglado e indeseado casamiento. O al menos eso le pareció a Adelaida, quién la idea del casamiento le seguía resultando de lo más repugnante. O ellos estaban completamente seguros de qué no se iban a casar o a o era otro motivo que la joven no lograba pensar en ese momento.
Bostezó. Ya era de noche y, por si fuera poco, la noche anterior por haber discutido con Judal no había descansado bien. Sus párpados comenzaron a pesarles, mientras ladeó la cabeza unos centímetros y cerró los ojos durante unos segundos, para después abrirlos con un sonoro respingo.
-Estás cansada- le dijo Judal mirándola fijamente.
-No descansé bien ayer- le comentó ella restándole importancia- No es nada grave.
Como acto reflejo al bostezo de la pelinegra, su amigo rubio también bostezó.
-Será mejor que nos vayamos- opinó Marsú, al ver como Kaileena cerraba los ojos adormilada.
-Tienes razón- coincidió Shuu-. Todos estamos cansados.
Caleb ayudó la pelirroja a levantarse y, una vez que se despidieron, se marcharon de allí.
Adelaida no esperó más, se lavó los dientes y fue directo a la cama.
Se regodeó con la suavidad de las sábanas, con la comodidad de la almohada, mientras cerraba los ojos y una sonrisa se dibujaba en su rostro.
Sintió un movimiento brusco y, cuando se dio vuelta, encontró los ojos de Judal a escasos centímetros de los suyos, mientras sus manos abrazaban su cintura.
Judal la besó unos minutos, recordándole que esa noche dormiría en la misma cama con él y que debía sobrevivir a cualquier cosa que pudiera pasarle. El hecho de que Judal esté a su lado en una cama entraba en la lista de cosas de las que debía preocuparse.
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Tanto Ali como yo tenemos sueño, la diferencia es que ella tiene un Judal para apachuchar.
¿Dónde está el mío?
El muchacho se mordió el labio, sabiendo que sería inútil discutir con Judal, porque el rey lo conseguía todo, ni más ni menos; aún así, su enojo cada vez se incrementaba más al ver como el mucho se aprovechaba de la situación y rodeaba la hermosa figura de Kaileena entre sus brazos. ¿Qué no tenía suficiente estando con su mejor amiga?
Adelaida le dirigió una mirada consoladora a Caleb y el muchacho suspiró, sabiendo que el gesto de su amigo no era ni más ni menos que un indicio para que se resignara y no se hiciera mala sangre tan rápido. Pero era más difícil hacerlo que decirlo.
Siguió sentado en la pequeña cocina, la cual, con toda esa gente, parecía más pequeña de lo que verdaderamente era.
-¿No sienten qué está todo muy tranquilo?- preguntó, de la nada, Marsí.
-¿A qué te refieres?- inquirió Kaileena. Los ojos del Magi se posaron en ellas.
-No nos ha pasado nada realmente grave- explicó Marsú-. No hubo grandes peleas a pesar de los muchos que eran en esa diminuta habitación- Ya saben, siempre alguno de nosotros pasa por un momento complicado, aunque en este caso ninguno de nosotros tiene una cuestión tan difícil.
Kaleena asintió, y Caleb, para su pesar, debía reconocer eso.
-Tienes razón- confesó Adelaida-. De cualquier manera, te entiendo. Es como que alguien de nosotros sí o sí tiene que pasar un mal momento. Ninguno de nosotros está relajado y sin problemas al mismo tiempo.
-Hasta ahora- agregó Shuu con una sonrisa-. ¿Todo se solucionó verdad?- preguntó, más que nada observando a Caleb y a Kaileena.
-Sí- dijo ella, tomando la mano el joven rubio con una sonrisa tímida, mientras las mejillas del muchacho se teñían de un suave tono rosáceo.
Instantáneamente, los ojos rojos de Shuu se posaron en Marsú, quién ni siquiera se dignó en mirarlo y se mantuvo al margen de la situación. ¿Estaba mal por Kaileena? No tanto cómo habría podido imaginarse, quizás porque sabía que la joven sorprendentemente amaba al idiota homosexual ese, y nada ni nadie iba a cambiar su opinión. Él sólo era alguien muy querido para ella, no amado.
-Les recuerdo que Judal y Kaileena aún van a casarse- comentó Adelaida, con ese comentario cuyo efecto fue mejor que el de un cachetazo para varios-. Tampoco es que todos estamos tan bien y sin problemas.
-Siempre negativa eh- opinó Judal relajado.
-Mirá quién habla- bromeó Kaileena.
Sorprendentemente, los “prometidos” no parecían estar realmente preocupados al respecto de su arreglado e indeseado casamiento. O al menos eso le pareció a Adelaida, quién la idea del casamiento le seguía resultando de lo más repugnante. O ellos estaban completamente seguros de qué no se iban a casar o a o era otro motivo que la joven no lograba pensar en ese momento.
Bostezó. Ya era de noche y, por si fuera poco, la noche anterior por haber discutido con Judal no había descansado bien. Sus párpados comenzaron a pesarles, mientras ladeó la cabeza unos centímetros y cerró los ojos durante unos segundos, para después abrirlos con un sonoro respingo.
-Estás cansada- le dijo Judal mirándola fijamente.
-No descansé bien ayer- le comentó ella restándole importancia- No es nada grave.
Como acto reflejo al bostezo de la pelinegra, su amigo rubio también bostezó.
-Será mejor que nos vayamos- opinó Marsú, al ver como Kaileena cerraba los ojos adormilada.
-Tienes razón- coincidió Shuu-. Todos estamos cansados.
Caleb ayudó la pelirroja a levantarse y, una vez que se despidieron, se marcharon de allí.
Adelaida no esperó más, se lavó los dientes y fue directo a la cama.
Se regodeó con la suavidad de las sábanas, con la comodidad de la almohada, mientras cerraba los ojos y una sonrisa se dibujaba en su rostro.
Sintió un movimiento brusco y, cuando se dio vuelta, encontró los ojos de Judal a escasos centímetros de los suyos, mientras sus manos abrazaban su cintura.
Judal la besó unos minutos, recordándole que esa noche dormiría en la misma cama con él y que debía sobrevivir a cualquier cosa que pudiera pasarle. El hecho de que Judal esté a su lado en una cama entraba en la lista de cosas de las que debía preocuparse.
----------------------
Tanto Ali como yo tenemos sueño, la diferencia es que ella tiene un Judal para apachuchar.
¿Dónde está el mío?
Re: [Roll] The city of Babylonia~
Se desperesó lentamente. Se levantó para después ir a cambiarse.
Una vez terminó con todo salió camino a la cocina. Ingresó pero lo que encontró allí no era un desayuno. Mucho menos algo para comer.
- ¿Que hacés acá? - Preguntó Shuu sorprendido -
---------
- Buenos días - Saludó Judal cuando la muchacha se levantó - ¿Querés desayunar? - Preguntó mientras sonreía -
- Esto~ - La pelinegra se levantó para después bostezar - Seguro -
- Ten - Dijo mientras le extendía una bandeja - Comé lo que quieras -
- Se ve delicioso - Murmuro mientras sonreía -
- Lo sé - Dijo mientras sonreía de lado -
- Estan llamando - Dijo Adelaida mientras señalaba la puerta -
- ¿Quién será? - Maldijo Judal mientras se levantaba a ver. Cuando abrió solo se encontró con la cara de pánico de su hermano mayor - ¿Que pasa Shuu? - Preguntó pero solo pudo ser halado afuera - ¿¡Que mierda..!? - Ese pelinegro observó a quién acompañaba a su hermano - Oh~ mierda -
- ¿Que pasa? - Preguntó Adelaida desde adentro dispuesta a salir -
- ¡Espera~! - Suplicó Judal mientras se asomaba adentro - Vos desayuna que esto~ - Ese ojirojo se giró para ver a su hermano. Después de renegar un poco finalmente suspiró - Quedate que ya regreso - Dijo para después cerrar rápidamente -
- ¡Espera Judal~! - La ojiceleste abrió la puerta pero ya no encontró a nadie allí - Pendejo pelotudo me las va a pagar - Maldijo para después cerrar nuevamente -
- ¿¡Como se te ocurre venir hasta acá!? - Estalló en susurros Judal. Se había escondido -
- No se me ocurría nada mejor - Contestó en el mismo tono de voz para después levantarse -
- Vamos a buscar a Kaileena - Dijo Judal mientras tomaba la mano del desconocido para que se levantara -
- ¿Estas seguro? - Preguntó Shuu mientras suspiraba -
- Esta aquí por ella ¿No~? - Preguntó a lo que ese tercero contestó -
- Si - Murmuro simplemente - Pero no tenía idea de donde buscar -
- Vamos - Dijo Judal mientras comenzaba a caminar seguido de los dos jovenes -
--------
- ¡Kaileena~! - Llamó Judal mientras golpeaba la puerta con insistencia - ¡Kaileena~! - Llamó nuevamente - Mierda - Murmuro ese pelinegro mientras pateaba la puerta para abrirla -
- ¿¡Que carajo te pasa!? - Preguntó Caleb intentando no despertar a Kaileena que estaba durmiendo a su lado mientras él leía un libro -
- ¿Querés saber que me pasa? - Preguntó Judal para después tomar al desconocido suavemente por la muñeca - Es mi sorpresa de esta mañana - Dijo mientras le obligaba a dar unos pasos hacia adelante - Te lo presento -
- ... - Caleb levantó la mirada del libro para después sonrojarse levemente - ¿¡Eh~!? -
- Ah~ - Ese desconocido hiso una leve reverencia para presentarse - Me llamó Farah -
- Es hermana de Kaileena - Finalizó Judal a lo que Caleb casi se desmaya. Eran igualmente hermosas -
- ¿Kaileena~? - Llamó Shuu con cuidado para ver como la pelirroja se desperasaba levemente - Creo que tendrías que ver esto - Susurro. Cuando Kaileena abrió los ojos se encontró con la sonrisa de su hermana -
- ¿¡Farah!? - Exclamó mientras se levantaba rápidamente -
- Hola Kaileena - Saludó con una sonrisa -
- Sorpresa~ - Murmuro Judal ante la sorpresa de la pelirroja. Sonrió ante el evidente desconcierto de Caleb - ¿Verdad que toda la familia de Kaileena es hermosa? - Preguntó en susurros -
- Cerrá la boca - Le acusó el rubio mientras se levantaba -
--------------------------------------------------------------------
sajsaksjaksa Quilombos a mi (?)
Paso a presentar rápidamente~
Farah Noir~ (Hermana de Kaileena)
Pareja: Shuu Magi
Lamentablemente antes de estar con Shuu va a tener que padecer un poco (?) ~ sjaksjaksa
Una vez terminó con todo salió camino a la cocina. Ingresó pero lo que encontró allí no era un desayuno. Mucho menos algo para comer.
- ¿Que hacés acá? - Preguntó Shuu sorprendido -
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- Buenos días - Saludó Judal cuando la muchacha se levantó - ¿Querés desayunar? - Preguntó mientras sonreía -
- Esto~ - La pelinegra se levantó para después bostezar - Seguro -
- Ten - Dijo mientras le extendía una bandeja - Comé lo que quieras -
- Se ve delicioso - Murmuro mientras sonreía -
- Lo sé - Dijo mientras sonreía de lado -
- Estan llamando - Dijo Adelaida mientras señalaba la puerta -
- ¿Quién será? - Maldijo Judal mientras se levantaba a ver. Cuando abrió solo se encontró con la cara de pánico de su hermano mayor - ¿Que pasa Shuu? - Preguntó pero solo pudo ser halado afuera - ¿¡Que mierda..!? - Ese pelinegro observó a quién acompañaba a su hermano - Oh~ mierda -
- ¿Que pasa? - Preguntó Adelaida desde adentro dispuesta a salir -
- ¡Espera~! - Suplicó Judal mientras se asomaba adentro - Vos desayuna que esto~ - Ese ojirojo se giró para ver a su hermano. Después de renegar un poco finalmente suspiró - Quedate que ya regreso - Dijo para después cerrar rápidamente -
- ¡Espera Judal~! - La ojiceleste abrió la puerta pero ya no encontró a nadie allí - Pendejo pelotudo me las va a pagar - Maldijo para después cerrar nuevamente -
- ¿¡Como se te ocurre venir hasta acá!? - Estalló en susurros Judal. Se había escondido -
- No se me ocurría nada mejor - Contestó en el mismo tono de voz para después levantarse -
- Vamos a buscar a Kaileena - Dijo Judal mientras tomaba la mano del desconocido para que se levantara -
- ¿Estas seguro? - Preguntó Shuu mientras suspiraba -
- Esta aquí por ella ¿No~? - Preguntó a lo que ese tercero contestó -
- Si - Murmuro simplemente - Pero no tenía idea de donde buscar -
- Vamos - Dijo Judal mientras comenzaba a caminar seguido de los dos jovenes -
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- ¡Kaileena~! - Llamó Judal mientras golpeaba la puerta con insistencia - ¡Kaileena~! - Llamó nuevamente - Mierda - Murmuro ese pelinegro mientras pateaba la puerta para abrirla -
- ¿¡Que carajo te pasa!? - Preguntó Caleb intentando no despertar a Kaileena que estaba durmiendo a su lado mientras él leía un libro -
- ¿Querés saber que me pasa? - Preguntó Judal para después tomar al desconocido suavemente por la muñeca - Es mi sorpresa de esta mañana - Dijo mientras le obligaba a dar unos pasos hacia adelante - Te lo presento -
- ... - Caleb levantó la mirada del libro para después sonrojarse levemente - ¿¡Eh~!? -
- Ah~ - Ese desconocido hiso una leve reverencia para presentarse - Me llamó Farah -
- Es hermana de Kaileena - Finalizó Judal a lo que Caleb casi se desmaya. Eran igualmente hermosas -
- ¿Kaileena~? - Llamó Shuu con cuidado para ver como la pelirroja se desperasaba levemente - Creo que tendrías que ver esto - Susurro. Cuando Kaileena abrió los ojos se encontró con la sonrisa de su hermana -
- ¿¡Farah!? - Exclamó mientras se levantaba rápidamente -
- Hola Kaileena - Saludó con una sonrisa -
- Sorpresa~ - Murmuro Judal ante la sorpresa de la pelirroja. Sonrió ante el evidente desconcierto de Caleb - ¿Verdad que toda la familia de Kaileena es hermosa? - Preguntó en susurros -
- Cerrá la boca - Le acusó el rubio mientras se levantaba -
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sajsaksjaksa Quilombos a mi (?)
Paso a presentar rápidamente~
Farah Noir~ (Hermana de Kaileena)
- Spoiler:
Pareja: Shuu Magi
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Re: [Roll] The city of Babylonia~
-No puedo creerlo…¡Es tan bonito!- exclamó Farah abrazando a Caleb, el cual se sonrojó notoriamente. Kaileena carraspeó enojada.
-Olvidé decirte que ambas tienen gustos extraños- acotó Judal con una sonrisa relajada- Hermosas pero con un gusto de mierda, que desperdicio.
-Farah- dijo la pelirroja tirando de su hermana para presentárselo al rubio- Caleb, te presento a Farah, mi hermana. Farah, el es Caleb, mi novio.
La joven abrió la boca desconcertada durante unos segundos, luego recompuso rápidamente la compostura.
-Encantada- murmuró ella con una linda sonrisa. Caleb, aún sonrojado, murmuró un bajo y prácticamente inaudible “igualmente”.
-¿Y Adelaida? – se percató Shuu de repente, notando la ausencia de la joven de cabellos azabaches.
-Le dije que se quedara en el rancho ese- le explicó su hermano.
-¿Quién es?- preguntó la joven de ojos ámbar con curiosidad.
-Mi novia- respondió Judal, la joven abrió aún más sus grandes ojos asombrada.
-¡No puedo creerlo! ¿Vos enamorado?- preguntó ella esbozando una sonrisa divertida-. Hazme recordar que grabe este momento.
-Sí, a mi también me resulta increíble- opinó Judal con una risa relajada.
-Espero que no la uses como a todas las demás chicas Judal – comentó ella, pestañeando y dándole un aspecto tierno a su personalidad. Caleb notó que todas las actitudes de esa muchacha eran encantadoramente lindas. También se percató de que ella era consciente de eso, y se preguntó si no exageraba un poco sus actitudes para aparentar ser más atractiva de lo que ya era (algo que consideraba totalmente imposible. Ya era demasiado atractiva, no parecía humanamente posible ello).
-Será mejor que preparemos todo para esta noche- opinó Judal.
-¿Por qué?- preguntó Caleb.
-Pelotudo, hay que celebrar la llegada de Farah y su reencuentro con Kaileena- le contestó el muchacho, como si eso fuera obvio.
-Ustedes los ricos hacen fiestas por nada – comentó Caleb a la defensiva. Y era la verdad, a Adelaida y a él jamás se les habría ocurrido una celebración por la llegada de alguien, es más, cuando se reencontraron ambos después de catorce años, sólo decidieron salir a caminar por la noche porque era el cumpleaños de Adelaida y hacía muchísimos años que no se veían; no se les pasó por la cabeza nada de celebrarlos con cenas elegantes como hacían normalmente en el palacio.
-¿Mi llegada no es importante para una celebración?- preguntó Farah con tono inocente, mirándolo fijamente y haciendo puchero.
-Emmm…sí lo es- respondió Caleb sonrojado, mientras trataba de disimularlo. Esas actitudes lo ponían nervioso.
Kaileena frunció el ceño, molesta por esa actitud de su hermana. Farah siempre era tan…Farah. Sabía que se comportaba de la misma manera con todo el mundo, con su aspecto encantador, pero le molestaba que lo hiciera frente a Caleb. Y, más aún, que el joven no opusiera resistencia alguna, tanto Judal como Shuu e incluso Lear cuando estuvieron en presencia de su hermana supieron comportarse cómo correspondían, manteniendo una actitud serena.
Pero Caleb, quien era tan…temperamental –por llamarlo de alguna manera- se sonrojaba y titubeaba nervioso. Algo que a ella no le agradaba para nada.
Lo sabía: estaba celosa.
Pero tenía motivos…¿verdad?
Suspiró, tratando de actuar con normalidad, aunque sintió en seguida la mirada de reojo de Judal y supo que su mejor amigo se había dado cuenta de qué algo le estaba pasando.
Conociendo a Judal, ya habría deducido rápidamente lo que pasaba.
Y, también, de que hablaría con ella ni bien tuviera oportunidad.
-Kaileena, ¿me acompañas al despacho? Necesito que firmes unos papeles- le pidió el pelinegro.
La joven de ojos zafiros dedujo en seguida la mentira del muchacho y agradeció a su amigo por la consideración. Asintió con un gesto silencioso con la cabeza.
-Será mejor que te acomodes en tu cuarto Farah- le recomendó Judal, lanzándole unas llaves que la joven atrapó-. Es la 234.
-De acuerdo- asintió ella, saludando a todos con un gesto amigable y marchándose de la habitación.
Shuu la imitó y Judal le dirigió una mierda desconfiada. Había algo en su hermano que no le cuadraba demasiado.
Finalmente, los dos jóvenes se marcharon, dejando a Caleb sólo en la habitación.
------------------------------------------------
-¿Qué pasó?- le preguntó Judal mientras caminaba junto con su amiga por los pasillos.
-Lo notaste, Caleb anda embobado y comportándose como un idiota mirando a Farah.
-Que novedad: Caleb actuando como pelotudo- repuso el rey con sarcasmo.
-¡Judal! Es serio- pidió Kaileena. El pelinegro suspiró.
-De acuerdo, ¿mi consejo? Dejá a ese pelotudo pajero de una vez.
-Pensé que me quería más, que me respetaría más- murmuró Kaileena, mientras las lágrimas amenazaban con salir de sus ojos. Judal la abrazó con cariño.
--------------------------------------------
Alguien golpeó la puerta, Adelaida fue a abrir.
-¿Shuu?- preguntó extrañada.
-Olvidé decirte que ambas tienen gustos extraños- acotó Judal con una sonrisa relajada- Hermosas pero con un gusto de mierda, que desperdicio.
-Farah- dijo la pelirroja tirando de su hermana para presentárselo al rubio- Caleb, te presento a Farah, mi hermana. Farah, el es Caleb, mi novio.
La joven abrió la boca desconcertada durante unos segundos, luego recompuso rápidamente la compostura.
-Encantada- murmuró ella con una linda sonrisa. Caleb, aún sonrojado, murmuró un bajo y prácticamente inaudible “igualmente”.
-¿Y Adelaida? – se percató Shuu de repente, notando la ausencia de la joven de cabellos azabaches.
-Le dije que se quedara en el rancho ese- le explicó su hermano.
-¿Quién es?- preguntó la joven de ojos ámbar con curiosidad.
-Mi novia- respondió Judal, la joven abrió aún más sus grandes ojos asombrada.
-¡No puedo creerlo! ¿Vos enamorado?- preguntó ella esbozando una sonrisa divertida-. Hazme recordar que grabe este momento.
-Sí, a mi también me resulta increíble- opinó Judal con una risa relajada.
-Espero que no la uses como a todas las demás chicas Judal – comentó ella, pestañeando y dándole un aspecto tierno a su personalidad. Caleb notó que todas las actitudes de esa muchacha eran encantadoramente lindas. También se percató de que ella era consciente de eso, y se preguntó si no exageraba un poco sus actitudes para aparentar ser más atractiva de lo que ya era (algo que consideraba totalmente imposible. Ya era demasiado atractiva, no parecía humanamente posible ello).
-Será mejor que preparemos todo para esta noche- opinó Judal.
-¿Por qué?- preguntó Caleb.
-Pelotudo, hay que celebrar la llegada de Farah y su reencuentro con Kaileena- le contestó el muchacho, como si eso fuera obvio.
-Ustedes los ricos hacen fiestas por nada – comentó Caleb a la defensiva. Y era la verdad, a Adelaida y a él jamás se les habría ocurrido una celebración por la llegada de alguien, es más, cuando se reencontraron ambos después de catorce años, sólo decidieron salir a caminar por la noche porque era el cumpleaños de Adelaida y hacía muchísimos años que no se veían; no se les pasó por la cabeza nada de celebrarlos con cenas elegantes como hacían normalmente en el palacio.
-¿Mi llegada no es importante para una celebración?- preguntó Farah con tono inocente, mirándolo fijamente y haciendo puchero.
-Emmm…sí lo es- respondió Caleb sonrojado, mientras trataba de disimularlo. Esas actitudes lo ponían nervioso.
Kaileena frunció el ceño, molesta por esa actitud de su hermana. Farah siempre era tan…Farah. Sabía que se comportaba de la misma manera con todo el mundo, con su aspecto encantador, pero le molestaba que lo hiciera frente a Caleb. Y, más aún, que el joven no opusiera resistencia alguna, tanto Judal como Shuu e incluso Lear cuando estuvieron en presencia de su hermana supieron comportarse cómo correspondían, manteniendo una actitud serena.
Pero Caleb, quien era tan…temperamental –por llamarlo de alguna manera- se sonrojaba y titubeaba nervioso. Algo que a ella no le agradaba para nada.
Lo sabía: estaba celosa.
Pero tenía motivos…¿verdad?
Suspiró, tratando de actuar con normalidad, aunque sintió en seguida la mirada de reojo de Judal y supo que su mejor amigo se había dado cuenta de qué algo le estaba pasando.
Conociendo a Judal, ya habría deducido rápidamente lo que pasaba.
Y, también, de que hablaría con ella ni bien tuviera oportunidad.
-Kaileena, ¿me acompañas al despacho? Necesito que firmes unos papeles- le pidió el pelinegro.
La joven de ojos zafiros dedujo en seguida la mentira del muchacho y agradeció a su amigo por la consideración. Asintió con un gesto silencioso con la cabeza.
-Será mejor que te acomodes en tu cuarto Farah- le recomendó Judal, lanzándole unas llaves que la joven atrapó-. Es la 234.
-De acuerdo- asintió ella, saludando a todos con un gesto amigable y marchándose de la habitación.
Shuu la imitó y Judal le dirigió una mierda desconfiada. Había algo en su hermano que no le cuadraba demasiado.
Finalmente, los dos jóvenes se marcharon, dejando a Caleb sólo en la habitación.
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-¿Qué pasó?- le preguntó Judal mientras caminaba junto con su amiga por los pasillos.
-Lo notaste, Caleb anda embobado y comportándose como un idiota mirando a Farah.
-Que novedad: Caleb actuando como pelotudo- repuso el rey con sarcasmo.
-¡Judal! Es serio- pidió Kaileena. El pelinegro suspiró.
-De acuerdo, ¿mi consejo? Dejá a ese pelotudo pajero de una vez.
-Pensé que me quería más, que me respetaría más- murmuró Kaileena, mientras las lágrimas amenazaban con salir de sus ojos. Judal la abrazó con cariño.
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Alguien golpeó la puerta, Adelaida fue a abrir.
-¿Shuu?- preguntó extrañada.
Re: [Roll] The city of Babylonia~
- Kaileena - Susurro Judal para después besar su mejilla - Tranquila - Murmuro mientras la abrazaba nuevamente -
- ¿Hermana? - Susurro Farah. Podía ver lo que pasaba desde comenzaban los pasillos -
- ¿Farah? - Ella se giró asustada para ver los celestes de Caleb que la miraban sin entender - ¿Qué..? - La castaña posó suavemente su mano sobre los labios del muchacho -
- Sh~ - Esa castaña posó su dedo sobre sus labios para indicar silencio - Quiero.. - Ella se giró para poder seguir mirando pero nadie estaba allí -
- ¿Qué? - Preguntó con las mejillas teñidas de carmín -
- Deja~ - Susurró para después suspirar - Nada~ - Murmuró para después sacar su mano de los labios de Caleb -
- ¿Segura? - Preguntó confundido -
- Si - Dijo para después sonreír - ¿Buscabas a alguien? - Preguntó -
- Si~ - Dijo levemente avergonzado - Pero realmente no importa - Susurro mientras bajaba levemente la mirada -
- Y~ ¿Estas seguro? - Preguntó mientras rozaba suavemente su mano con la mejilla de Caleb -
- Eh~ S-Si - Respondió avergonzado -
- Entonces~ - Farah le miró para después sonreír - ¿Me ayudas a desempacar? - Preguntó mientras tomaba suavemente la manga de la polera de Caleb - Son pocas cosas -
Caleb se quedó pensando en que aquella castaña era hermosa. Cada gesto que ella realizaba era adorable. Encantadormente lindo. Cautivante.
Se pasó la mano por los cabellos. Seguramente tenía las mejillas coloradas; pensar aquello le ponía peor.
Se dijo mentalmente que aquellos pensamientos no debían estar en su cabeza. Pero no solo estaban si no que él mismo los formulaba.
- ¿Caleb? - Susurró Farah - Si estas ocupado no te preocupes - Dijo mientras sonreía levemente -
- Te ayudaré - Contestó mientras sonreía -
- Gracias~ - Susurro ella mientras comenzaba a caminar -
- ... - Caleb que quedó mirando como esa castaña se alejaba del lugar donde habían estado conversando. Sin pensar siquiera comenzó a seguir a la ojiámbar -
----------
- Pará - Suplicó Judal mientras se sentaba en la cama también - Sabés que no me gusta que llorés - Dijo pero la peliroja ni se inmutó - Ven - Dijo mientras la rodeaba con sus brazos -
- Perdoname - Susurro mientras escondía esa hermosa mirada turquesa - Pero no puedo parar -
- Duele - Susurro ese pelinegro mientras le besaba la cabeza - Es por eso -
- ¿Por qué? - Murmuro la peliroja mientras dejaba escapar un respingo a causa del llanto -
- Por qué lo querés - Susurro esta vez. Su sonaba levemente rencorosa - Es por eso Kaileena -
- Debés pensar que soy una estúpida - Murmuro avergonzada mientras apretaba con su mano las sábanas de la cama -
- No~ - Respondió con enojo disimulado - Realmente eso no es lo que estoy pensando ahora -
----------
- ¿Qué pasa? - Preguntó Adelaida mientras miraba a Shuu confundida -
- Esto~ Supongo que querés saber por qué me llevé a Judal de repente esta mañana - Susurro avergonzado -
- Pasá - Suplicó mientras le daba paso -
- Gracias - Susurro mientras se sentaba en una silla - Saqué a Judal por que Farah llegó al palacio -
- ¿Farah? - Preguntó Adelaida mientras ponía a calentar un poco de agua -
- Es la hermana de Kaileena - Dijo con las mejillas sonrosadas -
- ¿¡Hermana de Kaileena!? - Preguntó sorprendida mientras se agarraba de la silla que estaba delante de ella - O sea que.. -
- Es cuñada de Caleb - Interrumpió Shuu para despues sonreír - ¿Eso? -
- S-Si - Susurro pálida - Pobre Caleb - Susurro preocupada -
- Realmente~ - Shuu se quedó pensando - Su cara fue~ Fue como~ - Ese ojirojo se quedó mirando a Adelaida buscando la palabra necesaria -
- ¿Pelotudo? - Preguntó mientras se tomaba la cabeza con una mano -
- No~ - Respondió para sorpresa de Adelaida -
- ¿¡No!? - Preguntó sorprendida - ¿Entonces? -
- Como De~ Sorpresa - Susurro mientras observaba la taza que Adelaida había dejado sobre la mesa unos segundos antes - Estaba sonrojado. Bastante sonrojado -
- Que infeliz - Murmuro Adelaida mientras se agarraba la cabeza -
- Espera Adelaida - Suplicó Shuu para después tomar la taza con cuidado - No podés culpar a Caleb por eso -
- ¿Por qué? - Preguntó - Sale con Kaileena -
- Lo sé - Respondió ese pelinegro mientras probaba su café - Pero cuando veas a Farah sabrás que es comprensible -
- ¿Tan linda es? - Preguntó levemente celosa. Esa Farah estaba en el palacio ahora igual que Judal -
- Me parece que no estas entendiendome - Dijo mientras dejaba la taza sobre la mesa - Es hermosa pero cuando la veas sabrás que cada gesto que Farah hace es solo para que se vea más encantadora -
- ¿Eh~? - La pelinegra inclinó levemente la cabeza sin enteder -
- Cuando lo veas entenderás - Murmuro para después sonreír -
----------
- Cargaste con poco - Murmuro Caleb cuando observó la pequeña mochila que descansaba sobre una desnuda cama - Sorprendente -
- ¿Ves? - Dijo mientras sonreía - Tardaremos poco -
- Realmente pensé que cargarías con más cosas - Murmuro. Sencillamente pensaba eso por que pertenecía al círculo de conocidos de Judal -
- ¿Como Judal~? - Preguntó para después echarse a reír - Quiero muchícimo a Judal pero creo que exagera con algunas cosas -
- ¿En qué exagera? - Preguntó Caleb sorprendido. Quería escuchar que más iba a decir esa castaña -
- Bueno~ - Farah se puso una mano en la cabeza - Cuando le dice pobre a la gente media - Murmuro mientras se lo pensaba - Esas personas no son pobres solo son.. -
- Normales - Completó Caleb. Farah Levantó la mirada sorprendida para encontrarse con los celestes cálidos de Caleb - Gracias por eso -
- ¿Eh~? - Susurro levemente sonrojada - Pero no dije nada relevante -
- Si - Contradijo con tranquilidad - Si dijiste algo relevante -
- ¿Hermana? - Susurro Farah. Podía ver lo que pasaba desde comenzaban los pasillos -
- ¿Farah? - Ella se giró asustada para ver los celestes de Caleb que la miraban sin entender - ¿Qué..? - La castaña posó suavemente su mano sobre los labios del muchacho -
- Sh~ - Esa castaña posó su dedo sobre sus labios para indicar silencio - Quiero.. - Ella se giró para poder seguir mirando pero nadie estaba allí -
- ¿Qué? - Preguntó con las mejillas teñidas de carmín -
- Deja~ - Susurró para después suspirar - Nada~ - Murmuró para después sacar su mano de los labios de Caleb -
- ¿Segura? - Preguntó confundido -
- Si - Dijo para después sonreír - ¿Buscabas a alguien? - Preguntó -
- Si~ - Dijo levemente avergonzado - Pero realmente no importa - Susurro mientras bajaba levemente la mirada -
- Y~ ¿Estas seguro? - Preguntó mientras rozaba suavemente su mano con la mejilla de Caleb -
- Eh~ S-Si - Respondió avergonzado -
- Entonces~ - Farah le miró para después sonreír - ¿Me ayudas a desempacar? - Preguntó mientras tomaba suavemente la manga de la polera de Caleb - Son pocas cosas -
Caleb se quedó pensando en que aquella castaña era hermosa. Cada gesto que ella realizaba era adorable. Encantadormente lindo. Cautivante.
Se pasó la mano por los cabellos. Seguramente tenía las mejillas coloradas; pensar aquello le ponía peor.
Se dijo mentalmente que aquellos pensamientos no debían estar en su cabeza. Pero no solo estaban si no que él mismo los formulaba.
- ¿Caleb? - Susurró Farah - Si estas ocupado no te preocupes - Dijo mientras sonreía levemente -
- Te ayudaré - Contestó mientras sonreía -
- Gracias~ - Susurro ella mientras comenzaba a caminar -
- ... - Caleb que quedó mirando como esa castaña se alejaba del lugar donde habían estado conversando. Sin pensar siquiera comenzó a seguir a la ojiámbar -
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- Pará - Suplicó Judal mientras se sentaba en la cama también - Sabés que no me gusta que llorés - Dijo pero la peliroja ni se inmutó - Ven - Dijo mientras la rodeaba con sus brazos -
- Perdoname - Susurro mientras escondía esa hermosa mirada turquesa - Pero no puedo parar -
- Duele - Susurro ese pelinegro mientras le besaba la cabeza - Es por eso -
- ¿Por qué? - Murmuro la peliroja mientras dejaba escapar un respingo a causa del llanto -
- Por qué lo querés - Susurro esta vez. Su sonaba levemente rencorosa - Es por eso Kaileena -
- Debés pensar que soy una estúpida - Murmuro avergonzada mientras apretaba con su mano las sábanas de la cama -
- No~ - Respondió con enojo disimulado - Realmente eso no es lo que estoy pensando ahora -
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- ¿Qué pasa? - Preguntó Adelaida mientras miraba a Shuu confundida -
- Esto~ Supongo que querés saber por qué me llevé a Judal de repente esta mañana - Susurro avergonzado -
- Pasá - Suplicó mientras le daba paso -
- Gracias - Susurro mientras se sentaba en una silla - Saqué a Judal por que Farah llegó al palacio -
- ¿Farah? - Preguntó Adelaida mientras ponía a calentar un poco de agua -
- Es la hermana de Kaileena - Dijo con las mejillas sonrosadas -
- ¿¡Hermana de Kaileena!? - Preguntó sorprendida mientras se agarraba de la silla que estaba delante de ella - O sea que.. -
- Es cuñada de Caleb - Interrumpió Shuu para despues sonreír - ¿Eso? -
- S-Si - Susurro pálida - Pobre Caleb - Susurro preocupada -
- Realmente~ - Shuu se quedó pensando - Su cara fue~ Fue como~ - Ese ojirojo se quedó mirando a Adelaida buscando la palabra necesaria -
- ¿Pelotudo? - Preguntó mientras se tomaba la cabeza con una mano -
- No~ - Respondió para sorpresa de Adelaida -
- ¿¡No!? - Preguntó sorprendida - ¿Entonces? -
- Como De~ Sorpresa - Susurro mientras observaba la taza que Adelaida había dejado sobre la mesa unos segundos antes - Estaba sonrojado. Bastante sonrojado -
- Que infeliz - Murmuro Adelaida mientras se agarraba la cabeza -
- Espera Adelaida - Suplicó Shuu para después tomar la taza con cuidado - No podés culpar a Caleb por eso -
- ¿Por qué? - Preguntó - Sale con Kaileena -
- Lo sé - Respondió ese pelinegro mientras probaba su café - Pero cuando veas a Farah sabrás que es comprensible -
- ¿Tan linda es? - Preguntó levemente celosa. Esa Farah estaba en el palacio ahora igual que Judal -
- Me parece que no estas entendiendome - Dijo mientras dejaba la taza sobre la mesa - Es hermosa pero cuando la veas sabrás que cada gesto que Farah hace es solo para que se vea más encantadora -
- ¿Eh~? - La pelinegra inclinó levemente la cabeza sin enteder -
- Cuando lo veas entenderás - Murmuro para después sonreír -
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- Cargaste con poco - Murmuro Caleb cuando observó la pequeña mochila que descansaba sobre una desnuda cama - Sorprendente -
- ¿Ves? - Dijo mientras sonreía - Tardaremos poco -
- Realmente pensé que cargarías con más cosas - Murmuro. Sencillamente pensaba eso por que pertenecía al círculo de conocidos de Judal -
- ¿Como Judal~? - Preguntó para después echarse a reír - Quiero muchícimo a Judal pero creo que exagera con algunas cosas -
- ¿En qué exagera? - Preguntó Caleb sorprendido. Quería escuchar que más iba a decir esa castaña -
- Bueno~ - Farah se puso una mano en la cabeza - Cuando le dice pobre a la gente media - Murmuro mientras se lo pensaba - Esas personas no son pobres solo son.. -
- Normales - Completó Caleb. Farah Levantó la mirada sorprendida para encontrarse con los celestes cálidos de Caleb - Gracias por eso -
- ¿Eh~? - Susurro levemente sonrojada - Pero no dije nada relevante -
- Si - Contradijo con tranquilidad - Si dijiste algo relevante -
Tooru- **Full*Contest**
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Edad : 29
Cumpleaños!! : 31/03/1995
Mi llegada : 26/03/2009
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Re: [Roll] The city of Babylonia~
Farah sonrío, pestañeando más de lo que era normal, dándole un aspecto aún más encantador a ese juvenil aspecto. Caleb desvío la mirada avergonzado, mientras sus mejillas continuaban sonrojada. Sentía que estaba mal en eso, en que se pusiera nervioso viendo a Farah, en que pensara que ella era totalmente dulce y encantadora.
Estaba mal. Algún punto en su interior se lo decía y eso lo hacía sentir culpable. Y, aún así, los pensamientos seguían allí, como intrusos que no debían estar.
Se mordió el labio y se levantó de golpe ante la mirada ámbar asombrada.
-¿Qué te pasa?- le preguntó ella asombrada.
-Tengo que irme- se disculpó Caleb evitando mirarla. Comenzó a caminar con rapidez-. Lo lamento.
-¡Espera! – exclamó ella, apurándose y tirando de la manga de su camisa. Caleb se quedó inmóvil, mientras su corazón retumbaba con fuerza cuando debía estar tranquilo. Nervioso, sacudió su mano levemente para que el suave agarre de ella se soltara. La muchacha divisó finalmente la espalda y los cabellos rubios del joven, que desaparecían por la puerta.
Caminó dando tumbos alejándose hasta que lo consideró suficiente. Se sentó en el suelo, observando por la ventana las aves que piaban relajadas sobre la rama de un árbol, y ocultó su cabeza entre sus manos, sin tener la más remota idea de qué hacer.
-------------------------------------------------------
-¿Cómo te sientes?- le preguntó Judal, abrazando a la joven que aún ocultaba su rostro en su pecho.
-Mal- murmuró ella hipando por el llanto-. Me siento mal.
-Relájate, no llores- le suplicó Judal besándole los cabellos sedosos pelirrojos.
-No puedo…
-No me gusta verte llorar- le dijo el muchacho, separándose unos centímetros de ella para verla cara a cara y limpiarle las lágrimas-. ¿Lo sabés verdad? Alguien como vos no merece derramar ninguna lágrima, sos demasiado buena para sufrir Kaileena.
La joven sonrío, con sus mejillas sonrojadas, aunque no sabía si era por ese halago o por el llanto. Quizás un poco de ambas.
Miró esos ojos azules como el mar, que tenían brillo por las lágrimas saladas que salían de ellos. Ella era hermosa en todo sentido, no merecía sufrir así.
Le besó la frente con suavidad, la muchacha esbozó una leve sonrisa.
-Así me gusta- opinó Judal con una bella media sonrisa-. Te ves más linda así.
-Gracias por todo Judal- le dijo ella con sinceridad-. Siempre estás cuando te necesito.
-Y siempre estaré- le aseguró el muchacho abrazándola. Jamás la dejaría, no importase lo que sucediese.
--------------------------------------------------------
Ella bebió el café, sin saber qué decir ni que responder. Le preocupaba Caleb, sentía que todo se iba a ir a la basura, que iba a haber quilombos. Porque siempre pasaba lo mismo, había paz, y de repente algo ocurría y todo cambiaba de un día para el otro, en cuestión de horas. Y esos cambios jamás eran buenos.
Su expresión habrá sido demasiado obvia, porque Shuu le dijo:
-Relájate.
-No puedo- confesó ella, terminando de un último trago un cuarto del café. Dejó la taza en la mesa, pensando que últimamente estaba tomando demasiado café, algo que no era para nada saludable-. Que apareciera Farah es un cambio. No me agradan los cambios.
-¿Por qué?- preguntó Shuu con curiosidad.
-Los cambios nunca son bueno, al menos para mí- repuso ella con una mueca-. Cuando murieron mis padres quedé pobre y casi me matan, cuando conocí a Judal…bueno, creo que ese fue el único cambio bueno, y el de haberme reencontrado con Caleb; aunque tuve varias peleas por eso, además de que el rey me torturó. Aunque no me arrepiento de nada- se apresura a decir ella-. Cuando apareció Marsú hubo quilombos, lo mismo con Lear y Nina. Siempre hay problemas. Me duele la cabeza ya de pensar el quilombo que se va a armar.
El joven sonrío.
-Los cambios aparecen por algo, ¿no te parece?- preguntó Shuu.
-No piensas eso cuando te están torturando, por ejemplo- le dijo ella con frialdad-. Creo que el único cambio bueno fue la muerte de tu padre. Y no me importa que te moleste mi comentario, lo odio y con razones.
-Relájate, ninguno de nosotros quiso a mi padre- le respondió el pelinegro, refiriéndose a sus otros dos hermanos-. Él jamás nos crío. Con la muerte de mi padre llegué a Babilonia, ¿fue un cambio bueno o malo?
Adelaida tomó las tazas vacías de café y se levantó para lavarlas, dándole la espalda a Shuu. Relajada, dijo:
-¡Por supuesto que bueno! – exclamó, sin mirarlo siquiera, lavando las tazas. El joven se sonrojó levemente, con una sonrisa de autosatisfacción-. Sos mi amigo, es obvio que el cambio fue para bien.
Y la sonrisa desapareció ante tales palabras. Adelaida terminó de secar los trastos y los guardó. Se dio vuelta para ver el rostro de Shuu.
-¿Qué te pasa?- preguntó preocupada ante esa expresión deprimida.
-Nada- dijo él levantándose-. Será mejor que me vaya.
-¡No te irás a ningún lado!- dijo la muchacha corriendo rápidamente hacia la puerta, y extendiendo los brazos, impidiendo el paso.
-Adelaida, por favor- pidió Shuu.
La muchacha se acercó al pelinegro y lo miró fijamente con sus grandes y bellas orbes color cielo.
-¿Qué te ocurre?- le preguntó- Algo te pasa.
-Adelaida…- suplicó él, incómodo ante la cercanía.
-No voy a salir hasta que no me respondas- le dijo ella con seguridad y terquedad,
Shuu suspiró, sin saber siquiera qué decir.
Estaba mal. Algún punto en su interior se lo decía y eso lo hacía sentir culpable. Y, aún así, los pensamientos seguían allí, como intrusos que no debían estar.
Se mordió el labio y se levantó de golpe ante la mirada ámbar asombrada.
-¿Qué te pasa?- le preguntó ella asombrada.
-Tengo que irme- se disculpó Caleb evitando mirarla. Comenzó a caminar con rapidez-. Lo lamento.
-¡Espera! – exclamó ella, apurándose y tirando de la manga de su camisa. Caleb se quedó inmóvil, mientras su corazón retumbaba con fuerza cuando debía estar tranquilo. Nervioso, sacudió su mano levemente para que el suave agarre de ella se soltara. La muchacha divisó finalmente la espalda y los cabellos rubios del joven, que desaparecían por la puerta.
Caminó dando tumbos alejándose hasta que lo consideró suficiente. Se sentó en el suelo, observando por la ventana las aves que piaban relajadas sobre la rama de un árbol, y ocultó su cabeza entre sus manos, sin tener la más remota idea de qué hacer.
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-¿Cómo te sientes?- le preguntó Judal, abrazando a la joven que aún ocultaba su rostro en su pecho.
-Mal- murmuró ella hipando por el llanto-. Me siento mal.
-Relájate, no llores- le suplicó Judal besándole los cabellos sedosos pelirrojos.
-No puedo…
-No me gusta verte llorar- le dijo el muchacho, separándose unos centímetros de ella para verla cara a cara y limpiarle las lágrimas-. ¿Lo sabés verdad? Alguien como vos no merece derramar ninguna lágrima, sos demasiado buena para sufrir Kaileena.
La joven sonrío, con sus mejillas sonrojadas, aunque no sabía si era por ese halago o por el llanto. Quizás un poco de ambas.
Miró esos ojos azules como el mar, que tenían brillo por las lágrimas saladas que salían de ellos. Ella era hermosa en todo sentido, no merecía sufrir así.
Le besó la frente con suavidad, la muchacha esbozó una leve sonrisa.
-Así me gusta- opinó Judal con una bella media sonrisa-. Te ves más linda así.
-Gracias por todo Judal- le dijo ella con sinceridad-. Siempre estás cuando te necesito.
-Y siempre estaré- le aseguró el muchacho abrazándola. Jamás la dejaría, no importase lo que sucediese.
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Ella bebió el café, sin saber qué decir ni que responder. Le preocupaba Caleb, sentía que todo se iba a ir a la basura, que iba a haber quilombos. Porque siempre pasaba lo mismo, había paz, y de repente algo ocurría y todo cambiaba de un día para el otro, en cuestión de horas. Y esos cambios jamás eran buenos.
Su expresión habrá sido demasiado obvia, porque Shuu le dijo:
-Relájate.
-No puedo- confesó ella, terminando de un último trago un cuarto del café. Dejó la taza en la mesa, pensando que últimamente estaba tomando demasiado café, algo que no era para nada saludable-. Que apareciera Farah es un cambio. No me agradan los cambios.
-¿Por qué?- preguntó Shuu con curiosidad.
-Los cambios nunca son bueno, al menos para mí- repuso ella con una mueca-. Cuando murieron mis padres quedé pobre y casi me matan, cuando conocí a Judal…bueno, creo que ese fue el único cambio bueno, y el de haberme reencontrado con Caleb; aunque tuve varias peleas por eso, además de que el rey me torturó. Aunque no me arrepiento de nada- se apresura a decir ella-. Cuando apareció Marsú hubo quilombos, lo mismo con Lear y Nina. Siempre hay problemas. Me duele la cabeza ya de pensar el quilombo que se va a armar.
El joven sonrío.
-Los cambios aparecen por algo, ¿no te parece?- preguntó Shuu.
-No piensas eso cuando te están torturando, por ejemplo- le dijo ella con frialdad-. Creo que el único cambio bueno fue la muerte de tu padre. Y no me importa que te moleste mi comentario, lo odio y con razones.
-Relájate, ninguno de nosotros quiso a mi padre- le respondió el pelinegro, refiriéndose a sus otros dos hermanos-. Él jamás nos crío. Con la muerte de mi padre llegué a Babilonia, ¿fue un cambio bueno o malo?
Adelaida tomó las tazas vacías de café y se levantó para lavarlas, dándole la espalda a Shuu. Relajada, dijo:
-¡Por supuesto que bueno! – exclamó, sin mirarlo siquiera, lavando las tazas. El joven se sonrojó levemente, con una sonrisa de autosatisfacción-. Sos mi amigo, es obvio que el cambio fue para bien.
Y la sonrisa desapareció ante tales palabras. Adelaida terminó de secar los trastos y los guardó. Se dio vuelta para ver el rostro de Shuu.
-¿Qué te pasa?- preguntó preocupada ante esa expresión deprimida.
-Nada- dijo él levantándose-. Será mejor que me vaya.
-¡No te irás a ningún lado!- dijo la muchacha corriendo rápidamente hacia la puerta, y extendiendo los brazos, impidiendo el paso.
-Adelaida, por favor- pidió Shuu.
La muchacha se acercó al pelinegro y lo miró fijamente con sus grandes y bellas orbes color cielo.
-¿Qué te ocurre?- le preguntó- Algo te pasa.
-Adelaida…- suplicó él, incómodo ante la cercanía.
-No voy a salir hasta que no me respondas- le dijo ella con seguridad y terquedad,
Shuu suspiró, sin saber siquiera qué decir.
Re: [Roll] The city of Babylonia~
- Tengo que ocuparme de unas cosas - Dijo para después suspirar - Judal no puede ocuparse de los papeles solo - Murmuro mientras se rascaba la cabeza avergonzado - Lear no va a ayudar -
- Bueno~ - Susurro. Auqnue aquella respuesta no le cerraba para nada -
- Hasta luego - Saludó para despues salir. Quería irse. Solo eso. Pero no podía decirle a Adelaida que necesitaba no encontrarse con esa hermosa mirada celeste -
----------
- Terminé - Se dijo la castaña cuando observó sus cosas acomodadas. Bajó levemente la mirada para quedarse pensando -
Se sentó sobre la cama para después dejar escapar un suspiro.
Caleb se estaba escapando de ella. Por lo menos esa era la imprensión que daba.
Se levantó para después caminar decidida para los pasillos.
Lo encontraría. Quería preguntarle. Saber.
Comenzó a caminar. Recorrería los pasillos de arriba a abajo. Tenía que dar con Caleb tarde o temprano.
---------
- Hermano - Saludó Lear. Estaba sacandose la capa de los hombros. También había salido o por lo menos eso es lo que Shuu logró deducir -
- ¿Como estas? - Saludó con tranquilidad -
- Bien~ - Respondió mientras miraba a Shuu - ¿De donde venís? - Preguntó -
- Pasear - Mintió para depsués comenzar a caminar - Iré a hacerme unas galletas para comer ¿Querés que te prepare algo? - Preguntó con tranquilidad sin girarse a ver a su deconcertado hermano -
- N-No Gracias - Murmuro Lear mientras comenzaba a caminar también - Quedé con Nina -
- Lo imaginé - Dijo mientras entraba a la cocina - Saludala de mi parte - Dijo mientras sonreía para depsués cerrar la puerta -
- Como si eso fuera a pasar - Murmuro Lear mientras seguía camino. No le iba a pasar ni por casualidad los saludos a su enamorada -
---------
- Quedate - Suplicó la peliroja mientras tomaba a Judal de la seda que colgaba de sus ropas -
- Pero Kaileena.. -
- Te lo suplico - Murmuro mientras esa hermosa mirada turquesa se le llenaba nuevamente de lágrimas -
- Espera~ - Murmuro mientras se sentaba nuevamente - Me quedo pero no llorés -
- Gracias~ - Susurro mientras abrazaba a Judal. No quería quedarse sola. No quería que su mejor amigo se fuera -
- Kaileena tengo que regresar a Dormir en casa de Adelaida o perderé la apuesta - Murmuro mientras pasaba suavemente su mano por sus cabellos -
- Lo sé - Murmuro mientras intentaba dejar de llorar - No te obligaré a que te quedés -
- Esto~ - Judal suspiro levemente - ¿Querés venir a quedarte conmigo? - Preguntó -
- ¿Puedo? - Preguntó mientras levantaba la mirada levemente -
- Si - Dijo simplemente. Kaileena lo abrazó para depsués largarse a llorar - Gracias -
- Tranquila - Suplicó mientras sonreía levemente - Tranquila - Suplicó para depsués besar su cabeza con cariño -
---------
- Adelaida - Llamó Judal cuando regresó a la casa -
- ¿Donde estabas? - Preguntó preocupada -
- Espera~ - Suplicó mientras la tomaba de los hombros - ¿Te puedo pedir algo? -
- S-Seguro - Susurro mientras lo miraba confundida -
- Kaileena esta conmigo - Comenzó. Adelaida se sorprendió -
- ¿Eh~? - Preguntó mientras miraba por la ventana. Judal no mentía. La peliroja estaba parada allí con un semblante abatido -
- Simplemente no nombres al pelotudo de tu mejor amigo - Pidió con tranquilidad -
- ¿Por qué? - Preguntó mientras posaba su mirada celeste nuevamente en Judal -
- Dijiste que me ayudarías - Dijo suplicante. Adelaida suspiro -
- Bueno~ - Murmuro mientras desviaba la mirada levemente -
- Gracias~ - Dijo para después besar sus labios unos momentos - Pasa Kaileena -
- Lamento haber venido sin avisar - Dijo la peliroja a lo que Adelaida negó levemente -
- Tranquila no es pasa nada - Murmuro mientras miraba intermitentemente a Judal -
- Se los compensaré - Kaileena observó a los jovenes -
- Bueno~ ¿Tenés ganas de cocinar? - Preguntó Judal a lo que Kaileena sonrió -
- Seguro -
- Bueno~ - Susurro. Auqnue aquella respuesta no le cerraba para nada -
- Hasta luego - Saludó para despues salir. Quería irse. Solo eso. Pero no podía decirle a Adelaida que necesitaba no encontrarse con esa hermosa mirada celeste -
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- Terminé - Se dijo la castaña cuando observó sus cosas acomodadas. Bajó levemente la mirada para quedarse pensando -
Se sentó sobre la cama para después dejar escapar un suspiro.
Caleb se estaba escapando de ella. Por lo menos esa era la imprensión que daba.
Se levantó para después caminar decidida para los pasillos.
Lo encontraría. Quería preguntarle. Saber.
Comenzó a caminar. Recorrería los pasillos de arriba a abajo. Tenía que dar con Caleb tarde o temprano.
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- Hermano - Saludó Lear. Estaba sacandose la capa de los hombros. También había salido o por lo menos eso es lo que Shuu logró deducir -
- ¿Como estas? - Saludó con tranquilidad -
- Bien~ - Respondió mientras miraba a Shuu - ¿De donde venís? - Preguntó -
- Pasear - Mintió para depsués comenzar a caminar - Iré a hacerme unas galletas para comer ¿Querés que te prepare algo? - Preguntó con tranquilidad sin girarse a ver a su deconcertado hermano -
- N-No Gracias - Murmuro Lear mientras comenzaba a caminar también - Quedé con Nina -
- Lo imaginé - Dijo mientras entraba a la cocina - Saludala de mi parte - Dijo mientras sonreía para depsués cerrar la puerta -
- Como si eso fuera a pasar - Murmuro Lear mientras seguía camino. No le iba a pasar ni por casualidad los saludos a su enamorada -
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- Quedate - Suplicó la peliroja mientras tomaba a Judal de la seda que colgaba de sus ropas -
- Pero Kaileena.. -
- Te lo suplico - Murmuro mientras esa hermosa mirada turquesa se le llenaba nuevamente de lágrimas -
- Espera~ - Murmuro mientras se sentaba nuevamente - Me quedo pero no llorés -
- Gracias~ - Susurro mientras abrazaba a Judal. No quería quedarse sola. No quería que su mejor amigo se fuera -
- Kaileena tengo que regresar a Dormir en casa de Adelaida o perderé la apuesta - Murmuro mientras pasaba suavemente su mano por sus cabellos -
- Lo sé - Murmuro mientras intentaba dejar de llorar - No te obligaré a que te quedés -
- Esto~ - Judal suspiro levemente - ¿Querés venir a quedarte conmigo? - Preguntó -
- ¿Puedo? - Preguntó mientras levantaba la mirada levemente -
- Si - Dijo simplemente. Kaileena lo abrazó para depsués largarse a llorar - Gracias -
- Tranquila - Suplicó mientras sonreía levemente - Tranquila - Suplicó para depsués besar su cabeza con cariño -
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- Adelaida - Llamó Judal cuando regresó a la casa -
- ¿Donde estabas? - Preguntó preocupada -
- Espera~ - Suplicó mientras la tomaba de los hombros - ¿Te puedo pedir algo? -
- S-Seguro - Susurro mientras lo miraba confundida -
- Kaileena esta conmigo - Comenzó. Adelaida se sorprendió -
- ¿Eh~? - Preguntó mientras miraba por la ventana. Judal no mentía. La peliroja estaba parada allí con un semblante abatido -
- Simplemente no nombres al pelotudo de tu mejor amigo - Pidió con tranquilidad -
- ¿Por qué? - Preguntó mientras posaba su mirada celeste nuevamente en Judal -
- Dijiste que me ayudarías - Dijo suplicante. Adelaida suspiro -
- Bueno~ - Murmuro mientras desviaba la mirada levemente -
- Gracias~ - Dijo para después besar sus labios unos momentos - Pasa Kaileena -
- Lamento haber venido sin avisar - Dijo la peliroja a lo que Adelaida negó levemente -
- Tranquila no es pasa nada - Murmuro mientras miraba intermitentemente a Judal -
- Se los compensaré - Kaileena observó a los jovenes -
- Bueno~ ¿Tenés ganas de cocinar? - Preguntó Judal a lo que Kaileena sonrió -
- Seguro -
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Re: [Roll] The city of Babylonia~
La cena resultó ser inesperadamente incómoda, al menos para Adelaida, quién no hacía más que comer en silencio el delicioso plato que Kaileena había preparado. A diferencia suya, la pelirroja tenía muy buena mano para la cocina.
Aún así, y a pesar de sólo estar con Judal y Kaileena, personas que conocía y quería muchísimo; los dos jóvenes comenzaron a recordar momentos nostálgicos de años anteriores que ella no conocía, y sentía como, de esta manera, se conformaba un par cerrado y ella era dejada de lado, separada de ellos por un vidrio invisible.
Sabía que Judal no lo hacía de maldad, estaba tan ensimismado por tratar de distraer a Kaileena de su tristeza, que se había olvidado temporalmente de ella. No estaba enojada, era totalmente comprensible eso y sabía que, si a Caleb le pasara algo similar, ella se comportaría de la misma manera, por no decir que ya varias veces sacrificó tiempo con el rey o arruinó varios momentos que tenían juntos por preocuparse en su mejor amigo. No podía quejarse, además de hipócrita, no le parecía correcto: Kaileena lo necesitaba en ese momento.
Aún así, aunque no estuviera enojada y entendiera la situación, no significaba que ella se sintiera a gusto allí, sintiéndose aparte de todo, aislada de ese grupo que se había conformado. Además de que podía sentir cierta pizca de envidia hacia Kaileena: Todos esos momentos que mencionaron eran bellísimos. Sentía envidia hacia el hecho de que pudo pasar mucho más tiempo con Judal, sin preocuparse por nada, en esos momentos de dulce inocencia que caracterizaba a un muchacho joven; imaginó esos bailes, esas risas, esos juegos tan sencillos pero a la vez que te distraían horas. Ella jamás iba a poder tener eso con Judal, ni tampoco disfrutó de una linda infancia como la que Kaileena gozó.
De cualquier manera, no servía de nada envidiar en esos momentos.
Terminaron de cenar, levantó la mesa junto con Kaileena y se ofreció a lavar los platos ellas, mientras que la pelirroja servía el postre, duraznos al almíbar con crema, en unas compoteras pequeñas.
Adelaida observó por la ventana, mientras que los dos amigos retomaban a sus charlas comunes. Quería marcharse de allí, irse con Caleb y pasar la noche con él cómo lo hacían cuando vivieron juntos: Charlar, molestarse uno al otro, hacer juegos estúpidos de preguntas y comer cualquier porquería hasta dormirse.
Sonrío, deseando volver a tener una buena noche como esas, hacía tiempo que no las tenía, que no aparecía con Caleb con un pote de helado que había comprado y comían ambos de una cuchara mientras se contaban sus problemas, o cómo él después le hacía cosquillas sabiendo que ella era muy sensible a ellas.
Observó el reloj, maldijo que fuera tan tarde. El trecho que dividía la casa de Caleb del palacio era bastante largo, pero se acortaba considerablemente tomando un atajo, lamentablemente, el mismo estaba en una zona marginal y peligrosa del pueblo, y era una locura aparecerse allí, sola y de noche, con la oscuridad abarcando en el inmenso cielo. Podría bien seguir por el camino largo, pero hacía poco que se había esquinzado y, aunque ya podía caminar –gracias a las magníficas medicinas de calidad excepcional del Palacio- aún le dolía el pie, algo de esperarse después de ver cómo había quedado su cuerpo después de esa sesión de tortura con el rey.
Suspiró, sólo quería marcharse de allí.
------------------------------------------
-¿En serio estás bien?- le preguntó Nina a Shuu, una vez que se lo encontraron en el palacio.
-Me encuentro perfectamente- dijo el Magi relajado.
-No te creo- confesó Lear, mientras miraba fijamente a los ojos , demostrando así en qué trataba de empezar con ayuda de Lear . Lo conocía, lamentablemente, lo suficiente como para darse cuenta de cuenta de cuándo se encontraba bien o mal y sabía que, en ese momento, alguna preocupación surcaba el rostro de Shuui.
-Cuéntanos Shuu, no pasará nada- trató de convencerlo la rubia.
El joven suspiró, sin saber qué hacer o decir.
--------------------------------------
Dormirás con Adelaida, yo me quedaré en este sillón, le explicó Judal a la dos muchachas, que ya se habían cambiado por su pijama y esperaban con algunos bostezos para saludar al joven antes de ir a dormirse.
-De acuerdo- asintió Adelaida.
---------------------------
Tengo sueñito y falta de inspiration :B
Aún así, y a pesar de sólo estar con Judal y Kaileena, personas que conocía y quería muchísimo; los dos jóvenes comenzaron a recordar momentos nostálgicos de años anteriores que ella no conocía, y sentía como, de esta manera, se conformaba un par cerrado y ella era dejada de lado, separada de ellos por un vidrio invisible.
Sabía que Judal no lo hacía de maldad, estaba tan ensimismado por tratar de distraer a Kaileena de su tristeza, que se había olvidado temporalmente de ella. No estaba enojada, era totalmente comprensible eso y sabía que, si a Caleb le pasara algo similar, ella se comportaría de la misma manera, por no decir que ya varias veces sacrificó tiempo con el rey o arruinó varios momentos que tenían juntos por preocuparse en su mejor amigo. No podía quejarse, además de hipócrita, no le parecía correcto: Kaileena lo necesitaba en ese momento.
Aún así, aunque no estuviera enojada y entendiera la situación, no significaba que ella se sintiera a gusto allí, sintiéndose aparte de todo, aislada de ese grupo que se había conformado. Además de que podía sentir cierta pizca de envidia hacia Kaileena: Todos esos momentos que mencionaron eran bellísimos. Sentía envidia hacia el hecho de que pudo pasar mucho más tiempo con Judal, sin preocuparse por nada, en esos momentos de dulce inocencia que caracterizaba a un muchacho joven; imaginó esos bailes, esas risas, esos juegos tan sencillos pero a la vez que te distraían horas. Ella jamás iba a poder tener eso con Judal, ni tampoco disfrutó de una linda infancia como la que Kaileena gozó.
De cualquier manera, no servía de nada envidiar en esos momentos.
Terminaron de cenar, levantó la mesa junto con Kaileena y se ofreció a lavar los platos ellas, mientras que la pelirroja servía el postre, duraznos al almíbar con crema, en unas compoteras pequeñas.
Adelaida observó por la ventana, mientras que los dos amigos retomaban a sus charlas comunes. Quería marcharse de allí, irse con Caleb y pasar la noche con él cómo lo hacían cuando vivieron juntos: Charlar, molestarse uno al otro, hacer juegos estúpidos de preguntas y comer cualquier porquería hasta dormirse.
Sonrío, deseando volver a tener una buena noche como esas, hacía tiempo que no las tenía, que no aparecía con Caleb con un pote de helado que había comprado y comían ambos de una cuchara mientras se contaban sus problemas, o cómo él después le hacía cosquillas sabiendo que ella era muy sensible a ellas.
Observó el reloj, maldijo que fuera tan tarde. El trecho que dividía la casa de Caleb del palacio era bastante largo, pero se acortaba considerablemente tomando un atajo, lamentablemente, el mismo estaba en una zona marginal y peligrosa del pueblo, y era una locura aparecerse allí, sola y de noche, con la oscuridad abarcando en el inmenso cielo. Podría bien seguir por el camino largo, pero hacía poco que se había esquinzado y, aunque ya podía caminar –gracias a las magníficas medicinas de calidad excepcional del Palacio- aún le dolía el pie, algo de esperarse después de ver cómo había quedado su cuerpo después de esa sesión de tortura con el rey.
Suspiró, sólo quería marcharse de allí.
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-¿En serio estás bien?- le preguntó Nina a Shuu, una vez que se lo encontraron en el palacio.
-Me encuentro perfectamente- dijo el Magi relajado.
-No te creo- confesó Lear, mientras miraba fijamente a los ojos , demostrando así en qué trataba de empezar con ayuda de Lear . Lo conocía, lamentablemente, lo suficiente como para darse cuenta de cuenta de cuándo se encontraba bien o mal y sabía que, en ese momento, alguna preocupación surcaba el rostro de Shuui.
-Cuéntanos Shuu, no pasará nada- trató de convencerlo la rubia.
El joven suspiró, sin saber qué hacer o decir.
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Dormirás con Adelaida, yo me quedaré en este sillón, le explicó Judal a la dos muchachas, que ya se habían cambiado por su pijama y esperaban con algunos bostezos para saludar al joven antes de ir a dormirse.
-De acuerdo- asintió Adelaida.
---------------------------
Tengo sueñito y falta de inspiration :B
Re: [Roll] The city of Babylonia~
- Tranquilos - Dijo rápidamente Shuu mientras sonreía - De verdad no pasa nada -
- Te conozco - Murmuro Nina mientras se cruzaba de brazos - Se que algo pasa -
- ¿Tanto lo conocés? - Preguntó Lear. Su enamorada posó su mirada celeste sobre él -
- Luego lo hablamos Lear - Dijo mientras regresaba su mirada a Shuu - Habla -
- Es que no pasa nada - Dijo mientras sonreía -
- Deja de mentirme - Estalló Nina a lo que Shuu simplemente caminó rápidamente hasta la salida -
- Perdoname Nina pero no puedo - Dijo para después desaparecer por los pasillos -
- Se escapa~ - Estalló Nina. Tampoco iba a salir a correr al pelinegro -
- Que pasa con esta familia - Murmuro Lear mientras se tomaba la cabeza con una mano -
----------
- Buenas noches Judal~ - Susurró Kaileena para después abrazar a su mejor amigo - Te quiero - Le dijo solo para que él lo escuchara - Gracias por ayudarme -
- Buenas noches - Saludó para después besar su cabeza con suavidad -
- Hasta mañana - Murmuro la peliroja para después caminar hasta la cama -
- ¿Vas a saludarme enojona? - Preguntó Judal. No había que ser un genio para deducir que el semblante de Adelaida era de fastidio -
- Buenas noches - Murmuro para después comenzar a caminar hasta donde estaba Kaileena -
- Ah~ - Judal tomó a la pelinegra de la cintura - Quiero que me saludes como la gente o esta noche dormirás conmigo -
- Buenas noches - Dijo con desgano -
- No conseguiré nada mejor que eso - Murmuró para después besar suavemente su mejilla - Buenas noches - Saludó para después irse a acostar. Sinceramente no tenía ganas de pelear con Adelaida -
----------
- Es tarde para que estes caminando por los pasillos solo ¿No~? - Preguntó Farah -
- ¿Qué pasa? - Preguntó Caleb sin dignarse a mirar a esa castaña a la cara -
- Quería preguntar algo - Dijo sencillamente mientras caminaba hasta estar delante de Caleb -
- Farah~ - Susurro cansado - Me parece que no es buen momento -
- ¿Por qué estas evitandome? - Dijo de repente. Caleb se sorprendió ante la pregunta - ¿Hice algo malo? - Siguió en susurros - ¿Algo que te molestara? -
- ... - Ese rubio que quedó de piedra. Había logrado que la muchacha de ojos dorados pensara cosas que no eran - N-No es eso Farah - Respondió levemente sonrojado -
- ¿Qué es entonces? - Preguntó preocupada - Me desespera no saber que es lo que hace que te quieras alejar de mi - Susurró. Caleb no pudo evitar sentirse inmensamente culpable -
----------
- ¿Saben donde está Farah? - Preguntó Shuu mientras bostezaba -
- No~ - Respondió Lear mientras sacaba su mirada del libro -
- ¿Quién es Farah? - Preguntó Nina mientras se levantaba de la cama, cosa que molestó un poco a Lear -
- La hermana de Kaileena - Respondió Shuu - Después te cuento - Murmuro mientras bostezaba nuevamente - Quería saber si estaba todo en orden pero supongo que no importa - Susurró - Me voy a la cama -
- Buenas noches - Saludó Nina mientras se acercaba para besar su mejilla -
- Buenas noches princesa - Saludó Shuu mientras sonreía - Hasta mañana Lear -
- Hasta mañana - Respondió de mala gana -
- ¿Celoso? - Preguntó Nina una vez ese pelinegro se fue -
- Sabes que odio profundamente que te esten mirando - Murmuro a lo que Nina se acurrucó a su lado -
- Te quiero - Susurró. Lear sonrió para rodear su hermoso torso con su brazo izquierdo de manera posesiva pero a su vez cariñosa -
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Tenía que escribir rápido xDDD
- Te conozco - Murmuro Nina mientras se cruzaba de brazos - Se que algo pasa -
- ¿Tanto lo conocés? - Preguntó Lear. Su enamorada posó su mirada celeste sobre él -
- Luego lo hablamos Lear - Dijo mientras regresaba su mirada a Shuu - Habla -
- Es que no pasa nada - Dijo mientras sonreía -
- Deja de mentirme - Estalló Nina a lo que Shuu simplemente caminó rápidamente hasta la salida -
- Perdoname Nina pero no puedo - Dijo para después desaparecer por los pasillos -
- Se escapa~ - Estalló Nina. Tampoco iba a salir a correr al pelinegro -
- Que pasa con esta familia - Murmuro Lear mientras se tomaba la cabeza con una mano -
----------
- Buenas noches Judal~ - Susurró Kaileena para después abrazar a su mejor amigo - Te quiero - Le dijo solo para que él lo escuchara - Gracias por ayudarme -
- Buenas noches - Saludó para después besar su cabeza con suavidad -
- Hasta mañana - Murmuro la peliroja para después caminar hasta la cama -
- ¿Vas a saludarme enojona? - Preguntó Judal. No había que ser un genio para deducir que el semblante de Adelaida era de fastidio -
- Buenas noches - Murmuro para después comenzar a caminar hasta donde estaba Kaileena -
- Ah~ - Judal tomó a la pelinegra de la cintura - Quiero que me saludes como la gente o esta noche dormirás conmigo -
- Buenas noches - Dijo con desgano -
- No conseguiré nada mejor que eso - Murmuró para después besar suavemente su mejilla - Buenas noches - Saludó para después irse a acostar. Sinceramente no tenía ganas de pelear con Adelaida -
----------
- Es tarde para que estes caminando por los pasillos solo ¿No~? - Preguntó Farah -
- ¿Qué pasa? - Preguntó Caleb sin dignarse a mirar a esa castaña a la cara -
- Quería preguntar algo - Dijo sencillamente mientras caminaba hasta estar delante de Caleb -
- Farah~ - Susurro cansado - Me parece que no es buen momento -
- ¿Por qué estas evitandome? - Dijo de repente. Caleb se sorprendió ante la pregunta - ¿Hice algo malo? - Siguió en susurros - ¿Algo que te molestara? -
- ... - Ese rubio que quedó de piedra. Había logrado que la muchacha de ojos dorados pensara cosas que no eran - N-No es eso Farah - Respondió levemente sonrojado -
- ¿Qué es entonces? - Preguntó preocupada - Me desespera no saber que es lo que hace que te quieras alejar de mi - Susurró. Caleb no pudo evitar sentirse inmensamente culpable -
----------
- ¿Saben donde está Farah? - Preguntó Shuu mientras bostezaba -
- No~ - Respondió Lear mientras sacaba su mirada del libro -
- ¿Quién es Farah? - Preguntó Nina mientras se levantaba de la cama, cosa que molestó un poco a Lear -
- La hermana de Kaileena - Respondió Shuu - Después te cuento - Murmuro mientras bostezaba nuevamente - Quería saber si estaba todo en orden pero supongo que no importa - Susurró - Me voy a la cama -
- Buenas noches - Saludó Nina mientras se acercaba para besar su mejilla -
- Buenas noches princesa - Saludó Shuu mientras sonreía - Hasta mañana Lear -
- Hasta mañana - Respondió de mala gana -
- ¿Celoso? - Preguntó Nina una vez ese pelinegro se fue -
- Sabes que odio profundamente que te esten mirando - Murmuro a lo que Nina se acurrucó a su lado -
- Te quiero - Susurró. Lear sonrió para rodear su hermoso torso con su brazo izquierdo de manera posesiva pero a su vez cariñosa -
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Tenía que escribir rápido xDDD
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